Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

Hola!! primero de todo agradecerles por su apoyo y en segundo lugar perdon por la tardanza he tenido algunos problemas ultimamente
bueno aquie le dejo la conti espero que les guste
besos!!Agur





Tres semanas

Clock, clock…sonaba en la lejanía.


Una mujer de unos treinta años corría por un largo pasillo. Se oían sus zapatos resonar, clock,clock…, el eco que producían se oía por todo el lugar.


-¡Mamá!, ¡mamá! –gritaba una voz de niño. -¡No me dejes solo!

Clock, clock…, la mujer seguía corriendo, corría hacia, ¿la oscuridad?


-¡MAMAAAAAAAAA!


La mujer se fundió con las tinieblas.


La almohada estaba mojada, estaba empapada de sudor.


Se llevó la mano a la cara tapándose un ojo, y respirando con dificultad, “aún…, aún tengo ese sueño”.


Su mirada ambarina se posó sobre la ventana de su habitación, era una bonita noche.


Desvió nuevamente su mirada hacia su mesilla, en la cual había un portarretratos con una mujer muy guapa, el chico sonrió amargamente.


-Madre…


Colocó por fin el cepillo en la cómoda, y se miro en el gran espejo, “perfecta” pensó ella con seguridad.


Se colgó el bolso en el hombro, y rápidamente salió de su habitación.


-Ey, ¿a dónde vas tan sexy hermana? –dijo una vocecilla de niña.


-¿No lo adivinas? –contestó la pelinegra.


-Si como no, saldrás con Inuyasha –y dicho eso se giró para ver la televisión de nuevo.


La muchacha que la observaba desde fuera del cuarto frunció el ceño.


-Kaede, si ya sabías, ¿para que me preguntaste? –y se cruzó de brazos.


-Me apetecía hablar contigo eso es todo –cambió de canal.


-Eres una cría.


Cerró la puerta y se fue corriendo. Su hermana la vio desde la ventana, y se llevo la mano a su mentón “tú si que eres una cría Kikyo”, pensó la niña, y nuevamente volvió a fijar su mirada en la televisión.


Terminó de vestirse hará unos cinco minutos, y mientras se colocaba una gorra su hermano pasó por su habitación, y aprovechó para entrar y molestarlo.


-No te da vergüenza que sea tu novia la que venga a buscarte. –dijo con tono arrogante.


-Ninguna –contestó el muchacho con indiferencia.


-¡Keh! vaya no me sorprende nada, después de todo solo es un…


No pudo continuar la frase, Inuyasha le lanzó una mirada aterradoramente profunda con el ceño fruncido, cualquiera que viera aquellos ojos ambarinos tan iluminados de rabia saldría corriendo de miedo.


Sesshomaru no pudo evitar sorprenderse ante tal reacción, ¿tanto le molesto aquello?, no algo le pasaba, pero verdaderamente le daba igual, así que tan solo se marcho sin decir nada.


Llamaron a la puerta.


-¡Voy yo! –dijo una niña mientras correteaba hacia la puerta.


-Hola Rin, ¿esta ya listo Inuyasha? –le dijo la morena con una sonrisa.


La pequeña asintió, y llamo al muchacho.


-¡Inuyasha! ¡Kikyo ya esta aquí! –Dijo gritando desde la entrada -¿Quieres pasar? –decía mientras le ofrecía la mano.


-Claro.


Inuyasha ya bajaba por las escaleras.


-Bien podemos irnos. –dijo el chico. –Rin ten cuidado con Sesshomaru que muerde.


La niña le sacó la lengua y se llevó la mano a la cabeza mientras sonreía.


Salieron de la casa y se alejaron un poco.


-¿No piensas darle un beso a tu novia? –dijo acercándose mientras se agarraba a su brazo.


-Kikyo, quedan tres semanas, ¿recuerdas? –dijo cerrando los ojos.
Kikyo tan solo bajo la mirada, y sintió como sus ojos se humedecían un poco, pero ella no se rendiría, aún tenía tiempo.


-Losé, pero hasta entonces eres mío –dijo mientras le dio un corto beso, y seguidamente lo llevó hacia un parque.


Al medio día regresarían a Tokio, solo le quedaban unas horas para disfrutar un poco más de aquel hermoso lugar, así que decidió hacer más fotografías.


-¡Mamá voy a salir volveré a la hora de irnos! –Gritó la azabache -¡Y no te preocupes ya deje todo preparado! –y se fue.


Su madre estaba en una sala cercana a la puerta junto con el padre de Houjo.


-Esta niña no tiene remedio. –dijo su madre llevándose una taza de té a la boca.


-Eso mismo se podría decir de ti –le contestó su acompañante provocando la risa en ambos.


Kagome fue hacia la parte trasera del hotel, era lo más bonito de todo, al llegar se sonrojó un poco, recordó el beso con Houjo, y su declaración, ¿que dirá Sango cuando se lo cuente?, y lo mejor de todo ¿qué dirá Inuyasha?


La muchacha volvió a sonrojarse.


-Kagome –la llamó un chico.


-¡Houjo! –le respondió mientras sonreía con un tímido pero disimulado sonrojo que teñía ligeramente sus mejillas de carmín.


-¿Quieres que demos un último paseo? –dijo mientras le ofrecía su brazo.


Kagome asintió.


Caminaron por el paseo marítimo, disfrutando de la agradable brisa del mar.


Kagome aún sentía como su corazón se aceleraba un poco cuando Houjo estaba con ella, pero no era lo mismo que antes, ¿acaso el solo le atraía por su físico?, o, ¿por qué era una novedad? Tenía un merengue en la cabeza horrible.


-¡Kagome!


La azabache se giró y pudo ver a su amigo.


-¿Qué pasa Inuyasha?


-Venía a felicitar a la campeona –decía haciendo una reverencia. –Mas de mal a menos mal. –Se rió.


Kagome hizo una mueca.


-Idiota –dijo seria, y bajo la mirada.


Inuyasha la observó, algo le pasaba.


Habían pasado dos semanas desde que volvió de Osaka, sí habían pasado dos semanas desde que se entero de su relación con Houjo. Aquello no le gustó, es más se puso furioso, pero, ¿qué podía decir?, exacto, no podía decir nada, y encima lo peor es que se les veía tan bien, ¿se habrá enamorado Kagome de él? Eso ahora no era lo más importante, hace dos días o así Kagome esta extraña, esta como enfadada, ausente, y el partido de hoy, a sido alucinante, nunca la vio jugar de aquella manera, pero claro eso nunca se lo diría.


-Kagome –le agarró el brazo y se la llevó a un lugar más apartado. –Oye –decía mientras la aprisionó contra una pared poniendo sus puños sobre ella. -¿Me quieres decir que narices te pasa?


Inuyasha la estaba mirando fijamente, tanto que se podía ver reflejada en ellos, como le gustaba verse en aquellos hermosos ojos ambarinos, desde niña le encantaba.


Pero, ¿qué iba a decirle?, era su amigo así que debía dejar de comportarse como una tonta y contarle las cosas, aunque desde que empezó su relación con Houjo, hasta ella miasma notó que le dejaba un poco de lado, pero se llevaban tan mal, que era peligroso verles juntos.


-Bueno…-decía mirando el suelo.


Inuyasha parpadeó, y su mirada se hizo más intensa, Kagome evitaba por todos los medios mirarle a los ojos, era como si pudieran verlo todo, y aquello le asustaba.


El moreno acercó su rostro al de la joven, y ella cada vez se ponía más nerviosa.


-Kagome…


Finalmente se rindió, y dejo caer una lagrimilla que le recorrió la mejilla, y seguidamente se lanzó a los brazos de Inuyasha, convirtiendo aquella lagrimilla en un llanto desconsolado.


-Perdóname, perdóname –decía ella entre sollozos –yo… quería ser fuerte, ni siquiera sé porqué estoy así.


Inuyasha comenzaba a preocuparse, ¿qué narices le pasaba?, Kagome era como una niña, sí, pero ella era fuerte, no era normal en ella ir a llorar a sus brazos, solo pasaba cuando se sentía verdaderamente mal.


El chico la abrazó con más fuerza, Kagome se tranquilizó un poco al oír las palabras que el moreno le susurró al oído:


-Tranquila pequeña, yo estoy aquí.


Se aferró más a su pecho, con Inuyasha se sentía tan protegida, sí desde siempre fue así.


-Inuyasha, es sobre Houjo –decía con dificultad


Inuyasha sintió hervir una intensa rabia en su interior, ¿acaso ese niñato le había hecho algo?, si así fuera no dejaría de el ni…


-Se marcha a Estados Unidos –dijo comenzando a llorar fuertemente de nuevo.


-¿Cómo? –decía perplejo.


Kagome se separó de Inuyasha, y se apoyó en la pared, el se puso en frente observando la pose de niña triste que adoptó, “aún en estas situaciones sigue tan infantil” pensó sin saber si aquello era bueno o malo.


-La custodia se la dieron a su madre, y ella quiere que estudie en Estados Unidos, se va este fin de semana –volvió a sollozar –El lo supo poco después de que volviéramos de Osaka, pero, no me lo dijo hasta hace solo unos días –se dejó caer al suelo y escondió su cabeza entre sus rodillas.


Inuyasha la miró apenado, “entonces era verdad Kagome, te enamoraste de él” pensó, pero ¿qué podía decirle?, lo mejor era callarse, en este caso él no podía hacer nada.


-Nunca pensé que me afectaría tanto, Inuyasha, ¿esto es el amor?, porqué si es esto no me gusta –decía aún con la cabeza entre sus rodillas.


Se sorprendió por la pregunta de la azabache, Inuyasha, ¿esto es el amor?, porqué si es esto no me gusta, quería eso decir que, ¿no sabía si amaba a Houjo? Eso produjo un sentimiento de alegría en el moreno, de todas maneras, era lógico, tampoco es que se conocieran desde hace mucho tiempo, pero aún así…


Inuyasha se sentó a su lado.


-Por esta vez dejo que te apoyes. –dijo queriendo aparentar inflexibilidad.


La muchacha le sonrió.


-Gracias –apoyó su cabeza en el hombro del muchacho. –Inuyasha, he estado pensando mucho en mi relación con Houjo desde que supe que se marchaba.


-¿Y bien?


-Cuando acepté salir con él no sabía si hacía lo correcto, pero tenía ese cosquilleo en el estómago, así que le acepte para descubrir por mi misma su significado –dijo atrayendo toda la atención del ambarino, que la miraba sorprendido –Sabes, voy a pasar esta última semana que me queda con Houjo totalmente con él, descubriré lo que siento, y se lo diré. –volvió a comenzar con el llanto. –Tendrás que aguantarte Inuyasha, estaré un rato llorando en tu hombro –y se aferró más a su amigo.


El chico seguía asombrado por las palabras de su amiga, nunca se le pasó por la cabeza que Kagome pudiera sentirse así, pero lo único que él podía hacer ahora era estar “ahí” para ella, la verdad es que se lo debía, después de todo tenían una promesa, una promesa que pude que Kagome haya olvidado, aunque después de lo que ocurrió, cualquiera desearía olvidarlo todo.


Le pasó su mano por la cintura, y la recostó un poco en su pecho, y así transcurrió la tarde.



atte:¢łħøe-¢ħαи

 

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

o que bonito y eso que hoyo se va a estados unidos ?? nose si sera algo bueno o malo.....lo que no entiendo lo de inuyasha y kikyou....que solo faltan 3 semanas de K??? ay como me gusta tu fic espro que lo continues pronto !!!!1


animo!!!! y saludos!!!

Rubert

 

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

Hola!!
buenp lo primero gracias por su apoyo y por que continuen leyendo el fic
arigato gozemazu!!!
bueno pues hice otro dibujo del fic asque lo pongo para que digan si les gusta
no esta muy y no se parecen demasiado pero bueno
critiquenlo lo que quieran!!
ahí lo dejo
Agurbesos!!

 

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

hola!! bueno pues aqui traigo la conti
espero que os guste
tambien agradeceros vuestro apoyo en el fic, gracias por leeerlo
bueno cuidense!! besos!!Agur



Aunque te quiera, no puedo amarte. cap.17

Es increíble lo rápido que había pasado aquella semana, hoy es el último día.
Eran las seis de la mañana, y ella estaba sentada en su escritorio, se llevó las manos a la cabeza, “maldición, aún no se lo que siento” pensaba un poco alterada.


Se apoyo en la mesa, se le vinieron a la cabeza muchos recuerdos del pasado que no quería recordar, pero si quererlo se quedó dormida con aquellos amargos pensamientos en su mente.


-¡Kagome! –gritaba una castaña pegando votes. –Venga dímelo, ¿a quien te vas a declarar? –decía pícaramente acercándose a su amiga.


-Sango déjalo por favor –decía muy ruborizada escondiendo una carta ente sus manos.


-Venga Kagome que tienes 12 años, ya es hora de que madures –decía la muchacha tan convencida como si a esa edad ya se fuera casi adulta.


-De acuerdo cuando me responda te lo diré –le respondió la azabache con una de sus sonrisas y se levantó corriendo del banco de piedra donde estaba sentada con su amiga.


Fue hacia el lugar donde sabía que lo iba a encontrar, y sí allí estaba. De repente todo se volvió negro, Kagome se asustó, y comenzó a correr hacía la nada, solo la rodeaba la oscuridad, comenzaba a ponerse nerviosa, pero de pronto un rayito de luz apareció a su lado, suspiró aliviada, un alivió que duró muy poco al ver a la pareja que aparecía de la nada, él estaba con esa chica, la besó.



Kagome huyó de allí, comenzó a llorar, tropezó, y de nuevo él estaba enfrente suya, la azabache tan solo pudo dedicarle una sonrisa amarga, pensaba que la iba a ayudar a levantarse, pero en vez de eso se dio la vuelta susurrando un:


-Tsk…eres una patosa.


Todo se volvió negro de nuevo.


La muchacha tenía los ojos abiertos como platos, temblaba, y unas cuantas gotas de sudor que cayeron por la frente.


“Hacía años que no tenía esas pesadillas” pensó algo abatida, y se llevó las manos a la cara. Miró el reloj de la mesilla, y enseguida dejó aparcados sus recuerdos, ¡era tardísimo!


-Inuyasha, ¿me puedes explicar este ejercicio? –dijo una niña asomándose por la puerta de la habitación del muchacho que estaba sentado en la silla de su escritorio con la mirada perdida en la ventana. -¿Inuyasha? –Repitió la muchacha, pero no tuvo respuesta.


La niña se acercó al moreno, estaba totalmente en las nubes, así que hizo aquello que sabía que le molestaba tanto, ella no tenía intenciones de molestarlo pero le encantaba la cara que ponía cuando le soplaba al oído.
Le sopló lentamente en el oído, hasta lanzar todo el aire que tenía en su boca. El muchacho pegó un brinco de la silla.


-¡Rin! ¿¡Que se supone que haces!? –gritó con cara de perro gruñón.


-Ja, ja, Inuyasha perdona, pero es que estaba como dormido. –dijo ella haciéndose la inocente. –por cierto, ¿estabas pensando en Kikyo? –y alzó un ceja.


-Pequeña niña maleducada -dijo sarcásticamente ¿Qué querías? –y le acarició la cabeza.


-Pues….


Después de explicarle aquel ejercicio, volvió a sus pensamientos, “hoy es el último día”, se mordió el labio inferior, hoy también se marchaba Houjo, ¿qué habrá decidido Kagome?, él no tenía la más mínima idea, ya que en aquella semana, apenas la vio en clases y un poco en los recreos, ni siquiera volvían juntos, desde luego Kagome se tomó enserio aquello que dijo de pasar esa última semana completamente con Houjo. Eso no le hizo mucha gracia, pero su amiga estaba pasando por un mal momento, estaba muy confusa, y debía dejar que sus ideas se aclarasen.


Dejó de pensar en aquello, y se centró en el principal motivo de su preocupación, Kikyo.


Ya estaba casi lista, se puso su faldita rosa de vuelo, con sus sandalias blancas, y su blusa a conjunto. Se colocó sus pendientes y su collar, usó su brillo de labios, y se peinó sus cabellos azabaches, de modo que quedaran aquellos ricitos en las puntas que le sentaban tan bien. Solo le quedaba su bolso, malditasea, donde lo habrá metido, era tan desordenada y despistada, que sería capaz de olvidarse la cabeza en cualquier sitio.


-¡Kagome date prisa, los aviones no esperan!


Mierda, y ella que quería llegar antes para hablar con Houjo, ya había tomado una decisión, y aquella pesadilla influyó en esta.


No pensó en arreglarse tanto, pero es que no lo podía evitar, cuando estaba con el quería estar perfecta.


Llegó puntual, quedaron en el parque, en el lugar de siempre.


-¡Sango! –dijo un hombre moviendo la mano. -¿Te hice esperar mucho?


La muchacha negó con la cabeza.


-Acabo de llegar –sonrió.


-Me alegra.


Comenzaron a caminar por el parque, aquel sitio era perfecto para ellos, no había mucha gente, así que podían pasearse tranquilos. Sango se agarró a él y a este no pareció incomodarle, más bien todo lo contrario.


-Estoy deseando poder graduarme, así podré estar contigo siempre que quiera –dijo la castaña apoyándose en el varonil hombro de su acompañante.


-No tengas prisa por crecer Sango, tú aún tienes muchas cosas que hacer.


-Nada me importa más que estar contigo –dijo ella sonrojándose levemente

–Te quiero mucho Kuranosuke.


-Yo también Sango, por eso quiero lo mejor para ti.


El se paró frente a ella, y posó sus manos en los hombros de la chica.


El no era tan poco mucho más mayor que ella, tenía veintidós años, bueno en realidad estaba a punto de cumplir los veintitrés, pero Sango ya tenía dieciséis años. El era un hombre muy amable, siempre con esa sonrisa que conquistó a la castaña, y esos cabellos castaños, a juego de esos ojos cafés que poseía un encanto especial.


La chica se sonrojó disimuladamente, y miro los ojos de él con un brillo muy especial.


El acercó su rostro al de la chica:


-Sango…


Sus labios se rozaron, e inmediatamente la castaña tomó en control, poniéndose de puntillas y profundizando el beso.


Por fin llegaron al aeropuerto, y Kagome pudo ver a Houjo que se encontraba junto a su padre, pero ¿y su madre?, ¿no se suponía que ella se iba con él a Estados Unidos?


-Hola Auki –dijo su madre dándole un cariñoso beso a su novio en los labios.



–Hola Houjo –y le dedicó una sonrisa.


-Hola Houjo –saludó simpática –Auki –dijo forzando una sonrisa.


No es que aquel tipo le cayera mal, es más era buena persona, pero, el que fuera el novio de su madre era suficiente para que ella no le aceptase.


-Bueno, bueno, parece que el vuelo se retrasó unos veinte minutos, así que, ¿Qué os parece si tomamos algo en alguna cafetería? –dijo el padre de Houjo con ánimos.


-Buena idea –dijo Sonomi dándole la mano, eran tan empalagosos, que Kagome no pudo evitar hacer una mueca.



Houjo no llevaba ninguna maleta consigo, seguro que ya había facturado. El adelantó unos pasos, pero Kagome le agarró de la camisa y se lo llevo hacía una pared para que sus padres no les vieran.


Sonara un poco extraño, pero Kagome fue quien aprisionó a Houjo en la pared, y para su asombro no estaba roja como un tomate, si no muy decidida.


-Houjo necesito hablar contigo –dijo seria.


Houjo asintió, no sin antes dejar caer una gotita por su sien, ya que las posiciones que tenían ambos eran algo contradictorias.


Se sentaron en unos bancos que se encontraban enfrente de unos enormes ventanales.


-Kagome…


Pero ella no le dejó continuar, porque enseguida le puso un dedo en su boca para que callara.


-Houjo, déjame hablar –decía conservando su seriedad –Quiero explicarte lo que siento, lo que siento desde que te conozco –tragó Saliva –Yo, empecé a sentirme nerviosa cuando estaba contigo a los pocos días de conocerte, me sentía rara cuando estaba contigo. –desvió su mirada al ventanal –Después de varias semanas, ya conociéndote mejor, ese nerviosismo se convirtió en curiosidad, quería saber como eras, quería saber más de ti, además, cuando estabas cerca de mí sentía un cosquilleo en el estómago, y cuando me mirabas me ruborizaba. –volvió a mirara a Houjo –Tu comenzaste a gustarme si que yo me diera cuenta, y aquel corto pero tierno beso que me diste en la azotea, me dejo confusa, tremendamente avergonzada, tanto que me daba miedo verte –rió ante esto último al recordar como se sentía entonces –todo eso era muy nuevo para mí, me sentía confundida, avergonzada, no sabía si estaba triste o contenta por aquello, pero hay algo que no dude desde ningún principio, y es que me gusto.


El chico la miró sonriendo.


-Luego, cuando tuvimos que irnos a los balnearios, y me dijiste lo que sentías por mí, yo no sabía que hacer, no sabía si aceptar, pero algo estaba claro en mi mente, y es que no podía negarme, ese cosquilleo en el estómago, y ese latir acelerado de mi corazón, que se producía cuando estabas cerca de mí, tenía que descubrir que significaba aquello, y nos volvimos a besar –ella se rozó los labios recordando el bonito momento. –Sabes, seguía confusa pero estaba feliz, pensé que al pasar el tiempo tendría claro lo que sentía por ti, y pasaron esos dos mese y medio, unos de los mejores mese de mi vida, pero aún estaba confusa, aún tenía dudas, ya que el cosquilleo de mi estómago no era el mismo, al verte no sentía la misma emoción.


El chico al oír esas últimas palabras bajo un poco apenado la mirada.


-Entonces me dijiste que te marchabas, que tan solo te quedaba una semana, y yo me sentí terriblemente triste, me sentí sola, sentí que me querían quitar algo importante de mí, Houjo eso es algo que aún siento.


El muchacho la miro a los ojos.


-Kagome…


Ella volvió ha hacerle un gesto con la mano para que callara.


-Decidí que debía saber lo que sentía antes de que te marcharas y confesártelo todo, así que por eso pase esta semana totalmente contigo, además quería aprovechas los últimos días que te quedaba aquí.
El chico la miro nuevamente con decisión.


-Y bien Kagome, ¿Qué es lo que sientes por mí?


Ella sonrió con esa dulce sonrisa de niña que hipnotizaba a cualquiera, y se puso en pie.


- Me ha costado entenderlo, es más aún no se exactamente que es lo que siento por ti Houjo, pero de algo estoy segura, y se que no es amor.


El chico abrió los ojos como platos, sabía que algo así podía suceder, pero él decidió jugársela.


-Houjo esto ya me lo había cuestionado antes, pensé que era imposible que yo te quisiera si apenas te conocía, pensé que lo más seguro fuera atracción, o el saber que eras algo nuevo para mí- se puso las manos en el pecho –Yo te quiero mucho, pero mas como mi hermano que como mi novio.


Esas fueron las últimas palabras de la muchacha, porque al instante se formo un incómodo silencio.


El muchacho tenía la mirada perdida en el suelo, ¿qué podía decir’, la verdad podía decirle muchas cosas, podía decirle todo lo que el sentía, al igual que hizo ella, pero decidió mantener silencio, sí cerrar la boca, lo que siempre había hecho.


Se encontraron en la fuente, como siempre, ella iba muy guapa, pero no lo suficiente para él, estaba triste, sabía que hoy era el día, el día en que todo se acabaría. Ella lo intento, con todas sus fuerzas, con todas sus esperanzas de que un día la quisiera como la quiso, pero todo fue inútil, el corazón de Inuyasha lo perdió el mismo día que se fue de su lado.


-Hola Kikyo –la saludó sin atreverse a mirarla a los ojos.


-Hola Inuyasha, ¿damos un paseo? –dijo ofreciéndole la mano.


El chico asintió, sabía lo que ella sentía, pero para él ya no era igual, no podía compartir aquellos sentimientos con Kikyo. La quería mucho, pero como a su hermana, puede que un día la quisiera de verdad, pero ahora todo era diferente.


Jamás le reprocharía por lo que hizo, ya que fue él el que tubo la culpa, y debía asumir sus actos, aunque aquello le costó la persona a la que más quería.




atte: ¢łħøe-¢ħαи

 

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

hola!!
que bien que hayas posteado ^.^ y gracias
pues yo tengo 14 años aun soy chiquinina xD
bueno cuidate!! besos!!Agur

 

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

ooo

 

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

hola!!!
soy nueva en tu fanfic
y queria decirte que esta
genial y espero que lo
continues pronto

saludos misaki

PD: tienes todo mi apoyo

 

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

si
espero q lo continues mucha suerte animo

 

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

hola!!
te a quedado muy buena la conti
espero que lo continues
pronto
cuidate
bye!!! :kirara kawai:

 

Re: Escuelas de un beso ~ Me llamo Kagome

k lindo¡¡¡perdon por no postear antes esk no tengo internet por problemas en la linea y ahora mismo estoy en casa de mis titos.si puedes diselo a la pandilla porfi.k lindoo¡¡¡¡esta xulisimo enserio¡¡¡¡haber si pones la conti pronto¡¡bss