One-shot Frutillas [Devil May Cry]

Tema en 'Fanfics sobre Videojuegos y Visual Novels' iniciado por Kai, 15 Agosto 2012.

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    Kai

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    Escritora
    Título:
    Frutillas [Devil May Cry]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1289
    Devil May Cry
    Dedicado a Artemisa​
    Frutillas

    En esta ocasión el demonio estaba en Suramérica, bien podía ir de vacaciones al Caribe, sin pasta alguna, o hacer el oso con alguna mujer para que le pagara más lujos de los que tenía permitidos. Sin embargo decidió no hacer ninguna de las dos, estar con una mujer mayor no figuraba en sus planes, y menos ir a un sitio afrodisiaco si no podía disfrutar de sus placeres.

    No entendía el idioma, menos las costumbres. No es que eso de verdad le importase, pero sería agradable poder pedir su ansiada comida sin que le entendieran otra cosa. A una de las pueblerinas le dijo que era atractiva, ella sólo le señaló la puerta del baño. Tuvo un gesto indescriptible en su rostro, pero al menos tuvo una señal de alivio cuando su guía turístico hablaba algo de inglés, muy poco pero era lo suficiente para entenderse.

    Estuvo tres días viendo la zona, era una aldea pequeña rodeada por una vasta especie arbórea, muy relajante. Sin embargo para sus habitantes hace ya dos años ésa amplia área que los rodeaba había dejado de serlo, unos demonios se habían aprovechado de ello para hacer sus cazas, buscar su alimento, básico en carne humana. Dante se había percatado de ciertas inconsistencias, como el hecho de que en realidad no habían ningunos demonios en el área que los rodeaba, sino allí mismo, en la aldea.

    Durante la cuarta noche salió al único establecimiento que parecía dar cierto servicio nocturno, mujeres sirviendo bebidas levemente alcoholizadas y otras que se dedicaban a “destilar” los malos ratos de los hombres que trabajaban en la siembra. Y celebraban cuando alguien regresaba de la jungla intacto. Casi siempre lo hacían y se lo atribuían a algún ente pagano que les cuidaba.

    De repente a sus fosas nasales les llegó un olor exquisito, uno que sin lugar a dudas era más estimulante que la mejor noche de sexo, que el mejor líquido alcoholizado que hubiese probado, superior a cualquier manjar que preparara un chef. Lo idiotizaba tanto que las curvas pecaminosas de una mujer voluptuosa le parecían superfluas e incluso tan sublime que podría jurar que sus papilas gustativas se sentían drogadas por tan enloquecedor sabor.

    ―Frutillas ―musitó cerrando los ojos y dejando que el paladar degustara a memoria la inverosímil delicia. Era débil en ése aspecto, no le importaba.

    ―¿Alguna bebida? ―Le preguntó con un moderado inglés una chica, en susurro.

    ―¿Tiene frutas? ―indagó él hablando lento. Sonrió con coquetería cuando la mujer asintió―. Frutillas ―pidió. Cuando ella se retiraba el chico le dio una palmada en el trasero. A la chica no le importó.

    Todos sabían que ése joven extranjero estaba allí para ayudarlos en buena fe, no tenían como pagarle, pero la estadía y las comidas que pidiera eran gratis, incluso eso incluía si deseaba a alguna de sus mujeres, con tal de que los librara de ése mal, todo valía la pena. Una vez que tuvo el plato de la dichosa fruta frente a él se disponía a sujetar la más grande de ellas y colocarla en su boca; cuando fue a morder el fruto y catarlo se dio cuenta que no estaba en sus manos. Abrió los ojos con lentitud, y frente a él estaba su guía turístico, sonriéndole y masticando grotescamente la roja fruta.


    ―Muy torpe para ser un cazador conocido, ¿no? ―Le dijo en un fluido inglés.

    ―Hump. ―Alargó su mano para tomar de su plato. Pero el hombre colocó la propia sobre las frutas y lo atrajo hasta él―. No debiste hacer eso ―musitó el de cabello blanco.

    Al hombre se le heló la sangre en el sitio, sintió como el metal pulido de una de las armas del cazador se aprisionaba en su entrepierna, justo con el cañón apuntándole, listo para disparar. Tragó fuerte y el sudor escurrió por su frente con suma lentitud, torturando su ya inexistente vida.

    Devolvió con suma pausa el plato al otro extremo de la redonda mesa, la tensión en el ambiente se hizo palpable, así que el encargado pidió a la joven que les atendía que se acercara a ellos y preguntara qué sucedía.

    ―¿Algún problema señores? ―indagó la joven al inclinarse lo suficiente para susurrar aquello en medio de ambos.

    ―Ninguno. ―Se adelantó el demonio. Tomó una frutilla y la colocó en su boca, la mordió de forma que el tallo se cayó y el resto quedó entre sus dientes.

    Disparó a la entrepierna del hombre al mismo tiempo que apuntaba a la mujer y hacia lo mismo. La gente les vio con sorpresa, pero dejaron de verlo a él cuando la piel cayó de los cuerpos, estos se estiraron, agazapándose y gruñéndole con odio al cazador. La que era una mujer se lanzó sobre él hecha una furia, le había disparado justo en el pecho, él sonrió y saltó hacia atrás, repeliendo a ambos demonios con sus pistolas.

    ―Será mejor que salgan ―aseguró. Las personas enseguida se levantaron y salieron corriendo, antes de que el último grupo de tres saliera lanzó su espada hasta la puerta.

    ―¡¿Pero qué hace?! ―exclamó uno de los tres.

    ―Me refería a los humanos ―saltó hasta la barra y llamó a su espada con una mano. Apuntó a los cinco que estaban allí y sonrió―. ¡Es hora del show! ―gritó y le disparó a una vieja radio que empezó a emitir un fuerte rock.

    Cuando salió tenía una frutilla en sus dedos, todos estaban afuera, mirando la entrada del local que se estremecía a cada golpe, chillido, y maldición que se oía desde adentro. El chico de blanco cabello estaba lleno de sangre y partes de demonios, pero sin asquearse lanzó la fruta al aire y la encestó en su boca, masticándola con elegancia.

    Detrás de él se encontraba la puerta abierta, una que se desplomó cuando él pisó firmemente el suelo. Adentro el local estaba hecho un desastre, las mesas se encontraban partidas en dos, los vidrios estaban desperdigados por todo el piso, y entre los escombros reposaban los cuerpos inertes y llenos de agujeros de los demonios. Gritaron cuando uno de ésos cuerpos se movió y arremetió detrás del joven.

    ―No debiste tocar mi comida ―susurró el joven cuando le atravesó con su espada, el verde demonio jadeó, y Dante le apuntó en la cabeza―. Bingo ―musitó cuando accionó el gatillo.

    ―¿Quién me pagará el local? ―bramó un hombre entre la multitud, escandalizado.

    Todos los demás le vieron con mala cara, y simplemente negaron.

    Al no entender nada de lo que la gente le decía simplemente les dio la espalda, se despidió con la mano, colgando su espada al hombro. Relamió sus labios con su fina lengua, aún poseía el sabor de la dulce fruta en su paladar, chasqueó su lengua, con desagrado. No había probado más que dos de ella, de un plato lleno.

    Le habían quedado ganas de comer más frutillas.

    1.478 palabras
    N/A: ¡Amé el quinto párrafo!, ¿ustedes no? Tuve una necesidad loca de escribir de este demonio y sólo de él. ¡Es que vamos!, ¡es sexy! Como dije un día a mi madre:
    “Mira ésos ojos”, mordí mi labio al decir aquello. “Y mira ésa boquita”, llevé mis manos a mis propios labios, eran tan encantadores… “Y no menos importante, ¡mira ése trasero!”, mi lado fangirl afloró, mi madre me lanzó una mirada gélida ante mi grito, y salió de mi habitación. “Estás loca”, me musitó con una sonrisa.
    ~Kai Stavros
     
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    Artemisa

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    Bella mía, creo que todos tienen en cuenta lo linda que eres <3

    En fin, jojo. Si aquel demonio no hubiese tocado las frutillas de Dante, se hubiese ahorrado muchos problemas. Ja, el pobre hasta medio drogado se sentía... Y ya para que prefiera éso a la pizza, debe ser mágico o algo así (hasta afrodisíaco, me atrevo a decir por lo que describías, ja). Me encantó cuando echó a los humanos, también, qué LOL.

    Cónyuge mía, te agradezco mucho lo que has escrito para mí, ya sabes de antemano que ya ando fangirleando con tu crossover, cada vez me contagias más el fanatismo xD

    Te quiero <3
     
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    Yukionnatifa

    Yukionnatifa Stephanie la Loca

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    Oye!! por lo menos tu madre se limito a decirte loca... la mia quiere recluirme a un manicomio por todos mis póster... y por decirle que el amor de mi vida no es real y obviamente no hablaba de mi novio ( al que si amo)XD
    Tan divino el como escribes... pero a pesar de que tiene un perfecto cierre tu historia, me he quedado con ganas de mas... :)
     
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