Juego FanficsDead

Tema en 'Actividades y Concursos finalizados' iniciado por rapuma, 2 Octubre 2019.

  1.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
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    Yáahl

    Ejercí sobre la puerta toda la fuerza que me fue posible, que, dígase de paso teniendo en cuenta mi complexión, no era demasiada. Me llegaban los tartamudeos de Liza, apenas capaz de articular palabras a medias, mezclados con los golpes al otro lado de la puerta.

    La suerte de las dos dependía de lo que yo decidiera. Maldita sea, cómo odiaba estas decisiones de mierda, ¿por qué coño me había hecho policía entonces?
    Volví a comprobar las municiones del arma y solté un suspiro entrecortado.

    Era un ingenua, ¿no es cierto? Algo dentro de mí me empujaba a querer salvar a los otros, a acercarme a la gente aunque lo cierto es que la aborrecía casi tanto como lo interesante que me resultaba.

    —¡Me cago en la puta! —Me llevé la mano libre al cabello, apartándolo de mi rostro, e inmediatamente después le dejé caer una patada a la puerta, totalmente frustrada.


    Inhalé ruidosamente y exhalé de la misma forma.

    Uno.

    Dos.

    Tres.

    >>¡Liza, mueve el culo de una puta vez, cariño, que no tenemos todo el día! —Solté la puerta, confiando en que soportaría por su cuenta los segundos que necesitaba, y corrí hacia las chicas, empujando a Gigi con mi cuerpo y tomando a Liza de la muñeca con la mano libre, sin guardar el arma sostenida firmemente en la otra y las obligué a correr hacia la patrulla, sin perder de vista la maldita puerta. Una vez llegamos, prácticamente las empujé dentro, cerré la puerta y con la misma rapidez me metí en el lugar del conductor, cerrando de un portazo tras de mí, casi prensando mi pierna en el proceso.
    Dejé caer las manos sobre el volante, con la derecha aún aferrada fuertemente a la pistola. El corazón se me iba a salir del pecho y respiraba con tal rapidez que me resultaba doloroso.

    Con mano temblorosa, tomé la radio de nuevo, e intenté volver a dar con la señal del ejército, de los que quedaban, porque lo cierto es que eran nuestra única esperanza.

    Hey vamos a morir
     
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  2.  
    Luix

    Luix Fanático

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    Ya que no veo respuestas, me ofrezco a ser de los cuatro la que los salve o que los mate seguramente en el intento de salvarlos a todos (?)
    Que conste que les di tiempo de actuar (???)
    Luix.

    Los gemidos entre todo ese sofocante silencio ante nuestras posibles inseguridades, me estaba impacientando de tal manera que quizás no dudaría en mandarlos a... bueno, quizás no a un buen lugar. Nuevamente sentimos los golpes en el móvil de los bomberos, almiok estaba atento a todo el panorama, parecía que tenía algunas ideas rondando por su cabeza.

    —Ese maldito ruido... — susurré presionando mis dientes.

    Miré a Gigavehl, se notaba algo tenso por ese ruido, sin contar que habíamos intentado volarle la cabeza. Entretanto, El Calabazo por más que no eran buenas circunstancias, mayoritariamente tomaba las cosas con humor, supongo que eso era bueno para apagar un poco toda la tensión del momento. Tomé el hombro derecho de Giga, y el izquierdo de Calabazo, el dúo me observó algo confundidos.

    —Bueno, debemos movernos si no queremos terminar como bestias insatisfechas y con sed de destrucción— impuse en intento de gracia, palmeando sus hombros cada tanto —O al menos que quiera alguno perder la cabeza de un tiro, ¿Por qué no hacemos algo?

    El golpe del camión me sorprendió, clave la vista en Almiok, esperando alguna señal. Consecutivamente divisé a los dos bomberos, aguardando algún movimiento. Si alguno se decidía a actuar, al menos contábamos con dos armas cargadas, un hacha y una barra metálica, si el ruido era de alguno de esos transformados no se iría victorioso.
     
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  3.  
    almiok

    almiok vamos, escribamos con fervor.

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    Después de pensar durante un tiempo, me acerque a la ambulancia notando que el equipo me prestaba atención señale la puerta del vehículo
    — quizá dentro podamos encontrar calmantes, vendas o algún medicamento para nosotros u otros posibles sobrevivientes—

    Si Luix , Gigavehl y El Calabazo indicaban el apoyo, abriría la puerta y enfrentariamos rapidamente la situación.
     
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  4.  
    El Calabazo

    El Calabazo Y dime, ¿Quién soy yo?

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    —Jeh, señorita, mejor deje los chistes a los profesionales. No puedo diferencias si querías en verdad bromear o afirmabas que quieres dispararle a Gigah. — Nuevamente el ruido dentro de la ambulancia se hacia mas fuerte y ahora era el otro soldado el que señalaba a la ambulancia.

    — Y supuestamente yo era el loco de la ciudad. Mas que vendas o medicinas creo que suena mas interesante conducir el vehículo, ¿no creen caballeros? ah, y la dama con el arma también. — Mencionaba mientras me rascaba la nuca con la barra metálica. Suspire por un momento... — Vale, aquí vamos de nuevo. Empiezo a creer que alguien de verdad nos odia para que pase todo esto en Halloween, Giga esta ves te toca abrir la puerta. Soldado #1 y #2... ¿Tienen balas verdad?... ¿Verdad? — Murmuraba una pequeña risa, una pierna adelante, otra atrás, torso de lado, ligeramente inclinado y con la barra sujetada con ambas manos. No sabía muy bien si iba a jugar baseball o a golpear una piñata, cualquiera de las dos cosas sirven mientras le pegue al objetivo.

    — Vale, abran esa cosa y veamos que nos ha tocado en el gacha, amigos.
     
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  5.  
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

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    — ¡Vaya! ¿Porque tengo que ir yo a investigar? Argh... Si me transformo en esas cosas espero que por lo menos me den una rápida e indolora muerte, porque de no ser así juro que lo pasarán mal ugh—. Exclamé al ver sus reacciones, aunque bueno. No podía culparlos, por lo menos todos estábamos armados. Así que eso era lo importante.

    Analicé un momento la situación y de alguna forma sentí que sería lo mejor esta vez aventurarse a investigar los sonidos. Con suerte y es un desfribilador o esas cosas para reanimar a la gente...
    ¡¿Pero que estoy pensando?! Vaya idea más estúpida. Supongo que estaba así por la misma presión del tiempo y de los errantes esos del fondo.

    —Yo que ustedes vigilaría también los alrededores... No vaya a ser que nuestro jefecito quiera también darnos mordiscos de amor—rei torpemente aunque ahora aclarando mi garganta y preparando el hacha. Mierda... Esperaba que fuese cualquier cosa menos mi condena.

    Me puse alerta y los miré un momento más, asentí para mí mismo y caminé hacia la puerta... Sujetándola de una de las manijas con la intención de abrirla después de todo. Ahora aquí era jugárselo al todo o nada...
     
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  6.  
    rapuma

    rapuma Maestre

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    Gigavehl El Calabazo almiok Luix (LOS BOMBEROS Y LOS SOLDADOS DE FANFICSDEAD)



    —Atentos. —ordenó Almiok, con el rifle listo; Luix hacía lo propio, ubicándose por detrás de Gigavehl pero con un buen ángulo de tiro desde allí.

    El bombero abrió la puerta de la enfermería del camión y se apartó de un salto. Calabazo bajó lentamente el tubo de hierro y con ayuda de su compañero arrastraron la camilla del interior hasta el exterior. Allí había una señora mayor, cerca de los 60 años. Con mucha sangre en la boca y con una herida en la pierna... Gigavehl y Calabazo seguro la reconocerían como la mujer que habían avistado en el sótano del edificio.

    —No tiene sentido. ¿Está muerta, verdad? —preguntó Calabazo.

    —Pero es que entonces... ¿quién golpeaba la puerta desde el interior?

    No hubo más tiempo para planteamiento de dudas e inquietudes; ya que la señora en un segundo se sentó en la camilla y los miró a todos por turno, como si estuviera inspecionandolos. Luego vomitó un charco de sangre sobre Gigavehl hasta que Luix le explotó el cráneo con un disparo.

    —Mierda... ¡MIERDA, MIERDA! ¡LO TENGO EN LA BOCA, EN LOS OJOS! ¡DIOS! —Giga se dobló por la cintura y vomitó del asco, intentando quitarse el sabor a hierro de su interior.

    —Mierda, Giga... —Calabazo lo miró con preocupación.

    Almiok le apuntó de inmediato pero Luix con su mano bajó la punta del arma.

    —No sabemos si está infectado... ¿o si? —preguntó la teniente.

    —Se contagia a través de mordeduras. Intuyo que algo en la saliva tiene que haber; un virus, cualquier tipo de incubación. —explicó Calabazo, mirando a su amigo.

    —Estoy bien, de verdad. No me siento raro... ni nada por el estilo. Es solo... sangre, ¿ven? —Gigavehl se limpió como pudo y tosió durante varios minutos.

    —No podemos arriesgarnos. —dijo Almiok. —Lo siento por tu compañero, y lo siento por usted también señor. Pero podríamos tener un percance si lo llevamos con nosotros.

    —No dejamos a nadie atrás, Almiok. —le espetó Luix, golpeándole el emblema en el pecho. —Eso se supone que significa algo. Aún significa algo. Servir al inocente; proteger al pueblo.

    Ambos efectivos militares se miraron en silencio hasta que la radio de ambos crepitó.

    —¡Soy Yaáhl! ¡Oficial de policía de Fanficslandia! ¡Estoy con dos civiles en el Café del foro! ¡Estamos rodeados por zombies pero aún podemos escapar! ¡Nos dirigimos a la comisaría, repito, nos dirigimos a la comisaría!

    Luix se llevó la radio a los labios, mirando aún a Almiok. —Entendido, Yaáhl. Le habla la teniente Luix de las fuerzas Fanficforce. Nos encontraremos allí mismo. Cambio y fuera.

    Gigavehl finalmente dejó de toser y tomó el hacha con la misma insistencia del principio.

    —De verdad estoy bien. No quiero comerles el cerebro, aún... —intentó bromear pero notó que no era el momento adecuado. —Estoy bien, joder. Calabazo, estoy bien.

    Calabazo lo miró preocupado pero asintió débilmente con la cabeza.

    Tenían que tomar una decisión.

    Opciones
    A) Ir hacia la comisaría sin Gigavehl
    B) Ir hacia la comisaria con Gigavehl

    [Las decisiones son claras. La decisión con más votos ganará y está claro que Gigavehl no puede decidir pero sí puede rolear si gusta]


    Yáahl Liza White Gigi Blanche (LA POLICÍA Y LAS CIVILES DE FANFICSDEAD)

    —¡Acelera! ¡Acelera! —gritó Gigi, viendo como Reual golpeaba el lateral del coche patrulla. Morde golpeaba la parte delantera, casi subiéndose al capó. Liza White miraba hacia todos lados; era imposible que pudieran entrar al coche pero la simple visión de esa escena la aterrorizaba. Las aterrorizaba.

    —¿Escucharon? ¡Los militares tomaron nuestra transmisión! —gritó Yaáhl. —¡Nos vamos de aquí!

    Pisó el acelerador con fuerza y lo hundió hasta el final; Morde voló por los aires; golpeando el parabrisas y hundiéndolo; Reual quedó rezagado.

    Dejar atrás aquél episodio las dejó más tranquilas y estando del lado de la ley, ambas mujeres estaban relajadas; aún después de lo que vivieron.

    —Pensé que no estabas de servicio hoy. —dijo Liza desde el asiento de atrás. Parecía raro intentar mantener una conversación luego de ver como Reual arrancaba un trozo de carne a la camarera.

    —Pocas veces no estoy de servicio. —contestó Yaáhl, mirando a través del espejo retrovisor. —¿Qué hacen ustedes que no estaban pidiendo dulces?

    —La verdad no lo sé. No sé que estaba haciendo ahí cuando podía estar en casa con mi manta, todos los dulces que quisiera, y el amado Netflix. —dijo Gigi a su lado, sentada en el asiento de acompañante. —Estaré toda la vida sin poder dormir con la luz apagada.

    Silencio de nuevo.

    —¿Hay más policías? —preguntó Liza, mirando por la ventana del coche al pasar.

    —Sí. Kurone nos espera... —obvió la situación de su compañero muerto y de pronto lo recordó. A las civiles les daría un infarto si al entrar vieran a rapuma muerto. Tomó la radio e intento contactar con su compañera. —Kurone, ¿me recibes? Kuro... ¿me tomas?

    Gigi miraba con terror la radio. Yaáhl frunció el ceño y cortó comunicación.

    El resto del viaje se hizo en silencio.

    Luego de varios minutos llegaron a la comisaria, dejando el coche muy cerca de la entrada, las tres mujeres salieron y esprintaron a la entrada. Al abrir la puerta, y cerrarla detrás suya, vieron el hall de la comisaría totalmente desierto.

    —¿Kurone? —preguntó Yaáhl, alzando la voz.

    —¿Qué es eso? —preguntó Liza al señalar una bolsa negra con sangre. Debajo de la bolsa tendría que estar rapuma pero no había rastros de él.

    Quizá Kurone lo arrastró a la enfermería.

    Opciones
    a) Investigar la enfermería.
    b) Investigar el arsenal.
    c) Quedarse en el hall.

    Las decisiones son individuales: esto quiere decir que cualquiera de las tres puede tener tres opciones distintas o coincidir las tres en una xD da igual, mientras decidan qué hacer :P
     
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  7.  
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

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    Con un Carajo... No solo no parece que el tiempo se agota si no que encima me han vomitado... Y siendo franco me veía acabado, parece que no pasaré de este jodido sitio.

    —¿Saben que? Decidan lo que gusten. Ya les dije que estoy bien pero francamente el hecho de ver sus caras me dice lo contrario... No sé si me siento mal por ustedes o por la situación en sí. Les diré algo—. Dije, con el inútil intento de "aliviar" la situación.

    —Hasta donde quiero intuir, todo infectado que vemos es por mordedura, mi caso es una excepción. He visto muchos casos ficticios que a veces que un infectado te vomite no es razón para que uno se transforme—me reí un momento aunque la tensión se podía sentir... Maldita sea, mínimo ayudenme un poco.

    —Pero como sea, ¿no se les hizo extraño que dicha mujer nos analizara? Digo... Por donde se mire esta mierda es extraña. Desde que la hallamos en el sótano se ha comportado así de rara, no es como el perro que atacó directamente. ¿Saben qué?—. Dije, bajando el hacha y arrojandoselos, quedando frente al trio.

    >>Mejor tomenlo, en especial tu Calabazo. Te servirá mejor que ese ridículo tubo... Si me dejarán aquí no diré nada. Pero solo pido una cosa... Dejenme con vida, si estaré sólo intentaré alertar a los que pueda y sobrevivir por cuenta propia. Al fin y al cabo. Creo que no importa que diga... Depende de ustedes—. Dije, cruzandome de brazos sin dejar de mirar alrededor. No quiero al rato una desagradable sorpresa...

    Ahora que lo pienso, los zombies no se atacan entre ellos. Si ya estuviese infectado intentarían atacarme. ¿No? Sería interesante hacer la prueba...

    ... Carajo. ¡De nuevo pienso idioteces!
     
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  8.  
    Luix

    Luix Fanático

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    Luix.

    El tiro que había realizado por inercia al ver a esa mujer desangrándose me había dejado aturdida, cuando tome reacción del suceso, Gigavehl se encontraba empapado. Todos estábamos en una clase de shock, Giga estaba tembloroso, pero en un insistente intento de mantenernos tranquilos, no parecía perder la cabeza aún.

    Al ver que almiok le apuntó, inmediatamente tome acción, nada era seguro todavía. La tensión que generó el tema nos tenía con la piel erizada, al ver a El Calabazo entre las ganas de no dejar a su compañero y su miedo por haberlo perdido, simplemente me generaba desesperación total.

    Estaba con una mano descendiendo el arma de Almiok, indicándole una de nuestras prioridades con empecinamiento, a su vez no le quitaba la vista a ninguno de los dos bomberos. Cuando él arrojó el hacha quede sin palabras, un nudo se formó en mi garganta, estaba en mitad de una discordia por si era verdad o no que podía estar infectado.

    Me siento como una mierda, ¿No había sido yo quién disparó? ¡Era por mi matanza que Giga estaba en este lío! ¡Carajo! ¡Esta jodida porquería!

    Me coloqué frente a Giga, Almiok me observó con seriedad, Calabazo aún estaba en el mismo estado. Me temblaban las piernas, mi pecho dolía como un infierno, sentía que en cualquier momento iba a desmayarme. Infle mi pecho con una bocanada de aire decidida a hablar —Ya lo dije antes, nuestra prioridad es con los civiles, si nada es seguro, tampoco quiero dejar a alguien que pude haber salvado, deambulando, como si su vida fuera...

    Detuve mi oración, girando hacia Giga, quedándome en silencio unos segundos. Hice un puño con mi mano derecha, golpeando suavemente el pecho lleno de sangre, dedicándole una sonrisa corta seguida de una mirada

    —Si es necesario... — susurré, clavando la vista en el bombero y el soldado con seguridad en mi palabrería —Yo seré la primera en morir si está infectado.

    Lo lamento, me ganó el drama (?)
    Aunque se que nos vamos a morir en un momento (?)
     
    Última edición: 28 Octubre 2019
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  9.  
    Hygge

    Hygge Game Master

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    Liza White [Civil]

    Recosté con pesadez la cabeza contra la ventana del coche en marcha, entrecerrando los ojos por un segundo, y sentí que volvía a respirar después de mucho tiempo. El sonido del motor y los gemidos lastimeros pasaron a un segundo plano, insonorizando mi mente en un intento por mantenerla en orden. El corazón aún me dolía en el pecho y las manos me temblaban furiosamente, pero había algo en aquel coche y en la presencia de ambas chicas que me generaba cierta seguridad, un soporte donde sujetarme para no acabar perdiéndome a mí misma. No podía permitirlo, no cuando mi vida y la de las chicas dependía de ello.

    Me removí en el asiento trasero, sintiéndome culpable, los gritos de Yáahl aún resonando en mi cabeza con viveza.

    —...Lo siento —dejé escapar con voz queda, en medio de aquel silencio. No despegué la mirada de la ventana en ningún momento, porque sabía que perdería la seguridad al hacerlo y encontrarme con sus ojos fijos en mí—. Eso fue... penoso, lo sé. La próxima vez que sea un lastre para el grupo no seas estúpida y echad a correr sin mi.

    No fui consciente de mis palabras hasta que el silencio volvió a invadirme, y no supe discernir el tono con el que había querido emplearlas. ¿Era una broma pobre para aliviar la tensión? ¿Simplemente sentía la urgencia de añadir algo, de disculparme? Fue en aquel momento donde me di cuenta de cuánto temía a la muerte y de lo desesperada que estaría de ser dejada atrás. Entonces... ¿por qué demonios había dicho eso? Nunca lo entendería.

    La atmósfera en la comisaria se sentía enrarecida, y un escalofrío recorrió mi espalda en cuanto nos adentramos en su interior, sin rastro de Kurone por ningún lado. No me separé de la puerta, apoyándome en ella como si hacer fuerza contra ella nos sirviese de algo en caso de amenaza, y no despegué la mirada de las chicas, quienes se adentraban en el lugar en busca de la otra oficial. Algo no estaba bien, podía sentirlo.

    —Por favor, no vayas —musité, viendo cómo la policía se alejaba cada vez más hacia las otras salas. Me abracé a mí misma, tensa, y pronto me corregí al ver a Gigi seguir sus pasos—. No vayáis. No sabemos si este sitio está libre de esas cosas, y que Kurone no conteste... No me da buena espina.

    No me moví en ningún momento del hall, ni tenía intención de hacerlo. Algo me decía que no debíamos haber entrado allí en primer lugar.
     
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  10.  
    almiok

    almiok vamos, escribamos con fervor.

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    El equipo ya había decidido, así que solo podíamos seguir juntos, pero al momento que Gigavehl soltó el hacha me percate de lo obvio, así que con un sonido de la garganta llame la atención de Gigavehl y El Calabazo ; cuando estos me prestaron atención señale mi arma y el auto donde Luix y yo habíamos llegado indicando que mejor tomaran un arma. Ellos asintieron y se acercaron al vehículo, cada uno tomo un arma y bastante munición, hicieron algunos disparos a la calle par probar si todo estaba en orden.

    —si tienen algo en mente hablemoslo antes de partir— dije mientras entraba a la ambulancia en la cual encontré algunos objetos interesantes.

    Salí de ella con los objetos en los brazos y me acerque al grupo, cada quien tomo algo que le resulto interesante o útil. (cada uno puede mencionar que objeto tomo).

    —cierto chicos incendiarios— dije, —¿no tendrán en su camión una sierra eléctrica?— :cref:
     
    Última edición: 28 Octubre 2019
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  11.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Yáahl

    Pisé el acelerador con tal fuerza que sentí los músculos de la pierna quejarse, arrojando un relámpago de dolor que casi me hace retirar el piel del pedal.

    Una vez lejos del local, la voz de Liza me hizo regresar la vista a ambas chicas a través del retrovisor. No me miraba, me estaba evitando adrede, sin embargo, su disculpa suavizó mis gestos, al menos hasta que continuó la frase.


    —La estúpida eres tú ahora mismo —respondí con más brusquedad de la que planeaba y por alguna razón sentí, luego de todos los acontecimientos, la profunda necesidad de llorar. Tragué grueso, aflojando mis manos que se habían aferrado como garras al volante—. Se supone que vele por los civiles, Lizzie, y a veces eso implica arrastrar a los que entran en pánico y no logran moverse. ¿Podría morir en el proceso? Quizás, pero prefiero eso que tener que vivir con el hecho de no haberlo intentado siquiera. Es egoísta, sí, sobre todo teniendo en cuenta que Gigi también está involucrada en esta mierda... pero bueno.


    Guardé silencio, regresando la vista a la carretera.
    Una vez dentro de la comisaría, fue la voz de Liza la que detuvo nuestro avance. Una cubeta de agua fría me recorrió la espalda, porque lo cierto es que internarnos en la comisaría era una estupidez al tener en cuenta que Kurone no respondía y no sabía si había logrado encerrar el cadáver de Rapuma a tiempo.


    —Chicas, detrás de mí —ordené entonces, mientras desenfundaba el arma de nuevo, para permanecer en el hall.


    Sin embargo, ¿cómo iba a detener a Gigi de continuar si deseaba hacerlo, sin tener que dejar a Liza atrás?
     
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  12.  
    El Calabazo

    El Calabazo Y dime, ¿Quién soy yo?

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    Gigah había tirado su hacha frente a nosotros, estaba cansado seguramente de todo, y esto era mi culpa seguramente. Era mi culpa que ahora desconfiaran de Giga por un momento, era mi culpa que la vieja le vomitara encima. Sí en lugar de pedirle abrir aquella ambulancia les hubiera dicho que mejor nos largáramos... quizás todo pudo haberse evitado.

    Pero ahora estaba allí, el novato, mi compañero, mi amigo... y no sabia si seguiría vivo para el día de mañana, aunque quizás ninguno de nosotros viva para ver el amanecer.

    Mire por un segundo al suelo, recogí su hacha con cara de tristeza, pasé la yema de mis dedos por el filo, para luego colocarla en el cinturón.

    — Cuando la quieras de vuelta... solo pídela ¿sí? nunca abandones tus herramientas de trabajo. Y mi barra no es estúpida, una vez un gran hombre salvó al mundo luchando con una barra metálica, Freeman. Le llamaban Freeman. No voy a abandonarte amigo, y creo que ellos tampoco te dejaran ir por tu cuenta. — Le mencionaba a Gigah mientras volteaba a ver detrás de nosotros. Cuando Almiok llamó mi atención poco después para indicar donde tenían ellos su auto, estábamos como niños en una dulceria, habíamos visto lo que una bala podía hacerle a esas cosas no una sino dos veces ya de primera mano.

    Esta era nuestro mejor momento para armarnos, había de todo un poco, difícil era escoger algo pequeño, realmente.

    Por poco termino tomando uno de los fusiles que tenían o un rifle, cuando en una de las esquinas vi algo que me llamó la atención, había una escopeta de asalto entre todas las cosas, la tome con mi mano derecha y con mucho cuidado la observe detenidamente y jugué un poco con ella para sentir su peso, cuando Gigah tomo su elección, decidí disparar contra una pared en plena calle para ver si todo estaba bien. Tenia fuerza de choque esa cosa, suficiente para dislocar un brazo si no le sujetabas bien. Pero el alcance podía llegar a ser un poco corto. Era perfecta para luchar contra varios al mismo tiempo y cualquier cosa todavía tenia mi fiel barra conmigo (y el hacha de mi compañero).

    De la ambulancia no tomé mucha atención realmente, esa vieja sin cabeza me ponía nervioso de lo fea que estaba. Tome un par de vendajes que había traído el soldado de entre toda la pila. Cuando menciono la sierra eléctrica no pude evitar reír con malicia cuando pensaba en sujetar esa cosa cuando Gigavehl me detuvo al caminar hacia el camión. — Llevas ya demasiado peso encima, ¿no crees? — me molesté un poco, pero tenia razón el chico. Deje que el fuera a por la sierra y fui yo en su lugar a por un bidón vació y lo llené de agua con una de las mangueras.

    — ¿Alguno quiere algo de agua antes de continuar el viaje? No sabemos cuando podremos volver a tomar un poco — les mencionaba a los tres cuando estábamos nuevamente juntos.
     
    Última edición: 29 Octubre 2019
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  13.  
    Gigavehl

    Gigavehl Equipo administrativo

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    Me había quedado reflexionando cuando Luix se acercó a mí. Agarrándome ciertamente desprevenido, lo escuché, con cierta expresión triste hasta que había puesto su puño contra mi pecho, viéndolo por un momento reflexivo...
    Seguidamente fue Calabazo el que me habló, riendome apenas nada al escuchar a Freeman. Además de la opción para pedir de vuelta el hacha, no lo sentía necesario, de momento. Pero era mejor que lo cargara ahora...

    Sin en cambio, ver ahora a Almiok también apoyándome, así como las emotivas palabras de ambos me hizo darme cuenta, aun me dejarían estar con ellos. No pude evitar exhalar emocionado y alegre por eso, aunque me parecía una decisión agridulce. Como dije, confiaba en que decidieran lo correcto.

    Antes de poder argumentar algo, Almiok captó mi atención y nos señaló su jeep, ilusionandome comprendí su mensaje y Calabazo y yo no tardamos en dirigirnos al jeep para ver el arsenal que se tenían montados...
    No evite chiflar ante la escena, por mucho sería una decisión complicada, aunque tomé en cuenta el comunicado de Yáahl, la oficial de policía. Tal vez no sea lo mejor, pero ahora las reglas deben estar destruidas por el caos...
    Así que busqué en el jeep algún saco el cuál no tardé en hallar y me dispuse a recoger los rifles de asalto como un par de pistolas... No sabía si nos podíamos encontrar a alguien más, y lo mejor era llevar armas también ya teniéndolos en mano. Para que así llegando a la comisaria solo se tome el saco y dirigirnos sin más adentro.
    Al mirar lo que quedaba, Calabazo ya había recogido una escopeta, una buena elección sin dudas, solo se necesitaba práctica, yo al ver lo que había terminé por optar por la variedad hasta que vi una tremenda pistola... Pero hasta yo sabía que no era una pistola... Las llamaban "handcannon" y con solo tomarla se sentía el peso.
    Con intuición la desbloquee y me coloqué lo mejor que pude para apuntar a la pared, disparé y el retroceso fue brutal, casi se me salía el arma de las manos sin mencionar que casi me tumba... No lo quería para matar, solo para algo necesario... Como por ejemplo, una puerta trabada o algo que requiera mucha fuerza para destrozar.
    Tome las municiones, la recargue y tome caja extras para meterlos al saco y cerrarla al fin para dejar el saco con el copiloto.

    Almiok y Calabazo empezaron a prepararse mientras vi lo que recogió. Opté por una curiosa caja de tornillos, eran pocos. Pero podría servir para tal vez bloquear una puerta con tablones. Revisé el resto y recogí el alcohol, Almiok entonces pensó lo de la sierra, y cuando Calabazo iba a ir por ella lo detuve, se molestó un poco pero era lo justo. Sin más me dirigí a ella y la tomé con algunas dificultades para regresar con la sierra en manos con el resto. La deje en el suelo y tome otro bote y espere a que el Calabazo terminara para tomar la mangera y cortar parte de ella para tomar apenas un poco de gasolina de la ambulancia y dejar el resto... Con suerte y por lo menos esto podría generar una pequeña explosión en caso de vernos en aprietos.

    Me reuní con el resto, y decidí esperar en beber agua, si de verdad estoy infectado no seria buena idea beber del mismo recipiente...

    —El arma que tomé mas que para matar es por si nos vemos en la necesidad de romper por ejemplo un candado. Me parece lo mas potente para hacer eso... Propongo irnos cuanto antes, me preocupa que Yáahl y compañía se encuentren en aprietos —. Dije en cierta medida preocupado.
     
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  14.  
    Luix

    Luix Fanático

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    Luix.

    Todos estaban apoyándose en la decisión de llevar con nosotros a Gigavehl, estaba más tranquila ahora, verlo equiparse junto a El Calabazo con lo que podían me estaba dejando sin opciones para elegir, pero yo ya contaba con mi rifle y el maletín que me había entregado almiok tiempo atrás. Me introduje al jeep, colocando en mi cinturón dos pistolas pequeñas guardadas en su respectivo protector, guarde en mi bolsa pequeña algunas municiones más, y otras en los bolsillos de mi chaqueta de soldado.

    Me baje, observando como probaban las armas que habían elegido, parecían emocionados a pesar de toda la conmoción. Me aproximé a Almiok, tomando también unas vendas, cinta, un alcohol y algunos parches por si se trataba de algún rasguño.

    Tras ver a Calabazo, acepté el agua, tomando un sorbo extenso y mirando a Giga tomar precauciones. Algo en mi aún estaba angustiándome, pero no iba a tomar importancia del asunto, quizás solo era por todo lo que pasaba en el mundo. Al verlos listos, afirme mi voz —Bien. Si eso es todo, iremos con Gigavehl hasta la Comisaría.

    Saqué mi radio para mandar un mensaje nuevamente —Policía Yáahl y compañía, estamos a punto de partir a la comisaría, aguarden un poco más por nosotros. Trataremos de ir lo más rápido posible.
     
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  15.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    El mundo y su tiempo se habían convertido en una violenta vorágine; cuando quise acordar, estaba subida a un auto en marcha, sentada en el asiento trasero. Parpadeé y tragué saliva, intentando acostumbrarme al nuevo entorno que me rodeaba, pero lo cierto era que me resultaba aún imposible borrar los gritos, las imágenes y los olores que me había visto obligada a absorber en aquel bar.

    Le eché un vistazo a mi alrededor. Liza iba a mi lado, y Yáahl conducía. La primera habló entonces, y la presencia de una voz familiar llenando el recinto me ayudó a tranquilizarme, aunque fuera un poco. Noté cuán tensos mantenía aún los músculos y me relajé, recostándome sobre el cabezal del asiento. Se produjo un breve intercambio del cual no me apetecía ni sentía ánimos de participar, por lo que me mantuve escuchándolas y viendo por la ventanilla. La ciudad, siempre tan animada y dinámica en noche de Halloween, parecía haber sido devorada por la oscuridad y el silencio más absolutos.

    El coche se detuvo entonces, y una sensación agobiante escaló hasta mi garganta cuando supe que debía abrir la puerta y volver a ese mundo extraño y horrible. Me mantuve siempre detrás de Yáahl, pues era ella quien poseía un arma, y pude sentir los latidos contra mi pecho al ingresar a la comisaría. Silencio y oscuridad, como siempre. El ambiente resultaba asfixiante y me obligué a tragar saliva, sintiendo la boca sumamente seca.

    —Quédense tranquilas —murmuré, notando el ligero eco que mi voz reproducía entre aquellas paredes frías—, no pienso dármelas de protagonista en esta pesadilla de mierda. Nos irá mejor si no nos hacemos las locas.

    Decidí quedarme en el hall, pues, junto a Liza y Yáahl. No sabía muy bien cómo proseguir, a quién pedir ayuda, adónde ir. Le eché un vistazo a los alrededores, escrutando la habitación hasta que mi vista se acostumbrara a la oscuridad, en busca de... ¿qué? ¿Algún fierro? ¿Alguna estaca de madera bendita? Lo que fuera, a decir verdad. Me daba pánico la idea de seguir totalmente desarmada.


    Oh, Rapu sama, danos algún palo matazombies, por favor(??
     
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  16.  
    rapuma

    rapuma Maestre

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    El hall de la comisaría era tétrico y no se percibía ningún ruido desde el interior. Yaáhl había tomado de un brazo a Liza White y del otro a Gigi, mirando en todas direcciones. No sabía por qué, pero algo dentro de ella le decía que no estaba bien. No del todo bien. Había visto cosas horribles hace unos minutos atrás y quizá algo así hubiera sucedido allí mismo. Rapuma no estaba y no había rastros de Kurone... pero una parte de su cerebro le decía que su compañera había llevado el cuerpo a la enfermería; la otra parte de su cerebro le decía que lo mejor era irse a dormir, cerrar los ojos con fuerza y rogar que al despertarlos todo haya sido una mala ilusión de sus sentidos.

    —¿Puedo... puedo llamar a mi casa? —preguntó Gigi después de un rato de estar paradas en el centro del hall. Yaáhl notó que las estaba sujetando, a ambas, con demasiada fuerza y aflojó el agarre.

    —Sí, de cualquier teléfono. —dijo Yaáhl, descansando sus hombros y su postura por primera vez desde que todo había sucedido.

    Gigi fue a marcar el número de sus padres en uno de los teléfonos mientras Liza White se acercaba a la bolsa negra y al rastro de sangre en el suelo. Yaáhl la acompañó.

    —¿Que es esto?

    —... Rapuma, mi compañero, un perro lo atacó cuando quiso salir de aquí. Abatimos al can y empecé a tomarme los llamados en serio. Se suponía que lo había dejado aquí, pero quizá mi compañera lo llevó a la enfermería. Lo siento, no quería que vieran esa imagen.

    Liza White se quedó abstraída unos momentos viendo la sangre, pero el rastro terminaba ahí mismo. No había una huella o algo por el estilo... pero los muertos no sangran, ¿verdad?

    —¡No funcionan! —gritó Gigi, colgando un teléfono y tomando otro, tecleando histéricamente. —¡No funcionan! ¡Los teléfonos no funcionan!

    Yaáhl y Liza los comprobaron ellas mismas. La mujer policía arrugó el entrecejo y tomó la radio para comunicar algo en un canal libre y solo se encontró con estática; una estática demasiado fuerte. Lo apagó.

    —¿Qué sucede? ¿Por qué ahora no funcionan?

    —¿Sabes que sucede, Yaáhl?

    La policía se quedó pensativa: se le ocurrían varios factores. Quizá la caída de las emisoras más grandes del foro, el cableado telefónico destruido... un inhibidor de frecuencia. ¿Pero quién usaría un inhibidor en un caso así? ¿Quién querría mantenerlos incomunicados?

    —¿Escuchan eso? —preguntó Gigi, dejando los teléfonos y prestando especial atención a los ruidos exteriores. —¿Escuchan?

    Liza la miraba extrañada pero Yaáhl prestó atención, agudizando sus oídos. Parecían disparos. Ráfagas cortas. Una M4A1.

    Caminó con prisa hacia la puerta y la abrió con ambas manos.


    El jeep de los soldados doblaba peligrosamente por las calles, esquivando coches abandonados y árboles; atropellando a varios zombies en su camino. Almiok conducía y Luix, a su lado, disparaba con una precisión que hablaba de años de justeza. Detrás iban los bomberos, disparando alguna que otra bala pero sin dar en el blanco.

    —¡Eh! ¡Aquí! ¡AQUÍ! —Yaáhl alzó los brazos y saltaba en el lugar para que le vean.

    Almiok, al volante, la vio pero intentaba perder el rastro de la jauría de perros que los perseguían. Luix disparó su anteúltimo cartucho de balas.

    —¡Los tenemos muy cerca! —gritó Luix, recargando.

    —¡Dime algo que no sé! —contestó Almiok, viendo dónde aparcar para salir echando leches hacia la comisaría.

    —¡Allí está la comisaría! —gritó Calabazo, viendo la figura femenina a lo lejos. —¿Ves la comisaría, Giga?

    Pero Gigavehl estaba mal. Más pálido de lo normal, con apenas fuerza para sostener el arma. Incluso en ese estado sonrió.
    —Ya era hora, joder.

    —¿Estás bien?

    —De puta madre. ¿No me ves?

    —¡MIERDA, A LA DERECHA!

    Un perro saltó hacia el jeep y derribó a Calabazo. Almiok frenó de golpe y el vehículo patinó unos centímetros antes de detenerse. Los dos militares bajaron de un salto y acribillaron al animal que no alcanzó a morder al bombero.

    —En pie. —ordenó Almiok, disparando ráfagas cortas a la distancia, para abatir a los canes más cercanos.

    Calabazo se levantó adolorido y fue ayudado por Gigavehl que lo apoyó en su hombro y lo tomó por la espalda. Ambos comenzaron a esprintar, como podían, hacia la comisaría mientras Luix y Almiok retenían a los perros que ya casi estaban sobre ellos.

    —¡Tenemos que correr! —gritó Luix, acertando en otro animal.

    —¡Si perdemos la posición estamos perdidos! —gritó Almiok.

    —¡De las dos formas estamos perdidos!

    Los militares seguían conteniendo a los perros mientras los bomberos corrían hacia la comisaría.

    Yaáhl tuvo un pico de adrenalina y, desde las escaleras que daban a la entrada principal de la comisaría, disparó contra los animales a la distancia: aunque estaba lejos y las balas no los hacían retroceder. Gigi y Liza veían todo desde dentro del lugar, parecía una película en tiempo real.

    Opcion ÚNICAMENTE para El Calabazo Gigavehl almiok Luix Yáahl (los bomberos, soldados y la policía, respectivamente)

    1) Quedarse de apoyo y contener a los perros (solo se acepta uno solo. Ni más ni menos. En caso de que nadie lo decida lo haré yo al azar en una lista en este mismo post)

    Opciones para Gigi Blanche y Liza White

    a) Cerrar la puerta de la comisaria (dejar a todos afuera)
    b) Intentar buscar algo que sirva de contención a la puerta cuando todos ingresen.
    c) Quedarse en el hall sin hacer nada.
     
    Última edición: 7 Noviembre 2019
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    almiok

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    Teníamos la mierda hasta el cuello, eso y una jauría de perros asesinos tal cual marejada se cernía sobre nosotros, aun así dispare a los malditos engendros y al terminarse las balas me colgué al hombro el arma.

    —cúbreme un momento— le dije a Luix , en tanto me acerque a la tapa del motor del auto y la abrí, buscando un poco al fondo tome el paquete que unos compañeros y yo siempre ocultamos en los vehículos.

    Click ... clack

    Un sonido parecido a un botella de corcho siendo destapada sonó y una explosión en el centro del grupo de perros fue vista, seguida de otras explosiones provocadas por los autos de la calle volando debido a la explosión.

    El lanzagranadas valió el costo, definitivamente valió el costo. :yagami::yagami::yagami::shani::shani::shani:

    —suministros ya— grite hacia atrás de mí para que el grupo pudiera tomar lo necesario del auto, una de las chicas dentro del edificio salio corriendo y tomo algunas armas para ayudar a el equipo, continúe avanzando hacia donde venían los perros y demás bastardos.

    Esperaba el momento en que los demás pudieran cubrirme.
     
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  18.  
    Luix

    Luix Fanático

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    Luix.

    Mi vista estaba centrada en la mira y cada que enfocaba a un putrefacto muerto me encantaba colarme y volar su cráneo. Estaba tan fastidiada de la situación, mientras todos iban tensos en parte por la conmoción con Gigavehl, ni su compañero El Calabazo estaba del todo cómodo. Era normal, estábamos al borde de la muerte de una u otra forma.

    Al encontrarnos próximos, parecía imposible lo que estaba divisando, una cantidad inexplicable de animalea se aproximaba a nosotros, un mendigo bache nos redujo la potencia y uno de los bomberos cayó al suelo embestido por una de esas bestias insaciables. Mi compañero detuvo el jeep e inmediatamente actuamos en contra, revisando que Calabazo no tuviera daños colaterales al ataque. Pero sin mucha suerte, poco tiempo después estábamos rodeados. No había muchas opciones, aún cuando la oficial @Yaáhl se había prestado a ayudar desde la distancia. Estaba tan enfurecida y pérdida en la desesperación que casi pierdo mi reacción ante los avisos de mi compañero y la explosión fue mi "tic" ante mi sentimiento efímero.

    Escuchar sus palabras me habían hecho sentir una idiota, estaba sucumbiendo por primera vez en mi carrera como soldado estaba sucumbiendo a mis estúpidas emociones.

    Mierda, ¿Esto estaba pasando ahora? ¿No era todo una jodida broma? Pude salvar a un bombero del que todos dudaban, ¿Y no podía salvar a mi último compañero en pie?

    Al notar que todos estábamos actuando como podíamos, intentando no fallar a nuestras profesiones, intentando sobrevivir, pero sobre todo... bastante asustados... creía que iba a llorar ante mi compañero... era demasiado para cualquiera. Tomé algunas cosas de móvil, varias municiones y una que otra bomba explosiva.

    — ¡Retrocedan, ahora! — les indiqué a los bomberos, empujando a ambos para que se dirigiesen hasta las civiles Gigi Blanche y Liza White mientras apoyaba a mi compañero con algunas bombas que lograban matar a algunos pocos perros y disparando entre ceja y ceja a otros. No podía controlarme, sentía que las lágrimas estaban corriendo por mis mejillas aún cuando intentaba negar cada una. La mirada que lanzó mi compañero como socorro me punzaba el pecho, pero observaba cada tanto que los bomberos llegasen a los civiles y la oficial.

    Verlos a centímetros de la puerta me dejo más tranquila, aún cuando estaba abrumada por mi compañero, lo ayudaba pero de forma ineficiente, los animales y algunos afectados aparecían multiplicados desde el primer muerto.

    — ¡Esto es una mierda! — grité para que almiok me oyera a esa distancia. Él solo viró para mirarme fija y seriamente, eso solo empeoraba la situación, era consciente de que la decisión que había tomado era solo una.

    ¿Pero por qué mi comportamiento era tan poco profesional? Claro, era mi último compañero y el único que hasta ahora me había dado una débil esperanza de vida pese a la situación.

    Logré descolgar el aparato que el mismo Almiok me había hecho portar todo este tiempo, dejándolo a su lado. Lo miré, disparando a algunos más antes de hablar—Dime, ¿Que diablos piensas hacer? ¡Uno de nosotros dos debe sobrevivir! ¡Los demás necesitan a uno o no sabremos quien pueda sobrevivir!

    Luego de indicar que debía decidirse a tomar acción, me puse a varios metros detrás. No podía negar lo aterrada que estaba, pero si mi compañero me decía "Yo seré", lo más prudente sería esta distancia que había propuesto. Al ser superior... seguramente estaría enojado si me ve llorar por perderlo.

    QUE VIVA EL DRAMA SEÑORES (?)
     
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  19.  
    Gigavehl

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    Cáncer
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    Cuando menos me había dado cuenta, ya la comisaría estaba cerca... Ya era hora...
    Cuando menos me había dado cuenta, mi compañero había sido derribado.
    Cuando menos me había dado cuenta, un perro estaba siendo brutalmente despedazado.
    Y cuando menos me había dado cuenta, por instinto. Levanté a mi amigo, puse uno de sus brazos en mi hombro y creo que mas bien trotaba torpemente hacia la comisaría.

    Me sentía bien, de alguna forma lo hacía. Pero el rostro y expresiones del resto parecía decir lo contrario... Es una lástima.
    Tal vez la sola razón de que ya haya asimilado este final es lo que de alguna forma hace que esto lo tome con... Calma. Supongo.

    Las explosiones y comentarios no se hicieron esperar, me detuve un momento, jadeando. Si bien estaba en calma en realidad me sentía distraído. Volteé, viendo como Almiok y Luix apoyaban... Era de esperarse, son militares. ¿No?
    Parpadee varias veces antes de caer en cuenta, olvidé el bote de gasolina... Lástima.

    Vi como un perro de la nada salía, levanté con sumo trabajo la handcannon y apunté torpemente. Al menos el margen de error impedía que dañara a alguien, esperaba eso... Creo.
    Cuando creí tenerlo centrado, disparé. El arma salió volando sepa dios donde... Escuché algo más... ¿Lo mate? Por mucho que quería darme cuenta, no podía cavilar. Pero no ha pasado nada, espero. Eso quiere decir que si acerté... Creo.

    Al final miré hacia la comisaria, sabía que no podíamos quedarnos mucho, era muy arriesgado...
    Continúe ayudando a mi amigo a llegar, creo que me habla, no estoy seguro. Tal vez y necesite dormir un poco... Ha sido demasiado.

    ...

    Prometí darme cuenta si algo andaba muy mal, y quiero cumplir esa palabra...
    Suelto a mi compañero y caigo de rodillas, jadeando, sudando. Mientras de la manera más tranquila y centrada posible le hablo. Fracasando estrepitosamente en mantener un mínimo margen de confianza:

    —C-Calabazo... Je... Creo que estoy jodido amigo. Ni siquiera puedo concentrarme

    >>... Creo que será mejor que me dejen aquí
     
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    almiok

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