Expreso de Hogwarts

¡Hoy es un día muy especial! Es el 1 de Septiembre, fecha en que los jóvenes magos y brujas de entre 11 y 17 años marcharán (algunos por primera vez) hacia el prestigioso Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, saliendo de la plataforma 9 3/4 de King's Cross, Londres, a bordo de aquel tren llamado "el Expreso de Hogwarts".

​

El tren es negro y rojo escarlata por fuera, con pinta de tren de vapor antiguo, pero eso es un disfraz mágico; la maquinaria por dentro funciona mediante magia que sólo el conductor conoce, y puede llegar a una velocidad superior a la de los trenes muggle.

En cada vagón se encuentran varias cabinas, todas idénticas; tapizado rojo oscuro, 8 asientos (cuatro de cada lado) de un color rojo escarlata, una única ventana, cortinas púrpura, una mesita con un velador, y sobre los asientos hay portaequipajes donde los pasajeros pueden acomodar sus maletas y las jaulas de sus mascotas.

Contenido oculto: Imágen cabinas

Ustedes, futuros estudiantes, acaban de abordar el Expreso de Hogwarts en la plataforma 9 3/4. Se despidieron allí de los familiares y/o amigos que los hayan acompañado. El tren ya comenzó su travesía y se encuentra ahora avanzando a toda velocidad hacia el castillo.

Este es el momento para que comience el roleo, que interactuen entre ustedes, comiencen a conocerse, etc. Recuerden que el tren no llegará a Hogwarts hasta el día que cierren las inscripciones (notese, por supuesto, que aquellos que se inscriban después de abierto este tema deberán rolear que estuvieron todo el tiempo pasado a bordo del tren).

Dicho esto, ¡que comience la aventura!

 

Jean

El encontrar la sección del expreso no fue dificil pues mi madre me había indicado donde y como, llevaba a Cloud en mi hombro y subí tan solitario al lugar, estaba lleno de novatos como yo.

Recorri los pasillos hasta llegar a un lugar vacío, abrí la compuerta y tome asiento junto a la ventanilla, pose mi mejilla en mi mano y mire el cielo, Cloud se sentia cansado y descanso en mis piernas, acaricie su cabeza y devolví mi mirada afuera y espere a que partieramos.

 

Dylan Horan

Corrí por toda la estación, tenía que encontrarla, la hora estaba sobre mi así que tenía que darme prisa, la sudoración se hacía presente en forma de línea en mi frente, con mi mano derecha la limpié y suspiré, volteé hacia los lados y sólo veía personas caminar de un lado a otro, divisé una peluda gata y me di cuenta que era la mía cuando volteó a verme y empezó a correr al tren, subí en éste y zigzagueando entre los magos para poder llegar a ella, cuando se detuvo frente a un cubículo, aproveché y la tomé en mis brazos, y antes de que pudiera escapar, tomé sus patas delanteras y la recosté en mi antebrazo, se rindió y se quedó quieta, giré sobre mis talones y miré el cubículo notando a un chico con otro gato -para mi desgracia- en sus piernas, me acerqué lentamente y toqué la puerta esperando una respuesta.

 

Airin scott.

Caminaba por la estación junto a mi tranquilo gato Golden, de repente frente al tren que debía tomar ví a bastante personas rondando por allí.

—Vaya...—Murmuré pensativa—Pues sí que hay personas—Añadí mientras empezaba a hacerme paso entre la multitud.

Tras varios minutos logré entrar en el tren pero cuando llegué ví a un chico llamando a la puerta....¿Por qué no abría directamente? Di un leve suspiro ¿Debía acercarme aquel chico? Mire a mi alrededor y ví que no había nadie más, por lo que no tuve otra opción de acercarme.

 

Contenido oculto: Ejem, recordatorio…

En negrita por si pasó por alto. El tren ya salió de la estación; la estación 9 3/4 quedó bien atrás, no están corriendo por la estación ni paseando por la estación, ustedes se encuentran directamente en el tren, que ya arrancó. Lo recuerdo para evitar confusiones a los demás XD

 

Kara Willson

Aburrida.

Estaba muy aburrida, me movía de un lado a otro en mi cubículo mirando como poco a poco seguíamos avanzando a una velocidad considerable hacia nuestro nuevo destino, mi despedida con mis familiares había sido normal ellos me desearon suerte y yo les prometí, que por los dulces que me habían entregado que yo trataría de no reprobar ninguna de las asignaturas que tendría en Hogwarts.

Y yo estaba sola, no había nadie y cuando me senté, comencé a mover mis piernas que no alcanzaban completamente el suelo hacia adelante y hacia atrás con rapidez, pero no me ayudaba mucho a distraerme. Tampoco había servido subirme a la pequeña mesita y comenzar a abrir y cerrar las cortinas entre pequeñas risas pero después de un tiempo también había terminado aburrida.

Si llegaba a jugar con mi varita... tenía un gran miedo de que pudiera romperla y no me funcionara muy bien que digamos, así que por ahora estaba prohibido jugar con ella, solo por ahora...

Jay solo me observaba con sus imponentes ojos azules, moviendo su cola de lado a lado esperando a que yo decidiera calmarme un poco y "estar en paz". Inflé mis mejillas levemente y me coloqué en uno de los asientos que estaban al lado de la ventana y recargué una de mis mejillas en la palma de mi mano intentando seguir mirando el paisaje detrás de la ventana.

— Eres un aburrido, Jay — me quejé en voz baja sin querer mirar a mi compañero felino, quien probablemente ya había comenzado a dormirse.

 

Jean

Note que otro chico quién llamaba a la puerta, volví la mirada a él y la fije por unos momentos en él, me fije que tenia otro gato, el chico no hablaba ni nada asi que me voltie a lo mio.

Segundos después otra persona también entró, al menos no estaba solo, el ambiente se tornaba en el silencio y miraba atentamente a los dos chicos.

 

Airin Scott.

Tanto el chico como yo entramos, al entrar ví como había otra persona en el vagón por lo que antes de sentarme le salude.

—Hola—Musité para después sentarme, Golden se recostó en mi regazo por lo que sonreí levemente y empecé a acariciarle, tras eso un silencio bastante incómodo se creo, realmente quería romperlo, pero por culpa de mi timidez me quede callada.

 

Dylan Horan

Sentía la mirada fija del chico, pero decidí dejarlo pasar, la chica decidió romper el hielo con un simple saludo, subí la mirada, pero cuando iba a devolverle el saludo, mi gata empezó a maullar contra los de ellos.

— Detente, Angie — Regañé para que mi gata me diera una mirada asesina con sus ojos de diferente color, miré a la chica avergonzado - Lo siento, hola— Respondí con pena y sentí mis mejillas sonrojarse, sujeté a Angie con más fuerza impidiendo que por algún loco motivo se fuera encima de aquellos chicos con los que compartía mi estadía.

 

Jean

Estaba a punto de contestar el saludo de la chica, pero el joven de su lado le respondio quizas no se dirigía a mi, el expreso había partido y agache la mirada a Cloud quien salto a las piernas del otro chico al maullido de su mascota.

 

Airin Scott.

Al escuchar los maullidos de ambos gatos Golden también empezó a maullir por lo que suspire.

—Tranquilo Golden —Le dije al ver como se puso un tanto nervioso, en eso escuche las disculpas del chico por lo que le mire y sonreí levemente.

—Tranquilo...no pasa nada—Le respondí para después mirar al otro chico...parecía bastante callado pero de repente su gato salto a las piernas del chico rubio

 

Evelyn

Recorrí el largo pasillo del tren con cierta rapidez en mis andares, a la vez que iba esquivando a toda persona que me encontrase en medio. Entre que la gata que tenía cogida empezaba a escurrírseme entre mis brazos, las maletas me pesaban mil horrores (¿mis padres me habían metido media habitación en el equipaje acaso?) y que a cada vagón que pasaba cada vez encontraba más y más pasajeros amontonados en el camino, abrirse paso estaba siendo completamente una odisea. ¡El tren estaba plagado, y eso no hacía más que dificultarme el paso! ¿Acaso todos se habían puesto de acuerdo en juntarse en ese mismo vagón? ¡Parecía que lo hacen a posta!

Ya ni sabía cuánto había pasado desde que ingresé al tren y me indicaron mi número de vagón, pero se me había hecho eterno. La puerta de madera en perfecto estado que se encontraba ante mí me indicaba que lo había logrado; había sobrevivido de ser asfixiada entre tantos estudiantes congregados en un espacio tan pequeño. Solté un suspiro de alivio, recuperándome un poco de la carrera, y miré a la gatita tratar de no caerse de mis brazos, sujetándose como podía a mí. Reí ante la escena y tras colocármela en el hombro para que fuera más cómoda, abrí finalmente la puerta de mi vagón asignado...

...Ya estaba aquí. Al fin.

¿Que qué fue lo que hice? Pues, como toda niña educada que era, coloqué mis maletas y la jaula de mi gata en el portaequipajes y me senté en silencio en uno de los asientos a esperar a que llegásemos a Hogwarts, guardando la calma... ¿A quién trato engañar? ¡Esa no era yo!

—¿Viste, Akira? ¡Ya estamos aquí, al fin ponemos rumbo a Hogwarts! ¡Me muero de ganas por llegar! —grité a los cuatro vientos, descargando una parte de la emoción que encerraba en mí desde que recibí la carta en la que me invitaban a ir a la prestigiosa escuela de magia y hechicería. Tiré las maletas en uno de los sillones junto a la casita de viaje de mi gata, y sin aguantarlo más empecé a saltar por todos los asientos, como si de una cama elástica se tratasen.

Total, no había nadie más en aquel vagón así que... ¿qué más daba?

Pero en uno de mis saltos por desgracia no calculé bien y acabé tirando una lamparita de mesa al sueno, provocando un pequeño estruendo y asustando a la gata, quien se hallaba adormecida en un rincón.

En pocos minutos una señora mayor que seguramente era limpiadora, vigilante o algo así, realmente no me importaba, se asomó a ver qué pasaba allí dentro. Rápidamente me senté y simulé estar tranquila observando la ventana, poniendo mi mejor cara de niña buena.

—¿Qué está ocurriendo aquí? —indagó con molestia en su voz, y en cuanto posó su vista en la lámpara en el suelo me miró no muy contenta—. ¿Y eso?

—Mi gata, que no se puede estar quieta ni un rato —me excusé de inmediato y tomé al felino en brazos, finjiendo un regaño. La pequeña solo nos miraba inocentemente sin saber qué ocurría.

—Bueno, pues guárdela en su lugar si no quiere tener más problemas —finalizó, y cerró de nuevo la puerta.

—No se preocupe, no volverá a pasar —y tras estar fuera de peligro, solté un suave suspiro. Fiu~ Eso estuvo cerca. Akira me observaba fijamente, como para hacerme sentir mal por ello. Me limité a tirarle de las mejillas con una sonrisa cariñosa—. No me mires así, te prometo que te recompensaré por esto.

Y como si nada, se acurrucó en mi regazo, obviando aquel tema. Dirigí mi vista ahora a la ventana y mis ojos brillaron de la emoción con tan solo imaginar todo lo que nos esperaba a partir de ahora.

Hogwarts, ¡allá vamos!

 

Kara Willson

Paciencia Kara... Paciencia...

Mi mano que antes se encontraba en mi mejilla ya se encontraba dando diversos golpes con mis dedos a la mesita frente a mí, lentamente me iba deslizando de mi asiento hasta que terminé recostada en el suelo soltando un largo suspiro, ¿por qué el viaje tenía que hacer algo? ¿por qué no había traído algo para mantenerme distraída? ¡Agh! Odiaba esto.

Me levanté de mi asiento y con rapidez saqué mis maletas del portaequipajes y las coloqué en el suelo comprobando que las pequeñas ruedas se deslizaran perfectamente y cuando estuve completamente segura, tomé a Jay y me lo coloqué sobre mi hombro, él no se inmutó en lo absoluto, de hecho mi pequeño felino solo se limitó a bostezar. Abrí la puerta de mi vagón y comencé a empujar mis maletas con rapidez para luego, subirme a ellas y que estas hicieran todo el trabajo duro por mí, moviéndome por los pasillos, y claro... yo me disculpaba con la gente y empleados que se veían obligados a moverse para dejar pasar a mi transporte improvisado.

Y finalmente... se detuvo.

Bajé de mis maletas y miré a mi alrededor, el vagón a la izquierda estaba solo mientras que el de mi derecha estaba una chica, ¡por fin había un alma no amenazante en este tren!, rápidamente abri la puerta de su vagón y me adentré a esta antes de que alguno de los empleados a los cuales casi atropello vinieran a regañarme, antes de siquiera saludarla habia colocado mis maletas en el porta equipajes y finalmente, me senté.

— ¡Mucho gusto! — dije entre un par de risas y extendí una de mis manos hacia ella — Mi nombre es Kara, Kara Willson, ¿cómo te llamas tú?

 

Sam

Y simplemente me fascinaba aquel paisaje. Miraba a través de la ventana del tren, casi hipnotizado, estaba sólo en un cubículo, sin observar demasiado como otras personas se movían de lado a lado afuera, estaba cansado, realmente lo estaba, mis padres habían decidido levantarme casi de madrugada para traerme a tiempo. Bostecé ligeramente, miré la jaula que estaba a mi lado, era de; White...mi lechuza gris, al menos ahora lo era. Aunque, debí haberle preguntado la paradoja de haber llamado a una lechuza gris... "Blanca", quizás tuviese alguna relación con sus "aventuras" en éste mundo tan irreal de "magia" o... quizás sólo le gustó el nombre, quizás nunca lo sabré.

Volví a bostezar y miré el cielo despejado, al menos nos movíamos rápido, mucho más de lo que imaginaba, la única vez que sus padres lo llevaron de viaje en tren tardaron horas en llegar a su destino y su movimiento era veloz, pero no lo suficiente, en cambio... éste, era extraño, tenía éste aspecto tan antiguo que me recordaba a los libros viejos que tenía mi padre y que había pertenecido a mi abuelo. ¿Quizás alguna versión mejorada? No, mi madre tenía la solución... "Era mágico". Y sonreí levemente para mi mismo, mientras me veía reflejado en el cristal.

—No debo permitir que el sueño me venza...—susurré mientras otro bostezo escapaba de mi boca, no sabía cuanto faltaba para llegar a... ¿Hojguart?.—No, no...—busqué en mi mente colocándome mis dedos en mi cien intentando pensar, tardé unos segundos, pero me acordé.—¡Hogwarts!, cierto.—dije chasqueando mis dedos como si hubiese recordado algo muy importante antes de volver a mirar hacia al otro lado de la ventana, hacia el cielo azul.

 

Hikari

Llevaba desde la mañana en aquel tren hacia Hogwarts, asi que me habia quedado dormida hasta ahora, el ruido de los demas chicos, mascotas, y las personas encargadas del tren, sin olvidar el chirrillo de unas ruedas de alguna maleta a gran velocidad por los pasillos me habia despertado, ¿enserio estaba por llegar a un colegio donde me enseñarian magia?, aun no me lo podia creer de verdad, ¿que pasaria si la gente tampoco me acepta aqui?...

—Solo nos queda esperar—murmure subiendo mis piernas al aciento y abrazandolas mientras contemplaba el paisaje por fuera de la ventana.

Por su parte, Yuka estaba en mi cabeza contemplando todo a su alrededor, la ventana, los pasajeros, los equipajes y las mascotas de los demas niños, de seguro estaba revisando si no habia un gato cerca, dire lo mismo, no me gustaria que algo le pasara a ese travieso.

—Tranquilo, estas conmigo y sabes que no dejaria que alguien te lastimase—Le dije riendo y bajandolo de mi cabeza—El viaje sera largo, esperemos tener suerte.

Me recargue en el aciento y me dedique a contemplar el paisaje—o lo que podia ya que el tren iba a suma velocidad—por la ventana, sencillamente era el comienzo de una nueva vida para mi.

 

Jane Aoyama. ||Yo narro en tercera persona, yolo.

Creía estar en un sueño. En uno de esos sueños que se prolongan y que cuando te despiertas te mareas y analizas dónde estás y qué ha pasado. Qué ha sido creación de tu cabeza y la realidad. Sin embargo, aquello era totalmente real. Se despidió de sus madres con una pequeña sonrisa asustada y un "adiós" en un susurro, y su madre la miró con una expresión amable y gentil, como de apoyo, y le revolvió un poco la cabellera negra. Su padre le obsequió un beso, y la sonrisa de Jane se ensanchó un poco más. Agradeció mentalmente aquellos gestos y cuando se subió al tren, se puso un poco nerviosa. Una vez que hubo superado toda esa marabunta de chicos y chicas de edades diferentes, se dirigió hacia el final del todo, donde, en uno de los últimos asientos se acomodó, cohibida.

En esos momentos se hallaba junto a la ventana, admirando el paisaje que pasaba velozmente ante sus ojos. Se sorprendió de que la lechuza que había conseguido no hiciese ruido, y de alguna manera le recordó a ella.

A pesar de todo, su mente era pura actividad y bullía en preguntas. ¿Qué era exactamente Hogwarts? ¿Haría amistades allí? ¿Sería difícil? ¿Cómo darán las clases? ¿Será peligroso? ¿No que la magia no existía? ¡Sus padres desde siempre le habían dicho que no existía! ¡Y ahora le decían que era una bruja en pleno aprendizaje y...! Cerró los ojos, angustiada, con el corazón a mil. Aquello era una contradicción en toda regla...

Suspiró y apoyó la cabeza sobre el cristal, dejando que se tambaleara un poco.

Ella solo quería despertar de aquel sueño...

 

Evelyn

Después del "pequeño incidente" con la lámpara, todo fue aburridísimo. Si se pudiese morir de aburrimiento yo ya lo hubiera hecho hacía mucho. ¿Es que acaso les costaba tanto dinero a los del tren ponerme una televisión en el vagón? ¿Ni siquiera un libro sobre cómo manejar un cortacésped? ¡Sí, hasta con eso me conformaba ahora mismo! Y si encima mi gata no me daba conversación y se la pasaba durmiendo durante todo el trayecto, apaga y vámonos.

Ahora me encontraba tumbada entre todos los asientos, contando cualquier cosa que encontrase en el techo de mi estancia. Esto de tener un vagón para ti sola tenía sus pros y sus contras, la verdad.

Pero no pasó mucho tiempo de eso cuando escuché unas ruedas deslizarse cerca de mi posición, y una vez pareció parar, la puerta del vagón se abrió y cerró rápidamente dando paso a una chica de mi edad, un gato y su equipaje. Una gran sonrisa se dibujó en mi rostro y me erguí de un salto para ir a saludarla animada. ¡Al fin algo de compañía!

—¡Menos mal!, ya pensaba que tendría que ponerme a hablar con la pared para distraerme un poco —reí acercándome a ella y con ambas manos tomé la suya, agitándola de arriba a abajo con diversión —. Encantada de conocerte, yo soy Evelyn Holder, futura super mega maga del mundo mundial. O al menos, eso intentaré —le sonreí y solté sus manos sin perder la ilusión en mi voz.

Rápidamente ordené las maletas y la casa de Akira en el portaequipajes para no dar una mala impresión del lugar, y me subí al asiento para estirar mis brazos a ambos lados, como si le presentase a un público imaginario el vagón.

—Y bueno, ¡bienvenida al vagón del aburrimiento! Por lo menos ya no será tan aburrido teniéndote a ti también —comenté, dejándome caer sentada al asiento poco después. Se le veía una chica interesante, espero llevarme bien con ella~.

 

Kara Willson

Al parecer ella era igual de energica que yo, ¡nada podía ser mejor que esto!, bueno.. bueno... tal vez podría ser mejor si llegáramos a tocar en la misma casa, pero por ahora el haber encontrado a una chica que también fue atacada por el aburrimiento era muy reconfortante, y por si fuera poco ¡también tenía un gato!, realmente lo pasaríamos muy muy bien.

— El gusto es mio Evelyn — dije rapidamente con el mismo tono de ilusión que ella cuando ella al parecer había acabado — ¿Super maga del mundo mundial? — dije con una pequeña sonrisa — Por qué no... ¡¿La más increíble super maga del universo universal?! — pregunté con algo más de emoción extendiendo mis manos hacia el aire como si estuviera haciendo mucho énfasis en eso.

— Pues no puede ser tan aburrido como mi vagón, me aburrí tanto que tuve que usar mi maleta como carruaje para llegar hasta acá, ¿tú has intentando hacer eso con tu equipaje?

 

Airin Scott.

Miraba a ambos chicos algo nerviosa....¿ninguno se iba atreverse a hablar? ¿De verdad lo tendría que hacer yo? Di un leve suspiro, deseando que pasara algo para poder romper ese incómodo silencio....pero parecía que nadie ni nada iba a hacerlo, suspire de nuevo algo resignada.

—Bueno....¿Y cómo os llamáis?—Pregunté algo nerviosa, espero que no se lo tomen a mal...pero no puedo estar tanto tiempo en silencio, y mucho menos en un silencio así de incomodo...ignorando claramente a algunos maullidos.

—Yo soy Airin....Airin Scott, encantada—Añadí con una leve sonrisa.

 

Dylan Horan

Comenzaba a dolerme la cabeza de los maullidos de los tres gatos, parecía que se hubiesen puesto de acuerdo, era la peor sinfonía que podía escuchar, era un silencio totalmente incómodo, ¿Qué me pasaba? Edward decía que nunca callaba y ahora ni siquiera puedo decir una tonta palabra.

—Bueno....¿Y cómo os llamáis?— Preguntó la chica un poco ¿incómoda? —Yo soy Airin....Airin Scott, encantada— Sonrió y no pude evitar hacerlo yo también.

— Me llamo Dylan, un gusto— Miré al chico que hacía caso omiso de nuestra presencia, el ambiente parecía incomodarse otra vez y la tensión podía palparse — Y esta malhumorada de acá es Angie - Añadí y señalé a mi gata que -creo- me entendió porque me gruñó, puse mi mano por su cuello y empecé a hacer círculos, conocía su punto débil, eso hizo que ella se recostará y empezó a ronronear dejando por fin a la gata de la chica... de Airin, en paz.