me encanto tu fic, eres una gran escritora, pero si me dejaste con la duda, espero la continuacion luego esta super bueno
Hola sakurash!!!! primero que nada gracias por invitarme a leer tu fic!!! wow!!! en el transcurso de la historia vaz excelente! tienes una manera de escribir muy buena!!! y me ha gustado!!! ;) todo esta bien redactado y narrado, sobretodo las sensaciones y los momentos que describes y es como si te pusieras en el lugar del propio del personaje! me emocioné con todo, mencionando el triangulo amoroso con Victoria, la familia de Haru (todos son atractivos que envidia jeje concuerdo con mi tia BellaLuna jiji) y al igual me haz dejado con la intriga, aunque eso ya se desarrollará mas adelante! todo te ha quedado perfecto y espero la siguiente continuacion! ¡sigue así! saluods y sayonara...
Muchas gracias a todas por vuestros comentarios, significan mucho para mi ^^ Aqui les dejo la continuación: Capítulo 6 El amor; gran sentimiento que todos creen maravilloso. Y sí, puede que lo fuese pero, ¿qué hay del verdadero amor? Ese sí tendría que ser extremadamente mágico y poderoso. Tanto que nos hiciese capaz de dar la vida entera por cuidarlo, defenderlo… ¿serías capaz de morir por amor? ¿De sacrificar a tu pequeño y pobre corazón? Son las grandes y duras preguntas que te plantea el amor verdadero. Si tu respuesta es sí… es que lo has encontrado. Nos encontrábamos todos ocupando una de las muchas sillas alrededor de aquella gran mesa de comedor. A mi derecha estaba sentada Yumi, a la izquierda me acompañaba Miyuki. Delante se encontraban Haru y Kyoshiro. Los cinco conversábamos abiertamente. La verdad es que el silencio que descansaba en aquel gran comedor hace diez minutos, había desaparecido por completo. Los padres se encontraban sentados en el otro extremo de la mesa, en dirección hacia la puerta. Se les escuchaba reír. En el centro de la mesa, en donde nos encontrábamos nosotros cuatro más Kanon en el lado izquierdo de Haru, también sonaban risas. En cambio el extremo que se ubicaba en dirección a la chimenea… era realmente tenso y frío. Nadie decía nada, y solo contemplaban sus platos. Una única persona sonreía abiertamente con la cabeza apoyada en su mano. De vez en cuando le observaba curiosa. No hacían ni diez minutos desde que le vi entrar por aquellas puertas con su melena trenzada. No llegaban a nueve minutos desde que mi corazón comenzó a latir como nunca antes. Tampoco ocho desde que aquel hermoso joven de tez lisa y clara había posado su mirada sobre mí. Quizás llegaban a los siete minutos desde que se presentó como Yuki Kaburaki. Y solo seis minutos desde que su mirada me había hechizado. Ese era el motivo por el cual le observaba de vez en cuando. Al menos acerté con Daniel. Era bastante solitario, como habían predicho Kanon y Miyuki. Se encontraba con el rostro girado en dirección a la ventana. La observaba en silencio, apenas había probado bocado de la comida. Aun así, era encantador. El pequeño Shouta había empujado su plato después de devorarlo en cinco minutos. Comenzó a retomar la lectura de aquel libro que sostenía diez minutos atrás. El título pude leerlo a la perfección, Misterios de la Luna Llena. Aquel muchacho despertaba mi curiosidad. Hikari comía despacio y con cuidado. No prestaba atención al exterior. Solo examinaba su plato y escogía bien cada trozo antes de meterlo a la boca. El último integrante del grupo silencioso era aquel chico con mirada de indiferencia. Su pelo rubio descansaba sobre sus brazos. Creo que se encontraba cansado… o más correcto, aburrido. Era el hermano menor de Miyuki y mayor que Shouta. Su nombre; Kaito. —Victoria — desperté al instante de mi profundo pensamiento y dirigí la mirada hacia la persona que había llamado a mi nombre. Era el señor Takashi Kurumisawa. Padre de Miyuki. —Dígame, señor Kurumisawa—sonreí tímidamente. —Te apellidas Williams, ¿cierto? —Asentí. —Pero eso usted ya lo sabía, señor— El hombre sonrió. Su rostro era bastante agradable. Transmitía cierta ternura. Me recordó a la mirada de su dulce hija. —Claro. Solo conozco a un Williams; George. —Mi padre, señor — contesté sorprendida ante la declaración del señor Takashi. —Sí, me lo suponía. Inglaterra, Williams. — sonrió mientras me observaba directamente a los ojos. — Vuestra mirada es exactamente la misma. —Eres muy linda, Victoria — agregó la señora Aiko Namikawa, madre de Daniel y Hikari. Aquel comentario me hizo enrojecer. —G-gracias, señorita Aiko—sonreí tímidamente. Ella asintió aceptando la gratitud. Después observé de nuevo al señor Takashi. —Disculpe el atrevimiento pero, ¿cómo conoce usted a mi padre, señor? —Verás — rió — soy el jefe de la empresa en la que trabaja. —Eso sí era una gran coincidencia. —Es un gran hombre. —Sí, lo sé… —susurré orgullosa. Mi padre, solo era mi héroe. —Victoria, a ti te gustaba el dibujo, ¿cierto? —preguntó Yumi saliendo del tema anterior con una extraña sonrisa, como si planeara algo. —Sí, ¿Por qué? —pregunté intrigada. —Haru…—el chico levantó la mirada de su plato, tenía los palillos cerca de la boca a punto de devorar sus fideos. Miró a su hermana amenazante. — ¿serías tan amable de acompañar a Victoria al taller de la tía Karen? — ¿Ahora? — Se quejaba el chico soltando los fideos que había conseguido atrapar con los palillos. —Claro — esta lo fulminó con la mirada, después me miró y guiñó un ojo. No me lo podía creer. —Yumi…—suspiré. El chico se rindió y aparto su mirada del plato que tanto deseaba. Después me miró y sonrió con dulzura. —Ven, sígueme. — Me levanté deprisa y le seguí después de haberme despedido formalmente de los adultos. Cuando salimos por la puerta Haru esbozo una tierna sonrisa y me tomó de la mano. Mis pómulos enrojecían de nuevo, era la primera vez en días que volvía a encontrarme a solas con mi príncipe asiático. La última vez recuerdo que comenzó a nevar. Caminamos en silencio por un pasillo que se encontraba detrás de aquella puerta en el lado opuesto a la del comedor. Me guió por una sala. Luego salimos al jardín. La luna brillaba fuerte aquella noche. Hacía resaltar los brillos de la nieve. Parecían miles de estrellas sobre el suelo. Los ojos me brillaban al contemplar tal hermosura, incluso mis piernas se detuvieron solas. Haru se acercó a mí, aun me agarraba la mano. Miré el reflejo de la gran y brillante luna sobre el lago que descansaba en aquella montaña. Aquel paisaje era realmente mágico. Una melodía sonaba en mi cabeza mientras el viento soplaba fuerte despeinando mi pelo. Cerré los ojos y respiré profundamente mientras caminaba lentamente en dirección al lago. Después de seis pasos paré. Y los abrí de nuevo. —Esto es…—comencé a decir. —Mágico, ¿verdad? — asentí con la cabeza sin apartar la vista del lago. Parecía tener luz propia. —Nunca había visto nada parecido — dije con tono de emoción en mi voz. —De pequeño me encantaba venir aquí por la noche, subir a aquel árbol de allí— señaló un sauce llorón en la orilla del lago — y observar el reflejo de la luna llena en las aguas. —Debía de ser maravilloso en verano — sonreí imaginándome las luciérnagas bailar sobre el agua. —Sí…— suspiró — pero yo si he visto algo mucho más maravilloso y mágico. —aquel comentario despertó mi curiosidad. Miré a Haru, él estaba observando la Luna en el cielo. Su piel parecía aún más pálida y lisa. Él sí es hermoso… pensé. — ¿Qué puede ser más maravilloso y mágico que esta vista, Haru? Cerró los ojos un instante mientras esbozaba una sonrisa muy tierna. Al abrirlos me miró y torció la sonrisa. Después guió su mirada al suelo y contestó: —Tú…— Los ojos se me abrieron por la sorpresa mientras mi pequeño corazón comenzaba a latir deprisa. Haru levantó la mirada y me observó de reojo para examinar mi expresión. Se giró y me miró a los ojos. Después comenzó a acariciar mi rostro con suavidad. El viento soplaba lentamente acariciando nuestros rostros. Sus ojos brillaban, y pude notar rubor en sus mejillas. Me agarró de la barbilla con una mano, y con la otra tiró suavemente de mi cintura haciendo que nuestros cuerpos se pegaran. Acercó lentamente su rostro al mío, solo nos separaban unos cortos centímetros. —Eres lo más maravilloso y mágico que he conocido en, toda, mi vida. — Diciendo aquello pegó sus fríos labios sobre los míos creando aquel inesperado beso con el que tantos días había soñado. En aquel momento éramos uno. El ritmo de nuestros corazones compartía el mismo compás, al igual que nuestra respiración. Aquella hermosa melodía volvió a sonar fuerte en mi cabeza. Y la luna bañaba nuestros reflejos en plata mientras el viento rozaba nuestra piel. *** Sentada en el suelo de la oscura habitación me encontraba admirando la luna. Todas ya se habían quedado dormidas. Mientras yo permanecía sentada iluminada por la luz de aquel mágico astro. En la mano acariciaba aquel colgante que comenzó a arrancar mis lágrimas desde lo más profundo del pecho. —Es Haru a quien amo…— susurré en silencio — pero entonces, ¿Por qué derramar lágrimas de tristeza y no de felicidad? Sentí que algo se inquietaba en mi pecho. Levanté el colgante con aquel mediano corazón bañando en plata. Lo abrí lentamente y observé su contenido. Aquella imagen. Aún recuerdo el día… Hace siete meses… — ¡Feliz cumpleaños, Victoria! —No podía creer lo que mis ojos contemplaban en aquel momento. —P-pero…— Las palabras no me salían, aquello si había sido una sorpresa. Entonces solo pude concentrar mi atención en una persona. —Lilien… —Lo siento, Vicky. —se disculpó abrazándome. —Ya sé que no querías fiesta sorpresa… — Si ya lo sabias, ¿por qué? —le mandé una mirada amenazante. —Eh, que la idea no ha sido mía, yo solo he ayudado. — me guiñó un ojo. —Entonces, ¿quién…?— no pude terminar la frase al verlo aparecer entre mis amigos y familiares. — Eric…—sonreí. —Feliz cumpleaños, Victoria — susurró antes de darme un apasionado beso. —Ven. Me guió por entre la multitud llevándome hasta el jardín en la parte trasera de la casa. Aquella noche era extremadamente brillante gracias a la luz de la luna. Eric apretaba mi mano con fuerza, sentí que estaba algo nervioso. Nos sentamos en uno de los bancos del jardín que se encontraba debajo de un arco decorado con rosas rojas. Obra de mi madre, claro. Me miró a los ojos y sonrió tímidamente. —Bueno, te he traído aquí porque prefería darte el regalo a solas. —observé que se ruborizaba mientras sacaba algo del bolsillo de su cazadora. Observé una cajita azul con decoraciones doradas. Era realmente preciosa. Al abrirla en su interior había un corazón de plata. La sorpresa se mostraba en mi rostro. Lo tomé y lo examiné con cuidado. Era un colgante. Cada vez que sacaba más el corazón se dejaba ver una hermosa cadena plateada. En una de las caras del colgante aparecía una fecha. El día en que comenzamos nuestro noviazgo. Por detrás se podían leer nuestras iniciales. Eso debía de haberle costado mucho. Le miré a los ojos. —N-no puedo aceptarlo — dije devolviéndole el colgante. Él agarró mi muñeca y la empujó hasta mi pecho. —Por favor — su mirada era dulce — ábrelo. Volví a mirar el hermoso colgante y lo abrí por la mitad. Dentro había una foto de nosotros dos. Sin duda el mejor regalo que podían haberme dado en la vida. Mis ojos comenzaban a brillar por las lágrimas que se asomaban. —Te quiero, Victoria — secó mis lágrimas con su dedo. Después me besó con ternura. —Y yo — contesté mientras nos abrazábamos — mucho más… Hoy… Abrí la ventana con las lágrimas recorriendo mi rostro. ¿Por qué? ¿Por qué todo ha de ser tan complicado? Pensé. El frío contacto del viento contra mi piel secó mis saladas lágrimas. Observé la luna esperando respuesta alguna. Me senté sobre el marco de la ventana y suspiré profundamente. —Creo que esta noche será muy larga…—susurré al viento. Espero que les haya gustado ^^
Muchas gracias por la invitacion :D se ve que tuviste una muy buena inspiración. Realmente es muy original tu historia y me va encantando como vas narrando cada suceso de la historia. Debe ser realmente difícil mudarse a otro lugar con una cultura diferente y aprender el idioma. Espero que lo sigas pronto porque me quedé 'picada' con tu historia me parece que está muy lleno de romanticismo. El personaje Minako realmente me encanta xD, no se porque pienso que realmente le agrada victoria xD, me pareció encantadora. En mi opinión tu fic tiene buen contenido, realmente me agradó y por como lo narraste es muy fácil adentrarse a la historia. Felicidades y seguiré de cerca tu historia realmente me encantó.
Hola y perdón por llegar tarde. Lo que te diré te sonará muy, muy repetitivo, ya que ya lo han comentado, pero aun así te lo diré, me encantó tu forma de describir, los sentimientos, las situaciones, hiciste que verdaderamente me envolviera en tu trama, debo decirte que no me gustan las historias de triangulos amorosos, ni las historia románticas, y siendote honesta cuando vi el titulo supe, que sería una historia parecida a las que ya te comente, pero no me gusta pre-juzgar l0s fics, asi que dije "veamoslo" y sabes algo??, no me arrepiento, ya que puede que la historia, no me agrade del todo, pero tu forma de narra hace que quiera saber lo que pasará en el próximo capitulo. Me arrepiento de no haberte leído antes, y como consejo, me gustaría (esto depende de tu criterio) que pongas más tragedia, más intrigas entre los tres personajes principales. ATT: Tu amiga Bettle Red. :D
primero que todo gracias por invitarme de verdad lo disfrute y ahora vamos al ff porque nos dejas asii!!! eso no se hace T^T yo quiero saber que pasara T^T maldita sea me tienes bien enganchada ¬¬ estaré esperando la continuación así que espero que me avises cuando este el siguente cap me encanto gracias ^^
muchas garx por la invitacion no habia leido ninguno de tus fics y los tube q leer todossssss y no me gusta casi leer porfa en la conti lo haces algo medio corto de duelen los ojos de tanto ver tu increible fixc bueno cuando hagas la conti me avisas me encanto mucho suerte y exitos !"#$%&/()=?¡¨*]Ñ[;:_ y SAYOOOOOOOOOO ESPERO LA CONTIIIIIIIIIII
Hola amiga, perdona la tardanza de mi comentario, es que me había ido por un tiempo. Tengo que volver a decirte que me encanta tu manera de escribir, me hace darme cuenta que tengo mucho que mejorar. En cuanto a la historia, tal parece que Victoria se esta olvidando de Eric, ahora Haru ocupa su corazón. Igual has puesto en la trama a muchos chicos que a ella parece gustarles, igual creo que va a terminar con Haru. Muy bien amiga, es prácticamente perfecta tu historia, y más que nada la forma que tienes de contarla. Espero lo que sigue, gracias por invitarme a leerlo, te mando un beso grande.
OMG! me dejaste impresionada SIGUELO esta muy bueno el fic (ultimamente ando en la onda de leer originales) describes muy bien las escenas y lo que hacen los personajes, te felicito querida tienes madera de escritora ¡sigue asi!, bye bye cuidate muxo:)
Hola. Comencé con el primer capítulo (duh...) y me ha parecido una buena narración. No encontré faltas de ningún tipo en la primera leída que le dí, además que la lectura es fluida y sencilla de entender, es lo conveniente, simple y a la vez clásico de la narración en primera persona, lo malo es que se presta mucho a pintar el personaje como un ser perfecto... cuidado con eso. Como una pequeña observación, ¿No te parecen demasiadas coincidencias afortunadas las que pones alrededor de tu protagonista? Conoce a un chico guapo, tal como un personaje de sus series, en cuanto llega a la escuela, tal parece que a él le gusta ella, inmediatamente conoce a una buena amiga, que resulta ser melliza del chico guapo, ¡Y ambos resultan ser sus vecinos! Me parece que, de entrada, le serviste todo en charola de plata a la protagonista, y le quita un poco de interés que no tenga una mínima complicación. Saludos.
Capítulo 7 Un dulce roce helado despertó mi profundo sueño. Parpadeé incontables veces para acentuar la vista. Me froté los ojos y solté un grito ahogado al observar lo lejos que se encontraba el suelo y lo cerca que estuvo de mi la muerte en aquella mansión, otra vez. Bajé del marco de la ventana en donde había pasado la noche sin percatar que el sueño me había envuelto en la madrugada. Me acerqué a la cama que se encontraba bien arreglada y con las sábanas en su sitio. Cerré los ojos un momento y después observé el techo. Las chicas aún se encontraban bajo el hechizo de los sueños. Suspiré. Examiné cada detalle del techo en silencio, pretendiendo matar el tiempo, ya que no me volvería a dormir de nuevo. Mi reloj de mano marcaba las seis de la mañana. El cielo aún estaba oscuro, ya que en invierno amanecía mucho más tarde y oscurecía antes. Después de unos minutos me levanté de la cama y me dirigí en donde se encontraba mí maleta. Rescaté unos pantalones y un jersey del fondo y me dirigí al baño de la habitación. Me miré en el espejo y me desanimé un poco. Mi rostro estaba pálido, las bolsas de los ojos estaban hinchadas ya que la noche que había pasado no fue de lujo, precisamente. Me lavé la cara con la helada agua que salía del grifo. Peiné con cuidado el pelo desenredando los pequeños pero guerreros nudos que había creado el viento durante la noche. Me maquillé un poco intentando disimular el cansancio bajo mis ojos. Después me vestí con los pantalones vaqueros y el jersey de color azul. Me puse los calcetines de invierno y me até bien los cordones de las zapatillas después de calzármelas. Al abrir la puerta del baño casi me da un ataque al corazón del susto que me había llevado al encontrarme la silueta de Hikari plantada en la puerta con expresión de pocos amigos. Le sonreí tímidamente pero esta contestó con una mueca, esperó a que saliese del baño y acto seguido entrar ella. Dio un portazo tras de sí. Eso consiguió despertar a las demás de sus profundos sueños. — ¿Pero ya es de día? — Yumi se quejaba con el rostro hundido en la almohada. Kanon se levantaba con poco esfuerzo y Miyuki esbozaba mientras estiraba los brazos. —De vacaciones y madrugando — gruñó Kanon, en verdad me recordaba mucho a Yumi. Hikari salió después de pocos minutos. Peinada, maquillada y vestida. En verdad una chica muy elegante y atractiva. Pero su carácter era algo siniestro y tenebroso. Posiblemente no me hubieran sorprendido si me hubiesen contado que hacía vudú o magia negra. Cogió el abrigo que colgaba en la percha que había al lado de la puerta y salió por esta sin decir palabra alguna. Miyuki se arrastró por el suelo como una niña dirigiéndose hacia el lugar en donde descansaba la pequeña gatita. La acaricio suavemente por el lomo mientras le daba los buenos días con dulzura. Kanon comenzó a rebuscar en su maleta desordenándolo todo. Definitivamente, era igual a Yumi. Después de un rato colocó sobre la cama unos pantalones negros, una camisa con las mangas largas simple de color blanco, una chaqueta de cuero de color negro y unas botas de monte del mismo color. Era un estilo muy rockero, pero a ella le sentaba extremadamente bien. Yumi aún permanecía en la cama con el rostro hundido en la almohada. Tardaría un rato en levantarse, mejor no obligarla ya que su carácter era indecisamente peligroso. Miyuki sonrió ante la imagen vaga de su prima. Observé que ya estaba lista, se había puesto un vestido de mangas largas y cuello alto que le llegaba hasta los tobillos. Era un vestido de invierno. Se decoró el pelo con unos lazos rojos y se ató otro más grande en la cintura. Tenía un aspecto bastante elegante. Pasados unos minutos Miyuki me tomó la mano y tiró suavemente de mí saliendo por las puertas de la habitación. —Tardarán un largo rato en prepararse — comentó con una dulce sonrisa — además, Yumi aun esta en cama. —Típico de ella — reí. Caminamos lentas por el oscuro pasillo. Entonces me llevó a una sala que se encontraba enfrente al subir las escaleras. Era un pequeño despacho, con algunas estanterías abarrotadas de libros y un escritorio en la esquina de la sala. Había una gran ventana por la que entraba una grisácea luz. En aquel momento la observé y estaba seria, no, más bien triste. Se había sentado en un sillón que se encontraba al lado de la ventana, me invitó a sentarme en el otro que había enfrente. Yo acepté y me senté tímidamente, no sabía porque pero me había puesto un poco nerviosa. — ¿Qué pasa, Miyuki? —la miré a los ojos, esta observaba por la ventana. —Estás muy seria y callada. —Va a llover — comentó entonces, aquel comentario me despistó. ¿Qué tenía que ver? Lo más extraño fue que, en aquel preciso instante algo minúsculo golpeó la ventana, era una gotita de agua. Luego otra, y más. Comenzó a llover fuerte. La ventana ya estaba cubierta de agua mientras se escuchaban las gotas golpeándola. La verdad era un sonido bastante tranquilizador y agradable. Siempre me había gustado la lluvia. Pero entonces aquel día no podríamos esquiar. —Debo admitir que eso… — miré de reojo a la chica del pelo más largo que había visto en mi vida, sonrió. Aun miraba por la ventana. — ha sido muy extraño. —Verás — comenzó a decir — es curioso pero, cuando estoy triste, siempre llueve. —La observé extrañada, eso era muy... —Es raro, lo sé. —Miró hacia el cielo. —Pero es como si el cielo me comprendiese, ¿sabes? —Asentí. Aquella chica era realmente muy curiosa. —Es como si llorara por mí, para que yo no gaste mis fuerzas. Sonrió. Alguna de sus palabras tenían sentido pero, aun así, era muy extraño. Aunque la gran pregunta en aquel momento era, ¿Por qué estaba triste y deprimida aquella dulce chica? Entrecruzó sus dedos y apoyó sus labios sobre sus manos entrelazadas. Observó el suelo y no pudo contener una lágrima, luego otra, y una más. —Lo siento — se disculpó con una sonrisa débil. Se frotó con suavidad su ojo derecho. Después me miró. —Qué vergüenza. Yo, sin embargo, no tenía palabras que pudiera decir en aquel instante. Me encontraba petrificada observando con atención a aquella chica. Más bien criatura. Era tan hermosa y, tan frágil. ¿Cómo es posible que una muñequita de porcelana, sea capaz de llorar? Hice un ademán de levantarme para ir a abrazarla y tranquilizarla pero, las piernas me pesaban. Por un momento sentí una punzada en el estómago, no entendía la razón, y era estúpido ya que, yo no era la culpable de sus lágrimas… ¿o sí? —P-puedes contarme lo que te ocurre — al fin pudieron salirme las palabras por la boca — si quieres. — ¿Estás enamorada, Victoria? —La pregunta me pilló desprevenida. Y lo peor era que aquella pregunta es la que me hacía cada día desde que conocí a Eric, y seguido, a Haru. ¿Estaba enamorada de uno, o del otro? Dirigí la vista hacia el suelo para que Miyuki no pudiera leerme el pensamiento en aquel momento. Enamorada… — ¿Qué es estar enamorado para ti, Miyuki? — Aquella pregunta me salió automática porque, ni siquiera yo sabía la respuesta aun, quizás ella me ayudara a despejar mis dudas. Me miró extrañada, la pregunta le había tomado por sorpresa. —Oh, pues — se sonrojó. —para mí, estar enamorado significa protección. — ¿Protección? — la observé incrédula. ¿Qué clase de respuesta era esa? — ¿P-podrías explicármelo mejor? —Bueno — sonrió tímidamente — una persona enamorada es protectora hacia la otra, ¿no? —me miró a los ojos, yo aún no comprendía del todo. — Verás, si alguien está enamorado, no es capaz de pensar en otra cosa que en aquella persona, solo se preocupa por ella, en que este bien, en que sea feliz. Un enamorado, desde lo más profundo de su corazón, sería capaz de dar su vida por la protección de aquel ser dueño de su corazón. —Ya veo…—aquella respuesta no me ayudaba del todo — y ¿Cuándo sabes que estás enamorado? —pregunté tímidamente. Ella sonrió. —Es imposible — rió dulcemente — no puedo contestarte a eso porque, solo tú conoces la respuesta. Tienes que mirar en lo más profundo de tu corazón. Piensa en cuando le ves… ¿qué sientes? Pensé un momento. Un cosquilleo. Sentía un cosquilleo siempre que pasa por mi lado o pronunciaba mí nombre o me observaba. Me sentía libre cuando él estaba conmigo, segura, protegida. Y solo conocía lo que era volar cuando me abrazaba. Pero llegaba a tocar el cielo únicamente cuando me besaba, entonces… —Estoy enamorada…—susurré. — ¿Qué? — Miyuki me observaba curiosa — no he entendido lo que has dicho. —Estoy enamorada — elevé algo más la voz — ¡Estoy enamorada de Haru Nioka! Eso último lo grité. Sonreí y tomé aire profundamente. Al fin había aclarado mis dudas, era Haru el chico de mis sueños. Ahora lo tenía claro. Solo me faltaba hablar con Eric. Cuando este venga, aprovecharía el momento para hablar con él. Levanté la vista del suelo para esbozarle una agradecida sonrisa a Miyuki pero, desapareció de mi rostro nada más mirarla a los ojos. —Mi-yuki —esta vez sí me levanté y fui a abrazarla. Estaba llorando con los ojos muy abiertos. Parecía horrorizada. Entonces se me pasaron muchas cosas por la cabeza, y era muy posible mi duda…—Estas enamorada…de Haru. Miyuki me miró a los ojos y comenzó a llorar más fuerte. Me abrazó y su llanto despertó al fin de lo más hondo de su corazón. ¿Cómo no me había dado cuenta? Aquella sombra en la ventana, recordé haber visto un cabello muy claro y no era el de Shouta, nos observaba. Luego en la cena de anoche, siempre le sonreía y le prestaba mucha atención, se sonrojaba cada vez que él le acariciaba el cabello o la rozaba. Y ayer, el lago. Ahora si estaba segura, recordé haber visto una sombra detrás de la puerta por la que habíamos salido Haru y yo anoche para ver el jardín. Debió de ser ella. La estreché aún más fuerte entre mis brazos. Sabía y entendía aquel gran amor prohibido en su corazón pero, era tan duro verla llorar, la conocí ayer pero era como la hermanita que siempre deseé. —Miyuki yo… —N-no — se apartó lentamente de mí y me observó a los ojos con dulzura. —perdóname tú a mí, es que… me duele que él sea el que haya ocupado mi corazón, es un amor prohibido por la sangre, además de que él me ve como a su hermanita pequeña — sonrió con tristeza ante aquel último comentario. —Lo siento… — aparté uno de los mechones de pelo que le caían sobre el rostro. —Es difícil no cogerte cariño como a una hermanita — sonreí, ella también rió. —Gracias, Victoria — sus palabras eran tan sinceras como sus lágrimas. Otra punzada recibí, pero esta vez en el corazón. Al final resultó ser que yo si era la causa de sus lágrimas. — ¿P-por qué? —Pegunté avergonzada por la gratitud de aquella hermosa muñequita que yo no merecía al ser la causante de sus lágrimas. —Porque me alegro de que seas tú la que vaya a cuidar de mi primito — sonrió abiertamente, aquello también me animó un poco. — Y cuídamelo bien ¿vale? —Hecho — asentí esbozando una gran sonrisa de felicidad mientras nos hundíamos en un profundo abrazo. Una nueva y gran amistad había surgido entre nosotras, y quizás profunda y verdadera ya que estábamos unidas por un mismo sentimiento. Salimos de aquel pequeño despacho dadas de la mano, y nos dirigimos, con una radiante sonrisa en los rostros de ambas, hacia el comedor. Allí se encontraban Shouta— leyendo su libro Misterio de la Luna llena—, Daniel—observando la lluvia tras la ventana—, Hikari conversaba con Haru, parecía que él si le caía bien, y en una de las esquinas observé la silueta de un joven con una taza de té en las manos, me observaba desde que había cruzado la puerta. Su sonrisa torcida era muy sensual, y su mirada seria, pero transmitía cierta ternura, era muy hechizante. El corazón comenzaba a acelerarme siempre que miraba a Yuki a los ojos. ¿Por qué sonreía? Ese gesto me ponía muy nerviosa. —Vaya, aquí tenemos otras madrugadoras — Haru se acercaba a nosotras con una sonrisa radiante que le iluminaba el rostro. Era tan atractivo… —Buenos días, Haru-san—Miyuki sonreía feliz cuando este la abrazó a modo de saludo. Era una chica realmente fuerte a pesar de aparentar débil. —Haru —sonreí tímidamente mientras este me acariciaba el pelo. Después mis pómulos se ruborizaron cuando este posó sus labios sobre los míos. Tan fríos, húmedos y dulces como anoche. —Vaya, vaya — se escuchaban unos aplausos a nuestras espaldas, los dos nos giramos sonrojados. — ¿Cómo no lo habíais dicho antes? —Kyoshiro nos observaba divertido, después nos rodeó con los brazos a los dos. — La verdad es que mi primo tiene buen gusto, ¿eh? — ¿Q-quieres hacer el favor de n-no abrir la boca, idiota? —gruñó Haru entre dientes mientras escondía su rostro bajo su pelo para que no notaran su sonrojo. Yo reí ante el gesto de este al igual que Miyuki y Kyo. Luego recordé que no estábamos solos y dirigí la mirada ante los cuatro personajes más misteriosos de la mansión Nioka. Shouta nos observaba por encima de su libro, su mirada era amenazante y parecía contener algunas palabras. Hikari se encontraba de brazos cruzados mirándonos con asco. Yuki seguía con la misma posición de antes, pero su sonrisa había desvanecido. Observaba la chimenea encendida. Y el último integrante que, antes observaba la lluvia tras la ventana, se encontraba con la misma posición en dirección a la ventana, pero esta vez nos observaba de reojo. Su mirada se posó en mí cuando percató la mía. La aparté deprisa ya que había conseguido hacerme temblar nerviosa. Por haber mirado a Daniel a los ojos me encontraba inquieta. Era tan extraño… —Voy un momento al servicio — anuncié apartando la mano de Kyoshiro sobre mi hombro. Quería escapar por un momento de aquellas frías miradas que me hacían sentir pequeña e indefensa. Hikari me odiaba. Shouta parecía que también. Bueno, si la respuesta era tan sencilla yo no podría hacer nada, ya que no siempre se cae bien a todo el mundo. Lo dejé pasar. Pero aquellos dos, Yuki y Daniel… llamaban mi atención a gritos, despertaban mi profunda curiosidad. Ellos eran dos personas que si deseaba conocer más sobre su vida. Caminé pensativa por el pasillo que me había mostrado ayer Haru, después llegué a la puerta en la que Miyuki se había escondido anoche observándonos. La abrí y respiré el aire limpio desde ella. La lluvia transmitía una frescura agradable. La nieve del suelo se estaba derritiendo a causa de la tormenta. Observé los oscuros nubarrones, en lo más alto las gotas parecían simple niebla. Mis piernas comenzaron a caminar automáticamente, sentí las frías gotas comenzar a mojar mi pelo, mi ropa, mi piel. Hacía frío pero no me importaba, era tan agradable bailar bajo la lluvia. Comencé a dar vueltas con una sonrisa en los labios. Al cabo de unos segundos paré en seco y observé el suelo. Mi mente actuaba de un modo extraño aquel día, posiblemente porque aquella mansión y sus habitantes eran extrañamente misteriosos. Cerré los ojos un instante y pensé en aquella chimenea que transmitía calor. La misma chimenea que apareció en mi mente el día que comenzó a nevar en aquel parque. Volví a sentir un calor que abrazaba mi cuerpo, y sonreí ante el pensamiento. Debía de ser mágica aquella chimenea ya que Haru había acudido por segunda vez a salvarme del frió. Entonces paró de llover sobre mi cuerpo pero mis oídos escuchaban a la perfección el choque de las gotas con el suelo. Abrí los ojos y miré hacia el cielo. Un paraguas… examiné la fina y blanca mano que lo sostenía, guié la vista por el brazo en dirección a los ojos del individuo, Haru… pensé con una sonrisa, comencé a girar lentamente. Entonces le vi. La sorpresa fue demasiado grande. —Tú…
tu... quien!! porque siempre acabas asi tus fics sabes como mantener a la gente enganchada, pero... Quien es T^T queeeeeeen!!! bueno dejo mi rabieta, solo por el momento para felicitarte eres una gran escritora, estoy deseando leer la continuación y también espero que me avises cuando la subas ^^ nos leemos bye PD: primera en comentar >.<
O_O pero, pero, pero no lo dejes ahi! Quien era,quien?! WOW estuvo, como se le dice?... oh,si! FANTASTICO! Sera que Yuki esta enamorado de Victoria?... eso se me vino a la mente en cuanto lei que su sonrisa habia dicho byebye! Realmente increible y espero me sigas invitando a las continuaciones pero tengo una ultima duda: que pasara con Eric? Uy continua pronto! Besitos byebye!
No me canso de decirlo, me fascina la forma en la que estás narrando esta historia. En este capítulo me sentí atrapada, como si yo fuese la que estaba viviendo eso. Fue realmente lindo. Me imagine la escena en donde Victoria y Miyuki hablaban y fue algo triste, me imagino como se ha de sentír que una amiga casi hermana esté enamorada del chico que tu quieres. Me encantó tu capítulo, fue hermoso. Lo de la lluvia, me pareció curioso a mi solía sucederme cuando era chica. Ahora claro que ya no. Ahora lo veo como....una increible coincidencia el que lloviera cuando yo lloraba ¡jajaja! Me encanta todo el contenido de la historia. Te juro que pareciera que estoy leyendo algúna novela romántica. Me encanta, sigue así, esperaré el siguiente capítulo. Nos leemos :)
Algunas cosas ya están mas que claras, ella ya eligió a Haru, pero creo que la relacion de ellos no va a ser nada fácil. Parece que hay algunas personas que no van a estar muy conformes con su relacion. También habrá que ver cual va a ser la reacción de Eric cuando se entere de lo de su novia con Haru, seguro que bien no le va a caer. Y la mano que sostiene el paraguas ¿Quien es?, tienes una forma de captar nuestra atención que es fantástica.Ojala me avises la continuidad de tu historia. Es una de las mejores que leí en mucho tiempo. Nos estamos leyendo colega.
Hola! sakurash! disculpa la demora pero aqui el comentario... Wow! tu historia me atrapó, fue muy tierno y mi parte favorita fue cuando haru besó a victoria para mi fue un momento muy mágico!!! aunque noté que a victoria le duele por Eric ¿qué pasará? me tiene eso con intriga el triángulo amoroso!! juju! en si tu capitulo esta muy bien!!! El inicio, creeme que éstas palabras tienen mucho significado y la verdad es muy cierto... El amor; gran sentimiento que todos creen maravilloso. Y sí, puede que lo fuese pero, ¿qué hay del verdadero amor? Ese sí tendría que ser extremadamente mágico y poderoso. Tanto que nos hiciese capaz de dar la vida entera por cuidarlo, defenderlo… ¿serías capaz de morir por amor? ¿De sacrificar a tu pequeño y pobre corazón? Son las grandes y duras preguntas que te plantea el amor verdadero. Si tu respuesta es sí… es que lo has encontrado. Fue una de las partes que más me fascinaron! y tienen razón ¿darias tu vida por amor? fue muy bonito y sincero desde mi punto de vista fue muy expresivo!!! me encanto! ;) espero el siguiente capi! sigue así! saludos...
Capítulo 8 —Tú…—susurré sin aun comprender que hacía él allí plantado bajo la lluvia sosteniéndome un paraguas, a mí. Se estaba mojando por protegerme de la lluvia pero, no comprendía que hacía el allí. Yuki no me miraba, su vista estaba dirigida al cielo, lo contemplaba con los ojos entrecerrados a causa de las gotas. Observé como el agua recorría su pelo, su frente, sus labios, su cuello… — ¿Qué haces aquí? —Pregunté robándole el paraguas de la mano y situándome delante de él, colocándome de puntillas para poder cubrirlo con este — Te vas a resfriar. Giró la cabeza en mi dirección y se agachó un poco para que el paraguas no le rozara tanto la cabeza. Nuestros rostros se encontraban a escasos centímetros. Pude sentir su aliento rozar mi frente mientras su atención me examinaba con cuidado. Detuvo su mirada sobre mis ojos, entonces comenzó a reír con una melodiosa y sensual voz. — ¿Estás avisando, de verdad, que yo, me voy a resfriar? —Le miré con incredulidad y ofendida ante la burla en el tono de voz que había usado preguntándome. Fruncí el ceño mientras el colocaba un mechón de mi pelo detrás de la oreja. — Me parece que no te has visto bien, princesa. —Ah, bueno —empujé el bastón del paraguas contra su pecho y di unos pasitos atrás para separarme de él — ya puedes retirarte, preferiría coger un resfriado a pasar un segundo contigo. —Me encontraba realmente furiosa, y no encontraba el motivo. Él sonrió y después me miró hechizante. Lanzó el paraguas detrás de sí para que este chocase con el suelo. Del golpe se rompió. Ahora Yuki se encontraba en la misma situación. Entonces hizo algo que no esperaría. Se quitó el jersey que llevaba, mostrando su perfecto y atlético torso, dejando caer la prenda de su mano para que cubriese el suelo. Respiraba con fuerza a causa del frío. Yo le miré incrédula, ¿qué demonios estaba haciendo? —Pero… ¿qué haces? — no podía creer que estuviera en aquel estado, ¿Por qué? — ¿Es que acaso eres idiota? —No, no lo soy — contestó con una sonrisa —pero si tú vas a resfriarte, yo también. —Definitivamente eres un grandísimo idiota. — resoplé profundamente y caminé en su dirección, recogí el jersey mojado del suelo y le tapé la espalda con él, atando las mangas alrededor de su cuello. — ¿Por qué? — ¿Qué sientes al verme? — abrí los ojos ante la sorpresa de aquella pregunta. — ¿Disculpa? — sentí como mis mejillas comenzaban a arder y el corazón acelerando el ritmo lentamente. Yuki sonrió de nuevo con aquella hechizante y sensual sonrisa, hizo que un agradable escalofrío recorriese mi cuerpo entero. Se desató las mangas del jersey, después se vistió con él. Se apartó el flequillo del rostro para poder observarme mejor y comenzó a caminar en mi dirección. Yo, como respuesta, retrocedía a cada paso que él daba. Entonces me guió hasta el sauce llorón que se encontraba junto al lago. Mi espalda estaba apoyada contra el tronco, y sus manos en el mismo, pero alrededor de mi cintura impidiéndome mover de allí. —Estoy seguro de que te pones nerviosa con mi presencia, observé atentamente cada una de tus miradas secretas en la cena de anoche, ¿crees que no noté tu palpitante corazón acelerar y tus mejillas sonrojar cuando me vistes aparecer por primera vez? —se agachó acercando su rostro al mío confuso y sonrojado. —Te repito que no soy idiota. Nuestros rostros se encontraban de nuevo en la misma distancia que cuando nos encontrábamos debajo del paraguas. Mi corazón latía aún más rápido que antes. Además no podía moverme, ¿qué pretendía? Tosí, maldición…me había resfriado, hacía tanto frío. Yuki volvió a sonreír, pero esta vez victorioso, ¿acaso quería que nos resfriáramos? —Bueno ya estoy resfriada — dije vacilante por la cercanía de su atractivo rostro al mío— ¿contento? Rió y negó con la cabeza. Después pego su cuerpo al mío, transmitiéndome su calor, mientras con sus manos nos abrazaba tanto a mi como al viejo árbol. Sentí una vez más su dulce aliento en la frente. Le observé atentamente a los ojos, ¿qué quería de mí? Poco a poco acercaba sus labios a los míos, llegaron a rozarse pero, no me besó, permaneció con sus labios rozando los míos, después anunció. —Estaré contento cuando quieras uno de mis besos — sonrió pícaramente — te lo hubiese robado si no fuese porque estas ocupada. —Entonces, ¿a qué esperas para dejarme marchar? Tengo frío…—susurré observándolo a los ojos. —Pues…—de nuevo aquella sonrisa tan sensual — la verdad es que me da igual que estés ocupada. Entonces inesperadamente apretó sus labios contra los míos. Era el beso más húmedo que había recibido en toda mi vida, a causa de la lluvia. Inútilmente empujaba con mis débiles manos su liso y atlético torso. Nada, no conseguía apartarlo siquiera un centímetro. Comencé a sentir el tacto de su lengua con la mía, aquello ya era demasiado. Conseguí levantar el brazo y con la mano acariciar su hermoso rostro de un bofetón. Esté permaneció con el rostro girado, ¿le había tomado por sorpresa, quizás? —Pero, ¡¿Quién te has creído que eres, Yuki Kaburaki?! — me encontraba realmente confundida y molesta con aquel chico que conocía de apenas un día. El permaneció con la cabeza girada observando el suelo. Se apartó lentamente dejándome paso. Me encaminé hacia la puerta por la que había salido minutos atrás. Pude escuchar un «No lo entiendo…» a mis espaldas, pero no le presté atención alguna. No comenté a nadie aquel suceso. Yuki permaneció distante, de vez en cuando me observaba confuso, pero no le di importancia. Los días restantes tampoco pudimos esquiar a causa de la lluvia. Nos la pasamos en la sala de estar charlando o jugando a varios juegos de mesa con los adultos. La familia Nioka me agradó mucho, fue un placer el haberles conocido, en especial a mis nuevas amigas Miyuki y Kanon. Por suerte las volvería a ver en el instituto. No tuve oportunidad de hablar con los demás, ya que, o me miraban mal, o eran demasiado callados y serios. El último día me despedí de la gran familia junto con Yumi, Haru y sus padres antes de subir al coche y regresar a nuestros hogares. Al entrar a mi hogar me pareció extraño no escuchar a nadie, encontré una nota encima de una de las encimeras de la cocina que decía: «Victoria, sabemos que hoy regresabas, pero preferimos no estar en casa. Hay una sorpresa en tu cuarto. Te queremos. » ¿Qué prefirieron no estar cuando regresara? ¿Pero qué clase de padres son esos? Pensé algo confundida. Resoplé y me dirigí a mi cuarto. Abrí la puerta lentamente… ¿Cómo que tengo una…? — ¡Sorpresa! — no podía dar crédito a lo que estaba viendo en aquel momento. Di un largo grito de alegría. Lilien corrió a abrazarme. — ¿Cuándo habéis llegado? —pregunté emocionada recibiendo el abrazo de mis amigos. —Hace como una hora — respondió una voz masculina acercándose a nosotras con una tierna sonrisa. Le examiné atentamente, no había cambiado. Mí Eric… —Eric…—pude escapar de entre los brazos de mi amiga mientras corrí al encuentro de mi querido Eric. —Te quiero—susurré mientras las lágrimas brotaban de mis ojos al inspirar nuevamente su dulce aroma. Hundí mi rostro en su pecho mientras este me acariciaba el pelo con suavidad. —Tranquila, ya estoy aquí — decía mientras me apretaba más fuerte contra él. — ¡Eh! —Lilien se había puesto en pie. — ¿y yo que? ¿Acaso estoy pintada aquí? —se cruzó de brazos teatral. Luego rió con aquella maravillosa sonrisa que despertaba recuerdos en mi interior. ¿Cómo podía haberles olvidado de tal manera? —Dios…— sonreí alegremente mientras me frotaba los ojos con la manga de mi jersey. — Esto si es una gran y maravillosa sorpresa. —Sabía que no podías vivir sin mí, amiga. —Lilien guiñó un ojo empujando suavemente a Eric de mi lado — Era mía mucho antes, vaquero. —rió mientras me daba un segundo cálido abrazo. Bajamos al salón y allí charlamos un largo rato. Me contaron sobre todas las cosas que había perdido en mi ausencia, pero yo seguía sonriendo. Era un día maravilloso. Me encantaba estar allí escuchándolos atentamente. Eric, Lilien…las dos personas que yo más quería… o al menos, quise. En algún que otro momento Haru y Yumi ocupaban mi mente. Más Haru que Yumi. Aunque no quise darle mucha importancia por el momento, quería disfrutar de los besos de mi primer amor por última vez. —…es que esa chica es increíble — continuaba relatando Lilien — ya ves que mucho tampoco te has perdido… —Me dejaste solo en el baile de navidad, chica mala — refunfuñaba Eric dándome dulces y cortos besos. Mi sonrisa no podía cesar aún. —Y cuéntanos, Vicky— mi amiga me observaba pícaramente — ¿son guapos los chicos japoneses? — ¿qué? — casi me caí del regazo de Eric por la pregunta tan inesperada que me hizo pensar en Haru. Luego en Daniel. Yuki…— ¿guapos? Q-que va…—reía con nerviosismo — s-son horribles. —Vaya, ¿enserio? —Parecía decepcionada, yo asentí apartando la mirada de la suya — Y yo que esperaba que me buscaras un novio guapo… Resoplé profundamente con el intento de tranquilizarme. Con lo torpe que yo era, podría soltar mi secreto en cualquier momento. Había engañado a Eric no solo con Haru, incluso Yuki me había besado…aunque este último contra mi voluntad, claro. — ¿Te pasa algo? —Eric me miró preocupado. — ¿Eh? —no comprendía a que se estaba refiriendo. —Has fruncido el ceño de repente — sonrió divertido. ¿Por qué Yuki aún permanecía en mi cabeza? Me estremecía siempre que pensaba en él. De hecho, seguía resfriada por su culpa. Me dirigí a la cocina y preparé un poco de té chino que había comprado mi madre la semana anterior. Era un té realmente delicioso, lo probé por primera vez en casa de Yumi y… —Haru…—susurré suspirando. ¿Qué andarán haciendo esos dos en este momento? Escuché sonar el timbre de la puerta. Quizás serían mis padres dejándose las llaves en casa de nuevo. Deje el agua hervir mientras me dirigía a la puerta principal. —Ya va. Al abrir la puerta casi me da un infarto al encontrarme a Haru observándome con dulzura. Miré por detrás de mí y observé que mis invitados estaban ojeando un álbum de fotos de la familia. Resoplé profundamente y empujé a Haru delante, yo le seguí con mi mano pegada en su pecho y cerrando la puerta principal tras de mí. — ¿Qué haces aquí?— pregunté en un susurro alarmada. Este me miró extraño pero no dejó de sonreír con dulzura. —Quería verte — contestó, aquello consiguió ruborizarme. Era un efecto que solo él podía causar en mí, al igual que Eric, meses atrás. —Además te he traído el pijama que te dejaste en él baño. — ¿C-cómo es que lo tienes tú? —pregunté avergonzada recordando que lo había buscado por todas partes. El rió divertido. —No me mal interpretes — acarició mi sonrojada mejilla — Yumi lo rescató de la ducha. —De la ducha… —Parece ser que Hikari no se hubiese quedado tranquila si no hacía alguna maldad. —puso una mano en la cabeza y sonrió a modo de disculpa por parte de su prima. —Bueno, no pasa nada. Era de esperar — sonreí tímidamente. Después este me estrechó entre sus brazos. Me sentía tan bien con su presencia, me llenaba de energía y vida. Lo amaba de verdad. —Haru…—me aparté lentamente de él y le miré con tristeza. —Tengo que decirte una cosa… Él me miró con confusión y espero a que hablara pero, antes de que pudiera decir nada escuché como lentamente se abría la puerta de mi casa. Giré la cabeza horrorizada mientras separaba por completo a Haru de mí. Y allí estaba, Eric, observándonos desde la puerta seriamente. —Victoria — nombró mi nombre seriamente y tiró de mi mano hasta pegarme a él. Hundí mi rostro en su pecho, ni siquiera quise observar la expresión de Haru, esto no debía de haber sido así. — ¿Quién es…tu amigo?
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! LLamen a una ambulancia que me va a dar un ataque!^O^ Sabia que Yuki estaba enamorado de ella.Lo sospeche desde un principio jiiji. Pero, ahora que va a pasar con el trio de amor? Es decir,Eric,Haru y Yuki? Me encantan los tres pero en especial Yuki porque es misterioso...;) Continua prono please! Besos byebye!:)
Hola!!! sakurash!!! me dejas con la intriga de nuevo...!!! pero está muy bien!!! pero ésta vez me impactaste con éste capítulo! ;) :) ¿Que pasará ahora que incluso son tres? concuerdo con mi tía BellaLuna! Ahora que Eric ya vio a Haru con Victoria, fue la parte donde mas me emocioné! Arigato por seguirlo! y por sorprendernos con cada conti que subes! de veras! Ahora la parte constructiva: No encontré error alguno! y la narración expresiva, la descripción de los hechos y los momentos cuando se ponen intensos! eso es lo que más me gustó! por ejemplo cuando Yuki la besó jeje! Ahora se siente más confundida! ¡sigue así! ¡no te rindas! saludos...!!! :)
Capítulo final(está acortado, he quitado escenas) —Victoria — nombró mi nombre seriamente y tiró de mi mano hasta pegarme a él. Hundí mi rostro en su pecho, ni siquiera quise observar la expresión de Haru, esto no debía de haber sido así. — ¿Quién es…tu amigo? —Mi nombre es Haru — le dio la mano cordial y seriamente — soy un compañero de clase de Victoria en el instituto, solo…—pensó un momento su respuesta, luego me miró, aquella mirada creaba profundas heridas en lo más hondo de mi corazón. — venía a darle unos apuntes, faltó el último día y… bueno, eso. —sonrió tímidamente. — ¿Y tú quién eres? —Yo solo…—miró seriamente a Haru, no se fiaba de sus palabras, ¿acaso nos había visto abrazados? — soy su novio. —Claro, es obvio — posó su mano en la cabeza dándose un pequeño y suave golpecito, rió un segundo y después borró la sonrisa mirándome a los ojos con dolor. Parecía como si estuviera a punto de derramar mares — que estúpido soy. —Respiró profundamente — Tengo que irme, un placer… —Adiós —Eric contestó fríamente. —Haru…—susurré para mí misma. Lo siento… Entramos en la casa cerrando la puerta lentamente observando como la figura del amor de mi vida cruzaba su puerta echando una última mirada hacia atrás con el rostro empapado en lágrimas. Aquello rompió mi corazón, en mil no, millones de pedazos. Eric no volvió a preguntarme acerca de Haru, se limitó a pensar que no lo había conocido nunca. El día de navidad lo celebramos juntos. Fue una celebración tradicional europea, no quisimos probar este año con la cultura japonesa, y menos teniendo a Lilien y Eric en casa. Los días pasaban lentamente pero aun Yumi no me llamaba, no conseguía contactar con ella pero, supuse que debería de estar en algún lugar de Japón celebrando la navidad con su familia. En cambio a Haru le vi por última vez ante ese encuentro delante de mi puerta. Ya habían pasado seis días desde entonces. Aunque a mí se me hicieron eternos, más que días, como años. Quedaban únicamente dos días para año nuevo, el treinta y uno de diciembre todos los ciudadanos (al menos los que si tenían tiempo libre) se reunían en el paseo que había junto al río. Allí se celebraría el año nuevo con un hermoso festival. Puestos de comida, ropa, regalos… fuegos artificiales, y más al centro un escenario en donde participarían varios grupos. Para aquel día mi madre me había asignado un bonito kimono. Me encontraba tumbada en la cama de mi habitación con Eric a mi lado y Lilien contándonos cosas de su vida, como siempre. Entonces llegó la salvación. Mi móvil empezó a transmitir un sonido que me alegró profundamente en ese momento, una llamada. — ¿Diga? — dije nada más pulsar el botón de contestar. — ¡Victoria! — Era Yumi la que se encontraba al otro lado de la línea — que alegría escucharte, en donde habíamos ido a pasar las navidades no había cobertura y no pude llamarte — su voz sonaba alegre. Había acertado el que se había ido a celebrar la navidad en otra parte. —Yumi — sonreí para mí ante las curiosas miradas de mis “compañeros” de cuarto — necesitaba escucharte. —Y yo necesito verte — añadió con alegría — en unos minutos llegamos a casa y subiré corriendo a mi cuarto a dejar las cosas, me cambiaré de ropa e iré directamente a tu casa ¿te parece bien? — preguntó emocionada. —Claro, amiga. Aquí te espero. — diciendo aquello nos despedimos y detuvimos la llamada. Después miré a los dos sujetos que aun esperaban pacientemente a que yo reaccionase. Sonreí tímidamente y me incorporé. —En unos minutos vendrá mi amiga Yumi, quiero presentárosla — sonreí abiertamente. Aquellos minutos pasaron deprisa, ya se escuchaba el timbre sonar en el piso de abajo. Me levanté de la cama con un salto y bajé velozmente las escaleras, casi corriendo, Lilien y Eric me siguieron. Abrí la puerta y allí la vi, a mi mejor amiga. — ¡Yumi! — La abracé sin apenas darle el permiso de pestañear. Ella me devolvió el abrazo. Al separarnos nos miramos a los ojos y sonreímos. Luego miró por detrás de mi hombro captando la presencia de dos inquilinos más. —Oh, Yumi, te presento a Lilien — sonreí mientras tiraba del brazo de esta que casi se escondía tímidamente mientras soltaba un flojito “hola” — Y él es Eric. —Hola…—examiné la mirada de Eric al ver a mi encantadora Yumi, los ojos le brillaban. Y no era de extrañar, ya que ella era extremadamente hermosa —Yumi. Vi como mi amiga se ruborizaba ante el tacto de la mano de Eric con la suya. El mismo efecto pude observar en el rubio. Eso significaba que se habían gustado. Lo pensé un fragmento de segundo, y si, esta era mi oportunidad de volver con Haru sin herir a Eric. Debía juntarles. Yumi pasó la tarde en mi hogar y decidí que debía quedarse a dormir en casa, la invité y aceptó. Se pasaba horas hablando con Eric, y eso era muy bueno. Por la noche pude observar sus miradas de nuevo, ¿quizás amor a primera vista? Si, amor a primera vista, me recordó a mi encuentro con Haru por primera vez en aquel instituto. —Eric — llamé a su nombre interrumpiendo la charla que este compartía con Yumi y Lilien. Él me miró con confusión, yo le hice un gesto con la cabeza para que me siguiera, y así lo hizo. Nos dirigimos al jardín. — ¿Qué ocurre, amor? — preguntó mientras se sentaba a mi lado en el banco de piedra que había en el jardín. Fue un deja vú del primer día que comenzamos nuestra relación a excepción de que no había un cerezo en mi jardín. — ¿Me quieres? — La pregunta le pilló desprevenido, dudó un momento pero entonces cogió aire antes de contestar, yo le tapé la boca y le miré a los ojos — No contestes, primero piénsalo bien — dije tranquila — ¿me quieres igual que aquel momento en el que me pediste ser tu novia? Él me miró un momento con los ojos muy abiertos, luego bajó la mirada, apartó mi mano con la suya y la besó. —Lo siento…—pronunció esas palabras con culpabilidad. No me miró a los ojos, pero sentí como los míos se llenaban de lágrimas. Entonces comencé a sollozar ruidosamente, este se alarmó y me miró con los ojos muy abiertos. Yo le abracé y comencé a llorar aún más fuerte — Victoria, yo…—La voz le temblaba mientras me abrazaba con fuerza. — ¡¿Por qué pides perdón, maldita sea?! — grité agarrándome fuerte a su chaqueta dejando explotar las lágrimas de mis entrañas. — Tú has sido el novio perfecto…—bajé el tono de mi voz pero no podía tranquilizarme, la culpa cada vez era más grande en mi interior — soy yo la que te ha sido infiel, joder. Pero es que… yo… le… —…Le quieres — esta vez me separé de él y examiné sus profundos ojos color cielo, entonces algo llamó mi atención. Estaba sonriendo. — Os vi dándoos el abrazo, y supe a quién pertenecía tú corazón esta vez. — Eric… — comenzó a apartarme el pelo y acarició mi húmedo rostro. —Es un chico muy afortunado ese tal Haru — me besó la frente, después se separó unos centímetros apoyando su frente sobre la mía. — Y mi respuesta es sí — le miré incrédula un segundo, ¿Qué respuesta? ¿A qué pregunta? Entonces lo comprendí reaccionando con una mirada de horror — Aun te quiero como entonces, Victoria. Diciendo aquello me besó con dulzura pero, también con pasión, ¿era una despedida a nuestro amor? Se separó lentamente de mí mirándome directamente a los ojos. Luego esbozó una sonrisa llena de tristeza y pena. —Deseo que ese tal Haru te haga feliz, que te trate como la princesa dulce y frágil que tú eres, y de la cual una vez estuve enamorado y a la que amé con locura. —peinó mi pelo con delicadeza — Si te trata mal, solo dímelo y sabrá lo que es bueno. Ese último comentario me hizo reí aportándome nuevas lágrimas en los ojos, pero esta vez de felicidad. Entonces nos dimos el último abrazo como pareja. Pero el primero de nuestra amistad —Me dirás que Yumi no te ha conquistado — comenté al despegarnos y observarnos mejor. —Bueno… — sonrió tímidamente intentando ocultar su rubor. — ¡Lo sabía! —Sonreímos los dos — Lucha por ella, vale la pena — pero comprendí que eso era imposible por la distancia, aun así me sonrió agradecido y nos levantamos para después entrar de nuevo en la casa. A la mañana siguiente todos se encontraban ajetreados ante la preparación de la fiesta para recibir el nuevo año. Mi madre no descansó ni un segundo en la cocina. Ella iba a abrir un puesto de comida casera en la feria, entonces no quería parar porque había mucho que hacer. Mi padre se dedicaba a ir de allí para allá, llevando recados de mi madre y demás. Mi hermano Kyo, en cambio, se pasó el día entero jugando con su maquinita de videojuegos. Yumi ayudó a Lilien en la búsqueda de un kimono bonito para la noche, y Eric me ayudó a montar el puesto de mi madre al lado del río. —Nos ha costado ¿eh? — resopló de alivio al fin de haber terminado aquel pequeño puesto. Yo sonreí respirando con fuerza, me encontraba agotada. —Si — me limpié el sudor de la frente con la manga, y observé el cielo — ya deben de ser las seis de la tarde, ¿qué te parece si volvemos para darnos una buena ducha y prepararnos para el festival? —No estaría más de acuerdo con la idea — suspiró mientras agradecía con la mirada el poder irnos. Las horas pasaron volando, y ya llegaron las diez de la noche. Mis padres y Kyo se habían marchado a las ocho, después de cenar, para comenzar con su puesto. Yumi se vistió en mi casa junto con Lilien, Eric no esperó en el piso de abajo muy pacientemente. Nuestros kimonos relucían hermosos, o eso pensamos al ver la expresión de Eric. Llegamos al gran festival que se veía brillante y espectacular. Las personas se encontraban alegres y animadas. También pude ver muchas jóvenes parejas junto al río observando las luciérnagas mientras esperaban pacientemente, sentados en la verde hierba, los fuegos artificiales. Aquellas escenas me hicieron pensar en la persona con la que me gustaría estar así. Haru… Caminé vacilante observando de un lado para el otro por si encontraba alguna señal de su familia o de él. Sin darme cuenta me había separado del grupo. Faltaban unos pocos minutos, diez o quince, para que comenzase el nuevo año y yo aún no había encontrado a Haru. Desesperadamente fui corriendo hasta Yumi, la cual se encontraba en el lago con Eric, no quería molestar, pero era la única que podía ayudarme. — ¡Yumi! — las lágrimas poco a poco se asomaban en mi rostros, los segundos seguían pasando y los minutos con ellos. Faltaban siete minutos para el año nuevo. —Victoria — se sorprendió al verme al borde del llanto. Me agarró por los hombros, alarmada, Eric mostraba la misma alarma pero se imaginaba el porqué de mis lágrimas. — ¿Qué ocurre? —Es que no le encuentro Yumi…— comencé a llorar desde lo más profundo de mi corazón. — ¿A quién? — preguntó sin comprender. — ¿Dónde está tu hermano, Yumi? —esta vez fue Eric el que preguntó. — ¿Haru? Allí, en el muelle — contestó señalando con la cabeza la dirección en la que se encontraba el muelle del río. Sentí un agradable escalofrío recorrer mi cuerpo mientras una sonrisa iluminaba mi rostro. Comencé a correr como nunca antes. — ¡Victoria! — Yumi gritaba mi nombre sin comprender nada aún. Mis piernas corrían automáticamente, ya no conocía las palabras; lento, despacio, frenar…sentí como el cortante viento del invierno acariciaba mi rostro. Las lágrimas se me secaban, pero aun así otras más salían detrás de las primeras. Haru… pensaba desesperadamente con cada paso. Haru, aceleré un poco más. Dos minutos para año nuevo. Los fuegos artificiales comenzaron a iluminar los cielos. Cada vez que daba un paso en dirección al muelle veía una sombra de pie observando los coloridos y brillantes fuegos que pintaban el escenario de la luna. Haru paré enfrente del muelle y comencé a caminar despacio, a solo unos pocos metros de él volví a correr en su dirección y le abracé por detrás. —Haru, perdóname…— Las lágrimas más sinceras y profundas comenzaron a brotar de mis ojos mientras sentía el calor de su cuerpo, su tranquila respiración, su dulce aroma — Te quiero, solo a ti, y a nadie más. Haru agarró mis manos, las cuales rodeaban su torso, entonces giró y me rodeó con sus brazos apretándome fuerte contra su pecho. — Tres, dos, uno…— Una campana. Después otra, y varias más. Ya eran las doce en punto, un nuevo año había comenzado al fin. — Este nuevo año quiero que sea el principio del amor que vivirá en nosotros para el resto de nuestras vidas. —Pronunció con dulzura mientras besaba mi frente — Recuérdalo bien. —Haru…— Salté hacia el besándole como jamás había besado a nadie. Le amaba profundamente. Mis lágrimas mojaban ambos rostros iluminados por la luz de la luna y los coloridos fuegos. Al separarnos nos observamos a los ojos en silencio pero mostrando la mejor sonrisa de cada uno — Te amo. Así caímos en otro profundo beso mientras dábamos paso a ese uno de enero de aquel nuevo y maravilloso año dos mil once. A la mañana siguiente nos reunimos todos para despedir a Eric y Lilien, que después de dos semanas, se marchaban al fin a sus hogares. Me despedí de Lilien y Eric con un profundo abrazo. —Espero que nos volvamos a ver algún día, os quiero muchísimo a los dos — dije separándome de ambos para observar sus rostros una vez más. —Eso ni lo dudes, princesa — sonrió Eric besando una de mis mejillas. Después se dio media vuelta y observó a Haru seriamente un segundo, luego esbozó una sincera sonrisa y le dio la mano. — Cuida mucho de esta damisela en apuros por mí, ¿vale? —Dalo por hecho — Haru se lo agradecía de corazón a pesar de que no se conocieran de nada — Lo mismo te digo, amigo. — ¿Qué? — no entendí aquel ultimo comentario. — ¿Qué quieres decir, Haru? Pero no hizo falta que me contestara. Observe a una hermosa joven de tez clara, ojos rasgados y pelo negro como la noche acercándose lentamente en mi dirección con una sonrisa débil mientras sostenía una maleta con ambas manos. No podía dar crédito a lo que estaba viendo. —Yumi…— unas lágrimas de dolor se asomaban por mi rostro. — No, no, no y no — me abrazó rápidamente — No voy a dejar que llores por mí, jamás. —Pero Yumi…tu… —Jamás te olvidare Victoria — esta vez fue ella la que comenzó a derramar unas pequeñas lágrimas — eres mi mejor amiga y siempre lo serás — me abraza aún más fuerte — Gracias a ti he conocido al amor de mi vida — rió en tono burlón secándose algunas lágrimas — aunque es irónico que sea tu ex — yo también reí —Me voy con él a Inglaterra, y bueno, quien sabe, puede que no sea para siempre, pero al menos veré mundo, y por ahora, soy feliz así. —Cuídate mucho — volví a abrazarla — y que sepas que esto no es un “adiós…” —“Es un hasta luego” — Haru terminó la frase mientras me agarraba por la cintura. Lilien subió al coche despidiéndose con la mano por última vez, al igual que Eric. Yumi abrazó a su hermano para después subir al auto también. —Buen viaje…— sonreí mientras agarraba las manos de Haru que rodeaban mi cintura. Nos despedimos con la mano del auto. En cuestión de segundos desapareció ante nuestra vista. Me giré lentamente y observe al amor de mi vida. No hicieron falta palabras para expresar lo que sentíamos en aquel momento. Habían pasado tantas cosas en solo dos días, que aún eran increíbles. Observamos el cielo en silencio que comenzaba a nevar. Recordé aquel día en el parque, aquella chimenea que me dio calor una vez y que ahora estaría conmigo siempre. Haru posó sus húmedos labios sobre los míos. Al separarnos nos abrazamos profundamente. —Bueno…— suspiré cerrando los ojos con la cabeza apoyada en él. — y un día nuevo a comenzado con una despedida. —Si…— comenzó a acariciar mi pelo suavemente — y otro horrible día comenzará mañana. — ¿Por qué dices eso? — le miré confusa, no entendía a qué se refería. —Victoria — sonrió ante mi expresión de duda, como si hubiese olvidado algo y a él le pareciera gracioso — mañana comienzan las clases de nuevo. — ¡LAS CLASES, NO, LO HABÍA OLVIDADO! Continuará… Espero que os haya gustado esta corta historia hahaha. El “continuará” es solo depende si queréis que continúe, solo si queréis volver a encontraros con Yuki, Minako, Kanon, Miyuki, Kaito, Kyoshiro, Daniel y Hikari… con nuevas historia s dramáticas, nuevos romances, nuevos personajes… solo si vosotros lo deseáis, os invitaré a la inauguración de “El vals de la primavera”