Microrrelato Y ahí reside la esperanza

Escrito para una actividad. Tengo meses, pero muchos meses, sin escribir algo así que de antemano me disculpo si es notorio el polvero que llevo encima entonces(?

Ok, el escrito está inspirado en una carta/noticia que vi por internet. Dejaré foto al final en spoiler.

Sin más, aquí está.

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Esperanza​

“Qué poco todo, mi amor, y cómo es corta la esperanza, cuando venimos a verla ya se nos acaba y están los hijos corriendo más allá de la mañana” Eliseo Diego.
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Las manos le temblaban a medida que leía la carta que su madre le había dejado encima de la mesa comedor. Sus lágrimas, que había intentado contener para poder leer, ya corrían por sus mejillas sin ser poder parar, una tras otra mientras el dolor emocional se plantaba en su pecho, y se intensificaba con cada latido que daba.

No podía creer lo que estaba leyendo.

No podía creer lo que su madre le estaba diciendo.

Lo que había hecho.

Con una repentina rabia arrugó el papel en sus manos, tirándolo aún sin terminar de leerlo mientras ella caía al suelo como si fuese una edificación sin cimientos. Soltó un sollozo gigante como si le estuviesen hiriendo físicamente, y más lágrimas bañaron sus pómulos sin contención alguna.

Por Dios.

¿Qué iba a ser de ella sin su madre? ¿Cómo iba a lidiar con lo que había hecho?

Su madre se había suicidado.

Le había abandonado cuando quizá más la necesitaba, cuando más necesitaba sus palabras de apoyo para salir adelante, cuando más necesitaba de alguien que le mirara a los ojos y le dijera que todo iba a estar bien, que todo iba a mejorar. Que siguiera luchando por sus sueños, y por ella misma.

Pero ya no más.

Ya no sería ella.

La había dejado a la intemperie absoluta.

Nunca, en ningún momento de su vida, de su día a día, había pasado por su mente la posibilidad de que su madre estuviera enferma. Realmente enferma. En su carta le explicaba que había ido al médico porque no se sentía bien y había sido diagnosticada con cáncer, y por eso se había arrebatado la vida, para no ser una carga para ella y su familia en general. Para que su acto de sacrificio le permitiera seguir adelante, luchando por ella y sus ganas de ser una mujer emprendedora, sin preocuparse por su madre enferma y con los días contados.

Queriendo lo mejor para su hija, que la esperanza por obtener todo por lo que trabaja, siguiera viva dentro de ella, floreciendo día a día. La madre quería que su hija entendiera que su suicidio no fue provocado por alguna depresión, o porque no se amara a ella misma, no, quería que su hija viera su suicidio como su más grande regalo para que pudiera hacer todas sus metas realidad, todos sus anhelos.

Su suicidio era su más grande acto de amor por su hija.

Y que la esperanza se mantuviera viva en sus ojos cada mañana. Cada día de su vida, con el amor de su madre y su acto como su nuevo motor para seguir teniendo esperanza en ella misma, y en todo lo que creía.

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