Flores del mal

Re: ** [Flores del mal] **

Saludos nena!!! a pedido de todas las nena jaja
bueno no de todas, aquí dejo el capítulo cinco
espero que les guste, es la entrada de nuevos personajes
uhmmm, estos capítulos no sé si les va a gustar
pork los escribí cuando estaba deprimida pork
noté que lo había escrito horrible, un asco jaja
espero que sí lo haya arreglado después!! no sé ps
Bueno nos vemos!!!
Gambatte ne!!!!

*¡Sayonara minna ~~!*

 

Re: ** [Flores del mal] **

… Y los rencores encontrados fluyen como gotas de odio que te envuelven lentamente arrancando chorros de sangre inerte y negra y amarga, que persiste como un inmenso mar de niebla en las tinieblas, perecederas, lentas. Somos jardines de piedra. Somos inocentes con manos sucias. Y por tanto, hemos nacido en el corazón de la mentira…

** [Flores del mal] **

** (Fleurs du mal) **​

​

​

*Capítulo cinco*​

[Las escogidas de Tanaka]​

​

El salón entero estaba lleno de murmullos luego de ver a Hana Oshitari allí. La conocían perfectamente, era una leyenda para algunos, sí que lo era, en sus años como tenista fue jugadora número uno de los nacionales, conocida y admirada por muchos. May por su parte, al igual que Gris, jamás podría cobrar su revancha. Hana las había vencido hace mucho cuando estaban en la escuela primaria y desde ese día Gris y May juraron que cobrarían su revancha. May había tenido ya un año para recuperarse de esa tragedia y Gris aún tenía que asimilar todo.
Hana con una sonrisa triste le indicó a May que la acompañara fuera. Los allí presentes al fin comprendieron todo. Aquellas tres muchachas se conocían desde hace mucho tiempo.

*+​

​

Hikaru sonrió tiernamente al sentir la sonrisa sincera de Gris. Esos cálidos ojos esmeraldas de Hikaru le recordaban esos años de amistad pura que ambas sintieron desde la primera vez que se vieron hace como cuando tenían cinco años. Recordó los días que las dos conocieron a Fuji Syusuke y desde ese día los tres se unieron en una amistad eterna, de esas que no se desasen por nada, de las que no se destruyen si no es necesario.
— Hola — la voz dulce de Syusuke la obligó a voltear hacia él por segunda vez en aquella noche llena de estrellas. Hikaru sonrió alegremente, sin expresar mucho su emoción y Gris lo miró inexpresiva.
— Annika, estamos los tres ahora, no tienes porqué fingir ser la chica fría y dura. Somos amigos, ¿Recuerdas? — Hikaru habló claro frunciendo el ceño. Syusuke entreabrió sus ojos para dirigirle una mirada penetrante a la peliazabache.
— ¿Puedo abrazar a mi amiga? — preguntó él mirando fijamente a Ootori. Gris sonrió levemente acercándose a él afirmando con la cabeza. Él no dudó y la abrazó fuertemente apretándola hacia él para no volver a dejarla ir como la última vez.
— Fuji-senpai, Hika-chan, los extrañé —expresó Gris que aún abrazaba a Syusuke calurosamente.
— ¡Hey! Yo también quiero un abrazo, Fuji-kun—el aludido sonrió aún más, soltó un brazo para ofrecérselo a Hikaru y las abrazó a las dos. Las quería mucho, ellas eran sus amigas desde que tenía uso de razón y desde ese día todo lo hacían juntos, sobre todo jugar tenis, por eso, muchas veces era sobre protector con ellas. Gris sabía que ellos dos estaban unidos a ella que cualquier hermano de sangre y Hikaru los consideraba como sus hermanos de esos que nunca pudo tener. Syusuke y Gris eran demasiado sobre protectores con la pelirroja porque era menor que ellos y a pesar de eso parecía ser la más madura de todos.
— Lo vez Hana, Gris estará bien, no tienes porqué preocuparte— la voz calmada de May tranquilizó a Hana, quien curvó en sus labios una sonrisa casi notoria.
— Es cierto, creo que será mejor que regresemos — expresó Hana mirando a Gris tranquilamente, las dos volvieron al salón.
— Gris, Hika-chan, debemos volver, Tanaka-san dijo que tenía más cosas que comunicarnos — habló Fuji. Ellas asintieron y se encaminaron al comedor.​

*+​

En la entrada del comedor apareció un muchacho alto de buen porte, elegante y encantador. De cabello azulino y de labios provocativos, su mirada azul sensual se posaba ahora en los de Tanaka fríamente. Dibujó en la comisura de sus labios una voluptuosa sonrisa.
— Director Tanaka, he venido a dejar a Saya Hinamori en ésta residencia. Espero que la cuide mucho, porque si me entero de que le sucedió algo, le prometo que me las va a pagar —habló calmadamente el muchacho quien llevaba de la mano a una muchacha de cabellos negros aterciopelados. Sus ojos negros y profundos se fijaron en los de su acompañante, a quien quería demasiado porque lo consideraba algo más que su hermano.
— Ikuto-san, estaré bien, no te preocupes — la muchacha le regaló una sonrisa. Ikuto la miró dulcemente, más ella sintió los ojos del muchacho acosadores. Él acarició el rostro de Saya delicadamente.
— Saya, sólo quiero que te cuides y si te pasa algo me lo haces saber…
— Tsukiyomi Ikuto, le recuerdo que usted es alumno de ésta escuela, no puede venir y amenazarme…
— Sólo era una advertencia director — miró fríamente a Tanaka. El director arrugó la frente.
— La señorita Hinamori Saya estará bien, desde siempre ha sido una muy buena tenista en ésta escuela y la quiero aquí para que aproveche los entrenamientos y sobre todo si habrá competencia para ella…
— Cursaré mi segundo año director — le recordó la de cabellos negros y largos.
— Saya, ya sabes, si te sucede algo me lo dices — la volvió a acariciar y se inclinó hacia ella para darle un beso en la frente. Saya evitó las ganas de llorar, lo extrañaría, eso era seguro aunque sabía perfectamente que lo iba a ver todos los días en la escuela. Respiró profundo para mirarlo un rato más. Ikuto se disponía a salir del comedor, pero en el proceso sus ojos azulinos se chocaron con los cafés de Gris. El muchacho le sonrió sensualmente.
— ¡Vaya! ¡Qué hermosa se ve! — espetó el seductor y ahora su mirada delineaba el cuerpo de Gris de hito a hito. Su mirada ahora se desvió a los verdes de Hikaru quien encontró extremadamente apuesto a aquel muchacho.
— Y su belleza es encantadora — aduló a Hikaru, quien no podía quitarle la mirada de encima aunque aquellas palabras no consiguieron robarle un sonrojo a la pelirroja. Gris hizo una mueca de disgusto. El muchacho sonrió y se acercó a ella.
— ¿Hay algo que la molesta?
— Sí, los estúpidos como tú — expresó Gris mirándolo amenazante.
— Ikuto, ¿Qué no te ibas? — habló enojada Saya. Odiaba que él se ponga de seductor con las chicas. Cruzó de brazos y arrugó la frente.
— Sí, Nos vemos — le guiñó un ojo a Gris y le acarició el mentón. Gris se alejó por reflejo contrayendo la frente. Él caminó hacia la salida, inhiesto. Hikaru y Gris se lanzaron miradas cómplices y voltearon a verlo. Generalmente no se encontraban con chicos tan apuestos y seductores. Gris zarandeó su cabeza en negativa. Hikaru sonrió divertida y Syusuke entró sin decir nada.
— Tanaka-san, dijo que tenía que informarnos de más cosas — habló Gris a Tanaka. Éste sonrió complaciente.
— Siéntese Ootori, siéntese…​

*+​

Después que Gris se sentó en el mismo lugar que antes aparecieron dos personajes, uno alto, fornido y muy conocido, era nada más y nada menos que un tenista muy famoso, el Caballero Lirian, pero esta vez era un momento especial porque venía acompañada de su hija, una tenista también conocida, pero más por sus peleas callejeras y de la forma como adecuaba eso a su tenis agresivo. Pertenecía a la Shoken Gakuen desde el año pasado. La muchacha no era muy alta, tenía el cabello rojizo, y su mirada azulina podría incluso matar a quien la percibía. Lo que más llamó la atención fue el cuerpo de la muchacha con curvas bien proporcionadas y un busto, algo que sin duda no escaparía de la visión de aquellos muchachos, debido a que era lo más llamativo de su cuerpo, a pesar de su holgado atuendo. Su rostro lucía enojado. Ella arrugó la frente al entrar cruzada de brazos por la puerta del comedor. Su padre, dejó las maletas antes de acercarse a Tanaka y saludarlo con la etiqueta correcta.​

— He venido con mi hijita señor Tanaka. Estoy algo apresurado, así que… — su visión ahora se posó en un muchacho que le sonreía divertido a su hijita. Frunció el ceño y se acercó a éste — Tú, aléjate de mi hijita o sino me las vas a pagar, no la mires, no la mires o sino verás mi poder…
— Lo-lo siento — se disculpó el muchacho de la venda en la mano izquierda y en su rostro dejó escapar una expresión de susto por la reacción del padre de la pelirroja.
— Estás advertido…
— Ejem, señorita Natsumi Lirian, ¡Bienvenida a la residencia! — intentó calmar la situación el director de la Shokengaku acercándose al Caballero.
— ¡Sí! — respondió molesta la muchacha del cabello rojo.
— Hijita, cuídate de los pervertidos… — se acercó a Natsumi que tenía una mueca de molestia es su rostro —… y no quiero que ninguno de éstos engendros se le acerque a mi nenita, ¿Entendieron? — fue lo más audible posible, remarcando ésta frase, dejando en claro que no quería que su hija tuviera novio.
— Sí — volvió a responder la muchacha sin prestarle interés.
— Estaremos en contacto, Tanaka-san— y diciendo esto se retiró dudoso y regresó su visión de furia por última vez a Kuranosuke. Éste una vez que lo perdió de vista volvió a sonreír. Algunos se burlaron por la escena. Natsumi a regañadientes se sentó en la mesa de Saya y Hana.​

*+​

​

— ¡Oigan! ¿Ese no es Kyo Fukura? — preguntó sorprendido Eiji abriendo sus ojos más de lo normal donde enfocaba perfectamente a un señor de aspecto totalmente apasionado y con anteojos que reflejaba su característica forma analítica de ser.
— ¡Kyaaa! Sí, sí lo es — se emocionó Aymara Blanco al ver al recién llegado. Haruka Yagyuu se ajustó los anteojos.
— Kyo Fukura, famoso pintor japonés, una de sus últimas obras es la llamada “Death Angel”, en ese cuadro expresa la belleza y frialdad del Ángel de la muerte, pero según mis fuentes, es el retrato de su propia hija, Midori Fukura…— terminó de dar su explicación y haciendo gala de su presumida voz agregó algo más —. Midori Fukura es una de las tenistas a la que muchos llamarían prodigio por su excelente nivel en el tenis a pesar de su corta edad.
— Tiene el cabello muy largo — añadió Echizen sin interés después de haber visto a la muchacha que entraba con el pintor.
— Pero es hermosa — indicó Kintarou que se había quedado hipnotizado por la belleza sombría de la muchacha. Tenía el cabello de un rubio pálido demasiado largo hasta los tobillos, lo traía suelto, era brillante y bien cuidado. Su inocente rostro cautivó a más de uno y su mirada castaña cálida logró embriagarlos. Su ternura era tal que podría eclipsar al mismo cielo. Sus atuendos eran de lo más elegantes y su porte era sereno y acogedor. Y lo que llenó de ternura a todos fue su dulce voz.
— ¡Buenas noches!
— Buenas noches Tanaka-san — Saludó el padre de Midori.
— Buenas noches señor Fukura, tome asiento, ¿Desea algo de tomar? — saludó como muy cordialmente el director.
— No, gracias, sólo vine a dejar a mi hija, tengo un viaje que hacer y estoy retrazado — sonrió el señor Fukura.
— Bueno, entonces, señorita Midori Fukura, siéntese en la mesa de allá — señaló Tanaka a la mesa donde estaban Hana, Saya y Natsumi.
— ¡Sí! —Midori caminó elegantemente después de despedirse de su padre.​

*+​

​

— Jirou, ya llegamos ¡Despierta! — la voz de la muchacha obligó a Jirou Akutagawa a entreabrirlos, más aún tenía sueño.
— Marah, sólo déjame dormir un poco más — volvía a cerrar los ojos y Marah lo empujaba para que avanzara. Entraron al salón y la multitud se fijó en ellos.
— Ji-Jirou, no pensé que había mucha gente, Desu ga — susurró tímidamente la muchacha de cabello rojizo y ondulado hasta las caderas, que la hacía verse como una fruta madura y apetitosa. Jirou abrió sus ojos y miró a todos con una gran sonrisa empezando a emocionarse. Marah se sonrojó.
— ¡Bienvenida! Señorita Akutagawa Marah, la estábamos esperando — habló pausadamente Tanaka.
— Su-supongo, ¡Gracias! Desu ga — su voz era tan dulce como los pasteles de Bunta, su mirada de un tono rosa y con destellos rojizos observó al director tímidamente.
— Puede pasar y sentarse en aquella mesa — indicó.
— Sí,… Jirou, ya estoy aquí, gracias por acompañarme. Prometo llamarte después, Desu ga — le habló de manera que sólo Jirou la pudiera escuchar.
— Sí, sé que te divertirás aquí, nos vemos hermanita — se despidió Jirou, pero antes de marcharse se acercó a su hermana y le susurró en el oído — Marah, allí está Bunta-kun… ¡Kyaaa! Es un genio, es increíble, sólo fíjate en su juego en la red es realmente sorprendente. Ojalá lo conozcas…
— Sí, sí, sí, ya entendí, no quiero que me des todo un discurso del amor que sientes por Bunta y a quien espero conocer para saber el porqué de todo el amor que sientes por él. Desu ga.
— Ya me voy — se desentendió del comentario de su hermana y salió emocionado del salón.​

*+​

Algunos cuchicheos se escucharon en las mesas cuando vieron entrar a Rao Sanada. La muchacha tenía un chupetín en la boca del cual parecía disfrutarlo. Su cabello era liso y castaño y sus ojos pardos despedían una frialdad que la hacía verse sensual. Sacó el chupetín de la boca para lamerse los labios provocativamente, el viento que casualmente cruzó el salón levantó unos centímetros su pollera dejando ver sus piernas perfectas y hermosas. Caminó seductoramente hasta Tanaka quien con una sonrisa fumó su habano, que recién había encendido, para después saludar a Rao.​

— Señorita Sanada Rao, bienvenida a la residencia, ¿Tuvo un buen viaje? — cuestionó el director.
— Sí, y di lo mejor de mí en el torneo que representé a la Shokengaku. Gané el primer lugar del torneo Júnior al que me envió, director Tanaka — respondió la muchacha antes de volver a meter el chupetín rojo a su boca.
— ¡Perfecto! Eres una de las mejores de la Shokengaku, por favor siéntese con tus compañeras de equipo — señaló Tanaka a la mesa de donde estaban Hana, Saya, Natsumi, Midori y Marah, al verlas caminó coquetamente hasta allí aunque minutos antes su mirada se había posado en la mesa donde estaba su hermano. Hiromi bufó de indignación ¿Quién se creía que era para llamar la atención así? Hiromi era una estrella y nadie la opacaba de esa manera. Rao la miró y le guiño un ojo, Hiromi frunció el ceño. ​

*+​

Gris Ootori, al ver a la que acababa de llegar intentó esconderse bajo sus brazos. Demasiado tarde, la muchacha pelirrosa en cuanto entró lo primero que sus hermosos ojos rosa vieron fue a Gris, por lo que en su rostro inocente se dibujó una sonrisa, que si Gris no la conociera bien diría que era una sonrisa tierna. Todos los presentes en la mesa de Gris: May, Hikaru, Lily, Seiichi, Mukahi, Nyu y Shinji, miraron a Gris extrañados por la actitud infantil de ésta.
— ¡Grisuchan! — exclamó feliz la pelirrosa acercándose a la mesa donde Gris levantaba su cabeza lentamente para voltear hacia la que la había llamado.
— ¿Qué demonios haces aquí Geniko? — preguntó Gris poniéndose de pie de un salto y mirándola amenazadora.
— Grisuchan, el destino se empeña en unirnos — sonrió la muchacha.
— Supuestamente tú te quedas en Estados Unidos y yo regreso a Japón, ¿Qué pudo haber salido mal? ¿Qué? — cuestionó Gris levantando una ceja interrogante.
— Tranquila Grisuchan, no te preocupes, aquí volveremos a abrir nuestro club de… — no pudo completar su frase. Gris, lo más rápido que pudo, la rodeó por detrás, una mano le tapó la boca y la otra por la cintura. Gris sonrió nerviosamente.
— Está loca, no la escuchen, y es en serio, no deben escucharla — habló Gris sonando ligeramente alterada. Todos levantaron una ceja escépticos. Geniko abrió los ojos más grande de lo normal cuando divisó a un muchacho en otra mesa. Forcejeó con todas sus fuerzas para liberarse de Gris lográndolo. Corrió rápido hacia esa mesa.
— ¡Marui Fresito-niisan! — expresó emocionada al ver a su hermanito Bunta a quien se arrojó a sus brazos en cuanto lo tuvo cerca. Bunta también la abrazó feliz. Gris respiró aliviada.
— ¡Geni-chan! — Bunta se emocionó al ver a su hermana y la abrazó dulcemente. No la había visto hace como unos dos años. Su hermana había sido becada para estudiar en Estados Unidos y desde ese día no la había visto. La quería mucho y hasta era un tanto sobre protector.
— ¡Marui Fresito-niisan! ¡Te extrañé! — Tanaka se aclaró la garganta demasiado fuerte como para que los demás lo escucharan.
— Señorita Bunta Geniko, ¡Bienvenida a la residencia! Por favor ubíquese en ésta mesa — habló Tanaka, Geniko se soltó de su hermano y le regaló una de sus mejores sonrisas. Se fijó en los compañeros de mesa de Marui y mordió su labio inferior.
— ¡Cielos! ¡Qué brazos! — Geniko aprovechó la oportunidad para tocar el brazo de Nioh, quien se zarandeó al sentir la mano de la muchacha en su bíceps. Luego volteó a verla y le sonrió sensualmente.
— Sí, es gracias a mi entrenamiento. Puri~ — comentó Masaharu.
— Señorita, por favor… — interrumpió Tanaka.
— ¡Rayos! Nos vemos después lindo… — Geniko se mordió el labio inferior y lo miró sádicamente.
— ¡Geni-chan! — se quejó su hermano.
— Sí, ya voy Marui Fresito-niisan — ante la mención de eso todo el comedor estalló en carcajadas burlonas. Marui consiguió sonrojarse.
— En vista de que todas mis escogidas están aquí, podré continuar. Ellas son de la Shokengaku desde sus inicios a excepción de la señorita Bunta y la señorita Lirian. Ellas son las mejores de ésta escuela. Ahora procedo a informarles que en sus mesas se encuentran unos sobres, cada uno de ustedes tome uno, allí encontrarán su respectivo horario de clases, comedor, entrenamiento, etc. Las reglas son sencillas, ustedes se concentran en el tenis para traerme él título del campeonato. Enfrentarnos contra los mejores de Alemania, Italia, Inglaterra, y muchas escuelas más, será una experiencia verdaderamente única. Deben tener en claro esto. Sólo los mejores serán titulares, hasta ahora sé que cada escuela debe llevar por lo menos dieciséis miembros de cada equipo correspondiente. No sé cuantos partidos de dobles y de sencillos decida la federación, pero eso no es lo importante, lo importante ahora es que cada uno de ustedes estarán en competencia los unos con los otros. La decisión de los respectivos capitanes de equipo es para los miembros del club, no sé si optan por hacerlo a elección o tal vez los entrenadores lo decidan. En fin, y en vista de que hay gente muy buena en el tenis en ésta residencia he decidido complementar el gimnasio del colegio con más equipo para que alcance para todos. Por otro lado, en la Shokengaku, hay otros cursos que podrían tomar como para relajarse, podrían ir al salón de música, a la pista de patinaje, a la piscina, como podrán observar, aquí dentro tienen todo, así que no veo la necesidad de que tengan que salir los fines de semana.
— ¿Qué? Tani-san, los fines de semana, tengo mi tratamiento especial para que mi rostro siga bello y hermoso, ya sabe, tengo que ir al spa, una estrella descuidada no es una estrella, además que tengo clases con mi profesor de canto y con mi coreógrafo—se levantó Hiromi acercándose a Tanaka algo fastidiada.
— No te preocupes estrellita, mira, entre May y yo te hacemos el tratamiento y gratis, te arreglaremos el rostro —habló sarcásticamente Gris sonriendo ante su ocurrencia, e imaginándose el tratamiento para Hiromi, algunos de los presentes soltaron unas risitas burlonas —. ¿Verdad May?
— Así es Gris, además, la ayudaremos con sus clases de canto, ¿Qué tan alto puedes gritar, es decir, soltar un agudo? —le siguió la corriente May riendo perversamente ante la mueca de disgusto total de Hiromi.
— Sí, es más, te ayudaríamos con tu coreografía, espero que no te canses… ¿Qué tan rápido puedes correr? — ironizaba Gris mientras la miraba con ojitos tiernos.
— ¡Suficiente! — gritó Tanaka antes de que May pudiera agregar su parte —. Señorita Daishi, usted saldrá los fines de semana, sólo porque su…
— Daddy, mi Daddy le dijo que podía salir, ¡Qué lindo! Te quiero Daddy, o sea, la gente linda como nosotros, obvio que debemos tener más privilegios — sonrió victoriosa Hiromi mirando a May y a Gris. Gris le levantó las cejas y May le guiño un ojo.
— ¡Bien! Ahora sí, señorita Ootori, se puede retirar —se dirigió a Gris.
— ¿Cómo? ¿Y la sorpresa? ¿Lo que nos iba a informar que era tan importante? — cuestionó Gris fingiendo estar ofendida —. Bueno entonces me voy, y ya sabes linda — se dirigió a Hiromi una vez que se puso de pie —. Revisa tu cama antes de meterte en ella, no olvides, los insectos — Gris salió de allí en un bostezo. May la copió.
— Entonces ¿También me puedo retirar? Viniendo de Gris, uno nunca sabe si te dejará insectos en la cama — y eso fue una indirecta para Hiromi quien abrió la boca molestándose.
— Sí, pueden retirarse todos los que desean y ¡Bienvenidos nuevamente! Ésta casa es suya.
— ¿Nuestra? — Geniko se frotó las manos y en su rostro se formó una sonrisa macabra, estaba pensando en tomar eso al pie de la letra. Nyu en cuanto perdió de vista a Gris se puso de pie y al escuchar las palabras de Tanaka salió rápido de allí.​

*+​

​

— ¡Ange Noir!— pronunció una voz femenina tras de Gris. Ante la mención de ese nombre se obligó a voltear.
— Se te da muy bien el francés — opinó Gris fijándose en los ojos grises oscuros de la muchacha que era delgada y de cabello corto que traía recogido en una coleta, un mechón de su cabello gris plateado le tapaba parte de la cara y su rostro se mantenía bello pero inexpresivo.
— Tomé cursos desde pequeña. Es difícil ser una Atobe — pronunció la muchacha acercándose a Gris.
— Entiendo, pero… ¿De dónde sacaste eso del Ange Noir? — preguntó Gris cruzándose de brazos para escuchar la respuesta de Nyu.
— La prensa francesa te llamó así en el Abierto de Estados Unidos — respondió Nyu sin problemas.
— ¿Estuviste allí?
— Sí, y te vi jugar, tenía esperanzas de que ganaras el torneo — Nyu ahora tomó la muñeca izquierda de Gris —. Lastima que te lesionaras —Gris movió su muñeca ante el contacto de la muchacha —. ¿Aún te duele?
— ¿Cómo supiste que me lesioné?
— Te observé muy bien, nadie se ha dado cuenta de tu lesión, supongo.
— Ni una palabra de esto a nadie. Es mejor conservar algunos secretos — le dijo fríamente a la muchacha peligris.
— Sí, sólo que deberías cuidar tu muñeca o sino no podrás hacer el Nitouryuu es muy importante en una competencia importante— indicó Nyu que aún se mantenía inexpresiva.
— Lo sé, no tienes porque darme toda una explicación… Bueno, señorita Atobe, ahora debo ir a dormir, mañana será otro día y necesito dormir por lo menos dos días seguidos —se estiró Gris y bostezó.
— Nyu, sólo llámame Nyu — dijo la muchacha sin matar su rostro inexpresivo.
— Sí, recuérdamelo después.​

*+​

​

Hanna Oshitari se fue a su habitación indicada, que decía: Cuarto año, tarareando y como era de esperarse le tocó con Natsumi Lirian y de quién había oído hablar cosas terribles, había escuchado que era una completa buscapleitos, sabía como era por lo que había escuchado, así que consideró no molestarla en lo absoluto. .
— Shalalala suteki ni KISS, shalalala sugao ni KISS,… — entonaba Hana mientras arreglaba sus cosas en la habitación. Natsumi hacía lo mismo arrugando la frente, se estaba hartando de la entonación de la otra muchacha.
— ¡Silencio! — pronunció algo irritada. Hana levantó la vista escéptica ¿Acaso la estaba callando a ella?
— ¿Qué? — cuestionó mirándola ahora profundamente.
— ¡Silencio! — volvió a repetir sin prestarle atención.
— …Ashita wa tokubetsu SPECIAL DAY ichinen ichido no CHANCE OH DARLING (duwa, duwa) OH DARLING I LOVE YOU! (duwa, duwa)…— Siguió entonando ignorándola. Natsumi respiró profundo para evitar golpearla. Prendió su mp3, lo puso a todo volumen y se tiró de espadas sobre la cómoda cama.​

*+​

— Mido-chan.
— Saya-chan.
— Así que dormiremos en la misma habitación, me parece bien — expresó Saya sonriendo encantadoramente.
— Sí, también lo creo —respondió Midori dulcemente, su voz era tan fina que podría ser llevada por el viento.
— Tomaré este lado y tu toma el izquierdo — indicó Saya acomodándose en el lado que deseaba.
— Sí, gracias — respondió la muchacha, todo lo empezó a hacer delicadamente.​

*+​

— ¿Habitación para tres? —preguntó escéptica Rao cuando entró a su habitación del tercer año y notar tres camas. Se acomodó su cabello liso y castaño tras de su oreja.
— ¿Y qué esperabas del tacaño de Tanaka-san? Desu ga — preguntó Marah entrando y dejando su maleta en la parte derecha de la habitación.
— ¡Kyaaa! La habitación no es algo amplia, así que tomaré la cama de al frente si no les importa, necesito de más espacio para organizar todo lo de mi club. Sólo convenceré a Grisuchan de que me ayude, siempre tenía buenas ideas —se emocionaba Geniko entrando y ubicándose directo en la cama que estaba frente a las otras dos.
— Entonces yo me quedo con el izquierdo — habló Rao mientras agitaba su cabello sensualmente.
— Le pediré a Jirou que me traiga mi ratón porque lo extraño. Desu ga —suspiró Marah nostálgica.
— ¿Un ratón? Sí, será genial — Geniko saltó en la cama —. Ésta cama es genial.
— Haber, déjame probar —Rao la copió.
— Yo también, Desu ga — Marah empezó a saltar también en la cama. Las tres recomenzaron a reír divertidas.

*+​

​

— AAAHHHH—el grito de la rubia exasperó la tranquilidad de las dos muchachas que intentaban dormir a toda costa por haber tenido un día muy agotador. Hiromi en cuanto entro al baño sintió que su mundo se desvanecía por completo—. UN-BAÑO-SIN-YACUZZI—gritó en su desesperación al no encontrar lo que deseaba, es más, nunca en su vida había entrado a un baño de tales condiciones. Gris y May revolearon sus ojos cuando escucharon sus chillidos alterados de niñita consentida —. No, esto es peor que perder un par de Manolo Blahnik o que se ensucie un par de guantes Marc Jacobs o que…—Gris se tapó la cara con la almohada para ya no escucharla más. May tuvo que usar medidas extremas, prender su Ipod y ponerlo a todo volumen. Ambas no tenían ganas de pelear esa noche con la princesita rubia.​

Kath​

*¡Sayonara minna ~~!*​

*†·.: ĢяЇ∫ :.·†*​

​

 

Re: ** [Flores del mal] **

jajajja sehh y en la próxima conti
nuevos personajes jajaj no se lo
pierdan!!!
Bueno nos vemos!!!
Gambatte ne!!!!

*¡Sayonara minna ~~!*