Long-fic Final Fantasy Fanfic, The Dragon Lord

Tema en 'Fanfics abandonados de Videojuegos' iniciado por joseleg, 4 Enero 2011.

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  1.  
    joseleg

    joseleg Usuario común

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    Final Fantasy Fanfic, The Dragon Lord
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    9
     
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    Introducción

    Un carruaje suntuosamente decorado, con figurillas que recuerdan a las de una iglesia gótica, imágenes de sirenas y gárgolas bellamente labradas, se acerca raudamente, al son del galope de seis “unipladios”. El camino es bastante duro, y ha empeorado por las terribles lluvias que habían acaecido por toda la región montañosa de la provincia de Latinia.
    Se dirigían a una suntuosa hacienda, construida según el antiguo estilo local. Dos pisos, con amplios balcones, en los cuales se colocaban sillas, para conversar por las tardes plácidamente sobre los trabajos en los campos. Si bien no era alta, el complejo de la hacienda era bastante extenso, podías caminar desde un extremo al otro del lugar por unos 20 a 30 minutos a buen paso. Sin embargo, la entrada principal de la casa había sido reformada, según la costumbre imperante en la capital imperial, grandes columnas octogonales marcadas con “runas”, que sostenían un amplio dintel, en el cual, dos estatuas talladas en alto relieve sostenían un lienzo en el cual estaba impreso en bajo relieve el nombre de la familia “Leone”.
    Un par de “lanceros” se aproximaron rápidamente al coche que se detenía lentamente, mientras el cochero halaba con fortaleza el freno haciendo relinchar poderosamente a los “unipladios”.
    – Su excelentísima, no esperábamos verlo tan pronto – dijo uno de los lanceros.
    – Las cosas que hay que hacer por la voluntad del consejo de los ancestros – dijo una voz grave, pero poderosa. Las sombras, y los pliegues de una amplia capa no dejaban vislumbrar claramente las facciones de aquel hombre. Sin embargo, los lanceros, lo trataban con tanta reverencia que casi rayaba en la veneración.
    Entonces el hombre puso pié en tierra, unas botas remachadas con hierro, grandes pies, anticipaban su impresionante talla, luego, poniendo las manos en el borde del techo del carro, se apoyó, para salir. Se irguió, echándose la capa de lana negra a la espalda. El par de lanceros tuvo que levantar la cabeza, para poder ver el rostro de aquel anciano. Una barba blanca y bien tratada se marcaba en su rostro con la tradicional forma de candado, su cabello era corto y peinado hacia delante, en parte por la costumbre de los aristócratas imperiales de hacerlo así, en parte porque ocultaba unas amplias entradas en su frente de su bastante famosa calva, que descubrían unas profundas arrugas fruto de la edad y de años de preocupaciones. Sus ojos eran azules, pero estaban apagados por el peso de muchos años de esfuerzo y su piel, alguna vez blanca como el mármol, era ahora morena y gruesa, por el efecto del sol, el viento y las vigilias de mil guerras. Vestía debajo de la capa, un saco largo de tela artificial que era la ultima moda en la capital, y unos pantalones de campaña, con muchos bolsillos para almacenar utensilios.
    El par de lanceros hincaron la pierna en la tierra y llevándose un puño al hombro dijeron en coro.
    – Salve general, Victorioso, Dominador, Senador, Real canciller su excelencia Publio Cornelio Leone, Gran patriarca de la famil…. – Sin embargo, justo en ese momento, el viejo refunfuñó.
    – ¡Basta!, ¡basta!, (…), chicos – dijo Cornelio –como si no los hubiera visto crecer yo, aquí en esta misma hacienda –luego dio un suspiro y con una señal de mano, les indicó que se irguieran de nuevo –ya estoy cansado de tanto protocolo en la capital, y en el ejercito para tener que soportarlo aquí, en mi propia villa, vamos chicos, indíquenle al buen cochero la ubicación de los establos, y díganme si mis nietos se encuentran en casa.
    – La señorita Ada y el joven Silver se encuentran… –dijo el primer lancero pero en ese momento fue interrumpido por una voz cantarina que venia de atrás de una de las grandes columnas de mármol.
    Allí se encontraba una joven doncella, de no mas de doce años, al principio, solo se podía ver algunos pliegues de su largo vestido, amarillo, con bordes bordados con imágenes de flores en hilo de oro, pero luego la chica salió
    – ¡Abuelo!, mentiroso, mentiroso, ¡MENTIROSO! – dicho esto, salió corriendo al interior de la hacienda.
    – Veo que aun sigue enojada –dijo Cornelio para si “pero en voz bastante alta”.
    – Bueno, como iba diciendo –dijo el primer lancero –la señorita Ada lo ha estado esperando todos los días desde que partió. “mi abuelo dijo que no se demoraría esta vez” decía siempre. –
    – Creo que la ausencia del padre es muy grande –dijo el otro lancero.
    – En cuanto al joven Silver –dijo el primer lancero, pero justo en ese momento volvió a ser interrumpido, por la voz de un efebo que empezaba a ingresar a la madurez.
    – ¡Abuelo! –dijo un joven de unos trece años que se acercaba lentamente, portando unos baldes hechos con una resina blanca y que estaban especialmente labrados en la parte externa, con algunas runas y cuatro gemas azules engarzadas hacia el exterior –no esperaba verlo por aquí, sobre todo después de la noticia de la incursión bárbara en el sur.
    – Como decía, el joven Silver,(…) está hay – dijo el primer lancero para sí, con un tono un tanto desesperanzado – será que alguna vez podré terminar alguna frase? –
    El anciano se acercó al joven
    –Veo que has crecido bastante chico –dijo Cornelio –ya es tiempo de que vallas a la academia, a aprender el arte de la guerra y luego para que me acompañes a mi.
    – Ya estoy inscrito –dijo Silver –y Ada también –
    – ¿También Ada? – dijo Cornelio, un tanto sorprendido, pero luego, como si recordara algo, de súbito, se tranquilizó –es cierto, ella es la heredera de la familia, después de todo –
    El joven, era bien distinto al anciano, su piel era más bien oscura, aunque podía anticiparse que tendría una estatura bastante alta, para la media en aquella provincia, se notaba que jamás seria tan alto como lo fuera su padre, su abuelo o cualquiera de sus ancestros. Sus ojos eran de un marrón tan oscuro, que rayaban con la plena oscuridad. Su cabello era bastante largo, para las modas normales de las familias aristocráticas y negro como una noche de luna nueva, tremendamente lacio y un tanto alborotado, de hecho algunos mechones le caían en la frente, teniendo que despejarlos constantemente. Sin embargo, a pesar de su joven edad, su cuerpo estaba muy bien proporcionado, su piel era lisa, pero al mismo tiempo, lo suficientemente áspera, para no sufrir con el sol de aquella región. Sus músculos estaban bien desarrollados, eran largos y firmes, lo que anticipaba una buena proporción entre la agilidad y la fuerza. Sin embargo, lo que más asombraba a Cornelio, era su gran capacidad de aprendizaje, había acabado los cursos privados de gramática, matemática, literatura, e historia más rápido que cualquiera de sus familiares, por lo que era frecuente, fuente de orgullo para los miembros de la familia de la rama principal de los Leone.
    Ella aun se encuentra molesta con tigo abuelo –dijo Silver –creo que aun le falta crecer un poco.
    – No, no es así, ella tiene razón –dijo Cornelio –a mi edad, yo debería poder vivir tranquilamente, aquí, junto a ustedes, disfrutando su juventud, hablando con ustedes, ¡enseñándoles tantas cosas que desearía transmitirles! Pero, mis obligaciones me llaman y no puedo dejarlas de lado –
    – Entonces mejor que aprovechemos el tiempo que se nos ha dado – interpuso Silver de forma despreocupada
    – A veces me pregunto si el sabio patriarca de esta familia deberías ser tú, en lugar de yo –dijo Cornelio para si, nuevamente en voz bastante alta.
    Los dos ingresaron por la puerta de los pilares, con las reverencias de los lanceros.
    – Por cierto –Dijo Silver –Biggs, Wedge, mañana por la mañana es hora de nuestra práctica con la lanza –
    Ambos lanceros se pusieron firmes
    – Si joven –respondieron al unísono, mientras Silver ingresaba a la hacienda –“mañana va a ser un día muy duro…” –pensó Biggs
    – Vamos compañero –repuso Wedge –que no lo hace con mala intención, a demás, solo quedan dos meses, tranquilízate. – sin embargo, Biggs, al escuchar que aun faltaban dos meses, no pudo ocultar su congoja.
    – ¿Bueno señores, me indicarán donde quedan los establos o que? –preguntó el cochero un tanto urgido.
    Cornelio abrió dos puertas de madera de cedro finamente labradas con algunas escenas de la mitología, ingresando en una amplia habitación. Era esta la gran biblioteca, el lugar donde se reunía la mayor cantidad de información, conocimiento y sabiduría sobre el mundo antiguo en aquella provincia.
    – Mi niña, se que estas allí –dijo Cornelio suavemente, y al escuchar esto, la niña salió de entre uno de los estantes, detrás de unos libros bastante grandes y pesados.
    –¿Aun escondiéndote allí hermana? –dijo Silver con un tono algo burlón –¡ya no eres una bebe para andar jugando a las escondidas! ja ja ja –
    – Basta hermano –dijo Ada –sabes muy bien que el abuelo me prometió que esta vez no se demoraría, y se ha demorado un año completo –
    Ahora, a la luz de las velas,podía verse la gran belleza de Ada. Su piel era blanca como el mármol, sus brazos, que quedaban al descubierto por el vestido, destacaban por su ligereza y perfecta proporción, su torso aun no se había desarrollado, pero ya se adivinaban las formas que algún día le darían una gracia y una belleza sin igual en todas aquellas tierras, si no, en todo el imperio. Sus ojos eran grandes, redondos y de un verde esmeralda que refulgía con el baile de las velas, sus pestañas, negras y largas enmarcaban armoniosamente su tierna y dulce mirada. Su cabello era castaño casi rubio, muy brillante, y le llegaba hasta los hombros, punto en el cual, las puntas volvían ha ascender un poco.
    – Mi niña –dijo Cornelio –debes comprenderme, que no daría yo, por estar aquí con tigo, pero mis obligaciones no me lo permiten –
    Entonces la niña sonrió, como lo hacia cuando estaba a punto de completar alguna travesura.
    – Es por eso que yo iré hacia ti abuelo –dijo Ada –me enliste en la academia, pronto podré estar a tu lado y al de mi hermano, y estaremos juntos para siempre –
    La sinceridad de aquellas palabras, tocaron de forma tan profunda los corazones de Cornelio y Silver, que casi no pudieron contener las lágrimas, pues, ambos sabían que el viejo moriría en un lapso no mayor a cinco años.
    – Abuelo –dijo Ada acercándose a el, y mirándolo con su par de esmeraldas –ya que pronto tendremos que usar los espíritus de invocación, ¿nos podrías contar la historia de nuevo?, ¿si? ¿si? –
    – ¿Otra vez? –dijo Silver llevándose los brazos por de tras de la nuca y levantando la barbilla, en actitud de pereza –ya te han contado esa historia como mil veces. Es mas, a veces ni siquiera le prestas atención al maestro Steiner cuando la cuenta –
    El maestro Steiner es un viejo chocho, y mi abuelo es el gran historiador del imperio – dijo Ada golpeando el piso con su pie y cruzándose de brazos – ¿y no deberías estarle llevando el agua del manantial de la vida a la matrona?, mira que nuestra madre la necesita –
    – Ya, ya, yá, ya lo hice –respondió Silver –¿a ceso crees que soy como tu? –
    La chiquilla se puso rojo de la pena.
    – Vamos, vamos, no te enojes con migo –repuso Silver –en todo caso, debo preparar algunas cosillas para mañana, abuelo, aquí te la dejo para ti solito –
    Dicho esto, Silver se retiró.
    – No se llevan muy bien que digamos –dijo Cornelio
    – No es así –repuso Ada –me gusta, me gusta que los días pasen así, junto a el, junto a mama, junto a la matrona, incluso junto al ese par de bobos, gracias a eso, no me siento perdida… –
    El silencio se apoderó de aquella sala, mientras un destello iluminaba aquel cuarto con una luz blanca, y luego, una tremenda granizada dejaba caer su furia sobre la gran ascienda.
    – Bueno –dijo Cornelio mientras se acercaba a uno de los estantes y sacaba un libro bastante viejo, con algunas ilustraciones – a ver, ¡a já!, ya lo encontré. Mi niña, ¿estás lista? –
    –Si abuelo –dijo Ada, mientras se sentaba en el suelo alfombrado, cruzando las piernas y abriendo sus grandes ojos de par en par. Mientras Silver, regresaba y se recostaba en una de las paredes con los brazos cruzados y los ojos cerrados, escuchando atentamente las palabras de aquel anciano.
    Esta historia comienza 500 añosantes de la fundación del Imperio de Gestal.
    Y cuentan los ancestros, que los hombres ingresaron en una era de gran lujo y prosperidad, construyeron ciudades tan grandes, que podias caminar durante una semana completa para ir de un lugar a otro.
    Ciudades tan altas, que las edificaciones tocaban las nubes.
    También construyeron grandes navíos, unos que surcaban los cielos a velocidades mil veces más rápidas que el vuelo de un halcón.
    Navíos tan grandes, que podían sostener ciudadelas enteras sobre los mares.
    Navíos tan impresionantes, que podían sumergirse en la oscuridad de las aguas, hasta tocar el suelo en lugares tan profundos, que ni la luz es capaz de tocarlos.
    Y crearon cultivos y los alimentaron de tal forma, que unas pocas fracciones de tierrapodían alimentar a multitudes enteras.
    Crearon autómatas que hacían el trabajo pesado por ellos.
    Sin embargo, toda esa opulencia fue llevada a cabo invariablemente por un elemento, el agua de la oscuridad.
    Pues era verdad que la sangre que fluía por las venas de los autómatas, y de los navíos no era roja como la de los hombres, era negra como la de las entrañas mismas de averno.
    Sucedió que los hombres se hicieron la guerra unos a otros por la codicia de poseer el agua de la oscuridad, pero entonces, algo sucedió.
    ¿Seria a caso por la maldad de los hombres?
    O
    ¿ seria un portento natural?
    En todo caso, en una noche de luna roja, aparecieron sobre la tierra una serie de criaturas con poderes nunca vistos.
    Ifrit, el señor del fuego, que lo arrasaba todo a su paso, adoraba el agua de laoscuridad, pero cuando se acercaba a ella, esta se convertía en fuego, lo que le llenaba de furia y salía corriendo a buscar mas, para acabar de igual modo.
    Shiva, la reina de los hielos, deseando sentir la tibieza del toque de un ser vivo, caminó por las ciudades de los hombres, tratando de convencerles de que tan solo le diesen un abrazo pero justo antes de lograrlo, todos se convertían en estatuas de hielo.
    Quetzal, adoraba la luz de los rayos, lo que los ancestros llamaban electricidad, por lo que siempre buscaba las tormentas eléctricas, hasta que se dio cuenta, que los hombres creaban la electricidad en cientos lugares, gracias al agua de la oscuridad y a la represión del flujo natural de los ríos, entonces se dirigió a todas y cada una de ellas, alimentándose y liberando su poder. Muchas de ellas habían sido construidas sobre inmensas murallas que retenían ríos enormes, estos ríos fueron liberados, arrasándolo todo a su paso.
    Stray, la gran fiera, simplemente odiaba a los seres humanos, y cada vez que caía la oscuridad absoluta en alguna ciudad, el se manifestaba, devorando miles de personas en una sola noche, pero para el, la noche era eterna, pues la seguía con forme esta se movía por la tierra.
    Minotauro, ofuscado por la violación que los hombreshabían hecho en la tierra, destruyó todas y cada una de las grandes torres que eran usadas para sacar el agua de la oscuridad de ella. También arrasó con muchos terrenos de cultivo, por juzgarlos como una muestra de la codicia de los hombres.
    Garuda también estaba molesto, pues el agua de la oscuridad, una vez utilizada, se convertía en una especie de miasma que contaminaba el aire. Primero, destruyó los navíos que surcaban los cielos, pues estos se movían gracias al agua de la oscuridad, y luego, buscó todas las torres desde las cuales el miasma se vomitaba a los cielos, para destruirlos con sus vientos huracanados.
    Sirena, la señora de las aguas,veía como su reino había sido convertido en un basurero por los hombres, por lo que decidió hundir sus navíos, ya fuera con su hermoso canto, que hacia que los marineros se arrojaran al mar desde sus gigantescas embarcaciones, o por la creación de terribles remolinos en las aguas que se los tragaban completamente. De vez en cuando, con su dulce voz atraía a Shiva, provocando la creación de grandes témpanos de hielo, que destrozaban las embarcaciones de los hombres.
    Sin embargo, los hombres no se quedaron quietos, armaronse todos, con armas que lanzaban proyectiles y explotaban al contacto.
    Así, destruían a los grandes espíritus, pero la victoria solo era momentánea, pues en el momento en que destruian un cuerpo, este volvía a materializarse en un lugar diferente.
    Pronto, por la carencia del agua de la oscuridad, la sociedad fue decayendo. Pero lo peor estaba por venir.
    Las criaturas definitivas, quehabían sido anticipadas por un antiguo libro de profecías fueron liberadas.
    En el mar, la gran serpiente marina, Leviatán, supremo señor de los mares, inundo todas las ciudades del mundo que estaban en la costa, e incluso muchas otras que estaban lejos.
    Pero lo peor fue la liberación del rey de los dragones.
    Así fue como Bahamut y su sequito de un millar de dragones llegó a la tierra.
    Bahamut descendió de los cielos envuelto es sus purpúreas alas.
    No poseía ojos, sin embargo, era capaz de ver la oscuridad de las almas y los propósitos de cualquier ser viviente, y odiaba tanto esa imagen, que en su mente, solo figuraba una idea.
    Destrucción.
    Bahamut se presentó en cada campo de batalla, en cada fabrica de armamento, y en cada ciudad donde veía aquella maldad, y con un solo soplido de sus poderosas fauces, la borraba del mapa en una nube en forma de hongo.
    Fue Bahamut quien destruyó por completo a la civilización y casi aniquiló a la humanidad.
    Pronto no había más ciudades que destruir, pero Bahamut seguía percibiendo aquella oscuridad en los corazones de los hombres, y siguió con los pueblos.
    La humanidad hubiera sido destruida, de no ser por la llegada del gran sabio. Mio Cid el Campeador.
    El Cid, era un poderoso hechicero, que selló a forma real de todos los espíritus en lugares secretos y salvó a la humanidad de su destrucción.
    Pero, tan misteriosa como fue su aparición, también lo fue su desaparición. Poco después que sellara a Bahamut en el árbol de la ley, el desapareció.
    Sin embargo, los grandesespíritus no se sellaron completamente, continuamente espectros suyos aparecían y desaparecían por diferentes lugares del mundo.
    Algunos hombres lograron comunicarse con ellos y hacer un pacto de cooperación, pues los grandes espíritus preferían vivir en las mentes y corazones de los hombres a permanecer en el olvido encerrados por toda la eternidad.
    Despierten de su sueño, pequeños míos
    su niñez ha quedado atrás
    Despierten de su sueño, niños del destino
    su descanso ha terminado.
    Levántense
    Descubran el jardín de la verdad.
    Ardan con verdad
    quemen el mundo del mal
    Ardan con verdad
    incendien el mundo de la oscuridad
    Adiós, pequeños,
    de los días del destino.





     
  2.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

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    Si colocas la introducción, ve progresivamente añadiendo capítulos, no mandes a los lectores a otras páginas cuando ésta misma es de FanFics.
     
  3.  
    Pami

    Pami Guest

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    Agrego a lo dicho por Sandritah: el recomendar páginas de esa forma, además de mala educación, no es permitido.

    He retirado la liga, si deseas que te lean, tendrás que publicarlo aquí.
     
  4.  
    joseleg

    joseleg Usuario común

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    Final Fantasy Fanfic, The Dragon Lord
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    Bien, bien, lo siento.

    1
    LA ACADEMIA


    Habían pasado cuatro años desde que Ada y Silver ingresaran a la academia militar de las Aguas, un poblado ubicado en una altiplanicie se una gran cadena montañosa que se extendía al occidente por todo el continente como si fuera una columna vertebral.



    El altiplano, una vez había sido el emplazamiento de una gran ciudad antes de la llegada de Bahamut. Esta ciudad fue de hecho, la última de las grandes ciudades en ser destruida por el rey de los dragones. De las construcciones no quedó en un principio nada, y con el paso del tiempo, la naturaleza reclamó lo que por derecho era suyo. Los grandes pantanos de la zona occidental volvieron extenderse, mientras en la planicie, multitud de plantas de sabana crecían libremente. La zona era tan fértil, que no demoró en volver a ser recolonizada. La nueva ciudad fue fundada muy cerca de la antigua, en el punto llamado, Las Aguas, puesto que de allí salían los ríos que atravesaban el altiplano y le irrigaban dándole vida y fertilidad. Los pobladores, se dedicaron casi de manera exclusiva a la agricultura, puesto que en ese tiempo, no había muchos grupos humanos contra los cuales competir. Pero sucedió que la guerra se hizo inevitable, oleadas de invasores fueron y vinieron, quedándose en las Aguas y construyendo una gran fortaleza en una de las montañas que se elevaban dramáticamente hacia el oriente, llamado Monte Serrado.



    Del caos reinante, finalmente, surgió una potencia invasora fuerte que venia desde el norte, el imperio de Gestal. El imperio, estableció aquellas montañas como la frontera más oriental del sur de su imperio, aunque prefirieron mantener algo de influencia sobre las diversas tribus que se habían dispersado al oriente de la cadena montañosa. Reforzaron la fortaleza de Monte Serrado, y sobre los simientos de varias construcciones antiguas, construyeron la academia militar de las Aguas, para entrenar a los jóvenes hijos de la nobleza, en una región alejada de los lujos, pero, al mismo tiempo bastante tranquila y apacible.



    La academia en si, podía ser usada como una fortaleza. La constituían tres secciones. La sección central, rodeada por un muro de veinte metros de altura y dos metros de espesor en la base, a los diez metros, el grosor del muro disminuía, siendo reemplazado por varias almenas, desde las cuales se podía disparar proyectiles para la defensa. La muralla seguía la línea de la montaña, puesto que estaba construida justo en el punto donde el terreno comenzaba ha ascender.



    En el interior, habían varios bloques, gigantescas construcciones de cinco niveles de elevación, y muy amplias. El bloque central tenía al menos doscientos metros de largo, por unos 70 de ancho, y estaba conectado por un puentecillo a la colina que se levaba en su parte oriental. Los otros tres bloques, uno al occidente, otro al sur y el último al norte se extendían a partir del gran muro, reforzándolo. La colina a la que iba a dar el puente del bloque central era una terraza, desde la cual se podían ir a los bloques, elevados al sur o al puente de Marte al norte.



    El principal de los bloques elevados era la gran torre de alquimia, que dominaba todo el paisaje, y desde la cual, se podian mandar y recibir mensajes con la fortaleza de Monte Cerrado. Al norte, el lugar al que se accedía por el puente de Marte, era el castillo de Marte, una enorme construcción parecida a un bloque, pero más grande en todo, se elevaba seis niveles del suelo y penetraba otros tres por debajo, accesible solamente por el puente o a través de los puertos para los barcos voladores.



    El castillo de Marte fungía como la gran factoría donde se creaban barcos voladores y se los reparaba, a demás allí se ubicaban las forjas de lanzas, espadas y armas de fuego. En la cima, había un gran cuadrilátero, usado para los torneos internos y para prácticas de batalla uno a uno. El último bloque, mas hacia el sur, estaba rodeado por una muralla independiente, construido por una serie de edificaciones de porte más bajo, allí se ubicaban la enfermería y los establos.






    – ¡Con que hay estas!, Silver –dijo Ada, mientras ascendía a una colinilla que se encontraba en uno de los rincones de la gran academia militar, una colina verde al norte de la torre de la alquimia



    –¿que se supone que andas haciendo allí? – preguntó Ada enojada



    –Creo que, relajarme y oler las flores –respondió Silver con los brazos detrás de la nuca y las piernas cruzadas. Ada se ofuscó, pero no dijo nada, luego, observó un gran sable que estaba clavado, al lado de Silver. Era un arma magnifica, forjada en acero inoxidable, la hoja era lisa y sin mayores adornos, pero bastante ancha y larga. A demás, la hoja se hacia mas gruesa a medida que se acercaba al envés del filo. El paso de la hoja al mango no estaba adornado, era simplemente un ensanchamiento de la hoja, que finalmente se convertía en un mango cilíndrico, cubierto con tiras de piel de toro blanco, el extremo, terminaba con un pomo en forma de aro, del cual se extendía una cadenilla de hierro no muy extensa, de unos cinco anillos.



    –¿Volviste a la esgrima con sable? –preguntó Ada



    –Puede que si, puede que no, ¿Quién conoce lo que nos depara el futuro? –dijo Silver



    –¡Maldición! –dijo Ada completamente ofuscada –primero fue la escuadra de espada, posteriormente la de artes marciales, luego la escuadra de lanceros, después la escuadra de guerreros de las sombras, luego la escuadra de primeros auxilios, ¿Cuándo vas ha decidirte? –



    –Tal vez hoy, tal vez mañana –respondió Silver de forma despreocupada, mientras se levantaba y se quitaba el polvo del terreno –hermanita no deberías ofuscarte tanto, ya veras que las cosas saldrán bien–



    –¡Es que acaso no lo entiendes! –dijo Ada un tanto preocupada –no importa que nivel hallas alcanzado, debes presentar el examen del cuarto ciclo académico, y es un examen practico. Todos los que se presentan son especialistas que se han dedicado a un arte específico desde su llegada. A demás, jamás has tocado las gemas de hechicería a parte de los primeros exámenes, y…–



    –Nadie a aprobado el examen sin el uso de la magia desde hace no se cuantas generaciones –repuso Silver en un tono un tanto sarcástico –ya lo se hermanita, no tienes que repetirlo–



    –Entonces, ¿Por qué lo haces? –preguntó Ada–



    –Porque estoy buscando la verdadera fuerza –respondió Silver, de una forma un tanto seca, luego, tomo el gran sable y lo enfundó. Durante ese tiempo, los dos habían ingresado a la adolescencia, Ada había crecido en belleza, su rostro había conservado la expresión de la infancia, pero, sus miembros había crecido bastante, mientras sus formas se habían desarrollado maravillosamente, su busto era redondo y turgente, pero no muy grande, la línea de su cintura describía una hermosa curva, que maravillaba sobre todo cuando se la veía de costado. Vestía el uniforme de la escuela, que en la práctica era el uniforme de parada de los oficiales, Un gran abrigo, que se sujetaba con una serie de botones de plata desde la clavícula hasta el muslo. El abrigo cubría desde el cuello hasta las rodillas, con mangas largas y unas extrañas hombreras de cuero. Debajo, unos pantalones holgados en el caso de los varones y algo más ajustados para las mujeres y unas finas botas que cubrían desde las rodillas.



    Silver, también había cambiado en los últimos años. Gracias al entrenamiento de artes marciales, sus músculos desarrollaron una gran capacidad tanto en fuerza, agilidad, destreza y resistencia. Aunque a simple vista no eran muy grandes, al flexionarlos podía verse la fuerza que podía llegar a ejercer. Al igual que Ada, aun conservaba mucho del rostro de la infancia, aunque sus ojos habían cambiado, la mayoría del tiempo entrecerrados en una actitud distraída y en muchas ocasiones soñolienta, pero cuando llegaba la hora de la verdad, poseían una mirada centrada y penetrante, que podrían amedrentar incluso al más valiente. A diferencia de la mayoría de los cadetes, Silver había mantenido la longitud se su cabello, bastante largo, el cual sujetaba a la altura de la nuca en una coleta que le daba hasta la espalda.




    Silver descendió por la colinilla, hasta que dio a un sendero de piedra, por el cual siguió mientras rodeaba la torre de los alquimistas, al dar la vuelta, se encontró con una construcción de dos niveles bastante amplia, la cual servia de almacén de alimentos y cafetería, allí el camino se bifurcaba en dos, a la derecha, hacia el norte, el camino seguía la línea de la montaña, a los bloques de arquitectura, de frente se encontraban los bloques de experimentación biológica y control de enfermedades. Silver continuó por el camino del norte, hasta que se encontró con un viejo conocido.



    –Entonces que “carilindo” –dijo un joven de unos 16 años de edad a diferencia de Silver, tenia el cabello rubio y los ojos azules, bastante alto y corpulento, lo que denotaba su inmenso poder físico. Incluso su rostro estaba marcado por una fuerte masa muscular, una frente pronunciada marcada por un par de cejas pobladas, una nariz ancha y una boca grande. En cuanto al apodo, Silver lo había ganado el primer año, debido a su largo cabello y a que tenía un leve rasgo femenino en su rostro, lo que les encantaba a muchas compañeras.



    –¡Ya te dije que no me llames así! –dijo Silver, fulminándolo con una mirada. En efecto, el aire femenino del rostro de Silver se esfumaba completamente cuando se concentraba o cuando se molestaba.



    –Tranquilo amigo, solo estaba bromeando –contestó el chico–¿Qué haces por aquí Vargas? –preguntó Silver cruzándose de brazos



    –¿Qué es que no lees las carteleras? –dijo Vargas –al parecer el maestro que estabas esperando abrirá un nuevo curso de esgrima avanzada. Muchos de los espadachines de sable y espada de cuarto y quinto años se están preparando, pues se ha dicho que hay examen preliminar. Y lo mejor de todo es que no hay prerrequisito, ¡podrás tomar la prueba! –



    –Ya lo sabía –dijo Silver con un suspiro de impaciencia mostrándole la empuñadura del sable a Vargas. El examen comienza en una hora –dijo Silver –supongo que tendremos tiempo de tomar algo en la cafetería del castillo de Marte –



    –Excelente –dijo Vargas. Los dos continuaron el camino, hasta que se encontraron con una gran fuente, donde se encontraba la estatua de un caballero y una doncella, la cual sostenía un cántaro, de la cual brotaba la fuente.



    Allí el camino, volvía a dividirse, una brecha al norte, hacia la montaña y el bosque; la otra hacia el noroeste, los bloques de arquitectura y diseño de fortalezas; y la principal brecha hacia el noroccidente. Vargas y Silver continuaron por la brecha principal, hasta que llegaron al puente que conectaba con el bloque central, allí se encontraron con el comité disciplinario, compuesto por los capitanes de cada una de las escuadras. Los capitanes, eran los alumnos de tercer a quinto año de cada una de las escuadras de la academia, los cuales eran:



    De la escuadra de esgrimitas de espada, el capitán Delita Balvanes Beoulove espadachín de cuarto año.



    De la escuadra de esgrimistas de sable, el capitán Reino Yazoo sableador de quinto año.



    De la escuadra de lanceros, Freya Lifa Crescent estudiante de quinto año.



    De la escuadra de artes marciales Zell Besugo Dincht estudiante de cuarto año.



    De la escuadra de guerreros de las sombras Zidane Tribal Pelazzo estudiante de tercer año.



    De la escuadra de magia negra Rydia Carol Paladios estudiante de tercer año.



    De la escuadra de primeros auxilios Eiko Carol Paladios estudiante de tercer año.



    – Miren esto, el comité disciplinario en persona, solo falta la princesa de las invocaciones –dijo Vargas



    –Recuerda que la princesa de las invocaciones es mi hermana Vargas –dijo Silver, con los ojos cerrados en una expresión un tanto incomoda.



    –El señor Leone en persona –dijo Delita, aproximándose de manera altiva hacia Silver. Delita, tenía una complexión parecida la de Silver, su cabello rubio castaño, estaba perfectamente peinado, dejando su amplia frente despejada. Sus ojos eran de un color café crema, que brillaban cada vez que se encontraba en batalla. Los Leone y los Beoulove, eran dos de las familias más importantes del imperio y siempre habían sido rivales.



    Delita fiel al honor de su familia, al enterarse de que un Leone se había inscrito en el escuadrón de esgrima, había acudido a inscribirse junto a el, para competirle. Sin embargo, Silver jamás le había prestado demasiada atención, a demás, Delita quedó completamente frustrado, cuando Silver no se inscribió en el segundo año de espada haciéndolo, en el escuadrón de artes marciales. Sin embargo, su frustración pronto seria calmada.



    –Acaso creéis que el gran Steiner aceptará a un fracasado inepto como tu? –dijo Delita, de la forma mas descortés posible.



    –Si tú eres el capitán del escuadrón– dijo Silver cerrando los ojos y encogiéndose de hombros –entonces yo me convertiré en el mejor alumno del maestro Steiner– Delita se puso rojo de la ira, y ya tenia la mano en la empuñadura de su mandoble, cuando todos sintieron una presencia que les oprimía el corazón, un aire tan fuerte que estrujaba el pecho y eliminaba todo animo guerrero.



    Reino dio unos pasos adelante y haciendo una profunda reverencia hacia Silver dijo –Buenos días señor Leone – dicho esto, Reino volvió a erguirse y con una mirada, ordenó a Delita hacerlo mismo.



    –La cortesía es un don que no debemos perder, de lo contrario ¿que nos diferenciaría de los bárbaros jinetes de las aves del terror? O ¿de los nómadas guerreros del norte?– Reino, era el alumno estrella de toda la academia. En su infancia había entrenado junto a Steiner, por lo que ya dominaba ampliamente el uso del sable al ingresar en la academia. Se convirtió en capitán una semana después de ingresar, retando al capitán anterior, a quien derrotó en tan solo un movimiento, dos meses después se convirtió en el presidente del comité disciplinario compuesto por los capitanes de todas las escuadras, cargo que ha ocupado sin discusión desde entonces. A demás de su aire calmo y carismático, Reino era bastante alto para la media, incluso sobrepasaba un poco a Vargas, que ya era bastante corpulento, aunque Reino era mas delgado.



    A demás, junto con Silver era de los pocos alumnos que se dejaba el cabello largo, hasta la cintura, sin embargo su característica más notoria era su cabello blanco platinado. Sus ojos eran verde esmeralda y brillaban con un destello siniestro. Así eran todos los Arios o guerreros modificados con tecnología magitek desde su nacimiento para poder controlar a más de tres espiritus de invocación.



    Delita obedeció a regañadientes, junto con todos y cada uno de los miembros del comité. Silver se inclinó, para devolver la cortesía y siguió su camino, junto con Vargas, mientras que los demas capitanes no le prestaron mas atención al par de compañeros a parte del saludo obligatorio, ¿Por qué habrian de hacerlo? Un capitan no tenía porque saber algo de estudiantes mediocres. No sin que este último, intercambiara una mirada amenazadora a su superior el capitán Zell. Continuaron hacia el norte, ascendiendo por unas escaleras unos tres niveles, hasta dar nuevamente con la línea de la montaña, el camino seguía, hasta que en una curva, se encontraron al gran puente de Marte. Allí se encontraba Steiner, esperando a los aspirantes. Había bastantes chicos, tanto de la escuadra de sable, como de la escuadra de espada, incluso, Delita, se encontraba allí.



    –¿Habrá tomado otro camino? –se preguntó Vargas



    –Es probable –respondió Silver. Entonces una de las maestras de espada se puso en frente del grupo.



    – El maestro Steiner no tiene mucho tiempo para entrenaros, por lo que solo los mejores podrán inscribir esta materia. La selección se llevará a cabo por un torneo uno a uno –dijo la maestra, y levantando el brazo empuño la mano haciendo el símbolo de la V –solo dos serán elegidos para llevar a cabo este entrenamiento –












    II
    Principios de combate, parte I.




    En el bloque norte, se encontraban las aulas de clase de los alumnos de reciente ingreso. Chicos de diez a trece años ingresaban a aprender los fundamentos básicos del modo de combatir.


    En una de estas aulas se encontraba una joven maestra recién graduada al cumplir su quinto año de entrenamiento. Había disidido quedarse y ayudar en el entrenamiento de una nueva generación, su nombre era Quistis Xu Trepe.


    Había pertenecido al comité disciplinario como capitana del escuadrón de espíritus de invocación, cargo que había cedido a Ada Leone. Ella era uno de los miembros más populares y carismáticos del “ejército del sur”, y con frecuencia era llamada al servicio activo, en misiones más allá de las montañas orientales.


    Siempre que podía, volvía a dar clases, sobre todo con los mas pequeños. Era increíblemente hermosa, una de las dos diosas rubias de la academia como muchos jóvenes las llamaban a ella y a Freya Crescent. Su cabello largo estaba cogido a la altura de la nuca, a excepción por dos mechones que caían por las sienes hasta la altura del busto. Sus ojos eran de un color azul oscuro como el mar profundo y su piel blanca indicaban su procedencia, la región original del imperio al norte, más allá del mar. Era bastante alta y su silueta esbelta, la hacían parecer un tanto débil a la distancia, pero, en combate su agilidad y fortaleza no tenían rival.


    –¿Balvanes Beulove, Ramza; podría explicarnos el uso que se le da a las gemas magicas? –dijo Quistis, mientras observaba la lista de estudiantes, pero no hubo respuestas, entonces la joven maestra levantó la mirada.


    Ramza era la antítesis de su hermano Delita, mientras uno era calmado este hablaba por los codos, mientras uno solo concebía su vida para el deber y el honor de su familia, el otro vivía para disfrutar de las personas. Ramza se encontraba conversando con una compañerita, la cual, sin querer lanzó una pequeña carcajada.


    –¿Verdad que si? –dijo Ramza al oído de la chica, cuando un borrador de tablero cruzó el espacio entre la mano de la molestísima maestra, directo a su frente, haciendo impacto directo.


    La cabeza de Ramza giró hacia atrás, mientras un hilillo de sangre le salía de una de sus fosas nasales. Inmediatamente, Ramza se reincorporó teniéndose la nariz. Entonces fue cuando observó a la maestra.


    –Claro que no –respondió la compañera de Ramza –te dije que la maestra es muy buena persona, pero cuando se pone molesta es mejor escapar–


    –¡A callar! –Repuso Quistis con los ojos cerrados


    –Ramza Balvanes Beoulove, responda la pregunta – dijo Quistis


    Ramza con todo el esfuerzo del mundo reacomodó su nariz, para evitar el sangrado y después que la sangre coagulara, se levantó.


    –Las gemas son usadas para canalizar el poder de la energía magica o mana; el poder del hechizo es proporcional a la potencia del espiritu y a la cantidad de mana invertido –respondió Ramza –existe una relación entre las gemas, los hechizos y los espiritus de invocación. Si bien una persona que no se ha enlazado con un espíritu de invocación puede usar magia con la ayuda de las gemas, una persona que use la gema adecuada para su espíritu de invocación vera el poder del hechizo incrementarse. En otras palabras, las gemas permiten usar magia, sin espíritus de invocación e incrementar el poder de la magia otorgada por los espíritus de invocación–


    –¿Ahora podría decirnos cuales son las gemas a las cuales se les ha encontrado uso? –preguntó Quistis


    –Topacio, gema dorada enlazada al elemento del fuego y relacionada con el espíritu de las llamas, Ifrit; Opalo, gema blanco azulada, enlazada al elemento del frio y relacionada con la reina de los hielos, Shiva; Olivino, gema verde castaño, enlazada al elemento del rayo y relacionada con la serpiente emplumada, Quetzal; Jade, gema verde opaca, enlazada al elemento tierra y relacionada al espíritu del la tierra, Minotauro; Amatista, gema violeta, enlazada al elemento sombra y a la fiera de la oscuridad, Stray; Zafiro la gema azul, enlazada al elemento agua y relacionada con la señora de los mares, Sirena; Diamante, la gema incorruptible, enlazada al elemento sacro relacionada al espíritu curador, Unicornio; Rubí, la gema roja, relacionada al espíritu protector, Rubí; Esmeralda, la gema verde, relacionada con el espíritu sanador Sílfide; y por ultimo el Granate la gema negra relacionada con el espíritu de la destrucción Bahamut – respondió Ramza.


    –Excelente –repuso Quistis –ahora deseo hablarles de la armadura vital, para es…– Pero justo en ese momento, un joven de segundo o tercer año interrumpió la clase.


    –¡Torneo sorpresa, Delita y Nida están en las semifinales! ¡Están combatiendo en la plataforma de Marte! –dijo el chico que inmediatamente salió a dar la noticia a otra aula.


    Al escuchar esto, todos los chicos salieron apresuradamente del aula de clases a pesar de los múltiples llamamientos de Quistis a conservar el orden y a seguir con la lección.


    –Ya me habían dicho que me faltan dotes de líder –dijo Quistis para si, un momento antes de caer sobre su silla, con la cabeza mirando al cielo, y con los dedos masajeándose el entrecejo, debido a la jaqueca que había tenido desde la mañana.


    Segundos después se reincorporó, para observar que los algunos estaban en medio de un caos, todos querían ir en grupo pero no se ponían de acuerdo. Entonces, ella los ordenó en filas y los guió a través de los pasillos del bloque, para encontrar la ruta más cercana a la fortaleza de Marte.


    –Lo ve maestra, nos perdimos la semifinal, mi hermano ya esta a punto de dar la estocada final –repuso Ramza un tanto disgustado–


    –Hubiéramos llegado antes si no me hubieras dado tantos problemas, señor Beoulove –repuso Quistis –y no se confundan, no hemos venido de diversión, observando estos combates apreciaremos algunos principios de batalla, así que abran bien los ojos–


    El torneo había sido organizado de forma imprevista, a pesar de que se les había pedido que trajeran las armas. Muchos pensaban que las pruebas serian realizar unas cuantas figuras coreográficas en frente de Steiner, para ver quien las realizaba con mayor precisión y gracia. Por lo que todos habían tenido que combatir con los uniformes oficiales y no con los de campaña.


    Delita, se encontraba en posición de combate, empuñando su mandoble con la mano derecha. La espada de Delita era especial, era una espada mas bien corta, de hoja no muy ancha, podía usarse tanto en corte como en punta, sin embargo sus características particulares eran en primer lugar una serie de runas grabadas en la forja en la base de la empuñadura y una empuñadura bastante larga, que permitía usarla tanto con una como con dos manos, terminado en un pomo de plomo cubierto con plata, que le daba un balance perfecto. También llevaba un gran escudo metálico, con el emblema de su familia Beoulove, el rostro de un lobo gris, en el brazo izquierdo.


    La posición de Delita consistía en exponer el escudo en frente y posicionarse de costado, de forma tal que la espada quedara fuera de la vista de su contendiente.


    El oponente de Delita se llamaba Quintus Gregorius Housejarl y pertenecía al escuadrón de sable. Portaba el típico sable de batalla imperial, también llamado sable mortal. Lo constituía una gran hoja de hierro macizo, usada principalmente para corte. El peso del arma, la hacía difícil de blandir, pero se había convertido en el arma predilecta del escuadrón de sable, a pesar de cierta inferioridad frente a otros modelos de sable o contra los diferentes tipos de hojas usadas por el escuadrón de espadas.




    Gregorius a la sazón, se encontraba jadeando, debido al cansancio, la punta de su hoja se encontraba contra el suelo, y su mirada solo observaba la posición de las piernas de Delita.


    Mientras Delita, tenía su mirada fija, en el rostro de Gregorius, en eso, Gregorius envistió directamente a Delita con su sable en lo alto, pero Delita retrocedió un paso, cambiando la disposición de su cuerpo y evitando la embestida de la hoja, entonces fue Delita quien levantó su espada.


    –¡ROMPE ARMAS! –gritó Delita, al mismo tiempo que descargaba su poderosa hoja sobre el lado romo de la hoja del gran sable. La espada de Delita penetró hasta la mitad de la hoja del sable de Gregorius. Por un momento, todos pensaron que le había faltado fuerza al ataque y que quedaría atascado, pero justo en ese momento, de la rajadura provocada por la hoja de la espada de Delita, un sinnúmero de grietas comenzaron a expandirse a lo largo y a lo ancho del sable de Gregorius, convirtiendo al sable mortal en no mas que unos fragmentos de metal inútil, sobre la tierra.


    Entonces Delita extendió su pierna derecha, adelantando su cuerpo para dar potencia a su brazo izquierdo, y golpeando contra el rostro de su contendiente, el escudo que empuñaba.


    Gregorius cayó al suelo completamente inconsciente. Reino apareció en escena, aunque en realidad siempre había estado en la plataforma de combate, pero nadie le había puesto mucha atención.


    –Gregorius no puede continuar –dijo Reino –el primer seleccionado para el curso de esgrima avanzada del maestro Steiner es Delita Balvanes Beoulove capitán del escuadrón de espadas–


    Delita enfundó su arma en la funda que estaba colgada en su espalda y lazo su escudo a uno de sus subordinados del escuadrón de espadachines. En ese momento, los demás subordinados rompieron en aplausos y aclamaciones, por lo limpio de su victoria, y por la humillación que había infligido al escuadrón de sables.


    –Muy bien chicos –dijo Quistis –Delita a usado una técnica de caballería llamaba “rompe armas”, con esta técnica puedes destruir armas enemigas especialmente aquellas que usan hojas metálicas gruesas como las espadas, los sables y algunos tipos de lanza–


    En ese momento Reino levantó su brazo, iba a comenzar la segunda final.


    –Bien chicos, ahora podremos ver un combate desde el comienzo –dijo Quistis –pongan mucha atención. En nuestra academia tenemos varias reglas para restringir brotes de violencia innecesaria. La primera regla, es que no se permite el porte de armas, salvo que estés autorizado por un maestro o exista una convocatoria. La segunda regla, es que todo combate se realizará o en la zona de entrenamiento, que se encuentra al oriente en el interior del bosque de Monte Cerrado o en la plataforma del castillo de Marte. Las batallas deben siempre ser observadas por un juez de un nivel superior para evitar accidentes en lo posible. Ahora, durante el combate, el juez enunciará las armas usadas por los contendientes, así como accesorios como las gemas mágicas y en el caso de que algún guerrero este enlazado a un espíritu de invocación, el nombre del espíritu…–


    –Si la maestra nos permite continuar, anunciaré a los contendientes –dijo Reino un tanto exasperado por la larga charla de Quistis con su fuerte e inconfundible voz.


    –Si si claro ja ja ja –contestó Quistis roja como una cereza de la vergüenza. En eso Ramza la observó e hizo mala cara recordando que por algo parecido le habían quebrado su adorada nariz no hace mucho.


    –A mi derecha –dijo Reino –se encuentra Nida Peregrinus Housekeeper miembro de la escuadra de sables de cuarto año, su arma escogida, el sable mortal, accesorios, topacio y diamante; Espiritu de invocación, Ifrit–


    –Impresionante –dijo Quistis –como sabrán, para enlazar a un espíritu de invocación, debes combatir contra su espectro. Los espectros generalmente se encuentran ocultos en zonas correspondientes a su naturaleza, así por ejemplo, los espectros de Ifrit generalmente rondan las cuevas volcánicas. Los combates no son nada censillos, por lo que rara vez un estudiante logra derrotar a un espíritu de invocación sin haber pasado del cuarto nivel en alguna especialidad–


    –¿Pero maestra, y la escuadra de invocadores? –preguntó Ramza–En algunas ocasiones, los espíritus de invocación hacen un pacto especial con algún clan o familia –contestó Quistis en voz baja–por lo que el espíritu pasa de una generación a otra como una especie de herencia, a estos alumnos afortunados se les da un entrenamiento especial y mas duro, deben capturar un segundo espíritu de invocación antes del cuarto año de haber sido inscritos en la academia sin importar el nivel de especialidad que lleven en el momento–


    –A mi izquierda –continuó Reino –Silver Cornelio Leone, arma escogida, sable modificado. ¡Que comience el combate! –


    – Ese joven, el de pelo largo, no dijeron nada a cerca de el –repuso una joven “la misma que había estado hablando con Ramza hacia unos momentos” .


    –Es cierto –contestó Quistis –el es Silver Cornelio Leone, se lo conoce especialmente por no usar gemas mágicas ni tener enlazado ningún espíritu de invocación, a demás no es especialista en ningún arte, a penas a cursado el primer nivel de varias disciplinas y sus notas son pateticas a pesar de venir de una prestigiosa familia, una total decepció. Sin embargo…–


    –Que perdedor –repuso Ramza –es probable que no haya aprobado ninguna–


    –No es así –intervino Quistis –alguna vez hablé con otros maestros sobre el. Me contaron, que en cada uno de los cursos, generalmente se portaba muy apático en las clases o se quedaba dormido, pero en las evaluaciones, o en las practicas de campo su actitud cambiaba, mostrando dotes de liderazgo y capacidades únicas en cada una de las artes, en realidad nadie se ha explicado por que no ha seguido ninguna especialidad, siendo talentoso en todas las que ha intentado –


    Los dos guerreros se miraron fijamente, Nida sostenía firmemente su gran sable en frente de el, mientras Silver, mantenía el suyo en la funda. La mirada de Nida concentrada y directa, contrastaba con la de Silver, entreabierta y aparentemente distraída.


    Nida se acercaba arrastrando sus pies poco a poco buscando una grieta en aquella inexistente defensa, que sin embargo, le impedía avanzar.


    –¿Porque viniste? –preguntó Nida –sin espíritu de invocación, sin gemas mágicas, ¡apuesto que ni siquiera debe recordar como empuñar correctamente su sable! –Silver se limitó a dar un bostezo de aburrimiento, con su típica expresión, ojos entreabiertos con mirada distraída.


    – Eso lo averiguaras si me atacas –respondió Silver encogiéndose de hombros.Nida se enfureció en ese momento, sacó una gema redonda y lisa, de un refulgente amarillo dorado.


    –¡Comete esto! –dijo Nida –FIRE! –


    Dicho esto, un estallido resonó en el flanco de Silver, e instantáneamente una voluta de fuego se extendió hasta su rostro, Silver se movió instintivamente colocando el brazo izquierdo entre las llamas y su rostro.


    No muchos pudieron notar lo que sucedió inmediatamente después. Silver había cambiado su expresión, sus ojos estaban fijos en el adversario que avanzaba, confiado del efecto distractor y aturdidor de aquel ataque.


    La onda explosiva se extendió levantando una pequeña nube de polvo que impidió observar lo que había sucedido. La amiga de Ramza se había cubierto los ojos y lo único que pudo hacer fue observar al suelo, las sombras de Nida y Silver hacían contacto, aquellas siluetas mostraban como si el sable de Nida parecía atravesar el cuerpo de Silver, desde el estomago, atravesando el tórax y saliendo por la espalda.


    La chica no se atrevió a levantar la mirada por temor a la grotesca escena.
     
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    joseleg

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    PRINCIPIOS DE COMBATE, PARTE II.




    Entonces la chica sintió la fuerte mano de su maestra en su hombro derecho.


    –Solo observa mi niña –dijo Quistis –no ha sucedido nada grave–


    Silver se encontraba sosteniendo el brazo derecho de Nida, el cual se encontraba empuñando el gran sable en una posición de estoque. La hoja del sable, pasaba por debajo del brazo y la axila de Silver, mientras Nida hacia lo posible por liberarse.


    En eso Silver comenzó a apretar cada vez con más y más fuerza en brazo de Nida, hasta que comenzaron a traquear los ligamentos. Nida sintió el espasmo del dolor que hacia que aflojara el sable, pero si lo hacia era hombre muerto. Comenzó entonces a golpear el rostro de Silver con el puño que tenia libre, impactos directos al rostro, uno, dos, tres y cuatro; a cada golpe el rostro de Silver giraba respectivamente, a la derecha, a la izquierda, a la derecha de nuevo y hacia atrás. Pero no servia de nada, la mano de Silver retenía cada vez con más fuerza el brazo de Nida, y luego, de improvisto, el codo de Silver se clavó entre los ojos de Nida, haciendo arquear la espalda y tensar el brazo, soltando su sable.


    Entonces Silver soltó la terrible tenaza, y abriendo las piernas tomó posición de combate, lanzó un derechazo directo al vientre de Nida, luego un zurdazo a su rostro, luego un derechazo recto a la mandíbula, luego girando rápidamente una patada al vientre, y finalmente desenvainando su propino sable, y con el lado romo, le golpeó en el pecho, con fuerza suficiente para sacarlo a volar cuatro metros de distancia.


    El cuerpo de Nida cayó como un bulto de arena al suelo, mientras Silver, haciendo girar su sable, lo enfundó nuevamente. Nida estaba sangrando profusamente por la nariz y la boca, y a demás, tenia una costilla rota. Pero se incorporó nuevamente a la batalla. Sacó de su bolsillo, una gema incolora, bastante pequeña, y la levantó hacia el cielo.


    –Esto no se acaba hasta que canta la gorda –dijo Nida –¡CURE! –


    De la gema salió un destello blanco, que parecía un chorro de agua burbujeante que bajó en espiral, rodeando el cuerpo de Nida, en ese momento, sintió, como el hueso de su pecho regresaba a su posición, no sin dolor. Nida se encontraba jadeando, pero aun estaba en la contienda.


    –KU KU KU –decía Silver, mientras meneaba el brazo con la mano empuñada y el índice extendido, en señal de desaprobación.


    –Me pregunto cuanto mana te quedará chico. No deberías estar usando tantas magias tan rápido, o tu cuerpo no lo resentirá–


    –¡Acaso dices que soy débil! –respondió Nida a voz en cuello –¿a caso crees que soy un cobarde como tu que se niega al uso de la magia? –


    Silver dio la espalda a Nida y recogió su sable, y lo observo. Dio unos cuantos abanicazos al aire, y luego, la giró con una sola mano.


    –Es un arma excelente –dijo Silver –buen acero, gran forja, buen balance. Tómalo, y haz que tu siguiente ataque sea un poco mas interesante –dicho esto Silver arrojó el sable a Nida, quien lo tomó en el aire.


    En ese momento Silver sacó su sable adoptando una postura de combate. Sin embargo, Nida adoptó una postura arrogante, arrojó su arma y sacó su gema de Topacio –Ifrit, gran espíritu del fuego, por el pacto que nos une os pido vuestra ayuda, otorga tu poder a esta gema consagrada a ti y al fuego, llénala con tu luz, fortalécela con tu espíritu –dijo Nida mientras sus músculos se tensaban fuertemente.


    –¿Que está haciendo el maestra? –preguntó Ramza–Para realizar un hechizo se necesitan tres elementos –dijo Quistis –primero, debes tener suficiente reserva de mana “energía mágica”. Segundo, debes haber aprendido un hechizo, el cual requiere cierta cantidad de mana. Y por ultimo, debes cargar el hechizo. El mana, debe fluir de tu cuerpo hacia el medio de invocación del hechizo ya sea una gema, un bastón o en casos exepcionales un punto en el espacio. En este caso el medio es la gema que Nida tiene en sus manos. La carga del hechizo demora tiempo, mientras al mana fluye de tu cuerpo hacia el medio pasan algunos segundos o mas dependiendo de tu habilidad y de tu capacidad de flujo. Puedes tener mucho mana, pero si este fluye lentamente, tendrás que tardar demasiado para cargar el hechizo y liberarlo; y ese tiempo en batalla es vital, “si esto fuera un combate real Silver ya lo abría asesinado”. Algunos aceleran el tiempo de carga haciendo canticos y oraciones. Sinembargo, tratar de forzar el flujo es peligroso, pues el mana fluye a través de tus fibras nerviosas, puedes acabar inconciente o con problemas mucho peores a largo plazo–


    Sin embargo Silver no hizo nada, simplemente, se limitó a enfundar su sable expresando un poco de desprecio en su mirada.


    –¡Ahora muere! –gritó Nida, mientras el topacio se quebraba –¡FIRA! –


    Esta vez la explosión fue mucho mas potente, decenas de detonaciones en seguidilla generaron una gran bola de fuego se extendió por la mitad de la plataforma de combate, y la onda explosiva hubiera herido a los espectadores, de no ser por la barrera impuesta en el perímetro de la plataforma por el juez de la batalla. Luego, una gran bola de humo ocultó todo durante un rato.


    Nida estaba agotado, pero estaba seguro de haber derrotado a Silver. Sin embargo, cuando el humo y el polvo se despejaron, Silver no estaba allí.


    No se encontraba en ningún lado de la plataforma y de ella nada podía salir debido a la barrera. Solo quedaba una opción. Nida miró hacia el cielo, y su rostro se llenó de estupor.


    –¡S A L T O! –dijo Nida sin emitir ningún sonido. Silver se encontraba en lo alto a unos veinte metros de distancia de la plataforma, mientras observaba a su contendiente, tomó su sable de la cadenilla y lo hizo girar como si fuera una hélice a tanta velocidad que el aire silbaba. Entonces de improviso, lanzó su sable en una trayectoria tangencial directo hacia donde se encontraba Nida.


    – ¡¿Crees que me darás con eso?! –gritó Nida, mientras intentaba girar su cuerpo, pero este no respondió, de hecho, ni siquiera sentía su cuerpo, ni cansancio, ni dolor, solo un hormigueo por sus brazos y piernas, un entumecimiento por su espalda y su cuello, tan fuertes, que le impedía incluso pestañear. Como en cámara lenta, el sable atravesó el cielo. Muchos se cubrieron los ojos para no ver aquella horrorosa escena. Entonces se escucho el crujido de la roca mientras se desgarraba contra el metal.


    Ramza lo observó todo. El sable apenas si rasguñó el hombro derecho de Nida y siguió hacia la roca de la plataforma, que se destrozó por el impacto “una hazaña por demás notable, ya que la plataforma había sido diseñada para soportar conjuros y explosiones bastante fueres”. Nida alcanzó a sonreír pensando que Silver se había equivocado, pero en eso sintió el crujido de algo que impactaba su frente. La cabeza de Nida giró en sentido contrario, mientras la piedra se desintegraba en su frente, provocando que cayera de espaldas al suelo, completamente inconciente. Instantes después, Silver, cayó a suelo suavemente.


    Todos quedaron sorprendidos. –¿Que sucedió maestra? –Preguntó un la amiga de Ramza–que yo sepa los humanos no saltamos tan alto.


    – Existen unos que si –repuso Quistis –son los guerreros dragontinos, la escuela de lanceros más poderosos que existen. Ellos poseen una habilidad especial, llamada “salto”, con la cual, pueden elevarse hasta cincuenta metros por ensima del suelo, y desde esa distancia, lanzar sus lanzas hacia el enemigo con gran fuerza. Es un arte exclusivo de los lanceros de alto nivel–


    –De hecho, solo los alumnos de quinto año de la escuadra de lanza poseen esa habilidad –pensó Reino, mientras se acercaba a Nida para cerciorarse de que estuviera bien –aparentemente, este chico aprendió muchas cosas de las respectivas escuadras en que estuvo, en muy poco tiempo. Interesante–


    ¡–La armadura vital realizó su trabajo! –dijo Reino con voz fuerte –pero aun así la piedra alcanzó a penetrarla, que lo lleven a la enfermería–


    –Maestra, ¿que es la armadura vital? –preguntó Ramza


    – La armadura vital –contestó Quistis –es una armadura que genera nuestro cuerpo con su energía vital aunque es totalmente invisible. Nos protege de los hechizos y los ataques físicos. Con cada ataque, la armadura se consume, hasta que al final sede. La armadura vital es independiente de la energía mágica, por decirlo de otro modo, la armadura vital, se genera por la energía de nuestros músculos, mientras que el mana se genera por nuestra alma. Si alguna de estas fuerzas se reduce a un punto mínimo, quedarás exhausto y no podrás moverte. Existen accesorios que refuerzan a la armaduravital, como armaduras y cascos–


    –Pues a mi me parecen cuentos –repuso Ramza –Nida obviamente terminó con el tórax roto después del ataque de Silver.


    –En ocasiones, un ataque rápido y poderoso puede penetrar las defensas de la armadura vital ya que esta depende de tus reflejos u concentración –respondió Quistis –es una habilidad rara, que requiere mucho entrenamiento. Pero veo que aun no me crees con respecto a la armadura–.


    Ramza asintió.


    – Observa los brazos de Silver, sobre todo el izquierdo. –Pues, yo no veo nada raro –respondió Ramza


    –¡Por los grandes epiritus! –Repuso la amiga de Ramza –es cierto, su brazo, no hay nada, no hay marcas, ni si quiera hay tizne, ni humo, ni siquiera polvo–Entonces Ramza cayó en la cuenta. El brazo de Silver se había interpuesto entre las llamas y su rostro, eso mas el propio impacto expansivo debería haber por lo menos destruido la sección de la empuñadura de su abrigo. Pero estaban completamente intactos.


    –Ahora escúchenme chicos –dijo Quistis –la armadura vital no solo depende de la fuerza de vuestros músculos, si logran un nivel de concentración alto, pueden concentrar la energía en diferentes puntos según la necesidad, reduciendo el desgaste de la energía y aumentando el poder defensivo.


    –Impresionante –repuso Ramza –habilidades que a simple vista no pueden verse, pero que en batalla puede cambiar mucho el peso de la balanza. Y yo que pensaba que ese tipo era un perdedor–


    Silver se aproximo a Nida, mientras este recobraba la conciencia.


    –Tu error, como el de la mayoría de los miembros del escuadrón de sable y espada, es la gran dependencia de esos artilugios de alquimia –dijo Silver, con un tono grave y algo despectivo –han olvidado muchas de las habilidades del combate puro, sin recurrir a la ayuda de los espíritus de invocación. Se han vuelto esclavos de la magia, y eso, los hace débiles–


    En ese momento, los hombres que estaban atendiendo a Nida tuvieron que soltarlo, pues su cuerpo se hizo terriblemente caliente, de un momento a otro. Y no solo eso, su aura se enervó tanto, que apareció rodeando el cuerpo de Nida como si fuera una llama azul brillante, una zarza que no consumía.


    Sin embargo la actitud de Nida era extraña, tenía los brazos colgando como si no los pudiera mover a demás de que tenía el torso inclinado hacia delante, como si se estuviera inclinando para hacer un saludo formal. Reino observó con estupor, al igual que Quistis, y al mismo tiempo, pronunciaron unas palabras que quedarían para siempre en la mente de Ramza –“LIMIT BREAK” –


    Entonces como si despertara de un largo sueño, Nida reaccionó, gritando, como si fuera un bárbaro furioso de las lejanas tierras mas allá del mar occidental. Pero sus cuencas estaban blancas, estaba actuando de manera prácticamente inconsciente. Reino reactivo la barrera de la plataforma, mientras Silver se preparaba para un fuerte enviste.


    Nida recuperó su sable mortal y avanzó con el hacia Silver, la punta del sable rozaba el suelo resquebrajando levemente la baldosa de la plataforma, Silver retrocedió un poco, pero Nida había adquirido una velocidad endemoniada, la hoja se levantó, golpeándole de costado. La armadura vital de Silver que se concentró en aquella región, consumiéndose como si fuera mantequilla, mientras la sola energía cinética de la hoja se transmitía, impactando en su costado. Luego, de la base de la plataforma, se abrió una grieta, y de la grieta emergió un destello de energía que golpeó a Silver rasgando sus vestiduras y su piel en varios puntos. El cuerpo de Silver salió girando unos diez metros.


    Todos pensaron que el ataque le había matado, pero en medio del vuelo, recupero el control del giro, y cayó de pié. Sin embargo, un instante después, la pierna izquierda no le respondió, teniendo que arrodillarse. Su sable estaba muy lejos, y Nida aun parecía no estar cansado. Silver pudo ver, los ojos desorbitados de Nida, que parecía ubicarlo con algo más que el sentido de la vista. Pero justo en ese momento, la llama azul se consumió por completo, y Nida cayó al suelo, completamente inconciente.


    El rostro de Silver reflejaba su estupor. Un ataque de “LIMIT BREAK” era increíblemente poderoso, incluso guerreros aprendices han asesinado a sus maestros, cuando en un momento como ese, desatan su poder oculto, sin control alguno. Pudo haber muerto, o si Nida hubiera tenido un poco mas de fuerza o poder mágico, el destello lo hubiera podido haber descuartizado.


    –MANDOBLE FINAL –repuso Quistis –una técnica especial que normalmente solo puede ser ejecutada por la energía del “LIMIT BREAK”.


    –¿Que es, que es un LIMIT BREAK? –preguntó Ramza un tanto asustado.


    –Cuando la armadura vital se encuentra en un nivel critico, cuando al mismo tiempo, el guerrero experimenta un profundo sentimiento de desesperación, angustia e ira Y cuando abandona todo lastre de temor o duda su cuerpo reacciona –dijo Quistis – En lugar de caer inconciente, el cuerpo se sobre-activa. Normalmente, las fibras nerviosas solo permiten el flujo de una determinada cantidad de mana y las fibras los músculos solo permanecen activos por un periodo limitado de tiempo, siendo reaplazadas de cuando en cuando por fibras adyacentes que se encontraban en reposo. Se dice que los humanos no usamos mas diez o el veinte por ciento de nuestro potencial “fuerza, velocidad, agilidad, reflejos”, ya que si lo hiciéramos nos autodestruiríamos. En ciertas condiciones, como las provocadas por la ausencia de la armadura vital y los sentimientos que os e mencionado, el cuerpo remueve de manera inconciente esas limitaciones, permitiendo el flujo de todas tus reservas de mana y que todas las fibras musculares se activen de súbito, generando una nueva armadura espiritual, varias veces mas fuerte, pero mucho mas inestable, también te permite un flujo de mana muchas veces mas alto. Esa energía mezclada y sin control te hace más rápido y más poderoso, lo que te permite realizar ataques raros, que requieren de mucha energía–


    – Generalmente, en cada especialización –continuó Quistis, mientras los enfermeros recogían el cuerpo de Nida y le ponían suero –se les enseña los fundamentos de varias técnicas para ser usadas con esa energía. Casi nadie logra ejecutar esas técnicas en una batalla real debido casi siempre al miedo y a la inexperiencia, pero los que lo logran, pueden salir de situaciones muy peligrosas–


    Silver no se encontraba muy bien, su pierna estaba, por decirlo mínimo, destrozada, una tremenda cortadura le atravesaba el muslo, a demás que en su perímetro estaba completamente quemada, todo su cuerpo estaba cubierto por rasguños ardientes, provocados por la energía liberada en la segunda fase del ataque. A demás, tenía dos costillas rotas y un brazo fracturado.


    –Si fuera un combate real –se dijo a sí mismo –en un lugar apartado, sin primeros auxilios, yo estaría perdido. Me hubiera convertido en un lastre para la misión. ¡Maldición! –


    ––Pensaste que el te estaba subestimando –repuso Reino, que estaba a unos pasos de distancia –pero en realidad fuiste tu quien lo subestimaste a él –


    ––¿Como iba a saber que el idiota me odiara lo suficiente para desencadenar el Limit break? –repuso Silver con un tono enojado


    En batalla debes estar atento a lo inesperado –repuso Reino – he visto niños campesinos que han destrozados a cuatro o cinco soldados cuando están poseídos por la energía del Limit Break –pero en ese momento Reino sonrió


    –Pero, llegar al limit Break y ejecutar una técnica no te hacen absoluto o invencible. Con la suficiente destreza y habilidad, puedes dominar a esos “berserks” sin necesidad de terminar desecho. Tal vez, el maestro podrá enseñarte eso, por ahora descansa y habla con tu hermana, que por lo que se ve, está bastante preocupada–


    Sin embargo, en ese momento, Silver sintió como una sombra negra cubría su vista, y como si fuera un tunel oscuro, la imagen se fue alejando, hasta que todo fueron tinieblas.






















    4
    MAESTRO Y APRENDIZ


    –Algunos hombres lograron comunicarse con ellos y hacer un pacto de cooperación, pues los grandes espíritus preferían vivir en las mentes y corazones de los hombres a permanecer en el olvido encerrados por toda la eternidad –dijo Steiner a los dos jovenzuelos que estaban en frente de el.


    Los niños tendrían unos 10 años de edad. Eran los herederos de la rama principal de la familia Leone. Su abuelo, Publio Cornelio, le había pedido el favor de que se encargara de la educación del par de hermanos, sobre todo del chico


    –¡Ahora lo puedes repetir jovencita? –Ada se levantó y le sacó la lengua a Steiner, y salió corriendo tan rápido como le daban sus delgadas piernas.


    –Discúlpela maestro –repuso el chico –desde la partida del abuelo se ha comportado así –


    – En esta vida no siempre se obtiene lo que se desea joven Silver –repuso Steiner mientras se sentaba para tomar un poco de aire –apropósito, como te ha ido con los ejercicios que te puse –Silver giró hacia Steiner observándole detenidamente.


    Silver jamás se cansaba de examinar aquel rostro que parecía imposible. Steiner había sido el mas grande héroe de la guerra contra el reino de Renia en la frontera occidental comandando al legendario batallón Pluto. Sin embargo esto no lo sabían ni Silver ni Ada. La marca mas distintiva del rostro de Steiner era su desproporcionada barbilla, que prácticamente constituía de un tercio a un cuarto del rostro, la piel se estiraba tanto que brillaba, como si fuera una cabeza rasurada.


    Según cuentan los del batallón Pluto, una vez le seccionaron parte de la mandíbula. La cual se unió al rostro con un pedazo de cuerda para seguir combatiendo. Nadie sabe como, el hecho es que le reemplazaron la mandíbula, por una hecha de acero. Por lo que se ganó el apodo del comandante mandíbula de acero, o simplemente comandante “mandíbula”. Este hecho, también hacia que su boca fuera desproporcionadamente grande y apenas podía hacer unas cuantas expresiones. Sus ojos, negros como el azabache eran apenas unos puntillos pequeñitos que siempre estaban fijos, como si no fuera capaz de mover los globos oculares enmarcados con tres estúpidas pestañas que salían del borde externos de los parpados.


    Su nariz era bastante pequeña y recta. Sus orejas, también eran bastante grandes lo que le permitía escuchar bastante bien a pesar de que cuando vestía su armadura se ajustaba exageradamente la caperuza de cota de mallas. Su cabello era rubio castaño de un lacio casi perfecto. Básicamente, el rostro de Steiner era como una mascara y solo tenia dos opciones, o cómico (sonriente) o trágico (furioso), le costaba mantenerlo neutral, por lo que había terminado por mantener una de las dos expresiones durante largos períodos dependiendo de que llevara puesto.


    Generalmente cuando llevaba puesta la toga del ciudadano de primera clase o cuando vestía algún otro ropaje civil, su rostro se ajustaba a la expresión cómica, pero cuando vestía las armas su rostro se ajustaba a la expresión trágica. De cualquier modo, la vista de aquel rostro era algo inquietante, parecía un demente o un estúpido, pero en realidad era un gran genio, tanto en el manejo de las armas, como en el mando y la organización de grandes ejércitos.


    El cuerpo de Steiner era igualmente extraño, era bastante alto, pero la amplitud se los hombros y el tórax lo hacían ver mas bajo y un tanto obeso. Sus manos eran enormes y estaban cubiertas por escoriaciones y cicatrices. De hecho el cuerpo completo de Steiner estaba marcado con cicatrices semejantes hasta el cuello. Por eso, las togas que usaba siempre eran de mangas más largas a diferencia del resto y también tenían un cuello mas alto, que le cubrían parte del mentón “también para ocultar un poco su desproporcionada mandíbula”. Silver sonrió con orgullo.


    –Si maestro ya he dominado los ejercicios que me puso –


    –Excelente –repuso Steiner levantándose –veo que estás ansioso por proseguir–


    –Si maestro –repuso Silver –al principio me costaba trabajo, pero ya he comenzado a dominar el peso de ese gran sable–


    –Bien, permíteme ponerme algo mas practico –dijo Stenier –dile a Biggs y a Wedge que traigan algunos “partisanos”, deseo enseñarte algunos trucos con la lanza–


    –¿Lanza? – preguntó Silver –¿para qué entrenar con lanzas?, el libro del abuelo dice que el mejor camino para hacerse fuerte es especializándose en un tipo de armas especifico y entrenando al maximo–


    – No estoy de acuerdo con el emperador –repuso Stenier –ese fue el error del general Kefka durante la guerra contra los Renitas hace unos cuantos años. Escucha, los principios de la batalla son los mismos, ya sean combates uno contra uno o de grandes ejércitos. Movilidad, distracción, sorpresa, enfoque de fuerzas; si todo eso es importante, pero también se debe tomar en cuenta el equilibrio de las armas y habilidades –


    –¿Equilibrio de las armas y habilidades, que significa eso? –preguntó Silver.


    –Despierta, despierta chico –repuso la doctora Kadowaky, mientras le abría los parpados y los observaba con una linternilla de mano. Silver reaccionó, y se levantó de la cama o por lo menos eso intentó, cuando un tremendo espasmo y un crujido en su costilla lo sembraron nuevamente en la cama.


    –Cálmate –repuso la doctora sonriendo –recibiste de lleno un ataque especial, me sorprende que estés vivo, completo e incluso con heridas que podríamos calificar como menores. Eres bastante resistente a pesar de ser tan flacucho –


    –¿Donde, digo, que sucedió? –preguntó Silver un tanto desorientado y con un poco de dolor de cabeza.


    –Le diste su merecido a ese prepotente de Nida y el te devolvió el favor –repuso Vargas con voz estentórea


    –¡Deja de hablar de esa forma! –repuso Ada furibunda –¿que no vez que aun le duele la cabeza? ¡perdió bastante sangre por esa herida en la pierna! –


    –Cálmate hermanita –repuso Silver con su típica expresión sonriente y despistada –no ha sido nada –


    –¡¿NO HA SIDO NADA?! –gritó Ada fuera de si –pero si casi te matan, ¿es que eres un tonto? o solo un retrasado, ¡mira que meterse con los mejores guerreros sin gemas ni nada! Solo ese pedazo de metal al que tu llamas sable –


    –Ahora quien está gritando –repuso Vargas para sí en voz baja. Sin embargo, las ondas sonoras llegaron hasta los sensibles oídos de la joven Ada


    –¿Acaso escuché algo? –dijo Ada aproximándose a el y mirándole fijamente a los ojos con expresión desafiante, mientras Vargas, un sujeto mas alto y por lo menos el doble de pesado levantaba las manos y pedía perdón con expresión nerviosa


    –No, nada, nada, nada de nada, ja ja ja –dijo Vargas ya casi contra la pared.


    –Bueno ya vasta –repuso la doctora –el señor Leone estará listo en dos días –


    –Entonces perdí –repuso Silver con un tono de amargura. Ada perdió por completo el ímpetu en ese momento.


    –En realidad no –repuso Vargas –pasaste, entrenaras con el gran Albert Steiner Almasy. Si que eres un suertudo –


    –No es gracioso –repuso Ada –¿a caso crees que te tratará igual que cuando éramos chicos? Cuando nos enseño hace cinco años, solo nos mostró su mascara cómica, un hombre amable, de fácil risa y con un buen sentido del humor. Tolerante y paciente –


    –Yo he escuchado de su lado “trágico” –repuso Vargas –dicen que es extremadamente frio, calculador y disciplinario. Los soldados del batallón Pluto son increíblemente poderosos, pero muchos han muerto por tratar de completar su entrenamiento especial –


    –Hermano, ¿acaso deseas morir? –preguntó Ada


    –No es para tanto –repuso Silver mirando hacia la ventana. Se encontraban en el noveno nivel de la torre de los alquimistas, en la sección de enfermería –yo ya he visto su rostro trágico (...)– En eso un relámpago iluminó el cuarto.


    – En todo caso, me gustaría saber que tal está Nida –continuó Silver intentando cambiar el tema –en la batalla vi que uso una exagerada cantidad de magias y que se demoraba y esforzaba mucho cargando –


    –Nida aun se encuentra en cuidados intensivos, pero está estable –repuso la doctora –su sistema nervioso no colapsará, pero no retomará absoluto control en sus movimientos en algunas semanas o meses –


    –¿Tendrá que ir en silla de ruedas todo ese rato? Ja ja ja –dijo Vargas


    –Tendrá que permanecer en cama por lo menos la mitad de ese rato, alimentado vía intravenosa –repuso la doctora –no podrá controlar ni el movimiento de sus parpados! –


    –Pobre –dijo Ada, llevándose las manos al pecho, recordando, lo que había sucedido en varias ocasiones a jóvenes aprendices de magia, que se extralimitaban, perdían el control y no obedecían las advertencias de los maestros.


    –Bah, el se lo buscó –repuso Vargas –bueno, yo me retiro, hasta luego “carilindo” – Silver hizo malacara, al escuchar su sobrenombre, mientras Vargas salía a toda prisa.


    –¿Cuando viste su rostro trágico? –preguntó Ada unos minutos después de que la doctora también abandonara el recinto.


    –En una ocasión, cuando me enseño a usar el LIMIT BREAK hace cinco años –repuso Silver, que continuaba mirando la imponente vista de la gran ventana. La vista daba hacia el occidente, por lo que podía ver los grandes bloques de la academia, los muros y las grandes construcciones externas, así como las casas de los comerciantes y artesanos, y mas allá los grandes campos de la extensa sabana


    –¿Y? –continuó Ada llena de interés


    .– No quiero hablar de ello –repuso Silver con una actitud fría.


    Ada no continuó forzando el asunto, pero tampoco se resintió, simplemente continuaron hablando de otras cosas durante el resto de esa noche.




    Un hombre se aproximaba a la fuente del “caballero y la doncella”, cubierto por una coraza solida de un metal especial, sombre una cota de mallas muy ajustada. Su casco parecía un sombrero, pero estaba hecho de metal, era de forma un tanto cónica y salía una pluma blanca de uno de sus costados. De la espalda, colgaba una gran espada de hoja bastante ancha. Sus brazos, estaban cubiertos por un par de guanteletes metálicos con articulaciones a la altura de los codos, las muñecas y las manos. Los flancos de las piernas estaban cubiertos por un par de extensiones de placas y debajo unos faldones de tejido de malla. Más abajo podían vislumbrarse un par de pantalones cortos arremangados a la altura de las rodillas. Calzaba un par de botines de cuero blanco con protecciones de placas metálicas en el empeine de los pies.


    Observó un instante, el par de imágenes, y luego giró hacia la torre de los alquimistas.


    –Cornelio, espero que tu chico siga teniendo esa extraña voluntad –dijo el hombre –de lo contrario, creo que, terminaré lo que comencé ese día. Convirtiéndome en el asesino de tu tercer “nieto” –


    Entonces el hombre levantó el rostro, revelando su identidad, era Steiner, el gran general del batallón Pluto. Su expresión era sonriente, una de las únicas ocasiones en que su rostro adquiría esa conformación vistiendo su armadura. En eso, se le vinieron a la mente, lo que había sucedido hacia 5 años.


    Silver empuñaba su pequeño sable con furia, mientras Stenier que vestía apenas unos pantalones cortos, lo obligaba a llegar al límite. Silver podía ver cada capa de cicatrices del torso del general, proyectiles, puntas de flecha, espadas, estoques, puñaladas, hojas de lanza, cada una tenia su huella en esa apergaminada piel.


    Sin embargo, no parecía tener miedo. La situación comenzaba a tomar tintes extraños. El rostro de Stenier había cambiado, ya no era el jovial anciano que le enseñara sobre historia. Su rostro parecía lleno de ira, como si fuera una estatua. Cada ataque con el que Steniner le había respondido, se hacia cada vez mas y mas fuerte, y ya comenzaba a herirle en serio.


    Biggs y Wedge estaban preocupados, pero al mismo tiempo, estaban llenos de espanto, ya que ellos mismos habían hecho parte del batallón Pluto y sabían lo cruel y aterrador que el general podía llegar a ser. En eso, uno de los ataques de Stenier de veras penetró en la armadura vital de Silver y si no hubiera sido porque detuvo su avance con todas sus fuerzas, la hoja se hubiera incrustado en su pecho. Entonces Silver sintió algo que estrujaba su corazón. La armadura vital de Stenier, cual serpiente invisible, parecía envolverlo y asfixiarlo, parecía como si penetrara en su pecho estrujando su corazón.


    –KU KU KU, ¿el niño de mama tiene miedo? –preguntó Stenier con una expresión sarcástica y fría –KU KU KU, ya veo que no eres mas que un cobarde –


    Silver intentó levantarse, pero no podía, sus miembros estaban embotados, sentía tanto terror que de sus ojos brotaron lágrimas.


    –¡Patético! –repuso Steiner –mi gran amigo no merece tener a un perdedor como tú y a una desobediente como tu hermana de herederos. Creo que le haré un favor a la gloriosa familia Leone si los destruyo a ustedes aquí y ahora, antes de que destruyan ese gran nombre. Y creo que empezaré con tu hermana – Dicho esto, el aura de Silver comenzó a manifestarse.


    El sudor de su cuerpo se evaporó y un fuego azul verdoso le cubrió el cuerpo, como si fuera una llama crepitante. Entonces Silver se irguió nuevamente, su rostro reflejaba la gran cólera que le había poseído, tomó el sable con las dos manos y la colocó perpendicular a su cuerpo, señalando con la punta de esta hacia donde se encontraba Steniner.


    –¡L U M I N A R I A! –la hoja del sable comenzó a brillar con una luz azul verdosa, luego comenzó a quebrarse, con pequeñas grietas a lo largo y a lo ancho, luego la hoja explotó, liberando un rayo de energía muy poderoso que salió en dirección de Steiner.


    El general concentró su armadura vital en frente y a demás utilizó la hoja de su gran espada de escudo, recibiendo el rayo de frente. Al impactar, la fuerza arrastró a Steniner a unos veinte pasos. Lentamente, y como si fuera un chorro de agua a presión, el flujo de energía se desvió en el punto de contacto en un sin fin de líneas de luz que se dirigieron al bosque, explotando con la suficiente intensidad como para derribar arboles y causar grandes incendios en diferentes puntos. En eso Steiner saltó a los cielos, usando la habilidad “salto”.


    El rayo se detuvo, pero el ataque de Silver aun no había terminado. De lo que antes era una hoja metálica, ahora emergía una hoja espectral hecha de energía, empuñada por la joven mano de Silver. El chico, sin ni siquiera observar la posición de Steniner, señaló con la espectral punta a su maestro y esta se prolongó convirtiéndose nuevamente en un rayo de luz. El ataque esta vez atravesó la defensa de Steniner engulléndolo.


    –Excelente –dijo la voz de Steiner, que le hablaba a Silver al oído, habia evadido el ataque y de algun modo habia flanqueado al chico –pero es tiempo de que recuperes la conciencia, o de que la pierdas, da igual –


    Mientras decía aquello, Steiner levantó su espada y golpeó con el lado plano la cabeza de Silver, el cual cayó inconsciente


    –¡AMO! ¡Joven amo! ¡Que ha hecho general! –dijeron el par de lanceros mientras se arrojaban envueltos en lagrimas hacia el cuerpo de Silver. Pero Steiner los detuvo con una sola mirada.


    –Tenia que forzar a su cuerpo y su mente –repuso Steniner, mientras levantaba y volteaba el cuerpo inerte de Silver luego colocando su mano derecha sobre el pecho del chico


    –Ahora, recupérate, algún día nos volveremos a ver, solo espero que domines equilibradamente el dominio de todas las habilidades posibles, de esa forma, por fin tendré a alguien para que lleve mi legado y el de tu abuelo. ¡CURAGA!. Dicho esto, un destello de luz blanca cubrió todo aquel campo. Parecía como si una blanca estrella del cielo hubiera descendido de las inmensidades del infinito, llenándolo todo de una gran claridad. La luz se mantuvo un rato, y poco después, se desato una intensa lluvia.


    –Llévenlo a su habitación –repuso Steiner –y díganle, que si no adquiere las suficientes habilidades para la próxima vez que nos veamos, ¡acabaré con el y con su hermana!, ¡¿han entendido par de gusanos?! –


    Biggs y Wedge se pusieron firmes, con los ojos llenos de lágrimas y con los miembros temblando por el terror


    –¡Señor! ¡Sí señor! –repusieron el par de lanceros al unísono


    Por estas cosas fue que abandonamos el batallón Pluto”






































    5
    EL MONSTRUOSO PODER DE STEINER Y EXCALIBUR




    Silver se encontraba caminado por uno de los pasillos. Vestía el uniforme de campaña, un saco de lana gruesa sin mangas, un pantalón de dril y unas botas de cuero con punta de acero. A su cintura, un correaje le ceñía la funda de su sable.


    Silver avanzó por el extenso pasillo del bloque central, donde le estaba esperando Ada bastante preocupada.


    –¿A donde vas? –preguntó Ada, sin mirar a los ojos a Silver.


    –Eso ya deberías saberlo –repuso Silver –hoy comienza el entrenamiento con el maestro Steiner–


    –¡No! –repuso con un tono de desesperación Ada –no puedes, no me puedes abandonar, ¿a caso no has escuchado lo que le a sucedido a todos los discípulos de ese demente?! –Silver se cruzó de manos y evadió la mirada inquisitiva de su hermana.


    –Acaso no sabes que los que han deseado obtener sus habilidades, han sido asesinados, lisiados o enloquecido? –repuso Ada aun mas angustiada.


    –Lo siento hermanita –repuso Silver poniendo su mano derecha en la cabeza de Ada y revolcándole el pelo como cuando eran niños –perdóname, pero, esta vez no podré cumplir con tu deseo –y con una sonrisa de oreja a oreja Silver se despidió.


    –Por cierto –dijo Silver, antes de salir del bloque –la doctora Kodowaki se encontrará presente en todas y cada una de las lecciones de instrucción, no te aflijas tanto, recuerda que tú tienes tus propias pruebas y debes practicar con el “legado familiar” –


    Silver avanzó, tomando el puente que comunica con la gran meseta. Desde allí, siguió hacia el sur, dando la leve curva hasta que se encontró con la gran fuente. Allí se encontraba Delita, vestido de igual forma, con la diferencia de que portaba su espada en la espalda junto con su escudo con una correa que le atravesaba de manera diagonal el torso. Se encontraba observando la estatua del caballero. Parecía como si tratara de leer los pensamientos de la estatua, de encontrar la fuerza del héroe que había inspirado su creación.


    –No sabia que eras admirador de Corazón de León –dijo Silver, con su típico tono de despreocupación, mismo tono que le caía a Delita pero que el taladro de un dentista


    –¿Podrías poner algo de seriedad en este asunto? –respondió Delita, mientras respiraba profundamente


    –Para eso ya tenemos al buen Delita –repuso Silver, mientras Delita se ponía rojo de la ira –pero, ya en serio, no sabia que te gustara tanto la literatura–


    – ¡Estúpido! –repuso Delita, mientras miraba de soslayo a Silver –¿cómo alguien tan ignorante puede pertenecer a la familia rival de la mía?–


    –Ya cálmate –repuso Silver esbozando una enorme sonrisa –no te pongas tan eufórico, solo era una broma. A demás, creo que deberíamos apurarnos, ya que la zona de entrenamiento aun se encuentra a unos treinta minutos a buen paso de aquí–


    –Yo, ¿acompañarte a ti? –dijo Delita, como si le propusieran limpiar un establo de unipladios –¡ni que estuviera loco! –


    – Bueno –respondió Silver encogiéndose de hombros –después no me culpes por haber llegado tarde. En eso, Silver salió corriendo por el amplio sendero que se abría hacia el oriente. Delita frunció el ceño, y tomándolo como un reto de ver quien llega primero a la zona de entrenamiento, también se puso a correr tan rápido como le dieron sus piernas.


    El sendero era relativamente plano durante unos cien metros, pero luego, justo adelante, se elevaban una serie de plataformas esculpidas en la montaña. Justo en frente de ellos, se encontraba un edificio de aulas, cuyo último piso se convertía en el primer nivel de la siguiente terraza de la montaña, se le llamaba bloque cero. Para llegar, se tenía que seguir por una ruta empedrada y bastante angosta, que discurría por la zona norte de la edificación. Delita casi se resbala, cuando sus botas comenzaron a hacer contacto, con las lisas rocas del empedrado.


    Ascendió rápidamente hasta que se halló en la gran terraza. Esta era un espacio muy amplio, utilizado principalmente para guardar carrozas y alimentar algunos unipladios, pertenecientes a visitantes que venían de paso, o para algunos maestros, que preferían venir a la academia desde sus villas que se encontraban mas allá de las fronteras occidentales del pequeño poblado. Si avanzabas hacia el sur, podías llegar a la torre de los alquimistas, ingresando por el cuarto nivel.


    Sin embargo, la ruta de Silver y Delita discurría mas hacia el oriente, escalando la pendiente. Pronto se encontraron con el gran muro oriental y la torre de vigilancia e inspección. Silver avanzó rápidamente, mientras el guardia distraído, no notó como este saltó la barra de detención para vehículos y siguió adelante. Delita realizó la misma hazaña, pero esta vez el guardia se dio cuenta. Dejaron al guardia gritando y alzando el puño.


    Delita siguió a Silver a través de un gran puente, que se elevaba sobre un gran foso natural. El puente conectaba con un caminillo de tierra que serpenteaba unos cuantos metros, hasta que se encontraron con un gran muro negro y una puerta que estaba abierta. En el dintel se hallaba una extraña gema negra que resplandecía con un brillo inquietante. En los flancos de la puerta se hallaban un par de guerreros dragontinos, vestidos con corazas de acero, grebas, y guanteletes, con amplias coderas y articulaciones. Cubiertos con unos yelmos que les tapaban casi la totalidad del rostro. Las lanzas se cruzaron impidiendo el acceso.


    –Conoces las reglas chico –repusieron en coro –ningún estudiante entra solo a la zona de entrenamiento. Allí a fuera se encuentra el bosque de Monte Cerrado, los monstruos que se encuentran allí, son reales–


    En eso, Delita llegó bañado en sudor, y jadeando por la falta de oxigeno, debido tanto al esfuerzo, como al hecho de que ha esa altura, el aire ya era bastante delgado. A demás, a esas horas de la mañana, era adicionalmente frío, por lo que cada vez que respiraba, sentía como mil dagas entraban a sus pulmones, causándole una sensación realmente incomoda.


    En eso observó a Silver. El muy desgraciado se encontraba como si nada, con su típica expresión. Sus brazos cruzados por detrás del cuello y su cara de estúpido trasnochado. Delita, realizando un esfuerzo supremo, se irguió, y controló su respiración al máximo. Por lo menos Silver también estaba algo sudoroso, así que si mantenía la compostura, no habría ninguna diferencia.


    –Este es mi compañero –repuso Silver al guerrero Dragontino, a lo que Delita intento refutar, pero las palabras no le salieron de la boca, debido a la falta de aire.


    –¿El maestro Steiner y la doctora Kodowaki se encuentran ya a fuera? –continuó Silver


    –Si –repuso uno de los guerreros dragontinos, mientras volvían a la posición de firmes, clavando una vez más sus lanzas en el suelo y permitiendo el acceso –llegaron desde la mañana, hace unas dos horas–


    – ¿Desde hace dos horas? Pero, según este horario, el entrenamiento, comenzaría hasta dentro de diez minutos –repuso Delita un poco indagando, pero con una voz aun débil.


    –Se dice que el maestro Steiner le gusta todo siempre con anticipación, y aquí entre nosotros, escuché que en una ocasión degolló a un aprendiz por no llegar a tiempo a una práctica. Les recomiendo que se cuiden chicos– repuso el que parecía más veterano del par de dragontinos.


    –Bah, son solo cuentos de viejas para ahuyentar a los cobardes y a los pusilánimes del poder –dijo Delita, avanzando a través del arco. Silver le siguió tranquilamente, mientras los lanceros los saludaban como a un par de veteranos de guerra que parten en búsqueda de una misión suicida.


    –Han llegado a tiempo, eso me gusta –dijo Stenier, con su expresión trágica. Su mirada vidriosa y fija, era realmente inquietante para Delita, que sintió como la atmosfera se iba tornando cada vez más, mas y mas pesada.


    –Es hora de la primera evacuación –repuso Stenier.


    – ¿Primera evaluación? –repuso Delita, enfurecido –¡pero si ni siquiera nos ha enseñado nada! –Steiner lo retuvo con su mirada vítrea.


    –Necesito saber si tienen lo que se necesita, para ejecutar lo que he venido ha enseñarles –dijo Steiner –¿alguna vez han escuchado hablar del RENZOKUKEN? –


    –Ja ja ja ja no me lo puedo creer –repuso Delita –¡eso no es mas que un cuento de niños! –


    –¡A callar! –repuso Steniner –¿lo han escuchado, si o no? ––


    ––RENZOKUKEN –repuso Silver, con una actitud anormalmente seria –dicen que es un estilo de esgrima definitivo. Tu velocidad se incrementa tanto, que puedes atacar con impactos “críticos” repetidas veces a un enemigo, sin que este pueda siquiera adquirir una posición defensiva, a demás, se dice que existen movimientos secretos cuyos poderes llegan más allá de la imaginación–


    –En efecto –repuso Steiner –RENZOKUKEN es el estilo de esgrima definitivo, pero no es una ilusión, o una ficción literaria. Mis maestros, antes que yo, dominaron los secretos de esta técnica de esgrima, y ahora es tiempo para que una nueva generación domine esos secretos–


    Delita estaba notoriamente emocionado, pero no dijo nada mas, simplemente miró su mano derecha y la empuñó, esperando convertirse en el máximo exponente de este arte.


    –Un momento –repuso Silver –usted ya escogió hace años a un aprendiz para ese estilo, ¿o me equivoco? –Delita observó a Silver, sorprendiéndose con su mirada fija sobre Steiner, una expresión en verdad rara para el.


    – Eres inteligente –repuso Stenier –pero no debería sorprenderme, después de todo, tu mente a diferencia de tu cuerpo, siempre ha sido rápida. Estas en lo cierto–


    –Y asumo que ese aprendiz original es Reino Yazoo –repuso Silver


    –En realidad no –respondió Steniner –el joven Yazoo es mi segundo estudiante. El primero murió hace años, en una misión, por suerte entrené a dos jóvenes talentosos y quedó uno vivo –


    –Asumo que nosotros no poseemos un talento tan natural, como el de Reino o el de su primer aprendiz –prosiguió Silver –de lo contrario, se hubiera presentado a nosotros, en lugar de ser elegidos por un torneo–


    –Estas en lo cierto –repuso Steiner–¿Entonces por que nos va a enseñar el Renzokuken ahora? –preguntó Delita un tanto molesto.


    –El emperador a emitido una orden directa –repuso Stenier –debo entrenar a una tropa especial, para hacer frente a una amenaza potencial que ha emergido recientemente mas allá del mar oriental.


    –¿Y cual esa amenaza? –preguntó Delita–No puedo hablaros de eso, por lo menos no por ahora –dijo Steiner.


    –De que se trata la prueba –preguntó Silver, volviendo a poner la cara de bobo y su sonrisa de oreja a oreja. Steiner levantó la mano hasta la altura del rostro, con el índice extendido.


    – Un ataque –dijo Steiner –tienen solo un ataque. Deberán atacarme con un solo golpe, un golpe especial. Deberán atacarme con un Limit Break. Si fallan, los golpearé, hasta que mueran, o logren desencadenarlo.


    –¿Para que es eso? –repuso Delita


    –¡A callar! –gritó Steiner como un león –muchas personas jamás logran desencadenar la energía de Limit Break porque son demasiado cobardes. Demuéstrenme su valor, demuéstrenme que son lo suficientemente valiosos como para vivir en frente de mis ojos, enséñenme que son lo suficientemente valiosos para recibir las enseñanzas de mis predecesores–


    Silver avanzó de primero desenfundado su sable.


    –Usted ya observó en una ocasión lo que puedo hacer, ¿no es así? – dijoSilver


    –Es cierto –repuso Steniner un tanto pensativo –creo que puedo apro…–


    –¡Alto! –repuso Silver poniéndose serio –aun deseo mostrarle lo que he aprendido–


    –Pareces confiado chico –repuso Steniner –veamos que tienes–


    Silver clavó la espada al suelo y junto sus manos como si fuera a orar. En eso, sus músculos se tensaron tremendamente, tanto así, que podían verse los ligamentos de estos, y las venas, incluso podía llegar a verse el flujo sanguíneo. Poco a poco, su aura comenzó a manifestarse, primero ténuemente, pero luego con más fuerzas, hasta que fue una llama verde azul verdosa que cubría su cuerpo.


    Silver tomo su sable, cuya cuchilla adquirió un brillo verde azulado y lanzo un abanicazo liberando una onda de energía del sable, la cual se dirigió hacia Steiner. El guerrero miró fijamente la hoja de energía en forma de media luna que avanzaba hacia su posición con sus ojos vidriosos. Rápidamente desenfundó su gran espada y destrozó con gran facilidad aquella onda de energía.


    –El poder de Excalibur es impresionante –dijo Silver –pero, ¡esto aun no ha terminado! – Los músculos de Silver volvieron a tensarse, y la llama volvió a envolver su cuerpo, esta vez mas débil. La hoja del sable demoró esta vez mas tiempo en adquirir el brillo verde azul, pero en esta ocasión Silver lanzó mas abanicazos, de los cuales emergieron cinco ondas de energía con forma de media luna.


    –Inútil –repuso Steniner, mientras destrozaba una tras otra las ondas de energía, con su gran espada. Silver estaba agotado, la llama se disipo rápidamente, mientras lo que dejaba aquél ataque no era más que un terrible dolor de músculos, con una sensación como si cada fibra le ardiera en llamas.


    –Eso no es un LIMIT BREAK –repuso Steiner –has utilizado una habilidad de los monjes, llamada chacra secundario, para remover parcialmente los limitadores mentales para fortalecer tus técnicas de sable. Te permite usar parcialmente la energía de Limit Break, pero en todo, no es tan potente como uno verdadero. Y el pero, es que los efectos colaterales, si son bastante parecidos a uno verdadero. Has perdido todas tus reservas de mana, así como tu armadura vital, ¿o me equivoco? –


    Silver estaba lleno de cólera, por su incapacidad ante Steiner, quien lo había dejado como si fuera un niño, que cree haber descubierto algo nuevo y revolucionario.


    –No te aflijas tanto chico –repuso Steiner –aunque debería reprobarte por tu falso ataque, tienes talento, y una gran destreza para mesclar habilidades, y un instinto único. Apruebas, sin embargo, deberás sellar para siempre la habilidad del chacra secundario, en una batalla real es inútil–


    Ahora era el turno de Delita. Delita observó directamente a Steiner hacia sus ojos vidriosos, sacó su espada, y se la clavó en un costado. La doctora Kdowakii y Silver lanzaron un grito de aspanto, mientras observaban al sonriente Delita sacar su espada ocasionando una grave hemorragia. Una llama comenzó a emerger de su cuerpo, roja como las llamaradas del infierno, y tan intensa, que en ocasiones ocultaba al cuerpo de Delita por completo.


    –¿Quieres un Limit Break? –dijo Delita –¡pues trágate este! –


    Varios Delita aparecieron a una distancia igual formando un círculo alrededor de Steiner. Luego, el cuerpo rodeado de llamas desapareció y los cuerpos nuevos, comenzaron a brillar con esa llama roja.


    Aleatoriamente, comenzaron atacar desde todas direcciones con gran poderío.


    –A esto es a lo que me refería –dijo Steiner, empuñando su espada, y con una destreza casi inconcebible, respondió y evadió todos y cada uno de los ataques de Delita, parando a uno de lo cuerpos en seco “que resultó ser el verdadero” con el lado plano de la espada, luego, girando rápidamente para golpearlo en la espalda y elevarlo en el cielo, y al caer, golpeando al cuerpo de Delita, como un bateador a una pelota de béisbol. El cuerpo de Delita salió disparado contra una roca, que se partió con el impacto.


    –Buena armadura vital– dijo Steiner


    La doctora Kodowaki salió corriendo, para ver si el cuerpo de Delita aun estaba completo o reconocible, pero se detuvo, al observar que el muchacho se había levantado, mientras la llama roja que envolvía su cuerpo, se consumía y debilitaba poco a poco. La sangre manaba si control de su costado, hasta que finalmente cayó desmallado.

    –Es un monstruo –dijo la doctora, mientras examinaba a Delita, y utilizaba sus más poderosas habilidades para recuperar el cuerpo de Delita, antes de que este muriera.
     
  6.  
    joseleg

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    Guerra


    – ¡Maldición!, ¡maldición! Y mil veces, ¡maldición! –gritaba Delita, mientras avanzaban lentamente a través de la espesa jungla, seguido por Silver.

    – ¿Podrías gritar más duro? –repuso Silver –¡es probable que los monstruos no te hayan escuchado aun!–

    – ¿Es que a caso tienes miedo? –respondió Delita, mientras utilizaba un machete para abrirse paso.

    –Y quien es el que habla –respondió Silver – ¿la ultima vez que vimos ese desgraciado Rexaur quien fue el que salió corriendo dejándome solo?–

    – ¿Acaso crees que estoy loco como para enfrentarme a esa cosa? – respondió Delita con amargura –aunque traspasáramos su armadura vital, las escamas son muy duras para nuestras armas –

    Entonces encontraron un claro, el cual se extendía kilómetros y kilómetros hacia el oriente. Allí el par de guerreros buscaron un par de troncos en los cuales sentarse a descansar. Delita sacó de su alforja, una pequeña cantimplora de metal, que estaba llena de gua de manantial, y unas cuantas frutas que habían encontrado hacia unas horas.

    –Toma –repuso Silver extendiéndole un pedazo de carne seca, que les habían entregado como dotación.


    –Por favor –repuso Delita con desprecio –no soy tan débil como esos campesinos que acostumbras comprar con migas de pan. No te estoy suplicando comida –Silver suspiró un instante, y luego se comió el pedazo de carne con gran presteza. Después de la merienda, Silver, bebió un poco de agua de su propia cantimplora, y observó aquel atardecer, preguntándose por la suerte de su hermana.




    Ada se encontraba sentada en la colinilla detrás de la torre de los alquimistas, abrazando una larga lanza de fresno de unos dos metros de largo, en una de las puntas de la vara, habían incrustado una hoja doble de acero, y en el otro lado la vara se resquebrajaba, formando una especie de mano con los leños, entre los cuales, había un gran diamante excelentemente pulido, era una arma doble, servia como cetro magico y como lanza.


    Sus ojos revelaban una gran tristeza. Ada sentía un gran vacío en su pecho, una sensación que la llenaba de sufrimiento y terror, se sentía confusa sin una razón aparente.


    –Así que aquí estas –dijo una voz femenina que venia desde la sima de la colinilla. Ada tardó un instante en reaccionar, luego se restregó sus grandes ojos verdes y observó de quien se trataba. Sin embargo, a la luz de la tarde, el rostro de aquella persona estuvo velado un momento debido a la luz del sol.


    –Maestra Quistis, ¿que hace usted aquí? –preguntó Ada con los ojos aun rojos.


    –¿Pero que dices? – respondió Quistis sentándose a su lado –yo seré tu compañera de equipo, junto con Reino del escuadrón de sables–

    –Entonces, ¿no se trata de una practica? –preguntó Ada llena de expectación.

    –No –repuso Quistis –el imperio Latino al mando del duque de Limblumb ha incursionado en los llanos orientales con un gran ejercito. El emperador ha convocado a la mitad de la flota. Será una gran batalla –


    –Ya veo –repuso Ada con algo de tristeza –yo, yo seré el arma decisiva, ¿no es así? –

    Quistis no pudo sostener la mirada de Ada. Después de todo aun era una doncella y por más fuerte que intentara parecer, aun poseía un corazón puro, libre de odio.

    –Es el destino de tu familia –repuso Quistis –piénsalo de esta forma, aunque tu no estuvieras en el campo, de todas maneras esos hombres morirían, ese es su destino, el destino de todo soldado. Pero, si tú estás hay, evitarás la muerte innecesaria de muchos de nuestros soldados–

    –Salvar vidas por la destrucción de otras, ¿es lo que quieres decir? –repuso Ada con un tono de amargura –no, no sé, una cosa es enfrentar a un guerrero capaz de defenderse “otra muy distinta asesinar en masa” (…). En todo caso tienes razón, soy una Leone y debo cumplir con las obligaciones que me ha encomendado el destino–

    Ada se levanto y observó su cetro, luego giró hacia Quistis y le hizo una señal de asentimiento. Entonces, ambas se levantaron y siguieron el camino hacia el castillo de Marte, lugar donde se estaban congregando los equipos que tomarían parte en la batalla.



    Al ver Ada la gran fragata de batalla que se encontraba estacionada en el puerto del castillo, no pudo dejar de pensar en su hermano. Había sido enviado a un bosque oscuro, mas allá de la frontera, para llevar a cabo un entrenamiento especial con el maestro Steiner. Las criaturas que rondaban aquellos bosques no eran como los monstruos normales que se encuentran los caminantes de pueblo en pueblo. Eran criaturas aterradoras llenas de poder y sed de sangre.

    –¿No te parece impresionante superiora Leone? –dijo Nida mientras avanzaba hacia la nave –es la nueva fragata de la academia–

    Ada volvió en si, y observó la nave que estaba en frente. Era un barco volador, su estructura recordaba a una galera, pero había grandes diferencias, en la parte de popa la nave se hacia un tanto rechoncha, sobre esa base, se proyectaba una torre, un primer segmento en albañilería de madera y refuerzos de metal, con un gran ventanal que abarcaba dos niveles en todo el ángulo posterior y a los lados dos niveles, en el superior con tres ventanales a cada lado y el inferior con cuatro ventanales. Hacia el interior de esa bóveda se elevaba la torre, una estructura de metal bastante grueso, donde se ubicaba el puente de mando de la nave.


    La torre era coronada por un cristal muy grande, que se alimentaba gracias al sol y proporcionaba la energía para alimentar el mecanismo antigravitacional primario de la nave. A los lados y por la parte inferior de la popa había dos proyecciones del casco hechas todas en metal, en cada una de esas proyecciones se ubicaban los calderos que accionaban las turbinas de la nave, las cuales le daban movimiento. Esas proyecciones estaban divididas en cuatro segmentos, los cuales poseían una gran cantidad de canales de ventilación. En la parte inferior del cuarto segmento, se ubicaban dos placas de metal muy grueso que podían proyectarse unos metros hacia abajo y servían como tren de aterrizaje.


    La parte central de la nave estaba hecha de madera y algunos refuerzos en el marco con metal, estaba dividida en cuatro niveles, en el nivel mas bajo, se ubicaba el polvorín, allí se almacenaban las armas de fuego y la munición para rifles, pistolas y cañones. Los siguientes dos niveles servían como bodegas de carga o como camarotes para el transporte de tropas, en estos niveles se ubicaban también los cañones, en el segundo nivel se ubicaban nueve cañones a cada lado que disparaban proyectiles de 5 Kg y que poseían un alcance de unos 150 metros, el tercer nivel poseía seis cañones a cada lado con cañones del mismo calibre. Las troneras permanecían cerradas cuando no se usaban por ventanales de metal. El cuarto nivel a diferencia del de los barcos estaba cubierto por un tejado de escamas metálicas. Allí se ubicaban los camarotes de los operarios y también quedaba espacio libre para bodega o para el transporte de tropas.


    La proa del barco se encorvaba como una uña muy larga generando una punta cubierta por un espolón de bronce muy afilado. Arriba del espolón había una tronera más grande, en la cual se ubicaba el arma principal de la nave un cañón mediano que lanzaba proyectiles de 20 kg con un alcance de 250 metros. A los flacos de donde se posicionaba la bóveda del cañón principal, había otras dos proyecciones del casco, mas pequeñas que almacenaban otros dos motores mas ligeros que se alimentaban por agua de la oscuridad y servian para hacer mover las helices.

    –No me parece lo mas impresionante de este mundo –dijo Ada, sin volver la mirada a Nida –para mi no es mas que una fragata común y corriente–

    –No no no –repuso Nida con los ojos cerrados –durante el tiempo que estuve en recuperación, me dediqué completamente al desarrollo con los de ingeniería. Y puedo decirte que esta nave es superior–

    –¿Ya empezaste a soltar secretos militares Nida? –repuso Quistis, que ahora venia vestida con la indumentaria de campaña. Un saco sin hombros que llegaba hasta el cuello, un par de hombreras, un pantalón de dril amplio con bolsillos a ambos lados y unas botas de cuero y caucho impermeables. A su cintura, colgaba un gran látigo de piel de Molbol de un brillante color verde oliva.

    –Maestra Trepe, que gusto es tenerla en esta misión –repuso Nida haciendo una reverencia

    –No te preocupes –repuso Quistis –la señorita Leone es nuestro verdadero secreto militar, si quieres alardea de lo que tus ingenieros han realizado–

    –Bien –repuso Nida con gran alegría –las fragatas normales, son barcos voladores bastante ligeros, su coraza no pesa mucho y solo se ubica en las bodegas de maquinas en la popa, pero, nosotros hemos perfeccionado una nueva aleación que llamamos “diamantino” es bastante costoso, debido a que algunos aditamentos de la mezcla son bastante raros de conseguir. Pero hemos conseguido que la coraza de la nave, resista tanto como la de un acorazado ligero, incluso, pudimos proyectar placas por detrás de los tablones para proteger a los cañoneros. También hemos modificado el motor de vapor A-09 haciendo mas eficiente y potente la maquina; de hecho un profesor ya envió la patente a Vector para darle una nueva denominación a este motor. Solo comparen, las fragatas normales poseen una autonomía de 528 kilómetros, esta puede navegar con la misma cantidad de carbón por 700 Km, en cuanto a velocidad, las fragatas normales apenas si llegan a 150 Km/hora, la nuestra alcanza fácilmente los 200 sin recalentamiento de la maquina. A demás, los alquimistas de la academia, han desarrollado una nueva mezcla para la cristalización de gemas antigravedad, las fragatas solo se elevan a unos 300 metros del suelo, la nuestra puede alcanzar los 450 metros, a demás, podemos cargar una carga el doble de pesada. “Si, somos los mejores muajajajaja” –

    –Como digas –repuso Ada llena de hastío por aquella información sin utilidad, “por lo menos para ella”, siguiendo de largo sin prestar más atención al raro Nida


    – “¿Ya era así?, o la derrota contra mi hermano lo dejo desquiciado” –Pensó Ada, mientras caminaba por el puente de embarque.

    –Nida –repuso Quistis, antes de poner pié en el puente de embarque – ¿ya le han puesto nombre? recuerda que no es buen augurio estrenar una nave, sin que esta reciba un nombre–

    –Si maestra Quistis –repuso Nida poniéndose firmes –ha recibido el nombre de la hermana del emperador Hilda, a demás, este nuevo modelo de fragata también recibirá el mismo nombre. El nombre es fragata de batalla es Fragata tipo Hildegarde ABF-101 Hilda.

    –Ya veo –repuso Quistis con una sonrisa, en ese momento las alarmas dieron el aviso de que el Hilda partiría en un cuarto de hora, por lo que los operarios y soldados empezaron a moverse mas a prisa.

    Ada ingresó en un camarote especial para oficiales, en el castillo de popa, mientras observaba por la ventanilla, como las personas se movían de un lugar a otro como hormigas. Cada uno siguiendo las tareas que les habían encomendado, buscando una forma de cumplir sus sueños, de cumplir con el deber que el destino les había encomendado. Pensaba en que, los enemigos a los que tendría que enfrentarse se verían así, como hormigas, moviéndose al unísono, y que en ese momento, como un niño rabioso que ha sido picado, ella tendría que aplastarlas inmisericordemente. Esa sensación le estrujaba el pecho, y le impedía respirar adecuadamente. Solo la compañía a de Quistis parecía tranquilizarla un poco.

    El Hilda ascendió a través de la zona menos empinada de la montaña, hasta que estuvo a unos 200 metros por en cima de la gran fortaleza de Monte Cerrado.


    Era esta una enorme construcción, sendos mutros de unos diez metros de ancho, con amplias troneras, en las cueles se posicionaban poderosos cañones de 100Kg con alcance de al menos dos kilómetros. Había algunos que podían liberar “bombas” horribles monstruos creados a partir de la energía vital de monstruos muertos por tortura y gemas de topacio.


    Sin embargo, había un uso ciertamente mas practico de la fortaleza de Monte Cerrado y que la hacia mas eficiente que sus contrapartes en el este o el sur, y era que servia como puerto aéreo, cerca de cien puertos para navíos de tamaño pequeño y liviano, y veintitrés puertos para naves pesadas, constituían el límite máximo del mayor puerto aéreo de todas las provincias imperiales. La flota del general Cornelio se hallaba ahora reuniéndose a fuera del gran puerto. Estaba constituida por 100 fragatas tipo Arado VTF-009; 20 acorazados tipo Heinkel VTA-002; y 2 cruceros tipo Avro VTC-001. En total, la flota transportaba un total de 17000 unidades, de los cuales 9820 eran soldados.

    Los doscruceros, eran las naves personales de los generales que comandarían esta campaña defensiva. Publio Cornelio Leone comandaba el Corazón de León, mientras Doma Kefka Palazzo comandaba el Terra II, los cos clase Avro eran naves gigantescas en comparación con las minusculas fragatas y acorazados y sus formas eran diferentes, mientras que los primeros parecian barcos, este parecia una especie de tubo grueso en la popa y angosto en la popa hecho completamente de petal, como armamento llevaba casi 100 cañones entre ligeros, medianos, pesados y de largo alcance.

    Ambos generales y los oficiales principales se habían dado cita en la nave capitana, el Corazón de León; para acordar la estrategia a seguir.

    –Según nuestros informes –dijo Kefka, con su chillona y melosa voz de cortesano –el ejercito enemigo es de alrededor de 35000 hombres. Han partido de la fortaleza de Acaí y seguido el curso del rio Ariza, creo que a una velocidad crucero, podremos interceptarlos antes de que crucen el rio la Guaviar.

    –Entiendo –repuso Leone, sin ocultar el desden que sentía por Kefka. Eso se debía a su aparente falta de seriedad en el modo en que debía comportarse y vestirse un general del imperio.


    En realidad Kefka nunca vestía un uniforme militar, siempre iba ataviado con un vestidos finos de cortesano, camisa blanca con flecos en las mangas, un corbatín de flecos le adornaba el cuello, con un color dorado, el cual discurría hasta encontrarse con un chaleco escarlata, con bordes dorados, luego venía un chaquetón negro con bordes dorados que le llegaba hasta las rodillas, sujeto a la altura de la cintura con un cinturón de cuero de toro negro, con rebordes en plata, una chaqueta larga que le llegaba a los tobillos, igualmente larga, con un pliegue de cuello bastante alto, el cual le cubría la nuca y la mitad de las orejas, sus pantalones eran bastante ajustados y tenían igualmente un color negro.


    Las botas que le llegaban hasta las rodillas eran negras con múltiples adornos en oro y con unos amplios tacones, que lo hacían ver un poco mas alto de lo que ya era. Encima de eso, llevaba una gran capa escarlata con ribetes de oro. Prácticamente todas sus ropas eran de ceda, desde las camisas hasta las chaquetas, lo que variaba era el modo de la confección y el espesor. Su rostro no era menos hilarante, prácticamente oculto detrás de una mascara de maquillaje, todo rojo y blanco, parecía mas un bufón o (una prostituta) que un general o por lo menos un hombre.


    Sin embargo, debajo de toda esa parafernalia, se ocultaba un hombre con un gran porte y talla, si se le veía sin las chaquetas, podía notarse el poder de sus músculos debajo de la delgada ceda blanca, pero a aparentemente Kefka hacia todo lo que estaba su alcance para ocultar sus aptitudes físicas. En realidad estaba allí como supervisor de desarrollo de nuevas tecnologías.

    –¿Que táctica propone que usemos general Leone? –repuso uno de los subordinados de Kefka

    –No sabría decirlo hasta conocer la naturaleza de la fuerza y la disposición sobre el terreno de batalla –repuso Cornelio –sin embargo, dudo que podamos usar tus nuevos juguetes Kefka–

    Kefka golpeó fuertemente su puño contra la mesa

    –General Leone –respondió Kefka –la única razón por la cual estoy aquí es para probar al nuevo YX-ATM090, la nueva armadura reflejante debería…–

    –Ahórrate tus explicaciones –repuso Cornelio –ya he visto el diseño de esas cosas, pero el terreno allí es pantanoso, a menos que encuentres una ruta segura en la cual tus armatostes no se atoren, no los enviaré al combate, ¿entendiste? –


    Kefka se encogió de hombros, pero no refunfuñó como era su costumbre, pues se hallaba frente a uno de los pocos hombres que podía darle órdenes a parte del emperador, cosa que le molestaba hasta la medula.




    –¿Que haces Ramaza? –preguntó la chiquilla con la que había entablado ya una gran amistad.

    –Estoy estudiando Sara –respondió Ramza, mientras se dedicaba a examinar un gran libro de pergamino, en la biblioteca de la academia, ubicada en el segundo nivel del castillo de Marte –la maestra se ha ido, así que me salve del examen,¡no había estudiado nada de nada! –

    –¿Examen? –preguntó Sara –o sí, ya me acordé, pero valla que eres despistado, ese examen lo habían aplazado hacia unas cuantas semanas, ¿es que no escuchaste?–

    –¿En serió? –preguntó Ramza sorprendido –¡y yo que no había podido dormir bien estas ultimas dos semanas!, bueno, no importa, igual ya estoy estudiando–

    –¿Es el examen sobre historia militar? –Preguntó Sara

    –Si –Repuso Ramza, mientras hacia unas cuantas anotaciones con una pluma de ganso.

    –Pero si ese tema es muy bobo, a demás solo van a preguntar sobre “los caballeros” –repuso Sara –si deseas puedo hacerte un resumen–

    –¿En verdad harías eso? –Dijo Ramza cerrando el libro con gran alegría, pues el olor a polvo en verdad que le causaba un terrible flujo nasal y algunos ataques de toz.

    –Si, pero –y guiñendo el ojo con una mirada maliciosa Sara levanto su mano –Tendrás que gastarme helado por toda una semana–

    – ¿Toda una semana? –Repuso Ramza indignado – pero, pero –

    –¡Pero nada! –Contestó Sara encogiéndose de hombros y cruzando las manos –tómalo o déjalo–


    –De acuerdo –respondió Ramza un tanto molesto.


    Entonces Sara se puso ha hablar del modo en que se comenzó ha hacer la guerra, después de que se descubriera el uso de la armadura vital y los hechizos mágicos.


    Durante la era del agua de la oscuridad, los humanos no podían protegerse con la armadura vital, por lo que eran bastante vulnerables a todo tipo de ataques, incluso a ataques tan débiles como los de los proyectiles. Eso lo podemos ver en los campesinos actuales, pero aun ellos son capases de resistir el ataque de unos cuantos proyectiles, en esa época, bastaba un proyectil disparado al pecho para que te murieras. Es por eso, que los ejércitos usaron mucho a los soldados con armas de fuego, ya que requerían menor entrenamiento, todo dependía de las armas y el numero de soldados.


    Después que se descubrió el uso de la armadura vital, resurgió un tipo de guerrero muy antiguo, aunque en un principio se los denominó portadores de escudo, mas tarde adquirieron el titulo de caballeros.


    Los caballeros de los ejércitos actuales, utilizan armaduras de diferentes aleaciones, que incrementan mucho el poder de la armadura vital, a demás de la protección que ofrece la sola coraza metálica. Sin embargo la pieza mas importante de su equipo es el escudo. Todos los escudos actuales tienen insertada una jema muy costosa, el rubí. Todos los caballeros, aprenden desde temprano el uso del hechizo “PROTECT” el cual reduce la potencia de los ataques físicos gastando una menor cantidad de energía vital. Pues bien, los caballeros cuando forman un cuadro cerrado y activan al unísono PROTECT hacen que el efecto de este hechizo se proyecte en un domo semitransparente y muy poderoso, contra el cual, ni las flechas, ni los proyectiles, ni siquiera las balas de los cañones súper pesados pueden traspasar.


    Sin embargo ese domo es imperfecto, los caballeros deben permanecer estáticos, en una posición estable, si desean avanzar, lo deben hacer por una ruta plana y avanzar muy, pero muy lentamente, ya que la unidad del domo se fractura muy fácilmente. Otra de las debilidades, es que el domo solo es fuerte hacia delante y hacia arriba, en los flancos el domo es más endeble y desaparece paulatinamente hacia la retaguardia.


    A demás, si bien un domo puede parar un proyectil que avanza a gran velocidad, es permeable como la superficie de un lago calmado contra un soldado que avance hacia el. Si bien parte de la tecnología para elaborar armas de fuego se recupero después de la gran catástrofe, las naciones que se armaron con escuadrones de caballeros se volvieron prácticamente imparables. Los cañones se volvieron inefectivos a larga distancia, mientras que a corta distancia, los proyectiles hacían menor daño que las espadas o las lanzas contra la armadura vital. Así, el mundo volvió ha ser regido por el combate cuerpo a cuerpo, en grandes formaciones cerradas.


    Sin embargo, el entrenamiento de un caballero es muy costoso, por lo que el uso de tiradores se mantuvo, para realizar funciones auxiliares, como enfrentar revueltas de campesinos.

    –¿Que sabes sobre las otras tropas auxiliares? –preguntó Ramza

    –Mmm, ha, si, los ninjas granaderos y los lanceros dragontinos, ¿a esos te refieres? –preguntó Sara

    –Si –Repuso Ramaza –mi hermano me ha dicho que la formación cerrada de los caballeros los hace presa fácil de los ninja granaderos y de los lanceros dragontinos, pero jamás me ha explicado por que–

    –Pues yo tampoco lo se la verdad –repuso Sara –¿Por que no revisas el libro? –

    –Es inútil –contestó Ramza –Esas tropas solo se comenzaron ha usar hace 100 años, y este libro es de hace por lo menos 150, deberían actualizar la colección mas de seguido–


    –Creo que llegaron hace una semana –repuso un alumno del escuadrón de magia negra que pasaba por allí lleno de libros hasta la cara que a demás estaba cubierta por unos enormes lentes, tan gruesos como la base de una botella.




    –¿Le temes a los jinetes de pajarracos? –repuso Silver de una forma un tanto despectiva ha Delita, mientras se llevaba a la boca un trozo de carne asada de geezard –valla, puede que esa cosa fuese fea y de apariencia babosa, pero tiene la carne muy suavecita–

    –¿Crees que la caballería sobrevivirá si continúa plantada en el suelo? –dijo Ramza –Los caballeros de la antigüedad montaron sobre poderosos corceles de batalla, los unipladios actuales no poseen el tamaño suficiente para soportar a un jinete con toda la armadura. Pero las aves del terror si poseen el tamaño y el vigor suficiente. Yo he visto a esos pájaros con mis ojos, todos tienen un color amarillo como el de los pollos, pero sus cráneos son enormes, y sus picos macizos, cuando los jinetes envisten, los pájaros picotean los escudos rompiéndolos de un solo empellón, si te golpean la cara te descabezan. A demás las garras de sus patas son duras como espadas de acero y pueden derribar a una veintena de hombres de ¡tres filas en fondo! Sin embargo esos barbaros sureños casi nunca tienen el valor suficiente para cargar en masa contra las formaciones de caballeros. Se dedican a entrar al interior del perímetro del domo y lanzar flechas o disparar pistolas y luego a retirarse–

    –Pero si los caballeros no permanecen unidos en la tierra, el domo protector jamás se generará, y los haría vulnerables de los cañones enemigos –repuso Silver, mientras alargaba la mano por otro pedazo de carne.

    –No digo que las unidades de caballería a pie sean abolidas –repuso Delita – lo que propongo es que se genere una caballería verdadera, de jinetes armados pesadamente, con lanzas pesadas y robustas, montando algún tipo de ave del terror mas grande y entrenada para destrozar infantes, ninguna formación de caballeros de a pié sobreviviría, y sin los domos de energía…–

    –Los cañones destrozaran las formaciones enemigas disparando hacia la retaguardia –continuó Silver con la boca entre llena, en eso, un trozo de carne se le fue por la garganta y le atoró la respiración, se agachó para toser, expulsando el incomodo segmento –maldito lagarto, no me mató cuando estaba vivo, no lo hará ahora que está en mi estomago–

    –¿En serio eres un noble? –dijo Delita con una expresión de asco –pareces uno de mis iletrados sirvientes, atragantándose de la carne que rara vez puede comer– dicho esto, Delita sacó un pequeño tenedor y un cuchillo de plata, y se dedico a cortar tranquilamente su carne de geezard.


    Si un transeúnte pasara por allí observaría con estupor aquella escena, un bosque negro era el lugar mas temido de todos, ya que allí los monstruos pululaban, no podías dar medio paso sin que alguna criatura te saliera al paso. Pero estos dos mozuelos estaban sentados allí, en frente de una brillante y calida hoguera, asando un oloroso geezard. A su alrededor, a lo largo y ancho, a 100 metros a la redonda se acumulaban los cadáveres de una multitud de monstruos que les habían atacado en masa, todos degollados, destrozados o incinerados. El olor a muerte se hizo tan intenso, que fue obvio para las criaturas mas débiles del bosque, que era prudente permanecer alejados de este par de depredadores.



    –¡Mira! –repuso Sara –ese nerd decía la verdad, y mira no es pergamino –

    –Tampoco es papiro, ni papel –dijo Ramza asombrado –¿de qué esteran hechas esas hojas para ser tan blancas?–


    –Me imagino que será un secreto militar como todo aquí –respondiò Sara un poco molesta por la actitud de los guardias de la biblioteca –en todo caso, mira, aquí esta un apartado sobre los dragontinos y los ninja–


    Ninja, guerreros de las sombras su habilidad principal es el lanzamiento de precisión y la evasión de los ataques físicos. Se les usa en formaciones sueltas, para lanzar principalmente granadas de fuego sobre las formaciones de caballeros, aunque también pueden utilizar cunais o estrellas ninja para acertar en los puntos vulnerables de las armaduras. Actualmente se trabaja en el desarrollo de cunais con bombas incorporadas para mejorar el efecto disuasor. Los ninja van ligeramente armados, con sables cortos y ligeros, a demás del equipo arrojadizo, van cubiertos con armaduras de cuero y placas metálicas que incrementan su armadura vital, lo suficiente como para aguantar un combate directo con los caballeros durante un periodo de tiempo razonable. Son vulnerables en el combate cerrado o contra tropas con proyectiles rápidos como grandes masas de tiradores, arqueros o lanceros dragontinos.


    –Súper –repuso Ramza –voy a copiarlo, tu cópiate el de los guerreros dragontinos y después nos intercambiamos las notas –


    –Hecho –contestó Sara, mientras comenzaba a leer el apartado de los lanceros.


    Guerreros dragontinos, lanceros pesados pero al mismo tiempo lo bastante rápidos como para hacer frente a las sueltas tropas de los ninja, van desperdigados en el interior de las formaciones de caballeros para proteger a estos últimos de los ataques de los ninja granaderos. Van armados con corazas delgadas y muy flexibles. Su habilidad de salto les permite hacer fácil blanco de los ninja, en el interior de las formaciones cerradas de caballeros arrojando jabalinas por encima del frente aliado. También pueden afectar a las formaciones de caballeros, al lanzar sus saetas desde una posición aérea, pero en el combate cerrado son inferiores a los caballeros, a demás, las lanzas son sumamente vulnerables a las habilidades de los caballeros de rotura de armas.


    –Valla, así que están investigando sobre las unidades que conforman a nuestro glorioso ejercito –repuso el joven de las grandes gafas – creo que deberían repasar algo de las unidades especiales–

    – ¿Unidades especiales? –repuso Ramza sin entender nada –¿Sabes algo de eso Sara? –

    –La verdad no – dijo Sara –se supone que es el tema del siguiente bimestre. Creo que deberías tomarlo con más calma Victor, existe más en la vida que el estudio–

    –Eso lo dicen ustedes porque son nobles y tienen un puesto de honor en el mando del ejercito –repuso Victor reacomodándose las gafas –pero yo estoy aquí por mis habilidades–

    –Bueno –repuso Ramza un tanto condescendiente –ya que tu eres el gran sabio, ¿nos podrías dar una explicación a Sara y a mi? –

    –¿Y que ganaré yo? –dijo Victor

    –Si no va ha hablar para que nos hablaste en primer lugar –repuso Sara haciéndose la ofuscada

    –Bueno, la verdad –repuso Victor jugando con las manos con nerviosísimo –es que quiero (…) quiero que me admitáis en vuestro grupo de amigos–


    –¿Era solo eso? – respondió Ramza –si, no hay problema–


    –Bien –repuso Víctor – ¿saben el por qué de los escuadrones de magia negra y de invocadores? –

    Ramza y Sara negaron con la cabeza con impaciencia.

    –Esta academia entrena oficiales de alto rango para los batallones de caballería ofrecidos por los escuadrones de espada y sable; para los batallones de lanceros dragontinos ofrecidos por los escuadrones de lanceros; para los batallones ninja y de tiradores ofrecidos por los escuadrones de guerreros de las sombras; para los cuerpos médicos ofrecidos por el escuadrón de primeros auxilios. ¿Jamás se han preguntado el porque del escuadrón de magia negra y de invocadores? –

    –Pués no –repuso Ramza con mayor impaciencia –después de todo son los mas poderosos, los guerreros de esos escuadrones puede causar estragos a gran escala–


    –Exacto –repuso Victor – un solo mago puede desbaratar toda una formación de caballeros, pero el entrenamiento que requiere ese mago es muy grande. Es por eso que los escuadrones de magos negros y de invocadores son los menos numerosos, y en los ejércitos no se los considera como unidades, ya que rara vez son mas de una veintena. Pero pueden cambiar el balance de toda una campaña. Esa es una de las ventajas del ejército de nuestro glorioso imperio. Las demás naciones no pueden levantar magos negros de calidad para desbalancear un combate. Y lo mismo pasa con los invocadores que son mucho mas poderosos–


    –Ahora recuerdo que la capitana del escuadrón de invocadores fue convocada especialmente para esta batalla –repuso Ramza –mi hermano me lo comentó un tanto preocupado antes de irse. Me dijo que no le parecía bien que una persona tan amable como la señorita Ada fuera obligada a ir a una batalla–

    –A tu hermano le gusta la señorita Ada –repuso Sara un poco sonrojada–

    –¿Y cómo voy a saberlo? –repuso Ramza encogiéndose de hombros –Mi hermano me considera mas un mocoso inocente mas que unhermano.















    7
    La Diosa de un Soldado




    –Achuuuuuuu! –dijo Delita, mientras avanzaban por un amplio pastizal, junto de Silver, mientras el sol empezaba a ascender

    –¿A ti te agrada atraer a los monstruos, no es así? –dijo Silver con un tono desenfadado, pero al mismo tiempo con reproche. Sin embargo Delita había aprendido a no ceder a las provocaciones de Silver, cosa que había hecho que el número y frecuencia de estos disminuyera, incluso había hecho que los lapsos de seriedad de Silver aumentaran

    –¿Cuando crees que llegaremos al centro de este maldito bosque? –preguntó Delita un tanto aburrido

    –Según el mapa, son alrededor de 86 kilometros, hasta llegar a la aldea de la Niebla –repuso Silver

    –Dame esa cosa –contestó Delita enfadado por el sol y los mosquitos, que no cesaban de hacer blanco en su rojiza piel.

    –Haber, si, recuerdo ese rio –dijo Delita repasando las posiciones guía del mapa, con su memoria –¿solo hemos caminado 40 kilómetros?

    –¿Y que esperabas? –repuso Silver incomodo –hemos tenido que enfrentar hordas de monstruos todos los días, deberías agradecer que seguimos bien y no hemos malgastado ninguna pócima –

    –Iríamos más rápido si fuéramos en línea recta –repondiò Delita, observando que no había ningún muro natural, solo un bosque plano que discurría monótonamente hacia el norte.

    –Entonces si que estaríamos en problemas –contestó Silver –en el interior de esa selva no podrás ver siquiera al sol, ¿como esperas mantener la dirección? Recuerda que el maestro nos arrebató las brújulas –

    –“Deben desarrollar un sentido instintivo de orientación” fue lo que dijo – respondió Delita imitando la gutural voz de Steiner –es que nos quiere ver muertos ¿o que? –


    –No es que nos quiera muertos –contestó Silver arrebatándole el mapa a Delita –en este bosque las brújulas empiezan a girar sin dirección. Así que deberás tranquilizarte y seguir el camino del mapa, ya suficientes problemas tenemos para…–


    En ese momento ambos escucharon un ruido que procedía de un grupo de arbustos altos. Tanto Delita como Silver desenfundaron sus armas y se prepararon una vez mas para la lucha.




    La noche había hecho descender su negro velo sobre la gran flota, que volaba sobre los extensos llanos que se extendían mas allá de la cadena montañosa del oriente de la provincia de Latinia. Sin embargo, esta no se había detenido. Si bien algunos acorazados se retrasaban regularmente, para recargar carbón para los motores de vapor que impulsaban las hélices que daban el movimiento a las naves, la flota seguía su marcha hacia la batalla.


    Un oficial ingresó en la alcoba de Ada y Quistis engalanado con el uniforme de gala.


    –Mis señoras –dijo el oficial haciendo una profunda reverencia –el comandante manda a decir que la cena esta lista y que seria un honor tenerlas a ustedes en la mesa de oficiales–

    Quistis se encontraba leyendo un informe, pero al escuchar eso se reincorporó inmediatamente, ansiosa de ir a respirar un poco de aire fresco, aunque a decir verdad, todo el navío estaba viciado con los vapores que salían de las salas de maquinas. A pesar de que la mayor parte de los nauseabundos vapores se escapaban por los múltiples ventiladores puestos sobre las proyecciones del casco, algo del vapor se filtraba hacia el interior del casco y de allí hacia los niveles superiores del castillo de popa.


    Sin embargo, la sola sensación de contacto humano animaba a la rubia Quistis. Pero Ada parecía desanimada, por no decir apática, desde que ingresaron en el camarote, lo único que hacia era observar por la ventana las grandes extensiones de aquella sabana, viendo de vez en cuando una manada de unipladios salvajes, o de aves del terror que merodeaban siempre cerca de los primeros.

    –No deseas venir –repuso Quistis acercándose a Ada cautelosamente. Ada sonrió con expresión sarcástica.

    –No entiendo –dijo Ada con voz queda, como para sí

    –¿Que es lo que no entiendes? –repuso Quistis con un tono alegre –eres miembro de una de las mas prestigiosas familias, tu abuelo es el comandante de este ejercito. Si me preguntaran a mi, diría que deberías estar en el Corazón de León en lugar de este cuchitril –en eso Quistis recordó que el oficial estaba cerca y había escuchado todo, pero se mantuvo callado estoicamente.


    Quistis le dedico una sonrisa como para congraciarse con él y continuó –hablando en serio, deberías salir y divertirte un rato, vamos, alégrate–

    –¡Muchos van a morir mañana!, ¿no lo entiendes?, no entiendes que yo… –pero en ese momento la voz de Ada pareció embotarse perdiéndose lentamente en el oscuro mar de sus pensamientos. Quistis la observó directamente a los ojos, pero Ada rehuyó el contacto, estaba aterrada y no quería demostrarlo –lo siento, no quería –

    –Lo se –repuso Quistis poniendo su mano en el hombro de Ada –no te preocupes, solo acompáñame para que comas algo. El esfuerzo que tendrás que hacer mañana será terrible y no es bueno que aguantes hambre antes de la batalla –


    –Está bien –respondió Ada con muy poco ánimo. Las dos salieron del camarote, continuaron por un estrecho pasillo, iluminado por unas lámparas de gas blancas. El pasillo avanzaba haciendo una pequeña curva en forma de arco, a la izquierda se ubicaban las entradas de los demás camarotes, y a la derecha, estaba un muro metálico muy grueso, allí se ubicaba el corazón de la nave, el verdadero castillo de popa. Siguieron avanzando, hasta que se encontraron con el final del pasillo, allí había una enorme puerta de acero con gruesos remaches que enmarcaban cada línea.


    El oficial giró la gran manivela. Al ingresar se encontraron con un amplio espacio que abarcaba unos dos niveles. Hacia la izquierda se encontraba la parte posterior de la nave, un gran ventanal que permitía la entrada de la luz de la luna y una magnifica vista de los campos por los cuales se sobrevolaba. El espacio parecía en realidad un bar, la puerta por la que habían entrado daba acceso a un pasillo que si se seguía derecho daba con otra puerta idéntica que daba acceso a la otra ala de camarotes. Sin embargo cuando llegabas a la mitad, el pasillo se abría hacia la izquierda, dividiéndose en dos amplias escaleras de roble pulido.


    En el primer nivel había una barra donde se servía licor, en medio una gran mesa rectangular muy larga. Al rededor había mas mesas, pequeñas y circulares. Allí se sentaban algunos miembros de la tripulación y comandantes de las tropas que se transportaban.
    –¿Todas las fragatas tienen un bar en la parte trasera? –repuso Quistis un tanto incrédula por que un espacio tan amplio visto desde adentro cupiera en un marco tan estrecho y bajo, visto desde afuera–

    –En realidad no –dijo el oficial –solo algunas fragatas llevan un centro para oficiales, en general solo las que transportan a unidades de caballería y tropas de elite auxiliares. Las que transportan batallones de tiradores o pertrechos utilizan este espacio como almacén de alimento –

    –No tengo animo de hablar con nadie Quistis –repuso Ada –solo quiero un poco de agua y pan, como el que comen los soldados –

    El oficial se sorprendió mucho, pero no dijo nada. Simplemente sentó a Ada en una de las mesas pequeñas y le ordenó al camarero que le trajeran un pan dulce y un poco de vino suave. Mientras Quistis utilizó toda su habilidad diplomática y sus encantos para excusar a la hija de los Leone, que sin embargo pareció a los ojos de algunos oficiales una pomposa malcriada por haber despreciado la mesa del capitán.

    Un par de soldados que se habían distinguido en las practicas se les otorgó el derecho de viajar en el Hilda y cenar en el centro de oficiales, llegaron justo en ese momento, vistiendo el uniforme de tiradores, un traje verde oliva oscuro de dos piezas, una chaqueta de manga larga que llegaba hasta las piernas y sujeta en la cintura por un cinturón negro, unos pantalones amplios que se entubaban a la altura de las rodillas en el interior de un par de botas largas.

    –Ya verás Rad –dijo uno de los soldados a su compañero –pronto habré reunido el dinero suficiente para sacar a mi familia del fango de la ciudad de Butler –

    –Si lo se lo sé Díaz –repuso Rad, un joven de unos 18 años, de cabello rubio y ojos azules –¿a caso no fui yo quien te salvó el culo en Greeley? Me has estado fastidiando con tus planes desde entonces y de hecho hace 2 años –

    –Lo se amigo, se que te he estado hartando con mis planes desde que pasó eso –Repuso Díaz, un joven de tez mas oscura, de piel aceitunada y cabello oscuro –pero, es que desde que me pasó eso, no he dejado de pensar. La vida es corta, y tengo que hacer muchas cosas–

    –¿Y tu novia? –repuso Rad

    –Ya me dio el si –respondió Díaz, pero sus palabras solo le dieron al viento. Rad se había quedado mudo, al posar casualmente su mirada en un rincón oscuro de aquel amplio salón. ¿Sería el destino?, nadie podría saberlo en ese momento. Pero esa imagen se quedaría gravada en su mente por el resto de sus días. En aquella mesa, en el rincón más oscuro de aquel recinto iluminado por mil lámparas de gas, estaba una joven chica, de unos 15 años a lo sumo. Era increíblemente hermosa, y la luz celestial que ingresaba por el gran ventanal parecía realzarla. Parecía la estatua de una diosa de la antigüedad, un hada de los bosques que de vez en cuando se sentaba en un tronco para ver las estrellas. Sin embargo su expresión estaba llena de melancolía. Cosa que afligió a Rad en lo más profundo de su corazón, sin tener idea del porqué.

    –Comandante del tercer pelotón al cabo primero Rad, prestar atención –dijo Díaz pasando la mano varias veces sobre el rostro de Rad, entonces giro su rostro en la misma dirección. Le dio un codazo a su amigo y con ojos rasgados y una expresión cizañera observo a Rad que volvía como de un transe.

    –Sí que miras alto ¿no amigo? –repuso Rad con doble intención

    –¿Quien es ella? –repuso Rad –juro por Gran Xian que es la viva encarnación de Sílfide o de Sirena –

    –Bueno, no te alejas mucho de la realidad –repuso Lopez un compañero de los dos que pasaba por casualidad –recuerden que esta nave fue modificada en la academia de las Aguas después de lo de aquel incidente. En todo caso es que a demás de la tripulación vieja, o sea nosotros, también abordaron unos cuantos oficiales hijos de nobles de la academia. Ella es una de ellos, pertenece nada más y nada menos que a la familia Leone, y es la guardiana del espíritu de Sílfide. Es la capitana mas joven de la escuadra de invocadores según escuche a una chica que cuchicheaba con sus amigas–


    Sin embargo Rad pareció no escuchar nada, y como por la voluntad de un genio se tratara, sus piernas lo habían llevado justo en frente de Ada, que aun no se percataba de su presencia. En el camino Rad sacó un pequeño pergamino y una pluma fuente que había inventado junto con Díaz y que esperaba producir en masa una vez se viera liberado del servicio militar y le dieran la ciudadanía de segunda clase.


    Cuando Ada reparó en su presencia, encontró a Rad arrodillado a su lado, en la misma postura en la cual los campesinos u hombres de baja categoría se entregaban a hombres mas poderosos para que les ayudasen a cambio de su lealtad, ese acto era llamado homenaje.


    Ada sonrió levemente a aquel soldado, su uniforme revelaba que pertenecía a una escuadra de tiradores, y la falta de emblemas revelaba a su vez que era un soldado raso, uno de aquellos hombres sin rostro a los cuales Quistis siempre se refería, uno de los soldados a los cuales ella protegería destruyendo la vida de miles mas.


    –¿Quien sois voz que se presenta ante mi en acto de homenaje? –dijo Ada con un tono formal, casi ceremonioso –no te he ofrecido ningún favor, ni dinero, ni poder. Como verás soy solo un soldado como tu –

    –Lo que me entristece mi señora –repuso Rad sin siquiera levantar la mirada –su persona debería vivir en los campos verdes de la ciudad de las flores, una flor debe vivir con las demás –


    Ada sonrió levemente, pero Rad no lo notó.

    –Mi señora –dijo Rad levantando la mirada. Entonces observó los verdes ojos de Ada que se le antojaron como un par de esmeraldas, enormes y brillantes, pero llenos de tristeza y temor –mi señora, este humilde soldado no ansía mas que lea estos pensamientos. Si usted me hace ese gran favor yo seré su vasallo y la serviré con mi vida –

    –No me parece un trato justo –repuso Ada –leeré tu carta, pero no me deberás nada mas allá de tu amistad –

    –No mi señora –repuso Rad bajando la cabeza para ocultar sus mejillas ruborizadas –este soldado no merece tal honor –

    –Creo que te subestimas demasiado –respondió Ada sonriente –es mas, si deseas que yo lea esto, deberás ser mi amigo, y beber una copa de vino en mi mesa, de lo contrario me temo que no podré cumplir tu deseo –

    Rad estaba confundido, miró a Díaz que había escuchado todo desde una distancia segura, le hacia toda clase de peripecias con sus manos para alentar a su amigo. Rad observó nuevamente a Ada y se sentó en la mesa.

    Rad y Ada hablaron hasta casi media noche. De esa forma ella conoció mucho de la vida de los soldados de a pié, de sus sueños y de las razones por las cuales muchos se enlistaban como tiradores de ejercito, labor complicada cuando caías bajo la bota de un comandante suicida o cuando tenias al lado un escuadrón de caballeros de dedo parado que los consideraban poco mas que esclavos pero mucho menos que hombres racionales y libres.

    –¿Ganaste el concurso de tiro? –dijo Ada sorprendida –yo pensaba que esta nave solo era tripulada por miembros de la academia–

    – La mitad, el resto somos de la nave vieja de la cual hicieron esta –repuso Rad – pero el premio del concurso fue el de poder navegar en esta nave y a demas poder beber en la sala de oficiales, a los que no pasaron el minimo de la prueba los mandaron a otras fragatas y son un asco –

    –¿Y eso? –preguntò Ada

    –Es que la comida aquí es mucho mejor –repuso Rad al oído de Ada –a demás los catres son mas suavecitos y no estás tan hacinado. Aunque debo admitir que cuando duermes con tus compañeros apeñuscados en un camarote por lo menos no pasas mucho frio –Ada sonrió

    –Así deberías verte siempre –repuso Rad. Pero Ada se controló inmediatamente.

    –¿Pero dime es que la comida de los tiradores es muy fea? – preguntó Ada con entusiasmo

    –Fea fea no –contestó Rad pensativo –hemos visto las raciones de otros ejércitos, y puedo decir que por lo menos nos dan pan bueno y agua limpia. Sin embargo existe otra razón por la cual estoy aquí.–

    –Señores –dijo el camarero –ya es hora, y tenemos que cerrar. A demás creo que mañana ustedes tienen una batalla que ganar.

    –Es cierto ja ja ja –dijo Rad sonriente, mientras se retiraba haciendo mil y un reverencias a Ada. Ada se levantó reconfortada. Por lo menos ahora las vidas que salvaría tendrían significado.


    8
    La Batalla De Balastera, Parte I




    Faltaban unas dos horas para encontrarse con la formación enemiga, y el general Leone estaba impaciente por conocer el despliegue enemigo. Pronto, un soldado le trajo un pergamino cerrado con cera. Observó rápidamente el escrito, a la espera de los comandantes del ejército.


    –Las tropas enemigas han conformado un frente extenso cubriendo alrededor de 14 kilómetros, va desde la desembocadura del Ariare hasta las ruinas del poblado de Saint Yosef. Han dividido a su caballería en tres grupos, las dos primeras estarán cubriendo los puentes, el primero en el poblado de La Esperanza y el segundo en las ruinas de Saint Yosef. El tercer destacamento se ha quedado a una distancia equidistante. Han emplazado cañones de largo alcance a lo largo de la línea y otros tantos apuntando a los puentes –repuso Cornelio con una expresión un tanto extrañada.

    –¿Sucede algo general? –preguntó Cloud Fair Strife comandante en jefe de los caballeros del imperio-

    –Es solo que es algo extraño –repuso Cornelio –se toman demasiadas molestias en fortificar una posición que podemos flanquear fácilmente gracias a nuestras naves–


    –Eso demuestra que son solo una partida de barbaros ignorantes –repuso Kefka con un tono arrogante –dividamos la flota en dos grupos, flanqueemos la posición y después bombardeemos desde el cielo mientras intentan cambiar las posiciones de sus pesados cañones– a lo que varios oficiales aplaudieron con vehemencia.




    –Lady Oaks, lady Oaks –decía un ninja que bajaba apresuradamente de uno de los grandes árboles que tachonaban la monótona extensión de aquella sabana –¡la flota imperial se acerca! – el ninja a penas tocó suelo se arrodilló en presencia de la orgullosa caballeraza.


    Agrias era una caballeraza de la orden de Atkascha, una ciudad al norte del imperio Latino. Con alrededor de 24 años se había convertido en una excelente guerrera aunque en la corte desconfiaban mucho de ella debido a su sangre mezclada. A diferencia de la mayoría de siervos del gran Duque ella tenía una piel blanca y cabello rubio largo. Sin embargo había demostrado su inquebrantable lealtad al Duque en muchas ocasiones, debido a las mil y un tareas imposibles que había tenido que realizar con los años.


    Vestía una coraza dorada con amplias hombreras y guanteletes del mismo metal. Debajo vestía una túnica de lino prensado para acolchonar los impactos, que se proyectaba debajo de la cintura en amplios faldones cubiertos con ceda azul. Sus piernas iban forradas por unas grebas doradas. El casco del mismo material lo llevaba sujeto entre el brazo derecho y la cadera, mientras que apoyaba el brazo izquierdo en su espada de cruzado. Agrias no se inmutó ante estas palabras, y simplemente se dirigió a un grupo de magos que estaban alrededor de un enorme cristal.

    –Bien señores, se nos acaba el tiempo –repuso Agrias –espero que no tarden demasiado en convocar a “RAGNAROC” –



    –Mi señora, diez magos han permanecido concentrando su poder durante doce horas, a parte del resto de nosotros que hemos tenido que inscribir muchas runas alrededor. Tenga en cuenta que vamos a realizar una invocación prohibida puesto que el espíritu de invocación no nos ha elegido a ninguno de nosotros –repuso el mago, señalando al enorme cristal que estaba en frente de ellos.

    –Lo se, solo podré tener los poderes de Ragnaroc por unos instantes –repuso Agrias –aseguraos que pueda utilizar su hechizo de gravitación y todo irá bien, ahora preparaos. Cuando el grueso de la flota este sobre nosotros será el momento –

    Dicho esto Agrias se puso el casco y se posicionó en frente de la gran gema, mientras que alrededor los magos negros seguían concentrando su poder hacia el cristal y los demás magos lanzando sortilegios para engañar a la voluntad de un espíritu de invocación.


    En eso comenzó a escucharse el zumbido de hélices y turbinas, que azotaban el cielo, una inmensa nube que provenía del norte se hizo cada vez más y mas grande, luego desenas de puntillos se materializaron poco a poco. Con forme avanzaban, los ninja pudieron ver que eran estos los que producían las nubes con los vapores que procedían de las partes traseras. El sonido fue haciéndose cada vez mas y mas grande, hasta que en el suelo, la gente tubo que gritar para poder escucharse.


    Entonces todos los magos comenzaron a decir palabras en lenguas extrañas. El cristal comenzó a brillar, fundiéndose poco a poco, revelando lo que estaba a dentro, una enorme espada dorada, con una serie de inscripciones en la hoja, tachonada de gemas en la empuñadura de marfil.


    La espada se elevó levitando, mientras despedía un gran destello. Agrias sintió unas palabras en su cabeza, pero justo en ese momento los magos elevaron su canto acallando aquella voz poderosa y sabia. Pero aunque no alcanzara a escucharla, Agrias pudo entender el mensaje, era una advertencia. Los magos elevaron su canto más aun, y ahora, los pensamientos de todos y cada uno recorrían la mente de Agrias, junto a terribles espasmos de dolor.


    De pronto las voces comenzaron a centrarse, primero en un sonidos, luego en una palabra, una única palabra, que se repetía monótonamente, una y otra y otra vez.


    Los ninja se colocaron en el interior del perímetro de invocación por advertencia de algunos magos. Agrias estaba tiesa como una estatua de mármol, en frente de la espada dorada. En eso, el brazo de Agrias se levantó indicando al cielo, por donde estaba cruzando la gran flota.


    –¡¡G.R.A.V.I.J.A!! –gritó Agrias con todas las fuerzas de su alma, en eso los magos levantaron sus brazos al cielo y los ninja sus miradas temerosas.


    Se escuchó un gran estruendo en el cielo y luego otro en la tierra. Todo alrededor del perímetro quedó aplastado, como si de repente la tierra reclamara para si todo lo que crecía fuera de ella. Los arboles se desgajaron y astillaron, el pasto quedó unido a la tierra como si hubiera pasado una aplanadora por encima. Los monstruos y animales quedaron pegados al suelo, muchos quedaron casi muertos debido al impacto contra la tierra, mientras otras sentían como se asfixiaban lentamente.




    Ada se encontraba vistiendo el traje de campaña y se estaba preparando para el combate. Quistis estaba a su lado, junto a la compañía de caballeros de la nave. Los oficiales estaban repasando todas las tácticas conocidas empleadas por los guerreros de Duque cuando sintieron un gran crujido en el casco.


    Luego una extraña fuerza los plantó contra las sillas, mientras los motores comenzaban ha hacer mas y mas esfuerzo. Pronto un vapor negro comenzó a emerger desde la sala de maquinas, pero los maquinistas no podían hacer nada, debido a que estaban plantados a la cubierta, y apenas se podían mover a gatas.


    Las naves comenzaron a descender lentamente. Pronto, algunos acorazados perdieron sus motores y cayeron en picada al suelo, destrozándose su casco, mientras las demás naves, aterrizaron de barriga al suelo, estruendosamente pero sin dañar la integridad de las naves.




    Agrias cayó inconsciente, mientras la espada volvía a su posición, cristalizando el aire a su alrededor y encerrándose con resentimiento contra los alevosos humanos que habían utilizado su poder sin su consentimiento.


    Varios magos cayeron muertos, debido a ataques al corazón o derrames cerebrales. Otros simplemente terminaron inconscientes y muy pocos permanecieron despiertos. En ese mismo instante, el hechizo se terminó, y la tierra liberó lo que había reclamado.


    Pero muchos árboles habían terminado hechos astillas y todo lo verde hecho pasta. Los animales que sobrevivieron tenían la espalda quebrada. De pronto una niebla espectral se abalanzó sobre Agrias y los magos sobrevivientes, envolviendo sus cuerpos como si fuera una mortaja mortuoria. Poco a poco, la neblina se fue haciendo una con los individuos que habia cubierto, hasta que desapareció.


    Cornelio gritaba fuera de si, pidiendo explicaciones de lo que había sucedido.

    –Su excelencia –dijo Mustadio Bunanza jefe de ingenieros de la flota –al parecer nos han atacado con una especie de hechizo que causó una anomalía gravitacional. Los motores antigravedad no soportaron el exceso de peso y descendieron. Sin embargo, muchos cristales se dergastaron. Me temo que sin más cristales la flota no se elevará nunca más. –

    –¿Y cuál es el problema? –repuso Kefka con los ojos desorbitados –hacer esas baratijas de utilería no es un problema, reemplacen los cristales y continuemos, ¡tenemos una cita para una batalla! –

    –No es tan fácil –repuso Mustadio –los cristales no se desgastan prácticamente nunca, por lo que no se llevan repuestos. Tenemos que solicitar una nave a la central para que nos traigan un embarque–

    – ¡Pero no tenemos naves para comunicarnos con el puerto de Monte Cerrado! –repuso Kefka.

    –Alguien deberá regresar y entregar el mensaje –repuso Cornelio –pero eso será después de disputar la batalla–

    –¿Que dices? –contestó Kefka –¿estás sugiriendo que marchemos hacia donde están esa partida de bárbaros? –

    –Creo que ellos vendrán a nosotros–dijo Cloud– es lo que ellos planearon desde el inicio –

    –Es cierto comandante Cloud –respondió Cornelio –jamás hemos tenido la iniciativa. El Duque a demostrado ser un oponente extremadamente hábil –Cornelio observó a los comandantes, ellos permanecían a la espera de ordenes, sin embargo las esperanzas eran pocas.

    –¡Mustadio! –dijo Cornelio con una voz decidida –¿cree que podría poner en funcionamiento aunque sea unos cuantos navíos?, ¿unas fragatas ligeras, por lo menos para navegar unas pocas horas?–

    Mustadio permaneció con porte pensativo durante un largo rato, mientras sentía como las miradas de cada uno de los miembros del concejo recaían sobre el.

    –Creo que podemos arreglar unas cuatro fragatas ligeras –respondió Mustadio –sin embargo dudo que vuelen mas de unos 50 km antes de que sus cristales se agoten por completo–

    –Excelente –contestó Cornelio alimentando con esta información el plan que se proyectaba en su mente– Otra cosa, ¿las demás naves, no pueden levantarse aunque sea unos metros para organizar una configuración defensiva mas ordenada?–

    –Algunas naves podrán, otras no –dijo Mustadio con un tono seco –creo que si bajamos los cañones y la carga podremos organizarnos –

    –¡Kefka! –dijo Cornelio –baja tus armatostes y prepáralos para la batalla –Kafka esbozó una sonrisa sádica y haciendo una pequeña venia partió hacia su nave

    –¡Comandante Strife! –dijo Cornelio –que se organicen la naves en torno a un perímetro defensivo ordenado. Que se construya una empalizada externa alrededor del perímetro, luego varias terrazas, emplace allí a los cañones y a varios escuadrones de caballería. Las provisiones deberán almacenarse en una tienda que posicionaremos en el centro de la formación–

    Cloud asintió y se retiró rápidamente.

    – ¡Comandante Irvine! –dijo Cornelio –despliegue grupos de escaramuceadores, que reconozcan el terreno, identifiquen las posiciones enemigas y miren si se puede capturar provisiones en los bosques cercanos, pero que evadan todo confrontación posible–


    El comandante Invine asintió y se retiró.



    –¿A donde vas Rad? –preguntó Ada, viendo que Rad vestía el atuendo militar se los tiradores del imperio, un peto antibalas le cubría el pecho el tórax y el vientre, la prenda estaba constituida por varias tiras de cuero que envolvían tres placas de aleaciones metálicas independientes, todo recubierto por una capa de lino que iba sujeta de unos tirantes en los hombros. A los constados el peto no poseía blindaje y solo estaba constituido por el acolchonamiento de cuero y lino.


    En la cabeza llevaban un casco cónico de aleación metálica que se ataba bajo el mentón por unas correas. Algunos soldados se colocaban un manto impermeable debajo del casco y que les bajaba esta la nuca, con el fin de evitar la humedad de las lluvias, la inclemencia de sol o el frio. En los brazos llevaban unas muñequeras de metal opaco. Su arma principal era el rifle de larga distancia de infantería ligera R3, su alcance era superior al de cualquier otra arma que existiera, sin embargo sus proyectiles eran bastante livianos y hacían poco daño si daban contra la armadura o si los hombres tenían su armadura vital desplegada.


    El rifle a demás de ser largo era bastante sólido, por lo que se le había dotado con un pequeño puñal en la punta para adaptarlo como lanza corta, con lo que los hombres podían vérselas en el cuerpo a cuerpo si era necesario. Solo los oficiales tenían derecho de portar un estoque, una espada corta de hoja ancha en la base y corta en la punta, diseñado principalmente para apuñalar, pero que también servia para cortar.


    Otros soldados podían llevar un machete que usaban para abrirse paso a través de zonas boscosas espesas o para combatir a cortas distancias. Como grupo, los tiradores no eran muy útiles en una batalla campal, no habían tenido un entrenamiento muy alto por lo que no sabían muy bien como desplegar su armadura vital al máximo, a demás muchos temían combatir cuerpo a cuerpo, pero eran excelentes para emboscar al enemigo aunque individualmente algunos soldados poseían grandes habilidades.

    –Solo es un grupo de reconocimiento, mi señora –contestó Rad hincando la rodilla en el suelo y el rostro contra las botas de Ada –no se preocupe, no nos tardaremos mucho, como ve no llevamos pertrechos ni tiendas–


    –Soldado apúrese –repuso el capitan de Rad que había reunido ya a una veintena de tiradores y a unos cinco ninjas, y se preparaban para salir del campamento.




    Entretanto, las naves mas ligeras y algunos acorazados se disponían en una posición mas coherente para una defensa. Muchas naves apenas si se levantaban unos cuatro metros del suelo, giraban un poco y luego de desplomaban al suelo con un subsecuente crujido del armazón del casco. Sin embargo poco a poco se preparó un muro interior compuesto por fragatas y acorazados, las naves estaban dispuestas en una especie de formación circular en la que cada nave miraba un poco hacia fuera, de esta manera algunos cañones de enfrente y de babor podían ser utilizados desde una plataforma elevada, mientras los demás eran bajados de la nave.


    Lo útil de esta formación era que las armas principales de las naves, los cañones que se ubicaban en las proas de las naves quedaban mirando hacia fuera permitiendo disparar los cañones en una dirección tangencial al circulo defensivo. Los hechiceros que controlaban el elemento de la tierra se habían volcado junto con algunos tiradores a la elaboración de los terraplenes donde se ubicarían los cañones y los caballeros que los protegerían.


    Cloud dispuso una mayor cantidad de fuerza hacia el sur puesto que al occidente y al oriente se disponían corrientes de agua que incomodarían a las unidades enemigas y les haría muy difícil una maniobra de flanqueo.




    Los ninjas del Duque corrían tan rápido como sus cansados pies les permitían para llegar al punto de encuentro. Agrias aun se encontraba muy débil y no habían podido transportarla antes debido a la situación de debilidad tan extrema en que llegó a encontrarse.


    Lo mismo había pasado con los magos negros que sobrevivieron a la ceremonia de Ragnaroc. Ahora los ninjas tenían que transportar el pesado cristal que encerraba a ese espíritu de invocación, a demás de a Agrias y a unos cuantos magos. Las escuadras de tiradores de Gestal se habían dispersado alrededor de los parches selváticos examinando todo. De hecho ya se habían topado con una de esas escuadras.


    Unos cuantos silbidos que rozaron los cráneos de unos ninja les alertaron que estaban siendo blancos de tiradores enemigos. Ahora no tenían tiempo, era seguro que varias partidas de exploración estaban convergiendo en algún lugar de la zona selvática para atacarlos todos en masa. Entonces divisaron algo que les llenó de regocijo.


    El plumaje amarillo de varias aves del terror que se encontraban debajo de un bosquecillo, esperando pacientemente su llegada. Era obvio para cualquier hombre que no fuera de la región de Latinia y de mas al norte, que esas aves del terror que esperaban allí eran domesticas, puesto que las salvajes jamás se quedan quietas o calladas, y al ver a un grupo de humanos como ellos era seguro que se abalanzarían para rapiñar su carne.


    Cuando los ninjas comenzaron a ascender la última mesetilla para ingresar al bosque pudieron ver claramente los arreos de las aves del terror. A la altura del cuello había una gran correa de cuero, de la cual iba sujeta un trozo de seda con el símbolo de los guerreros del sur, la silueta de un ave del terror dorada sobre fondo negro.


    Pronto se dieron cuenta que esa correa era parte de la silla de un jinete, la correa se unía por debajo del trozo de seda y bajaba por el tórax y uniéndose a la altura de las costillas, como si fuera un chaleco muy bien amarrado sobre el cual se disponía una amplia y cómoda silla sobre la cual el jinete podía lanzar dardos o pelear.


    El labio superior del pico estaba cubierto con una placa de metal de la cual salían cuatro deis tiras de cuero, dos seguían hacia arriaba rodeando en cráneo, otras dos se proyectaban hacia el jinete rodeando la amplia y musculosa nuca del animal, que hacían las veces de rienda, y las otras dos se disponían hacia la silla y servían de estribo.


    Los jinetes que montaban a aquellas aves aterradoras vestían cascos metálicos, y chalecos ligeros, eran parecidos a las armaduras de los tiradores, pero en lugar de tres placas, estos solo se componían de una placa en el frente muy ligera y por un acolchonamiento mas grueso. El chaleco apenas si llegaba hasta la altura del ombligo, por lo que en un combate cuerpo a cuerpo, estos guerreros llevaban las de perder.


    Su arma principal era un arco de largo alcance y su arma secundaria un machete que llevaban sujeto de una correa en la espalda. Aunque solo había dos graduaciones, general y oficial, los generales/caudillos se colocaban unos cascos mas pesados que recordaban los pesados yelmos de los caballeros con forma de león o jaguar, los oficiales/nobles llevaban cascos con forma de perro o zorro, mientras los jinetes normales llevaban cascos redondeados con protectores de mejillas.


    Las aves del terror eran de por si bastante grandes, podían llevar cómodamente a dos hombres en su espalda y aun así correr a toda velocidad por casi medio día.

    El ninja se dirigió al oficial, un hombre de tez aceitunada y ojos negros como la noche, sin embargo este no le entendió. Luego, otro oficial se aproximó.

    –Conde Elmdor, Ordenarnos vigilar posición enemiga –repuso el oficial en un asentó un tanto gutural

    –¿Ella es un caballero de Atkascha, sabes lo que significa bárbaro estupido? –repuso el soldado, lleno de ira por la indolencia que los jinetes demostraban hacia su señora –ella es Agrias Oaks caballero de primera clase, estábamos llevando a cabo una misión especial, pero los jinetes que quedaron de recogernos jamás llegaron, ¿es posible que hallan sido interceptados? –

    Los dos oficiales hablaron en su gutural lengua por un rato y luego el que parecía entender el idioma del Caribe habló nuevamente en su acento bárbaro.

    –Compañía, emboscada, norte –dijo el oficial de los jinetes señalando una posición varios kilómetros al norte –Retirada, ellos allá –luego señaló a la posición del campamento principal del ala izquierda del gran ejercito de Duque de Limlumb –luego el oficial dio un profundo suspiro –tribu Puskas, cobardes –


    Luego el ninja se arrodilló implorando al par de oficiales para que llevaran a su ama al campamento. Sin embargo el primer oficial parecía renuente a las palabras del oficial traductor, quien parecía haber simpatizado con la joven caballero de Atkascha. La situación se acaloró tanto que casi llegan a las manos. Cuando terminaron de gritar, el oficial que había hablado con ellos desmontó, se agacho para tomar suavemente el cuerpo de Agrias que ardía en una fiebre muy alta, la montó en su ave y luego el mismo montó, quedando Agrias entre los musculosos brazos del oficial y las riendas.


    El oficial dirigió unas ultimas palabras llenas de odio al otro y luego azuzando a su ave que se limito a dar un gran chillido parecido a un –¡QUARRRK! – precipitándose a una carrera rápida hacia el campamento, mientras los ninja seguían su camino, con el mismo ahínco, para salvar a los pocos magos sobrevivientes y llevar a demás el cristal de Ragnaroc al campamento que estaba a media jornada de camino.








































    9
    La Batalla De Balastera, PARTE II




    El gran imperio Latino. En realidad era una alianza más bien inestable de una inmensa cantidad de tribus y señores poderosos, que con el tiempo habían ido aliándose los unos a los otros, jurando fidelidad a hombres más y más poderosos.


    Con el tiempo estos estados, unidos por una cadena casi infinita de vasallaje produjeron tres grandes naciones. En el norte se encontraba la región de Guayana. La mitad de la región estaba compuesta por grandes montañas que se elevaban hacia el occidente que constituían una macizo que ocupaba la mitad del país, al oriente se extendía hasta el gran rio de las Amazonas. Al sur llegaba hasta un afluente del rio de las Amazonas, el rio negro, llamado así porque las hojas del gran bosque teñían sus aguas de un color ocre oscuro.


    Al sur del Rio negro se encontraba la región de Floresta, la cual era atravesada por innumerables ríos incluyendo el de las Amazonas, allí lo ultimo de la gran selva aun permanecía de forma masiva, aunque los grandes llanos se extendían en medio de los valles de los ríos, sirviendo como base para la agricultura. La región de floresta limitaba al occidente con la gran cadena montañosa que la separaba del imperio de Gestal. Al sur, se extendía hasta los grandes bosques negros y las tribus de jinetes de las aves del terror. Al oriente llega hasta los montes Araguaia que lo separa de la región de Planalto, la capital de Floresta era Limblumb.


    La región mas grande es la de Planalto, constituida por un extenso macizo de mesetas, se extiende hacia el norte y hacia el oriente con el gran océano, hacia el occidente con la región de Floresta y al sur con las tribus bárbaras y los bosques negros. La región de Planalto se caracteriza por el flujo cultural con los barbaros del sur, por lo que el uso de mercenarios jinetes se ha extendido incluso desde los tiempos de los reinos en guerra.


    Sin embargo hace unos 200 años los tres reinos realizaron una tregua e instauraron una familia real en la capital religiosa en Atkaska, una ciudad ubicada en una isla en la desembocadura del rio de las Amazonas. De esa forma las fronteras formales de las regiones se abrieron y los grandes señores comenzaron buscar súbditos en las otras. El poder real del imperio siempre ha recaído en el noble que obtiene la mayor cantidad de apoyo de los súbditos, mientras el emperador se mantiene con un grupo reducido de tropas de elite en la capital espiritual.

    Tan heterogéneo grupo de naciones conforma a su vez un heterogéneo ejército, muchas veces mas numeroso de lo que los generales desearían, y muy poco predispuesto a una lucha larga.



    El Duque de Limlumb era conocido por sus habilidades técnicas y militares. Había adquirido el apoyo de las noblezas locales de Guayana y de Planalto. De esta forma había reclutado un gran ejército feudal con gran variedad de tropas auxiliares.


    El grueso del ejercito estaba constituido por tiradores. A diferencia de los semiprofesionales soldados de Gestal, los tiradores latinos no llevaban protección alguna, a menos que ellos mismos despellejaran algún monstruo de los bosques. El estado les daba rifles de combate a mediana distancia, pero con un calibre pesado, siendo más útiles mientras mas cercanos estuvieran al enemigo. Los proyectiles eran grandes perdigones que se desintegraban en el aire. El rifle latino era más pesado y corto, con un retroceso un poco fuertey una bayoneta mas pesada. De estas tropas jamás se esperaba mucho, aunque eran muy fáciles de reclutar. Eran alrededor de 25000 hombres.


    La caballería en el imperio latino era una prerrogativa de la nobleza, por lo cual solo podían levantar un número más bien pequeño de caballeros, pertenecientes a una gran cantidad de órdenes diferentes, y que a menudo sentían resentimiento entre ellas. Por lo cual en grandes batallas estaban poco predispuestos a formar cuadros defensivos grandes, en lugar de ello, formaban pequeños cuadros independientes siempre que podían, al contrario de los Gestalianos, que siempre colocaban a sus caballeros en un único cuadro generando un domo defensivo más extenso y solido. El total de caballeros del Duque y sus aliados sumaban unos 3000 hombres.


    Los granaderos ninja eran más comunes en el imperio latino, siendo una tropa mas idónea para los bosques y selvas que se extendían entre las tres grandes regiones. Cada caballero llevaba un sequito de tres ninjas granaderos, con todo el equipo necesario, por lo que los ninja del ejército del Duque sumaban un total de 9000 hombres.


    A parte de ello, se había contratado varios escuadrones de jinetes de aves del terror, que actuaban independientemente y sumaban un total de 2000.



    El ejercito de Cornelio tenia una proporción marcadamente inferior de tiradores, apenas tenia 2000, pero todos ellos excelentes profesionales, entrenados para atacar por sorpresa, momento en el cual la armadura vital no esta desplegada, por lo que las armas de fuego podían desplegar su ancestral poder aunque fuera por un breve periodo de tiempo.


    También llevaba 1000 ninja granaderos excelentes guerreros, hábiles no solo en arrojar objetos, si no también en otras habilidades que los hacía mas mortíferos y eficientes que sus contrapartes en el este.


    En lo que si superaba Cornelio al ejército del Duque era en sus caballeros, pues los Gestalianos habían extendido el servicio en la caballería a todo aquel que se costeara el equipo y la pensión de entrenamiento desde la edad de 10 años. Los caballeros de Cornelio sumaban un numero de 5000, aunque individualmente inferiores a los latinos, estos hombres trabajaban como una sola unidad, jamás rompían filas para obtener distinciones personales, por lo que los domos defensivos jamás se fracturaban.


    A parte de esto Cornelio contaba con los caballeros dragontinos, una unidad con un entrenamiento más duro que el de los caballeros, y que formaban en medio de las filas de caballería, sumaban un total de 1700 hombres.


    Finalmente Cornelio contaba con 120 hombres y mujeres de tropas auxiliares de elite, entre magos negros e invocadores, que podían causar estragos y no estaban ocupados con labores de mando, como si lo estaban los del imperio Latino.


    El comandante del ejercito del latino no era el Duque, aunque este había dado el dinero, reclutado la tropa y esbozado el plan estratégico, si no un sobrino suyo, el conde Elmdor señor de Avaré y Acaí las grades fortalezas de Limblumb en el occidente.


    Con 39 años, el conde Elmdor había demostrado su pericia y carisma muchas veces en el combate contra los bárbaros, y en las infinitas rebeliones de campesinos latinos. Mas un capitán de campo que gozaba con batallar en el frente que un estratega, se había subordinado a su tío a una temprana edad, conformándose en un dúo demoledor.


    El Duque podía esbozar planes de campaña increíblemente detallados sin necesidad de dejar su castillo, mientras el gran carisma del conde hacia que los hombres lo siguieran a donde fuera ejecutando cuidadosamente las indicaciones de su tío. Sus habilidades de batalla lo habían llevado adquirir el nombre del rayo de plata.




    Habían pasado dos días con sus noches desde el colapso de la gran flota de Gestal, pero sus tiradores y ninjas habían logrado dar cuenta de los exploradores enemigos exceptuando algunos jinetes. Cornelio había organizado a demás partidas de caza y recolección hacia las tierras del norte, donde la presión enemiga era menor, mientras extendía su frente hacia los ríos que enmarcaban sus flancos. Los latinos habían comenzado a avanzar trasladando sus pesados cañones de bronce lentamente, a través de los puentes, para llegar con el máximo nivel de fuerza contra las líneas del enemigo.




    –Reino –dijo Ada – ¿por que siempre te escondes? Casi nunca te veo y ¡se supone que eres el capitán de nuestro equipo! –

    –Lo siento mi señora –repuso Reino haciendo una profunda reverencia –lo que sucede es que los demás siempre sienten temor de mi, prefiero estar aquí lejos de todos y evitar así sus miradas de pánico –

    –¿piensan que puedes enloquecer en cualquier momento? –preguntó Ada, posicionando su bastón en el suelo y mirando a Reino con expresión inquisitiva

    –Los Arios –dijo Reino con amargura –así llaman los humanos normales a lo que como yo hemos enlazado a tres o mas espíritus de invocación –

    –¡Ya lo se! –repuso Ada –quien crees que soy, ¿mi hermano? A los seres humanos nos cuesta llevar a mas de un espíritu de invocación, ya que ellos se almacenan en nuestras mentes, y su energía fluye a través de nuestros cuerpos haciéndonos mas fuertes o mas agiles, entre mas espíritus enlaces mas fortalezas y mas energía fluye por tu cuerpo, hasta que llegas al limite, el tercero. En ese momento es tanta la energía que tu cuerpo la somatiza, tus cabellos de vuelven blancos, tu piel se aclara, y tus ojos adquieren un destello luminoso. Cuando alguien que no tiene la fuerza suficiente se enlaza a más de dos espíritus, su mente puede sucumbir, puede perder la memoria o volverse loco, y un loco con tres espíritus de invocación y los poderes que ellos le otorgan es tremendamente peligroso. Sin embargo existen individuos excepcionales que pueden adquirir el poder de tres espíritus–

    –Parece que usted sabe mucho sobre nosotros –contesto Reino –¿a caso alguien de su familia fue uno de nosotros? –

    Ada permaneció como una estatua por un momento. Cuando fue a abrir la boca Quistis se presentó.

    –Ya es hora –dijo Quistis –los sucios bárbaros están avanzando, el general te llama, Ada –

    –¿Mi abuelo? –respondió Ada, como volviendo de un mal sueño –¿que deseará?–



    Quistis y Reino escoltaron a Ada hacia el Corazón de León, mientras Ada cada vez mas nerviosa no hacia mas que repasar procedimientos y conjuros.

    –Estas preocupada por el, ¿no? –dijo Quistis con expresión cizañera, a pesar de lo presionante de la situación.

    –Yo no es estado pensando en Rad –repuso Ada con tono seco


    –Yo me refería a tu hermano –contestó Quistis, conteniéndose para no estallar en carcajadas. Ada notó esto y la fulminó de una sola mirada. En eso llegaron al puente de mando. Al verla Cornelio despidió a todos sus oficiales, hacia sus posiciones y ordenó la retirada de todos de la sala a excepción de su nieta.

    –Bien. ¿Estas preparada? –preguntó Cornelio, que contemplaba desde el gran ventanal de su nave hacia el sur, donde una gran nube de polvo, delataba el lento pero seguro avance de las tropas enemigas. Ada miró hacia el suelo, temerosa.

    – ¿Tengo opción? –contestó ella, con un tono agudo, tratando de imitar su vocecilla de cuando era una niña pequeña.

    –Claro que la tienes –contestó Cornelio girando hacia Ada –puedo ganar esta batalla, sin necesidad de las habilidades de la familia, pero –

    –¿Pero que? –preguntó Ada impaciente

    –Ya deberías saberlo –dijo Cornelio –el costo en vidas seria muy alto. En especial las vidas de los tiradores, ellos estarán apostados a lo largo de nuestros flancos, mientras oleadas de bárbaros intentan pasar los ríos, será una masacre, pero muchos de mis tiradores morirán allí. Existen ocasiones querida, cuando ni el valor ni la experiencia pueden contra el gran numero de enemigos que se abalanzan sobre ti, despojados de todo miedo o sentido común, ocasiones donde lo único que te queda es dañarlos mas a ellos de lo que ellos te puedan dañar a ti –

    – ¿Por que me hablas de los tiradores? –preguntó Ada con un tono de nerviosismo cada vez mas evidente

    –No estoy ciego mi niña –contestó Cornelio

    Ada no respondió

    –Amor cortes –dijo Cornelio, sin dirigirse especialmente a Ada –es o fue una tradición entre los nobles cuando nuestra nación no era mas que una pequeña ciudad en las regiones del norte. Jamás pensé que un plebeyo tuviera la erudición suficiente para escribir poemas tan elaborados–

    – ¡¿Me has espiado?! –dijo Ada llena de cólera –leíste mi correspondencia, ¡¿cuantos sapos has puesto para que observen mi comportamiento?! –

    –Todo un ejercito mi pequeña, todo un ejercito –dijo Cornelio con una medio sonrisa –pero no temas, el chico ha demostrado su gran aprecio por ti y tu alma–

    – ¿A que te refieres? –preguntó Ada con un sobrecogimiento en el pecho, una sensación extraña se le acomodó entre pecho y espalda, como un gran vacio un dolor sin nombre, un terror invisible.

    –Anoche se presentó ante mi –contestó Cornelio impasible –y me imploró que no te obligara ha destruir al enemigo, pero le respondí que esa era tu decisión. Entonces me pidió el favor de que por lo menos le permitiera encabezar una delegación de dialogo, para ver si podíamos salir de este predicamento por el dialogo. Me negué, pero insistió tanto, que decidí otorgarle plenos poderes para efectuar un dialogo en medio de las filas–

    Ada abrió sus preciosos ojos, llenos de estupor.

    –También me entregó todos sus escritos, sus poemas y esta carta, para ti –continuó Cornelio
    –Lo enviaste a su muerte –dijo Ada, que estaba pálida como un bloque de mármol, pero que por alguna razón, no soltaba lagrima alguna. Tomó la carta y la leyó lentamente.


    Mi señora, espero que no me odie por la acción que de decidido realizar. Sin embargo siento que seria para mí mil veces peor ver como la pureza de su alma es destruida por la sangre de miles de soldados, es por eso que me dirijo ahora hacia el gran conde, con la esperanza de que detenga su locura. Tal vez sea cierto que esto lo haga por miedo a observarla a usted si llega a perder la pureza que me cautivo en aquella ocasión y e decidido morir antes que presenciarlo, la verdad no lo se. Pero si se esto, si está entre mis manos detener esta guerra, lo aré cuésteme lo que me cueste, siempre suyo Rad.


    –Me hubiera gustado conocer a aquel muchacho en una situación diferente –dijo Cornelio, mientras observaba cuatro grandes pilotes que se habían levantado en medio de las líneas enemigas, donde yacían los cuerpos inertes de cuatro hombres, los mensajeros que Cornelio había enviado a Elmdor con el deseo que realizar un trato de paz, pero que los belicosos nobles del conde habían tomado como acto de debilidad.


    Ada se retiró sin despedirse de su abuelo, sus ojos ahora eran iluminados por el odio hacia los barbaros del este.




    Silver y Delita avanzaban a toda velocidad todos cubiertos de sangre. Mientras el suelo bajo ellos se tambaleaba rítmicamente, bajo la presión de un gran peso.


    –¿Tenias que matar a esa cría de Rexaur? –dijo Delita entre jadeos e insultos

    –¿Y que culpa que esa cosa nos halla atacado en medio de un grupo de Raptores? –contestó Silver

    Silver y Delita se habían enfrentado a una manada de Raptores unos monstruos bípedos muy extraños, pues eran la mezcla entre un pájaro y un lagarto, corrían en dos patas como pavos, pero sus fueses estaban llenas de dientes afilados, lo mas peligroso era sus garras en forma de hoz en el dedo pulgar de los pies, el cual tenia efectos terribles sobre la blanda piel humana.


    El problema es que la manada de raptores no los estaba cazando a ellos, si no a una cría de Rexaur, un monstruo bípedo parecido al raptor pero con brazos más cortos y mucho más grande, alcanzando unos 12 metros de largo.


    Delita y Silver creyeron que los raptores los estaban atacando a ellos como muchos otros grupos de monstruos durante todos esos días, por lo que los eliminaron, con la confusión la cría entró en pánico y atacó a Silver quien la degolló de un sablazo mientras la madre lo observaba todo desde un promontorio a una buena distancia. Desde entonces la furibunda madre los había perseguido por todo el bosque negro.

    –Velo desde el punto de vista positivo –dijo Silver mientras avanzaban a toda velocidad por una zona bastante espesa del bosque, pues la criatura los había forzado a desviarse.

    –¿Y se puede saber cual? –contestó Delita

    –Con esa cosa siguiéndonos, no nos ha atacado ningún monstruo –repuso Silver –hemos avanzado en dos días, lo que no hemos hecho en varias semanas– Sin embargo en ese momento Silver sintió un extraño presentimiento, deteniéndose en seco en un claro del bosque.

    –¡Que haces entupido! –dijo Delita haciéndole señas a Silver para continuar –¡debemos darnos prisa para encontrar un refugio! –


    –Ya no es tiempo de jugar –dijo Silver con expresión ceñuda mientras desenfundaba su sable y se preparaba para entablar la lucha.




    Los cañones Latinos si bien eran más pesados, no traspasaban los domos de energía mágica hechos por los escudos de los caballeros de Gestal. Mientras que el propio Elmdor se veía en dificultades para ordenar a su caballería en un solo cuerpo y avanzar hacia el radio de tiro enemigo. Mientras eso sucedía, las oleadas de tiradores Latinos hostigaban a los Gestalianos en los flancos, aunque no se atrevían a lanzarse a nado. Ada se acercó a Kefka.

    –General –dijo Ada –necesito que uno de sus tanques me acerque a la posición enemiga, allí cerca de los pilotes –

    –Eso es el centro de la formación enemiga, allí están los caballeros enemigos –dijo Kefka –los cañones enemigos destrozarían a mis ATM antes de llegar a una distancia efectiva de fuego–

    –¿Acaso he dicho que atacara con sus ATM la formación enemiga? –dijo Ada ásperamente –solo necesito que me lleve a una distancia mas cercana, ¡hasta pilotes que marcan la mitad del camino! –

    –Acaso debo obedecer las ordenes de una chiquilla –dijo Kefka con molestia –vete de aquí y ¡no molestes! –

    El comandante Strife observó todo lo sucedido y ofreció a sus mejores caballeros para escoltarla.

    –Sus caballeros correrán peligro –dijo Ada –los soldados en el interior del acorazado estarían mas seguros, pues lo que haré no reconocerá ni rango, ni bando–

    –Mi señora –contestó Cloud –mis caballeros se entrenan para misiones como esta –

    En eso Quistis y Reino aparecieron como de la nada.


    –¿Esperabas patir sin nosotros? –dijo Quistis cruzada de brazos –¡tu abuelo nos haría corte marcial si te dejamos sola! –


    –Mi espada está para servirla señora –dijo Reino haciendo una leve inclinación

    –¡Ya deja de lamber tanto Reino! –dijo Quistis –¡no pareces ni un comandante ni un Ario! –Reino observó a Quistis de reojo, haciendo que esta sintiera una sensación de sobrecogimiento, como un gran sabueso que espera la orden para despedazar a un pequeño zorro, pero que al girar hacia su amo, se convierte en la criatura más adorable e inofensiva del mundo.

    –Superiora Trepé –dijo Ada con una expresión de tristeza –se que mi abuelo sabría dispensarla de sus obligaciones si yo se lo pidiera. Pero dudo mucho que eso a usted le agrade. Lo que verá allá puede que sea peligroso y que la causante de ese peligro sea yo misma, por eso le pedí a Kefka una de sus maquinas, en verdad no deseo poner en peligro a escoltas desprotegidos –

    –No nos tomes por débiles alfeñiques –dijo Quistis haciéndose la ofendida –Te acompañaré al fin del mundo si es necesario, ¿no somos amigas después de todo?–


    –Está bien –respondió Ada con lágrimas en los ojos, tratando de ocultar los sentimientos de dolor y tristeza que sentía en ese momento. Reino no dijo nada, simplemente se limitó a avanzar hacia la derecha del cuadro de caballeros que había seleccionado Cloud entre sus mejores guerreros. Quistis ocupó el flanco izquierdo, desenrollando su látigo de piel de Molbol.
     
  7.  
    joseleg

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    La Batalla de Balastera Parte III




    Ada avanzaba en el interior de un cuadro, constituido por 50 caballeros selectos y a demás escoltado por varios de los mejores ninja del ejército sin contar a Quistis y Reino.


    Elmdor se mofó de tan pequeño ataque, por lo que ni siquiera los atacó con sus cañones, en lugar de ello envió a un gran número de sus ninjas. El combate arreció, las granadas explotaban a pasos de la formación de escudos, que avanzaba lentamente a través de la llanura, mientras los ninjas de Gestal desaprecian en nubes de humo, dejando en su posición bloques de madera para que recibieran el impacto de las granadas y los churiken enemigos volviendo a aparecer en la retaguardia de los contrincantes degollándolos.


    Reino desenfundo un par de sables gemelos de un metro de largo y cerró los ojos. Luego, como ejecutando los pasos de una danza, ejecutó a cada enemigo con un golpe fluido y elegante, los enemigos morían sin el mas mínimo dolor o sufrimiento, sobrecogidos por su inmensa energía.


    Quistis era rodeada por su largísimo látigo hecho con tentáculo de Molbol, un monstruo que se encontraba más allá del gran océano oriental. El látigo era de un color verde, era grueso en la base la cual estaba conectada a una empuñadura de acero similar a las de las espadas, cubierta con piel de buey, a lo largo, el látigo se hacia cada vez mas y mas pequeño, llegado a cierto punto, de los lados del látigo se proyectaban pequeñas espinillas venenosas, que salían del látigo si se aplicaba suficiente mana sobre el. La punta del látigo también estaba envenenada y era increíblemente delgada.


    Quistis batía su látigo a diestra y siniestra en una apariencia caótica, pero en verdad creaba un muro defensivo ofensivo, ningún ninja se atrevía a acercarse, y los que lo hacían eran golpeados por el látigo, que les destrozaba los petos y penetraba en la carne como si fuera una espada, para salir igual de rápido y continuar haciendo es efecto de pared impenetrable.

    Este esquema se repitió una y otra y otra vez, por lo que después de un rato, podía notarse la estela de muerte que rodeaba al avance de la pequeña formación de caballeros. Sin embargo Ada avanzaba absorta en sus pensamientos, no ponía atención ni a los explosivos ni a los aullidos de muerte de los guerreros agonizantes, ni siquiera de los que la estaban resguardando. En su interior algo había cambiado, un odio crecía poco a poco, exigiendo una adecuada vegaza. Así llego donde estaban los pilotes.



    Rad se encontraba allí, atado y desnudo, su piel estaba marcada por el huella del látigo, la lanza, el cuchillo y la espada, le habían despojado de su legua, su nariz, sus orejas y su cuero cabelludo, solo le habían dejado los ojos, para que pudiera observar impotente, la destrucción de sus camaradas.


    Su cabeza no era más que una calavera grotescamente deformada por el dolor. Entonces para el terror de Ada el rostro de Rad giró un poco, ¡aun estaba vivo!. Ada soltó el cetro y se llevó las manos a la boca. Mientras Rad lo único que pudo hacer fue esbozar unas mudas palabras con sus descarnados labios, y admirar la belleza que había tratado de proteger desvanecerse bajo un mar de odio y resentimiento, y antes de que aquella luz de inocencia desapareciera, la luz del mundo se apagó para el, bajo un único deseo, que Ada pudiese vivir algún día en paz y feliz.

    Ada tomo su cetro y se levantó, mientras una llama dorada comenzaba a engolfar su cuerpo. Los veteranos caballeros que la rodeaban sintieron temor de ella, y titubearon, ella avanzó en medio de la formación hasta que comenzó a caminar sola, en medio del campo. Ni Quistis ni el mismísimo Reino se atrevieron a detenerla.


    Entonces los ojos de Ada sufrieron un extraño cambio, sus pupilas desaparecieron detrás de un destello verde brillante, sin embargo el destello no se quedaba quieto, era como un nubarrón que se movía en el interior del globo ocular de Ada como si fuera aceite sobre el agua.


    Ada pudo ver y sentir el poder de cada uno de los ninja que la rodeaban en ese momento de los caballeros y de sus compañeros de equipo, aprovechando que sus guardaespaldas se habían quedado quietos presas del pánico.


    –Señora de las hadas, acude a mí llamado –dijo Ada levantando su cetro al cielo –dame la fuerza para despertar los poderes ocultos que residen en todos nosotros –


    En ese momento el espacio sobre Ada y los demás se abrió, formando un hueco negro, mientras que en la tierra un circulo mágico se extendió desde el centro que era la propia Ada, un viento con destellos verdosos se abrió paso a través de aquel agujero negro, envolviendo a Ada y luego materializadote sobre ella.


    Primero cuatro grandes alas de libélula trasparentes, que agitaban rápidamente, liberando un polvo de un aroma reconfortante. Luego, una silueta de formas redondeadas se materializó poco a poco, de esa forma, la silueta de algo parecido a una mujer se conformó. Su piel era rozada, lisa y brillante, su cabello literalmente era de oro que llegaba hasta los tobillos, cubriendo su protuberante busto y su vientre, el rostro de aquel espíritu de invocación era el de una doncella, de cabello rizado y ojos verdes como los que estaba manifestando Ada en ese momento, de los ojos salían un par de líneas multicolores que atravesaban los pómulos del espíritu.


    En la frente llevaba una pequeña tiara de mitril, con una pequeña perla en el centro. Esta era Silphide uno de los dos espíritus consagrados a la familia Leone que generalmente era enlazado por un miembro femenino. Silphide era uno de los espíritus de invocación mas poderosos, aunque no era un espíritu ofensivo, quien la enlazase vería su armadura vital multiplicar su poder varias veces, así como su poder espiritual y su poder magico, a demás Silphide te prestaba algo de mana para realizar hechizos de forma inconciente.


    El espíritu poseía una afinidad relativa con todas las naturalezas elementales reduciendo los ataques de cualquier elemento a la mitad. A demás de eso, se decía que era el espíritu que concedía el mayor número de hechizos, la mayoría de los cuales servían para curar todo tipo de maldiciones.


    Sin embargo su capacidad mas importante era que otorgaba la habilidad de doble invocación simultanea, permitiendo al invocador, traer a dos criaturas al mundo real para combinar sus poderes.


    –Señor de las llamas, acude a mi llamado – dijo Ada levantando nuevamente su cetro, con el asombro de todos los presentes. Incluso Reino y Quistis estaban impresionados, pues era la primera vez que veían a un invocador hacer un llamado simultaneo –devora con tus llamas a estos seres indignos de ser llamados hombres –


    El círculo mágico en el suelo, se hizo más grande y complejo, mientras el agujero sobre ellos comenzó a hacer sonidos extraños.


    Entonces una bola de fuego apareció del agujero negro cayendo sobre Ada, haciendo una explosión, las llamas resultantes se levaron configurándose en la silueta de una criatura mitad hombre, mitad león, con cuernos de toro.


    –¡Silphide! ¡Ifrit! –gritó Ada convocando simultáneamente a dos espíritus de invocación. Ambos ejércitos se sobresaltaron ante aquella situación, aunque Elmdor simplemente sonrió, si ni siquiera veinte invocadores con veinte Ifrits dañarían a sus caballeros una vez que ellos activaran su hechizo de SHELL ¿que haría una niñita con solo dos espíritus de invocación?. El comandante que Elmdor había puesto a capitanear el centro dio la orden, aunque las diferentes órdenes de caballeria demoraron en activar el hechizo contra ataques mágicos y de espíritus de invocación.


    Pero, por alguna razón, Ada retuvo a sus espíritus, esperando a que sus enemigos se prepararan al máximo. Mientras Silphide observaba con una mirada picara a los enemigos en frente, que parecían estar mas enamorados de ella que otra cosa. Sin embargo Ifrit observaba con deseo de destrucción, le provocaría un gran placer ver como aquel montón de carne serviría de combustible para sus amadas llamas.


    Era tal el deseo de Ifrit que Ada sentia como un palpitar en su mente aquellas palabras “carne, carne, no son mas que carne para mis llamas”


    –Siphide, libera los poderes escondidos de Ifrit –dijo Ada con una expresión bastante calmada y fría –“!polvo de Hadas!” –


    Dicho esto Ada sobrevoló a Ifrit cubriéndolo con su polvo y finalmente abrazándolo. El cuerpo de Ifrit rebozó de energía, y un aura escarlata cubrió todo el campo de batalla como si un pequeño sol rojo hubiera descendido sobre la tierra. Tan densa y extensa era, que lo único que los hombres veían era un manto rojo, como una niebla sanguinolenta que todo lo cubría.




    Silver estaba jadeando, cubriéndose el costado con la mano izquierda y con la otra sosteniendo su sable con el filo en el suelo, Delita no se encontraba mejor, mientras la Rexaur estaba en frente de ellos, lista para dar la ultima dentellada.


    El gigantesco monstruo se abalanzó sobre Silver, que tenia los músculos completamente entumecidos. Entonces se escuchó una gran explosión, el Rexaur se irguió despidiendo un terrible rugido de dolor, que paralizó a toda criatura a varios kilómetros a la redonda.


    El monstruo giro su gran cráneo hacia Delita, para observarlo ahora con su único ojo sano, mientras Delita se desplomaba en el suelo arrodillado y exhausto. Entonces Silver observó el cuello de la gran bestia y recordó como los raptores cazaban a sus presas. Los raptores no atacaban entupidamente las corazas armadas de los grandes lagartos herbívoros, si no que se abalanzaban sobre la cabeza del enemigo y empezaban a patear el cuello, donde no había escamas y la piel era delgada.


    Entonces haciendo acopio de la ultima gota de fuerza que le quedaba, cerró los ojos, para incrementar el flujo de mana, y poder cargar la energía suficiente sobre su cuchilla. Luego abanicó hacia arriba, liberando una onda de energía cortante. Sin embargo el Rexaur sintió el peligro dando un pesado salto hacia atrás, no sin evitar que la hoja de energía le arrancara un enorme pedazo de piel, carne, músculo y una fracción de su yugular. Al caer sobre sus dos patas, el suelo tembló, derribando a Silver.


    El Rexaur permaneció allí inmóvil, observando alternativamente a Delita y a Silver, mientras la sangre se le escapaba copiosamente por la terrible herida. Así, poco a poco, el calor se fue de su cuerpo, junto con su fuerza, cayó al suelo, casi aplastando a Silver, quien pudo ver el ojo del Rexaur apagarse.


    Entonces Delita y Silver vieron como el aura del Rexaur parecía condensarse en una neblina y dejaba el cuerpo de su antiguo hospedador. La neblina se movió, separándose en dos partes iguales, una en dirección de Silver, y la otra sobre Delita. Los mantos rodearon a Silver y a Delita, quienes sintieron como, la gran fuerza del Rexaur incrementaba las suyas, incrementando todas sus habilidades físicas.


    –Esto –dijo Delita forzadamente y con una sonrisa de satisfacción en su rostro –si es a lo que yo llamo “crecimiento –dicho esto se desplomó en el suelo pensando que jamás volvería a despertar.


    El mismo manto de oscuridad se sumió sobre Silver, que no paraba de mirar hacia el horizonte del sur, hacia donde le parecía ver una pequeña estrella roja. Pero pronto el dolor y el agotamiento también lo derrotaron, en su mente solo había una cosa, su hermana Ada.




    En el cielo, mil estrellas se manifestaron, esferas, mil esferas de fuego, flotando por sobre la cabeza de los caballeros latinos, mientras el aire se calentaba a niveles sofocantes. Los caballeros estaban siendo hervidos en sus propios jugos bajo sus mantos, sus pesadas corazas y sus ajustadas cotas de malla, mientras los ninjas latinos que estaban de escaramuceadotes en el centro emprendieron la retirada. ¡Era demasiado tarde!


    Como meteoros las esferas de fuego se abalanzaron sobre el domo antimagia, en un principio el muro resistió, haciendo detonar los ataques a una distancia segura, pero con cada ataque se consumía una fracción de mana de cada caballero, y se desprendía una fracción del rubí engarzado en cada uno de los escudos.


    De pronto, como la superficie de un lago tocada por una pluma, la integridad del muro comenzó a comprometerse, fuertes hondas recorrían el muro, como las hondas que se extienden en una superficie de agua que está a punto de ser penetrada. Lo peor era que tan pronto una de estas estrellas era lanzada contra el domo otra se formaba. Pronto los rubíes de los escudos estallaron, reventando los escudos e incluso los brazos de algunos caballeros, que caían al suelo mutilados, envueltos en sangre y gritando de agonía, no solo por el dolor, si no porque sabían que ese seria su fin.
    El calor al interior del domo mágico comenzó a crecer y pronto un olor acre a carne quemada se expandió por todo el cuadro de caballeros. Luego otros vacilaron, mientras la mayoría se dejaba invadir por el pánico que impedía que el flujo de mana fuera el suficiente y como piedrecillas arrojadas a un estanque, las bolas de fuego penetraron.


    Miles de explosiones se produjeron simultáneamente, envolviendo la tierra en un manto de plasma ardiente. Ifrit rugió de éxtasis, mientras todos los hombres en el campo de batalla, aliados o enemigos, hombres o mujeres, jóvenes o viejos, valientes o cobardes, arrojaban sus armas al suelo, sobrecogidos por el verdadero poder de un espíritu de invocación, observaron el poder que una vez casi habia llevado a los seres humanos a la destrucción.


    Algunos no soportaron tanta presión y murieron, mientras otros se apuñalaron al cuello. Entonces Ada detuvo a Ifrit desvaneciendo su presencia del mundo real. Silphide hizo lo mismo, mientras las llamas se extendían, por todo lo que alguna vez había sido el centro del ejercito enemigo, Elmdor había perdido a sus caballeros. De entre las llamas emergieron nubarrones brumosos que se unieron en una sola masa enorme que rodeó el cuerpo de Ada haciéndola mas fuerte. Sin embargo, la presión del momento habían dejado desecha a Ada quien cayó al suelo, desmallada y medio muerta.




    Había sido una perdida terrible, el propio Elmdor estaba herido por algunas explosiones que alcanzaron su posición. Pero los nobles no habían admitido su derrota. Reunieron a todas sus fuerzas por la noche, para lanzar una contra ofensiva a la mañana siguiente, cuando el fuego en el centro se disipara.


    El problema fue que al día siguiente, las llamas no se disiparon, de hecho eran tan altas como el día anterior, enormes lenguas escarlatas que se levaban de diez a veinte metros que se sustentaban sin ningún material pues todo lo que alguna vez estuviera vivo ahora había sido convertido a meras cenizas, impedian el paso de aquel aun numeroso y pomposo ejercito.


    De esa forma, los Latinos acamparon detrás de las llamas, sin cañones ni caballería. Elmdor fué enviado a su fortaleza de Acaí junto con los caballeros sobrevivientes, los heridos y parte del tren de viguillas escoltados por los jinetes de aves del terror. Con todo el ejercito Latino aun era el doble del Gestaliano, y los nobles confiaban en el peso del numero.


    Pero la segunda noche, después del ataque de Ifrit, dos navíos Gestalianos hicieron su aparición como de la nada, liberando una nutrida lluvia de cañonazos y ataques mágicos por hechiceros ubicados desde aberturas en el techado metálico del centro de las naves, descomponiendo gran parte del campamento Latino.


    Los nobles reagruparon forzadamente lo que no había muerto o huido y para la tercera mañana después del ataque de Ifrit, pudieron ver que las llamas habían desaparecido en gran parte, solo quedaban pequeños reductos, como plantas que crecen en las grandes alturas, o pequeñas fogatas que se resisten a la bota o a la arena de los viajeros. El suelo bajo las llamas era negro y tenía una apariencia vítrea, pero lo que mas les llenó de espanto fue ver la posición del campamento enemigo. Los Gestalianos habían preparado una fortificación improvisada pero obviamente efectiva, con varios terraplenes y cañones, a demás de los ninjas ahora ubicados en los flancos, todos preparados para ejecutar a los atacantes.


    Los soldados Latinos temblaron de miedo y comenzaron a correr despavoridos, bajo los impotentes gritos y advertencias de los nobles, que finalmente tuvieron que hacerse a la fuga al ver que los tiradores de Gestal se ponían a tiro y los ninja granaderos avanzaban por los flancos. La masacre que siguió fue famosa por varios años. La batalla recibió el nombre de un pequeño caserío al norte de la posición de la posición de Cornelio llamada Balastera.






























    11
    ¡La Misión de la Niebla!




    Las ultimas luces de un mundo terminado, era lo que observaba un pequeño niño mientras caminaba a la sima de una colina azotada por las ventiscas, en lo alto se vislumbraba una silueta bastante pequeña, que parecía a un murciélago.


    Sin embargo cuando se fijaba la vista, podía verse que su forma era bien diferente. Tenia seis extremidades, dos alas enormes y anchas, que aleteaban tranquilamente para mantener a la criatura en los aires, las alas eran sostenidas por poderosos brazos que servían de marco una gruesa membrana, en el vértice de las alas podía verse tres garras diamantinas que reflejaban y amplificaban la luz de luna llena.


    Una larga cola, mas larga que dos veces el largo del cuerpo de la criatura se bamboleaba en el cielo como si fuera una serpiente. Dos brazos y dos piernas humanoides con una poderosa musculatura y sosteniendo temibles garras diamantinas.


    Toda la criatura estaba cubierta por una iridiscente piel de escamas que cambiaban de color según la luz incidiera sobre ellas, alternando mayoritariamente entre el negro, el azul oscuro y el violeta oscuro.


    El chico permaneció un rato observando a la criatura, mientras esta revoloteaba extasiada sobre los restos llameantes y humeantes de la antigua ciudad. Entonces el chico se percató de la presencia de alguien mas, un hombre con una capa blanca que se sostenía sobre un gran cetro de oro que también observaba a la criatura. El chico se acercó al hombre, pero no dijo nada. El hombre tampoco reparó en la presencia del chico, lo único que podían ver era al rey de los dragones hacer una danza en el cielo, una danza de éxtasis, una daza de destrucción.


    La luz del sol atravesó los parpados de Silver, entonces regresó desde el inframundo de los sueños, mientras un inmenso ardor le invadía el rostro.


    Se levantó inmediatamente, tocándose el rostro, en las zonas donde los rayos solares habían hecho el mayor daño, se hallaba rojo como una cereza. Observó a su alrededor, esperando observar a alguna criatura, pero nada. Entonces reparó en Delita, que se hallaba cómodo bajo unas enormes hojas, que lo protegían de la mayor parte de la radiación. A demás, a su alrededor se encontraban los restos de incontables frutas, de las cuales se había estado alimentando, mientras observaba como Silver se asaba lentamente bajo el Sol del medio día.


    Silver se levantó ofuscado, pero no dijo nada, simplemente se limitó a beber toda el agua que quedaba en su cantimplora y a buscar unos cuantos frutos, lo cual no seria fácil, ya que Delita había tomado los más accesibles. Silver buscó durante un rato y luego se sentó al lado de Delita.


    Permanecieron un buen rato inactivos, mientras Silver sacaba algunas pociones para aliviar el dolor de los continuos combates que ambos habían enfrentado durante días completos.


    Las pociones de viaje son los artículos de alquimia más fáciles de elaborar y también los de mayor demanda. Muchas personas se dedican a la alquimia con el único interés de obtener una buena cantidad de dinero vendiéndolas en algún bazar. Las pociones que se les proporcionaba a los estudiantes de la academia de Las Aguas por lo general eran pociones de campaña mucho más potentes y ligeres, pero Steiner les había prohibido llevarlas, ya que consideraba que los soldados deberían acostumbrarse a llevar solo el equipo básico.


    Al llegar el anochecer Delita prendió una fogata con su habilidad mágica de fuego, pero aun así no hablaron. Hacía mucho tiempo que no podían disfrutar de un buen descanso.


    Ha eso de la media noche, Silver que se encontraba en un estado intermedio entre la vigilia y el sueño abrazando a su sable como si fuera una doncella se levantó como por instinto. Su movimiento alertó a Delita.


    –¿Sucede algo? –preguntó Delita aguzando sus oídos, sin embargo Silver lo observó con una expresión sarcastica


    –¿Que pasa? pensé que ya los agudos oídos de Ifrit ya te habían sido concedidos –respondió Silver


    –¡Claro que si! –respondió Delita– ¡pero para eso requiero de una gran cantidad de mana! –


    –Si no puedes darte cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor, ahorra mana resultará un grave error –dijo Silver enfundando su sable y dirigiéndose hacia una arbolada.


    Delita extrañado por aquellas palabras cerró los ojos y concentró su energía mágica en sus sentidos mientras con su mente solicitaba el apoyo de su espíritu de invocación. Luego de un rato pudo escuchar, tres aves del terror estaban merodeando, sin embargo, estas no eran salvajes.


    El sonido de sus pisadas revelaba que estaban siendo montadas por jinetes que deseaban acercarse mas, pero las propias aves no lo permitían. Al darse cuenta de ello Delita desenfundó su espada, pero Silver le miró de reojo.


    –No será necesario –dijo Silver regresando al lugar de descanso –los pajarracos nos detectaron, y no se atreverán a acercarse, por lo menos no ahora y los jinetes ni siquiera saben donde están –


    En ese momento Silver giró nuevamente hacia la dirección de la arbolada, clavando sus ojos en aquella oscuridad –ya se retiran, por lo menos lo que queda de esta noche lo pasaremos sin problemas –


    –Es extraño –dijo Delita –no nos ha atacado ninguna criatura, desde que…–


    –Mi abuelo me contó que en ocasiones, las criaturas mas poderosas pueden otorgar algunas habilidades a los guerreros que las matan –dijo Silver volviendo a sentarse debajo de un árbol abrazando su sable –al parecer las criaturas mas débiles ya no se atreven a atacarnos porque nos toman como dos Rexaurs–


    –¿Crees que el maestro esperaba esto? –preguntó Delita


    –El maestro es un gran estratega –contestó Silver– esta misión… Se supone que somos embajadores que ratificaremos un tratado con los viejos de la Niebla, pero que durante el camino nos hagamos mas fuertes es un buen bono extra–


    –¿Acaso el emperador en verdad desea una alianza con esos bárbaros con cuerno? –preguntó Delita –escuché que en una ocasión, todo un batallón fue aplastado por solo tres de esos sujetos–


    –Si no puedes con tu enemigo, únete a el –respondió Silver


    –No me tomes por un chico que no sabe nada del mundo –respondió Delita –las ventajas militares son obvias para mi, sin embargo ¡los miembros del consejo de Vector no lo considerarán así! –


    –Es seguro que por eso es que mi abuelo trasladó a mi familia hasta aquí, la pedantería de los nobles de Vector no tiene paralelo, sin embargo, creo que problemas más urgentes nos aguardan–


    Delita y Silver se levantaron al unísono, unas cuantas horas después aun antes del amanecer ya que deseaban llegar a la aldea de la niebla por lo menos a media mañana. Habían perdido la línea del sendero, por lo que Delita frenaba el paso constantemente.


    Unas cuantas horas después, poco después del alba se encontraron con un gran precipicio que cortaba el camino hacia el norte y hacia el sur. Silver simplemente comenzó a trepar, pero Delita se detuvo, observando si había una pendiente practicable hacia el sur o hacia el norte.


    –¡Leone! ¿sabes por donde vamos? –preguntó Delita, sin embargo, Silver no le respondió, y se dedicó a seguir escalando, hasta que alcanzó la sima. Entonces se quedó observando un rato.


    –El desvío que nos pegó el Rexaur nos convino –dijo Silver con un tono despreocupado –puedo ver la aldea desde aquí, ¡apresúrate! –


    Dicho esto Delita comenzó a escalar el muro natural tan rápidamente y con tanta destreza, que cualquiera bebiera dicho que se trataba de un montañés acostumbrado a sortear los altos peñascos del occidente.




    La vista de la aldea de la Niebla era impresionante, había sido construida al estilo de las grandes urbes de Ivalice, de hecho la aldea de la Niebla era una ciudad en miniatura construida sobre una superficie casi plana que se elevaba abruptamente en los bordes de un gran río como si fuera una gran roca, el lugar era inaccesible por el norte, por el occidente y por el sur, mientras que una pendiente suave descendía por la cara oriental hacia el gran puerto y un poco hacia el sur la gran puerta flanqueada por dos inmensas torres de base redonda.


    La aldea era un lugar bastante grade de arquitectura cuadrangular, cada uno de los vértices de la ciudad estaba enmarcado por una torre de base redonda, en la cual se almacenaba una enorme piedra negra. Los más importantes los edificios de la ciudad se encontraban a medida que se ascendía, hasta que se encontraba con el palacio de los ancianos, una construcción en mármol blanco, con pilares de mármol en la entrada y con un capitel finamente trabajado en altorrelieve.




    –¡Algo raro sucede aquí! –dijo Silver observando el símbolo de las banderas que ondeaban en las torres, su símbolo era el de un águila dorada en cuyo pico había una rama de laurel. Entonces bajó la vista y observó que las puertas estaban siendo custodiadas por tiradores Gestalianos y no por invocadores.


    –Steiner dijo que una división había sido enviada por órdenes de Kefka para hacer maniobras de reconocimiento, pero que estas no ingresarían al territorio de esta gente –dijo Delita


    –Al parecer no pudieron contenerse –respondió Silver empuñando su mano tan fuertemente, que hubiera destrozado la muñeca que cualquiera de aquellos soldados.


    Delita y Silver ingresaron a la aldea, siendo inmediatamente reconocidos por unos soldados imperiales, que inmediatamente se pusieron firmes, para saludar al par de oficiales. Al ver el rostro de Silver todo pelado por la caída de la piel quemada casi no pueden contener la risa “parecía un niño de las montañas que va por primera vez a los ríos de los poblados mas cálidos de los valles internos de Latinia”, pero ante una mirada de soslayo de Delita los dos se pusieron aun mas firmes tragando un poco de saliva. Sabían que una burla a un oficial de alto rango seria castigada cruelmente con cien azotes.


    –Por lo que veo aquí (…) buscamos a Marco Alpio capitán de la décimo cuarta división de investigación y reconocimiento –dijo Delita mostrando un documento de pergamino a uno de los soldados


    –El capitán no se encuentra en el momento mi señor –respondió el soldado– ha habido una revuelta y muchos rebeldes han huido a las montañas y la jungla en el noreste–


    –¿Una rebelión? –preguntó Silver tratando de ocultar su indignación, aunque su aura era capaz de transmitir de forma inconsciente la enorme furia que sentía aunque no supiera muy bien porque, después de todo la gente con cuerno de no debería interesarle demasiado– Pero se supone que la aldea de la Niebla no hace parte formal del imperio–


    Los soldados se miraron el uno al otro desconcertados y pálidos


    –Mi señor –continuó el soldado– el capitán nos dio una orden emitida por el general Kefka de someter a la aldea de la Niebla y de eliminar a los hombres con cuernos en la frente, ya que representaban un peligro para la paz del imperio–


    Entonces apareció un suboficial, un hombre de tez blanca y de contextura tremendamente delgada con una nariz aguileña parecida al pico de un buitre y una frente amplia cubierta por arrugas prematuras.


    –¡Sargento Conrad! a sus ordenes sus señorías –dijo el suboficial Conrad– no teníamos informes de que sus ilustrísimas llegarían tan pronto. Pero, ¿no viene nadie más con ustedes? –


    –No –contestó secamente Delita –llévanos al campamento y danos un informe preciso de la situación–


    –Será un placer –repuso el oficial, con una extraña expresión en su mirada –pero me gustaría saber quienes son exactamente–


    Delita observó al suboficial con una mirada de desprecio y orgullo, tan fuertes que hicieron al hombre bajar la cabeza y encorvarse, haciendo parecer a Delita y a Silver mas altos que el.


    –Yo soy Silver Cornelio Leone, Oficial de primera clase–


    –Y yo soy Delita Balvanes Beoulve, oficial de primera clase, hemos sido enviados aquí por ordenes se su majestad lord Celios o del gran general Publio Cornelio Leone, eso le bastará por ahora,¡así que obedezca! –


    El Sargento agachó más aun la cabeza y luego de varias venias guió a Silver y a Delita al interior del poblado.


    –Sargento, explíqueme ¡por que rayos el campamento está en el interior de una ciudad aliada! – dijo Delita sin ocultar su desprecio por el zalamero oficial que estaba ante el.


    –Fue una orden del capitán emitida de labios del honorabilísimo general Kefka –respondió Conrad


    –¿Kefka dice usted? –preguntó Silver


    –Donde se encuentran los ancianos? –preguntó Delita


    –Muertos –dijo el Sargento Conrad con gran complacencia –todos los ancianos fueron pasados a cuchillo, así como la mayoría de los hombres y mujeres con cuerno, otros simplemente fueron despojados de su cuerno, aunque no eran en realidad muchos–


    –¿Como fue que lograron someter la aldea de los invocadores? –preguntó Silver


    –En realidad fue bien censillo –repuso el sargento con una risa sarcástica –supongo que ustedes conocen las reglas del ajedrez. Pues bien, cuando se captura al monarca, se gana la partida, aquí fue lo mismo aunque en realidad deberéis decir que capturamos a la princesa de esta zarrapastrosa gente. Todos los demás invocadores se presentaron voluntariamente y ofrecieron sus vidas a cambio de la de la princesa–


    –¿Donde se encuentra la princesa ahora? –preguntó Silver


    –El capitán utilizó una trampa especial que el general Kefka le entregó y fue atrapada en una especie de campo de energía a dos días al norte de aquí. Será un excelente trofeo para ser mostrado en las calles de la capital imperial–


    Delita y Silver observaban detenidamente a la afligida población de aquella antes prospera aldea, sometidos a la bota del imperio, sin merecerlo. Aun el mismo Delita que se caracterizaba por ser bastante despectivo para con los extranjeros y esclavos “actitud que remarcaba mucho de la personalidad colectiva del imperio” sintió lastima por esta gente, obviamente no eran bárbaros, las construcciones de su humilde ciudad, sus vestiduras, todo el lugar le recordaba a algunas ciudades mas allá del mar, era hombres libres sometidos por un vil engaño que se postraban por el amor a su gobernante.


    –Ordena a las tropas formarse en la plaza principal –dijo Silver con una frialdad en su voz tan grande, que le heló la sangre al sargento. Esté atendió la orden sin vacilar.


    Los soldados se formaron en la plaza principal de la aldea, mientras los pobladores observaban con furia aquella demostración tan pomposa de poder. Sin embargo el asunto no fue sencillo, no pocos fueron encontrados en los barrios de las prostitutas bebiendo y jugando, mientras otros tenían que ser sacados a la fuerza de algunas casas a las que habían entrado a la fuerza. Solo una tercera parte de la tropa se incorporó a filas con gran presteza.


    Delita ordenó que estos hombres formaran en la parte de la retaguardia de la gran plaza y en algunas zonas estratégicas a demás de ordenarles que mantuvieran la seguridad de la reunión. Soplo hasta el atardecer estuvieron listas las tropas, formando más delante de los oficiales según iban llegando, con lo cual muchos se sentían terriblemente avergonzados y temerosos.


    –Ejercito de Gestal –dijo Delita– somos oficiales enviados aquí directamente por el emperador Celios, con la misión de entablar un pacto de alianza con el consejo de ancianos de la aldea de la Niebla–


    Todos quedaron estupefactos ante estas palabras, y los suboficiales de cada pelotón blancos del terror.


    –Vosotros o nobles solados habéis sido engañados por algún mando intermedio con el fin de evitar la vital alianza con las nobles gentes de esta aldea, es por ello, que os pedimos que cuando lleguéis a los cuarteles generales, le contéis todo lo que sepáis sobre este ataque injustificado a los generales Steiner o Leone, para poder llevar justicia a esta noble gente. Queda por demás decir que las personas de la aldea de la Niebla quedaran liberadas y podrán contarnos a Delita o a mi, quienes de entre ustedes recayeron en excesos injustificados, ¡para recibir un adecuado castigo! – dijo Silver acercándose al grupo de soldados que habían llegado de ultimo.


    Los soldados se miraron perplejos los unos a los otros, aunque la aldea se había tomado por un artilugio relativamente pacifico, el capitán no había establecido ningún marco de buen comportamiento para con la población civil, de hecho había estimulado lo contrario, así mas de la mitad de los soldados se había excedido con alguna golpiza, y no pocos habían abuzado de su poder con algunas doncellas, o jovenzuelos.


    Entonces se escuchó el sonido de piezas metálicas moviéndose rápidamente, un tirador estaba apuntando directamente al rostro de un oficial de alto rango, ¡estaban apuntando a Silver! El destellante proyectil de plomo salió como el rayo, mientras que los soldados al rededor levantaban al unísono sus rifles disparando contra Silver quien recibió todos los impactos.
    XII.
    ¡Traición!




    Conrad desenfundó una pequeña pistola semiautomática, una Romanda importada desde un lejano país de ultramar la cual poseía un gran calibre y debido al peso de sus proyectiles en ocasiones podía penetrar en la armadura vital de algún guerrero. Apuntó directamente a la nuca de Delita esbozando una sonrisa diabólica.


    –¡Pobres niñitos! –dijo Conrad mientras caminaba alrededor de Delita con su arma apuntándole a la cabeza –¿a caso pensaste que era solo llegar y dar ordenes? Estos muchachos han sido entrenados por mi persona, ¡me son leales igual que perros! –


    Sin embargo Delita no decía nada, estaba observando a la tropa en frente de el, si bien la cosa había degenerado en un poco de caos, la mayoría de las filas permanecían inmóviles, sobre todo las de retaguardia, que habían desplegado un cerco para evitar que los lugareños se acercaran.


    –¡Bastardo! ¡Estúpido, perro faldero de Celios! –dijo Conrad –ustedes los norteños se creen demasiado, haciéndonos pelear sus guerras, ¿creían a caso que nos quedaríamos bajo su bota para siempre? –


    Al escuchar esto Delita miró de reojo a Conrad, se notaba que el joven noble apreciaba tanto a Conrad como a una rata, luego giró y avanzó hacia el, un paso a la vez. El Sargento retrocedía a su vez, un paso a la vez. Entonces se escuchó un grito.


    Silver había recibido todos los impactos o eso creyeron todos los que lo habían visto, pero en verdad las balas ligeras no habían alcanzado ni a quebrar su “armadura vital”, simplemente se arrojo el mismo al suelo, para poder pensar que hacer.


    Recordó entonces una conversación que había tenido con su abuelo.


    Eres muy blando para ser un soldado –dijo Cornelio a Silver cuando faltaba un día para marchar a la academia militar –hijo mío, ¿por que no viajas a Vector? Eres lo suficientemente despierto como para convertirte en un sabio famoso –


    Pero abuelo –repuso Silver– el oficio de los miembros de la familia Leone ha sido desde siempre servir en el ejercito, ¡no puedo volver la cara al deber de mi familia! – Cornelio observó los ojos de Silver llenos de orgullo y determinación, sin embargo se sintió profundamente acongojado.


    Valoras demasiado la vida de las personas –repuso Cornelio– incluso la de los esclavos que te sirven. Es una excelente cualidad para un hombre justo, pero un terrible defecto para un soldado. Escúchame hijo mío, ser un soldado no es ningún cuento romántico, por mas que los poetas gocen con embellecer sus acciones, los soldados son asesinos, es así de simple –


    Matar a todo el que intente matarme no será muy difícil –repuso Silver llevándose los brazos a la nuca y haciendo la mueca que siempre hacia cuando se aburría de algo– y el ejercito tiene normas éticas para controlar a quienes deseen matar a no combatientes, la verdad no encuentro el problemas –


    Eres aun muy joven para comprender esto hijo mío –contestó Publio –asesinar a un gran dragón es una gran hazaña, pero asesinar a un polluelo es un acto cruel. Lo mismo sucede con las personas–


    Los hombres que le habían disparado eran ya hombres muertos, al atacar no solo a un ciudadano si no a un oficial superior y miembro de la alta nobleza, aun así parecían mas bien niñitos de cinco años enfrentados contra un hombre adulto, dispuestos a morir para cumplir sus deseos egoístas, pero al mismo tiempo incapaces de comprender la diferencia de poderes, asesinarlos ahora seria como asesinar a un niñito pequeño. La diferencia de poder era demasiado grande, y a demás Silver poseía la destreza suficiente como para derrotarles sin asesinarlos, pero aun así eran hombres muertos.


    Los soldados exultantes ante su hazaña se abalanzaron con sus machetes desenfundados para despedazar el cuerpo del oficial. Silver se incorporó a la batalla levantando sus piernas y con un poderoso espasmo desde sus piernas hasta su espalda, se puso de pié sorprendiendo a los enemigos, los soldados no pudieron reaccionar cuando Silver ya había avanzado tres pasos golpeando al primero en el pecho resquebrajando el blindaje de la coraza y quebrándole tres costillas, el hombre retrocedió tres pasos sin decir una sola palabra, entonces otros dos compañeros se quedaron detenidos completamente aterrados, pero Silver utilizó al primer solado como trampolín, golpeando con una poderosa patada al segundo enemigo que salió girando hacia otro grupo de soldados que lo recibieron en el aire para ser derribados. Con la pierna con que había pateado al segundo soldado Silver aterrizó y aprovechando la energía de su cuerpo en movimiento giró y arqueando su torso hacia abajo apalancó su otra pierna para golpear al tercer soldado en todo el pecho.


    El crujido del esternón y otras varias costillas se escuchó claramente, mientras el hombre caía al suelo vomitando sangre. Silver continuó el giro para otra vez posicionarse en tierra y evadir un machetazo desde la parte de atrás. Silver dio un pasito a la derecha haciendo que el enemigo abanicara en el aire, luego se agarró del brazo fracturándole dos dedos, la muñeca, el antebrazo y el hombro en varios movimientos que parecieron casi simultáneos. El hombre lanzó un alarido de dolor mientras Silver le pateaba una pierna astillándole un hueso.


    Los demás soldados retrocedieron apropiadamente rodeando a Silver y apuntándole con sus rifles.


    Conrad desvió la mirada hacia donde se encontraba Silver a quien ya había dado por muerto. Entonces como de la nada la mano de Delita le arrebató la pistola, mientras el aterrado Conrad retrocedía para caer en el suelo.


    –¿Acaso creíste que una basura como tu podría matarnos? –dijo Delita observando aquella arma– las armas de fuego, baj, no son mas que baratijas sin ningún valor, nada se compara con la pureza del combate cuerpo a cuerpo, observar a tu enemigo a la cara antes de destruir su vida. Estas armas de fuego arrebatan el honor de la guerra, sin embargo para nosotros los verdaderos guerreros no constituyen mas que mosquitos molestos que no pueden atravesar nuestra poderosa voluntad, si deseas probarlo toma, dispara– dicho esto Delita arrojó el arma a Conrad que la recibió encantado, se levantó y con los ojos desorbitados vació el cargador en el pecho de Delita, pero los proyectiles se detuvieron a unos centímetros de la piel de Delita como detenidos por un colchón invisible, era como si el aire alrededor de Delita se hiciera progresivamente mas denso, incrementando la fricción del proyectil, lo que disipaba una enorme cantidad de calor en forma de un fogonazo amarillo para luego terminar estampadas contra el pecho de Delita como si fueran pequeños discos.


    Entonces Conrad ordenó a un grupo de tiradores que atacaran.


    El pánico se apoderó de los atacantes de Silver, quienes dieron media vuelta intentando mezclarse con sus compañeros de las filas de atrás, pero quedaron estupefactos ante la desagradable sorpresa que les esperaba. Las tropas de la retaguardia se hallaban en perfecta formación de combate, la primera de las filas de retaguardia se encontraba contra el suelo, la segunda de rodillas y la tercera de pie apuntando a los soldados rebeles. Por un instante reinó una extraña calma, hasta que uno de los rebeldes se abalanzó contra la formación incrédulo ante lo que veía, sus propios compañeros dispuestos a matarlo. Avanzó rápidamente hasta que se escuchó el estruendo del rifle R3. El proyectil golpeó justo en el tabique debajo del casco penetrando en la nariz y luego en el cráneo, atravesando el cerebro y saliendo por la parte de atrás de la nuca, un chorro de sangre apareció por ambas aberturas y el rebelde se desplomó en el suelo en un charco de sangre.

    Entonces algunos rebeldes levantaron sus rifles llenos de cólera para responder fuego con fuego, mientras otros los arrojaban las armas y se echaban al suelo. Con una precisión aterradora, cada uno de los soldados de la retaguardia le dio a los rebeldes en zonas desprotegidas por la coraza, mas de la mitad en el rostro., mientras Silver avanzaba entre las líneas rebeldes fracturando extremidades especialmente de los rebeldes más diestros.


    Delita observó a los guardias, y luego observó la plaza, la cual se había convertido en un lago de sangre. Algunos lugareños había sacado machetes y espadas, cachiporras y cuchillos para poder atacar a los asesinos y violadores, pero los soldados de la retaguardia les impidieron el acceso de forma eficiente.


    –¿A donde llevaban a los prisioneros? –preguntó Delita a uno de los soldados que estaban de guardia


    –A ninguna parte –dijo el soldado lleno de verguenza– ni el capitán ni el sargento llegaron a tomar mas que un prisionero, la princesa–


    El escándalo ya había terminado. Los rebeldes que se habían rendido se hallaban ahora sin su equipo atados en el centro de la plaza principal, sentados sobre los restos de la sangre coagulada de sus antiguos compañeros de parranda.


    El fusilamiento de los rebeldes no se hizo esperar mucho tiempo, Delita se aseguró personalmente de ello y también de que la ejecución fuese lo mas humillante posible. A los acusados de violación especialmente, se les cortó los testículos mientras aun estaban vivos y se los pusieron en la boca, luego se procedió a apuñalarles el estómago para que murieran lenta y dolorosamente.
    Algunos de los soldados de la retaguardia, que se sentían avergonzados de los actos que habían realizado, fueron a las casas de los hombres a los que habían ofendido, acompañados con un compañero que portaba un látigo, y allí recibieron una flagelación voluntaria.


    –Cual es tu nombre soldado –dijo Delita, que se encontraba sentado sobre una silla observando sobre una de las almenas unas horas después de que el orden hubiera regresado al poblado, la noche ya cernía su oscuro manto sobre el poblado, mientras los chillidos de algún monstruo rompían la quietud del horizonte.


    –Mario Plauco, Sargento Mario Plauco, señor –dijo el soldado
    –Los Soldados te eligieron para hablar con nosotros, ¿no es así? –dijo Delita


    –Si mi señor –dijo el sargento un poco inseguro


    –No eres muy elocuente, sin embargo veo que llevas mas de una campaña a cuestas. Me dicen que fuiste tu quien organizó la retaguardia para enfrentar a los rebeldes –dijo Delia girando hacia el sargento


    –Mi señor, algunos soldados aun están asustados, lo que le hiciste al sargento Conrad fue…–Mario no pudo terminar la frase cuando Delita lo calló con una mirada.


    –Los monstruos deben vivir como los monstruos y morir como tales –dijo Delita, haciendo referencia al modo como se había desecho de los cuerpos de los traidores. La mayoría simplemente fueron arrojados a las cercanías de la ciudad, cerca del bosque negro para que fueran devorados, mientras que Conrad había sido empalado para que solo las aves de rapiña pudieran comérselo y de esa forma ser devorado poco a poco.


    –Algunos temen que –intentó hablar el sargento, pero una vez mas la gélida mirada de Delita lo calló, luego volvió la mirada al paisaje hacia el norte y su expresión se suavizó –los demás y tu especialmente, han demostrado su lealtad al emperador y a la nación; y recibirán los honores adecuados a semejante prueba de lealtad–


    El sonido de las aves de carroña llenó el aire en ese momento, mientras Mario observaba a Delita.


    –¿Algo mas sargento? –preguntó Delita con tono suave


    –¿Cuales son las ordenes de sus excelencias? –preguntó Mario.


    –Resguardaran la ciudad y mantendrán a salvo la los habitantes a cualquier costo –dijo Delita, y luego mirando directamente a los ojos de Mario – esta es una orden imperial, ¿entiendes la naturaleza de esta orden no? –


    –Si mi señor –dijo Mario poniéndose firmes. Luego El Sargento saludó a su oficial y dio media vuelta.


    –Mario –dijo Delita


    –¿Si mi señor? –preguntó Mario.


    –Silver y yo iremos mañana a rescatar a la princesita de este cuchitril –dijo Delita –por lo cual tu quedaras al mando de la ciudad, recuerda esto bien, tu estarás al mando, si regresa el capitán Marco, deberás ordenarle que entregue las armas y arrestarlo, la causa es, traición al emperador y ataque a una población aliada–


    –Señor, el es un capitán y yo –pero nuevamente los ojos de Delita lo dejaron sin palabras


    –Tu estas bajo nuestras órdenes y nuestras órdenes fueron dadas directamente por el emperador, no te preocupes–


    –Si señor –contestó Mario –¿algo mas? –


    –Puede retirarse soldado –respondió Delita fríamente, mientras volvía su mirada a la noche.




    Un guerrero avanzaba en medio de los matorrales envuelto en una pesada armadura y una elegante capa escarlata, era el capitán Marco Alpio un orgulloso caballero de Las Aguas que observaba desde una colina al lejano poblado de la Niebla.


    –Por que no atacamos mañana? –dijo un tirador que se encontraba al lado del capitán


    –Los oficiales imperiales aun se encuentran en el interior –contestó Marco –es seguro que por lo menos uno partirá mañana con dirección norte para salvar a la mocosa, y eso nos proporcionará una gran ventaja. ¿Por cierto cuantas tropas leales nos aguardan en el interior de la ciudad? –


    –La verdad no lo sabemos –contestó el tirador –hasta donde sabemos, la gran mayoría fueron masacrados en la plaza de la ciudad, fusilados o pasados a cuchillo y sus cuerpos insepultos arrojados fuera para que se los llevaran los monstruos–


    –Interesante –dijo Marco con una sonrisa descarada– si alguien nos fuera leal de seguro estará tan aterrorizado que no dudará en matarnos cuando le den la orden. Esos oficiales parece que son bastante buenos. ¿Sabes quienes son? –


    – Delita Balvanes Beoulve y Silver Cornelio Leone –dijo el tirador a lo que Marco respondió con un silbido de exclamación. Luego sonrió, como cuando degolló a los hombres con cuerno en la plaza de la aldea de la Niebla.


    –No importa, esos pelmazos no esperan que llevemos a los muchachos que nos han “prestado” los del otro lado. Seguro que se rinden cuando nos vean rodear ese estúpido peñasco como si fuera un hormiguero –dijo Marco entregándole un pergamino ha un jinete sureño, quien partió prestamente con dirección sur.












    XIII.
    YX-ATM090




    –¡Mi señora Oaks!, mi señora, aun se encuentra demasiado débil, debe escuchar las recomendaciones del doctor – pero Agrias no hacia caso. Su cabeza le dolía y aun se sentía mareada, sin embargo deseaba saber que había sucedido en aquella batalla.

    Ascendió por una de las escaleras de piedra de la poderosa fortaleza de Acaí, ubicada sobre una gran acrópolis de estilo muy similar a la de la aldea de la Niebla, solo que la función de toda la construcción era exclusivamente militar. En las torres que rodeaban los vértices de las cortinas de murallas, no solo se encontraban los cristales negros usados para evitar la entrada de monstruos, también se ubicaban cristales rojos de rubí cargados al máximo, para generar cortinas mágicas que protegieran contra el fuego de cañones pesados desde tierra y desde el aire. A lo largo de las cortinas había grandes troneras, por donde podían adivinarse los boquetes de grandes cañones que lanzaban proyectiles de 50 y 80 kilos, suficiente para reventar a la mitad a una fragata, y para destruir el sistema defensivo de un acorazado que entraran en sus rangos de tiro. También poseían una innumerable cantidad de cañones ligeros para desalentar ataques en masa. Acaí jamás había sido tomada por ningún atacante de forma directa y representaba el punto mas seguro y verdadero marcador del limite occidental del imperio Latino. Agrias se encontraba en el bloque central, donde se ubicaban las estancias de los oficiales de alto rago, incluyendo los aposentos del Conde.
    Agrias se acercó un poco agotada a las estancias de Almdor, pero los guardias le impidieron la entrada.


    –Tengo que ver al Conde– sin embargo los guardias permanecieron firmes. Entonces un chambelán de la corte del Conde llegó con unos pergaminos y seguido por un grupo de doncellas, que cargaban agua caliente, vendas limpias, yerbas y perfumes, a demás de algunos médicos.


    –Mi señora Oaks es un verdadero gusto ver que ha recuperado la conciencia –dijo el chambelán, ordenando a algunas doncellas para que asistieran a Agrias que tenia que recostarse contra la fría pared de piedra para mantener el equilibrio


    –¿Que sucedió? –preguntó Agrias –¿porque estamos aquí?, ¡yo derribé a la flota enemiga! –
    El chambelán puso una expresión de pesadumbre, mientras ordenaba a los guardias despejar el paso.


    –Creo que nuestro señor podrá aclararle eso mi señora, creo que es lo mas justo para con usted –dijo el chambelán, ingresando en las estancias de Elmdor.


    La habitación del Conde no era muy suntuosa que digamos, sin embargo era un espacio amplio, con algunos muebles, una mesa redonda donde se reunía con sus oficiales y su cama en un rincón de la habitación. Sin embargo la cama del conde no era en realidad una cama de aristócrata latino, en realidad no era mas que un catre usado en los aposentos de los soldados, bastante estrecho y duro. Años de guerras y cuarteles habían hecho que el cuerpo del conde no se sintiera cómodo con colchones de plumas muñidas y suaves.


    El conde se encontraba observando hacia el oeste vestido únicamente con unos pantalones ligeros de seda negra, su abdomen estaba cubierto por unas vendas. Había sido alcanzado por una onda explosiva después de la lluvia de fuego causada por aquel Ifrit, se le habían roto algunas costillas, mientras que se había dislocado el hombro izquierdo, el cual fue reposicionado por los médicos poco después de haber huido de la batalla. A demás de esas heridas, el cuerpo de Elmdor rebelaba algunas otras quemaduras menores, a demás de las cicatrices de su vida como soldado.


    Agrias se sentó, mientras el medico de Elmdor la revisaba. Otras doncellas servían vino puro en una copa de plata y la dejaban en una pequeña mesita al lado de la ventana, mientras el chambelán colocaba los papeles al lado de la mesa de noche del conde.


    –Veo que ya te repusiste Agrias, eso me alegra –dijo Elmdor girando hacia Agrias y estirando el brazo para tomar la copa y beberse la mitad de un solo sorbo.


    –¿Que sucedió? –


    –Nosotros no somos los únicos con rarezas –respondió Elmdor mientras se dirigía a su mesa de noche y desenroscaba uno de los pergaminos. Paso un rato de silenció, mientras Agrias observaba el lugar, ninguna decoración, ni pieza de caza, ni siquiera armas de ornamento.


    –¿Conoces la historia de cómo nuestro imperio perdió la provincia occidental? –preguntó Elmdor –sucedió en el tiempo de nuestros abuelos, los guerreros de Gestal eran valientes y sus naves constituyeron un gran problema, pero nuestro imperio construyó grandes fortalezas en regiones estratégicas que impedían el paso y la conquista. La fortaleza de Cartago en el norte, la de Las Aguas en el centro y la de Acaí en el sur, son solo los ejemplos mas grandes de aquella época. Sin embargo, los Gestalianos poseían un haz bajo la manga. Una de sus soldados poseía un espíritu de invocación sumamente inusual llamado Silphide, y su habilidad especial era la de desatar Limit breaks en otros seres sin importar quienes fueran, incluso espiritus de invocación –


    –¿Me esta diciendo que un simple Ifrit derrotó nuestro ejercito? –dijo Agrias ofendida –muchos buenos magos murieron para poder utilizar la Ragnaroc, y me dice que ¿ellos solo tuvieron que usar a una solo invocadora? –


    –No menosprecies el poder de los espíritus de invocación –dijo Elmdor –Ifrit, Shiva, Quetzatcoatl, Stray, Minotauro, Garuda o Sirena; cada uno de ellos son espíritus elementales muy poderosos. Si bien sus poderes dependen directamente de las habilidades del invocador, ¡ellos son fuertes por si mismos! ¡El poder que pueden llegar a desatar es incomprensible! – Elmdor se bebió otro sorbo, mientras tomaba una pluma y firmaba unos cuantos de los documentos –debiste ver la devastación que ese espíritu desato el solo. El cielo se tornó rojo, el aire hervía en el interior de nuestros pulmones sofocándonos, y una lluvia de fuego y azufre aplastó el domo de mis caballeros como si fuera la cáscara de un huevo enorme –


    –Ese Ifrit destruyó la mayoría de mi ejercito y a mi me dejó inconsciente, los restos de nuestro ejercito se han reunido en esta fortaleza y ahora nos encontramos a la espera del ataque de los Gestalianos, en realidad no nos esperábamos esta debacle –continuó Elmdor con amargura.


    –Esta fortaleza no ha caído nunca –contestó Agrias para animar al conde.


    –La razón de ello, fue que hace cincuenta años, la invocadora de Silphide fue asesinada mientras dormía –respondió Elmdor –ella tomó dos grandes fortalezas tan sólidas como esta, sin prácticamente la ayuda de sus ejércitos. Ahora ellos tienen una nueva invocadora y bien pueden avanzar, así que ¡debemos prepararnos para lo peor! –


    –De acuerdo, iré a preparar mis cosas – dijo Agrias


    –No te arriesgaré en este lugar –dijo Elmdor –ya has hecho mucho por nosotros, a demás te encuentras demasiado débil, volverás a Atkaska –


    –¿Que quieres decir? –


    –El emperador solicita tu presencia –respondió Elmdor –se encuentra muy contento con tu actuación, así que te pondrá a su servicio en la corte imperial. Viajaras con mis mejores hombres, no deseo que perezcan inútilmente bajo una lluvia de fuego o asfixiados bajo un aire ardiente, o peor aun, viendo como sus vestiduras de metal se funden sobre sus cuerpos– Agrias pudo ver por vez primera un lapso de emoción en el normalmente estoico rostro del conde, odio.






    –¡Mierda! –dijo Delita, mientras examinaba el campamento enemigo. Se trataba de una empalizada simple que rodeaba un peñasco en donde se alcanzaba a adivinar el reflejo de la prisión mágica. La empalizada no estaba más defendida que por un solo aparato. Los YX-ATM090 eran carros de combate muy bien armados, se desplazaban por seis gigantescas patas de hierro, las patas poseían fuertes articulaciones las cuales eran movidas por pistones muy sólidos que despedían una inmensa cantidad de calor. Cada pistón era alimentado por un cable de sustentación que bajaba por la parte ventral de la estructura hasta unos boquetes detrás de las articulaciones primarias. La extremidad izquierda estaba equipada con una inmensa pinza que servia para despejar caminos en bosques espesos y para protegerse de algunos ataques especiales. La estructura en si parecía un huevo alargado de la cual salían las patas, de la parte anterior emergía una protuberancia a la izquierda de la cual salía un gran cañón de un rifle de larga distancia, con un increíble alcance de 1000 metros, mientras que a la derecha en lugar de la pinza y la protuberancia se ubicaba un inmenso brazo mecánico que sostenía una ametralladora de giro capaz de disparar unas 50 rondas por segundo. A pesar de la potencia de fuego, lo mas importante de aquella maquina no eran sus cañones, si no su coraza, capaz de reflejar ataques mágicos de fuerza considerable y su envestida la cual podía aplastar a un grupo de caballeros en formación defensiva. Como aditamento especial, en la parte trasera estaba una pequeña asta de la cual colgaba una bandera con el símbolo imperial, un águila con las alas extendidas, y con un laurel en cada garra.


    –Pues no tenemos de otra –dijo Silver pasando su mano por la empuñadura de su gran sable


    –Nuestras hojas jamás penetraran esa coraza –repuso Delita tratando de idear algo


    –Ese armatoste requiere de energía para operar, a demás en una zona pantanosa se hundirá como un yunque –respondió Silver señalando un pequeño foso de brea y bitumen a un kilómetro de distancia en medio de una espesura, aunque el centro parecía pequeño, Silver notaba que el pantano se extendía varios kilómetros, y que los árboles crecían en medio de ese pesado fango.


    –¿Y pretendes que sobrevivamos a un kilómetro de campo traviesa? –dijo Delita de forma sarcástica


    –No –respondió Silver llevándose las manos a la nuca –pretendo sobrevivir a menos de kilómetro a campo traviesa, tu mientras te encargaras de la princesita –


    –Jamás sobrevivirías, es un plan demasiado….–Delita se quedó con la palabra en la boca, puesto que Silver salió corriendo como una furia, bajando la pequeña pendiente desde la cual habían observado la situación. Delita estaba rojo de la ira, pero decidió seguir el plan de Silver si es que a eso se le podía denominar plan. Sin embargo decidió continuar por otro camino, para rodear el risco por el flanco y evitar el radio de detección de la maquina.


    –¡Sargento! ¡Sargento! –dijo uno operador ubicado en una silla en el primer nivel de la cabina de mando –detectamos una fuente de energía que se acerca rápidamente desde el sur, se encuentra a unos 2 quilómetros –


    –¿Es algún monstruo? –preguntó el sargento


    –No lo sé señor –respondió el operador –se mueve un poco lento para ser un monstruo, pero muy rápido para ser un humano –


    –Los sensores muestran que no posee una masa demasiado grande –dijo el segundo operador


    –Pero las lecturas de energía registran valores muy por encima de los de un humano normal –respondió el primer operador un poco nervioso.


    –Enciendan los motores auxiliares, quiero ha esta chatarra a máxima potencia –dijo el Sargento dando un golpe a su silla –ubiquen la zona de aproximación y denle campo de tiro al artillero.


    –¡Si señor! –respondió el piloto.


    –Artillero, prepare el rifle de larga distancia, prepárese para disparar a un objetivo que se acerca por la marca de las doce horas, cambio –


    –Entendido señor, sin embargo la zona es demasiado boscosa, no podré usar el rifle de precisión hasta que sea muy tarde, cambio –


    –¡Que lata! –repuso el Sargento, luego miró por la ranura de visión, la zona por la cual se acercaba la señal era un parche boscoso –segundo artillero, ¡fumíguelo en cuanto le de la marca! –


    –Pero señor, pensé que los proyectiles los ahorraríamos hasta la operación “EDEA” –
    –¡A callar! –respondió el sargento –no subestimaré a esos zarrapastrosos de la Niebla, no señor, atacaremos con todo y aseguraremos el objetivo hasta que lleguen los refuerzos, tu solo tienes que obedecer.


    –Marca 1500 metros –dijo el operador


    –Eso es rápido –repusieron todos, mientras el piloto colocaba a la pesada y bulliciosa maquina en posición. El cañón rotativo de la gran ametralladora realizó unos cuantos y amenazadores giros, mientras el mecanismo procesador de la tira de proyectiles cargaba el primero en la recamara.


    Pasaron unos diez a veinte minutos, mientras la señal se aproximaba cada vez mas y mas lento.


    –La señal se esta dividiendo señor, ¡en múltiples direcciones! –dijo el primero operador un poco confundido


    –Estúpido será que esta utilizando hechizos –respondió el sargento observando algunos monitores


    –No, imposible –respondió el segundo operador –no hay lecturas de activación de gemas mágicas o de frecuencias de espíritus de invocación –


    –Las señales aparecen y desaparecen, ¡no sabemos por donde va! –dijo el primer operador


    –Calma, calma –repuso el Sargento tratando de imponer orden –las señales no se separan mas de cierto radio, no hay demasiadas opciones– luego esperó unos segundos hasta que la fuente errática de las señales se acercara lo suficiente –ahora! –


    El ATM comenzó a disparar con la poderosa ametralladora de repetición, proyectiles pesados y lo suficientemente numerosos como para destruir la vegetación de la primera línea. La maquina se movía progresivamente de un lado a otro como quien fumiga a unos insectos, mientras que la vegetación era destruida rápidamente, en una hecatombe de destrucción sin control.


    –¡Le dimos! –dijeron los tripulantes, hasta que sintieron un Crak en la coraza, y luego una fuerte explosión en la parte frontal derecha, tan fuerte que las llamas alcanzaron a ingresar por las ranuras de visión de la nave, el Sargento se tuvo que taparse los ojos, mientras todo el ATM retrocedía unos cuantos pasos, para luego caer.


    –¡Que demonios! –repuso el Sargeno –¡que hechizo fue ese! –


    Entonces las llamas se despejaron y pudo ver con claridad a un guerrero que se hallaba en frente de ellos, desarmado, aunque con una funda bastante grande en su espalda, entonces el viejo Sargento ató cabos, observó hacia su flanco derecho y observó que la gran espada se había clavado frente a la recamara de detonación, lo que había atrancado el mecanismo de la ametralladora haciendo que la recamara volara en mil pedazos, junto con los cables de alimentación de los pistones del cable mecánico. La dura coraza del ATM se hallaba ahora sumida y llena de hollín, mientras que la ametralladora de hallaba destruida, el brazo mecánico inservible y con una gran espada clavada en el hasta la mitad.


    –¡Primer artillero destroza a ese estúpido! –gritó el sargento fuera de si.


    El cañón del rifle retrocedió mientras el proyectil avanzaba hacia la cabeza de Silver, pero en el ultimo instante y como por una fuerza invisible este desvió su curso, no sin desplegar una gran chispa de rozamiento.


    –Es una armadura vital muy poderosa mi señor –dijo el primer operador – el rifle jamás lo penetrará –


    –Aplastadlo, ¡aplastadlo!, ¡¡¡¡¡¡¡APLASTADLO!!!!!!!!! –gritó el sargento lleno de cólera.


    El ATM se irguió y comenzó a avanzar a toda velocidad con el brazo de la pinza en frente como si fuera un escudo. Al ver esto Silver dio media vuelta y se hecho a correr hacia el este, internándose en los juncos y matorrales. La gigantesca nave mecánica penetró en los matorrales, la pinza destrozaba árboles, mientras la pesada barriga aplastaba lo que quedaba a su paso y las piernas machacaban el resto. En realidad a pesar de la densidad de la jungla, el poderoso avance del ATM no se resintió.

    –Señor, señor –dijo el segundo operador –los motores están al máximo, las revoluciones han sobrepasado el limite, los cristales de alimentación se romperán en cualquier momento –


    –AL DIABLO –repuso el Sargento –quiero que aplastan ha ese mocoso presuntuoso.


    Silver estaba agotado, sin embargo ya podía verse como un espeso humo negro comenzaba a salir por las ventanillas de ventilación de los pistones y por debajo de las articulaciones. Pronto el vapor se filtro hasta la cabina, pero el Sargento continuaba dementemente empecinado en aplastar al cada vez más cercano chiquillo. En eso Silver simplemente giró y dio un salto inhumano hacia el flanco derecho del ATM tomó su espada, y luego dio otro salto, giró en el aire, mientras la hoja de su espada emitía un siniestro destello de energía y descendía para golpear la coraza de lleno. Las articulaciones de las patas chillaron y chisporrotearon, pero el metal no se fragmentó, ni siquiera se doblo.


    El sargento estalló en carcajadas, mientras la gran pinza del ATM retrocedía para golpear al intruso en la espalda. Silver lo evadió para caer en la retaguardia del ATM, luego posicionó su sable en frente cargándolo de energía. El ATM intento girar, pero sus patas se hallaban ahora atrapadas en una densa mezcla de brea y lodo negros, con sus armas ofensivas imposibilitadas completamente Silver lanzó un abanicazo y la onda de energía golpeo al ATM en la retaguardia destruyendo el asta con el símbolo imperial y arrastrando a la pesada maquina al centro del pantano, donde se hundió envuelto en los pesados vapores que producían sus maquinas.


    Delita alcanzó la cima tan rápido como pudo, no pudiendo dejar de observar los movimientos del ATM, el cual comenzaba a caminar sobre la densa selva, destruyéndolo todo a su paso. Siguió el recorrido de la maquina, hasta que solo fueron evidentes unos vapores negros, que poco a poco se fueron extinguiendo.


    –Bien genio – se dijo Delita a si mismo, aunque esperando de algún modo que estas palabras llegaran a Silver –supongo que nuestros enemigos no serán capaces de ver eso –


    Luego giró para ver la prisión. La princesa se hallaba en el interior de una estructura que asimilaba un cristal púrpura. No se podía ver bien, solo la silueta de las ropas, que de por si anticipaban unas formas esbeltas y juveniles, llenas de gracia y belleza. Alrededor del cristal se hallaban girando en una orbita circular tres esferas de color negro hechas de metal. Delita desenfundó su espada, pero en ese momento escuchó un cuerno de batalla que venia de la zona del pantano, junto con un lejano ruido motorizado.




    Silver estaba jadeante, debido al esfuerzo, sin embargo, de un momento a otro sintió la presencia de más enemigos, que se acercaban rápidamente desde el noreste. Eran dos ATM y una decena de jinetes de aves del terror, que se habían desplegado en una formación de red, con el objetivo de encontrar al intruso. Por lo menos era obvio que el plan de distracción había servido, pero sus problemas pronto serian muy graves.


    –Bien Delita –dijo Silver levantándose y tomando un poco de aire –espero que te la lleves tan rápido como sea posible, yo debo hacer, lo que debo hacer –
     
  8.  
    joseleg

    joseleg Usuario común

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    Final Fantasy Fanfic, The Dragon Lord
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    XIV.
    Una princesa y un, ¿caballero?


    Delita volvió su vista a la prisión donde se hallaba la princesa de la aldea de la Niebla, observó detenidamente las esferas que giraban alrededor mientras sostenía firmemente su espada. Luego con un tajo rápido, devanó una de las tres esferas, provocando que el restó cayeran pesadamente al suelo, como si estuvieran hechas de plomo o algún material muy denso. Acto seguido el cristal que contenía el cuerpo de la princesa comenzó a resquebrajarse, primero muy lentamente, pero luego de forma muy marcada, para reventarse en mil pequeños pedazos. Delita instintivamente se tapó los mojos para protegerse de aquellas esquirlas que se consumían al contactar el perímetro de un armadura vital, mientras una luz segadora cubría el esbelto cuerpo.


    En ese momento Delita bajó su brazo y sus azules ojos realizaron contacto con los verduscos ojos de la princesa, quien se encontraba empuñando el gran cetro de los magos blancos. Sin embargo en la mirada de la princesa había todo menos agradecimiento. Su cabello era mas bien corto, cortado en capas las cuales se unían en mechones independientes unos de otros, solo el cabello que iba hacia la nuca crecía desmesuradamente en una largísima trenza que le llegaba casi hasta los tobillos de un color castaño muy brillante. Los ojos de la princesa eran grandes y rasgados como los de los pueblos de Wutai y mas allá, uno era de un verde azulado que recordaba algunas formaciones coralinas en el mar del norte, mientras que el otro era de un azul profundo, que recordaba a los océanos profundos de ultramar; vestía un traje de seda de intensos colores al estilo de Wutai, una cinta de ceda blanca le cubría su pecho turgente pero no muy grande, la cual se ajustaba a la cintura por medio de un cinturón bastante grueso que le cubría desde las costillas hasta el vientre de un color dorado intenso. Los brazos estaban cubiertos por un par de brazaletes de seda muy blanca atados con una cinta púrpuras arriba de los codos, los brazaletes se desplegaban holgadamente como el manto de un monje hasta la altura de las rodillas donde la ceda adquiría diversos tonos purpúreos. Sus piernas estaban cupieras por una falda morada finamente trabajada y con un bordado de flores amarillas de gran calidad, mientras que sus pies estaban cubiertos con unas botas de color azul oscuro. Sin embargo lo que mas resaltaba era el gran cuerno que emergía desde su cabellera como si fuera una montaña en medio de un bosque muy espeso, el cuerno era de naturaleza ósea liso y brillante como el oro o la plata y de un color blanco marfil.


    La princesa extendió el cetro al cielo y luego perfilo la punta hacia Delita en posición de combate.


    –¡Mi señora! –repuso Delita nervioso con las manos extendidas hacia la princesa agitando tontamente su espada, con lo cual, la princesa dio un saltó atrás.


    –¡FIRA! – gritó la princesa, de la punta del cetro emergió una esfera de fuego incandescente, que se hinchó liberando una serie de meteoritos de fuego que golpearon violentamente contra el suelo donde estaba Delita, quien de forma instintiva evadió el ataque, pero en el suelo, los meteoros reventaron generando una inmensa llamarada que cubrió a Delita desde el frente y ambos flancos. Delita se cubrió con los brazos reforzando su armadura vital para evitar que el calor de las llamas realizara contacto con su piel, hasta que una de esas bolas de fuego le golpeó de lleno en el torso detonando al instante y haciéndolo salir volando.


    Silver se encontraba completamente agotado, había llamado la atención de la tropa de reconocimiento y avanzaba a campo traviesa asegurándose de hacer el ruido suficiente como para que los enemigos supieran que estaba allí, pero con la suficiente sutileza como para que no pudieran determinar su verdadera posición. Todo iba más o menos bien, estaba ingresando cada vez mas a la espesura de la selva, y los ATM restantes ya empezaban a quedarse atascados en la hedionda brea del pantano, cuando una enorme explosión llegó hasta los oídos de todos.


    –¡Maldición! –se dijo Silver a sí mismo, cuando observó que siete jinetes de aves del terror daban la media vuelta, mientras que los ATM intentaban hacer los mismo. La cosa se ponía muy fea.


    Delita intuyó el peligro, reincorporándose tan rápido como pudo a la batalla, empuñó el escudo con el emblema familiar y adoptó su posición de batalla.


    –¡FIRA! – gritó la princesa nuevamente, mientras los meteoritos de fuego atravesaban el incendio que había provocado el primer ataque. Los meteoritos impactaron atrás de la zona incendiada generando otro foco de fuego y finalmente expandiendo el incendio que ahora abarcaba tres cuartas partes de la meseta.


    La princesa bajó la guardia, su pecho subía y bajaba con gran ansiedad, mientras observaba a su alrededor, mirando, tratando de ubicar a sus seres amados, a sus tutores, y a sus sirvientes, pero, estaba sola. Se llevó la mano hacia su pálido rostro para quitarse las lagrimas que bajaban a través de sus redondeados pómulos, mientras su boca hacia una inflexión de odio y dolor. Pero, entonces para su sorpresa, Delia emergió de entre las llamas con su escudo en frente, y antes de que esta pudiera levantar nuevamente su cetro, este rebasó su posición y con la parte plana de la espada golpeó su nuca, haciéndola venirse de narices hacia el suelo, mientras su campo de visión se estrechaba, como si ingresara a un túnel oscuro. Cayó al suelo, aun conciente, pero sin poder escuchar ni decir nada, y solo podía ver las botas que aquel traidor, que ahora la llevaría a su capital Vector, como un trofeo de guerra.


    Silver avanzó tan rápido como pudo, pero sus piernas ya no le daban para mas, de pronto una ráfaga le llegó desde el flanco, era la ametralladora de uno de los ATM que le habían localizado, los proyectiles le impactaron directo, pero este concentró lo que le quedaba de la armadura vital para protegerse de cada uno de los pesados proyectiles que le llevaron empujado hasta un grupo de árboles. La ráfaga cesó momentáneamante, tiempo en el cual Silver se lanzó al pantano disminuyendo su armadura vital al mínimo para que los sensores de las maquinas no lo detectaran.


    Delita se echó al hombro a la princesa y comenzó a descender tan rápido como pudo la meseta, mientras las aves del terror avanzaban rápidamente por entre los matorrales, sin que lo pudieran ver, debido a que se encontraba descendiendo por la cara opuesta de la meseta. Cuando los jinetes llegaron al punto cero, lo único que encontraron fue varios cráteres y mucho hollín, a demás de algunos focos de fuego que aun ardían.


    –¡Maldición! –Repuso uno de los guerreros en su gutural lengua – el estúpido de Marco nos matará cuando le informemos que ¡el premio gordo se nos escapó! –


    –Tranquilo –contestó el compañero – solo hay un lugar donde la doncellita puede ir, y allí también es donde nosotros tenemos cita, ¿o no? – Pero en eso, se escuchó un espantoso grito que provenía desde la posición que habían estado revisando minutos antes, los jinetes giraron para ver que sucedía, pero lo único que pudieron observar fue un manto negro una niebla visible e invisible al mismo tiempo, un terror sin nombre, que repelía a los monstruos, pero que al mismo tiempo convocaba su maldad. Las aves del terror sintieron con mas opresión aquella sensación y comenzaron a piar como polluelos defecando, orinando y echándose a correr de forma incontrolada, entonces uno de los jinetes observó a un inmenso dragón que surcaba los cielos, de un color verde intenso y alas de murciélago, cuerpo de león y cuello de barano, con cara de cocodrilo y cuernos de alce, las alas de la criatura a pesar de no ser tan grandes y que volaba a una altura considerable, generaron una presión de aire tan grande, que en el suelo se formaban ventiscas poderosas que levantaban la tierra a todo el rededor, finalmente uno de esos ventarrones los derribó a ambos, los cuales lo único que hicieron fue o quedarse allí de cara al suelo cubriéndose la cabeza o buscar el primer hoyo que encontraran. ¿Qué rayos hacia un gran dragón allí?.


    La princesa se despertó lentamente, con un terrible dolor en su nuca, se hallaba atada, mientras Delita se encontraba en frente de ella, mientras se echaba el contenido de una poción en los brazos, que estaban rojos y pelados debido al calor. Delita tomó el frasquito de cristal y derramó nuevamente el contenido sobre su mano derecha haciendo una mueca de dolor, mientras el líquido cristalino se convertía en espuma al contacto con la herida. Luego, sacó de su maletilla, unas vendas las cuales se enroscó alrededor del brazo.


    –¿Que hicisteis con mi gente? –preguntó la princesa en la legua de Gestal aunque con un extraño acento. Delita no dijo nada, se dedicó a repetir el procedimiento en el otro brazo mientras observaba de reojo a la princesilla.


    –¡Te hice una pregunta! –gritó la princesa ofendida. A Delita le costaba mucho actuar con humildad, se levantó y la miró a los ojos.


    – Delita Balvanes Beoulve primer oficial del imperio de Gestal –dijo Delita sin poder contener un asentó forzado y sarcástico al mismo tiempo que hacia una venia. Luego rodeó a la princesa desenvainando su larga espada. Al ver el refulgente metal la invocadora se estremeció, pero luego miró a los ojos a Delita con una mirada retadora, pero Delita desapareció de su campo de visión reapareciendo como de la nada en su retaguardia, cortando de un tajo las ataduras que la mantenían retenida. La muchacha se lanzó de bruces al suelo, deteniendo el golpe con las manos, luego se levantó y se colocó en posición de combate, mientras Delita agarraba su escudo.


    –No mi dulce señora –dijo Delita resguardándose detrás del escudo –¡esta vez no seré tan condescendiente con usted! –


    La princesa levantó ambas manos en dirección de Delita y se quedaron allí quietos durante un buen rato.


    –¡Ni creas que porque no tengo mi cetro mi magia no te afectará! –dijo la princesa llena de cólera, sin embargo Delita no respondió. Luego volvió a reinar el silencio, hasta que este fue interrumpido por el rugido de alguna fiera de la selva.


    –¿Que desea Marco de mi? –preguntó la princesa tratando de contener las lagrimas.


    –No lo se –contestó Delita –¡ese bastardo nos ha traicionado a todos! –


    –¿A que te refieres? –preguntó la princesa bajando la guardia.


    –Nuestras ordenes eran venir a tu ciudad y solicitar un pacto de alianza formal, y luego estacionar una unidad militar en el paso del bosque negro –dijo Delita –pero al parecer Marco tenia otros planes. Ocultó las órdenes reales a sus subalternos y les contó mentiras, atacó tu ciudad y tomó posesión de ella con algún oscuro propósito–


    –¡Mentira! –respondió la princesa volviendo a ponerse en posición de combate –¡solo deseas engañarme! –


    En ese momento Delita sintió un silbido una vara pequeña, de no más de medio metro que cortaba el aire, iba en dirección de la princesa. Delita avanzó sobre ella rápidamente, lo cual fue interpretado como un ataque.


    –FIRE! –gritó la princesa cerrando los ojos, mientras una llamarada surgía sobre el hombro de Delita desviándolo un poco, pero no lo suficiente como para evitar que este se abalanzara sobre ella de un brinco, ambos cayeron al suelo revolcándose en el sucio y lodoso suelo selvático. La princesa se levantó cubierta de sangre, pero, no era su sangre. Siguió con la mirada la ruta que habían tomado y observó los restos de un dardo negro roto en el suelo, Delita se levantó, se llevó la mano al hombro y se sacó el restó de la astilla haciendo una mueca de dolor. Del orificio manó una gran cantidad de sangre.


    Un jinete apareció de entre los matorrales, su gran pájaro amarillo escarbaba en el suelo con sus inmensas garras. El hombre de por si era alto y fornido, y esgrimía un arco pequeño y un gran sable de asalto, gritaba y se reía en una extraña y gutural legua que ni Delita ni la princesa eran capaces de comprender. El sujeto dijo unas cuantas palabras, algunas con acentuación de pregunta, otras de amenaza, luego tensionó el arco y volvió a disparar, pero Delita se cubrió con su escudo, el dardo se estrelló de lleno con la delgada placa metálica, pero no la penetró, ni siquiera la rasguñó, la punta se desvió mientras la vara del dardo se rompía. Delita esgrimió su espada, pero en ese momento sitió como todo su cuerpo se inmovilizaba, luego un extraño sopor inmovilizó su mente, nublando los sentidos. Pronto no pudo escuchar ya nada, y solo pudo observar como el jinete perfilaba otro de sus extraños dardos con su arco pequeño. El dardo salió raudo justo hacia el, pero su mano izquierda no respondía, su pecho estaba descubierto ante aquel ataque y su armadura vital no parecía tener efecto en aquellos dardos extraños. Entonces como de la nada una inmensa mole de músculos se interpuso entre el y el dardo, un gigante de unos tres metros, de piel clara, pero bastante peludo. El gigante portaba un inmenso martillo que punta pequeña con unas series de inscripciones rúnicas en todas sus facetas e incluso en la vara metálica de la cual se sostenía la inmensa masa. Entonces Delita bajó la mirada y observó que aquel gigante andaba en pezuñas sus piernas estaban cubiertas de un pelo grueso y de su cóccix salía una gran cola, luego levantó la mirada y observó dos grandes cuernos que salían hacia a tras y luego se enroscabas hacia delante, era ¡Minotauro!








    Delita se despertó en mitad de la noche, justo cuando las estrellas estaban en todo su esplendor, por alguna razón se quedó fijo observando las tres estrellas del cinturón de Orión, hasta que el dolor volvió a su cuerpo, un indescriptible ardor que provenía de su hombro izquierdo, trató de levantarse pero no pudo. Su hombro se hallaba vendado, a si como sus brazos. A su lado había una pequeña fogata, que había sido encendida por la princesa, la cual se hallaba despierta observándole.


    –Al fin despiertas –dijo la princesa, pero Delita no le contestó


    –No eres muy bueno hablando –dijo la princesa –¿como pretendías convencerme de aliarme formalmente con tu rey si no manejas adecuadamente el uso del habla? –


    –Mi compañero –contestó Delita


    –¿Tu compañero? –se preguntó la princesa –¿donde se encuentra ahora? ¿Está en mi ciudad acaso?, ¿torturando a mis súbditos? – Delita no contestó, se quedó mirando hacia el cielo, mientras pensaba en lo que sucedería, en las razones por las que Marco podría haber traicionado al imperio.


    –Es probable que esté muerto –dijo Delita de súbito –el se encargó de distraer a tus guardianes, para que de ese modo yo pudiera liberaros mi señora –dijo Delita con su asentó sarcástico.


    La princesa evadió entonces la inquisitiva mirada de Delita.


    –¿Estas triste por esa perdida? –dijo la princesa con un acento amargo, mientras unas lagrimas cristalinas emergían de sus ojos y surcaban sus prominentes y redondeados pómulos.


    –¿Triste? Ja, el no era mas que mi rival, si es que a eso se le puede llamar rival –contestó Delita, recordando la primera vez que vió a Silver, un joven bastante distraído, muy distraído, demasiado para alguien que presumía de descender de una de las familias mas prestigiosas del hemisferio –los dos pertenecemos a dos grandes familias –


    La princesa observó el escudo de Delita el rostro de un lobo, figura totémica de los Beoulve


    –Beoulve, Leone, los lobos y los leones como muchos les gusta identificarnos, hemos competido por generaciones por ver quien presta un mejor servicio al imperio –dijo Delita –cuando ví a Silver, pensé que competiríamos en cada año, pero supongo que el jamás siguió ese juego, a diferencia de mi que siento un gran orgullo por mis ancestros, el parecía tomarse todo a la ligerA, como si nada tuviera importancia. Y ahora viene a dárselas de héroe, ¡que tonto! –


    –Sin embargo lo estimas –dijo la princesa –no me lo puedes negar–


    Delita no respondió, sin embargo, en el fondo de su corazón esperaba que Silver hubiera escapado con vida. Durante la conversación el cielo se nubló rápidamente, desatando de un momento a otro una terrible tormenta. La princesa se levantó y entonces Delita giro su cuello y observó al gigantesco minotauro que venia caminando hacia el, todo cubierto de agua, en un brazo sostenía su inmenso martillo de batalla y en la otra traía el cetro de la princesa que había quedado abandonado en el campo de batalla.

    –¿Un espíritu de invocación caminando? ¿Pero como? –se preguntó Delita impresionado, normalmente las invocaciones de los espíritus solo duran lo suficiente como para atacar y luego la imagen se desase en la nada como si sus cuerpos estuvieran hechos de humo y polvo.


    –¿Mi señor Minotauro podría darnos un poco de abrigo? –dijo la princesa en toco respetuoso y suplicante


    La criatura emitió vapor arenoso de sus ollares, como si tal petición le molestara de algún modo, inmediatamente golpeó el suelo con su martillo levantando unas paredes de roca alrededor del perímetro cubriendo el cuerpo de Delita de la lluvia, finalmente se formó un domo y luego con un puñetazo abrió una puerta para que la princesa pudiera ingresar.


    –Mil gracias mi señor de la tierra, cuando regrese os haré un suntuoso sacrificio– dijo la princesa casi arrodillándose ante la imponente criatura.










    Allí en aquella improvisada cueva Delita volvió a sumirse en un pesado sueño, y la princesa también, sentada en el lugar más sombrío.


    A la mañana siguiente, la princesa se levantó con el cantar del bosque, mientras Delita se encontraba fuera de la artificial construcción asando algún monstruo para comer.


    –Buenos días mi señora –dijo Delita sarcásticamente, esta vez sin hacer el mas mínimo gesto de respeto, ni si siquiera se levantó, gesto que se hace para con cualquier mujer en las esferas de la aristocracia Gestaliana.


    La princesa ni se inmutó en responderle, y simplemente se limitó a sentarse, tomó sin permiso un cuchillo y cortó su pedazo, sin que Delita se molestara o la ayudara. Comieron allí y luego comenzaron caminar hacia el sur, sin embargo había un problema. Las lluvias torrenciales de la noche anterior habían expandido el pantano, obstruyendo el paso directo.


    –Existe un paso de tierras elevadas –dijo la princesa –pero se encuentra mas hacia el norte – Delita no dijo nada y se limitó a seguir el camino indicado por la doncella–


    –Explicame una cosa –dijo Delita –¿como es que tu pueblo logra sobrevivir en el interior de un bosque negro? –


    –Por la misma razón que en estos momentos no nos están atacando ningún monstruo del bosque negro –respondió la princesa – las gemas negras no son suficientes, los monstruos no solo deben verse repelidos, también deben verse atemorizados. Por siglos los invocadores hemos cazado a los grandes depredadores del bosque negro y adquirido su esencia, es por ello que los monstruos temen atacar nuestro pueblo. Y no solo eso, con la sangre de aquellos monstruos fue que se construyó el mortero de las murallas y se elabora la pintura de estas, todo el lugar es un fuerte que aleja a las criaturas de la oscuridad –

    Siguieron el camino hasta indicado por la princesa, subiendo por una pendiente rocosa llena de lianas y árboles que se enroscaban sobre si mismos para alcanzar la mayor cantidad de luz posible, pero lo que Delita observó al llegar a la cima le llenó de espanto.

    XV.
    El avance de Marco




    Los humos de un inmenso campamento militar se encontraban frente a el, con los estandartes del imperio Latino, tiradores, caballeros, guerreros de las sombras y jinetes de aves del terror, todos sumarían alrededor de unos 3000 hombres.


    –¡El estandarte de la orquídea dorada! –dijo Delita observando con los ojos de Ifrit el campamento Latino –¡El gran general! –giró rápidamente hacia la princesa que ya había ascendido y se hallaba contemplando aquella imagen aterradora.


    –Escúchame princesa – dijo Delita, pero la joven no respondía absorta en el temor y el la ignorancia, Delita la tomó de las manos y la obligó a verle a los ojos, directamente.


    –Princesa, ¿existe algún camino que lleve de tu pueblo hasta la frontera de mi nación, por el cual se pueda transportar cargas pesadas y mucha gente? –Preguntó Delita impaciente –¡¿Un camino por el que no tengamos que toparnos con monstruos y que podamos pasar rápidamente?! –


    –Deseas esclavizarnos, ¿no es así? –dijo la princesa aunque no con mucho entusiasmo, intentando desviar la mirada de Delita, pero este se lo impidió


    –¡Escúchame! princesita –prosiguió Delita a prisa –ese odioso de Marco traicionó al imperio, atacó a nuestro aliado que cubría esta frontera, con la esperanza de que pudieran invadir la provincia de Latinia por el norte, y eso significa que ellos creen que hay un paso, ¿pero antes sabes donde harán la parada? (…) ¡Así es!, en tu dulce pueblito, y lo que hicieron nuestros soldados no será nada con lo que harán esos ¡salvajes orientales! –


    –No importa, ¡NO IMPORTA! –gritó la princesa echándose a llorar en el suelo –de todas formas terminaremos esclavos en alguna capital extranjera –


    –Escúchame princesa –dijo Delita –si algún poder poseo y algún prestigio mi familia posee en el imperio, te juro aquí, frente a tus dioses y frente al mío que yo Delita Balvanes Beoulve te protegeré de ese destino –


    La princesa calmó su histeria instantáneamente, al sentir la ausencia de sarcasmo en las palabras de Delita, es mas se escuchaban muy sinceras e inspiradoras. El propio Delita no creía lo que estaba diciendo, el hijo de una de las más prestigiosas familias de Gestal se jugaría todo su destino para proteger a un poblado, un montón de desconocidos y pobretones, poco más que bárbaros no muy diferenciables a simple vista que los guerreros que acampaban a unos cuantos quilómetros de ellos.


    –Existe un paso –dijo la princesa –nosotros hemos custodiado ese paso desde hace varias generaciones, los mercaderes que iban de aquí para allá nos han pagado muy bien por dejarlos “caminar” a salvo a través del bosque negro, sin tener que toparse con monstruos o bandidos, pero todo cambió con la guerra. Hace unos años, mi padre habló con el emperador, tu señor, he hicieron un pacto, mientras que los Latinos orientales no intentaran pasar por aquí el no nos obligaría a elegir entre una amistad u otra. Hace unos meses mi padre aceptó la alianza formal con la condición de que esta debería ser formal, con un documento escrito y sancionado por su señoría el sumo sacerdote de Murond, pero luego murió de una extraña enfermedad. Mi tutor me urgió a que mandara una carta al imperio Latino para entablar negociaciones, pero yo quise mantenerme fiel a los deseos de mi padre, poco después llegó Marco diciendo que el ejercito Latino llegaría pronto y que debería mostrarle la entrada del paso para poder custodiarlo hasta que llegaran los mensajeros del rey, con los documentos. Cuando llegamos al lugar mi tutor se puso muy nervioso, y de pronto, quedé inmovilizada en ese cristal. A través de las facetas del cristal, solo pude ver fragmentos, múltiples imágenes de lo que sucedió después. Mi tutor les dijo a mis guardianes que si deseaban verme con vida debían someterse, ellos aceptaron y Marco los asesinó por sorpresa, y luego, ¡les quitó sus cuernos! ¡Y se marchó! – las lagrimas caían por los enrojecidos ojos de la princesa




    –Estas diciendo que ¿la entrada al paso se encuentra en esa entupida colina?, ¡pero si está en sentido contrario! –repuso Delita extrañado


    –Magia de tiempo y espacio –contestó la princesa, mientras respiraba hondo para no perder el control –mi padre me enseñó a utilizarla cuando era pequeña, las rocas de esa colina se encuentran conectadas a otra al occidente, se pueden transportar grandes cantidades de personas y carga en un pestañeo sin la necesidad de usar mucha energía mágica –


    Delita observó a aquel ejército y luego a la princesa, deberían darse prisa para llegar a la Aldea y luego intentar encontrar otro camino para regresar a la colina para escapar dentro de las fronteras de la provincia imperial de Gestal. Delita comenzó a bajar por la montaña cuidándose de que no hubiera exploradores cerca. La princesa le siguió, un tanto confundida, mientras se sorbía los mocos y se secaba las lágrimas tratando en todo momento de ocultar tan humanas y crudas facetas de ella como le fuera posible. Bajaron la colina acercándose peligrosamente al campamento, para luego girar la izquierda tomando un pasillo tallado en la roca por un pequeño arroyo de aguas cristalinas, que sin embargo, hacía muy resbaladizo el camino.


    –¡Espera! –dijo la princesa


    –¿Y ahora que desea la princesa? –dijo Delita con su tono sarcástico típico, la princesa se ofuscó un poco, pero no deseaba mantener esa tensa situación.


    –No te he dicho mi nombre y tu me has dado el tuyo –contestó ella un poco sonrojada por lo descortés que había sido con el caballero Gestaliano. Su padre le había dicho que para la cultura de Gestal el nombre de una persona era algo muy importante, no darle el nombre a un Gestaliano era una afrenta tan grave como un insulto a su Dios o a sus ancestros –Mi nombre es Ryukiu Yunalesca, tu puedes llamarme Yuna, mucho gusto –dicho esto la princesa hizo una reverencia.


    Al ver esto el rostro de Delita abandonó toda su dureza, e incluso esbozó una sonrisa, haciendo a su vez una venia honorífica al estilo de Gestal.


    –El placer es mío su majestad, este oficial la escoltará con su vida –y lo dijo sin su molesto acento sarcástico!


    Hecho esto ambos continuaron el camino que rodeaba la ruta que habían tomado Silver y el hacia varias noches. ¿Silver habrá sobrevivido a la batalla con la tropa de jinetes? Delita no guardaba muchas esperanzas, pero durante aquellos últimos días había aprendido que Silver siempre mostraba sus habilidades bajo presión, si sobrevivía ha esto demostraría al fin que su imagen en la academia había sido una farsa.
    –Si vuelve ese entupido tendremos una fascinante batalla –dijo Delita, escapándosele un pensamiento por la boca. Yuna percibió esa sensación y se preguntó que clase de hombre era ese tal Silver.


    Un soldado se acercó corriendo a la comandancia, la oficina que Delita le había dado a Mario para que se encargara del gobierno de la ciudad. En ese justo momento se encontraba comiendo un guisado de lentejas acompañado con un poco de jugo de maracuyá.


    –¡Sargento! ¡Sargento! ¡Mensaje del capitán Alpio! –dijo el soldado que llevaba el mensaje aun enroscado en la flecha con la que lo habían mandado por encima de las murallas. Mario casi se atraganta al escuchar tan odioso nombre. Le arrebató el documento al soldado y lo desenroscó.


    Capitan Marco Alpio, capitán de la décimo cuarta división de investigación y reconocimiento al Sargento Mario Plauco salve.
    La presente es para extenderle la invitación que me ha hecho el Conde Elmdor para la liberación de la provincia de Latinia del yugo Gestaliano. Si aceptas, el conde te promete integrarte al ejercito Latino con dos graduaciones mas arriba de tu rango actual, así como la mano de una doncella de cuna noble, un titulo de nobleza y tierras que se extienden entre la región de Guayana y la de Latinia para que las infeudes a tu voluntad. A tus hombres se les recompensará con un kilo de oro cada uno.
    PD no desprecies mi amistad o si no...


    –¿Quien trajo la carta? –preguntó Mario


    –Un jinete sureño –respondió el soldado


    –ya veo – Mario tomó una pluma y comenzó a garabatear algo, luego se lo entregó al soldado con unas pocas palabras –entrégaselo al maldito – dicho esto Mario se sentó a seguir comiendo sus queridas lentejas, para su mala suerte ya estaban frías, lo que lo molestó mucho.


    –¡General Toto! ¡General Toto! Un mensaje de su majestad el conde Elmdor –dijo un caballero Latino portando un pergamino.


    El general Toto era un noble de Guayana, era sin duda el segundo hombre en importancia después del gran Duque Limblum, sin embargo poco le interesaba la política del poder personal. Lo que a el le interesaba era el desarrollo de su nación, la politica del desarrollo de su comunidad de su tierra de su imperio, y ahora estaba absorto en la reconquista, sus títulos nobiliarios eran tantos y tan diversos que todos habían renunciado ya a llamarlo por ellos y simplemente se referían a el como el gran general del norte. Toto era un hombre de edad avanzada con una tez canela, de barba puntiaguda y blanca como la nueve, más bien enano, de miembros gruesos y aun poderosos, enfundado en una armadura negra.


    El general Toto abrió el mensaje, poniéndose blanco de la impresión.


    –Que sucede general –preguntó Marco que se encontraba en ese momento en el campamento de Toto tratando de ganar más prestigio ante los nobles latinos.


    –El ejercito del sur ha sido derrotado por una invocadora –dijo Toto no dando crédito a lo que estaba escrito allí –el conde nos convoca al sur para defender la frontera –


    –¡No puede ser! –respondió Marco –en solo un día estaremos tras las líneas enemigas, y en cuatro mas, marcharemos por detrás de la capital provincial y capturaremos a las vástagos de los nobles norteños, así como ¡la capital económica al occidente! –


    –Y en esos mismos días una invocadora de gran poder, o por lo menos su ejercito estará sobre las murallas de Treno –contestó Toto un poco molesto de que este “traidor” intentara imponerle a el una estrategia de guerra.


    –Nos marcharemos –dijo Toto –pero no abandonaré el premio, tu Marco Alpio degollarás a la invocadora y cortarás su cuerno tan rápido como un “chocobo” te lleve a ese lugar, si no podemos usar el paso a través del bosque negro, ¡me aseguraré de que nadie pueda! luego, llévate esos armatostes de Kefka y aplasta la ciudad –


    –Con el poder de la princesa en nuestro poder, invadiremos fácilmente a los norteños –contestó Marco vanagloriándose de sus propias habilidades. Luego se retiró para seleccionar a sus hombres. Sin embargo Toto no confiaba demasiado en el. Con una mirada transmitió una orden a un guerrero de las sombras que se ocultaba en un rincón oscuro, si Marco fracasaba, moriría, así como todos los solados traidores que supieran sobre aquella incursión.
    Cerca de la media noche el destacamento de Marco salió del campamento. Mandó a unos 50 hombres hacia la colina del paso, y el resto hacia el sur, donde se encontraba la aldea de la Niebla Toto avanzó a paso quedo.


    –Boooo, Bo, BO, BO, BOko, BooOOko, Boko, Boko, Boko – eran las silabas que impregnaban los oídos de Silver, mientras recobraba la conciencia. Sentía su cuerpo extrañamente ligero, pero al mismo tiempo dolorido. Abrió los ojos al tomar conciencia de aquellos sonidos, y se dio cuenta de que un ave del terror de encontraba al lado de el, escarbando en la tierra. Al ver a aquella imponente criatura Silver se irguió instintivamente buscando su espada, al no encontrarla, comenzó a subir inconcientemente un árbol, y cuando se dio cuenta, ya estaba en la copa. Sin embargo el ave parecía no percatarse en su presencia. Allí se mantuvo, mientras intentaba recordar que había pasado durante la batalla, pero sus recuerdos se hacían borrosos después de que se metió en el fango. ¿Cuanto tiempo había pasado?, es mas, ¿donde se encontraba? Cada vez que intentaba pensar el como había llegado a ese lugar, su mente se entumecía y le venia una jaqueca furibunda, por lo que al cabo de un rato desistió. Entonces se dedicó a observar al ave, ¿que rayos estaba escarbando?


    Raíces, eso era lo que estaba escarbando, raíces de plantas, y se las tragaba con gran entusiasmo.


    –¡Que estafa! Ese soquete de biología jura y rejura que esas cosas son todas carnívoras –se dijo Silver a sí mismo – parece ser que el mito de que los sureños sean caníbales y comparten la carne de sus victimas con sus monturas es mas bien un mito sin fundamento. Creo que he sido un tonto en comerme el cuento yo también, pero ni modo – Silver bajó de la copa y comenzó a acercarse a la criatura, la cual era sin duda domestica, aun llevaba encima los arreos, la silla y unas mochilas. Silver se acercó lentamente, para no asustar a la criatura, que seguía repitiendo su canto. Silver se acercó por delante, para que el ave lo viera en todo momento, tomó una brida y luego acarició el cuello de la criatura, esta respondió repitiendo su canto, pero no lo atacó, ni se asustó. Entonces Silver observó los pedales del estribo y apoyándose en uno montó a la criatura. Silver observó que al otro lado, estaba la funda de un arco pequeño de doble curvatura más dos carcaj, uno grueso, de unas veinte flechas hechas de hierro y otro carcaj mas elaborado y delgado, en el que se encontraban depositadas unas veinte flechas con una extraña punta negra. En la parte de atrás de la silla, se encontraba muy bien doblada una capa de cuero curtido y unas alforjas, con kumis, carne seca y algunos bocadillos. Se comió algunos, pues tenia bastante de agua, y un poco de kumis para calmar la sed. Luego observó que también había un gran cuchillo de un solo filo y hoja gruesa, no era lo mismo que su amado sable, pero serviría.


    –¡Avanza! – gritó Silver vehementemente, pero la criatura solo dio un bostezo y comenzó a escarbar en el suelo nuevamente. Silver la tomó de la rienda y le levantó el cuello casi a la fuerza, pero el ave retorció su cuello tirando a Silver nuevamente al piso, graznando con su sonido típico, era como si estuviera riendo de Silver.


    El joven se levantó rojo pero controló su ira. Volvió a montar al ave, y esta vez golpeó suavemente las costillas del ave con los pedales del estribo, la criatura se irguió y comenzó a ver hacia todos los lados, con sus inmensos ojos azules, de aquí para allá, de allá para acá, pero luego de un rato se camó y comenzó a canturrera nuevamente –Bo, BooOO, Boko, Boko, Boko–


    –¡Arre! –gritó Silver –pero el ave no se inmutó, y nuevamente comenzó a escarbar en el suelo con gran animo.


    –¡Diablos! Que pajarraco mas inservible, lo único que sabe es decir Boko– en ese momento Silver volvió a tocar suave e inconcientemente el costillar de la criatura con los pedales del estribo, en eso, el ave se irguió nuevamente y emprendió una marcha rauda por el sendero selvático, tan rápida fue la aceleración que Silver casi rueda hacia atrás , pero al erguirse nuevamente sobre la montura, observó una gruesa rama ya sobre su nariz impactándole de lleno y esta vez Silver si rodó por detrás del trasero del ave y precipitándose de bruces al suelo. Silver permaneció un rato allí, mientras se creaba un pequeño charco de sangre, debido a que su nariz se había fracturado. Mientras el ave, regresaba hacia donde se encontraba Silver, le dio unas cuantas vueltas y luego comenzó a escarbar de forma muy animada.


    El rojo atardecer ya se cernía sobre toda la región, cuando el destacamento de Marco fue alcanzado por la tropa de jinetes que había enviado por el cuerno de la princesa Yuna. Al verlos, Marco sintió que sus planes se cumplirían al cien por ciento, en tres días y medio llegaría a las murallas de la aldea y la arrasaría, si no es que Mario ya no lo había hecho el mismo.


    El líder de la tropa se acercó a Marco y comenzó a hablarle en la gutural legua sureña, siendo interpretada dificultosamente por un erudito que habían traído consigo desde Treno.


    –Mi señor, la princesa no se encuentra en la colina del Destello –dijo el interprete –los cangrejos de acero están destruidos y neutros compañeros fueron …–


    –No somos mujercitas anciano, ¡di que sucedió! – repuso uno de los caballeros de la guardia personal de Marco


    –Fueron descuartizados y sus partes esparcidas por todo el bosque, solo sus cabezas quedaron intactas, empaladas en sus propias lanzas mi señor. Solo los chocobos sobrevivieron –dijo el anciano.


    –¿Cómo?, ¿Quién?, ¿que?, ¿que criatura puede destruir a un ATM? –se preguntó Marco –¿saben quien destruyó a los ATM? – El erudito le preguntó a los exploradores y ellos respondieron.


    –MI señor, uno de los ATM se encontró dentro de un pantano de brea y fango. La tripulación alcanzó a escapar, los otros dos ATM estaban despedazados, el metal estaba doblado y calcinado al rojo vivo y había huellas de garras inmensas, como de dragón – dijo el erudito.


    –Una pregunta, ¿como saben que la tripulación del primer ATM escapó? –preguntó Marco


    –Fácil mi señor –respondió esta vez el mismo guerrero sureño con su acento gutural –cabezas de gente dentro de cangrejo, cortar y empalar a chocosangas de distancia de cangrejo–


    –Mi señor, dice que los miembros de la tripulación fueron decapitados y empal…– intentó decir el erudito, pero Marco lo cayó con una mirada gélida.


    –La princesa, ¿también encontraron su cabeza? –preguntó Marco, con la esperanza de que al menos ella estuviera muerta, de que aquel monstruo también la hubiera matado.


    –NO, cristal roto, piedra cortada – contestó el líder de los jinetes.


    –Bien, bien, bien – dijo Marco, manteniendo la calma que lo caracterizaba –si la princesa escapó, solo hay un lugar donde pudo haber huido, y por las lluvias, solo una ruta practicable. Tu, el jinete, lleva a tus hombres por el camino que ves por allá y no pares hasta que encuentras la aldea, deberás matar a todo ser humano que encuentres en el camino, hombres, mujeres, niños, niñas, T O D O – el jinete hizo una venia de asentimiento y se retiró para montar su chocobo y comenzar la cacería. En ese momento, una paloma mensajera llegó al campamento de Marco, era la respuesta del mensaje que le había enviado a Mario.

    XVI.
    JINETEs.




    –Que haces? – preguntó Delita, ya bien entrada la noche, una noche fría, pero iluminada por la luz de la luna.


    –Pues estoy invocando al minotauro para hacer el campamento –respondió Yuna.


    –Olvídalo –repuso Delita –de aquí hasta la aldea solo hay una parada, la aldea, caminaremos durante toda la noche si es necesario –


    La princesa no respondió, pero se notaba un poco molesta, o tal vez es que de algún modo le hacia falta sus prerrogativas reales. Delita se detuvo de improviso y observó a la princesa, su vestido estaba roto a causa de las ramas de la frondosa selva, y sus zapatos estaban a punto de destruirse, estaba sudando y algunos de los mechones de su cabello le cubrían la frente, estaba muy agotada.
    –Escúchame princesa Yuna –dijo Delita haciendo acopio de todo el buen humor que pudiera tener – estamos en una carrera contra el tiempo, ha estas alturas ya deben haberse enterado de vuestro escape y deben haber enviado mas jinetes para cazarnos, es mas, es probable que todo el ejercito se encuentre marchando en estos momentos a vuestra ciudad, cualquier segundo que ganemos aquí será representado en vidas salvadas de tus súbditos, debes ser fuerte, no por ti, si no por tu gente, ellos confían en tu fuerza, recuérdalo –


    Yuna asintió, y continuó caminando, manteniendo firmemente el pesado ritmo de marcha de Delita.






    Delita había permitido que la princesa descansara, pero ocultos, fuera del sendero, sentados en un matorral, soportando la dureza del suelo, y los bichos que se colaban por cualquier orificio de las ropas. Hacía poco que un grupo de jinetes de aves del terror se habían reunido frente a ellos, uno que venia desde la ciudad y un grupo que se dirigía ha ella. ¿Que estaba haciendo Mario? ¿Permanecería leal al imperio? o ¿se estaban dirigiendo hacia una trampa? Todas esas preguntas se las estaba haciendo Delita en ese momento.


    –Mi señora Yuna – dijo Delita un poco desanimado –¿no existe otro camino para llegar a la ciudad? –


    –No a menos que quieras nadar con lagartos –contestó la muchacha.


    –Pienso que deberíamos salir y enfrentarlos directamente –continuó Yuna levantándose, mientras Delita la fulminaba con una mirada.


    –¿Y alertar el resto del ejercito? –dijo Delita –¡no sabemos si esos cazadores son buenos o malos guerreros! Actuar sin obtener la suficiente información del enemigo es una estupidez, a demás ¡revelaríamos tu posición al resto de sus tropas enemigas! – La muchacha calló inmediatamente ante la precaución de Delita.


    –¿Entonces que haremos? –preguntó Yuna después de un rato –no podemos quedarnos aquí todo el tiempo, debemos avanzar pues ¡ese es el único sendero! –


    Delita cerró los ojos, mientras analizaba que era lo más conveniente para hacer. Retroceder era un suicidio, era probable que hubiera más exploradores, avanzar aniquilando todo lo que estuviera en frente seria la mejor opción, sin embargo avanzar sin enfrentarles seria lo ideal, pero no había forma de lograrlo. A menos que…


    –¿Puedes invocar al señor de los vientos para que nos lleve por el aire? –preguntó Delita observando la luna y el cielo estrellado.


    –No te dejaré aquí –contestó la princesa –el señor de los vientos solo aceptará llevarme a mi–


    –¡Tanto mejor! –contestó Delita tomando por los brazos a la princesa con una extraña expresión de alegría.


    –¿Te alegra no tener que viajar con migo no? –dijo la princesa un tanto enojada en su amor propio. Pero Delita la soltó inmediatamente, rojo de la vergüenza.


    –No, no es eso, es que… bueno, yo, es peligroso para ti, y mi deber…–Yuna detuvo los balbuceos de Delita con un solo gesto y una cálida sonrisa.


    –Te comprendo, pero aun así no te dejaré –respondió Yuna– ¿que hubieras hecho sin mi cuando uno de sos jinetes usó una flecha negra en ti?, no señor, no te dejaré aquí para morir, pelearé con tigo hasta el fin –


    Delita permaneció callado durante un buen rato, pálido como una estatua de mármol, giró su cabeza lentamente examinándolo todo, con unos ojos brillantes como los de un felino.


    –¿No te opones? –prosiguió la princesa acercando su rostro al de Delita y guiñándole un ojo, pero el rostro de Delita permaneció impávido.




    –Quieres probarte a ti misma, ¿no es así? –dijo Delita mientras desenfundaba su espada y embrazaba su escudo –bien mi señora, creo que este es el momento, ¡Nos han encontrado!






    Eran cinco hombres armados con arcos y machetes, el líder sin embargo, portaba un gran sable de acero en la espalda, muy parecido a de Silver, excepto, porque este tenia la punta quebrada y estaba todo mellado y manchado de sangre. Al ver esto, Delita sintió mucha furia en su corazón, furia con un enemigo que había acabado con un camarada, y furia con Silver por no haber derrotado a una basura como esa. El líder de los jinetes los detuvo y con una sarcástica sonrisa dirigió unas cuantas palabras de Delita en su lengua sureña, pero que sonaban a gesticulaciones ininteligibles para el noble del norte. La princesa también empuñó su bastón y tomó una posición de batalla.


    –¡Necesito tiempo para aplastarlos! –gritó la princesa


    –¿Cuanto necesita su majestad? –preguntó Delita, mientras caminaba con porte orgulloso hacia sus enemigos.


    –¡Sesenta! –dijo la princesa que de inmediato comenzó a concentrar mana en su cuerno.


    –Es mas fácil decirlo que hacerlo –respondió Delita al tiempo que los primeros tres dardos ya silbaban por el aire. Delita los detuvo con su poderoso escudo, mientras mantenía su mirada fija en el líder de los enemigos.


    Entonces los cuatro jinetes acompañantes comenzaron a correr raudos sobre sus monturas, rodeando a Delita, pero, este no se inmutó, mantuvo su mirada fija en el lider. Entonces lanzaron al tiempo cuatro dardos, dos procedentes de los flancos de retaguardia y otros dos de los flancos de vanguardia. Delita simplemente dio un poderoso brinco, saltando unos dos metros, mientras las flechas cruzaban por de bajo de sus piernas. Desde el salta hasta la caída Delita concentró mana, al tocar suelo se agachó estirando una pierna clavando la espada en el suelo y extendiendo su mano, hacia un punto vacío.


    –Ifrit, dame el poder, “FIRE!” –gritó Delita con todas sus fuerzas, sus ojos centellearon una luz rojiza y de inmediato una pequeña explosión se proyectó sobre aquel punto, al mismo tiempo que dos jinetes cruzaban muy cerca de el, al mismo tiempo Delita volvía a saltar hacia la derecha para evadir dos dardos, uno proveniente de atrás y otro de adelante. La explosión despertó la selva, y la onda explosiva derribó a los jinetes de sus monturas que cayeron al suelo piando y aleteando fuera de control. Rápidamente, Delita avanzó hacia uno de los jinetes que se había desviado y ahora avanzaba al punto donde se encontraba Yuna.


    Delita concentró la mayor cantidad de mana que pudo en su mano derecha, al mismo tiempo que un terrible dolor le bajaba por aquella extremidad al haber forzado el flujo, al mismo tiempo que corría, lanzó el hechizo FIRE, que impactó de lleno en la espalda del guerrero enemigo derribándolo de su montura, mientras el pájaro mantenía el rumbo, pasando por unos cuantos centímetros al lado de Yuna que pudo sentir la suavidad de sus plumas, sin embargo no perdía su concentración. En eso, un dardo silbó por detrás de la cabeza de Delita, pero su cuerpo no podía desviarse, estaba muy agotado.


    Justo en el último instante, Delita giró su cabeza, dejando pasar el dardo. Delita recobró el equilibrio y detuvo su marcha girando para lanzar su espada hacia el ultimo jinetes que avanzaba directamente hacia el empuñando su machete en el aire mientras arrojaba su arco al suelo, la espada se le clavó en el tórax, derribándolo de su montura, pero justo en el momento en que el cuerpo del enemigo caía de su ave, un dardo negro apareció por detrás de el, Delita se cubrió con su escudo, pero era demasiado tarde para sus reflejos, la punta del dardo alcanzó a desgarrar la parte externa de su piel en su hombro derecho.


    Delita elevó su mirada, pero se dio cuenta de que, el líder de los jinetes ya no estaba allí, la criatura se encontraba corriendo por su flanco derecho, rodeando su posición. Delita se abalanzó sobre el, pero sus piernas ya comenzaban a entumecerse, aun así, con un esfuerzo inhumano, logró golpear el costado del ave, derribando a jinete y montura. Ambos guerreros rodaron en el suelo, y se incorporaron tan rápidamente como pudieron. Los otros tres jinetes derribados se habían reagrupado, y se encontraban rodeándolo justo en ese momento, mientras Delita cotaba ya solo con su escudo, y sus fuerzas, ya comenzaban a flaquear, a pesar de que solo era un rose, había ingresado una cantidad suficiente de veneno como para hacer torpes sus movimientos.


    –¡Veinte segundos! –gritó Yuna, que permanecía concentrada aun. Su cuerno comenzaba a emitir un destello blanco azulado.


    Una gota de sudor bajó por la frente de Delita, mientras, su piel se tornaba blanca trasnparentosa al escuchar eso. Uno de los guerreros avanzó con su machete empuñado en lo alto, pero Delita se agachó, interponiendo el borde superior de su escudo, contra los codos del guerrero enemigo que ya bajaban para asestar el poderoso impacto, se escuchó un crujido, mientras Delita lo empujaba con el cuerpo, y le despojaba de su machete. En eso otro guerrero se abalanzó por la espalda de Delita, pero este giró rápidamente, lanzando un poderoso machetazo que perforó el peto de cuero de enemigo, aunque solo lo cortó superficialmente fue suficiente para hacerlo retroceder de dolor, el tercer enemigo se hallaba herido, por el ataque de fuego por lo que no pudo atacar simultáneamente con el segundo, esas milésimas fueron claves para que Delita pudiera girar nuevamente e interponer su escudo contra la hoja del machete, que rebotó con unas cuantas chispas. Los dos guerreros enemigos habían retrocedido unos pasos y comenzaban a caminar nuevamente en círculos, mientras el primero se encontraba gritando en el suelo, con ambos brazos fracturados, el segundo, se llevaba una mano al pecho, que manaba sangre.


    –“TERRA!” –gritó el líder de los guerreros. Y una pesada roca emergió del suelo, golpeando a Delita que se cubrió con el escudo haciendo que la roca se fracturara en mil pedazos, sin embargo, el ataque fue lo suficientemente fuerte como para hacerlo retroceder perdiendo el balance, al mismo tiempo los dos guerreros enemigos lanzaron ambos un machetazo al mismo tiempo, pero Delita los volvió a detener, al primero con su escudo, y al segundo con el machete. Pero aun así, la fuerza de ambos fue suficiente para derribar a Delita, ahora se hallaba en el suelo indefenso contra el siguiente ataque.




    En eso se escuchó el silbido de dos dardos, los cuales atravesaron las palmas de las manos de ambos guerreros los cuales arrojaron sus armas al suelo luego cuatro dardos lanzados con tanta rapidez que parecía que los lanzara un grupo de arqueros, pero todos provenían del mismo lugar. Las flechas atravesaron ambos muslos de los dos guerreros, que cayeron al suelo gritando de dolor.


    –Señor de la tierra, acude a mí llamado –dijo Yuna, mientras su cuerno iridiscente, refulgía con mil colores – entierra a estos seres indignos de caminar sobre tu reino! ¡MINOTAURO! –


    Un hueco negro apareció encima de Yuna, al mismo tiempo que un circulo mágico se proyectaba alrededor de Yuna, del hueco salió una gran cantidad de arena, que como un viento endemoniado rodeó el cuerpo de la invocadora, para luego elevarse por encima de ella, materializándose en un ser mitad hombre y mitad toro, empuñando un enorme martillo con miles de runas marcadas en el. El minotauro descendió a la tierra, mientras por sus enormes fosas nasales emergía un vapor arenoso y denso.
    –¡Alto! –gritó la voz de un hombre en la legua de Gestal. Era Silver, que emergía de uno de los matorrales, empuñando un arco de los bárbaros, y una flecha tensada sobre el.


    –Mi señor Marco – dijo un caballero de su guardia personal que se acercaba rápidamente a media noche con un pergamino pequeño en su mano –mi señor, la respuesta de Mario–


    –¿Cual es la respuesta del arrivista de Mario? –preguntó Marco sin levantarse del catre de su tienda.


    –¡Acepta! –contestó el caballero bastante animado.


    –Excelente –dijo para si Marco despachando con un gesto a su guardia. La princesita llegaría a una trampa, si es que sus cazadores no habían dado con ella ya. Sin embargo había algo que lo inquietaba y no le estaba permitiendo conciliar el sueño.
     
  9.  
    joseleg

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    Final Fantasy Fanfic, The Dragon Lord
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    XVII
    EL DEBER DE UN GUERRERO


    El gran minotauro permaneció allí estático, sin hacer ningún movimiento. Yuna señaló al líder de los jinetes, sin embargo por alguna extraña razón el espíritu no le obedecía.


    Silver arrojó el arco y desmontó sin empuñar ningún arma.


    –Eso me pertenece –dijo Silver de forma seca, en la legua bárbara del enemigo, tan elocuentemente, que se hubiera dicho era uno de ellos. El líder de los enemigos se sorprendió de que aquel extraño hablara su lenguaje, y al mismo tiempo su rostro cambió totalmente de expresión, se puso rojo de la ira, mientras sus dientes chirriaban a través de la mueca de su rostro.


    –Mataste a mis hermanos, ¡y los mataste con esto! –gritó el líder. Silver no respondió, en realidad no recordaba nada, pero no iba a ponerse a discutir con un soldado enemigo.


    –¡TERRA! –gritó el soldado levantando una gran roca que salió volando hacia Silver, pero este la golpeó directamente, convirtiéndola en polvo.


    – ¡TERRA!, ¡TERRA!, ¡TERRA!, ¡TERRA! –gritó de forma consecutiva el guerrero enemigo, levantando cuatro rocas del suelo aun mas grandes y consecutivamente lanzándolas contra Silver, pero el golpeó la primera, evadió la segunda de un salto, golpeó la tercera, y recibió el impacto de la cuarta cruzando sus brazos sobre su rostro. El polvo ocultaba la posición de Silver, y ahora no se podía saber si el ataque había tenido resultado. El líder de los jinetes sonrió, y luego, haciendo una mueca de dolor debido al esfuerzo sacó una gema roja, y concentró toda su energía en ella.


    –¡¡FIRA PLUSARCANA!! – dicho esto, la gema se reventó, y una inmensa llama roja rodeó al guerrero, la llama giraba y giraba y poco a poco comenzó a desprender lenguas de fuego que se volvían mas grandes y fuertes, como esferas de energía aplanadas, que penetraban en la nube de polvo, la explosión múltiple de las llamaradas iluminó la selva devastando una amplia zona hacia el fondo y retumbó en toda la selva levantando una nube aun mas grade de polvo.


    El guerrero enemigo había cantado victoria, pero su cuerpo estaba totalmente adormecido, había forzado el flujo de mana, pero no importaba, sus hermanos estaban vengados, o eso era lo que el pensaba. Una roca le golpeó en la cabeza sacándolo de balance y derribándolo a la tierra, una fuerte hemorragia emergió desde el punto de impacto que se hinchó feamente. La roca había venido desde arriba, elevó el rostro y vio que Silver descendía desde una altura inhumana aterrizando suavemente. Los vapores del incendio detrás hacían ondular el cabello de Silver, como si fuera una deidad de fuego, su rostro estaba serio, y sus ojos penetrantes daban miedo realmente.


    –Porque siempre me tocará pelear con el mismo tipo de idiotas! – repuso Silver, mientras se acercaba al agotado enemigo –esta vez, no cometeré el mismo error! – replicó Silver, al ver los primeros signos de la inducción del estado de Limit.


    Se acercó al enemigo rápidamente, dándole una tremenda golpiza en regiones vitales, impidiendo que el flujo de mana se diera. Y finalmente recuperó su dañado sable arrebatándoselo de las manos al enemigo que desfallecía físicamente, pero que crecía en odio y desesperación, Silver sintió ese poder y sin darse cuenta realmente avanzó poderosamente forzando al enemigo a retroceder con su cuerpo y dándole un sablazo que le devanó parte de su hombro. Sin embargo, el enemigo sin un brazo seguía en pié, y un aura verdosa comenzaba a envolverle, al ver esto Silver lo decapitó sin consentimiento.


    Un rayo irrumpió, el rugido monótono del incendió, que se había extendido, mientras otra tormenta comenzaba a caer. Habrían pasado unos cinco minutos desde el combate, pero Silver aun permanecía quieto, en la posición en que había quedado tras finalizar el ataque de decapitación. Nadie dijo nada. Silver observó su sable, manchado de sangre y esta aun tibia bajaba a través del haz y el filo hasta su puño, al darse cuenta de ello, soltó su arma y miró su mano aterrorizado, de sus ojos emergieron unas lagrimas amargas y extrañas. ¿Por que sentir vergüenza por una victoria justa? ¿Por que sentía esta inmensa tristeza por la muerte de un enemigo? Después de todo no era mas que un bárbaro, una bestia salvaje que seguramente había vivido saqueando, matando y violando, ¿por que sentir compasión por un hombre así?


    En ese momento sintió la mano de Delita en su hombro, lo cual lo sacó de su estado de introspección de manera sorpresiva. Silver se sobresaltó y giró para ver el rostro de Delita, al mismo tiempo contento por la victoria, pero extrañado por su actitud.


    –¡Que haces? –dijo Delita –no tenemos tiempo, rápido, debemos despachar a los otros y largarnos antes de que mas bárbaros sobre pajarracos converjan en este punto –


    –¡Espera! –respondió Silver –¡no hay porque matarlos! –Delita casi estalla en una carcajada, giró y observo los ojos de Silver llenos de lágrimas.


    –Mira quien lo dice – respondió Delita señalando el cuerpo desmembrado y decapitado –tus manos están manchadas de sangre, untado el dedo untada la mano, estos tipos deben morir ¡para que no delaten nuestro rumbo! –


    –¡No es necesario! –respondió Silver en tono amenazante.


    Ahora la lluvia caía con toda intensidad, una tormenta tropical que lo cubría todo con su negro manto y sus rugientes vientos. La llama de la batalla se extinguió rápidamente, mientras el par de nobles se median allí, en medio de la nada.


    Con un toque de su bastón en el suelo, Ada hizo que Minotauro se movilizara, este a su vez golpeó el suelo ferozmente causando un gran terremoto, la tierra se elevó alrededor de los cuerpos de los guerreros agonizantes generando una espacie de cárcel por la cual no podían ver nada.


    Silver observó a la doncella y con su sola mirada le agradeció, sin embargo Delita no pida entender tanto sentimentalismo.




    –¡Deben morir! –dijo Delita sacando su espada del cuerpo sin vida de uno de los jinetes enemigos –ellos son nuestros enemigos, y son soldados, no hay razón para mantenerlos vivos ¿o sí? –


    –Una cosa es matar a una persona en el calor del combate cuando puede defenderse –respondió Silver, pero Delita sonrió sarcásticamente ante la tibieza de su compañero.


    –Como si ese sujeto hubiera tenido muchas posibilidades contra ti desde el principio –contestó Delita – admítelo, estaba muerto desde el principio, es como cuando un niño pequeño se enfrenta a un adulto sin conocer las consecuencias que esto puede acarrear –


    –…–


    –No te preocupes, se que es lo que intentaste hacer –repuso la princesa acercándose a Silver con un tono tranquilizador –pero el odio que el sentía por ti era profundo, lo que le permitió enfrentarse a su pavor y generar los principios de un ataque de Limit, si tu compañero no hubiera asesinado a ese jinete, en este momento estaría muerto o lisiado. Delita, tu compañero debió matar a su enemigo, pero estoy de acuerdo con el, en que no hay que matar a estos hombres. Y en todo caso, si el comandante enemigo es un sujeto inteligente, que lo es, para haber engañado a las autoridades de vuestra nación sabrá que nos dirigimos a mi pueblo –


    Delita observó el cuerpo del jinete una vez mas, y recordó la batalla que Silver había tenido contra Nida, había sido muy parecida, solo que esta vez Silver no había permitido que le arrebataran la victoria.


    –Por lo menos el hijo de mama aprende de sus errores –repuso Delita un tanto ofuscado reenfundando su espada y colgándose el escudo a la espalda, Yuna sin embargo notó un pequeño tambaleo de Delita.
    –¿Que hacen? – dijo Delita –debemos continuar ese entupido incendio atraerá a los demás jinetes enemigos como la carne podrida a las moscas –


    Sin embargo Silver aun seguía como ido, y Yuna se había quedado absorta viéndolo, sentía gran empatía por aquel soldado, era algo extraño. Yuna podía sentir a Silver de una manera diferente y al mismo tiempo familiar, sentía en su corazón los sentimientos de repulsión, ira y autocompasión, sentía su conciencia irrumpir fuertemente en su mente atormentándose por aquella muerte fuera necesaria o innecesaria. En eso Delita le pegó un poderoso puñetazo que lo derribó.


    –¡Necio! –gritó Delita rojo de la ira –si esto es lo que te pasaría cuando mataras a un hombre, ¿para que demonios te convertiste en un soldado? Nosotros somos soldados, nuestro deber es combatir, matar y morir por nuestra nación, si no entiendes eso, vuelve, vuelve a la casa de tu madre, vuelve a los pasillos polvorientos de una librería, o a las blancas murallas y vítreas capsulas de un laboratorio, para ti el campo de batalla es un infierno insufrible. Si te comportas así cada vez que tengas que cumplir con tu deber y matar a un enemigo en batalla no serás mas que un estorbo, una basura, un un…–


    –Delita ¡Basta! –gritó Yuna


    –No, ¡no basta! –gritó Delita completamente ofendido –eres demasiado suave para estar aquí Leone. Nuestro deber ahora es para con esta mujer y para con su pueblo, lo demás no importa, si debo asesinar y torturar a mi enemigo lo haré, ese es mi deber, ahora desgraciado ¡elige!, quédate aquí autocompadeciéndote como un entupido ermitaño cabeza rapada del este o levántate y compórtate como un caballero de Gestal, ¡cumple con tu deber! o ¿acaso deseas que yo ponga fin a tu miseria? –


    Yuna observaba a Delita, parado orgullosamente, mientras las gotas de agua chorreaban por su rostro, mientras Silver se levantaba, su cabello largo proyectaba una sombra inquietante sobre su rostro, por lo que no podía saberse su estado de animo, ¿estaría ofendido por lo que le dijo Delita? Si era igual de orgulloso que el, de seguro abría una batalla aquí y ahora. Silver se acercó a Delita paso a paso, y mientras le susurró algo al oído un gran relámpago iluminó al par de guerreros dándoles un aspecto espectral, luego el trueno que casi les revienta los oidos. Silver continuó su camino, tomando por las riendas al ave con la cual había llegado al campo.


    Delita lo observó, pero ya no estaba tan ofuscado. Yuna no sabia que hacer, ni que decir, observó a Silver que se acercaba hacia ella, no pudo ver su rostro durante un buen rato, por lo que cuando estuvo cerca de ella, esta retrocedió, entonces la tenue luz de las llamas que aun vivían iluminó el rostro de Silver, una sonrisa calida que invitaba a la princesa a subir a la montura, pero una lagrimas que se mezclaban con el agua de la fuerte lluvia que caía en ese momento.


    En eso, de un momento a otro Delita calló desmallado.


    –Delita! –gritó Silver preocupado arrojando las riendas y corriendo para socorrer a su compañero –¿que sucede? –


    –No es nada realmente serio –contestó Yuna –es solo que lo han envenenado. Al principio del combate fue rozado con una flecha de punta negra, ese metal puede traspasar la armadura vital de cualquier guerrero y a demás las trazas de ese metal adormecen el cuerpo, aunque no es mortal. Solo deberá descansar un rato.


    –Como el dijo –dijo Silver –no tenemos tiempo –


    –Creí que eras diferente a el –dijo Yuna a punto de estallar en un ataque de cólera “real”.


    –No te preocupes –dijo Silver esbozando una sonrisa –no estoy insinuando “eso”, ¿crees que pueda montar en un ave del terror? –


    –¿Ave del terror? –dijo Yuna un tanto desconcertada –¿te refieres al chocobo? –


    –¿Chocobo? –dijo Silver debido a que no conocía esa palabra –No encuentro relación de esa palabra con ninguna legua que conozco –


    –Chocobo es el nombre que se le da a las aves corredoras gigantes que han sido domesticadas o semidomesticadas –repuso Yuna –en los establos de mi palacio tenemos unos cuantos… A tu pregunta creo que si, si el chocobo no es muy impetuoso –


    –No te preocupes, cuando te acostumbras a el es como viajar en una nube –respondió Silver cogiendo a Delita y montándolo en el chocobo.


    –No sabía que en vuestra nación ya emepzaran a educar jinetes –dijo Yuna
    –Y no lo hacen –respondió Silver –muchos de nuestros soldados han visto a estas cosas en estado salvaje devorando uniplaidos y hombres por igual, ¿de donde crees que viene el nombre ave de terror? –


    –Entonces, ¿como has viajado en uno? –preguntó Yuna


    –hee, bueno, pues, me monte tome las riendas y repetí el sonido que dice esa cosa, Boko, creo que de hecho lo llamaré así, ¿Boko por que no saludas a la princesa?– al escuchar esto Boko se apeó y grazno con ese sonido bisilábico varia veces como si estuviera saludando a la princesa.


    –Eso si es extraño –repuso Yuna


    –¿A que te refiueres? –preguntó Silver realmente intrigado


    –No, olvídalo, no es momento para ello –dijo Yuna –cuando regresemos a mi palacio te enseñaré algo que tal vez te interese –


    Silver guió a Boko por las riendas, Yuna hizo un esfuerzo sobre humano, pues estaba muy agotada, aun así deberían partir y buscar refugio en otra parte. La invocación de Minotauro se desvaneció como antes al perderse el grupo en lo oscuro de la jungla, mientras los últimos fuegos de ataque del líder de los jinetes daba su último aliento.


    Así avanzaron durante un buen rato, hasta que encontraron un lugar propicio para pasar el resto de la noche. Yuna no había hablado nada durante aquel viaje, y de hecho se sentía más un estorbo.


    Silver despertó Suavemente a Yuna antes del amanecer.


    –Mi señora –dijo Silver en el idioma de Wutai aunque tratando de cambiar algunos fonemas para aproximarse lo mas posible a lo que el conocía al menos teóricamente como el dialecto que hablaba la princesa –tenga, creo que esto le gustará, es una bebida de los bárbaros, y es bastante buena –


    La princesa sonrió ante la cortesía de Silver, el preparó un lecho para que pudiera sentarse cómodamente, y le preparó todo para que pudiera comer un buen desayuno, con la mayoría de las reservas de la dotación que llevaba Boko en sus alforjas. En eso Delita ya había despertado, y se había reincorporado inmediatamente a sus deberes, sin saludar ni dar las gracias.


    –¿Podrías dejar de hablar en entupidas leguas que no puedo entender? –dijo Delita un tanto ofendido


    –Pues deberías revisar de vez en cuando un pasillo polvoriento de una biblioteca –respondió Silver mientras encendía una fogata a punta de piedra y chispa –Para ser un verdadero caballero de Gestal, se debe poder entablar una conversación decente con tus aliados, ¿no lo sabias? –


    La vena brotó en la frente de Delita, que lo único que se dedicó a hacer, fue a revisar el perímetro, para constatar que ningún monstruo estuviera cerca. La batalla y la marcha forzada los había debilitado lo suficiente, como para que algunos monstruos ya empezaran a osar acercarse a ellos.


    –Eres muy diferente a Delita –dijo Yuna en su lengua materna, que difería un poco del acento que Silver había utilizado –¿pero como te llamas? –


    –¿No me he presentado? –respondió Silver golpeándose simbólicamente la frente, luego se levantó e hizo una venia –Soy Silver Cornelio Leone primer oficial de ejercito de Gestal a su servicio su alteza –luego Silver hizo un gesto con la mano, a lo que Yuna contestó extendiendo la propia, Silver la sostuvo y le dio un beso a la mano de Yuna.


    –Saludos noble caballero –respondió a su vez Yuna haciendo una leve inclinación protocolaria –Mi nombre es Riukiu Yuna princesa de la aldea de la Niebla –


    Delita observó la escena, que en realidad le disgustaba, su estomago se removía como si tuviera alguna enfermedad gastrointestinal, pero no dijo nada.


    –Sir Silver –dijo Yuna –dime, ¿como pudiste escapar del tremendo ejercito que nos persigue? –


    –¿Ejercito? –preguntó Silver extrañado –pero si el ejercito del viejo Toto se encuentra camino hacia el sur –Dirección a la que Silver observó con un aire de preocupación, sentimiento que una vez mas Yuna pudo sentir claramente, era extraño.


    –Pero, entonces, ¿porque corremos? –preguntó Yuna


    –Aun nos persigue un destacamento –contestó Silver, algunos caballeros, tiradores de nuestra nación y unos cuantos tiradores del este, en total diría que son unos quinientos hombres, una vez que lleguemos a la ciudad estaremos a salvo a menos –


    –Que Mario no nos haya traicionado –contestó Delita de forma inoportuna –


    –Se suponía que no entendías esta legua –contestó Silver


    –Puedo entender algunas frases –repuso Delita –pero no la puedo hablar, jamás me rebajaría a ha…–


    –¿Hablar una legua de bárbaros? –dijo Yuna un poco enfadada, Delita se sonrojó debido a la estupidez que había cometido.




    –¿Que harás después de que venzamos? –preguntó Silver sin prestar importancia a la salida de tono de Delita


    –¿A que te refieres? –preguntó Yuna


    –La defensa de tu ciudad siempre recayó en las habilidades de los invocadores especiales de tu pueblo –dijo Silver señalando el cuerno de invocación en la frente de Yuna –con el podían convocar a ejércitos de espíritus de invocación para asistirles permanentemente en batalla, al contrario de nuestros invocadores, que solo pueden llamar a los espíritus momentáneamente. Marco, los asesinó a todos según se, menos a ti, a caso ¿tu podrías detener a los ejércitos Latinos unos tras otros? –


    Yuna le evadió la mirada.


    –¿Y que propones? – dijo Yuna –esta ha sido nuestra tierra por varias generaciones, ¡no tenemos mas a donde ir! –


    –Puedes quedarte en algunas de mis tierras, de hecho allí tendrias mas espacio, mi abuelo es un buen soldado, pero un mal terrateniente yo me ocupaba de eso junto con mi madre y se de primera mano que tenemos muchas tierras baldías –contestó Silver.


    Delita giró inmediatamente.


    –¡Hey, yo ya se lo había ofrecido! –


    –Dejarías a unos “bárbaros” vivir de gratis en tus tierras – dijo Silver, lo que casi provoca de Delita sacara su espada.


    –¡Alto! –ordenó Yuna –no decidiré eso ahora, primero, abúndenme a mi y a mi pueblo, rediman a su rey y a su nación. Basada en sus acciones y en el deseo de mi gente decidiré, antes ¡no! ¿Entendido? –


    Ambos guerreros realizaron una venia asintiendo






    Marco encontró al trío de jinetes sobrevivientes, y a los restos del escuadrón de cacería líder. Los jinetes se habían sacado las flechas y se habían vendado apropiadamente mientras el tercero estaba ya entabliyado, a demás, sus compañeros les habían cambiado las vendas, justo antes de que Marco irrumpiera en su improvisada tienda.


    –¿A donde se fueron? –preguntó Marco con un tono frío.


    Los hombres respondieron en su lengua, con lo que la mirada gélida recayó sobre el erudito.


    –Dicen que no saben mi señor, la bruja carnuda los confinó en un cubo, y no pudieron ver nada hasta que uno de los muros se convirtiese cayó solo – dijo el erudito.


    Ante esa respuesta Marco desenfundó su brillante “espada de coral” y con un gesto, un rayo eléctrico fulminó al par de sobrevivientes.


    –¿Para que hizo eso? en todo caso ya sabemos a dónde se dirige la princesa –dijo el erudito.


    –El fracaso es inaceptable –respondió Marco saliendo del la tienda y ordenando la continuación de la marcha, esta vez de forma redoblada. Algo no estaba bien en el mensaje de respuesta de Mario.


    Silver le ofreció a Yuna subir al chocobo, sin embargo Yuna se mostró reticente.


    –¿Soy una carga? –preguntó ella


    ––No es que … – dijo Silver


    –Si lo eres –respondió Delita mientras Silver trataba de salir del paso con algo reconfortante


    –¡Hey! –repuso Silver un tanto enojado –deberías mostrar mas respeto, ella es una –


    –Una reina –respondió Delita –y los reyes no deben caminar como soldados de infantería, eso va en contra de su tradición y su crianza. A demás, cuando ella camina se cansa muy rápido y se debilita, ¿estoy equivocado? –


    Yuna eludió la mirada de Delita, tomó a Silver de la mano con un gesto de asentimiento, y Silver, suavemente la ayudo a ascender a la gran ave.


    El resto del día avanzaron a gran velocidad, tanto Delita como Silver avanzaron corriendo sin descanso ni tregua flanqueando a Yuna, mientras Boko corría suavemente y sin ningún esfuerzo. Yuna por su parte se sumergió en sus propios pensamientos, ¿Qué haría una vez vencieran al destacamento de Marco? ¿Abandonar la aldea de la niebla?, su padre debería estar revolcándose en su tumba. La única forma de reivindicarse ante el y sus ancestros no era intentando salvar unas cuantas piedras inertes, su deber era con su pueblo, aunque una decisión como esa no la podría tomar ella sola, el consejo de pueblo debería dar su consentimiento.


    El camino avanzaba monótonamente alternado entre claros colinillas riachuelos “no tan riachuelos” y espesuras, frente a las cuales Silver desenfundaba su gran y mellado sable, cortando maleza a diestra y siniestra, con lágrimas en sus ojos. El chico quería realmente su sable pues el lo había forjado pero ahora que estaba así, pues mejor usarlo para llegar lo antes posible a destino. Delita por su parte se desviaba y creaba incendios que llevaban a trochas diferentes, para que los cazadores tuvieran que examinar todo el lugar y desviarse continuamente.


    Acamparon casi a la media noche. Silver se encargó de cazar algo, pero Delita le impido que iniciara cualquier fuego, en lugar de ello, uso un poco de magia de fuego para calentar la comida, sin generar ninguna braza, ese nivel de control mágico realmente sorprendió a Yuna, aunque a Delita no le gustó mostrar esa “destreza de supervivencia” a un extranjero.


    Despertaron bien en la mañana, con la imagen de la acrópolis de la Niebla frente a sus ojos, pero con los cuernos de guerra de Marco resonando a la distancia, ¡el sujeto no había dejado dormir a sus tropas!


    Al alba, Silver y Delita regresaron a la ciudad de la niebla, escoltando a Yuna, que venia montada en el poderoso chocobo que Silver había capturado en el campo de batalla.


    Mario se encontraba obre el dintel de la puerta, en una torre, empuñando la bandera de la ciudad escoltado por un grupo de tiradores, que empezaban a cargar sus armas. Delita observó aquello con ira, ¿Mario los había traicionado?


























    XVIII
    ¡la trampa!


    Delita iracundo desenfundó su espada y su escudo, mientras los tiradores de Mario les apuntaban.


    –Alto –dijo Silver de forma inesperada


    –¿Pero que estas diciendo? –respondió Delita airado –nosotros dos podemos cargarnos solos a la mayoría de esos bastardos, ¡de seguro ya han matado a todos los civiles! – al escuchar eso, Yuna sintió que la congoja invadía su corazón ¡habia fracasado en todo!


    –¿Y te dices a ti mismo guerrero? –contesto Silver en su tono burlon normal pero bastante bajo, casi como un susurro observando hacia el cielo –¿no los sientes detrás de los muros? –


    Delita observó a Silver extrañado, pero Yuna se sintió aliviada pero confundida, se bajó de Boko y empuñó su cetro preparándose para el combate.


    –¡Calma! –dijo Silver una vez mas susurrante observando hacia el cielo –


    Esperaron allí durante un buen rato, hasta que las puertas se abrieron. Un grupo de soldados salió apuntando con las armas a un grupo de niños indefensos. Delita estaba realmente furioso, pero Silver estaba tranquilo, tan tranquilo como cuando iba a las clases de la academia. Yuna observó la expresión segura de Silver y permaneció pasiva, esperando a ver que sucedía.


    –Bajen sus armas y ríndanse –dijo la voz de Mario que aparecía justo en ese momento desde el interior de las murallas –ahora están bajo arresto –


    Silver observó aguzadamente hacia un lado y hacia el otro de forma discreta, luego observó directamente a los ojos de Mario y le giñó.


    –y ¿si nos resistimos? – preguntó Delita empuñando su espada.


    –¡Estos se mueren! –contestó Mario


    –¡Al diablo! –contestó Delita lanzándose al ataque, pero justo en ese instante, sintió un golpe seco en su nuca que lo dejó inconsciente. Silver le había golpeado detrás de la nuca con el lomo de su pesado sable. Después de eso, lo arrojó al suelo.


    –No permitiré que lastimen a esos niños, ¡entupido inconciente! –dijo Silver furioso.


    –Así –dijo Yuna bañada en lagrimas –así fue como – Pero en ese momento vio a Silver y conectó su mirada calida, y una vez mas sintió el corazón de el, estaba realmente calmado.


    –¿Tu eres parte de esto? –dijo Yuna ofendida


    –Mirame, ¿dime que sientes? –preguntó Silver inquisitivo, sus ojos normalmente entrecerrados y despreocupados tomaron un carácter serio y penetrante, la princesa retrocedió unos pasos pues estaba confundida –una cosa es lo que yo sienta y otra lo que me demuestras –


    –¿Dejarás entonces morir a esos niños? –preguntó Silver.


    –Si los salvo ahora de todas formas los matarán junto con el resto de mi gente –contestó Yuna entre lagrimas, sosteniendo su cetro con mas fuerza–


    –¿Los dejarás morir entonces? –preguntó Silver –la vida de pocos no es tan valiosa como la vida del resto de tu pueblo, pero, si no te esfuerzas en salvar la vida de estos chicos como podrías estar segura que en el futuro no te esforzaras por salvar la vida de otros súbditos tuyos?, ¿y otros? ¿y otros? ¿y otros? –a cada pregunta Silver se acercaba, mientras Yuna se hallaba mas confundida, hasta que este la abrazó y le susurró algo al oído. Dicho esto, Yuna arrojó su cetro. Los tres fuero sometidos humillantemente y llevados al interior de la fortaleza.








    Un par de jinetes chocobos emergieron entonces de la espesura, portando un pergamino, se acercaron a donde se encontraba Mario y se lo ofrecieron. Este los miró con desprecio “cosa a la que ya estaban acostumbrados los mercenarios sureños” y luego tomo el pergamino.


    Lo leyó rápidamente, luego sacó otro pergamino y se lo entregó al jinete.


    –Comunica lo que viste –dijo Mario






    Silver fue desatado una vez que las puertas se cerraron, al igual que Yuna.


    –¿Que sucede aquí? –preguntó Yuna


    –Una pequeña trampa –contestó Mario –¡y por poco la arruinan! –


    –Vamos Mario, no deberías esperar tanto de nosotros, después de todo ¡es nuestra primera misión! –


    –¿Primera misión? –preguntó Yuna sorprendida y un poco decepcionada.


    –A demás, necesitábamos que las actuaciones resultaran realistas, ¿o no? –dijo Silver –Delita no tiene tacto para las actuaciones, por lo cual no le dije nada, y su actuación fue impresionante ja ja ja–


    –Un momento –dijo Yuna –en que momento ustedes dos urdieron ese plan –


    –En ninguno –dijo Mario –todo fue mi idea, pero esperaba que los guerreros de elite de la academia militar de Las Aguas fueran bastante capases de sentir la presencia de ese par de chismosos –


    –¿Para que tanto enredo? –dijo Yuna –con matarlos hubiéramos tenido suficiente –


    –Si y no –contestó Silver – una batalla directa contra Marco nos privaría de poder interrogarlo a el o a sus subordinados acerca de la naturaleza de la rebelión –


    –Es cierto –contestó Mario –Marco ingresará confiado a la ciudad con pocos hombres, y cuando este regodeándose, Bam! Cerraremos las puertas y será nuestro, sin su líder, los soldados de Gestal entraran en panico y capitularán, dos pájaros de un solo tiro, sin sangre y ¡con toda la información! –


    –Pero, si Mario intuyó que ustedes dos detectarían a sus espías, ¿no inferirá esta trampa? – preguntó Yuna


    –En ese aspecto entró la actuación de mi queridísimo amigo Delita, su actuación es digna de los premios de Vector al mejor actor de teatro –dijo Silver con su tono normal de desparpajo – ahora, debemos prepararnos para la llegada de nuestros amigos, cuando cerremos los muros, seguro que intentaran tomar la ciudad por asalto, asumo que ya habrás preparado un plan acorde a la situación –dijo Silver, mientras le entregaban su sable nuevamente, y a la princesa le entregaban su cetro, con toda la reverencia que era debida.


    –Así es, mi señor –dijo Mario –si desea le explicaré –


    –Explícale a la princesa, después de todo ella es la comandante suprema de esta operación y a Delita cuando despierte –dijo Silver aunque ante esas ultimas palabras Mario y sus oficiales pasaron un buen trago de saliva – ¿princesa donde está la armería de tu palacio? Creo que necesitaré ir a ella, y también alguien que posea destreza en el manejo del fuego, es que mi arma se estropeó en la misión de tu rescate je je je –


    Yuna miró a Silver realmente extrañada. Durante todo el viaje, solo había conocido una cara de Silver, la de un poderoso guerrero y la de un excelso erudito, pero al parecer, esas solo eran sus caras cuando la situación apremiaba. Contrastando con la actitud de Delita era obvio que ambos contrastaban bastante.
    Inmediatamente después, Yuna fue subida a un carro, y se anunció en toda la ciudad de la princesa había sido regresada por obra de los guerreros de Gestal.


    –Una pregunta Mario –dijo Yuna con su acento característico en la lengua Gestaliana – esos niños que tomaste…–


    –Su alteza –contestó Mario un poco sonrojado y nervioso, pero al mismo tiempo tomando una gran bocanada de aire –el plan se me ocurrió una tarde que estaba comiendo unas deliciosas lentejas y me llego un mensaje de aquel traidor. Luego me dirigí por las calles preguntando a la gente si estaban dispuestos a ayudarme, pero lamentablemente aun no confiaban en mí, excepto esos dos chiquillos. Verá, cuando Marco irrumpió en la ciudad después de haberla aprisionado a usted, se nos dio libertan de hacer en la ciudad lo que quisiéramos. Eso es algo extraño, los códigos militares establecen que esas órdenes solo pueden ser dadas directamente por el mismísimo emperador, o por el consejo de los antiguos. Sin embargo, siendo Marco el mando de mayor rango en esa situación, los muchachos le obedecieron con presteza, a excepción de los que estaban bajo mis órdenes. Inmediatamente mande tropas a los templos y a las casas que pudieran y se hicieran los que estaban saqueando. Así protegimos a algunos ciudadanos de este poblado, y eso incluyó a las familias de estos chiquillos –y con esas palabras finales, aparecieron los dos niños que se habían ofrecido para levantar aquella farsa. La princesa los observó con alegría, pero inmediatamente ellos se postraron, estaban tan alegres que lloraban de la felicidad de ver a su hermosa princesa alfin entre ellos.


    –Mis queridos retoños –dijo Yuna –corred, corred por las calles y anunciad mi regreso, convocad a los ancianos, convocad a los hombres, que todos los que puedan tomen las armas, y que los ancianos se reúnan en mi palacio inmediatamente –


    Delita se revocó unos instantes en la cama, recordando la escena de la traición de Silver, se vio cayendo al suelo imposibilitado y atravesado por el sable mellado del traidor que olía a muerte y putrefacción.


    –Luces mal Delita, ¿como anda tu cuello? –dijo Silver de forma sarcastica


    Delita se levantó del lecho muerto de la ira, y tomó a Silver por el cuello.


    –Traidor, ¡te asesinaré aquí mismo! –dijo Delita estrangulando a Silver. Este comenzó a hablar con un tono de voz seco pues casi no pasaba aire por su garganta.


    –Calma…(coj)… calma…(coj, coj)… mira, quien esta detrás –dijo Silver. Atrás se hallaba Yuna con un vestido nuevo y limpio, bañada perfumada y cubierta con oleos de aromas exquisitos, y con una corona dorada que acentuaba su rostro y enmarcaba su cuerno, como si fuera un artefacto mas de la corona. A su lado derecho, había un anciano que también poseía un cuerno y a su lado izquierdo se hallaba Mario un poco nervioso.


    Silver le explicó todo a Delita, acentuando las partes en que debido a la negligencia de Delita para detectar enemigos ocultos había permitido a Silver y a Mario elaborar a las carreras una actuación para engañar a los espías.


    –¿Y creen que Marco se tragará ese cuento? –preguntó Delita –estúpido Leone, si fuera yo el comandante enemigo, me causaría mucha gracia que un oficial enemigo hubiera ayudado a un ¡traidor! –


    –Es por eso que tenemos esto –dijo Silver quitando un trapo de ceda de una bandeja de plata. ¡Era la cabeza de Silver y la de Delita!.


    Delita retrocedió con repulsión al ver aquellas cabezas sin cuerpo.


    –¿Como? –se preguntó Delita, al ver aquellas obras maestras de engaño, en todo se parecían a las cabezas de ellos dos, las mismas facciones, el mismo cabello, la carne era genuina, el cabello también, la sangre coagulada y hasta el mismo repulsivo olor a muerte.


    –La princesa me replicó eso mismo hace unas cuantas horas –dijo Silver –pero al parecer la gente de esta aldea poseen muchas otras habilidades a aparte de la capacidad maestra para invocar.


    El noble anciano que vez es un experto artesano y también un hábil mago de ilusiones. Usamos la cabeza de uno de los sujetos que mandaste a decapitar, su olor será suficiente para engañar a nuestro querido enemigo – Delita evadió la mirada a Silver y a Mario, ofendido en su amor propio por aquella triquiñuela de la que habia salido como el peón, el predecible, el estúpido.


    Delita salió a la calle, y observó al lugar lleno de bullicio, las mujeres cosían capas y coseletes de cuero, los hombres corrían de un lugar a otro con arcos y lanzas, mientras los ancianos se dirigían guiados por sus nietos y nietas lentamente al palacio de la acrópolis. Yuna saludo a Delita y lo invitó a la ceremonia, pues allí se habría de decidir lo que se haría en adelante.






    Silver y Delita fueron conducidos con gran reverencia por miembros de la milicia armados con coseletes de cuero, dagas y lanzas de madera con puntas de hierro. Ingresaron en el palacio real “que para ellos no era mas que una casa de campo para algunos de sus empleados, las mansiones de las respectivas familias Leone y Beoulve eran casi cuatro veces más amplias y tenían al menos 5 niveles cada una”. Atravesaron un largo pasillo hasta llegar directamente a la sala del trono, donde Yuna esperaba ansiosa a que todos ingresaran. Los abrazó a ambos, y les agradeció nuevamente que arriesgaran sus vidas para ayudarla. Sin embargo tanto Delita como Silver estaban acongojados.


    –Si hubiéramos llegado antes –dijo Silver


    –Si hubiéramos sido más fuertes –replicó Delita


    –Y si yo no me hubiera dejando engañar –respondió Yuna tranquilizándolos –lo pasado, pasado. Mi padre siempre me decía que la historia debe ser tomada como lo que fue, y no como lo que pudo ser, pensar en ello es tonto y una perdida de tiempo tanto física como mental –


    –No luces muy convencida de tus propias palabras –dijo Silver un poco fuera del tono formal, por lo que recibió un codazo directo a su pulmón izquierdo por parte de Delita que le hizo agacharse.


    –¡Estúpido Leone!, compórtate ¿quieres?, no estas en la academia ni en tu casa, nosotros somos…– Decia Delta pero Silver lo interrumpió


    –Somos el rostro del imperio –dijo Silver en un tono apático –ya lo se, ¿puedes calmarte un poco? –


    Yuna se divertía con esa conversación, pero el tiempo había llegado, un miembro de la milicia se acercó y le susurró unas palabras al oído, luego ella tomó su posición e igualmente lo hicieron Delita y Silver.


    –Nobles ancestros de la niebla –dijo Yuna ataviada con otro vestido de gala, hecho de fibras de plata y oro –a llegado la hora de decidir cual será ¡nuestro destino! Los acontecimientos de la última semana han sacudido fuertemente nuestra forma de vida, nuestros medios para la defensa y la subsistencia. Por generaciones dependimos de nuestros invocadores para la protección de nuestras gentes, pero debido a mi inexperiencia y falta de juicio la mayoría de estos nobles guerreros fueron asesinados vilmente a manos de un traidor del imperio de Gestal. Estos caballeros que veis sentados allí, lavaron el honor de su patria, salvándome a mi de una suerte similar. ¡Sin embargo pronto deberemos asumir las consecuencias de estos sucesos! Aunque ganemos la batalla que está a punto de librarse, no podremos poner cara a los ejércitos del este nosotros solos, y a nuestros aliados no les interesará proteger a una aldea débil en medio de la nada –


    Los ancianos comenzaron a murmurar entre ellos, luego, el más anciano “de hecho el único invocador que no había caído en aquella redada a parte de la misma Yuna” se levantó imponiendo el orden.


    –Mi dulce señora… y compatriotas… –dijo el anciano –permíteme decirte que en mi nombre y en nombre de todo este comité, que en realidad no te culpamos por los sucesos que han llevado a esta catástrofe. Aun eres muy joven y el primer ministro aprovechó la situación para tejer una red de mentira y engaño. Por lo cual no dejaremos que dimitas de tu cargo, si es eso lo que pretendías hacer. Has hecho bien en asumir toda la culpa, pero entendemos que no fue enteramente tuya, eso nos demuestra tu entereza como nuestra gobernante – los ancianos asintieron de forma unánime.


    –Pero, en cuanto al segundo punto, en realidad no se me ocurre nada –respondió el anciano –solo que el imperio de Gestal debería responder por este daño. Su negligencia para detener a un traidor nos ha debilitado, si tu llegaras a caer en las manos del Duque los ¡Gestalianos no volverán a estar seguros nunca en su provincia de Latinia! Deben entender eso y ¡enviarnos protección! – a lo cual el resto de ancianos también asintieron.


    –Mis señores –respondió Yuna –estos caballeros han ofrecido tierras al otro lado del bosque negro para establecernos, al menos temporalmente, sin embargo solo poseo su promesa. ¿La palabra de estos caballeros de Gestal le bastará al pueblo de la Niebla? –


    Los ancianos comenzaron a murmurar aun mas fuertemente, algunos gritos de protesta se oyeron, pero se apagaban rápidamente, pues otros sabían que los dos guerreros habían prometido volver con la princesa sana y salva y así lo hicieron.


    Finalmente, el consejo aceptó la ayuda de los caballeros de Gestal, aunque Silver y Delita se echaban miradas, pues no estaban dispuestos a compartir la gloria ante los ojos de Yuna. ¿Estarían interesados en ella? O ¿seria que su competitividad heredada de sus ancestros había florecido finalmente, como lo había deseado Delita durante años, y esta rivalidad se había materializado en la persona de Yuna? Solo el tiempo podría definirlo.


    Delita asumió el comando de las tropas, una vez que Mario realizó las disculpas pertinentes. Mientras Silver tomó un rol de bajo perfil, forjando una vez mas su querido sable.


    Yuna le facilitó a dos magos de fuego y a varios hábiles artesanos, que le contaron a Silver todo lo que conocían a cerca de metales y aleaciones. La misma Yuna apareció aquella noche en el taller, mientras Silver hablaba con aquellos hombres.
    –¿Pero como? ¿Acaso mis artesanos no llegan a tu altura? –dijo Yuna un tanto burlona, tratando de imitar el acento de Silver en la legua Gestaliana. Al verla los artesanos se inclinaron, al igual que Silver.


    –No, mi señora –dijo Silver en la legua de Yuna, sin dirigirle la mirada, tomando la misma posición de sumisión que el resto de subditos –al contrario, tus artesanos me han contado muchas cosas que desconocía, y en estos momentos estábamos elaborando un plan. En realidad le agradezco en el alma esto, se que los secretos de fundición son un bien muy preciado para una nación, y le juro en frente a estos hombres de gran conocimiento y habilidad, que sus secretos solo serán aplicados a la hoja de mi sable y no a ninguna otra arma de mi pueblo, que pueda ser usada potencialmente en tu contra o en contra de tu pueblo – Silver se refería claramente a los vehículos ATM que habían servido para custodiar a la impotente Yuna en su cárcel cristalina.


    –Eres demasiado ceremonioso en ocasiones innecesarias, ¿no te lo han dicho antes? –conestó Yuna tocando el menton de Silver con la punta de su cetro y obligándolo a levantarse –a mi padre le habrías agradado– Yuna bajó la mirada un poco, mientras una sensación de nostalgia invadía su ser. Luego dio media vuelta y se retiró.


    –¿Eres muy amigo de Delita? –preguntó Yuna cuando estaba a punto de salir del cuarto


    –¿Amigo? –dijo Silver con su expresión despreocupada –bueno, el no lo conciedra así, siempre deseó que fueramos rivales, por eso de la tradición entre los Leone y los Beoulve por ser los mejores sirvientes del imperio, pero nunca le seguí el juego, es mas siempre me ha divertido su fácil ira. En fin creo que se puede decir que somos amigos en una forma muy extraña. Yo lo respeto es un gran guerrero y bastante leal, pero creo que el no a mi. Es… complicado. En todo caso no le digas nada, se podría sentir ofendido por esa visión de hermano menor que tengo de el y… –


    –Los hombres no expresan sus sentimientos fácilmente –dijo Yuna –mi padre me lo dijo una vez cuando era pequeña, pero no le entendía en ese momento. Pero creo que ahora estoy tomándome una idea de lo que quería decir –Yuna dijo eso con una sonrisa de oreja a oreja y finalizó con unas pequeñas carcajadas retirándose finalmente.




    Delita se hallaba caminando de un lugar a otro seguido de Mario, posicionando a los hombres para que pudieran tomar por sorpresa a los enemigos, y organizando la contingencia, en caso de que el enemigo se oliese la estratagema.


    –Hola –dijo Yuna apareciéndose de improviso ante Delita, este se arrodilló frente a la princesa, junto con el resto de guerreros.


    –Puedes levantarte –dijo Yuna, a lo que Delita obedeció inmediatamente.


    –Veo que estas organizando todo lo mejor posible –dijo Yuna –pero, ¿no deberías descansar un poco?, He escuchado de Marco es un gran guerrero y someterlo no será sencillo –


    –No se preocupe mi señora –respondió Delita –este caballero se asegurará de que usted esté siempre a salvo –


    –Frío como siempre –dijo Yuna –creo que deberías soltarte un poco más –


    –Debería ser un poco mas como Silver, no es así –dijo Delita un tanto molesto


    –No estoy diciendo eso –dijo Yuna –es solo que, ser demasiado frío a veces no inspira la confianza que pretende inspirar. Eres frío porque deseas que la gente te respete, amigos, enemigos y tal ves ¿rivales? –


    –A que se refiere? –preguntó Delita tratando de hacerse el desentendido.


    –No nada, es solo que a veces la confianza y el “miedo” que pretendes inspirar, se difuminan cuando te encuentras con alguien que puede leer tus verdaderos sentimientos –dijo Yuna


    Delita no contestó nada.


    –Mostrar una sonrisa –dijo Yuna –agradecer por una labor bien cumplida, adulara tus subordinados y a veces cubiriles en una pequeña fechoría hacen que ellos te tomen cariño. Si logras equilibrar el miedo y el cariño, ellos te seguirán a donde sea, vive para tus hombres y ellos moriran por ti –dijo Yuna golpeando suavemente la frente de Delita


    –Porque me dice eso mi señora? –preguntó Delita extrañado


    –Es solo que vi en ti un gran líder –respondió Yuna – y ese fue el consejo que me dio mi padre antes de morir.








































    XIX
    LA BATALLA DE LA NIEBLA


    –Es magnifica –dijeron en coro los artesanos y los magos, que se echaron al suelo instantáneamente totalmente agotados.


    Silver empuñaba nuevamente su sable de batalla, su hoja ahora era mas delgada, y sin embargo, era ahora mas sólida y mucho mas ligera, Silver movió la hoja para escuchar la música del sable, el sonido del corte del aire, de un lado para el otro llevado como por un transe.


    –Es una lastima que no tuviéramos cuerno de unipladio rojo –dijo uno de los magos –el filo seria mas duro, la espada mas sólida y al mismo tiempo mas flexible, a demás, adquiriría una leve afinidad ofensiva al fuego, si alguna vez viajas al lejano norte, donde los días son cortos, las noches largas y la tierra es siempre blanca, intenta cazar a una de esas criaturas, funde su cuerno con tu acero y verás de que estoy hablando –


    –Se los agradezco mis maestros –contestó Silver con reverencia –pero es hora de que todos descansemos, mañana tendremos un día bastante largo –


    Así, la aldea de la niebla se sumió en un sueño profundo y confuso, un sueño que parecía el prologo de una larga pesadilla.
    Yuna se sentó en el trono que había sido de su padre, y allí se sumió en un sueño profundo, su mente la llevó a los días felices cuando todos los miembros de su familia estaban vivos, cuando vivía con su madre y su padre sin preocupaciones.


    Delita estaba durmiendo apoyado en una de las almenas de la torre norte, cubierto apenas con una manta, observando hacia el interior de la ciudad, mientras los últimos fuegos de la forja se apagaban. Todos los hombres estaban en posición y sabían exactamente que hacer ante cualquier eventualidad, sin embargo había algo que aun lo inquietaba.


    Silver no podía conciliar su sueño, de hecho ni siquiera se sentía cansado. Por alguna razón desde que encontró a Boko, su cuerpo se recuperaba a mayor velocidad del agotamiento. Permaneció sentado en la sima del palacio de Yuna sobre la punta de la torre mas alta, la cual dominaba toda aquella región, allí esperó vigilante observando hacia la gran puerta. Pensando en las palabras de Delita y también en las de su abuelo. Era demasiado tibio, la guerra requería actos definitivos, decisiones peligrosas basadas en poca información durante lapsos de tiempo muy cortos, esto no era una ciencia. Todo el que empuña una espada se atiene a la consecuencia de que puede morir por otra, pero aun así ¿por que se sentía tan mal por la muerte de aquel jinete? Tal vez “concluyó el” se debía a su propia debilidad, la fuerza cuando es abrumadora ahoga cualquier intento de replica, si deseaba combatir sin tener que asesinar innecesariamente, debería volverse mas fuerte, para inhabilitar rápidamente a los enemigos mas débiles.






    El destacamento de Marco llegó a la mitad de la mañana, los jinetes habían avanzado y dado la orden de abrir las puertas de la ciudad que hondeaba las banderas del batallón de Marco y las banderas imperiales del este. Marco avanzaba a pié flanqueado por sus cinco caballeros y atrás sus tiradores Gestalianos, con sus rifles en el hombro. En la retaguardia estaba un destacamento de tiradores Latinos avanzando en masa gritando y riéndose de forma despreocupada, mientras dos jinetes patrullaban la retaguardia para evitar cualquier eventualidad.




    Las puertas de la ciudad de abrieron, y de su interior emergió una procesión. A la cabeza avanzaba un suboficial y detrás dos esclavos cada uno con una charola de plata, cada charola de plata estaba cubierta con una manta blanca de seda que cubría algo de forma redondeada.


    –Capitán, salve –dijo el suboficial saludando a Marco –aquí está un presente del sargento Mario Plauco –


    Dicho esto Marco avanzó y quitó el manto de ambas charolas. Todos retrocedieron con cara de espanto debido al olor y a lo repulsivo de la escena. Era las cabezas de los oficiales de Gestal, decapitados y con las leguas cortadas, todos golpeados. Marco rió de felicidad.


    –¿Donde está la bruja? –preguntó Marco mientras avanzaba con su comitiva, mientras los soldados del Latinos y los Gestalianos se sentaban en el pasto bajo los muros de la aldea de la Niebla, por alguna razón no deseaban entrar. Tal vez era que ya habían tomado todo lo valioso de la ciudad o que de algún modo ya empezaban a cansarse de descargar toda su rabia sobre un enemigo tan débil.


    –En el palacio arrestada –respondió el suboficial –si intentara algo su pueblo lo pagaría –


    –No puedo creer que alguien caiga dos veces con el mismo truco –contesto Marco –pero de una mujer en el trono puede esperarse lo que sea –


    –¿Cuales son sus ordenes? –preguntó el suboficial


    –Toma –dijo Marco entregándole al suboficial tres esferas negras de plomo –es una prisión de cristal para encerrar la princesucha, debemos llevárnosla como presente al viejo Duque, ese maldito de Toto cree que matarla será suficiente, pero mi jefe y yo se la prometimos al Duque–


    – ¿Y los civiles? –preguntó el suboficial


    –Mátalos –contestó Marco


    –Pero y entonces ¿que haremos con la bruja? Como la seguiremos…–


    –No te preocupes, nuestro benefactor ya ha pensado en eso y me mandará el material necesario para domar a la fierecilla, tu tranquilo, por cierto, ¿donde está mi queridísimo amigo Mario? ¿Por qué no me trajo el en persona tan grato presente? –


    –Se encuentra en la ciudad mi señor, preparando una parada militar para vuestra llegada – contestó el suboficial.


    –Excelente –respondió Marco. La procesión fue organizada rápidamente y a las patadas. Marco se sentía en la sima del mundo en aquel momento, por lo cual imprudentemente encabezó la procesión de ingreso a la ciudad.


    Marco atravesó las puertas de la ciudad flanqueado de sus caballeros seguido a una buena distancia de los primeros oficiales bárbaros, a la entrada de la ciudad se encontraba una especie de semi-plaza donde un circulo de tiradores se encontraban formados con los machetes al aire apuntando al cielo, mientras Mario se encontraba al final de la comitiva ataviado con una capa escarlata, seguro propiedad de los reyes de la ciudad. Marco sonrió ante ello y sonrió ante sus oficiales.


    –Este ya se creyó que puede quedarse con lo que quiera del botín de palacio –Dijo Marco con un aire de desden ante ese advenedizo, mientras su guardia esbozaba una amarga sonrisa por debajo del yelmo.


    –Creo que se le olvidó que todo lo que hay en palacio le pertenece a usted su excelencia –conestó el caballero –ya habrá tiempo de recordarle –


    De pronto un rugido hizo que Marco y su guardia giraran hacia la puerta, para ver como el portón de hierro caía desde lo alto, impidiendo el paso de los jinetes y luego como las puertas se cerraban por detrás de ellos. Estaban allí, aislados, mientras todo el ejército suyo se encontraba por fuera de las murallas, tomado completamente de sorpresa y entregado al pánico. De las murallas empezaron a aparecer guerreros indígenas portando arcos cortos, lanzas de bronce y coseletes de cuero.


    –Así que tu eres Marco Alpio, no creo que sea un gusto conocerte –dijo Delita que había aparecido como de la nada mientras empuñaba su escudo y su espada.


    Marco estaba rojo de la ira, pero no podía hacer mucho, estaba rodeado de enemigos por todas partes, sin embargo, en lugar de rendirse y entregar las armas, se colocó el yelmo con cresta cruzada se bajó la visera, con la cual solo pidan verse sus ojos llenos de cólera y desenfundó su purpúrea espada de Coral. Sus guarda espaldas desenfundaron todos sus espadas, formando un circulo en torno a su amo.


    –¡Una espada de Coral! –dijo Silver como tratando de advertir a Delita –¡utilizará ataques eléctricos! –


    –¿Que haces aquí? –preguntó Delita


    –Preparándome para la batalla –contestó Silver


    –¿Crees que podrás combatir sin matar? – preguntó Delita que no quitaba sus ojos de encima de los guardias enemigos y del mismo Marco


    –No lo se –respondió Silver –pero es verdad que mi deber está con la misión, ¡ya veremos que sucede! – dicho esto Silver avanzó a gran velocidad a uno de los caballeros enemigos, los caballeros colocaron sus escudos en frente y activaron simultáneamente su hechizo defensivo PROTECT.


    Silver lanzó un sablazo que impactó contra el muro invisible, este se retorció como una gelatina que se agita mucho, mientras todos los caballeros hacían muecas de dolor y esfuerzo. Al final Silver rebotó cayendo controladamente sobre sus piernas, para dar otro salto y evitar un impacto eléctrico lanzado desde el interior de la coraza por la espada de Marco. En eso Delita había acumulado suficiente mana para lanzar un FIRE, pero a su vez los caballeros activaron su hechizo SHELL, la coraza antimagia desvió las leguas de fuego, mientras los caballeros en el interior sudaban bajo sus pesadas corazas y cotas de malla. Así mismo del interior de las llamas emergió un poderoso relámpago que Delita evitó por los pelos, cayendo este sobre el suelo, dejando un gran cráter lleno de tizne.


    –¿Por que no atacamos juntos? –gritó Delita mientras se movía aleatoriamente alrededor de la improvisada formación defensiva


    –Si –respondió Silver con sarcasmo –tu atacas y yo los rostizo, a ti a y a nuestros enemigos –


    Dicho esto otro relámpago emergió de entre la formación ocasionado por un golpe de espada de Marco. Silver saltó en el aire girando mientras el relámpago pasaba por debajo de el.


    Los rayos estaban causando una gran confusión entre los soldados al interior de la ciudad y al mismo tiempo el estruendo excitaba a los soldados enemigos a fuera, que no hallaban el modo de subir por las murallas. Los soldados de la milicia ya empezaban ha hallar sus primeros blancos fáciles con los arcos desde las altas torres, y los soldados Latinos en especial caían por decenas.


    Entonces Marco giró hacia la puerta y lanzó un rayo que despanzurro parte de ella, dejando un gran hueco, o mas bien una rajadura, por la que un hombre bastante alto podía meter el brazo. Ya estaba preparando el siguiente ataque contra la puerta y así permitir la entrada de refuerzos, cuando la tierra bajo el y sus hombres, se abrió de par en par, cayendo todos a un hueco que se habría en forma de trinchera hasta el epicentro de aquel temblor, era Minotauro y tras el se hallaba Yuna, completamente concentrada. Silver y Delita aprovecharon la oportunidad, lanzándose al interior de la trinchera, donde Marco y sus hombres aun se recuperaban, Silver se protegió de un ataque de espada de uno de los guardias de Marco con su sable, mientras golpeaba el acorazado torso de un segundo caballero de una patada, luego moviendo el cuerpo hizo que la espada y el sable enfrentados bajaran, su sable quedó arriba y la espada del primer caballero abajo, lo cual le permitió lanzar un ataque contra el brazo derecho del caballero, que no hallaba la forma de interponer su escudo, este levantó su espada o intento hacerlo, pero la espada de Silver era muy pesada o eso parecida, en realidad Silver mantenía una fuerte presión hacia abajo para mantener inmovilizada la hoja enemiga, mientras al mismo tiempo avanzaba por ella hasta la mano del enemigo. Por el recorrido del filo del sable se despedía una luminosa ráfaga de chispas que eran en realidad toda una capa de metal arrancado de uno de los filos de la espada. El sable de Silver devanó el guardamanos de la espada enemiga junto con la armadura vital, que se abrió apenas tocar el filo del sable, el dedo pulgar, parte del músculo del brazo también fueron cortados por el nuevo acero y hasta alcanzó a seccionar el hueso del ante brazo, que estaba protegido por placas, mallas y cuero que se destazaban ante el poderoso filo del sable de Silver. El caballero cayó de inmediato bajo un espantoso gimoteo de dolor.


    Delita por su parte había asesinado inmediatamente a su primer oponente con un golpe de espada, desde la corona de la cabeza hasta la ingle, dividiendo a su enemigo en dos. El chorro de sangre y viseras lo cubrieron haciéndolo obtener una apariencia grotesca, mientras interponía su escudo al ataque de un segundo enemigo, hecho esto lanzó un estoque que atravesó el escudo enemigo como si fuera de mimbre, hasta llegar al pecho atravesando placas, mallas, cuero, piel, músculo hasta llegar al corazón. En ese momento un rayo se aproximó a gran velocidad hacia el, que casi no pudo hacer nada. Delita giró rápidamente lanzándose a un lado, pero las lenguas del relámpago se desviaban de formas impredecibles y varias alcanzaron a impactarle haciéndole sentir fuertes choques eléctricos. Silver había avanzado dos pasos cuando los dos caballeros que quedaban se habían abalanzado sobre el, con las espadas en lo alto, aprovechando que en el ultimo instante estos parpadearon, el retrocedió rápidamente mientras las espadas descendían y luego volvió a avanzar cortando el tendón a uno de los guerreros y amputándole el brazo del escudo al otro, el nuevo sable perforaba con facilidad las armaduras viatles espectrales y las armaduras físicas reales. Ahora Marco había girado para encargarse de Silver después de dejar a Delita aparentemente fuera de combate, mientras Silver avanzaba con la espada en lo alto “lo angosto de la trinchera no permitía hacer algo mas inteligente”, las dos espadas chocaron estrepitosamente.




    Las fuerzas físicas de Marco y Silver estaban igualadas, o eso parecía. Por unos instantes forcejearon en un itenso cuerpo a cuerpo, mientras Silver veía como líneas de electricidad emergían de la purpúrea espada de Coral, ambas espadas botaban chispas al contacto. El problema era que la espada de coral transmitía fuertes descargas eléctricas a la hoja de Silver y este solo se salvaba de ser electrocutado por la línea de cuero del mango. Sin embargo la cadena que emergía del mango giraba y giraba ante los empujones de Marco y así de ves en cuando esta lo tocaba en los brazos descargándole fuertes choques eléctricos, sumado a esto Marco era un poco mas fuerte que el, y a demás estaba vistiendo una armadura pesada de caballero, que incrementaba en gran medida su energía defensiva, su armadura vital. Silver se sentía cada vez mas abrumado por el peso y las descargas, pero en un instante logró girar para que en uno de sus empujones Marco siguiera derecho, sin posibilidades de modificar rapidamente su trayectoria debido precisamente al peso de su armadura, luego Silver lanzó un sablazo contra el hombro de Marco, pero este alcanzó a desviar la mortífera hoja, que solo alcanzó a cortar parte de la capa.


    Ambos se miraron fijamente, mientras Delita se reincorporó a la batalla.


    –Que, ¿al fin despiertas de tu siesta? –dijo Silver mientras respiraba profusamente.


    –¿Cual siesta? –respondió Delita– solo estuve en el suelo unos cinco segundos –


    –El tiempo en combate se pasa volando –contestó Silver mientras empuñaba su sable con las dos manos.


    –Dejame a este bastardo –dijo Delita


    –No se vale –contestó Silver –mataste a los dos que te tocaron, ¡ha este lo necesitamos vivo! –


    –¡Que lata! –dijo Delita mientras avanzaba por delante de Silver – no te angusties estúpido Leone, no lo mataré, pero a cada uno nos correspondían tres muñecos, y tu ya derrotaste a los tuyos, no seas abusivo, así que siéntate y cálmate –


    –¿Así que creen que podrán derrotarme? –repuso Marco confiado, mientras miraba a través de su pesado yelmo, al apenas protegido Delita


    –Acaso creen que por ser nobles ¿son mas poderosos? –dijo Marco con despecho, con voz poderosa que se amplificaba debido al diseño del yelmo –ustedes niños de papi ¡no saben nada acerca de la guerra o del combate! –


    –Se lo bastante para derrotarte, ¡ciervo! –dijo Delita


    –Ja, aquí yo tengo la ventaja, en esta zanja ¡no podrás escapar fácilmente! – dijo Marco –¡mis rayos de cocinarán vivo! –


    –Y quien pretende escapar –respondió Delita, mientras concentraba la mayor cantidad de mana que podía en la menor cantidad de tiempo posible, sin sufrir calambres.


    –¡FIRA! – gritó Delita extendiendo su brazo derecho del cual emergió una esfera de fuego incandescente, que se hinchó liberando una serie de meteoritos de fuego que golpearon violentamente contra Marco que antepuso su escudo y activo SHELL. Al impactar sobre la barrera mágica los meteoros de fuego detonaron violentamente, las llamas se levantaron por fuera de la zanja que pareció en ese momento un gran volcán, por su lado Delita también antepuso su escudo y también activó su hechizo SHELL, pue parte de su ataque se habia devuleto, haciendo que la onda explosiva y la presión de fuego rebotaran entre uno y otro la cual finalmente los hizo retroceder arrastrándolos contra el suelo, mientras las llamas ascendían aun mas altor por encima de la zanja. Todo el lugar entre Delita y Marco estaba totalmente cristalizado y tiznado. Sin embargo Delita no lucia excesivamente cansado, mientras Marco estaba que no podía del calor, en realidad estaba sudando litros, estaba tan caliente que le dolía la cabeza, y cada pensamiento constituida una horrible tortura, incluso la vista ya empezaba fallarle, en eso dio un paso y con un poderoso aspadazo lanzó el relámpago mas fuerte que había generado hasta ese momento, pero Delita se apoyo en las paredes rocosas para saltar por encima de la zanja, Silver a su vez vio el rayo, y como estaba sentado no pudo saltar al igual que Delita, por lo que tubo que arrojar su espalda al suelo dándose un tremendo golpe en la espalda y el cuello, mientras veía como el rayo pasaba a pocos centímetros de su rostro, mientras el poderoso rayo pasaba, oraba para que las leguas que salían de el no lo tocaran y lo asaran vivo.


    Silver se levantó con la cara roja debido al quimonazo, mientras veía como Delita caía sobre el ya agotado Marco y ambos empezaban un duelo de espadas. Los golpes de Marco estaban acompañados con rayos eléctricos más débiles, pero que constituían un peligro y una distracción, aun así Delita lograba enfrentarlos con gran habilidad, finalmente logró despojar a Marco de su arma y atravesar con su cuchilla, el hombro del enemigo, que cayó inconsciente fruto del dolor y la deshidratación. Los guerreros que había enfrentado Silver también se contratan débiles y habían perdido bastante sangre, por lo que todos fueron llevados de inmediato donde los cirujanos de la aldea. A pesar de la reticencia de los miembros de la aldea, Silver argumentó que los necesitaban vivos para obtener información.


































































    XX
    SOMBRA


    Los soldados del imperio Latino salieron despavoridos hacia la selva, muchos cayeron con una enorme cantidad de dardos en sus espaldas, mientras otros terminaron como merienda de algún monstruo selvatico. Los jinetes bárbaros tuvieron mejor suerte, acostumbrados a deambular por regiones salvajes, simplemente dieron media vuelta y comprendiendo la debacle, empezaron a dirigirse hacia donde se encontraba Toto para informarle.


    Los tiradores Latinos capitularon, sabían que aunque sobrevivieran a la selva, no les esperaba nada en el este, por lo menos no sin la influencia de Marco, en cierto sentido le temían mas a ese inmenso imperio lleno de gentes extrañas, con leguas y costumbres incomprensibles, que caer bajo las garras de los oficiales Beoulve y Leone. La mayoría arrojó las armas y se tiró al suelo, otros colocaron el fusil debajo de sus mentones y se volaron la cabeza.


    Las puertas se abrieron de par en par y del interior de la ciudad, los soldados de Mario salieron en perfecta formación de batalla, guiados por el propio Mario en persona. Tomaron como prisioneros a aquellos desgraciados, les despojaron de sus armaduras, sus machetes, sus cascos, y sus uniformes, luego los hicieron reunirse en una fila cubiertos nada más que por sus calzoncillos y los hicieron ingresar a la ciudad.


    En los bordes de la calle, se encontraban los ciudadanos de la Niebla, armados hasta los dientes, con lanzas y arcos, sus ojos estaban llenos de cólera asesina al ver a aquellos asesinos. Mario guió a la patética compañía a la presencia de los oficiales que en ese momento descansaban de su respectiva batalla.


    Delita y Silver saludaron formalmente a Mario, luego giraron hacia donde se encontraba Yuna, guiaron la protección hasta donde se encontraba ella.


    Los ancianos habían mandado traer el trono de oro hasta la plaza principal para realizar el juicio a los traidores, mientras los ciudadanos que seguían la procesión se desplazaban a la plaza rodeándola. Yuna se había dirigido allí después de la captura de Marco. Cuando Silver y Delita llegaron a donde ella se encontraba, se arrodillaron.


    –En nombre de su majestad el emperador Celios, nosotros presentamos humildemente ante ti a los hombres que ejecutaron la traición –dijo Delita –por la autoridad a nosotros concedida disponemos que, el perjuicio que estos hombres cometieron fue primero contra tu pueblo y luego contra nuestro imperio, por lo tanto hacemos entrega de ellos a vuestro pueblo que podrá ejecutar en ellos cualquier castigo que crea pertinente –


    Yuna estaba como petrificada, parecía una escultura de alguna divinidad de ultramar, parecía una diosa de la justicia.


    –¿Cual es el castigo que estos hombres esperarían de parte de las leyes de Gestal? –preguntó Yuna


    –Muerte –respondió Delita – ¡Muerte de bestias salvajes! Los traidores deberán ser expulsados de la protección de la comunidad, atados en frente de un bosque o una región llena de monstruos y abandonados a su suerte, ¡esa es la ley de Gestal! –


    –Sea pues, con forme a tus leyes –respondió Yuna –si el pueblo de la Niebla esta de acuerdo, de lo contrario quien no esté de acuerdo que hable ahora delante de todos –


    Pero al unísono todos criaron, ¡muerte! ¡muerte!.


    –¡Un momento! –repuso Silver –debo hacer una aclaración –


    –Que sucede, ¿defenderás ha esos traidores? –preguntó Delita


    –No es eso, los traidores deben enfrentar la consecuencia de sus decisiones, sin embargo muchos de estos hombres pudieron haber estado recibiendo ordenes –contestó Silver –mi señora Yuna, te pido que en orden de mantener algo de cordura en este baño de sangre me concedas un favor, se que será dispendioso, y hasta doloroso, para muchas personas de la ciudad, `pero, como oficial me ciento en la obligación de… –


    –¿Cual seria? –respondió Yuna


    –Dispón a esos hombres en fila, delante del pueblo, para que todos puedan ver sus rostros, si alguno de entre tu pueblo tiene razones para atestiguar a su favor, te pido humildemente que remuevas la pena de muerte que hay bajo su cabeza –dijo Silver –Los oficiales por obvias razones no podrán ser exculpados –


    La muchedumbre gritaba muerte, pero Yuna mantuvo la compostura.


    –Sea tu voluntad –dijo Yuna.


    Dicho esto los soldados de la milicia de la Niebla ordenaron a grupos de a diez hombres, cada uno dijo su nombre y su rango. Así pasaron unas cuantas horas, sin que ninguno de los soldados pudiera encontrar la gracia que no concedieron en su tiempo, hasta que cinco hermanos salieron en una sola fila. Resultó que una niñita de cinco años y su hermano de doce salieron de entre la multitud y hablaron con un soldado de Yuna, luego este habló con la princesa al oído. Los hermanos habían evitado que sus compañeros ingresaran a la casa de aquella familia haciendo como si hubieran violado a las mujeres de adentro.


    Los cinco hermanos fueron mandados a presentarse en frente de Yuna y los oficiales de Gestal. Bañados en lagrimas se arrojaron a los pies de la princesa y a los de Silver, bendiciéndolos pues verdaderamente temían morir bajo los colmillos de un monstruo (en todo Gestal era un verdadero tabú).


    Con reticencia Delita mandó que se les devolviera sus armas, con la condición de que debían decir todo lo que habían visto cuando estaban bajo las órdenes de Marco, toda esta situación era bastante rara. Quince hombres al final salvaron sus respectivos pellejos, nadie más.


    Al atardecer todos regresaron a sus hogares, para preparar las maletas. Puede que hubieran logrado la victoria, pero vencer a Toto sin los invocadores seria imposible.


    Mientras Marco y sus hombres habían sido llevados a las mazmorras del palacio, despojados de todo. Allí fueron sanados los que Silver había dejado vivos y luego atados desnudos “excepto por los vendajes” con cadenas de hierro custodiados por miembros de la milicia de la ciudad. Mientras escuchaban en los niveles superiores como empezaba la gran celebración por la victoria obtenida.


    Yuna estaba sentada en su trono de oro. Todos habían tomado ya bastante vino, excepto Silver y Delita. El primero estaba en uno de los balcones sentado sobre el barandal observando la ciudad, mientras el segundo permanecía recostado sobre la pared al fondo del gran salón. Yuna atendió amablemente a cada uno de sus súbditos, quienes le planteaban planes de toda índole, desde algunos que le proponían invadir la provincia de Latinia, mientras otros que deseaban permanecer en la ciudad y defenderla hasta las ultimas consecuencias. Sin embargo la decisión de la princesa se hizo sentir, después de todo, tenia el apoyo del consejo de los ancianos. A eso de la media noche los nobles comenzaron a retirarse de palacio.


    –No se que le vez a este pozo de fango –dijo Delita mientras salía al balcón


    –No se –respondió Silver –tal vez sea que me parece hermoso –


    –Por favor –contestó Delita –¿acaso no has visto nunca a Vector? –


    –Acaso ¿tu si? –repuso Silver mirando a Delita a los ojos –a pesar de pertenecer a las familias mas prestigiosas del imperio, jamás se nos ha permitido visitar la capital, solo la hemos visto por pinturas en nuestras casas o en la Academica, por lo menos no la veremos hasta que nos graduemos o seamos convocados por el emperador o el cenado –


    –Las ciudades debilitan a los guerreros –contestó Delita


    –Pero, es en la ciudades donde se establecen las políticas, las ordenes para los guerreros –respondió Silver –¿te has preguntado porque se nos segrega a nosotros de ese poder? –


    –Simple –repuso Delita –el cenado nos teme, por eso no desea que obtengamos demasiado poder político aparte del que ya poseemos –


    –¿Por que tanta conversación sobre eso? –pregunto Delita mientras ponía sus manos sobre el barandal, mientras posaba sus ojos en el cielo despejado


    –¿Donde quedan las únicas fabricas de tanques ATM? – preguntó Silver


    –En Vector – respondió Delita


    –¿Quienes son los únicos que pueden autorizar la salida del perímetro de la ciudad de los tanques ATM? –


    –El cenado en pleno –contestó Delita


    –Y ¿donde reside generalmente el inventor de esos armatostes? –preguntó Silver


    –¿Sugieres que Kefka ordenó esto? u ¿Qué el Senado está enterado? –preguntó Delita


    –No se –respondió Silver –pero es una posibilidad lógica, a un escuadrón de reconocimiento, por muy bueno que sea o por muy peligrosa que sea su misión, jamás se les concede el uso de tanques ATM, menos aun de los que vimos aquel día. Mi abuelo me ha dejado leer algunos reportes clasificados, los que vimos eran ATM de una nueva serie desarrollada hace poco por Kefka, se suponía que habían sido traídos un par para apoyar en la guerra en el sur, pero los que vimos no estaban registrados, por lo menos no lo sabia mi abuelo –


    –Deberás admitir que es evidencia circunstancial – repuso Delita girando hacia Silver, pero este mantuvo su mirada en la ciudad agonizante.


    –La espada Coral –dijo Silver –he sabido que el laboratorio de Kefka es el único lugar donde se forjan espadas elementales en todo el imperio. A ningún caballero del nivel de Marco se le concede normalmente una espada de Coral. Todo este embrollo apunta a Kefka, y Marco nos lo contará to…– Silver no alcanzó a terminar la frase cuando por alguna razón se lanzó por el balcón, dando varios brincos por las techumbres y terrazas, hasta llegar a una terraza inferior. Delita no comprendió nada pero decidió seguirlo.


    Cuando Delita llegó a la terraza inferior, se dio cuenta de que los guardias que custodiaban aquella entrada habían sido asesinados. Se acercó a uno de ellos y vio que su cuello había sido abierto de par en par por una estrella churiken. Ingresó a toda velocidad al pasillo y bajó por las escaleras tan rápido como se lo permitieron sus pies, luego avanzó por el pasillo iluminado por antorchas, mientras observaba que los hombres que custodiaban el lugar habían sido asesinados, algunos por estrellas churiken y otros por piñales kunai, mientras otras habían sido cortados con lo que parecía un arma cortante no muy larga ni gruesa. Avanzó hacia donde estaban encarcelados Marco y sus caballeros, en eso escuchó el rugido de dos hojas de acero golpeándose. Provenían de una habitación volteando la esquina del pasillo.


    Delita desenvainó su espada y su escudo; y avanzó a toda velocidad cuando vio el cuerpo de Silver ser despedido contra la pared. La roca alcanzó a cuartearse, pero la espectral armadura vital de Silver amortiguó el impacto. En eso Silver colocó la gruesa hoja de su sable en frente de el, para cubrirse de dos estrellas chiriken y un kunai, luego avanzó nuevamente. En eso Delita volteó para ayudar a Silver, pero era demasiado tarde.


    El atacante se había lanzado por una ventana que daba contra la parte mas escarpada y alta de la acrópolis, Silver se quedó en la ventana, mientras Delita llegaba. En el fondo, no podía verse ni nada ni a nadie y lo peor era que una espesa niebla cubría el lugar.
    –¿Que sucedió? –preguntó Delita jadeando.


    –Un asesino del este –contestó Silver mientras investigaba el lugar donde estaban Marco y sus caballeros. Marco estaba decapitado, mientras todos los demás caballeros sobrevivientes a la batalla de la mañana tenían cada uno un puñal en el pecho. Sin embargo uno había sobrevivido. Silver lo tomó en brazos y lo subió rápidamente a la enfermería.
    La alarma se hizo sonar y pronto todo el castillo y toda la aldea estuvieron alerta. El anciano y algunos magos blancos se encargaron de salvarle la vida al caballero, mientras la confusión se adueñaba del lugar.


    –Que sucedió? –dijo Yuna ingresando en la enfermería cubierta con un mano grisáceo de seda.


    –Alguien deseaba de Marco no hablara –contestó Delita –solo pudimos salvar a uno –


    –Por que matar a un aliado? –dijo Yuna


    –Para evitar que dijera algo comprometedor, o para cubrir a alguien –contestó Silver –creo que ahora dependemos de lo que nos diga este amiguito, que no creo que sea mucho –


    –¿Quien era? –preguntó Yuna –¿como es que escapo de ti? –


    –Era hábil –contestó Silver con amargura –tenia un brazo hecho de metal, y estaba movido por energía magica, era muy fuerte. Creo que era un miembro de “Sombras” el escuadrón de asesinos de elite de Atkaska–


    Yuna se sentó desconsolada, si Atkaska estaba metida en todo esto y no era solo la aventura de un señor feudal en su tierra, ya no le quedaban dudas de lo que debía hacer. Anunció la proclama, a penas saliera el Sol, el pueblo de la Niebla abandonaría la aldea por dos generaciones.


    El gallo cantó, y los llantos de todo un pueblo se levantaron al cielo. Los soldados de Gestal encabezados por Delita y Mario ya habían atado a los traidores a las afueras del bosque negro y habían regresado para organizar a los civiles y a los miembros de la milicia ciudadana.


    Los ciudadanos de la niebla a pesar de ser humildes se enorgullecían de una cosa, sus reyes. Por eso por mas que Yuna estuviera reticente, no pudo ir en contra de la tradición, ella iría sobre un trono de oro cargada por seis hombres fuertes, en el centro de la formación.






    Silver ingresó a los establos reales, donde algunos jinetes de la niebla estaban preparando a sus respectivos chocobos. Notó que sin embargo los chocobos que usaban eran un poco más pequeños que Boko o los chocobos que usaban los bárbaros del sur.


    –Mi señor, su montura está preparada –dijo un hombre de mediana edad en la legua de la Niebla –


    –Gracias –contestó Silver.


    –Hola –dijo la voz de una mujer que ingresaba en el lugar, Silver giró y vio que era Yuna, ataviada con un vestido parecido al que había usado cuando la conoció. Todos los jinetes se arrodillaron, y Silver hizo lo mismo.


    –De pie –dijo Yuna, a lo que Silver obedeció.


    –Teníamos una conversación pendiente ¿no? –dijo Yuna


    –¿Cual? –preguntó Silver extrañado


    –Me dijiste que te montaste en el chocobo y simplemente repetiste sus sonidos ¿no? –dijo Yuna


    –Si, ¿y? –


    –Eso es lo extraño –repuso Yuna –este no es un chocobo común y corriente, este chocobo nació en estado salvaje, y fue capturado no muy joven. Sus plumas revelan que ha comido carne y su tamaño que ha vivido por su esfuerzo. Es un chocobo salvaje del lejano sur. Ni siquiera los jinetes del sur son capaces de domesticar a estas criaturas en su estado salvaje a menos que sean grandes guerreros. El jinete debe poseer un espíritu más indomable que el de la fiera, para que esta lo acepte como su amo. Y me dices que ¿solo te montaste en el y lo condijiste?, normalmente ¡te hubiera devorado mientras dormías! –


    –Espíritu indomable, ¿yo? –dijo Silver tratando de contener la risa –ja ja ja ja ja ja ja ja, si me vieras con mi hermana me dirías perro faldero, ja ja ja ja ja ja ja, indomable, si tu, como no, ja ja ja ja ja –
    Yuna no dijo nada, y simplemente se retiró, pero antes de salir dijo unas cuantas palabras.


    –Los chocobos pueden ver tu verdadero yo, a pesar de que uses mascaras delante de todos, el puede ver en tu corazón, no lo olvides –


    De Silver desapareció la expresión jocosa, y se quedó allí como una estatua, pensando sobre si mismo un buen rato, luego giró y acarició a Boko, que grazno con a alegría


    –Boooko, boko, boko, Boooko ko ko–


    Así a la mitad de la mañana, la procesión salió. Silver encabezó el destacamento de cinco jinetes. Atrás venían la mitad de los tiradores de Mario en perfecta formación. Luego venia el grueso de la gente, con carros, y canastos, en los flancos avanzaban destacamentos de milicianos y tiradores.


    En medio de la formación avanzaba Delita que custodiaba a Yuna que iba sentada en el trono dorado, que a su vez iba cargado por seis hombres bastante fornidos y altos, cubiertos por pesadas armaduras, un tanto inconvenientes para el tremendo calor y humedad de la región, atrás iban algunos destacamentos de lanceros de la milicia y luego los carromatos con las pocas cosas de valor que pudieron llevarse de su ancestral patria, en la retaguardia avanzaban el resto de tiradores de Mario y algunos exploradores de la Niebla para evitar cualquier eventualidad.
    La orden de Yuna era ir por el camino mas corto a la colina a pesar de las opiniones en contra de muchos exploradores, sin embargo…
     
  10.  
    joseleg

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    XXI
    TIERRAS INUNDABLES


    Caminaron durante todo el día a buen paso, mientras Silver sentía como su cabeza se diluía por entre el bosque, podía escuchar como los últimos tiradores Latinos eran devorados por los monstruos de la selva negra, y como los tiradores de Marco gritaban temerosos de lo que les esperaba al atardecer. Cada gemido, cada intento de liberarse de las cuerdas, cada tensión muscular, cada gota de sudor era visto por la mente de Silver, que sabia que eran mucho mas que una alucinación, mas que el tormento de su conciencia, todas esas cosas estaban sucediendo en verdad, pero de alguna forma las negaba y se autoconvencía de que eran una ilusión.


    Al atardecer, con ayuda de Minotauro, Yuna levantó un gran fuerte, era una pirámide escalonada, de siete niveles, dentro de los cuales fueron alojados los mas débiles de la población, mientras que sobre la tierra los soldados de Gestal mas fuertes levantaron una empalizada y por fuera un foso, en las terrazas los milicianos y los tiradores de Gestal permanecieron, algunos para dormir, sentándose sobre el suelo y apoyándose en los muros y otros observado lo que sucedía. Delita por su parte custodió el nivel superior donde fue alojada Yuna, por si algún otro asesino del imperio decidía aparecerse. Silver permaneció a las afueras sentado sobre la rama de un gran árbol, escuchando como los monstruos despedazaban a los hombres que Gestal allá a lo lejos. Era como si los árboles le susurraran al oído lo que estaba sucediendo.


    Antes de que el gallo cantara, el grupo de desposeídos se puso nuevamente en marcha, hasta que llegaron a los territorios inundables de la selva.


    –¿Y que hacemos ahora? –se preguntó Silver halando las riendas para que Boko girara rápidamente, el jinete avanzó por el medio de la formación hasta que llego a la posición donde se encontraba Yuna, cargada en su trono de oro.


    –El camino está aun obstruido –dijo Silver – Las aguas aun no han bajado, y se acerca una tormenta, ¡nos inundaremos! –


    –No se preocupe sir Silver –contestó Yuna –Súbditos míos, ¿podrían llevarme hasta el borde del lago? –
    Los portadores del trono obedecieron con gran presteza, avanzando en medio de la multitud que ya empezaba a sentarse debido a la obstrucción que causaban los que llegaban al borde del pantano.


    Silver avanzó justo detrás del trono, mientras observaba los rostros de las personas que seguían a Yuna. A pesar de la tristeza que habían demostrado cuando salieron de la ciudad, ahora se mostraban esperanzados, a la luz de su reina ellos cobraban una increíble fuerza de voluntad.


    ¿Por qué los humanos requerimos de un gran líder que nos guíe y nos reconforte?, ¿a caso las personas no entienden que en muchas ocasiones esos lideres son atormentados por sus propios miedos e indecisiones? En eso llegaron al borde.


    Yuna descendió empuñando su cetro, mientras todos sus subditos se echaron al suelo en actitud suplicante. En la Niebla, los invocadores eran la casta noble, y la invocación de los espíritus era un acto religioso, todos los que estaban presentes en un suceso así debían presentar una debida reverencia.


    Silver mandó un mensaje a Marco, para que sus tiradores presentaran también un saludo formal a la princesa. Delita por su parte no compartió la orden, pero la respetó.


    –Señora de las aguas, escucha mi llamado –dijo Yuna, mientras concentraba su poder, su cuerno destelló, primero con una luz blanca y luego refulgió con mil colores, desde el violeta hasta el rojo –¡Permítenos cruzar tu oscuro reino en paz! SIRENA–


    Sobre Yuna se abrió el portal y de el cayó una gran cantidad de agua cristalina, como de un manantial montañoso, el agua al caer sobre el cuerpo de la invocadora permaneció sobre ella, como si fuera gelatina, y luego comenzó a girar rápidamente lanzándose en chorro hacia delante y cayendo sobre el lago oscuro en el que se había convertido aquella selva. Luego, el gran espejo de agua se agitó, mientras el torso de una hermosísima mujer de cuerpo azul dorado emergía de entre las aguas, que comenzaron a girar en forma de remolino a su alrededor.


    –¿POR QUE HE DE CUMPLIR TUS ORDENES? –preguntó el poderoso espíritu, hablando directamente a las mentes y los corazones de aquellas personas con la suficiente fuerza, como para no quedar abrumados por su ser.


    Delita sintió aquella voz, a igual que Mario, también el anciano de la niebla y los portadores de trono. Silver desenvainó su sable y comenzó a avanzar, con Boko, que a pesar de la presencia perturbadora de aquel espíritu, no se acobardo ni tampoco se asusto. Los espíritus de Silver y Boko parecían uno solo, y emitían un brillo espectral que solo Yuna y Sirena podían ver.


    Sirena observó a Silver salir de entre los matorrales, y retrocedió, en realidad no podía entender porque hacia eso, era solo un humano después de todo.


    –Mi señora –dijo Yuna –suplicante, te imploro nos ayudes en esta adversidad, te suplico que ayudes a mi pueblo, a cambio puedes solicitarme cualquier cosa, lo que desee vuestra magnificencia –


    –DAME UN CABELLO DE EL – Sirena señaló a Silver, que inmediatamente se llevó la mano a un gran mechón de su cabello y lo cortó con su sable. Luego bajó de Boko y avanzó hacia el borde del lago y deposito los cabellos en el agua, que flotaron durante unos instantes, hasta que se sumergieron en el oscuro pantano selvático. Hecho esto, Sirena se sumergió en el lago, y las aguas se abrieron de par en par, un pasillo se abrió ante el pueblo de Yuna y sus muros estaban hechos de agua. Así atravesaron el gran lago. Durante casi todo el día y prácticamente toda la noche avanzaron por aquella apertura sobrenatural.


    A eso de la media noche, Encontraron las primeras tierras altas, que anticipaban la colina de la luz, tardaron unas cuantas horas para que la retaguardia saliera de aquel acuso pasillo, que ya desde hacia unas cuantas horas había empezado a tambalear, generando unos charcos que ya cubrían hasta los tobillos de los soldados.


    Cuando Yuna liberó a Sirena de este mundo, las aguas volvieron a cubrirlo todo, y ella, se desmayó debido al tremendo esfuerzo.


    Silver ordenó a los portadores del trono que lo bajaran, para ver que le estaba sucediendo a la princesa, en eso, el viejo artesano la observó.


    –Vivirá –dijo el viejo –pero necesitará mucho descanso, mantener a un espíritu en este lado, en este mundo requiere de un flujo constante de energía mágica, mantenerlo durante tanto tiempo te drenará hasta dejarte al borde de la muerte. Lo que la princesa ha hecho hoy ha sido una de las hazañas mas grandes que han hecho los reyes de la Niebla –


    –Muy bonito y todo –dijo Delita –pero sin su heroica majestad estaremos atrapados en esa colina para siempre – Todos observaron a Delita con mala cara, pero aun así decía la verdad.


    –Aun nos quedan dos días de camino hasta la colina –dijo Silver –y un trozo del lago, pero ella no tendrá que esforzarse, pues es vadeable –


    –Trozo de lago, ¿cual trozo de lago? –preguntó Delita


    –El que se formará cuando eso –dijo Silver señalando al cielo oscuro, lleno de centellas que iluminaban todo de vez en cuando –caiga sobre nuestras cabezas. Pero te repito, es vadeable. El verdadero problema es que ya no podremos contar con el fuerte de Yuna–


    –Eso si es un problema –contestó Delita –¿que haremos con los monstruos?


    –Ordena a los tiradores de Mario y a todos los hombres fuertes de la Niebla, para que levanten un muro sobre el campamento, con piedras, con lodo, con palos, con lo que sea, luego que a cada veinte pasos del muro levanten un palo con una canasta y le pongan bitumen, y finalmente le prendan fuego, de esa forma los monstruos temerán entrar, y si alguno entra, lo podremos ver con facilidad –


    A pesar de todos los esfuerzos, la noche estuvo teñida de rojo, algunas incursiones de raptores, y duendes causaron algunas bajas, sobre todo de las posiciones defendidas por los milicianos de la ciudad. La tormenta ahogó muchos gritos de dolor, mientras las personas del pueblo se recogían en medio del campamento en sus tiendas, llenos de miedo.


    Al día siguiente, Delita ordenó que todas las cargas superfluas bebían irse, si algún tesoro era demasiado pesado para que lo llevara un solo hombre en medio de un vado, debería ser abandonado. Y era que las aguas habían subido bastante, incluso habían sobrepasado la improvisada empalizada que habían hecho hacía unas cuantas horas. Sin embargo, no había tiempo para descansar, el camino durante las siguientes dos jornadas seria aun peor. Avanzaron en medio de lago, mientras los chocobos avanzaban en la vanguardia, para ubicar cuales eran las zonas mas pandas para caminar, y para espantar a los grupos de lagartos que merodeaban por la zona, con ganas de alimentarse de alguien que estuviera débil. Muchas personas desaparecieron en el oscuro manto de agua, sin que sus amigos o familiares, agotados también, se dieran cuenta, bastaba solo con querer descansar un poco, para que el resto de la formación los abandonara, y algún lagarto de dos o tres metros de le echara a la pierna y se lo llevara a zonas mas profundas.


    Lo peor vino al atardecer. Silver exploró solo una amplia zona, para poder acampar, sin embargo, todas las tierras altas que encontró no eran lo bastante grandes para albergar a toda la población. La única forma practicable seria dividir a todo el grupo en cinco cuerpos, para las cinco islas que había logrado encontrar. Volvió rápidamente a donde se encontraba el resto de la gente, que aun avanzaba pesadamente en medio del agua negra y el lodo que ellos mismos levantaban. Delita estuvo de acuerdo con Silver, y así dividieron al grupo en cinco cuerpos separados, Silver guió personalmente a cada grupo y se encargó de designar a un líder y de preparar el levantamiento de antorchas, para estar atentos a incursiones de lagartos, que seguían aproximándose cada vez en mayor numero a los grupos de personas.


    Aquella noche, no llovió, pero una espesa niebla se levantó, privando a los vigilantes de los islotes de toda posibilidad de prevención ante un ataque de lagartos.


    Solo los islotes en que Silver y Delita permanecieron, los lagartos no atacaron, la esencia del Rexaur aun los acompañaba y era lo bastante fuerte como para atemorizar a la mayoría de los lagartos.
    El inicio del siguiente día fue desesperanzador, muchos creían que Yuna había muerto y querían dejase morir en aquellos islotes. Sin embargo Silver sabía que esas trazas de tierra seca, desaparecerían aquella noche, con la siguiente tormenta, y que si no llegaban a la colina de la luz esa tarde, el vado se volvería impracticable, a demás, con aguas tan profundas, llegarían monstruos de las profundidades del bosque, mas fuertes.


    Delita por su parte amenazó a varios hombres, pero era casi imposible, la voluntad los había abandonado.


    Pero por alguna razón Silver si lo logró, levantó a los patriarcas de las familias, uno por uno, y los animó a seguir, solo por su fuerza, los levantó y los puso en camino con sus mujeres, sus hermanos, sus vasallos, sus hijos y sus animales, a sí de improviso, uno de los cinco grupos se puso de camino pesadamente. Luego ese grupo llegó a la colina de Mario, y Silver procedió lentamente ha hacer lo mismo. Luego con el de Delita y Silver hizo lo mismo, y así con los siguientes grupos. Sin embargo, hacer eso costaba tiempo, había llegado el medio dia, y tan solo se había unificado todo el pueblo, ahora deberían avanzar los últimos tramos. Silver encabezó la procesión, Avanzando de un lado a otro, para matar a uno que otro lagarto y espantar a cientos.


    A media tarde, el cielo se oscureció nuevamente desencadenando una nueva tormenta, el tiempo estaba en su contra ahora. A cada minuto todos sentían como el nivel de agua aumentaba, y como esto excitaba a los lagartos y a los Facarroles que se aproximaban con sus dorados cuerpos y pétreas cabezas, ha ver que encontraban de comida.


    Delita lanzó varios FIRE levantando grandes cantidades de vapor y agua hirviente a las criaturas, que se espantaban, pero que luego, como mosquitos eran atraídos nuevamente a la formación.


    En eso, de entre la oscuridad emergió un gigantesco lagarto que derribó a Silver de su montura, este se levantó empuñando su sable, pero estaba agotado, realmente estaba agotado, avanzó contra el lagarto, pero sus ataques no penetraron siquiera la armadura vital del monstruo. Algunos dardos cayeron sobre la criatura, pero la lluvia había debilitado las cuerdas de los arcos. El lagarto se abalanzó sobre Silver, pero justo en el instante que iba a cerrar sus mandíbulas, Delita con una poderosa cuchillada de su espada devanó los maxilares del monstruo dejándolo sin hocico, el lagarto retrocedió desangrándose, para luego ser devorado por el ejército de lagartos pequeños que lo acompañaban.


    Cuando todo parecía perdido, todos vieron como del trono dorado, emergía un destello de muchos colores, la puerta del otro lado se abrió y de ella salió el agua de manantial que anunciaba a Sirena. Esta volvió a abrir el agua y dejar seca el pedazo de tierra donde estaban parados los pobladores y lo soldados justo a tiempo, pues a algunos ya les llegaba el agua a la altura de la boca, muchos nietos avanzaban sobre los hombros de sus padres, y los bebes y ancianos habían tenido que ir en algunas balsas improvisadas con carretas. Yuna estaba viva. Como de la nada, todos los pobladores recobraron su valor y siguieron a delante a una velocidad mucho mayor. Así de un momento a otro, notaron que la tierra comenzaba a ascender, de forma empinada, y finalmente llegaron a la colina de la luz, donde Yuna había sido encerrada unos días atrás.


    Varias horas pasaron, para que todos los sobrevivientes lograran alcanzar la travesía. Pero al final, todos acamparon allí, luego Yuna descendió de su trono de oro y avanzó hacia la mitad de la formación, convocando a todos los magos y personas que pudieran controlar su energía mágica.






    –Para teletransportar a tanta gente al mismo tiempo, se requiere de una gran cantidad de energía mágica acumulada en un corto periodo de tiempo –dijo Yuna –por lo cual necesito que todos concentre su energía en la punta de mi cetro lo mas rapido que puedan, ¿entendido?–


    Todos asintieron, incluso Silver, que estaba agotado, y Delita le siguió la corriente. Todos los que pudieron se sentaron alrededor de Yuna observando fijamente la punta del cetro y estirando sus brazos hacia el. La energía mágica comenzó a fluir de tal forma que era visible para las personas allí reunidas, que observaron eso con reverencia y asombro, los cuerpos de los conjurantes brillaban con una luz blanca como la de las estrellas, pero un poco mas pálida, esa luz se concentraba delante de sus palmas y luego fluía como un hilo de plata hasta e cetro de Yuna, que concentraba ese brillo de una forma magnifica.


    –¡TELEPORT! –gritó Yuna de un momento a otro, la colina comenzó a brillar como si fuera un diamante que refleja la energía del sol de cien siglos reunida en un día. Todo se puso blanco, no había ni arriba ni abajo, ni sur ni norte, ni oriente ni occidente, todos de hallaron flotando en la nada durante un rato, y luego la luz se opacó. Todos abrieron los ojos para ver que se encontraban en una colina, y a su alrededor, solo habían amplias montañas separadas por profundos valles. Algunos riachuelos seguían por en medio de los valles, dándoles forma, mientras, el cielo sobre ellos, era limpio y despejado, cubierto por las estrellas que tanto amaban. Así había terminado aquel viaje y comenzaba otro, afín Silver y Delita habían vuelto a su hogar, a la provincia de Latinia. Los sobrevivientes gritaron, rieron, saltaron, lloraron, cantaron plegarias por los caídos y bendiciones a su señora que los había guiado es esta nueva peregrinación.


    Esa colina de hecho, marcaba el límite de algunas tierras de los Beoulve y Leone en la cordillera mas oriental de la provincia y pronto podrían establecer comunicaciones con sus superiores. Por lo demás, al ser suyas las tierras que se extendían en todas direcciones, Leone al sur y Beoulve al norte, las personas de la Niebla se vieron en la total libertad de tomar lo que necesitaban para sobrevivir, así se levantó un campamento permanente al día siguiente sobre la base del fuerte que construyó Minotauro, aunque esta vez era mas grande, y mas extenso, no solo construyó una pirámide escalonada, también una serie de cubos de piedra huecos alrededor y una muralla respetablemente alta y bastante gruesa sobre el perímetro de una colina que el mismo había aplanado de un mazazo. Pronto todo el lugar recordó de alguna forma a la estructura básica de la aldea de la niebla en medio de la selva negra del Zuliat.


















    XXII
    LA DEFENZA DEL CONDE


    Con un rápido movimiento de la lanza, Ada atraviesa la armadura vital, y las corazas del último caballero frente a ella. Mientras la lluvia de la jungla caía a su alrededor. La sangre, el agua y la tierra se mezclaban en una repulsiva masa informe, mientras la sangre de la lanza y el cuerpo de la doncella guerrera era bañada, y sin embargo ella se sentía miserable.


    Desde que había despertado, un sentimiento de odio se había apoderado de ella, odio hacia el imperio Latino y su gente, ahora lo descargaba con el primer soldado que veía.


    ¿Era solo eso? tal vez no, desde que había despertado, los soldados habían cambiado su actitud hacia ella, cuando la veían se quedaban quietos como estatuas desde lo lejos, pero mas de cerca se notaba que temblaban de miedo, cuando ella se alejaba, ellos comenzaban a murmurar. Solo los oficiales pasaban de ella como algo normal, aunque algunos se sentían incómodos ante su poderosa presencia. Incluso a Quistis se le ponía la piel de gallina de forma instintiva en ocasiones, solo Reino no le temía y ambos habían empezado a establecer una relación más constante.


    Había otra circunstancia que llenaba a Ada de miedo, miedo que había provocado los ataques de cólera de los dos últimos días y sus subsecuentes masacres. Cornelio había caído enfermo, presa de una espantosa fiebre y ahora quien estaba al mando del ejército era Cloud, lo que había hecho que Kefka refunfuñara con ira, pero una vez mas, ante el consejo de oficiales y el aun muy fuerte carácter del patriarca de los Leone se había quedado callado.


    Cloud sentía la ira de Ada, por eso la enviaba lejos del campamento para que hiciera lo que quisiera, excepto una cosa, atacar con un ataque de Limit de espíritu de invocación, pues su abuelo estaba preocupado, después de la batalla de Balastera, ella había quedado muy debilitada y con una presión muy baja, casi muere de frío, por decirlo así.


    Todas las salidas de Ada eran estrictamente vigiladas por dos caballeros aunque estos jamás participaban de aquellas carnicerías, en realidad permanecían como espectadores atemorizados ante ese poder.


    –Vámonos –dijo Ada, e inmediatamente los dos caballeros se le pusieron a la zaga y comenzaron su camino hacia la nave, pero entonces como de la nada emergió otro caballero aunque era un poco diferente.


    Su armadura era blanca casi diríase cristalina, con algunas irregularidades que la hacían un poco rasposa, pero increíblemente brillante como si la superficie hubiera sudo hecha con un millón de diamantes, en verdad una obra de arte. Cada placa estaba perfectamente confeccionada para girar y acoplarse al cuerpo del espigado guerrero que la vestía, debajo se veía una cota de mallas del mismo material, esta cota de mallas se ajustaba anatómicamente a los brazos y al cuello bajando por debajo de la coraza diamantina hasta que a la altura de la cintura, donde se dividía en pliegues que cubrían los muslos y las piernas, pero que al mismo tiempo permitían una gran movilidad.


    Encima de la coraza el guerrero llevaba una ostentosa capa roja recamada con hilo dorado que se sujetaba a la altura de los hombros con una cuerda plateada. Sus botas eran purpúreas hechas con piel de Behemot, un material tan raro que era mas preciado que los diamantes. Sin duda lo que mas llamaba la atención era el casco repujado, al igual que con la armadura, este estaba hecho con una serie de placas diamantinas que se ajustaban a las formas de la cabeza, la estructura del casco recordaba a un dragón, la gran placa de enfrente tenia dos zafiros engarzados para simular los ojos y en lugar de la normal cresta estaba cubierto con espinas hasta la cola que se expandía para proteger la nuca.


    Debajo salía una melena recogida bastante larga de un color blanco plateado. Sin embargo, en lo que Ada mas se concentró fue en los ojos de aquel guerrero, idénticos a los de Reino, unos ojos brillantes casi fulgurantes de un color verde azuloso, era un Ario, un guerrero que había enlazado a tres espíritus de invocación, una hazaña extremadamente rara. Pareciera que este hombre los estuviera esperando desde hacia unos momentos, pues tenia su arma clavada al suelo, era esta un sable mediano muy brillante, aunque un poco delgado para lo que se acostumbraba en esa época.


    –Mi señora, ¿es usted Ada hija de Cornelio Leone? –preguntó el caballero en la legua de Gestal con un poquito de acento oriental, lo que demostraba su alto nivel de educación


    –En efecto –contestó Ada con una mirada de odio.


    –Es un placer mi señora, desde lo que ocurrió en la batalla de Balastera he querido conocerla, veo que no solo es poderosa, si no también muy hermosa –


    –…–


    –Pero que descortesía la mía –dijo el caballero caminando alrededor de Ada y sus guardias, dejando su sable clavado en el suelo, “los dos caballeros pensaron que era un loco al dejar su arma fuera de alcance”.


    –Déjeme presentarme –el caballero extendió la mano, para tomar la de Ada, quien sin saber porque, extendió la propia, permitiendo que el extraño la tomara suave y cortésmente –es un placer, mi nombre es Messam Mesdoram Elmdore de la casa de Elmdor –dicho esto, Ada abrió sus ojos como platos, y todos los músculos de su cuerpo se tensaron. Elmdor se irguió nuevamente y se alejó tres pasos girando de forma que Ada y sus caballeros quedaron entre el y su sable.


    –¿Que lo trae a las selvas? –preguntó Ada –pensé que estos lugares no eran sitio para los altos nobles de imperio Latino –


    –En efecto –contestó Elmdor –pero en esta selva hay un asunto que requiere mi atención personal. Verá mi señora, en la batalla de Balastera comprendí que hay asuntos que debo atender personalmente para evitar pérdidas innecesarias y costosas. Lo que me trajo aquí es uno de esos asuntos –


    –Y ¿cual sería? –preguntó Ada aforrándose a su lanza.


    –Destruirla a usted mi señora –contestó Elmdor con naturalidad soltura, y sobretodo con una sonrisa que hacían parecer a esas palabras un mal chiste.


    –¡Tonto! –dijeron los caballeros de Ada que avanzaron confiados contra Elmdor que estaba desarmado, Ada los observó, pero a pesar de que intentó detenerlos, estos no hicieron caso.


    –AERA– dijo Elmdor suavemente levantando solo uno de sus brazos y extendiendo el índice y el anular. Una ráfaga de viento se generó desde sus pies girando como un torbellino que absorbía aire hasta la punta de los dedos, donde este flujo se retuvo un momento, luego el torbellino de todo su cuerpo fue liberado y varios chorros de aire salieron golpeando a los caballeros, primero como una corriente de aire que les impidió avanzar, y luego como látigos cortantes, que destruían primero sus mantos, luego fustigaban fuertemente sus armaduras vitales, que se retorcían como velas frente a un viento poderoso, finalmente el chorro de aire de los dedos de Elmdor fue liberado generando dos látigos de aire cortante que penetraron fácilmente la armadura vital y la armadura física de los caballeros atravesando su torso y sus pechos, el viento era tan poderoso, que salió por la espalda manchado de rosa debido a la sangre que se había aerosolizado. Los dos caballeros cayeron al suelo, muertos.


    –¡FIRA! –gritó Ada elevando su lanza al cielo, donde rápidamente se formó una esfera de fuego giratoria, que luego de desgloso en una lluvia de lenguas de fuego, pero Elmdor juntó sus manos como si fuera a orar.


    –¡TELEPORT! –el cuerpo de Elmdor se iluminó tanto que parecía solo una silueta blanca mientras las lenguas de fuego ya empezaban a estallara su alrededor desapareciendo como una sombra ante un rayo de luz. Ada giró inmediatamente y vio que la silueta luminosa se materializaba detrás de ella y que tomaba el sable, y justo en el momento de hacerlo, la silueta blanca se rompió revelando el cuerpo de Elmdor.


    El conde comenzó a avanzar contra Ada levantando su sable, dio unos pasos lentos y finalmente envistió como un rayo, un rayo plateado. La lanza metálica impactó contra el afilado sable de Elmdor, pero, la masa y la fuerza del conde eran superiores, Ada retrocedió a la fuerza, dejando las marcas de sus pies sobre el suelo, mientras Elmdor levantaba la mirada para observar los ojos de la belicosa niña.


    –¡AERA! –gritó Ada, inmediatamente el flujo de aire comenzó a rodearla, Elmdor clavó su sable al suelo y extendió ambos brazos en frente suyo.


    –Espíritu de la protección, escucha mi humilde llamado, protégeme de esta fiera de la oscuridad, protege a este humilde sirviente tuyo –gritó Elmdor, mientras su cuerpo ya empezaba a sentir los primeros chorros de aire sumamente poderosos que Ada liberaba –Ven en tu forma luminosa, LUZ DE RUBI – dicho esto, un circulo mágico se materializó en el suelo, y la puerta del otro lado sobre su cabeza, un rayo de luz cubrió a Elmdor, y de ese rayo de luz emergió lo que parecía un conejo cristalino de un color turquesa, con una gema roja engarzada en la frente, esta gema brilló intensamente sobre Elmdor.


    El chorro de aire de Ada era poderoso, levantó una tremenda cantidad de polvo y avanzó por la selva furibundamente astillando árboles enteros hasta la medula o talándolos de un solo tajo hasta una distancia de uno kilómetro. Pero una pequeña zona no fue tocada, en frente de Elmdor había un muro espectral que le había protegido de aquel ataque.


    –Ahora nada de lo que hagas podrá afectarme, ¡pequeña! –dijo Elmdor con una sonrisa, que haría pensar a cualquiera que estaba galanteando con Ada.


    Ada estaba en problemas, la muralla mágica de rubí debilitaría todos sus ataques por un periodo de tiempo considerable en una batalla, a demás, el poder de ataque físico de Elmdor era superior al suyo, solo le quedaba una opción igual de peligrosa, si llamaba a Silphide podría desatar una invocación poderosa, pero ¿su cuerpo podría soportarlo? El limit del segundo espíritu de invocación extraía su mana de forma automática y la sensación no era para nada agradable, pero si no lo hacia moriría ante el sable de Elmdor, a menos que….






    Por su parte Toto se había enterado por medio de los jinetes bárbaros que escaparon de la emboscada de la aldea de la Niebla de lo sucedido. También se enteró por medio de su asesino de que todos los guardias de Marco y el mismo habían sido asesinados, aunque uno de los guerreros Gestalianos lo había visto y había tenido que entablar una pequeña escaramuza con el.


    –Si te encontraras una vez mas con el chico, ¿lo matarías? –preguntó Toto, mientras tomaba un poco de café con galletas, al mejor estilo de una casa de cafés en Atkaska.


    –El chico es bueno –contestó una voz, desde algún lugar que no podía identificarse, de aquí para allá, en medio y desde las sombras proyectadas por los pliegues de la tienda – pero sin duda, jamás lo podría asesinar por la espalda, el puede, de alguna manera estar alerta ante mí, así como yo lo estoy, es como si supiera “algunas de nuestras artes” –


    –Así que intentar el asesinato directo, seria imposible –repuso Toto, mientras se tomaba un largo sorbo –¿y que dices del envenenamiento? –


    –Bueno, habría que intentarlo, pero solo lo podríamos hacer cuando el salga de campaña, los guardias de la Academia de Las Aguas son muy obstinados y jamás se dejan corromper –contestó la voz


    –Hay algo diferente en tu voz esta vez “Metal Shadow”, ¿Qué te sucede? – preguntó Toto.


    –Es que desearía pelear con el, frente a frente –contestó Shadow –es raro que un ninja miembro de “Sombra” diga eso, sin embargo, es la primera vez que en verdad tengo el deseo de pelear con todas mis fuerzas y demostrar que nosotros, los guerreros del Rey de reyes de Atkaska somos superiores –


    –Bueno, como sea –repuso Toto –mi deber es buscar las soluciones mas efectivas, has todo lo posible por envenenar al chico, si eso falla, pues encuentra la oportunidad de atacarle cuando sea preciso –


    –Entonces ¿estoy autorizado para cruzar la frontera? –


    –Si –contestó Toto –pero recuerda, si caes prisionero…–


    –Lo se, su majestad –contestó la voz, mientras desaparecía a lo lejos, en la nada.






    Silver por su parte, permanecía en una de las colinas observando hacia el sur.


    –¿Que sucede? –preguntó Delita que justamente pasaba por allí


    –Mi hermana –susurró Silver –no se porque, pero, tengo un mal presentimiento –


    Delita no respondió nada. En ese momento, unas cuantas fragatas se vieron venir desde el sur. Todos los siervos de Yuna corrieron a la fortaleza de piedra que había construido ella con la ayuda de Minotauro, mientras los miembros de la milicia tomaban sus posiciones. Yuna salió escoltada por los ancianos y los guardias de elite de la Niebla, mientras los navíos aterrizaban en una planicie. De uno de ellos descendió un hombre mas bien grueso y fornido, enfundado en una brillante armadura de placas, era Steiner con su cara de pocos amigos, detrás de el, seguían unos cuantos diplomáticos de Vector ataviados con las togas senatoriales, todos viejos y calvos, aunque con caras mucho mas apacibles.


    –¿Donde están el par de idiotas? –preguntó Steiner a uno de los milicianos en la legua de la Niebla. El miliciano tardó en responder, mientras sentía como los pequeños y negros ojos de Steiner aplastaban su existencia.


    –Se… se refiere a los oficiales de…–


    –¿Oficiales? Ja, debería degradarlos a simples escuderos por su estupidez ¡al no impedir todo este problema! –


    Silver y Delita tragaron saliva, pero se presentaron ante Steiner, mientras los diplomáticos abordaban a Yuna. Ella comenzó a hablar con ellos, pero al mismo tiempo permaneció pendiente de la conversación de ese hombre con Silver y Delita.


    –¡Sois unos incompetentes de mierda! –gritó Steiner, mientras movía sus pequeños ojillos a los ojos de Delita y luego a los de Silver –¿que hicieron para llegar tan tarde?, ¿se quedaron jugando a las niñas exploradoras en la selva del Zuliat? ¿Se quedaron en la cama con alguna estúpida campesina de las faldas del las montañas cuando los dejamos?, vuestra demora causó todo este enredo, y ahora, si no fuera por la intervención de Lord Celios ¡yo mismo os decapitaría al instante! “los soldados de Steiner que estaban detrás también tragaron saliva, muchas veces, si no todas las veces el decía esas palabras en serio” –


    –¿Celios? –preguntó Delita, siendo callado con una sola mirada de Steiner.


    –El emperador desea verlos, yo le recomendé que los exiliara, o mejor, que los ataran a ambos a un palo y los dejaran para que los monstruos los devoraran, pero.. –


    –¡Un momento! –repuso una voz femenina, todos los que conocían a Steiner casi se mearon en sima, el general había asesinado a muchos, por mucho menos, pero no dijo nada, en lugar de eso giró y se arrodilló, era Yuna quien hablaba.


    –No se quien sea usted mi señor, ni que rango, nombre o poder ostente, pero no puedo permitir que se refiera de esa forma a estos dos nobles caballeros ¡que tanto nos ayudaron! –dijo Yuna –¿de quien fue la culpa de lo ocurrido? de los que enviaron a Marco Alpio, de nadie mas, por eso demando a usted, o a quien tenga la autoridad de revelar la identidad del oficial al mando de Alpio o ¡quien lo envió a mi ciudad! –


    –Si, mi señora –respondió Steiner.


    Dicho esto Yuna regresó con los diplomáticos.


    –Su castigo será peor que la muerte –repuso Steiner –suban a las naves y prepárense. Por cierto Silver, ¿recuerdas lo que de dije de los espiritus de invocación? –


    –Si maestro – Respondió Silver.


    –El concejo de La Academia me dice que no has enlazado ninguno, pero es un requisito indispensable después de todo –dijo Steiner mas para si mismo que para Silver – Deberás capturar a uno para pasar la prueba y que no te expulsen, has logrado aprender muchas cosas sin ellos como de lo ordené hace tiempo, pero ya es suficiente. De camino a Cartago te dejaremos en la entrada de uno de los templos, ¿cual eliges? –


    –El templo del agua, consagrado a Sirena–


    –¿Estas seguro? – Preguntó Steiner –el camino hasta allí es el más peligroso, y nos desviaría más que cualquier otro –


    –Lo sé maestro – Contesto Silver –pero el camino nos dará oportunidad para que nos muestre su RENZOKUKEN, ¿no lo cree? –


    Steiner sonrió sarcásticamente, su alumno lo estaba retando y al mismo tiempo poniéndose bajo su protección, pues para llegar al templo del agua había se sobrevolar cielos peligrosos.
































    XXIII
    GRAN MAGIA


    Ada permaneció estática durante unos instantes, mientras Elmdor sonreía satíricamente. Entonces Ada levantó su lanza y concentró todos sus pensamientos en el espíritu de fuego que subyacía en su interior.


    “¿Deseas usar mi fuerza? ja ja ja ja, entonces deja que tu alma se consuma en las llamas de tu ira. deja que tu miedo se convierta en colera, impide que tu mente dude, no pienses, destruyelo todo para mi placer ja ja ja ja ja ja”


    Elmdor atacó con un poderoso sablazo, pero, esta vez su ataque no hizo retroceder a la doncella, es más, parecía como si de súbito ella fuera mas fuerte, mas pesada, mas densa. Entonces levantó la mirada y concento con los ojos de ella, no eran los ojos verdes que había visto al principio, ellos eran ahora amarillos como si no tuvieran alma, como los ojos de un gato salvaje que observa a una presa.


    Entonces Ada empujó a Elmdor, quien sin querer retrocedió unos cuantos pasos, casi en un pestañeo ella estaba sobre el golpeándolo con su lanza, Elmdor se defendió interponiendo su sable, pero la fortaleza del impacto lo hicieron titubear, bajó su guardia, y Ada le propinó un poderoso corte con la cuchillada la lanza. El impacto fue lo bastante fuerte como para materializar el muro mágico de rubí que vibró y chirrió, mientras el cuerpo de Elmdor salía volando a lo lejos, para terminar estampillado contra una roca.


    –Los hechizos defensivos solo disminuyen la fuerza del ataque, pero no la anulan– dijo Ada mientras respiraba profusamente.


    Ada terminó agotada, su cuerpo volvió gr5adualmente a la normalidad, mientras un extraño vapor emergía de su cuerpo, su armadura vital se debilitaba como cuando cierra lentamente el flujo de gas a una llama que se sirve de el para existir, mientras Elmdor se erguía nuevamente desquebrajando la roca que lo contenía. A pesar de ese impacto la coraza de Elmdor estaba intacta.


    –Impresionante –dijo Elmdor –creo que has hecho que gastara un décimo de mi energía vital, eso es mas de lo que muchos han logrado hacer en varios años, señorita, pero creo que este juego termina aquí y ahora –




    Elmdor dio un paso, expandiendo toda su energía, esta se extendía tratando de sofocar la de Ada, quien a su vez retrocedía, estaba muy agotada y el poder de su armadura vital estaba muy disminuido, no podía compararse con el de Elmdor.


    “–La energía vital no lo es todo –dijo Silver hacia un año y medio, mientras entrenaba en las faldas del Monte Cerrado –observa hermana, a pesar de que esté desplegando una pequeña cantidad de energía para mi armadura vital, puedo recibir muchos ataques sin desgastarla, esa habilidad se llama concentrar armadura vital, si la dominas bien podrás extender el tiempo que puedas resistir una batalla difícil –


    Pero esa es una habilidad de sableadores y espadachines, yo soy una invocadora y una hechicera, no me molestes con tus tonterias de chicos –
    Te equivocas hermanita –repuso Silver –las habilidades son lo mas importante en la batalla, incluso mas que la magia. Hermana, los que usan conjuros para usar magia o invocaciones tienden a mantener una armadura vital muy débil debido a que concentran todo su entrenamiento en su flujo de energía mágica para ejecutar conjuros, eso los hace vulnerables en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo. ¿Acaso deseas depender de caballeros de brillante armadura toda tu vida?, ¿no me decías a caso todas las noches que detestabas esa imagen de las mujeres? Aunque poseas una armadura vital débil si la concentras su energía no se dispersará tanto, ¡solo intentalo! –”






    Ada giró su bastón en el aire y luego volvió a tomar posición de combate, disminuyendo al mínimo su armadura vital. Elmdor pensó que estaba asumiendo su derrota, así que clavó su sable en el suelo.


    –¡AERA! –dijo Elmdor esta vez extendiendo sus manos, el torbellino fue esta vez tres veces mas poderoso y envolvió el cuerpo de Ada, las ropas de la doncella se desgarraron mientras algunos azotes laceraban su blanca y tersa piel. La fuerza de la ventisca arrasó el manto selvático tras ella, pero había algo extraño.


    Ada mantenía los ojos cerrados, mientras recordaba las palabras de su hermano.


    “–Lo importante al concentrar la armadura vital es a repeler los ataques importantes y resistir los ataques débiles, algunas llamaradas solo queman tu piel unos días, mientras que otras te carbonizarían hasta la medula, debes concentrarte en el hechizo de tu enemigo en como cada eflujo de mana se convierte en un hechizo y si este es débil o fuerte, luego debes transferir toda la energía de tu armadura vital de un lado a otro rápidamente para repeler los ataques mas fuertes –dijo Silver –no te preocupes de lo demás, los ataques mas poderosos de un hechizo de segundo o tercer nivel vienen en secuencia, por ejemplo, un firaga jamás lanza dos leguas de fuego realmente poderosas al tiempo, por lo que tendrás un lapso lo suficiente mente largo como para concentrar tu energía aquí y allá–“


    Ada mantenía sus ojos cerrados moviendo su energía, como un escudo que detiene poderosas cuchilladas, su armadura vital se concentraba en diferentes puntos donde los chorros de aire más poderosos se acercaban a su cuerpo, mientras los más débiles la rozaban y la cortaban.


    –Concéntrate, concéntrate, concéntrate – era lo único que repetía Ada mientras su cuerpo era fustigado por farios chorros de aire no tan débiles.


    –Imposible –dijo Elmdor sorprendido, a pesar de que había terminado con múltiples laceraciones pequeñas a lo largo del cuerpo, Ada permanecía en pié, y lo peor de todo es que ¡no se había debilitado en lo mas mínimo!


    Eso era un paso, pero aun seguía ante un problema mayor, Elmdor seguía poseyendo una defensa más poderosa que cualquiera de sus ataques, exceptuando uno.


    La ira, la desesperación y su falta de energía se mezclaron en el corazón de Ada, junto con su innegable orgullo y deseo de vencer, su cuerpo empezó a emitir mas energía y su armadura vital se expandió tanto que pudo verse, era de un color dorado intenso, los ojos de Ada cambiaron instantáneamente manifestando los ojos de Sílfide, unos ojos verdes sin pupila que emitían y tragaban luz al mismo tiempo, entonces lo pudo ver, el poder real de Elmdor. La energía y los espíritus que yacían en su interior eran abominables, ¿ese era en realidad el poder de lo guerreros Arios?


    Elmdor atacó a Ada para evitar que utilizara su energía de limite para efectuar una invocación poderosa, Ada lo enfrentó, pero cada vez que lo golpeaba con su lanza este volvía a mayor velocidad o se teletransportaba tras ella, golpe tras golpe su energía se consumía, su armadura se tornaba mas inestable, pero en un instante Ada ya no quiso ni pudo hacer la invocación poderosa, simplemente extendió su mano izquierda en frente de la punta del sable de Elmdor.


    –¡FIRAJAAAAA!!!! –gritó Ada, una enorme legua de fuego y plasma emergieron de su palma a una presión tan fuerte que lo arrasó todo a su paso, el aire hirvió, la tierra se fundió, los árboles que quedaban se convirtieron en polvo y gas al instante, mientras toda la selva se iluminaba como con un segundo sol mas pequeño. Cuando el rayo de llamas y plasma tocaron tierra se genero una enorme explosión de fuego, que incendiaron una enerote extensión de la selva, todos los guerreros tanto en el campamento de Gestal como en la fortaleza de Acaí lograron ver aquel aterrador incendio.


    Ada calló a suela agotada jadeando, ahora estaba a punto de caer en un profundo sueño, cuando sintió la punta del sable de Elmdor en su nuca.


    –Fuiste una adversaria impresionante chiquilla –dijo el conde, que había escapado a duras penas teletransportándose, pero que aun así había recibido algo del portentoso ataque de Ada, su mano derecha estaba quemada, y la hoja de su sable estaba al rojo vivo. Ada sintió la punta del hirviente acero sobre su cuello, sintió como este hacia un surco en su nuca solo con la punta, como dibujando la línea por donde pasaría el resto de la hoja en el camino de regreso.


    Justo en ese instante una sombra apareció de la nada, obligando a Elmdor a interponer su sable, entonces se escucho el sonido de dos cuchillas golpear el sable de Elmdor que tuvo que entrecerrar klos ojos debido a la bocanada de chispas liberadas por el impacto, para que luego, este lo alejara de un golpe.


    –¡¿Quien eres tu?! – preguntó Elmdor


    –Yo soy Reino Yazoo, oficial del ejército de Gestal y comandante de la unidad de sableadores de la Academia de Las Aguas –contestó Reino.


    –Interesante, interesante –repuso Elmdor observando la fisonomía de Reino –solo dos nombres, y eres un Ario, ¿desde cuando los sabios de Gestal dejan que un ciudadano de segunda clase, un entupido plebeyo ostente la energía sagrada de tres espíritus de invocación? –


    –El día en que yo vine al mundo –repuso Reino tomando su posición de batalla.


    Elmdor dio un suspiro, mientras comenzó a caminar hacia Reino de forma tranquila. Luego, levantó su sable y lo empuñó firmemente, mientras Reino mantenía las puntas de sus sables contra el suelo, Elmdor envistió a gran velocidad, pero Reino contestó interponiendo los dos sables quedando ambos en una lucha cuerpo a cuerpo. Ambos se miraron a los ojos, unos ojos que centelleaban con un poder irreconocible.


    Se separaron y comenzaron a atacar, corriendo hacia un lado mientras intercambiaban ataques que eran interrumpidos por sus sables generando chispazos que iluminaban la creciente oscuridad del atardecer. Entonces Elmdor se teletransportó y levantó su sable, pero en eso un látigo de Ochu golpeó contra su brazo y le hizo bajar su posición, mientras Reino envestía con una ataque de estocada. Elmdor volvió a teletransportarse, para observar un nuevo enemigo aparecer. Era Quistis, quien vestía el uniforme de campaña. Ambos guerreros cerraron filas en torno a Ada que se encontraba totalmente agotada tirada en el suelo.


    Sin embargo Elmdor no perdía la calma.


    –Señor de vació intemporal, habitante de la nada, donde la oscuridad y la luz conviven como uno mismo, escucha ha este sirviente tuyo –dijo Elmdor, mientras la tierra a su alrededor comenzaba a vibrar de forma extraña, y las nubes en el cielo se tornaban mas oscuras y densas.


    –¡Lord Elmdor! –dijo una vos desde la oscuridad que interrumpió la concentración del conde.


    –Como te atreves sucia sabandija habitante de la sombra –gritó Elmdor a los cuatro vientos –¡debería decapitarte por atreverte a interferir en el sagrado campo de batalla de un noble! –


    –Mi señor, el Duque demanda su presencia y que cese las acciones hostiles contra los Gestalianos al termino inmediato de este mensaje –dijo la voz sibilante, que parecía venir de todas partes y al mismo tiempo de ninguna.


    Elmdor observó fríamente a sus guerreros, estaba confiado en aplastarlos a todos de un solo golpe, pero desobedecer al Duque seria un grave problema. Todas esas asquerosas sombras ya se habrían comunicado entre ellas y el Duque sabría que ya había sido entregado el mensaje, si no ahora, en muy pocos minutos.


    Elmdor dio la vuelta haciendo ondear su capa, mientras Reino se abalanzó sobre el, a pesar de su gran velocidad, el cuerpo de Elmdor desapareció en su teletransportación.


    –¿Quien era ese loco? –preguntó Quistis jadeando.


    –El Conde Elmdor –contestó Reino






    Mientras en La Academia de las Aguas.


    –Demonios, saqué 66, la maestra Quistis me va ha asesinar cuando regrese –dijo Ramaza blanco del miedo.


    –Eso comprueba que la nobleza no es indicativo de habilidad –contestó Victor que esperaba a las afueras del salón, en el pasillo de la gran torre de los alquimistas “los alquimistas se ubicaban en los últimos niveles de la torre, los dos primeros eran para aulas y los intermedios para laboratorios.


    –Tu luces muy arrogante, cuatro ojos –contestó Ramza un poco molesto por todo el esfuerzo que le había dedicado al estudio –cuanto sacaste, ¿he he? –


    –95 obviamente –repuso Victor orgulloso de su conocimiento –las habilidades de los caballeros son mas bien pocas, cualquiera las conoce.


    –Es obvio que Ramza no lo ha hecho –dijo Sara que salía del salón con el pergamino de su examen en la mano y con una sonrisa de oreja a oreja –por si te lo preguntabas, obtuvo un 91.5 –
    Ramza terminó mirando al suelo totalmente deprimido.


    –Mis hermanos me van a fastidiar si no subo mi promedio, y mi papa –decía el desconsolado Ramza recordando todas las advertencias y amenazas de familiares y maestros, “Eres un Beoulve y debes comportarte como tal, no pongas en vergüenza a la familia”.


    –¡Hubiera pasado si el examen lo hubiera hecho la maestra Quistis! –repuso Ramza tratando de reanimarse.


    –Bueno, hay que admitir que la maestra Xu preguntó cosas inesperadas, yo esperaba un 100 –dijo Sara –y a demás calificó muy duro –


    –¿Cuándo regresará la maestra? –preguntó Ramza al aire


    –Se ve que la extrañas mucho, si deseas te puedo inscribir en el comité de admiradores de la maestra –repuso Victor sarcásticamente mientras abrazaba por la nuca a Ramza recargándose sobre el – y decían que la relación de ustedes dos era de odio –


    –Hey hey, no te burles tanto –contestó Ramza molesto y rojo de la vergüenza.


    –La maestra regresará pronto –dijo Sara con un tono serio e inflexible, con un acento que parecía mas un regaño –El emperador a lanzado un edicto, debido a los problemas en la frontera del norte –


    –Bárbaros, otra vez –contestó Victor –cada cien o doscientos años nos invaden los bárbaros –


    –Pero los orientales aceptaran una tregua –preguntó Ramza


    –Al parecer también hay una invasión de jinetes de aves del terror por el sur del imperio Latino, Lord Celios también se encuentra preocupado, tal vez algunos jinetes intenten cruzar por las puertas de fuego y cruzar el paso del Chimborazo –dijo Sara –toda esta provincia quedaría expuesta –


    –No sabia que estuviera sucediendo todo eso –dijo Ramza tratando de intervenir en la conversación.


    –¿Aun estas aquí? –preguntó Sara despectivamente –¿no deberías estar estudiando para el examen de salvamento? –


    –Por cierto Ramza, ¿no deberías estar practicando para tu prueba de espadas? –preguntó Victor.


    Ramza volvió a mirar al suelo mas deprimido aún.


    –¿Que te sucede? –preguntó Sara –has estado muy desubicado últimamente –


    –Bueno, es que he estado siguiendo algunos consejos de un amigo mío –respondió Ramza


    –Pues que consejos tan malos –respondió Victor


    –No, no es así, me advirtió que cedería esto –contestó Ramza –bueno en todo caso, me retiro – dicho esto Ramza siguió su camino.


    –Te apuesto a que ni siquiera sabe que su Hermano Dycenberg ha sido postulado como General para la guardia del paso del sur –dijo Sara


    –No deberías ser tan dura con el –contestó Victor –he sabido que el desgraciado está obteniendo puntuaciones de 100+ en las pruebas físicas, un fenómeno completo –


    –¿Que dices? –repuso Sara –pero generalmente cuando haces eso te promueven –


    –A menos que tengas muy malas notas en tus otras áreas –contestó Victor


    –Estas sugiriendo que… –dijo Sara


    –Sip y no, al parecer a este sujeto le interesa mas pasar su tiempo con nosotros que, ascender –conestó Victor ajustandse la posición de sus lentes –jamás pense que un noble pensara así, siempre creí que eran egoístas narcisistas que gustaban de incrementar su poder y prestigio sin importarles nada. Lo que no sé es si lo está haciendo apropósito o es inconciente. Estudiamos los tres este tema, debió obtener por lo menos un 89 y en lugar de eso un 66, me deja pensando… –


    –Ramza… –susurró Sara, mientras Ramza descendía por las escaleras del fondo del pasillo al primer nivel de la torre de los alquimistas.






    XXIV
    EL GOLFO DE LOS DRAGONES


    La “escaramuza” entre el imperio Latino del Este y el imperio de Gestal había acabado en tablas, mientras la mayoría de las naves de Gestal aun permanecían varadas en el suelo o en astilleros improvisados en la selva, una nueva guerra se avecinaba, los Renitas se habían aliado con tribus nómadas del gran desierto del occidente y amenazaban con avanzar sobre las tierras y sobre la mismísima capital, Vector.


    Al imperio del Este no le iba mejor, una nueva tribu de jinetes de chocobos estaba avanzando desde el sur, montando una nueva raza de estas criaturas, chocobos rojos con el poder innato del elemento del fuego.


    En esta situación ambos dirigentes imperiales, el Duque de lindblum y el emperador Celios acordaron una tregua que duraría cinco años, el tratado fue firmado por ambos gobernantes gracias a los buenos oficios de los Caballeros Sagrados del Templo de Murond, ellos se llevaron el documento al otro lado del gran mar para ser custodiado en el templo de Murond y santificado por el gran sacerdote, cualquiera de las partes que deshonrara el pacto recibiría la ira divina y la mas terrenal represalia del gran sacerdote y de sus múltiples brazos alrededor y dentro de ambos imperios, brazos poderosos, infinitamente ubicuos pero al mismo tiempo invisibles para la maquinaria de ambos estados.


    La tregua fue firmada, pero los odios despertados en un lado y otro de la gran frontera no serian olvidados fácilmente, integrándose a un circulo vicioso de odio y violencia.






    Cornelio no entendía lo que le estaba pasando a su nieta, el chico al que había conocido y que había desatado su cólera al morir, solo era un aparecido después de todo, ¿cuanto lo conocía realmente para causar en ella ese estado de desconsuelo, que finalmente se convertía en una ira contenida pero destructiva en potencia? Sin embargo el viejo general no podía hacer nada por su nieta, y aunque ella le odiase por detener su venganza personal, las órdenes eran órdenes. Las naves de Gestal fueron reparadas con la ayuda de los comerciantes del este, que aprovechando la paz, se lanzaron una vez más a las caravanas de comercio.


    De hecho, los diplomáticos que Yuna recibió aquella tarde vinieron para comunicarle aquellas nuevas noticias.


    – El Duque de Lindblum ha enviado dos cartas, una al emperador Celios concerniente a la relación de vuestra nación en los hechos de este conflicto –dijo el cenador, entregándole a Yuna una carta sellada con cera que portaba el símbolo familiar del Duque de Lindblum –y esta carta para voz.




    Sir Lufaine Previa Fabool VIII Gran Duque de Linblum, Señor de las florestas, gran general contra los bárbaros del sur a doña Yunalesca Riukyu reina de la aldea de la niebla y de los invocadores de los continentes occidentales, salve.


    Por la presente le permitió comunicar mío pesadumbre por la tragedia que sufrió vuestro pueblo en los terribles hechos que envolvieron algunos de nuestros mercenarios y una fuerza de invasión procedente del impero de Gestal.


    Déjeme garantizarle que, no hubieron órdenes por parte mía o del sagrado emperador de Atkaska para efectuar un ataque a vuestra ciudad, que aun ahora seguimos considerando un importante aliado nuestro. Es mas, poseemos evidencia de que fueron grandes generales del imperio de Gestal quienes sobornaron a un escuadrón de jinetes de chocobos para atacar a vuestra aldea y anexarla al imperio Gestaliano.


    Por estas razones, no entiendo porque sigue usted mi respetada señora viviendo bajo el techo de aquellos traicioneros.


    La presente también es para hacer una declaración, si regresa a la aldea de la Niebla yo me encargaré de que toda la región entre la frontera de Gestal y la frontera de Guayana, entre el golfo de los dragones y el río Parima sea reconocida como el reino independiente de la Niebla aliado del Duque y de su majestad el rey de Atkaska.


    Gracias por su intención.

    –El Duque dice que lo ocurrido en vuestra tierra no ha tenido nada que ver con el ni con su imperio, que fue un ataque planeado únicamente desde el imperio de Gestal – dijo el senador – ese fue el mensaje que recibió Lord Celios y el cenado en pleno –


    –¿Porque me dicen todo esto? – preguntó Yuna –ustedes hubieran podido negarme toda esta información y envenenarme contra el Duque –


    –Mi señora –respondió el senador –Déjeme asegurarle que los deseos del emperador Celios siempre han sido los mejores para con usted y con su pueblo, por lo que el jamás toleraría una mentira de esa naturaleza con usted. El la considera como su igual, y por lo tanto, le pregunta cual será su decisión sobre este asunto –


    –El Duque nos ofrece un gran territorio de forma formal –dijo Yuna pensando en voz alta – ¿podría usted enviarle un mensaje al emperador Celios? una carta –


    –Si mi señora, seria un honor –


    Yuna se retiró un instante mientras por una de las ventanas de su pirámide escalonada observaba como los navíos de Gestal comenzaban a elevarse, mientras los dos nobles caballeros se retiraban a seguir con su destino. Tanto Silver como Delita la habían invitado para que les visitara en sus villas cuando tuvieran la oportunidad y le aseguraron que la tierra en que ahora Vivia ella y su pueblo era de su propiedad y de su pueblo, que hicieran allí cuanto quisieran excepto algo que lastimara los intereses del imperio.


    –¡Así que el emperador desea vernos! –dijo Delita con gran orgullo


    –Al fín veremos a la tan apreciada capital –dijo Silver –es bueno conocer la causa de tantos sacrificios –


    –¿Ver al emperador? –dijo Steiner acercándose a los dos por la espalda. Silver sintió una opresión en el pecho, ¡Steiner tenia voluntad de asesinarlo!, desenfundó su sable ante la sorpresa de Delita para ver que Steiner le envestía con la Excalibur en lo alto, las hojas chocaron estrepitosamente, mientras un fogonazo de chispas se extendió sobre la cubierta de la nave. La cuchilla de Excalibur era indudablemente superior, había penetrado en la hoja de Silver como si esta estuviera hecha de mantequilla, dejando una hendidura tan profunda como la mitad del grosor del sable y tan ancha como el grosor de Excalibur.


    Silver observó con decisión a Steniner que de pronto comenzó a verle con su cara cómica, el instinto asesino se disipó, era como si un odio tan grande como un volcán en erupción se apagara de pronto sin mayor razón o consecuencia, ¡el sujeto está loco! Pensó Silver.


    Steiner retiró su espada para enfundarla en su espalda, mientras observaba felizmente a su aprendiz


    –Hay algo raro con ese sable –dijo Steiner señalando a Silver –le hiciste algo durante la misión? ¿Será acaso que por eso se demoraron tanto en llegar? –


    –Que crees que somos –dijo Delita ofendido –¿unos esclavos con mentes inferiores que solo buscan evadir sus responsabilidades? –
    Como si fuera un muñeco mecánico la cabeza de Steiner giró para observar a Delita con su cara trágica.


    –La traición de Marco ya me la olía desde hacía tiempo –dijo Steiner –pero el solo era una marioneta de alguien más poderoso y habil–


    –Kefka –susurró Silver, lo que llamó la atención de Steiner


    –El afeminado de Kefka –respondió Steniner –desenmascararlo ha demostrado ser un grave problema, al parecer los documentos por los que el autorizaba el despliegue del escuadrón de Marco desaparecieron misteriosamente, y ha empezado a circular el rumor entre los senadores y cortesanos de Gestal de que el jamás firmó documento alguno, y de que todo fue obra de una maquinación de los aristócratas, los Leone y los Beoulve –


    Delita se puso rojo.


    –¿Están acusando al abuelo y al padre de Delita de conspiración? –preguntó Silver indignado.


    –El veneno de una serpiente es poderoso –dijo Steiner –y sus artimañas también. Solo Marco hubiera podido desenmascarar todo ese embrollo ya que el era un cliente muy conocido del general Kefka. Ahora en el imperio todos desconfían de ustedes dos y de sus parientes, Marco es un potencial héroe de guerra y Kefka el abanderado del senado en contra del emperador que sustenta su autoridad precisamente en los nobles conspiradores –


    –¡Delicioso! –dijo Silver con sarcasmo –no hemos siquiera puesto un pié en esa ciudad y ya estamos metidos en una teoría conspiranoica; ¿y como entra usted en este juego, ma-es-tro? –


    –Yo solo soy un agente del senado y del emperador –contestó Steiner –y dejémoslo por el momento en ese nivel –


    –¿Que nos espera en Vector? –preguntó Delita


    –Alianzas y contra alianzas –contestó Steiner –el emperador los ha convocado a ustedes y a sus padres, se celebrará un gran consejo de guerra, todos los recursos de la nación se concentran ahora en nuestra frontera occidental con Renia. El senado desea conocer a los nobles que tomaron participación en los confusos hechos para hacer un juicio de responsabilidades –


    –Sobre eso debo hacerles una advertencia –continuó Steiner, mientras las naves continuaban su lento pero constante avance hacia el norte –digan lo que digan, jamás mencionen directamente a Kefka. Si las pruebas apuntan directamente al afeminado mencionen solo las pruebas y dejen que estas lo acusen. En Vector Kefka es casi una divinidad, muchos pobretones lo apoyan así como varias facciones dentro del senado y la nobleza, acusarlo directamente los metería en líos jurídicos que desgraciarían el prestigio de sus familias –


    Todo se hizo silencio, mientras una parvada de aves avanzaba hacia el norte al lado del gran barco volador.


    –Demasiada palabrería me fastidia –dijo Delita –soy un guerrero, y por eso espero a mi enemigo de frente. No le tengo miedo a nadie maestro – dicho esto Delita se retiró a su camarote.






    Cuando Delita se levantó a la mañana siguiente se encontró una extraña sorpresa, estaban bordeando la costa ¡hacia el norte!


    –¿Leone, no se suponía que iríamos a Cartago? –preguntó Delita a Silver que se encontraba conversando con algunos ingenieros y mecánicos sobre sus oficios, los mecánicos estaban sorprendidos del conocimiento que tenia Silver sobre sus artes.


    –Deberías dejar de ser tan brusco cuando hablas –dijo Silver con un dejo de indiferencia a Delita –eso te ayudaría en tus relaciones diplomáticas –


    Delita estaba rojo de la ira, era esta maldita actitud de “nada me importa” y de “yo lo se todo”, otra vez. Delita desenfundó su espada y atacó a Silver atravesando el grueso casco de la fragata, mientras los mecánicos se tiraron al suelo muertos del miedo. De la hoja de la espada bajó un pequeño hilillo de sangre, sangre que manaba de una pequeña cortada que había causado en el cuello a Silver, que sin embargo no se habia movido un apise, de hecho ni siquiera manifestaba dolor ni sorpresa, solo esa expresión de indiferencia y aburrimiento con la que había visto a Delita el primer día en que se conocieron.


    –¿Porque no lo evitaste? –preguntó Delita observado a Silver directamente


    –¿Porque habría de hacerlo? –repuso Silver –si me quisieras muerto ya lo habrias hecho –Silver colocó su mano en la espada de Delita tan fuerte que sus dedos sangraron un poco y la retiró del casco permitiendo que su dueño la pudiera enfundar nuevamente.


    –¡Pelea con migo! –dijo Delita


    –Tu ganas –respondió Silver con indiferencia, mientras podía escuchar chirriar los dientes de joven Beoulve –eres mas fuerte, eso lo se sin pelear, deberías sentirte feliz por eso ¿no?, en todo caso estoy muy ocupado para tener esta entupida conversación otra vez Delita –


    Delita giró para que no le vieran la cara mientras se cruzaba de brazos.


    –¿Porque no estamos en Cartago? –preguntó Delita después de un rato de silencio.


    –Steiner dijo que como el templo del agua estaba tan lejos no tendríamos tiempo para pasar por Cartago, iremos al templo y de allí al paso de Bentovarl, nos aprovisionaremos en los poblados de las islas – respondió Silver, después de eso Delita se retiró a su camarote.


    –¿Porque el señor Delita se comporta de esa manera? –preguntaron los mecánicos


    –¿Y yo que se? –respondió Silver con su actitud típica, encogiendo los hombros –desde que ingresamos a la academia se a comportado así con migo, es como si me odiara –


    –Su excelencia –preguntaron los hombres –si vamos a ir al templo del agua, significa que debemos pasar por… por… –


    –¿Si? –


    –Bueno, usted sabe, por “ESE” lugar – preguntó uno de los mecánicos con miedo casi sacro.


    –Si fuera mas especifico me ayudaría, soy malo para “leer entre líneas” –contestó Silver


    –¡El golfo de los dragones! –dijo uno de los mecánicos, para ser acallado por miradas sombrías de todos los presentes en aquel cuarto de maquinas.


    –Si –contestó secamente Silver


    –Pero, pero, pero ¡nadie a cruzado ese golfo y vivido para contarlo! –dijeron algunos


    –Eso es un cuento –dijo Silver – de hecho, los reportes de la década pasada indican que 2 naves ingresaron por allí al templo del agua y regresaron con el espíritu de invocación Sirena. Bueno, hay que admitir que lo intentaron 214 barcos, pero bueno, ¿quien lleva la cuenta? –


    Todos tragaron saliva.


    El Sol ya empezaba a ocultarse en el occidente, mientras Silver observaba desde la gran ventana del castillo de popa el gran, el mar del norte de Latinia, el mar al que los orientales llamaban mar de Caribes, ahora mismo se encontraban atravesando el estrechísimo Istmo de Jinapin e ingresando en el peligroso e infame golfo de los dragones.


    Cuenta la leyenda que una vez que las legiones celestes de dragones de Bahamut perdieron a su sobrenatural gobernante se refugiaron en las regiones del mundo donde el agua de la oscuridad se hallaba en mayor concentración bajo la tierra, para evitar que los humanos cayeran en la tentación de usarla nuevamente para contaminar al mundo una vez mas con el miasma. Sin embargo, la energía proveída por el agua de la oscuridad aun era necesaria para las maquinas mágicas de alto rendimiento, aunque en menor cantidad, había que aventurarse de vez en cuando en esos antros para obtener maqueñas raciones del preciado liquido y orar para no terminar como la cena de esas sobrenaturales criaturas. Los monstruos tambien eran cazados por los dragones que gozaban con alimentarse de ellos. De esa forma, las regiones que los dragones tomaban como morada, se convertían en cementerios, tanto para los humanos como para los monstruos, allí solo entraban dragones.


    –Algún día te mataré –dijo Delita acercándose a Silver


    –Que aburrido –respondió Silver – ladras mucho –


    Delita lo observó de mala manera.


    –El día que poseas la voluntad asesina que el maestro esgrime cada vez que me reta, entonces pelearé con tigo –continuó Silver –un combate no es un entupido juego de niños, si vamos a combatir deberá ser por una causa mas grande que nosotros dos, en la cual nos deberemos jugar la vida, no aceptaré un combate solo para glorificar nuestros egos en nombre de nuestras familias, ese es mi deseo, amigo Delita–


    Dicho esto Silver se retiró de la cámara de oficiales, cuando todos escucharon un gran estruendo.


    –DRAGON! DRAGON! –descendió gritando uno de los oficiales de la nave abriendo la puerta, para que todos los que estuvieran allí salieran rápidamente a cumplir sus funciones –¡a los cañones!, ¡mierda!, ¡muévanse partida de maricas si desean vivir para siempre! ¡desean terminar en las fauces de se engendro! ¡muevan sus culos manada de perezosos! ¡de lo contrario terminaremos en ese aqueroso sementeiro de mierda!!!! –gritaban los altos oficiales y el capitán a diestra y siniestra, no había tiempo para convencionalismos o para normas de etiqueta, un Gran dragón violeta se acercaba desde el sur, dando vueltas alrededor de la nave.


    –¿Donde está Steiner? –preguntó el capitán de la nave a su segundo oficial


    –Dijo que tenia que dar una clase de esgrima señor, mírelo, ahora esta sobre la coraza de la nave –dijo el segundo oficial señalando a Steiner que no llevaba su armadura puesta, solo unos pantalones cortos, unas botas y una camisa blanca de lino “bastante barata, por cierto”




    –¡Maestro! –dijo Silver que se apareció como de la nada desde el puentecillo que conecta la coraza del cuerpo del techo de la nave con el castillo de proa –pensé que jamás vería utilizar el arte legendario, hasta ahora solo han sido reprimendas y nada de enseñanza –


    –Yo me preguntaba si era tanta palabrería eso de RENZOKUKEN –interrumpió Delita desde los barandales del castillo de popa


    –Hombres de poca fe –dijo Steiner mientras el gigantesco Gran dragón violeta se ponía en posición en frente de ellos.


    Sin embargo antes de Steiner pudiera atacar, el capitán de la nave lanzó la orden muerto del pánico.


    –¡Disparen el cañón principal!!! –


    BANG! El pesado cañón de 20kg detono prácticamente en frente del torso del dragón, pero pasó algo que en realidad hizo que algunos oficiales y tripulantes, que estaban en los castillos de proa y popa que vieron que la escena se orinaran del terror. El proyectil de 20kg se aplastó contra la armadura vital del Gran dragón convirtiéndose en una gran bola de fuego y esquirlas que golpearon la coraza del castillo de proa. La nave se desvió un poco con la vibración y la onda de retroimpacto.


    Sin embargo ni Silver ni Delita estaban concentrados en eso.


    Estaban absortos, podían sentir como el flujo de energía se mezclaba en el estomago de Steiner, tanto energía mágica como energía vital. En realidad parecía como si todo el cuerpo enviara energía allí y luego la volviera a recibir mezclada con la energía magica. El aura que envolvió a Steiner no era roja, ni azul, ni dorada ni plateada, era un aura incolora que distorsionaba la luz de formas extrañas, el aura se expandía y se expandía, hasta que unos relámpagos de energía pura empezaron a ser emitidos por el cuerpo de Steiner que tomó una apariencia dorado-plateada-rojiza, los colores cambiaban como un arco iris.


    –¡Es imposible que sea tan estable! – repuso Silver para si mismo.
    En eso Steiner abrió sus ojos, posicionó su espada mirando hacia el suelo a un lado suyo y comenzó a correr como un poseído a través de la coraza, saltando al castillo de proa avanzado por la coraza y tomando por la pequeña protuberancia que era el gran cañón frontal y saltando en la punta. Sin embargo el gran dragón no era estúpido, conocía el poder de esa espada y sentía la energía del guerrero, así que batió sus poderosas alas y esquivó la estocada de Steiner, ahora Steiner estaba cayendo libremente a una tremenda altura, mientras el dragón se reposicionaba ahora directamente sobre la nave abriendo sus inmensas fauces para revelar una gran esfera de plasma eléctrico que se acumulaba para partir en navío a la mitad, ¿quien podría salvarlos ahora? Todos los miembros de la tripulación que observaron eso pasaron del blanco al morado, sentían como su cuello se angostaba y sus esfínteres les fallaban nuevamente.
     
  11.  
    joseleg

    joseleg Usuario común

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    XXV
    RENZOKUKEN


    El Gran dragón abría sus fauces liberando ya algunos destellos eléctricos, mientras Silver desenfundaba su sable. Entonces se escuchó una tremenda explosión en seco y luego otra, luego vieron a Steiner que volaba raudamente a través del cielo envuelto por una aura semitransparente


    – ¿Ese maldito sabe volar? –se preguntó Delita.


    Entonces, vieron que Steiner giraba en el aire tratando se acomodar su cuerpo “Delita se burlo en el pensamiento, era obvio que volaba por un impulso externo, como una bala, por mas que tratara de cambiar la posición de su cuerpo, el seguiría un una trayectoria uniforme y rectilínea”


    –¡FIRE! – gritó Steiner sin dejar de empuñar la Excalibur con sus dos manos, de sus pies resonó la tremenda explosión de fuego que lo lanzó disparado en una nueva dirección, ¡ahora si agarraría al Gran dragón!


    La explosión que catapultó a Steiner directamente contra el cuerpo del dragón golpeándolo una y otra y otra y otra y otra vez, la armadura vital del dragón se retorcía tanto con cada impacto que la hoja de la Excalibur realizaba contacto contra las duras escamas que salían volando envueltas en llamas, un otras otro golpeaba Steiner sin pensar en nada, diez, veinte, treinta golpes que ya empezaban a roer la carne del dragón hasta revelar las costillas, la fricción era tal que las escamas y la carne se convertían en fuego y la sangre que manaba de las horribles heridas se convertía en vapor hirviente, luego Steiner clavó la espada mientras el dragon lanzaba su ya incontenible ataque, sin embargo el dolor le hizo fallar el tiro, mientras Steiner se aseguraba en el costado del dragón y comenzaba a corroer con la espada clavada generando un profundo corte, hasta la espalda y da allí cambiando de dirección hasta la nuca, luego saltó y en lo alto giró nuevamente, otro FIRE lanzado con sus pies se escuchó, mientras el cuerpo de Steiner era lanzado a toda velocidad contra la nuca del Gran dragón cortándole el cuello y separando su cabeza del cuerpo, Steiner comenzó a caer junto a la criatura, pero una vez mas utilizó la extraña habilidad de catapultarse para elevarse hasta la nave, sosteniéndose de la borda. Silver y Delita la dieron la mano, mientras Steiner ponía pié en la cubierta, el aura del dragón se desprendió de su cuerpo elevándose hasta donde estaba Steiner uniéndose a el y haciéndolo “solo un poquito” mas fuerte. Era extraño, a pesar de haber lanzado un Limit no se veía agotado, ni siquiera su temperamento se veía alterado, estaba tranquilo, su rostro no reflejaba su apariencia normal, no era ni cómico ni trágico, por un momento los muchachos observaron la expresión original de Steiner.


    –Espero que lo hallan visto, por que no se repetirá –dijo Steiner mientras se retiraba a sus habitaciones.


    –Controlar a voluntad el Limit –dijo Delita –como es que aun puede moverse después de liberar tanta energía, ¡su sistema nervioso debería estar carbonizado! –


    Silver observó a Steiner, para luego mirar su propia mano.


    La muerte del Gran dragón evitó que otros dragones los atacaran, pero no evitaba que algunos se acercaran a la nave, ante el terror de todos los que la operaban. Algunos se acercaban peligrosamente, pero ninguno atacó hasta que llegaron al estrecho, que separaba al golfo de los dragones con el lago de Zuliat.




    Unas cuantas horas después de haber escapado de la persecución de los dragones, la nave comenzó a descender gradualmente al agua. Delita se preocupó y se dirigió al puente.


    –¡Oficial en el puente! –dijo uno de los miembros de la tripulación al llegar Delita.


    –Capitán, por que estamos descendiendo? –


    –Su excelencia, ¿es que no lo sabe? –preguntó el capitán –las naves no pueden sobrevolar las áreas cercanas a un templo –


    –¿Y que estúpida superstición es esa? –


    –No es ninguna superstición Delita –respondió Silver, que había estado conversando con el oficial de navegación –la energía de los templos causa interferencia con las maquinas mágicas, deberemos descender y navegar a la “antigüita” –




    La nave acuatizó, cerrando todos los ductos de ventilación de las proyecciones laterales de la nave, para que el agua salobre no ingresara al cuarto de maquinas. Todo el vapor fue conducido a las chimeneas menores que salían por la parte superior de la torre de popa, por lo que no se le podría dar mucha energía a las aspas. Mientras las alas de la nave fueron recogidas y puestas en vertical para servir como velas. Avanzaron lentamente hasta que dos horas después del anochecer encontraron una pequeña isla sobre la cual se levantaba un templo.


    El templo tenía forma circular, era una construcción de un solo nivel, hecha en mármol, el techo era una bóveda de mármol sostenido sesenta pilares al estilo oriental. Sobre lo que parecía ser el frente del templo había una inscripción en un lenguaje antiguo y oscuro para la mayoría de las personas, y sobre el había una escultura en altorrelieve de una mujer mitad pez que sostenía una lira y a su alrededor algunas esculturas menores de espíritus acuáticos.


    –No es algo muy masculino –dijeron algunos miembros de la tripulación con algo de burla.


    –Pero es raro –contestó Silver –la sorpresa es un arma preciada en un combate real –


    La nave se detuvo a una buena distancia de la isla, cuando sintieron que el barco ya empezaba a rozar la tierra. Silver saltó y lanzó su sable hacia la playa con toda su fuerza. Luego se lanzó por la borda y comenzó a nadar hasta que llegó a la playa.


    –Tienes hasta la media noche –gritó Steiner –si no regresas antes, deberás buscar una forma para llegar tu solo hasta ¡Cartago! Ja Ja Ja –


    –Bastardo –dijo Silver para si, tomó su sable e ingresó en el oscuro recinto.

    Cornelio regresó triunfante a las aguas, donde fue recibido con todos los halagos y elogios de un héroe de guerra. Lo mismo sucedió con Ada, con lo que había hecho en el campo de batalla, el consejo de la academia le dio el titulo oficial de Seed, una guerrera graduada de La Academia, era ahora una especialista en el combate.


    Ella seguiría siendo alumna de la academia, pues debía terminar su aprendizaje en algunas áreas, pero todos los aspectos prácticos le quedarían exentos para poder cumplir misiones. Aun así ella no estaba satisfecha, por un lado, la salud de Cornelio se estaba volviendo más inestable, por otro lado, los verdaderos culpables de la muerte de un amigo suyo estaban libres y finalmente las personas de Las Aguas, tanto los civiles, como los estudiantes le comenzaron a tener miedo. Se sentía sola y aislada del resto del mundo, sin embargo decidió tomar definitivamente su lugar como la comandante de los invocadores de la Academia.






    Kefka avanzaba por un pasillo oscuro, hecho de metal sólido observando un pergamino que estaba firmado por los oficiales Beoulve y Leone.


    En eso sintió la presencia de alguien.


    –Ho ho ho, hee hee hee, ya vez, por confiar en un incompetente ¡ahora estamos en problemas! –dijo la voz


    –Estaría en problemas, si los senadores del norte no fueran una partida de ignorantes pretenciosos –contestó Kefka con un tono de voz que nadie le conocía, una voz grave y fuerte –no son mas que una partida de cobardes, que solo desean acrecentar su propio poder. Son tan patéticos que las mentiras que le dicen al pueblo se las tragan ellos mismos. Solo será cuestión de agitar sus miedos un poco para que se pongan de mi parte –


    –Ho ho, hee hee hee, ¿y crees que el par de niños se quedara con los brazos cruzados? Debes eliminarlos inmediatamente –


    –¡No! Asesinar a dos miembros de la alta nobleza despertaría algunas suspicacias indeseables –contestó Kefka


    –¿Entonces que harás? –dijo la voz –si dejas que una generación mas de triunviros se una, será difícil arrancar el control del imperio de la familia Chere –


    –Te preocupas demasiado –contestó Kefka –primero deberemos afrontar un juicio, luego nos encargaremos uno por uno de los herederos de las tres grandes familias del imperio de Gestal –






    Ada se encontraba recordando en sueños un evento del pasado, la vez que su hermano, Biggs, Wedge y varios caballeros la acompañaron en su viaje al templo de fuego en las alejadas tierras del sur, en las montañas de fuego. El camino para llegar allí no era nada censillo, había que atravesar dos pasos que estaban especialmente llenos de monstruos, como Bombas, unas bizarras criaturas que parecían esferas pero que tenían rostro, ojos negros, unos lavios en forma se cierra que revelaban un interior incandescente y unos brazos que no estaban conectados al cuerpo cque terminaban en poderosas garras.


    A pesar de que muchos estaban decepcionados con el desempeño académico de Silver, durante ese viaje descubrieron que no era ningún débil, tan solo Biggs y Wedge siempre habían tenido fe en el. Fue Silver quien derrotó a la mayoría de los monstruos que se les opusieron durante el trayecto.


    El templo del fuego era una estructura rectangular agradable a la vista, con ocho columnas en el frente y dieciséis columnas a los lados, que sostenían un pesado techo pintado de rojo. Sobre el dintel de la puerta se hallaba la escultura de un genio envuelto en llamas con cara de león u cuernos de toro y a su lado una serie de criaturas entre ellos una bomba.


    Todos los caballeros temblaron ante la presencia de ese lugar. El templo de fuego era el lugar mas popular para adquirir un espíritu de invocación, pero eso no quería decir que fuera fácil. Des cien intentos dos lo lograban, cuatro regresaban vivos y cuerdos, ocho regresaban vivos pero dementes y el resto moría para convertirse en combustible para las insaciables llamas del señor del fuego. Muchos miembros de la mediana y baja nobleza intentaban capturar al Ifrit a cortas edades como una prueba de su ingreso en esa clase social, y la mayoría perecía en el proceso. Virtualmente todo caballero tenía un familiar que había muerto en ese templo solo por el deseo de no depender de Auracits para conjurar hechizos.


    –Biggs, Wedge –dijo Silver observando el interior del templo del fuego –quédense aquí y cuiden a esos gallinas que se dicen clientes de la familia, yo cuidaré que mi hermana obtenga su mascota mágica –luego volvió la mirada a sus sirvientes y a su hermana con una expresión afable y calida, para luego volver la mirada a la oscuridad del templo y sumergirse en ella. Cuando la mayoría de su cuerpo estuvo cubierto en sombras llamó a su hermana, para que lo acompañara en su viaje.






    –¡Hermano!!! –gritó Ada levantándose de la cama. Se encontraba ahora en la misma habitación que hacia varios meses Silver había ocupado.


    –Mejoraste rápido –dijo la doctora Kodowaki –se nota que eres hermano del flacucho de Silver –


    –Hermanos –dijo Ada con voz agria, como recordando las sombras de un pasado que preferiría olvidar, sombras y llanto, sentimientos extraños que la invadieron junto con un profundo sentido de vacío.


    –¿Dónde está mi hermano? – preguntó Ada como ida


    –Silver ha sido convocado por el emperador Celios a la capital por razones de estado –repuso la doctora mientras cerraba las cortinas, a fuera una tarde oscura y deprimente se cernía sobre las faldas de Monte Cerrado –


    – Me dicen los exámenes que te sobrepasaste en un combate, y utilizaste un Limit. Es impresionante la fortaleza de tu lindo cuerpecito, pero mejorarás, definitivamente se nota que eres descendiente de los Leone, la gran familia de occidente – dijo la Doctora Kodowaki –otros generalmente pierden el movimiento durante varios meses después de realizar esos ataques, tu solo requerirás de unas cuantas semanas de descansó –


    –¿Semanas? no tengo todo ese tiempo, debo volver al este, la guerra –


    –La guerra contra el imperio Latino ha terminado mi pequeña –dijo la doctora interrumpiendo a Ada, se ha promulgado una alianza sagrada, la alianza durará por lo menos cinco años –


    Ada recordó entonces una discusión que había tenido con su abuelo, justo antes de salir a su batalla con Elmdore. Apretó las cobijas que la cubrían con fuerza y frustración.


    –¿Donde esta mi abuelo en este momento? –


    –Camino a Vector, Lord Balbanes ha sido convocado también. Pero que hora es, tengo que irme mi niña, descansa un poco, si me necesitas solo toca aquella campanilla –dijo la doctora Kodowaki, luego ella abrió la puerta y se retiró. Pasaron unos cuantos minutos mientras Ada recordaba los instantes de su batalla con el Conde y lo débil que se había sentido, lo pequeña que era en comparación con el.


    Entonces la puerta se abrió y entró por ella un personaje que Ada jamás esperaría encontrarse en su vida, era Lord Kefka Soren Pelazzo, ataviado con si estrafalaria indumentaria para las colonias sureñas acostumbradas a una estética mas rustica y utilitaria. Su rostro estaba todo cubierto con base blanca, lo que le confería un aspecto espectral.


    –Mi señora Ada es un gusto poder saludarla después de su heroico desempeño –


    –¿Que quieres? –dijo Ada con desconfianza


    –Bueno, es que el cenado me ha mandado una carta extraña y confusa –dijo Keflka con una extraña inflexión en su voz – El senado está preocupado de que se genere una guerra civil –


    –¿Una guerra civil? –preguntó Ada


    –En efecto –dijo Kefka –verá usted, el emperador a convocado a los lideres de las familias del “triunvirato” y también a los descendientes de ambas familias, dos en especial tienen la mayor posibilidad de convertirse en la cabeza de sus respectivas familias, la única hija del emperador, la señorita Celes y el segundo es vuestro hermano Silver Cornelio Leone. Muchos creen que el emperador planea casar a su hoja con el o con Delita y proclamar una vez mas la monarquía absoluta. Lo que conllevaría a que la familia excluida declare la guerra al estado –


    –¡Eso es absurdo! –interrumpió Ada sintiendo un espasmo en su torso “aun no se recuperaba de su batalla” –mi hermano –dijo jadeando –mi hermano jamás se prestaría para eso, el jamás lo haria el, el… –


    Kefka observó con éxtasis esa sensación de impotencia que la chiquilla destilaba cuando hablaba de su hermano.


    –Mi abuelo jamás se prestaría para eso –dijo Ada finalmente agobiada por mil pensamientos.


    –Pero si ya se ha prestado al establecer el gran triunvirato –repuso Kefka –gracias a eso, la libertad ha desaparecido de todo Gestal, los ideales de la antigua democracia, donde todos éramos libres de decidir a nuestro gobernante quedaron atrás por la ambición de Lord Celios. Ahora el anciano planea establecer una dinastía real fusionando su casa con una de las dos mas poderosas y destruyendo finalmente al senado –


    Ada lo observó de soslayo


    –Que tengo que ver yo en toda esa sarta de sandeces que me está diciendo, general –


    –Mi señora, no debe tomar a mal mis intenciones, no deseo el mal de las familias, ni tampoco deseo que un tirano inserte su tiranía en alguno de los mas excelsos jóvenes de nuestra patria destruyendo las pocas libertades que nos quedan –dijo Kefka con un tono y un convencimiento que encantarían al auditorio mas frío y escéptico – mi deseo es alertar a los miembros de ambas familias para que eviten esta debacle, influyendo en los dos muchachos para que no se presten a ese juego. Mi señora Ada, debe advertirle a su hermano sobre todo esto, debe recordarle que su lealtad es para la nación, antes que para su familia y en ultimas debe hacer recapacitar a su abuelo, para que deje de ser una marioneta del tirano de Celios –


    Ada había sido públicamente una de las mas fuertes defensoras del sistema democrático y de las libertades que el representaba en el antiguo sistema destruido parcialmente por la alianza de su abuelo con los miembros de la casa de Chere y la casa Beoulve hacia treinta años. Sin embargo jamás había cuestionado directamente a su abuelo o al emperador. Kefka sabía la voluntad política de Ada junto con otras cosas que ella deseaba ocultar a todos, y en especial a ella misma. Por eso estaba turbada, trataba de refrenar sus sentimientos a la vez que tenia que enfrentar la poderosa y venenosa inteligencia de Kefka, que sin embargo parecía en ese momento el individuo mas racional de todo Gestal, en esencia ella estaba de acuerdo con el, pero aun así algo en su corazón le decía que debía mantenerse alerta con el, recordando el trato que el le había dado en la batalla de Balastera.


























    XXVI
    EL ARPA DE ORO Y ELVORET


    Silver se hallaba ahora al final de un gran pasillo construido con trozos de coral y zafiros que generaban una luz azulada que iluminaba el recinto. Atrás se encontraban unas escaleras en caracol que conectaban el centro del círculo de templo con el recinto donde se encontraba ahora Silver. En frente se abría una serie de grutas laberínticas construidas también de coral y zafiros.


    – Deberían construir los templos directamente en los santuarios, ¡no sobre las grutas que dan acceso a ellos! –dijo Silver maldiciendo su suerte –el laberinto de Ifrit era casi igual, ¡que fastidio! me tomé como dos días para encontrar la ruta en ese templo, ¿¡y ahora es fastidioso de Steiner desea que lo haga en dos horas!? (…) – terminó con un suspiro de pereza y fastidio.


    En ese momento, por la gruta de la derecha escuchó un pequeño susurro, como una tonada que se tarareaba a lo lejos que no podía identificarse claramente, pero que sin embargo se sentía extrañamente conocida.
    Sin saber realmente porque, o tal vez tomándolo como un designio divido, Silver tomó ese camino. El camino serpenteaba por aquí y por allá, y en cada bifurcación Silver se quedaba quieto, para escuchar la tonada, que se hacia cada vez mas y mas fuerte. La tonada se hacia mas viva, ahora podía distinguirse una voz y un instrumento de cuerda que emitía sonidos tan dulces que cualquier humano podría quedarse allí extasiado por horas y horas solo con la felicidad de que aquellas notas llegaran a sus oídos.


    Unos cuantos minutos después, Silver llegó a una gran gruta, el doble de amplia que el templo de la superficie con por lo menos diez metros de altura, y en medio estaba una doncella de cabello azul tocando un arpa dorada.


    Silver caminó tranquilamente hacia ella, observándola y mas que todo escuchándola. Al aproximarse, se dio cuenta de que estaba desnuda y que la cubría únicamente una enorme cabellera azul, que le ocultaba discretamente el busto y el vientre.


    Silver se sentó a unos tres metros de distancia de ella, mientras podía observar el arpa. Era esta, un arco hecho de un metal similar al oro, pero más brillante, las cuerdas eran del mismo material, cada vez de los sinuosos dedos estiraban uno de estos filamentos, estos desprendían unos destellos de un color característico, muy brillante. Era extraño, ahora que lo pensara, cada nota estaba acompañada de un sonido, de un color, de un aroma, un sabor y una sensación característicos, todos los sentidos eran estimulados por aquella maravillosa arpa.


    Silver se sintió reconfortado por los momentos tranquilos de la tonada y envalentonado por los movimientos rápidos y diestros, pero en ningún momento dejo de estar conectado con la realidad.


    De pronto, cuando la tonada empezaba a tomar su clímax, esta se detuvo súbitamente.


    –¿Porque no me atacas? –dijo la doncella, con su dulce voz.


    Silver se puso rojo, y miró hacia el suelo.


    –Todos los que han llegado hasta aquí, han buscado poseerme de alguna forma, ¿acaso tu eres la acepción? – dijo la doncella.


    –¿Quien eres tu? –preguntó Silver


    –Yo soy la elegida para resguardar la pureza de las aguas de este mundo –dijo la doncella –alguna vez combatí la avaricia de aquellos que deseaban convertir las aguas en un retrete asqueroso, o que deseaban llevarse de los mares toda su riqueza, mas ahora solo soy una herramienta de los humanos –


    Silver se levantó, y comenzó a caminar en torno a ella extrañado.


    –Eres… ¿Sirena? –preguntó Silver mirándola a los ojos, unos ojos brillantes y azules como el océano mas profundo con pupilas como de gato.


    –Los humanos me han llamado así desde épocas antiguas –repuso Sirena.


    –Pero, recuerdo que la Sirena que convocó Yuna era diferente, tu rostro es parecido, pero tus orejas, tus piernas, ¡eres una humana! –


    –Todos nosotros lo fuimos en alguna ocasión –respondió ella


    –…–


    –Entonces, ¿deseas poseerme? –preguntó Sirena con un tono muy sensual y al mismo tiempo aparentemente inocente.


    Eso sonaba a tan doble sentido que Silver se puso rojo y un poco nervioso.


    –No, no, (…), he, bueno, mire, mi señora –dijo Silver arrodillándose ante Sirena con gran reverencia –yo soy solo un ser humano que busca su gracia –


    –Interesante –dijo Sirena con una sonrisa solapada –el ultimo que vino hasta aquí cortó la cabeza de este cuerpo para poseer a una de mis sombras, otros han deseado poseer este cuerpo y han terminado así –dijo Sirena mostrando los cadáveres desecados de varios hombres “¡con los pantalones abajo!”


    –Otros – continuó Sirena –han muerto por el placer que les provocó la tonada. Pero tu te vez diferente, dime, ¿escuchaste la tonada y te sentiste tan absorto que no pudiste respirar? O ¿lograste sentir algo mas? –


    –Vi, vi unos colores que despedían las cuerdas, y también unos aromas, sabores, sensaciones, es como si cada nota estuviera asociada a todos mis sentidos al tiempo, no solo al oído –repuso Silver


    –Interesante –repuso Sirena –aquel con el espíritu de Leon fue el único en percibir eso, hace ya mucho tiempo. ¿Sabes que un artista se siente realmente alagado cuando alguien entiende en verdad su obra? Gracias–


    –De nada mi señora–


    Se hizo el silencio durante unos minutos.


    –¿Deseas que te ayude en tus batallas, no es así? –dijo Sirena


    –Bueno, la verdad es que –Silver no lograba encontrar las palabras adecuadas


    –La verdad es complicada mi pequeño –dijo Sirena –solo respóndeme esta pregunta, ¿me trataras como una herramienta o seré para ti una deidad? –


    –Mi señora, puesto que como usted dijo que había sido un ser humano en el lejano pasado, la trataré como eso, un humano, aunque no lo sea mas – dijo Silver, quien era renuente a todo individuo que se profesara como divinidad, con ascendencia divina o con autoridad divina “los sacerdotes de la iglesia de Murond habían instigado a su abuelo muchas veces por esa tendencia tan sacrílega de su nieto”.


    –Buena respuesta mi pequeño –respondió Sirena –pero antes deberás pasar una prueba –


    –¿Cual prueba? –preguntó Silver


    –¿Estuviste frente a Ifrit? –preguntó Sirena


    –Si–


    –¿Y? – preguntó Sirena


    –Ni siquiera nos habló, se nos abalanzó para destruirnos – dijo Silver –pero, ¿no existe otro modo? –


    –Ifirt representa al espíritu indómito, al valor en su estado mas puro e incontrolado, tal vez por eso los humanos se sienten tan fascinados por el, y por eso es que piensan que todos nosotros ponemos la misma prueba –dijo Sirena –eres el segundo al que le pondré “mi” prueba –


    –¿De que se trata? – preguntó Silver


    –Extiende tus manos –dijo Sirena, a lo que Silver obedeció. De la nada una réplica del arpa de Sirena apareció en sus manos.


    –Toca –dijo la Sirena en un tono serio –si tu canción me gusta, iré con tigo, de lo contrario te quedarás aquí como mi guardián para toda la eternidad –


    Silver se hallaba en problemas, solo se sabia una canción en arpa, era una canción que le tocaba a su hermana cuando eran pequeños siempre que ella se sentía triste por la ausencia de su padre.


    –Bueno, no hay de otra, es lo único decente que se tocar en este armatoste –dijo Silver no muy convencido.


    Silver comenzó a tocar una canción lenta y suave, una tonada extremadamente melancólica en sus primeros movimientos, pero que a lo ultimo se hacia rápida, infundiendo un sentido de esperanza y valor.


    Sirena pudo unirse a la mente de Silver absorbiendo para si aquellos sentimientos.


    –DESDE AHORA UNA PARTE DE MI VIVIRA EN ESTE LUGAR DE TU MENTE MI NIÑO, ATESORARÉ ESTE RECUERDO HERMOSO PARA TI Y PARA MI, ESTA SERÁ LA CASA DE UNA DE MIS SOMBRAS, UNA QUE SERA FELIZ, GRACIAS A TI…–


    Cuando Silver recobró la conciencia encontró su mano empuñada, y cuando la abrió encontró el mechón de cabello que le había ofrecido a la Sirena que había convocado Yuna como tributo. Silver dejó el mechón de su cabello en el lugar donde había estado sentada el espíritu humano de Sirena con gran reverencia, luego se irguió nuevamente con gran orgullo.


    –Bueno, se supone que ahora puedo usar magia –dijo Silver mirándose la mano no muy convencido, luego la estiró apuntando hacia un montículo de rocas, pero la empuñó y la bajó con una sonrisa de seguridad dando un suspiro y diciendo a lo alto –No te usaré apara cosas banales o para incrementar mi ego o mi prestigio mi señora de las aguas, solo espero que cuando llegue el momento me prestes tu ayuda –




    Silver emprendió su viaje de regreso, pero justo en ese momento comenzó a temblar, de una de las prominencias de coral de aquella gran cueva emergió una criatura extraña.


    Alas de murciélago, brazos de ser humano, y un torso que se hacia mas pequeño para terminar en un grueso aguijón. Su rostro parecía humano, pero en lugar de boca tenia una prominencia metaliza que parecía como una barba de los hombres de Esthar pero no de pelo si no de metal, de sus cienes emergían dos cuernos cortos pero gruesos con la misma textura de la prominencia de su “boca”.


    Silver desenfundó su sable y se puso en guardia.


    –La Sirena es mia, ella debe estar en mi interior – decía la criatura directamente a la mente de Silver –ELLA PERTENECE A ELVORET, ELLA ME PERTENECE A MI –


    Elvoret comenzó a agitar sus alas fuertemente, levantando una gran cantidad de escombros, Silver se mantuvo en posición durante un rato expandiendo su armadura vital para permanecer en su lugar y que los escombros no lo golpearan, pero en un instante, cuando sobre el vino una oleada de polvo desapareció, todas las rocas y pedazos de coral impactaron fuertemente contra una de las paredes mas planas y sólidas de la cueva.




    Silver giró en el aire para que sus pies dieran contra la pared, acumulando todo su poder en sus piernas, dio un salto que lo mandó directo sobre Elvoret impactándole con la espada en el pecho, aunque el filo de la espada no penetró en la esquelética parte del cuerpo, Elvoret retrocedió en el aire hasta casi caer, luego Silver dio un salto para girar y nuevamente golpear en el torso de Elvoret esta vez derribándolo, pero Elvoret lo golpeó con una de sus garras, mandándolo a volar.


    Silver terminó a lo lejos revolcándose en el suelo. Si bien las garras no habían penetrado, la energía del golpe fue lo bastante fuerte como para causarle varios hematomas en el costado y en el brazo, mientras Elvoret volvía al aire. Entonces Elvoret extendió sus manos, mientras un aura negra lo rodeaba.


    Silver sintió entonces que todo su cuerpo le dolía horriblemente, cada fibra nerviosa cada centímetro de piel, era como si alguien cogiera cada neurona del dolor y la aplastara con una pequeña aguja. Los ojos de Silver se pusieron rojos, mientras de su frente brotaba sudor mezclado con sangre.


    –ENTONA ESTA NOTA MI PEQUEÑO, ♪ –dijo Sirena, Silver sin pensarlo dos veces abrió su boca y entonó una nota grave pero poderosa que resonó en todo el lugar, su cuerpo dejo de dolerle al instante, y justo a tiempo, para esquivar una serie de escombros que había lanzado Elvoret con sus alas, su armadura vital se habia consumido casi en su totalidad con el puñetazo de la criatura.


    Elvoret volvió a extender sus brazos pero justo en el instante en que Silver comenzó a sentir aquel irracional dolor, el abrió nuevamente su boca y entono aquella poderosa nota. En eso pudo ver que Elvoret disminuía su altura de vuelo, debido al esfuerzo de realizar un “hechizo”. Silver comenzó a correr y saltando sobre el torso de la criatura, volvió a atacar, un de los golpes fue tan fuerte que mandó a la criatura contra el suelo, mientras Silver cargaba energía en la hoja del sable, y luego de un sablazo envió la espectral hoz de energía contra el Elvoret en el suelo, generando una gran explosión, mezclada con sangre negra. Sin embargo, la criatura aun no estaba derrotada aunque si muy debilitada, al igual que Silver, quien ya estaba respirando rápida y profundamente.




    Silver se preparaba para realizar el ataque final cuando observó al cuerpo de Elvoret ser dividido a la mitad hábil y elegantemente por la hoja de Excalibur.


    –¡Maestro! –dijo Silver, mientras Steiner reenfundaba a la poderosa espada en su espalda –¿que hace usted aquí? –


    –Solo paseaba un rato –dijo Steiner con sarcasmo, mientras Silver sentía como si le echaran un baldado de agua fría.


    –Ese era mio – repuso Silver respirando profusamente, mientras el aura de Elvoret se convertía en energía pura que era repartida entre los cuerpos de Silver y Steiner.


    –Te envié por un espíritu de invocación –dijo Steiner con su rostro cómico –lo demás corría por mi cuenta –


    –Un momento –dijo Silver con desconfianza –usted no hace favores así por que sí –


    –Bueno, digamos que preferirías combatir contra diez de esos –dijo Steiner con su rostro cómico señalando los restos del Elvoret –a lo que tendrás que hacer en una hora –terminó diciendo con su rostro trágico.


    –Que lata –repuso Silver para si mismo, siguiendo a Steiner a la salida.






    Una vez en la nave, todos le pidieron a Silver que convocara a Sirena para ver como era la criatura de las aguas, pero Silver simplemente les dijo


    –No es posible –


    Algunos pensaron que no lo había capturado y que Steiner le había salvado el pellejo, sin embargo Silver era inmune a los comentarios. Desde pequeño se había aislado de los comentarios de otras personas haciéndolo inmune a la presión social, pero haciendo que la interacción social con otras personas le fuera muy difícil, lo que para muchos era algo instintivo, para el era una ciencia que debía estudiarse, entenderse y practicarse, los diálogos que sostenía con las mujeres eran un tanto complicados para el, pues requerían de escuchar mucho “algo muy difícil cuando tu primer instinto es pasar de largo y contestar a todo, ajá”.


    Navegaron unas horas hacia el oriente hasta que dieron con una formación rocosa.


    –Bien alfeñiques, solo tengo que hacerles una advertencia –dijo Steiner con su rostro trágico – el entrenamiento que están a punto de experimentar es vital para efectuar los ataques del RENZOKUKEN, pero también incrementará substancialmente todas su otras técnicas, en suma evitará que sus nervios terminen hechos polvo en combate; pero realizar el entrenamiento es duro, muchos de los que han pretendido ser mis discípulos han muerto en esas rocas que ven allá, si desean ir será por su cuenta y riesgo –


    –No soy un cobarde –dijo Delita con una expresión audaz, a lo que todos los hombres de la nave presentes rindieron homenaje y respeto.


    –Bueno, hay vamos pues –dijo Silver no muy convencido, por lo que todos lo tomaron como un poco cobarde.




    La Frontera del norte, el limite de la civilización de Gestal, allí el gran glaciar del norte se ha detenido y a levantando un inmenso muro cristalino del cual no se conoce que hay mas allá. Allí en esa tierra asolada por ventiscas y ataques de tribus nómadas fue desterrada la única hija del emperador Celios por haber desobedecido una orden del senado para casarse con un príncipe bárbaro de occidente.


    –Cásate con el príncipe o aprende por las malas el camino de la guerra para combatir a su padre –fue el imperativo del senado en pleno, mientras su padre permanecía en silencio. Celes Fiel a su orgullo como la única hija de Celios el gran pacificador optó por la segunda opción, fue llevada entonces a la gran fortaleza del norte a recibir un entrenamiento desde soldado raso.


    La princesa sin embargo era una gran guerrera, de hecho poseía una habilidad innata, ella podía conjurar por su propia cuenta hechizos naturales del elemento frío sin necesitar gemas auracit o a Shiva; y era muy buena en eso, a demás de ser extremadamente rápida e inteligente. Su espíritu era puro como la nueve, pero su temperamento era frío como el hielo, su rostro parecía la estatua de una diosa, hermoso pero casi inexpresivo. Su cabello era rubio casi platinado y reflejaba la escasa luz del Sol de una forma que encantaría hasta el mas duro corazón de un hombre, este iba atado arriba de la nuca en forma de cola de caballo dejando ver claramente el arco del cuello fino y terso, sus ojos eran de un azul profundo, mientras su piel era clara como la nieve, físicamente era el arquetipo Gestaliano, el ideal de su generación y de su cultura, con curvas pronunciadas pero no exageradas todo en su cuerpo reflejaba una armonía en belleza, inteligencia, fuerza, velocidad y destreza. Se le había otorgado el titulo de Seed un año después de su destierro a los trece años, ahora cumplía quince y se le había dado el titulo de comandante y segunda al mando de la fortaleza del norte.


    Celes permanecía en la sima de una de las torres de vigilancia observando al gran glacial absorta en sus pensamientos.


    –Mi señora un mensaje del emperador –dijo un soldado con gran reverencia.


    Celes lo observó con una mirada cálida, cosa que hacia únicamente con sus subordinados, recibiendo el paquete de forma gentil.


    Celes abrió la carta y leyó rápidamente, regresaría a Vector por un tiempo, seguramente para ser obligada a casarse con algún otro debil arrogante o a ser desterrada a una frontera aun más salvaje “si es que era posible”




































    XXVI
    LECCION


    Steiner tomó una pequeña roca de aquel lugar. Era un pequeño islote hecho de rocas grises, sin nada vivo alrededor.


    –Las rocas de este lugar tienen la capacidad de absorber grandes cantidades de energía mágica –dijo Steiner expandiendo su energía mágica y haciéndola fluir excesivamente hacia la roca, que comenzó a brillar y finalmente se rompió convirtiéndose en polvo.


    Delita de forma confiada trató de hacer lo mismo, pero cuando hubo reunido cierta cantidad de mana en su mano esta se disolvió en el aire como si nada.


    –Las rocas sobre las que estas parado absorberán tu energía a menos que seas capaz de depositar toda la que tengas en un solo punto de golpe y porrazo –dijo Steiner


    Silver tomó una del mismo tamaño, confiado en sus habilidades, pero por mas que forzó el flujo de mana no consiguió que esta reaccionara un ápice, lo peor es que cuando intentó detenerse, la roca lo jalonó haciendo que perdiera la fuerza de las piernas.


    Silver terminó en tierra arrodillado respirando rápidamente y sudando en gran cantidad.


    –Muy buen intento cadete, pero si intentan parar, las rocas también absorberán un poco de su energía vital –dijo Steiner con sarcasmo –si logran establecer contacto con la roca que tienen en las manos sin que su energía se disperse por la composición de la isla, la roca absorberá energía de forma que ustedes solo tendrán una opción posible, aumentar el chorro, sin intentan cortar antes de que la roca se rompa esta los chupara como con un pitillo –


    –Tienen hasta el amanecer par de alfeñiques –continuó Steiner – verán aun ahora que hablamos, estas rocas están succionando su energía, si mis cálculos son correctos, después del amanecer ya no tendrán la energía minina requerida para romper la roca, y de hecho estarán tan exhaustos que se morirán ja ja ja ja ja –






    Tanto Delita como Silver observaron de mala gana a Steiner pero no dijeron nada.


    Mientras Delita comenzó a concentrar todas sus fuerzas en reventar la roca, Silver permaneció pensativo. Delita se dio cuenta de la inactividad de Silver y se detuvo de inmediato.


    –Planeas usarme como conejillo de indias, ¿no es así? –


    –Tal vez si, tal vez no, ¿quién puede saberlo? –dijo Silver arrojando la roca y sentándose en un lugar cómodo apoyando su cabeza sobre una piedrecillas molidas que parecían ya arena.


    –¿No piensas entrenar? –preguntó Steiner –aunque sobrevivas al amanecer, te mataré yo si no pones esfuerzo en tu entrenamiento –


    –Esto no se trata de fuerza –contestó Silver con un talante mas serio –Existe un truco, ¿no es así maestro?, si lo intentamos a lo tonto terminaremos como ese compañero de allá –Silver señaló a un cuerpo semimomificado que vestía un traje de mediana nobleza, una armadura fina con ribetes de oro.


    Delita guardó silencio, entonces de un momento a otro sintió un leve mareo, la piedra que aun sostenía en la mano aun se estaba tragando su mana, el la arrojó inmediatamente.


    –Son sifones de mana –dijo Silver –parece ser que en cuanto absorben el mana lo liberan al espacio, si deseamos romperlas debemos hacer fluir mas mana que el que liberan de lo contrario solo lo gastaremos a lo tonto –


    –¿Y como planeas lograrlo allí sentado? – preguntó Delita


    –Las ideas vienen a mi mente después de un sueño –dijo Silver serrando los ojos –ya veremos en unas horas –


    Delita se puso colérico, mientras Steiner sonreía, pero no dijo nada. En lugar de atacar a Silver, Delita se sentó a estudiar la roca con su mirada fija en ella y los brazos cruzados.


    Así pasó minuto tras minuto de una noche fría y llena de mosquitos chupa sangre que se metían debajo de la piel, Delita perdía rápidamente la calma ante estos desagradables comensales, pero Silver simplemente se rascaba la cara de forma inconciente y volvía a un sueño profundo pero intranquilo.



    Ada estaba vestida con un largo camisón de lana blanca que le llegaba a los tobillos de mangas amplias y largas que le cubrían las manos, se hallaba sentada en frente de uno de los ventanales de la torre de los alquimistas. Tras de ella se encontraba Reino, quien no se separaba de ella desde que corrió el rumor de que Lord Kefka la había visitado.


    –Reino –dijo Ada –crees que, un rey, ¿seria lo mejor para nuestra nación? –


    –¿Por que me lo pregunta mi señora? –dijo Reino un tanto extrañado


    –Por muchos años, Gestal ha crecido como una nación en la cual las opiniones de muchos cuentan, se enorgullecía de ser la luz de la civilización, todos iguales ante la ley –dijo Ada –pero mi abuelo no parece compartir esa opinión –


    –Eso es porque ese sistema se presta para la corrupción –contestó Reino –la gente pobre vende su derecho por un trozo de pan y un poco de pintura en las calles, los que controlan la ley la administran según quienes tienen mas dinero y prestigio –


    Ada giró a ver a Reino un tanto sorprendida.


    –Mi señora Ada, siento decirle esto, tal vez pierda su gracia, pero siento que debo decirlo –dijo Reino dubitativo, aunque con su expresión seria de siempre – Usted no ha visto en lo que se ha convertido Vector actualmente –


    –¿Estas diciendo que solo debería existir un gobernante? –


    –No es eso –repuso Reino –lo que sucede es que nada es perfecto, solo eso, idealizar un sistema de gobierno es la ruta mas fácil a caer en el caos, en toda comunidad existe quien se aprovecha de los demás, es algo con lo que los humanos siempre han vivido y no lo pueden evitar –


    –…–


    –¿Por que me mira de esa forma mi señora Ada? –preguntó Reino debido a que la mirada de Ada no se despegaba de sus ojos tratando de descubrir algo.


    –¿Por que no te cuentas como humano? –preguntó Ada cambiando el tema


    Reino desvió la mirada.


    –Yo soy solo, “un experimento” –dicho esto Reino no dijo mas.






    Silver se vio a si mismo en la villa de los Leone con la canción que había tocado en la cueva como un ritmo de fondo, caminó un rato, hasta que se encontró con dos doncellas, una vestida con un traje amarillo, y la otra con un traje azul.


    –Hermano, hermano, mira estas flores son hermosas para llevarlas con mama, ¿te gustan verdad? – Silver asintió a lo que la niña del traje amarillo respondió con una sonrisa y salió corriendo a la mansión.


    –MI NIÑO, ¿NECESITAS MI AYUDA? –preguntó la niña del vestido azul, que era exactamente igual a la niña del vestido amarillo en todos los demás aspectos, excepto en el color del cabello y de los ojos.
    –Antes que nada, ¿por que tomas la apariencia de mi hermana? –preguntó Silver


    –El amor que sientes por ella es tan tibio, solo deseaba sentir un poco para mi –contestó el espíritu de Sirena adquiriendo la forma que Silver había visto en la cueva –¿ASÍ ESTA MEJOR? –


    –Bueno, seria más fácil hablar con tigo en tu forma anterior –dijo Silver rojo de vergüenza


    –¿ES QUE NO TE GUSTO? –Dijo Sirena con un tono un tanto lascivo –QUE MALO –


    –No, no es eso, es que – Silver no terminó de hablar cuando Sirena ya había adquirido la forma de su hermana.


    Silver se sentó en un viejo tronco, mientras lo hacía observó el arpa dorada. Silver la tomó y comenzó a tocarla suavemente siguiendo la tonada de “Prelude”, mientras Sirena comenzaba a cantar.


    Al terminar la canción Silver observó a la Sirena.


    –¿QUE DESEAS MI NIÑO? –Palabras un tanto extrañas para alguien con una figura de niña de seis años.


    –Dijiste que habías visto a alguien con el espíritu del Leon, ¿es al que yo conozco como Corazón de Leon? ¿El gran Seed matador de brujas? –


    –NO PODRIA DECIRTELO CON FRANQUESA –contestó Sirena –DEBES RECORDAR QUE SI BIEN TODAS MIS SOMBRAS ESTAN CONECTADAS A MI YO REAL, NO TODOS LOS RECUERDOS QUE ADQUIRIMOS DE NUESTROS AMOS VUELVEN CON NOSOTROS CUANDO SOMOS LIBERADOS, Y A DEMAS ESTAMOS CONFINADOS A UN RECUEDO ESPECIFICO, O SEA A UN LUGAR DE SUS MENTES, NO PODEMOS INVADIR OTROS RECUERDOS FASILMENTE –


    –Solo deseaba saber si el usaba una técnica de combate llamada RENZOKUKEN –


    –¿RENZOKUKEN? ESE LENGUAJE NO LO ESCUCHABA HACIA TIEMPO –contestó Sirena –PERO ERES UN SUERTUDO, EL RECUERDO AL QUE EL ME ATO FUE PRECISAMENTE SU PRIMER INTENTO CON ESE ATAQUE –






    –¡Eureka!!!!! –dijo Silver a levantarse del nicho de rocas con el animo encendido.


    Delita volvió en si, había permanecido casi toda la noche sentado allí tratando de hallar un método, pero al final el sueño ya había comenzado a apoderarse de su mente.


    –¡Estúpido Leone! –repuso Delita –que no ves que…–


    –Miren el que decía que se iba a quedar despierto –repuso Silver con sarcasmo, mirándolo rayado. Mientras Delita se ponía rojo de la vergüenza, y la humillación.


    –Basta de tonterías –dijo Delita –¿ya lo tienes? –


    –Tal vez si, tal vez no –contestó Silver –vino a mí en un sueño, ¿Quién puede decir si es verdad o no? –


    Silver tomó la roca y comenzó a respirar suavemente. Tardó unos minutos, casi media hora, mientras Delita lo observaba cada vez con mas fastidio, luego comenzó a notar que las imágenes alrededor del cuerpo de Silver parecían torcerse de formas extrañas, el aura invisible se había formado alrededor de Silver. El aura comenzó a expandirse, luego, las venas del cuerpo se expandieron con un pulso notablemente acelerado, mientras la sangre era llevada a los capilares poniéndolo rojo, Silver de pronto abrió los ojos desorbitados y sangrantes, concentró una tremenda cantidad de energía, no en la roca, sino en su estomago. El poder se apagó instantáneamente, pero unos segundos después, este emergió mucho mas poderoso, sus venas ya no eran de un color rojo, si no de un verde azulado, el cual iluminaba toda su piel, luego, Silver intentó concentrar energía en la roca que tenia en la mano, la cual detonó al instante, junto con varias rocas que tenia cerca, e incluso sobre la que estaba parado.




    Hecho esto Silver terminó en el suelo agotado sangrando por la nariz y la boca, con los músculos vueltos trizas, pero vivo y sin ningún daño que unas semanas en cama no pudieran curar. La sangre que terminaba en el suelo, aun emitía energía visible, en forma de una neblina pálida.


    –Alternativas –dijo Silver de forma entre cortada – escuchame Delita… La energía mágica generalmente fluye toda por las fibras nerviosas, pero, si logras concentrarte lo suficiente, puedes hacer que corra por cualquier tejido del cuerpo, puedes sacar todo tu poder de golpe y porrazo –


    –Eso de concentrase no es muy especifico –contestó Delita. Silver respiró profundamente tratando de mantenerse despierto


    –Cierra los ojos y visualiza tu cuerpo –repuso Silver –utiliza tu oído, el sonido que viaja a través de tu cuerpo te permite visualizarlo todo, cada fibra, cada tendón, cada hueso, carga tu energía del nervio al hueso y del hueso al músculo, de forma inmediata, sentirás que tu espalda se quema, pero es solo al principio, luego, toda la energía fluirá por el cuerpo entero, sabrás que lo lograste cuando la sensación de ardor se expanda… es como cuando haces un hechizo por primera vez, quedas paralizado un tiem… – dicho esto Silver quedó inconsciente.


    Delita observó la roca, y luego miró a Silver.


    –Gracias –dijo Delita en voz muy baja y con algo de enojo.


    –Bien, parece que tu rival lo ha logrado –dijo Steiner – te queda poco tiempo chico, ¿lo lograrás?–


    Delita cerró los ojos y comenzó a utilizar el sonido de su corazón para visualizar su cuerpo interior, era difícil, pero no imposible, era solo extrapolar una clase de supervivencia que habían recibido en su primer año en la academia, una habilidad que se olvidaba rápidamente.


    Una vez visualizado su cuerpo había que usar la técnica llamada Kotetsu, esta era la habilidad que Silver usaba para cargar energía en su sable y luego lanzar una cuchilla de energía a sus enemigos. Era una habilidad especial de los sableadores y muchos la usaban solo cuando estaban en Limit, Delita la había practicado años atrás, pero no la había vuelto a usar debido a que no se le daba con facilidad. Ahora debía extrapolar dos habilidades olvidadas por el.
    El sol ya comenzaba a salí por el oriente, cuando el cuerpo de Delita fue cubierto por el aura de un verdadero Limit debido a la ira que le despertaba Silver por haberlo logrado y por la desesperación y agotamiento del momento. La roca se cuarteó y luego se convirtió en polvo dejándolo a el en el suelo inconsciente igual que Silver.


    –Beoulve, debería matarte por tu fracaso –pensó Steiner – pero el bobalicón jamás me lo perdonaría, Balvanes criaste a este chico demasiado engreído y con la mente muy estrecha. Sin embargo parece que Cornelio obtuvo mejor suerte, a pesar de “todo” este crío parece que podrá controlar el arte de su familia de una forma bastante decente – dicho esto Steiner observó al cielo y recordó cuando entrenó a los que creía que serían sus últimos estudiantes.






    Dos niños de unos diez años, ambos con el cabello largo y plateado, lo que demostraba que a pesar de su corta edad ya habían capturado a tres espíritus de invocación sin perder la razón.


    Habrían pasado casi 10 años desde que aquellos jóvenes lograran con relativa facilidad aquel reto, aunque es verdad que Steiner les había dado dos días para intentarlo!


    –Hey Reino, lo logramos casi al mismo tiempo! –dijo el primer chico.


    –No, tú lo lograste antes, se ve por que te llaman genio –dijo Reino.


    –Ya basta par de gusanos –dijo Steiner con su rostro trágico –es hora de explicarles unas cuantas cosas. Generalmente casi todos los que intentan dominar este arte mueren durante este entrenamiento succionados hasta la medula. Por eso es que no hago explicaciones antes –


    –Escuchen bien –dijo Steiner – yo solo les mostraré el camino, les induciré a llevar el entrenamiento necesario para adquirir las habilidades para esta técnica de batalla. Esas habilidades son, desarrollar su Kotetsu, para poder usar toda su mana rápidamente sin que sus nervios terminen hechos polvo. La segunda habilidad es la de poder convertir su energía vital generada por sus células en energía mágica generada por sus espíritus y viceversa. Aprendida esta segunda habilidad, deberán atravesar el golfo de los dragones a pié y traerme el corazón de un Gran dragón elemental –”


    –Celios –pensó Steiner mientras observaba a Silver, que reaccionaba, intentando levantarse, aun cuando su cuerpo le estaba doliendo hasta el limite – en verdad estás fastidiando mi estilo, desearía enseñarles el resto inmediatamente y salir de esto tan rápido como sea posible. En lugar de eso tendré que llevarlos a Vector, que fastidio –


    –Ramza, Ramza ¿que haces allí? –preguntó Sara, mientras Ramza permanecía quieto observando la estatua de la “bruja y el caballero”. Sara se quedó un buen rato observando a Ramza.


    –¿Que haces? –preguntó Sara


    –Solo pensaba en lo diferente que es el origen de nuestras familias –dijo Ramza.


    –¿?– Sara no dijo nada pero puso una expresión de interés.


    – Los Seeds existieron en una época en que algunas mujeres nacían con poderes casi tan grandes como los de los espíritus de invocación y algunas los usaban para hacer el mal –dijo Ramza


    –Es una historia de hadas –repuso Sara –es solo folklore de la gente de Balamb, cuando realizaron la alianza con Gestal ya hacía mucho tiempo que el gran guerrero había muerto, si es que existió alguna vez –


    –¿Por que dudas de su existencia? –preguntó Ramza –¿no has escuchado el poder que posee Ada? –


    –Bueno, es que… –Sara no encontraba las palabras adecuadas – en el mundo real, las historias no terminan tan color de rosas como la de ellos dos –dijo Sara observando el par de estatuas.








    El piloto de la nave de Steiner era muy hábil, a demás la nave del general aunque parecía una fragata normal desde fuera era increíblemente rápida, poseía maquinaria mucho mas nueva y mas importante, de mejor calidad que las de las naves promedio del ejercito, realizaron el viaje desde el Templo del Agua a Gestal en 12 días. Steiner no dejo a nadie de la tripulación bajar cuando llegaban a los puertos intermedios, solo a los encargados de los víveres, el viejo no quería ningún retraso, incluso cuando pasaron por las ciudades de la gran isla de Balamb que eran en si patrimonio de la familia Leone. Silver hubiera querido bajar para ver el ancestral hogar de su familia, y visitar a los miembros de las ramas colaterales, pero no se le permitió hacerlo, de esa forma tomaron finalmente hacia el norte desde la ciudad de Nueva Tilmite por el mar de Dollet hasta alcanzar la ciudad de Albrook en la costa de Gestal.


    Durante la mayor parte del viaje, Silver estuvo en cama reponiéndose, mientras de Delita se repuso casi en una semana. A pesar de todo, Delita sabía que había fallado la prueba, se sentía humillado ante la demostración que había hecho Silver.


    –¿Sabes porque te venció? –preguntó Steiner emergiendo de entre las sombras, mientras Delita observaba por la gran ventana de popa.


    Delita cerró los ojos y no dijo nada.


    –¿Sabes que es un espíritu de invocación? –preguntó Steiner


    –Claro que lo se –dijo Delita un poco fastidiado –es solo una masa de energía que nos hace mas fuertes, esta puede afectar las funciones cerebrales si dejas que interactúe con tigo demasiado tiempo –


    –Así que ¿tu sellaste mentalmente a la criatura cuando la capturaste? –


    –Todos lo hacen –repuso Delita – es una ley sagrada hacerlo, pues escuchar las voces mentales de los eidolons puede llevarte a la locura –


    –Ya veo –contestó Steiner con una sonrisa de oreja a oreja – al parecer tu compañero “olvido” hacerlo, piensa en eso –dicho esto Steiner se retiró. Mientras Delita giró un tanto sorprendido.






    Como toda civilización Gestal se formó como una amalgama de ciudades estado colindantes, finalmente, después de un proceso de selección por guerra perpetua había sido dominada paulatinamente por un poder, el que emanaba de Vector la ciudad de hierro y vapor. Gestal era el nombre que recibía tanto el continente completo cuyas fronteras norte, nororiente y occidente eran completamente desconocidas, así como la región sur oriente en la cual se encontraban las vertientes de varios ríos que alimentaban las ciudades humanas, y finalmente era el nombre que había dado el senado de Vector hacia varias generaciones a su alianza de ciudades.


    Esta región oriental del continente era un gran arco que formaba una gran bahía donde desembocaban los ríos, al occidente estaba el gran Istmo de Dollet que se suponía unía al continente Latino en el sur con el continente de Gestal en el norte, al nor occidente se encontraba la barrera de fuego, un gran desierto de dunas de arena que permanecía estático en una frontera mantenida por los poderes místicos de tres oasis que se ubicaban en el suroccidente, el occidente y el noroccidente de esa frontera. De esos oasis nacían tres grandes ríos que desembocaban en el gran rio Sabine, este rio corría desde más allá de la frontera de hielo en el norte por debajo del gran glaciar hasta la bahía del mar de Dollet. Al oriente del rio Sabine se encontraba su río hermano que también venia desde el lejano norte y era llamado río Noxubee. A unos 1000 kilometros de la bahía ambos ríos se conectaban por un canal artificial construido por una civilización olvidada. Al oriente del Nexubee se encontraba un macizo montañoso no muy alto, pero si muy tupido en bosques y monstruos llamado los montes Crescent, al oriente de estas montañas nacía otro río importante, que en su nacimiento se dividía en dos, uno corría hacia el occidente y se conectaba con el Nexubee y el otro corría hacia el sur y desembocaba en la bahía. Este río era llamado Apala, al oriente de este río se encontraba un valle relativamente seco que daba con el mar, y al sur se encontraba una gran selva negra que se extendía formando el arco derecho de la bahía llamado golfo de Oquecori.








    Las regiones más importantes de la región fértil de Gestal eran.


    Sardia y su capital Vector, sus limites eran, al norte con los montes Crescent, al occidente con el rio Nexubee, al sur y el oriente con el brazo occidental del Apala. Una región pequeña en extremo, pero fértil, los montes la limitaban al norte, pero eran ricos en metales, Vector creció como una ciudad comercial y en extremo guerrera ya que se encontraba en el centro de las hostilidades.


    Gussitia, capital Miranda en el norte y Doma en el sur, sus fronteras eran al norte el canal de Figaro, al occidente con el río Sabine, al oriente con el río Nexubee y al sur con el mar de Dollet. Al ser bañada por los ríos mas caudalosos, era la región mas fértil, cualquier cosa crecía allí con fuerza, abundancia y vigor. También era una tierra consagrada, los monstruos jamás entraban allí, era en verdad la gema de TODO Gestal y la fruta de la discordia.


    Figaro, capital Figaro, sus fronteras eran, al norte con el gran glacial, al occidente con el río Sabine, al oriente con el río Nexubee y los montes Cresent y al sur con el canal de Figaro. Figaro era un reino pacifico, los reinos al oriente eran débiles debido a que eran invadidos por bárbaros, al norte solo había hielo, al oriente las montañas cuidaban sus espaldas, al sur siempre había batallas pero nadie tenia fuerzas para avanzar al norte. Figaro en términos exactos era un reino aliado a Vector parecido a la aldea de la Niebla, solo que mas independiente y vigoroso.


    Genova, capital Albrook, al occidente limitaba con el Nexubee, al norte con el brazo oriental del rio Apala, al sur con el mar de Dollet y al oriente con el brazo sur del Apala. Era una región bastante fértil, y su capital era exclusivamente comercial, Vector conquisto a Geneva en una cruenta guerra cuando esta se alió con Doma al oriente. De esa guerra aun se conserva el recuerdo en Vector en forma de una opera bastante famosa.


    Estos cuatro habían sido conocidos como los reinos centrales, eran los mas fértiles y casi nunca se veían en problemas con invasiones de bárbaros. Su estabilidad conllevó a que desarrollaran una mayor tecnología y civilización. La cuna de la civilización estaba en Gussitia, pues fue el único lugar donde los hombres pudieron estar realmente a salvo de los monstruos, luego estaba Geneva que en sus primeros tiempos abarcaba toda Sardia hasta los montes Cresent. El pueblo de Vector descendió de las montañas y se asentó en la desembocadura del Apala occidental en el río Nexubee, creció rápido debido a su gran ambición, inteligencia y fuerza, forjada por combatir con los monstruos de las montañas, cuando los dos reinos antiguos quisieron darse cuenta era demasiado tarde, Sardia derrotó a su vecino suroriental a Geneva (en algún tiempo los Vectorianos llamaron a los Genevences como “Decnasterns” que significaba orientales decadentes). Al ver esto Fígaro intentó aliarse con Gussitia, pero no fue aceptado, por lo que terminó aliándose con Vector y entre ambos Gussitia fue apaleada. Los cuatro reinos entonces fueron renombrados bajo La santa Alianza de Reinos de Gestal lo que finalmente se convirtió en el imperio de Gestal.


    El reino oriental Nahunte fue destruido hasta las cenizas, era bastante pobre así que no hacia parte real del imperio pero si en los mapas que se colgaban en las escuelas.


    Los reinos al oriente del río Sabine casi siempre limitaban al oriente con el gran desierto excepto Lames y eran asaltados constantemente por bárbaros. Desde el norte al sur estos eran sus nombres.


    Lames, capital, desconocido, sus limites eran al norte con la estepa entre el gran glacial y las dunas de arena, al occidente con el río negro y al oriente con el río Sabine. Estuvo en guerra con Figaro, pero fue derrotado en un tiempo anterior a la alianza, no muchos Vectorianos sabían el nombre de su ciudad, los mismos Figarianos jamas ocuparon la región, la cual se llenó de monstruos y sobre todo de no muertos, estos jamás se acercaban a los ríos, a menos que alguien acampara en el lado equivocado. El nombre de la capital olvidada de Lames se convirtió en un tabú y finalmente desapareció del recuerdo del pueblo de Figaro, los cuales se referían a ella como la ciudad de los muertos.


    Eunice, capital Kohlingen, al norte limitaba con el oasis de Frion, donde nacía el río negro que lo demarcaba al oriente, al norte de este estaba el desierto, al occidente estaba el oasis de Olton y de el emergía hacia el suroriente el el río Blanco que enmarcaba la frontera. Al sur ambos ríos, el Blanco y el Negro se unían justo antes de desembocar en el río Sabine. Justo en esa desembocadura estaba Kohlingen poco más grande que los puertos del archipiélago del sur, era hogar de gentes fuertes pero toscas, como toda la gente al oriente del río Sabine.


    Renia, capitales Nam-Jidoor en oriente y Ogir-Jidoor en occidente, una llanura poco fértil pero enorme, las partes mas fértiles estaban precisamente en los vértices oriente y occidente. Sus gentes estaban más mezclados con sangre bárbara que el resto y su raza era marcadamente diferente a la del resto de los pueblos de Gestal, sus cabellos eran rojos, por lo que los orientales los llamaban cabezas de fuego. Al sur estaba el río Rojo rico en oro, este nacía en el oasis de Artesia, el último de los sitios sagrados que detenía al gran desierto, al oriente limitaba con el río Sabine, al norte con el río Blanco y al occidente con el gran desierto.


    Mittanos, capital Nikeah, ciudad gemela de Nam-Jidoor ubicada justo en la otra orilla, razón por la cual siempre estaban en guerra. Este era el estado gemelo de Renia y sus gentes eran de la misma raza y lenguas. Sus fronteras eran, al occidente con el desierto y el gran oasis, al sur con el rio Escarlata, al oriente con la bahía del mar de Dollet.


    Al sur del río Escarlata fluían otros dos ríos casi tan poderosos como el Sabine, pero los vientos del desierto lo quemaban todo y a demás atraían muchos monstruos del desierto por lo que eran estepas donde sobrevivían otras tribus nómadas.


    Los bárbaros orientales se dividían en dos, los que provenían desde el sur y las selvas negras del Istmo de Dollet, y los que provenían del gran desierto. Los primeros eran de una raza parecida a la de los Latinos en el sur, mientras que los segundos eran de cabello y ojos rojos como los rubíes.


    Algunos años antes el reino de Renia había caído en una guerra civil ocasionada por una invasión bárbara. El príncipe se enamoró de una princesa del desierto y fundó Ogir-Jidoor frente a los árboles del oasis sagrado de Artesia. Una inusual cantidad de nómadas se reunieron en torno a el y pronto los campesinos seminómadas del sur en Mittanos y del norte en Renia se les unieron. El príncipe invadió Eunice forzando la alianza de Kohlingen, sin embargo mientras su padre vivió, Nam-Jedoor y la parte occidental de Renia permanecieron a salvo, hasta unas dos semanas antes de la batalla de Balastera cuando su padre rey de Nam-Jedoor murió, entonces el príncipe se coronó como Ogir-Renio II de Artesia señor de Renia Mittanos y Eunice. Nam-Jedoor cayó sin pelear contra todos los esfuerzos que realizó el senado de Vector para que su hermano menor llamado Reno el loco subiera al trono de la ciudad. El príncipe destronado fue enviado a Vector con una carta de Ogir-Renio a Celios.


    Los senadores en su petulancia habían hecho correr el rumor de que se trataba de una invasión bárbara común y corriente “Gestal había apoyado a Nam-Jedoor en algunas correrías menores en el centro del reino de Renia” y ahora se encontraban exaltando al pueblo, con ayuda de Kefka para forzar a Celios a ir a la guerra. Celios sin embargo vio inmediatamente el peligro que eso significa.


    El reino de Figaro se ha movilizado y ha concentrado sus fuerzas en la frontera sur para taponar el puente que atraviesa el rio Sabine.


    El problema es el puente frente a Nam-Jidoor, el cual lo conecta con Gussitia la despensa de Vector y hogar de las familias de los senadores, de la mediana, baja nobleza y la mitad de los esclavos de Gestal. Los bárbaros no poseen barcos voladores, por lo que para sortear los ríos requieren de los puentes. El tiempo pasa, mientras el ejército de Ogir-Renio avanza por el margen norte del río rojo.


    –Bien chicos –dijo Quistis acomodándose los lentes –esa es la división política de nuestra madre patria, ¿alguna pregunta? –




    En eso vio como Ramza estaba hablando con Sara que estaba también bastante alegre. Entonces se escuchó un silbido en el aire, mientras Ramza giraba para ver el borrador del pizarrón estrellarse justo en medio de sus ojos. La cabeza de Ramza giró hacia atrás, Ramza se levantó sonriente, el borrador no le había hecho ningun daño.


    –Ohh, ¿aprendimos a usar la armadura vital? –dijo Quistis con sarcasmo –veo que tendré que buscar una nueva forma de disciplinarte, ¿pero que será? –


    Todos se pusieron blancos del miedo, cuando la maestra Quistis ponía esa cara siempre lo hacía con una intensión sádica.
     
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