Historia larga Foster's end of the world

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Agus estresado, 5 Julio 2018.

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    DoctorSpring

    DoctorSpring Disgregrador

    Tauro
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    Muy buen capítulo.

    Me gusto que te hayas tomado la primera parte para desarrollar más al personaje de Jeff, explicándonos como se siente por la muerte de su hermano, a la vez de darnos un vistazo de la situación en el refugio.
    También es agradable que hayamos tenido más interacción con Francisca y su hermana, dándole una alegría momentánea al lector que se desvanece más tarde.

    Además esta bastante bien que expliques los sentimientos de Foster a las otras personas, aunque a lo mejor fuiste un poco reiterativo en este aspecto, como cuando el protagonista confiesa sus deseos de ser como Raphael o cuando habla de la madurez de Jeff.

    Pasando a la siguiente parte, la verdad es que fue muy entretenida y conseguiste sorprender a los lectores con la muerte de Jeff, que al menos yo no esperaba que ocurriera tan pronto.

    Por cierto, un pequeño error que encontré en un dialogo.

    "— Yo ruego porque no suene una puta alarma el día de hoy — Jeff agachó la mirada — De no ser por la alarma, Duncan seguiría vivo, y seríamos siete personas en lugar de siete."


    Supongo que quería decir que serían ocho.

    Aparte de eso, nada más. Espero a ver cual va ser la siguiente decisión.

    Saludos.
     
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    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Ahora que los caminos comienzan a ser cada vez más distintos el uno al otro, se hace más interesante. En el camino que he elegido yo, Jeff sigue vivo pero sin brazo, cosa que es mejor que nada. Además la misión para recolectar el equipo de música ha ido considerablemente bien en comparación al otro camino. Mientras uno está siendo relativamente lógico y cómodo, el otro está siendo trágico y erróneo (en el sentido de que la cagan los personajes :v).

    En fin, no he visto nada raro en los capítulos así que no tengo mucho más que añadir. Esperaré al próximo y veré que decisión toca tomar. Un saludo, amigo.
     
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  3. Threadmarks: Capítulo 4A
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Título:
    Foster's end of the world
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    6226
    Hola. Llegó el momento de publicar el capítulo 4 para aquellos que han decidido ir con Raphael a la central eléctrica. Notarán que este capítulo y su variación empiezan de forma diferente, pero al final se volverán casi iguales excepto por unas dos o tres pequeñas diferencias. Si no quieren leer el otro capítulo completo pueden preguntarme a mí por dichas diferencias y yo se las marco. Como he dicho, solo serán pequeñas.

    Lamento que haya quedado tan largo. De hecho, corté el capítulo 3 en ese momento porque creí que este capítulo sería corto, pero me equivoqué.

    Tal y como dije, este capítulo tendrá una toma de decisiones al final. Los dejaré con la lectura.


    Capítulo 4A:

    Tras salir del centro comercial, corrimos por las calles hasta encontrar casas y edificios a pequeña altura. Subimos a los tejados apenas encontramos uno, y luego nos pusimos a ver las calles. Los zombis, ya sea errantes pasivos como los agresivos, iban en dirección al centro comercial. Estábamos ya a un par de cuadras, por lo que es imposible que hubieran logrado escuchar el disparo. Eso quiere decir que algún zombi lo escuchó y todos los demás lo seguían como si fuera una manada. No es que algo así me tranquilice, pero es bueno saber que están dirigiéndose al lugar del que acabamos de salir. Nos facilitará el trabajo. Dado a que había varios por las calles, debíamos hablar en voz baja.

    — Avanzaremos por los tejados siempre que sea posible — Mario nos daba la orden — Pero la parte más difícil ya está hecha para ustedes. Cuando lleguemos al camión, yo haré todo el trabajo.

    — Eso me tranquiliza — Niel parecía estar aliviado por eso — Solo tendremos que hacer que ese camión explote y liberaremos una zona infestada de zombis. No solo será mejor para explorar dicha zona, sino que varios de ellos morirán al mismo tiempo.

    Fuimos en marcha hacia dicho camión. Tal y como Mario nos ordenó, nos movíamos por los tejados siempre que fuera posible. Nada más bajábamos a las calles para seguir avanzando hacia nuestro destino. En algunas esquinas había uno o dos zombis, pero se trataba de errantes que no suponían un peligro siendo tan pocos. Johny y Duncan se turnaban para matarlos, dado a que lo mejor era no dejar vivo una bestia que pudiera matarte más tarde. Así lo veía yo. Finalmente llegamos al lugar.

    Desde el tejado se podía ver un camión cisterna bloqueando la calle, con varios vehículos a su alrededor. Supongo que algunas personas habrían intentado robarse el camión o algo de combustible del mismo cuando empezó este asunto. No lo sé, y no tengo forma ni interés en saberlo. Me daba lástima ver a tantos niños convertidos en zombis caminando por el lugar. Dado al atasco, el lugar era una concentración de zombis que no podían salir de allí. Y si los zombis atraen a otros zombis como hemos visto recién, es posible que varios que pasean por aquí se vean atraídos al lugar. En ese caso, lo mejor será simplemente eliminarlos a todos juntos. Mario nos reunió para contar su plan.

    — Necesito llegar hasta la parte de arriba del camión para colocar el equipo de música y los explosivos — yo no haría eso si tuviera posibilidad de elegir — Tendré que usar los autos para moverme, pero el lugar entero está rodeado por zombis.

    — ¿Qué quieres que hagamos? — preguntó Johny — No sé cómo vamos a apartar a todos esos zombis de ahí.

    — No creí que los necesitaría, pero siempre llevo un par de petardos encima — Mario nunca mencionó eso anteriormente — Lamentablemente los voy a terminar gastando todos en esto, pero es lo único que se me ocurre.

    — ¿Cómo quieres que los usemos? — Marina sentía curiosidad del plan.

    — Se separarán en tres grupos y lanzarán petardos en tres direcciones distintas — explicaba Mario — Eso me dará tiempo para poder correr hasta la parte de arriba del camión. Luego encenderé el equipo de música para que empiece a sonar.

    — Eso quiere decir que tendrás que volver hacia aquí corriendo, porque todos los zombis van a ir para allá — advirtió Duncan.

    — Es correcto, pero lo lograré — Mario sacó todo lo necesario de su mochila — Son seis petardos. Ustedes van a tirar tres ahora, y tres cuando yo les de la señal.

    — Ten cuidado, Mario — le dije — Lo veo muy arriesgado.

    — No es nada, Foster — me contestó muy confiado — Y tú eres el que debe tener cuidado.

    Yo me quedé en mi lugar con dos petardos. Johny fue avanzando por los tejados junto con Duncan hasta que se colocó en la otra esquina de la cuadra. Marina y Niel tuvieron que bajar a la calle y dirigirse hacia otra cuadra, para poder lanzar los petardos allí. Ya estábamos todos en nuestras posiciones. Era el momento de empezar.

    Cada grupo tenía un encendedor y dos petardos. Mario encendió el que yo tenía en la mano y luego yo lo arrojé a la calle. El ruido de la explosión llamó la atención de varios zombis de la calle. Un segundo después, Niel y Marina lanzaron el suyo, para que Duncan y Johny imitaran dicha acción tres segundos después que ellos. Los zombis se estaban dispersando, y aparentemente, cada uno se movía hacia la dirección donde estalló el petardo más cercano a ellos. Cuando se separaron, Mario se bajó a la calle y empezó a correr por encima de los autos para evitar ser capturado. Vi como varios zombis trataban de agarrarlo, pero él se movía rápido entre los autos. Al llegar al camión dio un salto alto y logró subirse a la cabina. Algunos zombis se acercaban y empezaban a mover el camión, pero no eran demasiados como para poner en peligro a Mario. El militar decidió colocar los explosivos en primer lugar, y luego se encargó de atar con una cuerda el equipo de música a uno de los fierros del camión para evitar que los zombis los tiraran.

    — ¡Ya he encendido el equipo! — nos gritaba — ¡Está sin volumen, por lo que, cuando les de la señal, tiran los tres petardos al mismo tiempo para alejar la mayor cantidad posible de zombis del camión! ¡Yo iré corriendo una vez que termine!

    Esperamos a que Mario se preparara, y cuando estuvo listo, nos hizo una señal con la mano. Encendimos y tiramos los petardos, causando que más zombis se dispersaran en mayor medida que antes, dejándole espacio para poder correr. Mario se preparó, subió el volumen del equipo de música hasta el máximo, ocasionando que un enorme sonido se empezara a escuchar. Inmediatamente después, bajó de la cabina y volvió hacia nosotros corriendo por encima de los autos. Varios zombis intentaron alcanzarlo, pero no lo lograron. Una vez que llegó al tejado, el plan ya estaba listo para terminarse.

    — Alejémonos de aquí lo más que podamos para evitar que algo que salga volando nos golpee y nos mate, además, le daremos tiempo a que se reúnan más zombis — explicaba.

    — ¿Qué tan lejos podemos ir antes de que explote el explosivo que colocaste? — tenía curiosidad por saberlo.

    — Nos alejaremos dos cuadras, y si no funciona, nos vamos acercando hasta que lo haga — contestó Mario.

    Fue así que lo hicimos. Nos alejamos de ese lugar tal y como él nos había dicho. Para asegurarnos de que nada grave nos pasaría, nos colocamos en una casa que tenía un patio extenso y una pared muy alta. Una vez que estábamos perfectamente cubiertos, Mario tomó el control remoto y presionó el botón del mismo. Una explosión se escuchó, causando un ruido muy fuerte, y que de seguro se escucharía también a varias cuadras. Una vez que la explosión tuvo lugar, escuchábamos como pedazos de escombros, o al menos yo creo que era eso, golpeaban contra el asfalto. Por suerte, nada llegó hasta el lugar donde estábamos todos.

    — Les dije que sería una misión fácil — Mario estaba muy feliz por el resultado — Todos esos zombis murieron. Además, seguro que varios edificios y autos se habrán incendiado y se habrá formado un pozo en el asfalto.

    — Eso quiere decir que los zombis que no hayan muerto y los que se acerquen al lugar morirán calcinados o caerán al pozo — Duncan se sintió aliviado al pensar en eso.

    — Precisamente — Mario nos sonrió a todos — Les dije que esta misión sería fácil. Ahora regresemos a casa con un buen sabor de boca.

    Tal y como Mario dijo, la misión terminó siendo muy fácil. Lo más complicado para mi punto de vista fue el enfrentamiento con los zombis en la tienda del centro comercial, y no fue tan complicado, dado a que nadie murió en ese lugar. Excepto por el agresivo que casi mata a Duncan, fue una experiencia tranquila.

    […]

    Regresamos a la universidad sin cruzarnos con ningún zombi, lo cual yo considero como un gran golpe de suerte. Al llegar, alguien nos abrió la puerta y varias personas estaban esperándonos. Raphael, Jeff, Francisca, y Caroline estaban entre ellos. El líder se acercó hasta nosotros, pero se dirigió a Mario.

    — Lo lograron — Raphael se veía satisfecho — ¡Y no perdieron a nadie en el proceso! — seguro levantó la voz a propósito para que todos los que estaban alrededor se dieran cuenta de que no hubo peligro.

    — ¡Te lo dije, sería fácil! — Mario le seguía el juego a Raphael — ¡Y la gran mayoría de zombis han volado en pedazos! ¡Los que estén cerca del lugar se terminarán prendiendo fuego o cayendo en el pozo que quedó!

    Varios murmullos se escucharon en el lugar, probablemente de la gente debatiendo sobre lo que habíamos hecho. Si lo que Raphael decía era cierto, con esta misión, la gente consideraría que salir al exterior sería una tarea sencilla, y se presentarían como voluntarios, de forma que yo no tuviera que hacerlo más.

    Sin darme cuenta, Francisca se acercó a mí y me dio un abrazo. Estaba tan distraído que no me di cuenta, pero apenas lo noté, la abracé. No me quedaría quieto como la última noche. Decidí darle un beso para demostrarle que sentía lo mismo que ella. Francisca correspondió, y luego de que terminó, me miró directamente.

    — Me alegro que hayas regresado a salvo — es hermosa, no puedo pensar en nada más cuando la veo — Sabrina también tenía miedo de que algo pudiera pasarte.

    — Espero que esta sea la última vez en el exterior — le dije muy feliz de que ella sintiera algo por mí — Pero sí, regresamos todos a salvo. Sin dificultades.

    Francisca me volvió a abrazar, y yo aproveché para mirar a Jeff. Vi como Duncan se acercó a él, y ambos empezaron a hablar por un momento. No escuché de qué trataba su conversación, pero luego vi que Duncan se marchó con Mario y Raphael, y que Jeff agachó la cabeza como si estuviera decepcionado. Caroline, que estaba cerca de él, le dio un abrazo. No entendía nada, por lo que decidí acercarme para ver lo que ocurría.

    — Hola, Foster — habló Jeff, y lo notaba más desanimado que ayer — Es bueno saber que hayas regresado.

    — No te ves como si estuvieras feliz por mi regreso — contesté, haciéndole saber que no me gustaba su mirada.

    — Lo estoy, de verdad — me respondió de inmediato — Estoy mal por algo que Duncan me ha dicho.

    — ¿Es algo grave? — preguntó Francisca temiendo que algo le sucediera.

    — No, no dijo nada malo — Jeff seguía desanimado — Pero puedo saber perfectamente que está decepcionado de mí por ser débil a causa de haber perdido el brazo. La forma en que me mira y me habla dicen todo lo que él no quiere decir. Está decepcionado porque yo soy un inválido incapaz de pelear. Él me entrenó para que lo acompañara y lucháramos juntos, y ahora él siente vergüenza porque tiene que luchar por los dos.

    — Jeff, Duncan no quiere decir eso — respondió Caroline tomando su mano — Él es tu hermano, y no se siente así por ti. Además, tienes un brazo y puedes seguir luchando contra los zombis. Puedes disparar una pistola con solo un brazo.

    — Pero no puedo recargarla por mi cuenta — tenía razón en lo que decía — Además, si tengo tres balas y se me acercan cuatro agresivos, solo podré matar a tres de ellos, suponiendo que acierte todos los disparos. No puedo derrotar a un agresivo en una pelea cuerpo. Y Duncan lo sabe mejor que nadie. Por eso siente vergüenza al mirarme.

    — Él es un militar, y estoy seguro de que encontrará una forma de que puedas pelear contra los zombis contando con solamente un brazo — supe que eso probablemente no llegaría a pasar, pero tenía que decirlo para que se sintiera mejor.

    Francisca y Caroline se fueron a buscar algo para que todos pudiéramos comer juntos, mientras que Jeff y yo caminábamos juntos detrás de ellas. A decir verdad, me gustaría irme a dormir una vez que termine de comer.

    — Tal parece que Francisca te quiere a ti — me dijo Jeff con una sonrisa — Me alegro por ti, Foster.

    — Gracias — dije sin saber que más decir — Sé que ella te gustaba. Pero…

    — No pasa nada — me contestó — Caroline vino y me dijo todo lo que se tenía guardado. Es una chica fantástica. No me había dado cuenta porque siempre estuve mirando a Francisca, pero Caroline es una buena persona. Debí darme cuenta antes.

    — Estoy feliz por ti, Jeff — le dije, sabiendo que tal vez las cosas no resultaran tan mal — Seguro Caroline te ayudará con esto. Y si yo no tengo que seguir asistiendo a estas misiones, también lo haré.

    — Eres un gran amigo, Foster — Jeff colocó su mano en mi hombro — Realmente, espero que no te pase nada ahí afuera.

    Al momento de la cena, Francisca y Duncan se sumaron a nosotros cuatro. Debo decir que este ha sido mi momento favorito del día. Logré hacer algo que ayudó mucho a la comunidad, y no hemos perdido a nadie. Sabrina se veía muy bien, y parecería que nunca hubiera estado enferma en primer lugar. Observé a Duncan durante la cena, y noté que Jeff tenía razón. Su mirada era muy seria al verlo, pero no creía que fuera algo tan grave. Tal vez estuviera buscando una manera para ayudarlo a pelear en el futuro.

    Durante la cena, Johny se acercó y se sentó con nosotros. Duncan, Caroline y yo estábamos terminando de comer, pero igual decidimos esperar para hacerle compañía al resto.

    — Parece que hoy todo nos ha salido bien — Johny nos miró a mí y a Duncan.

    — El haber cumplido esta misión con éxito va a ayudarnos en las misiones futuras — contestó Duncan muy feliz de haber cumplido el objetivo — Luchas muy bien para no ser un militar, zombiekiller — lo llamó de la misma forma en que Niel lo hizo.

    — Odio ese apodo, y voy a hablar con Niel al respecto — contestó Johny — Me llamo Johny. Mis padres me pusieron este nombre para que me llamen así, no de una forma tan estúpida.

    — Lo lamento — dije, aunque yo no tenía que disculparme por eso.

    — No tienes que pedir perdón, Foster — me sentía aliviado de que lo viera así — Yo hablaré con Niel sobre esto.

    La cena continuó de forma calmada, y una vez que terminó, todos nos retiramos a dormir. Si todo iba bien, mañana me quedaría en la universidad y ya no tendría que volver a salir en otra misión.

    […]

    Al día siguiente, Raphael, Mario, Johny, Niel, Marina y Duncan estaban en la puerta de la universidad, mientras varias personas estaban mirando desde lejos. Luego de desayunar descubrí que debería volver a salir en una expedición de búsqueda de suministros con el resto del grupo. No lo creí hasta que no me llevaron hasta las puertas.

    — Creí que esto animaría a la gente a ofrecerse como voluntarios para futuras misiones — dije muy frustrado de tener que salir otra vez.

    — Y así fue, Foster — me dijo Duncan intentando convencerme de ir con ellos, aunque lo haría de todos modos — Varios se han anotado para el entrenamiento militar conmigo. Pero aún no están tan preparados, y hay que ir a tomar todos los suministros que podamos en ese lugar antes de que se vuelva a llenar de zombis.

    — Esta será la última vez, Foster — Raphael me miró fijamente — Te aseguro de que cuando regreses ya no te obligaré a salir. Si es necesario, irán ellos cinco sin ti. Pero te prometo que esta será tu última salida a explorar en el exterior.

    — Espero que realmente sea así — fue más una esperanza que una queja — Pero no debería haber peligro.

    — No, ya hemos exterminado a la mayor parte de los zombis — contestó Marina — En otras palabras, será una misión aún más sencilla que la de ayer.

    Cada uno de nosotros tomó una mochila y salimos de la universidad.

    […]

    Avanzaba por los tejados de los edificios junto a Mario, Duncan, Johny, Marina y Niel. Dado a que la estrategia de moverse por las alturas había dado resultados el día de ayer, decidimos repetirla el día de hoy. El camino fue silencioso, dado a que todos sabíamos que un ruido cualquiera podría causar que algún zombi que estuviera en las cercanías se acerca a nosotros. Y lo mejor era no llamar la atención de esas cosas.

    No tardamos en llegar al lugar. Era un espectáculo que me gustaba y me provocaba ganas de vomitar al mismo tiempo. Había varios autos y cadáveres calcinados en las calles. No quedó fuego, pero sí había un pozo enorme en el medio del lugar. Podía escuchar un par de gruñidos, lo que quería decir que no todos los zombis habían muerto, pero varios se habían terminado cayendo en ese pozo. Me alegro de que así fuera, dado a que ese pozo era de un gran tamaño y necesitaría una enorme cantidad de muertos antes de llenarse. Eso facilitaría las cosas.

    — Muy bien, es hora de dividirnos la zona — Mario nos organizó a todos — Un grupo avanzará diez cuadras a la izquierda, otro irá diez cuadras al frente y otro unas diez a la derecha. La idea es recorrer las tiendas desde la parte más lejana hasta aquí. Tomen cualquier cosa que puedan encontrar y que creen que nos será útil, no solo la comida. Linternas, fósforos, velas, comida, medicina, sábanas, ropa. Todo lo que pueda tener utilidad. En lo posible, traten de traer bolsos y mochilas para que la próxima salida se más productiva. Foster vendrá conmigo hacia la izquierda.

    — Marina y yo iremos a la derecha — contestó Niel.

    — Eso quiere decir que me toca ir hacia las que se encuentran adelante — agregó Johny — Y que Duncan será mi compañero.

    — Nos veremos en una hora o a más tardar dos — aparentemente Mario no tenía interés en que pasáramos más tiempo en el lugar.

    Todos nos dividimos y cada uno fue por su lado. Mario y yo bajamos a la calle y empezamos a caminar. No había zombis, lo cual me alegraba a más no poder. Imagino que todos los que se encontraban en esa zona habrán seguido la explosión y se habrán caído en ese pozo. Sea como sea, el lugar estaba despejado, y eso me tranquilizaba.

    Al terminar de recorrer las diez cuadras, vimos un almacén con la puerta abierta y un auto estacionado afuera. Miramos con cuidado para ver si podíamos encontrar a más gente para reclutar y llevar a la universidad, pero no había nadie en los alrededores. Mario le dio un vistazo rápido al auto.

    — ¡Foster, mira, tiene gasolina! — estaba muy feliz de haber encontrado un auto así — ¡Tiene hasta el tanque lleno, por lo que podríamos darle varios usos antes de que se quede sin nada!

    — ¡Esto es una bendición! — no creía en esas cosas, pero era muy bueno para ser verdad — ¡Y es todo gracias a ti, Mario! Sin tu plan para hacer explotar el camión, no habríamos logrado encontrar esto.

    — Busquemos todo lo que haya en el almacén y carguémoslo en el auto — Mario entró muy entusiasmado al lugar.

    Ciertamente el día ya estaba hecho. Con el almacén y el auto, por más que nadie encontrara comida, tendríamos una gran cantidad de cosas para llevar a la universidad. No podía estar más feliz. Y todo aumentó cuando vimos que había varios bolsos tirados en el almacén, y que los estantes estaban llenos de comida para poder tomar.

    — Perfecto, tres pájaros de un tiro — dije muy feliz de lo que veía — Un auto, bolsos y comida.

    — Raphael se va a morir de felicidad cuando le llevemos todo esto — contestó Mario mientras tomaba un par de bolsos — Yo llenaré esto con lo que hay en la entrada. Me quedaré aquí para vigilar que no se acerque ningún zombi. Tú puedes ir a la parte de atrás.

    — Como tú digas — contesté mientras me llevaba un par de bolsos.

    Al dirigirme a la parte de atrás del almacén me encontré con un zombi errante, el cual reaccionó al verme. Empezó a caminar lentamente hacia mí, lo que me dio tiempo a tomar mi machete. Esperé a tenerlo cerca, para luego pegarle un rodillazo en el estómago. El zombi se inclinó un poco, y yo aproveché esa oportunidad para darle un codazo que lo tiró al piso. Me acerqué hacia él y luego le clavé el machete en el ojo, alcanzándolo en el cerebro y terminando con su vida.

    — ¿Estás bien? — preguntó Mario luego de escuchar ese ruido.

    — Lo estoy, no te preocupes — le respondí — Solo era un errante. Nada de qué alarmarse.

    — Imagino que no era muy inteligente como para salir de este almacén y dirigirse al pozo — contestó Mario para luego seguir trabajando.

    Tomé los bolsos y empecé a llenarlos con comida. Consideré que lo mejor sería llenarlos todos y luego llevárselos todos juntos a Mario para que ambos los pudiéramos cargar en el auto. Estos bolsos eran de tamaño mediano, pero grandes cantidades de comida entraban perfectamente en los mismos. Al llenarlos todos, decidí llevárselos hasta Mario.

    — Perfecto, Foster — me dijo para después darme su mochila — Llena las dos mochilas con lo que puedas, y luego nos vamos. Yo iré cargando todo esto en el auto.

    Con las dos mochilas en la mano, me dirigí de nuevo hasta el final del almacén y empecé a llenarlas con comida. Yo estaba de espaldas a la puerta de entrada cuando escuché un disparo, lo cual me hizo entrar en alerta. Creyendo que Mario podía tener problemas, decidí correr hacia él lo más rápido que pude con ambas mochilas en las manos. Si los zombis se acercaban, lo mejor sería salir lo más rápido que pudiéramos de ahí.

    — ¡Mario! — salí de la tienda gritando su nombre.

    Fue ahí que vi algo que me aterró. Un hombre bastante alto y de gran musculatura me estaba apuntando con un arma. Mario estaba tirado en el suelo, muerto de un disparo en la cabeza mientras la sangre brotaba de su herida. Y ahora que él había sido asesinado, este tipo me apuntaba a mí con el arma. No podía creer que Mario hubiera sido asesinado de esa forma, pero tampoco pude creer lo tonto que fui. Debí salir con mi pistola en mi funda, pero no lo hice, y ahora no podría desenfundar sin que este tipo me matara primero. Ver que Mario estaba muerto me llenó de miedo, el cual aumentó cuando este tipo se me acercó.

    — Niño, si no sueltas mis cosas te voy a matar — me dijo apuntándome a la cabeza — Voy a contar hasta uno.

    De inmediato, solté las dos mochilas y levanté las manos. No sabía si este tipo me mataría, pero resistirme era inútil.

    — Bien — el hombre se acercó hasta mí sin dejar de apuntar — Tal vez vivas más tiempo que tu amigo.

    Tomó su arma desde el cañón y me dio un golpe con el mango de la pistola. El golpe fue en la cabeza, y me dejó aturdido tras haber caído al piso. Aún no estaba inconsciente, pero este tipo me pisó la cabeza y no podía ver nada, dado a que su pie me estaba obstruyendo la vista.

    — Jefe, habla Dardan — debería tener alguna especie de radio con él para comunicarse con alguien que no estaba allí — Ya tengo todo listo para ir para allá. Y me llevaré a alguien conmigo.

    Luego retiró su pie para darme una patada, dejándome inconsciente al instante.

    […]

    Al momento de despertar, me di cuenta que me encontraba arriba de un auto en movimiento. Quise mover las manos, pero no podía. Una vez que recobré el conocimiento por completo, vi que ambas manos estaban atadas al apoya brazos de la puerta del asiento del pasajero. Miré a mi izquierda y vi a Dardan, si es que ese era su nombre, conduciendo. Luego di un vistazo hacia afuera y noté que estaba conduciendo por una zona donde los edificios eran bastante altos. No pude reconocer el lugar en el que estaba, dado a que nunca había estado ahí. Eso quería decir que no podría regresar, ni siquiera si escapaba de este tipo.

    — Ah, veo que despertaste — me miró y se dio cuenta de que estaba consciente — Que bueno, por un momento pensé que te había dañado la cabeza. Me alegro de que estés bien, porque mi jefe no me habría perdonado si te mataba después de decirle que te llevaría conmigo.

    — ¿Quién eres, y qué es lo que tu jefe quiere? — pregunté esperando obtener respuestas.

    — ¡Maleducado de mierda! — gritó para luego golpearme en la mandíbula — No sé quién mierda se encargó de tu educación, pero antes de preguntarle a alguien su nombre, le tienes que dar el tuyo ¿O tus padres no te enseñaron eso? Veo que no te querían si ese es el caso. Dime tu nombre para poder ver si al menos te pusieron uno decente.

    — ¡Vete a la puta que te parió! — grité tanto por el golpe como por el insulto.

    — ¿Vete a la puta que te parió? — preguntó de forma sarcástica — Se nota que no te querían si no te educaron y te pusieron un nombre tan mierdoso como ese. Pero yo sí tuve padres que me amaban, y me dieron un nombre muy original. Me llamo Dardan, ¿a cuántos Dardan conoces?

    — Dios quiera que solo a ti, pedazo de mierda — estaba muy furioso con este tipo.

    — Entiendo tu enojo — contestó Dardan — Es porque maté a tu amigo. Por suerte no tengo que preguntarte su nombre, porque lo llamaste Mario en frente de mí. Noté que era militar por su uniforme. ¿Conoces a otros militares? Porque si conoces a otro, tienes que decírselo al jefe. El jefe odia a los militares, y se va a enojar contigo si resulta que conoces a más militares.

    — Mario no era militar — este tipo era peligroso, y por lo que hablaba, su jefe debía ser aún peor — Solo era fan de ellos. Por eso tomó un uniforme así — debía mentirle, no podía revelar nada de información que pudiera comprometer a Raphael o a la universidad.

    — Suerte que lo maté, entonces — Dardan hablaba de eso como si fuera normal — Lo que más odia el jefe, a parte de los militares, es a la gente a la que le gustan los militares.

    — ¿Cómo se llama tu jefe? ¿Y por qué odia tanto a los militares? — tenía que escapar averiguando la mayor cantidad de información posible.

    — Eso te lo dirá él en persona — Dardan dio un giro y se detuvo frente a un edificio — Porque ya llegamos.

    Dicho edificio era un hotel muy alto, o al menos, así se veía desde afuera. Había cuatro autos más estacionados en las afueras, lo que quería decir que habría más gente con el jefe de Dardan. Unos dos tipos salieron desde el interior del edificio y se acercaron al coche. Uno abrió la puerta conmigo todavía atado al apoya brazos, lo cual también me arrastró un poco. Dardan me desató de la puerta para luego tomarme de las manos y llevarme a rastrones hacia el interior. Los otros dos tipos iban detrás de nosotros, por lo que escapar sería inútil. Además, noté que ya no tenía ni mi pistola ni mi machete encima. Tal vez uno de ellos lo habría tomado.

    Subimos por las escaleras hasta el tercer piso del lugar. No lo había visto con atención, pero calculo que habrá otros cuatro pisos más. En el pasillo había varias puertas que daban entrada a las habitaciones, que asumí que usarían para ellos. Avanzamos hasta una que estaba en el medio del pasillo, y luego entramos. En dicha habitación había otros cinco hombres más. Con Dardan, los dos que iban detrás de mí, y ellos, en total eran ocho. Todos ellos me miraban de forma muy seria. Entonces, otro hombre entró a la habitación. Dicho hombre era el más alto y el más musculoso del lugar. Ciertamente tenía una apariencia intimidante. No me atrevería a enfrentarme a él, y dudo que alguien más lo hiciera. En toda la universidad no había nadie que fuera tan alto como él. Mi altura no le llegaba hasta el pecho, y Dardan, que era el más alto de los demás, le llegaba apenas al cuello. El hombre no venía solo, dado a que detrás de él apareció una mujer que se paró justo al lado suyo. Dicho hombre, que seguro era el jefe, la tomó con uno de sus brazos para luego mirarme.

    — Veo que tú eres el chico del que Dardan me habló — me decía con una voz muy gruesa e intimidante, tanto que me daba miedo — Me presentaré yo primero. Me llamo Ra’d. ¿Tú quién eres?

    — ¿Ra´d? — pregunté dejando escapar una ligera risa — ¿Qué clase de nombre de mierda es ese?

    Escuché a los demás riéndose, cosa que no le agradó para nada a este tipo.

    Ra’d, si ese era su nombre, soltó a la mujer que lo acompañaba y se acercó hacia mí muy rápido para darme un rodillazo con fuerza en el estómago. Tenía la fuerza de una bestia, dado a que me hizo caer al suelo de rodillas con un dolor terrible en el estómago. Luego me tomó de mi camiseta y me pegó tres golpes en la cabeza. Uno en el ojo, otro en la nariz y otro en la mandíbula. Los tres golpes fueron realmente fuertes. Al caer boca abajo al suelo, me toqué el ojo y me dolía mucho. Seguro me lo dejó morado. Al pasar mi mano en mi nariz vi que tenía sangre. Totalmente aterrado, me toqué la mandíbula temiendo por tener un diente flojo. Afortunadamente no fue el caso. Antes de poder hacer otro ruido que no fuera un quejido de dolor, sentí una patada en la espalda.

    — ¡Es el nombre de un tipo que te hará mierda los huesos si te ríes de su nombre! — me respondió para luego patearme el costado — ¡Veo que eres un insolente, y que no sabes con quien te estás metiendo! ¡Te dejaré sin comer esta noche! ¡Y es posible que no comas nada durante la mañana! — pareció calmarse tras eso — Que alguien le explique lo que le espera mañana.

    — Yo lo haré con gusto — otro de los hombres habló levantando la mano — Le haré entender que no debe jugar con usted.

    Ra’d, la mujer que estaba con él, Dardan y todos los demás, excepto el que habló al último se fueron. Solamente quedábamos él y yo. El tipo me levantó del suelo, me arrastró hacia la pared y me pegó tres rodillazos con menos fuerza con la que me pegó Ra’d, pero igualmente me dolieron mucho. Caí sentado y adolorido al suelo, mientras no hacía otra cosa que quejarme del dolor.

    — ¡Eso te enseñará a no burlarte de Ra’d! — me gritaba ese hombre, para luego agacharse y ponerse a mi altura — Lo siento, realmente no quise hacer esto.

    — ¡¿Estás bromeando?! — pregunté muy enojado con él — ¡Voy a vomitar si sigo recibiendo golpes en el estómago!

    — Baja la voz — habló casi susurrando — Quiero ayudarte.

    — ¿Cómo? — no le creí ni una sola palabra de lo que decía.

    — Ra’d es un tipo al que le gusta saquear todo lo que haya. Nos obliga a todos nosotros a saquear cualquier casa, tienda, o cualquier lugar que le parezca que puede tener algo de valor.

    — ¿Y por qué no lo enfrentan? — no entendía por qué me contaba algo como eso — Él es fuerte, pero ustedes son más. Podrían derrotarlo.

    — El problema es que los otros idiotas están contentos saqueando cosas bajo sus órdenes — me contó aquel hombre realmente molesto — Les gusta porque son unos estúpidos. Consideran que no podrían sobrevivir por su cuenta, y que Ra’d es un tipo inteligente que sabe lo que hace. Por eso le obedecen sin problemas. Si te pones a hablar con cualquiera de ellos descubrirás que cada uno es más estúpido que el anterior.

    — ¿Y tú no estás de acuerdo con todo esto? — había algo que no me convencía del todo.

    — No, no me gusta para nada — respondió algo apenado — Pero estoy obligado a hacerlo.

    — ¿Por qué?

    — La mujer que estaba con él es mi hermana, Gina. Mi nombre es Caleb, por si te lo estás preguntando. Los hombres de Ra’d nos encontraron y nos llevaron hasta aquí. Le hicimos saber que no teníamos ganas de formar parte de esta mierda, pero él no acepta un no como respuesta. Así que tomó a mi hermana como prisionera, y me obliga a mí a hacer lo que él quiere. No tengo opción, si no lo hago, la matará y luego me matará a mí. No puedo permitir que algo así pase. Prometí a mi padre que la cuidaría.

    — ¿Y por qué me cuentas esto a mí? — no entendía que era lo que quería.

    — Porque estoy seguro de que eres una buena persona, y porque sé que querrás salvar a tus amigos cuando te enteres de que están en peligro — cuando dijo eso, me llevé un susto terrible — Dardan nos contó que estabas con un militar, y cree que podría haber más. Ra’d los odia, y va a enviarme a mí contigo al lugar en donde te encontré. Me hará buscar a tus amigos para descubrir donde se esconden y luego saquear el lugar. Está convencido de que tienes como mínimo a cinco personas más contigo, y quiere saber en dónde se refugian. Te va a obligar a colaborar, y si no lo haces, te matará. Pero podemos hacer algo al respecto. Le vamos a advertir a tus amigos, y luego yo les ayudaré a matar a Ra’d a cambio de que me ayuden a salvar a Gina.

    Esto solo me ha dejado una sensación de miedo muy grande en mi interior. Ra’d parece estar convencido de que formo parte de un grupo mayor, y seguro se debe a lo que dijo Dardan. Si es verdad, no puedo dejar que este loco de mierda se acerque a la universidad. Hay personas que no están preparadas para sobrevivir en el exterior, y no serán capaces de hacer nada si Ra’d decide saquear el lugar. Mario murió, y Raphael no podrá salvarlos a todos por su cuenta. Duncan sigue con vida, pero él seguro intentará proteger a Jeff. Y no quiero imaginarme a Ra’d ni a ninguno de estos tipos acercándose a Francisca o a alguien más en el refugio.

    Sin embargo, hay algo que me hace sospechar de este tipo llamado Caleb.

    — ¿Qué vas a hacer si te digo que no? — quise saber de lo que era capaz.

    — Diré que te resististe y te mataré a golpes — su amenaza iba en serio, dado a que no tembló al decirme algo como eso — Voy a salvar a Gina, y si tú no me ayudas, esperaré a alguien más para que lo haga. Y no tengo ningún problema en ir a buscar a tus amigos y entregárselos a Ra’d. Pero eso no será necesario si prometes ayudarme a matarlo y a salvar a mi hermana.

    Este tipo realmente parecía ir en serio. Debería decirle que sí, o de lo contrario, me matará y llevará a todo este grupo de locos hacia la universidad. No puedo permitir que eso pase. Pero hay algo que no me agrada de todo esto. Puede ser posible que Caleb me esté mintiendo, y que quiera que lo lleve hasta la universidad solo para quedar bien con Ra’d. Pero también puede que esté diciendo la verdad, y que realmente Gina y él no quieran estar con un tipo así. Odiaría verme en una situación similar, pero eso no quiere decir que la historia de Caleb sea cierta.

    Voy a decirle que sí, y de esa forma, haré que Caleb me lleve de vuelta con mis amigos. Pero luego voy a tener que decidir qué es lo que voy a hacer con él. No tengo forma de probar que miente, pero tampoco tengo forma de probar que dice la verdad. Ra’d es un peligro que conviene eliminar, porque tarde o temprano van a encontrar la universidad. Lo mejor será convencer a Raphael de asesinarlo, pero no sé qué es lo que hará Caleb una vez que descubra la universidad. Ni hablar, tendré que confiar en mi instinto y tomar una decisión una vez más.

    Al igual que la última vez, solo hay dos opciones posibles: confiar en Caleb o traicionar a Caleb.
     
    Última edición: 19 Agosto 2018
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  4. Threadmarks: Capítulo 4B
     
    Agus estresado

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    Escritor
    Título:
    Foster's end of the world
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    6403
    Hola. Llegó el momento de publicar el capítulo 4 para aquellos que han decidido ir con Duncan a la farmacia. Notarán que este capítulo y su variación empiezan de forma diferente, pero al final se volverán casi iguales excepto por unas dos o tres pequeñas diferencias. Si no quieren leer el otro capítulo completo pueden preguntarme a mí por dichas diferencias y yo se las marco. Como he dicho, solo serán pequeñas.

    Lamento que haya quedado tan largo. De hecho, corté el capítulo 3 en ese momento porque creí que este capítulo sería corto, pero me equivoqué.

    Tal y como dije, este capítulo tendrá una toma de decisiones al final. Los dejaré con la lectura.


    Capítulo 4B:

    Desde la altura de un tejado al que Mario nos ordenó subir, veía como varios zombis, tanto errantes como agresivos se dirigían hacia el centro comercial. Eran demasiados, sumados también a los que ya estaban cerca de allí. Jeff ya debe haber sido comido por completo por estos seres repugnantes. El solo pensar que mi amigo ha muerto tan rápido me deja impactado. Ya dejé de llorar, pero no puedo evitar sentir una pena muy profunda por él. No merecía esto, y Duncan tampoco. Tal vez debí dejar que Johny fuera a la farmacia con ellos. De seguro Duncan no habría sido mordido, porque no debería haberse preocupado por alguien como él. Mario se acercó a mí, para poder hablarme en voz baja.

    — Foster, escucha — creo que hablaba así para no llamar la atención de los zombis — Después de lo que pasó con Jeff, lo mejor será que te dejemos en la universidad. No puedo perderlos a los dos en el mismo día, ni siquiera podía darme el lujo de perder a alguien en esta misión que sería sencilla.

    — No me voy a retirar — estaba decidido a seguir con ellos — Jeff perdió a su hermano, y sin embargo vino con nosotros. Yo no me voy a retirar porque él haya muerto. Él dio su vida por esto, y si yo me salgo, solo los complicaré aún más. No soy un cobarde.

    — No, no eres un cobarde — a pesar de hablar tan bajo, sonaba muy serio — Y no es necesario que lo demuestres. No tienes que probarle nada a nadie, Foster. Raphael tiene planes para ti, y si te pierdo, estaré arruinándolo todo.

    — Raphael dijo que, si esta misión resultaba exitosa, otras personas se sumarían para salidas como esta — contesté — Si yo me voy después de la muerte de Jeff, eso solo hará que nadie se sume.

    — Lo sé, Foster, lo sé — parecía que no me quería allí — Y tal vez tengas que participar en otra misión fuera de la universidad para que la gente se sume. Pero ten en cuenta que, tras la muerte de Jeff, la gente no se va a sumar. Cometes un error si piensas que todos los demás ven las cosas igual que tú. Quieres hacer esta misión solo porque quieres demostrar algo, y para que la gente vea que no es peligroso salir. Pero tú no tienes nada que demostrar, y con la muerte de Jeff, todos te van a decir que es un peligro.

    — Escúchalo, Foster — Marina parecía estar de acuerdo — Lo mejor es no arriesgarte. Nosotros cuatro podemos con esto. ¿Verdad?

    — Claro, la parte más difícil está hecha — Johny apoyaba la idea de Marina.

    — Lo mejor será que no te arriesgues, Foster — Niel se sumó a esa idea.

    Me sentí fatal en ese momento. Al parecer, no me estaban considerando de ayuda en la misión. Entiendo que Raphael tenga un plan para mí, pero ellos creen que lo mejor será dejarme atrás antes que permitirme ayudarlos. Eso lo dice todo. Creen que tengo más probabilidades de morir que de ser de ayuda para ellos, y seguro no quieren ser responsables de que algo me pase. Jeff perdió la vida, y lo menos que podía hacer era honrar su muerte completando esta misión, pero no me lo van a permitir.

    No puedo odiarlos por esto. Mario sabe lo que Raphael planea, y por eso quiere protegerme. Es probable que reciba un regaño cuando diga que Jeff ha muerto, y tanto él como yo éramos piezas claves para la supervivencia según Raphael. Mario no tenía que perder a nadie en esta misión, y terminó perdiendo a Jeff. Imagino que no quiere arriesgarse más, y que haría lo mismo sea cual sea el caso. Tampoco me puedo enojar con Johny, Niel o Marina. Fui con Duncan y él terminó muerto. El único que podía dar testigo de mis capacidades era Jeff, pero ha muerto. Soy menor que ellos y sumado a que no me conocen, es lógico que desconfíen de mí. No me quedó más que aceptar esto.

    — Está bien — dije sabiendo que no podría hacer otra cosa — Pero seguro voy a tener que participar para algo más en otro día.

    — Mejor eso a que tú también te mueras hoy — contestó Mario.

    Fue así que nos dirigimos de vuelta a la universidad. Esto era un retraso total para la misión, y solamente para que yo me mantuviera seguro. Nadie podría convencerme de que, el día de hoy, solo fui una carga. Avanzamos por los techos de los edificios hasta llegar a la universidad. En todo el trayecto aparecía siempre algún zombi cuando nos teníamos que bajar a la calle, pero Johny o Niel se turnaban para matarlos. En resumidas cuentas, no hice nada más que acompañarlos durante la misión y matar un par de zombis en el camino al centro comercial

    Alguien abrió las puertas, y Raphael se acercó junto a otras personas al lugar. Mario entró junto conmigo para hablar con Raphael.

    — ¿Qué sucedió? — el líder no estaba entendiendo nada — ¿Por qué regresaron? ¿Y dónde está Jeff?

    — La respuesta de la última pregunta responde también a las anteriores — contestó Mario — Jeff no lo logró. Un agresivo apareció de la nada y lo mordió. Por eso vinimos, traje a Foster para que no lo perdamos a él también.

    — ¡¿Cómo?! — Raphael se llevó las manos a la cabeza — ¡¿Permitieron que Jeff muriera?!

    — Fue cuando abrimos una puerta — Mario veía venir un regaño de parte de Raphael — Le pedimos que la abriera pensando que había menos peligro haciendo eso que cuidando la entrada. Lamentablemente, había un agresivo tras esa puerta, y lo mordió — no todo eso era verdad, pero yo no pensaba decir nada — Nosotros cuatro haremos volar ese camión. Foster se queda aquí.

    — Creo que será lo mejor — Raphael se veía serio — Hablaremos más durante la noche.

    Mario se retiró junto con el resto del equipo, dejándome a mí con Raphael y el resto de personas que miraban esto. Ciertamente sentía sus miradas y sus pensamientos marcándome como un cobarde, y no los quería mirar a la cara. Raphael se acercó para hablar conmigo.

    — Foster, lo lamento mucho — apoyó su mano en mi hombro — Sé que Jeff era un gran amigo tuyo. Me siento muy mal por su muerte.

    — Yo también — me sentía agradecido de que no me reprochara nada — Lo peor de todo es que fue solo por abrir una puta puerta…

    — Escucha, tengo que seguir ocupándome de algunas cosas, y no debes estar bien ahora mismo — Raphael me miró seriamente — Así que ven más tarde a mi oficina.

    El líder se retiró. Al darme vuelta, vi cómo la gente también se iba. Realmente no quería que nadie más se enterara de que yo había regresado luego de la muerte de Jeff, por lo que no me moví de la puerta durante unos minutos. En eso, llegó Caroline corriendo desesperada hacia mí. Al verle la expresión de su rostro, noté que estaba algo alterada.

    — ¡Foster! — me gritó, pero fue un grito de miedo y no de enojo — ¡Escuché que alguien murió! ¡¿En dónde está Jeff?!

    — Lo siento, Caroline. Pero Jeff…

    — ¡No! — gritó sin dejarme terminar lo que iba a decir — ¡No! ¡No! — después de esos gritos se puso a llorar sin consuelo, no sabía que lo quisiera tanto.

    Supe que Caroline sentía algo por él, pero no tenía idea de que fuera de esa forma. La abracé para demostrarle que yo también estaba destrozado por su muerte. Ella seguro habría deseado que él nunca hubiera ido a un lugar como este. Tras ver cómo estaba llorando, decidí hacer algo por ella.

    — Dime, Caroline, me hicieron volver de la misión antes y tú no te sientes bien — necesitaba hacer algo — ¿En qué estabas trabajando? Dímelo y yo tomaré tu lugar.

    — Estaba en la enfermería, ayudando a Victoria — contestó calmando un poco su llanto.

    — Entonces yo te reemplazaré — era mi forma de compensar todo, aunque no compensara nada — Ve a descansar un poco.

    — Gracias, Foster — Caroline ahora me abrazó a mí — Y lamento que hayas tenido que ver morir a Jeff.

    — Yo también lo lamento — respondí muy apenado — Era un gran amigo, y una excelente persona.

    Pude ver como Caroline se retiraba a su habitación, o al menos se fue en esa dirección. Yo, por mi parte, decidí ir a reemplazarla en su trabajo de la enfermería. Victoria me recibió, y allí pude ver que quedaban tan solo un par de personas enfermas. Los medicamentos que trajimos de la farmacia dieron resultados casi de inmediato, pero me preocupaba por aquellos que seguían allí. Victoria vio mi expresión cuando llegué y decidió no hacerme preguntas, casi como si supiera lo que hubiera pasado. Me pidió su ayuda para poder controlar a los pacientes, anotando cualquier cosa que no le pareciera normal en ellos.

    Mientras trabajaba con ella, se escuchó una explosión a lo lejos. Victoria se asustó un poco, dado a que no sabía lo que estaba ocurriendo por estar ocupada en la enfermería.

    — ¡¿Qué fue eso?! — preguntó algo asustada, contagiando ese miedo a los pacientes.

    — Descuida, Victoria, es el grupo de Mario — respondí algo desanimado — Se suponía que Jeff y yo los íbamos a acompañar para ayudarlos a explotar un camión y así despejar la zona. Pero Jeff murió, y yo fui enviado aquí.

    — No tenía idea, Foster, lo lamento de verdad — me dijo de una forma algo seca — Vi tu rostro y decidí no hacerte preguntas. Asumí que algo malo había pasado cuando viniste en lugar de Caroline, pero no quise preguntar porque ya tengo demasiado con ellos.

    — No te preocupes, Victoria, nada de lo que pasó fue culpa tuya — dije mientras continuaba ayudándole — Y entiendo que con tus preocupaciones no necesites tener peores noticias.

    A pesar de que terminé de ayudarla y que todos los pacientes ya se encontraban en reposo, no quise salir de la enfermería. No estaba en mi mejor momento como para ir a recibir al grupo de Mario. Seguro que todos habrán regresado a salvo, después de todo, dijeron que la misión no representaba peligro alguno.

    Tras terminar de trabajar, me fui a mi habitación. Estuve solo hasta que Francisca abrió sin haber llamado. Me sorprendió que viniera a verme de esa forma. Su expresión era de miedo, pareciendo que hubiera visto un fantasma.

    — ¡Foster! — ella corrió hasta mí y me abrazó — ¡Me alegro de que estés bien! ¡Caroline me dijo que Jeff había muerto, y no pude pasar a verte antes porque estaba trabajando!

    — Está bien, lo entiendo — dije correspondiendo el abrazo — Agradezco que hayas venido a verme. Me sentía muy solo aquí, pero no tengo ganas de mostrar mi rostro en la universidad luego de que abandoné la misión tras la muerte de Jeff.

    — Lo lamento mucho, Foster — Francisca se veía muy triste — Sé que era un gran amigo. Y me caía muy bien, al igual que Duncan. Su muerte es de lo más injusto. Él no merecía esto.

    — No, él no lo merecía — contesté — Era una persona muy madura, incluso más que yo. Seguro se habría convertido en un gran peleador si no hubiera muerto.

    — Foster, por favor, no salgas más en estas misiones — Francisca me abrazó fuerte, cosa que yo correspondí de nuevo — Sé que te has entrenado para esto, pero Duncan y Jeff han muerto. Yo no quiero que tú mueras… No quiero…

    Abracé y besé a Francisca con pasión. Realmente estaba cautivado por sus acciones. Era una chica muy hermosa, y es una excelente persona. Se ha preocupado por mí más que cualquier otra persona en este refugio, incluso más que Raphael. Tengo suerte de haberme encontrado con ella.

    — Puede que tenga que ir a una misión mañana — le dije, cosa que la preocupó — Pero si todo sale bien, será la última. Eso espero.

    — Si no lo es, entonces habla con Raphael — me sugirió — Si no quieres salir, dile que deje de obligarte. Eres un superviviente de su refugio, y no su esclavo.

    — Tienes razón, pero antes de poder salir de esta clase de misiones necesitamos ir a fuera y regresar todos juntos para que la gente vea que no es peligroso — contesté — Solo así se unirá más gente al entrenamiento, y así habrá alguien que tome mi lugar.

    — ¿Quieres que vayamos a comer algo? — me preguntó.

    — No, prefiero que nadie me vea — contesté sin ánimos de salir de mi habitación — Iré a ver a Raphael y a Mario más tarde, y luego me iré a dormir.

    — ¿No vas a comer nada?

    — Tengo hambre, pero no quiero que nadie me vea y hable de mí.

    — Entonces iré a traerte algo de comer.

    — No tienes que hacerlo.

    — No dejaré que te quedes sin comer.

    Francisca salió de mi habitación antes de que yo pudiera decirle algo. Me gustó ese gesto de su parte. Esto demuestra que yo le importo más de lo que pensaba. No tardó en regresar junto a su hermana con algo de comida. Sabrina vino y me hizo varias preguntas sobre la misión de hoy, y yo respondí tratando de evitar los detalles horribles. Era una niña muy dulce, y no quiero contarle como es el mundo ahí afuera, más aún cuando no es necesario que lo sepa. Ella está a salvo aquí. Los tres comimos en mi habitación, aunque no es tan cómodo como hacerlo en el comedor de la universidad, no puedo quejarme. Es mucho mejor que comer por la calle.

    Tras terminar de comer, Sabrina estaba cansada, por lo que Francisca decidió llevársela. Las dos me dieron las buenas noches, y luego de que se fueron, esperé un poco para irme a ver a Raphael. Ya había anochecido, y no había mucha gente caminando por la universidad. Solamente alguien que se levantaba para ir a algún baño, o los guardias que vigilaban el lugar.

    Entré a la oficina de Raphael, y Mario estaba junto a él. El líder me miró con seriedad.

    — Foster, necesitamos hablar, toma asiento, por favor — me dijo mientras Mario se retiraba.

    — Lamento dejarte atrás, Foster — Mario me habló algo apenado — Pero tuvimos problemas en el camino al camión. Niel y Marina casi mueren. Así que me alegro de que no hubieras venido.

    No sabía si eso era verdad o mentira, pero no lo iba a cuestionar. Parecía ser bastante sincero. Elijo creerle, al menos por esta vez. Si es el caso, entonces me alegro de haberme quedado en la universidad al final. Pero eso no quiere decir que me sienta mejor por haberme retirado.

    — ¿Qué querías decirme, Raphael? — pregunté con curiosidad.

    — Jeff ha muerto, Mario me lo contó — se podía notar muy serio — Si recuerdas bien, hace unos días hablamos sobre el plan para que él y tú tuvieran hijos. Pero ahora él ha muerto, lo que significa que tú vas a tener que encargarte de tener un hijo tanto con Francisca como con Caroline.

    — ¡No puedo hacer eso! — le hice saber que la idea no me gustaba — ¡No puedo tener un hijo con las dos! ¡Sé que has dicho que no tengo que hacerme cargo, pero yo me veo obligado a hacerlo! ¡Pero no podré cuidar de dos niños!

    — Esto no es algo para discutir, Foster — Raphael no me iba a dar para elegir ahora — Necesitamos que la raza humana siga existiendo una vez que los zombis mueran, y este es el único camino. Y no te vas a tener que hacer cargo, yo me ocuparé de todo. Tú no te preocupes por nada. Retírate y vete a dormir, porque mañana saldrás con Mario a recolectar suministros.

    — Si me llego a morir mañana no tendrás a nadie para que Francisca y Caroline tengan hijos — me parecía raro que me considerara importante, pero me mandara al exterior de cualquier forma — Creí que Jeff y yo éramos importantes para el futuro.

    — Lo eres, y es por eso que debes salir y regresar a salvo — contestó Raphael de forma seria — La gente dice que salir es peligroso, y tienen razón. Duncan y Emilio murieron ayer, y Jeff murió hoy. Necesito que mañana salgan y regresen a salvo para que vean que el exterior es más seguro ahora que han matado a todos esos zombis. No lo creerán hasta no verlo con sus propios ojos.

    Realmente no quería hacer ninguna de las dos cosas. Odiaba salir afuera y ver como alguien moría. Primero Duncan y luego Jeff. Yo estaba seguro de que no me dejarían morir siendo tan importante para el plan de Raphael, pero eso quiere decir que alguien podría sacrificarse por mí. Y eso solo llevará a que la gente siga sin querer ofrecerse a participar en las misiones al exterior. Por otro lado, no quería tener un hijo con Francisca y Caroline. A decir la verdad, luego de pensar que el plan de Raphael tenía sentido, tenía ganas de colaborar y tener un hijo con Francisca. Pero ahora debo tener un hijo con ambas, y no es algo que me resulte llamativo. No siento nada por Caroline, pero si voy a tener un hijo con ella, quiere decir que debo cuidarlos a ambos por igual. Y me siento mal tanto por Francisca y por Caroline. Espero que esto no desate ningún conflicto a futuro.

    […]

    Al día siguiente, avanzaba por los tejados de los edificios junto a Mario, Johny, Marina y Niel. Dado a que la estrategia de moverse por las alturas aparentemente había dado resultados el día de ayer, decidimos repetirla el día de hoy. El camino fue silencioso, dado a que todos sabíamos que un ruido cualquiera podría causar que algún zombi que estuviera en las cercanías se acerca a nosotros. Y lo mejor era no llamar la atención de esas cosas.

    No tardamos en llegar al lugar. Era un espectáculo que me gustaba y me provocaba ganas de vomitar al mismo tiempo. Había varios autos y cadáveres calcinados en las calles. No quedó fuego, pero sí había un pozo enorme en el medio del lugar. Podía escuchar un par de gruñidos, lo que quería decir que no todos los zombis habían muerto, pero varios se habían terminado cayendo en ese pozo. Me alegro de que así fuera, dado a que ese pozo era de un gran tamaño y necesitaría una enorme cantidad de muertos antes de llenarse. Eso facilitaría las cosas.

    — Muy bien, es hora de dividirnos la zona — Mario nos organizó a todos — Un grupo avanzará diez cuadras a la izquierda, otro irá diez cuadras al frente y otro unas diez a la derecha. La idea es recorrer las tiendas desde la parte más lejana hasta aquí. Tomen cualquier cosa que puedan encontrar y que creen que nos será útil, no solo la comida. Linternas, fósforos, velas, comida, medicina, sábanas, ropa. Todo lo que pueda tener utilidad. En lo posible, traten de traer bolsos y mochilas para que la próxima salida se más productiva. Foster vendrá conmigo hacia la izquierda.

    — Marina y yo iremos a la derecha — contestó Niel.

    — Eso quiere decir que me toca ir hacia las que se encuentran adelante — agregó Johny.

    — Nos veremos en una hora o a más tardar dos — aparentemente Mario no tenía interés en que pasáramos más tiempo en el lugar.

    Todos nos dividimos y cada uno fue por su lado. Mario y yo bajamos a la calle y empezamos a caminar. No había zombis, lo cual me alegraba a más no poder. Imagino que todos los que se encontraban en esa zona habrán seguido la explosión y se habrán caído en ese pozo. Sea como sea, el lugar estaba despejado, y eso me tranquilizaba.

    Al terminar de recorrer las diez cuadras, vimos un almacén con la puerta abierta y un auto estacionado afuera. Miramos con cuidado para ver si podíamos encontrar a más gente para reclutar y llevar a la universidad, pero no había nadie en los alrededores. Mario le dio un vistazo rápido al auto.

    — ¡Foster, mira, tiene gasolina! — estaba muy feliz de haber encontrado un auto así — ¡Tiene hasta el tanque lleno, por lo que podríamos darle varios usos antes de que se quede sin nada!

    — ¡Esto es una bendición! — no creía en esas cosas, pero era muy bueno para ser verdad — ¡Y es todo gracias a ti, Mario! Sin tu plan para hacer explotar el camión, no habríamos logrado encontrar esto.

    — Busquemos todo lo que haya en el almacén y carguémoslo en el auto — Mario entró muy entusiasmado al lugar.

    Ciertamente el día ya estaba hecho. Con el almacén y el auto, por más que nadie encontrara comida, tendríamos una gran cantidad de cosas para llevar a la universidad. No podía estar más feliz. Y todo aumentó cuando vimos que había varios bolsos tirados en el almacén, y que los estantes estaban llenos de comida para poder tomar.

    — Perfecto, tres pájaros de un tiro — dije muy feliz de lo que veía — Un auto, bolsos y comida.

    — Raphael se va a morir de felicidad cuando le llevemos todo esto — contestó Mario mientras tomaba un par de bolsos — Yo llenaré esto con lo que hay en la entrada. Me quedaré aquí para vigilar que no se acerque ningún zombi. Tú puedes ir a la parte de atrás.

    — Como tú digas — contesté mientras me llevaba un par de bolsos.

    Al dirigirme a la parte de atrás del almacén me encontré con un zombi errante, el cual reaccionó al verme. Empezó a caminar lentamente hacia mí, lo que me dio tiempo a tomar mi machete. Esperé a tenerlo cerca, para luego pegarle un rodillazo en el estómago. El zombi se inclinó un poco, y yo aproveché esa oportunidad para darle un codazo que lo tiró al piso. Me acerqué hacia él y luego le clavé el machete en el ojo, alcanzándolo en el cerebro y terminando con su vida.

    — ¿Estás bien? — preguntó Mario luego de escuchar ese ruido.

    — Lo estoy, no te preocupes — le respondí — Solo era un errante. Nada de qué alarmarse.

    — Imagino que no era muy inteligente como para salir de este almacén y dirigirse al pozo — contestó Mario para luego seguir trabajando.

    Tomé los bolsos y empecé a llenarlos con comida. Consideré que lo mejor sería llenarlos todos y luego llevárselos todos juntos a Mario para que ambos los pudiéramos cargar en el auto. Estos bolsos eran de tamaño mediano, pero grandes cantidades de comida entraban perfectamente en los mismos. Al llenarlos todos, decidí llevárselos hasta Mario.

    — Perfecto, Foster — me dijo para después darme su mochila — Llena las dos mochilas con lo que puedas, y luego nos vamos. Yo iré cargando todo esto en el auto.

    Con las dos mochilas en la mano, me dirigí de nuevo hasta el final del almacén y empecé a llenarlas con comida. Yo estaba de espaldas a la puerta de entrada cuando escuché un disparo, lo cual me hizo entrar en alerta. Creyendo que Mario podía tener problemas, decidí correr hacia él lo más rápido que pude con ambas mochilas en las manos. Si los zombis se acercaban, lo mejor sería salir lo más rápido que pudiéramos de ahí.

    — ¡Mario! — salí de la tienda gritando su nombre.

    Fue ahí que vi algo que me aterró. Un hombre bastante alto y de gran musculatura me estaba apuntando con un arma. Mario estaba tirado en el suelo, muerto de un disparo en la cabeza mientras la sangre brotaba de su herida. Y ahora que él había sido asesinado, este tipo me apuntaba a mí con el arma. No podía creer que Mario hubiera sido asesinado de esa forma, pero tampoco pude creer lo tonto que fui. Debí salir con mi pistola en mi funda, pero no lo hice, y ahora no podría desenfundar sin que este tipo me matara primero. Ver que Mario estaba muerto me llenó de miedo, el cual aumentó cuando este tipo se me acercó.

    — Niño, si no sueltas mis cosas te voy a matar — me dijo apuntándome a la cabeza — Voy a contar hasta uno.

    De inmediato, solté las dos mochilas y levanté las manos. No sabía si este tipo me mataría, pero resistirme era inútil.

    — Bien — el hombre se acercó hasta mí sin dejar de apuntar — Tal vez vivas más tiempo que tu amigo.

    Tomó su arma desde el cañón y me dio un golpe con el mango de la pistola. El golpe fue en la cabeza, y me dejó aturdido tras haber caído al piso. Aún no estaba inconsciente, pero este tipo me pisó la cabeza y no podía ver nada, dado a que su pie me estaba obstruyendo la vista.

    — Jefe, habla Dardan — debería tener alguna especie de radio con él para comunicarse con alguien que no estaba allí — Ya tengo todo listo para ir para allá. Y me llevaré a alguien conmigo.

    Luego retiró su pie para darme una patada, dejándome inconsciente al instante.

    […]

    Al momento de despertar, me di cuenta que me encontraba arriba de un auto en movimiento. Quise mover las manos, pero no podía. Una vez que recobré el conocimiento por completo, vi que ambas manos estaban atadas al apoya brazos de la puerta del asiento del pasajero. Miré a mi izquierda y vi a Dardan, si es que ese era su nombre, conduciendo. Luego di un vistazo hacia afuera y noté que estaba conduciendo por una zona donde los edificios eran bastante altos. No pude reconocer el lugar en el que estaba, dado a que nunca había estado ahí. Eso quería decir que no podría regresar, ni siquiera si escapaba de este tipo.

    — Ah, veo que despertaste — me miró y se dio cuenta de que estaba consciente — Que bueno, por un momento pensé que te había dañado la cabeza. Me alegro de que estés bien, porque mi jefe no me habría perdonado si te mataba después de decirle que te llevaría conmigo.

    — ¿Quién eres, y qué es lo que tu jefe quiere? — pregunté esperando obtener respuestas.

    — ¡Maleducado de mierda! — gritó para luego golpearme en la mandíbula — No sé quién mierda se encargó de tu educación, pero antes de preguntarle a alguien su nombre, le tienes que dar el tuyo ¿O tus padres no te enseñaron eso? Veo que no te querían si ese es el caso. Dime tu nombre para poder ver si al menos te pusieron uno decente.

    — ¡Vete a la puta que te parió! — grité tanto por el golpe como por el insulto.

    — ¿Vete a la puta que te parió? — preguntó de forma sarcástica — Se nota que no te querían si no te educaron y te pusieron un nombre tan mierdoso como ese. Pero yo sí tuve padres que me amaban, y me dieron un nombre muy original. Me llamo Dardan, ¿a cuántos Dardan conoces?

    — Dios quiera que solo a ti, pedazo de mierda — estaba muy furioso con este tipo.

    — Entiendo tu enojo — contestó Dardan — Es porque maté a tu amigo. Por suerte no tengo que preguntarte su nombre, porque lo llamaste Mario en frente de mí. Noté que era militar por su uniforme. ¿Conoces a otros militares? Porque si conoces a otro, tienes que decírselo al jefe. El jefe odia a los militares, y se va a enojar contigo si resulta que conoces a más militares.

    — Mario no era militar — este tipo era peligroso, y por lo que hablaba, su jefe debía ser aun peor — Solo era fan de ellos. Por eso tomó un uniforme así — debía mentirle, no podía revelar nada de información que pudiera comprometer a Raphael o a la universidad.

    — Suerte que lo maté, entonces — Dardan hablaba de eso como si fuera normal — Lo que más odia el jefe, a parte de los militares, es a la gente a la que le gustan los militares.

    — ¿Cómo se llama tu jefe? ¿Y por qué odia tanto a los militares? — tenía que escapar averiguando la mayor cantidad de información posible.

    — Eso te lo dirá él en persona — Dardan dio un giro y se detuvo frente a un edificio — Porque ya llegamos.

    Dicho edificio era un hotel muy alto, o al menos, así se veía desde afuera. Había cuatro autos más estacionados en las afueras, lo que quería decir que habría más gente con el jefe de Dardan. Unos dos tipos salieron desde el interior del edificio y se acercaron al coche. Uno abrió la puerta conmigo todavía atado al apoya brazos, lo cual también me arrastró un poco. Dardan me desató de la puerta para luego tomarme de las manos y llevarme a rastrones hacia el interior. Los otros dos tipos iban detrás de nosotros, por lo que escapar sería inútil. Además, noté que ya no tenía ni mi pistola ni mi machete encima. Tal vez uno de ellos lo habría tomado.

    Subimos por las escaleras hasta el tercer piso del lugar. No lo había visto con atención, pero calculo que habrá otros cuatro pisos más. En el pasillo había varias puertas que daban entrada a las habitaciones, que asumí que usarían para ellos. Avanzamos hasta una que estaba en el medio del pasillo, y luego entramos. En dicha habitación había otros cinco hombres más. Con Dardan, los dos que iban detrás de mí, y ellos, en total eran ocho. Todos ellos me miraban de forma muy seria. Entonces, otro hombre entró a la habitación. Dicho hombre era el más alto y el más musculoso del lugar. Ciertamente tenía una apariencia intimidante. No me atrevería a enfrentarme a él, y dudo que alguien más lo hiciera. En toda la universidad no había nadie que fuera tan alto como él. Mi altura no le llegaba hasta el pecho, y Dardan, que era el más alto de los demás, le llegaba apenas al cuello. El hombre no venía solo, dado a que detrás de él apareció una mujer que se paró justo al lado suyo. Dicho hombre, que seguro era el jefe, la tomó con uno de sus brazos para luego mirarme.

    — Veo que tú eres el chico del que Dardan me habló — me decía con una voz muy gruesa e intimidante, tanto que me daba miedo — Me presentaré yo primero. Me llamo Ra’d. ¿Tú quién eres?

    — ¿Ra´d? — pregunté dejando escapar una ligera risa — ¿Qué clase de nombre de mierda es ese?

    Escuché a los demás riéndose, cosa que no le agradó para nada a este tipo.

    Ra’d, si ese era su nombre, soltó a la mujer que lo acompañaba y se acercó hacia mí muy rápido para darme un rodillazo con fuerza en el estómago. Tenía la fuerza de una bestia, dado a que me hizo caer al suelo de rodillas con un dolor terrible en el estómago. Luego me tomó de mi camiseta y me pegó tres golpes en la cabeza. Uno en el ojo, otro en la nariz y otro en la mandíbula. Los tres golpes fueron realmente fuertes. Al caer boca abajo al suelo, me toqué el ojo y me dolía mucho. Seguro me lo dejó morado. Al pasar mi mano en mi nariz vi que tenía sangre. Totalmente aterrado, me toqué la mandíbula temiendo por tener un diente flojo. Afortunadamente no fue el caso. Antes de poder hacer otro ruido que no fuera un quejido de dolor, sentí una patada en la espalda.

    — ¡Es el nombre de un tipo que te hará mierda los huesos si te ríes de su nombre! — me respondió para luego patearme el costado — ¡Veo que eres un insolente, y que no sabes con quien te estás metiendo! ¡Te dejaré sin comer esta noche! ¡Y es posible que no comas nada durante la mañana! — pareció calmarse tras eso — Que alguien le explique lo que le espera mañana.

    — Yo lo haré con gusto — otro de los hombres habló levantando la mano — Le haré entender que no debe jugar con usted.

    Ra’d, la mujer que estaba con él, Dardan y todos los demás, excepto el que habló al último se fueron. Solamente quedábamos él y yo. El tipo me levantó del suelo, me arrastró hacia la pared y me pegó tres rodillazos con menos fuerza con la que me pegó Ra’d, pero igualmente me dolieron mucho. Caí sentado y adolorido al suelo, mientras no hacía otra cosa que quejarme del dolor.

    — ¡Eso te enseñará a no burlarte de Ra’d! — me gritaba ese hombre, para luego agacharse y ponerse a mi altura — Lo siento, realmente no quise hacer esto.

    — ¡¿Estás bromeando?! — pregunté muy enojado con él — ¡Voy a vomitar si sigo recibiendo golpes en el estómago!

    — Baja la voz — habló casi susurrando — Quiero ayudarte.

    — ¿Cómo? — no le creí ni una sola palabra de lo que decía.

    — Ra’d es un tipo al que le gusta saquear todo lo que haya. Nos obliga a todos nosotros a saquear cualquier casa, tienda, o cualquier lugar que le parezca que puede tener algo de valor.

    — ¿Y por qué no lo enfrentan? — no entendía por qué me contaba algo como eso — Él es fuerte, pero ustedes son más. Podrían derrotarlo.

    — El problema es que los otros idiotas están contentos saqueando cosas bajo sus órdenes — me contó aquel hombre realmente molesto — Les gusta porque son unos estúpidos. Consideran que no podrían sobrevivir por su cuenta, y que Ra’d es un tipo inteligente que sabe lo que hace. Por eso le obedecen sin problemas. Si te pones a hablar con cualquiera de ellos descubrirás que cada uno es más estúpido que el anterior.

    — ¿Y tú no estás de acuerdo con todo esto? — había algo que no me convencía del todo.

    — No, no me gusta para nada — respondió algo apenado — Pero estoy obligado a hacerlo.

    — ¿Por qué?

    — La mujer que estaba con él es mi hermana, Gina. Mi nombre es Caleb, por si te lo estás preguntando. Los hombres de Ra’d nos encontraron y nos llevaron hasta aquí. Le hicimos saber que no teníamos ganas de formar parte de esta mierda, pero él no acepta un no como respuesta. Así que tomó a mi hermana como prisionera, y me obliga a mí a hacer lo que él quiere. No tengo opción, si no lo hago, la matará y luego me matará a mí. No puedo permitir que algo así pase. Prometí a mi padre que la cuidaría.

    — ¿Y por qué me cuentas esto a mí? — no entendía que era lo que quería.

    — Porque estoy seguro de que eres una buena persona, y porque sé que querrás salvar a tus amigos cuando te enteres de que están en peligro — cuando dijo eso, me llevé un susto terrible — Dardan nos contó que estabas con un militar, y cree que podría haber más. Ra’d los odia, y va a enviarme a mí contigo al lugar en donde te encontré. Me hará buscar a tus amigos para descubrir donde se esconden y luego saquear el lugar. Está convencido de que tienes como mínimo a cinco personas más contigo, y quiere saber en dónde se refugian. Te va a obligar a colaborar, y si no lo haces, te matará. Pero podemos hacer algo al respecto. Le vamos a advertir a tus amigos, y luego yo les ayudaré a matar a Ra’d a cambio de que me ayuden a salvar a Gina.

    Esto solo me ha dejado una sensación de miedo muy grande en mi interior. Ra’d parece estar convencido de que formo parte de un grupo mayor, y seguro se debe a lo que dijo Dardan. Si es verdad, no puedo dejar que este loco de mierda se acerque a la universidad. Hay personas que no están preparadas para sobrevivir en el exterior, y no serán capaces de hacer nada si Ra’d decide saquear el lugar. Mario y Duncan murieron, y Raphael no podrá salvarlos a todos por su cuenta. Y no quiero imaginarme a Ra’d ni a ninguno de estos tipos acercándose a Francisca o a alguien más en el refugio.

    Sin embargo, hay algo que me hace sospechar de este tipo llamado Caleb.

    — ¿Qué vas a hacer si te digo que no? — quise saber de lo que era capaz.

    — Diré que te resististe y te mataré a golpes — su amenaza iba en serio, dado a que no tembló al decirme algo como eso — Voy a salvar a Gina, y si tú no me ayudas, esperaré a alguien más para que lo haga. Y no tengo ningún problema en ir a buscar a tus amigos y entregárselos a Ra’d. Pero eso no será necesario si prometes ayudarme a matarlo y a salvar a mi hermana.

    Este tipo realmente parecía ir en serio. Debería decirle que sí, o de lo contrario, me matará y llevará a todo este grupo de locos hacia la universidad. No puedo permitir que eso pase. Pero hay algo que no me agrada de todo esto. Puede ser posible que Caleb me esté mintiendo, y que quiera que lo lleve hasta la universidad solo para quedar bien con Ra’d. Pero también puede que esté diciendo la verdad, y que realmente Gina y él no quieran estar con un tipo así. Odiaría verme en una situación similar, pero eso no quiere decir que la historia de Caleb sea cierta.

    Voy a decirle que sí, y de esa forma, haré que Caleb me lleve de vuelta con mis amigos. Pero luego voy a tener que decidir qué es lo que voy a hacer con él. No tengo forma de probar que miente, pero tampoco tengo forma de probar que dice la verdad. Ra’d es un peligro que conviene eliminar, porque tarde o temprano van a encontrar la universidad. Lo mejor será convencer a Raphael de asesinarlo, pero no sé qué es lo que hará Caleb una vez que descubra la universidad. Ni hablar, tendré que confiar en mi instinto y tomar una decisión una vez más.

    Al igual que la última vez, solo hay dos opciones posibles: confiar en Caleb o traicionar a Caleb.
     
    Última edición: 19 Agosto 2018
  5.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Saludos.

    Encontré dos cosas que me llamaron la atención, aunque perdí la primera por que lo leí hace rato y comento hasta ahora.
    Ente diálogo, antes hablaba Caleb y en le siguiente a éste habla Foster. Aquí parece que mezclaste el diálogo de ambos.
    "— ¿Cómo? — no le creí ni una sola palabra de lo que decía — Ra’d es un tipo al que le gusta saquear todo lo que haya. Nos obliga a todos nosotros a saquear cualquier casa, tienda, o cualquier lugar que le parezca que puede tener algo de valor."

    Y ya cuando todo estaba bien, las parejas hechas, Duncan maltratando psicológicamente a Jeff por algo que no pudo controlar y el camino libre para saquear varias cuadras, vas y matas a Mario, muy sin gracia por cierto, y secuestran a Foster, y encuentran a un maníaco que controla una comunidad por medio del miedo y conformismo que quiere acabar con el grupo de Raphael y quitarles todas sus cosas, cualquier parecido con el Gobernador o Negan de The Walking Dead es mera coincidencia.

    Claro que es algo totalmente posible al sobrevivir un apocalipsis, robar y eliminar a la competencia.

    Decido: Traicionar a Caleb de forma cruel y despiadada. Casi apuesto que Gina está conforme con su posición en el grupo y no quiere ser rescatada, incluso que sea una trampa de Ra´d..

    En Memoria de Mario.
    Capítulo 1 - Capítulo 4A
     
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  6.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Vaya, ha sido uno de los mejores capítulos al menos para mí. Todo iba genial y sentía que iba a suceder algo repentino, cosa que así fue. De pronto, Mario es asesinado y Foster secuestrado por cuatro psicópatas saqueadores. Sobre lo de Caleb, es imposible saber si miente o no, pero considerando que no hay alternativa y que si descubre una traición terminaría peor... eligó confiar en Caleb.

    Es algo que yo haría en una situación así, aunque no sería confiar del todo. Sin embargo, lo de traicionarlo no lo veo. Pienso en las consecuencias y creo que elegir esa opción de la traición terminará con muchas muertes. Foster puede ser un héroe si salva a la universidad de que esos locos la descubran. Pero tendrá que lanzarse al azar y ver si Caleb es de fiar... cosa que espero que así sea.

    Espero el próximo capítulo con ganas. Un saludo.
     
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  7.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Finalmente, he tomado una decisión con respecto al destino de esta historia. Lo he pensado bien, y crearla me supone un esfuerzo muy grande. Ahora mismo, debería escribir el capítulo 5 unas 4 veces dado a la existencia de varios caminos que he ido dejando. Y la verdad, no vale la pena. Cuando hice esta historia, creí que el hecho de que fuera una ficción interactiva llamaría la atención de los usuarios y que tendría varios comentarios donde cada uno de ellos elegía un camino que resultara diferente de los demás (obvio, con algunos eligiendo el mismo resultado). Pero los lectores han perdido interés, al punto de que son solo Dark Rs y Resistance los que han comentado los capítulos recientes, y a los cuales les agradezco por haberlo hecho.

    Pero cuando pienso que voy a escribir el capítulo 5 unas 4 veces para solo recibir comentarios a dos de ellos (porque no puedo esperar que ustedes se lean los cuatro capítulos, ya que yo mismo sé que es imposible) lo único que me llega es cada vez más desmotivación. Voy a hacer el cuádruple de trabajo para solo dos lectores, lo cual no merece la pena para mí, y estoy seguro que cualquiera en esta situación pensaría lo mismo. Realmente tenía ideas para los diferentes caminos que tomaría la historia (los cuales iban a terminar siendo 6 en total), pero es un esfuerzo muy grande para que lo lea muy poca gente. No estoy dejando la historia porque no tengo idea de como resolver los caminos, la estoy dejando por la poca recepción que tuvo, que no fue ni la mitad de la que yo esperaba.

    Además, tengo un proyecto al cual le he dedicado un largo tiempo, y si me concentro en esta historia, no voy a poder concentrarme al 100% en el mismo. Mi idea no es hacer dos cosas a medias, y menos cuando una de ellas lleva mucho tiempo dando un resultado que me gusta. Por lo cual he decidido que reiniciaré esta historia, convirtiéndola en una historia de un único camino en el 95% de su progreso. Al final de la misma, se podrá tomar una decisión de la cual derivarán 2 o 3 finales, pero eso será todo. Por el resto, será lineal.

    Dark RS , Resistance si están interesados en leer la nueva versión, háganme lo saber y los etiquetaré cuando esté lista. Gracias a ambos por el apoyo que le han dado a la historia.
     
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  8.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

    Sagitario
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    Avísame cuando hagas la nueva versión, estoy interesado en leerla. De todas formas entiendo tu postura y en tu lugar yo haría lo mismo, así que no tengo nada que reprocharte. En definitiva, avísame cuando tengas la nueva versión. Un saludo.
     
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