de Inuyasha - Estúpido.

Summary: Inuyasha siempre se arriesga en las batallas con tal de proteger a sus amigos, y eso es algo que a Kagome siempre le ha parecido estúpido. Se supone que ellos están juntos en eso y si tenían que combatir hasta a la mismísima muerte, lo harían pero juntos.
Advertencia: Diremos que Sango y Miroku estaban luchando por allí, contra otros yokais X, y que Shippo se quedó con Kaede. En el FF no entraremos en muchos detalles sobre la situación que llevó a lo próximamente narrado, por lo que, mis queridos lectores, les daré vela para que imaginen lo que pasó y nos llevó a lo siquiente.
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Estúpido.

Abrazada a él dejó que las lágrimas corrieran. El miedo que había sentido segundos atrás se desvaneció levemente cuando sintió que él correspondía a su abrazo y murmuraba, con las mejillas sonrojadas, un pequeño '¡Keh!'

Levantó el rostro encontrándose con aquellos ojos dorados. Detalló su rostro: hermoso y con unos pequeños rasguños que, para cuando llegaran a la aldea de Kaede, habrían desaparecido.

— ¡Tonta! Ya deja de llorar. Estoy bien —dijo él con una voz… suavemente ruda. Era una combinación extraña, pero así era él, ¿no?

Por unos segundos su imaginación voló pensando que se debía a su naturaleza de medio demonio: Su parte humana hablaba dulcemente y su mitad yokai exigía más restricción de los sentimientos, por lo que los resguardaba bajo el tono rudo.

Sacudió la cabeza, para dejar de distraerse y centrarse en lo que era verdaderamente importante. Lo observó: No llevaba la parte de arriba de su traje rojo, puesto que ella lo tenía puesto. Él se lo había dado para protegerla, de modo que sólo tenía puesta aquella tela blanca que estaba cubierta de sangre. Su sangre. La de él.

Acercó su mano hacia su pecho, tocando el líquido rojo vital que yacía seco encima de la prenda que lo cubría y, de un momento a otro, sintió la furia que la invadía, mientras más lágrimas luchaban por salir.

Levantó el rostro una vez más, con las mejillas sonrojadas de la rabia.

— ¡Eres un estúpido! —Gritó— ¡Pudiste haber muerto! ¿Por qué siempre tienes esa ridícula manía de querer hacer todo tu sólo? ¡¿Es que no entiendes que estamos juntos en esto?!

Su voz haciéndose más fuerte a medida que hablaba dejó al híbrido con los ojos abiertos por la sorpresa, para luego suavizarse y mirarla con aquella ternura poco vista en él.

—Kagome… —Susurró, apretando a la chica entre sus brazos.

Ella suspiró para después sonreír levemente y acomodar su cabeza en el pecho de su hanyou. Sería un estúpido arriesgando su vida para protegerlos, intentando resolver todo él solo, pero ella sabía que lo hacía para no arriesgarlos. Porque les quería.

Era ridículo, sí que lo era ya que estaban juntos en aquello, pero aún así, ella le amaba. Estúpido y todo no podía evitar sentí aquel profundo amor por el chico hermoso de ojos dorados y orejas de perro.

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Aquí les dejo este cliché. Sé que quedó raro, que quizás hice Ooc, pero perdónenme lectoras, bellas, no me insulten ni me maten. Últimamente mi musa está traicionera.

Me basé mas que nada en los sentimientos, creo que quedó claro qué fue lo que nos llevó hasta aquella situación. Inuyasha pelea, sale lastimado y como siempre ignora lo preocupados que están sus amigos, especialmente la azabache de nombre Kagome. Si alguien no entendió como llegamos hasta aquél punto, cosa que dudo, siempre puede preguntar.

Bien, lectoras queridas, las ama

Aneiina.