Long-fic de Pokémon - Follow me!

Tema en 'Fanfics de Pokémon' iniciado por Plushy, 1 Mayo 2018.

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    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    Pensé que sería "primero" aunque me tomase sus treintipico horas para planear un comentario decente, pero me rebasó RyN xD. Ah, bueno -w-

    Ver a Pachirisu usar su ataque de "Sígueme" fue divertido. La naturaleza traviesa de ésta le hizo meterse en más problemas de los necesarios, tanto con Slaking (que al parecer tenía naturaleza Miedosa xD), como con Gyarados. Okeeeey... xD

    Lo de Jun preguntándose por "de dónde salen tantos legendarios inmejorables" y su descripción acerca de la crianza de legendarios en ese universo me hace pensar:

    1- Es un modo interesantísimo de que existan más de uno de cada legendario, haya o no haya Ditto envuelto en el asunto.
    2- Sigo prefiriendo mi propio headcanon de que cada legendario escoge un "elegido" humano y procrea con él / ella x'D jaja... seh, tengo mente cochambrosa, lo sé :V
    3- Lo de la aparición de legendarios inmejorables en todos lados me hace pensar en la historia que hiciste para la actividad "Chiquito pero picoso" x'D. (no olvido fácilmente esas cosas -w-)

    Y vaya discusión se tiraron RyN y Xeon respecto a la viabilidad de tener un Raichu en ese universo :'V. No voy a opinar al respecto, salvo para decir que sí, es un tema interesante para un fanfic de universo "híbrido" como nos muestra Plushy.

    Ahora solo queda esperar lo que sigue n__n. ¡Nos vemos!
     
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    Trafalgar D Ace

    Trafalgar D Ace Usuario común

    Aries
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    Buen capitulo

    Vaya que cantidad de pokemons legendarios y muy poco tiempo

    La orden "sigueme" fue muy divertida XD

    ¡Sigue asi animo!
     
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  3.  
    Allister

    Allister Caballero del árbol sonriente

    Virgo
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    Pobre Pachirisu me causó gracias que lo mandaran a volar al final del cap ( Moraleja, nunca te metas con una Gyarados hambrienta ) Me ha parecido un capítulo sencillo, como de relleno para mostrarnos que el Pachirisu ya sabe usar Follow me, esperaré el siguiente donde estoy seguro habrá un poquito más de acción saludos.
     
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  4.  
    DoctorSpring

    DoctorSpring Disgregrador

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    Good morning, mai frien.

    No he tenido demasiado tiempo como para seguir leyendo de este fic pero ahora que estoy libre aprovechare para comentarte 3 capítulos (incluyendo el que se me pasó) en un solo comentario.

    Primero que nada empecemos con comentarios generales y debo decir que la narración no me convence del todo. Se me hace un poco vaga y creo que puedes mejorar en ese aspecto. Tengo la sensación de que no te esfuerzas lo suficiente en esta historia para poder enfocarte en los demás proyectos cuando si lo estas publicando es que quieres ofrecer una historia lo mejor posible a tus lectores.

    Dejando eso de lado, la historia va por buen camino. Me gusta las personalidades tan marcadas de los pokémon del equipo. Ya quiero ver cómo van a ser los primeros combates.

    Ahora comentemos capítulo a capítulo.

    Capítulo 1: Aquí vemos como la pachirisu conoce a sus compañeros de equipo cuyas personalidades son retratadas bastante bien, mientras que el talonflame y la garchomp son los relajados del grupo, la gothitelle es la seria y el gardevoir es el tímido. Espero ver como se compenetran en combate.

    Capítulo 2: Este capítulo se me hizo un poco innecesario, exceptuando el final que es donde Jun empieza a dudar sobre la inclusión del pachirisu. Ahí todo correcto.

    Capítulo 3: Este capítulo puede mejorar mucho en narración pero por lo demás me pareció que esta bien. Además tenemos algunas pinceladas sobre el uso de legendarios en el competitivo y tal vez una pequeña insinuación sobre el pokéhex pero eso es cosa mía.

    Eso sería todo por ahora.

    Espero no haber sido demasiado duro y confió en que rescates lo que te sirva de esta crítica, sea poco, mucho o nada.

    Saludos.

    PD: ¡Qué no pare la música de sonar!
     
  5. Threadmarks: Cap 4
     
    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Título:
    Follow me!
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    3622
    El pachigod vive!!!!

    Advertencia: único capítulo en que esta cosa se pone darks

    Capítulo 4: PKHeX



    Cuando no se encontraba entrenando, a Pachirisu le gustaba explorar el “jardín”. Si bien es sabido que el tamaño del cerebro de la especie no sobrepasa el de una nuez grande y, a veces, no se acordaba de todos los inquilinos del lugar, la mayoría de estos ya tenían ubicada a la pequeña ardilla. No todos por buenas razones.

    Pero de quien sí se acoraba, a parte de sus compañeros de “trabajo” era de un pokémon muy gracioso que vivía en uno de los cobertizos, uno tan grande que parecía una pequeña mansión. La mayor parte del tiempo la puerta se encontraba cerrada y sólo se abría para que su amo entrase con pokébola en mano y saliese cargando una canastilla de huevos. Cuando la curiosidad le era muy grande se acercaba; la mayor parte del tiempo escuchaba ruidos de lo más extraños, posiblemente producto de algún entrenamiento “especial” como al resto de los pokémon que ahí habitaban.

    Una de las esquinas inferiores tenía una tabla rota con un agujero lo suficientemente grande como para poder entrar. Algunas mañanas iba a hacerle compañía ya que, según lo que le había explicado el pokémon, tenía prohibido salir de su refugio. El pokémon era de un tono azulado más claro que su pelaje, era pequeño y era como estar frente a un pudín viviente. Si le hacía cosquillas, todo su cuerpo se agitaba de un lado a otro, podía estirarse hasta alcanzar el techo y, lo mejor de todo…. ¡podría transformarse en un Pachirisu de cara chistosa!

    Cuando los ruidos del cobertizo no eran ensordecedores, entraba a jugar con el pokémon. Ambos eran felices. Un día, entró y quiso que jugaran, pero el pokémon curioso parecía no sentirse bien; Pachirisu salió volando y regresó con una baya Zidra, diciéndole que con eso quedaría como nuevo y el pokémon le agradeció el gesto. Al día siguiente no parecía estar mejor: se encontraba casi inerte, con el cuerpo desparramado sobre la paja y una cara de amargura tremenda; salió tan rápido como el día anterior y esta vez trajo cinco bayas diferentes creyendo que simplemente estaba mal del estómago y alguna de ellas le haría sentirse mejor. Nuevamente el pokémon agradeció el gesto para quedarse dormido.

    A la mañana siguiente, el pokémon no estaba ahí. Hubiese entrado antes pero su amo se le había ganado y no quería meterse en (más) problemas por husmear en un sitio al que explícitamente le había ordenado no entrar. Notó que el resto del día su amo se encontraba con los ánimos apagados y con la mente en otro lugar; con su poco tiempo de vida se había hecho a la idea de que amo no era alguien muy expresivo, pero sí una persona que sonreía de manera tierna y que infundía la clase de confianza que animaba a seguir adelante. Nada de eso pudo sentir ese día.

    Fue al otro en que, pareciendo de mejor ánimo, lo encontró alistándose en su habitación. Entró por la ventana sin importarle nada más que verlo más animado. La miró por un momento y ella sonrió inflando los mofletes. Amo esbozó una sonrisa tenue y puso un dedo sobre su frente, presionando con un poco de fuerza.

    —Saldré, pero no debes seguirme. Mi madre se quedará hoy a cuidarlos, hazle caso, puede ponerse peor que Gyarados si la hacen enojar.

    Acto seguido, infló los mofletes a modo de protesta. “No, no y no, si amo no estaba bien ella debía animarlo. Además, quería saber a dónde se había ido su amigo”.

    —Ni siquiera deberías estar aquí, pequeña traviesa. Ven.

    La tomó por los costados, bajó por las escaleras, salió de su hogar y se dirigió hasta el lugar donde se encontraban el resto de sus compañeros. Garchomp se encontraba haciendo sus calentamientos diarios mientras que Gothitelle y Gardevoir intercambiaban ataques psíquicos (motivo por el cual el también tipo hada tachó de tramposa a su compañera por emplear ‘cosquillas’ para distraerlo). Al momento de que Jun llegó con la eléctrica, Talonflame aterrizó del árbol, con los ojos como mirando en diferentes direcciones y preguntando lo de siempre:

    —¿Ya puedo hacer ‘pájaro osado’?

    Todos voltearon a ver a su entrenador expectantes por la rutina diaria.

    —Saldré un rato a atender asuntos. Por la tarde tendremos combates, la fecha se acerca y necesito saber si ya están listos.

    Todos los pokémon lanzaron un grito de júbilo. Jun se dio la media vuelta para dirigirse hacia la cochera. Garchomp se sentía con ánimos de sobra como para entablar un combate amistoso en lo que el amo regresaba.

    —Oye, Pachirisu, ¿te gustaría que peleáramos para pasar el tiem…? ¿Eh?

    En donde debía haber una ardilla se encontraba una nuez mal puesta que rodó a los pies de la dragona.

    “¿Y ésta cuándo aprendió ‘sustituto’?” pensó.

    Jun ya había puesto en marcha el motor del vehículo para cuando Pachirisu entró con sigilo por la puerta del garaje para trepar hábilmente por una de las columnas de mármol y aventarse como Emolga a la parte trasera de la camioneta. Tras el improvisado aterrizaje, el vehículo comenzó su marcha rumbo a la capital.





    Después de casi dos horas de viaje, Pachirisu aún se encontraba rebosante de energía tras haber disfrutado de su primer viaje fuera de casa, sin pensar en lo mal que la hubiese pasado por insolación de no haber estado parcialmente nublado o del infarto que le hubiese dado a su entrenador tras percatarse por el retrovisor. Bajó de un salto para esconderse debajo del vehículo, su amo abrió la puerta y colocó una mochila de viaje en el suelo mientras terminaba de asegurar el volante. Tan pronto el objeto tocó el suelo, Pachirisu procedió a inspeccionar por aquí y por allá hasta que encontró una abertura en la parte superior. Dentro, todo estaba oscuro y sentía algo similar a las virutas de madera de su corral, pero mucho más alargadas y gruesas; de pronto, sintió un movimiento brusco y el rebote de las pisadas.

    Lo que no pudo ver era el lugar donde se encontraban: el estacionamiento de uno de los Centros de Investigación Pokémon más grandes de Hanja y el mundo entero. Jun ni siquiera había entrado por completo al edificio cuando una de las asistentes ya lo estaba atendiendo; peor aún, bastó con que mencionara su nombre para que la señorita lo tratase como a la realeza, es decir, como alguien de mucho dinero que seguramente estaría interesado en los diversos servicios que tenían disponibles.

    —Yo… estoy buscando al Profesor Feng. Jeon Feng.

    La alegre sonrisa de infomercial de la señorita cambió su tono, uno lo suficientemente preocupante como para hacerlo sudar en frío por unos instantes.

    —Oh, entiendo. Déjeme ver si el Profesor se encuentra disponible, le diré que un cliente ha venido a verle.

    Se sentó en una fría silla del salón principal esperando a que lo atendieran. Si era sincero, no era un lugar donde realmente deseara estar. La primera vez había acudido por recomendación de un amigo suyo, cuando decidió dejar de viajar para dedicarse a la crianza de tiempo completo.

    “Pregunta por el profesor Feng para pokémon de crianza. Eso sí, lleva dinero”.

    El primero que consiguió lo dejó todo el año sin poder hacer gastos extras, pero debía reconocer que gracias a ese pokémon logró recuperar rápido su inversión, hasta le pasó la ridícula idea de poderse hacerse rico.

    Apenas había dado su primer paso en el verdadero mundo de los combates competitivos. En otras palabras, se acababa de meter en la boca del Mightyena sin saberlo.

    La suerte evitó que la historia de Pachirisu terminara en aplastamiento dentro de una mochila a causa de la ansiedad de su entrenador gracias a que la asistente llegó en el momento justo. Al pedirle que pasara (con las medidas de seguridad que el ya sabía), tomó la mochila y fue escoltado hasta el área de “sólo personal autorizado”.

    El lugar, oscuro y ruidoso por la ventilación, contrastaba enormemente con la pulcritud, los enormes vitrales que dejaban pasar toda la luz y el movimiento de la gente del frente del edificio. Observado únicamente por el ojo de las cámaras de seguridad, continuó por un estrecho pasillo hasta toparse con unas escaleras. Debajo, un hombre no muy alto de lentes y cabello negro azabache, con una simple playera gris y un pantalón desgatado le esperaba.

    —Señor Park, no lo esperaba tan pronto… ¡Ah, que el Torneo Mundial ya casi empieza! Parece que por fin ha tomado una sabía decisión respecto a la última propuesta que le realicé. Debo decir que últimamente he tenido muchos clientes, quizá más de los que me gustaría. Más dinero, más trabajo y esta espalda no está para esos trotes, ¿sabe?

    —Yo… sólo vengo por un Ditto… de los de crianza.

    El profesor se acomodó los lentes, haciendo cálculos mentales que le nublaban la mente como para darse cuenta de lo incomodo que se encontraba su cliente. Por no decir que ese detalle lo tenía muy sin cuidado.

    —Oh… ¿cuándo fue el último? ¿Seis meses? Humm, debió ser uno de la serie DP, pero le garantizo que la nueva serie XY es mucho más duradera para su… uso rudo.

    Algo dentro de Jun se contrajo al escuchar cómo aquel hombre reducía a los pokémon a ser un mero artículo de inventario.

    Pero él no tenía ningún derecho a reclamar. No siendo consumidor de la mercancía.

    Feng le hizo la señal para que entrara en su despacho, no sin hacerle una pequeña aclaración:

    —La serie XY no se limita a Dittos, si le interesa…

    Pachirisu escuchó la puerta cerrándose; tras una serie de vaivenes, todo se detuvo. Asomó la cabeza con sumo cuidado y pudo ver a su amo hablando con otro humano hablando de algo. El lugar le pareció de lo más extraño: estaba oscuro y olía chistoso. Siguió olfateando hasta que pudo percibir algo que debía ser comestible y siguió a su nariz hasta toparse con un ducto de ventilación por donde se adentró.

    El rastro llegaba a otra habitación que tenía una mesita con una especie de vaso de plástico del que humeaba algo. “Sopa”, pensó Pachirisu cuando trepó hasta ella y procedió a sumergir su cabeza en ella…

    La peor decisión de su vida.

    Sabía a algo que había babeado Slaking y estaba insalubremente salado. ¡Nada que ver con las deliciosas meriendas que preparaba la madre de su amo para ella y el resto del equipo!

    Pensó en regresar con su amo, pero antes de bajar de la mesa vio algo que le llamó la atención. Había un artefacto extraño lleno de manguerillas y luces sobre una gran plancha de metal con una pantalla al frente, un “televisor”, como parecía que su amo le había llamado una vez. Y a un costado de esa máquina había un gran tubo de vidrío que contenía a un pokémon. Uno que le resultaba familiar.

    Era casi idéntico a su amigo “estirable” salvo porque ese era rosa en vez de azul. A lo mejor estaba resfriado y ahora que ya se encontraba bien había cambiado de color. Saltó de la mesa hasta la plancha y corrió hasta el extremo que daba al tubo.

    Pachirisu no sabía leer, ni mucho menos podía identificar grifos bajo sus patas. Y de haber sabido, ninguna de las palabras que tenía la máquina hubiesen tenido el menor sentido para ella:


    PkHeX prototype 20180128

    SAV DATA SLOT

    Pachirisu chilló para llamar la atención del pokémon, pero al notar que no lo escuchaba, procedió a dar golpecitos en el tubo. El pokémon alzó la vista para verle.

    “Eh, sal de ahí, vamos a jugar”.

    El pokémon ladeó la cabeza… o la parte de su gelatinosa masa que podía interpretarse como una cabeza. Se estiró por el tubo a la altura indicada. El pokémon se onduló felizmente, haciendo que Pachirisu bailara y moviera sus patitas en señal de que también quería jugar.

    “Si tan sólo supiera cómo sacarte de ahí…”

    Si el tubo estaba conectado a esa ‘cosa’, algo de eso debía funcionar para quitar la barrera protectora, así que decidió oprimir todos los botones, saltando de uno a otro.

    La pantalla se encendió; a continuación, saltaron un montón de letras:

    Please, entry SAV DATA…

    Please, entry SAV DATA…

    Please, entry SAV DATA…

    Error, no SAV DATA found.

    Error, no SAV DATA found.

    Proceed anyway?

    Confirm option…

    La pantalla se fue a negro, con un par de letras rojas y una barra de carga que empezaba en 0%...

    1%

    El tubo comenzó a energizarse con el pokémon dentro.

    5%

    Una serie de rayos impactaron al pokémon. Pachirisu chilló de horror al ver lo que estaba pasando y comenzó a taclear su cuerpo contra el cristal, pero ninguno de los golpes parecía tener efecto. Sabía electrificar su cola como un eficaz su escudo, sabía cómo hacer que otros pokémon le siguiesen, pero nada de aquello le serviría.

    19%

    Estaba tan asustada que ni siquiera se le había ocurrido que sus colmillos podían ser la solución. Intentó clavarlos, pero parecía inútil, toda su práctica se había centrado en morder a otros pokémon en alguna extremidad, nunca algo de ese grosor.

    43%

    Aunque no podía escuchar los gritos de dolor del pokémon, la forma tan horrenda en la que se retorcía, expandía y contraía como si fuese a explotar terminaron por afectarle: tenía el estómago revuelto, los pelos erizados y un terrible sentimiento de culpa carcomiéndole desde dentro.

    87%

    El tubo se había iluminado por completo sin dar ninguna señal de romperse o abrirse. Oyó pasos. Tuvo miedo, por primera vez en su vida conocía el miedo y no existía cosa peor en el mundo que aquello. Entre temblores y lágrimas comenzó a dar pasos hacia atrás hasta echarse a correr como nunca hasta el ducto de ventilación.

    Feng bajó despreocupadamente por las escaleras y giró en dirección de la mesa ya que al frente se encontraban una serie de estantes con varias pokébolas.

    —Ah, mierda, ya debió de haberse enfriado. No importa que el presupuesto de para más, me gusta demasiado esta basura como para dejarla.

    Medianamente decidido a terminar de comer y dejar a su cliente esperando un rato (¡Culpa suya por haberlo interrumpido! ¡Debía saber que era un hombre ocupado y la hora de la comida no era un lujo que siempre se pudiese dar!) cuando miró momentáneamente a la pantalla y dejó caer los insípidos fideos al darse cuenta que el aparato estaba encendido… ¡y con un mensaje de error!

    —¿Volví a dejar esta mierda encendida? Joder…

    Echó un vistazo al tubo… y sólo soltó un gesto de desagrado.

    —Por estas cosas agradezco que el Centro me de ayudantes, yo no voy a limpiar eso… Bueno, mi almuerzo de arruinó… Nota mental, cobrarle el insumo de la sopa… que sea una dotación de sopas, sí.

    Hizo un par de estiramientos flojos antes de volver a poner su mirada sobre los estantes.

    —Menos mal que sólo era de los de “prueba”, si hubiera sido de los buenos… Brr… ni pensarlo. En fin… ¿Dónde dejé a esas putas de 6 ivs?

    Tras varios minutos más de intranquilidad, Feng regresó con una pokébola en mano y un papel en otra. Jun ya sabía de qué se trataba. Cada que tenía que firmar uno de esos acuerdos de confidencialidad se sentía tan sucio…

    —Espero que comprenda que estos modelos son mucho más durables, pero también más costosos. No es cosa mía, señor Park, usted como administrador de un Centro de Crianza mejor que nadie debe saber que los insumos y la investigación cuesta. Es… por el bien de la investigación científica… y de la comunidad, ¿no le congratula saber que está contribuyendo a mejorar la escena competitiva, señor Park?

    Jun se limitó a entregar el contenido de la mochila y muy gustosamente Feng se puso a contar los fajos de billetes. Tan pronto quedó la transacción realizada, Jun casi le arrebató de la mano la pokébola con visibles intenciones de irse lo antes posible e intentar pasar el resto de la tarde con sus pokémon, lejos de ese mundo nefasto y corrupto del que quería escapar mas no podía.

    —Ah… antes de que se olvide, debo recordarle que… —al no ver interesado a su cliente, carraspeó un poco. Vaya chico, de no ser porque era uno de los entrenadores con más influencia de la región ya le estaría dando una tunda a ver si aprende algo más de modales— aún con ese método la posibilidad del ‘inmejorable’ sigue siendo baja. 1/683 para ser más exactos.

    —Lo sé… —murmuró sin detener su marcha.

    —También que los nuevos clientes ya están probando los últimos modelos. Posiblemente algunos de ellos vayan a participar en el Torneo Mundial.

    Las intenciones de aquel hombre estaban más que claras, pero no iba a dejarse intimidar por nada.

    —Gracias, pero ya tengo el equipo de este año.

    —Ah, por último, y sólo porque me cae bien —dijo de dientes para fuera—, le diré otra cosa, llámelo una corazonada, pero… ya le digo que los Landorus-Therian son el futuro, con tanto Zapdos andando por ahí… y podía dejarle uno a un precio razona…

    El azote de la puerta le había cortado su oferta de negocios.

    —Bah, que se lo joda un Garchomp.

    Bajó nuevamente al sótano, esta vez encendiendo el complejo de luces. En un alejado rincón que había pasado desapercibido por Pachirisu, se encontraba una cámara de criogenización: una especie de refrigerador industrial que contenía decenas de “latas”, todas ellas con la leyenda SAV DATA y el nombre de un pokémon.

    Casi todas mencionaban algún “singular”.

    Busco precisamente una con el nombre del singular tierra-volador. Con mucho cuidado, procedió a abrir con la herramienta adecuada; en su interior se encontraba lo que parecía un colmillo lo suficientemente grande como para ser considerado parte de una mandíbula.

    Nada de eso asombraba o conmovía a Feng. Mucho menos le causaba arrepentimiento alguno.

    Cerca del dispositivo principal se encontraba un aparato de radiocomunicaciones. Oprimió un botón y comenzó a hablar.

    —Oye Yook, mándame a uno de tus chicos al C-45. Mándalo con instrumentos de limpieza y, por favor, pídeles no vomitar esta vez, ¿de acuerdo? Gracias.

    Al terminar, se dirigió a un estante diferente, uno mucho más grande, con cientos de pokébolas apiladas una encima de otra. Arriba del todo, había un letrero:

    Material de prueba.

    —Y bien, ¿quién de ustedes se convertirá por fin en mi inmejorable?





    Jun se encontraba en el estacionamiento y a unos cuantos pasos de su camioneta cuando algo, como salido de la nada, casi se le impactó en el rostro. Por inercia se cubrió hasta que pudo ver de qué se trataba.

    —¡¡¿Pachirisu?!! ¡¡¿Pero qué…?!!

    Muchas cosas le pasaron por la mente en ese momento y no sólo era la duda de cómo había llegado ahí, eran cosas mucho más aterradoras: ¿Y si en ese rato de descuido se había peleado con otro pokémon y había aprendido (y olvidado) un ataque? ¿Y si sus estadísticas habían cambiado a raíz de ese combate? ¿Y si se había lastimado de gravedad y ya no podía participar en el torneo?

    Estaba espantado y genuinamente preocupado. Pero también sentía coraje porque le había desobedecido y puesto en riesgo una labor en la que llevaba meses. La misma labor que lo tenía ahí mismo consiguiendo Dittos variocolor inmejorables, cosa que en la naturaleza era tan ridículamente difícil que sucedería que, de hacerlo, se podía considerar un verdadero milagro.

    Todo porque sabía que no existía otro modo de poder sobrevivir en ese mundo donde la más mínima variación de fuerza, defensa o velocidad significaba la gloria o la derrota definitiva.

    Y si quería cambiar algo de ese mundo, tenía que hacerlo jugando bajo esas crueles reglas.

    A punto de darle el regaño de su vida, notó que no estaba bien. Pachirisu se encontraba llorando descorazonadamente, restregando su pequeña cabeza en el pecho de su entrenador e intentando usar su cola para darse consuelo a sí misma.

    Sintió que el mundo se le venía abajo. Sin pensarlo más, tomó con delicadeza a su pokémon al interior del vehículo y manejó a toda prisa al Centro Pokémon de la ciudad.





    Casi tan rápido como la eléctrica había ingresado a revisión, regresó dentro de su pokébola a manos de Jun.

    La enfermera no se veía preocupada y más le espantaba la ansiedad del dueño que el pokémon que había revisado.

    —Su pokémon se encuentra en perfecto estado de salud, algo conmocionado eso sí.

    —Pero, ¿qué fue lo que le pasó?

    —Posiblemente se haya espantado, si estuvo fuera de su pokébola posiblemente debió impresionarse por un coche o un pokémon grande. Estos pokémon suelen estresarse al ver a algún depredador.

    Decidió no ponerse a discutir que su Pachirisu no podía estar más feliz a lado de pokémon como Garchomp o Gyarados y que si creía que esa era la causa de su terrible estado más le valía ir buscando otra profesión. Agradeció de forma tajante para salir del Centro.

    Ya dentro de la camioneta, decidió sacarla de la pokébola porque sabía que no le gustaba estar encerrada. Al parecer le habían suministrado algún calmante porque se encontraba profundamente dormida. Aún así, algo parecía seguirla molestando en sus sueños y no deja de lagrimear.

    A Jun no le faltaba nada para que también se le saliesen las lágrimas.

    —¿Qué se supone que debo hacer contigo, pequeña?

    Las dos horas de trayecto a casa terminaron por volverse las más infernales en su carrera como Entrenador Pokémon.
     
    Última edición: 7 Septiembre 2018
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    Maze

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    Iba a hacer el chiste de han pasado 84 años... pero ya es algo viejo. De todos modos, es la primera vez que comento por acá. La verdad ya extrañaba las aventuras de la pequeña Dragonslayer

    Forma inglesa de llamar a alguien estúpida.
    También es interesante ir conociendo a nuevos pjs de la historia, como...
    ( ͡° ͜ʖ ͡°)

    Oh, my, el Ditto salió brioso. Pachi, estás muy joven para jugar a eso.

    Pero Ditto está enfermito. A Ditto le contagiaron algo, como un vip... pero al resto no le importa, siguen en lo suyo.

    ( ͡° ͜ʖ ͡°)

    Cuando dijiste que se ponía darks creí que te referías a edgy, no a tanta pokefilia...

    En algún momento del hiatus de 84 años.

    Y con sus nuevas habilidades ninja, Pachi decide infiltrarse en la mochila de Jun para descubrir dónde está su amigo azulito con un harem que ahora anda depre... esto empieza a sonar muy rescate de Sasuke.

    Nvm, Ditto está muerto. Tanto sexo le reventó el corazón. Se vino tanto que se fue.

    Kraaaalin in my Skin...

    Bueno, el capítulo se me hizo un tanto amargo. Me pareció bien logrado el cambio de atmósfera de ligero y casual a paulatinamente más sombrío, y hace que sienta curiosidad respecto a qué pasará con Pachi, si este suceso va a influir en ella o si su cerebro de nuez olvidará todo. Me gustó en especial la postura de Jun, un poco hipócrita, pero consciente de ello, y ese detalle de que su primera preocupación fuese su tiempo de preparación desperdiciado, mostrando un lado más egoísta, permite dimensionarlo un poco más aún.

    Buen cap Plochi. Nos estamos leyendo.
     
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    Allister

    Allister Caballero del árbol sonriente

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    Y bueno después de mucho tiempo por fin retomas el fic. La lectura se siente fluida y clara, y sobre todo este capítulo nos demuestra lo verdaderamente creepy que sería en el "mundo real" implementar procesos no naturales para obtención de Pokémon fuertes. Ni que hablar de las folladas extremas que los dittos tienen que dar para parir huevos como si fuesen una maquina de fábrica. En fin, muy buen cap y habrá que ver de que forma afecta el trauma el rendimiento del Pachirisu. Saludos Plushy.
     
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    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

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    Luego de una buena siesta me encuentro con la continuación de este lindo fanfic... okey, no tan lindo, pero es bieeen meta, así que cautiva mi interés :V.

    Ay, pobre Jun, se ve que no disfruta el tener que recurrir a esas prácticas para la crianza... pero hey, que es lo que todos hacen y hay que asegurarse para subsistir... puta madre >:V. Maldita región de los cojones donde le tocó vivir...

    Pachirisu vio de primera mano lo que pasa cuando algo sale mal. Un Ditto hecho mierda... SPLAT!! >_<U. No es de extrañar que esté traumada n_nU. Y vaya comentarios hace el Doctor Feng respecto a los Pokémon. Para él no son sino sujetos de prueba o simples objetos para su investigación... y para ganar dinero... para comprar maruchans baratas x'D jeje.

    Al menos el episodio no se me hace excesivamente pesado n_nU. Adoré la referencia de las "Cosquillas" entre la Gothitelle y el Gardevoir xD. Vaya cochinos :L jeje... se nota que siempre hay tiempo para "divertirse" -w-

    En fin, no sé qué más añadir. No hallé errores narrativos ni de ortografía -w-. Es una buena historia de pies a cabeza :)
     
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    DoctorSpring

    DoctorSpring Disgregrador

    Tauro
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    La verdad es que este capítulo me pareció más interesante que triste.

    Lo primero que nos narras es lo que hace la adorable pachirisu en sus tiempo libre en el jardín y como conoció a un ditto shiny que voy a suponer que murió por su estilo de vida tan activo. Así que la ardilla eléctrica decide acompañar a su amo tanto como para animarlo como para ver lo que le ha pasado a su amigo.

    Me gustó que hayas dejado claro por las acciones de Jun que no se sentía cómodo teniendo que recurrir a esa clase de servicios. No creo que haya sido necesario decirlo directamente pues se sobrentendía.

    Hablando de sentirse mal, la parte que más me enterneció y entristeció es cuando la pachirisu quiso jugar con el pokémon del tubo pensando que era su amigo después de curarse del resfriado (o más bien la pulmonía causada por el SIDA). Es peor pensando en que lo mató por accidente.

    Los feels son intensos. Buen capítulo

    :shani:
     
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  10.  
    Rojo y naranja

    Rojo y naranja Fanático

    Acuario
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    ¡HAN PASADO 3000 AÑOS!
    POBRE DITTO BRILLANTE, SE MURIÓ, TANTO TRABAJO LO DESGASTÓ, ESE PARK NO DEBIÓ HACERLO ESFORZARSE TANTO
    ¿TANTO LE IMPORTA A PARK GANAR ESE ESTÚPIDO TORNEO QUE TIENE QUE RECURRIR A TÉCNICAS ILEGALES?
    AL PRINCIPIO NO ENTENDÍA MUY BIEN DE QUÉ TRATABA, PERO DESPUÉS DE ANALIZAR ME DOY CUENTA DE QUE SON POKÉMON GENÉTICAMENTE MODIFICADOS POR MÉTODOS ILEGALES Y INMORALES.
    PENSÉ QUE LO QUE HABÍA PROBADO PACHIRISU ERA CAFÉ, PERO AL PARECER ES SOPA DE MALA CALIDAD
    A ESE PROFESOR FENG NO LE IMPORTAN LOS POKÉMON, SOLO SON NEGOCIO PARA ÉL
    POBRE OTRO DITTO, TAMBIÉN SE MURIÓ, NO CULPARÉ A PACHIRISU, ÉL NO SABÍA QUÉ ERA ESA MÁQUINA, SINO A FENG POR TRATARLOS ASÍ
    ES BUENO QUE PARK SEA COMPASIVO CON PACHIRISU DESPUÉS DE LO QUE PASÓ
    SOLDADOS ¡FIRMES YA!
     
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  11.  
    Asael Martinez

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    Termine de leer wujuuuuuuuu.
    Ok ahora mi respectivo comentario.

    Si me fijo en ortografía pues la verdad no veo ninguna falla, la narracion es buena y de verdad se me hace cómodo leer. Los diálogos están bien, no abusas de ellos e incluso algunos junto con una descripción hacen una buena combinación.

    La comedia es algo difícil de escribir, con esta historia me he estado divirtiendo mucho, nuestra pequeña ardillita es una máquina para hacer reír, sus aventuras suicidas me han gustado mucho. Por ejemplo cuando huyó del Slaking, mi mente generó ese momento y hasta le puso una cara super chistosa de asustada xD.

    Otros momentos como el entrenamiento y el miedo que le tiene a Garchomp, dan una buena forma de entender como es Pachirisu, una ardilla coqueta que le gusta el karaoke y vivir miles de aventuras, esta dispuesta a ayudar a su entrenador. Desde el inicio se vio que no es como los de su especie, pensé que tardaría más en acoplarse pues creí que sería una super miedosa jaja.

    En cuanto a Jun... es nuestro protagonista que por lo visto cría huevos pokemon, no se nada del tema de crianza pero eso no me impidió leer esto :P
    Es también un entrenador Pokemon y por superarse y demostrar que cualquier pokemon bien entrenado es bueno me han hecho pensar que en el fondo es buena persona, fuera de que es un narcotraficante lol pues pago muuuucho dinero por un ditto shiny, sus ambiciones son grandes pero sus intenciones son buenas.

    Se preocupa por sus pokemon, no los ve como unas máquinas.... quiere a Pachirisu y la entrena de manera muy específica, veamos que es lo que sucede después.

    En fin... la historia en si puedo decir que es muy original, nunca había leido a alguien tratar el tema de la crianza, casi no se nada pero lo poco que he oído es que justo En un torneo mundial participó alguien que llevo un pachirisu en su equipo. Es obvio (creo lol) que te inspiraste en ese sujeto. Pero aún así traerlo al mundo de los fics es un punto a favor.

    ¿Lo entiendes? Puede que incluso con esto hayas creado un nuevo formato para los fics de pokemon :O.

    Esta historia tiene de todo... COMEDIA, BUENA TRAMA, SER INTELIGENTE, DARKS, COSAS TRISTES, CURIOSAS.
    Te felicito Plushy te estas luciendo en este fic la verdad.

    Esperaré el siguiente con calma :D
    Salu2!!!
     
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  12. Threadmarks: Cap 5
     
    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

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    Capitulo 5: (I)Legalidad



    En el mundo existen muchos secretos a voces, esas cosas que todo el mundo sabe pero a lo que hacen oídos sordos para pretender que no son verdad, que son la mera elucubración de algún desocupado que pasa mucho tiempo en foros de internet.

    La primera vez que recordaba que algo de aquello se supiese fue hace ya varios años, posiblemente unos cinco, apenas siendo una nota pequeña en una columna interior del diario de la región. Un pokémon, concretamente un Garchomp, había caído muerto poco antes de poder ganar un combate en un pequeño torneo local de una lejana región; por triste que sonara, esas situaciones eran bastante comunes y llegaban a pasar hasta en los campeonatos de más prestigio y con mayores medidas de seguridad. Sin embargo, la verdadera noticia no era la —lamentable— muerte… sino los resultados la biopsia.

    Según rezaba el informe, el pokémon estaba completamente maltrecho por dentro, como si todas sus funciones vitales hubiesen sido llevadas al máximo. Se creyó que el pokémon había ingerido alguna droga ilegal pero el examen toxicológico posterior no arrojaba nada. Lo que comentaba más a modo de curiosidad que como algo verdaderamente preocupante era que el mismo examen había arrojado el ADN de al menos cuatro pokémon más dentro del Garchomp; creyendo que aquello era imposible, aseguraron que debió tratarse de un error por contaminación de instrumentos y que más adelante repetirían el análisis para saber la verdad.

    Verdad que jamás salió a la luz.

    Después de aquel incidente, comenzó a volverse más y más común escuchar noticias de pokémon cayendo fulminados en medio de combates sin dar más información al respecto. En internet, la gente revelaba más: entrenadores misterios que llegaban con pokémon que podían realizar ataques imposibles para su especie, aún naciendo con movimientos huevo. Se hablaba de otros con un poder tan inconmensurable que superaba con creces al de los pokémon singulares. Sobre todo, se decía que en el mercado negro podías conseguir a estas magníficas criaturas… y no se hablaba de una en concreto… se trataban de cientos, quizás miles.

    Como armas creadas en serie.

    Si bien todo aquello sonaba a una descabellada teoría de la conspiración, Jun sabía que era verdad. Y el mundo se hizo eco aquella mañana en la que todas las televisoras reportaban la misma nota:

    Se acusaba al tres veces campeón del mundo, Ray Rizzo, de haber ganado su último combate en un preliminar de Unova con un pokémon “ilegal”.

    “Ilegal” era un término para referirse a aquellos pokémon cuyo poder se viese modificado de modo artificial mediante drogas, un objeto potenciador escondido, un ataque fisiológicamente imposible aprendido mediante alguna forma de entrenamiento extremo o modificaciones genéticas.

    Todos los pokémon que participan en los Torneos Mundiales debían pasar al menos doce horas en custodia del personal de la organización para revisiones médicas y las pokébolas no eran entregadas a sus dueños hasta el momento que ya se encontraban en la arena para evitar cualquier clase de trampa. La clase de revisiones que les hacían eran completamente desconocidas para cualquiera ajeno a la Federación de Campeonatos Pokémon (FECAP).

    No quería ni imaginar las historias de corrupción, tráfico de influencias, sobornos y abusos de poder existían detrás. Los campeonatos no sólo movían millones de dólares, eran tan importantes que el curso de la política de la región cede estaba ligado a los resultados de los eventos más importantes.

    Y la moral no existía en ese mundo donde lo único válido era ganar.

    Apagó el televisor casi aventando el control contra la pantalla. Estaba asqueado de toda la situación; estaba indignado ante el hecho de que nadie parecía salvarse de caer en las garras de la ilegalidad, ni quiera la figura más venerada de la comunidad; estaba furioso consigo mismo por ser parte del problema y no la solución. Encima, lo tenía desecho el que Pachirisu llevara dos días enclaustrada en su cobertizo, faltando sólo cinco más para tener que viajar a Unova.

    Se llevó las manos al rostro, enterrándose las uñas en su propia carne, un dolor pequeño en comparación al de su espíritu roto. Fueron largos y dolorosos minutos de intentar tragarse todo, de decirse una y otra vez que se estaba hundiendo por muy poca cosa; que esos no eran la clase de sentimientos que debía albergar el campeón de la región, que por mucho que se hubiese negado a tomar el cargo para dedicarse a tiempo completo a la crianza, nada le quitaba el mérito de ser considerado el entrenador más fuerte de Hanja hasta que alguien le ganase en un torneo oficial.

    Su ego lo había metido en ese problema, de igual modo que esa ambición era su único consuelo.

    En ese momento, Gardevoir bajó el antebrazo, interrumpiendo la conexión psíquica.

    —¿Esta todo bien? —preguntó Garchomp angustiada.

    Gardevoir se giró… para mostrar una cara llena de lágrimas y mocos.

    —¡¡¡No, es todo tan triste!!! —echó a llorar litros y litros mientras agitaba tontamente los brazos.

    —Eh… ¿es normal eso? —preguntó la dragona con voz bajita.

    —Bueno, los Gardevoir en general son criaturas sensibles que pueden adentrarse en los sentimientos de los humanos… sólo que este a veces se pasa como tres pueblos —respondió la Gothitelle viendo al otro psíquico con cara de bastante pena ajena.

    —¡Talonflame, no te quedes ahí parado nada más viendo y di algo de provecho! —ordenó la tipo tierra.

    —¿Ya puedo hacer ‘pájaro osado’?

    —¡¡Argh!! —chillaron las damas presentes.

    Las cosas no estaban marchando nada bien. Su amo había llegado hacía un par de días y sin decir nada se encerró en su hogar del mismo modo que Pachirusu lo había hecho en su cobertizo. Y por más que le pedían una explicación sólo escuchaban entre lamentos que la dejaran sola, que no quería hacerle daño a nadie más. Todos se preguntaban a qué se refería con eso, pero se negaba a contestar.

    Garchomp era quién más estaba preocupada por la situación, pero estaba segura que si Pachisiru mejoraba su amo también lo haría. Volvió a tocar la puerta del cobertizo.

    —Oye… Pachirisu… sólo queremos saber si estas bien. No tienes que decirnos qué pasó, estamos aquí para darte apoyo.

    —Umm… gracias… estoy… bien.

    —Pachirisu, si quieres podemos traerte unas bayas —ofreció gentilmente Gothitelle.

    —Uh… no… —en ese momento la tripita de la ardilla chilló— mmm bueno… quizá… pero…

    —Descuida, si quieres no entraremos, lo importante es que te estés alimentando bien.

    —Hmm… sí… está bien.

    Aunque Garchomp y Gothitelle se encontraban felices por el pequeño avance que habían hecho, había otro integrante del equipo que no lo estaba en absoluto.

    —¡Ya me tienen podrida con esta situación!

    Del lago emergió Gyarados con su mirada intimidante que dejó a todos los pokémon presentes bastante impresionados. Con su salida, un montón de agua se levantó por los cielos para caer como una poderosa cascada sobre el cobertizo destruyéndolo por completo.

    Nadie daba crédito a lo que veía.

    —¿¡Qué demonios le pasa al intento de dragón!? —gritó Garchomp más sorprendida que molesta por la situación.

    —Parece que a Gyarados se le agotó la paciencia —suspiró la psíquica al ver el otro problema con el que iban a tener que lidiar.

    —¡Ay no, por qué todo siempre es violencia y más violencia! —siguió llorando Gardevoir.

    —¿Ya puedo hacer ‘pájaro osado’? —preguntó Talonflame.

    —¡Cállate! —gritaron todos a la vez.

    Pachirisu emergió de las ruinas completamente empapada pero milagrosamente sin ningún rasguño, estaba tan empapada que el pelaje cubría por completo su rostro como si fuera un Deino. Nadia sabía si realmente estaba viendo el fúrico rostro de la acuática o simplemente seguida demasiado deprimida como para importarle.

    —Tú… ¡Deja de lloriquear de una vez!

    —¡O-oye, Gyarados, creo que te estas excediend-! —su fulminante mirada le impidió continuar.

    —El amo ha trabajado muy duro para este momento, a todos aquí nos ha criado con mucho esfuerzo y sacrificio ¡y este no es el modo de responderle!

    Garchomp no pudo ni estirar una garra para objetar sin que la tipo agua rugiera por todo lo alto.

    —¡Ese evento no sólo es importante para amo, sino para todos nosotros, la oportunidad perfecta de demostrar nuestra valía en este mundo! Los Magikarp somos criaturas tristes y patéticas a las que nos da igual mientras no nos lleve un Pidgeotto… Pero amo confió en que yo podía ser diferente y por eso me entrenó hasta ser lo que soy… Y si piensas que voy a dejar que una ardilla deprimida tire todo eso abajo… ¡tendrás que pelar contra mí y derrotarme!

    —Iba a decir algo, pero la vieja cascarrabias tiene razón, si el amo nos necesita más que nunca no tenemos por qué darle la espalda, sin importar de qué se trate.

    —¡¡¿A quién llamas vieja, tú, hija de la oscuridad?!! —refunfuñó Gyarados salpicando bastante agua— ¡Si aquí la única vieja es esa tiburona de tierra!

    —Bueno, en eso tienes razón, tenemos que seguir motivand… esperen… ¿me llamaron vieja?

    —Pues… sí, tú ya estabas pateando traseros con el amo antes de que Gardy o yo saliésemos del huevo.

    —P-pero… me llamaron vieja… —decía la pobre como si de pronto se le viniesen todos los años encima, ya hasta sentía que los huesos le flaqueaban— Yo no estoy vieja —musitaba mientras agachaba la cabeza.

    Los sonidos de la discusión se elevaban hasta volverme una masa etérea de inconformidades y molestia, como el fastidioso humo de varios cigarrillos de golpe en tu cara irritándote los ojos, provocándote mareos y, por sobre todo, dándote buenos motivos para salir pitando de ese lugar. Todo eso retumbó en la cabecita de Pachirisu que nadie sabía si estaba muy llena de pensamientos tristes o más vacía que la de Talonflame (si es que tal cosa era posible) hasta que todo pareció detenerse e irradiar, como una bomba a punto de estallar.

    Todos se pasmaron al ver cómo el resplandor eléctrico la cubría como una especie de protección. Creyeron que si los Pachirisu tenían alguna especie de evolución secreta, justo como la tenía Gyarados, entonces ese era el momento indicado para que viese la luz.

    Sintieron un retumbe, miraron a la pokémon irascible, pero quedó claro al instante que no se trataba de su temible ‘terremoto’. La energía venía de Pachirisu y si le había dado por aprender ‘explosión’… que Arceus perdonase sus pecados.

    —Yo… yo… ¡¡yoooo!! —vociferaba la ardilla rodeada de todo ese fulgor hasta que de golpe… paró— ¡Ya fallé una vez, pero no lo volveré a hacer! ¡Y no volveré a preocupar nunca más a nadie! —gritaba a viva voz con los puñitos cerrados y la mirada apuntando al cielo para, poco después, volverse a enfocar en el terror marino.

    —¡¡Mil gracias por el apoyo!!

    Y sacando una fuerza digna de Groudon, lanzó un temerario salto para impactarse en el rostro de Gyarados.

    —Si no fueses parte del equipo… te comería ahora mismo… y me limpiaría los restos con tus huesos…

    Pese a las amenazas, Pachirisu siguió restregándose a mil por hora hasta que un bufido de vapor caliente la mandó a volar al otro lado del jardín.

    —Creo que iré a buscar a la señorita Blissey por si las dudas… —suspiró la pobre Gothitelle, aunque sin dejar de sonreír porque al menos se había solucionado el problema.





    Escuchó que llamaban a su habitación, pidió que pasaran. Como era de esperar, se trataba de su madre con una charola fina y un poco de té.

    Jun se encontraba mirando datos en su ordenador, buscando los resultados preliminares al Torneo Mundial. Lo obvio, el excampeón mundial participaría ya que los exámenes no habían arrojado nada anormal en su pokémon, pese a que éste tuviese un tipo de bola experimental exclusiva de un Centro de Investigación de Unova. En la entrevista en video que acaba de ver, Rizzo aludía a que había sido un regalo de ‘uno de sus muchos fanáticos’ y que desconocía que no se trataba de un objeto comercial.

    Sí, parecía muy “conveniente” tener fanáticos dentro de los Centros de Investigación, los mismos que tendrían el potencial de tener esas máquinas que modificaban pokémon para llevarlos al límite de sus capacidades al costo de su vida misma.

    También resultaba “conveniente” actuar de modo tan despreocupado cuando sabes que eres una de las personas más influyentes del mundo y tu palabra es ley en la mayor parte de las regiones.

    Si bien su pequeño yo justiciero no deja de señalarlo como una persona sin escrúpulos, el lado racional estaba ahí para darle un buen ‘doblebofetón’. Entendía perfectamente lo pesado de la presión de los medios, de las expectativas de todos, de convertirte en el símbolo de tu región, de esa obligación de ser siempre el mejor, de tener el tiempo siempre en tu contra, de ganar a como dé lugar.

    De hacer ver que un segundo lugar es peor fracaso que ni siquiera participar.

    El sonido de la cucharilla golpeteando contra la porcelana lo sacó de su ensoñación.

    —Hace un bello día fuera. Los Pidgey trinan, los Sunfloras florecen… En días como estos…

    Jun lanzó un pequeño suspiro, sintiendo una extraña familiaridad ante aquellas palabras.

    —Lo mejor es pasar el tiempo con tus pokémon: jugar, mimarlos, entrenar, quizá solo salir de paseo. U olvidarte de eso y pasar el resto de la tarde viendo televisión con ellos.

    Jun no era ningún niño y eso lo tenía muy en cuenta la señora Park, pero no dejaba de ser su hijo ni mucho menos de sentir preocupación cuando un asunto lo tenía tan desmotivado.

    —A veces agradezco que no siguieses los pasos de tu padre —soltó despreocupadamente sin descuidar la minucia con la que servía el aperitivo—. Tener un hogar a donde siempre llegar es algo que no todos los entrenadores pueden gozar. O el tiempo para tratar a sus pokémon como algo más máquinas de combate.

    Sirvió, miró brevemente por la ventana y sonrió.

    —Y yo creo que ellos también te lo agradecen.

    Jun también lanzó una mirada para encontrarse el rostro de Gyarados con Pachirisu haciendo malabares en él. Y no era todo, el resto del equipo se encontraban colgando del cuello de la tipo voladora.

    Corrió a abrir la ventana y cayó tumbado directo en su cama por la fuerza del impulso de Pachirisu al tirarse a sus brazos. Le siguió Talonflame, Gardevoir y Gothitelle. Garchomp tuvo problemas para poder entrar debido a su aleta y requirió de varios tirones para poder hacerlo.

    —Veo… que ya estás mejor —dijo Jun mientras acariciaba su felpuda cabeza—. Yo… creo que también lo estoy.

    La escena permaneció enternecedora hasta que a Pachirisu le llegó el aroma de algo sumamente delicioso. Se deslizó por los brazos de su entrenador hasta llegar al pequeño plato con un trozo de pastel de bayas. Y estando a punto de devorarlo de una mordida, abrió los ojos y se detuvo. Tomó un pequeño trozo con sus manitas y regresó hasta su entrenador para compartir aquel pequeño bocadito.

    Jun soltó una escueta risa acompañada de un par de lágrimas que no pudo reprimir.

    —No sé si los puntos de esfuerzo se modificaron, pero… me alegra que al menos tu apetito lo haya hecho.

    La señora Park también deseaba volcarse en lágrimas, pero decidió tomar una mejor opción.

    —Ey, todos. Bajen a merendar, hay más pastel de donde vino esa rebanada.

    Pasaron el resto de la tarde conviviendo comiendo, tomando soda y viendo una película que echaban en televisión (incluso Gyarados pudo disfrutar de metiendo la cabeza por la puerta del frente), dejando en segundo plano la preocupación y el estrés de tener el Torneo Mundial a la vuelta de la esquina para festejar que, cualquiera que fuese el resultado, nada cambiaría el sentimiento de tener a aquellos pokémon como parte de su familia.





    Al caer la noche, los pokémon regresaron a su respectivo corral para descansar porque a la mañana les esperaba el último jalón de su entrenamiento. Incluso Pachirisu quien decidió ser obediente de una buena vez e irse a descansar, fue llamada por su amo con una pequeña seña, la misma de ‘señuelo’. La ardillita le siguió hasta la orilla del estanque, donde la luna se reflejaba esplendorosamente.

    —Cuando era un niño —comentó a relatar Jun mirando las cristalinas aguas—, solía ver un programa de televisión, uno de un chico de diez años al que, por azares del destino, le daban un Pikachu para comenzar su viaje. Y recuerdo muchas tardes pegado al televisor disfrutando sus aventuras, así no siempre le fuera bien en combate.

    Pachirisu solo movió su cabecita.

    —Me llevé una buena regañada cuando dije que también quería un Pikachu para empezar mi viaje. “Eso sólo pasa en la ficción, la tele no es la vida real” —dijo tratando de emular el acento de un viejo docente; luego de eso, suspiró—. Supongo que por eso elegí al Ponyta.

    Tras unos instantes, humano y pokémon cruzaron sus miradas.

    —Supongo que esto es lo más cercano que tengo de ese viejo sueño. Aunque no ha sido fácil hacerlo realidad. En verdad… la vida no es como en la tele. No basta algo con desearlo o con tener buenas intenciones. Incluso, si tienes que hacer cosas que no te gusta hacer…

    Paseó su dedo por sobre su barriguita para hacerle cosquillas.

    —Aún así, si lo logramos… creo que todos esos malos tragos habrán valido la pena. ¿Qué dices?

    Jun se detuvo, pero Pachirisu no dejaba de reír de la emoción. Dio pequeños chispazos a modo de aprobación.

    —Bien, es hora de dormir.

    Y aunque ambos se separaron para ir a sus respectivas áreas de descanso, los dos soñaron con que algo grande les aguardaba.
     
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  13.  
    Velvet

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    KE ONDA PELUCHE COMO ANDAS, MIRA QUIEN APARECE DESPUES DE TANTOS AÑOS

    LAS COINCIDENCIAS DE LA VIDA, QUE RARAS QUE SON

    ES CASI COMO SI ME HUBIERAS TIRADO UNA INDIRECTA

    MUY DIRECTA. DE QUE LEA TU FIC. EN DISCORD.

    UY RARAS LAS COINCIDENCIAS DE LA VIDA.

    Bue. Eso me debe haber dejado unas 10 monedas. Ahora solamente tengo que esparcir mis reviews en 6 lindos comentarios para maximizar mis ingresos, a la vez que inflo artificialmente mi numero de mensajes el cual eventualmente me dará mas ingresos! Es casi igual que hacer un balance anual! COMO ME GUSTA LA ECONOMIA YAY!

    Ahora en serio. Voy a dejar un solo paredón porque si después no se que decir de un capitulo me queda un mensaje re cortito y tengo que andar pensando que decir, y nadie tiene ganas de pensar cuando lee fics de un PACHI GOD.

    Desde ya te digo que estoy segura que al menos un par de capítulos ya los había leído de antemano pero me olvide todo. Y también decirte que como sigas haciendo tus capítulos progresivamente incrementales en longitud me va a dar un ACV.

    Terminó la intro? Sí.

    Terminó la boludez? MI AMOR, YO SOY LA ENCARNACION DE LA BOLUDEZ MISMA.

    Veamos. La historia se centra en esa pelea que claramente no me acuerdo nada del campeonato del 2014, pero que se catapultó a la fama por el uso del fucking pikachu ardilla de cuarta – cuarta gen -, que le hacia frente a todo el mundo con su sonrisita diabólica y su cola anormalmente pachoncita.

    Si, es un chiste. PACHirisu. PACHoncita. Denme el trofeo a la comediante del año YA.

    Y al parecer toda la historia viene sazonada con metáforas mordaces y referencias a los adictos al competitivo. Y muchas, muchas batallas que probablemente me aburra de leer.

    Sip. Ahora me acuerdo por qué no me llamó la atención.

    Tenemos una especie de primer plano del chino (DISCRIMINACION MARIA, EN REALIDAD ES C O R E A N O D E L S U R, COMO TE GUSTARIA SI TE DIJERAN CHILENA O URUGUAYA EH? PELOTUDA?) metido en el mundo como si fuera un entrenador mas, lo cual es una perspectiva bastante interesante. La maquina dice que Pachi va a ser la futura Bowsette, y JunJun dice “esta es la mía, no van a saber que pachi los golpeó”.

    Tenemos un par de escenas cute, una referencia a los bichos sin padres y drogados para el competitivo. Pero al menos Pachi nuestra best girl si tiene padres.

    .

    Empecé a leer el primer capítulo un tanto WTF por tanto detalle al equipo. Después me di cuenta que tanto el macho/hembra como la forma de ser probablemente los sacaste de la misma pelea y las naturalezas. VEO QUE ESTUVISTE HACIENDO LA TAREA!

    Después de eso tenemos un poco mas de infodump de como deberían criarse los bichos en el competitivo, que esta bastante acertado pero ABURRIDOOOOO, y saltamos a las pelotitas. Yo soy pobre y nunca tuve una 3DS. Seguramente eso viene al super entrenamiento o como se llame, pero explicado con super detalle – y una referencia a la baya rota esa que clavaba la ardilla jesus que literalmente la hacía resucitar.

    Por lo menos nuestro super protagonista el chino coreano del sur japonés es bueno con los bichos. No me gustaría que esto se convirtiera en una historia de maltato y “oh si, cuiden a los animales, es un mensaje del gobierno de Mexico para Greenpeace”.

    Son capítulos lindos. No hay drama, no hay cosas edgy.

    .

    Nuestro próximo capitulo arranca una vez más, y esta vez abordamos otro tema del mundito competitivo. LOS FUCKING HUEVOS.

    Porque en mi vida me voy a poner a criar bichos, pero recuerdo a gold peleándose con su consola durante por lo menos un par de semanas para sacar a su zorrita violetita rompe upites y ponerle mi nombre.

    Pero ahora multipliquémoslo por un par de equipos completos. La comparación quedo medio chota, ruleta rusa de la genética? Mas como… estadística. Seguí muestreando y eventualmente vas a encontrar al mejor de todos.

    Pero una ruleta no esta tan mal ejemplificada. En estadística nos lo enseñaron con el bolillero para jugar al bingo. Eventualmente vas a sacar el 90, no? Puede ser a la primera, o puede ser al intento 1.000.000. Lo que si se sabe, es que mientras mas veces lo intentes, mas altas van a ser las chances de que aparezca el objetivo.

    El tema de que hacen con los bichos, otro que se ha memeado hasta el hartazgo. Había un comic de una que los tiraba a la WonderTrade que era como un infierno xD. Una vez más, el tuyo tiene un toque más liviano, mas buena onda y no tan edgy.

    Y pausemos un rato. Si, querido. Yo también preferiría al Growlithe.

    Si, mas referencias al colectivo loco. Ese que no leíste nunca :ojitosculpables:

    Estaba a punto de hacer una de las referencias más copadas de toda la historia, que iba a disparar el puntaje de esta historia a un 17/10… pero conté mal.

    Pense que era “Flashligh” porque en los juegos viejos llegabas a los 10 caracteres y nada mas, y le faltaba la t. Pero Flashligh tiene 9.

    Y no hay nada que puedas hacer para solucionarlo. Me fallaste una vez mas, peluche. Casi tanto como esa vez que no subiste el capitulo de Pachigod.

    WAIT.

    Me estoy desviando de vuelta. La escena de los pibes que vienen a hablarle medio como que se desvia del objetivo de la historia pero ¿supongo? que es HASHTAG RELATABLE a cuando les pase el Fuego&Hoja a mis primitos en el teléfono super emulapobre y me EXIGIERON que les diga cual era el mejor inicial… y yo tipo CHARIZARD, OBVIAMENTE… por dentro. La respuesta fue “elegí el que más te guste, los 3 son iguales”.

    QUE GRAN MENTIRA. SOBREVALORADO BOY WILL ALWAYS BE THE BEST IN MY EYES.

    Despues hay medio una charla de los movimientos huevos, los legendarios que llevan al competitivo, Flashlight que ahora tiene el nombre completo… que querés que te diga. Odio a los pendejitos y esta no es la excepción, si te soy sincera mejor que se vayan a pelearse y no vuelvan nunca mas. Esta historia es de pachu, no de los niños cringe.

    .

    Una crítica metafórica mas a los legendarios soft-reseteados hasta el hartazgo hasta que salgan perfectos, cosa que básicamente es imposible de justificar en un escenario realista.

    Tengo que aplicar una vez mas mi pregunta de QUE CARAJO TE FUMASTE para sacar esa escena con el Slaking. La creatividad se te sube a la cabeza, peluche. No voy a dejar mucho comentario sobre la pelea en si porque no es mi parte favorita, pero si a la carcajada que me dio la parte del epitafio y el flashback de su vida frente a sus ojos mientras el mono/oso ese esta a punto de convertirlo en pachipuré.

    Si, hasta a mi me dio vergüenza usar esa ultima palabra. No sos la única.

    Pero la rescata el dragon no dragon volador que no vuela, para añadir un elemento más a la mezcla. Y es que oh boy, oh boy.

    Si que están rotas las megas.

    .

    Oh shit. Vamos con lo edgy. Y yo que pensé que esto era todo comedia y escenas rositas.

    Pero la cosa arranca bastante bien. Los bichos HABLAN, lo que se me hace medio raro teniendo en cuenta que no dijeron ni mu en los últimos capítulos (Creo. A lo mejor se me paso?… no se si hubo un cambio de dirección en el guión o que, si cambiaron los escritores del nuevo anime del competitivo, pero ya extraño la old school.

    Y tenes que enseñarme a hacer esa línea celeste que me encanta.

    PLOT THICCENS MORE THAN BOWSETTE TENGO QUE DEJAR ESAS REFERENCIAS pero fuera joda, un cambio de escenario y de golpe tenemos al centro de maltrato pokemon de la super elite y clase alta capaz de comprar la mayor parte del trabajo duro. Y la cosa se pone darks, tanto que empieza a cagar murciélagos.

    Un poquito de googleada me dijo que al parecer esto son los cheats del competitivo, pasados por una buena rebozada de droga de peluche para aplicarlo a su fic… que no te voy a negar que quedo interesante. Y al parecer Jun es millonario, y se siente culpable pero sigue haciéndolo. Oh, chino coreano, tan bueno que te creía.

    Pero el efecto queda bien. Los cheats se convierten en una especie de laboratorio genético ilegal que le da existencia al mundo. Jun-cito tiene su desarrollo de personaje más fuerte desde la muerte de los padres de Batman, y aprende que tiene que ser cruel para ganar. OH YES. Pero el es muy inocente para hacerlo, el es buenito.

    .

    La cosa se pone más darks – pensando yo que esto iba a ser una cosa linda y bonita y ahora estoy viendo que he sido Madokeada una vez mas, con bichos muertos y alterados genéticamente, drogados y mutados hibrícamente a mas no poder.

    Las metáforas competitivas vuelven para construir una especie de mundo pseudo realista comparado en perspectiva con el nuestro, con todos los elementos de corrupción, abuso de sustancias y matufias pero inyectado (LO HICE OTRA VEZ, INYECTADO PORQUE LOS DROGAN EQUISDE) al mini-mundo que plantea la historia.

    Sera muy edgy darks, pero a mí me gusta simplemente por el detalle que le estas dando. Juncito sigue con sus crisis existenciales, el tiempo se acaba, los bichos se empiezan a preocupar por la salud mental de su entrenador y una vez más, los tenemos hablando entre ellos rompiendo cruelmente la inmersión en una especie de Mystery Dungeon medio raro que WTF.

    Que tampoco te voy a negar que me llama la atención. Queda raro, sí. Pero todo en la historia es raro a estas alturas. Raro =/= malo, por cierto. Y poneme una vez más esa barra celeste para provocarme. YO TAMBIEN LA QUIERO.

    Tambien tuve que ponerme a googlear todo ese tema del bicho chiteado y el Rizzo ese o como se llame para saber si realmente fue una especie de polémica interna en medio del campeonato y oh!, parece que sí. Hay mucho detalle en la historia, muchas referencias que estoy convencida que alguien que realmente se acuerda de todo esto lo debe apreciar un montón.

    Y desde ya siento como todo el cringe que me había dado mi pachipuré se ve eclipsado rápidamente con tus referencias a Undertale. END ME PLZ. Pero por lo menos JUncito deja de ser un niño angsty, se pone los pantalones y hace avanzar la puta historia de una vez por todas.

    Que sí, que ya sé que el mismo desarrollo del personaje era parte de la historia. Pero vamos, el pendejo sabía en lo que se metía. No te esperes que le tenga un poco de simpatía después de eso.

    Pero bueno, por lo menos me queda Pachi-Haruhi para carrear la empatía de esta historia.

    Espero que esto tenga un final feliz! AH, QUE ESTO YA PASO Y GANO, Y HARUHI SE CONVIRTIO EN DIOS.

    Oh boy, a ver cuantas monedas me gané con esto.
    Doscientos diez? omaiga

    lee mi fic o te voy a odiar hasta el infinito :U
     
    Última edición: 24 Septiembre 2018
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    Allister

    Allister Caballero del árbol sonriente

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    Hola !! debo admitir que de los capítulos de Follow me publicados hasta el momento, este es mi favorito. tiene una mezcla de drama, comedia y ternura que te atrapa. Ame encantó ver a los pokes de Jun interactuando, tratando de arreglar el trauma de Pachirisu y así hacer sentir mejor a Jun. Amé a la Gyarados y a Talonflame. Me gustó la resolución del capitulo y el balance que al final consiguieron. Me encantaron las referencias al Anime y al juego de los Magikarp, sutil y sublime. Sigue escribiendo espero la conti :V jajaja
     
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    Asael Martinez

    Asael Martinez Persona Imperativa

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    Señorita Plushy, reina de los Fics de Pokemon me presento... El caballero futbolista Abisai hace acto de presencia para comentar el reciente capítulo.

    Después de leer detenidamente, puedo mencionar sin ningún temor que narras muy bien, me imagino todo como si fuese un especial de Pokemon, una mini historia animada.

    Me encanta como Gyrados es la "hulk" del equipo, los motiva un poco a su manera, rugidos, golpes y muchos gritos.

    Garchomp se nota que es la líder indiscutible, y en cuanto a los demas Pokemon pues... Tienen lo suyo, tal vez no está taaaaan desarrollado como Pachirisu amorcito lindo pero al menos no son cliché o bueno no tanto.

    Jun estuvo medio Sad o simplemente quería relajarse, tomando alcohol lol y encima no se si leí mal anteriormente en un capítulo pero no sabía que su madre vivía con el o tan siquiera el la visitaba. No lo se pero que raro que deje a su hijo tomar y peor aún, no sabe exactamente en que esta involucrado.

    Los pokemon ilegales, tengo el presentimiento de que varios de estos, a cambio de ser super poderosos, vivirán menos (no se, es un pensamiento xD)

    No creo la ardillita este preparada para combates de talla mundial, pobrecita, veamos que tipo de entrenamiento o power up tendrá, pero espero que más que eso, sea estrategia y mucha inteligencia.

    Lol referencia a ¿Satoshi? (PIKA PIKA) jaja empezar con un Pikachu sólo en la tele, un clásico ;)

    Bien, querida Plushy, eso a sido todo por mi parte de momento, al menos hasta que vuelvas a actualizar, esperare pacientemente ^^

    Salu2!!!
     
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    Hace mucho que no comento Follow me pero es justo y necesario, si mal no recuerdo creo que sólo comenté aquella vez en el foro lleno de porno y lolicon(? el prólogo y el cap 1 así que para ponerme al corriente dividiré el comentario en dos para abarcar hasta lo actual y constatar que sigo vivo y leyendo el fic.

    Cap 2
    Admito que me dieron ganas de patear a los niños, de la escala del uno al diez, un veinte. Bueno, de por sí no soy tolerante con los mocosos y esas actitudes, aunque sean para personajes ficticios me hacen querer entrar al fic y darles un buen guamazo con mi houndoom (?). Siendo absolutamente sincero el único nombre que me sé del fic es del Jun porque es el único importante junto con la bolita de Pachi y el resto del Team (?), así que los nombres de los niños coreanos no recuerdo ni jota; de por sí me tardé 5 años para reconocer a todas las integrantes de una girl band y reconocerlas de forma individual sin confundirlas con otra D: (ok eso sonó medio racista e.e) En fiiiiiiiiiiiiiiiiiiin...

    Me gustó ese ángulo a Jun más "cotidiano" y lejos de los entrenamientos llenos de esteroides, antes de que todo se pusiera edgy y filosófico (?), no recuerdo si Jun hizo mención a los cheats en este capítulo pero me parece que no y se dedicó a describir de manera generalizada lo de la crianza y movimientos huevo.

    El que más me dieron ganas de darle un guantazo fue al niño del Phanphy y sentí una satisfacción enorme cuando el niño del Pachirisu lo dejó KO de un solo movimiento gracias a que la ardillita había tenido padres chingones y conocía Cola de Hierro por crianza; win win niño del Pachi, nos das a entender la rotez de la ardilla y a ver si eso le enseña al otro mocoso a tener la boca cerrada e.e

    El entrenador del Pachi tampoco se salva porque me dieron ganas de ahorcarlo cuando se dejaba llevar por los comentarios del otro, y estuve todo el cap con ganas de gritarle a la cara que se dejara de pendejadas y sacara todo el maldito potencial de la ardilla, cosa que pareció entender hasta al final.

    ¡AH YA RECORDÉ! Sí se hace mención a los legendarios cheetos pero muy por encima, ese temor de Jun de que su crianza "tradicional" no sea suficiente para poder enfrentar a tamañas bestias modificadas, pero sin entrar a lo edgy... aun.

    Cap 3
    ¡Ardilla! Me encanta esa personalidad de la ardillita, que sí ya sé que es... ¿Jolly? ¿Hasty? ¿Naughty? Ugh... me sé mas las naturalezas en inglés pero eso no importa ahora, ya recordaré como la vez anterior más tarde y si no recuerdo bueno, hice el intento (?).

    Como le encanta joder a la ardilla, bueno, es parte de su función para el equipo, usar su ataque de sígueme para joder tanto al rival que la quiera perseguir hasta querer destruirla hasta que que solo sea una masa de sangre en el piso...

    Gajes del oficio... I guess.

    Eh, eh, volviendo al tema principal, me gustó mucho como se narró el entrenamiento. En los juegos es una joda repetitiva, que uno hasta piensa que hasta esclavizando a sus Pokés mientras les pone rutinas super pesadas para que se hagan mas fuertes (de hecho en el anime no había un tipo así? con rutinas bien hardcore para sus pokes) pero aquí me agrada que es más como un jueguito para que entrenen pero también pues se relajen de cierta forma; no estresar a los pokés y al mismo tiempo que aumenten las caracteristicas deseadas sin ponernos todos 100tifikos y explotadores.

    La escena con Slaking y Gyarados me sacó una sonrisa, ver a la ardilla correr por su vida, tener el flasback de su corta existencia justo antes de llegar al lago y ¡Boom! M-Gyarados e Intimidate papu. Me gustó toda esa secuencia, la dvd.

    Cap 4
    2edgy4me oh espera... lo dice el tipo que escribe sobre dramas políticos y lesbianas... nevermind...

    Pobre Ditto... encerrado solo para procrear y lo peor es que como es creado tiene una fecha tope para poder en su labor de esclavo sexual... y es muy corta, demasiado corta. Me da risa que Pachi estuvo de fisgona escuchando los ruiditos de amor antes de que salgan los huevos (?), la inocencia... (o idiotez)

    Y el dilema moral de Jun, esa espinita de lo que hago está mal, pero si no lo hago entonces no puedo hacer nada de "provecho". Y bueno... entiendo el sentimiento, ya todos sabemos que en todos los mundiales los pokémon tienen más chetos que un GTA y que la crianza tradicional es casi inexistente por no decir un mito, pues entre que consigues armar una estrategia, te la pasas criando para que salga como quieres, evolucionar, los EVS, las cadenas de IVS, si no te funciona tienes que ir cambiando y rotando y es volver al ciclo y la joda... total que todo es más fácil si lo metes en una maquinita y ya, ¿qué no funcionó? No hay problema, vas alterando los valores hasta que pulas todo y ala, estás listo.

    Es triste saber que sin dittos cheetos no puedes sacar buenas crías, pues lo máximo en la naturaleza es 4 IVS y ni qué decir de los shinys...
    Es como bien dice, un círculo, está mal pero es necesario si quieres resaltar o al menos poder competir con aquellos que usan el método completo.

    But lo que me rompió el corazón fue la escena de Pachi con el Ditto y el save data... imaginarme a la dulce ardillita traumada y llorando, tratando de salvar a su amigo me dio un pequeño vuelco en el corazón... y luego que te dé en toda la madre cuando Jun se preocupa por ella, pero se preocupa más por que sus estadísticas no se hayan modificado y eso le hace darse cuenta que quizás no es mucho mejor que Feng o Rizzo en cuanto a esas cuestiones, pero me alegro que al menos después de eso haya ido a atender a Pachi.

    No veo a Jun como un tipo malo o algo así por concentrarse solo en sus estadísticas, pero quizás muy absorbido por la escena competitiva que simplemente ya no sabes en qué pensar después de estar metido a eso durante tanto tiempo. Se ve que quiere mucho a sus Pokés, pero que al animo competitvo se le puede interponer de forma ruidosa y eso lo conflictua; igual, como dije, no lo veo como un dude insensible, sino simplemente absorbido por su trabajo, sobre todo ahora por ese gran estrés del campeonato mundial y el hecho de que él se esté enfrentando a pokés que simplemente son hechos en máquina y ya mientras él se dedicó a una crianza tradicional; esas dudas si con esa crianza será suficiente para vencer a tales molosos.

    Mañanita hgo review del cinco pero de mientras dejo esto :3
     
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    Rojo y naranja

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    SOBRE EL ÚLTIMO CAPÍTULO:
    LA VERDAD COMPRENDO A PACHIRISU, SER RESPONSABLE DE LA MUERTE DE ALGUIEN MÁS ES BASTANTE TRAUMANTE, SI LOS DEMÁS LO HUBIERAN SABIDO GYARADOS HABRÍA SIDO MÁS AMABLE CON ELLA.
    POR CIERTO, ODIO CUANDO ALGUIEN REANIMA A ALGUIEN MÁS QUE ESTÁ DEPRIMIDO POR MEDIO DE LA RUDEZA ¡LO ODIO TANTO!
    NO ME EXTRAÑA QUE HAYA CORRUPCIÓN EN ESTOS TORNEOS, ESO PASA EN LAS SOCIEDADES QUE FUNCIONAN EN BASE AL DINERO Y EL EGO
    EN FIN, PARECE QUE EL TORNEO YA VA A EMPEZAR ¡MENOS MAL!
    SOLDADOS ¡FIRMES YA!
     
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    Yo otra vez, lo prometido es deuda y esta vez no es tan tarde como suelo acostumbrar(?.

    Comenzaré con:
    Ya no veré a mi Talonflame con Gale Wings igual después de esto.

    Me gustó mucho la escena donde Gyarados se harta de las mariconadas de su entrenador y la ardilla y espabila a todo mundo para que reaccione, siendo que el campeonato mundial se acerca y no hay tiempo que perder en la tristeza.

    Me dio risa lo de que trataran de vieja a Garchomp xD, siendo sincero, no soy muy fan de la carrera de Jun, y realmente mi inmersión en el mundo competitivo terminó en DPP antes de volver a retomarlo en fechas recientes, así que no sé en cuántos campeonatos usó a Garchomp ni tampoco recuerdo las reglas de los torneos anteriores, aunque me parece que si te dejaban usar Pokés de otra gen sin mucho lío, creo que fue hasta Alola donde se puso la restricción de generación y de Pokédex ¿no? Igual puede que esté divagando cabrón en cuanto a ese aspecto.

    El conflicto interno de Jun, sé que esto fue lo que más te dio dolores de cabeza por lo que nos comentabas en el chat peluche, que la resolución se sintiera real y no sacado de un asspull o forzado en el sentido de "ah sí, yo soy parte del problema y vale madre. Bueno, sí, ¿quién tiene hambre?" en lo personal me gustó como se sintió, es decir, el sabe que es diferente, que trata a sus pokémon con amor y cariño, pero tampoco puede olvidar tan fácilmente que está en una escena competitiva super dura. Es difícil tocar el tema de moralidad en estos casos porque desde un ojo externo nosotros lo vemos como simples datos, pero en cuestiones in-verse es más complicado porque ahí si se tratan como animalitos/seres vivientes.

    Si tengo que hacer una comparación un poco mas in real life, compararía la escena competitiva de pokémon con los concursos de belleza de perros (sin los madrazos y los dittos ilegales, obviamente) donde se cruza hasta tal punto al animal para tener un estándar "perfecto" que pueda ganar competencias superficiales, pero dentro de todo, aunque los criadores saben que están haciendo más daño a la raza que ayudandola, muchos tratan a sus doggos como dioses, después de todo, no puedes resaltar en esas competencias si el animal no se ve que aparte de buena genética está bien cuidado.

    A lo que voy con toda esta comparativa extraña, es que en un mundo mucho más cruel como lo es el de Poké, no se puede poner todo bajo el esquema blanco-negro, y como dije en mi anterior post, Jun sabe que está haciendo mal por jugar bajo las reglas del competitivo, pero al mismo tiempo sabe que es la única manera de resaltar. A su favor, trata de dar la mejor vida posible a sus crías, no dejandolas a su suerte en lo salvaje, ni cambiandolas, sino buscandoles un buen hogar y entrenandolas con cuidado y amor para que resalten. Es como que la única manera de jugar bajo esas reglas, el mundo es cruel sí, pero al menos trata de hacer una diferencia respecto al trato.

    Lamentablemente en el competitivo, si te vas por 100% crianza tradicional (siguiendo cadenas y Dittos de 4 IVS) es muy probable que te tardes demasiado para sacar un equipo entero y probablemente los campeonatos ya habrán pasado para cuando tengas todo tu team completo (y sin probarlo). Es un círculo vicioso que lamentablemente no puedes romper si te adentras a ese mundillo, por las fechas tan ajustadas que dan los mismos torneos, pero la diferencia si puede estar en cómo lleves ese "tema de ilegalidad" y en el trato que le das a tus bichitos para ello.

    Me pareció súper tierna la escena donde ya todos se abrazan y Jun le cuenta a Pachi como se interesó en todo ese mundo (referencias al mostaza pls). Es un pequeño granito de decir "sí, quizás juego con malas reglas, pero al menos ustedes están bien atendidos". Espero ver más de Jun con la ardillita ahora que se acerca el mero mole de los pokeputazos

    Eh... creo que esto se fue mucho de las manos. ¡No me mates peluche por andar todo edgylord! *se tira por la ventana!*
     
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  19.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
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    No sé por qué carajos no me avisaron las alertas de que pusiste el episodio 5. Ah, bueno, mejor comentar tarde que jamás hacerlo :L

    ¿Qué puedo añadir que no te hayan dicho ya?

    Pobre Gardevoir, me lo imaginé a punto de cortarse las venas con galletas de animalitos :V juas juas. Y todos los Pokémon discutiendo entre sí, con el añadido de Talonflame preguntando "¿Ya puedo hacer Pájaro Osado?" con una cara de pavo... todo un cague -u- jeje. Pero igual, me pareció re tierna la forma en que Pachirisu recuperó los ánimos :3 jeje... digna de algo de Pokémon Mundo Misterioso, creo yo -w-

    Pero bueno, también aplaudo el que ahondases en el dilema moral por el que Jun pasa... y que se note que en TODOS LADOS hay ilegalidades. Incluso cuando se vio lo del Garchomp sobrecargándose y muriendo después. Ugh... maldita sea. ¡Malditas drogas! D:<. ¡Y maldito PkHex! >__<

    Me gustó también la referencia a Ash Ketchum, como un show televisivo dentro del universo que manejas xD. Y para más remate, la mención a una posible "evolución secreta" para Pachirisu como la que tiene Gyarados... ¡Vamos, Gamefreak! ¡Danos un Mega-Pachirisu pronto! x'D

    No tengo más qué añadir... ¡Que siga el buen trabajo! ;)
     
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  20. Threadmarks: cap 6
     
    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

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    [Oh Arceus, no he comentado comentarios desde... nunca... pero bueno, creo que para la próxima será porque este cap me quedo laaaargo]

    Camino a la victoria



    El jardín era un lugar amplio y rebosante de pokémon, pero aquel lugar lo hacía parecer apenas un patio de juegos: Humanos de toda clase aglomerados y chocando unos con otros llevando consigo pokémon de enorme tamaño, complicando aún más el paso.

    Y frente a ellos se alzaba un edificio tan grande que a Pachirisu le pareció un auténtico palacio de esos que Gardevoir contaba y mostraba con sus poderes psíquicos; mientras que su alrededor banderines, papeletas y figurines daban el colorido y ambiente propio de un festival. Apenas y podía contener el júbilo en su interior: su cola se encontraba erizada, sus mejillas chispeantes y le saltaban las ganas de trepar, tocar y olfatear toda cosa que se moviese, reptase o volase…

    Pero claro estaba que no iba a hacer enojar a su amo. Al menos no ese día.

    A donde quiera que girase su cabecita veía un Garchomp, a lo mejor se trataba de una reunión familiar. Había uno un poco más grande que su amiga, por ahí uno más rechoncho, otro que era de un color extraño y uno que tenía una cara de hambriento con el hocico escurriendo en baba…

    ¡¡Crunch!!

    ¡Se había salvado por los pelos… y eso que juraba que ya le faltaban un par! No se contuvo para decirle dos que tres cosas no muy amistosas desde la seguridad del saco de su entrenador.

    —Lo siento, bro —exclamó un sujeto de lentes oscuros y una vestimenta muy veraniega—, doce horas de viaje y este compa es de los de alimento vivo.

    Antes de que si quiera Jun pudiese abrir la boca, el tipo y su pokémon ya se habían difuminado entre el gentío. Avanzaron un par de metros cuando otra persona, una más bajita, calva y con la pinta clásica de vendedor de seguros que no quitaba su mirada de la pequeña Pachirisu, los interceptó poniéndose por delante.

    —¿Viene a ver a algún familiar o amigo en las clasificatorias? ¿Es un espectador amante de los torneos pokémon? ¡Pues es su día de suerte! ¡Tenga acceso a los mejores hoteles de la zona con un 50% de descuento! ¡Sí, escuchó bien, amigo! ¡50% de descuento! ¡¡Ni en las mejores agencias de viaje le van a ofrecer tanto!!

    Jun sonrió levemente por el ofrecimiento: le estaban tomando por espectador. Podía ser medianamente una celebridad en su tierra natal pero el mundo era grande y muchas veces caprichoso. Los grandes reflectores casi siempre se encontraban en Kanto, Johto o Unova y rara vez miraban a otras regiones.

    —Gracias, pero a los participantes ya nos dan alojamiento.

    El vendedor quedó impactado al escuchar que alguien con un Pachirisu era participante en el torneo más importante y reñido de la escena competitiva pokémon. Rápidamente recuperó la compostura y la fingida sonrisa regresó a su rostro.

    —¡También vendo boletos de avión muy baratos para su regreso! ¡Ahorre 30% que con la aerolínea más barata! ¡Tenemos vuelos a partir de mañana!

    —Gracias… así estoy bien.

    El acoso no duró por más tiempo; ante la falta de interés, el vendedor se desvaneció también entre el tumulto, listo para cazar a una víctima ingenua.

    Anduvo un poco más hasta llegar a las escalinatas del enorme edificio; conocía bien las reglas, así que colocó a Pachirisu en el suelo y se inclinó a su altura.

    —Por ahora toca esperar. ¿Recuerdas todo lo que te dije antes de venir? —La ardillita asintió con la cabeza—. Mañana es el gran día, hagámoslo bien. Es momento de descansar. No les hagas a los inspectores la tarea más difícil.

    Dicho esto, sacó la pokébola para regresarla ya que al interior no se permitían pokémon por motivos de seguridad, aunque sospechaba que más tenía que ver que nadie deseaba cometer ninguna clase de desliz que revelase a parte de su equipo para ser presa fácil. En su caso, estaba seguro que por más que Pachirisu pusiese el lugar de cabeza, nadie pensaría que estuviera tan loco como para inscribirla.

    Tras una muy larga espera haciendo fila por fin fue su turno. Presentó ante la señorita del mostrador su Pokédex y los códigos que le daban acceso a la inscripción. Teniendo más contacto con el panel táctil que con la persona encargada, llenó toda la información correspondiente para, finalmente, depositar las seis esferas en una bandeja especial. Ya sólo le quedaba regresar al hotel, comunicarse a casa, comer bien y rezar a todas las divinidades para poder conciliar el sueño, que con tanta emoción que retumbaba en su pecho iba a ser difícil.

    Poco antes de salir, un gran tumulto se formó en la entrada. La gente se aglomeró de golpe y antes de que más curiosos se sumaran, varios guardias de seguridad se formaron para despejar el área. Quién comenzó a desfilar como auténtica celebridad no era otro más que Rizzo. Jun estaba lo suficientemente cerca de la multitud como para poder escuchar los murmullos que el polémico excampeón provocaba:

    ¿Al final lo dejaron participar?

    Era más que obvio que iba a pasar, ¿de verdad creíste que los de la federación se iban a arriesgar?

    ¡Mira el lado bueno, compadre! Si a Rizzo no le han dicho nada, ¿qué nos dirán a nosotros?

    Pff… tanto alboroto por una estúpida pokébola, ¡¿qué más da si el Aegislash era legal?!

    ¡Que bueno, si el Aegislash no tuvo problemas tampoco lo tendrá mi Kangaskhan!

    ¿Eh, tu también les compraste a Dream World?

    ¡Shh! Baja la voz.

    ¿Crees que ellos lo sepan?

    Es cuestión de tiempo; caray, criar es tan aburrido y costoso…

    Afortunadamente su registro fue rápido; apenas terminó, se anunció que la sesión de fotos y autógrafos se haría en el exterior (por un módico costo, claro está). Por feroz que fuese la competencia, la fama de un campeón sobrepasaba toda lógica y abría un resquicio en el orgullo de los más fríos y soberbios porque todos aspiraban a convertirse en la próxima estrella de fama mundial y deseaban que las multitudes corearan su nombre y vitorearan su habilidad como Entrenador Pokémon. Por más que lo negase, Jun sabía que ese sentimiento era compartido por todos lo presentes, incluyéndolo; las dudas de si las limitaciones “legales” eran sólo un freno creativo que no dejaba sacar el verdadero ingenio del entrenador; de si las cosas no tendrían que cambiar por el bien de la comunidad… si es que ese bien existía realmente.

    Llegó al lujoso hotel de cinco estrellas, no el primero y esperaba no el último en que tuviese que alojarse para por fin descansar de todo el embrollo previo a los combates. En su mente repasaba una y otra vez las posibilidades: los combatientes, sus ataques y la forma en que haría los contragolpes; el momento ideal para hacer el cambio; el efímero instante en que tendría que mirar a los ojos a su contrincante para intentar leer su mente y ordenar el siguiente ataque; lo mucho que tendría que ignorar el grito del público para concentrarse en la voz de su cabeza y aguantar ese nudo en el estómago que siempre daba en el momento de más nervios para moverse libre, rápido y certero…

    Hasta por fin caer rendido imaginando la sensación metálica del trofeo sobre la yema de sus dedos.





    Pese a que el estadio se encontraba a reventar y entre los gritos del público podían escucharse varios dialectos e idiomas, no dejaba de sentirse el enorme apoyo de los unovences a su gente. El año pasado, un entrenador experimentado de Apulia, región reconocida por su rica gastronomía pero nada sobresaliente en combates pokémon, había dado la sorpresa y existía la disputa entre los que deseaban ver otro campeón extranjero y los que pedían que la copa regresara casa.

    Podía sentir el enorme peso sobre sus hombros, el orgullo de su región y sus propios sueños más grandes que sí mismo. Tan similar y tan diferente al torneo que lo coronó campeón, demostrando todo lo aprendido en años de viaje y en lo revelado a través de la crianza.

    Respiró.

    Y aún sintiéndose pesado, dio el primer paso para poder volar a la luz de los reflectores.


    El público coreaba un solo nombre: el de Omari Travis. No parecía ser una celebridad, pero a Jun le bastó mirar el panel por un momento para ver que era un local y entender la incondicionalidad del apoyo. La ficha sobre el gran panel del estadio también le dejaba entrever un par de datos. Todo parecía indicar que se trataba de un veterano, un ex líder de gimnasio de la región, campeón en varios torneos menores y también un criador experto que se había abierto el terreno al campeonato de ese año. En cuanto la gente pudo leer que él era el campeón por título de su natal Hanja, los ánimos se caldearon porque sabían que aquel sería un combate espectacular.

    Al centro del estadio se encontraba una gran plataforma sobresaliente de pulcros mosaicos blancos, rodeado de varias columnas de aspecto futurístico que proyectaban una especie de pared holográfica que servía a su vez de muro de contención. Tal y como lo indicaba el reglamento, por gesto de civilidad, ambos entrenadores cruzaron camino para verse de frente, se dieron las manos y subieron las escalinatas a sus respectivas esquinas.

    Fue en ese momento que las pantallas del estadio mostraron a los seis pokémon registrados de ambos contendientes.

    El silenció imperó por cosa de un segundo, antes que los murmullos de asombro hiciesen eco en todo el estadio.

    El público no daba crédito a lo que sus ojos veían…

    Un Pachirisu.

    Alguien había estado lo suficientemente zafado como para inscribir a un Pachirisu al torneo más importante del mundo.

    ¡¿Qué demonios?!

    ¿En serio lo va a usar de soporte? No tiene las estadísticas…

    ¡Ay no! Seguro que es de “esos” entrenadores…

    Ese Garchomp le va a destrozar, pobre criatura.

    ¡Mamá, mamá, mira, una ardilla! Qué bonita, ¿me compras una?

    Ve el lado bueno, este año la copa no sale de casa.

    Incluso el contrincante pareció desconcentrarse al ver el equipo de su rival. Jun no dudó ni por un segundo de su elección. El marcador indicaba que había escogido los cuatro pokémon que lucharían, Travis tardó un poco más para escoger entre sus camaradas: Kangaskhan, Talonflame, Garchomp, Conkeldurr, Metagross y… Zapdos.

    Tal y como había previsto, el uso de los Zapdos se había popularizado.

    Zapdos inmejorables.

    Fue en aquella noche de insomnio, casi un año atrás, que decidió hacer un cambio en su equipo final. Ya no sería el predecible Amoonguss que podía darle cierta ventaja al dormir al contrincante con sus esporas, porque si Zapdos se había convertido en una tendencia, el tipo planta no tendría nada por hacer al respecto; no sólo eso, si quería explotar el potencial de Gyarados iba a requerir algo que pudiese mantener esos truenos lo más lejos posible. Pensó primeramente en “pararrayos”, habilidad que tenían algunos pokémon de absorber la electricidad para volverse más fuertes. Realizó varias pruebas en papel para luego llevarlas al campo y fue ahí donde encontró un punto débil: Si el contrincante tenía otro pokémon poderoso que fuese fuerte contra los eléctricos, caería fácilmente dejando a su tipo agua completamente expuesto.

    Fue entonces que decidió cambiar por “absorber electricidad”, habilidad que no haría al pokémon más fuerte pero sí le haría recuperar salud para permanecer el mayor tiempo posible. Aunque para que la estrategia funcionase, el pokémon debería contar un ataque que redirigiera la ofensiva hacía él y en caso de recibir un buen golpe tenía que aguantarlo. Buscó y buscó en enciclopedias si existía realmente un pokémon con el que pudiera llevar a cabo su excéntrico plan.

    Casi cayó de espalda al encontrar el único pokémon que cubría el perfil. Y algo dentro de él se encendió, llenándolo de la clase de ilusión que lo hacía vibrar a los diez años y que había olvidado tiempo atrás; el cómo se sentía el soñar con cosas imposibles. Pero ya no era un niño queriendo repetir las hazañas de la televisión: Era el Campeón, un Entrenador y un Criador. Tenía los medios, tenías las herramientas…

    Necesitaba un inmejorable y no se iba a detener hasta conseguir uno.

    En el tablero a su costado donde podría seleccionar los pokémon que lucharían en esta ronda había un compartimiento que giró para entregarle las cuatro esferas elegidas. El réferi, desde debajo alzó el banderín que daba por iniciada la batalla y el cronómetro congelado en la gran pantalla del estadio comenzó su marcha.

    Al instante, las murallas invisibles del campo parecieron cobrar vida emitiendo una gran cantidad de luz, como si se hubiesen electrificado. Los estadios más austeros poseían un campo llano de grava o arena y algunas veces se incluían elementos como rocas o zonas acuáticas para hacerlos más interesantes. En el Torneo Mundial ninguno de esos factores se dejaba al azar y el campo no otorgaba ninguna clase de ventajas a algún tipo de pokémon en particular.

    Travis se ajustó su gorra tapando en buena medida la vista de su rostro mientras que, con la otra mano, lanzaba al campo a los primeros combatientes: una Kangaskhan con su cría de mirada férrea y una Talonflame rebosante de energía. En la otra esquina se materializaban Gyarados y Pachirisu. El gran pokémon semi-dragón no cayó de golpe al piso sino que parecía flotar o, mejor dicho, retozar en aguas marinas, pudiéndose mover con entera libertad; todo producto de la tecnología de punta de la arena del torneo. Sintiéndose como en casa, Gyarados lanzó un potente rugido que escarmentó el corazón de sus rivales y del público más joven.

    En un veloz movimiento,Travis mandó llamar de vuelta a Talonflame para convocar al poderoso y temible Zapdos a combatir. Su presencia era tan imponente que al equipo de Jun, sin nunca antes haber visto uno, le quedaba claro que enfrentarse a tan singular pokémon sería una batalla desgastante que les mermaría más fuerza de lo normal si querían hacer un pelo de daño.

    Los pokémon sobre la arena llevaban consigo un pequeña bolsa de cuero suministrada por el equipo del torneo durante la revisión, en cuyo interior se encontraba un objeto asignado por el entrenador al momento de registrarse. Aunque no era posible que el entrenador rival supiese de qué clase de objeto se trataba hasta su uso, al instante en que Jun vio al Kangaskhan en el campo supo perfectamente de qué se trataba, por ello no se sorprendió para nada cuando el tipo normal se envolvió en una esfera de colores radiantes para megaevolucionar.

    —¡Kangaskhan, sorprende al de la derecha!

    Jun también hizo lo correspondiente al llamar a Gyarados por Gothitelle haciendo que, al momento de materializarse, la tipo psíquico se llevase no sólo el golpe de la madre protectora sino también de su cría. Una bienvenida para nada agradable. Pachirisu miró por un instante si su compañera estaba bien y ésta respondió llevando el saco atado a su brazo hasta su boca para poder zamparse unos trocitos restos de bayas que había en el interior. Comenzó a sonreír, dejando claro que un par de golpes no la iban a hacer caer. La ardillita sintió ese ánimo inundándola de confianza para seguir adelante.

    —¡Pachirisu, a por la Kangaskhan!

    Gracias a la confianza de su compañera y el brío de su entrenador, la roedora corrió a todo pulmón hacía la megaevolución. La cría intentó por su cuenta dar un golpe que fue esquivado con increíble facilidad mientras que la madre tardó un poco más para mover su puño.

    —¡Zapdos, ‘ida y vuelta’!

    Mientras la gran ave batía sus alas para emprender su regreso atacando, Pachirisu vio el momento oportuno para aferrarse al brazo de Kangaskhan y comenzar a fregar sus mejillas de modo frenético en él. La electricidad recorrió todo su cuerpo incluyendo el de la cría, que se acababa de aferrar a la pata de su madre esperando poder ser de ayuda. Aunque el daño había sido mínimo, la tipo normal no dejaba de sentir un horrible hormigueo por todo su cuerpo que la incomodaba demasiado.

    Gothitelle no podía equiparar su velocidad a la de Zapdos y se llevó el golpe completo del ataque, uno que le afectaba bastante pese a que pudo aminorar el efecto gracias a los ‘restos’ de su bolsa. Aún no había podido hacer nada y ya podía sentir el desgaste en su cuerpo, pero no se iba a dejar llevar por la frustración: Ella confiaba en su entrenador y él en ella; si su misión era llevarse todos los golpes por el bien del equipo, lo haría con todo el gusto del mundo.

    Zapdos había regresado para dejar en su lugar a Talonflame nuevamente. Tal y como Jun había visto, pensaba jugar al desgaste; no sólo eso, estaba ignorando por completo a Pachirisu pensando que únicamente era el soporte y que, quedando sola, no tendría nada que hacer.

    Dicho pensamiento iba a salirle caro.

    —¡Pachirisu, ‘superdiente’ al Talonflame! ¡Gothitelle cúbrela!

    Las pokémon de Jun corrieron juntas hasta sus adversarios. Kangaskhan se encontraba al frente, pero seguía afectada por la electricidad del ‘moflete estático’ por lo que no sólo no pudo concretar el golpe, sino que fue atacada por una oleada de ‘cosquillas’ de parte de la psíquica. Mientras que la forma mega inventaba no partirse de risa, Pachirisu trepó por la pokémon hasta llegar a su cabeza y dar un gran salto hasta donde la Talonflame en encontraba. Sorprendida por la táctica y, al no esperar ninguna clase de ofensiva de parte de la pequeña, Pachirisu pudo envolver su gran diente en un halo de luz para asestarle una terrible mordida en una de sus patas, haciendo graznar al ave del dolor.

    Travis, quien hasta el momento se había notado incluso confiado por su tono de voz, se sintió verdaderamente intimidado y lleno de coraje al ver el daño que le estaba haciendo un pokémon de peluche. El público también se encontraba como loco, ¡nadie daba crédito el estar viendo a un Pachirisu que no sirviese como un mero saco de boxeo! Los alaridos eran tantos que era imposible sacar una frase concreta de aquel vozarrón.

    —¡’Ida y vuelta’ de nuevo a la Gothitelle! —gritó con cierto cabreo.

    —¡’Superdiente’ ahora a Kangaskhan! —exclamó Jun microsegundos después de que el unoviense diese la orden.

    Travis calculaba que con ese ataque no iba a ser suficiente como para dejarla fuera de combate, pero acertó que el golpe la dejaría lo suficientemente cansada como para caer de otro golpe. Nuevamente no pudo hacer mucho contra la velocidad del ave, aunque a ella tanto como entrenador se alegraban de que Pachirisu siguiese con su salud intacta. Si algo llegaba a pasar, pensaron a la vez, sería ella quien le diese la vuelta al asunto.

    Esta vez no fue Zapdos quien salió, sino un gran Garchomp de colmillos afilados y mirada severa. Pachirisu ya se había encaminado por la orden y al momento de el dragón de tierra se materializó, Kangaskhan se llevaba un tremendo mordisco en la cola que hizo chillar a la madre y la cría.

    —¡Gothitelle, ataca al frente!

    Tras dar otra probada a sus restos para recuperar el aliento, la psíquica comentó a concentrar energía que se manifestó como decenas de pequeños proyectiles púrpura sobre su cabeza, que al abrir sus ojos y empuñar hacia el pokémon, salieron disparados para impactar al Garchomp, aunque ciertamente no parecía demasiado afectado por el ataque.

    Jun sabía que cualquier golpe valía; siendo muy efectivo o no, no dejaría pasar ninguna oportunidad para causar algo de daño.

    —¡'Doble filo' y termina con la Gothitelle!

    Los Kangaskhan se habían vuelto el pokémon insignia de los torneos recientes desde que se aprobó el uso de la kangaskhanita como ítem oficial. Tener dos pokémon luchando por el precio de uno era una oferta a la que un entrenador pudiese decir que no. La pokémon también creyó que eso bastaría para llenar de orgullo a su entrenador e ignorando por completo la incomodidad de su cuerpo, madre y cría se lanzaron a embestir con todo a la psíquica.

    Ni siquiera Jun lo pudo creer cuando, tras el mortífero ataque que también dañó al oponente, su pokémon aun seguía de pie. O casi, de rodillas, con el cuerpo visiblemente lastimado, pero negándose a caer por pura fuerza de voluntad. Y ahí donde sólo debía existir una mueca de dolor, se mantenía una sonrisa calmada que reflejaba bien su forma de ser.

    Para ese instante, Travis se llevó por acto reflejo las manos a sus largas rastas para tirar de ellas. Maldita sea, se había dejado llevar. Ignoró por completo que se trataba de un campeón regional y que no estaba jugando con lo que hacía. No quiso arriesgar desde un inicio pensando en que no había necesidad. Ya no podía ver a los soportes como un mero respaldo si quería ganar. Tenía que atacar con todo… sin importar las consecuencias.

    —¡Garchom… usa… ‘terremoto’ con esa ardilla! ¡Kangaskhan, remátala!

    Aquella consternación del unovense le dio a Jun tiempo de sobra para efectuar su siguiente cambio: Pachirisu por Gyarados. No había un límite de cambios que se pudiese hacer, aunque debía ser un pokémon por vez (salvo que se tratase de un ataque de cambio automático como ‘ida y vuelta’) porque eso constituía parte de la estrategia del mundo de la competición. Al aparecer, la dragona acuática rugió nuevamente mermando el espíritu de Kangaskhan, Garchomp y su entrenador. Si Gothitelle había aguantado era en parte al efecto de las ‘cosquillas’ que disminuyeron las fuerzas de la madre protectora.

    —¡Gothitelle, ‘protección’!

    Las dudas y la ira que nublaron su mente le hicieron dar la orden tarde, para cuando el tiburón terrestre pudo realizar su poderoso ataque, Gyarados ya se encontraba en la arena y Gothitelle se había cubierto con un campo de fuerza psíquico. Travis sólo pudo dar un trago amargo, el más amargo de su carrera como entrenador pokémon y el peor dolor a su orgullo como ex líder de su natal Fayenza al contemplar no sólo cómo uno de los ataques más poderosos de su pokémon ni siquiera había afectado al rival, sino que había conseguido dañar a su propio pokémon; y pese a que intentó detenerlo gritando, Kangaskhan, debilitada, ya se había encarrerado en posición a donde se encontraba Pachirisu. Se estrelló de lleno con la masa de frías escamas. Sí, le había asestado un golpe doble considerable, pero el impacto había sido tal que no pudo resistirlo.

    Kangaskhan trastabilló y cayó rendida, perdiendo su forma mega y haciendo llorar a la cría en el proceso.

    El juez alzó la bandera roja en señal de que el pokémon no podía continuar. Jun llevaba oficialmente la ventaja.

    Gothitelle se limitó a llevarse otro bocado a la boca y Gyarados a bufar rechistando por el impacto recibido.

    “El bastardo me leyó, aun ocultando la mirada… él…” se dijo para sí mismo el moreno. Para ese momento ya era imposible ocultar su nerviosismo, ya no se quitaba para nada la mano de la gorra, el sudor manchaba todo su cuerpo y esas malditas palpitaciones lo iban a volver loco.

    Exhaló. Echó una mirada a la pantalla para ver que aún tenía tiempo. Necesitaba enfriar su cerebro, volver a respirar y tomar la decisión correcta.

    Mandó llamar a Zapdos, quien de nuevo enrareció el ambiente con su ominosa presencia. Travis levantó su gorra para poder ver a los ojos a su rival por primera vez; en la mirada de ambos flameaba la llama del valor y del coraje. Sonrientes a la vez, como si sus pensamientos se hubiesen interconectado, ordenaron al unísono.

    —¡Zapdos, ‘descarga’! ¡Garchomp, ‘sustituto’!

    —¡Gyarados, ‘protección’! ¡Gothitelle, ‘cosquillas’!

    A la vez que Gyarados se cubría en una gran burbuja acuática creada con sus fauces y el poder de la arena que podía emular cualquier medio, Garchomp hacía lo suyo creando alrededor suyo (y a costa de algo de su energía) una capa de barro y tierra, convirtiéndose en una auténtica estatua viviente. Entre el cansancio y la velocidad del volador, la psíquica no fue capaz de dar un paso más cuando la descarga eléctrica la alcanzó y cayó rendida al suelo. Se alzó la bandera en señal de que no podía continuar.

    —Lo hiciste bien —dijo tiernamente al llamar a su pokémon—. ¡Es tu turno, Pachirisu!

    La traviesa de nuevo se encontraba en la arena y no sólo no se sentía intimidada por el ave de corral y el primo lejano de su compañera sino que estaba más que dispuesta a patear traseros y comer tarta después. La sorpresa vino por partida doble ya que el pequeño bolso que colgaba del cuello de la acuática comenzó a brillar al igual que un pequeño y disimulado colgante escondido bajo la camisa de Jun.

    Ante los ojos de los espectadores, Gyarados megaevolucionaba a su forma siniestra. Su nuevo cuerpo la hacía más pesada, perdiendo toda flotabilidad y cayendo de bruces al suelo del estadio. Ya no tendría más inmunidad a los ataques de tierra de Garchomp, pero Jun lo sabía de sobra.

    Viendo esta como la oportunidad perfecta, Travis ordenó lo obvio. El molde de tierra se movió con pesadez sin evitarle el poder atacar. El campo nuevamente se sacudió haciendo que Pachirisu y Gyarados recibiesen el impacto de unas esquirlas invisibles de tierra.

    —¡’Cascada’ al Garchomp!

    La fiereza marina impactó su cola, creando como de la nada un manto acuático que impactó con fuerza al terrestre, mas la protección de tierra de su cuerpo lo protegió de recibir un daño mayor. La ventaja era que el agua había fundido el barro y crear otro le costaría de su energía vital.

    —¡Zapdos, ‘descarga’!

    Una vez más, el campo entero se encontraba electrificado. Ciertamente podía hacerse una combinación mortal cuando el compañero del atacante se trataba de un tipo tierra y Gyarados fue la primero en notarlo al sentir el terrible golpe recorriendo su cuerpo, haciéndola gritar de dolor. En cambio, Pachirisu sintió como la electricidad se colaba por sus mejillas, revitalizándola y cargando su batería interna. Cielos, con la corriente de un singular cosquilleando en su pequeño cuerpo afelpado, se sentía capaz de darle la vuelta al mundo como si fuese una simple pelota.

    Pese a todo, Gyarados volvió a rugir para dejarle claro a todos que no se iba a rendir. El publico estallaba en gritos de asombro ante la resistencia titánica de los pokémon de Jun. El extranjero ya comenzaba a ganarse el favor de los locales y podían escucharse tímidos gritos de apoyo en la lejanía.

    —¡Pachirisu, a por el Zapos!

    Los ojos de la roedora brillaron como nunca para toparse con el brillo que también radiaban los de Gyarados. La ahora siniestra atizó la cola, pero no con la intención de golpear, sino como un abanico. De una sola sacudida, nuevamente Pachirisu hacía gala de su identidad secreta de Emolga de una vida pasada y mientras caía, el mortífero colmillito comenzó a brillar para cerrarse en la punta del pico del Zapdos. Chispas y centellas salieron del pokémon pájaro sin que la maldita rata se soltase hasta que esta misma lo liberó y cayó de pie, como si de una batalla de coordinación se tratase.

    La leyenda de Kanto ni siquiera esperó orden de su entrenador para meter el pico al saco atado a su pata izquierda, el cuál contenía una baya kee. Tras engullirla de un golpe, las plumas de sus alas se endurecieron más, como si fuese una maya metálica color amarillo. Su orgullo le impedía caer ante un pokémon tan vulgar y corriente.

    —Maldita sea, contrólate —gritó su amo, pese a que resultaba irónico que él mismo estuviese perdiendo el control—. ¡Zapdos, usa ‘rayo’ con el Gyarados! ¡Garchomp, ‘terremoto’!

    Viendo que la prioridad nuevamente era el pokémon “poderoso”, Jun sólo pidió a Gyarados protegerse, haciendo que Pachirisu sufriese el embate de ‘terremoto’. El mismo Travis quedó horrorizado al ver el aparente poco daño que le había hecho. ¡Por Reshimram que había criado bien a esa cosa!

    Encima, el último impacto le había abierto el apetito. Echo a mirar a su entrenador y este le aprobó con un gesto. Pachirisu se puso contenta y de un solo mordisco se comió su baya sitrus. Para disgusto de algunos y ternura de otros, eructó sin ningún reparo.

    “Esa… maldita… rata…”

    —¡Una vez más, 'terremoto'!

    Para ese momento, Jun supo que ya su rival ya no estaba jugando a lo seguro, sino que hacía lo que podía para mantenerse en pie.

    —¡Pachirisu, ataca al Zapdos, ya!

    La pequeña, sin tener la velocidad suficiente como para esquivar, tuvo que tragarse otro terremoto; no sólo eso, la última barrera había cansando lo suficiente a Gyarados como para protegerse del ataque cayendo rendida por el combate. Sintiendo algo desde su tripita, Pachirisu se encarreró para ir por el ave como su amo le había ordenado. Esta vez no le fue fácil ya que Zapdos se movía de un lado a otro para evitar el contacto. Pero el disgusto de Pachirisu por ver a su compañera caída fue lo suficientemente grande como para que, contra toda la física y las matemáticas, pudiese prenderse de su cola y darle un buen mordisco.

    El singular, con una mezcla de odio y dolor, lanzó un poderoso ataque eléctrico en represalia al roedor. Quizás ese fue el momento en que su entrenador vio pasar toda su vida y se cuestionó seriamente el por qué había sido tan estúpido, tan soberbio como para querer usar un pokémon que jamás sería del todo domado. Él no era uno de esos niños ingenuos a los que los hombres de bata y reloj lujosos podían apantallar con las promesas de fama y fortuna que prometían a cambio darles tu moralidad y tus ideales. No, no. Él era un adulto estúpido que quiso hacer las cosas como pensaba hacía la gente grande; ahora tendría que pagar las consecuencias como gente grande, también.

    Entonces, miró a ver a Jun, sintiendo que lo juzgaría por sus pecados, por ser uno más de aquel problema del que todos sabían, pero nadie hablaba. Y en sus ojos, no había rencor ni altanería. En ellos, sólo había una imperante petición.

    Lucha.

    Lucha con todo lo que tengas.

    Demuéstrame de qué estas fecho.

    Vamos a darlo todo en ese combate.

    Jun también pareció sonreír cuando llamó a su Talonflame al combate.

    El ave de fuego salió de su pokébola batiendo sus alas y graznando de felicidad, ¡sí por fin, era el momento de combatir y divertirse!

    —Pachirisu, de nuevo ataca...

    Zapdos se alertó pensando que el ataque iría de nuevo hacia él, por lo que se puso en postura defensiva. Estaba dispuesto a cenar brocheta de ardilla.

    —¡A Garchomp!

    —¿Qué demo…?

    Sí, estaba loco. Bueno, sólo quien convertía un Pachirisu en una máquina asesina podía ordenar algo tan demencial como eso. En efecto, el pokémon atacó al terrestre lastimándolo, pero haciéndose daño en el proceso.

    Aunque si Pachirisu había atacado a Garchomp y no a Zapdos como él se había imaginado… ¿Quería decir eso que…?

    —Talonflame…

    “¡Oh, sí; oh, sí; ¡es la hora, es la hora!” canturreaba el ave de pocas neuronas.

    —¡Sofoca a Zapdos!







    “¡¡Esta bien, lo haré, chrip!!”

    —¡¡¿Qué?!!

    El mismo Travis no se lo creía… ¡Un Talonflame que no atacaba con ‘pájaro osado’! Un Talonflame que contra todas las expectativas acababa de usar otro ataque igual de poderoso, que afectaba el poder de otras habilidades que posiblemente no usaría más en combate y que gracias al desgaste constante de Pachirisu le había bastado a su Zapdos para caer.

    —Ese hombre… es un auténtico genio.

    El publico se había vuelto loco, ¡un Zapdos había caído! ¡Y ni siquiera ante pokémon que se consideraran especialmente poderosos! Lo esperaban de otro Garchomp, de otro Mega Kangaskhan… de un singular.

    Ellos lo sabían, aún si Jun no se coronaba el campeón del mundo, ese día se habría labrado su historia como “el entrenador que le hizo frente a una leyenda con un milagro”. Un milagro de la crianza.

    Travis sonrió para sí. Ya sabía de sobra el resultado de la batalla, pero encontraba descortés tomar la banderilla blanca que el equipo les daba como señal de rendición. La batalla no se acaba hasta que de verdad se acaba.

    —Talonflame, tu turno. Garchomp, ‘terremoto’.

    Su objetivo ya no era ganar, pero si hacía caer a esa rata del infierno, al menos podría salir del recinto con la cabeza bien en alto.

    —Lo siento —exclamó Jun, comprendiendo perfectamente sus sentimientos—. Pero no tengo deseos de cumplir con esa petición. ¡Pachirisu, ‘protección’!

    Así que la rata sabía protegerse. Sí, debió de haberlo previsto. Qué extraño y excéntrico le resultaba todo eso.

    La ardillita se envolvió en su cola la cual electrificó por completo. Fue así como pudo pasar del embate terrestre sin mayor problema.

    —¡Talonflame, ‘pájaro osado’! ¡Garchomp, ‘terremoto’! —gritó el hombre de las rastas.

    —¡Tú también, ‘pájaro osado’! ¡Pachirisu, ‘sígueme’!

    Ambos pokémon sonrieron al escuchar la orden de su amo. Pachirisu comenzó a mover su colita de un lado a otro, como el péndulo de un Hypno. Garchomp y Talonflame seguían con la mirada esa hipnótica colita sin poder apartador la vista, ni siquiera el mismo entrenador podía evitarlo. El Talonflame de Travis tenía pensado atacar a su congénere por orgullo de aves, pero ahora no podía pensar en otra cosa que en esa pequeña bola de pelos.

    Pachirisu no sólo había ganado algo de tiempo embobando a los pokémon del rival y haciendo el ridículo a nivel mundial (oh, esas viralizaciones en redes sociales de internet) sino que le había dado la oportunidad al ave tonta para envolverse en llamas y atacar a toda velocidad.

    “Pájaro osado… ¡¡wiii!!”

    El estruendo del impacto ensordeció por un momento la arena y para cuando la audiencia ya había abierto los ojos, el Talonflame de Unova yacía en el piso con los ojos en espiral.

    Garchomp, sin embargo, sí había logrado acertar su objetivo…

    Y la ardilla que había trastabillado a causa del potente ataque…

    Se ponía de pie.

    Con el cuerpo medio tullido, el rostro sucio envuelto en sudor y raspones…

    Pero de pie.

    —’¡Pájaro osado’, Talonflame!

    “¡Aquí va… mi ‘pájaro osado’, cruaa!”

    Garchomp no hizo nada por esquivarlo, sencillamente no podía, su orgullo yacía en el piso junto con las esperanzas de su entrenador. Apenas y sintió el golpe; ni siquiera se percató del peso muerto del Talonflame que cayó víctima de su dura piel y la fuerza del impacto. Nada de eso importaba porque había perdido ante una adorable mascota, un alimento para él, un pokémon que no se parecía a nada a lo que hubiese enfrentado antes, ni en los entrenamientos ni en los torneos reales.

    Aunque todo eso dejó de importar cuando perdió el conocimiento.

    Sólo una pequeña franja de energía había hecho la diferencia. Cómo único pokémon de pie en la arena, Pachirisu le estaba dando la primera victoria a su entrenador en el torneo más importante del mundo. Viendo que todo había terminado, Pachirisu cayó sentada usando su cola como respaldo y dio un buen suspiro. Más le valía a su amo darle un buen pastelillo o si no, no volvería a pelear con tantos ánimos como hoy.

    —¡Pachirisu! —Se escuchó desde las gradas.

    —¡Pachirisu! ¡Pachirisu! —Se podía apreciar el cántico más fuerte.

    Antes de lo que cantara el Combusken, todo el estadio se encontraba apoyando al pequeño “milagro”. Así, fue como por un instante, gente de todo el mundo creyó que, a lo mejor con el método adecuado, sí era posible ganar con pokémon inesperados.

     
    Última edición: 19 Octubre 2018
    • Fangirl Fangirl x 4
    • Ganador Ganador x 2
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