Escondidas

Un demonio de baja estatura avanza, en la oscuridad, de un estrecho pasillo. Respira con fuerza, casi gruñendo. Alguien oculto tras un mueble grande, intenta no hacer el más mínimo ruido, para no llamar la atención del demonio.


El ser de baja estatura entra en un cuarto, en el que hay un florero lleno de flores negras. Se acerca a este, y percibe su aroma, huelen como la canela recién cosechada.


El oculto, se cubre la boca para evitar que salgan ruidos de esta, no puede permitirse ser encontrado. Bajo ninguna circunstancia puede dejarse atrapar. Fue negligente al ocultarse en un cuarto con una sola salida, en especial si el único sitio para ocultarse es un viejo sofá, que está al extremo opuesto de la puerta.


El demonio bajo camina lentamente por todo el cuarto, busca en cada rincón por el que pasa. El oculto, puede escuchar como la respiración del que lo busca se vuelve más intensa. Está cada vez más cerca, prácticamente lo siente sobre el sofá. Da todo por terminado, lo intentó, pero falló, al final su escondite no fue lo bastante bueno.

—¡Punto Mefistóteles! —grita el demonio bajo.

—¡No es justo! —reclama el que estaba oculto, que resulta ser otro demonio, el cual es un poco más alto que el primero — ¡No contaste hasta cien!

—Claro que lo hice —responde el bajo ofendido por la calumnia recibida —. Lo que pasa es que siempre te ocultas en los cuartos que tienen las flores que trae mamá del jardín —señala hacia las flores negras.

—Es que me gusta como huelen.

—Te toca buscar, te toca buscar, je, je —el demonio bajo sale, para ocultarse.

—Ya ni modo —dice el segundo demonio —. Uno, dos, tres...

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Contenido oculto

Para la actividad 30 Días de escritura: Flores.
Personaje: Demonio
Palabra: Negligente
Género: Suspenso