Eternidad (SesshxKagome)

Re: Eternidad (SesshxKagome)

Capitulo nueve: Acercamientos

Odiaba la fantasía, todas esa historias de hadas que contaban nunca fueron de su agrado. La realidad era algo que siempre mantenía presente en su cabeza, el mundo estaba muy destruido y si en realidad esos héroes existiesen hubieran hecho algo para arreglarlo. Las chicas nunca se enamorarían de un monstruo sacando la parte más sensible de él, las niñas no encontrarían mundos tras los armarios ni tampoco saltarían a un agujero y llegarían al país de las maravillas, si algún día no encontraba vestido para una fiesta el hada no te buscaría uno y estaba segura de que si muriera envenenada, ningún estúpido beso la reviviría, así como también estuvo segura de que no aparecería ningún vampiro tipo ángel, se enamoraría de ella y la haría ver las maravillas y atrocidades de su mundo consiguiendo toda su confianza y finalmente transformarse en uno de ellos por amor.


Y ahora de un momento a otro se encontró mirando por la ventana de la enorme habitación a la espera de que pasara un conejillo que llegara tarde a alguna parte, por que al parecer todo en lo que nunca creyó si que existía.


Es extraño despertarte un día y encontrarte en un lugar desconocido, rodeado de gente que en un principio te pareció estirada y superior y que aún a pesar de compartir un techo seguían siendo igual. A diferencia de un par de jóvenes y Kikyou que habían ido a ver como seguía el resto actuaba como si no estuviera y decía el resto por que al parecer en esa casa vivían muchas personas, alrededor de la casa había un gran jardín que a diario era ocupado por un montón de personas, vampiros pensó. Todos parecían entrenar o jugar a algo, se daban golpes bruscos y realizaban técnicas que de no ser por sus nuevos ojos nunca sería capaz de ver, pero a la vez se carcajeaban cada vez que uno caía.


Desgraciadamente tuvo que dejar su trabajo, llamó a la directora y dijo que por problemas familiares debía dejarlo, eso implicó dejar también su nueva y cálida casa a la que ya le había cogido cariño.


Pero en realidad lo que más le preocupaba era cómo iba a ver a sus padres,
Sesshomaru le había dicho que después de que todo terminara y de que ella aprendiera a controlarse a la hora de estar con humanos podría irse y ella aceptó gustosa, pensaba recobrar su vida no tan vida, pero después de un tiempo su padres notarían que es extraño que no envejeciera así que fingiría su muerte, le dolería dejarlos claro que sí pero no podía hacer nada más.


Lo que más le molestaba es que sabía que le estaban ocultando algo, ella nunca conoció a ningún Naraku y ahora de repente le dicen que él la transformó por que sí, esa era una historia que ella misma averiguaría pero por ahora …


Se escucharon unos pasos a lo lejos y el zumbido del aire al rozar con el cuerpo y antes de que pudiera escuchar nada más tocaron la puerta.


-Adelante- dijo y tras la puerta apareció Kikyou.


Esa mujer se supo ganar su confianza, a pesar de sus comentarios cortantes y la predominación de la ironía en su vocabulario.

- ¿Has dormido?- preguntó mirando la cama esperando una respuesta más que obvia.

-No, pensé que los vampiros no dormían, bueno los de las historias no.

- A nosotros no nos hace falta dormir, pero lo hacemos de vez en cuando- se encogió de hombros- ya sabes por humanizarnos un poco- dijo con un apequeña sonrisa- ¿Qué te parece si vamos afuera así te empiezas a relacionarte con tu nuevo entorno?


Vaciló un momento antes de responder, no podía pasar todo el día encerrada en una habitación como una ermitaña así que asintió fue tras Kikyou que ya habían emprendido el camino.


-¿También podemos tomar el sol?- preguntó mientras se deleitaba viendo aquellos hermosos pasillos - Kikyou no se sorprendió por la pregunta últimamente la mayoría de sus conversaciones se basaban en preguntas sobre su nueva vida.


-Por supuesto -respondió


-¿Y lo de la estaca de madera?¿y los ajos?¿es cierto todo eso?-


-¡Qué va!, son tonterías que se inventan los humanos para creer que si en realidad existiésemos podrían matarnos de alguna manera- expresó con burla-


-Entonces ¿eso quiere decir que somos invencibles?-


-Para los humanos sí, pero para los demás vampiros no.


Siguieron caminado en total silencio y pasaron un sin número de pasillos y salas dando a entender a Kagome que todo aquello era más que una casa o una mansión.


Llegaron al gran jardín, perfectamente decorado, ninguna flor se salía de su sitio, aun cuando las amistosas batallas que se realizaban allí desde hacía unos tres días.


Cuando sus pies pisaron la grada verde todos las miradas se posaron en ella y por un momento quiso dar marcha atrás y quedarse donde había estado los últimos días pero sus piernas no se movieron. Y como si se hubiese tratado de un stop en mitad de un video todos volvieron a lo que estaban.
　
-Increíble-pensó, aquel mundo tenía muchas cosas “raras” que tardaría cierto tiempo en descubrir.


-Señorita Kagome- gritó una voz cantarina y antes de que se diera cuenta Rin estaba sobre ella.


-¡Rin!- exclamó y cayó en la cuenta de que no había visto a la pequeña desde su repentina transformación.


-No me creo que ya esté aquí.


-Rin … tú ya lo sabías.


La niña sacó una inocente sonrisa de entre sus finos y rosados labios.


-Rin, vete a jugar- ordenó Kikyou- la señorita Kagome y yo tenemos cosas que hacer.


La niña miró e intentó protestar, pero se dio por vencida y se introdujo entre la multitud esparcida por el jardín. Cuando se fue Kikyou emprendió la marcha y Kagome la siguió.


Pasaron el jardín hasta llegar a una especie de muralla, la mujer la saltó con facilidad y Kagome la imitó.


-Nunca pases de esa muralla, amenos que sea estrictamente necesario- dijo la pelinegra.


- ¿Y cuales son las razones estrictamente necesarias- preguntó Kagome.


- Te lo explicaré más tarde-

La azulina dirigió su vista al frente y pudo apreciar el maravilloso bosque que se alzaba frente a ella.


-¿Qué vamos a hacer aquí?- preguntó.


-¿No tienes hambre?- respondió entonces con otra pregunta.- vamos a cazar.

La simple idea la horrorizó.

-Pero, yo … yo no .


Kikyou miró como temblaba, estaba casi segura de que a ella no le agradaba para nada la idea de tener que matar gente para alimentarse, pero eso no sería necesario. La caza de humanos es como el caviar para una persona algo menos que rica, no se podían permitir ir matando por ahí tan llamativamente, acabarían haciendo rastreo por todo el bosque y eso sería desastroso y para colmo con la mansión en medio de la arboleda se les haría casi imposible salir a cazar con todos esos humanos por allí.


-Puedes estar tranquila- le dijo- la sangre de animal no es tan buena pero te sacia.


-¿De animal?- preguntó pero cuando quiso darse cuenta Kikyou ya no estaba allí.


Miró a su alrededor, al parecer se tendría buscar la comida ella sola, por lo menos sabía reconocer el olor de la sangre, ese olor metálico y ácido pero que se mezclaba con una fragancia dulce que hacía su boca agua. Aspiró sonoramente y un olor similar al que recordaba, pero más agrio, llegó a sus fosas nasales, sonrió con malicia, aquello figuraba mejor de lo que parecía. Intentó correr pero se sorprendió de sobremanera al encontrarse avanzando a una velocidad más rápida de la que estaba acostumbrada, esquivaba los árboles con suma facilidad al igual que la pequeñas ramas que se interponían en su camino, pronto llegó a un claro. Lo que encontró no era tan apetecible como esperaba, un perro salvaje de pelo negro y abundante la miraba con ojos asesinos, entonces llegó a su mente algo que no pensó cuando se echó a correr enloquecida por la sed, como se supone que debería coger a “esa cosa”.


El animal empezó a caminar hacia ella con actitud amenazadora consiguiendo así que la chica se asustara. Tenía claro que era fuerte pero nunca había experimentado su fuerza concientemente. Se echó hacia atrás, pero a cada paso que daba el animal daba otro hacia ella, sus ojos negros la miraban fijamente. Podía echar a correr, estaba claro que ella era mucho más rápida, pero talvez huir no sería muy buena idea, el animal seguiría su rastro y la acabaría encontrando y ella no tenía suficiente valor como para pedirle a Kikyou que se decidiera de él, le daba vergüenza que la vieran como una inútil.


Cuando quiso darse cuenta el perro iba corriendo en su dirección y ella sintió su cuerpo paralizado, aterrada lo único que hizo fue taparse el rostro preparada para lo que viniese.


Sintió como el cuerpo chocó contra ella enviándola directamente al suelo, se preparó para lo que fuera que intentase hacer le animal con ella pero el ataque nunca llegó, no se atrevió a abrir los ojos. Desconcertada por la tranquilidad de la bestia sobre su cuerpo, afinó su olfato aún sin retirarse las manos de los ojos y se admiró enormemente al sentir ese olor tan delicioso que desprendía, no era el olor a sangre que hacía poco emanaba, sino que más bien era un olor a …


Se deleitó unos segundo más con aquella fragancia para luego quitar las manos de su cara y abrir sus ojos lentamente, para encontrarse con dos maravillosos ámbares mirándola.
De haber tenido sangre en las venas estará más roja que un tomate.

-Sesshomaru- susurró.

¿Qué hacía él ahí?

-¿Estás bien?- preguntó con voz monótona.

Se tardó un tiempo en responder, solo podía pensar en lo bello que se veía desde tan cerca, pero arrancó esos pensamientos de su cabeza.

-S … sí- respondió con voz temblorosa, pensando todavía en lo bien que se sentía tener su cuerpo sobre el de ella.



muchas gracias por los post, en el proximo capi responderé a todos los post.

Pan-chan:En realidad Naraku no la transformó para ser su discipula, Sesshoamru solo dijo eso para no tener que contarle la verdadera historia, después de todo el piensa dejarla ir una vez allan luchado.

*Kurayami*- me alegor que te gustara y bienvenida a mi disparatado fic.

Besos

 

Re: Eternidad (SesshxKagome)

capítulo 10: Regreso.

-¿en qué lío se había metido?- pensó


-Te he preguntado ¿Qué si estás bien-

-¡Ah! eh … yo sí, es que...- bajó su mirada apenada.

Empezó a echar risitas nerviosas mientras desviaba la directa mirada que le él le enviaba. Y no solo era por la mirada sino por que a él pareció olvidársele que estaba sobre ella.

-¿De qué te ríes- preguntó, un poco irritado.

Y entonces Sesshomaru se dio cuenta de que la distancia entre ambos era mínima y de que se había quedado tan embelesado mirando sus ojos, que sus rostros, al igual que sus cuerpo, estaban más cerca de lo debido, de aun saltó tan rápido que a Kagome le costó captar se separó de ella y llegó al otro extremo del claro.

Kagome me incorporó casi inmediato un poco decepcionada, enseguida reprendió ese sentimiento tan extraño y se dirigió al feroz animal que había quedado tendido sin vida en el suelo después del gran impacto que recibió al ser apartado por el albino, cuando se disponía atacar.

Que irónico, intentó por todos los medios que le fue posible alejarse de ella, pero eso para él era tarea imposible, totalmente imposible. Contempló a la chica que se encontraba del otro lado del claro devorando la sangre caliente del animal que yacía muerto entre sus pequeñas manos, ella no debía estar allí, pero aunque pudo alejarla, no quiso, odiaba admitirlo pero esta vez deseaba acercarse a lo que su corazón siempre le prohibió.

Un ruido se escuchó entre los arbustos y en poco tiempo llegó Kikyou, su cara mostraba confusión pero también fastidio.

-¿Qué ha pasado?-preguntó casi con desgana Sesshomaru.

-Me encontré con Sango, hoy se instala en la casa- bufó- no se cómo puedes dejar que se quede con nosotros.

-Es necesario- dijo casi sin prestar atención a los reclamos de Kikyou- yo me voy, la próxima vez no la dejes sola, sabes que no tengo tiempo para esto.

-Necesario- murmuró a regañadientes la pelinegra sin prestarle tampoco mucha atención a su hermano.

-¡Ya he terminado!- exclamó Kagome cuando en sus brazos sólo quedaba el cuerpo disecado de lo que antes le había resultado un terrorífico animal.

* * *
Desolado, caminó por los amplios y desiertos pasillos.

Estúpido- se recrimino mentalmente.

Casi parecía letal su estupidez. Sango volvió, después de mucho tiempo y él en vez de odiarla, tal y como debía ser, en vez de despreciar hasta la más fina hebra de sus cabellos, deseaba verla nuevamente más que nunca.
Cuando la vio casi ni se lo podía creer, seguía igual a como su mente la revivía cada día.
Pero la culpa de todo eso era de ella, por haberle traicionado, por haberlo engañado y una vez se hubo reído en su cara se marchó como si nada y lo peor de todo es que aun después de todo eso nunca pudo dejar de amarla …

-¿A dónde vas?- preguntó Kouga, apareciendo de repente frente a sus ojos.

-Ahora, a ninguna parte- masculló.

-Ya está aquí- dijo, aún siendo conciente de que él ya lo sabía.

Miroku miró a Kouga con fastidio.

Sabía perfectamente que Sesshomaru hacía todo eso por vengarse, a él se le podía retar, bueno, a él le encantaban los retos, podías pegarle, teniendo en cuenta que él te lo devolvería, podías incluso romper sus normas, afrontando las consecuencias, pero si había algo que Sesshomaru odiaba, algo que realmente aumentaba su mal genio (malhumor) era que le gritaran o le reclamaran y eso era justamente lo que él había hecho en el despacho, justo después de que Sango se marchara tras llevar a Kagome.

Y claro que mejor venganza que esta. Ahora la tenía allí, ambos vivirían en la misma casa y tendrían que verse casi constantemente.

-No puede ser tan malo- dijo Kouga- tal vez … ella quiera disculparse.

Kouga hubiese muerto si la mirada de Miroku hubiese sido mortal. Aún cuando ella se arrastrara por los suelos, no la perdonaría … o eso creía él. No sólo era el hecho de haber robado su “excelentísimo” poder, si no que le traicionó aún cuando él le dio todo su corazón.

Él en el pasado no hizo cosas de las que se sintiera orgulloso, durante sus años sabáticos cometió atrocidades y así fue por mucho tiempo, mancilló, mató, torturó e hizo un sinnúmero de cosas bastantes abyectas, pero Sango le hizo cambiar, él se enamoró totalmente, hasta el punto de dar la vida por ella sin pensárselo dos veces, pero ahora … ahora era diferente.

No fue fácil para él, un hombre de mil mujeres, inhibirse de todos los placeres de la carne para convertirse en un individuo del todo fiel. El amor siempre le pareció algo tan sumamente estúpido como empalagoso, pero como casi todo él mundo él acabó embarrándose. Y por desgracias el estúpido frente a él también sería el próximo. No le hizo falta olfatear dos veces para darse cuenta de donde había estado.

-Otra vez espiando a la profesora- dijo, cambiando el rumbo de la conversación que Kouga tenía pensado empezar.

El pelinegro levantó el dedo, moviéndolo varias veces hacia ambos lados.

-Te equivocas- dijo con una sonrisa triunfante- esta vez he hecho más que eso, he conseguido una cita.

-No deberías jugar con la gente- dijo, a sabiendas de que esa no eran las intenciones premeditadas.

-Ayame es diferente- dijo- me hace desear algo más que su sangre.

Imbécil-ya estaba cayendo-
　
* * *
Suspiró de manera profunda y se sentó en la mullida cama. Era extraño después de tanto tiempo volverse a encontrar allí, todo estaba tal y como lo había dejado. Era como volver al pasado, pero un pasado en el que nada se parecía al lo que realmente debería estar viviendo.

-¡No sabe cuanto me alegro de que hayas vuelto!- exclamó Rin desde la puerta.

- Parece que has decidido empezar a crecer- dijo la castaña con una gran sonrisa, recordando que la último vez que la vió, hacía ya mucho tiempo, su apariencia se asemejaba a la de una niña de cinco años.

-No es algo que yo decida- dijo- pero parece que mi cuerpo no quiere tener esta apariencia siempre, pero ya quiero llegar hasta donde tenga que llegar.
　
-Ya te lo dije, crecerás hasta donde sea necesario y entonces te congelarás en el tiempo y serás como todos nosotros.

La niña sonrió, era bueno volver a tenerla allí, durante todo ese tiempo la echó mucho de menos, aunque nunca lo manifestara.
Caminó con pasitos gráciles hasta la cama y se sentó al lado de Sango.

-¿Ya has visto al tío Miroku? Ya creo ver su expresión cuando te vea cada día-

-No creo que eso sea muy de su agrado.

-¿Sabes qué creo yo?- preguntó la niña.

-¿qué?-
-Yo creo que al final acabará cediendo- aclaró- él todavía te quiere. Sólo tienes que contarle la verdad.

-Eres muy pequeña para entender estas cosas.

Rin dirigió una mirada incrédula.

-Aunque esté encerrada en este cuerpo de niña y me comporte como tal, he vivido lo suficiente como para entender cosas como estas- dijo muy seria.

-Es cierto- apoyó Sango con una gran sonrisa que enseguida Rin le devolvió- a veces se me olvida con quien hablo- dijo acariciando su cabeza.

-Me alegro de que hayas vuelto Sango.- expresó sinceramente.

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¿Dudas?, ¿preguntas?
Muchas Gracias por los post, de verdad, creí que me habían cerrado el fic por tardar tanto pero por lo visto pude salvarlo.
Siento la tardanza.

 

Re: Eternidad (SesshxKagome)

Capítulo 11: Egoísmo

Estuvo esperando por lo menos veinte minutos, que resultaron bastantes desesperantes, porque por razones que él todavía ignoraba, se puso bastante nervioso al pensar que Ayame podría darle platón, pero después llegó, con la culpa marcada en esos preciosos ojos. Nunca se había sentido tan interesado por una humana, pero ella resultaba tan divertida y simpática que no pudo reprimir las ganas de conocerla.

Ambos quedaron en una pequeña cafetería de aquel diminuto pueblo, sentados en un rinconcillo alejado de la puerta sonreían como dos tontos por cualquier tontería que se les ocurriese, en ocasiones Kouga se podía imaginar la burlona risa de Inuyasha si le viera de esa forma con una chica incluso hubo momentos en los que miró hacia varios lados inspeccionándose de que no le hubiera seguido, aliviado al ver que sus suposiciones eran inciertas volvía a sus amenas pláticas con la pelirroja.

Toda la tarde pasó rápida y finalmente Ayame y él se tuvieron que despedir y esta vez si se acordó de llevarla a su casa, la razón por la que había llegado tarde era por que se le había ido uno de los pocos autobuses que pasaban por allí, pero él sabía que había sido culpa suya, llevaba tanto tiempo si salir con alguien que se le olvidó por completo de ofrecerse a buscarla.

Una vez la dejó en su casa y después de un rechazado beso, pudo emprender el camino a la mansión, debía llegar antes de que Sesshomaru se enterara, si el susodicho hubiese notado su ausencia se llevaría una buena, no es muy de su agrado las relaciones con humanos, por lo menos no el tipo de relación que Kouga tenía planeado tener con Ayame y menos en tiempos de amenazas que era lo que ahora sufrían.

Cual fue su sorpresa al estar a los tres kilómetros y medio de la mansión y escuchar desde allí los gritos de todos los hospedados en esta, podía escuchar perfectamente como hablaban de una pelea, fue entonces cuando pisó el acelerador con fuerza y en el momento en que llegó, aun desde el garaje pudo escuchar como dos cuerpos chocaban con fuerza descomunal, llegó al jardín, lugar desde donde procedió el estruendo, con una velocidad moderada, no sabía lo que podía haberse encontrado allí.
Todos rodeaban algo, pero el circulo era lo suficientemente grande cómo para poder observar lo que todos espectaban. Estaban peleando. Dos figuras difuminadas se embestían entre sí con vigor.


Entre los espectadores pudo observar como Inuyasha y Kagome miraban la escena horrorizados, Inuyasha intentaba entrar en medio de la pelea corrió varias veces al centro del campo pero era fuertemente enviado fuera de este de una manera bastante brusca, mientras que los otros vampiros observaban con ojos vidriosos de emoción el combate y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que faltaban varias personas: Sesshomaru y Miroku, pero esos dos ya sabía donde estaban, Sesshomaru últimamente salía casi a diario y al parecer Miroku se le unió para “rastrear el terreno” y las siguientes era Sango y Kikyou, esas por más que quisiera era imposible que estuvieran por ahí juntas, entonces calló en la cuenta de que aquellas sombras borrosas no eran nada más y nada menos que ellas.


Entonces comprendió que debía intervenir cuanto antes. Se abrió paso entre la multitud y llegó justo a la parte delantera, Inuyasha, desde el otro lado, remiraba con ojos angustiados, él le dio un pequeño asentimiento para que ambos entraran al mismo tiempo y apenas llegaron casi al centro cuando salieron despedidos hacia fuera. Después de varios intentos no consiguieron nada y ambos ya empezaban a cansarse, las dos mujeres no parecían querer parar nunca.


Fue ahí cuando a lo lejos, entre los árboles, pudo divisar a Sesshomaru y a Miroku llegar, la cara del castaño fue de total sorpresa . El albino sí pudo distinguir fácilmente quienes se batallaban y no pasó ni un segundo cuando llegó al centro del campo y se unió al juego difuminado, pero pronto una de la figuras salió despedida hacia el suelo, y como era de esperar aquel no era la de Sesshomaru si no de Kikyou y del otro lado estaba Sango siendo fuertemente sujeta por él. Inuyasha intentó capturar a Kikyou ahora que estaba en el suelo pero antes de que pudiérase nada esta ya estaba emprendiendo nuevamente su camino hacia la castaña siendo enviada de un fuerte golpe por parte de su hermano al otro extremo, justo donde la había mandado antes, esta vez Inuyasha si pudo cogerla pero aún así esta se removía entre sus brazos.


Los espectadores cambiaron sus expresiones rápidamente por unas serias y de desaprobación y se fueron disipando hasta que allí sólo quedaron Kagome, Miroku Inuyasha con una revoltosa Kikyou entre brazos , Sesshomaru, Sango, y Kouga.

-Exijo una explicación- habló Sesshomaru con voz autoritaria.

- Estaba en mi camino- protestó Kikyou- ¡le advertí que no lo hiciera, que no se metiera en mi camino, así …!

-¿Qué dices?- contraatacó Sango- solo buscabas una manera de provocarme.

-Yo no necesito provocarte -aclaró la pelinegra-solo …

-¡Deja de comportarte como una cría Kikyou!- gritó Sesshomaru- ¡para de una vez!

-¡Dejaré de hacerlo cuando ella se largue!- gritó ella todavía con más fuerza- ¡Lárgate de nuestras vidas!- le exigió a Sango- no eres más que una traidora, no debes estar entre nosotros, no debes estar aquí como una más por que no lo eres.

-Cállate, tú no sabes nada

-¿y que es lo que debo saber?- preguntó- por que no me cuentas la historieta que te inventaste para que mi hermano dejara que volvieras, ¡Vamos! Que me muero por saberlo.

- …

-Ya te lo he dicho lárgate, no hay nada que te ate a nosotros.

Sango sintió la rabia recorrer su cuerpo.

-Nada que no recuerde ¿verdad Kikyou?.- Sango ni se inmutó ante la mirada asesina que le enviaba su contrincante- por que lo que me unía a vosotros era tan fuerte que hiciste que lo olvidara, ¿no?, así me iría más pronto.

-Cállate-

-No, esta vez no me callaré, todos te ven de una manera que no deben, nadie sabe lo egoísta que puedes llegar a ser, lo único que me ataba a vosotros era el saber que yo era hermana de Midoriko y tú me borraste ese recuerdo.

-¿Quién es Midoriko?- Preguntó confunda Kagome a Kouga que ahora se encontraba a su lado.

Este solo cogió su mano y la guió a dentro de la mansión. Eso era algo que ella todavía no podía saber, no ahora.

De lo que nadie se dio cuenta era de la sombría miara de Miroku en ese momento.


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No pensaba ponerlo tan pronto, pero estaba sentada en el balcón de mi casa y derepente llegó inpiración.

¿Mucho texto? he intentado acortarlos, los textos me ocupaban mucho más.

Espero os haya gustado, besos.

Gracias por vuestros post, aunque cada vez son menos me alegro de que lo sigáis leyendo.

 

Re: Eternidad (SesshxKagome)

Hola.
Bueno … sólo quería informaros de que me voy de viaje por un tiempo un poco largo y, aunque sí tendré Internet, dudo tener tiempo para poder hacer las contis, así que estarán suspendidos por un plazo de dos meses.
No abandonaré ninguno de mis tres fics (Dos de ellos con un final próximo), incluso creo que cuando vuelva, ya tendré unas cuantas contis.
Espero lo entendáis.
Besos, Hasta luego.