Esmeralda Ermitaña

Re: Esmeralda Ermitaña

Chicas, me disculpo por no dejar comentarios est vez. Había escrito MONTONES para contestar sus geniales comentarios y cuando puse "enviar respuesta" salió el maldito error 500 u.u muy frustrando. Solo les quiero decir que les agradezco a todas los ánimos y también la campaña para castrar a Sasori XDD​

Ahora algo muy importante: este capítulo tendrá lemon en una parte que será indicada. Cuando vean la indicación entren a este link http://blogs.cemzoo.com/ornella/blog/u114400/146903-lemon-n-1-esmeralda-ermitana.html y podrán ver leer el lemon. Si el capítulo aquí es muy corto, es porque gran parte es lemon y no lo puedo poner aquí. Espero que disfruten XDD eso suena extraño. Gracias​

Esmeralda Ermitaña​

Capítulo XV​

Eso era lo último. Había soportado que intentara abusarla en varias ocasiones logrando escapar ilesa de sus manos, pero con ese intento de matar a Itachi se había propasado bastante del límite. Había sido demasiado y Sakura se preguntó hasta dónde llegaría y cuándo se detendría. Escuchó la burlona risa de Sasori en su cabeza, como si en ese momento se estuviera mofando de su frustración y divirtiéndose con sus interrogantes sin sentido. Se exasperó aún más.

—Hasta aquí—dijo furiosa dirigiéndose a la puerta para salir de la habitación empuñando sus huesos.

—Detente, Sakura—ordenó el Uchiha— Lo que él quiere es que entres a su cuarto, recuerda en lo que se especializa.

—No me importa, si lo que quiere es verme allí que así sea.

Salió casi volando del lugar con Itachi quieto en su posición. No interrumpiría en lo que quería hacer, pero estaría pendiente de nada le ocurriese. Últimamente estaba más preocupado por su seguridad que por fortalecerla, pero pensaba que ya estaba lo suficientemente fuerte y que ahora podía utilizar su fortaleza como quisiera.

Frente a la puerta de Sasori la muchacha de quietos ojos esmeralda golpeaba con fuerza para intimidar antes de hacer cualquier cosa.

—¡Ábreme, maldito! —maldecía— ¡Estás ahí dentro, puedo oler ese mismo veneno!

Por dentro no se escuchaba nada más que la molesta risa que caracterizaba al pelirrojo, ahora se sentía como un reto más que como una burla.

—¿Por qué no vienes tú misma? —preguntó desde el interior.

Con fuerza, Sakura forzó la puerta y entró casi corriendo. Una vez dentro, sintió que la puerta se cerraba a sus espaldas impidiéndole salir nuevamente. No tenía miedo, sabía que al entrar usaría sus trucos con ella nuevamente, pero era lo que quería, acabar con sus maniobras.

Levantó la vista y pudo ver muchas imágenes de Sasori reflejadas en vidrios, en realidad espejos por doquier. Estaba desordenados, algunos flotando en el aire y otros en los que se veía de cabeza, ninguno parecía real, pero tenía que haber uno.

—Por aquí, Sakura Chan—dijeron las imágenes reflejadas.

Con furia se dirigió a una de ellas, pero al acercarse se dio cuenta de que no era el verdadero y se paralizó. Bastó ese segundo de parálisis para que en ese momento fuera herida en el hombro con un corte poco profundo, pero bastante extenso.

—Respuesta equivocada—jugaba con ella la cínica voz.

—¡Basta de tus juegos! —dijo corriendo hacia la imagen contraria— Enfréntame.

—Pero pequeña muñeca, me estoy divirtiendo muchísimo—dijo desvaneciéndose nuevamente.

Tampoco resultó ser real y sintió un corte más profundo en su espalda. Emitió un quejido de dolor al sentir el ardor de la sangre brotando. Se dio cuenta de que estaba siendo una rata en un laberinto creado por el mismo Sasori.

—Hay una cantidad máxima de errores permitidos. Si te equivocas mucho no saldrás de aquí y jugaremos algo más interesante—decían las figuras al unísono, como si fueran muchas voces, pero en verdad Sakura las imaginaba como muchas.

La temperatura en el lugar comenzó a aumentar y Sasori no se detenía. Seguía apareciendo y despareciendo, cortando la piel de Sakura una y otra vez, todo cuanto le diera la gana. El calor ofreció tan rápidamente que se sentía mareada, el pelirrojo aprovechó eso para torturarla.

—Así que querías ser la ramera de Uchiha—decía.

—¿N-Nani? —preguntó Sakura temiendo que supiera del pacto que tenían.

Una sonrisa de superioridad de vislumbró en los vidrios pulidos.

—Lo sé todo—informó— De lo que acordaron hace tres años, después de que no quisiste ser mía.

Pudo jurar que sintió el aliento del pelirrojo en su oreja cuando dijo lo último, pero al voltear no se encontraba nadie. Sus huesos se encontraba dispersos como espinas por sobre su cuerpo como un modo de autodefensa, pero Sasori era buen estratega y sabía que su debilidad se encontraba en ataques como esos, que no sabía de dónde venían.

Al ver que no podía ganar en el territorio maquinado por el marionetista buscó la puerta para salir forzadamente, pero no la encontró, era como si nunca hubiese habido una. Empezó a ver borroso.

—¿Doushita, Sakura Chan? —preguntaba su atacante— No estarás cansada, ¿verdad?

Apenas distinguía bien las formas y líneas al mirar al frente, incluso veía casi duplicado al varón que se reflejaba en los espejos. Se estaba a punto de desmayar cuando sintió que la tomaban en brazos.

—No los mires—le ordenó la voz del conocido Uchiha.

Se refería a las duplicaciones de Sasori. Le hizo caso y por esa única vez no miró hacia el frente para cerrar sus pupilas con brío. Se sujetó al pecho de su sensei y sintió el sonido de la puerta, habían logrado salir del escenario creado por el pelirrojo. Se sintió en una cama al rato, no sin antes escuchar algunas maldiciones de Sasori en el camino. Al captar el aroma de su lecho supo que era el suyo. Aún no abría los ojos cuando sintió que la mano de su tutor le daba de beber en un vaso. En ese momento sus ocelos se abrieron y bebió con prisa por el cansancio. Se encontraba apoyada en el pecho de su maestro mientras bebía y pensó en aquella vez de pequeña cuando recién lo había conocido, la primera vez que se preocupó

—No hay manera de que no actúes impulsivamente, ¿no?—decía el joven mientras la acompañaba.

—Al parecer no—contestó la muchacha recuperando el aliento.

Sin duda que Sakura no tenía remedio. No se trataba de un entrenamiento mal hecho, era su propia personalidad lo que la hacía así. Era testaruda como nadie que hubiera conocido antes y con un gran deseo de probarse a sí misma, pero su defecto era que no sabía cuándo mantener la cabeza fría y tratar las circunstancias de otra manera. Entrar de golpe a la habitación de Sasori era la mayor prueba de ello.

—¿Estás molesto conmigo? —preguntó Sakura con sus ojos brillantes.

Itachi suspiró como una manera sutil de reír tras esa pregunta tan obvia. Sin contar que era muy difícil molestarlo, la kunoichi jamás había sido una molestia para él. Esos ojos del mismo color que la joya que le regaló una vez lo cautivaban de a poco y lo más irónico era que a pesar de no poseer ningún genjutsu especial, estaba como atrapándolo dentro de su propio mundo.

Cuando sintió la suavidad de la palma de Sakura acariciar su rostro no opuso resistencia y terminó por besarla como habían dejado pendiente. A la moza ya no le importaba el mareo que había experimentado por las trampas de Sasori y se entregó también a la danza de sus bocas que dejaba de ser inocente. Captando esto el mayor de los dos tenía que atravesar una última barrera antes de continuar.

—Sakura—llamó deteniendo el contacto— ¿Estás completamente segura?, porque una vez que avancemos no me detendré.

Era cierto que sólo tenía ese momento para decidir, pero no cambió su parecer por nada. Veía al hombre que la miraba como algo muy valioso y confirmó otra vez que en sus brazos quería estar, al menos una vez.

—Onegai, quiero ser tuya—pidió suplicante con sus labios entreabiertos.

Había dado su consentimiento para continuar. Se tumbaron ambos sobre la cama con cuidado y lentitud con el masculino se quedando sobre ella, ubicado entre sus piernas. Itachi tenía muy en cuenta que sería su primera vez, por lo tanto quiso ser más cuidadoso con ella.


Lemon en blog de CZ


Sobre ella cayó el Uchiha con cuidado de no aplastarla con gotas de sudor en su frente. Encima de los pechos de la kunoichi quedó, depositando su cabeza para recuperar el normal ritmo de su respiración y se quedó allí disfrutando de las caricias que Sakura le propinaba en sus cabellos desordenados.

Itachi se sentía extraño al preguntarse cómo había llegado a aquello. No se refería al acto mismo, sino a disfrutar de la compañía de Sakura, querer protegerla, mostrar cómo era por dentro y finalmente quererla junto a él no como una alumna ni como una niña, sino como una mujer.

—Nee, Itachi—llamó la muchacha casi inaudiblemente— Creo que me enamoré de ti.

Esas palabras resonaron dentro del Uchiha haciendo que sus ojos se abrieran de par en par y dirigiera su vista a la muchacha que se había dormido producto del agotamiento.

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CONTINUARÁ…

 

Re: Esmeralda Ermitaña

girlfriend: XD quién no queda agotada con Itachi si parece dios griego. Sasuke volverá a aparecer en el capítulo 18 en gloria y majestad. Si te hago un adelanto, TODOS los personajes aparecerán. Repito, este es un fanfic laaaaargo.​

Reyka Uchiha: Tranqui, amiga, hay Itachi para todas :D Me matas de la risa con tus comentarios. ¿Tres round con Itachi? Si tuviera mejor condición física... :P Espero que se hayan cumplido tus expectativas pervertidas muahahah. ¿Celosa de Sakura? Muchas lo están. Gracias por tus sinceros comentarios.​

SatoKasuLove: Qué lindo es tener una admiradora ñeee n.n Sasuke entrará en el capítulo 18 nuevamente y te gustará (espero xd) Verás a todos esos personajes que deseas ver, ¿por qué? porque si voy a hacer un fanfic largo, quiero explotar al máximo los recursos que da la serie para hacer una buena historia. Ojalá te guste n.n​

hyuggaTenTen: Respira, mujer, no te me ahogues XD Para ser honesta estaba toda roja cuando escribí el lemon, pero que bueno que haya tenido un buen resultado. ItaSaku rules, esperemos que te siga gustando una vez que Sasuke vuelva a la foto muahahah, muchas gracias por tus halagos n.n​

Natsuhi: XDD no te odio, mujer. Tus comentarios serán cortos, pero productivos. Decis aquello que te gustó detalladamente y eso me ayuda, gracias n.n Sin dudas uno de los capítulos más sexies (cof cof, vienen más, cof cof) ​

Zhiinygami: Siempre te dejo intrigada XD mala yo :D Ese error 500, bueno, esta vez tomé precauciones y copié antes de enviar. NO CAERÉ EN LA TRAMPA. LOL es imposible insultar como Tayuya, a menos que seas Paty Cofré XDDD Linda, ven al norte y nos vamos a pasear hablando de la life n.n Espero que te guste la conti.​

Esmeralda Ermitaña​

Capítulo XVI​

A la mañana siguiente de su encuentro aún continuaban desnudos, pero cubiertos por una fina sábana que los cubría hasta la cintura, el resto era cubierto por sus propias pieles que permanecían en contacto. Sakura se veía tan indefensa comparada con Itachi y su cuerpo varonil, que hacían un contraste ideal en el abrazo en el que se encontraban.

La joven dormía de espaldas a Itachi y éste la abrazaba por su espalda como protegiéndola hasta en sus sueños, nunca estaría sola mientras él siguiera vivo. Fue el Uchiha el primero en despertar e inhalando el aroma de la piel de Sakura dio su primer respiro levantando su cabeza, el aire era matutino, pero algo avanzado, definitivamente era tarde.

Le quedó dando vueltas en la cabeza aquello que había dicho la chica antes de rendirse por el agotamiento. Decidió no tocar el tema si ella no lo hacía, porque pensaba en la posibilidad de que lo hubiera dicho como un impulso más que por verdadero sentimiento. Había que dejarlo hastaallí por un tiempo.

Suavemente sacudió los finos brazos de la kunoichi para despertarla, pero ella estaba totalmente dormida.

—Sakura, estamos retrasados—susurraba, pero sólo obtenía sonidos sin sentido de parte de la muchacha

Por fin logró que se dignara a moverse y se volteó hacia él sin abrir los ojos, lo siguiente fue que sintió el abrazo de parte de ella a su pecho expuesto y se negó a moverse de allí.

—No quiero ir, ¿desde cuándo hay un tiempo para dormir? —cuestionaba la fémina infantilmente.

El Uchiha bufó casi divertido por ver una actitud tan pueril en alguien que podía matarte con facilidad con sus huesos si te descuidabas, una futura Akatsuki. Aguarden, ¿futura Akatsuki? Había algo importante que hacer esa mañana, pero no podía recordar qué era.

—Vamos, levántate, ¿no tenías algo que hacer hoy? —preguntaba sacudiendo los rosados cabellos que sobresalían de la cabeza de la joven.

Un segundo, luego dos y finalmente tres cuando Sakura abrió sus ojos exageradamente de súbito para incorporarse de la cama. Se había acordado de aquello tan importante que debía hacer, lo único en lo que debería estar pensando en esos momentos.

—¡La prueba de Akatsuki! —gritó buscando su ropa por el piso frenéticamente— Ahora sí que estoy más que muerta.

Buscaba en qué orden vestir las prendas que la noche anterior había olvidado y despreciado dispersándolas por la habitación que ahora también llevaba el aroma del varón que la observaba. Estaba inquieta, podía perder su oportunidad, ya que llegar tarde a algo tan importante que había esperado hace años era impresentable, sobre todo si se trataba de alguien tan estricto como Pein.

—Sakura, cálmate.

—De seguro ahora cancelarán todo y adiós a mi membrecía—se desesperaba casi perdiendo el equilibrio por ponerse tanta ropa a la vez.

Un movimiento en falso mientras se colocaba una camiseta por su cabeza hizo que perdiera el equilibrio y cayera hacia atrás siendo atrapada por Itachi quien se encontraba de pie detrás de ella.

—Estoy exagerando, ¿verdad? —dijo colocándose la prenda y mirando al masculino.

—Bastante.

Ella rió tiernamente ante su repentino cambio de humor y terminó de vestirse tranquilamente con la ropa de la zona inferior e hizo el ademán de ponerse todo lo de arriba, pero faltaba algo elemental. Su sostén, ¿dónde estaba? Miró debajo de la cama por si acaso, pero no lo encontraba.

—Deberías poner más atención—dijo el Uchiha.

Sakura volteó a verlo y se encontraba con su buscada prenda en la mano. Se sonrojó al ver que lo había tenido en sus manos todo el tiempo y la había visto buscar entre los muebles en reiteradas ocasiones. Puso una cara de niña regañada y se dirigió con determinación hacia el joven.

—Devuélvemelo—exigió.

—Iie, creo que lo conservaré—contestó poniendo en alto la ropa interior.

—No abuses de tu altura—decía poniéndose en puntillas para alcanzar su ropa, pero no tenía caso.

Itachi le dio la espalda para ir hacer lo suyo, pero la kunoichi no iba a dejarlo escapar tan fácilmente y con un brinco se colgó a la espalda del imponente varón.

—Eres ingenua si crees que con colgarte me lo quitarás—dijo el mozo, pero ella rió por lo bajo.

—¿Quién dijo algo sobre colgarse? —habló

Como Itachi era muy analítico y lógico, no comprendió a lo que Sakura se refería, pero lo supo de inmediato. Traviesamente, la chica mordió de manera juguetona la oreja del Uchiha, provocando que se quedara en seco unos momentos ante la falta de timidez de la muchacha. Momento que ella aprovechó para recuperar su sostén.

—Muchas gracias —agradeció Sakura con ironía mientras se colocaba su prenda.

¿Estaba jugando con él? Itachi frunció el ceño intentando parecer lo más molesto posible, pero esta vez Sakura no lo tomó en cuenta, era más, se vistió y salió de allí lo más rápido posible sin dirigirle una palabra. Lo dejó solo en la habitación.

—“¿Es que acaso ya no me tiene respeto?” —se preguntó el joven rascándose la cabeza.

…

—“Hay gente con mala suerte y yo” —le lamentaba Sakura corriendo por los pasillos intentado acomodar su imagen— “No sabía que terminaría tan agotada… después de anoche”

Tuvo en su mente pedazos de los momentos su episodio con Itachi, el cómo llegaorn a aquello y lo mucho que lo disfrutó, esperando que a él le hubiera pasado igual. Su mente voló tan lejos de la tierra en la que se encontraba que chocó de improviso con alguien en el pasillo. Pensaba que no podía tener peor suerte, pero estaba equivocada, porque justamente se encontró con el hombre pez que siempre se mofaba de ella y la había hallado en su peor momento, cuando estaba despeinada y desaseada.

La kunoichi notó la mirada extrañada de Kisame y buscó rápidamente una excusa a su falta de buena presentación que iba a llevar a su prueba.

­—Eto… ¿perdí mi cepillo?—dijo sin pensar— “Genial, no se te ocurrió nada mejor para decir”

—No preguntaré—dijo Kisame taimado— De todas maneras te están esperando, venía a decirte eso. A propósito, ¿no has visto a Itachi?

—N-No, tengo que irme ya—dijo nerviosa marchándose.

—“Claro que lo has visto” —pensó Kisame viendo a la chica correr a su destino— “La mitad de tu cuerpo despide su olor”

…

Sakura entró de golpe en la sala de entrenamientos esta vez más arreglada, pues había tomado en cuenta que el comentario de Kisame también los demás podrían llegar a pensarlo, por lo que no hicieron opiniones de su apariencia. Todos los de Akatsuki estaban allí, hasta aquellos con los que nunca se podía contar.

—Sumimasen—se disculpó haciendo una reverencia.

Parecieron aceptar su reverencia y pudo ver la joven con sorpresa que Tobi no estaba chillando como siempre lo hacía. Ahora estaban todos serios, no porque hubiese hecho algo malo, sino porque hacía ya mucho tiempo que no realizaban esa prueba y ahora se presentaba lo ocasión de hacerla, con alguien que había vivido con ellos por ocho años.

Se pusieron todos en un palco superior de la sala, menos Sakura quien permaneció en el medio esperando lo que viniera. A los segundos ingresó Itachi mezclándose con los otros miembros de Akatsuki.

—Vaya si serás un pedófilo—susurró Kisame al Uchiha.

Itachi no le prestó atención e ignoró lo que le dijo, ahora le importaba no perderse nada de la prueba de Sakura, era algo por lo que habían estado entrenando por mucho tiempo.

—Empieza, Deidara—ordenó el líder.

—Hai—acató el rubio poniendo sus manos en posición—¡Katsu!

En el piso Sakura notó una explosión cercana a ella que por poco le vuela el pie, pero estuvo a tiempo para esquivar lo que pudo haberle costado mucho más que no entrar a Akatsuki. Miró al artista y a su sonrisa de triunfo y supo de qué se trataba la primera fase. Había minado el piso con figuras de arcilla subterráneas. Su capacidad de reaccionar y su velocidad serían medidas.

—¡Katsu! —volvió a decir cada vez mientras la joven casi no tenía tiempo de tocar el piso.

El cuerpo ligero y delgado que tenía la kunoichi la ayudaba a mantener el ritmo de esquivar las seguidas explosiones que la perseguían adonde fuera y por lo tanto había logrado salir casi ilesa del montón de minas. Sin embargo, como todo buen artista que se respeta, siempre deja algo impresionante para el final.

La muchacha se quedó de pie en su lugar al ver que ya no había ninguna explosión y tomó un respiro al ver que todo había terminado, o así lo creía.

—“Demasiado silencio” —se extrañó la joven volviendo a ponerse alerta—“Aún no termina, no han hecho comentario alguno”

Lo que había olfateado en el aire resultó ser útil, ya que el último grito de Deidara provocó que muchas minas se dispararan al mismo tiempo como en un círculo alrededor de Sakura para rodearla. Explotaban hacia el centro, por lo que estaba atrapada y la explosión final terminaría en ella. No podía esquivar eso y tenía menos de tres segundos para ver qué es lo que haría.

—“Kuso” —pensó Sakura antes de que las explosiones terminaran en ella dejando una gran nube de humo tras el impacto.

A pesar de que el blondo le tenía mucha simpatía a Sakura, no pudo evitar sonreír ante el espectáculo que había presenciado de él mismo y de sus infalibles figurillas de arcilla. No iba a perder la ocasión para hacérselo notar al Uchiha.

—Parece que no has entrenado lo suficiente a tu alumna, Itachi—se mofaba.

La respuesta que recibió fue una mirada sin ninguna expresión. No debió haber impresionado para nada al artista ya que esa era la forma de ser del Uchiha, pero tratándose del entrenamiento de la kunoichi no era un rostro que se supusiera que se debería ver.

—Te apresuras mucho, Deidara—habló Sasori observando concentradamente la nube de humo.

Escuchando a su danna miró hacia donde había visto por última vez a la moza de cabellos rosados y cuando se disipó el polvo se encontró con una sorpresa. Sakura había puesto sus huesos bajo tierra y los había alargado en el momento de la explosión para formar una pequeña muralla a su alrededor, estaba ilesa.

—“Por poco” —pensó Sakura volviendo sus huesos a su lugar.

Deidara estaba a punto de volver a hacer figurillas, pero fue detenido.

—Suficiente—frenó Pein— Es el turno de Kisame.

El hombre que se asimilaba a un tiburón sorprendentemente no desempuñó a Samehada para lo siguiente. Se acercó a Sakura y ella retrocedió por precaución, siempre había que estar alerta cuando se trataba de él. El perforado que los observaba desde el palco dio las siguientes instrucciones.

—Se pondrá a prueba tu resistencia física—indicó— Resiste sin defenderte quince minutos por lo menos.

—¿Defenderme de qué? —preguntó la muchacha.

En el momento en que terminó de interrogar sintió su mejilla derecha dormida por un fuerte golpe y aterrizó en el suelo fuertemente. Había sido el alto hombre quien le había propinado un puñetazo en el rostro. Entendió que se trataba de únicamente resistir los impactos que iría recibiendo y sin defenderse, lo que significaba no usar sus huesos.

—Aún puedes retirarte, mocosa—decía despectivo Hoshigaki haciendo sonar los huesos de sus manos.

—Sobre mi cadáver—se defendió la chica con mirada desafiante— Golpéame cuando quieras.

Así fue y sintió un topetazo esta vez en su abdomen, aún así sabía que tenía que aguantar. A quien se le hizo complicado resistir aquello fue a Itachi, pues después de los primeros golpes le empezó a disgustar ese maltrato hacia su alumna. Era algo peculiar, ya que hace mucho tiempo que tenía asumido que Sakura tendría que pasar por esto, pero ahora no le gustaba que le hicieran daño aunque fuera parte de una prueba.

Apretaba los dientes mientras veía señales de futuros moretones que se formarían en el cutis de la chica y controló su descontento pensando en que todo acabaría luego.

Fueron unos quince minutos muy largos, pero por fortuna pasaron por completo. La kunoichi respiraba agitadamente en el suelo.

—Te ha costado, pero has cumplido con esta parte—habló el perforado— Ponte de pie si quieres pasar a la última parte.

No iba a sacrificar todo su ahínco y apoyando su peso en las rodillas logró incorporarse aunque torpemente. Kisame volvió a su lugar sonriente por al ver por satisfecho su sadismo de momento y aprovechó para examinar la expresión de aprensión en el semblante de su compañero, le divertía mucho.

—Sasori —pronunció Pein.

—Hai —contestó el pelirrojo.

Con las manos de marioneta que se había confeccionado sacó un pergamino del interior de su abrigo y trajo a los presentes un grupo de veinte marionetas que al parecer estaban recientemente hechas con materiales bastante resistentes, se notaba que estaban hechas por Sasori.

—Combátelas—ordenó Pein— Hazlo y te diremos nuestra decisión.

Eso significaba que aún pasando las tres pruebas podía quedar fuera de la organización. Al parecer el resultado final dependería de destacarse más que acertar en sus pasos, debía ser cuidadosa con sus próximos avances.

—“Veamos si puedes continuar después de esto, muñequita”—pensó el marionetista impulsando los hilos de chakra.

En unos cortos instantes las figuras controladas por Sasori ya se encontraban enfrente de Sakura, eran bastante ligeras lo que las hacía rápidas y muy eficaces. La chica esquivó los primeros ataques para medir sus ventajas y desventajas, pero no tenía mucho tiempo, ya que se encontraba muy cansada por haber evadido las explosiones de Deidara y los fatales golpes de Kisame.

—“No encuentro debilidades” —pensaba— “El muy bastardo se aseguró de todo”

Una de las marionetas la rozó llegando a cortar un par de mechones de su pelo. Se preguntó si se estaban poniendo más rápidas cada vez, pero era ella misma la que se estaba ralentizando por el agotamiento.

—“Necesito una estrategia, están muy bien hechas. Debieron haber sido muy buenos ninjas, ese asesino”

Pronto sus súplicas por una idea fueron contestadas, tenía un plan, el único que podía usar teniendo tan poca energía. Era todo o nada.

Empezó a correr por el lugar de manera que las marionetas quedaran lo más cerca posible de ellas, de modo que lucían un poco aglomeradas y apostó todo en un solo movimiento.

—“Vengan a mí, malditas” —dijo deteniéndose en seco— “Aún no he perfeccionado esta técnica. Padre, sé que me ayudarás en esta”

Cerró sus ojos concentrándose en lo que tenía que hacer y milésimas de segundo antes de que los filos que portaban las marionetas tajaran su carne gatilló todo.

—¡Sawarabi no Mai! —gritó descargando su chakra casi por completo.

El piso se vio cubierto de grandes cantidades de enormes y largos huesos afilados que atravesaron las marionetas humanas que atentaban contra ella. Definitivamente Kimimaro le había otorgado su fuerza y destreza antes de partir al otro mundo. Itachi suspiró de alivio al comprobar que a pesar de haber quedado sin vigor, por lo menos no se encontraba en precarias situaciones.

—Es todo. Ven—ordenó Pein cortantemente.

Caminó erguida como si no hubiera pasado por toda una maratón combatiendo con cuanto espécimen se le hubiera cruzado, porque tenía que salir con dignidad de todo para demostrar que valía lo suficiente como para ser miembro. Se plantó sin decir nada frente al líder y lo escuchó.

—Te ha llevado más tiempo llegar hasta aquí de lo que le ha llevado a cualquiera de nosotros, eres lenta para alcanzar nuestro ritmo—dijo duramente Pein.

Esas palabras parecían marcar el destino de Sakura de una manera en la cual no se uniría a Akatsuki. Todo decía que había fracasado en su intento de entrar hasta que el perforado sacó un llamativo anillo de su manga.

—Lo recuperamos de Orochimaru hace poco, así que procura cuidarlo—habló ofreciendo en la palma de su mano el anillo del vacío. Úsalo en el meñique izquierdo.

Sakura quien ya había perdido la ilusión la recuperó de un golpe al tomar el anillo en sus manos. No se lo puso de inmediato, primero observó por lo que había estado luchando como un pequeño trofeo. Esbozó una gran sonrisa que soltó los músculos de su cuerpo.

—E-Entré a Akatsuki—pronunció sonrientemente.

Al terminar de decir eso se borró por completo y se desmayó. Por suerte fue atajada por Itachi antes de caer al suelo. El joven Uchiha sonrió sutilmente al ver que los esfuerzos que habían hecho juntos habían valido la pena y al notar lo divertida que era Sakura, que a pesar de desmayarse no había soltado el anillo de sus dedos.

—¡Sakura chan murió!—lloriqueó Tobi abrazando a Deidara.

—¡Baka, sólo está desmayada!

Desmayada y recuperando el aliento en los brazos del hombre que había dejado de ser su sensei.

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CONTINUARÁ…

 

Chicas, tengo que pedirles disculpas por dos cosas. Una es que me haya atrasado un día en actualizar con la continuación y la otra es no contestar uno a uno sus comentarios, que es lo que suelo hacer. La razón es que últimamente he estado muy estresada porque he invitado a tres personas a mi graduación, las tres me han dihco que sí, pero siempre ocurre algo que no pueden acompañarme. Así que estoy contra el tiempo para conseguir a alguien. Disculpen. Espero qeu disfruten la conti.

Esmeralda Ermitaña​

Capítulo XVII​

Pasaron diez minutos desde que le dijeron la noticia de que había ingresado a la organización y había perdido el conocimiento por ello. Intentaron reanimarla, pero no hubo caso. Los miembros de Akatsuki decidieron que sería mejor para la nueva integrante ser trasladada a descansar hasta que se repusiera de sus esfuerzos, porque todos sabían que para entrar a la organización, el calvario que se vivía era grande.

—Entré por fin—decía casi Sakura casi inconsciente siendo cargada por Itachi a través de los pasillos.

—Procura mantenerte dentro—le respondió el joven.

—¿Estás diciendo que me echarán luego? —preguntó haciéndose la ofendida— Qué poca fe me tienes.

—No se trata de eso—intentó explicar—Me di cuenta de que usaste casi todo tu chakra en un solo ataque, arriesgaste mucho.

Ella sólo lo observaba desde su abrazo. Prestaba atención a lo que decía, pero también al resto. Después de convivir tanto tiempo con el hombre que la cargaba podía descifrar con plena certeza lo que estaba pensando. Se sonrió tiernamente al descubrirlo.

—¿Acaso no fuiste tú quien me enseñó a no temer, Itachi? —preguntó de una manera tierna que pareció coqueta.

El masculino suspiró por unos momentos entrecerrando los ojos, definitivamente su ahora ex alumna no cambiaría su manera de ser.

—Mejor te llevo a descansar —habló ignorando su pregunta.

Sakura tenía que admitirlo, le gustaba mucho jugar con esa personalidad tan reservada del Uchiha, porque sabía que con ella podía sacar a relucir aunque fuera una minúscula parte de sus sentimientos.

…

Después de tomar una buena siesta para recuperarse, Sakura fue despertada por un golpe en su puerta. Era su primer día como integrante y parecía que no le darían tiempo libre para ocupar.

—¡Sakura Chan! —habló la conocida voz de Tobi— ¡Te llama líder Sama y como soy un buen chico te vine a avisar!

—Arigato—dijo intentando levantarse de la cama— Allá voy.

Cuando la chica se giró para acudir al llamado, dejó al enmascarado con una interrogante.

—¿Cuándo le salió trasero a mi pequeña pelo de chicle? —se preguntó Tobi rascándose la cabeza— Crecen tan rápido.

Cuando se dio cuenta de lo mucho que había crecido la kunoichi, soltó exageradas lágrimas que empaparon el pasillo y asustaron a Deidara.

Sakura s
e sentía completamente revitalizada contrario al esfuerzo que había tenido hace un par de horas. También había que destacar que el primer día ejerciendo siempre debía empezarlo con energía. De esa forma llegó hacia donde Pein la esperaba y para su sorpresa Itachi también se encontraba allí al lado del líder. El contacto de sus miradas hizo una reacción química mutua antes de oír a la cabeza de la organización.

—Ya estarás descansada—habló el perforado— Tengo un trabajo para ti, más bien para ustedes dos. Iba a ser para Itachi y Kisame, pero él tiene otro asunto ahora.

—Estoy bien ¿Cuáles son sus órdenes, líder sama? —preguntó Sakura.

—Zetsu acaba de capturar al shichibi en la Aldea de la Cascada, pero como quiero que vigile de cerca la Aldea de la Hoja, deseo que ustedes se encarguen de buscar su cuerpo. No está muerta, pero quedó en estado vegetal, sólo tienen que traerla hasta aquí.

Asintieron Itachi y Sakura ante las órdenes de su superior y con su permiso se retiraron. Tenían que ser rápidos para que la misión tomara la menos cantidad de tiempo posible, pues nunca sabían cuándo se les solicitaría y para qué. Salieron del lugar para arreglar pocas cosas antes de irse.

—Veo que aún no te has puesto el anillo—observó Itachi.

—Iie, esperaba no tener que ponérmelo yo—dijo dirigiéndose al Uchiha.

—¿A qué te refieres? —preguntó.

—Es sólo que no soy como tú que llegaste aquí por tu cuenta fuerte e inquebrantable. Sé que sola jamás hubiera llegado ni cerca de donde estoy ahora.

—Te equivocas, habrías llegado aquí de todas formas.

—¿Eh?

—Si te traje hasta aquí no fue solo por tu línea sucesoria, fue también porque vi que tenías lo necesario para sobrevivir y hacerte fuerte.

La joven abrazó al Uchiha contenta por lo que oía. Ya no era su sensei, pero seguía siendo quien le había enseñado gran parte de lo que ahora sabía y cada vez estaba más segura que lo que la unía a él era más que amor fraternal, lo deducía por la agitación que experimentaba su corazón.

—Aún así, ¿harías el gesto de colocarme el anillo? —solicitó la moza de pelo rosado.

Con la amabilidad encubierta que caracterizaba al hombre, éste cogió el anillo y tomando la delicada mano de su antigua alumna puso el anillo en su dedo meñique izquierdo. Jamás se había visto tan reluciente un anillo de Akatsuki.

—No te detengas por haber conseguido el anillo, ambiciona más —aconsejó

Levantó su vista a los ojos del hombre cuyo nombre evocaba a una comadreja.

—Dime, ¿qué sientes por mí? —preguntó la muchacha.

Cada vez que le pedían a Itachi que hablase de algo que sentía, algo que le agradara o desagradara se encontraba en aprietos.

—Sabes que no es el tipo de preguntas que contestaré—le dijo con seriedad.

—Pero necesito saberlo—pidió con sus ojos esmeralda aún más profundos.

—Lo sabes. No necesitas que yo diga nada. No te he enseñado todo lo que has aprendido para que no resuelvas por tus propios medios esa pregunta.

Deseó que fuera él quien la sacase de esa interrogante, pero no lo forzaría a hacer algo que no era de su naturaleza, pues en verdad sí sabía cómo transcribir lo que él sentía y no por un capricho propio se saltaría ese espacio. A pesar de la negativa del chico, ella sin permiso ni espera le plantó un fugaz beso en los labios al que Itachi no tuvo tiempo de reaccionar, ni siquiera pudo decir algo.

—Bueno, entonces vámonos ya—dijo la muchacha saliendo naturalmente por la puerta como si nada hubiera pasado.

Se quedó solo justo antes de salir. Era cierto que habían acordado que después de una noche jamás volverían a insistir sobre nada más y que no ocurriría nada entre ellos después de esa velada, pero no quería reclamarle nada, porque aunque no lo dijera en su cara añoraba encontrarse tan cerca de ella. Se puso una mano detrás de su cuello ante aquellos pensamientos.

—“Es la única persona que me teme cada vez menos” —pensaba— “y cada vez que se me acerca yo…”

No completó ese pensamiento, no quería decretarlo porque sería peligroso para él empezar a aferrarse a algo.

Tomaron lo necesario para partir incluyendo los sombreros para no revelar sus rostros y salieron de la guarida de Akatsuki que tenían en Suna. El desierto no estaba tan árido como de costumbre y eso les animó a seguir más rápidamente. El clima los favorecía, pero en cuanto estuvieron cerca de dejar el desierto fueron detenidos por ninjas de la arena que los venían siguiendo.

—¡Alto ahí! —dijo el grupo que a juzgar por su apariencia eran jounnin.

Se voltearon Sakura e Itachi al grupo de ninjas de la arena. Estaban todos muy pendientes de sus abrigos más que de sus rostros, porque sabían que cuando veían nubes rojas en fondo negro había que tener precaución. Debido al peligro que significaba tener Akatsuki en su territorio en medio del desierto estaban muy alerta ante sus posibles ataques, pero tal como el Uchiha le había enseñado a su antigua alumna, había que conservar la calma en esos asuntos.

—¡Exigimos saber qué se proponen aquí! —gritaron sin recibir respuesta.

No iban a contestarles, después de todo era una regla no revelar jamás los planes de Akatsuki, aún si se les acusaba de algo injustamente. Al no ser contestados, uno de los shinobis se indignó.

—¡Respondan o morirán! —amenazó empuñando un kunai.

—Permíteme que me encargue de ellos —le susurró Sakura a Itachi tocando su hombro— Será como mi iniciación.

—“Ya está pensando como un miembro de Akatsuki” —pensó el Uchiha— Hazlo rápido, tenemos que ponernos en marcha.

Aprovechando la oportunidad que le estaba dando su actual superior, decidió estrenarse como miembro activo de la organización. El ninja que se había alterado por haber sido ignorado empezó a enojarse.

—¡No nos subestimes! —gritó impulsivamente dirigiéndose a Itachi.

Clavó su kunai en la espalda del varón y puso una expresión de triunfo, pero le sorprendió que su compañera no hiciera nada por defenderlo, es más, su expresión se relajó como si nada hubiera pasado. Sabía que eso era mala señal.

Pronto vio como el cuerpo del hombre que creía haber atravesado se disolvía en aves por montones, eran cuervos que habían simulado ser él.

—¿N-Nani? —preguntó el shinobi sin creer la trampa en la que había caído.

—Demasiado obvio—dijo Sakura antes de atravesarlo con los dos huesos que había empuñado.

Murió en el acto aquél que se había atrevido a desafiarla. Itachi observaba de lejos la escena en la cual la kunoichi había hecho surgir el temor en los rostros de quienes la contemplaban, ella tenía el control de la situación y disfrutaba de ello.

Los demás se le aventaron como pudieron, pero antes de siquiera tocarla ella ya los había atravesado con sus huesos. Un grupo de cinco ninjas de los once que había al comienzo se arrinconaron cerca de un árbol, aterrados por la extraña habilidad de la muchacha y sus semblantes reflejaban el temor infundado. Sakura se acercó lentamente como torturándolos antes de matarlos, tal y como le había enseñado Itachi.

—¿Saben?, no es la primera vez que me miran así —dijo recordando el momento en que mostró por accidente sus habilidades cuando era pequeña.

Levantó sus manos enfrente de sí para hacer un último ataque y acabar con todos ellos. Se había retrasado lo suficiente como para lidiar más con ellos.

—Hessendan —dijo haciendo que los huesos de las puntas de sus dedos salieran disparados como balas a impactar contra las cabezas de sus víctimas.

Ya estaba dado por seguro que los ninjas de la arena irían con prontitud al patio de los callados, pero todo cambió de golpe. Antes de que los letales huesos impactaran contra su objetivo, un muro de arena se levantó del suelo protegiéndolos.

Sakura no sabía qué había ocurrido, pero lo supo cuando se plantó frente a los jounnin la figura de un joven pelirrojo de ojos sumamente delineados.

—Kazekage Sama —se aliviaron los ninjas.

—¿Quién eres tú? —dijo la moza asombrándose con la osadía que había tenido.

—Sabaku no Gaara —se presentó como un caballero, pero como uno distante— Dejen los terrenos de Suna ahora.

Era algo nuevo para la chica. Sólo aceptaba órdenes de Akatsuki y que una persona ajena que recientemente había visto le dijera qué hacer la irritaba, por muy Kazegake que fuera. Sus puños se tensaron y estaba decidida a aleccionar a tan insolente pelirrojo, pero la figura de Itachi que apareció detrás de ella la detuvo.

—Suficiente, Sakura —ordenó el poseedor del sharingan— Recuerda nuestro objetivo.

Una de las cosas que le desagradaban de Itachi era que casi siempre acertaba lo que decía y siendo él su superior no tuvo mayor opción más que bajar sus brazos y seguirle para irse del lugar. Afortunadamente llevaban los rostros cubiertos por los sombreros que habían cogido antes de partir, por lo cual sus caras no fueron memorizadas.

En un rato estuvieron lo suficientemente lejos del desierto para irse caminando un trecho. El entorno cambió y pasaron por un lindo lugar, una pradera llena de flores silvestres amarillas que llegaban hasta la cadera. Empezaron a atravesarlo mientras Sakura iniciaba una conversación.

—Debiste dejarme que me encargara de él —reprochaba como una niña.

—Iie, no perseguimos nuestros deseos individuales —le recordaba— Hacemos lo que nos diga la organización a favor de ella.

—¿O sea que si te ordenan que te comas tu pierna lo harás?

Itachi la miró algo extrañado, casi de una manera burlona. Ella quiso saber a qué se debía esa expresión que la hacía sentir tan insignificante.

—Qué curioso. Fuiste tú la que suplicó por entrar en Akatsuki —se burló.

El que la disminuyera así provocó que se enfadara un poco y como una pequeña venganza lo quiso golpear en su espalda, pero el joven se volteó a tiempo para sujetarla por las muñecas.

—¡Eh!, suéltame —demandó intentando zafarse sin mirarlo a la cara— Esto no es justo.

No lograba soltarse y para colmo el Uchiha sonrió sin mostrar sus dientes, tenía otra intención. En su expresión se notaba que no era una burla ni nada parecido, al contrario, lucía muy apuesto e hipnotizador. Cuando por fin se dignó a mirarlo no había cambiado en nada y se sonrojó por esa intensidad que recibía por parte de sus ojos.

—Lo siento, Sakura —dijo falsamente el masculino colocando una de las flores amarillas tras la oreja de ella— Si tanto te molestan mis comentarios, no diré nada en lo que resta del camino.

Esa respuesta no se la esperaba la heredera del clan Kaguya. Vio como Itachi seguía caminando como si nada sin darle mayor importancia a que ella se había quedado atrás por la atractiva actitud que el Uchiha había tenido con ella recientemente.

—M-Matte kudasai —solicitó la chica ser esperada antes de ser ella misma quien se dirigiera a él.

Por fortuna se dignó a rotar su posición para quedar de frente a la zagala que lo había alcanzado. Algo intentaba decirle, pero le costaba, lo decía juzgando el gesto de la muchacha de querer expulsar algo por su boca, pero que permanecía atorado.

—Yo sólo… no quiero que me ignores—hablaba mirando hacia el suelo.

Antes de poder darse cuenta, sintió como sus labios eran masajeados por los de Itachi. La había tomado por sorpresa, pero se complacía al ver que él había estado sintiendo de una manera similar a la de ella. La kunoichi le correspondió con ansias y los sombreros de ambos cayeron por aquel espectáculo que estaban montando.

Lo siguiente fue aún más allá. Sintió como era depositada sobre las flores por el Uchiha y continuaban con sus atenciones allí, ocultos por la gran altura de las flores.

Con eso quebraran parte del pacto, ya que no terminó todo en esa noche, sino que debido a que se extrañaron mutuamente, simplemente ya no podían no estar cerca, se había vuelto una necesidad.

—“I-Itachi, t-tú también… sientes algo por mí” —pensaba mientras se deleitaba con los apasionados besos que eran depositados en su cuello por el poseedor del sharingan.

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CONTINUARÁ…