Escoge.... (Zero no Tsukaima)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Ryuunosuke Akasaka, 29 Octubre 2012.

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    Ryuunosuke Akasaka

    Ryuunosuke Akasaka Entusiasta

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    Escoge.... (Zero no Tsukaima)
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    ¡Ups!, les pido una gran disculpa a todos los seguidores de mi fanfic, he estado ocupado y no he podido traerles la continuación, pienso que cerca de esta y la otra semana finalizar este fanfic para empezar con otro proyecto, que conllevara basado en el mismo anime y la misma pareja pero distinta trama. Tengo muchas ideas para varios fanfics de este gran anime que se convirtió mi favorito ni medio lo terminé. Sin más que decir aquí va.

    Capitulo 10: El tratado de guerra.

    Saito apretaba el mango de la espada que sostenía con ambas manos, fue asignado a estar al frente con el capitán del ejército, el aire era pesado, un frío helado acortaba respiraciones agitadas que escapaban de los labios de cada soldado que yacía portando sea una hoja o hacha, el objetivo era claro, defender el castillo a toda costa. El capitán avanzó con el caballo en el que estaba montando, y con una especie de cuerno, sopló del extremo gordo y un sonido, indicando lógicamente un grito de guerra hizo que los soldados gritaran y corrieran a chocar con el ejercito enemigo, el movimiento era sincronizado. Una vez chocaron empezó la carnicería, soldados que perdían extremidades del torso ya sea por una cortada y por un desmembramiento, la sangre salpicaba por cada hombre caído, Saito se desplazaba de manera ágil entre los enemigos y uno a uno los iba acabando, el poder del Gandarlf era poderoso, mientras los piqueros, soldados rasos y su capitán luchaban de manera brusca, en la parte posterior, probablemente la más segura, Louise murmuraba el hechizo que había usado ante la invasión de Albion hace un tiempo atrás, cuando descubrió que era una maga del vacío y exterminó a su ex novio. Tabitha le daba órdenes a los arqueros, preparando una predecible lluvia de flechas.

    La batalla era ardua pero el ejército de Gallia mantenía una superioridad en el campo de batalla, era cuestión de tiempo para que la victoria sea suya, o al menos eso creían...


    Una flecha sumergida en una llama atravesó a tres soldados a la vez quienes desplomados al instante ante un voraz ataque de esa magnitud, veían su vida escapar. Era algo extraño, desde las colinas, carretas que transportaban cañones, exploradores armados con lanzas montados en robustos caballos, y...un...¡dragón negro cuyo lomo era cabalgado por un sujeto en armadura roja plateada, su rostro helado, símbolo de un infierno al que sobrevivió, con una cicatriz que pasaba por su ojo izquierdo, cabello largo y rubio, maltratado y algo chamuscado, una mirada cruel y demoníaca, sin duda hasta allí llego la superioridad, el tablero fue volteado.

    —¿Ah?, ¿Quién es ese sujeto? —Saito observó al sujeto quien yacía en aquel espeluznante dragón negro, la mirada fue devuelta, y para su sorpresa, aquel enemigo demostró interés en Saito. Los cañones habían sido bajados de las carretas y estaban listos para disparar, el rival se bajó del dragón y entre tantos soldados luchando cuerpo a cuerpo, desangrándose a si mismos, el camino entre la multitud brusca, como si solo fuera un pelea de niños, desenvainó una espada que merecía una admiración, decorada por rubíes, con un diseño y una punta excelente, un solo ataque fácilmente podría hacer a uno picadillo. Se acercó a Saito y le apuntó al cuello.

    —Tu eres el Chevallier Hiraga Saito do Ornieles, ¿verdad? —el hombre dio una mirada severa.


    —S-Si lo soy, ¿por-

    En ese momento, en un abrir y cerrar de ojos el sujeto hizo un movimiento diagonal haciendo una cortada en el torso de Saito cual cayó desangrado, desde lo lejos Tabitha y Louise percibieron esto, aunque la que más exasperó fue Louise.


    —¡Saito!, Tabitha, ¡haz algo! —ella dirigió una mirada a Tabitha quien estaba atónita pero sin perder su postura, avanzó del caballo donde yacía cabalgando ignorando las advertencias de sus protectores, avanzó hasta la posición de Saito y mientras el desconocido preparaba un segundo ataque, con un hechizo de hielo, disparó hacia él y atravesó su brazo , quien soltó la hoja al instante para retroceder gimoteando de dolor.

    —¡Tsk!


    —(…) —ella solo preparó otro hechizo más, susurró unas palabras—. Laguz Water Iza Hagalaz…¡Javelín!

    —¡Espera! —Tabitha por segunda vez, detuvo ese gran ataque de hielo a unos pocos centímetros de la nariz de él—. N-Negociemos.

    Tabitha recobró su postura, y con algo de fuerza, bajó su báculo golpeando el suelo con el extremo de abajo.


    —¿Negociar?, ¿contigo?, esto es una guerra, solo mira a tu alrededor —con esa helada mirada, ambos reaccionaban ante la realidad, era como estar en el centro de una masacre, los soldados se golpeaban contra los otros soldados, algunos se acuchillaban, y era hasta absurdo, el momento en que ambos hablaban mientras que a unos pocos metros suyos gente es asesinada y a su vez ellos asesinan.

    — ¡Detendré a mi ejercito!, así que haz lo mismo con el tuyo —aclaró.

    —¿Por qué debería confiar en que lo harás? —Tabitha miro con odio.

    —Solo observa —con el brazo que tenía ileso a contraste del que casi pierde por el hechizo de hielo de Tabitha, levantó la palma de su mano, luego la cerró en un puño y casi al instante se envolvió en una llama que disparó una bola de fuego hacia el cielo, el cual explotó como un fuego artificial. A esta acción, los soldados se detuvieron y retrocedieron, así como las artillerías pesadas y los jinetes. Los soldados de Gallia avanzaron como una plaga de Berserkers, perdiendo totalmente esa elegancia que los caracterizaba peculiarmente.

    —Ya veo…


    Tabitha alzó de nuevo su báculo y disparó primero un gran pedazo de hielo que tomó forma a medida que se elevaba y seguido con un corte de viento lo hizo pedazos, provocando una explosión, dando así, el paro para su ejército que al ver esto, mordiéndose la lengua y en quejidos se reprimieron y retrocedieron.

    —Muy bien, tu detuviste a tu ejército, yo hice lo mismo, ¿a qué quieres llegar?.

    —Bien —dos jinetes avanzaron hasta donde él estaba, acercándose de lado a lado como si fueran sus protectores—. Mi nombre es Phyrus Scepfire Lighy.

    —Su nombre no me interesa en absoluto, explica las razones por la cual irrumpes en mi país, en mi reino, en mi patria, para luego cobardemente pedir piedad al instante en que te puedo matar, con solo mover un simple meñique.

    Phyrus, se contuvo una risa y con una descarada sonrisa miró a los ojos, a la reina.

    —Así que los rumores eran ciertos, de que aquella reina, de contextura pequeña, de aspecto inofensivo pero intimidante, de mirada fría y sin sentimiento, una puerta que encerraba tanta magnificencia, sin duda, una joven que ha demostrado ser admirable e irrespetable…

    —Ahórrate tus cínicos elogios, el objetivo de este ataque era matarme, entonces, vuelvo a preguntarte por última vez, ¿qué es lo que quieres? —Tabitha frunció el ceño.

    —Es fácil, como verás, hemos venido a destruir y acabar con la familia real, mataremos a cada uno de tus parientes y a tu persona, para así, tomar las riendas de esta nación, en otras palabras, oficialmente, exijo un tratado de guerra en la cual se jugara el poder de este país.


    Saito podía aguantarse la cortada que le dio, había sufrido otras peores, así que con una mano con la cual intentaba detener el desangrado, observaba y escuchaba desde el piso la charla que ambos tenían, al oír esta propuesta irrumpió con negación.

    — ¡Por supuesto que no!, Tabitha, no lo hagas —dijo Saito mirando fijo a la joven.

    —Acepto, oficialmente, Gallia le declara la guerra a este ejército de patéticos rebeldes cual total honor les ha sido desdichado, ustedes no merecen ningún respeto, ni siquiera cuando sus cabezas rueden en su lecho de muerte, juro, que ninguna rosa reposará sobre ustedes.


    Phyrus solto una carcajada ante estas palabras y dio vuelta para marchar, todo este ejército que había sido reducido a un tercio, marchó, pero antes, le dejó unas palabras.

    —Oh cierto, mi reina, le hemos dejado una sorpresa en su querida población —con estas palabras el ejército marchó siendo seguido por un cuarto, para asegurarse de que se retiren.

    —Tabitha, ¿en qué pensabas?, no puedes aceptar algo así, mucha gente podría morir en esta guerra sin sentido, esto es demasiado absurdo, no sabemos de dónde vinieron simplemente, aparecieron, atacaron y ahora tú les sigues la corriente, ¡es muy estúpido!


    —¡Cierra la boca Plebeyo! —Saito se sorprendió ante tal respuesta—. Tú solo eres un huésped aquí, mis decisiones, no te conciernen.

    Saito iba a responder ofuscado pero en ese momento Louise en su caballo, cabalgó hacia él y bajó para sostenerlo.

    — ¡Saito! —mencionó preocupada—. ¿Qué te pasó?, debemos curarte rápido.


    —Si…

    Tabitha ya había dado vuelta y se había dirigido al castillo, ignorando las protestas de Saito quien solo la miraba con cierto enojo.


    Saito…todo esto lo hago por mi país, con el poder de Louise podré salvar a mi país, y esta responsabilidad me corresponde solo a mí como reina, así que para ello, debo cumplir con mi palabra, y olvidarme de ti, aunque te amo, debo hacerlo, por favor, entiéndelo…

    Mientras caminaba, comenzó a respirar ese sofocante aire helado, las lágrimas escapaban de sus ojos, de esa mirada aparentando ser fría y sin sentimiento, así estuvo durante todo el lapso hasta llegar al castillo.

    ___________________________________________________________

    Tres días después…

    —El informe indica, que los invasores desembarcaron en las costas de Gallia, por la madrugada, saquearon la ciudad tras no matar a ningún poblador aunque hubieron graves heridos, después de esto se dirigieron con su artillería, hacia el castillo donde se desarrollaron los terribles acontecimientos que actualmente está dejando en baja economía a Gallia —un mensajero cual sujetaba de extremo a extremo un papel algo rasgado relataba la situación actual.

    — ¿A habido respuesta de Germania, Tristein y Albion? —decía Tabitha, quien yacía sentada en su trono, con las prendas de reina, su bastón en su mano y a Irukuku quien estaba parada a su lado.

    —No.

    —El mensaje de ayuda fue enviado ayer, ¿qué sucede?.


    —Su majestad, este fiel servidor suyo no puede responder a su pregunta, mis más severas disculpas —el mensajero agachó la cabeza.

    —No hay problema, puedes retirarte.


    —Con su permiso —hizo una reverencia y se retiró, dejando a las dos jóvenes solas.

    Tabitha suspiró, y mostró una expresión de preocupación, Irukuku se acercó y con tono triste.

    —Onee-sama…¿no se puede hacer nada para evitar esto?.

    —Lo siento Irukuku, pero, yo acepté, el tratado de guerra llegó un día después a lo sucedido, así que, según lo indicado estamos en un periodo de tregua por ahora, la verdadera batalla será en los prados de Gallia, cerca de las costas hacia el mar, allí se decidirá todo.

    —Realmente no tienes que hacer esto, podemos pedir ayuda a…

    —No se puede, ya les he enviado un mensajero pero no han respondido, si las cosas siguen así no queda más que luchar —interrumpió con un tono decidido.


    —Onee-sama…

    De pronto la puerta fue resonada por un golpe, una voz se escuchó del otro lado.

    —Reina Charlotte —esa voz…era Saito.

    Tabitha se acomodó en su asiento debido a que le sorprendió que él, de todos, apareciera.

    —Pasa.


    Saito entró, acompañado de Louise quien solo desviaba la mirada para no tener que cruzar ojos con Tabitha. Irukuku se precipitó y al igual que Louise, desvió la mirada para no verse con Saito.

    —¿Qué…necesitas?.

    —Tanto Louise como yo te hemos prestado nuestra fuerza para esta batalla que tú….has aceptado —al mencionar esto, hizo una mueca de disgusto—. Así que, no estás sola en esta guerra, tienes nuestro apoyo, y más, mi apoyo…

    — ¡Saito! —gritó emocionada Irukuku quien corrió hacia él y se le lanzó, haciendo que cayera sobre él poniendo su gran busto en su cara, Louise se enrojeció y comenzó a ensombrecer su mirada indicando lo molesta y celosa que estaba—. ¡Sabía que estarías de nuestro lado!

    Mientras la joven dragona sentada en el suelo, abrazando a Saito contra su pecho, casi parecía que lo restregaba contra si, mientras una mirada placentera se dibujó en su rostro.

    —O-O-O-Oye Irukuku l-lo e-estás asfixiando a Saito, ¡así que suéltalo ya! —decía Louise señalando con su varita.

    —No me importaría morir así —decía ahogado en placer—.
    -Oh estos pechos, tan suaves, tan formados, grandes, Irukuku, no me importaría casarme contigo, una buena esposa de cuerpo sexy, divertida y tierna, sin comparación a la tabla de planchar de allá-

    Eso fue todo, Saito sentenció su muerte. Louise usó su hechizo con el cual lo castigaba todo el tiempo y Saito fue a parar al limbo para volver a la vida y ser pisoteado brutalmente por ella. Irukuku se apartó, la cual tenía la ropa chamuscada por la explosión que provocó, y Tabitha, demostraba estar satisfecha al saber que él, no estaba enojado con ella, al contrario, sabía que podía contar con él, y con Louise. Al observar la cómica escena, no pudo evitar zafar una pequeña sonrisa.

    —Gracias, Saito y Louise, no saben cuan aliviada estoy —Louise miró a Tabitha sorprendida, parecía haber olvidado la charla que tuvieron, esto le hizo tomar una decisión.

    —Hey Tabitha, quisiera hablar contigo a solas —dijo con un tono preocupante.

    Tabitha dudo un momento, pero luego le pidió a Saito e Irukuku que dejaran la habitación. Irukuku sostuvo al golpeado Saito y caminó con él hasta la salida.

    —Oye Saito, ¿enserio te gustan tantos mis pechos?, ¡puedes tocarlos si quieres! —Irukuku tomó la mano de Saito y la colocó en su escote, Louise vio esto y se dio la vuelta gritando.

    — ¡Oigan!, ¿qué creen que están haciendo? —Saito rápidamente se separó de Irukuku y ambos corrieron a la salida ante la reprendida de Louise.

    Una vez solas, Tabitha se paró de su trono y caminó hacia Louise, estando cerca de la otra, Louise se mordió el labio, no era de ella hacer esto, pero tenía que hacerlo.

    —¡Lo siento Tabitha, perdóname por favor! —Louise abrazó a Tabitha, ella se llevó una gran sorpresa ante la acción, pero sin perder su postura decidió preguntar.

    —¿Qué debo yo de perdonarte?.

    —Estaba equivocada, no quería hacerte daño, es solo que, no toleraba que Saito se me alejara y prefiriera a otra chica, quería que el solo me de atención a mí, y solo tenga ojos para mí, por eso es que me frustraba saber que a pesar de estar casado esté con otra chica, pero lo que más me frustra es saber que esto es mi culpa.

    —De hecho es mi culpa, yo…siendo consciente de tu matrimonio con él, me traté de contener, pero me acerqué a él…

    —No es así, tus sentimientos por él son tan grandes como los míos, de ser tú, hubiera hecho lo mismo y más, es por eso que es mi culpa, yo aleje a Saito de mí, lo trataba mal y con el incidente con Irukuku en el baño, le dije cosas muy feas, de las cual, soy consciente de que él las tomó enserio aunque solo hablé por puro impulso —Louise comenzó a sollozar en el hombre de Tabitha, quien puso su mano en la cabeza de la joven y acarició su rosado cabello, en señal de consuelo.

    —Está bien, entonces ambas perdonémonos —ella miró a Louise a los ojos—. Lo siento Louise.

    —L-L-Lo siento Tabitha —tartamudeaba puesto a que las lágrimas salían a más no poder.

    —Así está bien las cosas —Tabitha hizo una ligera sonrisa.

    —Oye, ¿sabes algo?, me sorprende bastante, tú no eras así, recuerdo que la primera vez que te conocí, fuiste muy alejada, de hecho me era difícil comunicarme contigo, y eras introvertida con todos, los ignorabas y no decías una sola palabra, pero con lo que ha sucedido has cambiado, sonríes, tus respuestas son más largas, no lo tomes a mal, pero la Tabitha de ahora, me gusta mucho —abrazó fuertemente a la joven y prosiguió—. No te consideraba una amiga, pero tus pocas reacciones demostraban tanto sentimiento, eres una amiga, a la que apreció mucho e hice mucho daño, lo siento.

    —No pasa nada… —Tabitha correspondió a la acción y en sus pensamientos solo esto resonó—.
    Una amiga, ¿eh?.

    Así se quedaron, durante todo el instante.

    ___________________________________________________________

    Mientras tanto, en lo que parecía ser una fortaleza en una zona abandonada, cerca de las costas de Germania, dentro de ello, yacía Phyrus rodeado de varios soldados, entre ellos el general de su ejército, un hombre de aspecto maduro y helado.

    —Así que Phyrus, nuestro primer objetivo ha sido conseguido, provocar una guerra con Gallia.

    —En efecto, conseguimos grandes cantidades de oro de la ciudad más rica de ese patético país, con ello, podremos negociar con algunas ratas del reino de Germania, poco a poco conseguimos alianzas, Gallia será nuestra —comenzó a reír a carcajadas en un tono malicioso—. Dejamos un tratado de guerra que indicaba que la batalla se desarrollara en las costas de Gallia cerca de la frontera con Tristein, pero ellos no esperaran que nosotros ataquemos antes de tiempo, el plazo era de 1 semana, así que, el día de la guerra será en el día de nada, como verán ustedes, no podremos irrumpir con el contrato, así que, simplemente llegaremos al campo de batalla antes que ellos y atacaremos primero, acabando de la manera más rápida posible.

    —Es un excelente plan, capitán —asintió el general.

    —Solo es cuestión de tiempo, muy pronto Gallia será nuestra, venganza por Joseph, este grupo, conformado entre miembros exiliados de Germania, y los opositores de Gallia, juntos, tomaremos el control de la nación, y luego…seguirán los demás países, hasta por fín conseguir dominar todo Halkeginia —dicho esto todos los soldados de la habitación levantaron sus brazo y con un puño en lo alto gritaron la afirmación ante lo dicho por su capitán.

    Este solo se acercó a la ventana y observó el cielo, a las dos lunas, y comenzó a reir a carcajadas maliciosamente.

    Ah…otra vez…otra guerra más, todos creen que hago esto por venganza o por sed de poder, realmente, si les dijera que solo lo hago por mero aburrimiento de esta maldita vida, esta sarta de desgraciados abandonarían sus puestos, que fáciles han sido de ser manipulados, pero allí está, todos necesitamos una razón de ser, mi razón, es hacer algo que me anime a seguir asumiendo mi existencia, la de ellos, es vengar a un rey idiota, ah…Joseph, ahora que lo pienso tú y yo no nos diferenciamos mucho, hacemos esto por aburrimiento, provocamos la muerte por nuestro egoísmo, no me importaría ir al infierno sin perdón de nadie, haré esto porque amo la guerra, amo el olor a sangre fresca, el sonido del metal de las espadas es una sinfonía para mí, ah…esto será interesante.

    Tras este pensamiento, una mirada melancolía se reflejaba en su cansado rostro, mientras miraba a las dos lunas.

    Continuara.
     
  3.  
    Ryuunosuke Akasaka

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    1540
    Capitulo 11: Contrato cancelado.


    Unos pasos se resonaban por los extensos pasillos cubiertos por una larga alfombra rojiza, era la reina Charlotte, más bien como "Tabitha" para sus amigos, atrás de ella, le seguía su fiel familiar, Irukuku, quien en su forma humano, mantenía sus brazos escondidos, con los ojos entrecerrados debido al sueño que se ocultaba en forma de ojeras, la reina sostenía su báculo en su mano derecha y en su izquierda lo que parecía ser una pequeña libreta, extraño, puesto a que siempre llevaba consigo algún libro para apartarse de la ignorancia infestada en el alrededor suyo.

    —Onee-sama, ¿cómo puedes seguir como si nada?, hemos discutido con los capitanes y generales la formación y estrategias de los soldados una y otra vez, creo con la tercera repetición bastó, pero no había necesidad de quedarse toda la noche planeando algo, era como caminar en círculos—decía entre unos no molestos quejidos.


    —No hay tiempo Irukuku, en esta guerra se pone en juego a toda la nación, la vida de todo un país está en mis manos, pero los valientes soldados quienes van a desenvainar sus hojas frente al enemigo, son las herramientas, no, todos ellos son el espíritu de Gallia, de antemano, de aquí nadie depende de nadie, todos juntos somos Gallia unida, si uno cae, le daremos la mano para que se levante, porque somos un pueblo sin piernas, pero que camina, ¡que quede claro! —frunció el ceño en su tierna pero firme en el espacio de su cerquillo frontal.


    — ¡Onee-sama eres tan genial! —Irukuku gritó con tanta admiración—. Pero, ¿sabes?, te comprendo, yo pensé lo mismo.



    — ¿Ah?, ¿cómo? —Tabitha apenas hizo un leve volteó en su rostro para ver con un ojo a su relajado familiar.


    — ¡Oh, vamos!, no soy tu familiar por nada ¿nee? —sonrió


    Tabitha hizo un pequeño esfuerzo por demostrar la satisfacción de tener como compinche a un familiar tan extraordinario, en una pequeña sonrisa.


    Una vez llegaron al salón de la reina, Tabitha se sentó en su trono y se retiró aquella pesada capa con bordes de terciopelo, y decoraciones como pepitas de oro puestas en secuencia formando una línea para dar molde a un símbolo de cruz, seguido se quitó la corona, Irukuku se acercó y tomó ambas para dejarlos sobre una pequeña mesa circular. Tabitha colocó su mano en el lateral de su cuello y flexionó un poco, haciendo unos sonidos, suspiró de cansancio.



    —Onee-sama, deberías tomar un respiro, aunque sea un poco, es inútil que quieras pasar por desapercibido tu agotamiento, hasta la más fuerte se agobia de vez en cuando —Irukuku sostuvo su cadera de par a par y sonrió.


    —No puedo, como reina la responsabilidad de...


    —Ya lo sé, ya lo sé, no tienes que decir un discurso lleno de "inspiración" otra vez —interrumpió con un tono relajado la joven familiar.



    Tabitha desvió la mirada con algo de molestia pero con un pequeño rubor al entender que se pasaba de la raya con sus palabras.


    —Silencio...


    Irukuku rio al escucharla.


    De repente las puertas se abrieron de golpe y un par muy exaltado casi como un rayo se acercaron hacia el trono de Tabitha.


    —¿Saito, Louise?


    — ¡Tenemos un problema! —mencionó Louise.


    —Sí, ¡un gran problema! —gritó Saito



    — ¿De qué están hablando? —preguntó Tabitha.


    — ¡De esto! —Saito enseguida enseñó el dorso de su mano izquierda.


    Allí estaba la razón del alboroto, las runas no estaban.


    Irukuku se sorprendió bastante, porque con solo ver se entendía que era lo que pasaba, Tabitha calmó a ambos y les hizo tomar asiento, la joven dragón les sirvió algo de té y cuando ya todo estaba más tranquila, Tabitha decidió hablar.


    —Bien, ¿qué fue lo que pasó?


    —Bien... —Saito desvió su mirada y tartamudeó un poco antes de empezar a relatar lo que había pasado...


    En la mente de Saito...
    ________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


    — ¡Toma esto!, y esto, y ¡Esto! —gritaba con voz de guerra entre cortos jadeos, el familiar de Louise, la joven de cabellos rosados, maga del atributo perdido, el vacío.


    —Saito, detente de una vez, no tienes que excederte tanto —en tono preocupado, la joven trataba de parar a su familiar de una vez, este se detuvo y dejo reposar el posterior de su hoja a lo largo del inicio de su hombro a través de su nuca hasta llegar al otro extremo, con una mirada de desfogue.


    — ¡No es suficiente! —gritó—. Mañana es un día muy importante, no podemos tomarnos la delicadeza de descansar mientras el enemigo entrena y planea diez mil y un formas de cortar nuestras cabezas.


    —Lo sé, lo sé, pero si te fracturas algún hueso hoy, no podrás ser el gran héroe mañana, así que descansa, estúpido perro —señaló una roca de tamaño medio, indicando que se sentara allí.


    —No sé porque tus insultos me son tan nostálgicos —murmulló con algo de sarcasmo.


    —Cállate, recuerda que nuestra relación ahora es de familiar y amo, después de lo que has hecho, ¡no creas que te perdonaré fácilmente gran idiota! —Saito presintió como esta ofensa era el inició de una gran discusión


    Saito hizo una mirada de poco interés e introdujo su meñique en su oído, dio unas rotaciones y con un tono burlón respondió.



    — ¿Ah?, ¿acabo de escuchar a una chiquilla insolente? —esto desató la ira de Louise, pero aun así prosiguió—. Realmente, no seré un hipócrita para intentar excusar mis acciones, pero mi sinceridad será mi contradictoria, me deje guiar por mi corazón, no sé si esto solo sea un sentimiento pasajero impulsado por unas palabras, pero de algo estoy seguro, no me colgaré hipotecando un futuro inexistente, pero tampoco me agacharé a recordar el pasado, este presente....con total seguridad, en este presente, lo que siento es amor, y una confusión, porque no se de quien realmente estoy enamorado, de ti...¡o de Tabitha! —agarró con cada mano los bolsillos de su pantalón, intentando contenerse de no decir alguna u otra cosa impulsivamente.


    Louise ocultó su mirada en una sombra, agachando su cabeza, y con una voz algo quebradiza pero que de inmediato de restauró en una firme y fiera tonalidad.



    —Inaceptable...


    — ¿Oh? —pensó Saito al oír ese susurro.



    — ¡Inaceptable! —Louise alzó su mirada que mostraba sus pupilas temblorosas—. Totalmente inaceptable, un perro estúpido como tú, siendo infiel a su ama...


    — ¡Maldición Louise! —Saito gritó con un fuerte enojo—. Lo que más detesto de ti.... ¡lo que más detesto de ti es que siempre trates de evadir mis sentimientos intentando auto engañarte para cubrir tu pensamiento de que soy solo una escoria!



    — ¿Y eso no es lo que eres?, una sucia escoria sin ningún valor, hasta el estiércol tiene algún uso con respecto a ti, ¡que no sirves para nada! —Louise apretó sus puños con tanta rabia.


    — ¿Eso es lo que piensas? —con un tono serio, Saito sin sentirse indignado por las palabras de Louise, con firmeza y confianza, sabría que responder.


    —Sí, lo pienso absolutamente, te odio, te odio, ¡Te odio!, ojala nunca hubieras aparecido en Halkeginia, quisiera, ¡quisiera que dejaras de ser mi familiar! —al decir esto, las runas de Saito comenzaron a vibrar, y de nuevo, ese ardor insoportable en el dorso de su mano izquierda, sostuvo su muñeca para detener el dolor, pero al observar, esto lo dejo perplejo.



    —Hey Louise, detente...



    —Cállate, desde ahora, tú ya no eres mi familiar, ¡cancelo nuestro contrato! —estas finales palabras fue lo que hizo que pasara lo que pasó...las runas comenzaron a ser ilegibles hasta desaparecer.


    —Parece que lo que querías se hizo realidad.


    — ¿Ah? —al oír esto Louise cesó su enojo.


    Saito con cierta preocupación, mostró el dorso de su mano hacia Louise, las runas, ya no estaban.



    —Eso quiere decir que... —con voz temblorosa temía decir lo último.


    —Que ya no soy tu familiar...


    Una brisa pasó por el lugar donde yacían ambos, un silencio tenso se prolongó.


    ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


    —Discutimos, ella dijo algo, y este fue el resultado —no contó nada de lo que realmente había sucedió, solo lo limito a unas simples palabras, Tabitha no le importaban tener que saber más detalles, así que enseguida pensó en una solución.



    —Ya veo, la solución es bastante lógica, solo vuelve a hacer el ritual de invocación, y haz que Saito atraviese el portal donde se supone, invocará al familiar aleatoriamente, pero por lógica, este procedimiento hará que el familiar sea el deseado —dijo con palabras atajantes.


    —Oh, ¡es cierto!, tienes razón, gracias Tabitha...


    —Pero aquí surge una gran duda —mencionó con un tono serio.



    — ¿Cuál? —cuestionó Saito.


    —Realmente, el "familiar" desea ¿volver a ser el familiar de su amo? —esta pregunta fue como un flechazo para Louise y Saito, esta duda, fue un ardor en el pecho de cada uno y un tsunami de confusión para sus sentimientos...


    ¿Realmente Louise quiere que Saito vuelva a ser su familiar?, o ¿Realmente Saito quiere volver a ser el familiar de Louise?


    Ambos se encontraban totalmente sorprendidos, cruzaron sus miradas para encontrarse con los ojos del otro, pero aun así, la respuesta parecía estar llena de contradictorias...


    ¿Realmente querían?...


    Continuara.


     
  4.  
    Kuroro

    Kuroro The Dark Sage

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    Arre :3 // me encanta la historia y las personalidades que toman todos los personajes ... espero con muchas ganas proximos capitulos //
    sigue asi :)
     
  5.  
    Ryuunosuke Akasaka

    Ryuunosuke Akasaka Entusiasta

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    Escoge.... (Zero no Tsukaima)
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    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
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    Capitulo 12: Familiar de dos: La protegida - El perro idiota

    Ese tedioso silencio inundó la sala, Saito miraba de reojo a Louise, ella hizo lo mismo, ambos cruzaron de mirada, ambos la desviaron, no querían verse, su confusión les impedía soportar los ojos del otro. Tabitha observaba atento el comportamiento de ambos, Irukuku, quien sostenía en sus manos una bandeja con una tetéra y unas tazas sobre unos platos, parecía sentirse afectada por el ambiente pesado.

    —¿Qué sucede si nos negamos? —Saito alzó su voz, resonando como un eco sobre la las cuatro paredes de la sala, Tabitha, se acomodó en su sillón y dio una mirada muy seria intimidando los ojos azules del caballero.

    —Regresarán a Tristein, si se quedan, probablemente mueran —Ese tono inexpresevio clásico en ella, hace mucho que esta naturalidad en ella se había escondido, un sentimiento de nostalgia recayó en el pesar del caballero quien tragó saliva, se sentía demasiado confundido, no había tiempo para reflexionar, pero... realmente, lo que se está jugando en su descición es el bienestar y la vida de varias mujeres y niños en el país entero, si perdían, probablemente se desataría un infierno.

    —Hey, Louise, ¿quiéres volver a ser mi ama? —descidido se lo preguntó directamente, Tabitha se interesó por el carácter de Saito.

    —¿Ah?, yo...yo... —Louise desvió su mirada y se encontró con la de Tabitha, esos ojos azules, fríos y helados como el hielo, quedaba como anillo al dedo, su elemento con su carácter, esa mirada, le decía con claridad "¿Qué esperas?, rápido, acepta", esto motivó a la joven maga—. Si.

    —Bien, llevemeos el ritual de una vez, debe de haber por aquí algún lugar alto, saltaré de allí para caer sobre el portal y así volver a restablecer nuestra relación —Muy tranquilo se acercó a Louise y le extendió la mano para que se levante, ella accedió, pero sostuvo su mano un poco más, para preguntar.

    —¿Y nuestra otra relación? —Saito captó el mensaje, ¿qué sucedería con su relación amorosa?, después de tantas peleas era claro que estaba bastante decaído, su matrimonio, todo los que los unía se fue por los suelos, tecnicamente, en ese instante, para el uno como al otro, no eran más que un Plebeyo y una joven que no sabía usar bien la magia, tal y como lo eran cuando se conocieron, en el ritual de invocación.

    —Louise —Saito se acercó y le brindó una sonrisa de confianza—. Luego hablaremos de ello, por ahora, lo crucial es volver a obtener tus poderes de maga del vacío, y yo, las runas del Gandlarf, mira que no he hablado con Derlf, puesto a que el viviía en los símbolos, y ahora, debe estar muy confundido por no poder contactarse conmigo.

    —Esta bien —Ella le sonrío.

    Tabitha miraba la escena, no sentía celos, no sentía envidia, mucho menos tristeza, se sentía muy tranquila, calmada, amaba a Saito, pero él, ya tenía un amor, este pensamiento le suprimía cualquier impulso amoroso sobre el caballero, esto, le tranquilizaba, y así como esto le beneficiaba, por una pequeña parte, la mataba por dentro.

    Hace unos días, semanas, odiaba con todo mi corazón a Louise, y a su vez, amaba con todo mi corazón a Saito, despreciaba su relación y envidiaba que ella lo tenga a él, mientras me hacía las ilusiones de poder tener su amor, hubieron ocasiones en que me descontrolé, le confesé mi amor, y él correspondia, me sentía muy feliz, pero solo fue momentaneo, él ya tenía y tiene un amor, y aun así, quería tenerlo, acosta del sufrimiento de los demás, solo pensé en mí. Mamá...te equivocaste al escogerme como reina, pero no hay vuelta atrás, muchas peleas ocasioné, muchas disputas hubieron y quien pensaría que era una guerra de esta magnitud lo que se necesitaba para acabar con este ridículo conflicto adolescente. Ahora Saito, aunque no he renunciado a ti, les haré un favor y me acallaré, no insistiré con mis sentimientos, solo provoco cosas malas al intentar hacer algo por mí, hasta hoy. Soy una reina, mi razón es mi pueblo, mi madre, mi familiar, mis amigos, Saito, todos ellos son muy importantes para mí, y no quiero perderlos, esta guerra amenaza con afectar el bienestar de mis seres queridos, no puedo permitir que les pase algo, yo, Charlotte Orleans di Gallia, Tabitha. Les protegeré a todos, lo juro, los protegeré a todos, así sea que entregue mi vida, juro que los protegeré, estos es algo que haré por mí, ya que ellos forman parte escencial de mi vida, y por ellos, ya que les debo tanto, esta es mi oportunidad, este es mi momento de demostrar de que está hecha la familia real de Gallia.

    ¡Lo juro!

    Habían tomado camino hacia el bosque que estaba cerca del castillo, era un lugar perfecto para el ritual, Louise sacó su varita y comenzó a susurrarse a sí misma, palabras de aliento, sus manos temblaban, toda esta situación la tenía muy nerviosa, Saito, estaba trepado encima de las ramas de un árbol, esperando el momento en que el portal se abriera.

    —Louise, ¿estas lista? —preguntó Tabitha, Irukuku estaba detrás de ella, como un guardían protegiendo a su amo.

    —Si, lo estoy —dijo con confianza.

    Anunció las palabras complementarias del ritual, un portal de color morado se abrió ante ella, esa era la señal. Saito se preparó, aunque tuvo que esperar, el portal era demasiado pequeño y tenía que apresurarse, si se demoraba aparecía cualquier otra cosa y esto haría que el plan fallara.

    —Louise, intenta poner más magia, el portal es demasiado pequeño, tienes todavía diez segundos de plazo antes de que algo aparezca, apresurate —con un tono tranquilo, Tabitha alertaba a Louise.

    —Lo sé, lo sé, es solo que...

    —¡Allá voy! —algo exaltado, Saito sabía las consecuencias, así que saltó sin más preambulos, así sea pequeño tenía que hacerlo, Tabitha se alertó y por rara vez, soltó su bastón y corrió hacia Louise, ya lo sospechaba, hace unos tres meses lucharon con el Dragón que les provocó tantos problemas, ella había desatado todo ese poder del vacío guardado durante el tiempo desde que vencieron a Wales. Y faltaría mucho tiempo antes de que vuelva a recuperar su magia del vacío. Ella sostuvo las manos de Louise con fuerza y concentrándose, le puso la magia faltante, haciendo radicalmente grande el portal.

    —¡T-Tabitha! —Louise intento voltear su rostro, ella estaba detrás de ella, descansando su barbilla en su hombro, con un ceño fruncido.

    —¡Concentrate!, no podemos perder la oportunidad —dijo algo cansada, había puesto mucha magia en el ritual, fue un descuido, tal vez por la sobrexaltación.

    Louise concentró todas sus fuerzas, y un brillo destellante azul indicaba una explosión, Saito horrorizado en medio vuelo intentaba agarrarse del viento para no caer en ese dolor, como el resultado general de sus hechizos, todo terminó en una gran explosión.

    Tabitha estaba sobre Louise, amabas con las ropas rotas por la explosión, Irukuku también estaba cerca de ellas, las tres se levantaron y se juntaron, estaba en bragas y apenas unas partes de la rota blusa les cubría su pecho, Irukuku se sonrojaba al ver a su ama avergonzada por mostrarse a si a Saito, le parecía bastante adorable, y por otro lado Louise estaba roja como un tomate al verse como estaba. Saito quien yacía algo inconsciente, despertó al verlas, y gritó a los cuatro vientos "Maldición, esta vista cura todos mis dolores". Claramente, Louise y Tabitha le tiraron un hechizo, por su lado, la reina, unas agujas de hielo y Louise, con la poca magia una explosión, resultado: Una explosión de hielo. Y al unísono, dijeron molestas: "Pervertido".

    Y comenzó lo que esperaban, Saito comenzó a sentir ese ardor otra vez, las runas se estaban escribiendo en su mano tal como se esperaba, Louise sonrió a esto, Tabitha e Irukuku se sintieron aliviadas, pero paso otro efecto más, un cambio físico muy notable, Saito podía soportar ese ardor con fortaleza, no como antes que cesó ante el dolor. Ambas jovenes le miraron fijamente, ese cambio se hacía más notable. Louise señaló con su dedo al joven.

    —Saito, ¿desde cuando tienes el cabello, tan..celeste?

    —¿Ah?, ¿A qué te refieres?

    —Es azul, combina perfecto con sus ojos —dijo Tabitha sonrojada, con ese aspecto extraño, le parecía "más apuesto", aunque para ella, sea como sea Saito siempre lo sería.

    —¡Wow!, Saito te ves super raro con el cabello y cejas de ese color, tienes un cabello azul muy lindo —Saito se precipitó al escuchar estos comentarios y busco rápido algo en que verse, no había un lago cerca, así que tomó de los hombros a Tabitha, ella se sonrojo al momento que este se acercó repentinamente hacia sus ojos, Louise se puso algo celosa e Irukuku muy curiosa. Se estaba viendo en el reflejo de sus lentes. Y era más que obvio que el cambio era notable, su pelo negro se había tornado a un cabello azul claro, sus cejas también, pero, ¿Cuál era la razón?.

    —¡Ah!, vaya, ¿pero qué es esto? —cogió un mecho de su cabello y se lo jaló hasta sus ojos, para ver el notable cambio de color.

    —No lo sé, es extraño, las runas ya estan, por lo tanto eres mi familiar de nuevo, pero, ¿este cambio? —Louise se llevó la punta de su dedo al centro de su labio inferior pensando en una respuesta o idea—. Creo que deberíamos contactar con el profesor Coltber para ello, vaya, hace un tiempo que dejé de asistir a la academia de magia y hechicería, supuestamente ibamos a tomarnos unos días de descanso en nuestra casa en Ornieres, después la fiesta en el castillo real de Gallia y llegamos a esto, han pasado muchas cosas.

    —Es verdad, me da cierta nostalgia e inquietud contactar con el profesor Coltber despues de mucho tiempo, Tabitha, ¿se ha de enviar un mensajero para llamarlo? —Saito preguntó, totalmente natural de su nueva apariencia.

    —Si.

    —Espera, estamos en tiempo de guerra, si enviaramos a un mensajero, lo más probable es que le ejercito enemigo lo intercepte, y quien sabe, tal vez dirijan un ataque sorpresa...

    —Lo dudo —Tabitha contradijo—. El enemigo es demasiado orgulloso, dio su palabra de no atacar hasta el día plazo, y eso es lo que va a hacer, así que por ahora, podemos sentirnos "seguros".

    —Entonces, ¿qué esperamos?, ¡rapido! —dijo con un tono motivador.

    —Un momento —dijo Louise con la mirada ensombrencida.

    —¿Ah? —Saito parecía no comprender su reacción

    —Ahora que lo pienso... —Louise inició la oración.

    —Seguimos... —Tabitha la continuó

    —Estando...

    —¡Semidesnudas y Saito, el caballero de la perversión se ha deleitado viendo sus hermosos cuerpos radiantes por el brillo ero-lolicon del sol! —E Irukuku alzando ambos brazos mostrando sus pechos desnudos a un Saito con un ataque leve de hemorragia nasal, la completó.

    Mierda, me descubrieron, fue bueno vivir mientras duró, al menos seré asesinado por dos hermosas chicas y una que no tuvo nada que ver, pero sentenció mi muerte, sayonara —Unas lagrimas salían de sus ojos, era la muerte en persona...

    —¡Explosión! —
    —¡Hielo cortante!

    —¡Explosión de hielo!

    Ese día mucha gente de Germania y Albion juraron escuchar una explosión, puesto que el ataque fue de proporciones bíblicas y por un milagro, el caballero pervertido, sobrevivió.

    Después de que las jovenes se pusieran ropas nuevas, Louise recordó el libro de hechizos que le había dado la reina Henrietta hace ya, un tiempo, había un hechizo entre ellos, el que usó para dejar a Saito en su mundo para prevenir su muerte ante la batalla con el feróz dragon, uso el mismo hechizo para llegar de manera rápida a la academia, era obvio que la intromisión causo escándalo, el director comenzó a saludar de manera precipitada a Saito y todo era un shock, habían tantas cosas que explicar, y era tan poco el tiempo, tomaron al profesor Coltber y regresaron al castilo con el mismo hechizo, si se quedaban allí era posible que Guiche, Tiffania, Kirche o Siesta, decidieran acompañarlos en la guerra que estaba por venir.

    Una vez regresarón a la temporal calma en el salón de la reina, le explicaron detalladamente toda la situacion al profesor Coltber, tuvo muchas preguntas que fueron respondidas, y al ya no tener nada que explicar, el comenzó con su deducción, realmente Louise se sentía aliviada de tener todavía el libro de hechizos, y aun más ese útil hechizo, se sentía importante y escencial.

    —Bien, respecto a todo lo que me acaban de contar, he llegado a una deducción; es verdad que Saito volvió a ser el familiar de la señorita Louise, pero a su vez, por la intervención, al momento en que usted, señora reina Charlotte...

    —Profesor, no me llame así por favor, llámeme Tabitha —dijo con respeto.

    —Esta bien —sonrió—. Prosigo; al momento en que la estudiante Tabitha intervinó, colocó su magia de viento que se combinó con la magia del vacío de Louise, dando como resultado a un Saito con poderes del Gandalrf y a su vez, poderes del elemento de viento, y tal vez, haya heredado el sub-elemento hielo que hace a Tabitha un mago lineal. En otras palabras, Saito es el familiar de usted señorita Louise, y también el familiar de la señorita Tabitha, es similiar a lo que sucedió con la jovencita Tiffania.

    —¡¿Qué?! —Louise gritó a mas no poder—. Eso no es posible, Saito es mi familiar y no es de nadie más.

    Esto parecía ser buenas noticias para Tabitha, quien agachó su cabeza y con su dedo ajusto sus lentes.

    —"Un familiar debe estar con su amo en todo momento, ambos son como dos gotas de agua que reflejan al otro cayendo al lago mágico que los une como familiar y amo, un familiar debe proteger con su vida a su amo, y viceversa, en todo momento el familiar debe acompañar a su amo, serle fiel por siempre y para siempre" —musitó hacia Louise—. ¿Entonces esta es ahora, mi relación con Saito?. ¡Oh!, mi Lew, juro protegerte con mi vida, sino me dejaré de llamar Ivaldi, el héroe.

    En ese momento Tabitha se arrodilló ante Saito y como Romeo tomó la mano de su Julieta "Saito" y le beso el dorso.

    —Espera, ¿no se supone que yo era Ivaldi?, ¿por qué debo ser tu protegida?, yo soy el hombr-

    —¡Espera Saito! ¿Qués eso de Ivaldi y Lew?, ¿me estas engañando?, ¿qué sucede aquí?, ¡tú eres mi familiar! —Louise como una niña pequeña apretaba sus puños zapateando el piso con su cara enrojecida de la ira.

    —Un momento yo solo-

    —No digas más mi Lew, guarda silencio, no desgastes tus delicados labios, mi protegida —Tabitha parecía estar sumamente emocionada por el hecho que ahora Saito es su nuevo familiar, y en tono poético decía sin pensar los diálogos del libro, claro, ella era Ivaldi.

    —¡¿Onee-sama?!, yo soy tu familiar, debes tratarme así a mí, no a él —Irukuku hizo un puchero pero ella ignoro todo lo que decía, con raíces de lagrimas se acercó a Saito y lo comenzó a jalonear de su buzo—. ¡Oye Saito!, ¡yo soy la única familiar que mi Onee-sama necesita, no necesitamos novatos, así que devuélmela ahora!, ¡Devuélvemela!.

    —¡Saito, te exijo una explicación!, ¿qué es eso de Ivaldi y Lew, y porque tú eres la protegida de Tabitha?, eres un hombre ¿no?, ¡contesta perro idiota! —Louise comenzó a jalar del otro lado, mientras Irukuku del lado contrario y Tabitha sosteniendo su mano y recitando los diálogos del libro.

    —¡Profesor Coltber! ¡Sálveme! —dijo Saito entre lagrimas.

    —No puedo, no puedo hacerlo, sería un pecado —comenzó a reir a carcajadas—. No sabía lo galán que eras, Lew, te deseo suerte con tus tres amores, por cierto, respecto a lo de tu cabello, así como las runas son símbolos de que eres un familiar de la señorita Louise, ese aspecto es símbolo de que eres parte de la familia real de Gallia y a su vez, eres propiedad de la señorita Tabitha, ahora que lo pienso, ¿habrá un hechizo que haga crecer mi cabello?, tendré que investigarlo.

    Dicho esto salió del salón y Saito comenzaba a musitar en su interior con lagrimas y llanto.

    —¡Dios!, ¡Sálvame!

    Y así el joven ero-chevallier, Hiraga Saito, siendo sumisado por sus dos lolis, digo, dos amas, y la familiar dragón, se convirtió en "La protegida" y a su vez, en el "Perro idiota". Pero mientras esta humorística escena se desarrollaba, más allá, en un pequeño pueblo que fue atacado por las tropas de Phyrus, este yacía sentado sobre el cadáver de uno de los pobladores, todos los soldados estaban entrando a las casas y sacando niños y mujeres de estas, claro, la regla era simple; no matar niños, viejos, ni mujeres, los hombres que se opongan, serán aniquilados, era una manera muy hipócrita de llamarlo "Justicia".

    —Durante estos días, nos hemos acercado más y más a la ciudad central del país, donde yace el castillo de la reina, o mejor dicho, la temporal reina de este miserable país, y ella, no ha respondido a nada, ¡que cobarde!, mañana cuando ataquemos el lugar, no tendrán Dios que los salvé de mis llamas que lo consumen todo, hasta eso, mi carta de triunfo debe permanecer oculto hasta que pueda nacer primero. Reina Charlotte disfruta tu estadía y tu bienestar por este último día, mañana tu cabeza rodará y los rebeldes, triunfarán.

    Dicho esto comenzó a reir a carcajadas, allí sentado sobre el cuerpo sin vida de ese hombre, en medio del caos, con soldados corriendo de un lado a otro, niños llorando, mujeres asustadas, ancianos temblando, todo esto era un bello paisaje para él, después de todo, la desesperación y el infundir el miedo, le excitaba. Que agradable se sentía todo esto para él.

    Continuará.


    Notas finales: He demorado en actualizar bastante este fanfic, que como podrán presentir, está llegando a su conclusión, intentaré actualizar también Love Days solo que he estado desconectado de los fanfics mucho tiempo, si irresponsabilidad mía, hoy estuve de buen humor y para aclarar, lo de las lolis, es que en veces que se ponen los fanservice de estas dos hermosas jóvenes, al ponerlas de manera erótica se ven más con un complejo de lolis (Ya sabrán porqué xD). En fin, espero que esta capítulo les haya gustado y no, no he abandonado el escribir fanfics, intentaré dar mi esfuerzo para brindarles un buen momento para los lectores que han seguido este fanfic . Muchas gracias por leer. Arigatou Gozaimasu.
     
  6.  
    Kuroro

    Kuroro The Dark Sage

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    Exelente trabajo, realmente sabes como captar mi atencion ( y la de muchos), dar un episodio de tranquilidad algo comico (y service =w=) para terminarlo con esa declaracion de Phyrus.
    Lo senti como si dieras a entender una tranquilidad antes de la tormenta que arremetera contra nuestro personajes (Y) // Esperando con ansias la proxima ( y te entiendo perfectamente la nota final, el tiempo :) )

    Sigue asi, da lo mejor de ti :3
    Umbreon fuera, paz V
     
  7.  
    Ryuunosuke Akasaka

    Ryuunosuke Akasaka Entusiasta

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    Capitulo 13: Guerra

    Saito estaba frente a un espejo, observando su reflejo y específicamente, su cabello, se sujetaba un mechón, lo alzaba y luego lo soltaba, también se acercaba y centraba su mirada. Tabitha yacía en un escritorio, repasando un libro. Louise estaba detrás de Saito con ambos puños en sus caderas.

    — ¿Se puede saber qué haces? —preguntó sarcásticamente.

    —Aun me siento muy extraño a mí mismo, con este aspecto, es como si viera a una especie de gemelo alternativo —respondió sin voltear a ver a Louise.

    —Bueno, ese es el aspecto característico de mi familia, ¿te molesta? —añadió a la conversación sin quitar su mirada de las letras del libro que leía.

    — ¡Para nada! De hecho me gusta —volteó a ver con una sonrisa a Tabitha, un poco emocionado.

    La joven desvió sus ojos para cruzarse con los de Saito, al toparse con la curva de sus labios, se sonrojó y rápidamente volvió a su libro, su corazón latió de manera veloz por unos segundos, con unas palabras débilmente disimuladas en un son inexpresivo, respondió.

    —Oh…q-que bueno… —su respiración fue entrecortada.

    Louise quien parecía estar pintada en esta escena, se molestó y gritó como una niña molesta.

    — ¡Oigan! Les recuerdo que estamos a pocos minutos de ir a la batalla, ¿cómo pueden ser tan poco serios en esto? —dijo Louise alzando sus brazos y mostrando sus puños.

    — Me disculpo, fue irresponsable de mi parte —contestó fríamente en un sarcasmo claro.

    — ¿Por qué de repente eres tan formal? —dijo Louise en respuesta a su notable sarcasmo.

    —Si nos ponemos serios probablemente estemos nerviosos, hay que relajarnos y tranquilizarnos, pensar con cabeza fría, de esta manera tendremos una ventaja sobre el enemigo, ¿no es verdad Derlf? —agarró del mango su confiable espada y loa dejó reposar el largo de su vaina en su hombro.

    — ¡Ese es mi compañero! —respondió alegremente una voz que salía de las runas tatuadas en el dorso de su mano izquierda.

    — Oh, ¡ustedes dos! —gritó Louise ofuscada.

    —Saito tiene razón.

    — ¿Tú también, Tabitha?

    —Muchas personas están nerviosas, tienen ansiedad, hoy se decide si su mañana será una pacífica mañana soleada o una tormenta de muerte —cerró el libro que repasaba y se acercó a ambos, con el báculo en su mano lo dejó descansar en su hombro, imitando el movimiento a Saito, él sonrió —. ¿Están listos?

    — ¡Sí! —asintieron al unísono.

    —Entonces, ¡Vamos! —Así los tres salieron de la habitación encaminados a las puertas del castillo, se iban a alistar, el enemigo llegaría en poco tiempo, se podía presentir, el aire era pesado y se respiraba ansiedad, la voluntad de sus corazones y la valentía de su espíritu de lucha era lo que los calentaba en ese helado ambiente. Los capitanes de las legiones del ejército de Gaia se reunieron frente a Tabitha, los cuatro hicieron sus reverencias ante su reina y luego con un tono firme le informaron.

    — ¡Majestad! Tengo malas noticias. Al parecer el ejército enemigo no cumplió su parte del trato.

    — ¿Qué quieres decir? —Tabitha comenzó a sospechar lo peor.

    — Han atacado antes, los pueblerinos que sobrevivieron al ataque se dirigieron a la ciudad central e informaron que durante los últimos días han estado invadiendo a los pueblos alejados del reino, así que poco a poco se han asentado y preparado.

    —Entonces…

    —Quiere decir que actualmente, estamos rodeados por todos sus ejércitos, no atacaran de frente, atacaran por todos los lados, eso complica y rebaja nuestras posibilidades de victoria, pero no hemos perdido.

    —Aprecio tu positivismo, pero hay que ser claro…

    —¿Majestad?

    Tabitha caminó y con su báculo disparó una lanza de hielo que explotó en el cielo, todos dirigieron su mirada a la joven reina.

    —Escuchen todos —dijo con un tono bajo—. El enemigo nos ha engañado, estamos rodeados por ellos y en cualquier momento ningún lugar es del todo seguro, se puede decir que podemos perder ahora mismo —Todos comenzaron a murmullar sobrexaltadamente entre ellos.

    — ¿Entonces qué haremos, majestad? —un soldado que portaba una lanza y un escudo redondo se salió de la multitud.

    —Lo que haremos es cambiar nuestras líneas de ataque, quiero que la mitad de nuestros arqueros busquen una posición en el castillo, encuentren habitaciones con una vista que les propicie una buena posición de disparo, el resto que se resguarde detrás de los soldados rasos, estos a su vez se resguardarán detrás de la caballería, quiero que se dividan en grupos de tres; un jinete, un soldado raso y un arquero así cada uno se coloque hasta rodear completamente el castillo. La artillería pesada se va a colocar detrás de los arqueros así podremos dar el tiempo de preparar las catapultas. Los capitanes irán con sus escuadrones, yo iré a por Phyrus en mi familiar, Sylphid, junto a la señorita Valliére y el Chevallier Hiraga Saito do Orineres. ¿Alguna duda?

    Un silencio se hizo presente, los soldados se miraban entre ellos, pero de repente el general, se acercó a Tabitha y con una sonrisa de confianza le dijo.

    — Tus planes estratégicos son como los de tu padre, él siempre mantenía la calma en los peores momentos y siempre tenía una solución razonable para todos, me alegro de servir para su hija, Charlotte —Tabitha le miró sorprendida. Él se volteó y con una voz firme y ronca se dirigió a los soldados—. ¡A ver bastardos, la reina ha dado sus indicaciones! ¿Por qué dudan? Si lo que temen es por su vida no sé qué clase de gente he estado entrenando durante todo este tiempo, quiero que en este campo el enemigo retroceda, quiero que ente todos, les hagamos ver que hacer a Gallia su enemigo fue el peor error que pudieron haber cometido. Quiero la victoria por la reina, por mí, por ustedes, ¡Quiero la victoria por todos nosotros! ¡Quiero la victoria por Gallia!

    — ¡Sí! —Gritaron emocionados todo el ejército de Gallia, ese grito fue tan fuerte que llegó a los ancianos oídos del rey de Germania.

    De repente un temible rugido se escuchó a lo lejos, el cielo se tornó gris, pasos, rechinantes sonidos de armaduras golpearse ente si, trotes de caballos. El momento ha llegado.

    — ¡Todos a sus posiciones!

    Todos los soldados se posicionaron justamente como lo había indicado Tabitha, a su vez ella silbó y desde lo alto del castillo, Irukuku saltó y en la caída se convirtió en el dragón de viente, Sylphid, aterrizó frente a los tres, ellos le montaron y se prepararon.

    — Como ansiaba este momento —dijo Phyrus—. ¡Ataquen!

    Una horda soldados rasos corrieron toda la colina y en su bajada parecían unos hostiles y furiosos Berserkers, el general, los capitanes y sus escuadrones fueron al ataque, al momento de chocar fuerzas se escuchó el sonido de la piel cortada, sangre salpicada y espadas rechinantes. Los arqueros disparan lluvias de flechas que cubrían todo el castillo, no solo el ataque era frontal, en efecto, soldados y jinetes comenzaron a salir de los alrededores a dirigirse al castillo. Mientras tanto, Tabitha, Saito y Louise, encima de Sylphid se dirigieron a lo fondo del ejército enemigo para poder dar con Phyrus pero para su sorpresa no se lo encontraron, se detuvieron, encima del ejército enemigo.

    — ¿Dónde diablos está? —dijo Saito desenvainando su espada.

    — Esto es sospechoso —Louise preocupada sostuvo su varita y miró a todos lados.

    — (…) —Tabitha frunció el ceño, esto le daba mala espina.

    La batalla transcurrió, pero algo andaba mal, estaban encima de ellos, en un blanco fácil, podrían capturarlos con redes o flechas pero solo se quedaban allí observando con una sonrisa sarcástica hacia ellos.

    — ¡Hey Charlotte! ¿Me buscabas? —se escuchó una voz muy cerca.

    — Esa voz… ¡Phyrus! —Tabitha se volteó y allí se encontraba, esto dejó anonado a los tres, Phyrus estaba encima de una criatura que les resultó muy familiar.

    — Ese no es… ¡el antiguo dragón! —señaló Saito sobrexaltado.

    — Aciertas mi pintoresco amigo, pero lamentablemente, esta majestuosa criatura cual monto, no es más que una cría, que dentro de nada se convertirá en su perdición —levantó una especia de esfera.

    — ¡Eso es…

    — Si, es una esfera que contiene magia antigua, una vez que el hechizo se complete, esta bestia se transformara en el infierno presente —comenzó a reír extendiendo ambos brazos.

    — ¡Estás loco! ¡Sabes que esa bestia no te obedecerá, su pensar es la muerte y su vida es la destrucción, no puedes revivirlo! —gritó Louise.

    — Corrección querida, no lo reviviré, esta cría fue creada tras el sacrificio de varios camaradas míos, cada uno entregó su vida para poder crear el huevo que daría luz a esta majestuosidad, esta esfera contiene magia antigua de tiempo, una vez esté lista acelerará el proceso de crecimiento de la bestia convirtiéndola en adulto.

    —¡De todas formas no te obedecerá!

    —No me interesa si me obedece o no, lo único que quiere es ver su poder destructivo, aunque también me elimine a mí también —dio una sonrisa enfermiza y el dragón escupió una bola de fuego que Sylphid disipó con un ataque de viento—. Oh ese dragón es ágil, pero veamos si puede contra el mío.

    — ¡Yo me encargó de él, ustedes destruyan al dragón! —. Saito se lanzó hacia Phyrus quien retrocedió de un salto y una vez en tierra, ambos comenzaron a chocar espadas. Saito se mantenía a la ofensiva total mientras Phyrus parecía tomarse a la broma los ataques de él

    — ¡Saito! —gritó Louise.

    — Louise concéntrate, debemos encargarnos del dragón, recuerda —Tabitha lanzó varias estacas de hielo provocadas por un hechizo que susurró, Sylphid sincronizó el ataque impulsándola con un viento cortante que dividió las estacas a agujas, esto provocó cortadas en el dragón, retrocedió pero contratacó con una llamarada, Louise se puso al frente y usó su clásico hechizo.

    — ¡Explosión! —gritó. La llamarada quedó disipada por un fuerte estallido.

    Hasta el momento la batalla parecía estar en par, Saito y Phyrus chocaban espadas rodeados por todo el ejército de él. Tabitha, Louise y Sylphid controlaban al dragón quien parecía estar en sus límites, Phyrus echó una mirada y al ver al dragón herido desvió el ataque de Saito y le propinó un codazo en su nuca.

    — ¡Diablos! —saltó hacia Sylphid y le envolvió en llamas con un hechizo de fuego, Tabitha y Louise tuvieron que saltar, pero para mala suerte del dragón, no pudo salvarse del ataque, se consumió en llamas y cayó a los suelos.

    — ¡Sylphid! —gritó Tabitha, ambas cayeron rodando y cayeron duramente lastimándose gradualmente, Tabitha se levantó y corrió aun con una pierna adoloridad hacia Sylphid, ella se paró frente a su familiar. Fue rodeada por soldados enemigos quienes se acercaban con redes para capturar al dragón, Louise estaba inconsciente, la joven reina se defendió con estacas de hielo pero el dolor sufrido le impedía concentrarse, su vista se tornaba borrosa.

    — Oh, la gatita muestra sus garras —dijo Phyrus descendiendo encima de su dragón—. ¡Atrápenla!.

    Los soldados se acercaron a ella con espadas y hachas, pero de repente una fuerte tormenta hizo volar por los cielos a los soldados de Phyrus quienes cayeron de manera brutal, como si el viento los sostuviera y los arrojara como muñeco de trapo.

    — ¿Ah? ¿qué demonios? —Phyrus echó una mirada entre el polvo y allí estaba, Saito sosteniendo su espada de manera frontal, cuya hoja destellaba de manera palpitante.

    — ¡Eso es magia de viento! —Tabitha dirigió su mirada a Saito, su cabello cielo y sus ojos de zafiro brillaban en un máximo resplandor—. Eso es…

    — Si… —Saito levantó su espada y con un rápido movimiento dio una cortada delantera que hizo que el viento vaya hacia Phyrus como si Saito le hubiera dado un ataque frontal, él recibió el impacto y el dragón se desestabilizó por unos momentos, cuando se repuso puso su mano en su mejilla, tenía cortada, se limpió la sangre y rio.

    —Vaya, parece que esto se pone cada vez más interesante.

    —Eh, ¿quieres un segundo round? —dijo con mucha confianza el familiar real.

    —Que confianza, vamos a ver cuánto dura ese poder que tienes —Phyrus desenvainó su hoja y se dirigió con su dragón hacia Saito, él se posiciono esperando el ataque.

    — ¡Saito apártate, es un ataque directo! —advirtió Tabitha quien se apoyaba en su dragón.

    — Tranquila, puedo con este —él tomó con ambas manos el manga y cerró sus ojos—. ¡Dame tu mejor golpe bastardo!

    Phyrus y su dragón volaron a toda velocidad hacia Saito, él solo se mantenía firme, de pie. Se estrelló y una nube de polvo cubrió todo el lugar, fue como un impacto certero y directo, Tabitha estaba atenta a lo que sucedía. Cuando la visión se volvió clara, se observaron dos siluetas, Saito tenía todo el filo de su hoja en el cuello de Phyrus quien permanecía anonado, puesto que al choque de espadas destruyó el arma de este, y aparte, el chevallier arrogantemente le pisaba la cabeza al dragón.

    — Se acabó —dijo Saito con un tono serio y confiado.

    Continuara…
     
  8.  
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