Friend Zone. [HiNa]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Nahi Shite, 16 Septiembre 2012.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    1501
    Friend Zone.
    XI: Primera Impresión. (I)
    Palabras: 1.050

    Una muy jovencita Hinata no despegaba la vista de las rejas que daban a la calle concurrida, muchas personas pasaban y todas parecían llevar prisa, pero ninguna era la que ella estaba esperando.

    ¿Habría pasado algo?

    Kö jamás había tardado tanto. En realidad, él nunca había tardado nada; apenas ella salía del salón donde cursaba cuarto grado, podía verlo asomarse por una entre las bonitas barras de metal llamándola por su nombre.

    La idea de quedarse sola en el colegio era un temor oculto que estaba ganando terreno en su mente. Se removió incomoda en el sitio donde permanecía sentada: ese era el terror más grande para un niño de ocho años.

    —Oh, Dios... —Hinata casi salta al escuchar una voz a su lado, pero se relajó al ver que no era a ella a quien se dirigía. Era una niña rubia de lindos ojos azules, una mochila de laBarbie (con quien curiosamente tenía mucho parecido), que miraba soñadoramente hacía un punto desconocido. Hinata pensó que era muy linda y se ruborizó levemente cuando los ojosazulados se centraron en ella. Inclinó el rostro tímidamente—¿No te parece que Sasuke-kun es muy lindo?

    Los ojos perlados se abrieron con sorpresa.

    ¿Le estaba hablando a ella? Por lo general, no muchas personas le dirigían la palabra –en realidad, ella estaba usualmente sola-, y menos de esa manera tan…¿Natural? ¿Sorpresiva? ¿Despreocupada? No sabía cómo catalogarlo ni lo que se suponía tenía que responder. —¿S-Sasuke-kun?

    —¿No lo conoces? —el rostro de la rubia se contrajo, y su voz sonó como si fuera algo imperdonable no saber sobre el dichoso Sasuke-kun—Míralo, míralo… —la vio inclinarse un poco antes de susurrarle—: es el niño guapo que viene por allí. A las tres en punto.

    Hinata giró la cabeza justamente en esa dirección, encontrándose con dos niños caminando hacia ellas. Bueno, en realidad, caminaban hacía la salida, pero tenían que pasar frente a ellas para lograr su objetivo.

    Eran tan opuestos como el día y la noche. Su atención se centró especialmente en el niño bajito que parecía el más alborotador. Su cabello es como el oro, pensó, y las sonrisas zorrunas que daba cada dos por tres, junto con esos gestos exagerados le hicieron sentir una sensación agradable, aunque no tuviera ni idea de qué estaría diciendo. ¿Qué serían esas marcas tan curiosas en sus mejillas? ¿Era ese Sasuke-kun? ¿Por qué jamás lo había visto antes?

    El otro tenía el cabello oscuro como el cielo nocturno, al igual que sus ojos. Caminaba con los manos en los bolsillos del pantalón escolar y parecía estar fastidiado por la conversación del que, ella adivinó, respondía al nombre de Sasuke. Hinata pensó rápidamente que era un amargado… ¿Quién sería ese?

    —¡Aw, Sasuke-kun camina de forma tan cool! —exclamó la primera fangirl que Hinata conocía en la vida, y eso la hizo desviar la mirada de nuevo hacía el chico rubio. ¿Sasuke-kun caminaba de manera cool? Ella era una niña pequeña, además de tímida y solitaria, no tenía mucha idea de lo que era cool o no, pero…

    Bueno, sí, podría decirse que era cool. Al menos le agradaba la forma en que andaba alzando sus rodillas bruscamente, con ambas manos sobre su nuca… Parecía tranquilo y libre, completamente feliz… Y el reflejo de la luz del atardecer hacía que el cabello rubio brillara de manera extraña. Se veía lindo.

    En verdad, Sasuke-kun era lindo.

    Quizá tan lindo como su primo Neji… Ah, se corrigió mentalmente, a Neji no le gusta que le digan lindo… él es… ¿Cómo era? Ah, sí, "guapo".

    El otro, su acompañante azabache, parecía verdaderamente estoico. En los minutos que llevaba observándolo no había movido un solo musculo de la cara…
    Aquellos dos contrastaban drásticamente.

    De repente, cuando ellos dos pasaban frente a ellas, a unos siete metros de distancia, los ojos azules del niño rubio se clavaron en los suyos, grandes y perlados. Ella rehuyó la mirada tímidamente, encontrando las tabletas del suelo mucho más interesantes. Cuando reunió el valor miró a la chica sentada a su lado, quien murmuraba cosas sin sentido y parecía emocionada. —Asdf… ¿Viste eso? ¡Estoy segura que Sasuke-kun me miró!

    Los niños ya habían desaparecido.

    —M-me gusta… su cabello… —pronunció en un susurro, chocando sus índices suavemente en una extraña manía que tenía desde siempre—Es…

    —¡A mí me gusta todo de Sasuke-kun! —chilló la rubia, pero le sonrió. Hinata se sentía extrañamente bien a su lado. Le intimidaba un poco, pero también le divertía y era agradable—Pero tienes razón, su cabello es uno de sus más grandes atractivos —asintió sabiamente.

    —S-Sí… Bueno… —una sonrisa humilde se posó en sus labios—el cabello rubio… es lindo.

    La niña le dedicó la más genuina mirada de confusión, luego de incredulidad. —¿A quién demonios estabas mirando? —preguntó exaltada—¡Sasuke-kun tiene el cabello negro, negro!

    ¿Negro?

    Abrió los ojos.

    ¿El chico de cabellos negros y gesto malhumorado era el tal Sasuke-kun? No pudo evitar sentirse algo, algo decepcionada, lo más decepcionada que puede estar una niña de casi nueve años al descubrir que el único niño de su edad que le ha parecido agradable no es Sasuke-kun… O sea nada.

    Pero si entonces el azabache era Sasuke-kun… ¿Quién era el niño rubio?

    —P-pero… ¿Y... el otro niño? —cuestionó con voz suave, sintiéndose apenada por haber estado en un error todo el rato.

    —¿El otro? —ella preguntó, frunciendo el ceño como si tratara de recordar. Hinata no podía creer que hubiera pasado tan desapercibido para ella—¡Oh, Dios, hablas de Naruto! ¡Guac, guac!

    Naruto.

    Esa fue la primera vez que escuchó ese nombre.

    —¡Hinata-sama!

    Sonrió aliviada al ver los ojos preocupados, tan idénticos a los suyos, del muchacho que la llamaba desde afuera, se despidió de la niña rubia con una inclinación suave de cabeza y corrió hacía él.

    Sólo fue cuando estaban en el auto y mientras Kö se disculpaba por haber tardado, explicándole que fue gracias a una llanta desinflada, que Hinata recordó que no había preguntado el nombre de la bonita niña.

    Bueno, pronto sabría que se llamaba Ino. En cambio, pasarían dos años para que ella viera nuevamente a Naruto… y eso no la angustiaba mínimamente en ese momento.

    Hinata no tenía idea del papel que el chico animado y rubio jugaría en su vida.

    ¿Quién hubiera podido adivinarlo?
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  2.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    1380
    Friend Zone.
    XII: Primera Impresión. (II)
    Palabras: 887.

    —¡Ah, vamos, teme, deja esa cara!

    —Silencio, dobe.

    Naruto soltó una carcajada. Sasuke había estado de un genio terrible desde que salieron del salón, dos minutos atrás. Habían sido los últimos en abandonarlo porque les tocaba el aseo ese día: ordenar pupitres en filas, barrer y sacar la basura.

    ¡Y él, Naruto Uzumaki, fue quien hizo prácticamente todo! Sasuke sólo se había parado en la puerta con esa expresión estúpida en el rostro y cruzado de brazos… ¿Entonces por qué estaba tan molesto?

    —Deberías darme las gracias, maldito. ¡Hice todo por ti´ttebayó!

    El niño Uchiha fugazmente de reojo, causándole un escalofrió. Bien, sí, él lo había hecho todo solo… pero eso fue después de arruinar el trabajo de Sasuke, desocupando la basura en los zapatos negros y pulidos del niño azabache.

    Conclusión: la barrida Uchiha se había ido a la mierda, junto con sus zapatos.


    ¿Y eso qué? Al menos lo había arreglado. Ya, que dejara de ser tan delicado, por Dios.

    —Tienes que embetunarme los zapatos —Sasuke se metió las manos a los bolsillos y caminó tranquilamente.

    —¡¿Qué?! ¿Por qué? ¡No, no, ni mierda!

    —Tú los ensuciaste, los embetunas, Naruto.

    Los ojos oscuros ni siquiera se dignaban a mirarlo y su voz era tan calmada… ¡Cómo odiaba esa actitud arrogante! Maldición, que alguien le recordara porqué seguía siendo amigo de ese bastardo engreído con cara de hielo… Ah, sí, era por…

    No, no tenía ni puta idea.

    Naruto chilló, saltó, berreó, se rió, todo al mismo tiempo…

    —Ash… —soltó el otro con leve asco—Todavía faltan dos días… —le oyó murmurar como si estuviese hablando solo.

    Era cierto. La semana del aseo no había terminado, si hasta apenas estaban a miércoles, pero personalmente no le parecía tan terrible; podía ser un tiempo excelente para divertirse un poco y ,además, hacer la limpieza y eso no era algo tétrico… Consentido, pensó poniendo las manos sobre la nuca, Sasuke es un bebé chillón.

    —¡No es tan malo´ttebayó! —exclamó jovialmente, dando una de sus usuales sonrisas zorrunas.

    —No lo sería si estuviera con alguien diferente.

    Naruto rió a carcajadas, mientras daba un par de zancadas con las rodillas altas.

    Una extraña sensación lo venía molestando desde hace un rato, pero no había querido prestarle atención, un extraño sentimiento… Como si alguien lo estuviese observando minuciosamente. Recorrió con la mirada azul todo el lugar sin encontrar nada, así que siguió hablando –porque nunca se callaba-.

    —¡Quién te mandó a ser de apellido Uchiha! —se burló frescamente—Uchiha, Uzumaki… Siempre quedamos seguidos en la lista´ttebayó.

    Y sí, bueno, los grupos de aseo se formaban de dos personas organizados en orden alfabético por su apellido.

    Naruto amaba joder a Sasuke, y sus apellidos siempre estaban destinados a estar pegaditos, qué culpa. Todo era "Uchiha, Uzumaki"… Que grupos para el taller, que grupos de estudio, que exposiciones, que bla, bla, bla. Pero la verdad es que esa unión iba más allá del aula de clase…

    —Maldigo mi suerte.

    Eran mejores amigos. Y uno podría pensar que era raro, imposible, estúpido, que dos personas tan diferentes se la pasaran tanto tiempo juntos, pero a ellos les funcionaba, así que todo lo demás valía nada…

    ¡Allí estaba, allí estaba de nuevo! La sensación.

    Y entonces sus ojos azules se cruzaron con los grises de una niña. Tenía el cabello oscuro y corto, su piel era muy blanca… Se parecía mucho a ese niño de quinto grado que siempre ponían frente a todos como ejemplo, sí, ese niño que miraba a todos igual que el tonto de Sasuke.

    ¿Era su hermana o algo así?

    Ella estaba sentada cerca de la salida, seguramente esperando que alguien viniera para llevarla a casa, y lo miraba con curiosidad, pero más temprano que tarde bajó el rostro, quizá con vergüenza. Qué niña tan extraña, pensó fugazmente. Pero ella era bonita, no bonita como… otras niñas, es decir… ella era bonita de una manera diferente. ¿Tierna? Sí, lucía tierna, y Naruto tuvo un inexplicable deseo de correr hacía ella y apretar los cachetitos que, aun a una distancia aceptable, se notaban rosados.

    Años después podría hacerlo sin restricciones, y la llamaría ternurita a cada segundo… pero él no lo sabía todavía. En ese momento, lo único que pudo hacer fue fruncir el ceño al ver quién estaba junto a la misteriosa niña; era la rubia enloquecida que vivía acosando a Sasuke. Se sintió levemente decepcionado, lo más decepcionado que puede estar un niño de nueve años al descubrir que una misteriosa niña de cabello oscuro y ojos grises –que ha visto por primera vez hace treinta segundos- es amiga de Ino Yamanaka… O sea, mucho.

    Luego se encogió de hombros, siguiendo su camino.

    Otra fangirl de Sasuke, pensó rodando los ojos.

    Sí, seriamente… ¿Por qué todas se fijaban en él? No era nada especial. Bastardo.

    Las niñas eran un misterio y él, Uzumaki Naruto, a esa edad, no les daba la más mínima importancia.

    —Ey, teme, ¿estás listo para que te pateé el culo en el partido de mañana?

    Y bueno, tampoco nadie podría culparlo.

    Después se enteraría de quién era ella y llegaría a conocerla muy, muy bien.

    Naruto descubriría que esa niña en especial era mucho más extraña de lo que su primera impresión sobre ella le dio a entender.

    Ella sería un misterio más emocionante y complejo que cualquier otro.
     
    • Me gusta Me gusta x 4
  3.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    1901
    Friend Zone.

    XIII: ¿Por Qué No Me Habías Dicho?

    Palabras: 1.850.

    ¿Cómo se suponía que habían llegado a eso?

    Hinata casi había saltado de su asiento ante el golpe seco y fuerte en su mesa. Cuando subió la mirada, pudo ver a través de los vidrios de sus propios anteojos unos ojos azules llenos de reproche.

    —Ey, Hinata, ¿por qué no me habías contado que eres judía, ah? —él había dicho, y ahora ella no sabía que responder.

    ¿Cómo habían llegado a eso? Las clases acababan de terminar y el salón ya estaba casi desierto. Ella con frecuencia se tomaba su tiempo para organizar sus cosas y naturalmente era de la últimas en salir… pero Uzumaki Naruto, por lo que recordaba, era de los primeros en casi volar ante el toque del timbre… ¿Y en serio le estaba preguntando eso? O sea, bien, no era algo que ella solía contar a todo el que conocía; "Hola, me llamo Hinata y soy judía. Véndame una botella de agua, por favor". No. Ella sólo lo mencionaba cuando le preguntaban directamente. Iruka-sensei, en la clase anterior, había cuestionado a uno por uno sobre la religión que profesaban para hacer un balance general del salón y ella no había tenido más remedio que ponerse de pie y responder, eso era todo. No era como si le diera vergüenza serlo, simplemente ella no era del tipo de personas conversadoras que le cuentan todo a todo el mundo. Una característica familiar, se decía a menudo.

    Pero bien, ella pudo habérselo mencionado a Kiba… sí, estaba casi segura de que lo hizo, pero porque Kiba era su mejor amigo desde siempre –desde cuarto grado-. Ni siquiera Ino, la única niña que podía potencialmente considerar como una amiga, se había enterado hasta ese día.

    Hinata tenía once años recién cumplidos, cursaba sexto grado y no recordaba haber compartido mucho de su vida con otros… Y en ese "otros" cabía el sujeto parado frente a ella.

    Ladeó un poco la cabeza, tratando de recordar una ocasión en la que Naruto y ella hubieran intercambiado más que unas pocas palabras. Ninguna. Él sólo el niño rubio e inquieto, siempre rodeado de más niños inquietos (y Sasuke Uchiha), que se sentaba al lado de la niña de lentes, calmada, callada y con el cabello peinado en dos trencitas que colgaban un poco más debajo de sus hombros: ella.

    Ah, algunas veces a ella se le caía el borrador o el sacapuntas de la mesa y él se lo alcanzaba…

    Bueno, eso era algo, pero no justificaba el sorpresivo asalto del que estaba siendo víctima.

    —Eh… —balbuceó, desviando la vista. Él seguía firme esperando su respuesta—Yo… Tú… ¿tú eres nazi o algo así?

    —¿Nazi o algo así? —repitió y parecía sorprendido, luego se echó a reír y Hinata le miró tímidamente de soslayo—¡Ey, ey, Hinata, pero qué cosas dices´ttebayó!

    ¡Es que ella estaba confundida! Él era tan raro… Primero la abordaba pareciendo disgustado y después soltaba carcajadas cuando le preguntaba algo completamente natural.

    ¿Qué le pasaba a él? Si no apuraba, Ko podría molestarse… Ah, mentira, Ko nunca se molestaba, pero fuera como fuera a ella no le gustaba hacerlo esperar.

    Decidió enfrentarlo con valor para terminar con eso. —Es algo… Bueno, es algo… que no menciono a menos que me lo pregunten, Naruto-san.

    —¡Pero es el tipo de cosas que debes mencionar a los amigos!

    Ella parpadeó varias veces, mirándolo consternada. ¿Amigos? ¿Él se consideraba su amigo? Mejor dicho… ¿Él la consideraba su amiga? Sacudió levemente la cabeza para salir de su estado estupefacto, pero ahora él la había dejado sin mucho que decir.

    —O… ¿Es que acaso no soy tu amigo, Hinata? —la voz ruidosa perdió rápidamente su energía y Hinata notó por su tono que él estaba auténticamente herido.

    ¿Ese niño era normal? Primero parecía enojado, luego estallaba a carcajadas y después parecía dolido… Ella no estaba acostumbrada a tanta explosión de emociones.

    Pero… Era algo bueno que uno de sus compañeros se interesara al menos un poco en ella, que alguien le hablara para algo más que pedirle la copia en los exámenes o que le pasara la tarea. Ino y Kiba estaban en otro salón así que valían algo así como "nada" en las horas de clase.

    Jugó con sus índices, sin saber cómo se supone que debía responder ante el sujeto tan obviamente cambiante frente a ella. —Ehm… —se mordió suavemente el labio, mirándolo a los ojos—¿me consideras tu… amiga? —preguntó.

    Y él le brindo una sonrisa enorme, tan cálida como ninguna otra que hubiera visto y las marcas en las mejillas tostadas se acentuaron levemente cuando habló: —¡Claro, si eres mi mejor amiga´ttebayó! —exclamó rascándose la nuca y eso terminó de descolocarla por completo.

    ¿Ese niño podía ser un poco más impredecible?

    —¿Tú… mejor amiga?

    —Sí —él asintió, mirándola como si fuera lo más obvio del mundo—. Sasuke es mi mejor amigo varón, pero si tengo que decir quién es mi amiga femenina más cercana… sin duda esa eres tú, Hinata-chan —seguramente ella lucía tan anonadada como se sentía y él pareció notarlo. Naruto se rascó el cabello, soltando una risilla indescifrable—¿No… lo sabías´ttebayó?

    Ella negó lentamente, sintiéndose apenada.

    —¡Pero si siempre que se te cae el borrador o el sacapuntas yo te lo alcanzo! —le recordó—Pensé que era algo obvio…

    Hinata sintió ganas de reír al ver el gracioso rostro pensativo y frustrado. Ese día ella descubrió que Naruto se tomaba las cosas mucho más en serio de lo que la gente pensaba que lo hacía. —Lo siento… Yo simplemente pensé que tú estabas siendo amable.

    —Bueno, también soy amable —asintió él—, pero no le recojo las cosas a todo el mundo, Hinata-chan… ¡Dios! —lo vio jalarse el cabello—¡Y tú siempre me decías "Arigato"! ¿Estabas tú simplemente siendo amable todas esas veces? ¡Oh, diablos!

    Ahora ella se sentía algo mal… Aunque todavía confundida: ¿Él estaba hablando en serio? No podía ser ella su mejor amiga, era ridículo ya que siempre veía a Naruto rodeado de gente… Pero la mayoría eran niños… ¿Había visto alguna vez a alguna niña hablando con él? No lo recordaba…

    Ah, Ino siempre decía que Naruto era un fastidio que dañaba su preciosa vista de la obra de arte llamada "Sasuke-kun". Hmm… ¿Sería que él no era muy bueno haciendo amistades del género opuesto?

    Hinata rió suavemente, cubriéndose la boca delicadamente con el dorso de la mano.

    Naruto detuvo el mundo de gestos y de alaridos que había estado creando al oírla y le sonrió abochornado, Hinata pudo ver el pequeñísimo rubor en las mejillas bronceadas e internamente le alegro no ser la única a la que se eso le sucediera. Él se rascó la mejilla. —¿Debo estar viéndome como un idiota, verdad?

    ¿Lo estaba? Quién sabe… De cualquier forma era divertido. Él era divertido.

    —No —respondió, poniéndose de pie y colgándose torpemente la mochila violeta en el hombro. No era bueno dejar a Kö esperar tanto tiempo, aunque él tuviera la paciencia del mundo entero, y los encargados del aseo ya habían terminado y ahora ellos eran los únicos en el aula—, p-pero… bueno… yo… —respiró y cerró los ojos antes de expulsar—¡Me alegra mucho ser tu amiga, Naruto-kun!

    Todo pasó de repente. Sintió un olor desconocido, un tirón y después algo que la rodeaba fuertemente. Naruto la estaba abrazando. Por milésima vez: ¿él podía sorprenderla más?

    Hinata se sintió un poco mareada ante el inusual contacto con un niño. Vamos, que con el último niño que había tenido un momento parecido era… Bueno, nadie… Hasta con su primo Neji se saludaban y despedían con reverencias educadas. Además Naruto no era lo que se dice feo…

    Definitivamente debía estar más roja que un tomate.

    Él era tan alto como ella, es decir que no lo era demasiado, y eso le permitía sentir la calidez de su mejilla y el cabello rubio cosquilleándole en la oreja. —¡Entonces es verdad que somos amigos´ttebayó! —el pecho de Naruto vibró sobre el suyo con la risa.

    —L-lo somos… —asintió, separándose con cuidado, y miró el suelo avergonzada.

    —¿Los mejores´ttebayó?

    ¿Y qué debía responder a una sonrisa tan alegre y unos ojos azules tan esperanzados? Sólo…

    —Sí, Naruto-kun… —le sonrió suavemente—Los mejores.

    —A propósito, Hinata-chan… —la llamó mientras bajaban juntos las escaleras.

    —¿Sucede algo, Naruto-kun?

    —No, nada. Sólo… —él sonrió zorrunamente—¿Qué es un judío´ttebayó?

    Ella rió nuevamente. ¿Había hecho tanto escándalo porque ella no se lo había contado y no sabía nada sobre ellos?

    —Hmm… —susurró pensativa, llevándose un dedo a la barbilla—pues… supongo que… un judío es alguien como yo.

    —¿Tu hermano Neji también es judío?

    —Sí… —sonrió. Se sentía un poco más en confianza—, pero no es mi hermano, sino mi primo.

    —Ah… —él tronó los dedos—¡Ya sé! ¿Entonces los judíos son los que tienen ojos grises y lindos como los tuyos?

    Sintió que la sangre se acumulaba en sus mejillas ante el halago.

    —¡Oh, mierda, no me digas que eso también indica que creo que los ojos de Neji son lindos, maldición! —Naruto se golpeaba la frente—¡No, no puede ser, demonios! ¡Pero me gustan más los tuyos, Hinata-chan, eso sí´ttebayó!

    Él era una amenaza para la buena circulación de su sangre, pero también le provocaba reír con locura. Naruto era extraño.

    —¡Pero no le digas a Neji que sus ojos son lindos! —él gritó, parándose frente a ella con las manos estiradas y una expresión de horror en el rostro—¡Oh, no, lo volví a decir!

    Hinata soltó una carcajada suave y sentida. —N-no diré nada, lo prometo…

    Lo vio suspirar con alivio, y ambos volvieron a caminar en silencio.

    —Entonces… —Naruto habló después de un rato, alargando la pronunciación de la "o" graciosamente—¿Un judío es alguien que tiene ojos-

    Él fue interrumpido por la voz fuerte de Kö. —¡Hinata-sama, apresúrese, por favor!

    —¡Oh, mira, Hinata, otro judío! —Naruto parecía emocionado.

    —Debo irme, Naruto-kun —se despidió con una leve reverencia y lo miró luego con las mejillas ruborizadas—. Gracias por todo.

    Corrió hacia Kö, quien la recibió cálidamente, abriéndole la puerta trasera del auto. —¿Nuevo amigo?

    Ella asintió. Aunque parece que para él no soy una amiga tan reciente, pensó divertida, mientras veía por la ventanilla a Naruto sacudiendo el brazo exageradamente en despedida.

    Después tendría tiempo para explicarle con calma que ser judío no se define por el color de los ojos… Mucho tiempo.

    Ese día Naruto y Hinata se volvieron inseparables.

    Quizá también ese haya sido el día en el que ella empezó a amarlo, cada cosa de él, su sonrisa, cada una de sus expresiones: cuando reía, cuando fruncía el ceño, cuando estaba frustrado o avergonzado; Las marcas en sus mejillas…

    Amarlo a él como Naruto, simplemente.

    Quizá ese fue el día. Eso pensaría la Hinata de dieciséis años, seguramente, pero la de once sólo pensaba que había hecho un amigo muy extravagante.

    ¿Qué pensaría Kiba al respecto?

    Hinata rió. Definitivamente se llevarían bien…

    Y ella se sentía completamente feliz, siempre era bueno agregar un nombre a su lista de amigos. El año siguiente tendría que anotar otro, pero sería el de una niña.

    Haruno Sakura.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  4.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    1536
    Friend Zone.

    XIV: En versión femenina.
    Palabras: 1.340.

    Séptimo grado no había empezado nada bien. Nada. En Absoluto. En realidad, dudaba que hubiera podido ser peor.

    ¡El universo se había puesto en su contra!

    Kiba y Naruto habían sido elegidos para trasladarse a la otra sede de la institución educativa (a la sede principal), mientras la suerte de ella había dictado que tenía que quedarse ahí: en la sede B.

    Y tenía que pasar ese año, llegar a octavo, para volver a verlos… ¡Un año entero sola!

    Si no habían pasado ni dos meses y ya tenía deseos de ponerse una soga en el cuello y colgarse de una vez por todas.

    Bueno, estaba Ino… Pero era diferente. Con ella a duras penas hablaba cinco minutos diarios, luego entraban en un incómodo silencio y Hinata sólo se rebanaba los sesos tratando de decir algo audaz antes de que la conversación muriera totalmente… Siempre moría.

    Es que Ino y ella eran dos tipos de niñas muy diferentes. ¿Cosas en común? Edad (12 años), que compartían el mismo salón (7-A) y que… Hasta ahí. Hablando de apariencia, de personalidad, de aptitudes, de gustos, Ino y ella eran las dos caras de una moneda.

    Además Hinata ya había notado que se le dificultaba mil veces más hacer amistad con las niñas que con los niños. Era raro… Pero cierto. Su lista mental de amistades iba así:

    Amigos:

    Inuzuka Kiba.

    Uzumaki Naruto.

    Hyüga Neji (sí, era algo triste si se tenía en cuenta que era su primo, pero lo pasó por alto, ¿algún problema?)

    Uchiha Sasuke (una vez le había dado una media sonrisa y Naruto le había dicho que eso era algo significativo viniendo de él… Así que suponía que al menos le agradaba. Punto negativo: casi no hablaba, ella tampoco, entonces no era muy cómodo cuando ellos estaban cerca, y siempre estaba rodeado de niñas)

    Aburame Shino (su compañero reciente en un grupo de biología. Era muy inteligente y eso era una clara ventaja, pues Hinata también lo era. Además ella tenía una curiosidad insana por saber cómo eran los ojos de Shino… ¡Definitivamente se ganaría toda su confianza para que se los mostrara!).

    Amigas:

    Yamanaka Ino (Desventaja: no hablaba más que de Sasuke-kun y Hinata tenía muy limitados comentarios sobre ese tema en particular. Las conversaciones con Ino solían ser más cortas que son Shino, y eso era ya mucho decir).

    Tenten (Bueno, técnicamente era amiga de su primo… Pero se suponía que todo amigo de Neji era su amigo también, ¿no?… Aunque ni siquiera conocía su apellido).

    Hinata suspiró derrotada, recostándose en el escritorio de su habitación. ¿A quién engañaba? Los únicos dos amigos, lo que se dice amigos, que tenía eran Naruto y Kiba… Y cómo los extrañaba.

    Al menos espero que este año que están pasando juntos sirva para que se lleven mejor…
    Y es que desde que ella los había presentado el año anterior no habían hecho más que pelear prácticamente por todo. Especialmente por ella.

    "¡Yo soy el mejor amigo de Hinata-chan´ttebayó!".

    "¿Ah? ¿Eres retrasado o qué? ¡Claramente yo lo soy!".

    "¡Sueña, cara de perro!".

    "¡La conozco mucho mejor que tú, pedazo de idiota!".

    "¿Ah, sí? ¡Yo sé que es judía!".
    "¡Obvio ~, lo sé hace años!".

    "¡Agh! Pero ella me prefiere a mí".

    "¡Estás loco, obviamente me escogería a mí por encima de ti un millón de veces!".

    "¡Sueña, Kiba!".

    "¡Pregúntale!".

    "¿A quién eliges, Hinata-chan?"

    "Sí, di a quién prefieres, Hinata".

    Y era en ese momento en que el negro y el azul se clavaban en ella buscando una respuesta clara.

    "Yo… Ambos son mis amigos… "

    Kiba tenía un punto por antigüedad… Pero últimamente había pasado más tiempo con Naruto porque era su compañero de clase…

    Ella simplemente no sabía elegir.

    "Oh, vamos, Hinata, baja de la nube de una vez a este idiota y dile que soy mejor".

    "¡Kiba, sin presiones! Ah, ella es tan buena que no quiere herir tus sentimientos. Sí, eso es. No te preocupes, yo lo entiendo, Hinata-chan´ttebayó".

    "¡¿Qué?! ¿Por qué le guiñas el ojo, Naruto? ¿Me estás viendo la cara o qué?".

    "Oh, calla, Kiba… Nunca me robarás mi puesto. Yo le recojo el borrador y el sacapunta casi todos los días".
    Soltó una risa al recordarlos…

    Ah, en serio, en serio, el colegio no era lo mismo sin esos dos. Rubio y castaño. En cierta manera ella se sentía incompleta ahora y eso no le gustaba…

    Suspiró, decidiendo que dejaría el tiempo correr sin preocuparse más. Sólo once meses más, se dijo, sólo once más y volveremos a estudiar juntos.






    Sakura Haruno, la nueva, tenía una extraordinaria y excéntrica cabellera rosa (que inmediatamente causó revuelo entre el género femenino y los cuchicheos de "tiene que ser pintado" no tardaron en oírse), junto con unos maravillosos ojos verdes.

    Ella lucía una amable sonrisa y su mirada era vivaz.

    Y una mañana de Junio, mientras caminaba al lado de la niña de ojos verdes durante la hora de descanso, Hinata se dio cuenta que… sin darse cuenta había hecho una amiga. Quizá lo más cercano a una mejor amiga que ella tendría en la vida.

    La conoció cuando faltaban siete meses para reunirse nuevamente con Naruto y Kiba.






    —¿Tienes lentes de contacto?

    Hinata asintió tímidamente.

    —Oh, veo… ¡Así que por eso es el color de tus ojos! —Sakura chocó uno de sus puños contra la palma de la mano, como si hubiese descubierto un gran misterio.

    Eso le causó gracia.

    —En realidad… Es mi color de ojos natural —le dijo, sentándose en un escalón, para destapar su comida.

    La niña de cabellos rosados parecía contrariada. —¿En serio…? ¿Entonces para qué usas lentes de contacto?

    —Para no tener que usar anteojos… —le devolvió una sonrisa humilde—, antes lo hacía.

    ¿Qué dirían Naruto y Kiba cuando la vieran sin ellos? Rió de solo imaginar sus reacciones.

    —Hmm… Ya veo —la vio sorber un poco de su bebida y sentarse a su lado—. Oye, Hinata-chan, ¿a ti no te gusta Sasuke-kun?

    Los ojos verdes la penetraron con curiosidad y Hinata se sintió enrojecer ante la repentina pregunta. —Y-yo… —tartamudeó, jugando con los índices en ese tonto jueguito que no había podido dejar (aunque Naruto insistía en que era lindo)—Bueno… Sasuke-san es… agradable, pero…

    —Pero no es tu tipo. —Sakura pareció complacida al terminar la frase.

    —Hmm… Podría ser eso… yo supongo…

    —Oh, mira, allá está la cerda, seguramente acosando al pobre Sasuke-kun… ¡Ey, cerda, olvídalo, él nunca te va a mirar, ven aquí!

    Hinata vio a Ino correr hacía ellas con una expresión airada en el rostro, y la rubia se plantó frente a Sakura. —¡Cállate, frentona, a quien nunca mirará es a ti!

    —¡¿Ah?! ¿Frentona? Apuesto a que preferiría mil veces a una frentona que a una cerda que nunca se baña.

    —¡¿Ah?! ¿Qué estás diciendo, frente de marquesina? No te oí bien, porque no podía despegar mi atención de tu enorme frentesota. En serio, Sakura, deberías considerar el hacerte una cirugía extrema o algo.

    —¡Oh, cállate, cerda!

    —¡A mí se me quita bañándome!

    —¡Y comiendo un poco menos, porque estás como pasadita de kilos, Ino… Unos doscientos, tal vez!

    —¡¿Ah?! ¿Hinata, es eso cierto?

    —¡Dile, Hinata, dile que parece un barril!

    Ella rió levemente, cubriéndose la boca. Últimamente había presenciado muchas escenas parecidas entre ellas dos y no podía evitar compararlas con cierto rubio y cierto castaño. Eran ellos en versión femenina.

    —Estás bien… Ino-chan… —respondió cuando las otras dos lucían confundidas por su risa. Y sonrió.

    —Ah, Hinata, eres muy buena, dile de una vez la verdad…

    —¡La única verdad es que tu frente me tapa el sol, Sakura, quítate!

    —Asdf…

    Hinata pensó que ella dos encabezarían su lista mental de amigas femeninas de ahora en adelante, pero se notaba a leguas que se llevaban mucho mejor entre ellas… de una retorcida manera.

    Aunque, le avergonzaba admitirlo, si alguien le preguntara a quiénes prefería entre ellas y los otros dos niños que encabezaban la lista masculina… Bueno, Ino y Sakura podían meterse de cabeza en el caneco de la basura.

    Sí…

    Nadie los igualaba a ellos.

    Tres meses más, pensó, sólo tres meses más.

    Mientras tanto se las podía arreglar con las versiones femeninas.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  5.  
    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Enero 2012
    Mensajes:
    209
    Pluma de
    Escritora
    ¡Hola, hola! ¿Cómo estás? Oh, tengo tanto que leer y comentar. Lamento que no hayas tenido ninguno de mis comentarios en tus capítulos es que no estaba en mi casa y no he entrado demasiado acá. Pero bueno, ¡empecemos la tarea!

    Pillados I y II
    Lo voy a tomar como un solo capítulo y tengo que decir que lo amé profundamente. Creo que no tenes idea acerca de lo que genial que escribís y lo buena que sos para narrar las situaciones y las reacciones de los personajes; juro que me falta poco para empezar a sonrojarme a la par de Hinata. Me fascina la relación que tienen esto dos, ya te lo he dicho pero nunca está demás repetirlo. La confianza que se tienen, la ternura y cariño que demuestran el uno por el otro, esa relación de amistad tan cercana. Amo al rubio cada vez más con cada capítulo.
    También suelo reírme mucho con varias cosas durante tus capítulos, en este caso tengo dos frases que me sacaron una sonrisa y una carcajada interesante. ¡Fueron simplemente geniales!

    Y no sé si Naruto es idiota de verdad o si lo hace apropósito, ¡no puede ser que no se de cuenta de las reacciones de Hinata! ...aunque considerando lo despistado que suele ser no es que me sorprenda demasiado.

    Al teléfono
    ¡Pero si son dos tiernos idiotas! Ah, perdón, tenía que decirlo. El capítulo más gracioso y entretenido que he leído en mi vida...le ganó incluso al de las carreras de caballos que también me entretuvo de lo lindo. ¿Por qué este rubio no se da cuenta de que Hinata es perfecta para él? Repito: Despistado. Si viera lo lindo que son juntos, no dudaría ni un segundo en estar con ella. Jo, bueno, tendré que esperar para ver que pasa.
    Me encanta que puedas transmitir tantas cosas con capítulos que no son excesivamente largos; capítulos geniales y divertidos. Y sin ningún error, como siempre. ¿Mi frase favorita de este?

    ¿Bueno humor?
    ¡Matsuri, Matsuri! Siempre tan curiosa...al menos desde mi perspectiva cuando la describo. Pobre Hinata, ella queriendo no pensar en el rubio y la otra le sale con ese tipo de preguntas. Aunque me alegra que la castaña y yo compartamos los mismos pensamientos al respecto de Naruto y Hinata. Aw, ella y Gaara están saliendo, tiernos, tiernos, tiernos; me encantan juntos.

    Terminé de amarte con esto. Genial, genial, genial. Imagino la situación taaaaan bien que me da risa sólo pensarlo. Y sí, ¡esa es mi frase favorita de este capítulo!

    Primera impresión I y II
    Eran tan opuestos como el día y la noche. Una sola oración que resume TANTO ¡y Hinata los confundió! Eso fue sencillamente genial; imagino la transformación en el rostro de Ino mientras la Hyuga menciona el pelo rubio de Sasuke. Siempre voy admirar la amistad que tienen Naruto y Sasuke, es que...como bien narraste son tan diferentes y al mismo tiempo, no sé, tienen ese algo que los une.
    ¿Ven lo que puede pasar porque vengan a buscarte tarde de la escuela? Podes conocer a quien va a ser tu mejor amigo tiempo después.

    Amé la última frase y la otra la adjunté por que...creo que todos, junto con Naruto, descubrimos lo extraña que puede llegar a ser Hinata si se lo propone y entra en plena confianza con alguien. Y obviamente, si su personalidad la maneja alguien tan genial como vos ^^
    De verdad me encantó que hayas escrito estos dos capítulos. El comienzo de todo sin siquiera saberlo.

    ¿Por qué no me habías dicho?
    Sí, esa. Esa es mi parte favorita. Oh, Dios, tanta inocencia (o idiotez...supongo que es un poco de ambas) en una persona no puede ser posible. Quién en su sano juicio no querría ser amigo de Naruto, ¡si es la persona más divertida que ha pisado la tierra! Ese fue el inicio de mejor amistad más loco y tierno que he leído en un Fic, ¡de verás (diría Naruto en versión español-latino)!
    ¡Y Naruto creyendo que los judíos son las personas con ojos como los de los Hyuga! ¡Brillante! Es la única palabra que tengo para describir su pensamiento (y tu idea) Y cuando le dijo que sus ojos eran lindos...lo que llevaba a que los de Neji también lo eran y no sabía como hacer para retractarse. ¡Alguien debería darle un premio a ese chico!
    Oh, oh, ¡sólo me queda un capítulo!

    En versión femenina
    Nunca se me hubiese ocurrido pensar en Sakura e Ino como una versión femenina de Naruto y Kiba pero...wow, es cierto. Siento un poco de pena porque Hinata tuvo que separarse de sus amigos por todo un año; yo no sobreviviría. Espera...tengo que cursar sola cuando empiecen las clases de la facultad este lunes...oh, entiendo a la Hyuga ahora.
    Al menos fue lindo que pudiese acercarse a Sakura pero obviamente nadie igualará a ese tan peculiar par de amigos que tiene. Los sentimientos de Hinata son tan sencillos y sinceros que me dan ganas de abrazarla. Y...esta frase se lleva todos los premios del capítulo:


    Bien, ¡terminé de comentar! Es el comentario más largo que he dado en mi vida; a veces me sorprendo a mí misma(?) Sin embargo, tu Fic merece el tiempo de dedicación. Otra vez pido disculpas por no haber comentado antes. Y, nada, sólo me queda decirte que espero con ansias el próximo capítulo. ¡No te olvides de avisarme!
    Tu ortografía fue impecable en cada uno de los capítulos. Yo ya me considero tu fan N° 1 porque de verdad logras atraparme con tu manera de narrar las cosas; tenes una habilidad increíble para escribir, espero y lo sepas ^^

    ¡Te veo en la continuación!
    Nos leemos ~
     
  6.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    3665
    @Anto Lightwood ; Dios, me dejas muda con ese súper mega espectacular post. No me puedo creer que hayas comentado cada uno de los Chapters (y yo que ya había perdido las esperanzas). Me encantó, preciosa.
    Espero te guste el siguiente, porque parece que escribo expresamente para ti ; ) Oh, Diablos, cómo extraño el botoncito de MG! Te daría Mil!



    Friend Zone.


    XV: Las cosas cambian.
    Palabras: 3.542.
    Octavo tenía toda la pinta de ser un buen año.

    Estaría estudiando en la sede principal de su colegio que, además de ser más espaciosa y verde, era en la que se encontraban aquellas dos personas que tanto había echado de menos por un año entero. Sí, todo sería genial.

    —¡Hinata! —el primero en recibirla fue Kiba, quien extendió los brazos apenas se dio la vuelta ante el llamado—¡Oh, ven aquí!

    Y ella obviamente no se iba a hacer del rogar; en un segundo estaba siendo apretujada cariñosamente en el pecho del simpático muchacho castaño. Está más alto, fue lo primero que se le vino a la mente mientras rodeaba el cuerpo del adolescente de catorce años. Kiba era un año mayor que ella, le llevaba ocho meses a Naruto también, y la leve diferencia de edad podía no saltar a simple vista… pero ahora que estaba tan cerca de él podía palparla con facilidad.

    El cuerpo de Kiba era cálido y confortable. Estar en sus brazos y sentir sus mimos tiernos la hicieron sentir más protegida que nunca… Era una sensación arrolladora, parecida a la que le inspiraba Neji, pero definitivamente no la misma. Algo raro, pero agradable.

    —Kiba-kun…

    Dios, lo había echado mucho de menos.

    Kiba no aligeró el abrazo y Hinata se sintió un poco como si estuviera en brazos de Tarzán. Él era fuerte, más grande que ella, y la cobijaba fácilmente con sus largas extremidades de adolescente.

    Cerró los ojos un segundo e inspiró su aroma: un toque de colonia acida y agradable se mezclaba con su olor natural.

    Hinata había descubierto desde muy pequeña que las personas tenían un aroma único. Así, el de su padre era algo, algo, algo parecido a la mostaza, su hermana olía a talco y el de Neji era un olor similar al del pasto lleno de rocío… Pero nunca jamás había sido capaz de crear una analogía con el aroma de Kiba. Simplemente era único, pero a ella le encantaba desde… siempre.

    Rió bajito, sintiéndose algo intimidada cuando él se inclinó para olfatearla (sí, Kiba tenía una más extraña y más intensa fijación por los olores que ella). Su nariz se deslizó lentamente por entre los cabellos oscuros que le cubrían la oreja derecha y terminó su recorrido justo en la base del cuello. Hinata lo sintió aspirar contra su piel y el aliento cálido de su boca al momento de suspirar la erizó. —Eres la misma… —susurró.

    —¿L-la misma?

    ¿No notaba acaso que sus anteojos extra notorios habían desaparecido? ¿Y las trencitas? ¿Todo lo que había palpado su cabello y no notó que estaba suelto y más largo?

    De repente se sintió nerviosa.

    ¿Se veía igual que siempre? ¿No había notado sus grandes cambios? ¿Naruto tampoco lo haría?

    —Sí, la misma Hinata de siempre —él asintió, separándose un poco para verla a la cara, y le dedicó una gran sonrisa—, aunque me costó un poco reconocerte sin tus anteojos y trenzas… —deslizó un mechón de su cabello liso entre los dedos—pero te encontré. La misma Hinata: linda, dulce, con las mejillas rosadas y olor a vaini-

    Kiba se estrelló contra la pared y ella a duras penas tuvo tiempo de asimilar lo que pasaba: alguien lo había empujado y ese alguien estaba ahora frente a ella. Cabello rubio y desordenado, ojos azules… Sí, era Naruto.

    —¡Hinata, casi no te reconozco´ttebayó! ¿Eres tú? —él soltaba carcajadas alegres a diestra y siniestra, haciendo que un alivio le recorriera el cuerpo entero: Era el mismo. Algo más alto, pero no había cambiado. Naruto parecía feliz, Kiba en cambio no hacía más que maldecirlo con justa razón.

    Ellos tuvieron una corta discusión de la que no fue muy consciente, y que terminó cuando el rubio la envolvió entre sus brazos. —Ey, Kiba, ya tuviste tu tiempo con ella, ahora voy yo.

    —¿Me estás echando?

    —Sólo te digo que no estorbes.

    El castaño bufó. —Iré a tomar agua, pero no me tardo, idiota. Trátala con cuidado, bruto.

    ¿Ellos creían que era una muñeca o algo así? Ese pensamiento le hizo gracia…

    —Sí, sí, sí, ya lárgate, Kiba —una mano de Naruto tenía firmemente unida su cabeza al pecho masculino y con el otro brazo él parecía cobijarla, como protegiéndola de la terrible presencia del Inuzuka—, Hinata-chan y yo tenemos mucho de qué hablar´ttebayó.

    El tono de Naruto fue engreído y Hinata rió suavemente.

    Dios, lo había echado mucho de menos.

    Suspiró, posando las manos en su pecho y separándose un poco, pues la estaba asfixiando, y lo miró a los ojos. Tuvo que mirar hacia arriba y eso era un poco raro, porque antes podía verlo de frente…

    Ahora la coronilla de su cabeza quedaba a la altura de la punta de la nariz de Naruto, pero, aun siendo así, Kiba era más alto que él.

    —Naruto-kun… —sonrió suavemente, sintiéndose avergonzada por el contacto visual—, yo…

    —Te extrañé mucho, Hinata-chan —dijo, deslizando torpemente las manos hacía su cintura para volverla a abrazar. Ella se sintió algo perdida al no saber dónde colocar sus propias manos y no tuvo que ser ni genio ni adivina para saber que su rostro estaba lleno de colores—Kiba es bastante aburrido´ttebayó.

    Al fin optó por poner las manos sobre sus hombros, pero él la arrimó algo bruscamente, apretándola más e inclinándose para terminar hundiéndose entre su cuello y su hombro. Esto la sobresaltó y terminó afianzándose a su espalda, con los brazos rodeando el cuello masculino.

    Eso era lo que él quería, ella lo supo aunque no se lo dijera.

    No había muchas personas en el lugar del patio donde se encontraban, sólo uno que otro niño que pasaba por allí, pues era temprano, el primer día de clases y el colegio era enorme. Además ni siquiera los habían organizado en grupos.

    —T-también te extrañé, Naruto-kun… —le costaba hablar con las manos de él tan firmemente puestas en medio de su espalda, con sus cabellos rubios hormigueándole la mejilla y el cuello, con el vaivén de su pecho al respirar chocando con el suyo—L-los extrañé mucho a ambos…

    —¿A ambos?

    —A Kiba-kun y a ti…

    —¿Extrañaste también a Kiba? —él parecía sorprendido y también sonaba burlón—No me lo puedo creer.

    Hinata rió, sintiéndose extrañamente relajada. Él verdaderamente nunca cambiaba. —Pues sinceramente… —murmuró sonando pensativa—sí, también lo extrañé, Naruto-kun.

    Él pegó un brinco, abriendo una pequeña brecha entre ellos (una brecha sólo lo suficientemente larga para mirarse a los ojos), y lucía contrariado. —¿Lo extrañaste más que a mí? —preguntó de una manera tal, que Hinata pensó que moriría si le decía que sí, que había extrañado más a Kiba que a él. Debía recordar que Naruto era mil veces más susceptible de lo que las personas creían…

    Pero también era divertido hacerlo sufrir un poco.

    Se mordisqueó el labio inferior y desvió la mirada con la intención de lucir mortificada. —N-no estoy diciendo eso…

    —¿Entonces me extrañaste más a mí?

    Él intentaba entrar en su rango de visión, pero ella volteaba el rostro cada vez, como si no soportara decirle una cruel verdad. Naruto se estaba desesperando y ella lo sabía. —Tampoco he dicho eso…

    Era una buena actriz.

    —Es imposible que nos hayas extrañado igual a los dos´ttebayó —chilló.

    Hinata bajó la mirada un instante, manteniéndose silenciosa, luciendo confundida y atormentada, aunque no lo estuviese para nada.

    ¿A quién había extrañado más?

    Kiba era su amigo desde hace más tiempo, pero Naruto la había acompañado más en el colegio… Ayudaba mucho que hubieran compartido salón de clases.

    No era que no hubiese extrañado a Kiba (Dios sabía que sí lo había hecho), pero si tuviese que decidir quién le había hecho más falta…

    Era Naruto. Lo sabía. Lo tenía claro, pero…

    Subió el rostro y clavó la mirada en los pozos azules de él. —La verdad es que… he extrañado más a Kiba-kun, pero sólo por un poco… —mintió, y los ojos de Naruto se expandieron sin poder creérselo.

    —No puede ser… —balbuceó, dando un par de pasos atrás y separándose completamente de ella, como si quemara—¡No puede hacerte más falta el pulgoso ese que yo, Hinata´ttebayó! ¡agh, ¿es porque lo conociste antes, verdad?! ¡maldición! —él se sacudía el cabello y ponía unos gestos como para morirse, mientras daba vueltas de un lado para otro—¡Ah, Hinata, no puede ser! ¡yo soy mucho más divertido´ttebayó!

    No pudo aguantar más la risa.

    —¿De qué te ríes? —el rubio la miraba confundido y ella no pudo parar de reír hasta un rato después.

    —Es que… eres muy gracioso, Naruto-kun…

    —¿Gracioso? —él levantó una ceja—¡Y aun así prefieres al pulgoso de Kiba!

    Ah, él lucía muy tierno…

    Lo que más divertía a Hinata es que él era auténticamente… Uhm, cómo decirlo… ¿sincero? Todo lo que sentía lo decía, lo expresaba en su rostro, lo reflejaba en sus acciones. Naruto se hería con facilidad, perdonaba con facilidad, estallaba a carcajadas fácilmente… pero sólo cuando en verdad quería hacerlo, cuando era lo que sentía. Eso también era algo que le encantaba de él.

    —Naruto-kun, no estés celoso…

    —¡No estoy celoso´ttebayó!

    Sí que lo estaba. Él pequeño rubor en las mejillas lo delataba, el ceño fruncido no lo ayudaba y tampoco lo hacía la extraña mueca en sus labios…

    Él no la miraba, así que Hinata se acercó un poco y le tocó tímidamente el brazo. —Naruto-kun, estás mintiendo…

    —Bueno, podría estarlo, ¿y eso qué?

    Hinata soltó otra pequeña risa.

    —Oh, ¿y ahora de qué te ríes, Hinata?

    Si le decía que se reía de él probablemente se enojaría, así que optó por saltarse la pregunta. —Sólo… creo que no debes estar celoso de Kiba-kun, de verdad…

    Él la miró algo receloso. —¿Por qué no debería estarlo? Lo extrañaste más que a mí´ttebayó…

    ¡Y ahora estaba dolido!

    Como siempre, Naruto era una explosión de emociones.

    Se acercó, se apoyó en su pecho y se puso de puntitas para llegar a su oído: —Era una broma, Naruto-kun… —lo sintió tensarse un poco, Hinata supuso que por la sorpresa de su rápida acción—, por eso no tienes que estar celoso.

    —¿Qué quieres decir, Hinata-chan?

    Las manos de Naruto se posaron firmes sobre sus hombros y la escudriñó con una intensa mirada. Ella se sintió intimidada y la sangre subió a su rostro. —Q-que… te extrañé más a ti… —tartamudeó. Vio que el rostro de él se iluminaba y la abrazó tan fuertamente de la cintura que hubiese caído si no se hubiese sujetado de su cuello. Volvían al principio.

    —¿Lo dices en serio?... —preguntó en un susurro. Su voz era suave, sonaba casi como una súplica, y Hinata sintió un hormigueo en el estómago.

    —Sí —respondió igualmente—, pero… guardemolo en secreto, ¿está bien?

    —Sí, no quieres que Kiba se sienta mal, entiendo… —él la apretó un poco más y Hinata supo que estaba feliz—De verdad te extrañé mucho, Hinata-chan… Fuiste muy mala al jugarme esa broma, casi me matas…

    Qué exagerado.

    El rostro de Naruto se movió en la curvatura de su cuello, adentrándose un poco más. En algún momento las manos de ella habían ascendido por su nuca y ahora le acariciaban los dorados y rebeldes cabellos. En esa posición ella sentía que lo estaba arrullando… Y era agradable, pero por alguna extraña razón sentía que su corazón estaba algo inquieto. Era raro.

    —L-lo siento…

    Naruto hizo un suave sonido. —Sigue haciendo eso, Hinata-chan…

    —¿Haciendo qué?

    Los delgados dedos de Hinata le masajeaban lenta y suavemente el cuero cabelludo; una de sus manos, Naruto no estaba seguro de cual, toqueteaba los cabellos de su nuca y se deslizaba con magníficos movimientos que le erizaban la piel hasta el inicio de su columna, para luego volver a ascender… A él le gustaba.

    Hinata sintió cómo se relajaba entre sus brazos…

    —Eso… eso que estás haciendo…

    —Sólo estoy tocándote el cabello, Naruto-kun…

    —Pues no te detengas´ttebayó. Me lo debes por haber sido tan cruel…

    Algo estaba mal. En realidad se sentía muy bien, pero… no era normal, es decir, no estaba bien sentirse tan bien con él. Hinata se sintió un poco mareada cuando Naruto suspiró sobre su piel… Y poseída por quien sabe que demonio, preguntó: —¿T-te gusta?

    —Sí —dijo—. Y Hinata… también me gusta tu nuevo look, te ves muy linda.

    ¿Por qué se sentía tan nerviosa? Sólo era Naruto. Ella era terriblemente tímida con absolutamente todas las personas, pero… era Naruto… Con Kiba ella no se sentía de tal manera… y se suponía que ella estaba acostumbrada (aunque sea un poco) a ambos. Se suponía que ella estaba acostumbrado a estar cerca de Naruto, a recibir sus cumplidos, a reírse con él y de él, a abrazarlo… ¡Maldición, definitivamente no estaba acostumbrada a esas caricias suaves! ¿Qué estaba haciendo? Ella no soportaría esas manos tiernas y torpes moviéndose lentamente por su espalda…

    ¿Qué pasaba con ellos?

    —¿En verdad… te gusta? —balbuceó.

    —Sí, te queda muy bien —él respondió, sin detener el avance de sus manos—, aunque también me gustaba el anterior… las trencitas eran muy tiernas… —susurró—, me gusta poder ver tus ojos directamente y no a través de un vidrio… y tu cabello suelto es muy lindo, además ha crecido… —Naruto rió—No puedo decidirme entre la Hinata de antes y la Hinata de ahora.

    —Soy la misma…

    —Tienes razón —dijo. Naruto detuvo sus movimientos y ella internamente lo agradeció, pero también se lamentó; después de un rato, él se incorporó para verla—. Entonces supongo que me gustan las personas como tú.

    ¿Qué era eso?

    ¿Por qué ahora de pronto sentía ese revoltijo en el estómago cuando la miraba? Definitivamente tenía que estar enferma. —Bueno… Sakura-chan me aconsejó soltarme el cabello… Así que el cambio también es gracias a ella…

    Naruto tomó uno de los mechones que bordeaban su rostro y lo deslizó entre sus dedos, justo como había hecho Kiba antes, mirándolo con suma atención y estando sumamente silencioso un rato —Las trenzas lo han mantenido lindo´ttebayó.

    —¿Tú crees? —jugó con los dedos.

    —Sí, eso dice mi mamá.

    Hinata le sonrió tímidamente. —Gracias, Naruto-kun.

    —Ey, Hinata, a mí también me parecías linda cuando tenías anteojos y te peinabas con trenzas… —murmuró él suavemente—¿Por qué has cambiado? ¿No habrá sido por alguien, verdad?

    Ella negó. —No, bueno… Quise usar lentes de contacto porque los anteojos me estaban maltratando el… puente de la nariz —señaló la nariz y Naruto la observó cuidadoso—¿no ves algunas marquitas? Bueno, creo… que ya se han borrado.

    —Entiendo —asintió, pero ella pensó que estaba algo extraño—. ¿Pero y lo de soltarte el cabello? ¿No habrá sido porque esa tal Sakura-chan te ha dicho algo malo, verdad?

    Ah, ya… Él creía que alguien le había dicho que tenía que cambiar. Estaba serio y preocupado.

    Se sintió contenta, pero negó fervientemente. —No, Naruto-kun, ella sólo me ha dicho que me quedaría mucho mejor el cabello suelto…

    —También te quedaban bien las trenzas —intervino él. Era testarudo, y Hinata podía ver en su rostro que aún desconfiaba de Sakura.

    —Ella sólo dijo que mi cabello era lindo y… que un cabello así debía ser libre, así que decidí soltármelo… —de nuevo estaba ese jueguito con los índices que, empezaba a pensar, jamás iba a desaparecer—Lo he hecho porque quise. Sakura-chan es una buena persona…

    Él le dedicó una gran sonrisa satisfecha y ella se sintió enrojecer. —¡Ah, entonces está bien!

    —Te la presentaré pronto, Naruto-kun. Es una buena amiga.

    La alarma brilló en los ojos de Naruto. —¿No nos habrás cambiado por ella, verdad?

    Hinata Hyüga rió nuevamente. —No, Naruto-kun, jamás podría hacer eso. Además ella se lleva mucho mejor con Ino-chan que conmigo…

    —¿Ino? —empezaron a caminar hacia la voz que les avisaba a gritos que debían ir a formarse en el coliseo del colegio (Kiba) —Hinata, empiezo a pensar que esa Sakura no es tan buena persona como tú dices… si se junta con Ino… Dios…

    Ah, cierto que Ino y él no eran compatibles. —No te preocupes, ya lo verás.







    Esta vez fue el turno de Naruto de quedar aislado. Bueno, no "aislado" literalmente, aún estaba con Sasuke, pero pasaría otro año en un salón diferente el de ella y Kiba. El año entonces no empezó tan bien en cuanto a eso.

    Había tres grupos de octavo grado.

    En el primero estaban Naruto, Sasuke e Ino (Hinata sintió algo de pena por Sasuke ya que parecía que su destino era ser acosado por la rubia).

    En el segundo no estaba nadie demasiado influyente de su lista de amistades y en el tercero quedaron Kiba, Sakura y ella.

    ¿Cómo habían sido repartidos de tal manera? Por la suerte. La directora Senju había creado un mecanismo de balotas para formar los grupos. Así el que sacara la balota roja pertenecía al primero, la azul era del segundo, y la verde del tercero.

    Era triste estar otro año separada de Naruto, pero estaba feliz de al menos estar en la misma clase que Kiba y Sakura. No estaría sola y, además, podía ver a Naruto en el descanso.

    Claro, el ideal era estar con Naruto y Kiba en el mismo salón, pero nada se podía hacer. Había que conformarse.

    La chica de cabellos rosados inmediatamente encajó con Kiba, no fue ningún esfuerzo que se hicieran amigos y, en muy poco tiempo, estaban siempre juntos en clase y por fuera de clase.

    Los estudios fueron mucho más pesados ese año y, por ese motivo, el tiempo que pasaron con Naruto fue mínimo.

    ¿Cómo se llevó Sakura con Naruto? Pues… Normal. Ni mal ni bien, simplemente Hinata los había presentado, se saludaron y ya. La verdad es que tampoco era como si tuvieran mucho tiempo para socializar… Y Hinata esperaba de verdad que Sakura no se dejara influenciar por las opiniones de Ino sobre él.

    Naruto estaba metido también en su mundo del futbol, junto con Sasuke, y eso lo mantenía doblemente ocupado, pero cada vez que ella, Hinata, se lo encontraba en el recreo, a la salida o en los pasillos, Naruto la abrazaba y le besaba la mejilla, diciéndole alguna que otra cosa, así tuviera mucha prisa. Él generalmente estaba con Sasuke y ella normalmente estaba con Kiba y Sakura.

    Así era, pero –como vivía repitiendo su padre- las cosas cambian, nada es igual para siempre y nada sucede de la misma manera dos veces.

    Ese año fue Sakura quien cambió.

    Fue algo rápido y verdaderamente sorpresivo. Fue como si en un abrir de ojos fueran sus amigos y en otro fueran simplemente compañeros de clase…

    Fue a mitad del año escolar.

    Simplemente un día Hinata se dio cuenta que Sakura prefería estar con otras personas (con el grupo de Karin, específicamente), y ese era un ambiente en el que ella no se desenvolvía con comodidad: maquillaje, chicos, fiestas, bla, bla, bla. Era como la dimensión desconocida para Hinata. No encajaría con ellos aunque hubiera intentado hacerlo, aunque Sakura hubiera intentado llevarla con ella –que no lo hizo-, pero no pudo evitar sentirse algo dolida con la chica de cabellos rosados.

    Farisea, solía decir Kiba cuando la encontraba mirando en dirección a Sakura y su nuevo grupo, aunque es una tonta, Hinata…¿Lo ves? Ellos sólo están con ella por interés… "Pásame la tarea, Sakura-chan", "¿Cuál es esta respuesta, Sakura-chan?" Bah, déjala que se estrelle.

    Y Kiba tenía razón, ella lo había notado desde hace un tiempo, pero seguramente si le decían algo a Sakura no les creería.

    "Sakura-chan, ¿tienes… la respuesta de la segunda ecuación? No estoy segura del resultado…"

    "Oh, lo siento, Hinata-chan, no he hecho la tarea"

    "Ah, veo… Siento molestarte"
    "Sí la hizo" dijo Kiba apenas ella hubo llegado a su asiento "te mintió. Cuando te volteaste ella le pasó el cuaderno a Karin, simplemente no quería prestártela. Así fue cuando le pregunté algo la semana pasada, no hace sino sacarnos el cuerpo. No le vamos a rogar que sea nuestra amiga, que se joda".

    Y sí, bueno… Era verdad, no le iban a rogar.

    Ella siguió entonces con Kiba en su mundo, hablando de cosas sin sentido, entreteniéndose con el anime y jugando "World Of Warcraft" hasta el amanecer, Naruto se les unía las raras veces que estaba disponible, y viendo al rubio jugar sus partidos de fútbol.

    Así se pasó ese año.

    Ese año sufrió su primera decepción amistosa y sí, alcanzó a sentirse herida, pero no era como si Sakura y ella hubieran sido amigas súper íntimas, era lo más cercano a una mejor amiga que había tenido y se sentía mal por haberla perdido y porque a ella parecía no importarle para nada el alejarse de ellos, pero… Bueno, si hubiera sido Naruto o Kiba sí se sentiría morir.

    Si los tenía a ellos dos podía sobrevivir. Que Sakura se fuera con quien quisiera, era libre de hacerlo y ella en cierta forma lo entendía. Ellas dos no compartían intereses, y hablar con Sakura se había vuelto más incómodo que hablar con la psicóloga Anko, y eso era mucho decir.

    En verdad Hinata pensó que jamás volvería a ser amiga de Sakura, Kiba también estaba convencido, y a Naruto ni siquiera le importaba.

    Pero la vida es juguetona, ¿no?
     
    Última edición: 26 Agosto 2013
    • Me gusta Me gusta x 3
  7.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    21 Enero 2012
    Mensajes:
    69
    Pluma de
    Escritora
    Hola Nahi! que decirte mas que me sigo enamorando mas y mas de la historia , de esa hermosa relacion que tienen Hinata, Naruto y Kiba :3 ( aunque bueno quisiera que Naruto abriera los ojos y viera a quien tiene en frente ¬¬)
    No encontre errores mientras leia, la narracion mas que excelente y la historia huhuhuhu me atrapa mucho :3
    Espero que continues el fic, entro solo para ver si subiste capi *-* Saluditos Sweet-chan ^^
     
  8.  
    Arumaangiee

    Arumaangiee Iniciado

    Libra
    Miembro desde:
    11 Agosto 2013
    Mensajes:
    15
    Pluma de
    Escritora
    Owwww estoy enamorada de tu historia *_*
    Me la leí completita en una sentada, pocos Naruhina me atrapan como para leerlos es muy difícil mantener a los personajes IC; aunque los tuyos no son completamente IC (al menos por lo que respecta a Naruto y Hinata) me parece que realmente ellos reaccionarían así.
    Creo que es una de las cosas que te puede provocar una historia bien escrita en todos los sentidos :)
    Tu narración es completamente envolvente y la trama es tan kawaii :3
    Espero ansiosa el siguiente capítulo :D
    Besos ^^
     
  9.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    2514
    ¡Diablos, estoy tan contenta de que no me hayan abandonado! Y cómo extraño el MG... u.u
    @Sweet blody rose: Me temo que en este capítulo Kiba queda un poco rezagado, pero no hay de qué preocuparse :3 Estoy ansiosa por terminar la saga del pasado y volver a la actualidad. Sólo faltan dos más, dos más... ¡No dejes de leerme! Y si tienes alguna queja, sugerencia, insulto o lo que quieras, no te retengas y dímelo <3

    @Arumaangiee : No me puedo creer que te lo hayas leído de una >.< Eso es bastante increíble y emocionante para mí. Me alegra que te haya gustado hasta ahora y espero no decepcionarte con lo que sigue :D ¡Lectora Nueva: Welcomee!

    Sin más, el siguiente... Aunque debo decirles que no me gustó demasiado el resultado:



    Friend Zone.

    XVI: Los Tres Mosqueteros.

    Palabras: 2270.​

    Ella definitivamente no podía concentrarse. ¿Por qué? La respuesta tenía cabello rubio y ojos azules… también parecía tener hormigas picándole el trasero, porque no se quedaba quieto un instante.

    ¿Cómo se supone que iba a estar atenta a clase con la persona menos tranquila del mundo sentada detrás suyo?

    En verdad no podía. Naruto no paraba de hablar un instante, no paraba de reír, de susurrar, de jalar su cabello suavemente, no paraba de picarla con un lápiz, de llamarla o enviarle avioncitos de papel… Y él no sabía distinguir el momento adecuado para ninguna de esas cosas.

    Suspiró.

    —Naruto-kun… —se echó hacía atrás en su asiento sin dejar de mirar a Ibiki Morino, quien les repasaba nuevamente los productos notables. Él se inclinó para escuchar el suave murmullo—nos van a regañar de nuevo. Por favor, presta atención.

    —Pero es que estoy aburrido ~

    Hinata sintió un leve escalofrío al sentir el aliento cálido en su oído. Ella seguramente tenía un tono rosa en sus mejillas… Y hace algún tiempo que había notado que esto no era normal. Tampoco lo era esa sensación que le golpeaba el pecho cada vez que lo veía en la mañana, cada vez que él sonreía de esa manera tan magnifica y traviesa, esa sensación que vacilaba entre el dolor y el placer. Era como un "bum", una explosión que la hacía vibrar, que la incomodaba y que empezaba a gustarle.

    En realidad quien le gustaba era él.

    Sí, señoras y señores, Hinata Hyüga a sus catorce años de edad y mientras cursaba noveno grado aceptó que Naruto Uzumaki le gustaba. No de la manera en que le gustaba Kiba, no, esto era raro, emocionante y terrible; le gustaba Naruto como a una chica le gusta un chico.

    Ella últimamente se sentía más nerviosa con su presencia, cuando los dos diamantes se fijaban en ella casi nunca podía sostener la mirada y tampoco ayudaba mucho el hecho de que él parecía no tener reverenda idea de lo que significaba espacio personal (¡estaba empezando a temblar cuando la tocaba! Era algo escalofriante). Ah, él tampoco tenía reverenda idea de los cambios internos y revoltosos que su mejor amiga estaba sufriendo.

    Era de esperar, Naruto era un idiota después de todo… Eso decía la gente, claro está, la dulce, dulce Hinata no pensaría jamás algo así. Quizá podía aceptar el término tonto...

    —Déjame concentrar, Naruto-kun, ¿cómo te explico luego si no me dejas atender al profesor? —le cuestionó bajito, aunque su tono de voz se tornó algo más serio.

    —Cierto, estaría jodido si tú no pudieras explicarme, Hinata´ttebayó.

    Estarían ambos jodidos si ella no pudiera entender.

    Hinata lo oyó acomodarse en el asiento y un suspiro de alivio brotó de sus delgados labios.

    Productos notables, pan comido.

    ()
    ()
    Era algo divertido si uno se ponía a pensarlo bien, porque parecía que nunca podían estar los tres juntos (Kiba, Naruto y Hinata) en la misma clase.

    Ese año el turno de aislamiento fue para castaño.

    Pero no fue como si se hubiesen separado, con Kiba eso parecía imposible, pero en verdad deseaba estar en un salón de clases con sus dos mejores y casi que únicos amigos de toda la vida. Tampoco estaba preocupada por el Inuzuka, ya que conocía las habilidades sociales que tenía… Sí, diablos, Kiba estaría bien.

    En realidad… el que le preocupaba era otro.

    Naruto se estaba volviendo un poco demasiado popular.

    Estúpido futbol, pensaba con frecuencia, ¿por qué los jugadores se volvían los tipos más deseados mágicamente? ¡Qué tontería! Oh, pero es que Naruto se veía bastante sexy con el cabello rubio lamiéndole la frente por el sudor, con la mirada seria y fija en el balón mientras hacía series…

    Y cuando se levantaba la camisa para limpiarse el sudor de la cara y…

    Sí, bueno, nadie podría culparla por sonrojarse hasta la medula. Ah, y cuando corría a abrazarla después de un partido…

    En fin, el futbol no era el problema –en realidad le daba la oportunidad de disfrutar de una bella visión-, el verdadero problema era el carácter público de este deporte. Sí, muchas veían esta faceta de Naruto… Y no todas estaban tan ciegas como para no ver lo que ella veía.

    La reciente popularidad del rubio fue uno de los dos cambios que tuvieron lugar ese año.

    El otro: una vieja amistad restaurada.

    ()
    ()
    Hinata no se consideraba una persona fácilmente impresionable (llevaba años tratando con dos tipos impredecibles, era normal que aprendiera a ver como normal las situaciones más descabelladas), pero cuando la adolescente de los brillantes ojos verdes corrió hacía ella con una sonrisa en el rostro casi se cae de la impresión.

    ¡Sakura venía hacía ella!

    ¡Sakura la saludaba!

    ¡Sakura le armaba conversa!

    Sakura parecía querer ser su amiga nuevamente… Después de haber pasado un año desde que la había cambiado –a ella y a Kiba- y casi seis meses de compartir el salón de clases y no cruzar palabra…

    Pero Hinata no era rencorosa. En un dos por tres las cosas volvieron a ser como antes entre ellas; mucho mejor, en realidad.

    ()
    ()
    Naruto era un verdadero fastidio en clases, eso nadie podía negarlo, y Hinata se sintió un poco aliviada (sólo un poco) cuando Kakashi sensei designó nuevos asientos y el suyo quedó tres lugares adelante del de él (fue un poco raro que el maestro decidiera hacer cambios de sitios a mitad del año escolar, pero el tipo estaba un poco demente; usaba máscara y el cabello en punta, ¿se entiende el punto?); Al fin tendría un poco de tranquilidad… pero cuando vio a Naruto y su nueva vecina charlando tan amenamente… le molestó el hecho de ser más bajita que Sakura (porque a Kakashi se le había ocurrido organizarlos por orden de estatura). Se sintió un poco… excluida.

    Para nada celosa, nunca, jamás de los jamases.

    ()
    ()

    —¡Hinata!

    —¿Qué pasa, Naruto-kun?

    En un segundo tenía a un rubio sonriente sentado en su escritorio. —Me tropecé con Hanabi en el pasillo y me ha dicho que hoy tiene que quedarse hasta tarde para un trabajo en grupo —ella asintió, indicándole que podía continuar, mientras se ponía de pie y cargaba su mochila al hombro—, pero en realidad creo que la mocosa se quiere escapar con un rufián.

    —¿Rufián? —lo miró con la ceja arqueada—Konohamaru-kun no es un rufián.

    —¡No lo conoces´ttebayó! —él empezó con su mundo de exageradas y raras señas con los brazos—¿Has visto la forma en que se peina? ¡Y esa bufanda! ¡Dios, ¿quién unas bufanda en pleno verano? tiene un trauma ese niño!

    La chica Hyüga soltó una risilla. —Eso no lo hace un "rufián".

    ¿De dónde había sacado esa palabra? Se oía como un anciano.

    —¡Lo es! Además es escandaloso, siempre arma alboroto y se mete en muchos problemas, justo como-

    —Tú —complementó con una sonrisa divertida y lo vio fruncir el ceño.

    —Iba a decir como el príncipe del rap´ttebayó.

    —Ah, Will Smith es tan divertido… —comentó tranquilamente al aire, haciendo que se jalara los cabellos con desespero.

    —¡No lo entiendes, Hinata! —la enfrentó, tomándola de los hombros y apretándola un poco—¡Konohamaru va a corromper a tu hermanita!

    ¿Se lo decía en serio? Casi quiso morir de la risa.

    —Naruto-kun… —sonrió gentilmente y sus mejillas se encendieron levemente cuando sus ojos se conectaron, puso una mano en el pecho del muchacho –para separarlo un poco- antes de hablar—Hanabi-chan no se va a corromper… Es más, y-yo creo que le haría bien contagiarse un poco del buen humor de Konohamaru-kun, ella es a veces más seria de lo que una niña de once años debería ser… No tiene muchos amigos, y me alegraría que se llevaran bien entre ellos. Es bueno estar cerca de alguien animado, lo sé… por experiencia propia. Personas así pueden alegrar nuestra vida y hacen que cada día sea más brillante. A esas personas se les puede q-querer con mucha facilidad… Konohamaru-kun se parece a ti.

    Los dedos del chico rubio se tensaron sobre sus hombros y cuando Hinata levantó la vista para intentar verlo (había estado con la mirada gacha mientras hablaba), Naruto se lo impidió al abrazarla rápida y toscamente. Le alegró el entender que él estaba apenado, lo sabía porque no le dejaba mirarlo directamente y por el firme agarre en su cabeza y cuello. Él claramente no quería que ella viera el rubor que –seguramente- adornaba sus extraños bigotitos, pero ella no entendía por qué. Diablos, que los chicos eran raros… Ella casi todo el tiempo lucía un espectacular y súper llamativo sonrojo en la cara (de por sí era raro verla sin este) y no se moría por exhibirlo ante todo el mundo. Además ella seguramente estaba mucho más roja en ese momento…

    Mal tiempo para recordar que estaba en brazos del chico que le gustaba. —¿T-te gusta mucho abrazar a la gente, no? —balbuceó nerviosamente.

    —No. Sólo me gusta abrazarte a ti, Hinata-chan, con los demás lo hago por compromiso´ttebayó.

    ¿Abrazos por compromiso? Ya… Jamás podría entender su proceso de pensamiento, estaba claro, así que prefirió no hacer ningún comentario. —¿Crees que Konohamaru y Hanabi se lleven tan bien como nosotros? —él preguntó después de un rato, al separarse.

    Lo pensó un poco. —Quizá en un tiempo…

    Comenzó a caminar hacia la puerta del salón (con Naruto estaba a su izquierda, a él le gustaba ese lado, sabría Dios el porqué) y en un instante, sin verlo venir, sorpresivamente sintió su brazo rodeándole los hombros. —Te quiero, Hinata… Lo sabes, ¿verdad?

    Asintió suavemente, sintiendo calor en el rostro.

    —Lo digo en serio, Hinata —él habló suavemente mientras caminaban, acercándola un poco más. A los ojos de cualquier persona podrían fácilmente pasar por una muy joven pareja de enamorados. —No es una broma o no lo digo por decir, así como esos que viven diciendo "te quiero, ay, te quiero mucho, muero si te vas ¡bua!" —Hinata rió por su voz burlona y su llanto falso—, no, yo en serio te quiero mucho…

    —Lo sé, Naruto-kun…

    —Más de lo que Konohamaru pueda llegar a querer a Hanabi, ¿está claro?

    Se volvió a reír. —¿Es todo por eso?

    —Oh, vamos, Hinata, sólo quiero dejar un punto claro´ttebayó.

    —¿Por casualidad el punto no será probar que eres mejor que Konohamaru-kun, verdad?

    Naruto la calló con un fuerte beso en la mejilla y arrancó a correr. —¡El sabio pervertido me está llamando, nos vemos luego, Hinata!

    Claro, sacando de nuevo a su abuelo como excusa…

    Hinata rió adquiriendo un tono rosa en sus mejillas mientras lo veía marchar.

    Definitivamente ella también lo quería, y temía que el sentimiento fuese mucho más fuerte que el que él –en su infinita inocencia- proclamaba confesarle, pero esa era una preocupación lejana en ese instante de su vida.

    Su papel en la vida del rubio estaba claramente definido y ella no aspiraba a más.

    Ser amigos está bien para unos chicos de catorce años, ¿no? Y eso nunca iba a cambiar.

    ()
    ()
    Todo el mundo conocía la amistad intensa entre el chico rubio Uzumaki y la chica Hyüga de mirada tímida. Eran algo así como inseparables, rara vez se les veía actuando por su lado, claro, a excepción de los partidos de futbol que jugaba frecuentemente Naruto (sólo porque no podía llevar a Hinata a cuestas mientras pateaba el balón), aunque a ella siempre se le veía en las gradas apoyándolo, frecuentemente acompañada de un chico castaño de otro curso.

    Eran un dúo dinámico y sinceramente muy extraño, pero era algo común verlos juntos la mayoría del tiempo, sobretodo en clases…

    —¡Naruto, Hinata!

    Y se estaba volviendo bastante frecuente que una chica con extraño cabello rosa se les uniera.

    ()
    ()
    Hinata se cubrió la boca para disimular el centésimo bostezo en la clase de inglés. Respetaba a Sarutobi Hiruzen, pero por el amor de todo lo lindo… ese hombre debería estar pensionado desde la vida pasada.

    Giró la cabeza con toda la delicadeza que pudo (dudaba que el maestro se fijara en ella de cualquier forma, estaba tan ensimismado en su discurso de… lo que sea que estuviera hablando) y casi suelta una carcajada al ver a Naruto, tres filas atrás, con la cabeza hacia atrás en el asiento, la boca bien abierta y claramente viajando en el quinto sueño. Ese Naruto…

    Devolvió la mirada al frente y en un segundo un avión aterrizó en su mesita. Miró a ambos lados con cuidado y se dispuso a abrirlo. "¡Ese Naruto! Hinata, ¿viste que se quedó dormidote? Maldición, no debería ser tan descuidado… Hace que sus amigas se preocupen".

    Se dio la vuelta para ver a un rubio lloriqueando mientras se sobaba un muy reciente chipote en la cabeza, junto a una molesta Sakura que, seguramente, le sermoneaba en voz baja.

    Sólo fue hasta ese momento en que fue extremadamente consiente que ya no eran sólo Naruto y Hinata, ahora también Sakura se había unido al combo.

    Pero eso era bueno…

    "Hinata x Naruto x Sakura = Los tres mosqueteros. Naruto es el mosquetero idiota…"

    Sonrió al arrugar el papel, justo antes de que sonara el timbre.

    Los tres mosqueteros, sonaba bien.

    Sólo esperaba que Kiba no se pusiera algo furioso o excluido, sobre todo si se tenía en cuenta que él todavía no superaba su resentimiento hacía Sakura, aunque ya casi terminaba el año…

    La Hinata de catorce años estaba bastante satisfecha con su vida, con su recientemente descubierto gusto por Naruto, con su re-establecida amistad con Sakura…

    Ella estaba feliz siendo parte de los mosqueteros más inútiles del mundo.

    Ojalá todo hubiese seguido como en ese entonces.
     
    Última edición: 17 Septiembre 2013
    • Me gusta Me gusta x 3
  10.  
    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Enero 2012
    Mensajes:
    209
    Pluma de
    Escritora
    Hola, hola, hola.
    ¿Te dije que amo tu Fic y que es sumamente genial? Bueno, lo repito porque me fascina. Oh, primero que nada, me disculpo por no haber comentado en el capítulo pasado...y de verdad no entiendo por qué no tenes diez mil comentarios, ¡es uno de los mejores Fics que hay! Así que...a las creo que 70 personas que "han visto este tema"; si lo leen...más les vale que comenten porque esto se lo merece y lo saben ^^
    Bueno, dejando eso de lado, ¡me encantó el capítulo! Los dos, en realidad. Fue muy tierno leer como fueron evolucionando los sentimientos de Hinata por el rubio a medida que pasaba el tiempo y como por fin aceptó que le gustaba. También me gustó que haya arreglado su amistad con Sakura aunque comparto un poco los sentimientos de Kiba al respecto.
    ¡Ya casi volvemos al futuro! Bueno, al presente...como sea. Donde todos sabemos como terminan las cosas entre Naruto y Sakura pero...confío en que todo se solucionará para el bien de Hinata.
    Como siempre todo perfecto, ningún error. Otro motivo por el cual me encanta leerte ^^ Y...estaba por publicar el comentario pero me estoy olvidado de mi parte favorita, que es ésta:

    Espero el próximo capítulo.
    Cuídate.
    Nos leemos ~
     
  11.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    4527
    @Anto Lightwood: Amo tanto tus comentarios, en serio. Espero no decepcionarte con este capítulo, aunque tengo completa fé en que te va a gustar, Anto :3 No digo más, sólo... ¡AAsdf, estoy ansiosa por leer tus opiniones de éste!


    Friend Zone.

    XVII: Confesiones.

    Palabras: 4198.


    Si a Hinata –actualmente- le preguntasen cuál fue la mejor época de su vida escolar, ella sin duda respondería: noveno grado. Y no porque hubiese obtenido los mejores resultados académicos (habían sido algo mediocres en realidad, culpa de algunas distracciones con nombre propio), sino porque en este tiempo la vida era simple, sencilla, sin preocupaciones; cada día era igual que el siguiente y diferente a la vez, siempre estaba riendo, hablando, jugueteando junto con Naruto y Sakura dentro del salón de clase, con Kiba uniéndoseles fuera de él.

    Inicialmente Kiba había estado un poco resentido con la niña de ojos verdes y, cómo era propio de él, la había confrontado.

    Sabes que no confío en ti, ¿verdad, pelo-chicle? Hinata es demasiado buena, pero conmigo es otra historia” dijo él una tranquila mañana soleada, escogiendo un momento en que Naruto –quien no sabía nada del pasado suceso- no estuviera presente.

    Sakura frunció el ceño, luciendo confundida y ofendida al tiempo.

    “Kiba-kun, basta…”.

    “Déjame hablar, Hinata” los ojos oscuros se mantenían firmes en los zafiros de Sakura y su tono era venenoso, ella prefirió obedecer “¿O es que ya se te olvidó que ella suele dejar tirados a sus amigos?”.

    “¿De qué hablas, Kiba? ¡Nunca he hecho algo así!” expresión escéptica por parte del castaño “Sí, es verdad que nos alejamos un poco el pasado año… pero son cosas que pasan… ¡Además ustedes tampoco me hablaron más!”.

    “¿Ah? Escúchala, Hinata” ella odiaba ser incluida en conflictos “Ahora nosotros somos los malos del paseo, ¡qué cinismo! ¿Querías que nos arrastráramos ante ti y te rogáramos mientras lamiamos las suelas de tus zapatos y de paso los de tus amiguitas? ¡Que te den, Sakura!”.

    “¡No quería eso! ¡Sólo digo que se pudieron haber acercado a mí, al menos para no llegar al punto de no dirigirnos palabra!”

    “Donde tú estabas era un mundo aparte y ni Hinata ni yo cabíamos en él” habló Kiba firmemente y, aunque se sentía demasiado incomoda en ese momento, Hinata estuvo totalmente de acuerdo con él mientras admiraba su temple “tú lo sabías, y nosotros no íbamos a cambiar para que la princesa no se sintiera avergonzada de andar con plebeyos”.

    “¡Yo nunca me avergoncé ni de ti ni de Hinata! Simplemente las cosas se dieron así, Kiba, no me hagas ver como si hubiese querido alejarme de ustedes”.

    “Pudiste haberlo evitado y no lo hiciste. Eso es suficiente para mí. Yo no quiero ser amigo de alguien que en cualquier momento me puede dar la espalda. Ahora estoy comiendo junto a ti porque Hinata también lo está, pero como dije antes: No confío en ti, Sakura”.

    Mientras ambas veían la espalda del muchacho de quince años que se marchaba orgulloso, Hinata sólo podía pensar en lo mucho que Kiba había crecido; admiraba su fuerza, el brillo feroz en su mirada al hablar, su tono fuerte y severo, su actitud firme. Él era objetivo, correcto y honesto… Valiente también, y ella se preguntó si algún día podría parecérsele aunque fuera un poco.

    Después, Sakura la había mirado con ojos tristes: —¿Qué debo hacer para que me crea?

    —Sakura-san… los orbes verdes se abrieron levemente con sorpresa por el llamado impersonal, pero Hinata sólo pudo sentir pena sin arrepentimiento. Había sido inevitable que las palabras de Kiba despertaran algunos sentimientos antiguos que la hacían nuevamente sentirse levemente dolidaes necesario ganarse la confianza de las personas para que nos crean por segunda vez…

    Ese día se levantó y marchó sin decir otra palabra. Lo recordaba todo claramente porque había pensado: estoy un poco más cerca de ti, Kiba-kun.

    Sakura hizo caso a su consejo. Ella parecía genuinamente interesada en establecer una fuerte amistad con ellos dos, una parecida a la de antes, y hasta Kiba supo dejar las cosas en el pasado cuando ella les había pedido disculpas.

    “Puedes que tengas razón para estar molesto conmigo, Kiba…” Sakura bajó la cabeza, inclinándose en una reverencia “Pido perdón a ambos, Hinata, Kiba… Yo no actué de la mejor manera en el pasado y lo siento mucho”.

    Ellos cruzaron miradas. Kiba lucía incómodo y Hinata le dijo <<Yo ya lo olvidé. Perdónala, Kiba-kun>> solamente con la mirada.

    “Ya, ya, Sakura” Kiba gruñó, frotándose el cabello “Pasado es pasado, levanta la cabeza”.

    Él no era tan rencoroso de verdad.

    Y así pasó.

    ¿En qué estábamos antes? Ah, sí, contaba lo bueno que había sido noveno grado para Hinata…

    Después de eso las cosas fueron muchísimo mejor.

    Su salón ganó el trofeo de fútbol con Naruto y Sasuke como los principales responsables.

    A Kiba le regalaron un cachorro blanco llamado Akamaru. Era una hermosura, él solía llevarlo en la mochila y todos tenían cuidado de no ser descubiertos mientras jugaban con el animalillo cada vez que tenían oportunidad (Naruto no le tenía mucho aprecio porque solía morderle el trasero, Kiba decía que Akamaru odiaba los olores asquerosos). En fin, el cachorro fue una fuente de diversión casi inagotable.

    Sakura se cortó el cabello un poco más arriba de los hombros. Fue un interesante cambio de look… Cuando eran pequeñas Hinata había sido la del pelo corto, ahora cambiaban de puesto. Era más dinámico, claro, y le sentaba bien.

    ¡Otra cosa: Kiba había hecho amigos en su salón y, naturalmente, los amigos de Kiba eran sus amigos también! Y entre esos estaba Ino Yamanaka. Fue algo sorprendente, pero la alegró bastante porque Ino siempre le había caído bien, era muy divertida. Otros fueron los hermanos Sabaku No: Temari, Kankuro y Gaara. Temari era ruda y valiente, Kankuro audaz y coqueto, Gaara… era demasiado callado, pero parecía estar cómodo con ellos y tenía bastante afinidad con Naruto así que estaba bien.

    Este anexo en su círculo de relaciones fue especialmente emocionante porque las dos rubias se mostraban bastante dispuestas a ser sus amigas… ¡Y entonces podía contar con tres de esas! Eso era importante para una chica adolescente que pasaba el ochenta por ciento del tiempo solamente con dos muchachos alborotadores. Vamos, había cosas que no podía comentarles, mientras ellos podían hablar abiertamente entre ellos de… bueno, de lo que sea que tuvieran la necesidad de hablar los chicos del mundo, y eso no era justo -¡que ella ni por asomo había estado en una de las famosas charlas de chicas de las cuales todo el mundo hablaba! Lo cual era un poco preocupante… especialmente para sus padres-. Kiba y Naruto mostraron algunas señales de celos crecientes, pero ella les dejó claro que necesitaba su tiempo para compartir con personas de su mismo sexo y que, sin importar nada, ellos dos seguirían siendo los primeros en su lista de prioridades.

    Sí, las cosas eran demasiado buenas en ese entonces. Nada de preocupaciones, era una vida realmente sencilla.

    Pero un día de la última semana de clase (no recordaba cuál) pasó algo que la obligó a pensar. La calma y tranquilidad se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos.


    Sakura.


    Esa mañana Sakura lucía algo nerviosa cuando llamó a sus amigas con un gesto para que comieran juntas en la hora de descanso. Hinata era una persona callada, tímida y, frecuentemente, parecía tener el don de la invisibilidad, pero era justo por esto que ella había aprendido a observar atentamente cada cosa a su alrededor, cada persona que la rodeaba, cada gesto y cada mirada. Aun siendo tan talentosa en ese aspecto, jamás pudo prever lo que se avecinaba.

    Las cuatro (Ino, Temari, Sakura y ella) se sentaron en una especie de circulo con sus bebidas y alimentos en el suelo. Era uno de los no demasiados momentos en que podían estar solas, sin interrupción de alguno de los muchachos (todos estaban bastante entretenidos viendo un partido de fútbol en un pequeño televisor ilegal que tenían en el salón de Hinata, junto con la mayoría de estudiantes masculinos del colegio entero), y los ojos azules de Ino exudaban curiosidad: La frente de marquesina tenía algo que decir, eso había dicho, y parecía interesante. Ella ya se figuraba de qué se trataba, después de todo era una experta en el tema, pero oírlo de los labios de la frentona sería bueno.

    —Tengo algo que contarles , chicas —empezó suspirando.

    —Oh, vaya, no me lo imaginaba —Ino rodó los ojos—. Habla de una vez, frentona.

    Cuando Sakura no respondió agresivamente al insulto y en vez de eso quedó en un pensativo silencio, todas supieron que el asunto no era una tontada.

    Temari habló rato después: —¿No irás a echarnos una confesión de amor, verdad? No tolero las cursilerías de chicas.

    Sí, no las toleraba ni siquiera siendo una chica, así era Temari. Hinata hubiera reído si no estuviera demasiado ocupada observando el rostro sonrosado de Sakura junto con la sonrisa nerviosa… Entonces sólo pudo pensar en quién era el sujeto en el que se habían fijado los ojos verdes de ella; Un nombre retumbaba en un fuerte martilleo dentro de su cabeza, pero Hinata lo expulsó rápidamente.

    Por favor, que siga obsesionada con Sasuke… Aunque creo que si ella lo dijera ahora, frente a Ino, correría sangre.

    —¡Ah, sabía que era algo así! —Ino exclamó, notablemente emocionada—¡Dinos quién es, Sakura!

    —Ssshh, Ino, baja la voz… —la rubia se llevó ambas manos a la boca exageradamente y sus ojos curiosos no se despegaron de ella, exigiendo respuestas. Sakura suspiró desviando la mirada; justo cuando Hinata empezaba a presentir que se avecinaba una tormenta, ella dijo con voz pausada: —Me gusta Naruto.

    Un baldado de agua fría cayó sobre su cabeza. Su presentimiento de una tormenta no estaba tan errado después de todo.

    Y después: —¡Kya~! —el grito de Ino no se hizo esperar, Temari se cubrió los oídos fastidiada, pero a la rubia de ojos azules poco le importaba conocer el significado de mesura—¡¿Desde cuándo, frentona?!

    —¡Silencio, cerda, vas a hacer que todo el colegio se entere!

    —Bien, bien, me calmo —las manos de Ino se fijaron en los antebrazos de Sakura, y sus ojos brillaban con emoción—, pero tienes que contarnos todo.

    —No es mucho en realidad… —susurró ella, luciendo algo avergonzada por el interrogatorio—simplemente me di cuenta que… Naruto es divertido, amable… y él me gusta, es todo… Además también es guapo…

    ¿Qué era divertido, amable y guapo, sólo eso? Hinata sintió que algo se le revolvía en el estómago: ¿Había tardado Sakura tanto en darse cuenta de estas tres cosillas? ¿Le gustaba por eso?

    Ino chillaba mil cosas más, pero ella estaba más ocupada en ordenar sus pensamientos que en escucharla; era un verdadero problema que a Sakura le gustase Naruto, además ella le llevaba una ventaja muy grande al haber compartido su secreto… ¿Debería ella confesar también que Naruto le atraía?

    Se mordió la uña del dedo pulgar mientras pensaba en sus sentimientos hacia el rubio.

    Ella definitivamente estaba cómoda, satisfecha y feliz siendo su amiga… No necesitaba nada más, pero… ahora Sakura… ella…

    Diablos, a ella no le gustaba Naruto solo por ser divertido, amable y guapo (como había dicho Sakura), si fuese así entonces le gustaría Kiba de la misma manera, también Kankuro y mil muchachos más, pero nada de eso. Hinata quería a Naruto, y no por ser divertido, amable y guapo (que lo era), simplemente por ser Naruto.

    ¿Qué hacer entonces? No podía decir que estaba enamorada, era demasiado pronto, y todavía cabía la posibilidad de que fuese un gusto pasajero… Sí, eso debía ser. Vamos, era normal a esa edad, ¿verdad? Ella había estado muy cerca de Naruto por mucho tiempo, lo raro sería que no sintiera nada… ¿Verdad?

    —Eh, Hinata-chan, ¿qué dices?

    Parpadeó al encontrar los tres pares de ojos femeninos fijos en ella, quien por cierto no tenía idea de qué hablaban ahora. —¿Qué digo… de qué? —susurró jugando con sus índices, avergonzada por su falta de atención.

    —¡Ay, Hinata! —la rubia Yamanaka negó con la cabeza—¿Te ha sorprendido tanto lo que ha dicho la frentona que no escuchaste el resto? Vamos, no es para tanto, Naruto todavía tendrá tiempo para ti —le palmeó el hombro jovialmente y Hinata se perdió. ¿Tener tiempo para ella? ¿Por qué Naruto todavía tendría tiempo para ella? Algo presionó su pecho. Angustia.

    —Perdón… ¿De qué estaban hablando antes?

    Sakura le sonrió amablemente, explicando clara y pausadamente. —Hinata-chan, todos sabemos que eres la mejor amiga de Naruto, ¿verdad? —ella asintió en respuesta—Bueno, entonces creemos que eres la persona ideal… —la muchacha tomó sus manos entre las suyas—Hinata, ¿vas a ayudarme?

    ¿Ayudarle? ¿Ayudarle a qué?

    —¿A-ayudarte? —los ojos lavanda se abrieron con sorpresa al entender las implicaciones que esto podría tener.

    —Ya sabes —Sakura rodó los ojos—. Me gusta Naruto y obviamente quiero gustarle... Entonces primero quiero saber si él siente algo especial por mí. Vamos, Hinata, ¿vas a ayudarme a averiguarlo, verdad? Y después nos ayudarás a estar juntos… ¿Cierto?

    Sakura rogaba con sus ojos verdes, atrás Ino la animaba a aceptar con asentimientos de cabeza que claramente decían “¡hazlo!” y Temari estaba ahí haciendo… Sólo estaba ahí. Ella no se había detenido antes en los sentimientos de Naruto (¿A él le gustaría Sakura?) y entonces allí, con tres pares de ojos acosándole hasta el alma, con la cabeza hecha un caos, con la naturaleza amable y pasiva rebotando en su ser... aceptó, pensando que si era lo que Naruto quería… entonces ella no debía entrometerse.

    —Te ayudaré, Sakura-chan.

    —¡Viva, eres la mejor, Hinata!

    Si Naruto quería a Sakura, entonces ella se lo dejaría, porque de cualquier forma él no le pertenecía. Simplemente lo dejaría atrás.

    Después de todo era probable que fuera solo un común gustito de chica adolescente. Ya pasaría.


    Naruto.


    Naruto estaba feliz, desbordante de alegría, no cabía en sí mismo, y no era para menos: el último día de clases había terminado. ¡Al fin la tortura ese año había acabado, los obstáculos superados con un perfecto y hermoso 6 de promedio! No importaba que le hubiera tocado llorarle a Kakashi-sensei dos décimas en Geometría… Él estaba feliz, radiante y con ganas de volar.

    Justo iba a empezar a cantar el opening de Doraemon cuando vio una figura conocida que caminaba con lentos y extraños movimientos en su dirección. ¿Qué le pasa? Hinata lucía indecisa y él, como era Naruto, simplemente sacudió el brazo en el aire fuertemente. Es el último día, no voy a irme sin antes despedirme de ella´ttebayó.

    —¡Oe, Hinata, aquí´ttebayó!

    La gente lo miró un poco raro por su efusivo llamado y él vio a Hinata encogerse mientras caminaba a la esquina de la calle donde él estaba, la esquina donde siempre esperaba el transporte público. Siempre tan tímida, pensó divertido, nunca cambia.

    —Naruto-kun —al llegar a su lado ella hizo una reverencia, y él casi tuvo ganas de tomarla de los hombros y alzarla de un jalón, pero se contuvo. ¿Tenía que pasar más tiempo para que ella dejara de saludar con formalidad? ¿No era casi toda la vida el suficiente tiempo para entrar en confianza? A veces casi, casi le dolía… Claro, sabía que ella no lo hacía a propósito.

    —¿Lista para las vacaciones? —preguntó jovialmente, pero Hinata parecía un poco retraída. —Ey, Hinata, ¿piensas viajar a alguna parte?

    Ella sonrió sin hacerlo realmente. —Eh, no… no lo sé, Naruto-kun, ¿y tú?

    —No… —se quejó— los adultos son unos tacaños´ttebayó.

    Naruto la vio moverse sobre sus talones una, dos, tres veces, y él no perdió detalles de los dedos delgados entrelazándose nerviosamente tampoco. Está actuando extraña, pensó arqueando una ceja levemente. —Eh, Naruto-kun...

    —¿Vas a decirme que me quieres? No aceptaré despedirme de ti si no me lo dices ahora´ttebayó.

    Al no aparecer la sonrisa tímida ni el rubor en el rostro femenino él pudo deducir que algo andaba mal con su amiga. Podía ser que algo le preocupara…

    Naruto conocía a Hinata desde que recordaba, mejor dicho, él no lograba visualizar una época de su vida en la que ella no hubiera estado presente (o al menos en su mente, porque en séptimo grado tuvo que separarse el año entero de ella) y, aunque Kiba estuviera fervientemente en contra de esta afirmación, Naruto conocía a Hinata como a la palma de su mano.

    —Naruto-kun… —los ojos grises lo miraron con timidez. Si alguien estuviera observándolos con cuidado eso parecería una escena en que la chica habla por primera vez con el chico más popular de la escuela al que todos admiran y que hasta tiene un club de admiradoras, mientras que ella es tímida, retraída, asocial, que no lograba hacer amigos y espantaba a todos a su alrededor. Él sabía que tenía que dejar de leer mangas shoüjo si no quería tener a Kiba al culo suyo burlándose o que se le atrofiara el cerebro. Dejó de pensar para dejarla hablar. La miró; jugaba con sus dedos, se movía en un suave vaivén en el puesto, no sostenía su mirada… ¿Qué pasa con Hinata? Ella empezó a balbucear cosas que ni siquiera eran palabras y, aunque internamente pensó que era una ternura, su paciencia terminó por acabarse rápidamente. En un instante alzó el rostro de ella con ambas manos, obligándole a mirarle, y cuando su rango de visión se vio lleno de una Hinata con los ojos abiertos con sorpresa, con un sonrojo abundante llenando sus mejillas, que se mordía los labios, dos cosas pasaron por su mente: uno, ella era muy atractiva, dos, ¿podía ser que… la razón por la que ella estaba actuando raro era… porque…? ¿Sería que él le gustaba? —Hi–ejem-Hinata-chan —carraspeó su nombre, sintiendo cómo una extraña sensación le causaba algo de calor, ¿estaría sonrojado?, la había sentido antes varias veces… Bueno, cuando se había reencontrado con Hinata el año anterior, cuando le dijo que había extrañado más que a Kiba que a él, cuando la abrazó y ella comenzó a acariciar su cabello… Pero ahora ella no lo estaba tocando, él solamente acunaba su rostro en las manos—¿T-tienes algo que decirme?

    ¿Por qué tartamudeaba ahora? Para cubrirlo soltó una risa tonta y la soltó, rascándose después la nuca. Definitivamente debería estar sonrojado; lo bueno era que ella ya había bajado la mirada al suelo, porque a Naruto no le gustaba que nadie viese un rubor en sus mejillas.

    —Sí… —¿Ella se le confesaría ahí? ¿Ahora? Él nunca había considerado sus sentimientos antes ¿qué debería hacer? Empezó a entrar en pánico; Una chica bonita con la que había compartido la mayor parte de su vida estaba a punto de decirle que estaba secretamente enamorada de él… ¡qué situación! De pronto empezó a sentirse hiperventilado—Bueno, en realidad… quería… bueno… Yo quisiera preguntarte algo, Naruto-kun…

    ¡No, Hinata, no tienes nada que preguntarme, absolutamente nada! Su mente gritó, pero su cabeza asintió automáticamente mientras pasaba en seco. ¡Ella iba a hacerlo de la forma más complicada! Obviamente empezaría su confesión preguntándole si él sentía algo por ella –lo había visto mil veces en los animes-, pero él no era como esos tipos que solía ver, no, ¡él era un niño, un crío, un chaval, y no tenía nada claro!… ¡Dos minutos atrás no habría ni considerado la posibilidad de que ella sintiera algo por él! ¿Qué se suponía que debía responder? ¿Por qué demonios estaba sintiéndose tan nervioso? Maldita sea, ya hasta tenía un nudo en el estómago. —Eh, Naruto-kun… —Hinata lo miró por entre las pestañas y Naruto sintió un temblor en las rodillas—Tú… A ti… ¿Tú… tienes alguna chica que… te guste?

    Él una vez le había dicho “me gusta la gente como tú”…

    —¿U-una chica que me guste? —preguntó abochornado—¿De qué hablas, H-Hinata-chan? —Y, oh, estúpida risa nerviosa que no dejaba de salir a borbotones. Sí, se estaba viendo como un idiota.

    Hinata empezó ese juego que tenía desde siempre con sus dedos. —Bueno, los chicos… ehm, yo estaba pensando… que quizá había alguien que te gustara… de manera especial, quiero decir…

    —¿Alguien como quién? —dijo rápidamente, sintiéndose tonto en cada momento.

    Ella parpadeó. —N-no lo sé, Naruto-kun… Creo que eso debes decírmelo tú… ¿Nunca has pensado en… la clase de chica que te gusta? —Hinata estaba tan roja como una amapola, y Naruto se sentía desorientado.

    Deseó tener una voz sabia y antigua en la cabeza que de dijera qué se suponía que debía hacer. Para bien o para mal, él no tenía esa voz, y él sí tenía un prototipo de chica ideal en su cabeza (¿qué chico de quince años no lo tiene?), entonces lo dijo. —Una chica amable, inteligente, fuerte, valiente, que cocine un delicioso ramen, que huela bien, que se ría de mis chistes, que odie a Kiba que Sasuke le cause arcadas´ttebayó—aunque claro, la de él era bastante peculiar.

    Se relajó un poco cuando oyó su risa, pero ella pareció pensativa y nerviosa un instante después. —¿Tú has pensado en la clase de chico que te gusta? —preguntó antes de dejarle oportunidad hablar.

    —Sí —ella asintió apenada—, pero es un secreto.

    —¡Oh, vamos, eso no es justo´ttebayó!

    ¿Era idiota o qué? ¡Él debía quedarse callado! ¿Por qué estaba curioso por saberlo? ¿Y si ella le decía que era él? Imbécil.

    Hinata rió. —Está bien, te lo diré… —Naruto tragó en seco, observándola con cuidado, ¿sería tan malo si ella le decía que lo quería… de esa manera? —Yo tengo un chico ideal… Es… —tembló ante la expectativa—su nombre es… Kazehaya Shota.

    —¡Hinata! —chilló alterado. ¿Cómo era que ella salía con algo así? ¿Quería que se le saliera el corazón? Al menos le alegró que leer Kimi no todoke no lo afectara sólo a él. Luego se echó a reír. —Me asustaste, pensé que ibas a decir que era Kiba, Sasuke o algún tipo así´ttebayó —mintió.

    Ella soltó una última risilla suave, pero Naruto pudo ver en su rostro que el asunto no había acabado, ¿se dijo antes?: Él la conocía demasiado bien. Hinata mordió la uña de su dedo pulgar y él esperó a que hablara. Se demoró un poco, pero al final balbuceó algo que lo sacó de su lugar: —Naruto-kun… la chica que describiste antes… Esa chica… ¿es Sakura-chan?

    —¿Sakura?

    Ella pegó un saltico nervioso: —Sí… ¿Ella te gusta?

    “Una chica amable, inteligente, fuerte, valiente, que cocine un delicioso ramen, que huela bien, que se ría de mis chistes, que odie a Kiba que Sasuke le cause arcadas…” Esa era su chica soñada. ¿Podría ser Sakura? Amable… A veces, cuando le convenia. Inteligente, definitivamente sí. Valiente, también. Que cocine delicioso ramen: ¡Reprobada con nota menor a cero! Que huela bien… Hmm, bueno, cuando se ponía ese perfume de violetas sí, pero el que usaba últimamente parecía vomito ¡Guac! Que se ría de mis chistes, ¡no, Sakura no tenía sentido del humor! Que odie a Kiba, reprobada. Que Sasuke le cause arcadas… Él tenía entendido que en su infancia había sido una pequeña fangirl de Sasuke junto a la loca de Ino.

    Naruto frunció el ceño: —Hinata, dime algo: ¿finalmente has enloquecido?

    Él fue testigo del cambio en la expresión de la niña Hyüga. Desde el comienzo de la conversación ella lucía un poco mortificada, pero ahora lucía más fresca y radiante. ¿Era eso todo lo que ella quería saber? ¿Si le gustaba Sakura? ¡Vaya tontada! Casi quiso reír. Estuve tan nervioso para nada´ttebayó.

    —Tengo que irme, Naruto-kun —dijo, viéndose jovial, justo como debe verse un estudiante al terminar las clases—Que descanses y ten una feliz navidad —se inclinó nuevamente y salió corriendo hacía el automóvil donde, él sabía, Kö la estaba esperando desde hace ya un rato.

    —¡Feliz Hanukkah para ti, Hinata-chan! —exclamó de vuelta, sintiéndose extrañamente contento.

    No fue sino hasta que el auto llevaba una cuadra de distancia que una pregunta revoloteó en su mente: ¿Por qué ella me preguntó todo eso? Y luego una segunda: ¿Estaría celosa?

    Negó, metiendo las manos a los bolsillos. Primero, era normal que los amigos se preguntasen sobre esas cosas. El hecho de que Hinata fuera generalmente tímida no quería decir que ella no fuese una adolescente normal, interesada en las cosas románticas de sus más cercanos. En cierta forma eso les daba más confianza. Sonrió. Y segundo, ¡era ridículo sentir celos de Sakura!

    Sí, Naruto Uzumaki decidió no matarse más la cabeza. Las cosas eran simples y ya estaba. Todo seguiría bien, igual que antes. Lo malo es que ni siquiera repitiéndose que todo había salido bien pudo evitar sentirse algo decepcionado por no recibir una confesión amorosa ese día.


    Hinata.


    Hinata exhaló profundamente al caer sobre el asiento trasero del auto, ignorando la mirada curiosa de Kö desde el volante (ella sabía que él no preguntaría nada).

    Averiguar sobre los sentimientos de Naruto por petición de Sakura había sido una tarea difícil, pero, al final, tremendamente relajante para su corazón.

    Ese año Hinata tendría un feliz Hanukkah, un feliz año nuevo, un feliz todo…

    Pero el siguiente año, décimo grado, traería una sorprecita desagradable.



    A mediados de Septiembre, a tres meses de terminar el penúltimo año escolar, casi un año después de su conversación sobre sentimientos, Naruto apareció por la puerta del salón, parecía supremamente ansioso, y en cuanto la vio se abalanzó sobre ella para abrazarla. Ella tenía ya quince años larguitos y él en pocos meses cumpliría dieciséis —Hinata —dijo contra su pelo—, me gusta Sakura-chan.
     
    Última edición: 26 Septiembre 2013
    • Me gusta Me gusta x 4
  12.  
    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Enero 2012
    Mensajes:
    209
    Pluma de
    Escritora
    Wow, déjame unos minutos que tengo que procesar esto...

    ...¡que buen, excelente, increíble, magnífico capítulo! Lo amé, es mi favorito de los favoritos. Todo fue genial, sé que siempre digo lo mismo pero es porque es cierto: amo tu manera de narrar. Si bien el capítulo es largo (según yo y comparándolo con los anteriores), la lectura se me hizo tan grata que cuando me di cuenta ya había terminado ¡y de qué manera!
    Oh, es la primera vez que veo un error en tu escritura...pero es insignificante, todo lo demás está perfecto como siempre ^^

    Me encanta la personalidad de Kiba, que sea tan directo para hablar y no tenga problemas en decir lo que piensa; bueno se ve que decidió perdonar a Sakura aunque creo que fue más por la mirada de Hinata que otra cosa. Estaba un poco resentido pero lo entiendo.
    ¡La confesión de Sakura! Pienso lo mismo que la Hyuga, ¿por qué no siguió obsesionada con Sasuke y listo? Todos felices(?) Ese cierto enojo de Hinata sobre los motivos por los cuales a la rosada de le gusta Naruto, me gustó. Y ella es muy dulce, quiere la felicidad de él ante todo y si Naruto decide que quiere estar con Sakura, es más que obvio que ella no va a hacer nada para detenerlo pero...tonta, tonta Hinata; si Sakura quiere saber si Naruto gusta de ella que vaya y le pregunte ella solita.
    Sin embargo, no hubiésemos tenido esa hermosa escena entre ellos dos si Hinata no fuera tan buena aceptando ayudar a su amiga. Oh, ese momento fue sublime; los mil y un pensamientos del rubio, creyendo que ella se le iba a confesar. Tan tierno y tan nervioso al descubrir que nunca había pensado en Hinata de esa forma y, cómo la tomó del rostro e hizo que lo mirara...no entiendo como Hinata no murió en ese preciso instante.
    ¡Y todo estaba bien en ese momento cuando le dio a entender que no, que no le gustaba Sakura! Naruto, ¿qué pasó en ese año para que cambiarás de parecer? La pobre Hinata debe sentirse triste.

    Y, definitivamente, mi parte especial fue ésta,simplemente por qué amo los pensamientos retorcidos de Naruto...

    ¿Ves? No entiendo que pasó con la mente del rubio, tendría que volverse a formular esas preguntas antes de llegar de improvisto a decir que le gusta Sakura.
    Jum, esperaré a ver que pasa.
    Sabes que amo tu fic <3
    Nos leemos ~
     
  13.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    2203
    @Anto Lightwood: Oh, bueno, este capítulo no es tan largo como el anterior, pero marca el final de los eventos pasados. Volvemos al presente entonces :3 Espero que te guste, Anto; publico en FFL por vos. No me cansaré nunca de agradecer tu seguimiento <3333 Otra cosa: Amo tu firma :3 Haha, espero con ansias tus opiniones de este chapter.


    Friend Zone.

    XVIII: Última Oportunidad.

    Palabras: 2111.


    —Hinata —dijo contra su pelo—, me gusta Sakura-chan.

    El salón dio media vuelta ante sus ojos (agradeció que el rubio la abrazara fuerte, porque sin duda hubiera caído de la impresión); antes de que su cerebro pudiera procesar la información y antes de que el corazón se recuperara del golpe, él volvió a hablar provocándole un horrible deja vu: —¿Vas a ayudarme, verdad?

    Normalmente era mala actuando bajo presión –los intensos ojos azules de Naruto- y esta vez no fue la excepción. Anonadada, desorientada, dolida, ella respondió: —Lo haré, Naruto-kun.

    Después de todo, se había prometido que no interferiría si el sentimiento era mutuo.

    Al parecer Naruto había tardado en despertar sentimientos por Sakura, pero hay cosas inevitables en el mundo. Ojos verdes, mirada coqueta, cabello esponjoso, personalidad arrolladora y un interés marcado por el muchacho rubio… No podría culparlo nunca.

    Lo aceptaba, de verdad lo hacía, pero le aterrorizaba pensar en el papel que desempeñaría después. Esa cosa de ser “mejor amiga” de alguien era un lío, ¿había alguna ley o algo que dictara “¿te gusta alguien? ¡Tienes que acercarte al cubículo de ayuda de mejor amigo, él sabrá qué hacer, esa persona es un dios todopoderoso, mago, brujo, sabe todo sobre asuntos románticos aunque jamás ha tenido algo cercano a un novio!?” ¿Existía? Que ella la haría revocar, de por Dios, y luego se lo restregaría a cierto niño bigotudo y cierta chica cosplayer de Lazy Town.

    En eso pensaba –sí, tenía la rara manía de ponerse a divagar estupideces en los momentos más cruciales de la vida. Reacción de su cerebro para distraerla, quien sabe- cuando el principal sujeto que ocupaba su mente volvió a abrir la boca, esta vez susurrando: —Hinata, hay un problema…

    ¿Más?

    —¿Q-qué sucede?

    Los ojos azules bajaron al suelo: —Al teme también le gusta.

    Y entonces Hinata pensó que o eso era un jodido sueño o había llegado el apocalipsis, ¡A Sasuke Uchiha le gustaba alguien, una chica, Sakura para completar!

    Tiene que ser una broma.




    Hinata había prometido que lo ayudaría y eso fue justamente lo que hizo. Empezaron por lo primero: hablar con Sasuke. Él era el mejor amigo de Naruto desde siempre y Hinata estaba convencida que ninguno de los dos arruinaría su amistad por una muchacha, sin importar lo bonita que fuese. Aun así, Naruto se sentía nervioso… y él era bastante malo con las palabras, así que la primera tarea de Hinata fue entrenarlo para una conversación seria, precisa y decisiva con Uchiha Sasuke.

    Tardaron varias semanas en eso… Hasta le hizo un guion y, con mucha frecuencia, se escondían en algunos rincones del colegio para repasar. La mayoría de las veces Hinata hacía el papel de Sasuke. Un tiempo después, Naruto tenía una simple y corta charla que ejecutar con su mejor amigo con perfecta planeación.

    Hinata no estuvo presente en el momento decisivo –obviamente-, tampoco le interesaba mucho conocer los detalles. La cosa fue un éxito y ya: Sasuke dio total vía libre a Naruto.

    No fue ninguna sorpresa. Él nunca se rebajaría por nadie.

    Y entonces ese año terminó.





    En la segunda etapa ella no tendría mucha participación (gracias a los dioses), y es que qué se suponía que debía hacer. No era necesaria su intervención. Naruto simplemente tenía que correr hacía la chica de hebras rosas, decir me gustas, y listo.

    Después se volverían novios, ella olvidaría su enamoramiento por el rubio y todos serían totalmente felices.




    Grado Once (Junio)


    Pasaron más de seis meses. Naruto aún no tenía un acercamiento directo con Sakura para hablar de sentimientos y Hinata presentía que él quería darle algo de tiempo a Sasuke… Era natural y, si se pensaba, hasta considerado.

    Para esa época el salón entero hizo un viaje de tres días para gozar de un retiro espiritual antes de tener que presentar las angustiantes y estresantes pruebas nacionales.

    Fue una experiencia reconfortante e inspiradora. Les hizo derramar lágrimas y, acto seguido, estallar en risas. Hinata casi pudo jurar que una pequeña y cristalina gotita salada bordeaba el ojo derecho de Sasuke Uchiha mientras hablaba de su hermano mayor y las constantes peleas que éste protagonizaba con sus padres (durante una de las actividades grupales). Uno nunca se da cuenta de lo frágil que es por dentro hasta que decide hablar sobre ello y reexamina su vida.

    En ese viaje Hinata entendió que cada persona cargaba con su propia cruz.

    También vio que los huecos emocionales en la vida de los jóvenes eran generalmente provocados por sus padres alcohólicos, agresivos, hirientes, despreocupados… o los que ni siquiera habían sido capaces de lidiar con un hijo y lo dejaron a su suerte. O por el que tuvo el deseo de abortar a su niño durante el embarazo…

    De eso hablaba con Naruto, recostados ambos en los últimos asientos del autobús de regreso a su ciudad, con la luz de la luna iluminándolos tenuemente y el silencio reconfortante bailando alrededor. Parecía que todos se habían dormido.

    —Cuando yo tenga un hijo lo voy a amar mucho… —susurró suavemente, con la mirada perdida en el paisaje nocturno que se extendía fuera de la ventanilla—Y lo voy a tener cuando quiera tenerlo, cuando lo deseé con mi alma… No será un error.

    Estaban envueltos ambos en un abrazo cálido. Naruto recostado en el espaldar suave de la silla y ella, a su vez, acomodada en su costado izquierdo, donde sentía de manera distante los latidos del corazón masculino. El brazo izquierdo del rubio se colaba por su espalda, su mano deteniéndose en la curvatura derecha de su cintura, mientras que ella le rodeaba la suya delicadamente. —Tienes razón… —el murmullo bajo de Naruto penetró sus oídos, él la tenía entre sus brazos y no había lugar más reconfortante y seguro en el mundo—, yo no quiero que mis hijos pasen ningún dolor tampoco…

    —Promételo —dijo—. Los hombres son, generalmente, los que más errores cometen en su rol paterno.

    Él rió suavemente. —Eso es injusto, Hinata-chan…

    No, no lo era. Bueno, no podía afirmarlo con certeza, pero en las historias que cada uno de sus compañeros había dado a conocer, los padres fueron los mayores responsables en la formación de tristezas. La mayoría ni siquiera poseía una figura paterna a la cual seguir.

    —Tampoco es bueno dejar hijos regados por el mundo… —murmuró pensativa.

    —Yo no haré eso, jamás —él apuntó fervientemente y Hinata sintió una mano grande y masculina posarse en su cabeza—. Sólo tendré hijos con la mujer que ame.

    El calor subió a su rostro y también sintió un pinchazo en el pecho. —¿S-Sakura-chan?

    Los dedos largos se deslizaron por sus hebras oscuras una, dos, tres veces, de principio a fin y el pecho de Naruto se hinchó en un suspiro silencioso. —No lo sé, Hinata-chan…

    Hubo silencio y cuando Hinata sintió que la mano, hasta ahora inmóvil en su cintura, bajaba hasta encontrar algo de piel expuesta sintió un escalofrío. Fue algo eléctrico el sentir los dedos cálidos de Naruto un pequeño trozo de su cadera desnuda…

    Naruto la sintió temblar entre sus brazos y la estrechó más contra su cuerpo. —¿Tienes frio´ttebayó? —, mala idea. Lo que menos necesitaba era más acercamiento. Negó mientras se hundía más en su pecho, con le esperanza de que él no notara su sonrojo monumental… La oscuridad ayudaba.

    En ese momento Hinata tuvo la fuerte convicción de que sus sentimientos por él no se irían nunca si ella no abría una brecha ancha entre ambos. Una larga brecha entre sus vidas… porque de la misma forma en que ahora sostenía su cuerpo, también lo hacía con su corazón.

    Ambos callaron, perdidos en un mundo de pensamientos. El pasado, el presente y el incierto futuro revolviéndose en sus cabezas.

    Hinata contuvo la respiración cuando él empezó a mover las manos sobre su espalda. La derecha delineando desde su hombro, la izquierda trazando círculos en su larga columna. Ella no pudo evitar cerrar los ojos ante las gentiles caricias y un suspiro sentido escapó de sus labios, junto con su nombre. —Naruto-kun… —Había decidido resignarse, apartarse, olvidar su intenso enamoramiento, pero… ¿en verdad podía ella dejar atrás a ese hombre tan inmensamente hermoso, tan absolutamente irresistible y dulce? Amar es una desición, si ella se lo proponía era posible dejar de amarlo… ¿Pero sería capaz de verlo cada día dándole a Sakura el cariño que ella deseaba con locura? —A veces… me siento algo celosa…

    —¿Quién causa esto en mi dulce Hinata-chan? —dijo con ternura, besando la coronilla de la cabeza femenina suavemente. La mano tímida de Hinata subió en un tortuoso viaje hasta el hombro del muchacho.

    —Sakura-chan…

    Naruto calló un segundo, para luego soltar una leve risa. —Oh, Hinata, siempre tendré tiempo para ti, no te preocupes.

    —No es por eso —le detuvo, sin saber porqué las palabras seguían saliendo a borbotones de su boca—: La querrás a ella más que a mí…

    —No es cierto…

    —Lo es —, afianzó más el agarre en el hombro de Naruto y él respondió abrazándola fuertemente, apretándola de su cintura. No quería separarse… El aroma ácido y embriagante que le nublaba la mente, el contacto de su propia mejilla con la piel caliente en la base de su fuerte cuello, la unión de sus pechos, el palpitar fuerte de su corazón… Ella quería guardar todo esto eternamente en su memoria, disfrutar de él antes de tener que decir adiós de manera irremediable—. Y luego… cuando nos graduemos, Sakura-chan seguirá teniendo a alguien que la amé… y a mí no me quedará nada… Nos separaremos y… —suspiró—Naruto-kun, ya no tendrás espacio en tu mente para mí…

    —Eso no pasará, Hinata-chan. Yo siempre tendré espacio para-

    —Y yo jamás conseguiré a alguien que me quiera tanto como tú quieres a Sakura-chan —le interrumpió—. Estoy celosa, muy, muy celosa porque ella te gusta… porque Sakura-chan tiene a alguien como tú… y yo… yo… Naruto-kun yo… —Iba a decirle, se lo iba a confesar allí y ahora, con la luna bañándolos suavemente y con el adormecedor sonido del motor retumbando en la noche. Le diría que no toleraba la idea de verlos juntos, que moría de celos, que se sentía arder… porque lo amaba, porque estaba locamente enamorada de él, porque sentía que moría al solo pensar en una separación. Lo amaba, listo, eso era lo que diría. Lo demás que se fuera al diablo… Lo que pasara después no importaba. Pero… Era su última oportunidad.

    —Hinata-chan —Naruto acarició su cabello con ternura—, sabes… pronto llegará un chico que te ame de una manera extraordinaria, justo como te lo mereces… Alguien que sepa apreciar la hermosa persona que eres, y que guarde tus sentimientos como un tesoro. Llegará, ya verás´ttebayó.

    Y todo el valor y la decisión que había acumulado se esfumaron cuando esas palabras la golpearon como un puñal ardiente. Una bofetada de rechazo la estrelló contra el piso y las lágrimas se acunaron en sus ojos, pero no llegaron a derramarse, no lo permitió… Ella no lloraría frente a él. Quiero que ese alguien seas tú…

    —¡Ey, Naruto, Hinata, sonrían!

    Una luz cegadora los invadió y Naruto alzó la mano para protegerlos, mientras ella se acurrucaba aún más.

    La risa de Kankuro invadió el autobús. —¡Pillados, tortolitos!

    —¡Maldición, Kankuro, ¿quieres dejarnos ciegos´ttebayó?!

    Y luego la voz calmada de Kakashi: —Silencio allá atrás.





    Entonces Hinata decidió dejar todo atrás. Naruto se volvería novio de Sakura, Sakura era su amiga y ella, Hinata Hyüga, no podría albergar más sentimientos por el novio de su amiga. No era ético, no era honesto, no era bueno.

    Hinata siempre había sido una persona obediente, seguidora de las reglas y amante de lo correcto... Así que no sería muy difícil arrancar los sentimientos insanos hacía cierto sujeto, porque desde ese día Naruto se convirtió en algo imposible, vetado e incorrecto.

    Y lo imposible, vetado e incorrecto debía ser eliminado.




    Un mes después Naruto y Sakura iniciaron una relación.



    Hinata a veces observaba a Sasuke Uchiha en clases y se preguntaba si esa actitud fría, calmada y estoica sería solamente una máscara… Varias veces se preguntó si el muchacho de ojos oscuros y mirada penetrante estaba escondiendo un dolor similar al de ella.

    ¿Un compañero de tortura?

    Si ella tuviera que contar su secreto a alguien, definitivamente sería a Sasuke Uchiha.





    Ahora, tres meses después de su viaje, Naruto le está pidiendo ayuda para obsequiar algo a su novia en su segundo mes de noviazgo. Y Hinata Hyüga, quien se había prometido masticar y escupir sus sentimientos, siente crecer su amor por él cada día más…
     
    • Me gusta Me gusta x 5
  14.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    2232
    Friend Zone.

    XIX: La verdad os hará libres. (I)

    Palabras: 2157.

    Hinata despertó sintiéndose extrañamente pesada. Estiró el brazo para acallar el sonido del despertador que la invitaba a dejar la cama y adentrarse en un nuevo día de escuela… Y este sí que era un día de clases literalmente, porque tenían jornada completa. De seis de la mañana a seis de la tarde.

    Al mal paso darle prisa, pensó suspirando, mientras una sonrisa reflejaba una nueva y reciente convicción.

    —Tenten-san, ¿te he despertado?
    La chica al otro lado de la línea soltó un bufido suave. —No, estoy despierta desde las tres, Hinata-chan, tengo un horrible parcial hoy en la universidad. Pero dime, cuál es el motivo de esta extraña llamada.

    Hinata sonrió. —¿Sigues en el negocio de los peluches?

    —¡Claro! ¿Cómo lo quieres y para quién lo quieres?
    Rodó los ojos ante el tono pícaro en la voz de la castaña. —Necesito un oso panda —dijo—. Es para Naruto-kun.

    —¿Tiene que ser un panda?
    Hinata se preocupó. —¿No tienes uno?

    Tenten rió. —¡Te lo consigo!

    Otra cosa, Tenten-san… —se mordió suavemente el labio—: Lo necesito para… ya.


    Naruto alzó la vista azulada al sentir el sonido seco que algo hizo contra la madera de su escritorio; era un animal de felpa de considerable tamaño. Arqueó una ceja y luego una sonrisa brillante se formó en sus labios al deslizar la mirada y ver a la joven belleza de pie frente a él. —¡Hinata!

    —N-Naruto-kun —ella se inclinó respetuosa. La niña nunca cambiaba.

    —¿Por qué me pediste que llegara más temprano que todos? —fue al grano, sin dejar a un lado su frescura, luego señaló al animal con un interrogante en la mirada—¿Y esto?

    Hinata Hyüga se balanceó sobre sus talones suavemente y Naruto observó embelesado el momento en que los labios rosados se acomodaron en una sonrisa. —Es el regalo de Sakura-chan.

    Los ojos azules examinaron curiosamente el objeto, sin dejar escapar detalle. Una mancha negra cubriendo el ojo derecho, suavecito, abrazable, tierno, adorable…

    El aire científico en sus acciones (olfatear, palpar, abrazar al osito) la hizo contener la respiración. Luego él la miró de una indescifrable manera. —Hinata… —dijo, y casi para su corazón—¡Gracias, está perfecto!

    Un sentido suspiro escapó de sus labios mientras era aprisionada en los largos brazos. —No fue nada, Naruto-kun.

    —¡Mañana te traigo el dinero´ttebayó!


    Sakura odiaba los animales de felpa que no fueran rosados.

    Sakura odiaba, especialmente, a los osos pandas. ¿Por qué? Un día, hace mucho tiempo, ella casi se había ahogado al tragar una gomita en forma de este animal. Fue traumante. Excelente motivo para odiar a esos ositos repletos de instintos asesinos y ahogadores.

    Claramente Hinata lo sabía. Y uno supondría que el rubio novio estúpido de la chica estaba enterado también.


    —¡Me enteré de una grande´ttebayó!

    Los cuatro jóvenes sentados en la mesa dirigieron su atención al rubio que se rascaba la cabeza. Hinata sorbió suavemente de su jugo natural de mora, esperando que él hablara sobre lo que fuera que se suponía iba a hablar… Ella estaba más que acostumbrada a sus “super bombazos” que no terminaban en nada.

    Estaban terminando de almorzar en un pequeño restaurante cercano a su colegio y pronto tendrían que volver.

    —¿Qué pasa, Naruto? —preguntó fastidiado Kiba. Estaba de mal humor desde que le habían prohibido llevar al ya demasiado grande Akamaru al establecimiento educativo. —¿Con qué estupidez vas a salir ahora?

    —Ninguna estupidez, perro —respondió—. Es algo que arreglará esas caras estiradas que todos tienen.

    Hinata parpadeó. Ino estaba demasiado ofuscada porque el calor hacia lucir su cabello grasoso (según la rubia, ella personalmente lo veía igual que siempre), Sakura bufaba en bajo sobre la molestia que era tener que estudiar el día entero y Kiba se quejaba sobre las dos anteriores (el calor y los estudios)… y el estar lejos de su mascota.

    A ella, en cambio, le estaba atormentando un poco la conciencia.

    No, se dijo mentalmente, no voy a sentirme mal por nada. Hinata Hyüga ha decidido cambiar y liberarse.

    —… ¡Y entonces nos vamos todos a la casa Hyüga´ttebayó!

    —¿Qué? —preguntó consternada. Se había perdido dos segundos en su cabeza… ¿Cómo demonios Naruto llegaba a esa conclusión?

    —¿No escuchaste, Hinata-chan? —Sakura sonrió—Por primera vez estoy de acuerdo con él.

    —Gracias, Sakura-chan —el rubio asintió agradecido y en un segundo Hinata tenía la mirada celeste clavada en ella—Estabas distraída, Hinata-chan, lo repetiré de nuevo. —él dijo comprensivamente y las mejillas femeninas enrojecieron de vergüenza—Los alumnos de la jornada de la tarde no han tenido oportunidad de celebrar el día del amor y la amistad.

    —Pero si fue hace casi un mes…

    —Lo sé —Naruto asintió—. El caso es que hoy lo celebrarán, ¿entiendes? Si regresamos al colegio estaremos atrapados en una fiesta que nosotros ya hicimos y en la que no tenemos nada que ver. No veríamos clase y habremos perdido toda la tarde —él hablaba dramáticamente, como si fuese el fin del mundo. Luego se irguió drásticamente en su silla, alzando el dedo índice— ¡Por eso no vamos a regresar! En cambio, pasaremos la tarde en tu casa.

    Antes de que pudiese procesarlo, ya tenía a Ino encima suyo, agarrándola por el cuello de la camisa. —Hinata, Hinata… —tragó saliva ante los ojos desquiciados de Ino—¿Tienes en tu casa fijador de cabello y crema súper humectante para cabello liso, verdad…? ¿¡Verdad?!

    Asintió.

    Entonces la rubia decidió por todos. —¡Nos largamos a la casa Hyüga ya!

    ¿Quién podía decir que no a una Ino con cabello grasoso? Nadie cuerdo, seguro.


    El viaje en taxi fue algo… complicado.

    En el puesto de copiloto se acomodó Ino. Atrás Naruto, Kiba, Sakura y ella se ordenaron lo mejor posible. Hinata terminó sentada en las piernas de Sakura (era la más liviana), y aun así Kiba no hacía sino quejarse de tener media nalga por fuera del asiento y Naruto, en el puesto del medio, murmuraba cosas como maldición, Kiba, ponte a dieta. Algo así.

    —¿Por qué Ino tuvo que ir adelante? —chilló Kiba.

    —Porque soy la más linda.

    —No —intervino Sakura—, es porque nadie quiere estar cerca de una puerca con el cabello asqueroso.

    —¡Oh, frentona, ya verás!

    Naruto estalló a carcajadas. —¡Buena esa, Sakura-ch…! ¡Agh, mierda, Kiba, quita tu codo de mi costilla!

    —¡Lo haría si pudiera! ¡Cómo si me gustara tocarte, idiota!

    —Hinata, dile a Ino que su voz de cerda me está irritando.

    —Hinata, dile a Sakura que su inmensa frente me asfixia.

    —Hinata-chan —Naruto lloriqueaba—¡Kiba me pisó!

    —Eso te pasa por moverte tanto, Naruto… ¡Dile que se quede quieto, Hinata!

    El taxista sonrió al mirar por el retrovisor a sus jóvenes pasajeros. Ah, los días de juventud, qué nostalgia.


    Al llegar pasaron derecho a su habitación.
    Hiashi Hyüga observó impasible la fila de jovencitos que pasaban inclinándose frente a él para después subir las escaleras. —Hinata —dijo, cuando los demás hubieron desaparecido por el pasillo—¿no tenían clase?

    —S-se cancelaron las clases de la tarde, padre.

    —¿Y eso lleva a un grupo de adolescente subiendo mis escaleras?

    Su hija mayor inclinó la cabeza. —Los he invitado a descansar, padre… Espero no sea molestia.

    Él ya los conocía a todos. El de cabello castaño era Kiba Inuzuka, la chica de cabellos extravagantes era Sakura Haruno, la rubia Ino Yamanaka… y también estaba Naruto Uzumaki. Esperaba que un día su hija se cansara de pasar el tiempo con aquél interesante personaje.

    Bueno, en resumen eran los mismos de siempre… O casi, últimamente frecuentaban su hogar otros tres.

    —¿No has invitado a los hermanos Sabaku No? —preguntó con curiosidad.

    —No han podido venir —dijo Hinata—, su padre ha ido por ellos al colegio. Temari-san me ha dicho que tienen control médico.

    —Bien —asintió.

    —Padre —los ojos de Hinata se conectaron con los suyos—. Estaremos en mi habitación y no haremos ruido.

    —Está bien, Hinata —posó una mano en la coronilla de su cabeza, en un pequeño y tierno gesto que un hombre serio ofrece a su querida hija—. Diviértanse.


    Hinata respiró hondo antes de abrir la puerta de su habitación. Esperaba encontrarse con una tercera guerra mundial, teniendo en cuenta quiénes se encontraban en ella, pero lo que vio la dejó impresionada: Ino y Sakura se habían acostado en su cama y ahora estaban profundamente dormidas, Kiba se estiraba adormilado en una esquina de la habitación y con un cojín como almohada, Naruto tenía uno de sus peluches –el sapito verde- en la cabeza y bostezaba en el suelo.
    Todos parecían agotados.

    Hinata sonrió. Pensar que hace unos minutos estaban que se mataban dentro del vehículo…

    La melodía de un violinista en el tejado que salía desde el celular de Naruto inundaba el ambiente y pronto ella también se sintió terriblemente somnolienta. Botó los zapatos y las medias a un lado, se quitó la correa de la falda para sentirse más cómoda y un sentido bostezo se coló en sus labios.

    —Hinata-chan… —el murmullo la distrajo justo cuando pensaba “¿dónde voy a dormir?” y es que su cama completamente ocupada y los dos cuerpos masculinos desparramados en su piso no quedaba mucho espacio. Los ojos azules de Naruto la miraron divertidos—Te han robado la cama, ¿eh?

    Ella asintió tímidamente.

    —Ven aquí´ttebayó. —Naruto se movió a una posición horizontal desde donde ella estaba de pie. Hinata caminó descalza y se arrodilló a su lado, mirándolo curiosa. Con las manos en la nuca y la mirada en el techo él sonrió—Anda… puedes recostar la cabeza en mí, para que puedas dormir.

    —No, Naruto-kun, yo-

    —No hay más almohadas, así que no tienes opción, Hinata-chan —Naruto sonrió abiertamente—. Vamos, recuéstate.

    Lo miró un instante y, aun sabiendo que sus mejillas estaban enrojecidas, obedeció, posando su cabeza suavemente en el abdomen masculino. Pronto todo su cuerpo empezó a relajarse y se acomodó de medio lado, en dirección al rostro del chico. Hinata vio su sonrisa. —¿Es cómodo, verdad?

    Asintió. —Pero Naruto-kun… ¿No te molesta? ¿Puedes descansar así? —preguntó preocupada.

    —Está bien, ya dormí. Además eres muy liviana, Hinata-chan, liviana, liviana como una pluma´ttebayó.

    Ella sonrió suavemente, cerrando lentamente los parpados, mientras lo único que se oía en la habitación eran los ronquidos de Kiba y la relajante música. Mentira, reconoció Hinata, del grupo La Ley…

    El movimiento que hacía Naruto al respirar parecía arrullarla, era relajante y ella se encogió un poco. —Hinata-chan… —el rubió susurro suavemente—¿pasa algo últimamente contigo?

    Los ojos grises de Hinata lo miraron confusa. —Quiero decir… —siguió, pasando una mano por el cabello oscuro regado en su cuerpo, mirando el techo—te he notado pensativa, aislada… y a veces creo que hasta triste… ¿Hay algo que te preocupa? El otro día saliste de clases sin despedirte…

    Hinata se mordió el labio, observando desde donde podía el rostro hermoso del muchacho. Él lo había notado, había visto que ella estaba triste. Últimamente había estado algo irritable y los sentimientos hacía él la asediaban con mayor fuerza… por eso había salido ese día sin hablarle a nadie, porque temía estallar.

    —N-no pasa nada…

    Él le dedicó un vistazo y luego volvió la mirada arriba, pareciendo pensativo. —¿Alguien te ha hecho algo? ¿Es un chico, verdad?

    Sintió que el corazón se le encogía…

    —Sí, lo es —suspiró y cerró los ojos avergonzada, perdiéndose la mirada asombrada en los ojos azules—. H-he estado pensando en un muchacho…

    —¿Quién?

    —No te lo diré, es un secreto… —se cubrió el rostro con las manos, apenada.

    —Hinata, donde me salgas otra vez con un personaje de anime verás que-

    —No es un personaje de anime —dijo firmemente, soltando una suave risa. —Él es de verdad.

    Naruto frunció el ceño. —¿Y qué pasa con él? ¿Tienes algo con ese tipo?

    Ojalá.
    —N-no —susurró aún más bajo—, no pasa nada con él. Sólo… es que… lo quiero demasiado, estoy fuertemente enamorada de él —sintió que sus mejillas ardían a medida que hablaba con los ojos cerrados. Los dedos de Naruto se habían detenido en la punta de su cabeza—… y él no siente lo mismo.

    —¿Cómo lo sabes?

    —Él… bueno… tiene novia.

    Naruto se mantuvo un segundo en silencio. Hinata empezó a sentir que el cansancio se adueñaba de su propio cuerpo…

    —Hinata… —él murmuro—¿Le quieres mucho?

    Pudo jurar que sonaba adolorido. —Sí, más de lo que quisiera, Naruto-kun…—dijo sinceramente, con una sonrisa en los labios rosados. La verdad era algo que brotaba libremente por sus labios y la hacía sentir relajada. Sus parpados se sintieron pesados.

    —Dime quién es —pidió Naruto nuevamente.

    —¿P-para qué quieres saber…?

    —Sólo dímelo, Hinata, quiero saber quién es el tipo —parecía impaciente—¿Cómo se llama?

    Se lo iba a decir. Su mente se sentía vacía y calmada, libre de preocupaciones.

    —Su nombre… —dio un pequeño bostezo, acurrucándose un poco más, posando las manos en su pecho ancho—su nombre… se llama…

    Naruto, Uzumaki Naruto.

    —Oh, ya te dormiste…

     
    Última edición: 7 Octubre 2013
    • Me gusta Me gusta x 3
  15.  
    Stitch

    Stitch Voy sonriendo por ahí

    Acuario
    Miembro desde:
    12 Enero 2012
    Mensajes:
    209
    Pluma de
    Escritora
    Tu fan N° 1 presentándose a comentar ^^

    Última Oportunidad:
    Oh, mi Dios. ¿Acaso escribiste todo lo que yo leí o fue una ilusión? ¿Puedo decir que te amo? JAJAJAJA Excelente capítulo, fue perfecto, no tengo ni palabras para describirlo. Estuvo a un paso de decirle todo, sólo a unos pocos segundos y...Naruto tenía que abrir su bocota, pero le dijo algo tierno y supongo que lo que menos quiere es ver mal a Hinata y ella es tan pero tan buena y noble, que decidió tragarse sus propios sentimientos para dejarlo ser feliz con Sakura. Y Sasuke que decidió darle pase libre al rubio, lo que es ser mejores amigos. Ah, no puedo con esto, es demasiado para mi pobre corazón.
    Tenía que decir eso, ahora me disculpo por no comentarlo antes. Perdón, rindo el Jueves y estoy algo atareada de cosas. Pero sabes que siempre voy a estar acá leyendo tus capítulos porque tu Fic es lo mejor que existe.

    Sencillamente amé esto:


    La verdad os hará libres. (I):
    ¡¿Cómo se te ocurre hacerme eso y terminarlo así?! Otra vez estuvo a dos segundos de declararse y no pudo. Tengo que admitir que amé que haya hecho lo del panda, la pequeña vengativa Hinata que vive en su interior me gusta. Creo que ni Naruto se da cuenta de lo mucho que le presta atención y, su impaciencia por saber a quién quiere Hinata me parece sumamente tierna, ¿hay un poco de celos tal vez? Espero que siga insistiendo después, sabemos que cuando algo se le mete en la cabeza, puede llegar a ser muy molesto hasta conseguirlo, sin mencionar que es muy directo para hablar y preguntar cosas.
    Y sinceramente no entiendo como Hinata no los asesinó en el taxi, ¡insoportables que son sus amigos! Pero al final cayeron todos rendidos y eso nos dio la posibilidad de tener esa conversación entre ellos dos.

    Oh, oh, oh. No puedo esperar hasta el próximo capítulo. El Fic en general es genial pero esto se esta poniendo cada vez mejor.
    Tu ortografía es perfecta, tu narración es sumamente genial, sabes que la amo <3 Sabes que amo todo de este Fic. Lo único que noté fue el cambio de estilo de letra en algunas partes del último capítulo, no es que me moleste pero te lo digo igual.

    Nos leemos ~
     
  16.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    21 Enero 2012
    Mensajes:
    69
    Pluma de
    Escritora
    Nahiii como siempre hermoso el capi !! :3 Cada vez que leo mas y mas de este fic me siento mas identificada con Hinata, eso ser capaz de dejar a la persona que amas para que sea feliz, de fingir que no duele y no te da celos verlo con otra persona u.u
    Todos sabemos que ellos dos deberían terminar juntos :3 Este capitulo tuvo muchos momentos lindos entre ellos, juro que el momento en que quedaron los dos acostados en el suelo y ella casi dice que la persona que le gustaba era el mi corazón latía a mil desesperada porque sucediera >.< Me tienes como loca esperando a que salga la contiii >////< Todos los dias reviso si subiste, así que deberías darte cuenta ajajjaj
    Durante la lectura no encontré ningún error y llevas la historia de maravilla !!!
    PD: ya quiero leer la conti , no soporto la idea de no saber que va a ocurrir D:
    Besos Sweet-chan :3
     
    Última edición: 11 Octubre 2013
  17.  
    Arumaangiee

    Arumaangiee Iniciado

    Libra
    Miembro desde:
    11 Agosto 2013
    Mensajes:
    15
    Pluma de
    Escritora
    ¡Me da el patatús!
    Repito, tu fic me tiene enamorada, me encanta todo de él :3
    Tu narración es muy fluida, así que en menos de lo que me doy cuenta ya terminé con los capítulos; tu trama es ufff...me siento tan identificada con la pobre Hinata. Estoy en la declarada y temida Frienzone viendo como el cabezota de mi mejor amigo sufre por amor, pero eso es cosa mía.
    ¡Que capítulo Dios!
    ¿Cómo me dejas así? T_T
    Me encantó la parte del taxi (me ha pasado xD) y la de la habitación de Hinata y su casi confesión...moría *w*
    Esperaré ansiosa la actualización :D
    Abrazos :)
     
  18.  
    Nahi Shite

    Nahi Shite Usuario popular

    Géminis
    Miembro desde:
    24 Marzo 2010
    Mensajes:
    820
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Friend Zone. [HiNa]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    37
     
    Palabras:
    5263
    ¡Oh, mi corazón se hincha! : ¡Cuatro post! Eso me subió el animo a mil :3 Muchas gracias a todas por seguir esta humilde historia. El capítulo veinte es algo especial, tengo la corazonada de que les va a gustar.
    Espero ansiosa sus comentarios. @Anto Lightwood ,@Sweet blody rose , @Arumaangiee , @RoOh Miro <33
    ¡Que lo disfruten! Y siento mucho no responder sus comentarios ahora, algo ando corta de tiempo, pero apenas pueda edito :3


    Friend Zone.

    XX: La verdad os hará libres. (II)

    Palabras: 5.089.

    Uzumaki Naruto, sin importar lo que el resto de la población humana pensara, era inteligente. Al menos él consideraba que poseía tal cualidad. Y es que la inteligencia no se medía solamente por el examen complicadísimo de física –el cual perdió con nota deprimente-… ¡No, la inteligencia era más que eso! Ser inteligente era saber leer las situaciones, leer a las personas y, sobretodo, tomar las decisiones correctas.

    Una persona inteligente sabía, casi siempre, qué pasaba a su alrededor. Ese casi se hacía latente en la vida de Naruto ese día, porque no tenía ni puta idea de nada (hasta los más grandes genios tenían sus quince minutos de idiota, ¿no?).

    ¡Qué pasaba con todo el mundo, joder!

    El colchón chirrió resentido cuando el joven rubio se desparramó sobre él.

    Primero estaba Sakura: ¿Qué fue ese feo gesto que hizo cuando le entregó su lindo peluche panda? ¿Qué había pasado? Claro que ella luego había sonreído, pero era una sonrisa falsa… ¡Y Hinata que se había esforzado tanto para conseguirlo!

    Hinata… Hinata era otro misterio. ¡Ahora resulta que está enamorada´ttebayó!

    Sí, él la había notado extraña, alicaída y pensativa, pero no se esperó que ella le confesara tan fácil y abiertamente que sufría por un hombre…

    ¡Hinata –su dulce, dulce Hinata- estaba sufriendo por un hombre! ¡Un maldito hombre le estaba haciendo daño! ¡Ella estaba siendo herida y él –el desgraciado en el que había Hinata centrado su atención- iba por ahí tan tranquilo y campante!

    Sus dientes chirrearon. Bastardo.

    Además pasó todo el día (después de que Hinata hubo despertado) tratando de averiguar quién era aquél sujeto que había logrado cautivarla, pero todos sus esfuerzos, sus chantajes, sus ruegos, sus confrontaciones directas (se paró en la puerta del baño y extendió los brazos para no dejarla salir, pero ella era pequeña y rápida… Pasó por debajo de sus piernas. Astuta), no habían servido de nada.

    Parecía que ese era el más grande secreto de Hinata. Eso le molestaba… porque se suponía que él, Naruto Uzumaki, sabía todo de ella, Hinata Hyüga. Así eran las cosas… ¡Por qué se empeñaba ella en mantener vainas ocultas de él!

    Un extraño acido le quemó el estómago.

    ¿Kiba sabría la identidad del tipejo?

    Esperaba que no, porque de lo contrario sería un golpe mortal para él. Era algo más fácil si los dos estaban en la ignorancia, de lo contrario sería claro que la muchacha de ojos claros tenía más confianza en el chico perro.

    Los ojos azules se cerraron con frustración.

    ¿Por qué ese sujeto la ponía tan triste? ¿En verdad ella le quería tanto? ¿Qué había hecho él para conquistar su corazón tan voraz y rápidamente?

    ¿Dónde se conocieron?

    ¿Desde cuándo?

    ¿Cómo era?

    ¿Por qué era tan bastardo como para no fijarse en ella?

    ¡Por Dios, era Hinata! Posiblemente la chica más tierna del universo… Con esos cachetitos frecuentemente rosados imposibles de ignorar, con esos ojos grandes y expresivos que lucían de un gris fuerte en la mañana y que cuando ella sonreía destellaban intrigantes tonos lilas… Hinata tenía también una bella sonrisa, y ella tenía muchas clases de sonrisa; cuando sonreía por cortesía no era tan bello, pero cuando estaba feliz, cuando soñaba despierta, era hermosa… Cuando se la dedicaba a él era particularmente encantadora, sonreía con los labios, con los ojos y con todo su cuerpo, y una calma intensa lo invadía cada vez que ella le regalaba una sonrisa con cariño. Era como un corrientazo… Saber que ella sonreía solo por verlo, porque estaba a su lado, por eso y nada más.

    Y a Naruto le gustaba pensar que Hinata tenía una sonrisa solo para él. Una diferente de las que daba a Kiba o a cualquier otro…

    ¿De qué manera sonreiría Hinata al hombre misterioso? ¿Cómo sería esa sonrisa? ¿Más bella, más luminosa…?

    Diablos, era difícil pensarlo siquiera.

    En ese momento una pregunta lo asaltó rápidamente, clavándosele como una flecha en la mente, pero rápidamente la ignoró. ¿Por qué estoy pensando de esta manera? Es Hinata, pero…

    Era su amiga, su más preciada amiga en todo el mundo. Posiblemente a la que más quería… ¿Pero todos los amigos se sentirían tan ofuscados cuando su mejor amiga les confesaba que estaban enamoradas?

    ¿Kiba sentiría lo mismo que él cuando Hinata se lo contara, suponiendo que lo hiciera?

    Suspiró con frustración hundiendo el rostro en la almohada. —Hinata…

    Esa fue la última palabra que Naruto pronunció antes de dormir, pero no su último pensamiento.

    Averiguaré quién es´ttebayó…




    Cuando Uzumaki Naruto se proponía algo, Uzumaki Naruto lo lograba.
    Esa mañana berreó más de una hora tras Hinata para que se dignara a confesar el nombre del individuo, pero todo fue en vano ya que, para su desgracia, Hinata estaba tan decidida a guardar el secreto como él lo estaba en conseguirlo… Por eso tuvo que emplear el plan B: Una lista mental de posibles candidatos culpables del enamoramiento de la muchacha de ojos claros.

    Pero para poder concentrarse plenamente necesitaba estar solo en algún lugar pacifico. Cuando por fin se acomodó, bajo el árbol número diez tras la cancha de futbol, con las piernas cruzadas, las manos en las rodillas y los ojos cerrados… le dio hambre, y uno no puede pensar con el estómago vacío, así que se levantó de un salto camino a la cafetería.

    Fue en el camino que algo llamó su atención. Era Sasuke, Sasuke sonriendo… Eso ya era tétrico, pero lo que hizo que su quijada casi tocara el suelo fue ver quién caminaba junto a él: Una chica.

    No era raro que las chicas se acercaran al chico más popular de la escuela (después de él, claro), lo raro, lo increíblemente raro era que Sasuke parecía disfrutar su presencia.

    —No sabía que Uchiha tenía novia.

    La voz grave de Gaara ni siquiera lo inmutó. Los ojos azules estaban clavados en la escena de un Sasuke que escuchaba fielmente y con sumo interés lo que fuera que la chica de cabellos oscuros estuviera diciendo.

    —Parece que habrán muchos corazones rotos de ahora en adelante.

    —¿C-corazones rotos? —parpadeó dos veces.

    “Él… bueno… tiene novia” ¡Eso había dicho ella! Lo dijo mientras él enredaba los dedos en su cabello, lo había dicho con los ojos cerrados y voz triste…

    —¡Corazones rotos, Gaara! —los ojos aguamarina se abrieron sorprendidos ante el muchacho rubio que lo sacudía de las solapas con la mirada de quien acaba de descubrir el misterio del mundo y, al tiempo, el rostro de quien acaba de enterarse de las más terrible noticia—¡El teme tiene novia, corazones rotos, es Sasuke!

    —¿Qué? —Gaara alzó una ceja claramente confundido.

    Naruto lo soltó bruscamente soltando un bufido, pasándose una mano por los cabellos rubios. Parecía frustrado. Lo estaba. —El bastardo… El tipejo es Sasuke… Claro… Por eso… ¡Sí, ella lo estaba mirando, estoy seguro! En clase… ¡Asdf! ¡Es Sasuke!

    Él balbuceaba cosas sin sentido mientras se movía de un lado a otro, con infinidad de gestos invadiéndole el rostro, sin importarle la perplejidad de su amigo pelirrojo.

    —¿Qué es Uchiha?

    Naruto giró a verlo con rapidez, en sus ojos brillando el más oscuro azul que Gaara había visto jamás: —El maldito que rompió el corazón de Hinata —escupió.




    Sasuke empezó a sospechar que algo andaba mal cuando vio por el rabillo del ojo a Naruto intentando esconderse (y fallando estrepitosamente) tras los arboles mientras obviamente lo seguía. Gaara lo acompañaba pero, a diferencia del rubio, no hacía el más mínimo esfuerzo por ocultarse… Sólo caminaba tranquilo a la par de Naruto, con las manos en los bolsillos y el rostro impasible.
    ¿Qué querrían de él?

    Y, no era que esto le alterara ni nada parecido, Naruto parecía estar mirándolo de forma homicida.

    ¿Había hecho algo o qué? Joder, que Naruto era un dolor en el culo.

    Después de despachar a su linda acompañante hacia el salón de clases con un beso en la mejilla, Sasuke se dio la vuelta para confrontarlo, pero no esperaba que una mancha rubia se le abalanzara en medio segundo como un toro enfurecido, agarrándolo de las solapas. —¡¡Teme!!

    —¿Qué diablos…?

    —Naruto, suéltalo ya.

    El Uchiha trastabilló un poco ante un fuerte empujón y casi se asusta –casi- al ver la furia en los ojos de su mejor amigo. —¿Qué es lo que te pasa, dobe? —farfulló molesto.

    —Me pasa que eres un maldito, Sasuke —su mandíbula estaba tensa y le sostenía la mirada. Agradeció que Gaara pusiera una mano en su hombro e interviniese en el asunto.

    —Naruto, él no tiene ni idea.

    Sí, Sasuke no tenía ni puta idea de lo que estaba pasando… ¿Alguien podría explicarle, por favor? Y él que se había levantado de tan buen genio esa mañana… ¡Hasta había desayunado tomates! ¡y había contestado el saludo de Ino también! Eso ya era mucho pedir de su parte.

    ¿Por qué estaba Naruto tan obviamente cabreado si él no había hecho más que ser bueno y amable desde que despertó?

    No lo había visto así jamás en sus… ¿cuántos años hace que conocía al retardado ese? Bueno, pues él tenía diecisiete años… Naruto los cumpliría en dos meses… Ah, sí, entonces lo conocía desde hace dieciséis años, diez meses y tres días.

    El caso es que ni siquiera cuando se comió su miso ramen especial por equivocación –que quede claro, esa mierda sabía horrible- hace cinco años el rubio se había puesto tan histérico.

    —¡No me importa que no lo sepa! —Naruto apretó los dientes—Joder, y hasta se pasea tan tranquilo con ella… ¿Quieres restregárselo en la cara o qué?

    —¿Restregarle qué a quién? —. Era oficial: Uzumaki Naruto había enloquecido… ¿Cómo se lo diría a su madre? Más problemas.

    —¡Oh, y ahora te haces el inocente´ttebayó! Gaara, déjame golpearlo.

    —Gaara, si lo sueltas no me hago responsable.

    El pelirrojo asintió apacible, afianzando su agarre en los codos juntos de Naruto, en una especie de llave extraña.

    Naruto chillaba con rabia, removiéndose como una fiera enjaulada mientras balbuceaba un montón de incoherencias, así que aprovechó para hablar con la única persona medianamente cuerda en ese lugar, aparte de él.

    —Cabrón… ¿cómo puede ser él´ttebayó? Es tan imbécil… ¡Y la novia, ella la mencionó!

    —¿Qué le pasa? —Sasuke preguntó a Gaara, señalando al muchacho rubio que parecía endemoniado, y él hubiera esperado cualquier tipo de respuesta, seguro, él estaba acostumbrado a cosas extrañas (más viniendo de Naruto), pero lo que brotó de los labios del pelirrojo fue algo que lo sacó de su lugar.

    —Él dice que rompiste el corazón de Hinata.

    Los ojos negros se abrieron sorprendidos. —¿Que rompí el corazón de… quién?

    —De Hinata. Ojos claros, pelo oscuro, largo, estatura media, constantemente se le ve con Naruto y Ki-

    —Sé quién es Hinata —le interrumpió cortante—. ¿Pero cómo es eso de que rompí su corazón?

    —Oh, no te hagas, Sasuke, tú sabes bien lo que eso quiere decir —dijo Naruto, irguiéndose en su lugar para mirarlo—. Ella está sufriendo mucho por ti, imbécil.

    ¿Que Hinata Hyüga, la chica con la que había intercambiado menos de diez palabras en los años que se conocían, estaba sufriendo por él? Ah, él le había sonreído varias veces... ¿Se habría enamorado por eso? Bueno, nadie la culparía de todas formas…

    ¿Pero qué había hecho él para hacerla sufrir, como decía Naruto? ¡Ella ni siquiera le había enviado una solicitud de amistad al Facebook como para que pudiera rechazarla de algún modo! ¿Será que sufría por ser demasiado tímida como para acercarse y confesar su amor?

    Sí, podía ser eso… ¡Pero él qué culpa tenía!

    Sasuke cerró los ojos posando dos dedos en el entrecejo, luego suspiró. —Mira, Naruto, lo que sea que esté pasando con tu amiga-

    —¡Y aparte de paseas con tu mugrienta noviecita como perro por su casa! ¡Insensible!

    ¿Insensible? ¿Mugrienta noviecita? En serio tenía que pensar seriamente en tomar un cursito para tratar con enfermos mentales…

    ¿De qué novia hablaba? Parece que tenía que recordarle que él le había dejado el camino libre para que se quedara con la chica que potencialmente podría ser su novia.

    —Naruto —lo miró fríamente, esperando transmitir el mensaje—, no tengo novia.

    Los ojos azules se ablandaron un poco, ahora un deje de vergüenza se vislumbraba a través de ellos. —¿No tienes?

    No, te la regalé. —No.

    —Pe-pero entonces… la chica… de antes, ella…

    Ah, ya caía.

    —Se llama Natsuki —dijo—, Natsuki Uchiha.

    —¿Te casaste y no me dijiste, teme? Jeje…

    —Es mi prima.

    Naruto se rascó la cabeza socarronamente, Gaara supo que ya no había peligro y soltó su agarre. —Eh, gomen, gomen, mi error´ttebayó.

    Ah, sí, Sasuke le había dicho algo de una prima que se transferiría por quien-sabe-que-cosa a su escuela, claro.

    El teme estaba descartado entonces. Qué alivio…

    —Pero entonces… —murmuró pensativo, con un dedo en su barbilla—, si no es el teme… ¿entonces quién? Hinata-chan dijo que el tipo…

    —¡Gaara-kun!

    —Ahí viene tu novia, Gaara —avisó Sasuke.

    —…tiene novia.

    Los ojos verdes de Gaara bailaron sobre sus ojeras oscuras cuando la mirada del rubio se posó sospechosamente sobre él. —Ah, no puede ser…




    Gaara también estaba descartado. Después de un laborioso discurso bien elaborado por parte de pelirrojo (Gaara debería ser político, en serio) donde le presentaba las pruebas de la imposibilidad de un enamoramiento de Hinata hacía él le hicieron desecharlo como candidato. Y esto era bueno porque no quería romperle la cara a Gaara.
    Lo malo es que seguía sin tener una puta idea de nada.

    La única pista que tenía era que el individuo tenía novia. Gaara era el único con novia (porque Temari y Shikamaru no concretaban nada aún)… ¡Todos los demás eran unos inmundos solterones!

    Exhausto de tanto pensar –era agotador-, Naruto abrió la puerta del salón, esperando poder sentarse y recostar la cabeza en la madera confortable de su pupitre antes de que sonara el horrendo timbre que marcaba el final del recreo, pero en lugar de eso lo recibieron unos cuantos pares de ojos que lo miraban fijamente –muy, muy fijamente- con rencor y, antes de que pudiera preguntar qué bicho les picaba, una rubia frenética lo ahorcaba como Homero a Bart Simpson.

    —¡¡Naruto!!

    —¡Ino suéltalo, se está poniendo morado!

    —¡No, apreta más fuerte, se lo merece, demonios!

    —Naruto-kun…

    Su visión ya era borrosa pero los sonidos llegaron tan claramente que pudo distinguir a la perfección las voces de Ino, Sakura, Kiba y Hinata. Luego la carcajada de Kankuro llenó el ambiente junto con la madura voz de Temari. —Bueno, la culpa también ha sido de ustedes por seguirle la corriente, eso nadie lo puede negar.

    —Qué problema… —ese era Shikamaru, seguro—Oye, Ino, déjalo, en serio ya me está asustando ese color azul…

    —¡Sí, puerca, ya no se le distinguen los ojos del resto de la cara!

    —¡Ino-chan, por favor suéltalo!

    ¿Hinata? ¡Sálvame, Hinata-chan!
    —No intervengas, Hinata, ella necesita desahogarse.

    Maldito perro…
    —¡Naruto-kun, resiste! ¡Kiba-kun, haz algo!

    —Ya, ya… Vamos, Ino, sé buena chica y suéltalo… Sí, sí, ¡maldición, no me patees! Eh, ya, calmada…

    Cuando Naruto pudo volver a pensar, después de toser hasta que casi se le salen las amígdalas (esa Ino sí que era un monstruo), una cosa se le vino a la mente: Hoy no es mi día´ttebayó. Porque de nuevo… no tenía ni puta idea de nada.

    —¿Qué…? —tosió de nuevo, recargándose contra la pared—¿Qué diablos te pasa, Ino? ¡Casi me matas´ttebayó!

    Afortunadamente Kiba la sostenía, de lo contrario Naruto estaba seguro de que ella se abalanzaría sobre él de nuevo, y esta vez no dejaría el homicidio a medias, se lo decía su mirada. —Sucede, Naruto, que por tu grandísima culpa tenemos un gran y hermoso cero en seis materias.

    ¿Qué diablos? ¿Era una maldita broma o qué?

    —¡¿Qué?!

    Sakura suspiró a su lado, posando la mano en su hombro. —Naruto… —habló lentamente—, ayer en la tarde tuvimos clases.

    —¿De dónde sacaste la idea que no habría, idiota? Maldición —bramó Kiba—. Ino, sujétame tú ahora, lo voy a matar.

    —Adelante, yo te ayudo.

    —¡No! —Hinata se interpuso entre sus asesinos y él extendiendo los brazos—Kiba-kun, Ino-chan, todos tomamos la decisión de pasar la tarde en mi casa y saltarnos las clases… N-no podemos culparlo completamente…

    ¡Oh, Hinata, ángel de Dios!
    —Es lo que yo digo —aportó Temari asintiendo sabiamente—. Fue algo irresponsable.

    —¡Ah, me alegro de que no nos hayamos envuelto en esto! —rió Kankuro.

    —Sí, tu promedio no resistiría un cero, eso todos lo sabemos, Kankuro… —el chico con el peinado de piña comentó con calma, soltando un bostezo y rascando luego su cabeza. Todos rieron, el aludido incluido.

    —Es verdad, Nara… —respondió sonriente—Ah, quién iba a pensar que la diarrea crónica de Gaara nos iba a salvar, ¿verdad, Temari?

    Naruto estalló en carcajadas, Hinata rió con modestia y los otros casi se revuelcan en el suelo. —A mí no me metas, Kankuro. No quiero ni saber lo que Gaara te hará cuando se entere que andas regando el cuento por todo el colegio.

    —Ah, él entenderá que lo hago con cariño.

    —Pero lo terrible es que el de la diarrea loca eras tú…




    Kurenai puso las manos en jarra y frunció el ceño ante sus cinco alumnos cabizbajos. —Así que… —empezó—pensaron que no tendríamos clase en la jornada de la tarde porque supuestamente se celebraría el día del amor & amistad atrasado y decidieron pasar la tarde en la casa de Hinata para adelantar un extensísimo trabajo de física que no habían siquiera empezado… y de paso ayudar a Naruto para que estudiara ya que le va como perro en misa en lo que a números se refiere… ¿Es así o me equivoco?

    Todos asintieron humildemente.

    Ella sabía que era una reverenda mentira… principalmente porque Kiba, Ino y Naruto estaban involucrados en el asunto. Pobre Hinata, seguramente la habían arrastrado irremediablemente…

    Suspiró. Ella era una profesora bondadosa.

    —Bien, si quieren que borre su lindo cerito en la clase de Arte entonces esto es lo que harán…




    El domingo Naruto llegó a la casa Hyüga intencionalmente mucho más temprano de la hora acordada. Ese lugar era el escogido para casi el cien por ciento de los trabajos y sesiones de estudio que realizaban en grupo por su amplitud y calma, así que ese día la hora fijada para reunirse era a las tres de la tarde, pero eran apenas las dos cuando llegó a la puerta y se topó con dos jóvenes adolescentes charlando amenamente en el umbral.
    La joven con los ojos idénticos a los de Hinata lo miró brevemente, para luego centrar su atención en el muchacho que la acompañaba. —Mi hermana está arriba, en su cuarto.

    —¡Hola, jefe! ¿Listo para el partido del martes?

    —Ah, Konohamaru, les vamos a partir el trasero´ttebayó —sonrió abiertamente con orgullo—. ¡Ahora voy con Hinata, te veo luego!

    —¡Chaos!

    Después de despedirse siguió su camino. Esa casa era tan conocida para él como la propia, así que no necesitaba un guía turístico o algo así para ubicarse. Esperaba encontrar a Hiashi Hyüga en algún lugar de la sala o en los pasillos de la primera planta, pero no fue así. Tampoco se encontró con la madre de Hinata, pero supuso que estaría trabajando ya a esa hora. Se tropezó con Kyübi –el enorme y peludo gato de la familia- y le piso la cola, luego subió corriendo las escaleras porque el maldito gato era demasiado agresivo. Giró luego a la izquierda y la puerta de la habitación de la mayor de las hermanas Hyüga yacía abierta.

    Reprimiendo sus impulsos bulliciosos (sí, su primer instinto era gritar ¡Ey, llegué´ttebayó!), se acercó caminando de puntitas y la visión de una fresca Hinata le golpeó de repente. Ella estaba sentada cómodamente sobre la cama, una de sus piernas estiradas y otra flexionada, mientras lucía inmersa en la lectura de un pequeño libro que llevaba en su pasta el título Crónicas de una muerte anunciada… Él sabía que era su libro favorito y se lo habría leído unas veinte veces. Naruto se recostó en el marco y se maravilló por el hecho de que ella no percibiera su presencia (¿qué tan interesante podría resultar un libro en su veinteava lectura? ¿Santiago Násar revivía si leías el libro veinte veces? ¿Gabriel García Márquez podía hacer eso?) y sonrió al verla llevar una barra de chocolate mecánicamente a su boca.

    Muerde como un ratoncito.
    Ella vestía una franela ancha y fresca de un cremoso azul claro en juego con unos pantalones oscuros con múltiples bolsillos. Una bonita gorra negra colgaba de su rodilla elevada. Tenía un estilo peculiar…

    Se veía linda, siempre lo había hecho, pero él comúnmente no se encontraba con ese rostro serio y tranquilo. Amaba verla leer.

    Naruto recordó el motivo por el que había llegado adelantado y sonrió traviesamente al cerrar la puerta tras de sí y ver su sobresalto.

    —¡N-Naruto-kun!

    Los converse naranjas volaron a un rincón y saltó bruscamente a su lado en la cama, haciendo que el colchón se removiera y ella tuviese que aferrarse a la sábana. —Hola, Hinata-chan —gateó hacía ella, viéndola encogerse levemente.

    —V-viniste temprano… —el rubor suave en las mejillas pálidas y el pequeño tartamudeó le hicieron recordar que Hinata aún seguía siendo la chica irremediablemente tímida que temía el contacto sorpresivo y amaba el concepto de espacio personal.

    Lo siento, Hinata-chan, pero es necesario, pensó divertido.

    —Sí, llegué antes a propósito —un poco más cerca. Ella se removió incomoda tratando de crear distancia, así que él se inclinó fingiendo mirar su libro—Ey, ¿qué lees, Hinata-chan? —y cuando ella hubo bajado la guardia, cuando se relajó para contestar y entrar en una charla amena, Naruto aprovechó. Él era bastante inteligente, ¿lo ven?

    En medio segundo la tenía totalmente encerrada entre el colchón y su cuerpo. Hinata ahogó un grito y él soltó una risotada, mientras presionaba ambas manos femeninas contra la cama, a la altura de su cabeza. —Crónicas de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez… —respondió a su propia pregunta lentamente, disfrutando de la mirada expresiva y las mejillas rojas que ella le ofrecía—Eres muy ingenua, Hinata-chan. Ahora eres mi prisionera.

    —Suéltame —habló claramente inclinándose hacia adelante en un vano intento por liberarse, pero su fuerza no era nada contra la de él. La posición tampoco la beneficiaba—Naruto-kun, ya…

    —No hasta que me digas lo que quiero saber.

    —¿Q-qué es lo que quieres saber? —preguntó con un tierno puchero.

    —Tú sabes —las rodillas de Naruto se movieron hacia adelante y sus rostros estuvieron mucho más cerca, ya que él se inclinó para susurrar—: Quiero nombres, Hinata, y los quiero ahora.

    —No tengo idea de lo que estás hablando…

    —Sólo es un nombre, por favor. Después de decirlo serás completamente libre —sonrió.

    Ella quedó silenciosa por un momento, parecía considerar sus opciones, y Naruto tuvo la oportunidad de observar la forma en que el largo cabello negro se esparcía en las sabanas claras desordenadamente. Un lindo contraste, seguro. También pensó que si Hiashi Hyüga lo viera arriba de su hija mayor, aprisionándola contra la cama, entonces estaría irremediablemente muerto.

    —¿Por qué quieres saberlo? —preguntó ella nuevamente y Naruto tuvo ganas de gritar. ¿Qué por qué quería saberlo? ¡Era obvio, porque le importaba! ¿Por qué más podría ser? ¡Él no quería que ella fuera por ahí sufriendo por un idiota, no, porque se merecía todo menos eso! ¡Quería saber para poder partirle el culo al imbécil que osara tratarla mal!

    —Porque sí y ya —respondió algo brusco.

    A él simplemente lo desesperaba el estar desinformado. Lo enloquecía pensar que su mejor amiga no le tenía la confianza necesaria para confesarle el nombre del chico a quien quería…

    De cierta manera le molestaba pensar que ella quería a un hombre más de lo que lo quería a él… o a Kiba…

    ¡Hinata era su ternurita, joder, y que el mundo entero se fuera al diablo si él permitía que se la robaran y, aparte de todo, la hicieran poner triste!

    —No te diré…

    Naruto suspiró pesadamente, su suspiro parecía contener todas las penas del mundo. —Entonces… creo que… —aflojó el agarre en las manos de Hinata, desviando el rostro y haciendo ademán de marcharse afligido—… creo que… ¡No me dejas alternativa, Hinata-chan!

    Atacó salvajemente la fina cintura con cosquillas. —¡No, basta, Naruto-kun!

    —Dime, dime, dime… —las manos pequeñas intentaban tumbarlo. Sus intentos le hacían reír. Ella echó la cabeza fuertemente hacía atrás cuando él llegó a un punto sensible de sus costados y un quejido brotó de sus labios presionados—. ¿Cómo se llama? —preguntó insistente, saltando un poco cuando los brazos de ellas le rodearon a medias la cintura y presionaron en cosquillas suaves—Ey, quieta… —rió.

    Los labios femeninos se tensaron en una pequeña sonrisa. —Tú quédate quieto…

    Tuvo ganas de apretarle las mejillas rosadas y luego estrecharla contra su pecho, pero no podía rendirse. —Hinata-chan… —detuvo el ataque y la dejó descansar un poco para que recuperara su respiración. Su pecho bajaba y subía con agitación. Pobre Hinata, si no fuera tan testaruda él no tendría que llegar a tales extremos—, te daré una última oportunidad… —los ojos perlados se cerraron y Hinata inclinó su cabeza hacia atrás, luciendo exhausta. Luciendo hermosa también—Dime el nombre del tipo a quien quieres.

    Ella sonrió. —Quiero a muchos tipos… —susurró—A Neji-niisan, a Kiba-kun, a mi padre…

    —Al tipo que te gusta, Hinata —repasó su cintura con los dedos suavemente, con la fuerza del aleteo de una mariposa, y la sintió estremecerse ante las cosquillas.

    Un gemido brotó de sus labios: —Ya… Para.

    —Dime a quién quieres, Hinata-chan~ —canturreó divertido, dándose cuenta que estaba disfrutando más de lo esperado este interrogatorio. Nunca la había sentido tan indefensa, sabía que ella terminaría confesando la verdad.

    —Ay, ay… —Hinata se quejó gravemente, cerrando los ojos como si tuviera dolor—Me estás lastimando, Naruto-kun, me duele…

    —¿Qué? —apartó sus manos alarmado, ¿había sido demasiado brusco? —¿Dónde, Hinata?

    La muchacha con dos lunas encerradas en los ojos sonrió traviesamente al vislumbrar la victoria. Los diamantes de Naruto brillaban con preocupación, había soltado su agarre y ahora era casi completamente libre.

    En un instante él yacía bajo ella, mirándola sorprendido. Vamos, Hinata tenía experiencia con las artes marciales, era flexible y rápida… Joder, era astuta. Él casi lo olvidaba que tras esa mascara de pura inocencia y ternura, ella escondía una parte más… sagaz que había aprendido de él.

    Naruto soltó una carcajada, negándose a prestar resistencia. Las manos de ellas sostenían las suyas a cada lado de su cuerpo y, aunque sonreía con orgullo, el rubor no abandonada sus mejillas. —Eres muy ingenuo, Naruto-kun… Ahora eres mi prisionero —copió sus propias palabras… ¡Por eso él la quería tanto!

    ¡Hinata era tan divertida!

    Allí, con ella sentada en su abdomen, encerrándolo, aprisionando sus manos, ella se veía tan feliz que daban ganas de tomarle una foto y guardarla eternamente como un tesoro. La dulce, dulce, Hinata era una picara.

    —¿Ah, sí? —alzó una ceja con diversión—¿y qué vas a hacerme ahora? ¿Me vas a castigar?

    —Bueno… —ella hizo un gesto pensativo—, mereces un castigo, ¿verdad?

    —Puedes intentar lo que quieras, pero no me hará daño´ttebayó.

    —Oh, Naruto-kun… —ella actuó malvadamente—conozco tu punto débil…

    ¡No, todo menos eso!

    —Hinata, no pensarás… No…

    —¡Venganza! —las largo dedos se colaron hasta sus axilas cosquilleándole fuertemente y Naruto por poco pierde la cordura. Se revolcó con fuerza, con furia, casi la hace caer de encima, pero ella se sostuvo fuerte sin parar el ataque.

    ¡Era una tortura!

    —No, Hinata, por Dios… Basta, basta… —chillaba entre risas y quejidos. Ellos dos tenían una debilidad compartida: las cosquillas, pero este era el punto sensible del muchacho… Él de Hinata era el costado que él había martirizado anteriormente con sadismo.

    La risa fina llenó sus oídos y su vista se llenó de unos brillantes ojos claros. Ella disfrutaba de hacerlo sufrir, pero ya era suficiente. Tomó su cintura entre sus manos y dio la vuelta al asunto –después de todo él tenía el elemento fuerza a su favor- , nuevamente la estrelló contra el colchón.

    Hinata reía fuertemente y él ya no podía distinguir claramente las risas que salían de su boca de las propias. De repente todo se volvió un borrón de sensaciones; las risas, la Hinata bajo su cuerpo que se removía inquieta, que resistía, que lo tumbaba nuevamente, la que estaba ahora sobre él, que lo atormentaba deliciosamente, su delgado cuerpo entre sus manos siendo castigado por sus cosquillas, el cabello negro deslizándose por sus hombros, los labios rosados… Todo giraba, él estaba arriba, luego estaba abajo… y empezó una guerra en la que ambos ganaban y, al tiempo, ninguno lo hacía.

    —Hinata… —dijo exhausto, el principal objetivo retiñéndose en su mente mientras forcejeaban por el control. Él iba ganando, pero ella se movió extrañamente y lo tumbó de nuevo—¿A quién quieres?

    Le dedicó una sonrisa: —A ti.

    —¡No! —Con un movimiento brusco y preciso Hinata se vio atrapada de nuevo. Naruto hundió los codos fuertemente a ambos lados de su cuerpo, los rostros frente a frente. —Quiero saber de quién estás enamorada… —susurró cansado.

    —¿D-de quién… estoy enamorada? —su mirada nerviosa le hizo tener la certeza que ganaría. Él al fin sabría la verdad, así que dio un último empujón, acortando más la distancia entre sus caras y sus cuerpos, sin llegar a dañarla. Sus codos recibían todo el peso del cuerpo masculino.

    —Sí… —los ojos azules brillaron intensamente, pero Naruto empezaba a comprender que él estaba perdiéndose un poco en este juego. Ya no se sentía tan seguro con la respiración entrecortada de ella golpeándole los labios y el vaivén de su pecho rozando con el suyo. El extraño olor a vainilla comenzaba a marearlo, así que tenía que terminar pronto—, dime el nombre… de la persona que te ha enamorado…

    Las mejillas blancas se colorearon más intensamente y Naruto sintió las manos de Hinata afianzarse temerosas a la tela de su camiseta naranja. Ella tembló entera cuando él se inclinó un poco más. —Dilo…

    —N-Na…ruto… —el aliento cálido le azotó los labios y, sin pensarlo siquiera, atrapó los suyos entre ellos.

    Sin razonarlo empezó a besarla. Y ella, inexperta como era, lo recibió torpemente… Con gusto, con anhelo. Los delgados brazos atravesaron su espalda y las manos suaves se cerraron en puños con fuerza, afianzándose más.

    Naruto sonrió contra sus labios al sentirlo.

    Al fin la verdad había sido dicha.

     
    Última edición: 29 Octubre 2013
    • Me gusta Me gusta x 3
  19.  
    RoOh Miro

    RoOh Miro La noche es para los que sueñan

    Sagitario
    Miembro desde:
    2 Junio 2013
    Mensajes:
    22
    OH MAI GAWD!!
    Bueno lo prometido es deuda asi que aqui estoy yo de nuevo leyendo tu GENIAL fic
    Sempaiiii!! esto es tan hermoso!
    Me encanto, tiene un talento para escribir no pude parar de reir cuando Naruto le queda viendo a Gaara jjaaja "inmundos solterones"
    No puedo esperar para la conti NECESITO SABER QUE PASA!!
    "Si hasta habia desayunado tomates" jajaja ese Sasuke es un loquisho

    ♫ La verdad ha sido dicha la verdad ha sido dicha ahora se van a casar lero lero NaruSakufan ♫

    ♪ Hinata y Naruto estan sentados en el arbol de los enamorados ♪

    :D Hasta el proximo capitulo
     
  20.  
    Sweet blody rose

    Sweet blody rose Entusiasta

    Piscis
    Miembro desde:
    21 Enero 2012
    Mensajes:
    69
    Pluma de
    Escritora
    Oh por dios OH POR DIOS !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ESE BESO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! >///////////////////<
    Que mas decirte que despues de tanto esperar y estar como loca esperando que pasara, ellos se dieron un besoo waaa!!! :D me sorprendiste la verdad o.o Fue gracioso como Naruto penso que Hinata gustaba de Sasuke xD y ahi Sasuke seguro pensando " estupido" ajajajajaja y aaaaish esas cosquillas con un trasfondo no se picaro, seductor(?) que terminaron de una manera tan kawaii :3 La manera que llevaste el capitulo fue increíble causando mas y mas ganas de leerlo hasta el final :3 Voy a repetirlo porque es algo que no me deja de sorprender e.e AMO la manera que escribís y narras todo, dah quiero seguir leyendo D:
    Espero la conti >.< Besos Sweet-chan :3
     
    Última edición: 2 Noviembre 2013
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso