Título: Feliz. Resumen: Tap, tap, tap…era el sonido de mis tacones al rebotar. Tipo: One-shot/Song-fic Clasificación: K. Advertencias: Ninguna. Género: Real. No. de palabras: 678 palabras. Feliz. Tap, tap, tap… Esperaba impaciente. ¡Ya había esperado los dos meses faltantes!, sólo faltaban unos minutos. Unos malditamente eternos minutos. Suspiraba y me retorcía, cambiaba mi peso de un pie a otro, esquivaba las gotas de agua del aire sobre mi cabeza, pero aun así estaba impaciente. ¡Iba a aprender a bailar joropo*!, y eso que tengo dos pies izquierdos, era increíble. Tortuosamente veía a la gente salir con sus maletas, iban buscando con la mirada, unos lloraban otros estaban ausentes. Pensé, qué haría yo al verlo. No lo sabía en ese momento. ―Se paciente―me dijo mi hermano. Estaba al lado mío, sonriente por mi actitud, es que era ciertamente cómico, es decir, no todos los días ves a tu hermanita menor –una casi centrada- hecha un caos y un manojo de nervios. Lo estaba disfrutando, lo sabía. ―No puedo―chillé. El hombre que estaba a mi lado me miró raro, no le di importancia―¡¿Por qué se tardan?!―insistí, en un murmullo ahogado. ―Paciencia―recalcó. Bufé. Pero recordé una canción, empecé a tararéala para calmarme y funcionó. Ten paciencia,El que espera desesperaPero obtiene su recompensa… Y tristemente era lo único que recordaba de la misma, de Thalia eso sí, pero más nada. El hombre me volvió a mirar con desgana. ¡Si era chismoso!, estaba impaciente, no era su problema, por pura maldad y también por estar aburrida, entoné ese pedacito más alto… Ten paciencia,El que espera desesperaPero obtiene su recompensa… Reí disimuladamente cuando el Sr Angustias se fue, bueno, no era lo que quería lograr...pero, nadie le dijo que se pusiera al lado de una adolescente de quince impaciente, estresada y aburrida, además cansada y molida por un viaje en auto de unas cuatro horas. Tap, tap, tap… Se volvió a escuchar, el repique de mis tacones contra el piso era señal suficiente de mi descontento y falta de paciencia. Suspiré. Me revolví inquieta en mi sitio cuando vi a una señora que salió de las puertas y reventó a llorar. Trague. Me escocieron un poco los ojos y aguante un sollozo. ¡Quería verlo, ya! Ten paciencia,El que espera desesperaPero obtiene su recompensa… La rutina se repitió. Di vueltas, me quejé, zapateé impaciente, bostecé-eso era nuevo-, y aún así no podía estar quieta. Otra persona salió, un niño de unos diez años, al lado izquierdo mío-pasando a mi hermano sonriente- estaba quien le esperaba, se abrazaron efusivamente y sollozaron, sin darme cuenta casi, casi les acompaño en llanto pero me contuve, eso venía después. ―Dios…, que se apuren―mascullé dramáticamente, otra persona de mi lado derecho-donde antes estaba el Sr Angustias- rió bajito, sonreí ante esto, al menos hacía feliz a alguien. Allí me inquieté, inhalé y exhalé; una, dos, tres veces…Entoné nuevamente, y otra y otra. Ten paciencia,El que espera desesperaPero obtiene su recompensa… ―Ahí vienen―anunció mi hermano. Histérica y a punto del colapso emocional levanté el rostro. Sin esperar mucho troté a la salida, rodaban sus maletas y mi mayor les hizo señales, le vieron, me emocioné. ―Ten―dije casi lanzándole mi cartera a mi acompañante. No sé exactamente si me estaba permitido pasar, pero igual lo hice. Después de dos años, ¡dos putos y jodidos años!, allí estaba, frente a mí a sólo un metro. Corrí todo lo mis ruidosos tacones me lo permitieron. Me lancé a su lecho, me aferré a su cuello con los brazos. Me pegué lo más que pude. No me lo creía, ¡estaba aquí, conmigo!, no era un sueño ni alucinación. Correspondió mi abrazo, sujetándome vehementemente por la cintura, me alcé de puntitas y susurré… ―Papá, papi…―lloré feliz. Le contagié mi llanto. ―Estoy aquí, te extrañé mucho―me apretó más fuerte, reforzando lo dicho. Asentí eufórica y seguí llorando. No paso más de un minuto, oí como los curiosos-posiblemente esperaban a alguien-suspiraron, le enternecía. Sonreí ante esto, me importaba un carajo lo demás. ¡Aquí estaba!, abrazándome, a mi lado. Avancé a trompicones sin soltarle, con miedo a que se fuera. Entorpecíamos el camino pero no me importó. ―Vamos a casa―me dijo. ―Si―asentí contenta. Lloré otra vez. De felicidad. /////////// Un momento muy emotivo, eso fue el viernes. Estoy muy contenta..creo que todo está explícito, y sé que les dará un poco de risa...Algo si es seguro, todos mis originales osn cómicos... *Joropo: Baile típico de Vzla, donde lo más que se hace es un zapateo estruendoso, por ello el comentario.
Qué lindo! la música no la conozco y me alegro porque de seguro la tendría pegada ahora repitiendo yo también ese pedacito de canción! Solo una cosa: no deberías poner una coma (,) antes o después de un signo de exclmación(¡!) ya de por sí estos al leerlos te mrcan hacer una pausa... bueno eso es lo único! Muy simpática tu historia! Me gustómucho y me hizo reír!:p