Eterno Eclipse

Hola! Vuelvo con otro fic en originales, es algo que escribí hace ya un tiempo, espero les guste!​

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Eterno Eclipse​

Personajes:

Darien Skate (Blake Roosens): Vampiro, príncipe de Blackmoon, 18 años.
Lilliam Meister: Humana, 17 años la mejor amiga del Darien. Vidente. (Lily).
Jonathan Skate: Humano, 39 años, papá adoptivo de Darien. (Jon).
Elizabeth Giorgione: Humana, 37años, mamá adoptiva de Darien. (Lizzy).
Evelyn Reycos: Vampira de 200 años madre biológica de Darien. Reina de la dinastía Blackmoon. (Evy).
Ville Roosens: Vampiro de 700 años padre biológico de Darien, rey y fundador de la dinastía Blackmoon.
Serena Dark: Vampira de 17 años, prometida de Darien (Blake).
Liliana Capptal: Mamá de Lily.
Raúl Meister: Papá de Lily.
Katie Capptal: Humana de 16 años, prima de Lily, pretendiente de Darien.

Prefacio:

Seres mitológicos que se creen que no existen, vagan por el mundo sin ser reconocidos..

Vampiros…

Seres incomprendidos que interactúan sólo entre sí en su mundo, uno lleno de sombras y fantasías…

La sangre un lazo que los ata, vínculos creados por ella y destruidos a la vez, lazos de sangre que los une y los separa…

¿Cómo cambiar su existencia si así son?

¿Cómo unirse más si no pueden?

¿Cómo cambiar un pasado que ya está escrito?

¿Cómo volver si no hay marcha atrás?

¿Cómo sobrevivir si no es matando?

Reclaman la sangre que sus gargantas insaciables le piden, muchas vidas inocentes yacen bajo las alas inmortales de estos ángeles…

El sol que nunca acaricia sus rostros angelicales, la luna que danza junto a ellos bajo el negro manto de la noche, los humanos al lado de ellos son como el sol opacado por la hermosa luna en medio de un eclipse solar, como un tulipán al lado de una bella rosa…

Estos ángeles de la noche que dejaron su alma atrás involuntariamente, que roban vidas a su paso, bebedores de sangre por toda la eternidad, ángeles que matan sin otra alternativa que elegir, no conocen otro camino que no sea este…

No pueden luchar contra ellos mismos…

No pueden revertir o cambiar lo que son…

Forman parte de la nueva dinastía, un nuevo milenio está por comenzar, uno gobernado en las sombras por estos ángeles nocturnos…

El milenio del eterno eclipse solar y de la eterna oscuridad…

¿Cómo pueden ser tan ciegos?

¿Cómo no ven lo que es tan obvio?

Son tan diferentes a los demás…

¿Por qué no comprenden que hay mucho más que simples humanos en este mundo?, seres diferentes dignos de comprensión y admiración…

Vienen como ángeles enviados del cielo o como muchos piensan del infierno…

Son especiales...

Son vampiros…

Y muchos seres mas igual de especiales…

 

Cap. #1​

Toda la atmósfera estaba en total quietud, el cielo estaba despejado dejando entrever su hermoso azul, las nubes se veían como pequeñas motas de algodón dispersas en el agua, era un hermoso atardecer, el crepúsculo del día…
Cuando la noche empezó a caer, en uno de los lugares más alejados de Vancouver, en el oscuro y espeso bosque se encontraba una hermosa cabaña donde vivía una joven pareja que se amaban con pasión. Una noche totalmente oscura sin luna ni estrellas, bajo el negro manto de la noche la joven pareja observaba el cielo desde su ventana y se veían mutuamente con ojos enamorados…

— ¿Sabes? Contigo aquí a mi lado mientras vemos las estrellas, mi vida está completa…—musitó el joven tomando sus manos entre las suyas.

— Jonathan, mi vida también es perfecta junto a ti, pero no está completa...—Respondió Elizabeth apretando un poco las manos del joven.

— ¿Por qué? ¿Qué te falta para que tu mundo esté perfecto?

— ¡Qué más desearía yo que llevar el fruto de nuestro amor en mi vientre! Un hijo tuyo y mío producto de nuestro inmenso amor...—Suspiró con tristeza.

— ¿Un hijo, eso es lo que deseas?

—Si, ¡deseo un hermoso hijo!—Asintió con ferviente deseo.

Ambos miraron fijamente el cielo, un resplandor relució en la oscuridad algo parecido a una estrella envuelta en luz comenzó a surcar los cielos…

—Mira amor, una estrella fugaz…—Exclamó Lizzy señalando la estrella.

— ¡Es hermosa! Pide un deseo…—Sugirió Jon, ambos cerraron los ojos…Cuando los abrieron notaron que la estrella se veían más grandes, como si estuviera más cerca…

—Cariño, dudo que eso sea una estrella...—Murmuró extrañado Jon.

La gran estrella se acercó más y más al bosque, era una enorme roca envuelta en llamas, hizo una gran explosión cuando cayó en el centro del bosque incinerando parte de los árboles alrededor… se vistieron rápidamente y se dirigieron en su camioneta al lugar donde aterrizó, se creó un gran hoyo como una enorme fosa en el fondo reposaba echando humo: una enorme roca…

—Un meteorito…—Masculló Lizzy observando.

Jon y Lizzy daban vueltas alrededor de la fosa, el calor era apremiante y la atmósfera había adoptado un color purpúreo, los animales habían huido a refugiarse. Un llanto acabó con ese silencio sepulcral, intercambiaron una mirada llena de confusión, el llanto aumentó, el sonido procedía del meteorito…

—Pero, es imposible…—masculló Jon incrédulo.

— ¡Apúrate! ¡Baja a buscarlo!—ordenó Lizzy angustiada.

— ¿Qué? ¿Estás loca mujer?

— ¡Jon! ¡es un niño! ¡Un pequeño e indefenso niño!¡Debemos ayudarlo!—El llanto fue en aumento a medida que ellos discutían.

—Puede ser peligroso…—Titubeó él.

— ¡Bueno en se caso tendré que bajar yo!---Repuso Lizzy con decisión iba a empezar a bajar por la resbaladiza fosa, pero Jon la tomó por el brazo deteniéndola.

—Quédate aquí, yo lo busco…—se deslizó hábilmente hasta el fondo, se acercó a la roca, los pies le ardían y el calor que irradiaba el meteorito era sofocante.

Y ahí en uno de los grandes cráteres estaba llorando un pequeño y hermoso niño de aproximadamente 3 o 4 años. Se conmovió por la emoción y tomó delicadamente en brazos al pequeño y lo colocó en su espalda. Y escaló con el ahí con sus pequeñas manitas aferradas a su cuello…

Al llegar a la cima Lizzy agarró a la dulce criatura que colgaba de la espalda de Jon tomándolo en brazos…

— ¡Qué hermosa criatura!---Exclamó encantada dándole un tierno beso en la frente.

—Sí, es precioso…

— ¿Jon, por favor, podemos quedárnoslo?

—No lo sé Lizzy, no sabemos de donde viene, ni siquiera sabemos que es…—Dudó.

— ¡No me importa de donde vine, lo quiero para mí! ¡Para nuestra familia!—Replicó haciendo un berrinche…— ¡Por favor! ¡Por favor!

—Está bien, pero debemos marcharnos antes de que lleguen los policías y nos lo quiten…—Repuso.

Lizzy asintió y regresaron rápidamente a su pequeña cabaña, acunó tiernamente al pequeño n sus brazos mientras le cantaba una hermosa canción de cuna, el sueño se apoderó del pequeño hasta que sus párpados se cerraron por completo…

El sol irrumpió majestuoso en el cielo dando la bienvenida a un nuevo día, los rayos de sol penetraron a través de la cortina de la habitación iluminando a tres personas que dormían en la cama. Lizzy se levantó sentándose en la orilla de la cama soñolienta, bostezó adormitada y se fue directo a la cocina a preparar el desayuno…

Dos pequeños ojos de abrieron rápidamente dilatados por la sorpresa, se incorporó de un salto en la cama…

—Tranquilo bebé nadie te va a lastimar…—Prometió Jon para calmarlo.

—Estamos aquí para ayudarte… No nos temas—Repuso con voz dulce Lizzy.

— ¿Quieres comer?---Le preguntó Jon ofreciéndole una bandeja con unas tostadas y mermelada, y jugo de naranja, el pequeño inhaló, sus facciones se crisparon de repulsión, negó con la cabeza…

—No, ¡esa cosa huele fatal!—Exclamó, su voz repicó como el trinar de los pájaros, era dulce y aguda la voz de un pequeño tenor, tan afinada y melodiosa.

— ¡Sabes hablar!—Masculló asombrada Lizzy, el pequeño simplemente asintió.

— ¿Dónde estoy? ¿Qué planeta es este? ¿Dónde están mis padres?—Preguntó el pequeño sentándose en el centro de la cama, Lizzy se sentó en uno de los bordes y Jon la imitó.

—Estás en Vancouver, en el planeta Tierra, y pues lo referente a tus padres no lo sé…—Se encogió de hombros Lizzy.

— ¿De donde eres tú pequeño?—Inquirió curioso Jon.

—No lo sé, no puedo recordarlo…—Contestó el pequeño.

—¿Cómo te llamas?

—No lo sé…

— ¿Quieres quedarte con nosotros?—Preguntó Jon…—Aquí tendrás comida y techo donde dormir…

— ¿A cambio de que?—Preguntó receloso.

—De nada, sólo que seas nuestro hijo…

—No lo sé…—Dudó el niño.

—No tienes porque decidir ahora, tómate tu tiempo…

El pequeño asintió…

—Bueno yo soy Jonathan Skate y ella es mi esposa Elizabeth Giorgione, bueno y a ti habrá que ponerte un nombre…

Se encogió de hombros…

—Pueden llamarme como les plazca es la costumbre que los padres elijan…

Lizzy y Jon entendieron la indirecta, se miraron sonrientes el cielo les había dado el regalo que más deseaban…Un hijo…Aunque este pequeño sea un poco más que eso…Darien.

 

Cap#2​

Ya habían transcurrido 14 años. En la habitación donde años atrás dos jóvenes habían pedido un deseo que se hizo realidad, se veía un joven indefenso ahí dormido enrollado en las blancas cobijas.

Su cabello negro azabache como una noche sin luna relucía en la blancura de las cobijas acentuando esa piel extremadamente pálida, perfecta y resplandeciente, y esos labios rojos como la sangre, chispeaban en la palidez de su rostro…

—¡Darien!—Llamó Lizzy abajo…—¡Darien! ¡Es hora de levantarse hijo!

Dos hermosos ojos tan azules como el zafiro se abrieron de par en par, el joven se sentó en la orilla de la cama soñolento.

—¡Ya bajo!---Gritó adormitado, se estiró dejando entrever su musculoso dorso y su abdomen y sus bien formados bíceps, la falta de camisa dejaba muy poco a la imaginación.

Se paró lentamente dirigiéndose al baño de la habitación, se cepilló y se pasó la mano por el cabello peinándolo así un poco, del armario agarró una camisa blanca y se la colocó, para bajar rápidamente las escaleras.

—Buenos días mamá…—La saludó dándole un beso en la mejilla.

—¡Buenos días hijo!—Le sonrió su madre afablemente, mientras removía con un cucharón, un estilo de guisado en la olla. El joven inhaló arrugando la nariz con repulsión. Lizzy se dio cuenta de la mueca y rió…

—No te preocupes no es para ti cariño, es para tu padre. Lo tuyo está en el microondas…—Ella se secó las manos del delantal y se acercó al microondas, sacó una gran olla, sirvió un poco del líquido rojo en un vaso de vidrio y se la extendió, Darien lo agarró y lo olió…

Gracias mamá, no hay nada mejor que la sangre recién. Y me gusta mucho más cuando está tibia, como ésta…—Agradeció tomándose todo dejando el vaso nuevamente vacío.

Lizzy sonrió se acercó a él y le volvió a llenar el vaso…

—Si tu padre fue por más ésta madrugada al hospital. ¿Recuerdas cuando descubrimos que tomabas sangre?

La gutural carcajada de Darien resonó en toda la cocina…

—Sí, ¡como olvidarlo cuando casi te mueres del susto!
*************************Flash Back…**************************

—Jon me preocupa el pequeño Darien, no ha comido ninguno de estos dos días. ¡Ya no sé que ofrecerle!—Le aseguró Lizzy preocupada.

—¿Dónde está ahora?—Preguntó Jon abrazándola, consolando a su mujer angustiada como sólo una madre lo estaría por un hijo.

—En el cuarto acostado, no quiere levantarse y dice que tiene hambre, lo obligué a comer un poco de arroz y eso pero, ¡lo vomitó ahí mismo!—Respondió preocupada chistando la lengua con desaprobación.

—Ya encontraremos una solución…—La consoló Jon, ambos subieron a la habitación, donde estaba el pequeño estaba arropado completamente.

—¿Darien?, ¿estás despierto bebé?---Preguntó Lizzy sentándose en la orilla de la cama.

—Si, ¡estoy despierto!—Contestó la vocecita infantil bajo las mantas.

—Sal de las cobijas, necesitamos hablar…—Ordenó con una voz tierna paternal Jon.

El pequeño negó bajo las cobijas…

—No lo haré hasta que pongan las cortinas, es que, hay mucha luz, me encandila, siento que me arden los ojos y me siento débil, como si la piel también me ardiera y no tuviera fuerzas, y no me gusta para nada esa sensación…—Murmuró explicándoles.

Lizzy se paró y colocó las cortinas. El cuarto quedó semi oscuro…

—Ya, ahora puedes salir…

La hermosa criatura salió de debajo de las mantas y se sentó… con su cabello negro despeinado y más pálido que nunca.

—¿De qué necesitan hablar conmigo?—Inquirió educadamente.

—¿Qué tienes? ¿Por qué no comes? ¡Te vas a enfermar y eso nos tiene muy preocupados!

—Esa cosa a la que ustedes llaman comida es la cosa más repulsiva que he olido jamás—replicó el niño cruzándose de brazos— ¡La repudio!—respondió haciendo una mueca de asco.

—Pero, ¿Por qué no te gusta?—Indagó Lizzie tratando de entender a su hijo, se notaba que estaba hambriento, pero aún así se negaba a tocar la comida que reposaba en su mesa de noche.

—No lo sé, ¡simplemente no me gusta!—Respondió encogiéndose de de hombros.

—Bueno ya hallaremos la forma de que comas algo…—suspiró Jon, no quería seguir presionándolo, ya encontrarían una solución, quizás sólo lo llevarían al médico para que le receten algo para el apetito. Darien y Lizzy asintieron, se asomó en la ventana abriendo un poco las cortinas permitiendo que se colaran unos pocos rayos de Sol que fueron directo a parar a la cara del pequeño que se refugió rápidamente debajo de las cobijas como ladrón que ve a un policía.

—Qué rara esa aversión tuya al sol y a la luz—Comentó extrañado Jon sin cerrar las cortinas, Darien asomó un poco la cara pero quedó de frente a una cascada de rayos de sol uno tras otro golpeaban su rostro. Se refugió rápidamente nuevamente en las mantas.

—¿Qué tienes en contra de la luz?—Volvió a preguntar curioso Jon.

—Nada, simplemente me incomoda, fin de la conversación, ahora, ¡cierra la boba cortina de una vez por todas!—Replicó molesto el niño.

Jon rió por la irritación de Darien, cerró las cortinas y se sentó nuevamente en la orilla de la cama le paso una mano por el desordenado cabello del chico, el cerró los ojos, ahora un poco rojos, limitándose a sentir el contacto con una sonrisa. Lizzy extendió sus brazos hacia el bebé este se acercó hacia ella y se acurrucó en los brazos de su madre, ésta lo recibió con una sonrisa por la rápida aceptación del pequeño hacia ella, lo acunó protectoramente en sus brazos maternos, y poco a poco esos dos dulces zafiros que tenía como ojos se fueron cerrando…

Lizzy lo dejó en la cama arropándolo, le dio un dulce beso en la frente y le quitó el cabello de la cara. En la repisa que se hallaba al frente de la cama posaba un gran libro de cubierta dorada al lado de un lindo florero. Lizzy se puso de puntitas y trató de alcanzar el libro pero tumbó el florero que cayó quebrándose en miles de fragmentos…

Lizzy se agachó a recogerlos, un cristal le abrió una herida en uno de los dedos.
—¡Ay!—Masculló, la sangre empezó a brotar. El niño que dormía en la cama se levantó de un salto en cuando el olor llegó a sus pulmones. Se lanzó contra la joven como león cuando atrapa a su presa, su boca buscó la herida y saboreó la sangre. Jon aturdido halaba al niño en un intento de quitárselo de encima a su esposa que gritaba asustada.

La ventana se abrió dejando entrar una gran ráfaga de viento que limpió todo el aire de la habitación. Darien poco a poco soltó a Lizzy que se enfurruñó en los brazos de Jon asustada. Una gota escarlata cayó en la alfombra blanca.

—Plop…—Sonó a los oídos de Darien, su mente voló hacia atrás cuando su madre biológica lo alimentaba de…Sangre…

—Lo recordé…—masculló…— Lo hice…

Lizzy se paró, respiró profundo armándose de valor y se arrodilló junto a él…

—¿Qué recordaste?—Le preguntó tomándolo de las manos.

—Mi madre me alimentaba con… Yo… tomo… Sangre…—Murmuró casi inaudible.

—¿Bebes sangre? ¿Hu...mana?—Balbuceó Lizzy, Darien asintió…— Esto era algo que no me esperaba sinceramente, pero podemos hallar una solución…

—No lo creo…—Repuso Jon aún asustado.

—No seas tan negativo Jonathan estoy segura de que hallaremos una solución a este problema…—Reiteró Lizzie con tranquilidad.

—Necesitamos hablar, abajo, ¡Ahora!—Pidió Jon saliéndose de la habitación.

—Ya vengo cariño, no te preocupes…—Le dio un beso en la frente a Darien antes de seguir el camino por donde se había ido su esposo.

Darien se sentó en la cama. Podía oír la discusión de sus supuestos padres en el piso de abajo.

(Abajo)

—¿Por qué tienes que ser tan terca?, ¡eso no es un niño es un mounstro!—Le reclamó duramente Jon.

—¡Cómo le puedes llamar mounstro Jonathan!—Replicó molestándose…— ¡Cuando hace unos pocos minutos estabas preocupado por él y estabas contento de poder llamarlo hijo!

—Las cosas cambian cuando tu “Hijo” —Hizo énfasis…— ¡Te intentó succionar la sangre!

—¿De verdad piensas así de él?---Inquirió con voz herida, el le colocó la mano en el hombro--- ¡Suéltame! ¡No me toques!—Alejó su mano con brusquedad. De sus ojos empezaron a brotar las lágrimas…— ¡De verdad me decepcionas! ¡Pensé que lo querías!

—Por supuesto que lo quiero, aún lo quiero, pero realmente me asusta, hoy se detuvo pero, ¿y los otros días?—Suspiró derrotado, sabía que no la haría cambiar de opinión, la conocía lo suficiente como para dejar de insistir.

—Hallaremos una solución, ahora volvamos con él y pídele una disculpa…—Exigió, Jon suspiró ruidosamente.

—Bueno, está bien, vamos…—Aceptó rindiéndose con un suspiro.

Subieron nuevamente a la habitación…

—¡Nooooo!—Gritó Lizzy, al ver que Darien estaba montado en la ventana listo para lanzarse al vacío…— No, no te muevas…—Le ordenó lentamente— ¡No lo hagas!

—Tengo que irme de aquí…—Replicó Darien con los ojos anegados en lágrimas.

—¿Por qué? Esta es tu casa….—dijo Jon.

—¡No! ¡Claro que no! ¡Esta no es mi casa y sé que ustedes ya no me quieren!—Negó fervientemente mientras el labio le temblaba a punto de llorar.

—¡Por supuesto que no! ¡Claro que te queremos pequeño!—Replicó Lizzy de inmediato

—¡Mentirosos!—Les gritó…— Además, no quiero que se peleen por mi culpa… No, no por mí…---Murmuró, se abalanzó hacia delante.

—¡Noooooo! ¡Detente!---Gritó Lizzy corriendo hacia él, pero ya su cuerpo caía al vacío directo al suelo, Lizzy cerró su mano en el lugar exacto donde segundos antes estaba la mano de Darien, se asomó rápidamente en la ventana, y quedó petrificada al ver como el pequeño se levantaba y corría hacia el bosque. Jon llegó angustiado a su lado, pero miró curioso y nervioso a la vez.

—¿Dónde está el cuerpo? ¡¿Dónde demonios está mi hijo?!—Gritó tratando de obtener una respuesta.

—Corrió hacia el bosque—contestó Lizzy en un susurro sin poder creerlo.

—¿Corrió? ¡Eso es imposible!¡ Estamos en el tercer piso!—Replicó Jon descartando por completo la posibilidad.

—Pues lo hizo…---Ella echó a correr escaleras abajo con Jon pisándole los talones, salieron al patio, dirigió una mirada fugaz a los alrededores pero no consiguió ver nada, llegó al lugar donde el pequeño aterrizó y vio derecho el camino que tomó hacia el bosque.

—Hay que encontrarlo…

—Por supuesto ¡y lo antes posible!

Se internaron en el bosque y tomaron rumbos diferentes, estuvieron toda la tare en busca del niño pero ni rastro de él, ya la paciencia empezaba a agotárseles y la desesperación se iba apoderando de ellos a medida que anochecía, menos mal conocían el bosque como la palma de su mano porque de no haber sido así hubieran terminado extraviados. Ya había anochecido por completo, ya no podían ver, la desesperación de ambos era grande, volvieron a la casa, se quedaron en el patio y siguieron llamando…

—¡Darien!

—¡Darien…!

—¡Hijo!

—¡Darieeeeen!

—No va a contestar…—Repuso Jon dándose por vencido.

—Si lo hará…Debe estar extraviado, asustado a causa de la oscuridad y todos los animales salvajes que hay en el bosque…—Replicó, negándose a cualquier otra posibilidad. Ya los relojes marcaban las 10:00 pm. Y Darien aún no aparecía, Lizzy y Jon seguían intentándolo, lo llamaban a todo pulmón, pero no surtió efecto alguno, no aparecía…

Un fuerte aullido rompió el silencio sepulcral, al escuchar esto los ojos de Lizzy se aguaron. Jon llegó hasta ella y la abrazó acunándola en su pecho…

—Si mi niño no aparece, ¡me voy a morir!—masculló… Darien se hallaba oculto trepado en un árbol cerca de la casa escuchando toda la conversación, con interés y curiosidad a la vez.

—Ya amor, cálmate…

—¡No me pidas que me calme! ¡Mi hijo se perdió! ¡¿Y tú quieres que me calme?!—Inquirió con ácida ironía.

Otro aullido ensordecedor resonó, esa fue la gota que derramó el vaso, la preocupación fue tan grande que ya Lizzy no se pudo contener más y estalló en llanto. Jon la acurrucó entre sus brazos nuevamente…

—Si quieres entra, es lo mejor tienes que descansar un poco. Yo seguiré buscando…—Ofreció.

—No, ¡yo no me muevo de aquí hasta que no lo tenga en mis brazos!—Replicó terca.

—¡Tranquilízate! No te preocupes, él está bien, no le va a pasar nada…—La consoló.

—¿Tú como lo puedes saber? ¡Tú no estás con él estás conmigo!—Le gritó angustiada resaltándole lo obvio.

—Lo siento, y tengo fe en eso…

—Si a mi pequeño le llega a ocurrir algo yo me muero Jonathan, si a mi bebé le sucede algo, yo me muero, ¡te lo juro me muero!—La voz se le quebró y las lágrimas corrían imparables por sus mejillas. Los profundos sentimientos de Lizzy conmovieron a Darien que los observaba y escuchaba atento a lo lejos en el oscuro bosque…

*¿Cómo pude dudar de la sinceridad de sus sentimientos?—se reclamó a sí mismo…— ¿Cómo por mi culpa una persona tan dulce como lo es mi madre está hecha un mar de lágrimas…*

Bajó del árbol y poco a poco fue caminando hacia la casa, atravesando el camino oscuro y obstáculos hasta la casa…

Lizzy observó una figura que se divisaba saliendo del bosque, se secó las lágrimas y estrujó sus ojos para poder ver con claridad. Divisó la pequeña figura de su hijo emergiendo de las sombras acercándose hacia ellos, corrió hasta él llena de felicidad.

¡Hijo! ---Exclamó tomándolo en brazos acunándolo en un fuerte abrazo llenándolo de besos. Jon se apresuró a llegar hasta ellos y también lo abrazó repleto de felicidad.

—¡Jamás! ¡Jamás! ¡Te vuelvas a ir así entendiste!—Lo reprendió Lizzy entre lágrimas.

Entraron los tres a la casa, se sentaron en el sofá de la sala, Lizzy se quedó observando al pequeño hámster que daba vueltas en su jaula…

Hay que buscar una solución para tu “Dieta alimenticia”---Jon paseaba por la sala dando vueltas en círculos pensando.

—¡Ya sé!---Exclamó de repente Lizzy, Darien y Jon voltearon a verla confundidos.

—¿Qué es lo que sabes mamá?

—Tengo la solución, si lo que necesitas es sangre, sangre tomarás, pero no necesariamente tiene que ser directo de una persona.

Darien no entendía el curso de sus palabras y Jon tampoco.

—¡Dilo de un vez Elizabeth!—Le pidió su esposo.

—Podemos buscar sangre donada en el hospital.
—Eso es la mejor idea que se te ha ocurrido en toda tu vida cariño…—Jon la besó feliz.
********************Fin del Flash Back…**********************

—Si, ese descubrimiento fue sin duda muy interesante…—Comentó volteando unos huevos.

—¡Pero admítelo, te estabas muriendo del miedo!—Rió Darien.

—¡Por supuesto queme estaba muriendo del miedo!—Admitió con una sonrisa…— No todos los días tienes un vampiro como hijo…

—Cierto, cierto, pero, ¡yo soy el mejor hijo vampiro que hay!—Bromeó Darien…— Soy “Perfecto”

—En eso tienes razón. Ahora hijo “Perfecto” será mejor que te vistas, no quiero que llegues tarde al colegio…

—Voy, voy…—subió nuevamente a su habitación y se arregló, agarró una chaqueta y bajó…—Nos vemos ahora…

Se despidió y salió al pequeño garaje, subió a su vieja camioneta picco, y arrancó camino al instituto.
***
Gracias a todos por leer y comentar, espero el cap sea de su agrado! Y pues, tomé en cuenta sus correcciones, como lo del guión largo adherido a la palabra! Besos!

 

Cap#3​

Aparcó lejos de la entrada, agarró su bolso y caminó al instituto, entró y fue directo a su casillero. Estaba metiendo sus libros cuando una hermosa chica de melena dorada y ojos azul cielo se le apareció al lado.

—Buenos días Lily…—Saludó dándole un beso en la mejilla.

—Buenos días… Y, ¿Qué hiciste ayer?—Inquirió haciéndole platica.

—Nada, ayudé a papá en el granero, ¿Y tú?—Le respondió el chico tranquilamente.

—¡Lo pasé entre la oscuridad de mi cuarto con estúpidas visiones!—Se quejó de malhumor la rubia.

—Y yo que pensaba que ver el futuro era fácil—Se rió Darien, su amiga lo fulminó con la mirada.

—¿Fácil?—Enarcó una ceja con sarcasmo…— Una pesadilla es lo que es.

—Bueno, al menos tu no tomas sangre—Bromeó tratando de hacerla sonreír.

—No, pero al menos tu no ves muertos mientras duermes…—Contraatacó siguiéndole el juego.

—No, porque lo curioso es… que ya yo estoy muerto…—Susurró en su oído antes de entrar al salón.

—¡Uy! ¡Mi mejor amigo el Zombi!—Bromeó sentándose a su lado.

—Nada de eso…—Corrigió con altanería…-- ¡Tu mejor amigo el Vampiro!

—¡Peor! ¡No me chupes por favor NO!—Rogó bromeando haciéndose la víctima.

—No, a mi no me gusta alimentarme directamente de un humano, ¡mucho menos la de alguien como tú!—Contestó petulante.

—¡Oye!—Se quejó golpeándolo con la libreta ofendida.

—¡Era mentira! ¡Sólo jugaba!—Se disculpó muerto de la risa…—La miró directamente a los ojos y le sonrió tentadoramente…—Si yo tomara sangre humana, directamente de un humano, te tendrías que cuidar y mucho. Porque de la primera que tomaría sería de la tuya, no porque seas mi mejor amiga… Sino, porque tu sangre tiene un olor exquisito, que a veces me tienta a romper las reglas de mi “dieta”—Admitió inhalando, oliendo el cuello y el cabello de Lily que se removió nerviosa ante su cercanía.

—¿En serio?—Preguntó sorprendida, se agarró un mechón de cabello y lo olió…—Yo no huelo nada.

—Tu no puedes…Pero yo sí….—Se acercó a ella y le rozó cuello con su nariz…—Puedo oler tu dulce y exquisita sangre, el aroma de tu piel y tu cabello, que impregna todo el lugar, como llamándome…—Contestó revolviéndole el cabello.

—¡Darien! ¡No me despeines!—Reclamó acomodándose nuevamente el cabello, dándole un golpe amistoso en el brazo.

—Nada más de pensar como sería probar tu sangre, o de sólo imaginarlo y olerla… Se me hace agua la boca…—Murmuró pasándose la lengua por los labios, como saboreando, haciendo que Lily se sonrojara fuertemente

—Ya deja la fase de vampiro hambriento y presta atención a la clase…—Desvió su atención y cambió el tema drásticamente.
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Mientras, en un rincón incógnito del universo estaban reunidos toda una comunidad de vampiros.

Un hombre de cabellos dorados y ojos azul rey, estaba sentado abatido en un enorme trono de oro blanco. Se bajó del y caminó hasta una gran cama en una de las habitaciones en donde estaba acostada una mujer. Parecía que dormía plácidamente, sus cabellos negros azabaches como la caoba, desordenados, y su piel extremadamente blanca en contraste relucía, el hombre le acarició el cabello con suma ternura, como si de una muñeca de cristal se tratara.

—Vamos Evy. Despierta, te necesito, además, debemos buscar a nuestro hijo… Despierta…—Le rogó en un susurro agónico, le dio un beso en la frente y se levantó. Salió al patio donde lo esperaban todos.

—Mi rey, la multitud quiere saber, ¿Cuando partimos?—Preguntó un joven que salió de entre la multitud.

—Apenas Evelyn despierte…—Contestó el hombre con firmeza.

—Mi lord, una de las jóvenes que tiene la capacidad de sentir los poderes en otros seres dice que en la Tierra hay una muy poderosa joven vidente que podría ver el futuro de nuestra reina y decirnos cuando despertará…—Habló nuevamente el joven.

—Manda ahora mismo a dos de los guardias especiales a por ella, ¡La quiero aquí lo más rápido posible! Y tengan en cuenta, que fallar no es una opción—Les ordenó duramente Ville.

—Está bien mi rey, ahora mismo…—Obedeció el joven inmediatamente.
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—¡Qué clase tan aburrida!—Se quejó Darien…—¿Quien no sabe que la melanina es la sustancia que le da color a la piel y el cabello?

—¡No todos tienen memoria fotográfica como tú! Y hablando de eso… Tu no debes tener casi melanina—Comentó agarrando entre la suya su mano pálida y traslúcida.

—Yo no tengo melanina, por eso soy tan blanco y me quemo con el sol fuerte…—Le explicó.

—¡Ya sabía yo que eras raro!—Se rió Lily.

—Yo no soy raro. ¡Soy un vampiro!—La corrigió con orgullo.

—¡Wow! ¡Qué normal eres!—Exclamó con desbordante sarcasmo, ambos se rieron al unísono.

—¿Dónde almorzamos hoy? ¿En tu casa o el la mía?—Inquirió ayudando a Lily a subir a la camioneta y montándose él en el asiento del conductor.

—En la mía. Ayer comimos en la tuya—repuso Lily colocándose el cinturón de seguridad…—

—Bueno, entonces vamos. ¡Muero de hambre!—Arrancó y salió del aparcamiento. Colocó una canción en el estéreo y empezaron a cantarla a dúo como un par de locos. Aparcaron nuevamente en una pequeña y acogedora casa al principio del bosque.

—¡Hogar dulce hogar!—Suspiró Lily bajando y entrando a la casa con Darien detrás siguiéndole los pasos…—¡Mamá llegué!—Gritó a modo de saludo, ambos dejaron los bolsos en la sala y fueron a la cocina.

—¡Hola niños!—Saludó Liliana.

—¡Hola Sra. Liliana!—Saludó Darien dándole un abrazo a lo cual la mujer le correspondió con efusión.

—¿Tienen hambre?—Inquirió secándose las manos del delantal que llevaba puesto.

—¡Mucha! ¡La verdad es que muero de hambre!—Exclamó Darien agarrándose el estómago que rugía hambriento.

Lily se echó a reír…

—¡Preguntarte eso a ti es estúpido, tú siempre estás muerto de hambre! ¡Pareces un camello con 7 estómagos!

—¡Oye no te burles!—Se quejó Darien ofendido…—¡Yo soy un hombre y necesito alimentarme como tal!

—¡Chicos les tengo una sorpresa!—Anunció Liliana interrumpiendo su pequeña discusión.

—¿Cuál?—Inquirió curiosa Lily.

—¡Yo!—Respondió una voz femenina al fondo de la cocina, los dos voltearon a verla, sus ojos café relucían, su melena ondulada color caramelo caía sobre sus hombros. Y una sonrisa surcaba sus labios.

—Ahh… Eres tú…—Exclamó desilusionada Lily…— Hola Katie.

—¡Hola Katie!—Saludó pesadamente Darien tratando de disimular su decepción.

—¡Hola Dari!—Saludó poniendo toda su atención en Darien, ignorando por completo a Lily.

—Katie va a pasar una temporada con nosotros, tus tíos me pidieron el favor porque ellos tuvieron que salir de viaje urgentemente—Explicó Liliana.

—Genial…—Bufó sin animo Lily.

—Bueno entonces yo… Creo que me voy a comer a casa…—Repuso Darien, Katie no sabía lo que él era, así que por ende no lo podía ver tomando sangre.

—No, no cariño, ¡ya te preparé tu jugo favorito!—Lo detuvo Liliana.

—¡Mamá! ¿Cómo esperas que se quede a tomar “jugo” con Katie aquí?—Replicó Lily haciendo énfasis con doble sentido.

—Porque fue lo que le recetó el doctor a Darien, además, ¡mejor tómatelo antes de que se enfríe y ya no la quieras!—Replicó poniendo un vaso grande con un líquido rojo oscuro en la mesa.

—¡Ay no Dari! ¡No sé como puedes tomarte ese asqueroso jugo de remolacha! ¡Yo lo odio!—Exclamó Katie con asco.

Darien y Lily sonrieron…”jugo de remolachas” ¡Ja! si supiera que es sangre se desmayaría. Pero por un juego no podrían arriesgarse a revelar la verdad.

—¡Pues para que veas me encanta! ¡Es mi favorito!—Se rió sentándose y Lily se reía cómplice en su secreto…—¡Buen provecho a todos!

—¡Buen provecho!—Respondieron todos.

—¿Y el Sr. Raúl? ¿Por qué no ha llegado?—Inquirió curioso Darien tomando un sorbo de sangre de su vaso.

—Está ocupado, hoy va a llegar tarde…—Respondió Liliana, mientras engullía un trozo de carne...—¿Y como les fue hoy en clase?

—A mi bien. Pero, ¿A que no adivinas que le pareció la clase a Darien?—Inquirió lacónica en tono de broma.

—¡Aburrida!—Se carcajeó Liliana adivinando.

—¡Exacto!—Se rió Lily acompañando a la risa de su madre, Darien le sacó la lengua como un niño chiquito.

El televisor de la cocina estaba prendido, y estaban dando un documental de los crímenes en la región.

—El índice de muertes ha aumentado considerablemente en Vancouver desde hace unos meses…—Decía la periodista—El índice de muerte se ha acrecentado en un 10%, situación muy alarmantes. Y mucho más alarmante su forma de morir, drenados, no se sabe qué tipo de criminal está detrás de ello, pero es un maníatico despiadado, por eso sigan las recomendaciones para su propia seguridad y no…

Liliana apagó el televisor con rostro serio.

—A la hora de comer no vemos televisión…—Cortó con brusquedad.

—¡Qué miedo ese tipo! ¡Espero lo atrapen pronto!—Exclamó Katie mientras los demás permanecían en un sepulcral silencio.

—Tampoco se discuten ese tipo de asuntos en la mesa mientras comemos Katie…—Zanjó Liliana reprendiéndola.

A los minutos ya habían terminado de comer, Darien y Lily estaban recogiendo los platos de la mesa.

—¿Y Katie?—Preguntó Darien.

—Subió a cepillarse… ¿Por qué? ¿Vas a coquetear con ella?—Preguntó Lily con una sonrisa tratando de animarlo.

Darien se volvió un borrón que dejaba una estela plateada o grisácea a su paso, Lily se sentó y cerró los ojos para no marearse, cuando los volvió a abrir todo estaba perfectamente recogido y minuciosamente ordenado, cada cosa en su sitio correspondiente.

—No, si no para hacer eso…—Sonrió respondiendo.

—¿Sabes?, me encanta tener a mi mejor amigo el vampiro.

—¿Y no sería mejor, mi novio el vampiro?—Inquirió con una deslumbrante sonrisa coqueta.

—No lo sé, quizás, tal vez…—Le siguió el juego con coquetería.

—¡Ven! ¡Vamos al lago!—La tomó entre sus brazos y ya estaban en el lago, la depositó suavemente en la hierba y se sentó junto a ella.

—Lo que acabas de decir, ¿no lo dijiste en serio cierto?—Preguntó precavida.

—¡Por supuesto que no!—Mintió negándolo…—¡Eres mi mejor amiga!

—Uff…Menos mal! Ya me habías asustado…No me gustaría arruinar nuestra amistad con estupideces como esa…—Suspiró la rubia aliviada.

—Cierto, estoy totalmente de acuerdo contigo…—Convino con una sonrisa falsa…—¿Recuerdas cuando tus padres descubrieron que era un vampiro?

Lily se echó a reír…

—¡Si! ¿Como olvidarlo? ¡Pero tus padres ese día descubrieron lo que era yo!

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Hola! Al fin pude actualizar! ahora mi tlf de pendrive! xD Pero aquí está...espero les guste! ¬¬