Flores del mal

Re: Flores del mal

Somos jardines de piedra. Somos inocentes con manos sucias. Y por tanto, hemos nacido en el corazón de la mentira…

** [Flores del mal] **​

** (Fleurs du mal) **​

*Capítulo catorce*​

[Cuestiones, razones y famosas]​

*+​

[Ya terminó]​

Tezumi Fuji salió de la habitación furiosa junto a las demás, pero eso no le interesaba en esos momentos. Estaba odiando a la muchacha que la había envuelto por detrás, es decir a Rao Sanada, estaba dolida porque Kajimoto, su supuesto novio, ni siquiera la había buscado para disculparse con ella, o algo por el estilo.
Se sacó los zapatos tomándolos con ambas manos, caminando tan sólo con medias por las escaleras. No tenía ganas de entrar a su habitación, había preferido salir a tomar un poco de aire. No le importaba nada, ni siquiera que algunos de los que cuidaban la residencia, ya sea Sakaki-sensei o Hanamura-sensei, la encontraran fuera de su habitación a tan altas horas de la noche.
Su cuerpo delgado pronto se encontró cerca de la puerta, la abrió lentamente y se halló fuera recibiendo el aire que corría solapadamente.
No debió pasar mucho tiempo fuera, cuando una mano la envolvió por la cintura y la obligó avanzar hasta un lugar oscuro entre las paredes de la mansión, una especie de callejón donde la luz no llegaba. Sus ojos celestes no podían observar a la persona que la tenía apretada contra la pared, más podía sentir su aliento y sus labios cerca de los suyos, todo ese incidente provocó que la pelinegro soltara sus zapatos. Aún estaba absorta por aquello pero pronto se exigió a hablar.
— ¿Quién eres tú?— una pregunta obvia debido a la situación.
— Shh, no digas nada, — aquel colocó un dedo en sus labios —. si nos ve fuera Sakaki-sensei, nos castigará — esa voz masculina le sonaba conocida pero antes de decir algo sus ojos se voltearon hacia la luz y allí se hallaba Sakaki-sensei que se dirigía hasta la puerta de la mansión. Cuando al fin hubo terminado de entrar una voz la hizo girarse hacia él.
— ¿Qué haces fuera Tezumi? — cuestionó casualmente.
— ¡¡¡Aléjate bastardo!!!— Tezumi se había puesto ruda en esos momentos y con razón.
El muchacho, que respondía al nombre de Kajimoto Takahisa, en ningún momento mostró intensiones de alejarse, en lugar de eso, apretó a la chiquilla más contra sí y acercó sus labios al rostro de ella.
— ¿Qué te pasa Tezumi? — susurró mientras rozaba sus labios por el rostro de ella. Tezumi sintió eso delicioso pero no se lo iba a aceptar en ningún momento.
— ¡Vete al diablo!— forcejeó con furia tratando de zafarse del fuerte agarre de Kajimoto que no pretendía en ningún momento soltarla.
— Tezumi, Tezumi, te has puesto así conmigo por nada— admitió él dejando de besarla pero sin soltarla.
— ¿Por nada? ¡Eres una basura! — lo empujó para así liberarse de él consiguiéndolo, tomó sus zapatos y empezó a caminar hasta la entrada.
— Si quieres que lo nuestro acabe sólo dilo y deja esa actitud— habló él enfurruñado.
— Bien, entonces que acabe. Adiós — dijo ella sin voltear y avanzó altiva hasta su habitación mientras unas lágrimas hacían su aparición en su delicado rostro.

*+​

[I am a Death Angel and you gonna die]​

El día siguiente había llegado finalmente. El sol se levantaba sonriente desde el horizonte y el cielo mostraba algunas extrañas formas con las nubes… Aquello siempre hacía sonreír a la muchacha del cabello rubio pálido, pero ahora no era así, por lo que no dudó un segundo en salir de esa deprimente clase de… quien-sabe-que-clase, ni siquiera se había interesado en aquello. Estaba furiosa consigo misma desde la noche anterior…

— Ahhhh… ¿A dónde vas Mido-chan? — la voz preocupada de Kintarou chilló en el pasillo cerca de los salones de la Shokengaku.
— A jugar tenis — habló con dulzura malicia la muchacha del cabello rubio pálido mientras avanzaba con su delicada sonrisa adornándole el rostro, con aquella que adoraba el pelirrojo.
— Pero,… pero,… Mido-chan, aún estamos en clase — se sorprendió el pelirrojo alcanzándola nuevamente por el pasillo.
— ¿Y? sólo quiero jugar tenis, ¿Vas a acompañarme o te quedarás a escuchar la aburrida clase? — se detuvo ella para asegurarse de convencer a Tooyama y obviamente su voz había sonado acaramelada.
— Pero ¿Cómo nos vamos a fugar de las instalaciones? — ahora lucía preocupado y en su rostro un leve fruncimiento de ceño.
— Sólo tienes que seguirme, si no me acompañas me iré sola — sonrió con delicadeza.
— Pero… ¿Cómo te voy a dejar sola? Claro que iré contigo aunque eso implique romper una regla importante que me puede costar la beca — Kintarou habló cruzado de brazos y mirando a la muchacha un tanto enfadado, pensaba que con esas palabras la iba a convencer.
— Has como quieras yo me iré de todos modos — empezó a caminar entre el grupo de alumnos que comenzaban a salir de sus salones de clase debido al sonido del timbre.
— AAAAHHH ESPÉRAME — gritó en medio del bullicio una vez la vio voltear la esquina para seguidamente bajar las escaleras y encontrarse al fin fuera.

*+​

Midori y Kintarou lograron salir sin que nadie se diera cuenta. Kintarou notó de inmediato que la muchacha había hecho aquello muchas veces. Primero se habían subido a un árbol coposo y lindante a las murallas de la institución para seguidamente saltar al muro y bajar por otro árbol; de esa forma ellos habían salido hacia las afueras…
Midori lucía silenciosa y hermosa como de costumbre y Kintarou maravillado y soñador como siempre. Hasta que llegaron a un parque que era muy hermoso por la variedad de flores que se elevaban por el lugar. Avanzaron más y ninguno había hablado nada hasta ahora, Kintarou tenía deseos de hacerlo realmente y ella sólo quería desahogar su rabia con un partido de tenis.

— Vaya, vaya, pero miren a quienes tenemos aquí — una voz femenina captó la atención de los muchachos.
— ¿Han venido a jugar o a besuquearse en el parque? — la voz de un joven ahora se escuchó. Midori sonrió angelicalmente. Kintarou se sonrojó levemente.
— A jugar obviamente…
— Esto será fácil, un juego de dobles a un set, tú con tu amiguito y yo con él — se sonrió la muchacha “X” muy segura. Aquella tenía en su mano una raqueta y vestía para la ocasión, al igual que el muchacho “Y”.
— Está bien — dulce, simplemente dulce era su voz.
— Pero… Mido-chan, yo no he traído mi raqueta — se asustó Kintarou.
— No hay problema, tengo tres raquetas, escoge la que gustes — se sonrió ella. Kintarou levantó sus cejas.

*+​

Se dirigieron hasta la cancha decidiendo que Midori sacara esta vez. La muchacha en cuanto tomó su preciada raqueta se había transformado en la Ángel de la muerte. Sus ojos se tornaron oscuros y amenazadores y un aura negra la envolvió por completo. Su rostro era cruel e imponente. Empezó a dar botes a la pelotita amarilla y dio a conocer su terrible saque. Sí que estaba furiosa la muchacha, puesto que aquel saque había sido sangriento. Había sido enviado con tal potencia y furia cayendo directo en la cara de su contrincante. La aludida sangró de pronto y su llanto lleno de dolor apareció de inmediato, su compañero se acercó a verla, aquella respiró profundo y volvió a ponerse en posición. Midori soltó una risita malévola y volvió a dar botes a su pelota.
— Lo lamento mucho — se burló dulcemente volviendo a sacar y cayéndole esta vez al muchacho rival sacándole sangre también.
— ¡Mido-chan! — Kintarou se asustó ligeramente ¿Quién era Midori Fukura?
— I am a Death Angel and you gonna die — fueron las palabras de la muchacha antes de volver a sacar una y otra y otra vez...

*+​

[Me las pagarás]​

Echizen Ryoma permanecía recostado en una alfombra de gras, bajo la sombra de un gran árbol de cerezos, con uno de sus brazos apoyando su cabeza y con la otra sosteniendo una lata de Ponta… Estaba bebiendo tranquilamente su bebida, con los ojos cerrados, disfrutando su victoria, imaginándose el rostro de Saya enfadada, bueno, por como lo había mirado en la mañana a la hora del desayuno, era obvio que Saya se había enfadado con él y Ryoma parecía disfrutar aquello… Curvó sus labios en una sonrisa llena de malicia pero al instante se desvaneció cuando sintió unas manos apretar su cuello; ante aquello se obligó a botar su lata de Ponta para que sus manos sostuvieran ahora los brazos de quien le estaba intentando ahorcar…

— Ryoma Echizen ¡¡Te mataré!! — fueron las palabras llenas de furia de Saya, mientras apretaba el cuello de Echizen.

Echizen, quien sin duda tenía más fuerza que la muchacha del cabello negro, logró sacársela de encima y era ahora él quien estaba encima de ella. Sus ojos miel, gatunos y profundos se fijaron en los negros de ella, oscuros y amenazadores…
Las manos de Ryoma sostenían los de Saya contra su pecho y su rostro se había acercado lo suficiente al de ella, incluso podía sentir el acelerado respirar de la muchacha que estaba conteniendo la furia en estos momentos y ¡Dios mío! Los labios de Saya le resultaban tentadores, como para besarlos en esos momentos pero…
— ¿Qué es lo que pasa, Saya? — la voz, esa voz se le hizo conocida a la muchacha por lo que se obligó a girar hacia la voz.
— I-Ikuto — balbuceó la muchacha al notarlo… Echizen reaccionó violentamente. Se levantó de donde estaba y ¡Rayos! Se exigió arreglarse la gorra para salir de allí como si nada hubiera pasado pero entonces…
— Tú, no vuelvas a acercarte a ella o me las vas a pagar — duras y sensuales eran esas palabras. Saya lo pudo escuchar así o ¿Acaso era que todo de él le parecía sensual? Eso nunca lo sabré.
— Mada mada dane — soltó Echizen sin dar la vuelta y seguir su camino hacia quien-sabe-donde, totalmente fastidiado por la presencia de ese sujeto.
— ¿Qué fue eso Saya? — Ikuto parecía molesto ahora. Saya se levantó perezosamente, aún sentía mucha rabia como para responder a una escena de ¿Celos? Por parte de su adorado Ikuto.
— Nada, sólo quería matar a Echizen — Saya se expresó fríamente.
— Sí claro — frunció el ceño… Se quedaron hablando un buen rato bajo ese árbol de cerezos. Saya tratando de convencer al peliazul que no había pasado nada con Echizen Ryoma, lamentablemente.

*+​

[Cuidado por donde caminas]​

Miyuki Kaidoh se escondió tras el muro con mucho sigilo luego de ver a su prima May cerca de donde estaba, empezó a gatear para perderse de vista, se sentía sumamente avergonzada después de aquel incidente de la noche anterior, no podía siquiera verla a los ojos y ¿Acaso alguna vez lo hacía?... Gateó lo más rápido que pudo, rezando a Kami para que no la vea, y así pasar de muro en muro, asustada y temblando de cierto modo debido al aire gélido que la azotó interiormente y cuando estuvo cruzando el último muro unos pies que venían rápido chocaron en el cuerpo de la inclinada muchacha cayendo abruptamente en el suelo y un bufido se dejó escuchar… Miyu se encogió donde estaba tapando sus oídos con sus manos y cerrando muy, pero muy fuerte los ojos, para así protegerse de lo que sea que había tropezado en ella…

— ¿Qué haces allí en el suelo? — gritó en un quejido un muchacho muy molesto. Miyu, sin embargo, no se atrevía a abrir sus ojos, deseando que lo que le estaba pasando no pasara realmente, y a decir verdad, deseaba más bien que aquel se fuera de una vez y no se acercara a ella para regañarla o gritarle…
— Sempai, ¿Se encuentra bien? — una voz preocupada causó que la muchacha del cabello café se acurrucara más entre sus piernas…
— Ah, Choutarou, sí, estoy bien, no entiendo que hace ella en el suelo — la miró un rato, se la veía tan inocente y tontita al estar allí temblando de miedo y murmurando una que otra palabra. Shishido arrugó la frente —. ¡Gekidasa da ze!
— Shishido-sempai, si usted está bien, iré a ver que ella se encuentre bien — Choutarou en un gesto gentil se acercó a Miyu y le palmeó la espalda. Miyu a duras penas abrió los ojos, pensando que se encontraría con el chico que tenía la calmada voz.
— ¿Estás bien? — el muchacho de la gorra le levantó el mentón y ella inexcusablemente se perdió en los ojos oscuros de él. Un tic se materializó mediante un parpadeo, sus labios no lograron articular palabra alguna pero su rostro expresó toda su vergüenza en un rojizo intenso, parecía que ardía a grados Celsius máximos.
— Nee, Shishido-sempai, creo que la está asustando — medio bromeó Choutarou. Shishido realizó una mueca y se puso de pie ofreciendo su mano a Miyuki Kaidoh para que se levantara también y aunque, Miyu se sentía estúpida, no dudó un instante en darle su mano.
— Buscamos al señor Tanaka, el director, ¿Sabes dónde es su oficina? — cuestionó Shishido mirando extrañado a la prima de Kaoru por aquella cara de sorpresa que había puesto en esos momentos.
— N-no… no lo sé — fueron sus únicas palabras antes de largarse a correr. Choutarou y Shishido levantaron las cejas “Rara” pensó Ryo Shishido cuando la vio perderse por otro muro…

*+​

[Deprimida]​

Ella no sabía porqué sentía tristeza en un día que debería estar feliz, Dan Taichi había hablando con ella, debería estar feliz, pero no, su total cambio de emociones era causante de la tristeza que sentía en esos momentos, ella era una chica que solía cambiar de personalidad sin proponérselo y es que ella era así, reía cuando todos lloraban o se asustaba cuando no debía hacerlo y muchas situaciones paradójicas en su vida… Inachi Roxas Seiji, no decía ni una sola palabra, sus ojos mostraban su infelicidad y nadie, absolutamente nadie podía hacer algo… se recostó sobre el pupitre buscando el porqué de su depresión.

— Roxas-chan, deberías prestar atención a la clase, desu — la voz dulce de Taichi la obligó a levantar la mirada hacia él. Mechones de cabello negro caían por su albino rostro tapándole la visión, se quitó uno de ellos para ver muy bien al príncipe de sus sueños, sólo él podía devolverle esa paz interna que necesitaba en esos momentos. Sólo él.
— Hai — respondió ella desganadamente mientras se perdía en el perfil del chico.

Necesitaba decirlo, gritarle al mundo que amaba a Dan Taichi, ¿Por qué se sentía tan cobarde como para decirlo? ¿Por qué no decirle que lo amaba? Necesitaba con urgencia besarlo, decirle que le gustaba tanto, que era el príncipe que siempre había buscado… a la vez sentía las ganas de patearlo, abofetearlo por ser estúpido y no darse cuenta que ella se moría por él y es que ¿Acaso no era obvia? ”Nahh. No, Roxas, no dejes que tu enamoramiento obtenga lo mejor de ti. Tampoco la estupidez.”… Pero es que él tenía un hermoso cabello y perfil espectacular y… “Ya que” También tenía un rico perfume siempre puesto, una bonita sonrisa, y…

— Inachi-chan, nos podría explicar las causas de la caída de la bolsa de 1929 — cuestionó Sólomon-sensei. Esperó y la muchacha seguía en estado nerd, perdida en sus pensamientos —. ¡¡ Inachi-chan!!
— ¿A-Ah? — ella se sobresaltó de pronto. ¿Tan enamorada estaba? —. Disculpe sensei, ¿Podría repetir la pregunta?
— Causas de la caída de la bolsa de 1929 — repitió Sólomon con paciencia de sabe-Dios-donde —. Y por favor sé concreta, no divagues. Inachi-chan.
Entonces, ella se dispuso a contestar. No presentó ningún tipo de problemas para ello, pero seguía con su mente en el tal "Taichi-kun".

*+​

[Deja esa sonrisa maldito imbécil]​

— ¿A dónde crees que vas Kirihara Tamiko-chan? — la sonrisita de Mizuki detuvo de golpe a la aludida. Ella iba tan bien por el pasillo ¿Tenía que aparecer ese idiota a molestarla? Respiró profundo antes de girarse sobre sus talones.
— ¿Qué quieres Mizuki? — fue clara y directa.

Mizuki en un arranque desenfrenado de besarla en esos momentos, tomó a la muchacha de un brazo y la atrajo hacia él para seguidamente envolverla por la cintura y arrinconarla a la pared. Tamiko no mostró signos de asustarse por la acción violenta del chico y arrugó la frente…

— No voy a repetirlo ¿Qué quieres Mizuki? — cuestionó fríamente ella mientras sentía como él rozaba sus labios con los suyos.
— Quiero… — jamás completó lo que iba a decir, en lugar de eso, tomó posesión de los labios de la pelirrosa. Ella lo había atrapado por completo, tal vez había sido mala idea besarla el otro día porque ahora no hacía más que desear sus labios… los deseaba sobremanera. Ella en cambio, aunque también los deseaba, no le iba a dar el gusto de hacérselo saber… como pudo consiguió alejarlo de ella y…
— No vuelvas a besarme — una cachetada se hizo presente y Mizuki sonrió complacido… había obtenido lo que hace mucho quería: ver a Tamiko alterada.
— Si es lo que quieres — sonrió como de costumbre mientras que uno de sus dedos se deslizaba por el mechón de su cabello.
— ¡¡Deja esa sonrisa maldito imbécil!! — se expresó ella al verlo allí sonriente cuando cayó en cuenta que… estaba fuera de sus casillas. Ahora entendía el porqué de la risita de Mizuki. Soltó un bufido antes de dar media vuelta y seguir su camino pero entonces…

Mizuki Hajime volvió a atraerla hacia él y en un acto glorioso volvió a besarla con ímpetu… para dejarle bien en claro a ella que él podía controlarla cuando quisiera… Empezó a besarla suavemente y la muchacha ahora parecía no resistirse, es más seguía el ritmo del chico, combinándose perfectamente. “Eres mía” se dijo victorioso y cada vez dejaba de besarla, suave y delicadamente para saborear sus labios y morderlos de vez en cuando… Él sentía que la había atrapado finalmente. Acarició los cabellos de ella para luego él seguir su camino y dejarla, como la otra vez, allí como si nada hubiera pasado.

*+​

[Pelota perdida]​

Una joven de aspecto inocente y vulnerable, también de aire sensual y provocativo. Con el cabello azul, largo, lacio y muy bien cuidado, esmeradamente acomodado en el hombro izquierdo. Vestía el uniforme escolar de la Shokengaku, y una cámara fotográfica colgada al cuello. Sus ojos verdes preciosos perdidos, observaban atentamente el entrenamiento de los chicos. Sólo una pequeña distracción bastó para que una pelota la tomara por sorpresa incrustándose en la malla circundante a las canchas de tenis, esto provocó que la muchacha perdiera el equilibrio obligándola a desvanecerse al suelo…
— ¿Estás bien?

Un muchacho se acercó rápidamente, se inclinó hacia ella colocando las manos en sus rodillas, tapando el sol con su figura. Ella tan sólo parpadeó intentando reconocer el rostro del chico, dándose sombra con una mano.

— ¡Mi cámara! — se expresó demasiado preocupada.

Ella se puso de pie, dispuesta a matar al tipo que había logrado esto. Pero, cuando lo visualizó, se percató que era un peliblanco con pinta de estar bastante abochornado para ser más específicos, y con el uniforme deportivo del club de tenis, lo que le recordó que no podía ser agresiva con uno de los chicos del club de tenis, no, eso jamás o perdería su puesto y eso no sería del todo de su agrado. De hecho no sería de su agrado.

— Lo siento mucho — se disculpó de inmediato él.
— No importa, soy Chikawa Ayumi — saludó ella despreocupada.
— Saeki Kojiro — le sonrió él, respondiendo el saludo.

No había terminado de saludar, cuando Ayumi empezó a tomar fotos al chico. De todos los ángulos, posiciones, zoom…

— Soy reportera del club de periodismo… —Ayumi empezó a hablar mientras seguía sacándole fotos.
— ¿Ah? — Saeki había quedado estúpido con tanto flash y el sonido molesto de la camarita.
— Señorita Chikawa, no distraiga a los muchachos, saque sus fotos sin interrumpir la práctica — la voz seca de alguien conocido la detuvo de inmediato.
— Gomen, Tanaka-san — se disculpó ella.

El director Tanaka se acercó a las canchas de tenis, fumando como siempre su habano. Dos muchachos le hacían compañía… Cuando captó la atención de los presentes, esbozó una media sonrisa.

— Sakaki-sensei… Aquí están los muchachos que me recomendó, parece ser que son una pareja de dobles excelente, igual, estarán a prueba y se quedarán en la residencia junto a los demás — habló Tanaka claramente al entrenador.
— Sí, ¡Perfecto! — respondió Sakaki —… Shishido, Ootori, sería bueno que se incorporaran de inmediato al entrenamiento.
— Hai — asintieron los dos al unísono.

*+​

[Alboroto]​

Ellos hicieron su aparición en el gran comedor de la residencia. Shishido con su inseparable gorra y Choutarou con su inherente cruz, recibidos por la multitud con ovaciones por parte de los chicos… Bullicio organizado en su mayoría por Shiraishi y Masaharu, los chicos más revoltosos, seguidos por besos y palabrotas por parte de las chicas.

— ¡Qué sexy chico de la gorrita! — gritaba Tezumi desde su mesa.
— Bomboncito, lindo trasero — Kheii también se unió al revuelo.

Y frases como aquellas causaron el sonrojo de Choutarou mientras que Shishido ignoró todo aquello sentándose en la zona de Masaharu y Kuranosuke, donde también estaban Bunta y Yuushi.
Pero la sorpresa la dieron después tres mujeres que llegaron mientras todos estaban disfrutando su tan merecida cena provocando que el bullicio desapareciera de inmediato.
Hayato Azumi, de hermoso cabello liso almendrado, loco y desordenado un poco largo, ojos ámbar que brillaban radiantes ante la multitud, su piel blanca, tersa y suave. De delicada apariencia paradójica con su forma de ser. Era la famosa Afrodita, admirada por muchos, envidiada por todas, su apelativo era digno de su belleza. Era la bulliciosa del grupo, siempre tierna y adorable para con sus fans.
Hatake Kira, de brillante y sedoso cabello rubio que caía hermoso hasta su cintura. Sus ojos azul marino iluminaban su perfecta imagen, su apariencia era inocente y su manera de vestir era como cualquier chica “normal” no era de mucho exagerar, y se podría decir que era la más tranquila y cuerda del trío. Nombre artístico: Atenea, un perfecto apelativo, su inteligencia para sacar a las chicas de apuros era sorprendente, muchas veces en conciertos que tuvieron fallas técnicas, ella solía improvisar excelentemente.
Goto Misato, véase chica que asume perfectamente su papel de ídola juvenil, su cabello de un caoba intenso hasta los hombros, ojos grises preciosos que reflejaban una mirada de superioridad. Era la que imponía modas, siempre pendiente de su imagen y gran amiga de Hiromi. Artemisa era llamada en el mundo artístico, aunque no era un nombre casual ni arbitrario, ella solía ser un tanto agresiva con quien invadía su atmósfera, de preferencia con personas que le eran desconocidas.
Hayato Azumi, Hatake Kira y Goto Misato. Nombres “artísticos”: Afrodita, Atenea y Artemisa, que formaban el grupo del momento: Kaze no Koe. Chicas populares en Shokengaku, pero ídolas juveniles en el resto del mundo. Así es: Azumi, Kira y Misato estaban viviendo un sueño hecho realidad, completo con cámaras, mansiones y contratos multimillonarios.
De a pocos el silenció desapareció, por culpa de un alocado Masaharu que empezó a silbar, seguido por un Kuranosuke con halagos, subiditos de tono, para las recién llegadas. Ayane se emocionó al ver a sus ídolas soltando un “¡Kyaaaaa!”... Los ojitos de Eiji brillaron lleno de emoción… Choutarou Ootori, véase fanático hasta morir de Hayato Azumi, se sonrojó hasta más no poder… Miyuki Kaidoh, también se emocionó, muchas veces solía cantar sus canciones… “¡Lucky!” fue lo que soltó Sengoku emocionadísimo… Roxas, no pudo evitar aplaudir, sí, también las admiraba… Al igual que Dan Taichi y Kintarou Tooyama, el primero aplaudió y el segundo saltó de emoción… Kamio Akira se quedó petrificado en su sitio, es que no se lo podía creer ¿Qué demonios hacían las chicas de Kaze no Koe aquí?... Ibu empezó a balbucear cosas sin sentido al lado de Nyu que también inició un monólogo interior… Yuushi no perdió la oportunidad para analizar las piernas de las ídolas… Mizuki soltó una risita enrollándose el cabello,… Keigo las conocía porque era “amigo” de una de ellas y de las demás… También las que habían estudiado antes en Shokengaku sabían quienes eran… y a todo esto… los demás levantaron una ceja… interrogantes… ¿Quiénes rayos eran ellas? Y ¿Qué querían aquí?
La respuesta no se hizo esperar, cuando entró al salón una muchacha de aspecto serio, bueno, sólo de aspecto y en su cuello colgando una cámara fotográfica, pero la sorpresa… sí, había más sorpresas… Kippei Tachibana, entraba con ella.
— Buenas noches, soy Chikawa Ayumi, reportera del club de periodismo y bueno he conseguido autorización para realizar un artículo especial sobre todos ustedes, miembros del club de tenis y el es Kippei Tachibana, quien me ayudará con este reportaje… — menudo alboroto que se formó luego de escuchar esas últimas palabras. El mencionado sólo dio una media sonrisa. Ayumi prosiguió —. Sí, él me ayudará con la información del tenis, yo no tengo mucho conocimiento sobre eso… ustedes deben saber que Tachibana tuvo que dejar el tenis por una lesión en el tobillo. Bueno, lo contacté y conseguí que Tanaka los aceptara en la Shokengaku.
— Linda… — Rao, levantó su mano —. ¿Es decir, se quedarán en la residencia?
— Por un tiempo, sí, hasta que complete mi reportaje — respondió Ayumi con naturalidad.
— Bueno, lo que no entiendo es que hacen ellas aquí — May señaló a las famosas.
— ¡Ah!... no tengo la menor idea — dijo Ayumi sin problemas.
— ¡¡Misato!! — entró Hiromi llena de emoción, quien se había demorado, como siempre, en peinarse adecuadamente para la cena.
— ¡¡Hiromi!! — Misato y Hiromi se saludaron de manera ridícula, según pensaron la mayoría. Se besaron el dedo índice y los chocaron.
— Bueno, bueno, estamos aquí para decirles algo muy importante, nosotras estamos organizando… — empezó a hablar Kira después que el silencio volvió.
— Un concurso de canto —completó Azumi con una sonrisa.
— Sí, las audiciones serán el viernes de la semana que viene y sólo se presentarán aquellos que formen una pareja, es decir un dúo mixto… — Kira siguió con su informe luego de la breve interrupción.
— Escogimos distintos clubes de deportes para las audiciones, será entretenido — expresó Azumi.
— El punto es que tienen que presentarse sí o sí, chicos del club de tenis, los premios son espectaculares y sus notas en ciertos cursos se elevará considerablemente — habló ahora Misato luego de dejar de abrazar a su amiga Hiromi.
— No me digan que el premio es un autógrafo —ironizó Gris luego de un momento.
— Pues si quieres sí — respondió inocentemente Azumi.
— ¡Ay! Eso me llena de ilusión — habló mordazmente.
— No, el club que gane… Tendrá salida los fines de semana — fueron las palabras de Kira.

El bullicio volvió a inundar el salón por lo que todos estaban excitados ante aquello, hacía unas semanas que no habían salido y decir que ahora podrían salir, era simplemente sensacional.
Luego del informe, las chicas se despidieron con una sonrisa, saliendo del comedor seguidas por el flash de la cámara de Ayumi…
“Concurso de canto” esas palabras estaban ahora en la cabeza de todos los presentes.

Kath​

*¡Sayonara minna ~~!*​

**~ ӁĜ ~**​

-----------------------Notas~~-------------------​

Kaze no Koe = Voz del viento///


¡Gekidasa da ze! = Frase de Shishido que quiere decir ¡Qué patético! (Y yo la voy a usar muy seguido)


Una historia de Kath sin Shishido y Choutarou, no es una historia de Kath…


Este capítulo se lo decido a Cony-neechan ^^ o más bien Chinita-chan, la chica más tierna que he conocido, gracias nee-chan por leer mi fic ^^…


También se lo dedico a Yueshita de mi kokoro, que siempre me ha apoyado y que adora a Kin-chan, suerte con el pelirrojo xD


A Miyuki que ama a Shishido, y que siempre me apoya, Gracias Miyu-chan ^^


A la Dany jejeje, que tiene su carácter pero que es buena gente.


También a Sayita sexy que pronto tendrá su venganza, gracias por las ideas, son muy buenas ^o^


A Skadi, madre mía, gracias por apoyar mi fic ^^…


Y también a Seiji que no sé donde anda, espero encontrarla pronto xD


No tengo nada más para decir, minna, así que…


Kath Gris signing off~​

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Keigo: ¿Concurso de canto? ... Ore-sama los maravillara con su hermosa voz... pero… ¿Quién será mi pareja?... ¿Quiénes serán las parejas? La Mocosuela tiene que ser mi pareja de canto, espero que no cante horrible… Hace mucho que no veía a Azumi, ¿Cómo lo tomará May?... Ayumi una reportera en la residencia, y Tachibana la ayudará… ¿Cómo afectará al grupo esto?... El próximo capítulo se titula “Frustración y Una nueva organización”
¿¿¿¡¡¡¡¡¡¡ CLASES DE TENIS Y CREACION DE LA E.C.O!!!!!!!???

~~Dewa Mata


*†·.: ĢяЇ∫ :.·†*​