Estación de tren

Tema en 'Accel World' iniciado por Hygge, 9 Noviembre 2017.

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    Nyxbel

    Nyxbel ♣ El Orgen ♣ Game Master

    Sagitario
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    Raven Dragard

    Recibí mis monedas, observé y leí las instrucciones y la manera de jugar. —mmm, esto contiene mucho azar en sí mismo.reproché en mi interior. —No creo tener tanta suerte, confío más en mi habilidad y ojalá me funcione esta vez... observé a los lados y venía uno de los chicos acompañado de una hermosa albina, —debo apresurarme y entregarles el arcade supongo... tampoco es que tenga nada mejor que hacer. — tome la moneda y la introduje dentro del arcade. —Veamos!dije al aire, mientras intentaba un buen resultado.

    ES HORA DEL JUEGO!!! xD
     
    Nyxbel ha tirado dados de 10 caras para Arcade Total: 50 $dice $dice $dice $dice $dice $dice $dice $dice $dice $dice
    Última edición: 19 Noviembre 2017
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    Etihw

    Etihw ghost Comentarista empedernido

    Cáncer
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    Hoshi Mizushima~

    Aunque se echaba para atrás, yo seguía acercándome hacia ella ejerciendo algo de presión. Sí, mi curiosidad era inmensa, y ella se veía algo recelosa en prestármelo. ¡Y no era justo atacarme con unas mejillas tan dulces y esponjosas!

    —¿Un tesoro… invaluable?—Pregunté confusa—. ¡Pero si sólo es un tomo de un manga! No te costaría nada… enseñarme esa tal “sabiduría”—susurré hinchando mis mejillas, dándome por vencida. ¡Sólo por el momento, iba a leer ese manga a cualquier coste!

    Observé con un ligero puchero y el ceño fruncido cómo la muchacha volvía a sentarse en su asiento, tranquila y serena, como si no hubiese pasado nada de nada.



    De verdad que eres una molestia. Piérdete, vamos. Shú, shú.


    Mi boca se abrió un poco, al igual que mis ojos, ante la respuesta. ¿De verdad le estaba resultando una molestia? ¡Pero si sólo quería echarle un vistazo! ¿Cuál era el mal? ¿No es normal… compartir lo que te gusta?

    La observé fijamente durante unos segundos en los que reinó el silencio. Suspiré y sonreí, acercándome de nuevo a ella con cuidado. Rápidamente, con un ligero temor a que me regañase, me senté a su lado.

    —Hey, pero aún no me has dicho cómo te llamas. Y yo así no me pienso ir.
     
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

    Piscis
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    Aki Chigusa

    —¡Ah!— ese fue el patético grito que escapó de los labios de Aki cuando aquella niña, desoyéndola, optó por tomar asiento a su lado—. ¿Se puede saber qué...?

    Hey, pero aún no me has dicho cómo te llamas— fue su respuesta— Y yo así no me pienso ir.

    Y sonreía, tranquila y en paz con el mundo. Aki sujetó con fuerza el asa de su cartera, con frustración. Por un momento se le pasó la idea de usarla, pero decidió que era mejor no hacerlo. Si había tenido aquel efecto en ese chico de cabello blanco... ¿qué clase de daño podría hacerle a una niña?

    Además, ¿por qué tenía tanto interés en ella? Nadie lo había hecho nunca. No era una persona especialmente popular y sus gustos tendían a alejar a la gente de sí, gente que no lograba comprenderla. En cierto modo, que alguien hubiera descubierto su secreto y no la juzgase era reconfortante, pero no era como si fuese a admitirlo en voz alta.

    Desvió la mirada, fijándola a través del cristal. Y optó por cruzarse de brazos en un intento por sentirse menos vulnerable.

    —¿Si te digo mi nombre te irás y me dejarás en paz?— preguntó, pero no esperó ninguna respuesta—. Me llamo Aki. Chigusa Aki. Y tú eres una loli muy pesada.
     
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    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
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    Con el transcurrir del tiempo, el tren finalmente comenzó su ascenso por medio del tramo final del túnel. Los pasajeros, entretenidos la mayor parte, no acabaron por percatarse de la ligera inclinación que este había tomado, y poco a poco la luz artificial que se había estado filtrando por los cristales fue apagándose, a medida que la oscuridad del túnel volvía a sumergir el interior del transporte. Esta fracción de segundo, sin embargo, se sintió más eterna que la anterior. Quizás por el hecho de que el propio movimiento del tren se sentía particularmente lento, y a pesar de vislumbrar poco a poco la claridad del día a lo lejos, las luces del interior no parecieron llegar a encenderse en ningún momento.

    El ambiente en el exterior se sentía enrarecido. La claridad del día que apenas unas horas atrás les había despedido, ahora les daba la bienvenida engullida por un manto gris y triste. Algunos curiosos se asomaron a las ventanas, vislumbrando para su sorpresa un paraje completamente desolado, lleno de una exuberante vegetación que se mecía con el vaivén del viento. A lo lejos, muy a lo lejos, donde las vías del tren se perdían en la distancia, algo pareció captar su atención. Dos pilares metálicos gigantes, ubicados paralelamente pero guardando una distancia prudencial entre ellos, como una suerte de puerta, se erigía ante ellos, dándoles la bienvenida. Y entre ambos, aún al fondo, podían comenzar a vislumbrar lo que parecía ser su destino: el internado Laguna Negra.

    Extrañamente, empezó a haber cierto movimiento al otro lado del vagón. Los empleados y asistentes del tren parecían estar incomodados por algún motivo que se escapaba a su comprensión, y no dejaban de ir y venir entre los distintos vagones. El traqueteo del tren cada vez comenzaba a ser menor, como si las ruedas fuesen perdiendo su energía a medida que se acercaban a aquella extraña zona. Algunos que en ese instante se encontraban usando aparatos electrónicos se sorprendieron al ver como, de repente, estos se apagaban, como si de un cortocircuito se tratase. Incluso las máquinas de arcade sufrieron un apagón repentino, dejando a los jugadores cada vez más contrariados. Por alguna razón, los Neuro Linker tampoco parecieron dar señales de vida, volviendo aquella aura cada vez más misteriosa.

    Aquella situación, por suerte, fue remediada con la llegada a la estación en breve. Minutos después, el tren arribó no sin cierto sobreesfuerzo en su sistema eléctrico, quien casi pareció chisporrotear diminutas chispas. Las luces parpadearon varias veces, sin control. Parecía que algo estaba enrareciendo los aparatos electrónicos. Las puertas del transporte se abrieron lentamente ante las miradas de los presentes, y antes de que nadie diese un paso al exterior, aquel hombre que se encontraba atendiendo el comedor solicitó la presencia de los pasajeros en el vagón principal por medio de megafonía. Se sorprendieron al encontrar al revisor, e incluso al conductor allí, cruzados de brazos y con una mirada severa en el rostro. Como si ya supiesen que aquello iba a pasar, pero siguiesen sin agradarles la idea. El empleado trató de amenizar el ambiente.

    —Tengo la obligación de hacerles saber que, como ya han podido comprobar, este lugar tiene cierta protección contra los aparatos electrónicos. De ello se encargan los pilares que pueden ver en el exterior, rodeando las inmediaciones del internado. Por ello se les pide que no utilicen ninguno hasta que traspasen la zona límite. Aún les queda un pequeño trayecto, pero me temo que el tren no puede aproximarse más a la zona —inclinó su cuerpo en señal de disculpa, e hizo un gesto hacia la puerta de salida, dándoles finalmente el paso—. Podrán recoger sus pertenencias en el internado. Espero que hayan tenido un buen viaje.

    >>El encargado de llevarles les espera fuera.

    Akane, aún boquiabierta al observar el enorme lugar al que se dirigían desde su ventana, comenzó a encaminarse hacia la salida, tras hacerle un ademán a sus acompañantes para que se acercaran. En efecto, un hombre les aguardaba en el exterior, a la espera de que todos se encontrasen allí para comenzar el viaje. La pelirroja necesitó reordenar su cabello como pudo al poner un pie fuera del transporte, pues la fiereza del viento casi lo desordenaba por completo.

    Aquel ambiente, para Akane, parecía digno de una película de terror.

    A partir de ahora iré poniendo banda sonora a ciertas partes del rol <3 Pronto crearé un tema recopilatorio igual, me moría de ganas por implementarlo (? rapuma Nyxbel Noir Amane medusgamerXD Xeon Lariebel Nekita Allister Lunalight Cat Reual Nathan Onyrian Yáahl Narue Feiler Rider Bruno EVF Raiven Lucas Diamond Gamenor Neru SweetSorrow Noir Rein Morde
     
    Última edición: 21 Noviembre 2017
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    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

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    Jack Atkinson

    En el momento en el cual me apoyé sobre la barra, fui notando que las luces se iban apagando de a poco. Al principio no le di mucha importancia, pensando que podía incluso tratarse de un desperfecto, pero luego, el lugar fue engullido nuevamente por la oscuridad. Esta vez la sensación fue distinta a la anterior. La luz mortecina de afuera fue iluminando el interior de a poco, pero las luces del tren seguían sin prenderse.

    Me acerqué lentamente a la ventana, para poder observar. El día parecía haber mutado, de una clara y azul alegría, a un tristeza gris y aplastante. El paisaje se encontraba completamente desolado, cubierto todo por una exuberante y lasciva selva, que se sacudía al viento feroz. A lo lejos, dos enormes columnas metálicas parecían formar un portal de bienvenida, y en la distancia, se podía vislumbrar nuestro destino.

    Sentí como los pelos de mi nuca se erizaban. Por alguna razón, mi instinto me advertía sobre ese lugar. Mi semblante cambió. Ya no tenía aquél rostro alegre y curioso que había mantenido hasta recién. Mi cara se había transfigurado en un rostro serio. Varias personas me habían dicho que mi rostro serio les causaba miedo, o al menos, una sensación inquietante. Miré mi reflejo en el espejo. Este lugar me causaba muy mala espina.

    Esa sensación se acrecentó cuando, al pasar por los pilares, el Neuro Linker que tenía implantado cesó su funcionamiento de repente. Pude notar como los asistentes y empleados del lugar se movían inquietos, incómodos, por algún extraño motivo, que los hacía ir de vagón en vagón. Miré al resto de mis compañeros, y vi que varios se habían asomado a las ventanas para observar el lugar. Había muchas expresiones de asombro y muchas bocas abiertas en sorpresa. Pude notar como Beatriz se había acercado a mi lado, mirando también por la ventana. La miré y le sonreí, cambiando momentáneamente mi rostro, para intentar tranquilizarla, si es que fuera necesario.

    Pero al segundo de llegar a la estación, las luces comenzaron a parpadear de forma incoherente, como si lo que fuera que hubiera afectado al Neuro Linker también hubiera perturbado al tren. La voz de un empleado se escuchó por el megáfono, requiriendo nuestra presencia en el vagón principal. Allí nos esperaba el revisor y el conductor, con el semblante serio y los brazos cruzados. Al ver aquella disposición, y al escuchar sus palabras, mi rostro volvió a transfigurarse a aquella expresión severa.

    Salí del tren, al mismo tiempo que lo hacían todos. El viento azotaba mi cara y hacía que mi cabello enloqueciera, moviéndose de forma errática en todas direcciones. Un hombre se encontraba allí afuera, esperando a que todos descendiéramos del tren. Oteé la estación, y lo que podía ver del lugar, y un leve gruñido salió de mi boca. El hecho de pasar mucho tiempo en la calle y saltar de techo en techo había agudizado mi instinto, y me había enseñado que debía confiar bastante en él. Y mi instinto me decía que aquél lugar era demasiado extraño.

    Bruno EVF Rein
    Perdón por adelantarme a las respuestas de sus personajes, pero la escena daba muy justo para mostrar un aspecto de Jack, y no podía desaprovecharla jeje.
     
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    Raiven

    Raiven Usuario popular

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    DEVON

    En compañía de Akane y Clifford disfrutando de las máquinas y comiendo los riquísimos bocados que había en el vagón, toda la diversión se acabó cuando entramos en una zona algo raro y peculiar, en ella las cosas empezaron a enloquecer las luces, los arcade parecía algo de terror el tren bajando de velocidad mientras se reflejaba unos que otros chispazos, me alarme de lo sucedido y me puse a la defensiva y observando claramente a mi al rededor.
    Me tranquilice cuando nos dieron la orden de ir al vagón principal tal vez tenían una especie de defensa especial ese vagón pensaba, al llegar estaba el maquinista y el otro hombre que habíamos visto al principio, la puerta del vagón estaba abierta las personas allí explicaron claramente lo sucedido y de por que debíamos ir¿ caminando ? Todo estaba claro no se podía usar nada electrónico. La bella Akane salió primera dándonos señas para que la sigamos me puse a su lado esperando a Clifford *Pero está chica siempre se adelanta, si es así en los juegos deberia tener mucho cuidado * pensé mientras sonreí .
    El lugar era inmenso pero creo que quedó ya claro con lo sorprendida que estaba Akane.
    —¿Bueno señorita seguimos avanzando?se encuentra bien?— pregunté lo último, tal vez quedó impactada por lo sucedido sin aviso previo de lo que iba a suceder.

     
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    Xeon

    Xeon Entusiasta

    Escorpión
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    Solomon Soudam

    El instante en el que mi reproductor de música comenzó a fallar me tomo por sorpresa, algo extraño estaba pasando en el tren y al estar completamente aislado la sorpresa fue mayor, me quite los audífonos ya que temía que lo que sea que estuviese ocurriendo pudiese dañar el aparato y lo apague casi de inmediato.

    Las sacudidas del tren me invitaron a buscar una de las ventanas para buscar respuesta y lo que vi por la ventana no respondió a nada, había una exuberante cantidad de vegetación pero eso no respondía el porque de la falla de los aparatos, mas sin embargo aquel paisaje me resultaba muy interesante, apartado, inhóspito, inexplorado. Realmente algo que valía la pena ver.

    El tren parecía quejarse entonces con cada kilómetro que avanzaba y los últimos minutos del recorrido sencillamente me resultaron mas cansinos de lo que había esperado. Pero rápidamente al terminar los anuncios de los trabajadores del lugar me calme y salí del tren, aun quedaba algo mas de camino para llegar a nuestro destino y tristemente esta vez no tenia música para evitar el contacto humano, lo cual reflejaba en mi cara una molestia y un desprecio primitivo y por aquellos pilares de interferencia.
     
    Última edición: 20 Noviembre 2017
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Aki Chigusa

    Repentinamente las luces del interior del tren empezaron a parpadear para después apagarse de forma repentina. Aki alzó la mirada, como buscando la respuesta en el techo del vagón.

    —¿Qué co—?—musitó, frunciendo ligeramente el ceño en confusión. Su voz fue ahogada por un repentino quejido al mismo tiempo que un agudo pitido hacía chirriar sus tímpanos—. ¡Kyah~! ¡Mi Neuro Link!

    Se llevó la mano al cuello y posteriormente a los oídos, dolorida. El pitido pareció cesar paulatinamente, pero el dolor permaneció un par de segundos. ¿Qué demonios había sido eso?

    Posteriormente regresó la vista a la ventana al percibir el ajetreo del interior. Los trabajores del tren se movían erráticamente de un lado a otro a través de los vagones, como asustados. Un escalofrío recorrió su espalda.

    Aún dolorida y apretando los dientes, Aki fue testigo de la escena exterior. Afuera el cielo tenía un desagrable y mortercino color ceniza. La vegetación, exuberante, se mecía embravecida y errática con el susurro del viento.

    —¿Esto es culpa tuya?— le preguntó a su compañera de asiento, acusadora—. Oh, ya sé. ¿Eres un androide o algo así y de alguna forma estás interfiriendo en el campo magnético del tren?

    No tuvo tiempo de obtener respuesta. Se incorporó casi de un salto, sujetando con fuerza el asa de su cartera escolar. Fue entonces cuando las ruedas del tren se detuvieron y fue tan repentino que Aki tuvo que apoyarse en el asiento del frente para no caer al suelo. Iba a maldecir con todo lo que tenía, cuando la voz mecánica y severa de un hombre se oyó a través de megafonía, indicándoles que se acercasen a la salida del tren a través del vagón principal. Un empleado aguardaba allí.

    Aki tardó un poco en recuperar el equilibrio. Chasqueó la lengua con frustración.

    Tengo la obligación de hacerles saber que, como ya han podido comprobar, este lugar tiene cierta protección contra los aparatos electrónicos— informó el empleado— De ello se encargan los pilares que pueden ver en el exterior, rodeando las inmediaciones del internado. Por ello se les pide que no utilicen ninguno hasta que traspasen la zona límite. Aún les queda un pequeño trayecto, pero me temo que el tren no puede aproximarse más a la zona. Podrán recoger sus pertenencias en el internado. Espero que hayan tenido un buen viaje.

    —Estaba siendo un buen viaja hasta que sus estúpidos pilares me rompieron los tímpanos, gracias~fue lo único que dijo, sonriendo falsamente, antes de bajar del tren. Por supuesto, se aseguró de mantener su preciada cartera bien sujeta todo el tiempo. Era una suerte que prefiriera tener sus mangas en físico. Si fueran electrónicos y sufriesen algún daño... seguro los demandaba.

    >>El encargado de llevarles les espera fuera.

    El viento era feroz y su cabello, suelto, le azotaba el rostro constamente... Hacía un frío horrible.

    —Este lugar da repelús— se dijo a sí misma—. Déjame adivinar... ¿ahora es cuando empezamos a matarnos entre todos como en Another?
     
    Última edición: 21 Noviembre 2017
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  9.  
    rapuma

    rapuma Maestre

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    Esera Santos

    Esperó pacientemente minutos, incluso creía haber llegado a la hora. Pero era tiempo, la máquina estaba despejada y ya le había cogido la mecánica al juego. Todos los arcade siempre seguían un patrón similar: juegos monótonos para pasar el tiempo. Colocó su ficha y cuando apenas tocó la palanca para empezar la pantalla se volvió negra y la luz del comedor se apagó por completo. Esera maldijo y golpeó la máquina al costado.

    ¡Não pode ser! que injustiça... —dejó la máquina sola para evitar que le echen la culpa y se acercó a la mesa donde la comida aún estaba lista para los más golosos. Esera, en plena oscuridad, paseó la mano por la comida y siguió comiendo. Quizá lo mejor sería guardar un poco de ese pan tan rico que estaba comiendo. Era dulzón, justo como a él le gustaba. Tomó cinco, seis panes y los escondió en los bolsillos de su pantalón, que eran tan holgados que entraban perfectamente. Siguió comiendo unas patatas fritas y caminó a tientas hacia la barra. Chocó una silla y sintió que la desplazó por el camino; siguió caminando, con los brazos extendidos para evitar chocar con una columna, y cuando la corriente volvió nuevamente, se encontró con las manos alrededor de la cintura de Nisha. Esera se volvió un marrón oscuro y retiró las manos rápidamente. —A luz ... bem, eu não vi... —fue consciente de que hablaba muy rápido y seguro ella no entendería. Sonrió con vergüenza. —Siento. —dijo y se alejó torpemente, no sin antes tomar una coca-cola de la barra.

    Bajó del tren, sumamente acalorado y tardó en bajar las revoluciones de su corazón. Cuando lo logró, sintió el frío y el desolado paisaje que se vestía frente él. No estaba más en Brasil, donde el clima era tropical todo el año. Odiaba el frío.
     
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  10.  
    Bruno TDF

    Bruno TDF Usuario VIP

    Libra
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    Beatriz

    Cuando Jack se alejó a lo largo de la barra, me pregunté qué elegiría para nosotros.Me preocupó que fuese algo que no me gustara, ya que era demasiado torpe para disimular cuando un sabor no era de mi agrado; siempre cerraba los ojos con mucha fuerza, mientras la punta de la lengua se escapaba ligeramente de entre mis labios apretados. Me puse tensa al pensar que podría hacer esa expresión tan embarazosa delante de Jack y nuestro nuevo acompañante que…

    Tragué saliva al ser repentinamente consciente de que me habían dejado a solas con el chico de los cabellos blancos. Miré de reojo, una vez, dos veces, siete veces, sin que él se diera cuenta. Pero no se me ocurrió nada para decir. Pensar sobre lo anterior me impedía pensar algo tan sencillo como preguntarle su nombre. De modo que sólo atiné a jugar con un mechón de mi flequillo, otra vez, mientras me sentía frustrada.

    Por suerte, Jack no tardó en regresar para permitirnos del incómodo silencio. Vi que le daba al otro chico un cóctel de frutas. Acto seguido, los Ojos Soleados me miraron al tiempo que se elevaba entre nosotros el aroma de un té.

    Y para ti, recuerdo que te gustaban las cosas calientes y dulces. No sabía si traerte una chocolatada caliente, y había demasiados gustos de té, así que agarré uno al azar. Espero que sea de su agrado, milady.

    Asentí en silencio y tomé entre mis manos la taza humeante. Había girado la cabeza hacia un costado, avergonzada y nerviosa de que me hiciera reverencias y me llamara “milady”. Cuando me atreví a mirarlo de vuelta, Jack se había apoyado en la barra. Sentí un sonoro crack, que coincidió con un movimiento de su cuello. No lo niego, en ese momento pensé que se había roto lo poco que le había quedado sano tras el incidente con el asiento, hasta que la sonrisa de él sirvió para darme cuenta de que estaba exagerando hasta la tontería. Ruborizada, di un sorbo a mi té.
    Un sabor único inundó mi paladar. Era muy, muy intenso. Tal vez demasiado para lo que podía soportar. No me animé a bajar la taza del todo para que no se viera del todo mi rostro, aunque no tardé en acostumbrarme a esta nueva experiencia. Al final, sí, bajé la taza del todo y suspiré, con una ligera sonrisa en el rostro. No estaba mal, ¿qué sabor era? Tomé impulso para preguntarle a Jack mirándolo a los ojos pero…

    Fuimos envueltos por la oscuridad.

    Que todos desaparecieran de mi vista tan repentinamente me asustó. La misma reacción tuve la primera vez, cuando el tren descendió hacia el túnel del océano. Pero esta vez, cuando todo regresó a la normalidad, no hubo luz que nos iluminara. Tan sólo nos acompañó el tenue color de las nubes que, al otro lado de las ventanillas, se alzaban sobre un paisaje de vegetación salvaje. Nubes tenues, grises y tristes. Igual que mis Ojos Nublados.

    Me di cuenta: todo a mi alrededor se tornó extraño. Jack, de pronto, comenzó a alejarse hacia una ventana. Me quedé viendo cómo se iba, extrañada por su repentino silencio. Un escalofrío, sin previo aviso, me recorrió la espalda. Me sobresalté ligeramente por la sensación. El té se sacudió entre los bordes de la taza, hasta que una pequeña cantidad de derramó sobre mi zapato.

    ¡Iiih! —exclamé.

    En una situación común… me habría ido de allí por la vergüenza de que el chico de cabellos blancos me hubiera visto en una situación tan torpe y penosa. Pero me sentía preocupada y, por algún motivo, tenía miedo. Además, Jack seguía en la ventana; su actitud también había cambiado mucho de pronto. Eso tampoco me parecía una señal tranquilizadora para lo que estaba ocurriendo.

    Con movimientos cautelosos, dejé la taza sobre la barra y me aproximé hasta donde estaba él, parándome a su lado. En ese momento vi dos enormes columnas de metal y, sin previo aviso, mi Neuro Linker sufrió una interferencia. Empecé a respirar pausada y profundamente. Pero ni siquiera la sonrisa de Jack, sirvió, en esos momentos, para apartar el miedo de mi mente. Las luces parpadeaban a nuestro alrededor yo sólo… me frotaba las manos con ansiedad. Sin querer mirarlo. Sin querer preocuparlo.

    La cosa no mejoró cuando nos habló el empleado. ¿Por qué querría el internado protegerse de los aparatos electrónicos? ¿En qué viajaríamos ahora, a falta de tren? ¿Qué estaría siendo de nuestras pertenencias? Tantas medidas de seguridad resultaban muy inquietantes y a mí, que era tan sensible con las contrariedades, seguramente me afectaba más que a los demás.

    Seguí a Jack cuando salió del tren. Alcé la cabeza, mi rostro tensado por el temor, hacia el chico de los cabellos blancos, que se había quedado en la barra. Con un tímido gesto de la mano, le pedí (o casi supliqué), que nos siguiera. Afuera, el viento soplaba con fuerza inusitada. Mis cabellos iban a quedar más despeinados de lo normal, si es que eso era siquiera posible.

    Tironeé de la manga de Jack y le hablé por lo bajo:

    ¿E… Estás bien?

     
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    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Nisha Desrosiers.

    Estaba tan absorbida por el ambiente del comedor que a pesar de que la oscuridad fue llegando de forma gradual, no tanto como el apagón e interferencia de las máquinas, no pude evitar dar un respingo cuando la oscuridad nos envolvió del todo. Por suerte ya no tenía nada en las manos, porque era casi seguro que lo hubiese tirado.

    Sentía el corazón agitado dentro del pecho y el repentino tacto en mi cintura no me ayudó mucho, ahogué un grito y a pesar de que me habían soltado me aparté aún más. A mis oídos llegaron las que imaginé eran palabras de disculpa de Esera, pero de repente la sangre latía en mi cabeza y no fui capaz de prestarle la atención que ameritaba el caso.
    No era la misma oscuridad que la primera vez, ya no era mágica ni sería iluminada por el azul eléctrico del túnel bajo el océano. No. Esta oscuridad parecía el anuncio de algo espantoso.

    Salí del comedor con prisa, atendiendo a la voz robótica casi de forma inconsciente, intenté no arrollar a nadie en el proceso pero sentía que me estaba ahogando allí. No podía pensar con claridad.

    Cuando al fin nos permitieron salir, el viento me golpeó el rostro con fuerza y, mezclado con el pánico que había empezado a crecer en mi interior, me robó el aliento por un momento. Contradiciendo mi propia naturaleza, me acerqué a quienes ya estaban allí en vez de permanecer apartada, en búsqueda de la seguridad del grupo. Sin embargo, no podía dejar de pensar en que finalmente nos matarían a todos y nadie se daría cuenta. Era una de tantas posibilidades.

    Me ajusté la gabardina como había hecho antes de abordar al tren, pero ahora fue porque el frío era realmente horrible, y crucé los brazos sobre el pecho, paseando mi mirada nerviosa por cada uno de los allí presentes. Era notorio que a ninguno le parecía bueno lo que estaba pasando.
     
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  12.  
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

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    Jack Atkinson

    El viento aullaba en mis oídos, como un espíritu en pena, augurando malos presagios. La fría corriente ingresaba por las rodillas rotas de mi jean y los huecos en mi remera, haciendo que el vello de mis brazos y piernas se erizara. Sin embargo, estaba tan concentrado en el hombre que tenía al frente que mantuve una posición estoica, ajeno al frío que recorría mi cuerpo. Lo observaba de manera severa, manteniendo mi rostro serio, casi sin pestañar. ¿Qué querían de nosotros? ¿Tanto secretismo necesitaba esta institución?

    Tan absorto estaba, que apenas noté que me tironeaban de la manga. Escuché una suave voz por lo bajo, que acarreaba una pregunta, casi tapada por el ulular del viento:

    ¿E...Estás bien?

    Miré de soslayo quien se me había acercado. Beatriz se encontraba allí, con sus cabellos desordenados siendo despeinados todavía más por el viento. Se la veía bastante preocupada, y también asustada. Meneé la cabeza, para quitarme de encima la severidad del rostro. Compuse una sonrisa tranquilizadora, y le hablé, en tono calmado:

    Sí, sí. Todo bien. Discúlpame por haberme ido tan de repente. No estuvo bien dejarte sola.—luego agregué, con un dejo de curiosidad.— Me quedé con la duda, ¿te gustó el té de manzanilla con rosa mosqueta? A decir verdad no lo agarré tan al azar, lo tomaba cuando era joven. El aroma siempre me tranquilizaba, por alguna razón.

    Después de hablar la miré a los ojos, y me perdí un segundo en ellos. Lo hice de forma inconsciente. Tal vez necesitaba ver algo de luz, algo de inocencia en aquel lugar de frío estoicismo y oscuros secretos. Sus ojos nublados. Como el cielo. Alcé mi mirada. No. Sus ojos no eran como el cielo. Beatriz tenía ojos de un gris agradable, tranquilo, que invita a sentarse y relajarse, leyendo algo al lado de la ventana. En lo ojos de la muchacha se reflejaba todo lo bueno de los días nublados. En cambio, las nubes de ese cielo tenían otro gris. Era un gris pesado, cargado de tormentas. Un gris que traía malos presagios. Ese gris indicaba desesperación y pérdida. Indicaba miedo. Ese día era todo lo malo de los días nublados.

    Volví a mirarla. Necesitaba proteger esos ojos. Las nubes de su mirada no podían corromperse con el gris del cielo. Su inocencia no podía quedar eclipsada con la sensación siniestra del lugar. Me acerqué a ella y me puse a su lado, de forma protectora. Si hubiera podido, la hubiera rodeado con un brazo. Mi expresión severa volvió, mientras mi mirada se paseaba por la estación, y volvía a posarse en el hombre que nos esperaba. Me quedé así, desafiándolo con la mirada, desafiándolo a que se atreviera a hacer algo. Tal vez hice todo eso de forma inconsciente, no sabría decirlo. Lo único que si sabía, era que tenía que proteger esos ojos.

    The plot thickens... (?
    Y vamos a agregar esta carita, porque se me pintó :3
     
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    Lunalight Cat

    Lunalight Cat yolo

    Libra
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    En el viaje de pronto las luces se apagaron , me recuerdan a lo que ocurre después una gran explosión de destrucción , increíble

    Es curioso lo que me eh perdido en buen tiempo pero ahora es tiempo de recuperarlo , el tren se desviaba y seguía avanzando hasta que nos indicaron que podíamos bajar y recoger nuestras cosas en el internado

    Vi a dos personas a lo lejos creo que escuché sus nombres , Beatriz y Jack , al parecer se sentían incómodas , veía nervios en sus ojos que no pude evitar acercarme un poco , bueno en realidad demasiado

    —hey!! , no se pongan así ahora , !!no es divertido si no soy yo quién causa esas miradas de miedo y desesperación!!

    Suspiré por lo bajo mientras tocaba mi cabeza para que no me doliera , mmmm , cada vez este lugar me llama más la atención , tanto misterio no es muy divertido que digamos

    Empecé a caminar algo lejos mientras mi mente era una completa confusión y desastre pensando en mi próximo plan
     
  14.  
    Ikoma-kun

    Ikoma-kun Rolero, dibujante

    Virgo
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    Cliford Dreiker

    En tanto pasaba un buen rato en compañia de Akane y Devon...creo que se llama así, planee el retarlos en los demás juegos pero de repente.

    —¡Madre mia!—exclame en voz alta, todoxen el tren empezo a fallar y una algarabía se apodera de todos, rapidamente guarde mi compostura y tome una bocanada de aire.

    —Genial ahora el Neuro linker fallo.

    Todo parecia tener una ligera avería, camine hasta donde pudieran estar los empleados hasta que pude constar que este oscuro lugar, a mi parecer algo extraño pero comodo.
    Segui en cuanto pude a Akane y a Devon, bueno al fin estoy aqui en el internado Laguna negra lo interesante puede empezar pronto.

    —Que pena el no tener tiempo para lo demás —lamente por lo bajo mientras di un último vistazo a los arcades y tomar rumbo al exterior.
     
    Última edición: 21 Noviembre 2017
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  15.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
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    Los estudiantes acabaron por congregarse alrededor de aquel hombre en cuestión de minutos, bajo el frío de aquella tarde nublada. Este, inamovible, parecía seguir los movimientos de todos y cada uno de los jugadores que iban bajando del vagón, sin perder cuenta de ninguno. Quizás, tratando de no perder a ninguno por el camino, pues lo cierto era que el número de presentes era bastante amplio. El último de ellos en salir fue un joven de cabellera y orbes azabaches, quien no parecía tener prisa en hacer esperar al resto por lo que su expresión irradiaba. Con las manos en los bolsillos de su pantalón y una mirada que desprendía desdén hacia todo a su alrededor, se encaminó con un vago gesto hacia donde la multitud aguardaba. El hombre soltó un suspiro tras hacer el último conteo.

    —Bien, creo que ya estamos todos —carraspeó, captando la atención de los presentes. Procuró alzar la voz, haciéndose oír por encima del viento—. El complejo del internado tiene su acceso a través de aquellas compuertas que ven frente a nosotros. A medida que vayáis pasando por la zona límite se os identificará a través de vuestro Neuro Linker de manera automática. Las interferencias dejarán de hacer efecto por ese entonces, no se preocupen.

    Y en efecto, aquel sendero que les distanciaba de las inmediaciones del internado, un camino rodeado de árboles que se mecían embravecidos debido al tiempo, eran su último obstáculo antes de llegar a aquellas particulares puertas de acceso. El tren emprendió su marcha de regreso a sus espaldas, y el grupo de estudiantes se puso en camino, con aquel hombre dirigiendo al frente. Akane se giró en ese entonces hacia Devon, deteniéndose mientras los jugadores seguían al encargado, y aguardó en silencio hasta que Cliford les hubo alcanzado. Entonces cuando los tres se reunieron les dedicó una sonrisa a ambos, haciéndoles ver que todo estaba bien, que no había nada por lo que preocuparse. Con las manos tras la espalda emprendió el camino junto a ambos, con su mirada cargada de curiosidad siempre al frente.

    —¿Es demasiado extraño que esté más emocionada que preocupada por todo esto? —murmuró entonces de tal forma que solo pudieran escucharla ellos, con una pequeña risa nerviosa de por medio—. La mayoría parece más desconfiada que otra cosa, y es normal, todo esto da mal rollo... Y el ambiente no ayuda mucho, la verdad. Pero aún así, ese aura de misterio me resulta muy atrayente. Quién sabe.

    —No intentes sacar de un internado ordinario lo que no tiene —gruñó entonces una voz masculina, que justo pasaba por su lado. La joven dio un brinquito, haciéndose a un lado, mientras reconocía a aquel joven de cabellos azabaches y mirada indiferente. Era el mismo que había tardado en salir del tren. Y a pesar de hacer un ademán de intentar responderle en un intento por aliviar el ambiente, Akane enmudeció al ver como este seguía su camino sin voltear en ningún instante hacia ellos, perdiéndose entre el resto de alumnos.

    —V-vaya... Parece que hoy no es su día —intentó excusarle, rascando su mejilla con nerviosismo. En realidad, parecía del tipo de persona que nunca era su día.

    A medida que se acercaban, pudieron contemplar cómo un muro metálico de medidas considerables rodeaba lo que parecían ser las inmediaciones del complejo, siguiendo la forma que realizaban los pilares de metal. Por ello, aún no eran capaces de ver su interior, pero su atención se centró en una especie de puertas de metal que se asemejaban a un punto de peaje común y corriente. Allí un asistente parecía estar aguardando para abrirles el paso. Una vez el hombre que los acompañaba dio vía libre, este dejó abrir el acceso, dejando ver un especie de sensor en la parte superior de la puerta. Quizás era eso a lo que se refería, al registro automático. Una vez completado, se les permitiría el acceso al complejo.

    —¿Huh? ¿Y eso? —murmuró Akane, señalando disimuladamente la parte superior de aquellos pilares. Parecían irradiar una especie de luz... Eran colores. Colores que iban alternándose cada ciertos intervalos de tiempo. Qué curioso.

    La voz del encargado captó su atención. Poco a poco cada alumno debía ir pasando por el punto de acceso, aguardar unos segundos hasta que la luz del sensor se tornase en verde y con ello el registro estaría listo. Sin embargo, mientras estos iban pasando, fueron notando uno a uno el mensaje de que habían recibido un nuevo archivo. Su Neuro Linker ya funcionaba, sí. Pero, ¿qué era eso?

    "Archivo BB2039.exe".

    Medus me avisó de que ya no podrá participar en el rol, por lo que decidí con su permiso hacer de su personaje Onyx un Npc, para evitar desordenar las cosas ><
     
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    Morde

    Morde Dragón con caverna

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    Los chicos estaban tardando demasiado, así que me acerqué y pedí algo ligero para comer, como era un sándwich. Apenas acababa de comérmelo cuando empecé a notar que el tren empezaba a subir. Y a partir de ahí, comenzaron a ocurrir cosas extrañas. Primero, las luces se apagaron. Después, el tren comenzó a atravesar un paisaje verde pero al mismo tiempo lóbrego, desde el que se distinguía lo que parecía, al fin, la puerta del internado. Los empleados del tren parecían nerviosos. Y después, el terrible pitido que señalaba que el Neuro Linker estaba fallando

    — Mierda —quise decir únicamente para mí mismo, pero el tono de voz se me escapó

    Las luces y otros aparatos eléctricos se comportaban de un modo extraño, pero al menos el tren ya se había detenido en tierra firme. Un empleado nos reunió a todos y nos explicó la situación para después comenzar a salir. Lo seguí junto con todo el grupo.

    Nos explicaron después que las compuertas que se veían a lo lejos eran, efectivamente, la entrada, y que los aparatos electrónicos volverían a funcionar una vez estuviéramos identificados. Tendría que soportar aquel pitido infame un rato más, por desgracia. Durante el camino, era tal la fascinación por lo que me rodeaba que no era capaz de siquiera intentar decir nada a nadie. Había una parte de mí pidiéndome que me colara en el tren y volviera a casa, pero decidí que ya no había marcha atrás. Y ya no la hubo más cuando llegué con el grupo a la compuerta.

    Había un sensor en el que había que detenerse a la hora de pasar. Lo hice hasta que la luz se tornó en verde y noté que había recibido un archivo:

    "Archivo BB2039.exe".

    La pregunta era superflua así que no la formulé en voz alta, pero la mantuve en mi interior. ¿Qué diantres era aquello?
     
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    Raiven

    Raiven Usuario popular

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    Todos a la par esperando a que saliera el último chico, no le di importancia ya estaba en mi grupito de dos personas no será mucho pero me sentía bien con ellos, Akane no había respondido a mi pregunta pero pude observar que estaba bien de hecho no parecía preocupada ni un poco. Mientras caminaba pensaba en que no me había dado cuenta que el neuro linker no funcionaba, es un aparato nuevo para mí y aún no me acostumbraba a ello, estaría bueno que pudiera reproducir algo de música. Me gusta escuchar música mientras juego y ahí está el problema olvidé el MP3 en mi habitación, aún que supongo que en el juego podré conseguir uno, o tal vez no valga en nada por que esta vez estoy bien acompañado...
    Distraído mientras caminaba y pensaba Akane se para justo en frente mío con su carita de simpática la quedé mirando a los ojos, haya que se acercó Clifford, y seguimos el curso pero ya un poco más alejados de los demás , la chica había murmurado algo por lo cual solo nosotros escuchamos.

    Pasó a paso nos acercábamos a una especie de entrada futurista, ya parecía cada vez más raro, tanta seguridad solo por un juego ?? No podría haber hecho una edificio grande en la ciudad para esto?. Parecía como si ocultaran algo mucho más grande eh importante algo ultra secreto claro estaba.. pero que sería ?, Mi cara cambio algo serio mientras pensaba en muchas cosas eh intentando comprender todo este lío .
    Llegando al lugar nos dieron instrucciones sobre esa puerta, sin pasar mucho tiempo un chico pasó por esa puerta, hasta que una luz verde dió el ok.
    —Bueno esto es raro pero ya estoy acá, vamos chicos?— dije a mi grupo y avancé a la puerta, quieto y nervioso espera la luz verde veinte segundos fue lo que tardó ni bien dio la luz verde pasé al otro lado, la neuro linker empezó a sonar como si estuviera iniciando tras de eso recibo un archivo

    "Archivo BB2039.exe".

    ¿Y esto? .

    —Mmmmm.... Disculpe ¿Usted ya lo abrió?— pregunté aquél chico que había pasado primero, mientras esperaba a mis amigos .....

     
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  18.  
    Morde

    Morde Dragón con caverna

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    —Mmmmm.... Disculpe ¿Usted ya lo abrió?

    Aquella pregunta me sobresaltó y me giré para ver de dónde procedía aquella voz. Se trataba de un chico de pelo oscuro y ojos azules, no demasiado más alto que yo. Supuse que había estado en el tren aunque no lo había visto hasta entonces

    — Aún no —respondí—, pero me gustaría saber qué es. Puedes tutearme, por cierto

    Me resultaba muy extraño que me trataran de usted porque nadie lo había hecho desde la última vez que había salido mi habitación...
     
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  19.  
    Xeon

    Xeon Entusiasta

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    Solomon Soudam

    La gente se aglomeró mientras pasaban uno a uno por aquel extraño dispositivo, llego mi tuno y al igual que todos nada mas allá de ese extraño ejecutable apareció.

    Mire el archivo y sin mucho mas que pensar sencillamente lo ejecute a la espera de saber que ocurría. Entonces espere
     
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  20.  
    Nyxbel

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    Pasaba el tiempo mientras yo observaba complacido a través de las ventanas deñ tren, el cual luego de algunos minutos comenzó a realizar un ascenso, aparentemente, por el tramo final del túnel. Pude percatarme de la inclinación que éste estaba tomando, y por dichas ventanas se podía observar esclarecerse poco a poco el ambiente submarino. —Vaya! ya llegaremos a la superficie.comenté, mientras de pronto la poca luz comenzaba a apagarse y volvíamos a un túnel.

    Sentía como el tren bajaba su velocidad poco a poco, y a lo lejos se vislumbraba una tenue luz. Al poder observar el exterior, el ambiente parecía triste y la tarde estaba llegando y arropando el exterior con su oscuridad. Un apagón momentáneo alarmó a algunos presentes, los aparatos electrónicos comenzaron a fallar, hasta el propio tren. Adelante, dos columnas nos daban la bienvenida y a lo lejos parecía encontrarse el internado.
    Antes de salir por la puerta, el encargado nos aclaró la situación. Tengo la obligación de hacerles saber que, como ya han podido comprobar, este lugar tiene cierta protección contra los aparatos electrónicos. De ello se encargan los pilares que pueden ver en el exterior, rodeando las inmediaciones del internado. Por ello se les pide que no utilicen ninguno hasta que traspasen la zona límite. Aún les queda un pequeño trayecto, pero me temo que el tren no puede aproximarse más a la zonapidió disculpas y nos cedió el paso para desbordar la unidad. La pelirroja se adelantó casi por inercia, mientras con ella se unían dos chicos. Al acercarme a la puerta, la fuerte brisa comenzó a mover mi cabello. —LO MEJOR DE LA TARDE ES ÉSTO!!!. —grité, mientras alzaba mis dos brazos y dejaba la brisa golpear mi rostro mientras que a la vez, respiraba profundamente a todo pulmón.
    Luego cogí mi equipaje, me coloqué mis lentes de sol y procedí a caminar con el grupo de aventureros.

     
    Última edición: 23 Noviembre 2017
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