Harry Potter Extinguiéndonos: (Draco y Ginny)

Cap. 15​

“La madriguera”​

El chofer le abrió la puerta y Ginny bajó del auto. Caminó hasta la puerta y tocó el timbre con el chofer pisándole los talones cargando su equipaje.

—¡Ginny cariño!—abrió la puerta Molly.

—Hola madre.

—Te esperábamos hace horas por polvos flu.

—¿Polvos flu?, ¡por supuesto que no!—se rió lacónica.

—Bueno, pasa cariño.

Ginny entró seguida del chofer.

—Lleve mi equipaje a mi habitación—le ordenó.

—¿Disculpe Sra. Malfoy, pero cual de todas es su habitación aquí?

—¡Deja eso ahí querido!, ¡ella misma sube luego sus baúles!—le sonrió Molly al chofer.

—Ni de broma. Es la cuarta subiendo las escaleras Luke—contestó—. Llévalas.

—Como usted diga señora—obedeció.

—¡Podrías haberlas llevado tú misma y dejar descansar a ese pobre hombre!—la reprendió.

—¡Por dios, ese es su trabajo! Además, Luke no ha hecho nada hoy, sólo conducir.

—Señora, ya lo hice. Con su permiso, me retiro.

—Está bien, ¡adiós Luke!—se despidió Ginny.

—¡Pobre hombre!—musitó Molly.

—¡Voy a mi habitación estoy cansada!—Ginny ignoró el comentario de su madre y habló como si nada.

—Hermione ya está aquí, llegó con los chicos.

—¡Genial!—resopló con sarcasmo—. Más pequeño que una caja de fósforo.

Subió las escaleras y entró a su antiguo cuarto vio sus cosas a un lado, y arriba en la litera roída y desgastada las cosas de Hermione.

Suspiró y se acostó en la cama baja de la litera. La puerta se abrió bruscamente.

—¡Ginny!—gritó emocionada Hermione abalanzándose sobre ella estrechándola en un abrazo.

—Hola Hermy—la saludó.

—¡Al fin libres sin fingimientos!

—Hermione yo no…

—¡A comer!—la interrumpió el grito de Molly abajo.

—Vamos, bajemos—la haló Hermione.

Ambas se sentaron, los chicos ya estaban ahí, todo estaba servido ya. Gin empezó a buscar las servilletas pero no las halló, se me había olvidado que aquí no hay nada de eso.

—¡Por Dios!—resopló.

—¿Qué pasa cariño?

—Nada, sólo que no hay servilletas.

—¿Para qué querida?, ¡son innecesarias!

—¡Discrepo! Pero, no discutiré contigo esos asuntos—la cortó y empezó a comer tranquilamente. Tenía tiempo ya que no probaba una sopa de cebolla.

Al finalizar la comida Molly llamó a Ginny y a Hermione.

—Bueno niñas me gustaría que me acompañaran al Callejón Diagon de compras.

—¡Claro Sra. Molly!—contestó inmediatamente Hermione.

—Está bien, déjame llamar a Luke.

—¿Para qué cariño?, ¡no! Iremos en polvos flu es más rápido.

—No, no, no, yo no iré así—intentó negarse a toda costa.

—Camina Ginebra—la empujó dentro de la chimenea y antes de que Ginny pudiera protestar y razonar aparecieron en un de las chimeneas del Callejón Diagon.

—¡Genial!—resopló con sarcasmo Ginny—. Ahora debo comprarme ropa.

—¡No, cariño, estás bien!

—¿Así, sucia y mugrienta?, ¿eso es bien?—inquirió con ironía.

Pero Molly no la estaba escuchando porque estaba viendo una tienda de artículos usados y empezó a buscar.

—¡Ya yo no aguanto!—explotó Ginny—. ¡Yo me voy a comprar ropa!

—Voy contigo—ofreció Hermione.

—Como gustes—se encogió de hombros y empezó a caminar. Entró a una de las tiendas de etiqueta y empezó a buscar un conjunto que le gustara y fuera adecuado.

—Buenas tardes señorita…

—Señora Malfoy—completó Ginny absorta en la ropa.

—¡Oh!, ¡señora Malfoy bienvenida! ¿Qué desea?, ¿en qué puedo servirle?—inquirió la dependienta apresuradamente al conocer su nombre.

—No se preocupe, sólo elijo un conjunto apropiado para lucir hoy.

Gin agarró la ropa que eligió y fue a los vestidores, se cambió, y salió para verse en el espejo.

—¡Perfecto!—sonrió.

Se observó desde varios ángulos.

—¿Tú que opinas Hermione?

—Mm. Es muy lindo—opinó la castaña.

—Sí. ¡Me encanta!—Eran unos pantalones caquis beige, con una camisa tres cuartos blanca, y sus sandalias beige a juego—. ¡Señorita! Me lo llevo puesto de una vez.

—Como guste Señora Malfoy. Pase por aquí para pagar.

—Está bien, voy—Gin agarró en su bolso una lujosa tarjeta negra de su monedero. Luego de pagar salieron de la tienda, Ginny luciendo su nuevo atuendo.

—¡Vamos a tomar algo, muero de sed!—repuso Ginny caminando hacia una tasca, simple pero muy elegante la vez.

—¡Una soda dietética por favor!—pidió—. ¿Tú qué quieres Herms?

—Lo que sea.

—Entonces que sean dos sodas—ordenó.

Ambas se sentaron en una mesa a esperar su orden.

—Bueno al fin podemos hablar, ¿no?

—Claro, Hermione—le sonrió ya de mucho mejor humor.

—Bueno… ¿cómo te va con el cambio de cuarto?

—¡Genial, es un cuarto estupendo!, ¡es muy parecido a mi cuarto!

—Y, ¿cómo es eso de que harás de nuevo la elección, acaso no eres una Gryffindor?—inquirió.

—Ah. Mis hermanos te lo comentaron, ¿no?—sonrió—. Bueno verás, Narcissa me dijo que me harán nuevamente la elección como una Malfoy, que las personas y situaciones cambian.

—¿Y tú que crees?—indagó.

—No lo sé, la verdad al principio estaba segura de que sería de nuevo una Gryffindor. Pero ahora no estoy muy convencida…

—¡Estás insinuando que quizás pueden quedar en Slytherin!—gritó horrorizada.

Ginny se encogió de hombros.

—No lo sé, sinceramente hay posibilidades y no me disgusta en nada la idea, por el contrario hasta me agrada.

—Ginny no est…

—¡Ginny!—el grito interrumpió a Hermione.

—¡Chicos!—sonrió abrazándolos—. ¿Qué hacen aquí?

—¡Vinimos a tomarnos una soda!—respondió Daniel—. ¿Y tú?

—Lo mismo, sólo que estoy esperando a mi madre para volver a la casa.

—¡Ya Draco nos contó tu deprimente situación! ¡Te compadezco amiga!—repuso Pansy.

—¡Si, yo también! ¡No sé como lo haces! Yo no lo aguantaría—admitió Amanda.

—¡Ni siquiera yo sé como lo hago!—rió Ginny.

—Tienes que venir con nosotros el próximo fin a Hosmeade, ¡no puedes faltar muñequita!—la invitó Blaise.

—¡Por supuesto! Le diré a Draco a ver que dice.

—Ven siéntate con nosotros.

—No, no puedo, estoy aquí con Hermione—negó Ginny al recordar que Hermione estaba sentada a su lado.

—¿Con esta sangre sucia?—inquirió déspota Daniel.

—Sí, con ella. Y por favor—le advirtió con la mirada que no le gustó para nada el comentario.

—Lo siento, lo siento—suspiró el chico.

—Gin…

—¡No Blaise! Ya dije, no se preocupen, el viernes vuelvo a casa.

—Bueno está bien. ¡Te queremos nena!

—¡Yo también los quiero chicos!—cada uno le dio un beso en la mejilla y fueron a sentarse en la zona privada de arriba.

El mesero llegó con sus dos sodas. Luego de tomarlas en silencio Ginny pagó y volvieron a la tienda de segunda mano donde las esperaba Molly.

—¡Niñas al fin llegas!, ¡las estaba esperando! ¡Caminen vamos tarde!—las presionó—. ¿Qué es eso que llevas puesto Ginny cariño?

—¡Ropa!, ¡deberías comprarte alguna!—resopló.

 

Cap.16​

“Ya no lo soporto”​

La cena no fue para nada un momento agradable, la llegada de Harry lo empeoró todo. Los días pasaron insufribles, en la atmósfera se podía sentir la tensión y la rabia. Harry y Ginny se mataban con la mirada y no se dirigían palabra alguna.

El jueves en la noche todos estaban en la sala de estar, Molly tejiendo, Harry y Ron en una partida de ajedrez mágico, los gemelos bromeando con Hermione, y Ginny asomada en la ventana tratando de olvidar por un momento donde estaba.

Hermione agarró la revista “Corazón de Bruja” nueva que compró antes de venir y se sentó a leerla.

—¡Ey, Ginebra!—la llamó Fred para obtener su atención.

—Dime.

—¿Sabías que tus queridos Malfoy estaban de visita en Roma sin ti?—inquirió chocante.

—Si lo sé, no te preocupes, mañana vienen por mí.

—¿En qué en su súper avión?

—¡Si tienes envidia puedo decirle a Luke que les de unas vueltas!—repuso irónica.

—¡No gracias, preferimos no contagiarnos de mugrosas serpientes!—resopló Fred con asco.

—¡Entonces te recomiendo que no respires el mismo aire que yo!—le espetó Ginny con dureza.

—¡Cariño!—gritó Molly emocionada—. ¡Terminé otra bufanda a juego para ti!

—¡No gracias!—Ginny puso los ojos en blanco.

—¿Cómo?

—¡No la quiero! Dásela a Hermione—Ginny se levantó y la dejó hablando sola, subió a la habitación y empezó a empacar. Envió una carta a Luke para que viniera por ella ya mismo, necesitaba salir de ahí lo antes posible.

La puerta se abrió y entró Hermione.

—¿Qué haces?

—¡Empacando!, ¡ya no soporto seguir aquí! Me voy hoy mismo.

—¿Ginny que te pasa? Te comportas como una…Malfoy.

—¡Entérate, lo soy!

—¡Sabes lo que quiero decir!, ¡estás irreconocible!—le espetó con dureza y confusión.

—¡Eso sólo significa que me estoy yendo por el buen camino!—le gritó en respuesta, estaba hasta la coronilla de la opinión de los demás.

—En todo Hogwarts están los chismes. Tratas mal a los que te molestan, ves a todos altiva, te la pasas con Slytherin, no les escribes a tus padres y quemas y desprecias sus regalos. No te reconozco, ¿donde está la Ginny que conozco?, ¿la que es mi mejor amiga?, ¿la que me defendería si me llaman sangre sucia y jamás llamaría a su madre fastidiosa?

—¡Por ahí debe de estar, espero que muerta!, ¡y ya deja de sermonearme!—le torció los ojos—. ¿Sabes qué? Es irónico oír eso de ti. Como tú dijiste, hay rumores, ¿y quienes se tomaron la molestia de esparcirlos? Principalmente el maldito de Harry Potter y otros mocosos. ¿Y qué hicieron ustedes?

—No puedo cre…

La puerta se abrió nuevamente y entró Molly interrumpiendo a Hermione.

—Ginebra no logro entenderlo hija, antes te gustaban mis bufandas, mi comida y la casa, te gustaba tu ropa, y antes sobretodo eras unida a tus hermanos.

—¡Ya me tienen harta!—explotó hecha una furia—. ¡Sólo dicen antes, antes, antes! ¡Entiendan que el antes murió para mí!, ¡algo que para mí ya no existe, soy una nueva persona!

—¿Pero, por qué?—insistió Molly.

—¿De verdad quieres saberlo? Bueno, ¡aquí te va y no sólo a ti, sino a todos los que están aquí!—Ya todos los demás Weasley y Harry se habían reunido en el pequeño cuarto a causa de los gritos—. Harry, ¡eres un maldito idiota mentiroso!, ¡qué para colmo no sabe perder! Ronald, no sé que te crees, ¡eres un ridículo sin vida social! Fred y George, son unos idiotas payasos de clase. Hermione, sobre lo que paso con Blaise y los chicos en la tasca, la verdad no me disculparé, sólo dijeron lo que eres, ¿qué quieres que haga?, ¿que niegue que eres muggle? Y tú mamá, ¡tus cosas son horribles!, ¡sólo nos das cosas roídas y de segunda mano!, ¡la casa es un desastre, peor que una caja de fósforos!, ¡ya estoy harta de estar en esta pocilga! ¡Me largo!—gritó—. ¡Me voy de esta maldita casa!

—Somos tu familia…

—¿Ahora sí, no?, ¿dónde estaba mi familia cuando desperté inconciente en la enfermería por una broma de mal gusto de los Gryffindor?, ¿dónde estaban mis hermanos y mis amigos cuando rayaron las paredes diciéndome prostituta, y miles de sandeces más?, ¿dónde, estaba mi familia cuando Harry decía que yo me acostaba con él por todo Hogwarts?, ¿dónde estaban? ¡¿Dónde?! ¿Fueron ustedes los que estaban a mi lado cuando desperté en la enfermería? No, fue Draco. ¿Fueron ustedes los que compraron la solución para borrar la tinta indeleble? No, fueron Lucius y Narcissa. ¿Ustedes callaron los rumores que esparció Harry? No, fueron los Slytherin y Draco. ¿Ustedes estuvieron allí para apoyarme y secar mis lágrimas? Definitivamente no, lo que hicieron fue criticarme y hundirme más en el agujero donde estaba. Y sé que son mi familia, eso no cambiará no importa lo que haga.—En eso escuchó una bocina afuera. Ginny se asomó en la ventana y le gritó a Luke que subiera.

—Señora. Malfoy—se inclinó Luke entrando.

—Luke agarra mis cosas y llévalas al auto. ¡Nos vamos a casa ahora mismo!

—Esta es tú casa hija…

—Era mamá, era. No te preocupes te escribiré cuando logre calmarme. Siempre serás mi madre, pero ya es hora de que me dejes ir, ¡ya tengo mi propia vida! Te escribiré uno de estos días, lo prometo.—Bajó las escaleras corriendo y subió al auto.

 

Cap.17​

“Nueva persona”​

Tocó la puerta en la mansión.

—Buenas noches, Señora. Malfoy—la elfina hizo una reverencia.

— Luke lleva mis cosas a mi habitación. ¿Lorca, dónde están mi esposo y mis suegros?

—Los señores y el señor Malfoy están en la sala de arriba señora.

—Está bien—asintió, Ginny subió las escaleras hasta la sala de la biblioteca.

—Buenas noches—saludó entrando.

—¡Ginny!—exclamó Draco sorprendido.

—No te esperábamos, sino hasta mañana, querida—repuso Narcissa.

Ginny se sentó junto a su suegra.

—Lo sé, pero tenía que salir de ahí.

—¿Qué pasó Ginny?

—¡No lo podía soportar más!—empezó a llorar desconsolada—. Era horrible…

—Cálmate querida—la consoló Narcissa—. ¡Lorca! Tráele un té a Ginny ahora mismo por favor.

—Enseguida Señora.—La elfina a los diez segundos volvió con el té para Ginny.

—Tómatelo querida y luego hablaremos—le pidió Narcissa.

Ginny obedeció y se tomó el té. Se secó las lágrimas y respiró profundo.

—Ahora sí explícanos querida.

—¡Ya no soportaba estar ahí!, ¡tenías razón Narcissa la gente cambia, yo cambié! Y ellos no lo aceptan, sólo dicen: ¡deja de fingir Ginny! Me tenían obstinadas con el: antes, antes, ¡antes! ¡No me dejaban en paz!, ¡querían que me comportara mal!, ¡que viajara en polvos flu!, ¡que olvidara que era una Malfoy! Aparte, tuvieron el descaro de decirme que yo le había faltado a la familia, y ¿saben quien estaba allí quedándose con nosotros? Harry Potter. Eso fue el colmo para mí.

—Hiciste bien Ginebra, hiciste muy bien en volver—la apoyó Lucius.

—Era de esperarse cariño, ya ellos no te comprenden, perteneces a otro mundo, a este—repuso Narcissa.

—Sí, pero pensé que sería diferente. Y estando allí es cuando más me he sentido una Malfoy—admitió.

—Entre más lejos de casa estés, más la extrañarás—sonrió Narcissa.

—Sí, supongo que tienes razón.

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Los días pasaron felices, los chicos fueron a visitarlos y bromearon mucho, Ginny jamás se había sentido más cómoda y perteneciente a un lugar.

—¡Ya Draco, ya!—rogaba entre risas mientras Draco le hacia cosquillas en la cama.

—¡Dilo, dilo!

—¡Está bien, está bien!, ¡Draco Malfoy es el más sexy y guapo esposo de todo el universo!

—Lo sé, tú también eres la más sexy y guapa esposa—se rió Draco acostándose a su lado.

—¡Te quiero!—Gin lo besó.

—¡Yo también!—la besó—. Mi vida, ¿mañana quieres ir a un baile en la casa de los Grenssall? Es el baile de presentación de Inari.

—¡Por supuesto! ¡Inari me cae muy, muy bien!—sonrió.

—Bueno entonces mañana iremos con mis padres.

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Lucius y Narcissa bajaron del lujoso carro. Lucius en una elegante túnica negra, Narcissa tomada de su brazo en un hermoso vestido verde esmeralda.

Draco bajó del auto en su traje de etiqueta negro tomó la mano de Ginny para ayudarla a salir del auto, Gin tomó la mano de su esposo y salió del auto luciendo un bellísimo vestido azul marino de cintas gruesas que se ajustaba bajo sus senos con un cinturón negro.

—¡Felicidades Inari!—la abrazaron ambos al verla.

—¡Gracias chicos!—les sonrió la anfitriona.

Terminaron de entrar y se sentaron en una mesa con Blaise, Pansy y todos los demás. Charlaron amenamente todos, Ginny notó que muchos chicos incluyendo a Daniel y Theo no dejaban de mirarla, pero por desgracia Draco también lo notó, al principio trató de ignorarlo, pero mientras bailaban no lo soportó más.

—¡Maldita sea!—resopló sentándose.

—Que te…

—¿Ginny bailas conmigo?

—Cla-Claro Matthew—tomó su mano y bailó con él.

—Estás realmente hermosa Ginny.

—Gra-Gracias—se sonrojó.

Y de cumplidos en cumplidos transcurrió la mayoría de la noche.

—Mm. Lo siento Kaileh, debo ir al baño, disculpa—se excusó y fue directo en busca de Draco, hasta que al fin dio con el en el balcón con una copa en las manos. Gin lo abrazó por atrás y le dio un beso en el cuello.

—¿Estás bien?

—Sí. ¡Genial!—resopló con ironía.

—¿Mi amor que te ocurre?—le preguntó.

—Nada, nada—contestó él.

—Ven, bailemos—lo haló. Draco suspiró.

—Está bien—aceptó. Caminaron tomados de la mano hacia la pista.

—¿Me permites este baile Ginny?—preguntó Román.

—¡No!, ¡demonios!, ¡no!, ¡no puede!, ¡va a bailar conmigo!, ¡su esposo por una vez en toda la maldita noche!—replicó empujándolo bruscamente cuando pasó. Ginny lo siguió en silencio y empezó a bailar al ritmo de la música.

—¿Así que eso es todo?, ¿celos?—sonrió al darse cuenta del todo el problema.

—¿Cómo rayos quieres que no los sienta?, ¿dime, ah?, ¡si todos esos malditos, incluyendo a Grenssall y Nott que con ellos hablo mañana, eso tenlo por seguro, no te dejan en paz!, ¡no hacen más que mirarte y fantasear!

—¡Mi vida yo te quiero solo a ti!

—¡Lo sé, lo sé!, ¡pero un cuerno!, ¡ellos no deben acercarte a ti!, ¡eres mía, mi esposa, ¡mía!

—Lo sé, y eso no va a cambiar cálmate. ¡Te quiero!—lo besó—. Y mucho.

—Yo también.

El baile terminó y todos se retiraron, a los días Lucius tenía una importante cena de negocios en la casa con la familia Grenssall, pero no con la de Daniel e Inari, no, la familia de Astoria Grenssall con los cuales los Malfoy tenían negocios importantes. Ginny ayudó a Narcissa a organizar todo de forma que quedara perfecto para la ocasión. Y cuando el día llegó todos esperaban en la sala vestidos elegantemente la llegada de sus anfitriones.

Escucharon cuando tocaron la puerta y Lorca fue abrirles, guiándolos luego hasta la sala de estar.

—Buenas noches—saludaron los recién llegados haciendo una breve inclinación, los Malfoy's se levantaron e inmediatamente le contestaron el saludo.

—Por favor tomen asiento—los invitó Narcissa como la perfecta anfitriona. Los invitados sonrieron y se sentaron. Ginny notó como Astoria Grenssall, con su cabello largo y rubio no le quitaba la vista a Draco. Y su vestido rosa ajustado le dejaba una espléndida vista de sus piernas desnuda al rubio, el cual ni se inmutaba ni se detenía a reparar eso.

Después de unas cuantas conversaciones vagas y superficiales pasaron a la cena. Dónde otras pequeñas conversaciones más se instalaron, después del aperitivo, los hombres pasaron al estudio de Lucius a hablar sobre negocios, incluyendo a Draco, que como futuro cabeza de la familia tenía mucho que decir. Dejando a las chicas en la sala de recreación.

—Bueno Sra. Ginny, veo que está estupenda, no le veía desde su baile de presentación—le sonrió amablemente la señora Grenssall.

—Muchas gracias. Sí, es que mis deberes sociales se ven interrumpidos por las clases en Hogwarts, después de que salga y en las vacaciones me verá mucho más se lo aseguro—le contestó Ginny educadamente con una sonrisa.

—Sí, Weasley, veo que unirte a una buena familia te ha sentado bien, ya no pareces un palo de escoba maltratado—resopló Astoria con insolencia.

—¡Astoria!—chilló su madre avergonzada.

—Primero, Malfoy no Weasley, segundo, me parece una falta de respeto tu forma de hablarme, y sobretodo una comparación muy insolente y desacertada—le contestó Ginny tranquilamente sin perder la elegancia.

—Yo no respeto a las basuras como tú—le espetó, la señora Grenssall se puso pálida de golpe.

—Le voy a agradecer señorita Astoria, que en mi casa no ofenda a mis familiares—le pidió duramente Narcissa evidentemente molesta.

—Astoria, acompáñame por favor—le pidió Ginny, no estaba dispuesta a armar un jaleo delante de las señoras, así que prefirió llevársela aparte, además, así se sentía más libre de decir lo que quisiera. La rubia se paró y la siguió ha afuera al jardín.

—Dejémonos de formalidades Weasley.

—Malfoy no Weasley—reiteró con cansancio en la voz—. Y te diré algo Astoria, aléjate de mi esposo. O, ¿crees que no me he dado cuenta como lo miras embelesada?

—¿Qué?, ¿celosa?—se mofó. Ginny enarcó una ceja y rió por lo bajo.

—Créeme, Draco prefiere a un cerdo que a ti. ¡Hueca estúpida! Pero no me gusta que lo estés acosando, ¿no te respetas a ti misma? Él es un chico casado, que quizás pronto pueda ser padre.

Astoria palideció ante las palabras de Ginny cosa que sólo aumentó su sonrisa.

—Deja de meterte en la familia. No seas zorra. Y te lo advierto, le pones una mano encima a Draco y amanecerás con zancudos en la boca, no volverás a ver la luz del sol—la amenazó con la varita presionándole el cuello—. Eso lo juro. ¿Entendido? Y volvamos a la cena. Que ese ridículo que hiciste sólo te afecta a ti.

Y caminó hacia adentro dejando a sus espaldas a una sudorosa y nerviosa Astoria mucho más pálida de lo normal y temblando. La cena acabó, la señora Grenssall se disculpó varias veces con Narcissa y con Ginny por las insolencias de su hija, hasta que por fin se fueron, y quedaron sólo los Malfoy en la sala.

—¡Pero qué chica!—resopló indignada Narcissa—. ¿Cómo se atreve a decirte eso?, ¡es una desvergonzada!

—¿De que hablan?—inquirió Lucius al ver a su esposa tan molesta.

—De la jovencita esa, se atrevió a llamar a Ginny, en nuestra cara y sin ningún tacto palo de escoba maltratada, y basura—despotricó—. Niña estúpida, maleducada y sin cerebro para colmo.

—¿Astoria hizo eso?—inquirió Draco atónito.

—Pues sí, para que veas hasta donde llega tu alcance. Lo hace todo por celos, aún sigue colgada por ti—dijo Ginny restándole importancia, aunque la enfurecía la insinuadora esa.

—Bueno, bueno, ya. Vamos a descansar—ordenó Lucius.

Todos subieron a sus habitaciones a dormir. Ese era el último día de vacaciones, mañana agarraría de nuevo el expreso para volver a Hogwarts.

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—Bueno, ¡adiós!—se despidió con un abrazo con ambos—. Nos veremos en las próximas vacaciones.

—Por supuesto querida, ¡escríbannos!, ¡los dos!—ordenó abrazándolo a los dos—. ¡Los quiero!

—¡También te queremos mamá!—la abrazó—. Debemos irnos antes de que el expreso nos deje. Adiós papá.

—¡Adiós Lucius, adiós Narcissa!—les sonrió Ginny antes de subir al tren junto con Draco.

 

Cap. 18​

“Baile de Halloween”​

—Este, como en todos los años anteriores, se celebrará un baile de máscaras por Halloween, será el miércoles en la noche. Ahora, disfruten del banquete. —Dumbledore, con un movimiento de varita hizo aparecer la comida. Al finalizar el banquete Ginny buscó a Draco.

—Draco, necesitaré comprar el vestido y la máscara.

—Sí, yo tendré que comprarme un traje y también una máscara, podemos ir mañana juntos —propuso.

—¡Genial! Bueno, voy a clases. —Lo besó y se fue.

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—Me gusta este —salió del probador para verse en el espejo—. ¿Qué te parece?

—¡Me encanta! Se te ve muy sexy el vinotinto —sonrió.

—Sí, definitivamente me sienta bien, además es elegante y hermoso, lo quiero.

—Cómpralo. —Se encogió de hombros, mientras buscaba una máscara acorde con su traje.

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—Se someterá a votación una pareja que represente a cada casa, que tendrán el deber de abrir el baile de Halloween, los resultados se anunciaran mañana temprano, es decir, sólo se les comunicará a las parejas elegidas, los demás deberán esperar hasta que la incógnita sea revelada al principio del baile —explicó MacGonagall—. Se les pasará una carta.

Queridos Sr. y Sra. Malfoy:

Se les dirige a ustedes con la intensión de comunicarles que han sido los ganadores por decisión unánime de su casa, al privilegio de ser los representantes de la casa de Slytherin en el baile de apertura. Se solicitan sus indispensables presencias.

Albus Dumbledore
Director de Hogwarts.

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—Harry Potter y Hermione Granger… ¡Gryffindor! —Harry y Hermione se dirigieron a la pista tomados de las manos, se posicionaron en el centro de la sala. Harry lucía un esmoquin común de dos piezas y camisa blanca, que le quedaba un poco grande y una máscara blanca (antifaz) y Hermione tenía un vestido rosa pastel muy simple que caía en faralao y un delicado escote, y su cabello recogido al estilo princesa, estaba muy linda.

—Justin Revlon y Luna Lovewood… ¡Hufflepuff! —Al igual que Harry llevaba un esmoquin de dos piezas que le quedaba algo grande y Luna lucía un vestido azul cielo, gigante, que le colgaba del cuerpo y unos lentes de colores muy divertidos, ella siempre fiel a su estilo.

—Robert Call y Cho Chang… ¡Ravenclaw! —Nuevamente tal como los dos anteriores llevaba esmoquin, pero la camisa de abajo era lila, y Cho vestía a juego un vestido lila transparentoso que rayaba en lo vulgar por el corte y los escotes así como la fina tela que se le adhería al cuerpo.

—Draco y Ginebra Malfoy… ¡Slytherin! —Por un momento la sala quedó en silencio total, las chicas observaban a Draco de arriba abajo, y los chicos veían a Ginny con lujuria, pero todos asombrados y maravillados. Draco vestía un traje de etiqueta negro que se ajustaba perfectamente a su formado cuerpo (hecho a su medida) y la camisa de abajo era de un gris oscuro en contraste con su máscara, mientras su cabellera se realzaba implacable y cuidadosamente despeinada. Mientras Ginny a su lado lucía un vestido vinotinto como la sangre ajustado al cuerpo y corte strapple que maximizaba su figura, dejando a los chicos sin alientos y a las chicas con envidia, los adornos del vestido eran negros como su máscara, su cabello recogido en una cola alta de medio lado en la cual su melena caía en delicadas ondas, despertaron la admiración y el respeto unánime.

—Antes de empezar con el baile de apertura quiero aclarar algo para no dar paso a revueltas, seguro se preguntaran porque el Sr. Malfoy y la Sra. Malfoy son pareja si pertenecen a casas distintas. Verán, primero están casados y no los podríamos poner en pareja con otras personas. Y segundo, toda la casa de Slytherin votó por la señora Malfoy aunque no pertenezca a la casa, por eso llegamos a la conclusión de que eran los ganadores. Ahora sí, música por favor.

Los instrumentos empezaron a sonar por lo que, Draco y Ginny a moverse acorde a la música, sincronizados como si fueran una sola personas, una pareja de bailarines profesionales.

—Estás hermosa —le susurró al oído—. Perfectamente hermosa.

La cara de Ginny se cubrió con un tenue rubor.

—Gracias, tú también. ¡Cuidado con serme infiel! —Se rió bromeando.

—¿Para qué buscar en ellas lo que tengo en ti?

—¿No lo sé, quizás para divertirte? —inquirió con temor.

—No me divierto si no es contigo.

—¡Más te vale amigo!, ¡o te mando a castrar! —Lo amenazó de broma.

—El mal es para ti, serás tú la que vivirás con un tipo castrado. —Se rió.

—No me importa, ¡si no es sólo para mí entonces para ninguna! —Le siguió el juego.

—Cuidado tú con regalar por ahí lo que es mío, mira que estoy cien por ciento seguro de que a los malditos de mis “amigos” no les falta ganas —frunció en ceño al darse cuenta de las miradas que le daban a Ginny.

—Lo sé, a la que le faltan ganas es a mí.

—¿En serio? —inquirió pícaro.

—Bueno, tal vez sólo sea con ellos, quizás si tuviera un esposo sexy y guapo no me faltarían las ganas. —Le devolvió la sonrisa.

—¿Sabes qué? Te amo, Ginny —susurró antes de besarla tiernamente.

—Pensé que jamás lo diría, pero yo también te amo Draco.

 

Cap. 19​

"Ginebra Malfoy”​

Ginny estaba tan nerviosa que se sintió nuevamente en primer año, con cada paso que daba hacia el sombrero su corazón se aceleraba notablemente al igual que su pulso.

Se sentó y le colocaron el sombrero seleccionador.

—Otra vez…Ginebra Weasley.

—Malfoy. —Lo corrigió casi por reflejo.

—Veo que has cambiado, es como si nunca antes hubiera leído tu mente, veo que ya tomaste la decisión de hacia donde quieres ir, pero, ¿estás segura de ello? Si al principio te puse en Gryffindor es porque pertenecías allí.

—Antes. Ahora mi lugar ya no está allí —puntualizó con decisión.

—Lo sé. ¡Slytherin! —gritó—. Este es ahora tu lugar. —Le susurró al oído.

La mesa de Slytherin estalló en aplausos y vitoreos de una forma impresionante, Ginny se abrió paso entre sus nuevos hermanos con una radiante sonrisa en los labios. Y se lanzó feliz en los brazos de su esposo.

—¡Al fin lo logré! ¡Soy una Malfoy!

—No cariño, siempre lo has sido físicamente. Pero ahora lo eres de corazón. —La besó con arrebato y pasión, sin importarle el recato y la decencia, sin importarle quien les viera.

—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—
Ginny salió del baño, y dejó caer la bata de satín negra que la cubría a medida que llegaba a la cama donde Draco la esperaba sentado en la orilla, dejando al descubierto un corpiño de encajes negros muy seductor.

Se mordió el labio inferior con deseo antes de sentarse a ahorcajas en sus piernas.

—Ahora sí disfrutaremos de nuestra luna de miel bien. —Le sonrió antes de besarlo lentamente saboreando cada espacio de su boca. Sus labios se fundían en un beso voraz. Draco la volteó y la recostó en la cama llenando de besos todo su cuello. Fue bajando en suaves besos mientras Ginny acariciaba su espalda y su abdomen.

—Te amo—le susurró al oído, ella lecontestó un "no más que yo" en sus labios.

—Fin—​

Epílogo​

“Feliz y diferente”​

Querida madre:

Sé que han pasado cuatro años desde nuestro último encuentro y me pareció adecuado escribirte ésta carta en nombre de la promesa que te hice. Espero que estés bien, al igual que papá y mis hermanos.​

Ahora no sólo como hija, sino también como madre entiendo que uno siempre quiere lo mejor para nuestros hijos, aunque no justifica tu conducta al menos la comprendo un poco.​

Estos años que han pasado han dejado una marca llena de felicidad en mi vida, jamás había sido tan feliz y lo soy al lado de mi familia, quizás algún día valla a visitarte aunque no prometo nada, para que seas testigo de la dicha de la que soy partícipe.​

Mi vida social está en su cumbre soy una de las damas más respetadas de la alta sociedad, mi matrimonio, mejor que nunca, Draco es el mejor esposo, hombre, novio, amigo, todo perfecto para mí, no pude correr con mejor suerte. Con mis suegros Narcissa y Lucius son simplemente adorables y perfectos, unos suegros de ensueño. ​

Bueno aunque vivamos en mundos completamente distintos, te escribo porque pese a todo sigues siendo mi madre y te quiero eso no cambiará.​

Me despido, besos y saludos a toda la familia.​

Afectísima.​

Ginebra Malfoy​

—Mami, mami, juega conmigo —rogó un pequeño rubio de aproximadamente dos o tres años.​

—Está bien bebé, pero busca a tu hermana y jugamos los tres. —Le contestó dulcemente Ginny acariciándole el rostro.​

—Vale —asintió el niño y salió corriendo.​

—¿Día de jugar? —sonrió Draco.​

—¿Por qué no? —Lo besó Ginny—. Sabes Draco…, gracias, gracias por todo.​

—¿Por qué?​

—Me has dado lo más bello en mi vida a mis gemelos: Damon y Dánica, y por tenerte a ti como esposo. —Lo volvió a besar.​

—Creo que yo obtuve los mismo o más.​

—¡Mami, mami! ¡Ya, juguemos! —Le halaba el pantalón para tener su atención.​

—¡Voy Damon, cálmate!​

—¡Damon compórtate! —Lo regañó la pequeña rubia.​

—¡Deja de molestar Dánica! —resopló el niño.​

—Bueno, bueno, ¿quién quiere jugar?​

—¡Yo! —Ambos levantaron las manitas.​

—¡Ataquemos a papi! —gritó Gin y los tres se abalanzaron contra Draco.​

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—El proyecto de salvar la sangre pura está completo —sentenció el Viceministro entrando a la oficina del ministro.​

—¿Al fin? —inquirió el ministro.​

—Sí, véalo por usted mismo. —Le entregó un papel—. El último bebé nació este mes. Hay seis niños de sangre completamente pura, y alguno que otro como los Nott, Greengrass y Blackrose, sólo que recuerde ellos ya estaban comprometidos por acuerdos previos de su familia.​

—Tienes razón. —Leyó el papel. ​

Familia Zabinni Parkinson

Nombre Edad Padres

Brayan Paul 4 años
Zabinni Parkinson 06 de Julio

Bonnie Camila 3 años Pansy Parkinson
Zabinni Parkinson 22 de Abril

Paula Vanessa 2 años y
Zabinni Parkinson 11 de Octubre

Shenee Arianna 1 mes Blaise Zabinni
Zabinni Parkinson 29 de Enero

Familia Malfoy Weasley

Nombre Edad Padres

Damon Scorpius 2 años Draco Malfoy
Malfoy Weasley 02 de Julio y

Dánica Narcissa (Gemelos) Ginebra Weasley
Malfoy Weasley

Proyecto Finalizado​

Bueno, ésta hostoria ha llegado a su fin,mil gracias a todos los que la siguieron, a aquello que comentaron o colocaron me gusta. Espero me sigan en la continuación de éste fic "Mi hombre perfecto", dónde por un deseo en un momento de rabia, cambia la ida que Ginny lleva al lado de Draco.
Bueno, nuevamente mil gracias. n_n