Friend Zone. [HiNa]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Nahi Shite, 16 Septiembre 2012.

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  1.  
    annette

    annette Entusiasta

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    asads hola de nuevo, perdona que no halla comentado antes es que andaba sin mi computadora u_u

    Bueno solo te puedo decir que me encanto el capitulo ^u^ el primero del año que emoción :3 , enserio estuvo genial aunque pienso que nos trolleastes xD te volviste como un mangaka troll que justo en lo mas importante cambia de tema xD me quede con mucha intriga de que habrá pasado es esa conversación ahhhhh también vas a matarme de la intrigaaaa, okno xD

    Awwwww yo también quiero un dibujo de itachi :3 que ternura. Jajhasjhasjh por dios me da mucha risa sasuke curioso, moriría por ver su cara xD

    Asadasda nose que mas decir salvo que estoy muy ansiosa por el próximo capitulo ^u^ perdón por que el comentario sea tan corto pero me tengo que ir así que hasta la próxima mujer troll, ok ya dejo eso bye ^u^
     
  2.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

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    @annette jajaja me mataste con lo de troll. No me creo tan genial en eso, pero si tú lo dices... Lalalá xD´D Gracias por tu comentario, cariño, espero tte guste el siguiente.
    @Anto Lightwood , @Sweet blody rose , @RoOh Miro , las etiqueto, chicas, para avisar que traigo nuevo chapter :3 Espero que disfruten la lectura. :B




    FRIEND ZONE.

    XXVII: Fiesta de grado (I)

    Palabras: 3.101



    Naruto se sentía inmensamente agradecido con el universo por haberle permitido graduarse… En serio, él apreciaba mucho el gesto; ¡su tan ansiada meta había sido cumplida! Podría agradecer a la academia, a su madre por no dejarlo parar de la mesa hasta que terminara las tareas, a su padre por introducirle lentamente el inglés en el cerebro, al sabio pervertido por… haber criado a su padre, a Iruka-sensei por preocuparse por él y sermonearlo cada semana para que se centrara, a Gai-sensei por entrenarlo en el fútbol, a Kakashi-sensei por… fingir que no veía lo que hacía en clase, a Yamato-sensei por causarle tanto terror que prefería meter la cara dentro de un libro...

    Detuvo un momento sus divagaciones mentales para pedir educadamente al hombre mayor de cabello blanco sentado en su mesa (entiéndase: al sabio pervertido) que se abstuviera de embriagarse con el alcohol ilimitado... Instantes después supo que se había equivocado al mencionar la palabra “ilimitado” cuando el viejo agarró la botella y tomó sin reparos. Su padre negó con un avergonzado “papá, no hagas eso…”, en cambio su madre le miró de una manera tal que Naruto supo que debía alejarse de ahí rápidamente.

    Iba saliendo del enorme salón sólo para aumentar la distancia entre él y su bella madre pelirroja, sólo para darle tiempo a su padre de controlar al viejo sin verse inmiscuido en una escena bochornosa propia de su familia… Eso hacía cuando, caminando por la alfombra roja que seguía a la entrada principal, entró la Hinata más bella que Naruto pudiera haber idealizado; ella iba colgada al brazo de su padre, Don-Hiashi-Hyüga-sama, y simplemente brillaba; aunque su vestía de negro, lo hacía, y su piel blanca lucía como porcelana… Parecía que todos los presentes hubiesen perdido el aliento, él incluido, cuando la hermosa princesa apareció por la puerta, seguida por el desfile más grande de personas con ojos claros y posturas rectas.

    Seguramente más de uno de sus compañeros de clase se quedarían de piedra al ver a Hinata, la tímida y silenciosa Hinata, luciendo tan espectacular. Él, a diferencia de muchos, siempre había estado enterado de que era bonita, desde que eran niños siempre lo supo… hace poco sus ojos se habían abierto a la bella mujer que se había convertido.

    Una puntada en el pecho se sintió profunda… Se suponía que ella sería su mejor amiga por siempre, se suponía que así había sido por muchos años y que jamás cambiaría… pero las cosas se habían vuelto cada vez más confusas. Él se había equivocado mucho, ella quizá también lo había hecho. La pequeña Hinata con gafas y el cabello peinado en dos adorables trencitas apareció en su cabeza, la que siempre se veía cerca de una mata de pelo rubio, y la comparación con la señorita erguida que miraba todo con adoración, con la Hinata que no notaba su presencia, resultaba escalofriante. Por un momento deseó que no hubiesen crecido jamás, deseó ser el mismo niño de doce años gritón, bullicioso y tonto, deseó que nada hubiera cambiado.

    Hinata…

    Ella pasó frente a él, pero no lo vio -sus ojos lavanda recorrían todo el salón y el brillo en ellos le hizo saber que estaba maravillada con la elegancia del lugar- y eso fue un poco decepcionante, pero paralelamente a este sentimiento un alivio profundo le recorrió entero, pues se hubiera derretido ante esos ojos tiernos. Hiashi Hyüga le dedicó una mirada de soslayo (amenazante, como siempre), Neji le saludó con un movimiento ligero de cabeza, Hanabi pasó con una sonrisa burlona estampada en su joven rostro y la señora Hyüga le sonrió cariñosa.

    Y entonces Naruto pensó dos cosas: Primero, era curioso que todos se percataran de su presencia menos ella y, segundo, tenía que acercarse a la mesa de los Hyüga en algún momento de la noche porque estaba justo al lado de la Uzumaki, porque él prácticamente se la había pasado metido en su casa desde… hace mucho, porque se suponía que era el mejor amigo de su primogénita (lugar duramente disputado con Kiba) y porque sería muy raro si no lo hiciera. Una cosa era que sus compañeros sospecharan que algo andaba mal entre ellos por su distanciamiento en el colegio, pero había muchas excusas baratas que podían sacar a eso… A sus familias no se les podía engañar tan fácilmente y él definitivamente no quería pasar por un momento incómodo, ni hacérselo pasar a Hinata.

    No había excusa válida para no acercarse a ella el día de su cumpleaños, el mismo día de su graduación, antes los ojos de sus inocentemente ignorantes familiares.

    Debía fingir.

    Sentía vibraciones en el pecho, temblor en los dedos y tenía los ojos brillantes cuando se acercó a la chica deslumbrante de vestido negro y cabello largo. —Feliz cumpleaños, Hinata-chan…—esas fueron las primeras palabras que le dijo después de un mes en silencio. Sí, hasta ese momento caía en cuenta del transcurso del tiempo; había pasado un mes desde aquél día.

    Ella se tomó varios segundos antes de darse la vuelta, pero ni una hora entera hubiera sido suficiente para no tambalear al estar frente a frente con su rostro sonrojado, con su expresión primero sorprendida, luego atemorizada y después adolorida. —N-Naruto-kun…

    ¡Y no supo que más decir! ¿qué se suponía que podía decirle después de tanto tiempo? ¡Joder, jamás pensó que sería difícil hablar con Hinata! ¡Emergencia, emergencia, que alguien lo ayudara, pero ya!

    —¡Naruto-kun! —Naruto estaba a punto de arrodillarse ante la señora Hyüga por la interrupción –bendita fuera-, pero su agradecimiento fue reemplazado rápidamente por un escalofrío; ella se aceraba con una cámara—¡qué guapo estás! Déjame sacarte una foto con Hinata-chan para el recuerdo.

    ¡Cómo negarse!

    —¡C-claro´ttebayó! —exclamó sintiéndose más nervioso que un huevo a la hora del desayuno (bonito símil, ¿no?), pero él era Uzumaki Naruto y nunca se frenaba ante nada, aun cuando el calor en sus mejillas subió rápidamente, nada evitó que pasara el brazo sobre los hombros desnudos de la muñeca a su lado y la acercara a él con una sonrisa zurrona bailando en su cara. Trató de ser lo más él posible, Hinata tembló y la mujer tuvo su tan anhelada foto.

    —Salieron lindos —avisó con alegría—. Ahora, Hinata-chan, quiero una en la que estés dando un besito en la mejilla a Naruto-kun como cuando eran chiquitos… Pero trata de no salir tan roja, por favor, hija.

    Naruto no tenía que ser un genio para adivinar el estado catatónico en el que se encontraba la chica, pero la idea no le desagradó del todo.

    Hinata se giró en su dirección y Naruto le apretó suavemente el hombro. Hinata, está bien, sólo hazlo, pensó con ternura, luego los labios suaves se sintieron calientes sobre su quijada… Y Naruto deseó que la señora Hyüga se tardara horas tomando la dichosa foto, pero no fue así; la mujer fue rápida y pronto se encontraron ambos envueltos en una extraña sesión de fotos.

    —¡Perfectos! —alababa—Ahora, Naruto-kun, pon una mano en la cabeza de Hinata-chan y una expresión de “buena chica”. Hinata, tú sólo debes cerrar los ojos y sonrojarte, no es esfuerzo para ti.

    Ellos obedecieron sin chistar.

    —¡Bien! Ahora, Naruto-kun, apreta los cachetes de Hinata-chan… ¡Aw, lindos! Ahora, Hinata-chan frunce el ceño como diciendo “no soy un juguete” y Naruto-kun ráscate la mejilla avergonzado… ¡Hinata, se supone que tienes que estar enojada, no sirve si eres tú la sonrojada!

    —¡M-Mamá! —Hinata chilló avergonzada. Era toda una ternura.

    —Ya, solo unas más, no te estreses, amor —le calmó su madre—Bien, ahora quiero una en la que parezca que miren juntos el atardecer con expresión nostálgica, rememorando los días de escuela, los alegres años de juventud…

    —¿Cómo se supone que hacemos eso´ttebayó?

    —Mujer, déjalos en paz —Hiashi Hyüga intervino, acercándose con los brazos cruzados. El traje elegante le hacía ver un poco más imponente—, creo que te estás excediendo.

    —Sí, mamá —ahora se acercó Hanabi—. No desates tus impulsos de fotógrafa frustrada en mi hermana.

    —Tía, creo que es mejor que se detenga pronto…

    La mujer les dedicó a todos una mirada afligida, luego agarró las mejillas de Neji como si fuesen dos almohaditas. —Eh, Neji, debes decirle a mi marido y a tu prima menor que no sean tan aguafiestas no unirte a ellos —dijo y Naruto no pudo evitar soltar una risilla ante la expresión totalmente avergonzada de tan serio sujeto—. Se van a poner tan arrugados pronto…

    Neji se irguió en su puesto, lo más erguido que se puede estar con una mujer estirándote las mejillas, y balbuceó un desequilibrado: —Creo que unas más sería suficiente…

    —¡Sí! —ella lo abrazó y besó su frente—Buen chico, Neji-kun…

    Y Naruto gozó viendo el rostro humillado del muchacho. Una risa suave a su lado le hizo desenfocarse de la escena siguiente, que fue la de un Hiashi dando un sermón sobre el comportamiento que se debe tener en sociedad, y centrarse en la imagen de su amiga con las mejillas rosadas, ojos brillantes y la palma cubriéndose la boca para evitar una carcajada. Algo cálido se instaló en su pecho… porque ella ya tenía esa expresión dolida que la había acompañado el último mes cada vez que él estaba cerca. —Hinata… —susurró, los ojos lavanda se volvieron a verlo y seguían brillantes, una sonrisa suave adornaba su boca. La calidez se intensificó en su estómago—yo…

    —¡Una última y ya! —la mayor de las Hyüga se alistó para tomar la foto—¡Naruto, Hinata, quiero que-

    —¡Que posen junto a Kiba!

    Maldito perro: siempre haciendo entradas llamativas

    ¿En qué momento se había metido en medio de ellos? Naruto frunció el ceño, mirándolo con molestia, pero Inuzuka Kiba tenía una sonrisa gigante en el rostro y los brazos extendidos sobre los hombros de ambos.

    —Vamos, señora, apresúrese, por favor —el muchacho castaño apuró con diversión—. No creo que Hinata soporte mucho tiempo más.

    La niña estaba más roja que un ají.

    —¡No, Kiba-kun! —la mujer reprendió duramente, su mirada blanca se llenó de dureza. En ese momento Naruto pensó que un Hyüga es un Hyüga, pero luego su boca se estiró en una sonrisa mediana—Hinata-chan tiene que ir en la mitad…

    El flash los iluminó, capturando a una Hinata cohibida entre un rubio y un castaño que se juntaban disimuladamente contra ella. Por atrás, ambos se la disputaban en silencio tomándola de la cintura.

    Naruto disfrutó la sensación familiar; de nuevo volvían a ser un sándwich, volvían a ser Naruto, Hinata y Kiba… Por ese breve instante las cosas fueron como antes para él. No sabía que los otros dos sintieron lo mismo.

    Pero luego, cuando la señora Hyüga obtuvo lo que quería (la última foto) y se hubo marchado la mirada filosa del otro pan le devolvió al ahora, los labios caninos se movieron sin hablar antes de jalar al pequeño y delicioso jamoncito (entiéndase: Hinata) y perderse entre la multitud. Naruto parpadeó al descifrar el mensaje en los labios de Kiba, clavándosele como una daga insensible en el corazón: Quiero que te alejes.


    Los rayos del ardiente sol de mediodía se colaban entre las hojas verdes de los árboles, acicalándolos en el ambiente cada vez más denso. Ojos esmeraldas chispeantes, diamantes trastornados y perlas adoloridos.

    Silencio. Luego el murmullo que descalabró el aire.

    —Quiero que te alejes.

    Tragó saliva. Le costó entender que de él, de su propia boca, había salido la frase, solitaria, fría, confundida. Las dos muchachas lucían incrédulas: ¿A quién le hablaba? Esa era la pregunta, podía leerla en la expresión de ambas, ¿a quién quiere lejos? Naruto negó varias veces, dio un paso atrás y frunció el cejo con la esperanza de ser lo suficientemente convincente… con él mismo. —Es decir, quiero mantenerme alejado, un poco, al menos por un tiempo...

    Su mirada azul rebotó de Sakura a Hinata, luego de vuelta a los ojos verdes y por último se detuvo en los perlas. ¿De qué estás hablando?, parecían decirle, ¿de qué hablas, Naruto? Y luego una última acusación, la vio escrita, mal disimulada en su mirar, en su misma piel de porcelana: Pensé que estábamos juntos en esto. Y aunque eso era más que suficiente para hacerlo dudar, aunque era más que suficiente para retroceder, para arrepentirse…No lo hizo. El estúpido pero arraigado sentimiento de traición se le insinuó nuevamente, inundó su cabeza, y no se lo permitió; él había confiado en ella antes, ella le había fallado. Luego le parecería una tontada, pero en ese instante fue algo importante, decisivo. —Hinata, por favor, nos vamos a separar algo —dijo, y giró la cabeza hacia la otra mujer, sintiéndose inmediatamente obligado a aclarar—, pero no es porque Sakura-chan lo diga. En realidad… yo… —jaló un mechón de cabello rubio. De repente la culpabilidad cayó de lleno, dio una vuelta en su vientre y salió por su boca en forma de dos palabras: —Lo siento.

    Silencio, pesadez, sensación de vacío. Hinata apretaba sus pequeñas manos en puños a sus costados, temblada, pero no tenía frio, ni rabia… era diferente. Esbozó una pequeña sonrisa sarcástica… Oh, ella sabía lo que era, conocía perfectamente ese sentimiento: humillación.

    En los ojos perlas Naruto pudo ver un brillo singular. Él no sabía que Hinata internamente había decidido no dejarle la última palabra, no retroceder con el rabo entre las piernas, no salir derrotada (al menos no totalmente). La pequeña victoria de Hinata –y la sorpresa de Naruto- vino cuando se giró, sonrió a Sakura y se acercó. —Sakura-chan, discúlpame, creo que todo fue un error… —esmeralda y perla se juntaron—Ahora entiendo… que una amistad no debería dañarse por un muchacho… Perdón.

    Ella bajó la cabeza y se fue.

    Pero Naruto supo que era una forma de venganza… Si no lo era, entonces logró hacerlo sentir como si fuese así.

    Sakura quedó estática.

    Él suspiró en bajo, casi consolándose. Habló un segundo después: —Sakura-chan —dijo. Ya era hora—, tenemos mucho por hablar´ttebayó.







    Las conversaciones provenientes de la mesa de al lado (la mesa Hyüga,), las risas de su abuelo del otro y la música se unían en un solo barullo dentro de su cabeza.

    Naruto debía admitir que la vieja Tsunade se había fajado con la fiesta. Era ya la media noche, habían pasado hace rato un video bastante conmovedor sobre los momentos más destacados del grupo entero (los retiros espirituales, celebraciones de amor y amistad, el día de la madre, del padre, del profesor, etc.), el coordinador Ibiki dijo unas palabras y abrió la pista de baile, el grupo musical empezó a tocar y pronto Naruto había sido testigo de la forma en que se llenaba el espacio. Sus padres habían sido los primeros en saltar al centro del salón (realmente su madre saltó, llevándose naturalmente a su padre con ella), y todo el mundo parecía estar divirtiéndose de lo lindo.

    Había saludado a Sasuke hace un momento y a otros compañeros, quienes ahora se encontraban en una esquina tomando algunas copas, pero no había querido unírseles demasiado tiempo.

    Como dije, todo el mundo parecía estar divirtiéndose… menos él.

    ¿Dónde estaba Hinata? En su mesa no, porque había no le había despegado el ojo toda la noche al lugar de la chica. Seguramente con Kiba…

    —¡Oh, chico! —el golpe en la espalda que le propinó su abuelo casi provoca que su bebida saliera volando—¿qué te sucede? ¡tienes una cara, ja, ja, es tu fiesta, ánimo!

    —Silencio, viejo pervertido… —refunfuñó, tomando un sorbo de esa cosa agría y horrible que tomaba el hombre. Así se sentía después de todo: agrío.

    —Dime algo —el cabello blanco de Jiraya se meció de un lado a otro, su mirada buscó por todo el lugar—¿Dónde está esa preciosura de novia tuya? No la veo por aquí.

    —Terminamos.

    —Así que por eso estás tan amargado, ¿eh? —el viejo rió—Ah, no te preocupes, muchacho —palmeó su espalda—. Llega un momento en que las jovencitas te ruegan, créeme; cuando tengas la experiencia irresistible de este guapo caballero.

    —Viejo cochino… —lo miró mal—Además no estoy “amargado” por eso, viejo verde.

    —¿Ah, no? —la ceja pálida del hombre subió entre divertida y curiosa, Naruto nunca sabia distinguir bien sus gestos cuando estaba bebido—¿entonces qué es?

    —Olvídelo´ttebayó —otro trago a esa mierda que llamaban whisky.

    El hombre se mantuvo un momento silencioso, seguramente viendo el trasero de alguna mujer que pasaba cerca, luego soltó una exclamación, como si se hubiera acordado de algo. —¡Oye, Naruto!

    —¿Qué quiere ahora, viejo? En serio, no estoy de genio para sus idioteces.

    —¿Por qué no me habías dicho que tu amiga tenía novio? —preguntó con reproche.

    Esto le tomó por sorpresa. —¿Amiga? ¿de qué amiga habla?

    ¿Sería que Ino había conseguido alguien que la soportara? ¿O acaso Temari ya se había resignado a ser la que diera el primer paso con Shikamaru?

    —Tu amiga, la que siempre anda contigo... sí, esa belleza Hyüga.

    La mueca perturbadora del viejo le irritó, pero la sorpresa ganó terreno a la irritación. —¿Hinata? ¡ella no tiene novio!

    —Pues a mí me pareció que sí.

    Naruto suspiró. —Seguramente la viste con Kiba o ya estás demasiado borracho, anciano… —dijo con pesar.

    —No estoy ebrio aún, me queda mucho camino todavía —se defendió, la mirada del hombre mayor se centró en un punto exacto de la pista de baile (al fondo a la izquierda), pero Naruto estaba demasiado ocupado mirándolo a él—y no, estoy seguro de que ese sujeto no es Kiba Inuzuka.

    Un escalofrío. El dedo grueso de su abuelo alzándose para señalar. Las luces. La música. El mundo dando una vuelta.

    Era Hinata, Hinata bailando… Hinata bailando con un chico de cabello oscuro. El primero que se le vino a la mente fue Sasuke, pero luego, cuando el sujeto apretó más a Hinata de la cintura y dio una vuelta al ritmo de la música, Naruto pudo identificarlo perfectamente.

    Itachi.

    Uchiha Itachi.

    Su mente retumbó, en su cabeza todo fue caos; ¿qué demonios estaba pasando? ¿se conocían siquiera esos dos? ¿por qué Hinata sonreía, por qué sus mejillas estaban rojas? ¿por qué, cuando sonó una balada suave, ella recostó la mejilla en su hombro…? ¿por qué Itachi le sostenía la cintura…?

    ¿Por qué, por el infierno, sentía que le quemaban el estómago?

    Todo fue un caos. Su cabeza daba palpitaba cuando las palabras absurdas de su abuelo llegaron a sus oídos: —¡Ay, chico, me hubieras dicho antes y no me hubiera ilusionado tanto tiempo con esa diosa de jovencita! —el hombre berreó—¡Naruto, eres malo!

    Viejo ebrio, pensó, ella es mía.
     
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  3.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

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    Nahii!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Perdona que no comente el anterior capitulo ! D: lo lei pero se me olvido comentar gommenne ~~

    Mmmmm.... por donde empezar? Hay tantas cosas que pasaron y muchas otras que quedaron en misterio! Estoy empezando a creer que te gusta dejarnos con la intriga!! D: Que es lo que paso entre Itachi y Hinatita!???? Porque aparecieron los dos juntos en el baile !? Apenas lo lei me quede O___O y despues *O* y despues o.O exijo una explicacion!!! xD Que obviamente le vas a dar en el siguiente capi no? e.e confio en ti Nahi e.e

    No entiendo porque Naruto le dijo esas palabras tan duras a Hinata, y ella aceptando su derrota tras sus palabras, pero supongo que en una situacion asi ¿Que podria responderle a Sakura y Hinata? Creo que tomarse un tiempo puede ayudar a aliviar la situacion y que Sakura le cuente su plan desde un principio con el....porque todas sabemos que tramas querida pelo de chicle e.e ( estoy On fire jajajajajajajajajajjaja xD)

    Con respecto al baile me parecio tan tiernooo :3 Me imagino a los apdres derramando lagrimas viendo los videos de ellos y todo :3 e imaginar a Kushina, Minato Naruto y Jiraiya todos juntitos me trae nostalgia :'( Aunque ahi va siempre Ero-sennin perverito como siempre jajaja. Tambien la familia Hyuuga :3 la mama tomando esas fotas a su hija y a su futuro yerno por dios! yo tambien estaria sonrojada si fuera Hinata jajaja

    Me intriga el porque de cambio de actitud de Hinata hacia Naruto o.O que es lo que paso entre ella e Itachi como tambien que hablaron Naruto y Sakura o.O Quiero la contii!! T.T Nahi-sama onegai sube la conti pronto T.T

    La parte tecnica, perfecta, sin errores... bueno ya sabes :3

    Atte. Sweet-chan :3
     
  4.  
    annette

    annette Entusiasta

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    OMG nahiiii claro que me gusto el capitulo, fue excelente todo lo que paso *empieza a saltar con loca* \^o^/

    Asdsdadsad ni se por donde empezar...Bueno empiezo por lo que mas me sorprendió! Naruto por dios, kami-sama, allah y como se le diga en otros lugares como vas a hacer eso, decirle a la pobre Hinatita que querés alejarte es inhumano!! igual parece como que hinata no se quedo atrás con lo que dijo :3. Encima sigo aumentando la intriga por esa conversación que Naruto tuvo con Sakura aaaahhhhsdadasfbhfkj7bb5iu7i47 *se tira al piso a gritar*

    Bueno con respecto al baile :3 fue hermoso, me imagino todo eso y me hace acordar a que este año ya termino la escuela TT^TT y no voy a ver mas todos los días a sweet-chan y mis otros amigos u_u (listo ya me deprimí D: ) ay me distraje xD bueno volviendo a su baile...esa sesión de fotos fue lo mas lindo de toda la noche :3. Jajsjhasjhasjh que linda descripción para Hinata "pequeño y delicioso jamoncito" morí con eso xD y por supuesto siempre Kiba defendiendo a su dulce amiga :3

    Que pasa entre Hinata e Itachi ??!! ¿por qué Hinata sonreía, por qué sus mejillas estaban rojas? ¿por qué, cuando sonó una balada suave, ella recostó la mejilla en su hombro…? ¿por qué Itachi le sostenía la cintura…? ¿Por que acabo de copiar todas la preguntas de Naruto? jajaja ok pero es que yo me hice las mismas preguntas.

    Asi como sweet-chan confió en vos para que nos saques la intriga a todos ^u^ hasta la próxima nahi espero ansiosa el próximo capitulo y por favor tortúranos con la espera lo menos posible, siiiiiiiiiii? *pone ojos como el gato con botas* ok ya me voy ^u^
     
  5.  
    RoOh Miro

    RoOh Miro La noche es para los que sueñan

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    Sempai!!! Perdona mi falta de presencia, no crea que me eh olvidado de usted y sus enseñanzas (? Ok no.
    Woooooooow estúpido y sensual Itachi!

    Las palabras no pueden describir la cantidad de emociones acumuladas e mi corazoncito después de leer estos 3 ultimos capítulos

    NO ME IMPORTA SI ES UN PERSONAJE FICTICIO YO ME CASARE CON UCHIHA ITACHI!!!

    Jjajajaj la señora Hyuga es igual a mi mami "asi que te estas sacando un moco? FOTO!!"

    "Estas comiendo tranquilamente en un restaurante? Mira la camara, pero no tan fijo! Eso, baja el menton, disipa la mirada y voltea al horizonte"


    Ahora va a venir un chico a las casa de mi tia que me re gusta ( lo conoci en navidad) y yo estoy aca hiperventilando masomenos. Ademas mi primo me mando al frente con toda mi familia diciendo que me gusta. Sempai me va a dar algo!!!

    Dame un sabio consejo o me va a dar un ataque al corazon


    sayonara!!!
     
  6.  
    Nahi Shite

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    @RoOh Miro , @Sweet blody rose , @annette : Quise traerles el capítulo lo más rápido posible, chicas, pero me estoy quedando sin tiempo así que seré breve: Mil gracias por cada uno de sus comentarios, me encanta saber sus opiniones y leer sus cosas... que a veces me hacen reír xD En serio, creo que disfruto más leyendolas a ustedes de lo que ustedes lo hacen leyendome. Mil y mil gracias, mil y mil besos :3
    Para este capítulo pensé que sería divertido mostrarles un vistazo de cómo está yendo la noche de Hinata, lo que Naruto desconoce u.u Espero les guste.
    @Anto Lightwood : De nuevo te etiqueto, dime si te molesta >.
    <

    FRIEND ZONE.

    XXVIII: Fiesta de grado (II)

    Palabras: 2.595

    Hinata había estado un mes entero, todo un mes, incluso pudo haber sido más tiempo, mentalizándose, construyendo muros, encontrando determinación; había estado preparándose para ser indiferente ante cierto rubio, para erradicar las estúpidas mariposas que le raspaban el estómago cada vez que estaba cerca… para disimularlas al menos.

    Se había distraído. Cada día en el colegio con Kiba, Ino y Temari, cada domingo con Itachi y, en contadas ocasiones, con Sasuke.

    Ella había puesto empeño, no podía dejar de quererlo instantáneamente, pero el mantenerse alejada había servido para calmar su interior. Lo extrañaba, a Naruto, su amigo… pero Kiba hacía un excelente trabajo para desviar sus pensamientos e Itachi había aparecido de manera maravillosa para hacerla sonreír con su presencia nueva y refrescante. Los domingos se convirtieron, sin que se diera cuenta, en su día de relajación; caminaba con el muchacho Uchiha –a veces con su hermano menor también-, escuchaba una de sus interesantes historias, reían y luego Itachi se mostraba atento a cualquiera de sus palabras, comían un helado, una paleta o un raspado y frecuentemente andaban en bicicleta, uno al lado del otro. A Hinata le encantaba sentir el viento en la cara mientras pedaleaba, oír el sonido del agua que se movía suavemente en el río a tan sólo unos metros de la calzada, ver los cabellos negros del muchacho balanceándose con la brisa, en combinación con los ojos de carbón luciendo concentrados ante cada pedaleo cuando la carretera se inclinaba más había arriba. En esos momentos todo lo demás pasaba a segundo plano, sólo cerraba los ojos y disfrutaba… El mundo era tan bello. No había nada malo. Itachi se convirtió rápidamente en un amigo cercano; era confiable, amable, interesante, serio, inteligente, era bueno escuchando y también muy divertido. La hacía reír y, al tiempo, le generaba confianza y paz.

    Pero cuando Naruto hubo susurrado una felicitación en su oído toda la calma, pasividad y armonía que con tanto esfuerzo y ayuda había construido durante el mes desapareció. Para completar, su madre había estado comportándose tan típicamente como una… madre, que quiso morir ahí mismo.

    Afortunadamente Kiba había llegado con un grito exagerado de “¡que posen con Kiba!”, salvándole de paso el trasero. Hubo un momento en que llegó a sentir que, ahora que el trío estaba de vuelta, podían regresar a ser Los Tres Chiflados, pero luego, cuando Kiba la arrastró consigo a otro lugar, supo que eso no era posible.

    Kiba la salvó nuevamente de sí misma y de su estúpida debilidad.

    Luego se sentaron juntos con la mirada fija en la enorme proyección del muro; era un video de cada uno de los momentos grupales. A Hinata le gustó. A Kiba no tanto. —¿En serio tenían que grabarme mientras me sacaba ese moco? Maldición, eso era un momento íntimo…

    El coordinador Ibiki abrió la pista de baile.

    Ella le acarició suavemente la espalda con una palmadita. —Seguro nadie lo notó, Kiba-kun…

    —¿Tú crees?

    —Claro —esbozó una sonrisa alentadora—, nadie se fija en esas cosas.

    Pero pronto Hinata descubriría que la gente es más detallista de lo que se piensa. Bueno, la gente como Ino. —Ey, Kiba —la rubia despampanante sonrió coqueta, sacudiendo suavemente el hombro de su amigo como eliminando alguna pelusa inexistente—, te ves bastante guapo con esmoquin, ¿sabes? —Hinata no se había fijado, pero era verdad: lucía extremadamente bien con su traje de etiqueta.

    Kiba sonrió sugestivo, alzando una ceja. —¿Ah? ¿Intentas flirtear conmigo, rubia?

    Los labios de Ino se estiraron un poco más, sus demenciales ojos azules brillando con malicia, meciendo su largo cabello rubio extrañamente suelto y sedoso antes de hablar: —Lo siento, pero los chicos que se hurgan la nariz no son mi tipo, Kiba.

    Hinata sintió un peso en el estómago (¡pobre Kiba!), Ino no debía ser tan cruel… Aunque habría sido demasiado optimista el pensar que la rubia se quedaría callada ante una oportunidad brillante de burla. Miró preocupada a su amigo, sus ojos afilados se abrieron con sorpresa por un segundo, pero sólo fue uno, después soltó una carcajada y una sonrisa gigante se estampó en su rostro. —Habla la que se come los mocos en clase —la cara de Ino se volvió un poema, abrió la boca para protestar, pero Kiba apresó su codo, arrastrándola con él—. Oh, cállate y vamos a bailar, Ino.

    Y con las luces bajas como lo estaban, con la música vibrando en el aire, mientras se alejaban de ella, Hinata pudo jurar que un sonrojo adornaba las mejillas de la muchacha. —¡S-sólo porque me gusta esa canción!

    —Sí, sí, como digas.

    Una gran alegría por su amigo la invadió. Él se merecía lo mejor, lo mejor del mundo… y si quería a Ino, entonces había que suponer que la rubia era el concepto de “lo mejor del mundo” en su diccionario. Sí, ella era buena para él. Y aunque se sentía aliviada, hasta contenta por él, no pudo evitar (aunque trató con gran fuerza) el sentirse absolutamente celosa. No, Hinata, eso es egoísta, ¡basta! Kiba-kun es bueno, Kiba-kun se lo merece…

    Pero si él y Ino estaban juntos… ella estaría sola. Kiba la querría más a ella, ese era el pensamiento que la aquejaba. Tenía la vista fija al frente, en el lugar donde los había visto desaparecer entre las personas, cuando una voz recientemente familiar la hizo sonreír. —¿La cumpleañera está sola? —¡y, oh, sabiduría detrás de esas palabras!

    Dio la vuelta y sus ojos se iluminaron en alegría. —¡Itachi-san!

    Y aunque alzó la voz para que la oyera (gracias a la música), Itachi se inclinó hacia ella antes de sonreírle de manera sobria. —Feliz cumpleaños, Hinata-chan —dijo, con una sonrisa pequeña—, y felicidades también por tu graduación.

    Las mejillas de Hinata se sintieron calientes. El rostro del muchacho estaba cerca, sus ojos oscuros brillaban fijos en ella. —G-gracias… —balbuceó con torpeza, desviando la mirada a un lado tímidamente. Aunque había pasado mucho tiempo con Itachi, aún no podía dejar se sentirse intimidada con su presencia. No ayudaba mucho que él fuera tan guapo y que siempre la mirara a los ojos. “Me gustan” le había confesado tranquilamente una vez “, son como perlas y a veces me parece que son transparentes… Tan diferentes a los míos. Puedo ver todo lo que piensas tan sólo mirándote a los ojos, Hinata-chan” y ella se había sonrojado furiosamente aquella vez, pensando que, aunque los ojos de Itachi eran oscuros y diametralmente opuestos a los suyos, también demostraban mucho. A ella también le gustaban sus ojos.

    Una sensación cálida pullo su mejilla derecha, en el lugar donde Itachi posó los labios. Trastabilló un poco y pudo jurar que su rostro era de un color fosforescente. Esperaba que con las luces bajas como lo estaban Itachi no notara su sonrojo. Ella lo miró sorprendida, pero Itachi era el hombre de las mil sorpresas. En menos de un segundo tenía una cajita roja entre los dedos. —Es tu regalo… —él susurró—, no es nada espectacular, pero… espero que te guste.

    Pero sí era algo espectacular.

    —Itachi-san… yo… —lo miró extasiada, sorprendida, anonadada. ¿Por qué él le daba un regalo tan bello como ese? Un anillo pequeño, adornado con una piedrilla en el centro… y Hinata sabía lo suficiente para entender que no era barato—es…

    Él la interrumpió, notablemente aliviado al ver que le había gustado. —Tiene tu nombre en la parte de atrás… Bueno, en lo oscuro no lo puedes ver, pero bajo la luz-

    —Te creo, Itachi-san —Hinata lo miró suavemente—, pero… me siento mal al recibirlo. Debió costarte mucho…

    —No es para tanto —Itachi le arrebató el anillo y él mismo lo acomodó en su dedo anular. Hinata se sonrojó cuando los ojos negros la miraron nuevamente—, tenía que darte algo bonito, Hinata-chan.

    Una sonrisa suave se abrió paso en sus labios y, en un puro momento de adrenalina, de locura, le rodeó en un abrazo. Itachi abrió los ojos con sorpresa. —¿N-nueve de junio, verdad? No olvidaré ese día… —ella dijo y él sólo pudo reír.

    Ella definitivamente no olvidaría el día en que Itachi Uchiha había nacido. Debía recompensarlo.

    Él pensó que no necesitaba más recompensa que ese abrazo, así que la acercó un poco más, presionando su espalda desnuda. Hinata tembló ligeramente. —¿Sería mucho pedir que bailaras conmigo, Hinata-chan…? —pidió con suavidad.

    Hinata ya estaba un poco mareada en el aroma acido de hombre que Itachi desprendía. —S-ería un placer, Itachi-san —, pero ni en los momentos más críticos Hinata Hyüga olvidaba su educación.

    Cuando la mano del muchacho Uchiha encerró suavemente la propia, guiándola hacía la pista, un martilleo en el pecho la sobresaltó. Apenas llegaron él le hizo dar un gracioso giro, besó el dorso de su mano y la atrajo de la cintura con su mano derecha, la izquierda le sirvió para apresar su derecha y Hinata, haciendo uso de sus muchas clases (gracias a su madre) posó su mano izquierda en el hombro derecho de él.

    Algo era claro: Uchiha Itachi era un caballero.

    —Te conté antes que me encanta el baile, ¿cierto, Hinata-chan? —él mencionó con una sonrisa satisfecha.

    Empezaban a moverse y sus movimientos, los de Itachi, eran precisos y elegantes. La guió suavemente y ella se sintió afortunada porque sus rodillas no se doblaron. —N-no lo hago muy bien con tacones… —se disculpó tímidamente.

    —No sé de qué hablas, lo haces estupendo —un nuevo giro. Él la soltó y Hinata trastabilló irremediablemente.

    —¡I-Itachi! —chilló, los ojos lavanda se abrieron por completo llenos de miedo. Ya se sentía en el suelo, cuando una mano grande la sostuvo fuertemente por su espalda. Cerró los ojos. Su cabello ondeaba en el aire y su trasero no sufrió daño alguno. Unos brazos la rodeaban, la sostenían… sus propios brazos se habían estirado frenéticamente y ahora rodeaban el cuello de alguien, el cuello de Itachi. Una risa ronca llegó a sus oidos, un sonrojo salvaje a sus mejillas… Sus ojos se abrieron.

    —Me llamaste Itachi —él murmuró suavemente, estaba tan cerca que podía sentir su aliento.

    —L-lo siento… —pudo morir de la vergüenza ahí mismo. Su cara seguramente era un poema. Él se había inclinado para sostenerla, ella aún no podía estar de pie por sí misma y, aunque su primer instinto fue soltar su agarre en el cuello masculino, no era tan tonta para soltarlo. Se aferró un poco más.

    Itachi no dejaba de verla. —Me gusta.

    Su sonrojo no podía ser mayor, seguro.

    Él pronto la ayudó a enderezarse, volvieron a la posición normal, pero ninguno de los dos cambió la posición de sus manos. La música se volvió un poco más lenta, era una balada romántica… y Hinata se sintió débil. Su corazón empezó a latir lento y rápido al tiempo… la amabilidad de ese hombre empezaba a conquistarla.

    —No te había dicho que luces hermosa, Hinata-chan —el murmullo tierno se mezclaba con la suave melodía, pero se hizo perfectamente audible—, bueno, debo decir que te ves particularmente hermosa la noche de hoy, porque la verdad es que siempre luces hermosa… —e Itachi se notaba un poco nervioso. Ella le dedicó una cálida sonrisa, tan cálida como sus mejillas. El color rojo subió a su rostro.

    —Tú t-también estás muy g-guapo, Itachi-san —dijo, recostándose en su hombro derecho. Un olor delicioso le llegó desde su cuello. Lo olfateó disimuladamente (era un extraño hábito, pero parecía que se quedaría con ella eternamente), y pensó en cómo describir el aroma de Itachi: como la maracuyá. Sí, justo como esa fruta—, bueno, debo decir que te ves particularmente guapo la noche de hoy, porque la verdad es que siempre luces guapo…

    La risa de Itachi vibró entre ellos. —Siempre eres tan divertida.

    Hinata sonrió ante el cumplido y cerró nuevamente los ojos para casi saborear la música, recostada en el cómodo hombro, con la quijada de Itachi acariciando su frente. Hinata sonrió siendo totalmente inocente de los filosos ojos azules que los observaban minuciosamente, cuyo propietario ardía intensamente en silencio, sentado en una silla, con un vaso de whiskey en la mano… Ella sonrió sin ser consciente del muchacho rubio que se repetía una y otra y otra vez: “ella es mía” y “diablos, tengo que aprender a bailar´ttebayó”.

    ()

    ()

    ()
    Hiashi Hyüga entrecerró los ojos para enfocar mejor la visión hacia la pista de baile antes de hablar. —¿Con quién está Hinata? —preguntó con voz áspera—Ese no es ni Naruto ni Kiba.

    Los veintiséis pares de blancos ojos Hyüga restantes repartidos alrededor de la mesa siguieron la misma dirección, donde la adolescente mencionada bailaba una tonada romántica con otro muchacho. Los murmullos no se hicieron esperar; “¿Hinata-chan tiene novio?”, “no le veo bien la cara”, “no, pero parece muy guapo”, “Hinata está muy joven para tener novio. Hiashi, ¿no le habías dado permiso hasta los dieciocho?”, jujú, mi primita se rebeló”, pero el primero en proferir un comentario interesante para Hiashi Hyüga fue su sobrino: —Es Uchiha Itachi.

    ¡Un Uchiha! De nuevo los susurros insoportables llegaron a sus oídos, pero rápidamente los ignoró y se giró hacia el muchacho: —Dime todo lo que sepas, Neji.

    Neji asintió, cual hombre fiel, dispuesto a recitar: —Itachi Uchiha, primogénito de Fugaku Uchiha y Mikoto Uchiha. Finalizó quinto semestre de Derecho en la Universidad Privada de Konoha, es un alumno destacado, querido por la mayoría de los maestros. Cumpleaños: nueve de junio, edad: diecinueve, fruta preferida: la pera, pasatiempo: leer y, según la población femenina de la universidad, es el soltero más codiciado.

    Hiashi asintió complacido. Hanabi se dijo que Neji era un maldito genio. —¿Cómo diablos sabes todo eso, primo Neji?

    Los ojos serios de su primo brillaron con autosuficiencia: —Sólo lo sé —Neji cerró los ojos—, además me disputé el puesto con él… claro, antes de que apareciera Tenten.

    —¿El de soltero más codiciado? —Hanabi alzó una ceja, luciendo escéptica, pero se privó de hacer comentarios.

    Hiashi, quien había estado intentando atar cabos en su cabeza, volvió a hablar: —¿Y cómo llega él a relacionarse con Hinata?

    Neji trastabilló, obviamente desconociendo la respuesta. —Bueno… —carraspeó—Olvidé mencionar que su hermano pequeño, Uchiha Sasuke, es compañero de Hinata-sama desde hace mucho. Quizá se hayan conocido por medio de él.

    Hiashi asintió, nuevamente complacido por la útil respuesta de su sobrino. Ese chico iba a llegar lejos como abogado.

    Hanabi rodó los ojos. —La ciclovía.

    —¿Qué? —Hiashi se fijó en su hija menor.

    —Lo conocimos en la ciclovía, Hinata se tropezó con él y luego descubrió que era hermano de Sasuke-san —explicó calmadamente—. Eso es todo.

    —Oh… —la madre, quien había decidido quedarse al margen de la conversación, intervino por primera vez con el brillo del entendimiento extendiéndose en su rostro—ya veo. Por eso Hinata-chan insistía tanto en ir los domingos…

    —Hanabi —Hiashi Hyüga habló con voz dura, pero Hanabi no se sobresaltó, tan sólo lo miró con parsimonia. Ella ya estaba acostumbrada a estas cosas—. ¿Qué relación llevan exactamente esos dos?

    —Una de amistad, padre —respondió, para luego pensárselo un poco—, aunque, si me permite opinar, yo diría que a Itachi le gusta mi hermana.

    Hiashi asintió, decidiendo que mantendría vigilado a ese muchacho. La señora Hyüga sonrió con ternura hacia la parejita que aún bailaba y Neji sólo podía pensar en la forma de castrar a quien pretendía el corazón de su prima. Si Neji hubiera mirado a la mesa de al lado, a la Uzumaki, descubriría otro sujeto al que querría castrar. Pero no lo hizo.

    Por ahora sólo se consideraba peligroso Itachi Uchiha.
     
    Última edición: 14 Enero 2014
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  7.  
    RoOh Miro

    RoOh Miro La noche es para los que sueñan

    Sagitario
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    Jajaja ese Neji es un acosador "fruta preferida:la pera" le faltaba saber el talle de sus calzones ( las fangirls te lo habriamos agradecido)

    Me encanto el capitulo, la forma en la que describes a itachi es tan cool jajaj el es todo un caballero "like a sir" jajajaj

    Siento pena por Naru, pero supongo que es medio karmoso lo que le pasa osea "amaras a alguien que no te ama por no haber amado a alguien que te amo"

    Ojala esto se soluciones pronto, me quedo la duda de lo de Sakura, por que al final, terminaron no?

    Definitivamente tenes que hacer un momento sasusaku

    En fin, muy buen capi, espero que este asunto se solucione porque si Itachi se enamora de hinata .... Osea no le rompas el corazoncito a Itachi :(

    Sayonara Sempai!!
     
  8.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
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    Nahii!!!!! Sweet-chan reportandose para dar su comentario (n.n)/

    La verdad esperaba con ansias conocer la historia desde el lado de Hinata, me tenia preocupada que ella despues de un mes pudiera mostrar asi tanta indiferencia de repente hacia Naruto !! O.O sisis el leer que ella estaba tan feliz con "los tres chiflados" aaww ellos tres son tan lindos :3

    Hubo una parte que me tente demasiado jajajajjaja el tema de kiba y sus mocos!!! xD Solo a el le pueden tomar una foto sacandose los mocos! jajajaja y llega Ino en modo troll para burlarse de el :3 y van a bailar waaa :3 Tengo un favoritismo por el SaiIno pero el KibaIno no esta mal tampoco e.e

    Mmmm...hay algo muy...pero MUY raro en Itachi-senpai ¬¬ el que se muestre tan cariñoso y amable con Hinata, que le de regalos, que baile con ella de esa forma tan nose...con segundas intenciones me ahce sospechar e.e El gusta de Hina-chan!?? Hay otro triangulo amoroso!??? O.O esto parece un dorama de los que tanto veo O////O


    Otro momento de tentacion asi que agh que cuando me acuerdo me rio jajajajja es la extraña forma que tiene Neji de dar informacion de una persona xD es agente de la CIA o del FBI o queee??? jajajaja

    Amo como empezó, la verdad tiene un buen futuro como abogado jajaja xD

    Ahora falta esperar para saber que pasara con Naruto, agh Naruto D: haz algo o el sexy de Itachi se va a robar a Hina-chan!!! D: Tambien quiero saber que onda Sakura ¬¬ espero muy ansiosamente su caida( muajajjajaja >:D) ok no u.u Nahii querida por favor subi la contiii onegaiii *¬*

    Parte tecnica perfecta sin errores en la lectura ni ninguno otro n.n
    Saluditosss (^^)/

    Atte. Sweet-chan :3
     
  9.  
    Nahi Shite

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    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
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    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
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    @Sweet blody rose , @annette @RoOh Miro : ¡New Chapter! <3 Con todo el amor para ustedes dos, chicas.

    FRIEND ZONE.

    XXIX: Mi mejor amigo.

    Palabras: 5.544

    Hinata estaba teniendo una noche estupenda. Después del baile pacífico con Itachi, que despertó suaves aleteos en su estómago, habían decidido salir a la pequeña sala fuera del salón, donde estaban repartidos varios sofás para descansar del bullicio. Itachi hizo algunos comentarios sobre la elegancia del lugar y ella asintió suavemente, siempre atenta a sus intervenciones.

    —¡Hinata!

    Los ojos lavanda se deslizaron sobre unos hermosos de esmeralda. La chica de tez blanca, exóticas hebras rosas y vestido del mismo color, pero en un tono más claro, le dedicó una sonrisa suave al estar frente a frente.—S-Sakura-chan, —Hinata reverenció educadamente, el color característico en sus mejillas—e-es bueno verte.

    La sonrisa de Sakura se ensanchó.

    La ceja de Itachi ascendió interesado. Así que ella…

    —Feliz cumpleaños, Hinata-chan —la muchacha extendió un sobre pequeño de –oh, sorpresa- color rosa, deslizándolo entre sus dedos. Hinata lo recibió tímida—, he dibujado algo para ti, pero no lo veas hasta que estés en casa, ¿okey?

    Asintió suavemente. —A-arigato…

    —Oh, no es nada —Sakura sonrió, los ojos verdes brillando suavemente—, es lo menos que podía darte. Es… como mi regalo de despedida, creo.

    Los ojos claros se entristecieron. —Sakura-chan… N-no digas eso.

    —No nos veremos en un rato, sabes, ya nos graduamos…

    Itachi desvió la mirada cuando, de improvisto, la muchacha Hyüga rodeó en un abrazo a la recién llegada. Él era lo bastante sensitivo para entender que este era un momento lo bastante intimo como para estar presente. Decidió entonces hacer una visitica a su mesa familiar, porque Sasuke también se estaba graduando, ¿no? Sería la peor clase de hermano, ruin y desalmado, su no pasaba aunque sea unos minutos con él.

    —Sakura-chan…

    Los sentimientos se luchaban internamente el control de Hinata. Estrechó más a la otra muchacha de la cintura y se hundió en su hombro delgado. Las lágrimas se sintieron picosas en sus ojos… Sakura, Sakura, Sakura. A pesar de todo… a pesar de que había intentado odiarla en muchas ocasiones, aunque trató de verla como una rival, jamás había podido.

    Ella la empujó contra su cuerpo, respondiendo dulcemente el brazo. Sakura tampoco la había odiado nunca…

    Una amistad puede pasar por momentos difíciles, pero ellas dos –aunque habían tenido una situación delicada- atravesaron obstáculos fuertes y salieron fortalecidas. Su preciosa amistad era más importante.

    —Gracias por todo… —Hinata susurró en bajo, una sensación rebotando en su estómago, una cuerda atándole el esófago.

    —Hinata, —habló Sakura, apretándola suavemente—te quiero.

    Era culpabilidad. De nuevo una sensación agría quemándole por dentro… ¡Yo besé a tu novio, sabes, yo quiero a tu novio, sabes! ¿Cómo puedes querer de amiga a alguien como yo…?

    Sakura besó su mejilla, seguramente viendo el sentimiento en sus ojos. —También te quiero, Sakura… —gimió con voz quebrada—L-lo siento.

    La mirada en los ojos verdes se derritió con ternura. —Oh, Hinata, ya pasamos por esto —la apartó suavemente y una sonrisa genuina afloró en sus labios—. Ahora lo importante es pasar el máximo tiempo todos juntos. Nuestros días de escuela acabaron y tenemos que aprovechar esta noche de la mejor manera… A propósito, ¿has visto a la cerda? Se me perdió hace rato…

    Sakura giró la cabeza de un lado a otro tratando de localizar a la amiga faltante y, mientras ella se dedicaba a murmurar cosas sin sentido, Hinata se tomó unos segundos para observarla; cabello rosa recogido en un bello moño con algunos mechones exaltando su rostro hermoso de muñeca, extraordinarios ojos verdes, provocativo vestido ceñido al cuerpo como una segunda piel…

    Sakura era hermosa, siempre lo había sabido, pero por primera vez no se sintió menos.

    Hinata estaba teniendo, definitivamente, una noche fantástica.

    —¿L-la buscamos en el salón?

    —Sí, creo que mejor entramos —respondió Sakura, enganchando su brazo con el de Hinata en un gesto amistoso. Ambas sonrieron—. Vamos, compañera.

    —Sí —los orbes perlas brillaron tenuemente, la neblina alegre de la amistad restaurada cubriéndolos. Luego, mientras caminaban dentro, ésta se disipó y un pensamiento le hizo abrir los ojos con sorpresa, con algo de tortura también. Oh, Dios, yo estaba con Itachi-san.

    Suspiró. Ojalá él no estuviera molesto por dejarlo de lado.





    Aproximadamente tres semanas atrás.
    El cielo estaba despejado, el sol brillaba en lo más alto y las nubes parecían tímidas. Era una lástima, porque ella había estado pensando seriamente en ubicar a Shikamaru Nara e invitarlo a compartir un momento de pensamientos en blanco mientras observaban el firmamento. Él era buena compañía en días como ese, en los que tenía ganas de Nada. Callado, inteligente y demasiado vago para entrometerse en sus asuntos… Sí, Shikamaru hubiera sido la mejor elección. “Lástima que las nubes se han escondido”, pensó con un suspiro suave, tomando un pequeño sorbo de su bebida. El día era caluroso, pero cobijada por la sombra del maravilloso árbol se sentía deliciosamente fresco y aunque sólo hubiera deseado escuchar la voz del chico vago, fue otro timbre el que llegó a sus oídos. —Se está bien aquí, ¿no?

    Hinata se preguntó en qué momento había llegado ella ahí. Había estado tan distraída que ni siquiera notó cuando se acercó. Hebras rosas bailando con una suave brisa fue lo primero que vio a su lado… Sakura miraba el cielo con una sonrisa pequeña adornando su bello rostro de adolescente. ¿Qué hacía ahí? ¿A qué venía? Los recuerdos de la confrontación acontecida una semana antes recurrieron a su mente… ¿Era esa la misma Sakura brusca y dominante? Un pinchazo picó en su corazón… Ella se veía tan pacifica ahora mismo.

    Y como no podía, ni quería, gritar a los cuatro vientos sus dudas (¿qué pasará ahora con nosotras, Sakura? ¿me odias? ¿vienes a reclamarme?), entonces hizo lo único que podía hacer: Evitar el tema. —S-sí, es refrescante…

    Oh, claro, olvidaba que era terrible para las conversaciones. Más cuando el nivel de estrés hacía de saltar del puente más alto una idea provocativa.

    Sakura pareció pensativa y el silencio pronto se instauró entre ellas. Rosa y negro meciéndose con el viento, lavanda y verde fijos en el azul del cielo…

    Azul…

    Naruto.

    —¿Desde cuándo? —la pregunta la dejó bloqueada, Sakura suspiró suavemente y se giró para verla. Su rostro era pura seriedad—¿desde cuándo sientes algo por él?

    ¿Quién podría saberlo? Pudo haber sido desde ese día en que él se había parado frente a su pupitre con el ceño fruncido, el rostro conmocionado y los ojos brillantes para reclamarle por no haberle contado sobre sus creencias religiosas, desde que la volvió su mejor amiga… o pudo haber sido desde lo vio discutir con Kiba… o desde el día en que él la había abrazado después de no verse por un año entero… o de pronto le había empezado a gustar durante una de sus conversaciones estúpidas y tiernas al teléfono..

    Quizá pudo haber sido desde esa tarde en la que pensó que él era “Sasuke-kun”, hace ya ocho años, quizá desde la primera vez que oyó su nombre de labios de la pequeña Ino… Quizá desde antes de su nacimiento, o hasta de la creación del mundo.

    —Yo… —suspiró—, creo que no lo sé…

    El suspiró de Sakura hizo eco al suyo. —Lo que quiero saber es si fue antes de que yo les confesara que me gustaba.

    Oh, claro que sí. Sus mejillas se sintieron abochornadas ante la mirada insistente. —Sí… —al ver la expresión sorprendida de la muchacha, se apresuró a añadir—. P-pero Sakura-chan yo… yo pensé que pronto se me pasaría, que quizá sólo era algo pasajero… —su voz empezó a debilitarse finalmente.

    —Pero no fue así —completó Sakura.

    Ella asintió, desviando la mirada con arrepentimiento. Como si pudiera haber hecho algo…

    Sakura pareció considerar los acontecimientos. Luego de un rato, volvió a hablar de manera cansada. —Entonces no lo entiendo —dijo, y los ojos verdes se estrellaron contra los perlados con desesperación, su voz sonó alterada—. ¿Por qué no me dijiste nada? ¿por qué callaste? ¡No me cabe en la cabeza! ¿Por qué…? ¡Dios, si hasta me ayudaste! Me ayudaste… —le faltó el aliento—¿Por qué lo hiciste?

    —Porque… quería verlos felices.

    Sakura se estremeció con un quejido de frustración. —¿Y tú?

    —Pensé que podría manejarlo…

    Miró a Sakura. Su rostro estaba sombrío. —Esas cosas no se manejan —dijo, y Hinata presintió que ya no estaban hablando solo de ella y Naruto, pero prefirió no comentar sobre eso, simplemente se limitó a tomar una varita cercana y hacer hoyos diminutos en el suelo de tierra del patio escolar, como si fuera lo más entretenido del mundo.

    ¿Qué saldría de todo eso? ¿de toda esa conversación? ¿reproches, angustias, secretos, enemistades? Ella estaba dispuesta, mejor dicho, resignada a perder la amistad de Sakura definitivamente. Jamás podría culpar a la muchacha si decidía mantenerla alejada, era lo más natural después de una traición, ¿no? En realidad, estaba agradecida de que no le hubiera arrancado cada uno de los cabellos lenta y dolorosamente. Ella se dejaría sin rechistar, porque tristemente era un castigo merecido.

    Una amistad rota era la terrible consecuencia de sus actos.

    —Lo siento, Hinata —eso sí la sorprendió. Sólo pudo mirarla incrédula—, supongo que tuve que haberlo notado antes.

    ¿Qué?

    —¿Q-qué? —farfulló, pensando que había escuchado mal. Los papeles deberían ser opuestos, era ella la que debería estar con el rostro enterrado en la tierra disculpándose mil veces.

    —Digo que... —empezó—debí haber notado antes que te gustaba. Además tú lo viste primero, lo conociste mucho, mucho antes que yo… y era tu mejor amigo —la vio sonreír tenuemente, con la mirada verdosa siempre al frente, en ningún lugar en particular—. Debí a ver notado que él no ha tenido ojos para mí en todo este tiempo —Sakura rodó los ojos—, no hacía más que hablar y hablar de ti las pocas veces que estuvimos solos…,“mira, el anime favorito de Hinata-chan”, “el color favorito de Hinata-chan”, “Oh, es la película favorita de Hinata-chan. Debimos invitarla, Sakura-chan. La voy a llamar´ttebayó”. Era en serio irritante —Sakura sonrió con frescura y Hinata se sintió enrojecer—, pero tierno…

    —Sakura-chan… —en un ataque de valentía, de sinceridad pura, alargó la mano y la posó sobre la de ella. Sakura no rechazó su gesto—, no quise nunca hacerte daño —confesó—, me dolía cuando los veía juntos, pero me reprendía a mí misma por sentir… lo que siento por Naruto-kun —Sakura la observó con interés y, aunque estaba nerviosa, su voz –sorprendentemente- no se rompió. Ella tenía que hablar, hablar ahora, aclararle todo, decirle que no lo hizo a propósito, que jamás quiso que nadie sufriera, que los quería… a ambos, que –aunque fuera difícil de creer- era su amiga—. Cuando ustedes se volvieron novios, yo… pensé que sería más fácil para mí desprenderme de esos sentimientos… Lo sé, fue algo tonto el suponerlo, pero… tenía que aferrarme a algo… Pensé que si ustedes dos estaban juntos yo podría dejar a Naruto-kun atrás, porque era el novio de mi amiga —Sakura tragó saliva—, pero no fue así… Y entonces mi corazón dolía cada vez más, no podía soportarlo… —susurró, sintiendo cálido el apretón que la mano de la otra muchacha le brindó—, me sentía amargada y triste… Naruto-kun lo notó… él insistió en saber qué me pasaba, porque él siempre se preocupa por las personas, y no tardó en descubrir que tenía problemas por un muchacho. Después otra idea estúpida me pasó por la mente —Hinata estaba hablando libremente, sin tapujos, se desahogaba con intensidad—: si le confesaba todo a Naruto-kun me sentiría aliviada y, con suerte, él me rechazaría de manera contundente… Tendría que alejarme de él, pero ya estaba claro que su cercanía me hacía más daño. Me convencí de que sería lo mejor, era perfecto, tenía que poner distancia entre nosotros por mi propio bien… pero entonces algo salió mal con mi plan —un suspiro sentido escapó de sus labios, antes de culminar. La mente de Sakura seguía sus palabras con atención—: él no me rechazó.

    Su mirada estaba baja, su flequillo cubría parte de su rostro, la vergüenza junto con la culpabilidad bailaban en su interior, pero al fin se sentía agradecida, aliviada, de decirle esto. —Lo sé, él está enamorado de ti —la voz de Sakura sonó calmada.

    —¡Oh, no, no, Sakura-chan, él… Naruto-kun no-

    —Lo está —afirmó.

    Las mejillas blancas se enrojecieron y su mirada se entristeció nuevamente. —No es verdad… —la sonrisa le salió tan desgraciada, que Sakura casi tuvo ganas de abrazarla—Él me quiere lejos, eso dijo.

    —Oh, porque es un idiota completo, te lo juro —rió suavemente, ambas estaban plenamente conscientes –pero gratamente sorprendidas- de que esa conversación no estaba tomando un rumbo normal. No era normal—. Y está más confundido que nosotras dos juntas… ¿Sabes que es un lento, no? Y sinceramente no sabe decir las cosas. Quizá sí estaba dolido por lo del horrible oso panda que le aconsejaste comprarme-

    Hinata gimió. —¡Lo siento por eso también!

    —Olvídalo, se lo regalé a Moegi y es asunto pasado —Sakura frunció el ceño—, pero como te decía: él pudo haber estado dolido porque se sintió decepcionado y ambas sabemos que es un tipo que se enciende por el momento, que actúa sin pensar… Pero él en realidad no es malo, en serio… creo que te quiere.

    —Sakura-chan…

    —Pero en cierta forma siento alivio de que te haya dicho eso… —la sonrisa de Sakura fue divertida—. El tenerte lejos significa que no tendrá novia al menos hasta que nos graduemos. O sea, ya sabes, me siento aliviada de que se dé un tiempo después de que nuestra relación terminó… sobretodo porque no quiero quedar en ridículo ante todos en la escuela —Sakura rió.

    Hinata sonrió timida. Luego ambas mantuvieron un cómodo silencio.

    —P-pensé que no ibas a terminar con Naruto-kun… —se atrevió a mencionar. Claro, porque hace una semana la muchacha de cabellos rosas le había ordenado explícitamente que se alejara de su novio. Hinata había supuesto que eso significaba que no quería romper su relación.

    —Oh, fue más como de mutuo acuerdo —dijo tranquilamente—, aunque sí. Si alguien más lo pregunta: yo terminé con él, ¿está claro?

    Hinata asintió obediente, todavía asombrada y contenta de que la conversación entre ellas surgiera de forma tan ligera. Como antes, como cuando eran niñas…

    —Naruto es un buen chico, lo quiero —Sakura sonrió—, pero, si te soy sincera, me sorprendí mucho cuando no me sentí tan mal después de que me enteré de lo de ustedes… En serio, me sentí enojada conmigo misma por no sentirme herida, y… —jugó con la tierra—entendí que simplemente… nunca podré enamorarme de él, por más que lo intente.

    Hinata no podía creer que costara tanto enamorarse de Naruto. Para ella esa había sido la parte fácil… Lo difícil era desenamorarse. —¿M-me perdonas, Sakura-chan? —preguntó suavemente.

    —Pues claro, boba... —ella le respondió con una sonrisa genuina—. Yo sé que eres buena.

    Hinata la abrazó, sintiéndose tremendamente valiente y agradecida. —G-gracias.

    Los dedos delgados de Sakura se enredaron en su cabello, su voz sonó como una melodía. —Te quiero, Hinata.

    ¿Cómo podía ella seguirla queriendo después de todo? Sintió enormes deseos de llorar… más aún cuando supo que, verdaderamente, ella también la quería. Nunca la dejó de querer. Sakura era una de sus preciadas personas. De sus amigas. —Y-yo también te quiero, Sakura-chan… —a duras penas pudo murmurar, reteniendo las lágrimas—Quiero ser tu amiga siempre.

    Cuando Sakura la apartó con delicadeza y pudo ver sus ojos verdes, que lucían cansados, Hinata supo que ella estaba ocultando algo. Lo confirmó cuando ella desvió la mirada a un lado, sin decir palabra. —¿Q-qué sucede? —preguntó temerosa.

    Ella demoró una eternidad en responder. —Hinata… —suspiró—yo también tengo un secreto.

    Sus ojos se abrieron con sorpresa y curiosidad. ¿Qué secreto podía convertir los ojos suaves de Sakura en un verde mar tormentoso? Esperó en silencio a que hablara. Parecía costarle. —Yo… —susurró después de cerrar los ojos—utilicé a Naruto.

    Hinata casi se atraganta, aunque no estaba comiendo nada. Sakura la miró. —La verdad es que nunca he podido olvidar a Sasuke-kun, por eso entiendo lo que sientes con respecto a Naruto…

    Recordó de inmediato los pensamientos de Kiba, pero una chica que lucía tan mortificada como Sakura en ese momento no se acercaba ni un poco a la descripción sádica que tenía su amigo… Eso pensó. —¿Y… por qué… Naruto-kun? —balbuceó.

    —Te lo dije una vez, ¿no? Porque es divertido, amable y nada feo… —Sakura suspiró—, porque es la versión opuesta de Sasuke-kun… Pensé que podría olvidarme de él si me acercaba a Naruto, lo utilicé por eso… En lo más oscuro de mi corazón también tenía la esperanza de que Sasuke-kun sintiera celos al verme con él, lo cual obviamente es ridículo —terminó con una sonrisa melancólica.

    ¡Si ella supiera! Oh, no… Hinata definitivamente, de ninguna manera, le iba a decir que ese mismo Sasuke-kun había estado interesado en ella antes. ¡No, no, no! ¡Sakura se atormentaría eternamente por haber perdido su oportunidad!

    De repente sintió ganas de reír. Todos habían sido tan estúpidos…

    —¿De qué te ríes? —preguntó Sakura con incredulidad.

    —D-de nada… —le sonrió suavemente—, sólo pensaba que la vida es juguetona…

    —Entonces… —Sakura jugó suavemente con el borde de su propia camisa—¿me perdonas?

    Y, aunque le tomó por sorpresa, Hinata asintió con alegría. —P-pues claro, boba… —descubrió que le gustaba imitar a la gente. Los labios de la chica a su lado se curvaron en una sonrisa—. Yo sé que eres buena.

    Luego ambas empezaron a reír como tontas. Pero como unas tontas felices.






    Sakura lucía enojada a su lado. ¿Dónde está esa cerda?, no dejaba de repetir, y la verdad era que ya se estaba sintiendo un poco cansada ella también de buscar a Ino por todos lados. Suspiró. —Sakura-chan, necesito ir al baño —lo dijo más para buscar una distracción que por nada en el mundo.

    El brazo de Sakura aún se enganchaba con el de ella y empezó a andar, siempre guiándola como si fuera su madre. —Vamos entonces, Hinata-chan —dijo.

    Y cuando, finalmente, vislumbraron el salón donde estaban repartidos los baños de hombres en el cuarto de la derecha y el de mujeres en la izquierda (sí, había un salón para antes de entrar a los baños, ¡era absurdo! Hinata pensó divertida en lo que sucedería si alguien tuviera diarrea y tuviese que pasar todo ese trayecto), Sakura se adelantó para abrir la puerta (del salón, no del baño).

    Y la cerró inmediatamente con un chillido apenas audible, pero con el rostro desfigurado. —No entres, Hinata, no entres —susurró escandalizada.

    —¿Q-qué? ¿por qué…?

    Sakura intentó jalarla del brazo, pero ella era demasiado curiosa. Un segundo después supo el por qué. Al principio no notó nada extraño (excepto por el hecho de que un salón que precedía a los baños -¡los baños, por Dios!- fuera tan ridículamente grande); un sillón por allá, una lámpara por acá, un par de cuadros, bla, bla, bla, una maceta inmensa con una enorme planta sembrada en ella, bla, bla, bla, dos chicos besándose tras la maceta… Nada anormal, luego el mundo dio una vuelta.

    ¡Ino y Kiba estaban besándose! ¡Estaban ahí escondidos!

    Quiso gritar por la conmoción, pero rápidamente cerró la puerta y volvió a su lugar junto a Sakura, quien, por cierto, tenía un leve rubor en el rostro. —E-e-ellos… —balbuceó a duras penas, sintiéndose enrojecer intensamente. ¡De qué manera se besaban!

    —Al menos ya sabemos dónde está Ino —comentó Sakura después de un momento de asimilación, para luego añadir, con una juguetona ceja arriba—, y que se está divirtiendo.


    ()

    ()

    ()

    Naruto estaba teniendo una noche de mierda.

    Hinata e Itachi se habían perdido completamente de su vista en sólo un segundo y eso logró alarmarlo, pero luego, al ver a los hermanos Uchiha charlando a un lado del salón, el alivio lo recorrió entero. Por un momento él había pensado en un montón de cosas malas.

    Ahora estaba solo, con un nuevo vaso lleno de whisky en la mano derecha, sentado en la mesa Uzumaki completamente desolada; sus padres se estaban tomando en serio eso de “disfrutar la fiesta” y no habían parado de bailar un solo momento, y el viejo pervertido… Quién sabe, andaría por ahí ganándose una que otra cachetada bien merecida.

    Se sentía amargado, confundido y enojado consigo mismo. Estaba solo y también atemorizado. Por eso cuando vio que Sasuke se acercaba a su mesa sólo frunció el ceño con fastidio, porque las personas en su estado hacen precisamente eso: evitar a cualquiera que pueda decirles algo que no quieren oír.

    El azabache se sentó a su lado, pero él no lo determinó. Que se joda, pensó mientras tomaba otro trago amargo, no me falta tener al lado a otro fariseo…

    Sí, en su cabeza Sasuke era un fariseo por el hecho de que… bueno, porque su hermano mayor parecía muy en confianza con Hinata y él (el fariseo Uchiha, así lo iba a llamar de ahora en adelante) no había dicho ni una sola palabra. ¿Qué clase de mejor amigo era ese?

    La ira le quemó el estómago… Otro sorbo largo, y el choque del vaso vacío con el vidrio de la mesa. Necesitaba más.

    —Dame la botella, Sasuke —siseó, mirándolo con fiereza.

    —No —negó—, eres un bebedor horrible.

    Típico del fariseo Uchiha: no ayudaba en nada y sólo venía a joderlo.

    Gruñó. —No he bebido antes´ttebayó.

    —Por eso.

    Naruto se desparramó sin ningún estilo en la silla. Su corbata (que había sido juiciosamente arreglada por su querida madre) ahora estaba floja y sobre su hombro. La mirada azulada se perdió en ningún punto en particular, con un brillo indescifrable…

    Sasuke pensó que hubiera sido mucho más fácil mantenerse lejos de él, hacer como si no lo conociera y seguir disfrutando de la noche (aunque no lo pareciera, se estaba divirtiendo bastante, ¿saben?), hubiera sido muy sencillo dejarlo ahí, solo, ahogándose en alcohol (cosa no tan difícil para Naruto, que no estaba acostumbrado a beber), pero no… Él era su jodido mejor amigo y, aunque era un dolor en el culo, Sasuke tenía muy en claro su papel. Él sabía exactamente qué hacer.

    Tomó un vaso y vertió líquido en él. Luego, arrebató el que se encontraba en la mano de Naruto y lo llenó de nuevo. Él lo miró desconfiado, pero sí…

    Iba a beber con él.

    Sasuke no habló por un rato. Si Naruto esperaba que actuara como Pepe Grillo o que lo cantaleteara como una vieja, entonces estaba muy equivocado; cerró los ojos y tomó un sorbo, disfrutando de la agradable sensación de calor que provocaba el líquido amarillento en su garganta y, como lo esperaba, Naruto fue el primero en hablar. —¿Vienes a sermonearme?

    —¿Alguna vez lo he hecho?

    Naruto suspiró. —A veces lo haces sin siquiera decirme una palabra, teme…

    Sonrió. Entonces eso significaba que lo estaba haciendo bien. Después de todo esa era la especialidad de los Uchiha: hablar… sin hablar.

    A veces el silencio era más efectivo que un sermón.





    Naruto suspiró, echándose de espalda en la irritantemente ordenada cama. Habían pasado ya algunos días desde su conversación con las chicas, desde su rompimiento con Sakura, desde que Hinata le había dirigido una palabra y él, Naruto Uzumaki, terminaba en el mismo lugar de siempre: el cuarto de Sasuke Uchiha.

    Los ojos ónix lo escudriñaron con atención, como si tuviera un rayo láser en ellos. Ese Sasuke… ¿Por qué sería que siempre terminaba buscando al tipo que sabía menos sobre las personas después de Sai? Joder, claro… Porque era su mejor amigo. Lástima.

    —Oí que Sakura te botó —comentó el muchacho Uchiha de manera desinteresada, más pendiente del libro entre sus manos que del rubio que invadía su cama.

    —¡No me botó! —Naruto brincó, apresurándose a aclarar—Fue algo más como… de mutuo acuerdo´ttebayó.

    —Sí, claro. Eso suelen decir las personas que han sido botadas sin misericordia.

    Naruto gimió lleno de frustración, sabiendo que no serviría de nada enfrentarse a él en una batalla verbal, porque el muy maldito siempre terminaba enredándolo con un montón de mierda. Era un caso perdido, así que decidió calmar su rabia con el estúpido y preciado cubo de Rubik perteneciente al dueño de casa.

    En realidad, Sakura y él sí habían terminado en buenos términos. No hubo peleas o tristezas, frustraciones, ni llantos… En realidad, aún le sorprendía la candidez con la que ella se lo había tomado; todo había sido absolutamente fácil.

    En fin, todo había salido bien.

    —Lo importantes es que terminamos —habló nuevamente—, así que tienes el camino libre, teme —agregó con un toque burlesco.

    Sasuke bufó. —Yo no recogeré tus sobros.

    —Sí, claro —Naruto rió—. Te veré.

    Y, por un segundo, se permitió disfrutar del rostro estreñido del azabache. Pero sólo fue un segundo porque, para su desgracia, Sasuke no era de los que se quedaban de brazos cruzados ante una arremetida contra su ego –bendito sea el orgullo Uchiha por siempre-. Una ceja oscura se alzó altiva. —Lo único que veo es que estás más solo que el último tomate del costal.

    Naruto chasqueó la lengua, a sabiendas del punto que tomaría la conversación. —Tú y tus malditos tomates… —farfulló.

    —Son saludables —dijo—, pero ese no es el asunto. ¿Por qué no te he visto últimamente con Hinata? —cuestionó tranquilamente.

    —No tengo que estar siempre con Hinata, ¿sabes? No es como si fuéramos siameses o algo así´ttebayó.

    Los ojos oscuros parecieron reír, una sonrisa de total complacencia empujo suave los labios de Sasuke. —Te mandó al diablo, ¿no?

    —Algo así… —rodó los ojos, pensativo—Pero creo que fue mi culpa. Yo le dije que se alejara…

    —Ajá… —pronunció lentamente, sin entender una mierda de todo lo que su estúpido amigo decía. Así que Naruto había terminado con Sakura y le dijo a Hinata que se alejara… Se había quedado sin nada. ¿O acaso sería que…?—Naruto —le llamó seriamente—¿eres gay o qué?

    —¡Claro que no, teme! —el rubio chilló.

    —¿Entonces por qué decirle a ella que se aleje?

    Simplemente era absurdo.

    Naruto pensó entonces que no le agradaba demasiado el que Sasuke pensara tan bien de Hinata. Algo parecido a los celos le puyó el estómago, pero lo ignoró rápidamente. —Sí se lo dije… ¡pero eso fue porque estaba molesto con ella´ttebayó!

    ¿Él estaba molesto con ella? Sakura intentó que su rostro no demostrara la sorpresa que aquella frase le causaba. En todos los años de vida que tenía, jamás –jamás de los jamases- había escuchado a Naruto decir algo parecido. Él nunca había dado muestras de estar enojado con Hinata, nada de eso; al contrario, siempre parecía estar en una nube de felicidad… Ella le complacía, le alcahueteaba cada una de sus idioteces y siempre salía en defensa del idiota. ¿Por qué estaría molesto? ¿Qué razón tendría? Desde el punto de vista de Sasuke –muy acertado, por cierto- era la chica Hyüga quien tendría motivos suficientes para estar encabronada con él.

    —¿Por qué estarías tú molesto con ella? —preguntó en voz baja, aún sin imaginarse esa situación.

    Naruto le miró. —Porque hizo un pequeño saboteo a mi relación con Sakura-chan —la curiosidad de Sasuke aumentó—. Hace un tiempo le pedí consejo para comprar un regalo a Sakura-chan… pero me dio algo que ella odiaba, intencionalmente —Naruto parecía afligido—. Ella sabía que Sakura-chan odiaba los pandas y, aun así, me consiguió uno para obsequiárselo´ttebayó.

    —¿Y entonces por eso te enojaste?

    —Claro…

    Sasuke lo meditó un segundo. Luego, dijo algo Naruto definitivamente no esperaba: —Pobre… Debe haberse sentido desesperada.

    —¿D-desesperada?

    El muchacho Uchiha asintió, como si fuera lo más obvio del mundo. —Claro —los ojos azules se estrecharon en confusión, así que decidió explicar, con algo de hastío—. Sólo piénsalo… ¿Eso es algo que haría Hinata normalmente?

    Naruto parpadeó. —N-No… —dijo—, pero es justo eso lo que me hizo sentir decepcionado, Sasuke. No lo pensé de Hinata-chan.

    Sasuke bufó. Naruto era idiota, y a veces él tenía que darle un empujoncito. —Eso es porque eres un egoísta y solo ves las cosas desde tu lado —apuntó Sasuke tranquilamente, dando un mordisco despreocupado a un trozo de chocolate. Naruto pensó en lo odioso que era cuando se lo proponía, pero, desgraciadamente, le convenía escuchar.

    —¿De qué otro lado debería ver´ttebayó?

    —Del de Hinata, claro —contestó, fijando sus ojos ónix en los diamantes que Naruto tenía en la cara—. Ella no es la clase de persona que “sabotea” a los demás, tú sabes eso… Debió haber actuado como en un impulso desesperado —la mirada de Sasuke fue despectiva—. Tanto te querrá, idiota.

    Un aleteo de felicidad revolcó su estómago.

    Claro.

    Todo tenía sentido ahora. ¿Por qué sería tan idiota, que sólo cuando el teme de Sasuke le mostraba lo obvio notaba lo… obvio? ¡Dios, tenía que tener un problema mental o algo!

    —Sabes, teme… —sonrió abiertamente después de un momento—¡a veces sirves para algo´ttebayó!





    ¡Sabes, teme… —exclamó con actitud renovada, después de una hora de lamentos y tragos –más lamentos que tragos-, las mejillas sonrojadas por el alcohol—voy a hablar con Hinata-chan ahora mismo!

    Sasuke lo detuvo, sosteniéndolo por el cuello de la camisa, a medio camino. —Si te le acercas en ese estado, Kiba te mandará a volar —advirtió. O mi hermano, en todo caso.

    —Pero, Sasuke… —el lloriqueó de Naruto no lo conmovió. El rubio recostó la cabeza en el vidrio frio de la mesa, los cabellos amarillos se esparcieron de manera horrible (para Sasuke, sexy para otras), mojándose con algún resquicio de alcohol regado—Tengo que hablarle… Quiero abrazarla y decirle que la amo musssho —ya empezaba a hablar a trancadas, como el ebrio que era—Te quiero, Hinata-chan, te quieroooo~

    —Bueno, entonces ve a que te partan el culo. No me hago responsable —le dejó tranquilamente, tomando el último sorbo de su primer vaso de la noche. Sí, Sasuke no era muy fanático del alcohol, de emborracharse, ni de decir estupideces.

    Naruto golpeó la superficie de la mesa con ambas manos, poniendo la mirada más decidida del mundo (como la de Luffy cuando gritaba a los cuatro vientos que sería el rey de los piratas, igual), y el sonrojo estúpido adornando sus mejillas. Se veía patético. —¡Entonces hablaré con Hiashi Hyüga y pediré su mano en matrimonio!

    Casi se atraganta. Afortunadamente la mesa Hyüga -¡que estaba al lado!- se encontraba vacía. Naruto pudo haberse considerado muerto de lo contrario. Relajándose un poco, y al no ver al padre de Hinata cerca, decidió bromear. —¿La mano de Hiashi o la de Hinata?

    —¡La de Hinata, idiota! —las cejas de Naruto se unieron en la más genuina confusión—¿Por qué querría casarme con Hiashi? ¡eso es ridículo, Sasuke! —se mantuvo pensativo un segundo y luego se echó a reír, recostándose al espaldar de su silla— ¡ya entendí, era un broma! Jajaja… La mano de Hiashi… Ah, teme, eres tan divertido~

    Sasuke observó impasible mientras él seguía con sus risas escandalosas. Eso de lidiar con idiotas era cosa seria… más cuando se trataba del rey de los idiotas con unos cuantos tragos encima.

    Naruto, en cambio, le encontraba mucha gracia a cada cosa. ¿Desde cuándo Sasuke era tan divertido? Joder, tenía que invitarlo más a menudo a casa… ¿desde cuándo el trasero de la abuela Tsunade era tan deforme? ¡Ja, ja, ja! En serio, el mundo era bastante entretenido. ¡Debería buscar a Hinata para mostrarle lo gracioso que era todo! ¿Dónde estaría?

    —Naruto —la voz de Sasuke -¡que sonó terriblemente chillona!- le hizo parar la búsqueda de su amiga.

    —¿Qué pasa, teme?

    —Mejor espera hasta mañana para hablar con Hinata.

    Frunció el cejo. —¡¿Qué?! ¿Por qué?... ¡Oye, ¿a dónde se fue el Sasuke divertido?! —hizo un puchero—¡este no me gusta!

    Sasuke su reloj de muñeca. Eran las cuatro de la mañana del sábado 28 de Diciembre ya. —Hablé con ella hace rato —los ojos azules de Naruto se fijaron en él con dificultad—. Dijo que va a ir a la ciclovía mañana domingo con todos los demás: Kiba, Temari, Gaara, Ino, Sakura, Kankuro, Matsuri, Shikamaru —Sasuke explicó—. Le dije que iría también.

    —¡¿Tú, Sasuke?!

    Trató de ignorar la mirada aterrada en su estúpido rostro Uzumaki. —Sí, yo… —suspiró hondo. No lo mates, no lo mates, Sasuke—Y creo que deberías ir también. Podría ser una oportunidad buena para que hables con ella tranquilamente… Podemos planear algo después.

    Naruto pareció pensárselo. Sus ojos se cerraron un momento y luego, diez segundos después, volvieron a abrirse con una expresión irreconocible. Las lágrimas bordeaban sobre ellos. —Oh, Sasuke, ¿te he dicho que te quiero?

    Ay, no. ¡No, no, no!
    —¡Te quiero, eres –snif- mi… mi mejor amigo´ttebayó!

    ¡Ahí iba la última fase de los borrachos! ¡Love everywhere!

    Lo menos que quería Sasuke Uchiha era pasar el último rato de su fiesta de graduación con un rubio abrazándolo y frotando la cabeza en su brazo… Pero él tenía un papel de mejor amigo que cumplir, nada se podía hacer, así que con cuidado –y con asco también- le palmeó la espalda. —Sí, sí… —rodó los ojos—también eres mi mejor amigo, dobe.

    ¿A cuántos sacerdotes habría matado Sasuke Uchiha en su vida pasada?
     
    Última edición: 21 Enero 2014
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    annette

    annette Entusiasta

    Acuario
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    OMG nahi perdóname por no haber comentado antes estaba 100% segura de que lo había hecho, enserio lo siento u_u Bueno supongo que comentare los dos capítulos ahora ^-^

    capitulo XXVIII :
    Aver aver aver voy a tratar de acordarme lo que pensé ese capitulo *se pone en pose para pensar* asdasd ya se !!
    Por dios como reí con eso de Kiba sacándose los mocos xD pobre encima después Ino molestándolo me hizo aun reír mas ajhsajhasj igual después se fueron a bailar (lo que fue super tierno) y bueno se besaron :3 <3

    Otra cosa que me hizo reír (mas bien me tente, enserio no podía parar de reírme) fue con Neji asajhasjhsa parecía un super espía sabiendo todo de Itachi, juro que ni yo sabría tantas cosas de una persona (ok miento si se de una), enserio tiene un gran futuro como abogado :D

    Bueno por ultimo no puedo creer que valla a decir esto, es decir, AMO el naruhina pero que me parta un rayo si en verdad esa escena con Hinata e Itachi no me pareció lo mas hermoso en ese baile :3 por supuesto incluyendo los celos de Naruto los cuales son adorables xD
    Bueno eso es todo lo que me acuerdo que pensé cuando lo leí ahora voy con el otro capitulo ^-^

    XXIX : bueno esta capitulo me encanto también y gracias por avisarme ^-^

    Bueno aunque no me caiga bien Sakura (solo lo digo así para suavizar mi sentimiento por ella) me gusto que se halla arreglado con Hinata, a mi parecer los amigos son lo mas importante y no es lindo pelearse con ellos u_u. Ajá yo sabia que Sakura utilizaba a Naruto solo para que Sasuke se fije en ella, creo que si se entera de que el se fijo en ella antes de que todo pase se pega un tiro en medio de la frente xD

    Aasdsad Sasuke es el único que puede abrirle los ojos a Naruto (aveces llego a pensar que Naruto es mas imbécil D: ), veremos que pasa en ese encuentro en la ciclovía ya estoy ansiosa :3 . Por dios como reí con Naruto medio borracho solo con imaginármelo era gracioso xD también con eso de pedir la mano de Hiashi ajhajha creo que lo mataría en ese mismo instante
    Bueno ya me voy yendo espero no haberme olvidado de nada y otra vez perdón por no comentar antes u_u
    hasta la próxima bye ^u^
     
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    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

    Tauro
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    Cuenta la leyenda, que hace muchos años atrás una -casi- inocente escritora encontró un fanfic que le encantó, y leyó hasta el final pero por ironías de la vida (y la computadora que decidió caerse) nunca jamás recordó el nombre de la autora, la historia en cuestión, y se perdió la magnifica oportunidad de dejarle un review a la autora...

    ¿Podrás perdonarle...?

    Hace mucho yo había leído este fanfiction pero por otros rumbos, (el inombrable de aquí (?)) Y oh, tonta de mí, que viendo tu nick aquí, allá y en varios lugares más hasta apenas ayer se me pasó por la cabeza que el escrito era suyo, cuándo mi despistado ser reconoció el título. Así de enorme es mi exclusión, a los hechos de la vida que transcurren frente a mis ojos.

    Y, dejando los formalismos un poco al rincón, déjame decirte que me encanta la manera en que manejas a Naruto, igual de lento y despistado para las cuestiones del amor, y a la vez puede darse cuenta en las situaciones más inesperadas que es lo que hay que hacer ante la situación.

    Sakura me parece muy en su personaje, siempre sospeché que no lo amaba de una manera tan intensa (a menos que esa sea sólo mi impresión) e Itachi es un amor, aunque salió algo coqueto... Sólo aún me cuesta imaginar a Sasuke en plan de buen amigo, es decir, aprecia de una manera muy especial al rubio pero no esperaba que pueda sorportar a un Naruto ebrio, declarándose a cada trago por el resto de la noche. Épico, Sasuke, mis más sinceras felicitaciones :D

    ¿Planes de boda? Dios, ese Naruto es capaz de arruinarle el romanticismo la noche en le pida a Hinata ser su novia, eso si de una vez no pide matrimonio. (O por error quiera casarse con Hiashi... Una nunca sabe.) Pido amablemente un asiento en primera fila, el día en que suceda ;D No creo que pueda decir mucho de la trama, ya que llego hasta casi el final y con la horrorosa noticia de que nunca antes te he dejado un comentario, perdón por eso.

    No he de hablar de ortografía, ya que aún soy pésima en puntos, acentos y comas, de hecho, su persona tiene un nivel superior al mío, he de sentirme muy orgullosa por usted (?) No me extiendo más, ya que presiento el mal advenimiento de un moderador para mí que borre mi comentario por ser más personal que crítica. Es que no puedo opinar sobre lo que no le veo fallas, excelente historia y espero con ansias leer el final. Un enorme saludo y de regalo, unas galletas de caramelo ;D

    PD: Terminada la práctica de lenguaje formal, sólo quiero decir: Bye, bye :D
     
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    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
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    Nahi, nahi... nahiii ...*pausa* Agh al fin la conti o.o gommene T__T lo lei pero me olvide comentar y entre y quede " oh por dios que he hecho? no comente D: " y bueno...vos entenderas ese sentimiento de culpa cuando no comentas (?)

    *se aclara la garganta* Por donde empezamos? mmm sip! Despues de dos capitulos al fin se sabeque es lo que paso entre Sakura y Naruto, incluso al parecer se arreglaron Hinata y Sakura O.O no tengo mas que decir que es bueno que las amigas se arreglen y solucionen los malentendidos pero no puedo evitar decir " ¡lo sabia!" porque pfff Sakurita se aprovecho de Naruto para darle celos a Sasuke!!! D: y Sasuke sentia algo por ella y no lo sabian ! que lpasa al mundo!? que les pasa a ellos? agh en fin u.u aun faltan que se sigan solucionando un par de cosillas e.e


    Lei que Kiba e Ino estuvieron bailando y hasta se besaron? wowowowowowoowo O.O es un gran avance en esa pareja ajajajjaja pero que bah n.n en algo andaban igual e.e

    La escena mas linda fue la de Sasuke y Naruto :3 por cierto ...Naruto eres un borracho!! ¬¬ Los problemas existenciales y amorosos del rubio parecen que pueden ser arreglados por Sasuke lo que es ironico porque de por si ya tiene sus propios problemas xDDDD El sabia lo de Itachi y Hinata, pequeño pillin e.e pero bueno parece que va a lograr que hablen esos dos y que se arreglen ^^ se merecen ser felices T__T

    La parte tecnica, ningun error, lectura fluida y el capitulo ....saco muchas dudas! :3

    Espero la conti Nahi.... onegai subila prontoooo

    Atte.Sweet-chan :3
     
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    Nahi Shite

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    Friend Zone. [HiNa]
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    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
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    @annette : Te perdono el no comentar antes solo si tú me perdonas el no actualizar antes >..< Gracias, linda por tu bello comentario sobre los dos capítulos. Yo también creo que la amistad es lo más importante, aunque también siento feos sentimientos por Sakura e.e Espero que te guste esta primera parte del encuentro en ciclo-vía.
    @Kourei : Entendiendo plenamente su situación y sabiendo, por propia experiencia, el sentimiento de frustración ante los giros de la vida (entre los cuales caben los caprichos de la tecnología), deseo concederle a usted, señorita Kourei, la más completa aceptación de sus sinceras disculpas.
    Mi corazón se hincha de regocijo con cada una de las palabras escritas en su majestuoso post; el placer de tenerla de vuelta (aunque no fui, lastimosamente, consciente antes de sus pasos tras de mí y me apeno por tan vergonzoso despiste) hace que mi alma dance con una tonada sublime.
    Sólo tengo agradecimientos para usted. Bienvenida a esta, que es su casa; un despistado Naruto, una tímida Hinata, un encantador Sasuke y el perfecto de Itachi le enseñarán el camino del entretenimiento.
    Sígalos, lo pido encarecidamente, hasta el final.
    (Una práctica de lenguaje formal tampoco me hace daño... Aunque creo que quedó más como una carta de la edad media x ´d)
    @Sweet blody rose : Jajajaja Sweet <3 Me divierten tus comentarios. Cada palabra que brota de tus dedos me hace feliz (Ok, eso sonó raro). Sólo puedo decirte: gracias, y, no te olvides de comentarte tan seguido! Me pone triste u.u ¡Espero que te guste lo que viene! <3


    FRIEND ZONE.

    XXX: Ciclo-vía (I)

    Palabras: 3.264.

    Sakura e Ino querían ser doctoras.

    Sasuke, quien quería seguir los pasos de su adorado hermano, abogado.

    Kankuro quería ser marionetista.

    Temari quería ser meteoróloga. (Kankuro siempre la molestaba diciendo que sería "la chica del clima caliente").

    Gaara quería ser ingeniero de minas.

    Choji quería ser chef.

    Matsuri quería ser maestra de pre-escolar.

    Shikamaru, francamente, quería ser una nube.

    Y Hinata… no tenía la más remota idea.

    Pero no debía sentirse mal, no estaba sola: Narutolo único que tenía claro sobre su futuro era que quería comer ramen al desayuno del día siguiente. Ah, también sabía que quería a Hinata, pero desgraciadamente ésta no era una ambición laboral. Le gustaba el fútbol y era bueno en ello, pero constituía simplemente un pasatiempo en su vida.

    Hinata no era aficionada al deporte; a ella, en cambio, le encantaba escribir (cuentos, novelas, chistes, cosas tontas, lo que fuese), pero la razón por la que lo hacía era la misma por la que Naruto seguía jugando al fútbol: por diversión. Internamente ambos pensaban que si les pagaban por ello… Bueno, en algún momento dejaría de ser divertido y se convertiría en una carga que llevar ("¿tengo que entregar la novela en una semana? Oh, Dios" o "No he marcado en los tres últimos partidos… ¿una mala racha´ttebayó?", algo así) y cuando eso sucediera ambos sabrían que estaban llevando vidas miserables. Y nadie cuerdo quiere llevar una vida así.

    En fin, ellos eran la personificación perfecta de recién graduados con la cabeza revuelta; toda la vida pensando que la graduación era el fin, la meta, el objetivo, y la cruel verdad era solo una: constituía el principio de su futuro.

    Adolescentes desubicados. Pobrecitos.


    ()

    La mañana era fresca, los tenues rayos de sol bailoteaban por las hojas de los arboles, las nubes se movían en el cielo, gente con ropa deportiva pasaba de un lado a otro corriendo, trotando, caminando, en patines, patinetas o en una bicicleta, y Sasuke observaba sin interés mientras fingía no escuchar la conversación que se desarrollaba a su lado.

    —¿Recibiste bastantes obsequios, Hinata-chan?

    —Eh, no demasiados —maldita modestia que ella se gastaba, si la mesa Hyüga estaba hasta el techo de regalos esa noche, joder—, pero estoy muy feliz, todos me gustaron mucho… Y la pasé muy bien en la fiesta, todo fue perfecto.

    Frunció el ceño ante el recuerdo de un alcoholizado rubio babeándole el hombro. Sí, bueno, al menos Hinata había disfrutado esa noche. ¡Qué felicidad! y que se notara el sarcasmo, por favor.

    —Me alegra que la hayas disfrutado.

    —Oh, Itachi-san, y ha sido en parte importante gracias a ti…

    —No exageres, Hinata-chan, no hice gran cosa.

    —C-claro que sí.

    —Aparte de bailar contigo un rato, no hice nada más, y lo hice más por mí que por ti. Así que, por favor, no me agradezcas.

    ¡Sí, Hinata, por favor no le agradezcas más! ¡Itachi, por favor, muere de una vez! ¡Ambos callense!
    —Ah, pero tengo que hacerlo, Itachi-san.

    —No, no, no. Insisto, Hinata-chan: no fue nada.

    —Yo también debo insistir, Itachi-san: fue mucho.

    —No fue nada. Siempre eres tan educada.

    —S-siempre eres tan modesto…

    —Para nada. Es más: soy definitivamente un engreído.

    —¿Q-qué? ¡Eso no es cierto en absoluto!

    Sasuke podía tranquilamente morir ahí mismo; que alguien, por amor de Dios, le arrancara los oídos. ¿Qué era esa tan absurda conversación?

    —Lo es. Lamento decepcionarte, Hinata-chan, pero la verdad es que soy la persona con el ego más alto en todo Konoha.

    —No me parece…

    Itachi se lo pensó un instante y Sasuke, aunque no estaba mirando, supo inmediatamente que estaba sonriendo. Un escalofrío le recorrió la nuca.

    —Bueno, creo que en parte tienes razón, Hinata-chan —empezó—, hasta puede ser altivo de mi parte el considerar que mi ego es el más grande de la ciudad —un suspiro—. La verdad es que jamás podré quitarle el primer puesto a mi hermanito…

    Dos pares de ojos negros se chocaron con un "bang". Hinata se encogió en medio de ambos, recostandose más al espaldar de la banca, sintiéndose irremediablemente cohibida. —Itachi —Sasuke dijo lentamente, con los ojos carbón intensamente encendidos—, muérete.

    Los de Itachi chispearon, su sonrisa se estiró un poco más, antes de hablar. Él personalmente pensaba que Sasuke era una ternura cuando trataba de ocultar esos celos de hermano. —¿Lo ves ahora, Hinata-chan? No puedo competir contra él.

    Y entonces, exhibiendo su magnifico porte Uchiha, Sasuke se puso de pie, brindó una última mirada de desprecio y caminó, con el mentón siempre alto, hacía algún lugar en el mundo lo más humanamente alejado de Itachi. Y no es que él tuviera mal genio –Sasuke en realidad consideraba que era demasiado paciente- ni que fuera orgulloso –para nada-, pero es que Itachi le tocaba los cojones a cualquiera y él, Uchiha Sasuke, no tenía que soportar ninguno de sus chistes malos… Que a Itachi le fuera quedando claro que él no era ninguna fuente de entretenimiento, un payaso ni alguna cosa de esas.

    Y que se jodiera Naruto también, porque no iba a ayudarle en una mierda con Hinata.

    Sí, que se jodiera el mundo entero, porque Sasuke Uchiha se iba directico para la casa. Nada de ciclovía, de tiempo de amigos, de tomar aire fresco. No, él se iba a encerrar en su bello cuarto, prendería la computadora y jugaría World of warcraft todo el maldito día así su madre insistiera en que arruinaría su vida y que era un vicio; no importaba. Lo único importante era llegar al nivel 60, llegar a Terrallende, comprar la montura voladora y poder crear un caballero de la muerte al fin… El mundo entero podía destruirse después de eso.

    Sí, sería perfecto.

    Sólo tenía que tomar un taxi y todos sus sueños se harían realidad.

    Sayonara, Itachi, quédate con la Hyüga, pensó jovialmente, puedes agarrarte a puños con ese idiota si quieres, Naruto.

    Él, por su parte, pasaría una mañana feliz lejos de ambos.


    ()

    Hinata observó con preocupación mientras Sasuke se alejaba. —¿Eso está bien, Itachi-san?

    El mayor de los hermanos Uchiha asintió con una sonrisa sútil. —Está bien, él volverá —un tintineo metálico acorde al movimiento de la mano e Itachi le hizo abrir los ojos sutilmente ante el descubrimiento. Los ojos oscuros brillaron con complacencia—. Tengo sus llaves… —dijo, exponiendo su otra mano—y también su billetera.

    Hinata dejó escapar una risa sutil.



    ()
    Sasuke, efectivamente, volvió.

    Había andado más de seis cuadras cuando una punzada de recuerdo le sacudió el cerebro e instantáneamente palpó en el lugar de sus pantalones donde deberían existir bolsillos. Deberían, pero no.

    Bendito día para usar esos putos jeans entubados con engañosos bolsillos sellados. Cuando los compró pensaba que eran reales… ¿Por qué diablos fabricaban mierdas como esa? Aún no le cabía en la cabeza y, si no fuera porque los lucía endemoniadamente bien, los hubiera tirado a la basura desde mucho tiempo atrás.

    En fin, por culpa de sus inútiles pantalones, le había pedido a Itachi que guardara las llaves y su billetera en los bolsillos absurdamente hondos y amplios de su sudadera antes de salir de casa esa mañana (en serio, Sasuke pensaba que podría guardarle un costal entero de tomates ahí, y no era que tuviera una fijación extraña por el fruto rojo o algo, bien podrían ser ji-tomates en vez de tomates… Ah, claro, eran lo mismo). Después de despotricar mentalmente contra todo ser viviente de la inmunda galaxia en la que quién-sabe-qué terrible Dios inmisericorde decidió ponerlo, después de maldecir cada mosquito, cada hormiga, cada organismo unicelular… Sasuke se resignó.

    Luego se había encontrado a Naruto. A Sakura. A Ino. A Shikamaru. A los hermanos Sabaku No (era más sencillo recordarlos de esa manera). A Matsuri. Y a Kiba.

    Se los encontró a todos. Juntos. Y, aunque su primer impulso fue el de dar media vuelta y correr –porque simplemente no estaba de humor-, Sasuke repasó sus opciones…

    Bien, él podría… Nada.

    De todas maneras no importaba, porque ya tenía a la molestia de Naruto encima de él, atosigándolo con saludos y pendejadas.

    Y entonces, como venía diciendo, Sasuke volvió…

    Pero no solo.


    ()

    Naruto Uzumaki se había levantado ese domingo con la mejor disposición del mundo. El día era bello; el sol brillando fijo en el cielo, las nubles bailoteando un suave vals, la brisa fresca rozando los rostros juveniles, los arrugados, los hermosos, los no tan hermosos y los feos de las personas en las calles; tocaba a todos por igual, sin discriminación. Su desayuno fue ramen y eso en sí ya era suficiente para decir que había empezado de buena manera su día.

    Él estaba contento, y tenía razones para estarlo; ya era un chico graduado (ya no tendría a la abuela Tsunade ni a Ibiki Morino gritándole lo que tenía y no tenía que hacer),el día anterior (sábado) su primera resaca –que fue horrible, por cierto- había sanado y le esperaba un domingo prometedor, pero el mayor motivo por el que tuvo una sonrisa estampada en el rostro desde que despertó fue el hecho de que vería a Hinata, hablaría con Hinata, Hinata le sonreiría, sería amable con Hinata y, si tenía suerte, hasta se viera recompensado con un beso… en la mejilla, por parte de Hinata. Siendo optimistas, ella hasta podría descacharse por unos centímetros y… accidentalmente tocar sus labios.

    Sí, Uzumaki Naruto se estaba sintiendo de las mil maravillas, un mundo de fantasías se había instalado en su mente; un mundo color ro –ejem- lavanda lleno de muchos tazones de ramen y muchas Hinatas.

    Era un mundo perfecto… que se derrumbó cuando el querido hermano mayor de Sasuke entró en su angulo de visión. El mundo se volvió agrio.

    ¡Pero Naruto Uzumaki también se caracterizaba por ser el más optimista de los optimistas! Y el brillo en los ojos claros de la pequeña muñeca Hyüga cuando miró en su dirección no hizo más que encender más el fuego del sentimiento. Dio apresurado un paso al frente y observó encantado como ella corría deprisa hacia él... ¡fue fabuloso! Su cabello largo y oscuro recogido en una coleta hermosa, bailando con sus movimientos, su expresión adorable, sus mejillas pintadas por un claro rosa, su tímida sonrisa de alegría. Quedó helado. Era perfecto. Todo fue como en una película, todo se vio en cámara lenta…

    La damisela corriendo al encuentro de su amado. Dos almas unidas por el hilo rojo del destino…

    Y justo cuando creía que iba a llorar de emoción, ella se detuvo a duras penas para inclinarse ante él de manera respetuosa, saludarlo con un apresurado " Ohayo, Naruto-kun" –que ni siquiera atinó a responder, pues llegó más rápido que un rayo- y después… simplemente pasó de largo.

    Un peso extra cayó en su pecho.

    Ella no había estado viéndolo a él.

    Ella ya no lo veía con mayor atención de la que dedicaba a… Gaara, Shikamaru o Kankuro.

    Ella se refugió en los brazos abiertos de Kiba Inuzuka –todo el tiempo había sido su objetivo-, quien la tomó de la cintura y la separó del suelo, soltando sonoras carcajadas. —Wow, supongo que este recibimiento quiere decir que te ha gustado mi regalo.

    Sus amigos rieron luciendo casi enternecidos, pero Naruto se mantuvo en silencio sin despegar su mirada plana de ambos. Hinata asintió tímidamente y la sonrisa que le brindó al muchacho castaño le hizo sentir la más pura envidia; ¿qué le habría regalado para merecerla?

    Por primera vez, admitía que sentía celos de Kiba Inuzuka.

    Él siempre había sabido, desde chiquitos, que ella tenía apartado un lugar en su corazón para ellos dos… Un lugar que ambos compartían y, también muchas veces, había sentido que él, Naruto Uzumaki, le ganaba terreno cardíaco a Kiba Inuzuka. Pero, al parecer, el perro había logrado ocupar el 80% del lugar (no lo ocupaba por completo, porque Naruto era optimista y muy dentro en el corazón de Hinata debía quedar espacio al menos del tamaño de una hormiga, pensó, para él). Se sintió mal, y la cosa no mejoró mucho cuando el castaño rodeó el hombro de la chica, echó una risa salvaje y se inclinó para recibir el beso tierno –en la mejilla- que él añoraba.

    Joder…
    —¡Ahora estoy recargado! —exclamó Kiba, alzando un puño en el aire, su otro brazo aún rodeando a la pequeña Hinata—¡sólo eso necesitaba!

    El carraspeo de Ino le hizo girar los ojos. —¿Sólo eso necesitas, Kiba Inuzuka?

    —Oh, me retracto —Kiba apresó la cintura de la bonita rubia y sus ojos afilados brillaron. Ino pareció entender el mensaje y todos observaron anonadados –sonrojados también- cuando ella presionó sus labios por varios segundos—. Ahora sí… —la sonrisa del muchacho se anchó. Cómo no sentirse feliz al tener las manos ocupadas en dos bellas chicas. —¡Esto es todo lo que necesitaba!

    Shikamaru se rascó la cabeza con expresión problemática. —No vayan a armar una escenita…

    Sasuke bufó, Matsuri aprovechó para dar un fugaz beso a Gaara sin llamar la atención, Temari sonrió complacida (al fin Ino había visto lo obvio) y los demás rieron. Hinata sonreía con un abundante rubor en el rostro, pero lucía feliz.

    Y Naruto no pudo reprimir esa pasiva sensación burbujeante en su estómago. Después de todo, así hace sentir el amor a la gente: inmundamente feliz al ver a esa persona feliz. Una sonrisa suave, tan rara de ver en su rostro, le alumbró fugazmente. —Teme… —habló bajo al azabache a su lado, sin girar a mirarlo, pues estaba demasiado ocupado detallando un rostro—¿No crees que sus ojos son los más lindos de todos los ojos Hyüga que existen´ttebayó? No, de todo el mundo y sus alrededores… ¿Eh, Sasuke?

    Sasuke honestamente pensaba que eran bonitos. Si eran los más atractivos de la familia Hyüga no lo sabía (bueno, lo eran más que los de Neji) y si eran los más lindos del mundo… Casi.

    A él le gustaban más los verdes.

    Pero no importaba, él sabía que Naruto no esperaba una respuesta. Era lo suficientemente sensitivo para saber que no se debe contestar a las preguntas absurdas de un estúpido enamorado, así que simplemente le palpó el hombro cuando oyó el suspiro intenso cargado de asquerosas cosas bellas y lo empujó para que empezaran a andar hacia los otros, que ya habían emprendido la marcha. —Vamos, dobe —dijo llanamente, cerrando los ojos y metiendo las manos a los bolsi-… ¿eh?

    ¡Putos pantalones de mierda!


    ()
    Itachi no tenía problemas para relacionarse, Naruto recordó esto con amargura. Siempre lo había sabido; conocía a Itachi prácticamente desde que conocía a Sasuke, y eso ya era mucho decir. Honestamente, Itachi lo conocía a él desde que usaba pañales.

    El hermano mayor de Sasuke no era una persona habladora, no reía con facilidad, no era muy expresivo… pero, por alguna razón desconocida para Naruto, resultaba agradable a viejos y jóvenes. Itachi siempre había sido el muchacho serio y responsable, centrado, educado y gentil que su pelirroja madre siempre había querido que fuera. Era el modelo a seguir de su mejor amigo (el súper ídolo de Sasuke) y, aunque en esos momentos le costara admitirlo, Naruto también lo había admirado en secreto.

    Él tipo era genial, no había por qué mentir. Siempre el mejor del colegio, el mejor de la universidad, el hijo perfecto, el genio, el "demasiado popular entre las mujeres, pero que es tan inteligente que no le interesa ninguna"… Era imposible que no generara algo de envidia en los demás sujetos de simplona inteligencia promedio.

    No se debería malinterpretar: A Naruto le agradaba Itachi. Él le había regalado muchos dulces durante su infancia y, en varias ocasiones, gozaban de unirse para torturar un poco a Sasuke (él amaba joder a Sasuke, ya se ha dicho. Aunque Itachi siempre terminaba siendo demasiado blando con su hermanito menor, en su opinión), también le había ayudado con muchas tareas…

    Pero aún así, siempre había odiado esa parte del Uchiha que se mostraba tan encantadora y parecía tan irresistible a su grupo de amigos –en especial hablando de las chicas; Ino, en opinión de Naruto, parecía poder derretirse en cualquier segundo. Afortunadamente Kiba la tenía bien sujeta de la mano-, en un segundo parecía como si lo conociesen de toda la vida. Pero lo que realmente odiaba de Itachi… era su fuerte insistencia en permanecer cerca de Hinata.

    —Naruto-kun —Itachi lo llamó con confianza, pero a nadie le resultó extraño.

    Naruto lo miró, saliendo rápidamente del mundo dentro de su cabeza. No había notado que todos se habían detenido. —Eh, ¿qué pasa, Itachi?

    Sasuke suspiró a su lado.

    —¡Agh, no estabas oyendo nada, Naruto! —Kiba exclamó.

    —Siempre tan descuidado… —apoyó Ino cruzándose de brazos—¡qué falta de respeto!

    —Idiota.

    —Retardado.

    —Cabeza hueca.

    —Mente de pollo.

    ¿Cómo les decía ahora? ¿la pareja del Bullying o qué?

    —¿Qué? ¡ya verán, par de-! —sí, ya se había remangado la tela inexistente se sus muñecas (usaba camiseta) dispuesto a enseñarles unas cuantas cosas a esos dos, pero una voz le interrumpió:

    —¡N-Naruto-kun!

    Dios, ella lo llamaba de igual manera que Itachi, pero se sentía tan distinto. Él se detuvo, giró la vista, chocándose con los ojos que tanto le gustaban desde siempre, y esperó que continuara. Rápidamente se sintió desarmado. —T-todos estábamos pensando en alquilar unas bicicletas y terminar el recorrido en ellas —dijo suavemente, sus pupilas siempre fijas en las suyas—, ¿te gustaría?

    —¡S-sí, claro´ttebayó! —¿y ese tartamudeo? Soltó una risilla nerviosa, mientras se rascaba el cuello de la manera particular que tenía y trató de desviar la atención con una actitud escandalosa. Fue patético.—¿Qué estamos esperando? ¡vamos, muévanse todos´ttebayó!

    Y echó a andar adelante, con las manos frescamente sobre su nuca, rogando para que nadie se hubiese percatado del tinte rosa tras las marcas de sus mejillas.

    —Sólo Hinata es capaz de enderezarlo —oyó lejano el comentario de Temari, que le provocó una oleada de calor. Si supiera cuánta verdad había en ello.

    —Sí, no sé cómo lo soportarte dos meses, frentona —fue el aporte de Ino.

    —Ni lo menciones, cerda.

    —Bueno, chicas, Hinata-san lo ha soportado por muchos años, ¿no? —la novia de Gaara podía hablar sabiamente.

    Hinata y él tenían años de amistad.

    —Tienes razón, Matsuri… —Naruto escuchó un suspiro profundo de pesar y voces sincronizadas: —Pobre Hinata.

    Y cuando estaba a punto de darse la vuelta para decirles a esas cuatro cotorras unas cuantas cosas (que Hinata nunca se había quejado por soportarlo, por ejemplo, y que ellas no tenían derecho de sentir pesar), una mano grande sobre su hombro le hizo parar. —Naruto-kun —un carraspeo—, ya pasamos el lugar donde se alquilan las bicicletas.

    El rojo subió a su rostro y las risillas tras él llegaron a sus oídos. —¡Ah, sí, claro que ya lo sabía, Itachi´ttebayó! Hombre, cómo crees que no lo iba a notar, ¡ja, ja! —giró hacia ellos con una sonrisa inestable, frotándose el cabello—Sólo que el teme me pidió que le brindara un"BonIce" porque es muy flojo y quiere algo frío… y los venden más adelante, sí, eso es´ttebayó.

    —A mi no me metas, dobe —. Maldito Sasuke, ¿no le podía seguir la cuerda?

    —Hace rato pasamos al vendedor también, tarado —apuntó Kiba.

    Él lo ignoró todo; desde las sonrisas burlonas hasta las miradas compadecidas. —¡Bien, entonces demos la vuelta! —chilló, caminando a zancadas por el camino que ya habían recorrido, queriendo estar siempre a la delantera—¡Sasuke, jódete, no te voy a comprar ni un pinche pedazo de hielo´ttebayó!

    —Hmp, idiota.

    Por otro lado, Hinata no pudo evitar sonreír.

    Naruto nunca cambiaría.




    Ciclo-vía (II) // Adelanto especial.

    —Sólo me queda una bicicleta doble, chico. —dijo el hombre chaparro mientras secaba el sudor de su frente grasosa. Nadie quería tomarla, pues todos sabían que era un problema lograr andar esa mierda. De por si era difícil entre dos...

    Silencio.

    —Te tocó, Naruto.

    —¿Qué? —exclamó—¡no voy a montar solo! ¡súbete conmigo, Sasuke!

    Todos fueron conscientes de lo gay que había sonado.

    ..

    Era una autentica lucha, de fuerza, de pedaleo, de miradas. Azul contra negro. Aunque el azul brillaba con más fuerza, casi enfurecido. Ella se sintió mareada... y lo último que vio fue el azul del cielo antes de que todo se volviera negro. —!¡Hinata!

    ..

    La sombra se acentuó en su rostro, era el retrato de un hombre atormentado. —¿Ya me cambiaste, Hinata?

    Un gemido, silencio, emociones rebotando. ¡T-tú... Naruto, tú...!
     
    Última edición: 14 Febrero 2014
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    annette

    annette Entusiasta

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    Nahiii hola hola hola hola hola hola ^-^ ok muchos holas xD Ya que me perdonas si yo te perdono (aunque no hace falta que perdone nada) considerémonos perdonadas así todos felices ^u^

    Ahora bueno que puedo decir, siempre esa perfección en los capítulos y al redactar, fue simplemente hermoso :3 no puedo decir nada mas salvo que me encanto el capitulo empezando por los pensamientos de Sasuke mientras Hinata e Itachi hablaban, por dios como me reí imaginándomelo ahí con cara seria y después con el "Itachi...muérete" fue como epic lol xD ademas de que tuvo que volver por sus cosas, por cierto apoyo lo que dice...malditos jeans sin bolsillos -.-

    Luego Naruto y su resaca y esos celos en la ciclo-vía tanto para Kiba como para Itachi, lo único que tengo para decirle es ¡¡te lo buscaste solito Uzumaki así que ahora te aguantas!! así de simple xD igual esos celos y las actitudes que tiene por ellos son muy tiernas, eso nadie lo puede negar ^u^

    Ajhjhsahjas morí con eso de "la pareja del bullying" enserio podrían apodarlos así ahora xD
    Aasdasd bueno ya no se que mas decir sabes que me encanto y que lo disfrute muchísimo y bueno espero el siguiente capitulo con ansias ^u^ (esos adelantos *¬*) por cierto ya que volvió el sensual "me gusta" te voy a invadir seriamente dándole me gusta a todos los capítulos con los que no pude xD bye ^u^
     
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    Nahi Shite

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    Friend Zone. [HiNa]
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    37
     
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    @annette : ¡Gracias por la molestia de "megustiar" todos los capítulos! En serio, gran detalle, amor <3 Espero con ansias que te guste el siguiente.
    @Sweet blody rose : Gracias por leer, linda :3

    .

    .

    .

    FRIEND ZONE.

    XXXI: Ciclovía (II)

    Palabras: 6.606.

    Naruto echó una mirada analítica sobre el pequeño puesto de alquiler; las bicicletas estaban ordenadas en tres filas, pero las de adelante eran demasiado pequeñas para él, las de atrás lucían viejas y las del medio estaban bien… pero por más que lo intentaba no podía encontrar su bicicleta platónica. Esa era demasiado baja, esa tenía la silla muy alta, esa tenía los cachos muy amplios, la otra parecía de abuelo, aquella roja de la esquina tenía calcomanías ridículas, esa otra era rosada…

    Y así pasaron quince minutos.

    —No tenemos todo el día, dobe.

    Se giró para darse cuenta con horror que Sasuke y cada uno de sus amigos montaban una bicicleta que les iba perfectamente (Sakura tenía la rosada que había visto antes de un vistazo). —¿No tendrá otra guardada por ahí? —estiró el cuello para tratar ver tras el dueño bajo y regordete del negocio—Una naranja de preferencia´ttebayó.

    El hombre echó un vistazo rápido, pero Naruto tuvo el suficiente tiempo para darse cuenta que ya la mayoría de las bicicletas habían desaparecido (incluso las que él había despreciado unos minutos atrás y que, ahora podía admitirlo con pesar, no estaban demasiado mal); habían pasado por allí muchos otros clientes que, obviamente, no eran tan selectivos como él.

    —Sólo me queda una bicicleta doble, chico —dijo el hombre chaparro, mientras se secaba el sudor de la frente grasosa.

    Naruto frunció el ceño. Sí, era naranja… y lucía bien, pero… no era exactamente lo que esperaba. —Déjeme pensarlo —volvió la mirada a sus amigos, prácticamente les rogó sin palabras "¿Alguien quiere cambiar conmigo?" ,pero ellos eran desalmados. Nadie quería tomarla, pues todos sabían que era un problema lograr andar en esa mierda. De por sí ya era difícil manejarla entre dos…

    Silencio.

    —Te tocó, Naruto —Sasuke habló, y él podía ver que ya se estaba cansando de esperar—. Ya no hay más bicicletas simples. Es esa o aquella de la Barbie.

    Y él sería todo menos marica para subir en aquella cosa.

    —¿Qué? —exclamó—¡pero no voy a montar solo! ¡Sasuke, súbete conmigo!

    No hubo persona que no notara lo gay que había sonado eso. El hombre del negocio hizo una mueca y Sasuke sólo podía pensar en la bondad Uchiha que recorría sus venas que no le había dejado masacrarlo desde hace mucho. —Ni loco.

    ¿Él no podía suponer lo homosexuales que se verían pedaleando a la par en una bicicleta doble?

    —Naruto-kun —Itachi intervino amablemente—, si quieres puedes tener la mía. Yo tomaré la doble junto con Hinata-chan.

    ¡Ni pensarlo´ttebayó!

    —¡No! —gritó. Todos parpadearon—¡yo puedo solo! —y dispuesto a probar su afirmación se subió en la primera silla del vehículo naranja y pedaleó.

    Un metro más adelante se estrelló contra el asfalto.

    —No seas problemático y acepta la propuesta de Itachi —Shikamaru opinó tranquilamente, pero él no permitiría –ni por todo el jodido ramen del mundo-a Itachi Uchiha compartir bicicleta con Hinata Hyüga.

    —No quiero andar la de Itachi, está horrible´ttebayó. —Otro choque, esta vez contra un árbol.

    —Ah, vamos, Naruto, se nos va a ir toda la mañana en esto —Sakura intentó hacerlo entrar en razón—, sólo no seas tan testarudo.

    —¡Yo puedo solo´ttebayó! —por esquivar a un perro, terminó colapsando contra una caneca metálica de basura.

    —¡Ey, ese rubio me va a destrozar la bicicleta! —el hombre gritó airado.

    —No se preocupe, señor, se la devolveremos en perfecto estado. Lo prometemos —Ino halaba moviendo las manos tranquilizadoramente, rogando porque su sonrisa nerviosa fuese suficiente para ahorrarles problemas.

    —Eso espero —lo fue. El sujeto se dio la vuelta y volvió a la tienda, dejándola suspirar aliviada.

    Todos observaron en silencio y con resignación mientras Naruto chocaba con cuatro cosas más, casi asesinaba a tres perros y causaba pánico entre los peatones. Después del octavo árbol y siendo demasiado consciente de que Naruto no se detendría, Kankuro suspiró: —¡Por favor, alguna de ustedes, chicas, que se digne por misericordia a subirse con él!

    Ellos realmente no querían ver cómo Naruto terminaba cayendo al río, o cómo terminaba en la cárcel por atropellar a alguien. Ellos, en realidad, lo querían y eran buenos amigos, pero…

    —¡Yo no! —se apresuró a decir Temari.

    —Yo no dejaré que Ino muera sin darme hijos —Kiba aportó dramáticamente.

    —Matsuri, tú no vas —Gaara murmuró.

    Ninguno de los dos, ni el Inuzuka ni el pelirrojo, querían dejar a sus novias para que corriera un peligro de muerte al lado de Naruto. Y, definitivamente, no iba a ser un hombre el que se ofreciera (¿ha quedado claro? ¡se verían muy gays! Y no es que tuvieran nada contra los homosexuales, pero… mierda, había chicas por todos lados, ¡ni pensarlo!).

    —Yo lo haré.

    —Sakura, ¿estás segura? —Sasuke, aunque no lo demostrara, estaba sorprendido.

    —Sí —la muchacha de cabellos rosados asintió con reverencia—. No puedo dejarlo morir.

    Ino lagrimeó. —¡frentona, eres tan valiente, jamás volveré a burlarme de tu frente de marquesina después de esto!

    —Lo estás haciendo ahora, Ino.

    —Dije después de esto, Kiba.

    El bufido burlesco de la hermana Sabaku No llamó la atención de todos. Los verdes ojos de Temari brillaron superiores, mientras se cruzaba de brazos. —Por favor —alzó una ceja—, Sakura no es lo suficientemente paciente para ayudarlo. Jamás de los jamaces podrían sincronizar los movimientos para pedalear correctamente —alzó las manos y negó con la cabeza—. Todo empeoraría.

    No había discusión con eso.

    Silencio.

    —Entonces… —la voz cansina de Shikamaru rompió el ambiente—¿qué propones, problemática?

    La sonrisa de Temari les hizo saber que esperaba esa pregunta. —Simple —sus ojos chispearon—, Naruto necesita a alguien que pueda enderezarlo y yo sólo conozco a una persona que es capaz de lograrlo…

    Nueves pares de ojos giraron en dirección a la pequeña figura sobre la última bicicleta –la violeta-; todos se posaron sobre la chica con las mejillas sonrojadas y los ojos grandes.

    Kankuro le palmeó el hombro. —Te tocó, Hinata —dijo, copiando las palabras anteriores de Sasuke hacia el rubio, y agregó luego—. Claro, a menos que quieras que Naruto muera.

    Hinata pasó saliva.

    Al ver la duda en su rostro, Sasuke decidió echar una mano. —Ve, Hinata —tomó su codo para instarla a bajarse de la bicicleta violeta. Luego, él la tomó—. Yo llevaré esto de vuelta a la tienda de alquiler —. Ella asintió, el rosa de su rostro subiendo un tono, antes de correr hacia el sujeto de la preocupación colectiva.

    Unos metros adelante, Uzumaki Naruto huía infructuosamente de un pit bull furioso al que casi había arrollado y de su dueño con tatuajes.

    Ino decidió que Hinata no podía encargarse sola.




    ()


    Naruto suspiró aliviado. —Gracias, Ino, te debo una´ttebayó.

    No era que le hubiera encantado la manera especial que tuvo Ino de socorrerlo, pero tampoco podía negar que le había sido de ayuda esta vez. Su cabello rubio y sus ojos azules le habían sido de muchísima ayuda.

    —Sí, sí —ella movió su larga cola de caballo con orgullo—, puedo convencer a quien sea, en cualquier momento, de que eres mi hermanito menor con retraso mental, que no sales de casa a menudo y que pierdes el control por momentos. Cuando quieras, Yamanaka Naruto —un guiño.

    Sí, por eso era que no le encantaba su forma de ayudarlo. El hombre tatuado le había lanzado una mirada de completo pesar antes de marcharse e, irónicamente, se había sentido sucio por dejar que Ino dijera esa mentira. Pero bueno, la gente podía creer fácilmente que fuesen hermanos… ¿por qué no sacarle provecho a eso? El hombre se había ido, llevándose a su mugroso perro de paso, y al fin podía respirar tranquilo.

    Dejó de respirar cuando una vocecita, agazapada en la misma presencia brillante de Ino, le llamó: —Naruto-kun —sólo entonces reparó en Hinata (había estado tan obviamente asustado de terminar su vida como comida de can que no prestó mucha atención) y su corazón se detuvo—, voy a ocupar el asiento trasero de tu bicicleta, si no te molesta —ella no tartamudeó.

    —Ey, sí, c-claro´ttebayó —¿se le había transferido el tartamudeo a él o qué?

    Apenas Hinata se hubo acomodado, Shikamaru, Temari, Gaara, Kankuro, Matsuri, Sasuke, Kiba, Itachi y Sakura pasaron en manada (todos pedaleando) e Ino se les unió al instante. —¡Ey, chicos, se van a quedar atrás! —Kankuro rió.

    —¡Los vamos a alcanzar´ttebayó! —sostuvo el manubrio con fuerza, escuchando aún la risa burlona del mayor de los hermanos Sabaku No, y bajó la voz hasta alcanzar simplemente el nivel de un susurro—¿lista, Hinata?

    —Sí.

    —¡Bien! —Naruto inclinó la bicicleta hacia la izquierda y acomodo el pie derecho en el pedal. Atrás, Hinata se esforzaba, tocando el suelo sólo con la punta del pie—¡empezamos con el derecho´ttebayó! ¡a la una, a las dos… y a las… tres!

    Se tambalearon un poco y Hinata soltó un chillido cuando empezaron a andar en zigzag. Un árbol se puso en su camino y Naruto dio un brusco volantazo intentando frenar también, pero Hinata no tenía mucha visibilidad y había seguido pedaleando.

    Casi se matan. Milagrosamente Naruto logró sostener el peso de ambos sólo con su pierna izquierda apoyada en una barda. Los dos suspiraron.

    —¿Lo intentamos de nuevo?

    Lo hicieron. Una, dos, tres, siete, diez veces.—Bueno —sonrió, un cuarto de hora más tarde, girándose un poco para ver el camino, después de otro intento infructuoso—, hemos avanzado como quince metros desde que empezamos, eso es algo´ttebayó.

    La risilla suave tras él le hizo sentir cosquillas en el estómago. De repente se le olvidó su meta autoimpuesta de alcanzar a los demás, y pensó que quizá toda esa maldición de la "bicicleta doble" hubiera sido una buena cosa… Había logrado estar con ella después de todo. Era difícil aún cuando eran dos personas y estaba claro que no durarían mucho si no lograban sincronizarse. —Ey —balbuceó, riendo—¿quieres que descansemos un poco?

    Sintió cuando el peso se alivianó y Hinata estaba ya parada a su lado, esperando por él –le gustó pensarlo-, con los ojos claros fijos en la calzada. —¿Crees que lo logremos? —preguntó ella con voz suave. Ciertamente sus intentos de avance habían sido patéticos. Naruto la miró por un momento. Ella lucía una franela ajustada y blanca bajo una sudadera deportiva de color lila, el cabello azabache colgaba de una coleta larga (normalmente lucía el cabello suelto, pero era comprensible que lo recogiera para hacer ejercicio), su flequillo seguía cubriéndole la piel de la frente y dos suaves mechones adornaban el contorno de su rostro.

    Hinata notó el escrutinio de sus ojos azules y bajó la mirada, acomodando un mechón de cabello tras su oreja. Naruto notó entonces una diminuta gotica de sudor deslizarse desde su sien. —Ehm, Naru-

    —¿Estás cansada, Hinata-chan? —le interrumpió, bajándose rápidamente de la bicicleta, y recostándola contra un poste—Porque si estás cansada, entonces no hay necesidad de se-

    —¡No! —ella prácticamente gritó, sorprendiéndolo. La verdad es que había estado aliviada, y le daba vergüenza admitirlo después de todo, de ser empujada a estar cerca de él. El pensamiento y su propia respuesta instintiva le hicieron sonrojar—No, digo, e-estoy bien…

    Naruto reparó en su tartamudeo. Era un avance, ¿cierto? Y se rascó la cabeza. —Bien, pero entonces… vamos por algo de beber —sonrió, sintiéndose un poco tonto por estar nervioso frente a ella—¡porque no quiero que termines deshidratada por mi culpa´ttebayó! Te verías muy mal, Hinata.

    Se mordió la lengua. Perfecto, Naruto, no hay mejor forma de hacer caer rendida a una chica que hablándole de lo horrible que se vería con un severo caso de deshidratación; eres el mejor.

    Pero para su sorpresa, Hinata se rió. Claro, ella siempre era imprevisible. Su risa delicada fue música para sus oídos. —Eh, lo siento por eso… Quiero decir, no quería… —él se sobó la nuca, con una sonrisa tonta estampada en el rostro—No quería decir eso realmente, digo, en realidad creo que te verías linda estando deshidratada y todo —Hinata reprimió otra carcajada—, ya sabes, con ojeras bajo los ojos y los labios agrietados… —¡¿por qué demonios estaba diciendo esas cosas?! ¡en serio parecía el hermano retardado de Ino, joder! No podía sentirse más estúpido, y él también rió, pero fue una risa totalmente nerviosa—jeje, y la piel se pone más pálida, ¿no? El sabio pervertido dice que, tú sabes, que las mujeres pálidas son más interesantes… puede ser verdad, o sea, no es que yo crea algo de lo que diga el viejo, pero… bueno, supongo que él sabe de mujeres y… deshitrataciones y esas cosas… —ella le miraba con ojos brillantes. Naruto sabía que estaba enredando las cosas en un nivel increíble, así que suspiró hondamente con resignación y tomó aire antes de expulsar rápidamente y con voz más alta—: ¡Honestamente lo que quiero decir es que creo que te ves bonita de cualquier manera, Hinata!

    Un rubor oscuro llenó sus mejillas de porcelana, sus ojos claros estaban abiertos, claramente por la sorpresa de su declaración. —Yo… g-gracias, Naruto-kun, es… muy amable que lo creas…

    —¡No, Hinata! —exclamó—¡yo en realidad lo creo! —Naruto lucía frustrado mientras se pasaba la mano por el cabello ya de por sí alborotado—¡Dios, no soy nada amable! ¿Crees que sólo estoy siendo amable?

    Los orbes de diamante colapsaron con los perlados. Los primeros lucían congestionados, los segundos se abrieron como si de un flaschback se tratara. El muchacho abrió la boca, pero las palabras murieron en su garganta.

    Ambos lo sintieron.

    ¡Pero si siempre que se te cae el borrador o el sacapuntas yo te lo alcanzo! —le recordó—Pensé que era algo obvio…

    Hinata sintió ganas de reír al ver el gracioso rostro pensativo y frustrado. Ese día ella descubrió que Naruto se tomaba las cosas mucho más en serio de lo que la gente pensaba que lo hacía. —Lo siento… Yo simplemente pensé que tú estabas siendo amable.

    —Bueno, también soy amable —asintió él—, pero no le recojo las cosas a todo el mundo, Hinata-chan… ¡Dios! —lo vio jalarse el cabello—¡Y tú siempre me decías "Arigato"! ¿Estabas tú simplemente siendo amable todas esas veces? ¡Oh, diablos!

    Y entonces, al menos por un momento, Naruto vio a la gentil y extraña niña judía de anteojos, la de los ojos psicóticos y lindos (eso había pensado desde siempre) y el cabello negro arreglado en sus pequeñas trencitas. A la que él consideraba su mejor amiga, aún cuando ella no tenía la más remota idea, aunque ella apenas conocía su nombre… Ahora podía reírse: era tan ingenuo en ese entonces. Pero gracias a esa inocencia, a esa ingenuidad, él había ganado la amistad más preciada del mundo.

    Hinata, en cambio, vio al chico de cabellos dorados, sonrisa brillante y ojos estremecedoramente transparentes; el que siempre estaba rodeado de niños, el que llenaba de escándalo, risas y gritos cada lugar en el que pisaba tierra. El que ella observaba con frecuencia y quien la sorprendía con su actitud impredecible. Ella veía al hiperactivo niño de diez años que se acercó a la callada y rara niña del asiento de al lado con una pregunta llena de reproche: "Ey, Hinata, ¿por qué no me habías contado que eras judía, ah?" y después cuando le había gritado que ella era su "mejor amiga´ttebayó" Ella había estado tan sorprendida aquella vez…

    Por un segundo, ambos vieron el reflejo más joven del otro.

    Naruto sintió una puntada de dolor justo en el pecho. Si el "él" de diez años supiera lo que había pasado entre ellos, lo idiota que él había sido con aquella tierna niña que poseía esos ojos que le encantaban, seguramente le patearía el culo.

    Su rostro debió reflejar el dolor, porque vio preocupación en la mirada de Hinata. Eso, lejos de aliviarlo, lo hizo sentir peor, porque ella seguía siendo la misma de siempre. Nunca se había equivocado. Nunca lo había herido. Posiblemente la única cosa en desacuerdo con la personalidad de la Hinata de ese entonces que hizo fue estafarlo –había decidido llamarlo así- con ese estúpido panda de Sakura, pero esa fue acción en un estado de excepción.

    Seguramente la Hinata de diez años no tendría nada que reprochar a la Hinata de ahora.

    —¿Por qué? —preguntó en un murmuro, mirándola con duda y vergüenza. Ella estaba confundida—¿por qué no estás enojada conmigo?

    Naruto la estudió mientras retrocedía, juntando los puños en su pecho con ese gesto que siempre tenía cuando algo la agarraba de sorpresa. Boqueó como un pez, él sabía que no iba a hablar. —¿Por qué no me odias, Hinata? ¡tienes todo el derecho de hacerlo´ttebayó! —su tono se hacía cada vez más elevado, pero no había muchas personas cerca para preocuparse por ello. Él también estaba sorprendido; un sentimiento ardiente burbujeaba en su interior, consumiéndolo lentamente. Quería respuestas, no había notado lo desesperado que estaba por ser odiado, por recibir desprecio para sentirse un poco mejor. Le jaló de la muñeca posada en su pecho femenino, quedando ambos a una distancia menor a un palmo. Ella estaba evitando mirarlo—. ¡Maldición, mírame! Merezco que me odies, lo merezco más que nadie. Yo te hice daño, cuando se suponía que debía protegerte de todo… Cuando eso era lo que quería hacer. ¡Te herí mucho, Hinata, y tú no pareces enojada! Soy malo, soy terrible contigo y aún así… —un gruñido brotó de sus labios, ella se negaba a verlo. Él se sentía frustrado—¡abofeteame, quiero que me pegues tan duro como puedas, adelante! —la soltó—Hinata, escúchame, necesito que me aborrezcas por un rato, que me odies con toda tu fuerza, vamos, golpéame, ¡dame una cachetada ahora! ¡Odia-¡

    ¡Paf!

    Vino tan rápido como una ráfaga, y dolió, pero fue reconfortante. Directo y duro contra su mejilla izquierda. Naruto la frotó, escudriñando a la pequeña chica que ahora sí lo miraba con el ceño fruncido. Su respiración parecía un poco inestable, lucía cansada, agotada…

    —No puedo —su voz sonó como un quejido, y él quiso arrullarla en sus brazos—. Nunca podría odiarte… A veces me duele, pero… Naruto —la potente mano pequeña que lo había golpeado se posó en el pecho de su camiseta, transmitiéndole calidez. Sus ojos claros parecían hipnóticos, tan cargados de sentimientos y frustración. Quizá ella se odiaba por no odiarlo, pensó, y siendo completamente sinceros eso hundió su corazón un poco. —Naruto-kun… —su nombre fue dicho como una oración devota y su columna sufrió un escalofrío—No puedo odiarte porque tú no querías hacerme daño… ¿c-cómo podría odiarte cuando sé que eres una persona tan amable? Siempre lo has sido, desde pequeños… —sus labios se abrieron en una sonrisa suave, sus ojos brillaron—No puedo odiarte, aunque lo intente con todas mis fuerzas.

    Y él se quedó congelado. Quería tomarla, abrazarla, besarla, murmurarle palabras dulces al oído, que la amaba, que era hermosa, fantástica, maravillosa, gentil, tierna y que, por sobre todas las cosas, ella era la más perfecta perfección que ha dado el mundo. Que lo perdonara. Él quería hacerlo, pero su garganta estaba contraída, vuelta un nudo, su corazón se agitaba intensamente en su pecho y la sangre corría desesperada por sus venas. Ella seguía mirándolo.

    —H-Hinata… —jadeó, estirando su mano para rozar uno de los mechones en su rostro. Él no merecía tanto, pensó, ella era demasiado para alguien como él. Él era demasiado poco para ella. Tenía que pedirle perdón.

    Hinata se removió nerviosa y sonrió, retirando su mano del pecho de Naruto y alejando la suya de su rostro. —M-mejor vamos por algo de beber… —dijo suavemente, parecía rogarle con la mirada para que, por favor, no dijera nada más—Tengo sed, Naruto-kun.

    Y él asintió lentamente, anonadado, porque eso había sido demasiado.

    Y no había prisa.

    Y ella le causaba mil sensaciones a la vez sin siquiera tocarle un dedo.

    Y ella era hermosa.

    Y perfecta.

    Y él haría que todo fuera perfecto en sí mismo, para encajar con su perfección.

    Y lentamente, con mucha calma, haría que se sintiera más enamorada de lo que pudiera haberlo estado en toda su vida.

    Y él, sencillamente, ya estaba perdido en el amor.

    —Ey, Hinata —sonrió abiertamente—, ¡creo que podemos lograr alcanzarlos si estamos juntos´ttebayó!




    ()

    Itachi estaba preocupado. —Me temo que se han quedado demasiado atrás —le habló a su hermano menor, que pedaleaba no muy lejos de él—. Voy a ver si necesitan ayuda —Sasuke asintió e, inmediatamente, él giró el manubrio en dirección contraria.

    Mientras veía a su hermano alejándose en su bicicleta, Sasuke pensó que, sin importar lo que estuviera sucediendo atrás, con la llegada de Itachi todo se pondría un poco interesante. Quizá no para Naruto, pero sí para alguien –como él- que disfruta viendo a un idiota sufriendo de celos.

    ¡Porque qué miradas que le había estado enviando a Itachi todo el camino!





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    El alivio provocado por el líquido transparente deslizándose por su garganta fue maravilloso, casi milagroso y, después de subir de nuevo a la bicicleta –en sus respectivos asientos-, todo pareció ir de manera más fácil.

    No les tomó más de cinco minutos el encontrar el ritmo. Naruto daba indicaciones precisas Stop! cuando debían detenerse, Go! para apresurar el paso, siempre empezaban con el pie derecho y, para gran alegría de ambos, estaban avanzando a paso constante. Ella le obedeció sin rechistar.

    —¡Te dije que podíamos hacerlo´ttebayó!

    Hinata se sonrojó suavemente ante su entusiasmo. Por alguna razón, las bicicletas dobles parecían llamar la atención de las personas más de lo normal y ella no era exactamente buena en lo que se refiere a ser el centro de atención.

    Naruto, por el contrario, ni siquiera lo notaba. O quizá ya estaba lo suficientemente acostumbrado a ser el eke central. Él reía emocionado.

    —Ah, qué linda pareja —el comentario lejano de una persona, positivamente una mujer, oscureció su rubor—, ¡el rubio es bastante guapo! —esto último le hizo fruncir el ceño. Vamos, no era un secreto que Naruto era bastante guapo, pero… le molestaba (sólo un poco) que otras personas lo descubrieron y lo expresaran tan abiertamente. Era el mismo sentimiento que la inundaba desde que él jugaba fútbol en el colegio y las alumnas más jóvenes quedaban impactadas ante su rubio cabello humedecido que se ajustaba a su frente bronceada, con su sonrisa cansada y orgullosa que exhibía con facilidad, con sus azules ojos brillantes… y, cuando se quitaba la camisa del uniforme después de un partido, con su pecho perfecto vanvoleandose en sintonía con su respiración inestable, oh, y su abdomen…

    ¡Ya, suficiente! Cerró los ojos y bajó el rostro, avergonzada por su línea de pensamientos. Sus mejillas ardían aún cuando oyó el gruñido del muchacho frente a ella. Él no le ayudaba demasiado en su intento de no-pensar-cosas-que-su-padre-no-aprobaría, pensó.

    —No dejes de pedalear, Hinata —la voz sonó ronca, forzada, como si estuviera reprimiéndose.

    ¿Por qué ella dejaría de hacerlo? ¿había algo en el camino que fuera peligroso y Naruto, temerario como era, quería enfrentarlo? El pensamiento le hizo abrir los ojos y ladear la cabeza para ver la clase de elemento mortal o de monstruo maligno que Naruto suponía poder superar (él era demasiado capaz de arrojarlos a ambos a través de un aro de fuego, lo conocía), pero sus nervios se relajaron visiblemente al no percibir nada extraño; Personas en bicicleta, en patines, un niño demasiado pequeño montando un monopatín, el vendedor de BonIce(¿sería que Naruto le debía dinero o algo?), varias personas paseando con sus perros… Todo normal.

    —¡Naruto-kun, Hinata-chan!

    Y un Itachi en dirección contraria desde el carril de al lado. Él lucía aliviado, y sintió deseos de saludarlo, pero justo cuando abría la boca, el susurro entre dientes la interrumpió. —No te detengas, Hinata.

    Notó cómo el cuerpo de Naruto se tensaba por completo para aumentar la fuerza en las piernas y, con esta, la velocidad. Sus pies casi se resbalan de los pedales por la sorpresa… ¿Qué le pasaba? Su propia expresión confundida chocó con la mirada anonadada del muchacho de cabello oscuro cuando pasaron justo por su lado; Naruto lo había ignorado por completo.

    —¡N-Naruto-kun! —ella chilló avergonzada por Itachi, medio reprochándole, pero él la cortó.

    —No hay tiempo, tenemos que alcanzar a los otros´ttebayó —explicó, pero Hinata sintió que estaba siendo engañada. Su voz rasposa y, raramente concentrada, le daba mala espina.

    —Pero eso fue grosero con Itachi-kun —alegó, empezando a sentirse algo cansada por el ritmo que él había impuesto. Si su rostro hubiera estado en el angulo de visión, Hinata hubiera observado cómo parpadeaba con sorpresa, para dar paso luego a un ceño fruncido. Itachi-kun, él reparó amargamente en su forma de llamarlo, pero Hinata no había sido consciente del sufijo que había agregado—, él quizá estaba preocupado por nosotros…

    —No me importa —su respuesta fue tensa, Hinata se sorprendió por el tono inusualmente frío.

    —¿Aceptas una carrera, Naruto? —Itachi ya estaba a su lado, pero la atención se fijaba exclusivamente en el aludido.

    Tuvo un escalofrío. Los ojos negros lucían divertidos. Para Itachi, en su opinión, Naruto era un niño amante de los retos… y ella sabía que era la realidad. —¡Vamos, Hinata! —y ella inmediatamente se vio involucrada. Formaba parte del equipo naranja, y eso le provocó un suspiro de resignación—¡muerde el polvo, Uchiha Itachi´ttebayó!

    Y el mundo podía causar vértigo. Naruto pedaleaba con fuerza, era casi inhumano (ella se esforzaba por mantener el ritmo a duras penas), pero Itachi no se quedaba atrás. Era mil veces más difícil para ellos, era obvio, Naruto maniobraría mucho más fácil si condujera una bicicleta simple, pero debía reconocer que lo estaban haciendo bastante bien…

    Se mantenían a la par. Itachi avanzó, Naruto y ella lo hicieron después. Los arboles a cada lado de la carretera empezaron a verse como simples manchas verdes y marrones que pasaban una y otra y otra vez por los laterales de su mirada.

    Su respiración se hizo agitada. Estaba cansándose, pero la carrera entre los dos muchachos no parecía terminar pronto y, lastimosamente, su compañero no podría seguir si ella se daba por vencida. No, estrechó los ojos con determinación, no puedo detenerme. Sólo no mires a los lados, Hinata. Se enfocó entonces en el color naranja de la camiseta de Naruto frente a ella, que ondeaba levemente con el viento. Naranja, naranja…

    Su corazón latía fuerte y su mente empezó a revolverse, parecía tener vida propia. Era extraño: pensaba, se hacía mil preguntas, se respondía incoherencias, pero no estaba plenamente conectada… Fue como si fuese la mente de otra persona la que escuchaba en su cabeza. Era como cuando una persona mueve los labios, pero no puedes adivinar lo que esta diciendo. Era irreal.

    Iban ganando -no lo había notado- sólo por un metro, y el rostro concentrado de Naruto giró para ver a su contrincante.

    Naruto-kun, te gustan los retos… ¿Por qué no estás riendo? ¿por qué no gritas de emoción?

    Era una autentica lucha; de fuerza, de pedaleos, de miradas. Azul contra negro. El azul brillaba con intensidad, casi con furia. ¿Te pasa algo? ¿Hice algo mal? ¿Por qué no dices "ttebayó"?

    Naranja. Naranja. Naranja. Tenía que alcanzarlo. Su mano pálida temblaba cuando la estiró. —N-Naruto… —apretó la camiseta débilmente. Una gota de sudor resbaló por su frente. Sus fuerzas se perdían.

    Él frenó, sus ojos zafiros rodaron sorprendidos sobre ella.

    … ¿También estás cansado?

    Luego vino el mareo, el mundo dio una vuelta. El azul y el negro se fundieron en su mente; lo último que vio fue el azul del cielo antes de que todo se volviera negro. —¡Hinata!




    ()


    Podía oír. Todo. A Naruto gritando su nombre, el fuerte golpe metálico de la bicicleta de Itachi chocando contra el suelo, el tintineo las ruedas moviéndose por si solas. Oía todo de manera desordenada, lejana, pero lo hacía.

    No estaba inconsciente.

    Podía sentir perfectamente el brazo que maniobraba por sus rodillas, el que atravesaba su espalda, para luego elevarla en el aire. Su cabeza se sentía pesada, sabía que estaba descolgada sobre su cuello como si de una muñeca de trapo se tratara, pero no tenía fuerzas para moverla. No tenía fuerzas para intentarlo. Ni siquiera tenia fuerzas para sentir vergüenza. Su estómago se sentía revuelto.

    Quien la cargaba parecía ser Naruto. Sus pasos eran apresurados y ella sentía el vaivén de su respiración entrecortada contra su costado. Sus murmullos sonaban desesperados, aún para sus oídos inestables. —Está bien, Hinata, no te asustes, estarás bien´ttebayó…

    Otros pasos también resonaban lejanos. —Aquí, recuestala rápido.

    Lo siguiente que sintió fue algo suave donde posaba su cabeza y los brazos cuidadosos que se deslizaban, la abandonaban, sobre una superficie plana y dura. —Creo que sólo se mareó. Iré por un bocadillo, tú quédate aquí, Naruto. También trataré de avisar a los demás.

    No hubo respuesta, sólo silencio. Luego, Hinata sintió algo seco y suave acariciando la piel húmeda de su frente (el cabello de su flequillo había sido apartado hacia atrás por una mano gentil). Esa persona le estaba secando delicadamente con un pañuelo. Y lo agradecía. La brisa se sintió fresca sobre su piel, su pecho empezó a moverse de una manera más cómoda, más natural.

    —Lo siento… —el aire trajo el suave susurro. Ella intentó abrir los ojos, pero su esfuerzo sólo fue suficiente para contraer su rostro un poco, frunciendo el ceño como consecuencia, así que decidió no insistir por el momento. La voz de Naruto era una descarga de emociones—Fue mi culpa, seguro te esforzaste de más para ayudarme a ganar esa estúpida carrera… Soy un desconsiderado —el tacto rasposo y cálido sobre la piel de su mejilla le hizo erizarse—. Parece que siempre te estoy metiendo en problemas, poniéndote en situaciones incómodas, haciéndote sentir mal… pero te juro que no quiero hacerlo, en serio, yo te quiero mucho, Hinata, p-pero… siempre que intento hacer las cosas bien, que tengo un plan en mi cabeza, todo se revuelve, termino comportándome como un idiota, seguramente porque lo soy —un suspiro. Él se tomó su tiempo antes de deslizar delicadamente las yemas de los dedos hasta su barbilla, era tan suave como el aleteo de una mariposa, para luego volver a su mejilla—. Voy a necesitar que me perdones, Hinata, porque creo que no podré vivir si no lo haces. Necesito que me perdones por no haberte percatado antes de lo que sentías por mí, por no valorarte como debía, por no hacer lo que un mejor amigo debe hacer, por arrastrarte siempre junto a mí, por… por obligarte a decir quien te gustaba, por besarte mientras era novio de Sakura-chan, por no entenderte, por no aclararme, por ser tan lento, por besarte de nuevo… una y después otra vez, sin aclarar nada entre nosotros… perdóname por aprovecharme de ti, por hacer que me ayudaras a conseguir un regalo para otra chica, por enojarme después por eso mismo, por… Hinata-chan, perdóname por no entenderte nunca… —Hinata lo sentía, su arrepentimiento, sus sentimientos sinceros, mientras le murmuraba casi al oído. Tan bajo, tan dulce, tan íntimo. Sentía el hormigueo de los ojos zafiros clavados en ella—. Por ser tan lento, torpe e insensible. Ya me dijiste que no puedes odiarme, pero… entonces necesito que me perdones por todo —Naruto besó su oído; ¿él creía que ella no lo estaba oyendo? Sería lógico al pensar en la forma en que lo decía. Quizá él creyera que no recordaría nada de esto, como cuando una persona estaba en coma. Pero lo que él dijo a continuación, con un tono bajo y sencillo, la dejó paralizada emocionalmente, el calor se extendió en su estómago: —porque estoy tan enamorado de ti que mi corazón duele…

    La escena para alguien que la presenciare sería el de un muchacho de rodillas, con una mano apretando el pecho de su camisa, con la otra palpando la mejilla de una chica dormida en un banco, a la que hablaba palabras dulces, pero inaudibles.

    Naruto suspiró hondamente, como si se hubiese liberado de un gran peso, y el corazón de Hinata dio un vuelco cuando su mejilla perdió el calor de su mano y un peso se instaló en su abdomen, un peso que no le dificultaba el respirar.

    Ella abrió los ojos lentamente, sólo para toparse con el hermoso rostro bronceado y pacifico descansando en ella, los alborotados cabellos rubios fundiéndose con el lila de su propia chaqueta abierta, los zafiros ocultos por los delgados parpados. Era hermoso, y sincero, y perfecto…

    Había sido una tonta al creer que podría olvidar al hombre que había amado desde niña.

    —… Me duele, pero sólo un poco… En realidad se siente tan bien´ttebayó. Quisiera que me dejes estar a tu lado siempre, de cualquier manera…

    Hinata alargó la mano hasta rozar sus cabellos, luego los acarició en movimientos circulares y débiles. —Naruto-kun… —los zafiros se abrieron de golpe, las marcas en las mejillas de Naruto no alcanzaron a ocultar el sonrojo oscuro.

    —¡H-Hinata! —él se incorporó casi bruscamente, con la espalda casi recta—T-tú… ya despertaste´ttebayó.

    Asintió, dándole una sonrisa gentil. —C-creo que estoy bien, sólo me sentí un poco mareada antes —hizo amago de sentarse, pero él la detuvo, recostandola de nuevo.

    —No, no, descansa un rato más, Hinata.

    Sólo entonces Hinata descubrió que su cabeza había estado posada todo el tiempo en la chaqueta deportiva de Itachi. —¿D-Dónde está Itachi-san? ¿Él se preocupó por mi?

    El gesto de Naruto cambió. La sombra se acentuó en su rostro, era el retrato de un hombre atormentado. —¿Ya me cambiaste, Hinata? —dijo, posando sus ojos tristes en ella—¿ahora quieres a Itachi más que a mí?

    Parpadeó. Un gemido, silencio, emociones rebotanto. —¡T-tú… Naruto, tú…!

    ¡Él estaba celoso! ¡claro, por eso había estado comportándose tan raro cuando Itachi estaba cerca!

    No supo si debía sentirse molesta o si debía reír. —Porque si es así, Hinata, no debes sentirte mal, en serio —ella ladeó la cara observándolo curiosa. Naruto, al lado del banco, la miraba con vehemencia—. Yo me he portado muy mal contigo… y no tengo derecho a pedir nada, pero… —él tragó saliva. Hinata pensó que era muy lindo cuando le costaba hablar. Sus ojos le estaban diciendo todo—si Itachi logra que te estés siempre feliz, entonces… eso es lo único que importa, ya sabes, yo soy tu amigo… y… sólo quiero lo mejor para ti…

    Era lo más difícil que Naruto había dicho en su vida, pero en realidad lo sentía. Aunque él se había prometido enamorarla, aunque se había prometido no darse por vencido… Nada de lo que él sintiera importaba si Hinata no era feliz. Y si ella quería a Itachi ahora, entonces él tendría que aceptar que su oportunidad había pasado, la había desperdiciado, y acostumbrarse a ser testigo de su felicidad desde el puesto de mejor amigo, lo más cercano que podía estar.

    Hinata sonrió suavemente, alzando la mano para alcanzar su mejilla. Naruto se dejó hacer, sin despegar su vista azulada de los ojos opalinos. —Siempre eres tan amable… —ella se perdió en las transparentes ventanas del alma Uzumaki—Gracias, Naruto-kun.

    Él asintió como un niño, cubriendo la mano pequeña en su mejilla con la propia. —No soy amable, tú sabes… —Naruto ofreció una sonrisa humilde que encendió algo en su pecho. Su piel era tan cálida.

    —¿Tú crees que… Itachi-san es bueno para mí? —preguntó en un susurro.

    Los zafiros brillaron con tristeza. Él evitó su mirada. —Es un buen chico…

    Hinata separó lentamente la mano de su mejilla bronceada, el corazón de Naruto empezó a latir con lentitud. Ella lo miraba, acostada como estaba en el banco de madera, con el rostro ladeado en su dirección y él no podía soportarlo mucho más. Cuando ella posó la mano sobre la tela naranja de su camisa, justo en el lugar donde latía su corazón, su pecho se calentó entero y su respiración se entrecortó.

    Él la miró a ella. Ella miraba su mano con completa pasividad.

    Fue un minuto eterno.

    —¿Se siente bien… —sus miradas se chocaron, ella acarició y movió la palma en una caricia—o todavía te duele, Naruto-kun?

    Un rubor oscuro invadió las mejillas de la muchacha. Ella observó como el mar azul en sus ojos se ampliaba con sorpresa. —T-tú, Hinata… tú… —él boqueó como un pez fuera del agua, sonrojándose con dulzura. A ella le pareció divertido—Ehm… ¿estabas escuchando´ttebayó? —y volvía a hacer ese gesto nervioso de rascarse la nuca.

    La risa fina Hyüga llenó el ambiente; delgada, suave y dulce como su dueña.

    Se mareó un poco al momento de incorporarse de golpe, Naruto se apresuró en su ayuda, pero ella le sonrió tranquilizadora. Los ojos lilas brillaron. Hinata se sentó adecuadamente en la banca, con los pies en el suelo y las rodillas juntas, las manos modesta y correctamente sobre su regazo.

    —Naruto-kun —él, arrodillado aún en el suelo y a un lado de sus rodillas, colocó los codos en la banca y se inclinó sobre ellos. Su rostro moreno y hermoso quedaba unos centímetros por debajo del suyo. Sus cabellos rubios se alborotaron más con la brisa, y ella sonrió mientras pasaba sus dedos suaves sobre los cabellos rebeldes en su frente bronceada.

    Sus ojos azules chispeaban.

    —Creo que estoy un poco deshidratada… —susurró con pesar.

    Élla vio preocupación en su mirada. —¿Q-quieres que te traiga algo de beber, Hinata? Lo que sea´ttebayó.

    —¡No!

    —¿No? —Naruto arqueó una ceja.

    —N-No. No es necesario, Naruto-kun —sintió sus mejillas acaloradas. Los ojos azules le escudriñaban con intensidad, confundidos, atentos, inocentes. Desvió la mirada, acomodándo nerviosamente su propio flequillo—, sólo… siento los labios un poco… agrietados… secos.

    Su mirada bajó a su regazo, sintiendo el rostro más caliente que una olla hirviendo. ¿Había una manera más directa de pedirle que la besara?

    Cuando lo miró, Naruto tenía ojos de descubrimiento, un sonrojo tras las marcas de sus cachetes adorables y una sonrisa incierta, que rápidamente cambió a una digna de un niño travieso. —Oh, Hinata-chan, entonces creo que tendré que ayudarte a humedecerlos un poco´ttebayó.

    —S-sería muy amable de tu parte… —ignorando el bochorno insoportable, Hinata lo miró fijamente, acariciando los hombros anchos con ambas manos—E-espero que no sea mucha molestia.

    Naruto atrapó su cintura y, aunque sus mejillas estaban coloradas, sonreía con soltura. Ella se inclinó hacia abajo para acercarse un poco más. —Es un placer, señorita —dijo, antes de unir sus labios con suavidad, abrazando delicadamente con los suyos el inferior de ella. Un beso dulce—¿es suficiente´ttebayó?

    Él sonrió, sus bocas se rozaban aún al hablar. Hinata sintió que sus manos grandes masajeandole la espalda baja le quemaban la piel, traspasando la tela de la chaqueta deportiva. Ella probó acariciando la piel tras sus orejas y el suspiro contra sus labios le hizo saber que era bueno lo que hacía. —U-un poco más…

    Y sin esperar, lo besó ella misma. El rubor de Naruto y sus ojos azules cristalizados constituían un cuadro hermoso. Lo hizo por segunda vez. Sus labios se sentían rasposos y suaves al tiempo. Amaba la sensación que la recorría de pies a cabeza cuando los tocaba. Se vieron envueltos en una cadena larga de cortos besos, pocos profundos y tiernos, donde sintieron cada uno de ellos con la mayor intensidad.

    —¿Suficiente…? —Naruto respiró después de un minuto entero, mientras ambos juntaron las frentes. Perlas y diamantes juntos de nuevo. Él miraba hacia arriba, ella hacia abajo.

    Hinata sonrió.

    —M-me debes muchos más, Uzumaki Naruto, lo prometiste.

    Él acarició su quijada con los labios en señal de confirmación.

    —Cierto, Hyüga Hinata —sus ojos brillaron—, y yo siempre cumplo mis promesas´ttebayó.
     
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    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
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    Nahiii !! pedacito de dulzura que me entiquetaste en la contii :3 y encima subis el capi el dia de mi cumpleaños :') es como que me diste un regalo sin pedirtelo :3


    En simples palabras de estos dos capis : PERFECTOS, HERMOSOS, TIERNOS,GRACIOSOS que mas? asi muchas cosas!!!! Tengo que admitir que este ultimo capitul ome quito el aliento y llegue al punto que me corazoncito le agarrara ese cosquilleo de cuando lees algo tan perfecto, nose si me explico n.nU

    La mejores partes que me causaron ese cosquilleo fueron :

    y esta no se, es como que estuviéramos conectadas, porque estoy escribiendo un fic naruhina ( que pronto voy a subir y espero que lo leas e.e) en el que pensaba poner algo muy parecido O.O

    Mi cerebro no piensa en la forma correcta de decirte lo perfecto que fue este capitulo, cada palabra, cada oracion, todo transmitía esos hermosos sentimientos entre ellos. También los celos de Itachi a Naruto, que nunca viene mal que pase asi se da cuenta que alguien podría robársela a Hina-chan si no hace algo e.e, la emoción, las risas, las miradas, agh enserio nose como ponerlo en palabras D:

    Creo que siempre lo digo pero la forma que escribís me encanta, desearia tanto trasmitir los sentimientos así, es una forma tan bonita de narrar que agh me supera D: Sin errores y bueno queriendo ver que mas sigue despues de este hermoso capitulo.

    Atte. Sweet-chan :3
     
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    annette

    annette Entusiasta

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    Hola Nahi denada por lo de megustiar los cap ^-^ y por supuesto que me encanto este capitulo, me fascino :3

    Sentí ese cosquilleo del que habla sweet en la ultima parte por dios casi hago sordas a todas las personas de 50 metros a la redonda de mi casa xD vas a matarme de la alegría no lo puedo creer fue hermoso enserio *-* y esa disculpa de Naruto fue tan asdafasadasfsdsafasd (espero que me entiendas ^-^) y luego el beso aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh no se me va la sonrisa :3

    Bueno después de eso juro que me tente con lo de hermano retrasado de Ino, y hasta me hizo pensar que podría ser verdad ASAHASHASHSA (esa es mi risa deforme D: ) enserio me acuerdo y me rió como no tenes idea
    Me enterneció mucho Hinata diciendo que no podía odiarlo osea eso ya lo sabia pero de todos modos fue tierno (y fue un hermoso cachetaso recibido por Naruto xD)

    Aiii bueno nose que mas decir porque tengo al lado mio a una niña de 5 años demasiado molesta pidiéndome que le ponga videos así que tendré que irme o voy a asesinarla, perdón porque el comentario sea tan corto pero bueno enserio no tengo paciencia con los chiquitos así que bueno de todos modos fue realmente perfecto no tengo palabras para definir la perfección así que espero que baste con un ASDASDASDASDASD LIKE THIS *o* *-* *u*
    Hasta la próxima ^-^
     
    Última edición: 27 Febrero 2014
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    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

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    ¡Hola! Anto se reporta después de miles de años pero no abandonaría tu historia. Nunca. ¡Empecemos con los comentarios!

    XXVI: Feliz cumpleaños, Hinata-chan: Hay algo en esta extraña relación que Hinata comparte con los Uchiha que me encanta, no sé bien qué es pero...está ahí. La curiosidad de Sasuke, la rara actitud de Itachi para con la Hyuga. No sé, me gustan; los tres como amigos.
    También me agradó el detalle del momento padre e hija, fue demasiado tierno por parte de Hiashi y eso es decir mucho, ya que siempre lo vemos serio y estructurado pero ahora sabemos que su corazón no es de piedra. Y...creo que todos imaginamos quién es la persona que habló al final.


    XXVII: Fiesta de grado (I):
    Como siempre: demasiadas emociones en un sólo capítulo. Amé con locura a la mamá de Hinata, hace rato no me reía tanto al leer algo. Sí, fue una situación incómoda para ellos, pero yo la disfruté a lo grande JAJAJAJA ¡Y ni hablemos de la imagen mental que se me formó cuando le estiró las mejillas a Neji!
    Y mi frase favorita fue la primera. Sí, sí, ésta:

    El rubio se graduó, ¡es el hecho más importante en la historia de la humanidad! Y que conveniente que Hinata cumpla años el mismo día. Aw, doble fiesta...todo puede pasar.
    Los celos de verla con Itachi lo carcomen, ¡bien hecho por no haberla tratado como lo hizo! Aunque sea terminó con Sakura y eso es un avance. Pero esa relación que Hinata tiene con el Uchiha es...extraña, ya lo dije. No sé a que podrá llevar todo esto. Pero algo es seguro: Naruto está celoso. Naruto quiere que Hinata sea de él. Y cuando a Naruto se le mete algo en la cabeza...no se lo saca nadie.


    XXVIII: Fiesta de grado (II): Si bien una parte de mi está sintiendo lástima por el rubio...me gusta mucho "esto" que está pasando entre Hinara e Itachi. Parece que el Uchiha mayor tiene sentimientos hacia nuestra protagonista y, como bien pensó Hinata (y vos), es todo un caballero. Quiero un Itachi, ¿a dónde se compran? Me gustan juntos pero no sé como va a reaccionar la Hyuga a largo plazo con esta "relación". Por el momento, es bueno que esté feliz y se siete cómoda y relajada al lado de Itachi.
    Y la familia Hyuga es tan...tan...no se, ¿genial? Todos comentando, mirando y susurrando acerca de la pareja que hacen Hinata e Itachi. Y Neji...simplemente me sorprende toda su persona en conjunto; adoro como manejas su personalidad.
    Mi frase favorita de este sin dudas se le lleva Itachi...

    XXIX: Mi mejor amigo: Yo leo tus capítulos y creo que ya no podes escribir mejor...y me equivoco. Ugh, fue tan estupendamente genial. Desde principio a fin. Perfecto. Te quiero abrazar(?)
    Plasmaste la amistad de una manera tan real. Me encanta que Hinata y Sakura sigan siendo amigas. Sí, puede que no haya soportado mucho a Sakura a lo largo de la historia pero bueno. Ella tenía sus razones y Hinata también y ambas supieron perdonar esas diferencias y fortalecer su amistad a partir de esas experiencias.
    ¡Ino y Kiba! ¡Al fin! Aw, estoy tan feliz por el castaño. Sabía que tarde o temprano, la rubia iba a caer y se iba a dar cuenta de lo que en realidad sentía por el Inuzuka. Espero que después de esa escena todo siga un buen camino entre ellos dos.
    Sasuke y Naruto. Naruto y Sasuke. Tienen la mejor amistad existente en el planeta tierra. Es que es sorprendente...son tan distitos y eso hace que se complementen y se necesiten el uno al otro de una manera única. Igual alguien debería darle un premio al Uchiha por soportar tanto a Naruto.

    El capítulo fue genial en su completa integridad pero me gustó mucho esa parte y sobre todo esa frase porque es totalmente cierta.
    Y Naruto en todos los estados de la borrachera fue sencillamente épico.


    XXX: Ciclo-vía (I): Ay, Dios, ¡cómo amo tu forma de escribir! No paré de reír en todo el primer escenario del capítulo. Alguien que le de un premio a los pensamientos de Sasuke y a sus maneras de reaccionar; y a vos por escribirlos tan bien.

    JAJAJAJAJ Amé todo ese momento pero esa frase me hizo reír de lo lindo. Pobre Uchiha menor y sus jeans sin bolsillos.
    Naruto habrá terminado la escuela y se habrá graduado, pero sigue siendo el mismo idiota de siempre. Eso sumado a los celos que siente por Itachi (el perfecto e increíble Itachi)...nos da un Naruto aún más despistado. Pero igual lo quiero y espero que pueda hablar con Hinata en algún momento y sincerarse de una buena vez.
    ¿Paseo en bicicleta? Todo en esa idea puede terminar tan bien como puede terminar tan mal.


    XXXI: Ciclo-vía (II): Estoy intentando buscar las palabras indicadas para expresar todo lo que sentí en este capítulo pero no puedo. Fue perfecto. Es increíble lo bien que podes transmitir los sentimientos de los personajes a través de las palabras.
    Desde Ino haciéndose pasar por la hermana de Naruto, la elección de la maldita bicicleta y de quién iba a subir con el rubio en la bici doble, la conversación con Hinata, la carrera con Itachi, todo hasta ese final tan jodidamente esperado.
    Tengo que reconocer que fue genial cuando Hinata le dio una cachetada al Uzumaki pero ella no puede odiarlo aunque él se lo pida a gritos y Naruto va a hacer que me de un infarto de tanta dulzura que desprende de su ser. Sí, es un idiota. Sí, es un despistado. Pero al fin se decidió y expresó todo lo que sentía por su querida Hinata y...ella le correspondió. Y todo fue increíblemente tierno y romántico pero sin dejar de ser ellos dos, graciosos y espontáneos.
    Ese enorme discurso donde le abrió su corazón para que entendiera todo lo que pensaba fue perfecto, casi morí de la felicidad y de las ganas de abrazar al rubio. Sobre todo cuando...

    Estaba dispuesto a dejar todo de lado porque ella sea feliz. Tal como Hinata lo había hecho cuando Naruto estaba saliendo con Sakura. Aw, tiernos.
    Ahora quisiera saber que va a pasar cuando Itachi regrese porque es obvio que siente algo por la Hyuga. No puedo esperar.


    ¡Terminé con los capítulos!
    Me disculpo por dejar tantos sin comentar y sin leer por tanto tiempo. Maldita universidad. Pero acá estoy, volví y te dejé plasmado todo lo que pienso.
    La narración como siempre más que bien, igual que la ortografía. No hay nada que decir al respecto de eso. Me fascina como logras describir los lugares, las emociones, los sentimientos, las reacciones y las personalidades de cada uno de los personajes. Y como nunca haces que el capítulo sea cansador de leer, es más, ¡siempre me quedo con ganas de que siga!

    Espero con ansias por la continuación.
    Nos leemos ~
     
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    Nahi Shite

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    @Sweet blody rose : ¡No me puedo creer que estemos conectadas! Jaja es genial, y obviamente leeré tu historia cuando me invites, Sweet <3 ¿Cómo voy a negarme cuando tú eres tan fiel conmigo? Tú no te cansas de alabar mi escritura y yo no me canso de agradecerte. Es verdad que sin vos y esas dos otras niñitas lindas como lo son Anto y annete,yo ni siquiera me tomaría la molestia de actualizar capítulo en este foro. ¡Te quiero!
    @annette : Yo tampoco tengo ninguna paciencia con los chiquitos e.e Al menos no con los que ya saben hablar, me marean mucho u.u Creo que ultimamente estoy desbordando ternura con mis capítulos, anne, te juro. Creo que en este te dará un mini infarto en alguna partecita... o en coma diabetico, no estoy totalmente segura xD´D
    @Anto Lightwood : ¡Anto, por favor, no vuelvas a desaparecer por tanto tiempo! Digo, amo leer tus comentarios inmensos y hermosos sobre cada uno de los capítulos en que te pierdes, pero también me llenas de una angustia infinita, mujer ._. Por otro lado, me alegra que quieras violarte a Naruto tanto como yo (ah, ¿tú quieres es abrazarlo? Bueno, no importa ;) ) Jajajaja, no, seriamente... Yo estoy enamorada de él, es una bolsita de ternura <3 ¿Y qué más puedo decir? ¡Ah, también me gusta la relación Uchiha- Hyüga. Creo que sería interesante ahondar un poco en la amistad de esos tres... Quién sabe, quizá lo haga más adelante. Por ahora, te agradezco tu comentario extenso y absolutamente precioso y te invito a leer el siguiente capítulo de esta dulzona, loca y tierna historia de amor.

    Antes de que empiecen a leer, chicas, debo darles una advertencia: El siguiente capítulo es la prueba irrefutable de que mi cerebro no está completamente sano. Lo que van a leer es producto de mi locura.




    .


    .

    FRIEND ZONE.

    XXXII: Führer.

    Palabras: 2.652

    .
    .






    Sasuke Uchiha palmeó el hombro de su adorado hermano mayor. —Te lo dije.

    Y aunque normalmente amaba tener la razón (sólo Dios sabía cuánto), esta vez las palabras se sintieron un tanto amargas al salir de su boca.

    La escena frente a ellos (dos adolescentes que se besaban una y otra y otra vez) causaba –no era fácil admitirlo- cierta envidia.

    Los hermanos Uchiha entraron en un suave silencio.

    —¿Qué fue lo que me dijiste, hermanito?

    Sasuke pasó una mano por sus hebras negras y suspiró. Que te iban a romper el corazón, algo así, que nunca tuviste oportunidad o que es una putada el decidir entre mi jodido mejor amigo y mi único hermano. Cualquiera servía, porque todas eran ciertas.

    —Que ella siempre ha estado en los ojos de Naruto —dijo finalmente.

    —Oh, eso —su cabeza fue aplastada por la mano grande de Itachi. Tras su muñeca, Sasuke vio un brillo que desconocía en los ojos carbón de su hermano antes de que él le brindara una sonrisa—. Creí haberte escuchado decir algo como: estoy muy preocupado por ti, niisan o soy un niño celoso, préstame más atención, niisan o hay que recurrir al amor prohibido, niisan.

    Bufó, ladeando la mirada y sonrojándose como un niño. Ese Itachi… siempre haciéndolo sentir como si tuviera diez años menos. Siempre intentando liberarlo de toda preocupación. Siempre siendo el fuerte.

    —Cállate —sacudió la cabeza para liberarse de su agarre—, mejor voy a decirle a ese par que también tienen que devolver la bicicleta —¿O es que se pensaban que el alquiler era por tiempo indefinido?—. Y tú vuelve con los demás para decirles que Hyüga está bien —Sasuke habló con calma, empezando a andar hacía los tórtolos cincuenta metros adelante—. Y de paso puedes decirle a Ino que entretenga al hombre de las bicicletas para que no nos cobre de más. Puede que a Kiba no le guste la idea, pero hay que convencerlo de que es la mejor opción para nuestros bolsillos. Por cierto, estos pantalones de mierda no tienen…

    En el asiento de una bicicleta alquilada, y mientras veía a su hermano pequeño alejándose, Itachi Uchiha se preguntó desde cuando era él quien recibía las ordenes.




    ()
    ()
    ()

    Cuando se levantó esa mañana, Naruto había presentido que iba a ser un buen domingo (él era naturalmente optimista), pero nunca imaginó cuán grande bendición traería aquel día.

    Él, en quien el universo parecía haberse enfrascado desde que nació, por fin podía sentirse abrazado por las estrellas… mientras era besado por una pequeña luna.

    El panorama más rosa-ejem-lavanda que su mente había idealizado era uno en el que los labios dulces y tiernos de Hinata resbalaban por error desde su mejilla bigotuda hasta su propia boca. Lo que se llamaba un beso flash. Luego él se maravillaba ante la vista de su espectacularmente adorable rostro sonrojado, sus ojos grises abiertos como platos y las palmas cubriendo la cavidad que profería un chillido asustadizo: "¡Naruto-kun!", decía, y él se rascaba la nuca sonriendo, como tratando de restar importancia al asunto cuando en realidad una bomba estallaba en su estomago, "oh, gomen, gomen, Hinata-chan", ella bajaba la mirada, jugaba con sus dedos y tartamudeaba un sinfín de cosas de las que solo un "está bien, N-Naruto-kun" se hacía entendible; él brindaba la más simplona, pero a la vez impresionante, brillante e inocentona de las sonrisas, haciéndose el pendejo, como si no hubiera estado todo planeado, como si no hubiera girado la cara intencionalmente y hurgado rápidamente en sus labios cuando ella se había acercado para darle un casto y formal beso de despedida… en la mejilla.

    Sí, ese fue el panorama más atrevido que le había entrado en la cabeza. Esa era la más alta expectativa que tenía al momento de levantarse… ¡esa era la meta!

    Pero el mundo era bello, el cielo era lavanda, los pollos podían volar alto y Sasuke no se veía nada gay con esos pantalones ajustados sin bolsillos, ¡cualquier cosa era posible!

    Parecía que todo podía suceder estando en brazos de su adorada judía, recibiendo y repartiendo besos suaves en sus labios, en la punta de su nariz, en sus pómulos, frente, ojos, cejas, pestañas, quijada y, en general, el rostro entero.

    Él había soñado con un beso. Ella le estaba obsequiando miles de ellos.

    Y esos dedos delgados que revoloteaban tímidamente tras sus orejas, que le pasaban electricidad contra su piel, que jugaban calmadamente con sus hebras rubias… Eso también era un regalo extra de los dioses.

    Su aliento cálido contra su boca…

    ¡Si Hitler hubiera osado tocar un solo pelo a aquella damita de porcelana, él mismo le habría depilado ese estúpido bigote imponente con dolorosa cera antes de patearle el trasero, empelotarlo y entregarlo a los Aliados envuelto en un moño!

    "Caballeros, espero que recibáis mi humilde presente con el mayor entusiasmo: ¡un Führer al más puro estilo alemán! Tal como llegó al mundo. Es una especie rara y arisca… ¿o era aria? El caso es que han de tener cuidado con él, me costó mucho domesticarlo. Suele tener impulsos asesinos, enfermizos y sus instintos sexuales no están muy bien desarrollados, pero sólo bastará con que le espichéis las diminutas pelotas que posee para obtener un Führer mansito y dócil".

    "¡Oh, impresionante! Pero nos parecía a nosotros que los Führer poseían un bigotito cuadrado y ridículo que los caracterizaba… ¿Qué ha pasado con el de él?".

    "Veréis, caballeros, me vi obligado a arrancar el adorable vello durante la encarnizada lucha que protagonizamos antes de poder presentarlo ante vosotros. Deberán saber que el Führer es como un Sansón alemán; sin el bigote no representa un peligro, ¡el poder del Führer reside en su bigote!, ese es el secreto más custodiado de Alemania. Así que, por tal motivo, deberán depilarlo mínimo tres veces por semana..., el método lo dejo a vuestra elección, pero me permito contaros una cosa más: el Führer posee también una mordaz lengua, es venenosa, entonces es bastante recomendable que se la arranquéis".

    "Gracias por el consejo, honorable señor. Nos aseguraremos de tratarlo lo peor posible".

    "Mi dicha no puede ser más. Es bastante duro separarme de un Führer, no sabéis cuanto, pero el oír que lo trataréis de la manera más ruin da a mi corazón descanso… Decidme, ¿puedo ofreceros un té mientras continuamos con esta amena charla?".

    "¡Cuanta amabilidad!".

    "Es lo menos que puedo hacer por quienes van a cuidar de mi Führercito".

    "¡Liberenme, malditos impuros! No saben con quien se están metiendo. Yo soy Hitler, ¡yo soy Adolf Hitler, joder!".

    "Aww, se le ha caído la mordaza, ¿no es una lindura? Silencio, mi Führer, estos caballeros te llevarán a un lindo lugar y cuidarán muy bien de ti hasta que mi amigo Lucifer termine de arreglar los preparativos para tu bienvenida a su castillo. Me siento obligado a advertirte: hace mucho calor, así que será mejor que no lleves ropa muy gruesa… Pensándolo bien, así desnudito como estás es perfecto".

    "¡Alemania es la ley, la raza aria dominará el mundo! ¡fuera comunistas, homosexuales y judíos de mierda que manchan nuestra nación!".

    "Oh, querido Führer, podéis hacer lo que te plazca con comunistas y homosexuales, con negros y verdes y rojos y luteranos o con quien os de la gana, en serio, te concedo el caprichito… pero lastimosamente la persona más preciada para mí tiene sangre judía corriendo por sus venas… ¡Oh, führer, y yo que pensaba que podíamos ser amigos! ¡me hacía tanta ilusión!".

    "Creemos que lo mejor sería arrancarle la lengua ahora mismo, ¿no le parece, caballero?".

    "Oh, no, respetados Aliados. He cambiado de opinión. Mejor vamos a colgarlo un rato de brazos y pies y deleitémonos un instante con sus maravillosos gritos de agonía. Traedme un cortaúñas, por favor".

    "¿Un cortaúñas? ¿para qué es necesario este instrumento?".

    "Voy a pellizcarle el trasero mientras está así, claro está".

    "¡No, ¿qué hacéis? Bestias!"

    "No hay de que preocuparse, Adolfo querido, será breve. Sólo cortaré suavemente, pedacito por pedacito, la carne blanca de tus nalgas; sabes que no soporto verte sufrir…".

    —Hinata —los ojos lavanda lo observaron curiosos. Su voz había salido traicioneramente densa de sentimientos. Él la miró de vuelta, pero luego cerró sus ojos de mar para acercarse y besar la piel lisa de su pequeña barbilla… Llevó los labios hasta su caliente mejilla derecha y luego internó la punta de la nariz tras su diminuta oreja. Ella se tornó irresistible cuando suspiró y Naruto –no teniendo más opción- la apretó más contra su cuerpo, hundiéndose entre su cuello cremoso y su hombro, ocultándose en ella, respirando en ella, inhalando el profundo aroma femenino (un toque de vainilla con un olor puramente Hinata) y él también suspiró.

    Hinata contenía la respiración, estaba temblando y no hacía frío. —N-Naruto-kun…

    —Gracias a Dios que hace setenta años no habíamos nacido… —susurró tan bajo y suave, tan genuinamente aliviado… y ella le acarició la espalda, aunque no entendía del todo el mensaje.

    —Es bueno vivir ahora… —su voz lo arrulló, era tan dulce como la miel—Es b-bueno habernos conocido.

    ¿Qué?

    Ella pensaba que…

    —No —exclamó rápidamente, apretándola un poco más de su cintura—. No es eso lo que quiero decir. Hoy, hace setenta o mil años no hace la diferencia, porque de cualquier manera nos hubiéramos conocido, seguro. Yo no podría vivir una sola vida, en el tiempo que fuese, sin ver tus ojos una sola vez´ttebayó.

    Hubo silencio mientras tomaba un poco de distancia, mientras deshacía su estrecho abrazo sólo lo necesario para mirarla; y al ver sus mejillas oscuramente coloreadas de rosa, sus ojos grises brillantes y cristalinos, su expresión hermosamente deformada por algo que sólo podía ser adoración y amor… sólo al verla Naruto supo que había dicho algo tremendamente romántico.

    Su corazón se estrujó. Fue como una contracción. Se recogió, para luego expandirse… y la sensación fue tan intensa que Naruto pensó que si eso no era amor, si eso no era lo que se sentía al estar endemoniadamente enamorado de alguien, entonces todo se podía ir al infierno junto al Führer.

    Hinata Hyüga lo tenía absolutamente enloquecido, completamente prendado de ella, desde quien sabe cuanto tiempo.

    Ella respiraba lento y entrecortado, lucía como si estuviera a punto de llorar cuando él subió las manos hasta sus mejillas y la besó.

    La besó. Ahí. En ese instante.

    La besó porque la amaba.

    Hyüga, tímida, callada, divertida, judía… la amaba de todas formas.

    Y ella lo amaba a él.

    Su mirada se lo decía, sus gestos, sus manos cariñosas que le bailoteaban en el cuello, los quejidos débiles que morían entre sus labios cuando él la besaba con la lengua… se lo decían los músculos que se tensaban contra él y la piel erizada que tocaba, se lo gritaba la forma en que ella se entregaba, sumisa, cálida, pero tan intensa…

    Lo exclamaba cada célula de su pequeño cuerpo y él podía oírlo. Lo oía claro y fuerte, lo embriagaba con su amor, podía sentirlo.

    Y era maravilloso.

    —Hinata… —habló lentamente contra sus labios, presionándolos con una sonrisa incorregible—Gracias a Dios que hace setenta años no habíamos nacido —repitió y la vibración de la risa en la chica Hyüga le hizo separarse.

    No era gracioso. Para nada. Y sin embargo, allí estaba ella, mirándolo con ojos juguetones y acariciando su mejilla… aunque no era que se quejara.

    —¿Por qué es un alivio no haber nacido hace setenta años, Naruto-kun?

    —Porque me hubiese convertido irremediablemente en un asesino´ttebayó.

    No se esperaba esa respuesta, eso era seguro. Hinata parpadeó. —¿U-un asesino? —balbuceó, luciendo confundida—, ¿por qué estás tan convencido de eso?

    —Fácil —se encogió de hombros. Era lo más elemental del mundo, ¿en serio no lo adivinaba? Al ver que su expresión curiosa no cambiaba, Naruto decidió hablar. Su sonrisa no abandonó el rostro bronceado, pero su voz fue seria… sus ojos brillaron con ridícula determinación antes de pronunciar: —Mataría a cierto Führer sólo por ti.

    —¿Füh… Hitler?

    —Claro´ttebayó.

    El rostro de Hinata quedó congelado en una mueca pensativa y trastornada, pero justo cuando él se empezaba a preocupar, ella se recostó al respaldo de su asiento y empezó a reír.

    Con la cabeza hacia atrás, el flequillo despeinado en su frente, las manos cubriendo suavemente su estomago y los ojos cerrados, Hinata Hyüga rió de la manera más natural en que Naruto la había escuchado reír nunca (claro, era un gran mérito porque ni siquiera le estaba haciendo cosquillas).

    ¿Qué era tan gracioso? Él la miró sin entender.

    —¿Pensabas matar… —Hinata abrió uno de sus ojos claros con dificultad antes de terminar la pregunta—a Hitler? —luego siguió riendo.

    Y aunque lo hacía con ganas, el sonido de su risa siempre parecía suave y refinado.

    —¡Por supuesto que lo pensaba, es más, lo haría si estuviera vivo ahora mismo´ttebayó! —contestó, sintiéndose un poco estúpido, y giró la cabeza a un lado –estaba sonrojado- mientras refunfuñaba un par de cosas—Joder, el tipo ese estaba demente, dizque raza aria… y bien enano y feo que sí era… Bueno, está bien que se la haya querido montar a comunistas, negros, azules, a los pitufos o lo que sea… ¿pero justamente a los judíos? ¡ja! ¿qué se piensa? ¿que voy a dejar que me quiten a mi Hinata´ttebayó?

    Sólo se detuvo cuando cayó en cuenta de que ella ya no reía más, y la miró; estaba aún recostada, sus mejillas estaban rosadas y parecía que sus bellos ojos de luna lo quisieran devorar. —Hi-Hinata… —balbuceó, sintiéndose extrañamente intimidado—¿qué suce-? —peo no pudo terminar la pregunta, porque en menos que nada, unos brazos largos y delgados lo jalaron hacía delante y unos labios carnosos y suaves –deliciosos también- se chocaron contra su boca.

    Hinata lo estaba besando.

    Ella solita.

    Y se sintió como un niño tímido entre sus brazos.

    Quizá fuera por el hecho de que estaba aún arrodillado en el suelo y ella sentada en la banca por lo que se sentía tan dominado. Sí, quizás era por eso. Así que, sin separar sus labios, Naruto se incorporó lentamente hasta sentarse a su lado. Hinata se giró junto con él… y entonces descubrió que, aún a la misma altura, ella llevaba el mando.

    Casi gime (cosa vergonzosa: los hombres no hacen eso… pero es que esa mujer…) cuando ella mordisqueó su labio inferior y la lengua fina y caliente se deslizó por su boca, torturándolo, tentándolo, burlándose de él…

    Se detuvo tan rápido como empezó. Lo dejó sonrojado, ansioso y tembloroso…

    Hinata otra vez rió, recostándose en su hombro. —Las cosas con las que sales, Naruto-kun… —su voz era pura diversión y Naruto se preguntó de dónde había salido esa Hinata tan audaz. Ah, claro, era la misma: su amiga. Su preciosa amiga… La encerró entre sus brazos y repasó lentamente de principio a fin la cola de caballo en la que estaba organizado su cabello negro—¿cómo pensabas matarlo?

    —No lo he pensado bien —respondió, aunque no era completamente cierto—, bueno… el plan incluía un cortaúñas… y—besó su sien antes de susurrar en absoluto secreto—un par de blancas y poderosas nalgas alemanas.

    —¡Naruto-kun! —la sintió convulsionar de la risa contra su cuerpo y él la sostuvo más fuerte, dejando escapar también una carcajada incontrolable.

    —¡Te dije que no lo he pensado bien´ttebayó!

    Ambos rieron casi tanto como se habían besado.

    Rieron como idiotas, como siempre lo habían hecho… y Naruto pensó que no había nada tan hermoso como ese momento.

    Las risas llenándole los oídos, Hinata entre sus brazos, mirándolo, escondiéndose, consintiéndolo…

    Ni siquiera cuando Sasuke había llegado con su cara normal de constipado a apurarlo para devolver la bicicleta el día había perdido un tono de color. Ni siquiera con eso.

    Después de todo, el mundo era bello, el cielo era lavanda, los pollos podían volar alto y, pensándolo mejor, Sasuke se veía muy gay con esos pantalones ajustados sin bolsillos.
     
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    annette

    annette Entusiasta

    Acuario
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    Nahiiiiiii adassdads hola :3 de ahora en mas te proclamo la jefa de chulandia (lugar inventado por mi basado en la expresión "chu" ;) ) enserio mas tierna no podrías ser me agarro un mini coma diabetico, encima que de alguna manera encontras la forma de meter algo tierno en medio de algo extremadamente gracioso, sos genial nahi

    Asdasdasda bueno con el capitulo nose que decir, casi me muero de la risa con las ocurrencias de Naruto y mas me reí pensando que se parece un poco a las cosas que yo pienso cuando estoy aburrida y hasta hago esas conversaciones con lenguaje todo sofisticado y eso xD pero enserio me reí mucho con lo del cortauñas, osea, en que cabeza cabe hacer eso por dios !! ajhasjhsahjsa después de eso fue muy tierno que halla siquiera pensado en matar al Führer para que no lo alejaran de Hinata (en mi mente si es tierno eso) y casi muero con el beso *puke rainbow*
    También casi muero con eso de "Creí haberte escuchado decir algo como: estoy muy preocupado por ti, niisan o soy un niño celoso, préstame más atención, niisan o hay que recurrir al amor prohibido, niisan." estos Uchiha son todo unos loquillos xD

    Bueno me voy despidiendo y perdón si hay cosas que no se entienden es que estoy en unos de esos días en los que mi cerebro tiene poco alcance y nisiquiera puedo escribir algo coherente, con solo decirte que estuve como media hora para escribir esto te darás cuenta de lo serio que es xD así que bye, me encanto el capitulo ^-^
     
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