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Tema en 'Samurai Sensō' iniciado por Amelie, 17 Junio 2020.

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    Amelie

    Amelie Game Master

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    En esta discusión será colocadas las fichas de los jugadores; a su vez la hoja de personajes la cual procuraré mantenerla siempre actualizada. Habrá otros elementos de cada personaje; pero esos los llevaré en las conversaciones privadas que tendré con cada uno de ustedes. Y si tienen duda de por qué el personaje de Kuno Vizard no tienen ventaja y desventaja es porque obtuvo (agilidad y cobardía; estas dos cualidades se nulifican una a la otra)
    rapuma Gigi Blanche Gigavehl Mori Kuno Vizard Insane



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      • Exp= 6,080

      • Fuerza= 9
        Protección= 6

      • Intimidación= +7

      • manutención de caballo diaria=-10

      • ----

      • Escuela= Niten Ichiryu (Escuela de los dos cielos)
        Técnica= Mizu no rizumu (ritmo del agua)
        Ataque especial= ¿¿¿??? (desconocido)
        Maestro= Kato Harima

        "Si los adversarios nos llegan por los cuatro costados, los obligaremos a situarse en un solo lugar. Al enfrentarse a varios oponentes no es bueno esperar, ataquemos con fuerza sin permitirles un momento de descanso. Se trata de ganar sintiendo los ritmos de los adversarios y sabiendo dónde fallan. Arrinconarlos, será posible dominar a dos adversarios, a diez o incluso a veinte. Esto se logra manteniendo nuestro espíritu en paz"

        Descripción=
        Al enfrentarse a más de un enemigo de nivel 3 o inferior; podrás eliminarlos de un tajo sin necesidad de batirse a duelo con cada uno de ellos; al conocer los ritmos de tus oponentes podrás predecir sus movimientos. (máximo 5 enemigos) Si hay un nivel 4 que no sea pnj importante; también entra a este grupo (básicamente es para acabar con personajes tercearios rápidamente)

        1. -5 pv al enemigo de menor nivel
        2. -15 pv al enemigo de menor nivel
        3. -20 pv al enemigo de menor nivel
        4. -5 pv al enemigo con el segundo menor nivel
        5. -15 pv al enemigo con el segundo menor nivel
        6. -20 pv al enemigo con el segundo menor nivel
        7. -5 pv al enemigo con nivel intermedio
        8. -15 pv al enemigo con nivel intermedio
        9. -20 pv al enemigo con nivel intermedio
        10. -5 pv al enemigo con el segundo mayor nivel
        11. -15 pv al enemigo con el segundo mayor nivel
        12. -20 pv al enemigo con el segundo mayor nivel
        13. -5 pv al enemigo con mayor nivel
        14. -15 pv al enemigo con mayor nivel
        15. -20 pv al enemigo con mayor nivel
        16. -30 pv al enemigo de segundo menor nivel
        17. -30 pv al enemigo de nivel intermedio
        18. -30 pv al enemigo de segundo mayor nivel
        19. -30 pv al enemigo de mayor nivel
        20. Golpe único: obtienes la victoria mediante la precisión de un solo golpe (eliminas a los 5 de un sólo golpe)

        Restricciones=

        ⦁ Este ataque sólo se utiliza una vez por combate
        ⦁ Puede usarse contra dos enemigos; tres enemigos; cuatro enemigo o cinco enemigos
        ⦁ No puede enseñarse a otra persona a menos que el jugador o npc sea nivel 5
        ⦁ No puede usarse contra un solo oponente
        ⦁ Es posible que si pelean con enemigos no todos tengan distinto nivel; yo me ocuparé de explicarles cuales son
        ⦁ Este es un ataque de la escuela Niten Ichiryu (escuela de los dos cielos) creada por Kato Harima en Kamakura; si se tiene esta escuela no podrás aprender la de otra a menos que descartes esta enseñanza para unirte a otra escuela.

      Kenzaburô nació en una familia de granjeros y agricultores. No tuvo mucha educación pero aprendió a escribir en chino y en japonés bajo la tutela de su madre. Su padre quería que tuviera educación pero las grandes deudas no le permitían que pudiera estudiar por lo que el niño ayudó en el campo y desde los cinco años hasta los diez cortó trigo, cosechó y cuidaba de los animales. La vida era sencilla, uno se despertaba con el sol, trabajaba y volvía a dormir de noche, y se repetía.

      A la edad de once años recién cumplidos un duelo se llevó en el pequeño pueblo de Kenzaburô. Claramente el niño se escabulló con amigos para poder ver. Era la primera vez que el niño se enfrentaría a la sangre, la adrenalina y la tensión de un duelo... pero no sería la última. El duelo terminó con uno de los duelistas sin manos y con la cabeza cortada de cuajo. La batalla duró menos de seis segundos. Seis segundos. Kenzaburô impresionado le preguntó al espadachín vencedor qué había que hacer para portar una espada como la de él pero fue ignorado. El niño, sumamente orgulloso, tomó una piedra del camino y levantó el brazo para lanzarla pero quedó estático, ya que el espadachín había desenfundado en un parpadeó y apuntaba con el filo escalofriante a su garganta. Kenzaburô tembló, preso del miedo que tenía.

      —No empieces algo que no puedas terminar. Hazlo o no, pero no lo intentes.

      Fueron las palabras de aquel samurái misterioso y Kenzaburô sintió una humillación interna increíble, aunque para sus amigos había ganado el mote de Zorro por su coraje. Kenzaburô nunca se olvidaría del rostro de aquél sujeto y de sus palabras, que calaron hondo en su interior.

      Escondió la espada del duelista muerto y todas las noches practicaba en silencio en su habitación. Eran golpes toscos y torpes, además la espada pesaba muchísimo para su libre manejo. Se cortó en inumerables ocasiones al desenfundar y enfundar sin ver, como había visto hacer mucho tiempo a muchísimos hombres. Golpeaba a enemigos imaginarios y su mente volaba con grandes proezas conseguidas por su ingenio y destreza.
      Cuando sus padres encontraron la espada escondida la paliza que recibió fue increíble. Su madre lloraba desconsolada pensando que su hijo se había vuelto un criminal y su padre, furioso, descargó la tensión con él. Al final, Kenzaburô escapó de su hogar con tan solo once años, sin dinero pero con una espada sumamente afilada.

      Los caminos son peligrosos para un niño perdido y lo tuvo que aprender a golpes y caídas, pero siempre se levantaba más fuerte. Le robaron, le golpearon y hasta un hombre abusó de él. Fue la primera persona que mató. Seguro pensaba que el niño no se levantaría y aprovechó para descansar... ahí fue cuando Kenzaburô le mordió la garganta con la fuerza máxima que el odio da a una persona golpeada por la vida y la humillación misma de una violación, que tiró la cabeza hacia atrás y le arrancó la carne. Luego, mientras el sujeto gritaba e intentaba levantarse, Kenzaburô lo fulminó con su espada: enterró el filo en su pecho y la espada quedó atascada al intentar sacarla; primera lección aprendida: nunca enterrar el filo en el tórax, muchos huesos. El sujeto tardó en morir y Kenzaburô disfrutó de hacer lo que quisiera con su cuerpo; aprendió lo frágil que era la anatomía humana.

      Durmió en graneros, robando pan y frutas de mercados. Escapando de las patrullas de las grandes ciudades y pronto aprendió a mantenerse lejos del camino o al menos de la vista del camino. Se hizo realista y ladrón, también aprendió que la naturaleza humana estaba podrida como una manzana, no había hombres ni mujeres buenos... solo avaricia y maldad. Aprendió también a mantenerse lejos de la gente.

      Poco a poco aprendió que la única forma de vivir era cazando su comida y aprendió a atrapar liebres, a comer moras y a poner trampas para animales más grandes. No se dió cuenta que poco le costaba seguir los rastros de grandes animales, era obvio el paso que dejaban por el camino y él se encargaba de matarlos y racionarlos. Pero aunque era bueno siguiendo rastros no era muy bueno escondiendo los suyos; un viejo conocido le visitó una noche en su campamento y, para sorpresa de Kenzaburô, era el espadachín de hacia tres años atrás, que había conocido en el pueblo. Ninguno de los dos dijo nada, el crepitar de la hoguera rompía el hechizo del momento.

      —¿Lo harás o no lo harás?

      Preguntó el espadachín y Kenzaburô lo miró con odio, aunque no sabía bien por qué. El niño negó y el espadachín sonrió.

      —Te entrenaré para que lo hagas. No veo tanta voluntad en alguien desde hace años, niño. Serás mi aprendiz y te entrenaré en el arte de la espada.

      Y así fue como Kenzaburô fue adoctrinado con la espada, a seguir mejor los rastros y a cuidar el suyo propio. A moverse por los pueblos, por las ciudades y a cuidar su lengua. A sobrevivir al mundo que cada día parecía más cambiante. Se hizo fuerte, veloz y un sabueso de presa, nadie parecía escapar a sus pistas de rastreo. Hasta que, de un momento a otro, el espadachín dijo que volverían a verse para finalizar el acto de lanzarle la piedra, aunque en este caso sería un duelo a espadas, y desapareció. Lo último que dijo fue que lo que quedaba por aprender debía hacerlo por su cuenta y llegado el momento, rendirían cuentas.
      Kenzaburô lo rastreó pero parecía un fantasma... jamás pudo dar de nuevo con él.

      El espadachín puso sus habilidades al servicio de la gente común. Primero se encargaba de localizar animales extraviados de ganaderos, luego a niños. Finalmente negocios más oscuros que le valieron una fama en el bajo mundo dónde conoció a mucha gente que era mejor no haber conocido. Kenzaburô buscaba lo que sea, desde animales a personas; para traerlos a casa, para capturarlos y llevarlos a prisión o simplemente para asesinarlos.

      Era tan bueno que su servicio llegó a oídos del líder Akishino y éste lo requería para varios trabajos extraoficiales como eran: espiar a altos funcionarios del clan enemigo, atrapar a ciertas doncellas para pedir jugosas cantidades de oro por el rescate... incluso de asesinatos a políticos importantes. Kenzaburô era el sabueso oscuro de Akishino hasta que todo se fue al diablo. Entró al servicio del clan con 25 años y a los 30, recién cumplidos, hubo una conspiración para asesinar a la hermana mejor de la esposa de Akishino. Kenzaburô usó sus dotes para buscar información, lo que sea, hasta que encontró algo que no coincidía. Se estaba rastreando a sí mismo sin saberlo; le habían puesto una trampa, pero... ¿quién? Cuando se dió cuenta de lo que estaba pasando intentaron detenerlo y él se defendió; mató a dos guardias antes de huir y un tercero, que reconoció con un odio visceral a su antigüo maestro, le cortó el rostro, regalandole una cicatriz de por vida.

      Se mantuvo entre las sombras durante mucho tiempo, bebiendo en tabernas apestosas y con mala compañía. Solo tenía su espada y a sí mismo, pero conocía el poder del imperio Taira; no podía dejarse ver, tenía que pasar agua debajo del puente, como la expresión dice. El tiempo haría que Kenzaburô pase al olvido nuevamente, como debería haber sido durante toda su vida, al margen.

      Un día estaba en el arroyo del bosque, limpiando la herida que llevaba infectada desde hace días; la costra estaba negra y debía de ahuyentar a las moscas con su mano para evitar que se infecte más. El chapoteo de alguien corriendo en su dirección lo alertó y sin mediar ningún atisbo de duda desenfundó con una precisión que hablaba de años de justeza. Su sorpresa fue encontrarse una niña magullada pidiendo auxilio. ¿Sería una trampa? Miró en toda las direcciones con la espada en mano. ¿Sería un señuelo? ¿Estaría allí su antigüo maestro? Pero se dió cuenta de que solo se encontraba él y ella, un hombre adulto y apenas una niña.

      Por primera vez se quedó sin saber qué hacer. Pensó en dar media vuelta e irse pero por algún motivo no podía: los ojillos de la chiquilla frente a él estaban aterrados, con miedo y dudas. Justo como él cuando huyó de casa. Justo como él cuando le robaron, golpearon... y...

      No había mucha empatía dentro de su corazón, la verdad. Y aunque no era un tipo malo, tampoco era alguien bueno. Simplemente se dejaba llevar por sus intereses personales... y la niña lo puso en un jaque. No dejaría que nadie abuse de ella como hicieron con él. Le extendió la mano como toda respuesta, una mano grande, callosa pero fuerte y generosa.

      La adoptó por varios meses dónde la niña le contó sus orígenes. Kenzaburô es más de escuchar que hablar, por lo que las noches en silencio se habían terminado con su nueva compañía. El espadachín no contó nada de su pasado, era una tumba, y la cicatriz, si alguna vez lo mencionó con ella, poca importancia le daba. Kenzaburô debía de ser un enigma para la chiquilla pero poco importaba, él la protegía de los males y ella cocinaba como nunca en su vida. Sobrevivieron juntos durante largos meses, el espadachín le explicó lo poco que sabía sobre moverse entre las sombras, las curaciones con botánica y lo de empuñar un sable. Si la niña quería vivir lo suficiente debía de aprender a defenderse.

      Un día sus caminos se separaron y para Kenzaburô estaba bien. Seguramente él le podría traer más problemas de los que quisiera y ella debía mantener su linaje en secreto. Kenzaburô sabía que volverían a encontrarse porque el destino era caprichoso, justo como había pasado con su maestro.

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      • Exp= 6,868

      • Fuerza= 6
        Protección= 9
        Agilidad= +2 defensa
        Avaricia= -2 suerte

      • Comercio= +4
        katana= +19 ataque
        Kinshi= no paga manutención por caballo
        Yoroi simple (0/3) +10 defensa
        Sode irrompible +3 defensa + 2 suerte (Por combate podrás tirar un d3; si sale 3 se agrega un bono de +3 de defensa. Una vez en un combate por guerra)
        Caja de madera con daga de obsidiana= +3 ataque
        Naginata= +10 ataque
        Hanko Ishikawa
        Oso de madera
        Yoroi roto

      • monedas=872

      • Kusanagi: +20 ataque (irrompible)
        Arco Seiji Tachibana restaurado= +7 ataque

      Kohaku es un muchacho más bien calmado, observador y paciente la gran mayoría del tiempo. De naturaleza sumamente humilde, incluso a pesar de su linaje, siempre fue muy riguroso y metódico en cuanto a sus enseñanzas y muy respetuoso de sus mayores. Es centrado y aprende rápido, posee una amplia facilidad para desenvolverse en casi cualquier materia gracias a su capacidad de enfoque y su desapego con la gran mayoría de las pasiones. Es inconstante, sin embargo, y aunque posea el potencial para desempeñarse con maestría en multitud de ámbitos, éste permanece como potencial desperdiciado. Kohaku no supo cómo encontrar las actividades o las creencias que echaran raíces profundas en su corazón, y quizá sea esta la razón por la cual siempre brindó la imagen de ser un muchacho tan calmo, sereno y compuesto durante gran parte de su vida.
      Es el primogénito de la octava generación de los Ishikawa, la familia que dirige sobre una pequeña aldea del mismo nombre localizada en el centro de Honshu, la isla principal de Japón, junto a un prominente río pedregoso; de ahí su apellido. La villa Ishikawa está profundamente caracterizada por su hermetismo y su empeño por aferrarse a las tradiciones más arraigadas de la cultura japonesa. En miras de lograr mantener la paz que los caracterizó durante generaciones, la familia Ishikawa decidió alinearse con el clan Taiga luego de muchos años pretendiendo mantenerse neutrales; las presiones de la guerra y de ambos bandos, sin embargo, acabaron por arrinconarlos. Cuando la suerte parecía estar echada, sin embargo, y los Ishikawa creyeron haber tomado la decisión correcta, ocurrió una tragedia: una dura noche de invierno, en medio de una ventisca, el maestro de Kohaku, Satsuki, lo despertó a trompicones y lo forzó a huir de la villa. El caos parecía haberse desatado fuera de la estancia principal, y los gritos de terror le helaron las venas. Quiso llevarse a sus hermanos consigo, pero Satsuki se lo impidió. Al final, nunca tuvo la posibilidad de preguntar todo lo que no entendía. Permaneció oculto en el bosque una noche y un día enteros, en las inmediaciones de la villa, hasta que ya no percibió movimiento. Lo único que encontró fueron cadáveres y algunas insignias rasgadas del clan Taiga, excepto el cuerpo de su padre; no estaba en ningún lado, por mucho que buscó y buscó para poder enterrarlo junto a Satsuki, su madre y sus tres hermanos pequeños. ¿Habría logrado huir? ¿Estaría vivo? ¿Lo mantendrían prisionero en la capital imperial? ¿Por qué los habían atacado, de todos modos? Habían sido fieles aliados del clan Taiga, o al menos eso era lo que Kohaku creía. No comprendía, no comprendía nada y necesitaba hacerlo.
      Así, decidió cumplir con la última voluntad de su maestro y se marchó. Nunca había logrado identificarse plenamente con los ideales de su padre, aunque lo disimulara para conservar su lugar y siguiera entrenando con la espada alentado por Satsuki, la única persona que probablemente marcara a Kohaku de manera significativa. Su día a día en la villa era pacífico, rutinario y exigente. Todo esto, sin embargo, desapareció entre la nieve del invierno y Kohaku descubrió que había más, mucho más en su interior de lo que creía. Mucha más capacidad de amar, de temer y de odiar. Nunca se había sentido tan vivo, nunca le había dolido tanto el corazón, al punto de sentir cómo se quebraba en su interior. Seguía siendo él, pero se sentía absolutamente distinto. Aún era un muchacho silencioso y tranquilo, aunque descubrió cierta facilidad para sobrevivir gracias a una baraja interesante de trucos y le sorprendió, al parecer, cuán livianas habían resultado ser las intensas enseñanzas sobre ética y moral de su familia. Se hizo cierta fama de cazador en las aldeas vecinas y aprendió a regatear para hacerse con las pocas monedas que le permitieran comer y dormir bajo un techo de paja, aunque ciertamente aceptaba gran variedad de trabajos. En sus andanzas también se topó con una pequeña ardilla y por razones extrañas acabó adoptándola; la llamó Chiasa, un millón de amaneceres, en memoria de su hermana pequeña. Un día, un pescador de confianza le pidió que entregara una misiva de urgencia a cambio de algo de comida. Así llegó a dar con Takeda y las fuerzas diezmadas del clan Minamoto.

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      • Exp= 10,021

      • Fuerza= 20
        Protección= 10
        Agilidad= +2 defensa
        Fuerza de voluntad= +4 de ataque

      • Sigilo= +2
        Nozomu= +14 ataque
        Senin= no le afectan los ataques sorpresa

      • 1,538

      • Yoroi simple (1/3)
        1 katana= +12 ataque
        2 pescados

      • Escuela= Gendōryoku (Fuerza de impulso)
        Técnica= Hi no nagare (flujo del fuego)
        Ataque especial=Tsujikiri (probar un nuevo filo en cualquier persona) [d50]
        Maestro=
        Gendo Mori
        Técnica secreta= NO TIENE


        "Siempre mirarás al cielo para ver el humo negro. Yo soy el fuego, y tú no puedes ver el incendio, sólo la ceniza que dejo atrás."

        Descripción=

        • En todo el combate puedes utilizar el fuego; y cuando lo utilices debes tirar un d10, el usuario sólo tendrá una oportunidad:
        1-5 El fuego se mantiene por 3 turnos
        6-9 El fuego se mantiene por 6 turnos
        10. El fuego dura la totalidad del combate. (Una vez por guerra)​

        • El daño por fuego se sumará a tu dado de ataque por turno. Después de obtener el fuego en tu arma deberás tirar un d20 que indica el daño adicional. Este daño adicional se suma al daño de -15pv por turno al estar en llamas.
        1- el daño adicional es nulo al enemigo. Por un error te prendes en llamas a ti mismo con un daño adicional de +2
        2-10 el daño adicional es de +2 en este estado es un daño de tortura, la herida sangra y se cauteriza
        11-15 el daño adicional es de +3 en este estado, el enemigo se prenderá en llamas y tendrá que utilizar técnicas para liberarse del fuego.
        16-18 el daño adicional es de +4 en este estado, el enemigo se prenderá en llamas y tendrá que utilizar técnicas para liberarse del fuego.
        20 el daño adicional es de +10 en este estado, el enemigo se prenderá en llamas y tendrá que utilizar técnicas para liberarse del fuego. Si en este ataque el oponente bloquea, su arma se quebrará a pesar de poseer la cualidad de irrompible. Si en este ataque se obtiene ruptura, se quebrará el arma del oponente a pesar de poseer la cualidad de irrompible.

        • Si el enemigo obtiene ruptura en arma; el arma se quebrará si está en "estado fuego" a pesar de poseer la cualidad de irrompible.
        • El fuego sólo se propaga por contacto.
        • Si se está en un ambiente imposible para provocar que el enemigo se incendie (lluvias, etc) se podrá crear un daño por combustión (1 por combate) para ello debe tirarse un d5. Este daño es tanto para el enemigo como para el usuario. No podrá usarse adicionalmente al daño por fuego. No podrá usarse si el ambiente es propicio para el fuego.
        1- No hay daño por combustión
        2-4- el daño adicional es de +10
        5- el daño adicional es de +20
        Has sido alcanzado por las llamas; si tienen un río/lago/mar/arena cerca; podrás perder un turno para poder lanzarte a él y apagar el fuego. Si no es así; tendrás que rodar en el suelo esperando que las llamas se apaguen.

        • tirar un dado de 5; debe ser 4 o 5 para apagar las llamas (intentarlo representa perder un turno; perdiendo la oportunidad de tirar dados; se restará el pv perdido directamente a tu protección)
        • En cada turno en llamas perderás 15 pv (se suman estos al primer impacto)
        • No se puede apagar lanzando "agua" debe de haber un sitio con grandes cantidades de agua (Estanques; mar; río; lago, arena, etc)
        • Tus compañeros pueden ayudarte, perdiendo también un turno; también deberán obtener 4 o 5
        • Si el combate acaba y aun está en llamas; se podrán apagar sin necesidad de un dado.
        • Una larga exposición a las llamas podrán deformar tu apariencia (después del cuarto turno); si es que no mueres.
      Kuroki aparenta ser alguien que se preocupa por todo y eso le da un aire de vulnerabilidad, pero en el fondo, es alguien muy serio y a veces hasta severo si se le provoca, es un adolescente que le llega a costar trabajo cavilar cuando uno trata de ser amable o agresivo con él, por lo que puede reaccionar incorrectamente en momentos.
      Enérgico es lo que le caracteriza, alguien que gusta de ser espadachín, pues su padre fue quien le inculcó en las artes de esta rama. Y Kuroki no tuvo problemas en aprender, fue un prodigio. Y no teme mostrar sus habilidades a quién sea.
      Alguien que se preocupa profundamente por los suyos, un chico altruista y bondadoso, puro. Siempre luchando por el honor y la justicia, si lo ve oportuno y puede, irá a confrontar el problema para, tal vez. Solventarlo cuanto antes. Valiente y solidario, firme. Tal vez rayando a temerario, en cortas palabras. Es un sujeto que no es difícil hablar con él o que este te hable a ti, así como nunca rechaza un duelo amistoso siempre que sea posible con tal de entrenar. Un tanto explosivo pero centrado. Un chico peculiar...

      No fue que, al cumplir los catorce, su padre se enteró de los constantes conflictos que se estaban armando entre dos clanes, por lo que tuvo que irse y dejar a su único hijo, este perdió a su madre cuando tenía 10 por una enfermedad, justo cuando al fin, el pequeño Kuroki tenía ya buenos dotes con una espada.
      El chico se quedó sólo... Y jamás volvió a recibir noticias de su padre... Ni siquiera supo a donde o con quienes fue...
      No fue como vagando sin rumbo, fue viendo este conflicto empeorar día con día, hasta que pudo enterarse que un tal Clan Minamoto estaba en contra de lo que estaba aconteciendo con el trono, y supo que... Era algo similar a lo que tenía que ver con su padre.
      Intrigado, decidió buscar al dichoso clan hasta que dió con ellos, pero no fue aceptado por su peculiar aspecto y aparentemente débil fuerza, fue como optó por infiltrarse como pudiese solo a ver a su padre o a enterarse de lo que fuese. Pero fue atrapado y se dieron cuenta que era el mismo chico.
      Frustrado y devastado, quiso pedir clemencia a su líder, solo quería información, quería volver a ver a su padre, nadamas le importaba mas que eso, fueron los dotes de este chico el que hizo se ganara su admiración, y lo dejaron unirse, Kuroki lo hizo por la sencilla razón de saber de su padre, fuese que... estuviese vivo o no. Solo quería saber en dónde estaba...
      Decidió ayudarlos ya que quería seguir el honor de su padre, es como se embarca en esta arriesgada aventura de su vida...

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      • Exp= 3,325

      • Fuerza= 9
        Protección= 6

      • Sigilo= +8
        Katana= +16

      • monedas= 490

      • Katana simple

      Kobayashi (Apellido/Bosque pequeño/ 小林) Masuyo (Nombre de pila/Beneficio para el mundo/ 益世)

      Los Kobayashi eran una familia de samurais que, como bien indica el apellido, habitaba en un bosque pequeño con su residencia en la periferia de una prospera aldea. Los Kobayashi aparte de samurais, tenían algo de reconocimiento: A pesar de estar lejos de ser los mejores, si conseguían varias victorias y sus costumbres no hacían más que brindar honor a la nación.
      Masuyo fue la primera y única hija del último líder del este sub-clan samurai. El ser mujer podría haber indicado una desventaja desde un inicio, pero el hecho de nacer en una familia con prestigio le trabajo más favores que desgracias, por lo menos en su infancia y preadolescencia.
      Le enseñaron el ideal a seguir de una mujer honorable, inculcándole los siguientes valores: fortaleza, humildad, obediencia, autocontrol y lealtad; por lo que era una chiquilla bastante obediente con sus mayores, y el genuino amor de su madre también la convirtió en alguien amable. Eso si, su vida concurría totalmente en casa y los jardines de su hogar, los cuales eran algo amplios. Casi nunca puso un pie en el pueblo y mucho menos fuera de este, por lo que no tenía idea de la cruda vida que podían vivir otros, y mucho menos conocía el lado déspotas de los samurais.
      La figura de su padre siempre fue autoritaria, pero como casi nunca pasaba en casa debido a su trabajo como guía y líder de escuadrones de samurais, no estuvo físicamente presente para la chica; pero su nombre y mención si.
      A pesar de eso, de vez en cuando lograba escabullirse de la propia guardia de su hogar para pasar tiempo entrenando arqueria en el bosque, por lo que terminó conociendo bastante bien los alrededores de este; aunque su sentido de la obediencia la hacía controlarse en este aspecto.
      La cocina y el tejido venían de antemano por su naturaleza femenina, el estatus le permitió conseguir una buena educación, aprendiendo así a leer y escribir; finalmente, ella misma se interesó por un tiempo en la botánica, para finalmente exigir que le enseñaran medicina. Como nunca faltaban esos conocimientos la familia accedió, tuvo tres años dónde aprendió lo suficiente para brindar primeros auxilios.
      Por el carácter de guerreros samurais de la familia, tampoco pudo faltar su formación como tal: Apenas pudo desenvainar una katana o sostener un arco; le enseñaron como utilizarlos, provocando que a la algo corta edad de 14 años ya pudiera manejar ambos con maestría; estando lejos de ser igual de buena que un joven samurai, pero batalla podía darle a cualquier osado que la subestimara, no por nada cargaba con 6 años de práctica constante. Aparte, como mujeres que se mantenían en casa, cuando el escuadrón samurai y su padre estaban lejos por trabajo u ocio, las mujeres del hogar y los pocos caballeros que quedaban en el lugar tenían el cargo de cuidar el terreno y la mansión en caso de un ataque enemigo, por lo que era de vital importancia que Masuyo aprendiera a desenvolverse tan bien como cualquier hombre.
      Para fortuna de su familia, tiempo después la pareja líder logró concebir más hijos, por lo que Masuyo terminó con dos hermanos pequeños hombres, cada uno de la edad de 10 y 6 años cuando ella tenía 14.
      La vida de Masuyo podía haber sido bastante pacífica; casándose en un matrimonio arreglado, teniendo hijos para cuidarlos y educarlos con los valores de un guerrero samurai, aprendiendo las cosas burocráticas del mundo; pero en la vida no siempre se corre con la suerte, así que Masuyo se vio envuelta en un catastrófico suceso:
      En una de esas épocas donde su padre y el escuadrón partían de viaje, ya sea para atormentar pueblos enemigos o aldeanos de las propias tierras lejanas; un grupo enemigo del clan rival allanó el territorio y hogar de la familia Kobayashi: A pesar de que tenían muchos samurais, aunque más mujeres que hombres, y pusieron toda la resistencia que pudieron; el enemigo resultó ser más poderoso y les ganaban en número.
      Masuyo volvía del bosque cuando notó que estaban invadiendo su hogar, lo que le generó un miedo bastante grande que la dejó inmóvil sin tener idea de que hacer. El sentido de lealtad le hizo correr hacia los interiores del hogar, con un sigilo que había aprendido al cazar algunos animales en el bosque, pero la bienvenida que recibió no fue nada grata: Logró apreciar el momento en que su madre cometía suicidio ante la clara derrota, como último acto para no perder el honor. Fijándose en los alrededores notó que sus hermanos menores ya no se encontraban con vida; habían sido asesinados por los allanadores, seguramente sin darles tiempo ni a llorar.
      A pesar de todo, Masuyo aún era una niña y no deseaba morir, así que a pesar del dolor y el daño en el orgullo que le provocaría decidió escapar, en vez de afrontar la muerte que mantendría algo del honor de los Kobayashi. Ese suceso después favorecería el ideal propio de valorar más la vida que el orgullo en casos extremos.
      Por el shock y el miedo, en el momento que decidió escapar perdió algo del sigilo con el que había entrado, siendo descubierta y perseguida por algunos de los soldados; gracias a su poca fortuna, sus conocimientos del área y la agilidad adquirida por años de entrenamiento, Masuyo logró escapar de los samurais. Tuvo que correr una distancia demasiado larga sin permitir detenerse; los samurais que la perseguían en un momento se cansaron y pensaron que tal vez solo era alguna criada del lugar, que luego le sirvió como excusa para volver a la residencia Kobayashi en el momento que la perdieron de vista.
      En el camino Masuyo, a pesar de sus cualidades físicas, tropezó una o dos veces cuando le tocó bajar una pendiente; logrando que se magullara prácticamente todo el cuerpo, rajando de paso sus prendas. A pesar de eso, nunca dejó de correr, corrió y corrió.
      Hubo un momento en que dejó de oír a los samurais siguiéndola, pero era consciente que quedarse por los alrededores no era opción, porque en cualquier momento podrían volver a ir en su búsqueda; pues no podían permitirse dejar a ninguno del linaje principal vivos, incluida ella: Debía alejarse lo más que pudiera.
      En el momento en que llegó a un río fue que su cuerpo ya no dio más; agotada y magullada tanto física como mental mente cayó de rodillas frenando con su brazos un posible porrazo de su cráneo contra el piso. No paraba de jadear y las lágrimas que empezaban a brotar de sus ojos no ayudaban para nada. Escuchó el desenvainar de una katana y pensó que su vida acabaría, pero al alzar la vista y ver que el hombre no había acabado con ella de inmediato, provocó que sintiera un poco de esperanza.
      Rogó por que no la matara, y mientras trataba de calmarse no paraba de decir que se encontraba en peligro, que estaba siendo perseguida y no sabía que hacer; pero que no deseaba morir, no en ese momento.
      Para su gran alivio, el hombre devolvió el arma a su funda y le extendió la mano; a pesar de que vaciló un poco, intercalando la vista entre la mirada seria del hombre y su robusta mano, terminó por aferrarse a ella. Para sorpresa del individuo, la mano de la chica no era totalmente suave; dejando en evidencia que en algún momento también tuvo callos, pero a pesar de eso; si que era considerablemente más pequeña, aparte de que sus dedos eran más finos y delgados.
      No tuvo que pasar mucho tiempo para que Masuyo le revelara gran parte de su pasado y como llegó a esa situación; lo hizo más por el sentido de que se lo debía por haberle ofrecido ayuda, porque sin ella tal vez la muerte hubiera sido su destino más seguro. Le contó sobre los Kobayashi y el allanamiento a su principal residencia. Le contó que había huido y a causa de eso ya no tenía ni el derecho ni el honor de seguir portando el nombre de "Kobayashi", aparte de que significaría una muerte segura si uno de los samurais vinculados en el allanamiento se la encontraba.
      Por ende, decide por cuenta propia de que desde ese momento sería "Mao" a secas, y ese fue el nombre que se acostumbró a usar tanto ella como su "salvador". Él le enseñó varías cosas del mundo y como sobrevivir en este, haciendo que con el tiempo Mao tuviera total confianza en él, a pesar de que tal vez no era del todo reciproca. Fue obediente en la mayoría de los casos y se beneficiaron el uno al otro; él siguió con la vida que parecía acostumbrado a llevar, con la única deferencia que ahora Mao le facilitaba cosas como comidas, que con el simple hecho de una diferente preparación le sacaban más o menos provecho; la capacidad de poder confeccionarle ropa si tenía los implementos necesarios, o arreglarle las prendas que se le deterioraban; y compartir sus distintos conocimientos sobre la medicina y primeros auxilios. Lo que recibió Mao a cambio fue protección y conocimiento que se volvería vital para su supervivencia en el futuro.
      Con el pasar de algunos meses, cuando Mao se sentía lo suficientemente preparada para afrontar el mundo sola, le ofreció separarse de una vez por todas. Esto fue, más que nada, porque sus ideales y valores no lograban coincidir del todo: se llevaban bien, podía ser que hasta tuvieran bastante aprecio mutuo, pero el camino que deseaba seguir Mao —uno dónde pudiera ser nuevamente una "Mujer honorable", o una simple ciudadana mínimamente respetable— no coincidía del todo con el que seguía ahora, y seguramente en el futuro también, su "Maestro".
      El hombre estuvo de acuerdo y en el siguiente pueblo sus caminos se bifurcaron. Mao se volvió una especie de "Caza recompensas", pero sencillamente; tan solo hacía diversos trabajos a cambio de alguna suma monetaria; ya sea cazar a un animal en especifico, ser de escolta personal para alguna persona que tuviera que viajar de un pueblo a otro; confeccionar o arreglar alguna prenda, cocinar por algunas semanas en algún lugar para alguien en especifico, etc, etc.
      Psicología:
      Mao es una chica bastante centrada, que a pesar de que en algún momento el pasado le hizo ir por caminos inevitables, después volvió a tratar de encajar en lo que sería un "Ciudadano honrado" según sus propios criterios. La vida le hizo aprender cosas por las malas, y a pesar de que en realidad posee un muy buen corazón; este está cubierto por capaz y capaz de piedra: No se fía de nadie, por lo que tampoco sería muy lógico fiarse de ella.
      Hace variedad de trabajos por una suma de dinero considerable, lo que le permite vivir una vida medianamente buena, con sus predecibles altibajos. Desea unirse al clan Minamoto por el simple hecho de que odia una parte especifica del clan Taira, esa que le arrebató a su familia y todo lo que tenía. A pesar de eso, con la corta vida que tuvo con su "Maestro", aprendió que los reconocidos "Guerreros de Japón" no eran tan honrables como ha de imaginar, por lo que si consigue entrar en los escuadrones de samurais será única y exclusivamente para acabar con otros samurais; tendrá compasión por cualquier individuo que no sea samurai o, que en su defecto, sea menor que ella (cosa algo difícil)
      Se le podría considerar alguien introvertida, de pocas palabras y mirada seria; aunque eso es por que son pocos los que llegan a conocer su lado más amable y cariñoso, y esos pocos serían prácticamente nadie que esté vivo.

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      • Exp= 8,440

      • Fuerza= 22
        Protección= 8

      • katana Aoyama +9 de ataque
        Sigilo= +10
        Senin= no afectan los ataques sorpresa

      • monedas= 839
        manutención de caballo diaria=-10

      • katana amatista (Seishin)+13 de ataque
        Yoroi Ise= +10 defensa
        sode= +3 defensa
        40 kinai
        Gyuto (cuchillo general de cocina)
        incienso rakoku
        incienso manaban
        prendedor de jade
        caja con 10 agujas para ataque a distancia

      • Escuela= Niten Ichiryu (Escuela de los dos cielos)
        Técnica= Mizu no rizumu (ritmo del agua)
        Ataque especial= ¿¿¿??? (desconocido)
        Maestro= Kato Harima

        "Si los adversarios nos llegan por los cuatro costados, los obligaremos a situarse en un solo lugar. Al enfrentarse a varios oponentes no es bueno esperar, ataquemos con fuerza sin permitirles un momento de descanso. Se trata de ganar sintiendo los ritmos de los adversarios y sabiendo dónde fallan. Arrinconarlos, será posible dominar a dos adversarios, a diez o incluso a veinte. Esto se logra manteniendo nuestro espíritu en paz"

        Descripción=
        Al enfrentarse a más de un enemigo de nivel 3 o inferior; podrás eliminarlos de un tajo sin necesidad de batirse a duelo con cada uno de ellos; al conocer los ritmos de tus oponentes podrás predecir sus movimientos. (máximo 5 enemigos) Si hay un nivel 4 que no sea pnj importante; también entra a este grupo (básicamente es para acabar con personajes tercearios rápidamente)

        1. -5 pv al enemigo de menor nivel
        2. -15 pv al enemigo de menor nivel
        3. -20 pv al enemigo de menor nivel
        4. -5 pv al enemigo con el segundo menor nivel
        5. -15 pv al enemigo con el segundo menor nivel
        6. -20 pv al enemigo con el segundo menor nivel
        7. -5 pv al enemigo con nivel intermedio
        8. -15 pv al enemigo con nivel intermedio
        9. -20 pv al enemigo con nivel intermedio
        10. -5 pv al enemigo con el segundo mayor nivel
        11. -15 pv al enemigo con el segundo mayor nivel
        12. -20 pv al enemigo con el segundo mayor nivel
        13. -5 pv al enemigo con mayor nivel
        14. -15 pv al enemigo con mayor nivel
        15. -20 pv al enemigo con mayor nivel
        16. -30 pv al enemigo de segundo menor nivel
        17. -30 pv al enemigo de nivel intermedio
        18. -30 pv al enemigo de segundo mayor nivel
        19. -30 pv al enemigo de mayor nivel
        20. Golpe único: obtienes la victoria mediante la precisión de un solo golpe (eliminas a los 5 de un sólo golpe)

        Restricciones=

        ⦁ Este ataque sólo se utiliza una vez por combate
        ⦁ Puede usarse contra dos enemigos; tres enemigos; cuatro enemigo o cinco enemigos
        ⦁ No puede enseñarse a otra persona a menos que el jugador o npc sea nivel 5
        ⦁ No puede usarse contra un solo oponente
        ⦁ Es posible que si pelean con enemigos no todos tengan distinto nivel; yo me ocuparé de explicarles cuales son
        ⦁ Este es un ataque de la escuela Niten Ichiryu (escuela de los dos cielos) creada por Kato Harima en Kamakura; si se tiene esta escuela no podrás aprender la de otra a menos que descartes esta enseñanza para unirte a otra escuela.


      Misato es una chica que gusta de los viajes largos y conocer los distintos paisajes a conocer, le gusta estudiar a la gente y ver que que reto pueden representar, aún con sus aires de persona calmada ella está presta a poner sus espada al servicio de proteger, siendo una fiera combatiente que muestra su destreza a la hora de la verdad, no le gusta presumir, salvo cuando deba hacerlo, es algo orgullosa y habladora, sobre todo si le invitas algo de Sake, suele captar la atención por su amable comportamiento, pero cuidando de no dar muchas confianzas, tiene también cierto interés en compartir sus conocimientos de espadachín, convirtiéndola en una mentora en potencia.
      Durante su niñez Misato despertó un interés por las armas, llevando consigo el deseo de ser una experta en dicha área, aunque muchos dudaron de su capacidad logró captar la atención tras cierto evento. Un día acompaño a su familia en una caravana comercial hasta Kioto, pero en el camino unos bandidos asaltaron dicha caravana y si no fuese por el entrenamiento clandestino que ella tomo, la tragedia hubiese sido incalculable, aunque eso le valió un regalo por parte de sus padres, con el tiempo aceptaron que ella al final lleva en la sangre sus dotes con la espada de parte de su abuelo. Tras aquello muchos pidieron solicitudes de convertirla en guardaespaldas de personalidades políticas locales, ante tal propuesta Misato vio sus sueños realizados, entre muchas batallas ella se dio a conocer entre la gente de su aldea, reviviendo el pasado glorioso de Toru Aoyama, enterrado por sus hijos en un afán de olvidar su pasado de acero y sangre.
      Así su ascenso fue desde los líderes locales hasta el Daymio (señor feudal) que le contrato para ser parte de su guardia personal, fue un poco renuente al principio a reconocerla ( por su rostro amigable pensó que era una farsante) pero tras una serie de tareas arduas donde ella casi pierde la vida, pudo comprobar su fama. Un día el hijo de este señor feudal mostró un interés romántico por la guerrera, que ella negó puesto que no sería muy bien visto por otros, más por su señor que empezaría a ver debilidad en ella, pero este joven no se rendiría en su afán de conquistar su corazón, llegando incluso a ofrecer tesoros a cambio de su amor, tesoros que consiguió a distintos precios...pero uno de ellos fue el más caro. Debido a las rarezas de ciertos tesoros tuvo que incurrir en actos de corrupción que jamás debían llegar a oídos del señor feudal y gracias a que no dio un pago factible en la fecha establecida, recibiría la visita de una unidad especial ligada al clan Taira. Tras ese sorpresivo ataque poco fue lo que ella pudo hacer, en aquella noche infernal, sin embargo antes de dar por mancillado su honor, Misato descubrió como aquel feudo no era más que otro dominio sumiso a los pies del clan Taira, aparentando así un poder y superioridad que nunca tuvieron, Misato finalmente escapó, algunos la dieron por muerta pero la verdad ella se dedicó a ser una viajera errante (su fama no fue más allá por lo que aún queda por recorrer) teniendo como nuevo objetivo suprimir la influencia de Taira sobre otros, viendo en el clan Minimoto un último aire de honor por resurgir como un clan con la frente en alto, Misato sin duda no tendría problemas a la hora de prestar su espada a tal causa.

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      • Exp= 2,520

      • monedas= 700

      • Katana simple
        Remedio para enfermedad (2): quita la desventaja de "enfermo" por un día

      • +3 defensa (kabuto)

      Natsu creció en una de las ciudades más pobres, trabajando forzadamente al carecer de una red de apoyo, conviviendo con la apatía y el desapego por el existir hasta que conoció un anciano que le brindó la mano, el cual lo trató con amabilidad y le expresó la sensación del cariño al pasar de los años, vendándole las manos cada que volvía lastimado de los cultivos y la recolección de plantas, enseñándole un poco de sus conocimientos medicinales. Cuando este anciano falleció por una enfermedad desconocida decidió que al crecer marcaría su cuerpo con lo que significó este hombre para sí.

      Actualmente, Natsu es un hombre tranquilo, demasiado quizá. Pese a que por su apariencia se percibe como el de un matón por su cuerpo repleto de tatuajes, en conjunto con su expresión ambivalente, es un hombre que fluye en un río sin tempestad, pensando antes de hablar. Sin embargo, no es alguien que sienta una amplia amabilidad por el prójimo. Pocas palabras, mucho pensamiento.
      No cree en la suerte, mucho menos en el destino, piensa desde el razonamiento y jamás desde las emociones... al menos no ha conocido a nadie que cambie aquello de su razón.
      De igual forma no se preocupa por la cercanía de los demás, no le molesta y tampoco es que no sepa socializar. Demasiado calculador para funcionar, pero funciona inevitablemente.
     
    Última edición: 22 Abril 2024 a las 8:48 PM
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    • ¿De dónde salen los puntos de experiencia?
    De completar misiones; objetivos o utilizar tus habilidades (hay habilidades que se activan sin necesidad de que ustedes narren sobre ellas; como la de "cultura local"

    • ¿Para qué sirve la experiencia?
    La experiencia les comienza a dar renombre dentro del clan y los pueblos.
    También podrán más adelante en el rol, recurrir al canjeo de experiencia por una habilidad extra a las que ya tienen.

    • ¿Mi manutención diaria puede cambiar?
    El número de monedas que se le otorgan a cada jugador por día no se podrá modificar; pero si se podrá modificar su estatus, y podrán adquirir los beneficios de dormir siempre bajo un techo o obtener los atributos que vienen con obtención de dinero.

    • ¿Debo siempre rolear cuando estoy comiendo o durmiendo para obtener los beneficios?
    No; esto puede evitarse, no necesitan escribir siempre que van a comer o dormir. Yo llevo el record

    • Si no hay albergues u hostales mientras recorro un camino fuera de un pueblo o ciudad, ¿Me veré afectado por el atributo "mal descansado"?
    No siempre; dependerá de la situación. Si te has alimentado bien y tenido un buen día; pasarás una buena noche. Si has descuidado tu cuerpo pasarás mala noche.
     
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      • Exp= 7,875

      • monedas= 297

      • Nivel 3
        PV= 80
        Fuerza= 13
        Protección= 2
        Kodachis= +5 ataque (de ambas)
        Reputación= +1 (suerte)
        Hanshi= Podrás intercambiar valores en tus resultados de suerte y esquive; si sacas 5 en suerte y 1 en esquive puedes cambiar a que sea 1 en suerte y 5 en esquive.

      • Diplomacia= +3
        Hanshi= Podrás intercambiar valores en tus resultados de suerte y esquive; si sacas 5 en suerte y 1 en esquive puedes cambiar a que sea 1 en suerte y 5 en esquive (una vez por día)

      • ---

      • Escuela= Kodachi Nito Ryu
        Técnica= Seishin o hakai suru (destruir el espíritu)
        Ataque especial= ------
        Maestro= Aoshi Shinomori

        "La respiración es algo que damos por sentado: no nos detenemos a analizar que sobrevivimos por algo que haces sin racionalizar; pero cuando se nos es privado, el pánico a la muerte viene instantáneamente a nosotros. Ese pánico a la muerte somos nosotros, un ataque certero en lugar de un combate largo, somos nosotros quienes obligamos al oponente a recordar respirar, y cuando eso pasé, ya habrá sido demasiado tarde"

        Descripción=

        Al enfrentarse a más de un enemigo; podrás eliminar a uno con facilidad. (sólo funciona con personajes terciarios, aquellos que no tienen atributos de fuerza ni protección)
        La técnica sólo es posible para aquellos con kodachis (2) en combate.

        ⦁ Podrás eliminar a un npc con menor nivel sin necesidad de lanzar dados
        ⦁ Este ataque sólo se utiliza una vez por combate
        ⦁ Sólo puede usarse en un combate con 2 o más oponentes.
        ⦁ No puede enseñarse a otra persona a menos que el jugador o npc sea nivel 5
        ⦁ No se puede usar en contra de un solo oponente
        ⦁ Al usar esta técnica; se elimina el dado de "defensa" sólo en ese turno.
        ⦁ Si la pelea es contra un npc con atributos y otro sin atributos; podrás usar la técnica contra aquel sin atributos.
        ⦁ Si el oponente tiene yoroi también podrá perforarlo; destruyendo el yoroi.

      No es un dotado en el arte militar, aunque conoce lo necesario de defensa y ataque, para lo cual porta una kodachi que podría sacarlo de algún apuro de ser necesario, pero no para permitirle hacer frente con mucho éxito a un samurai o asesino habilidoso. Entiende que los samurai son el futuro, y si bien sabe que no es su talento natural el cortar a sus enemigos con su kodachi, entiende que debe proseguir en el camino de la guerra para poner a buen uso sus habilidades políticas. Por su naturaleza, Hideyoshi es un político taimado y astuto. Siempre prefirió prestar atención a las conversaciones entre hombres inteligentes que al duelo físico entre dos veloces contrincantes. La vida lo obligó a dominar el manejo de su pequeña espada, a medio camino entre una daga y una katana pero su cabeza siempre estuvo puesta en el arte de la oratoria, la persuasión y la capacidad para generar contactos y obtener acuerdos. Un político nato que pretende escalar posiciones para poder formar parte de la corte, lo más cerca a la cima del poder que pueda estarse. Su aspiración es ser nombrado Gran Ministro como lo fue Soga no Iname para poder usar sus habilidades y construir algo único: un Japón unificado, sin clanes en disputa eterna, ni guerras civiles que devasten las ya de por si poco productivas tierras del islote en que le tocó nacer. Piensa que la capital del nuevo Japón debería volver a Nara, por lo cual trabajará incansablemente, pero sin arremeterse. Es un hombre paciente que sabrá buscar los tiempos para cada cosa.
      Es descendiente de una rama del clan Soga, cuyo poder llegó a su cenit durante el Yamato. Sumida en la pobreza la familia de Hideyoshi logró establecer contactos con el clan Minamoto que le valieron a él una sólida experiencia.
      Nació y se crió en la zona rural del sur de Honshu, aunque la actividad política de familia lo ha llevado a recorrer muchos rincones del Japón.
      Es un defensor del budismo, y tiene una gran intolerancia y desprecio por todo aquel o todo lo relacionado con el sintoísmo.
      Sus relaciones con el clan Minamoto se han ido tejiendo y cimentando con los años, por lo cual está dispuesto a colaborar con el clan en el terreno político, diplomático y hasta en el militar, de ser necesario. Pretende convertirse en el hombre clave de la política una vez que los Minamoto logren establecer su poder.
      Su alimentación es básica: cebada, mijo, batata, y una gran cantidad de sake, lo que mantiene su mente rápida y activa, así como su cuerpo en pie.

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      • Exp= 9,743

      • monedas= 5,441

      • Fuerza= 20
        Protección= 10
        Intuitivo= +3 suerte
        Salud de hierro= +2 defensa

      • Kensei= Le da a su arma principal +1 de fuerza

      • Katana colmillo (Ankoku) = +17 ataque
        katana zafiro (Aoi)+10 ataque
        Talismán de protección

      Yuzuki, llamada Yuzu en su seno familiar, es una joven de personalidad alegre y vivaz por naturaleza, sin resultar cansina. Sabe regular su emoción, con tal de no agobiar a quienes la rodean.

      Muestra gran curiosidad por su entorno, las personas y todo estímulo habido y por haber, sin embargo esta curiosidad no es ruidosa. En su lugar, la transforman en una joven observadora y muy intuitiva sobre lo que ocurre a su alrededor.

      Cuenta con una gran determinación, que la hace esforzarse sin límite por lograr lo que desea y puede ser incluso algo cabeza dura, sin embargo, su voluntad puede flaquear en momentos de estrés y hacerla descuidarse.

      Igualmente, es capaz de comportarse con altanería, picardía o de otras formas con tal de distraer a las personas y, a veces a modo de broma, lograr quitarles algo que llevan encima y ella desea. Por lo que podría decirse es una chica de personalidad maleable.

      Es una de las hijas mayores de una familia reconocida por haber servido a los Minamoto hasta los eventos actuales.

      Varios de sus familiares varones, reconocidos en las fuerzas de los Minamoto, cometieron suicidio con tal de conservar su honor. Incluido su padre.

      Las mujeres de la familia, a pesar de todo, no se quedaban atrás. Eran entrenadas desde muy jóvenes para ser capaces de manejar la katana, el arco y otras armas con fluidez, para defender a sus familias y a sí mismas de ser necesario, en la ausencia de los varones. Las que adoptaban el apellido Minami por matrimonio y las que nacían en su seno, se caracterizaban por ser guerreras muy habilidosas que además contaban con grandes conocimientos en herbolaria y medicina.

      Este entrenamiento y conocimientos fueron heredados a Yuzuki, sus primas y hermanas, desde sus madres y sus abuelas. Y su entrenamiento sólo se intensificó cuando las tensiones entre los Minamoto y los Taira aumentaron.

      Con el suicidio de su padre, la madre de Yuzuki toma una decisión drástica y obliga a sus hijas a dejar el hogar familiar, sin olvidar su deber con el clan Minamoto.

      Meses más tarde Yuzuki se separó de sus dos hermanas, una gemelas de casi 18 años, que lograron acentuarse en una aldea cercana valiéndose de sus habilidades manuales y conocimientos en herbolaria para establecer un pequeño negocio, puesto que había tomado al pie de la letra lo dicho por su madre.

      Tenía un deber que cumplir para con los Minamoto y también para con los Minami que habían decidido conservar su honor cuando no tuvieron más opción que perecer en manos del clan enemigo. Y si no había hijos que pudieran tomar la responsabilidad, ella iba tomarla, por lo que parte de esta aldea con el afán de unirse formalmente a las fuerzas debilitadas de los Minamoto.

      Logra mantenerse, protegerse a sí misma y avanzar gracias a los conocimientos de familia, robando de vez en cuando o usando sus conocimientos en curación para atender a otros a cambio de algunas monedas que le permitan, tan siquiera, comer para mantener algo de fuerzas hasta lograr su meta final.

    • [​IMG]

      • Exp= 5,400

      • monedas= 1,699

      • Fuerza= 5
        Protección= 10
        Agilidad= +2 defensa
        Avaricia= -2 suerte

      • Comercio= +2
        Katana Asahi= +16 ataque
        Yoroi Usukane= +10 defensa
        Sode irrompible= +3 defensa. Sube tu habilidad de agilidad a +5 defensa
        Shokunin= Podrán producir armas simples en cualquier momento (Sistema de herrero)

      • Katana irrompible: +25 ataque. Podrás tirar un d5 por combate; este te dará un bono adicional de fuerza, una vez por combate, una vez por día en guerra.
        Arco irrompible: +18 de ataque, +3 suerte.
        -sode
        -Cincel (de herrero, no es un arma)
        -Remedio para enfermedad: quita la desventaja de "enfermo" por un día
        -Remedio para insomnio: quita la desventaja de "mal descansado"
        -50 flechas
        -11 bloques de acero
        -1 bloque de cromo
        -1 bloque de carbono
        -1 sode de alta calidad
        -10 trozos de hierro
        -5 trozos de cromo
        -10 trozos de carbono
        -5 ramas delgadas para flecha
        -5 arcos de baja calidad
        -1 arco de calidad común
        -1 katana baja calidad
        -1 cuchillo de alta calidad


      • Escuela= Ganryu (Estilo de piedra grande)
        Técnica= Tsubame Gaeshi (Corte de golondrina giratoria)
        Ataque especial= ----
        Maestro= Sasaki Kojiro

        "El movimiento ligero y rápido de la cola de una golondrina, era difícil de ver a simple vista, es por eso que Kojiro se maravilló con el movimiento de esta ave; notó la longitud de su cola y decidió imitarla. Él tampoco era un hombre alto, así que utilizaba su nodachi con la misma ligereza que una golondrina usa su larga cola; ni siquiera el aire puede imitar tal movimiento sutil."

        Descripción=

        Esta técnica permite usar una vez por combate un ataque de doble movimiento; la katana sube al aire de abajo hacia arriba; para después regresar de arriba hacia abajo.

        • El personaje podrá realizar dos críticos en un sólo turno. Tirar 2 dados de 20 para un impacto adicional a su ataque normal (dependiendo del nivel que tenga el jugador)
        • En un sólo turno tirará sus dados correspondientes de nivel, mas 2 dados de 20 caras
        • Es una vez por combate, no una vez por cada enemigo.
        • El ataque le dará al jugador la ventaja ofensiva; pero le dará por ese turno -5 en defensa, pues el movimiento es tan amplio que deja descubierto áreas importantes del cuerpo.
        • Si el jugador tiene esta habilidad de la escuela Ganryu, y es nivel 5; no sólo puede acceder a la técnica secreta de la escuela, sino que podrá utilizar en un sólo turno sus dados correspondientes de nivel 5, mas los 2 dados de 20 para el impacto adicional de Tsubame Gaeshi para después usar el ataque de 50 del ataque de la escuela

      Togashi destaca por su seriedad algo tosca. Proviene del noble y acaudalado clan de los Takemori, por lo que desde la niñez recibió atención, cuidados y educación variada. Parte de esa educación se nota en su actitud caballerosa ante las demás personas, mas evita los rígidos formalismos de las familias de alta cuna, porque siempre le resultaron incómodos y fastidiosos. También suele ponerse avaricioso con el dinero, y desde que cayó en la pobreza, esa avaricia se acrecentó todavía más; si Togashi encuentra la oportunidad de no compartir algo con los demás, la tomará sin pestañear.

      Togashi antes defendía enérgicamente el concepto de “honor”, pero los eventos que lo llevaron a ser lo que es hoy día, hacen que sea siempre aquejado por dudas, remordimientos y confusión.

      Como bien se dijo arriba, Togashi creció en el seno de una familia rica y aparentemente honrada. La persona con la que mejor se llevaba era su hermano mayor, Gonsake, con quien compartía el odio a las formalidades y modales con que se manejaban los clanes de su categoría. Ambos eran los hijos del líder del clan Takemori.

      Fueron muy unidos en la infancia, la juventud y la adultez. El sueño de ambos era convertirse en los espadachines más notorios de Japón y, juntos, traer honor a la familia. Por eso entrenaron incansablemente desde pequeños; en los comienzos, ambos hermanos iban parejos en habilidad, pero con el tiempo saltó a la vista que Togashi era mejor que Gonsake en el manejo de la espada. A éste no le gustaba mucho que su hermano menor fuera mejor que él en algo, pero el amor podía más que cualquier cosa; así que Gonsake se limitaba a jactarse de que, pese a que Togashi era más habilidoso, él heredaría el liderazgo del clan Takemori. A Togashi le traía sin cuidado: menos formalidades con las que lidiar.

      El día que su vida comenzó a torcerse, tenía veintiséis años de edad. A las puertas del clan apareció una niña sucia y muerta de hambre, de siete años, con una carta. Togashi y Gonsake fueron los primeros en notarla, la hicieron pasar y le dieron de comer, en tanto llamaban a su padre, pues la carta que la pequeña traía iba dirigida a él (y ellos no se animaban a leerla pese a la curiosidad, pues su padre era duro y estricto y no le iba a hacer gracia que leyeran su correspondencia antes que él). El líder del clan llegó a la habitación, acompañado por la madre de los hermanos y otros miembros de la familia. La lectura de la carta fue fatídica. En la misma, se decía que la niña se llamaba Kanade, hija de una mujer a la que no conocían y… del líder del clan Takemori. Era la hija de una infidelidad que el padre de Togashi y Gonsake había cometido durante un viaje. La carta estaba firmada por la madre de la pequeña, quien estaba muriendo por una enfermedad y no podía seguir cuidándola.

      La aparición de Kanade desató un conflicto familiar. La madre de Togashi estaba furiosa y dolida, gritando a viva voz que esa carta no era más que una mentira. Pero el padre negó con la cabeza y admitió sus actos, y dijo que la niña viviría con ellos pese a la oposición de toda la familia. Todos estaban preocupados por el cómo aquello afectaría a la reputación y el honor del clan, qué se diría de ellos, qué responderían si los visitantes llegaban a ver a la niña por ahí. Lo único que Togashi notó fue que nadie se preocupaba por la tal Kanade. Ponían el honor familiar por delante de una vida indefensa, y eso no era algo que le habían enseñado a hacer. Pero no se atrevió a apuntarlo a sus parientes y trató de seguir con su vida lo mejor que pudo.

      Algunos miembros del clan sugerían que la niña viviera encerrada para que nadie la viera, pero el padre de Togashi se negó. Esto no mejoró la situación de la pobre Kanade, que allí a donde iba era ignorada o despreciada por sus orígenes. A los Takemori les resultaba más fácil meterse con ella que repudiar al líder del clan. Gonsake directamente no le dirigía la palabra y afirmaba que no era su hermana. Togashi fue distinto: cada vez que se cruzaba con ella, la saludaba, pero nada más. Si Kanade le decía o preguntaba algo, él respondía, sin mostrar afecto, pero tampoco desprecio. Pero encontrando en Togashi a la única persona que no la trataba mal, Kanade comenzó a seguirlo allí a donde iba (siempre que no estuviera la madre cerca). A Togashi le incomodaba sentir esa pequeña presencia a sus espaldas, pero a los pocos días se acostumbró. Con el tiempo, fue compartiendo sus actividades con Kanade e hicieron buenas migas.

      “¿Somos hermanos?” le preguntó la chiquilla una vez. Cuando Togashi le dijo que sí, Kanade se puso a llorar. Al preguntarle por qué derramaba lágrimas, respondió que aquel era el momento más feliz de su vida. Togashi le revolvió los cabellos en respuesta. Esa fue una de las pocas veces de su adultez en la que sonrió.

      Pero las cosas siguieron torciéndose aún más. Dos años después de la llegada de Kanade, la madre de Gonsake y Togashi se suicidó. En su carta de despedida hablaba de su dolor, de su despecho, diciendo una y otra vez que no soportaba la presencia de “esa maldita enana” en su hogar. Por esto, el rechazo a Kanade dentro del clan fue mucho más intenso. Casi todos los Takemori reclamaron expulsarla. El líder se negó. Entonces el rechazó empezó a escalar a agresiones físicas como zancadillas y tirones de pelo, al tiempo que la culpaban por la muerte de la matriarca del clan. En este punto, Togashi se mantuvo siempre cerca de Kanade para protegerla, y no perdía la ocasión de cuestionar el “honor” y la “reputación” de cuanto Takemori se cruzaba en su camino, recriminándoles por meterse con una niña de (en este punto) nueve años.

      Su hermano Gonsake fue el único del clan que trató de comprenderlo. Siempre lo llamaba para charlar un rato sobre temas triviales, que desembarcaban en el futuro del clan. Gonsake no perdía la ocasión de remarcar que iba a necesitar de su hermano en los años venideros, para que le ayudara a liderarlo. Togashi tampoco perdía la oportunidad de replicar que no estaba dispuesto a defender el honor de un clan que se metía con una niña, porque, para empezar “Este clan no tiene honor”.

      “Además” —añadió una vez— “Tampoco existe el honor en ocultar las cosas. A mí, a tu hermano menor. No cuestiono tu preocupación por el futuro del clan, pero sé que también te motivan los celos.”

      No obstante, pese a que se distanciaban cada vez más, Gonsake y Togashi bebían juntos y se prometieron que, pasara lo que pasara, siempre serían hermanos.

      Un año después, con la salud deteriorada por la tristeza, el padre de ambos falleció. El clan entonces pasó a ser liderado por Gonsake, ante la unánime aprobación de todos los Takemori, incluido su hermano menor, que ahora tenía veintinueve. A los pocos días, el nuevo líder ordenó la expulsión de Kanade, de diez años, del clan. Ni la niña ni Togashi se mostraron sorprendidos, pues sabían que eso pasaría. Acto seguido, Togashi anunció que renunciaba al clan y al apellido Takemori para marcharse con la niña, algo que su hermano ya había previsto.

      “Sé que no nos tienes en gran estima, ni siquiera mí.” —le dijo Gonsake el día que se fue— “Pero al menos acepta las tierras que reservé para ti, en el norte. Me aseguraré de que los Takemori no te molesten ni a ti, ni a tu hermana. Espero que tú tampoco nos molestes con la presencia de ambos.”

      “Prometimos que, pasara lo que pasara, siempre seríamos hermanos, sólo por eso acepto tus tierras, que ofreces bajo la misma promesa —contestó—. Nuestro lazo es débil y quebradizo, pero nos sigue uniendo. Cuidaré bien de nuestra hermana.”

      Ambos hermanos se despidieron con una reverencia. Aquella fue la última vez que se vieron.

      Togashi y Kanade tuvieron una vida pacífica y tranquila durante dos años. Los terrenos que les regaló Gonsake eran pequeños y modestos, pero servían para cultivar vegetales y criar animales con los que subsistir. Kanade por fin podía andar a sus anchas sin ser despreciada. Corría por los campos, saltaba las verjas y jugaba con los animales ante la atenta mirada de su hermano. Con Togashi le gustaba jugar a las escondidas, pero también a juegos de mesa de la época, en los que era muy buena.

      Un día, Kanade le pidió a Togashi que la entrenara en el arte de la espada, porque soñaba con ser la mejor en el dominio de la misma. Togashi al principio se sorprendió por la idea, pero luego sintió orgullo y hasta cierta gracia que lo hizo sonreír de nuevo: pese a todas las dificultades por las que pasó, saltaba a la vista que Kanade llevaba la sangre de la familia en sus venas. Accedió. Así vivieron, cultivando alimento, ordeñando vacas, preparando alimentos, jugando juegos de ingenio y entrenando con la espada. Togashi se sentía, además de hermano, un padre para Kanade. Con el tiempo, adoptó con voluntad y orgullo esa posición.

      Pero las cosas volvieron a torcerse. Togashi tenía 31 años y Kanade, 12.

      A las tierras de Togashi llegaron siete soldados a caballo, que afirmaban responder a las órdenes de del clan Taira. Los mismos le leyeron una suerte de documento, en que se declaraba que todas las tierras de los Takemori pertenecían, ahora, a los Taira. Togashi se tomó la noticia con calma, aduciendo que debían estar en un error. Los soldados le respondieron de mala manera y lo instaron a marcharse de allí, con amenaza de arrestarlos. Togashi se les plantó, serio, impasible, e insistió con que aquello no era cierto. Por dentro, pensaba que su hermano no podría haberlo traicionado de ese modo… porque se habían hecho una promesa. El líder de los soldados desenvainó la espada, pero no tuvo tiempo de reaccionar: Togashi lo derribó del caballo y se la quitó de las manos. Se vio involucrado en una pelea en la que mató a tres soldados (incluido el líder) y mutiló al resto, mientras Kanade se escondía en un rincón tapándose el rostro.

      Se vieron obligador a dejar atrás todo lo que tenían y esconderse como criminales.

      Lo primero que Togashi hizo luego de este incidente fue acercarse a su casa familiar. Entró empujando a todos sus sorprendidos parientes y se dirigió, furioso, a la sala donde siempre se hallaba el líder de su clan. Pero allí no encontró a Gonsake, sino a un tío suyo, al que estimaba tan poco que ni su nombre se acordaba. Èste le contó a Togashi que el clan Taira habían reclamado las tierras de los Takemori porque necesitaban contar con más recuerdos para solventar el poder que detentaban; a cambio, les perdonarían impuestos y les otorgarían honor ante los demás clanes. Gonsake las entregó, pero se negó a dar las tierras en las que vivía su hermano; pero los Taira, en su avaricia de poder, no se quedaron quietos y volvieron a insistir con que necesitaban. Los Takemori le rogaron a Gonsake que las entregara, pero éste, para sorpresa de todos, abandonó el clan.

      “Prefiero esto a traicionar la promesa que le hice a Togashi” fue lo que dijo antes de irse “Qué ciego fui con todos ustedes”.

      Actualmente, nadie sabe dónde está Gonsake Takemori.

      Sin mucho que pudieran hacer para revertir su situación, Togashi y Kaoru vivieron en la miseria, sin hogar y casi sin comida. Al ser un hombre adulto y fuerte, el hermano mayor podía soportar la adversidad, pero distinto fue para la pequeña. A veces pasaban días sin comer ni beber, lo que afectaba profundamente la salud de Kanade. En su desesperación por el bienestar de su hermana, Togashi le daba sus raciones de comida sin que supiera, y pasaba más días de hambre de los que podía soportar. No podía trabajar dada su condición de criminal, por lo que tenía que arreglárselas robando. No era muy bueno en la tarea, por lo que se vio obligado a lastimar a las personas que lo descubrían y, en consecuencia, tener que mudarse a otra ubicación. Pese a todo, Kanade seguía con ganas de jugar y entrenar, incluso cuando ya no podía levantar sus brazos por la falta de alimentos.

      Kanade murió un día de invierno, en su cumpleaños decimo catorce, en medio de un campo cercano a Kioto. Un día durmió y jamás despertó, aquejada por el hambre y el frío. Togashi la enterró junto a un grueso árbol, donde le armó una humilde lápida con piedras. Allí clavó la espada de Kanade, aquella con la que había entrenado con él. En ningún momento llorò su muerte, pero desde entonces sus ojos son menos brillosos.

      Su unión al clan Minamoto está ligada a su deseo de combatir a los Taira como forma de venganza, pero de este modo espera, también, lograr llamar la atención de su hermano, la única auténtica familia que le queda, y provocar su apariciòn.

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      • Exp= 10,695

      • monedas= 1,610
        manutención de caballo diaria=-10

      • Fuerza= 18
        Protección= 12
        Voluntad= +4 ataque
        Buena reputación= +2 suerte
        Borracho= -2 defensa

      • Sigilo= +5
        Katana Hinode= +16
        Kensei= Le da a su arma principal +1 de fuerza

      • Arco
        flechas (10)
        Anillo Okudera
        Katana Saikai= +4 (rota)

      • Escuela= Ganryu (Estilo de piedra grande)
        Técnica= Tsubame Gaeshi (Corte de golondrina giratoria)
        Ataque especial= ----
        Maestro= Sasaki Kojiro

        "El movimiento ligero y rápido de la cola de una golondrina, era difícil de ver a simple vista, es por eso que Kojiro se maravilló con el movimiento de esta ave; notó la longitud de su cola y decidió imitarla. Él tampoco era un hombre alto, así que utilizaba su nodachi con la misma ligereza que una golondrina usa su larga cola; ni siquiera el aire puede imitar tal movimiento sutil."

        Descripción=

        Esta técnica permite usar una vez por combate un ataque de doble movimiento; la katana sube al aire de abajo hacia arriba; para después regresar de arriba hacia abajo.

        • El personaje podrá realizar dos críticos en un sólo turno. Tirar 2 dados de 20 para un impacto adicional a su ataque normal (dependiendo del nivel que tenga el jugador)
        • En un sólo turno tirará sus dados correspondientes de nivel, mas 2 dados de 20 caras
        • Es una vez por combate, no una vez por cada enemigo.
        • El ataque le dará al jugador la ventaja ofensiva; pero le dará por ese turno -5 en defensa, pues el movimiento es tan amplio que deja descubierto áreas importantes del cuerpo.
        • Si el jugador tiene esta habilidad de la escuela Ganryu, y es nivel 5; no sólo puede acceder a la técnica secreta de la escuela, sino que podrá utilizar en un sólo turno sus dados correspondientes de nivel 5, mas los 2 dados de 20 para el impacto adicional de Tsubame Gaeshi para después usar el ataque de 50 del ataque de la escuela

      Historia: En el año en cual estalló el conflicto entre los dos clanes, Minamoto y Taira, su aldea se declaró tomar una facción neutral. Acción que le hizo ser abandonado por el actual clan al poder de su territorio, los Taira. Declarando su aldea como traidora.
      Por un largo tiempo el líder de la aldea trato de hacerle entender a los Taira la razón de su desición, pero cada palabra caiga en oídos sordos. Si bando ya había sido declarado, no habría vuelta atrás. Eliminar una pequeña aldea agricultora no llevaría demaciado problema para los Taira.
      Por temor a la posibilidad de ser atacados por los Taira, su aldea optó por formar su propio cuerpo de Samurái a partir de sus jóvenes. Riku, de 7 años, estuvo en ese primer cuerpo de Samurái entrenados.
      Por varios años él y varios otros fueron entrenados para convertirse en los protectores de la aldea, un puesto al cual fueros obligados, pero la aceptaron con tal de proteger su hogar. No sé trato del mejor entrenamiento posible, fue lo máximo que una pequeña aldea le pudo enseñar a unos jóvenes del uso de la katana u otras armas.
      Siguieron pasando los años y Riku siguió entrenado hasta ese día en cual arriesgue su vida por proteger inevitablemente su hogar. Un día que jamás llegó.
      Fue por sus 19 años que empezó a considerar que todo el entrenamiento y el hacer guardia fue una pérdida de tiempo, además de un aplastamiento a sus sueños. Ningún ataque de Taira o siquiera bandidos, nada, siendo así que Riku nunca experimento un combate real o quitará su primera vida.
      Entonces lo decidió. Desertar y abandonar su hogar, para así salir de su aldea y buscar su verdadera vocación.
      Una noche escapo de la aldea montando un caballo y huyó sin tener un rumbo fijo.
      Al llegar a ciudad la cual le pareció decente vendió el caballo a lo que considero un buen precio y empezó la búsqueda de su primer trabajo verdadero.
      Los primeros dias fueron duros, nadie quería a un supuesto samurái que apenas parece saber manejar su arma y carente de otras habilidades. Nadie se dispuso a invertir su tiempo en enseñarle.
      Acorralado en tal situación tomo el único trabajo en cual fue aceptado, escolta de una caravana de mercaderes.
      Comenzó con un trabajo de escolta, luego fueron dos, tres, cinco, once. No importa cuánto quisiera cambiar o dejarlo, esa fue la única opción que se le presento.
      A sus 23 años siguió trabajando de escolta, incluso hasta lo había aceptado, y fue en esos años que se integró en un grupo. Ya no se encontraba solo y creía que estaba prosperando en la vida.
      Pero por desgracia eso tuvo que llegar a su final en medio de unos de esos trabajos. Nunca supieron que estaban ayudando a proteger, la paga era lo único que importaba. Si tan solo hubieran sabido el valor de lo que protegían se abrían preparado mejor en consecuencia, o al menos él se dice eso.
      Se trato de un ataque nocturno, antes de darse cuenta toda la caravana se encontró siendo asaltada por más de cien bandidos.
      En los años que paso de escolta le permitió experimentar el derramamiento de sangre por primera vez, como también el lidear con varios enemigos a la vez, sus compañeros tampoco se trataron de unos novatos. Pero la supremacía en número fue demaciado, contando con un equipo de calidad y bien coordinados.
      Todos sus amigos fueron masacrados en esa batalla... mientras que él los abandonaba y huyo del campo de batalla. Huyo como un cobarde.
      Lo sucedido se propagó rápidamente, dejando una gran mancha sobre él. Ninguna caravana se arriesgo en contratar a alguien que abandona su deber y corre por su propia seguridad. Todo se fue en picada para Riku desde ese momento.
      Siendo incapaz de seguir adelante por la muerte de sus compañeros, amigos, y el constante odio de las persona, se entregó al alcohol. No se sintió apto para volver a su hogar, también los abandonó a ellos. Prefirió rendirse, renunciar a esa realidad que lo detesta.
      Con tan solo unas pocas botellas ya había caído totalmente en decadencia. Sin hogar o dinero, actuó como bufón para ganar unas pocas monedas y seguir comprando alcohol.
      Fue años después, cuando dormía en la calle por la mañana, que le llegó noticias que una aldea cercana había sido arrasada por los Taira. Su aldea.
      En ese día se levantó derecho por primera vez en años y arrojo el sake de su mano. Nada más importaba, si sigue con este estilo de vida morirá eventualmente.
      Escucho del levantamiento del clan Minamoto contra los Taira. Portando su vieja katana arruinada se decidió unirse a la lucha y esperar morir en ella, con honor.
      Se suponía que moriría en su aldea, en el asalto a su caravana. De todas ellas huyo.
      Se acabó. Ahora sí morirá en la lucha o bebería hasta morir.

      Psicología: Riku se le puede considerar un adulto sin vergüenza, el cual hace lo necesario por dinero. Todo menos robar o atacar inocentes, no está dispuesto a caer tan bajo por satisfacer su deseo de alcohol.
      Su mentalidad está media nublada, así que mejor repetirle varias veces lo que quieras decirle.
      Tiene la costumbre tomar largas siestas en el momento en cual se le antoje. No importa si es en medio de la calle.
     
    Última edición: 16 Marzo 2024
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    Bienvenidos Slam;madarauchiha; Durazno y Alisse Madness !!!!



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      • Exp= 4,860

      • monedas= 1,832

      • Fuerza= 8
        Protección= 7
        Voluntad= +4 ataque
        Cobardía= -2 defensa

      • Ishi= Obtendrá +10 pv adicionales
        +5 diplomacia

      • -Arco simple
        -9 flechas
        -Hangontan
        -Daruma
        -Juego de memoria (Kai-iwase)
        -Juego de agujas de Ujihisa
        -Galantamina (2)
        -Carbón activado (2)
        -Hidroxicloroquina (5)
        -Cuaderno tejido Ujihisa
        -1 Shinobue para Gon
        -12 Kagura-suzu para Rei
        -1 Shamisen para Hinata

      • Escuela= Tai chi
        Técnica= Liúdòng (fluír)
        Ataque especial= ----
        Maestro= Xiao Feng

        "Lo rígido e inflexible es la disciplina de la muerte. Ser dócil y ceder es la disciplina de la vida. Lo rígido y endurecido se caerá. Lo blando y flexible sobrevivirá. No es destruir a la persona... sino destruír su deseo por atacarte"

        Descripción=

        Cuando estás desarmado, el Tai chi puede ser una buena técnica de alusión del enemigo; podrás desarmar a un rival así como también esquivar sus ataques continuamente. El Tai chi se compone de movimientos tan fluidos como el agua misma y es por ello que tu velocidad aumenta en tus reflejos, es el movimiento del Qi "energía de los cuerpos". Esta técnica te permite poder evitar pelear mientras esquivas; pero no por ello te limita a hacerlo, puedes seguir usando tus dados de ataque (y atributos si es que aplica)

        • Esquivas 3 veces en todo el combate sin necesidad de usar dado (pero se tendrá que decir que esquivas antes de recibir el impacto del rival)
        • En guerra sólo se podrá esquivar 5 veces en toda la guerra (sea cual sea su duración de días o turnos)
        • Podrás desarmar una vez en todo el combate. Sólo en combate personal, no podrás desarmar al rival de un aliado tuyo.[No necesitas dirar dado, hay exepciones para el desarme pero a la gran mayoría podrás desarmar, incluído a los jugadores]
        • Podrás bloquear la energía espiritual en un combate (puntos de presión del Qi)=
        1. Zong Qi; el primer punto de presión= corazón
        2. Yuan Qi y Jing Qi; segundo y tercer punto de presión= riñones
        3. Wei Qi y Zheng Qi; cuarto y quinto punto de presión= brazos
        4. Gu Qi, sexto y último punto de presión= Estómago


        Los practicantes del Tai chi conocen lo que es el Qi: una energía espiritual interna que algunas personas logran desarrollar a modo de técnica espiritual. Los practicantes del Tai chi NO son portadores de esta energía; pero son habilidosos reconociendo a los portadores de dicha energía al ser capaces de ver sus terminaciones nervisosas; es por ello que muchos médicos se vuelven expertos en el Tai chi para curar malestares.


      Ginko es un ser tranquilo y apacible. Es parte de los Asakura porque su padre es el médico del clan. A su vez Ginko se convirtió en como el cocinero del clan porque tiene una gran habilidad en este área.
      No obstante, tiene ciertos códigos personales que le significan algunas desventajas. Él pretende solamente noquear a sus oponentes, pero no matarlos, y para ello, lo que usa es una espada de madera.
      Es vegetariano, pero cocina lo que sea para sus compañeros. Así como entiende que sus compañeros usen espadas normales. Su predicamento se limita a darse en el ejemplo, pero no estorbando con las palabras. Bien sabe que cada quien elije la senda que cree correcta.
      Fue criado por su padre que lo instruyó en la cocina y la medicina, y su madre que logró entrenarlo muy bien con la espada en esgrima.
      Su madre murió cuando Ginko tenía 15 años en un duelo con espadas, por eso decidió utilizar su entrenamiento para demostrar que el honor radicaba en algo más allá de la vida y la muerte en juego.
      Interpretó que si jugaba con la muerte, si portaba un arma mortal, eso sólo le traería desgracias, que a todos los que las portan les sucede. Más aún viniendo de un clan que presenció los entrenamientos excesivos en Kamakura.
      Esto le costó, entre otras cosas, un ojo el cual cubre con su cabello. Sin embargo nada de esto lo detuvo y siguió el camino que se impuso sin perder nunca los estribos. Todavía es capaz de poner el otro ojo.
      Ya está cercano a cumplir los 19 y sigue siempre con esos ideales y su espada de madera. A veces esto sirve para entrenar a los más inexpertos miembros del clan.

      En su práctica con la medicina tiene una manera muy particular de diagnosticar, si tenés una herida grave te dirá algo sincero y contundente como
      "probablemente mueras hoy amigo" y en un tono como si te estuviera diciendo algo de lo más natural.
      (medio Nico Robin si alguien vio one piece)

      Es un ferviente consumidor de opiáceos, prácticamente un yonki del japón feudal. Está siempre relajado y con una serenidad inquebrantable, pero si se queda sin su dosis comenzará a hacer todo lo posible por conseguir y se irritará un poco.

      Sus intenciones para con los demás siempre son buenas, más allá de cómo diga las cosas, siempre intentará salvar la vida de alguien o evitar algún enfrentamiento.
      Se comporta amable y sereno con todo el mundo.

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      • Exp= 1,600

      • 72

      • ---
        Voluntad= +4 ataque
        Débil= -2 defensa

      • Kinshi= No tendrás que pagar su manutención diaria y podrás llevar a tu monta al cabalgado extremo pero esta no morirá.

      • ---

      Historia: Nacida de dos miembros del clan Mori, desde muy pequeña estableció amistad con un muchacho del clan Taira haciendo que con el tiempo, decidiera desertar de los Mori para marcharse con ese amigo, con quién se tornó especialmente allegada y unirse al mismo clan Taira.
      Con el transcurso del tiempo y, tras demostrar lealtad total al clan Taira haciendo que se convenciera de que verídicamente había encontrado su lugar, los mismos Taira fueron los que, de un día para el otro, le mandaron hacer algo para comprobar su lealtad y fue mandada junto a otro grupo de miembros de los Taira para atacar directamente al clan Fusatada.
      Sin embargo, justo en medio del ataque, un chico fue visto desertando de la batalla y Shiori fue mandada a perseguirlo y a matarlo. De nuevo obedeció y, al ver la crueldad y la verdadera naturaleza de los Taira, persiguió al chico solo para encontrarse y marcarle un lugar donde esconderse y salvarle la vida. Una vez en el refugio, le informó que desertaría de los Taira, y se encontrarían en ese mismo sitio en 48 horas, sumado a que le explicó que le había enviado a ese mismo escondite al saber que allí habrían suficientes provisiones y, que ella le traería más en el transcurso de los días.
      Cumplió su misión, más sin embargo eso para ella significó un punto de inflexión en su vida, pues el clan al que sirvió durante tanto tiempo y creyó que era capaz de mantener la paz le hizo cometer semejante crueldad decidió desertar, aunque, consciente de la condición que eso mismo podía suponer, decidió hacer un pacto. No diría nada de los secretos ni planes de los Taira a nadie de lo que sabía, de hecho, prometió que, si alguna vez decía algo de ellos, se entregaría para su ejecución.
      Tras eso y, una despedida triste del que fue su amigo, decidió tomar camino para unirse a los que atacó, prometiéndose a sí misma acabar con los Taiga al darse cuenta que realmente eran ellos mismos los que habían puesto en jaque la paz de Japón, prometiéndose a sí misma erradicar hasta el último de ellos.
      Una vez habiendo desertado, esperando esas 48 pacientemente se dirigió al mismo refugio y, allí estaba en efecto Kuroki, nervioso y asustado. Claro que Shiori estaba igualmente rota y verídicamente deprimida empezó a explicar el por qué de sus acciones de forma detallada con el fin de que el mismo Kuroki se calmara y, como favor, le pidió que no se moviera del mismo durante un tiempo.
      Shiori iba diariamente siempre con provisiones caseras cocinadas por ella misma, algo que se volvió como una especie de ritual para ambos y de esa forma, cada dia durante varias horas se quedaba con Kuroki hablando o consolándole, haciendo que con lentitud, en ella empezara a nacer un gran afecto hacia él mientras que Shiori, cada día al salir del refugio siempre le pedía que no saliera hasta que pudiera sobrevivir, incluso llegaron a entrenarse juntos en varias ocasiones.
      En uno de esos días, Kuroki le explicó que la única familia que le quedaba era su padre desaparecido, decidió ayudarle a encontrarlo y así durante un tiempo ambos se enfrascaron en una árdua búsqueda aunque acabó infructíferamente y los caminos de Shiori y Kuroki se separaron.
      Shiori estuvo vagando sin rumbo durante mucho tiempo por Japón, viviendo oculta. Hasta que finalmente un día le llegó el rumor de que habría una guerra en Shizuoka entre Minamoto y Taira, haciendo que, se dirigiera hacia allí con el fin expreso de tratar de encontrar su lugar en el mundo.
      Personalidad: Ella se convirtió en alguien de modales exquisitos, extremadamente paciente y con un rico y extenso vocabulario, generalmente amable, sin embargo, también es alguien de carácter despiadado y extremadamente frío frente a un enemigo o alguien que ya no le da buena impresión desde un principio. Aunque generalmente logra ocultar esa faceta con el fin de mostrarla solo cuando la situación lo requiere. Guarda un profundo resentimiento a los Taira a raíz de su crueldad y los engaños a los que la sometieron de pequeña, aunque no lo parezca a simple vista, es la primera que quiere verlos muertos a toda costa. De todos modos, siempre es fiel a las costumbres del clan y respeta todo lo que hacen.

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        Salud= +3 defensa

      • katana= +3 de ataque [Filo helado]

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      Su personalidad no es tan diferente a todos aquellos espadachines que perdieron a alguien y se volvieron de sangre fría, Rokujou vivía desde muy joven con una familia adinerada, pues no se sabe nada de sus verdaderos padres, mas que lo abandonaron frente a un yodo de samuráis donde fue acogido por el maestro Riusaki dándole así el apellido Naoyori, fue entrenado junto a sus hermanos por años, presentando dotes no solo para desarrollar la habilidad de espadachín, si no para otras cualidades intelectuales, hasta que un día fue engañado por una joven quien lo enamoró con el din de sacarlo de la mansión Naoyori y así poder atacarlos si su arma mas poderosa, desde aquel día, la muerte de sus seres queridos lo descontroló rompiendo uno de sus principios, asesinar, a pesar de que cobró venganza, no sintió ningún tipo de sentimiento, entendió demasiado tarde que a pesar de lo que había hecho nada le devolvería a su familia, gracias a aquella mujer tiene un repudio personal hacia las mujeres, trabajaba como un caza recompensas o por trabajos que le asignaban en el congreso samurái (no se si así se diga) a cambio de dinero, desarrollando el lema de " no basta ser bueno, hay que ser perfecto" reforzando reputación como el Asesino artista. poco después escucho hablar sobre el clan Minamoto, plantando en el la semilla de recuperar el sendero que su difunto padre le había enseñado y dejar de ser solo un arma para otros, y poder recuperar el honor de su familia y poner en alto el apellido que se le había otorgado, como ultimo miembro de los Naoyori.

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        Nobleza= +1 ataque

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      • 80 (-10 diarias por manutención de Ashitaba)

      • katana simple

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      La joven desde pequeña a vivido rodeada de personas, su padre y madre no se podrían considerar los seres más dicharacheros o alegres de todos, más bien son adultos centrados y enfocados a sus metas y labores, trasmitiéndole parte de esta carácteristica a Momoka. Alegre, preocupada por el bien estar de otros, es una chica que a pesar de su corazón repleto de amor y preciados sentimientos, puede ser muy fuerte. Las críticas las digiere bien, porque es consciente de quién es o a dónde se dirige, al menos ella así lo siente, por lo que es capaz de discernir entre un trabajo mal hecho y ser en sí una persona cruel y despiadada, lo último odiaría serlo, por lo que mientras las exigencias o recalco de defectos no vayan por ahí, se tomará las cosas con ligereza sin dejar de tomarlas en cuenta.

      Su amor por la vida humana es intenso, por lo que los periodos de conflicto la han hecho sentir abatida y muchas veces debe ponerse a reflexionar sobre su situación para encontrar algún motivante o reafirmar sus creencias, ya sea apoyándose en algún Kami, figura de autoridad, amistad o familiar. Bajo estrés y desagrado, puede varias desde ser algo imponente y controladora, o bien ser alguien desinteresada que por rencor te dejará a tu suerte. No es de imponerse a los demás, pero también sabe que su opinión se respeta y no dejará que la menosprecien cuando sí la siente relevante.

      Otro factor importante es la naturaleza en sí misma, no llega a quererla y protegerla al igual que las vida humanas, pero le son relevantes y al menos siente el deber de mantenerle el debido respeto que merecen todos los seres vivos. Tiene favoritos por sobre otros, claro, tanto en plantas como en animales, pero al menos cree que la gran mayoría debe tener ese derecho de existir de por sí, sin represiones.


      Momoka nació un 17 de octubre en 1167, entrado el otoño y dejando la primavera atrás. Dentro de su pequeña ciudad, que mutaba con el paso de las estaciones, no era una mala fecha para nacer, aunque siempre era preferible nacer poco después del invierno para que los pequeños pudieran afrontarlo con más fortaleza. De cualquier forma, en caso de enfermedad recursos no le faltarían, su madre era una medica de renombre por dedicarse por mucho tiempo a la clínica de aquella ciudad, y a pesar de no ser el alto mando dentro de la instalación, se le lograba respetar más allá de sí fuera hombre o mujer por su riguroso actuar y esplendido trabajo, pero no siempre se logran salvar todas las vidas independiente de lo bueno que se sea, es algo que aprendió Momoka al ver la templanza de su madre aun luego de que una vida se le escapara de las manos. Por otro lado, el padre de la chica era encargado y tutor en una herbolaría, mientras que su madre tendía a ser más sociable y alegre, aun siendo ambos muy estrictos y centrados, él si prefiere más su tranquilidad sin interrupciones, aunque por ser su trabajo está más que dispuesto a oír cada pequeña duda respecto a sus instalaciones de herbolario o información sobre su crianza de plantas.

      La niña creció entre esos dos ambientes, la herbolaria y la clínica, aparte de las mismas calles donde sin mayores problemas jugaba con un montón de amigos. No era raro verla conversando o hasta en esas cuchicheando con las niñas, o bien jugando a las escondidas, pillas o cualquier cosa que se les ocurriera con los distintos chicos y otras pocas niñas más.

      Su vida transcurría en paz sin mayores altercados, pero entre limpiar la clínica como labor y cuidar de las plantas con dedicación y tranquilidad, sus pequeños e ingenuos ojos color roble de a poco se percataban como parecía haber cada vez más y más heridos. La muerte y enfermedad le eran tema poco tabú, pero se sintió distinto cuando conectó con algunos casos en especial cuando empezaron a ocurrir con más regularidad. No eran enfermedades salidas de la nada, ni accidentes por un trabajo pesado: Eran heridas de batalla, reflejos de luchas feroces por quién se mantenía en pie por más tiempo o quién desterraba al otro primero. Descubrió que la violencia le estrujaba el corazón, y más temprano que tarde sentiría que a veces era imposible tomar otro camino que no fuera ese.

      Con las guerrillas, guerras y conflictos en sí mismos esparciéndose con firmeza por Japón, Momoka se sintió incapaz de quedarse de brazos cruzados. Su preocupación y angustia más que frenarla, le hacían latir el corazón y llevarle una solo idea a la mente: "Debo hacer algo"

      Había que actuar, no podían dejar que los sometieran sin más. Muchas veces parecía que simplemente más temprano que tarde serían reducidos a nada, ellos o sus ciudades aliadas, pero sí en algo confiaba Momoka era en la perseverancia de la vida, el poder de un grupo que coexistía con mimetismo y sobre todo el deseo férreo de querer el bien, buscar justicia o no dejarse maltratar. Nunca se le pasó por la cabeza que ella podría lidiar solo con todo ello, pero tampoco pensó en enajenarse de la situación. Decidida, ayudaría a los suyos hasta el último respiro.

      Como la aprendiz de médica y botánica cada día arduo y noche desoladora se convencía más de una cosa: Sería capaz de dar su propia vida por los objetivos puros y justicieros de los otros. Ella no era una gran guerrera, pero podría proteger a quienes sí lo eran.
     
    Última edición: 11 Marzo 2024
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      • katana= +8 ataque
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      Akihiko creció en un pueblo de Fukuoka con su madre quien había huido de la familia de su esposo por ser un matrimonio más bien forzado donde ella no deseaba ninguna clase de contacto con aquella familia, desaprobando por completo lo que ella consideraba violencia de los actos samurai al venir de una familia dedicada al arte y la música, ella creía en la influencia que tienen los nombres sobre las personas y por eso es que terminó eligiendo los kanji de inteligencia y benevolencia a la hora de nombrarlo. Él se quedó hasta sus siete años viviendo de esa forma, aprendiendo el manejo de ciertos instrumentos, viviendo una vida relativamente tranquila hasta que, en su séptimo cumpleaños, al llegar a casa luego de ir a comprar unas cosas que se necesitaban para un festival no se encontró con la escena usual de la familia de su madre, solo los Shishio junto con su padre (el tercer hijo de estos), quienes se lo llevaron a Shimane.

      Su adaptación a su nueva rutina y estilo de vida fue bastante duro para él, desde el poco entendimiento de no saber lo que le había pasado a su lado materno para haberse integrado a una nueva familia hasta la introducción a una disciplina muy estricta, reglas, trabajos para fortalecerlo y fuera entendiendo los conceptos base que le servirían en un futuro, todo esto lo llevó a escapar más de una vez para tratar de volver a Fukuoka hasta que se vieron obligados a marcarlo con el nombre de su padre "Rei Shishio" con los kanji que manejaban dentro de la pequeña comunidad de familia y que era bastante reconocido por la ciudad donde vivían, haciendo que fuera más difícil sus salidas al ser tan visible.

      Eventualmente la voluntad de huir se acabó al detectar que era mucho mejor cooperar con su nueva familia para obtener más beneficios y libertades, alejándose de las consecuencias, adaptándose cada vez mejor a su entrenamiento y adoptando las creencias de ellos, su trabajo duro y la importancia de su entrenamiento al poder jugar un rol más importante en algo más grande que él, haciendo que por mera iniciativa propia, a sus trece años con su primera wakizashi ofreció seguir entrenándose entre el clan de los Taira como forma de demostrar que ya era más que un integrante competente de su familia, dispuesto a llevar su apellido a una causa mayor aunque también una parte fuera para apartarse y encontrar algo de individualidad fuera de su familia.

      Akihito posee una personalidad ligera e intuitiva, guiándose muchas veces de su instinto para hacer las cosas pero no tiene problema con dejar de lado esa parte de él si se necesita que siga indicaciones específicas, eso sumado a su apariencia amigable invita a gente a que se le acerque, cosa que no le molesta en realidad y siempre y cuando no sienta que hay alguna pérdida de tiempo con la interacción, se porta bastante decente aunque pueda ser una amabilidad falsa solo para guardar las apariencias. Es adaptativo ante las necesidades de sus superiores pero aun así muestra cierto egoísmo para su propia conservación prefiriendo no ir en una lealtad ciega que pudiera ser perjudicial o contradictorio para mantenerse en pie, también con sus compañeros cercanos podría considerarse nada serio, llegando a molestar con un exceso de cercanía o pequeñas bullas para pasar el tiempo y no se vuelva especialmente tedioso.

      No siente en lo absoluto que siga a la perfección los principios del bushido que guiaban a su familia como por ejemplo su posible falta de honestidad o cortesía, pero duda que sea necesario que tenerlos de manera genuina cuando pueden pretenderse.

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        1 Remedio para enfermedad: quita la desventaja de "enfermo" por un día

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      Servicial, correcto y perfectamente simpático serían las palabras adecuadas para describir la personalidad introvertida de Seinkanji. Siempre sonriente, siempre dispuesto, siempre con una sonrisa con sus ojos cerrados. Pero detrás de esa fachada se esconde algo oscuro que quema a Seinkaji por dentro. Desde la masacre de su familia, algo despertó en su corazón que le aterra. Una sensación que se veía apaciguada cuando la sangre de una víctima corre libremente por sus dedos. No siente algo malo o bueno al matar, simplemente lo hace porque lo desea. Aunque sus pesadillas y temores le acechan por las noches, es algo que no puede parar.

      Seinkanji fue el primogénito de Usaki Kunikage, un granjero que aspiró a ser independiente de los señores feudales del gran Japón. Era conocido por su arte en el comercio y buen narrador de historietas y leyendas, ganándose desde siempre la simpatía de sus vecinos con sus exagerados relatos. La madre de Seinkanji estaba embarazada del segundo hijo de la dinastía Kunikage cuando Usaki lideró la primer revolución de su pueblo. No eran soldados, simplemente granjeros y comerciantes poéticamente heroicos, ya que no lograrían una independencia, lograrían una masacre. Los soldados irrumpieron en el poblado, prendiendo fuego y eliminando todo rastro de vida. El propio Seinkanji, con seis años, fue testigo vivo de la brutal carnicería. Los caballos aplastaban a las madres, los soldados mataban a los padres y a sus hermanos, y los soldados más veteranos se encargaban de violar y matar bebés.

      Llovía. La tormenta de verano que se desató esa noche fue algo que Seinkanji jamás olvidaría en el resto de su vida. Se acordaba más de la lluvia que de los gritos desgarradores de su madre mientras le abrían el vientre y asesinaban a su hermano no nacido. Estaba en un estado de shock total cuando esa mujer lo encontró. Seinkanji estaba rodeado de dos soldados que se burlaban de él, tirándole lodo a la cara y preparados para la peor de las humillaciones, cuando ella apareció. Fue necesario un alto, una voz firme, melodiosa y tan electrizante que hasta Seinkanji despertó de su letargo y dirigió sus ojos hacia la mujer que había detenido el accionar de esos hombres. La lluvia y la poca luz imposibilitaba que el niño pudiera ver su rostro, el cual era una oscuridad total, casi palpable. La silueta de la mujer, vestida con su armadura de combate, descendió hasta su altura, en cuclillas, lo inspeccionaba.

      —¿Cómo te llamas? —preguntó.

      —Seinkanji...

      Respondió con la inocencia de un niño a una pregunta. La mujer se quedó en silencio mientras la lluvia repiqueteaba en su armadura con un rítmico metálico que hipnotizó al niño que la veía con la boca abierta.

      —Has vuelto a nacer, Seinkanji. ¿Lo sabes, verdad?

      El niño la miró sin comprender, apenas movió la cabeza afirmativamente, más por estar ocupado en hacer algo que por otra cosa.

      —Ahora serás un Yamagawa y te cuidaré. ¿Entendido, Seinkanji?

      Seinkanji cerró los ojos, se tragó su dolor, y sonrió. La mujer también sonrió. Le dio la mano. El niño apretó su dedo pulgar y ambos caminaron juntos, atravesando cadáveres y cuerpos quemados que se habían querido levantar contra el Imperio Taira.

      Él sabía perfectamente en la situación en la que se encontraba, no era un rehén pero tampoco un hijo legítimo de la familia, no tenía una jerarquía con base dentro del árbol genealógico, aun así sus hermanos adoptivos lo tomaron como uno más. El mayor, de nombre Saito, era frío y metódico. Le enseñó el arte de la katana, un tipo duro y de pocas palabras amables. Aun así, se notaba cierto cariño hacia Seinkanji, el cual se comportaba con eficacia y siempre estaba listo para entrenar, no importaba el día, el horario ni el clima. Saito probó a su hermano adoptivo en la disciplina del arco, la nanigata, la katana y las kodachis. Seinkanji era demasiado rápido, quizá incluso demasiado para manejar un solo filo, por lo que le encomendó al herrero de la ciudad que le prepare dos kodachis a medida. El entrenamiento avanzaba mucho más fuerte, incluso Saito lo llevaba al límite para encontrar una reacción, pero lo único que encontraba en su hermano adoptivo era una sonrisa tranquila siempre que caía al suelo, sangraba o si iba a más, algún hueso se fracturaba. Saito no podía leer a su hermano; no había sentimientos en él. Y eso, sin decirlo a nadie, le aterraba. El hermano que tenía dos años menos que Saito era Jiro, el preferido de Seinkanji. Era un narrador de cuentos, alegre, bebía con energía y siempre estaba en distintas disputas con Saito, su hermano mayor. Jiro conocía perfectamente la fascinación del pequeño Sein sobre la pintura y el arte. En uno de sus viajes al norte le trajo los mejores pergaminos y la tinta más cara de Kioto para que pudiera expresar su arte en físico y no solo en su mente. De este modo Seinkanji aprendió a escribir en sanscrito, en japonés, en chino y en kanji. El don era innato, de modo que también se dedicó a la pintura, exhibiendo cuadros de paisajes; incluso algunos retratos de sus hermanos, de su madre adoptiva, de algunos soldados del clan Taira como Murai, el cual dibujó un signo de pregunta en torno a un cuello de animal, no se sabía si ese hombre era cierto o un simple mito. Jiro siempre que viajaba traía cosas exóticas que fascinaban al pequeño Seinkanji, como un koto que el niño aprendió a tocar con suma facilidad, empezando a ser la distracción luego de las cenas o eventos importantes.

      El próximo y último hermano era Manzo, el cual criaba lobos. Tenía una pequeña jauría de cachorros que jugaban en el patio exterior a su casa. Seinkanji rápidamente se quedó con uno, o como Manzo le había dicho una tarde: "el lobo te buscó a ti, hermano". Resultó que era una hembra, bautizada con el nombre de Reiko, que traducido era como "niña bonita". Lo crio junto a su hermano, enseñándole a que busque pistas con distintos cebos, que sepa responder a distintos estímulos como un lobo de guerra. Reiko era negra azabache, perfectamente hermosa y con dos ojos color miel que resplandecían en la oscuridad como una pantera.

      Saito era astuto, pero extremamente calculador. Siempre podría maltratar a una familia o al amigo de un enemigo para tratar de indisponer al enemigo. Jiro, en cambio, era todo lo contrario, estaba loco desde el comienzo. Cuando se trataba de pelear siempre lo hacía cara a cara. Era un hombre muy noble, mucho más que el resto de sus hermanos. Encontraba honor allá donde el resto lo había olvidado. Manzo era lo contrario a ambos: más disciplinado, se contenía a las disputas y se perdía en las cacerías que organizaban los grandes concursos de Japón. Era un cazador muy hábil y nadie podía hacerle agua. Seinkanji tomó lo mejor de los tres; era astuto y frío al momento de la verdad, pero mantenía una fachada de templanza, inocencia y sumisión muy constantemente. Y era rápido, flexible y siempre improvisaba sobre la marcha. Nunca se quedaba sin alguna táctica a pensar o alguna jugada a tomar. Con Saito entrenaba su cuerpo, con Jiro oía historias del mundo exterior y con Manzo entrenaba a su loba. Pero cuando estaba sólo, en la soledad de su habitación, Seinkanji simplemente pintaba o tocaba su instrumento de música; era un artista atrapado en el cuerpo de un niño sociópata que no sentía empatía por nadie. Pero no era alguien macabro, no le gustaba torturar.

      Su madre, que respondía al nombre de Sadashi, los crió con la ternura de una madre y con la firmeza y disciplina de un padre. Ella servía como comandante de las tropas del Imperio, mientras que sus hijos eran soldados que escalaban con mucha rapidez en la jerarquía Taira. Seinkanji comenzó a vender sus pinturas por el mercado de Japón, esperando que alguna logre triunfar. Retrató a sus hermanos, a comandantes Tairas de renombre, incluso al Emperador y a la Emperatriz. También comenzó a escuchar: se dio cuenta que el arte de oír era uno muy similar al camino del shinobi. Escuchando podías enterarte de todo. Es por eso que siempre sus hermanos le preguntaban sobre los chismes de prefectura a prefectura, de vecino a vecino; Seinkanji recolectaba información de una manera muy interesante.

      Demostró una fría templanza al matar a gente a sangre fría, algo que no le dolía o al menos no lo exteriorizaba. Siempre sonriendo mientras asesinaba, se hizo una fama oscura en torno a su figura. Detrás del muchachito sonriente se escondía algo aterrador que alteró a sus hermanos, menos a Saito, el cual creía firmemente en la ley del más fuerte, el predominante sobre el resto. Decían que antes de morir podrías oír el sonido de un koto, como si fueran los ángeles llamando a una muerte próxima. Y si no era el koto lo último que oías antes de morir, era una sonrisa amable lo que te encontrabas antes de morir por dos kodachis que no dudaban en cortar el cuello. Seinkanji no era un sádico, no disfrutaba desmembrando, simplemente asesinaba sin mayores atrocidades. Su primer muerte fue un perro herido que encontró en mitad del camino. Prefirió terminar con su vida de una manera limpia antes de que sea comida para buitres que lo despedazarían mientras aún viviera. Su segunda muerte fue un hombre acusado de traición, al cual le cortó el cuello con la misma facilidad con la que cortaba el trigo. Saito lo llevó frente a él para que tomara su vida. Descubrió que los seres humanos eran débiles y la carne muy poco resistente.

      Su madre quería que se involucrara en el ejército Taira, por lo que lo recomendó como informante; cumplió el rol de mensajero entre prefecturas y la Capital, combinando y cambiando distintas informaciones con la gente que lo necesitaba. Era perfecto para lograr un cambio de información acertada, sin caer en los rumores o mitos comunes de los viajeros. También de asesino, algo que tuvo que ver su hermano Saito en su recomendación. El único servicio fue asesinar a un secretario que vivía en el palacio imperial. Su victima fue un hombre que se iba de lengua y parecía un caso serio si no se cortaba de raíz. Nunca hubiera pensado que el joven Seinkanji fuera un asesino despiadado que lo mató antes de tocar su koto. Ahí nació su leyenda. Se decía que si Seinkanji te citaba a cierto lugar y llevaba su koto, seguramente sería lo último que escucharías. "La sonrisa que asesina", "Las lágrimas de yurei" eran algunos de los motes que se referían a su figura.

      Comenzó a informarse también del mundo oscuro que se tejía en la sombra de los muros, donde el ojo más entrenado no llegaba a ver; en el mundo de los ninjas. Eran figuras llamativas para la mente de Seinkanji, el cual empezó a adiestrarse en el arte del sigilo por su propia cuenta. Sorprendió a sus hermanos llegando a hurtadillas, incluso sorprendió a Reiko, su loba, la cual no lo detectó hasta que el muchacho estaba prácticamente a su lado. Desaparecía entre la gente y era como un fantasma cuando lo requerían o simplemente para divertirse. Hizo una colección de cinco pinturas dedicadas a los guerreros de las sombras que respondían al nombre de Shinobi.

      Un día Manzo también lo entrenó a él para que sea un buen rastreador como lo era él mismo. Le enseñó a oler la tierra, a ver ciertos puntos útiles entre la hojarasca y a siempre estar atento en la dirección del viento. Esto entusiasmo al pequeño Seinkanji, el cual se mostró como un alumno ejemplar y de rápido aprendizaje. Manzo estaba satisfecho, no había niño más talentoso.

      Seinkanji, con la edad de 16 años decidió viajar y conocer el mundo, como hacía su hermano Jiro. Su madre no se lo impidió, pero su hermano Saito, quién era negador con desperdiciar el tiempo de esa forma, se negó. Jiro lo animó a que explorase, que entienda el mundo a su manera y que pueda tener una retro inspección personal al volver. Lo cierto es que tardó dos años en volver a su tierra, a su hogar. Gracias a su gran sigilo fantasmal, nunca pudieron dar con él. Las noticias del mundo le inquietaron y pensó que era un muy buen momento para volver. Su mirada siempre se encontrará risueña, alegre. Pero que esa mirada no te confíe: el muchachito puede rasgarte la garganta y no perderá el apetito.

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      • Exp= 5,833

      • Fuerza: 5
        Protección: 10
        Intuitivo= +2 suerte

      • +17 katana
        Sigilo: +1
        Ite: al volverte ite pierdes la penalización por el uso del arco. Atacas a un cuadro de distancia en la guerra

      • 730

      • 8 kunai (sólo se pueden equipar 6 por combate)
        Arco +15 ataque
        10 flechas
        2 katanas simples
        Invitación a un Oyaji, ya sea en: Niigata/Niigata; Ritto/Shiga; Wakayama/Wakayama; Mito/Ibaraki; Uji/Kioto

      • ----

      Aoi se crió en una villa pequeña, nacida en una familia de ninjas fue repudiada nada más nacer por su extraño defecto físico que hacía muy difícil que pasase desapercibida entre las masas.

      A pesar del rechazo por su familia, Aoi siempre se esforzó por honrar su apellido y, pronto, sus habilidades la hicieron destacar por otros motivos.

      Su destreza con las armas arrojadizas y los venenos la hizo ganarse el favor de sus superiores. Pronto aprendió a no salir de casa sin un arsenal de kunai y/o shuriken ocultos entre sus ropas.
      A pesar de sus logros como shinobi, Aoi nunca logró la aceptación de su familia aunque los encargos seguían llegando uno tras otro y pronto dejó de importarle.
      Al no conocer el amor familiar se convirtió en una persona fría y carente de emociones lo que la convirtió en un ninja perfecto pero ¿Por qué seguir esforzarse por aquellos que tanto la habían rechazado?

      Fue entonces cuando el destino de Aoi llamó a su puerta con una misión: un importante samurai se había hecho eco de sus habilidades como asesina y a sus manos llegó una oferta difícil de rechazar...
     
    Última edición: 7 Abril 2024
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    Perdidos en acción

    Aquí van los pj que han quedado atrás en el rol, los dejo aquí porque me es más práctico.


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      Las criadas me dijeron, que mi madre tan solo servía de acompañante de su hermano, como embajador ante los reinos de occidente y sin embargo al regreso del viaje, el abultado vientre de la muchacha fue un escándalo. Nunca se supo si fueron los nuevos amigos del reino, o si fue alguien dentro del sequito de viaje, ella nunca hablo y mi tío no se quejo por temor a una disputa con los nuevos socios.

      Nací yo, mi madre al verse humillada por la deshonra, se quito la vida con la katana favorita de mi tío y el que jamás se caso por ser un Okama (homosexual) fiel a si mismo, me heredaron títulos y riquezas. Jamás he dado a mis criados señales de “padecer” lo mismo que mi tío y aunque no somos iguales lo respeto por su amor a sus creencias y el amor que me tuvo al educarme y entrenarme como lo que soy. Sin embargo, mi arte no puede ser visto. Soy un hombre codiciado por muchos señores feudales para sus hijas, por mi dinero, y por muchas nobles damas por mi belleza. Yo solo me dedico a administrar mis bienes y a escaparme al Kabuki donde puedo exhibir todo lo que soy y todo el arte que me representa.


      El cotilleo es mi segundo alimento, lo sé todo de todos, y aquello me da un poder grato, en leves ocasiones lo he usado para mi beneficio, pero disfruto mas el conocer y saber que nadie mas sabe lo que yo.

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      • Exp= 1,885

      • monedas= 280
        manutención de caballo diaria=-10

      Heya es un joven sereno y calmado la mayoría del tiempo, al punto que su timidez lo hace pasar por apático. La poca experiencia que tiene le ha enseñado que no hay que ser apresurado, pues una mala decisión puede acabar con la vida de alguien más

      Aunque creció en un pequeño pueblo de agricultores. A pesar de que trabajó mayormente como recadero(¿mensajero?) aprendió toscamente el arte de espada de su padre, pues su comunidad era constantemente asaltada por los pueblos cercanos.

      La noche en que fueron asediados por un ejército que fácilmente los triplicaba, su padre le pidió a él y a su hermano que huyeran y se refugiaran en Kyoto. Aunque comprendia la situación, a regañadientes hizo el viaje y una vez lograron asentarse allí, decidió volver a su pueblo natal solo.

      El hedor a sangre era algo nuevo para él. Logró esquivar las tiendas del clan Taira que rodeaban los cultivos y buscó entre las casas algún sobreviviente. No lo encontró. Tomó una ruta diferente para volver, pero cuando regresó a Kyoto estaba siendo asediado. Se enteró de que su hermano había dejado el hostal para seguirlo algunos días después de que lo dejara. Heya sabe que lo más probable es que se haya cruzado con el clan Taira de camino, por lo que hará todo lo posible para encontrarlo

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      • Exp= 2,005

      • monedas= 1,480
        manutención de caballo diaria=-10

      • Arco (10 flechas)

      Daichi Nishimura es el último de los Nishimura o como lo conocen aquellos que entablaron relaciones con su padre muerto: “La sombra Nishimura” creció y se formó cerca de las costas en la parte norte oriental del archipiélago japonés en Hokaido, donde pescaba junto con su padre en las aguas del Mar de Japón. Es hijo único y heredero de la posición social de su padre: Hateiro Nishimura, protector y guardián de su pueblo costanero.

      Su padre se había encargado de su entrenamiento de manera personal, siguiendo una rutina estricta, en donde desde antes del amanecer surcaban los mares con un pequeño equipo de pescadores para comerciar las capturas diarias con los comerciantes del centro del pueblo y por la tarde-noche se entrenaban en el arte del manejo de la espada y técnicas de ocultación.

      Daichi no tuvo más elección que seguir esos mandatos. La espada se convirtió en su instrumento, mientras que la pesca era su único medio de vida. Su padre le mencionaba que en el arte de guerra los ganadores y perdedores solo son una cuestión de perspectiva y el honor el más preciado de los bienes terrenales. Los rumores de rebeliones llegaban de los comerciantes viajeros como susurros en el viento, Daichi no podía creer que una guerra se avecinaba, no ahora, que todo estaba en paz.

      Daichi aparentaba ser callado la mayoría del tiempo casi meditativo, pero tenía un desarrollado sentido de la curiosidad llegando a ser inquisitivo con sus preguntas. Siendo regañado continuamente por hacer preguntas que podrían tomarse como fuera de lugar. El legado Nishimura cada vez era una carga más pesada cuando forasteros venían a hablar con su padre, éste le decía, que pronto tendría que decidir si quedarse o irse al centro del archipiélago, necesitarían a algún guerrero del norte para poder proteger las fronteras al otro lado del estrecho.

      “Hay peligros internos y externos, Daichi, cosas que no entenderás hasta que las experimentes…”, le decía su padre en sus clases de esgrima.”Tú entrenamiento está casi completo, te he pasado todo lo que te podía enseñar, yo… Seré un vestigio de una época que está muriendo…”, decía casi inaudible.”La paz está muriendo, mi hijo, no estoy seguro de cuando la guerra nos terminará consumiendo, siempre tienes que estar listo”.

      Daichi no entendía completamente a lo que se refería, su mundo siempre se había limitado a su pueblo, imaginaba su tomaría el rol de guardían cuando el tiempo se llevara a su padre, que formaría su familia allí y mantendría la paz en esa pequeña porción de tierra. Sentía que el mundo se le estaba quedando grande y que no sabía como poder adentrarse en las profundidades de ese mundo desconocido.

      El último día en su poblado parecía inusual, pero de buena manera. Todo estaba tranquilo, casi como expectante de los sucesos de aquel. Es como si los dioses estuvieran atentos a como se desenvolvería todo, deseosos de los acontecimientos. La pesca fue mala ese día, tuvieron que quedarse más de lo usual en alta mar, volvieron al muelle de su pueblo cuando el océano y los cielos advertían sobre la formación de una tormenta.

      Cuando regresaron, solo pudieron ser testigos de las enormes llamaradas de las casas quemándose. Cuerpos en la playa se encontraban tirados. Su padre le dio la orden a los cuatro hombres que los acompañaban que fueran por mar a un pueblo cercano. Hacia dos días, dos viejos compañeros samuráis lo habían ido a visitar o… reclutar. Así ambos cruzaron por todo el pueblo en busca de los agresores, pero solo encontraron calamidad y muerte, todos en aquel lugar habían sido asesinados sin distinción. Lograron llegar al que había sido su hogar, en la falda de una colina, sus puertas destrozadas, pero todavía en pie.

      Ambos se aventuraron hacia el interior dos mujeres muertas, incluyendo su madre. Sin embargo, Daichi fue rápidamente cegado por la explosión de una bomba cegadora. Intento dar un sato atrás en la confusión, comenzó a caer al suelo hacia atrás y en ese instante sintió la punta del filo de una katana recorrer su rostro. Cayó confundido, entumecido por el dolor, viendo desde el suelo como su padre se defendía de dos atacantes.

      “Honor…”, recorría su mente, mientras la sangre se acumulaba en uno de sus ojos impidiéndole ver la escena por completo. El tiempo pareció ir más rápido, parpadeo dos veces y su padre estaba desarmado… Volvió a parpadear y su padre asesinó a uno de los atacantes con su Wakisashi. Parpadeó y vió la hoja del otro atacante atravesar el antebrazo de su padre que intentaba bloquar decapitándolo en el acto.

      Su mente intentó hacer que se levantara, pero la confusión no lo permitió. El miedo a morir lo invadió, así que se mantuvo allí tirado en shock, la sangre se extendía en el suelo, se dio cuenta que la distancia entre él y su padre era nula. El invasor tomó la cabeza de su padre y la lanzó a un lado, pudo observar la máscara demoniaca de su armadura color carmesí que simulaba una sonrisa retorcida.

      Su mente comenzó a divagar con gran velocidad y se desmayó. Se levantó ya cuando estaba anocheciendo. Se levantó entumecido, su arma en el suelo y… Todo lo que había sido hogar destruido a todos los que conocía asesinados. Era el guardián de un pueblo muerto, ya no era nadie.

      Enterró a los que pudo. Y su mente se ensombreció. Se marchó de su poblado natal para ir en búsqueda de venganza contra la muerte de sus familiares y conocidos. Él sabía que los que habían dado muerte a sus padres eran samuraís o al menos tenían entrenamiento y vestían la indumentaria del demonio carmesí, nada más. Sin embargo, ahora mismo no es nadie. Solo un apellido que se perderá en el tiempo, por eso considera que unirse al clan Minamoto le permitirá escalar en la jerarquía social, permitiéndole obtener la información y el conocimiento para obtener su venganza.

      Ya han pasado tres años y ha tenido que recorrer gran parte del archipiélago para tener una oportunidad de redención y de poder llevar el legado de su familia con prestigio. Actualmente, es callado, metódico y desconfiado. Sufre de ansiedad y su falta de sueño se debe a las pesadillas que lo persiguen a intentado perfeccionar su lectura, leyendo los libros de los pensadores intentando buscar paz, pero no la consigue.

      Vive nostálgico de un pasado que fue un futuro que nunca será. Nunca suelta su espada, porque ya no confía ni en la sombra que lo sigue a todas partes. Oculta la cicatriz de su rostro con vergüenza y el sobrenombre de “la sombra de Nishimura” es más un adjetivo para definir su alma perdida entre una guerra que no vió llegar y la perdida que nunca pudo lamentar.

      Con conocidos o personas de confianza suele tratarlos de manera amigable, pero siempre precavido por lo que pudiera decir. A la vez, que suele limitar la información sobre su pasado e intenta mantener oculto su legado. Limitándose en varias ocasiones en sus acciones por temor a lo que pudieran decir de sus acciones, aún cuando su alma pide ser impulsiva como una bestia encarcelada que pide a rugidos salir.

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      • Exp= 50

      • monedas=40

      Konoe es una joven de una estatura promedio, quizás unos centímetros más alta. Posee una piel blanca, casi nívea, que hace resaltar profundamente el tono oscuro de su prolijo cabello. Como una cascada negra o de un azul oscuro muy intenso alcanza hasta más allá de la mitad de su espalda. Sus ojos son profundos, insondables y penetrantes de un místico violeta. Suele vestir un kimono rojo con flores de cerezo pintadas a mano. Las geta que lleva con el kimono la suelen hacer parecer un poco más alta de lo que es realmente.

      En ocasiones suele portar el chihaya que consiste en una hakama de color rojo escarlata, una camisa blanca con hombros sueltos y un tabi. Los ropajes que usaba como miko. De hecho, antes de desenvainar su katana, junta las palmas de sus manos y entrelaza sus dedos cerrando los ojos, lanzando una oración ininteligible a los Kami por las almas de sus enemigos y la seguridad de sus aliados.
      Devota a los demás, Konoe es una persona paciente, disciplinada, amable y entregada a aquellas causas que considera justas. Inteligente, estudiosa y analítica, siempre está deseosa de saber más, de aprender de las experiencias. Puede considerarse como una 'hermana mayor' y de hecho no rechaza el parentesco si se lo mencionan. Considera noble cuidar y proteger a aquellos más débiles en lugar de juzgarlos.

      Tiene por bandera un código ético y moral muy rígido y no solo lo sigue ella misma, si no que trata de llevar a los demás por el camino de la rectitud y la diligencia. Es el tipo de persona que se ofrecerá sin dudarlo a ayudar a un anciano o a un niño perdido a encontrar a sus padres. Aunque por norma general trata de aplacar los conflictos de forma diplomática, empuñando una katana no tiene rival... siempre y cuando la causa de esa violencia sea justa. Aunque pudiera parecer una persona seria y fría por todo lo dicho, lo cierto es que Konoe posee un carácter cálido y maternal, paciente y entregado, que jamás pierde la serena diligencia.

      Hija primogénita de la décimosexta generación de la familia Suzumiya,
      Konoe fue criada bajo el ala de su abuela, Meiko, sacerdotisa de uno de los muchos templos Shinto de la prefectura de Nara.

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      • Exp= 3,000

      • monedas= 2

      • Fuerza= 8
        Protección= 7

      • -

      • -

      Los Kobayashi eran un Clan independiente, osea; tenían sus propios asuntos, y hacian sus propias cosas. Normalmente, eran muy pacificos, y su trabajo conscientia en velar por el bosque dónde vivían, sus habitantes (de todo tipo; desde lo terrenal a espiritual) y estar en paz con clanes y ciudades de la periferia. Le tenían respeto al Clan Minamoto, Hideki era parte del un pequeño grupo de información para Sogo Minamoto, mantenían esporádicas conversaciones por medio de misivas.

      El problema fue cuando los Minamoto empezaron a perder terreno/poder y gente, y los Taira con sus movimiento re escondidos, empezaron a invadir y sembrar la semilla de la discordia.

      Ellos no eran un Clan guerrero, pero las últimas generaciones se prepararon para una posible guerra, para defender tanto la montaña y bosque, como el pueblo más cercano, que le correspondía a los Kobayashi por un tema de poder y honor. No es que fueran los dueños del pueblo, pero si que estaban muy aliados con este; eran casi como "la escuela", donde se aprendía cosas fuera de lo convencional del pueblo, por lo que eran un aporte.

      A fin de cuenta, Hideki fue el primer (y último (?)) pelotón/ejercito de guerreros Kobayashi; ¿qué hacían? Básicamente, Hideki tomó la idea de hacer guerrillas. Casi como mercenarios, pero solo con trabajos que fueran para eliminar a quienes destruían la paz a través de japón. Como no sé si los "Taira" eran conocidos como los malos en sí, lo dejo en que simplemente iban a dónde hubieran ejercitos aprovechandose de pueblos pequeños y sin un ejercito firme.

      No pedían mucho a cambio; tal vez hospedaje y tiempo para recuperarse si la batalla salía favorable. Todo esto empezó cuando Mao tendría unos 5 años.

      Los viajes de por si eran largos, porque debían examinar toda la zona norte; con el tiempo, y con el aumento de la fuerza de los Taira, defender pueblos de ejercitos samurai despotas era cada vez más y difícil y menos rentable; pero lo siguieron haciendo, porque tenían la idea de que si ellos no lo hacían, nadie más lo haría. Y era eso en realidad; solo metía sus narices dónde nadie se atrevía o no les interesaba meterlas.

      No eran de vincularse con ciudades o pueblos grandes, porque estos suelen tener su propio ejercito y tal; ellos simplemente recorrian todo en busca de saber que era lo que amenazaba la paz en Japón y por qué, ayudando de paso todo lo que podían.


      Cuando Hiro nació, practicamente Hideki con suerte llegaba al pueblo. Si se enteraban de dónde venía el ejercito Kobayashi (que solo era un clan de renombre entre los pacifistas del lugar), era claro que atacarían a su pueblo, el cual le sería imposible defenderse ante la fiereza de los Taira, y de paso, perjudicaría la paz de los pueblos y ciudades cercanas o vinculadas. Así que Hideki no podía volver, y si lo hacía, no podía ser todos. Aparte, como era el líder, debía guiar su ejercito, por lo que la información y demás de como acontecían las cosas, llegaba a Shizuka a través de mensajeros, o samurais demasiado heridos como para seguir en batalla; esos samurais se quedaban en el pueblo o en el hogar de Mao (dependiendo el caso) y finalizaba su trabajo de guerrero. Quienes no volvían, era por qué querían seguir batallando.

      Masuyo convivió con su padre bastante en su infancia, Kimura también; pero para cuando nacio Hiro, Hideki regresaba con suerte tres veces al año, muy esporadicamente. Así que ninguno de los mayores lo recuerda con exactitud, o tienen su imagen distorsionada por los rumores o idealizaciones. Hiro creo que ni lo vio en realidad.

      Y bueno, el desenlace es simple; Los Taira se enteraron de donde venían los Kobayashi, y mandaron a exterminar su Clan desde las raíces. Como Hideki estaba ocupado con sus asuntos, ni se enteró, si es que siquiera sigue vivo, ya te dije que eso depende de ti. Shizuka cometió suicidio cuando vio que ya habían sometido a su ejercito, aparte de que por un tema de Honor; para que no usaran su "vida" como soborno hacia Hideki.

      Eso y que vio como mataban a sus dos hijos pequeños, estaba devastada la pobre. La mujer si alcanzó a visualizar que Mao estaba viva, pero no vivió para asegurarse de si sobreviviría, aunque eso fuera lo que deseara.

      En general, un valor primordial que tienen tanto Hideki como Shizuka es no matar si se puede hacer otra cosa, ni atacar a quienes no portan armas, mucho menos a niños o niñas de 14 para abajo.

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      • Exp= 150

      • Yoroi simple= +10 defensa 3/3

      • 6

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      Es un hombre de fuertes ideales, terco como una mula e insistente hasta el desfallecimiento. Desapegado y solitario en esencia, a pesar de su carácter moldeable y adaptable para con todos no deja que nadie pueda ver su verdadero yo, sus inquietudes, inseguridades y pensamientos más profundos, pues hacerlo supondría mostrar debilidad. Y en la guerra podía ser la diferencia entre la vida y la muerte.

      Puede pecar de frío y cínico en apariencia, mostrando apenas empatía por aquellos caídos en batalla, pero para él no hay destino más noble y honorable que caer ofreciendo tu propia vida a una causa. Irradia una sensación de seguridad en sí mismo que puede rayar en la egolatría, pero no deja de ser un alma mortificada por sus decisiones de vida.

      Nació en el seno de una familia perteneciente a un clan noble, quienes servían fielmente al emperador y su causa. Por ello fue críado e inculcado con los valores y el objetivo cúlmen de venerarlo y rendirle pleitesía. Fue entrenado en batalla, aprendió las artes del combate, del manejo de algunas armas y del código bushido, pero a diferencia de otros samurais gracias a su estatus logró obtener una notable educación del esplendor cultural de la corte en pintura, música y en las artes.

      Con el tiempo perdieron la mayor parte de su base financiera, otras familias de nobles se interpusieron en su camino buscando aumentar su prestigio frente al emperador en detrimento de otros, y se vieron así forzados a vivir una vida sencilla y austera. Transmitían sus conocimientos como maestros de diversos campos, como la escritura waka y la música con el biwa y tenían discípulos de diversas familias y, a veces, entre plebeyos ricos. Ello no les libraba a su vez de robar para poder subsistir de vez en cuando.

      Fue así como Junpei terminó entrando en contacto con miembros del clan Taira. A pesar de haber tomado el camino que la vida le tendía para subsistir mediante sus conocimientos, como un viajero errante alejado de las batallas, de la sangre y la desolación, seguía practicando con sus armas en sus momentos libres, hecho que no pudo ocultar por demasiado tiempo. Así, admirados por su dominio, fue recomendado a dicho clan.

      A pesar de que su verdadero dominio estaba en las letras, en el arte y en la música, su fidelidad al ideal de su familia era más fuerte, y en pos de aumentar su prestigio contra sus enemigos nobles y tratar de disolver falsas habladurías sobre su traición al emperador, con la posibilidad de perder su honor en el proceso, se unió al clan, dispuesto a dar su vida si era necesario en el camino.

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      Eiji Fujiwara es un hijo bastardo nacido de un encuentro entre Sumitomo Fujiwara y una prostituta de la ciudad de Fukuoka, en la isla de Kyushu. Dicha madre se llamaba Akina Soto y Sumitomo la solía visitar con bastante frecuencia en sus aventuras de piratería. A pesar de que los encuentros podían tratarse como fríos, por el ambiente que precedía en dichos lugares, una chispa de amor y pasión surgieron de ellos. Ella siempre tenía la esperanza de que Sumitomo dejase sus trabajos para el clan Taira y con ello formar una familia.

      Pasado un tiempo y fruto de su último encuentro nació Eiji. Tras la repentina desaparición de su padre Sumitomo, su madre temía por la vida de su hijo pensando que fuese un ajuste de cuentas. Por lo que Eiji tomó el apellido de su madre, Soto. La infancia fue algo complicada para Eiji, su madre no gozaba de buena salud y sufría de constantes ataques de depresión. También Eiji sufría acoso por parte de los otros niños de la ciudad, quienes se burlaban de su situación de pobreza y donde murmullaban que su madre era de las oiran más reconocidas. Por lo que siempre andaba metiéndose en peleas y saliendo muy malherido.

      Eiji Soto había recién cumplido 12 años. Ya llevaba desde los 10 años trabajando para ayudar a su madre que había caído enferma. Pero no fue hasta el último momento en el cual Akina quiso contarle la verdad sobre su padre. — Nunca me preguntaste por tu padre. No entiendo la razón, puesto que muchos niños son curiosos — Eiji se quedó callado en sus pensamientos. Él sabía ya desde bien pequeño a que se dedicaba su madre por culpa de los otros niños. No era difícil de pensar que realmente era un hijo bastardo nacido por parte de uno de sus clientes. Akina acarició el rostro de Eiji — Tu padre era alguien muy valeroso e importante de una tierra más allá del mar. Pero... — decía Akina mientras tosía — también contaba con muchos enemigos. Nunca le guardes rencor. — Eiji empezó a llorar mientras escuchaba estas palabras. — Tu padre se llamaba Sumitomo Fujiwara... sí, eres Eiji Fujiwara. Sólo espero que tomes dicho apellido, como legado de tu padre. Solo deseo que tu vida sea mejor y que me perdones por no darte lo que necesitabas. Porque eres un niño muy bueno...
      Eiji no pudo decir nada y se quedó durante horas metido en esa estrepitosa soledad.

      Pasaron los años y Eiji siguió tomando el apellido de su madre, siguiéndose llamando Eiji Soto. Al no tener casa y ningún pariente reconocido, el jefe del puerto pesquero más importante de Kyushu se quedó con su tutela. Su jefe se llamaba Iori Takahashi, era un hombre robusto y fuerte, pero a pesar de su pinta tan intimidatoria siempre mostraba un semblante alegre y amable. Iori enseñó a Eiji todo lo que tenía que saber sobre la vida y los valores que se debían de tener para llegar lejos en esta. Eiji le preguntó en alguna ocasión si tenía mas aspiraciones que pescar y del cual le respondía — Un hombre siempre tiene un destino, mi familia siempre se ha criado entre mástiles y yo nací en el mar. Es mi linaje y soy feliz con esta poca cosa que me da la vida. La verdadera riqueza siempre estará en eso que te haga feliz.— Eiji sonreía al ver el entusiasmo del viejo. — Y dime niño. ¿Cual es tu aspiración? Porque dudo que sea seguir los pasos de este viejo.— Eiji miró hacia abajo mientras decía — Conocer de donde provengo y obtener lo que me corresponde. Pero para ello debo de saber porque desapareció mi padre —.

      Eiji Soto a los 15 años decidió separarse de su tutor Iori Takahashi y agradecerle todo lo que hizo por él. Le explicó que su destino era dirigirse a buscar a su padre y tener noticias de él.. Aunque en su mente sabía que era un viaje peligroso, pero Iori Takahashi le dio el nombre de alguien que podía ayudarlo, de un rufíán pirata y que seguramente conocía a su padre. Se dirigió a un enorme barco que estaba anclado en el puerto de Fukuoka, ahí se encontró a Ibuki Miyazaki. Eiji se mostró ante él como Eiji Fujiwara y este se sorprendio hasta que Eiji le contó toda su historia, como lo que andaba buscando. Ibuki lo introdujo en el barco, con la intención de buscar pistas del paradero de su padre y si estaba realmente muerto.

      Fueron 6 años de ida y vuelta, pero aunque no consiguió nada y solo encontró noticias de su muerte, aprendió el arte de la espada como alguna artilúgia de piratería. También supo de como decayó los Fujiwara, de la traición de Taira y la rebelión del clan Minamoto. Por lo que su objetivo era claro, dirigirse al puerto de Shunan y buscar al resto de su clan, acabar con quienes traicionaron a su familia y tal vez con ello vengarse de la desaparación de su padre.

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      • Exp= 2,970

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        Voluntad= +4 ataque
        Débil= -2 defensa

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      • 12

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      Kaien, hijo menor de los Sabaku, un clan extinto por las secuelas de la guerra se ha dedicado a entrenar de forma vivaz desde una edad muy temprana, siendo acogido por los Taira en un pueblo pobre que había visitado por seguir un par de cuervos que le habían robado el dinero, dinero que había trabajado al pescar y cazar un par de jabalís.

      De cierta forma aquel dúo con el que chocó se interesaron en que alguien tan joven lograse cazar un jabalí sin heridas de magnitud, poniéndolo a prueba con objetivos más complejos que logró alcanzar luego de un par de días intentando, aunque terminando bastante herido, siendo reclutado a la edad de trece años en lo que constató dicho clan como la familia asesinada que perdió cuando aún era un niño.

      Kaien es un hombre sagaz, que se mueve por instinto. Seductor, pícaro, encantador; sin embargo no tiende a ligarse en el trayecto del cortejo, relacionándose mayormente a través de la sensualidad, ya sean conocidos, desconocidos o enemigos.

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      • Exp= 250

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        Nobleza= +1 ataque
        Débil= -2 defensa

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      Besshou es, lo que podrían llamar cientos de años después a su nacimiento y muerte, una máquina automática. Actúa guiado por un extraño instinto que parece guiarlo desde el alba hasta el ocaso; no atiende a las mismas razones que el resto, sino a lo que le predica su subconsciente. Su actuar puede ser tan o más racional que cualquier otra persona, o lisa y llanamente una locura absoluta e injustificada. No persigue sus objetivos como una bestia desesperada, es más bien calmo y metódico, cuestión que le ha costado años poder lograr. En su vida social es muy corregido, educado y cortés; bastante más de lo que se esperaría para alguien de una cuna tan pobre. El saber que trama y que tramará es un misterio hasta para él, si mañana le interesan las nubes tal vez pasado mañana habrá cambiado ese interés por el océano, por tanto es muy fácil verlo vagar de Norte a Sur, de Este a Oeste, simplemente siendo un auditor de su propia y extraña voluntad.

      ¿Que por qué se está apuntando a ser un samurái? Se despertó con las ganas, simplemente.

      De un hogar de campesinos, Besshou robaba en los pueblos para poder satisfacer sus constantes episodios de obsesión. Era un absoluto problema para sus padres, porque su manía le impedía concentrarse en una tarea específica y así poder ayudar a su padre con el campo. Terminó pasando muchos episodios de violencia, tanto de su familia como de externos, por culpa de ser un bueno-para-nada inquieto que lo mejor que sabía hacer era trepar por los muros para huir o robar. Pero así como los dioses quitan, también dan. Un día Besshou se despertó con la idea de pulir su persona, no para evitarse problemas, sino para conseguir sus objetivos más fácilmente. Entre hacerle un favor a un niño inquieto capaz de nada, y a uno silencioso y trabajador, no había por donde perderse. Desde ese entonces, vaga buscando cosas que le interesen...
     
    Última edición: 10 Julio 2022
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