No sé por qué me sentía rara... No me quería sentir sola de nuevo. --Charmander, entra.--Mi pokémon no me hizo caso, negó y se me subió al hombro. Parece que quiere ver mundo. Empecé a correr hasta alcanzarla. --¡Espera! --La llamé recuperando el aire. --¿Puedo ir contigo?--
Parece ser... que mis clases acabaron. Esos chicos, ¿estarían todos bien? Espero que sí. Ahora, ellos serían la nueva generación de entrenadores de esta tercera Liga de Torneos de Galeia. De verdad, deseo que a todos les vaya bien en su aventura. Mucha suerte, nuevos entrenadores. La gloria os espera en esta grande y exuberante región.
Toqué a la puerta de la escuela y entré observando si había alguien a quien debiera pedir permiso para entrar. No era así, por lo que dejé de lado los formalismos y eché a correr buscando al entrenador. Al cabo de un rato, vi lo poco práctico que era mi plan y opté por llamar al campeón. —¿ Irvine , estás ahí? Contenido oculto *reza para que esté aquí* (?
Pero no hubo respuesta. La escuela estaba bastante desértica, e Irvine no parecía estar por la zona. ¿Tal vez estaría en otro sitio?
Contenido oculto Te odio, pero te amo. ¿Qué hago, te odio o te amo? (? Mi llamada se perdió con el tiempo. El eco repitió mis palabras durante un tiempo, pero acabaron desapareciendo. No, ahí definitivamente no estaba Irvine. ¿Cómo se me habría ocurrido algo tan tonto? Hace mucho que esta escuela ya no es lo que era... Busqué la salida entonces (cabe decir que me perdí de camino) para marcharme del sitio, estaba perdiendo el tiempo.
La estética de la escuela no me sorprendió, ya había estado aquí antes. Aun así notaba algo lúgubre en ella, sin saber por qué. —Irvine... ¿estás aquí? —llamé. Para reforzar mi mensaje, Archeops dio un grito. Al menos si no me había escuchado a mí, vendría solo por el susto de que algún pokémon rondase el lugar. Contenido oculto GalladeLucario guapo, here I am, ready for nothing (?
Irvine se asomó entonces desde una de las aulas de la escuela, la cual estaba completamente vacía, de no ser por Lucas y el propio Campeón. Cerró la puerta tras de sí y salió al pasillo, habiendo escuchado que pronunciaban su nombre. —¡Aquí estoy! —exclamó, con el gesto sonriente pero, a la vez, algo extrañado—. Hum, ¿puedo ayudarte en algo? La escuela está cerrada, lo siento.
¡Bien, encontramos al campeón! Se encontraba solo en una de las aulas... ¿por qué habría cerrado la escuela? En fin, no estaba aquí para eso. —¡Sí! Creo que sí... Quería preguntarle algo, Irvine. —La idea de hablar sobre su hermana no me parecía adecuada en este momento. El campeón parecía muy agradable, nunca lo había visto. >>Verás, hace una temporada que mis pokémon están en Acuarela, explorando las grutas. En sus exploraciones por allí abajo se encontraron con su equipo, me lo contó mi Swampert, que aún era un Mudkip cuando entró allí. O bueno, eso creo que me dijo, porque no le entendí... La cuestión es que quería preguntarle qué era lo que buscaban, y si sabe usted algo más acerca de las grutas. Me resultan muy misteriosas y querría saber cómo es el sitio en el que están mis pequeñines... —comenté algo preocupado.
Irvine miró a Lucas por un momento, en silencio, inmóvil. Abrió la boca para decir algo, pero en seguida se arrepintió, y frunció el ceño. La segunda vez que movió sus labio sí que dijo algo: —Eso son asuntos privados que no te incumben. El tono en el que dijo aquello fue especialmente cortante, sombrío y extraño. Fue como si la sonrisa de Irvine se desvaneciese en un instante, como si su aura de optimismo se apagase de pronto.
La mirada fría del entrenador me dio miedo. Por lo que había oído hablar de él, no se trataba de un entrenador serio, al menos no tan... ¿cual era la palabra? Tan siniestro como acababa de resultarme. ¿Habría tocado algún tema que no debía? —A-adiós... —No fui capaz de articular otra palabra y avergonzado, aunque más asustado, me giré y corrí lejos de allí. Archeops se quedó mirando al campeón un par de segundos y luego me siguió. Menuda pifia. No creía volver a ser capaz de mirarle a los ojos.
Lucas Diamond Busqué la escuela en la ciudad; había acudido allí en una ocasión, pero... Uhm, no acabó muy bien. S-solo conseguí que Irvine se enfadase más aún conmigo. ¿Qué necesitaban de nosotros? El edificio parecía completamente vacío. ¿Había alguien más allí? —¿Hola? —pregunté en voz alta, y esperé una respuesta.
Al cabo de un rato recorriendo los pasillos, se asomó por la puerta de una de las aulas Karina, y, con un gesto de su mano, invitó a Lucas a entrar en el aula. Lo hizo, y se encontró en una sala vacía, donde únicamente estaba ella, Karina, junto a Irvine, Joel y Rhyme. Oh, ¡también la pequeña Melissa estaba allí! —Lucas, me alegro de que hayas venido —dijo Karina, cruzándose de brazos. Los ánimos... no parecían estar muy altos, desde luego. Irvine era, con diferencia, el que más alicaído estaba de todos. Su hermana trataba de animarle, pero no parecía levantar la cabeza. Como si sus pensamientos le atormentasen. —... bueno —empezó Karina, algo incómoda, a explicarse—, ya has visto lo que sucede, ¿no? Lo expliqué en el mensaje... Irvine no sabe qué hacer como candidato a estas sorpresivas elecciones, y pretende rendirse y renunciar. Sin embargo, no creemos, ninguno de nosotros, que Haku o Chance sean... buenos para Galeia y para el mundo en general. Si Irvine no gana estas elecciones, quién sabe lo que puede pasar. Rhyme asintió. —Sé que no es agradable de nuestra parte pediros favores después de... todo lo que pasó, pero... —dijo, sentada junto a Joel, con su mirada de preocupación puesta en Irvine—. Realmente te necesitamos, Lucas. A ti y a toda la ayuda de la que podáis darnos vosotros, los holders. Al fin y al cabo, siempre habéis estado ahí para salvar Galeia, ¿no? Joel se cruzó de brazos. —Este tío es un cabezón —le dijo, ceño fruncido, a Irvine—. Si por mí fuera, me ofrecería como candidato en su lugar, pero no es tan fácil. La Federación ya ha zanjado a los candidatos, y no hay sustitución posible: le han escogido a él, y él, Haku y Chance son los únicos válidos en esta pugna política. ¡Pero dice que quiere retirarse! Fue entonces el propio Irvine el que alzó la voz. —Pero, ¿cómo queréis que no me rinda? N-No debería ser yo el que dirija Galeia. Casi le causo la destrucción a la región, y prácticamente al mundo entero, ¿quién soy yo para pretender ser ahora el mandamás de la región? ¿Con qué derecho lo haré? ¿¡Cómo miraré a los ojos de los ciudadanos si lo logro!? —¡No hay más remedio, Irvine! —dijo Karina, dando un golpe en su mesa con una mano—. ¡Es tu forma de redimirte! ¡Defender la región! Eres el único que puede hacerlo. El otro agachó la cabeza. —... Chance es un poco extremista respecto a los pokémon y la guerra que parece querer declararles indirectamente, pero Haku... no sé, no es tan mala, ¿no? Quiere... defender a los pokémon y eso... es bueno. Joel suspiró. —Tío, eres tonto. Sabes de sobra que esa tipa está bien loca, como Chance. No son muy distintos. Hasta fundamentan parte de sus argumentos de la misma forma, aunque desemboquen en ideas opuestas. —T-Tsk... como sea, si es lo que quieren los ciudadanos, será lo mejor. Mejor que votar al villano de la región. Tras decir eso Irvine, su hermana, Melissa, caminó hasta Lucas. Mirándole con ojos llorosos, dijo: —Hum... hola, eh. No te conozco mucho, pero sé que eres muy bueno y todo eso. Sois una especie de héroes, tú y tus amigos, ¿no? —sonrió—. Así que, ehm... por favor, ¿podríais ayudar a mi hermano y a sus amigos? Karina tiene un plan para ayudarle, pero por lo visto, te necesita a ti. Por favor, hacedlo. Por fin puedo estar con él, así que... no quiero que esté así de triste. Karina no pudo evitar sonreír con ternura, y revolvió el pelo de la niña, antes de dirigirse finalmente a Lucas. —... Melissa ha dicho ya todo: te necesitamos, Lucas, para ayudar a que Irvine entienda la gravedad de la situación. Tenemos una idea para que lo comprenda, pero... necesitamos la ayuda de Dialga y Celebi, tus pokémon. Verás, creemos que si viajamos hacia el futuro, Irvine verá cómo se desarrollan los eventos, y... bueno, sea cual sea el futuro, reaccionará: si vemos un futuro distópico en el que Haku o Chance ganan, se dará cuenta de que le necesitamos para evitarlo; y si el ganador resulta ser él, verá que es su destino y que los ciudadanos de Galeia le quieren. Sea como sea, si averiguamos lo que sucede en el futuro, convenceremos a Irvine. —... —Irvine no mediaba palabra. —Sabemos ya todo eso de que no podemos alterar el futuro y tal —dijo Joel—, pero... vosotros sí, ¿no? Vosotros podíais cambiarlo. Podéis, de hecho. ¿Verdad? —Por eso... si tú nos ayudas a ir al futuro, y los holders en conjunto trabajáis luego junto a nosotros para ayudar a alzar a Irvine como el presidente... —Rhyme se llevó una mano al pecho—... sea lo que sea lo que pase en el futuro, podremos mejorarlo con vuestra ayuda. Karina miró fijamente a Lucas. —Por favor: ayúdanos. No te lo pido yo, ni Irvine; no. Es por Galeia. Descubrid también vosotros, los holders, lo que pasará en el futuro. Tengo un... mal presentimiento. El presentimiento de que, si veis el futuro, entenderéis por qué nos preocupa tanto todo esto. >> ¿Y bien? ¿Lo harás, Lucas? Podemos... esperar a que lleguen todos los compañeros que quieras. Al fin y al cabo, no sabemos qué nos encontraremos allí, así que cuantos más refuerzos tengamos, mejor. De todos modos, solo debería ser una visita rápida. ¿Qué respondes?
Lucas Diamond Tras un rato de búsqueda, pude encontrar a Karina, Irvine, Joel, Rhyme y Melissa en una de las aulas. El ánimo se notaba alicaído. Sin embargo, al verme aparecer, Karina pudo reflejar algo de esperanza en su rostro. Tanto ella como los demás se alegraban mucho de verme, ya que en esta situación éramos los únicos capaces de ayudarlos. Irvine... Estaba totalmente destrozado. ¡Y eso era un problemón! Lo necesitábamos para que gobernase Galeia. Y todos allí lo sabíamos, menos él mismo. "No debería ser yo el que dirija Galeia. Casi le causo la destrucción a la región, y prácticamente al mundo entero", llegó a decir. ¿Ese tío era estúpido? ¿Es que acaso no se daba cuenta? —Irvine, ¿realmente crees que no eres el mejor candidato? ¿No crees que si Chance o Haku gobernasen, el futuro que le depararía a Galeia...? —tragué saliva. No quería ni pensar en cómo sería la vida ajena a los Pokémon—... Si no fuese por nuestros Pokémon, ¡nunca hubiéramos podido detenerte! ¡Los Pokémon son nuestros amigos, y con todo, a la vez son un gran apoyo! ¿No te das cuenta de que lo que esos dos plantean puede desencadenar una catástrofe? Si alguien quiere seguir usando a los Pokémon para hacer el mal... ¿Quién lo detendrá? —traté de justificar. Pero Irvine dio por única respuesta un silencio tenso. No. Definitivamente no había forma alguna de hacerle entrar en razón. Todos allí éramos conscientes de que íbamos a necesitar hechos, no solo palabras. Y así pensaba, por supuesto, Melissa, quién vino a mi lado a pedir mi ayuda. Karina luego completó su propuesta. Necesitábamos a Dialga y Celebi para viajar en el tiempo, ¿huh? Era cierto eso que decía, nosotros podíamos alterar las líneas temporales. ¡Si veíamos un futuro distópico, podríamos cambiarlo! —¡Cuenta con nosotros, Karina! Por supuesto que ayudaremos a Irvine, esta región lo necesita. Esperaremos un poco a que vengan más holders, y después partiremos, si te parece bien. ¿Vendrás con nosotros?
Sonriente, Karina asintió. —¡Genial! Muchísimas gracias... bien, te comentaré un poco lo que habíamos pensado. Dispones de la ayuda tanto de Dialga como de Celebi, ¿no? La idea, pues, es la siguiente. >> Usaremos a Dialga para que cree un portal que nos mande al futuro. Con avanzar algunos años, quizá tres o cuatro, debería ser suficiente. Dialga, tras eso, quedará aquí. Solo iremos al futuro Irvine y yo; Joel y Rhyme podrán quedarse aquí, para asegurarse de que nada malo sucede, y para cuidar de Melissa. Cruzaremos, pues, el portal que Dialga cree, y Celebi vendrá con nosotros, junto a ti, Lucas. Si ocurriese cualquier cosa que cerrase el portal, tendríamos a Celebi en el futuro para que nos ayude a regresar. Probablemente, el pequeñín no podrá llevarnos a todos de golpe, pero será suficiente con que tú, Lucas, puedas volver. Una vez en el presente podrás hacer que Dialga reabra el portal, y todos podremos regresar. De este modo, nos cubriremos las espalda por si cualquier percance sucediese, ¿sí? >> Bien, pues... si el plan te convence, esperaremos a que abras el portal. Rhyme y Joel estarán aquí, podrán explicarle la situación a cualquiera de tus amigos, si es que alguno decide venir. Cuantos más seamos, mejor. Pero, si quieres, podemos ir partiendo ya. ¿Irvine? Irvine apartó la mirada. —Tché... sí, bueno... qué remedio. Bien, ¡parecía que iban a hacer un viajecito hacia el futuro! N-Nunca antes habían hecho algo así. ¿Cómo sería... la Galeia futura?
Lucas Diamond —Está bien, Karina. ¡Me parece un buen plan! Pero... ugh, no creo que Dialga vaya a caber en este aula. Mejor será si salimos al patio, ¿no crees? Allí podremos empezar. Con todo planeado, nos dirigimos Irvine, Karina y yo hacia el patio principal. Joel, Rhyme y Melissa se quedaron en el aula, esperando a los demás holders. Ojalá vinieran más a acompañarnos, a decir verdad... a-aún no había viajado nunca en el tiempo y me daba algo de miedo... ¡P-pero eso era lo de menos! Había que hacerlo por el bien de Galeia. —Bueno, ya estamos aquí. ¡Dialga, adelante! —lancé la ball y el legendario aparecio ante nosotros, con un rugido descomunal—. Necesitamos tu ayuda... Debemos viajar al futuro para ver cómo acabarían las elecciones si no ganase Irvine. El legendario lo entendió inmediatamente y decidió abrir un portal temporal. Ya estaba todo listo. Ahora solo quedaba cruzarlo.
Con lentitud, Karina respiró hondo. Lucas pudo ver cómo sujetaba la mano de Irvine, apretándola con fuerza. —¿Listo? Irvine, con todo, parecía cabizbajo. Allí estaban, también, Rhyme y Joel. —Ánimo, chicos —dijo Rhyme—. ¡Mucha suerte! —Espero que vengas más espabilado, tío —le dijo Joel a Irvine. El Campeón suspiró, asintiendo con lentitud. —Venga, vamos... saltemos juntos —y, tras decir eso, Karina e Irvine se adentraron en el portal. —¡Suerte, hermano! —gritó, manos a ambos lados de su boca, Melissa. Ambos se perdieron entre aquel portal temporal. Y... el siguiente en entrar fue Lucas. Al cruzar, Lucas se encontró a sí mismo en una especie de vorágine; todo a su alrededor era como un túnel, uno que descendía hacia abajo. Caía como si estuviese saltando desde lo alto de una montaña, a toda velocidad, y estaba rodeado de oscuridad. Pudo ver, cayendo a pocos metros bajo él, a Karina y a Irvine, que seguían cayendo juntos. ... pero entonces, algo le golpeó durante el descenso. No pudo ver bien qué o quién fue, pero algo le empujó, apartándolo del vórtice. Perdió el conocimiento cuando salió del vórtice, separándose del resto. ¿Qué sería... de él?
Liza White —Uhm... ¿Dónde estarán los chicos? —me pregunté, caminando entre los pasillos de la escuela algo aturdida. Victini revoloteaba de aula en aula, como si aquello se tratase de una especie de juego del escondite—. Lo cierto es que nunca llegué a entrar porque llegué tarde, así que no sé muy bien orientarme por aquí. ¡No te alejes mucho! Pero Victini parecía tan emocionado por explorarlo todo que no pareció escucharme. Suspiré, esbozando una sonrisa mientras recorría con la mirada cada recoveco de la escuela. Era increíble cómo pasaba el tiempo. Aunque apenas tuviese tres años, claro, pero vaya años. Perdida entre mis pensamientos tardé en escuchar cómo el pokémon victoria me llamaba, señalando algo a través de las ventanas del pasillo. Me acerqué con algo de lentitud, sin comprender qué sucedía. —¿Has encontrado algo? —pregunté, asomándome a su lado. Abrí los ojos al divisar al mismísimo Dialga frente a un extraño portal, y a Joel y Rhyme aguardando a su lado en el patio. Victini me miró, expectante por saber si había ganado. Lo tomé en brazos y eché a correr escaleras abajo—. ¡Bien hecho, ese es mi pequeño! ... Joel y Rhyme no tardaron en explicarme la situación. Lucas se había adelantado junto a Irvine y Karina, dispuestos a hacerle abrir los ojos enseñándole qué sucedería en el futuro si no participaba en las elecciones. Era un plan bastante bueno, sabiendo que teníamos a Celebi y a Dialga de nuestra parte. Así, no dudé en aceptar ayudar en aquella ocasión, deseando que el resto de holders aparecieran por allí pronto. —Contad con nosotros, ayudaremos en todo lo que podamos —les aseguré, determinada. Todo mi equipo estaría listo para entrar en escena cuando hiciera falta. Me asomé al portal temporal con algo de recelo, ladeando la cabeza para intentar ver su interior. Tragué saliva; Victini imitó el gesto entre mis brazos—. Solo... Debo cruzar el portal, ¿no es así? Por Arceus, había ayudado a salvar el mundo y participado en cientos de situaciones extrañas, pero jamás creí estar preparada para viajar en el tiempo.
