Flama de amor

9
Sesshoumaru contra Tsuyamaru
El secreto del veneno
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Kagome y Miroku han llegado a la aldea, buscan a Inuyasha y a las dos mujeres pero en el lugar estaba solo Kaede, la sangre, aun fresca la absorbe poco a poco la tierra. Mientras hablan con la anciana cierto hanyu les escuchaba escondido en la copa de un árbol cercano.


- Donde esta Inuyasha… Kaede sama, ¿usted lo sabe? – cuestiona la chica que acaba de llegar, temiendo que la respuesta fuera que su amado hubiese decidido estar al lado de Kikyo desde ahora.

- Esta cerca, no te angusties – responde la anciana con gesto de comprensión – Y además… Kagome debes saber que ni Sango ni Shippo han regresado, supuse que para esta hora volverían, pero…

- ¿Cómo? Miroku… Miroku que ha pasado con ellos, ¿dónde están? – dice Kagome asustada.

- Es verdad, no hubo tiempo de explicarlo todo, después de encontrarlas, me refiero a la doncella y a ti , Inuyasha y yo las llevamos a la aldea, se supone que venían detrás…

- Pero no llegaron – interrumpe la voz del hanyu, que salta ágilmente al suelo, avanza hacia ella, pero la chica inclina la cabeza negativamente, por esto se detiene.


El aspecto de Inuyasha no es muy agradable, tiene toda la ropa manchada de sangre. Kagome mira a Miroku, trata de recordar las alentadoras palabras que le dijo y de concentrarse en lo que Kaede está diciendo, pero la imagen de Kikyo e Inuyasha no termina de atormentarla.


Le explicaron que cuando Miroku, Inuyasha, Sango y el pequeño Shippo salieron a buscarla el día anterior se separaron y buscaron en el valle y sus cercanías, Inuyasha y Miroku encontraron a la anciana y a las dos jóvenes primero, al ver a Kagome desfallecida de cansancio y el estado de inconciencia de la doncella de fuego se preocuparon de llevarla de inmediato a la aldea. Suponían que Sango y Shippo regresarían después, pero no llegaron.


- Entonces, ahora debemos salir a buscarlos, pueden estar en peligro – insiste Kagome – con tantos enemigos nuevo no sabemos qué será de ellos, Sango sabe defenderse, pero Shippo es solo un niño

- Ya lo habíamos planeado con Miroku, pero para empezar debemos volver a ese valle, y sin Fénix san, no sabremos si somos bienvenidos, pues ahí están sus dominios

- Es verdad Kagome san, yo había pensado en ir con la señorita Fénix a ese lugar, pues por lo que nos dijiste Naraku está aún en ese valle y… bueno el caso es que ya no tenemos tiempo para la estrategia que había planeado…

- Esta mañana debías decirme eso de primero, y no estar de enamorado Inuyasha.

- ¡Está bien! Se hará como dices, pero no me culpes si nada sale bien, vayámonos – le dice Inuyasha girando y ofrece su espalda para transportar a la humana que lo retaba.

- Muy bién, vámos – le dice Kagome a Miroku.

- Kagome… yo… - titubea el monje.

- Pero que haces Kagome, Miroku está herido. – le dice inuyasha a la contrariada humana.

- Es verdad Kagome – replica la anciana - tiene una quemadura muy seria en la espalda. Ayer le tocó a Miroku traer a… ¿cómo es que le dices Inuyasha? Fenix… y el cuerpo de ella estaba tan caliente que quemó la espalda de Miroku, aun así Miroku no la soltó hasta llegar a la aldea.


Kagome estaba dolida y no quería que Inuyasha se diera cuenta… por lo que cualquier cosa que él hacía o decía la irritaba, no quería ir en la espalda del hanyu, pero tuvo que hacerlo. Los tres salen hacia el valle a toda la velocidad.