One-shot Escaleras

Tema en 'Crossover' iniciado por Jetto, 1 Marzo 2019.

  1.  
    Jetto

    Jetto Latin groovin'

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    Escaleras
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4702
    Verano.

    Es el nombre de uno de los conciertos de Vivaldi que presentó en un concurso algunos cientos de años atrás. O eso me dijo Koizumi. Siendo sinceros, no le estaba poniendo mucha atención. Estaba más concentrado en no dejar de mover la libreta frente a mi cara para intentar bajar la temperatura. Y en todo caso, ¿cuánto amor le pude tener alguien a una estación para dedicarle once minutos de cuerdas? ¿Cuánto para dedicárselos a las otras tres estaciones también?

    Era fácil adivinar que Vivaldi no era japonés. No importa lo mucho que adores el verano, la mayoría en tiempos modernos lo adoran por ser temporada de descanso. ¿Qué mejor que quedarse frescos en casa, sin hacer nada durante las siguientes 12 horas al despertar, en lugar de irte a freír el cerebro intentando aprender algo y fracasar en el intento, sin mencionar el meterse al sistema de trenes en hora pico?

    “¿De qué hablas? El verano se da para que hagas todas las cosas que quieres hacer. Te olvidas de tus compromisos y juegas el resto del mes.”

    O algo así diría Haruhi también.

    No. Yo no puedo.

    Y puedo asegurar que cualquier persona que no estuviera vinculada a mi grupo de fenómenos y Asahina-san o que tuviera una vida normal podría estar de acuerdo conmigo. Toma por ejemplo a Vivaldi de nuevo: Si hubiera vivido en Japón en los veranos, probablemente hubiera preferido extender Primavera antes de hacer algo para Verano. El sonido de las cigarras y las temperaturas en aumento con la humedad son recuerdos que mucha gente guarda con cariño por lo que vivieron en su tiempo libre. De nuevo, esa es gente normal que se esfuerza por objetivos admirables. El Verano de Vivaldi con su tercer movimiento también explica que su verano en donde sea que haya escrito la pieza era mucho más disfrutable. Quizá un sitio fresco, alto y seco, tomando vino o lo que sea que la gente de ese tiempo hiciera en sus días libres (Si los tuvieron, claro).

    También mi escepticismo al amor por el verano venía de lo ridículo que podría ser el invierno. Pero el japonés tiene maneras para lidiar con eso.

    ¿Por qué no podía ser todo un bonito punto medio? En primavera están los cerezos y en otoño el clima es perfecto. Sin mencionar que había bastantes festividades para aquellos que preferían pasar el tiempo fuera de casa. La Golden Week, por ejemplo, o incluso eventos extranjeros como Halloween o San Valentín.

    “Solo te quejas por que puedes. Deberías tener un poco más de espíritu. Además, ¿qué tanto te emociona de San Valentín? Este año no recibiste nada, ¿cierto?”

    Haruhi, como siempre, tan acertada en momentos así.

    ¡Ah! ¡Es frustrante!

    ― ¡Como sea! ¡Dormiré!

    … dije, pegando la frente en la mesa. Escuché a Haruhi suspirar y a Koizumi reír. Luego me desquito con él.

    En todo caso, no podría dormir así. No con el calor y con la luz. Traté patéticamente de arreglar lo segundo con mis brazos y volviendo todo alrededor un poco más caliente. Sí, Vivaldi, el verano es hermoso.

    ― Sería mucho más sencillo si tan solo fueras más honesto.

    … sí, quizá. Pero mi orgullo no me permitía levantar la cabeza ahora que había tomado acción. Bueno, me quedaré aquí un rato o hasta que Nagato se levante. Es la señal para irnos de cualquier modo.



    O, eso quise pensar. Lo siguiente que recuerdo fue una brisa entrando por la ventana, una bastante fría que me sacó un escalofrío.

    No, de hecho, todo alrededor era más fresco. Casi frío.

    Levanté la cara, pretendiendo darle un trago al té caliente de Asahina-san, pero la idea se quedó allí cuando mis ojos absorbieron luz suficiente para enfocar dónde estaba.

    ― ¿Dónde estoy?

    Para empezar, el salón era más grande. Veía algo como un almacén improvisado con un montón de libreros y estantes llenos de libros. La mesa en la que estaba acostado no era una individual de las que juntamos, sino dos largas. Fácilmente cabían 4 personas, hasta 6. En una mesa, contraria a mí, un pequeño cactus en una macetilla blanca. No… poniéndole atención a mi alrededor, era como un laboratorio pequeño, con grifo y todo, y con un toque antiguo. Por la ventana podía ver montañas y un campo.

    De hecho, era un sitio agradable. Lo sería más si tuviera un abrigo encima, pero me gustaba el ambiente. ¿Estará este sitio también en el Japón de donde vengo? De ser así, venir aquí antes de entrar a la universidad para un cambio de aires estaría bien. Siempre fui más un tipo de montaña que de playa.

    ¿Quizá te preguntes cómo puedo estar tan tranquilo luego de literalmente despertar en otro sitio?

    Bueno, aunque se le conozca como “Síndrome del patito”, es un tipo de imposta. Después de haber estado en dos espacios cerrados, un universo alternativo, dos universos creados por la jurisdicción de datos de no-sé-qué, viajado en el tiempo dos veces y sido atrapado en un bucle en agosto por técnicamente unos 1300 años, ya estaba más bien acostumbrado a que de pronto algo así pasara. O internalicé la idea de que podría pasar en cualquier minuto.

    No quiere decir que me gustara, eso sí.

    En ese momento la puerta se abrió. Vi que era corrediza, así que la posibilidad de que siguiera en Japón se disparó. La chica que entró también tenía aspecto más bien japonés. Pequeña, cabello corto y ojos grandes. Incluso podrían decir que era linda.

    Se me quedó viendo con sorpresa. “Sí, bueno, no la culpo”. No tenía la certeza de que habláramos el mismo idioma ―porque podía estar en una dimensión paralela, en otro lugar geográfico o en otra época. Por el frío y viendo el gran abrigo que traía, probablemente era esa última. Hice un gesto con la mano a manera de saludo.

    ― ¿E-eh? ¿Quién eres? ― Me preguntó. Se fijó en algo sobre la puerta con prisa y revisó un reloj en su muñeca. En todo caso, hablaba japonés. Hurra.

    ― Ah, lo siento. Le pregunté a la profesora si podía encontrar algún libro de la historia de la escuela y me mandó aquí. Supongo que llegué un poco temprano y me quedé dormido. ― Inventé. El montón de libros dio la idea.

    ― Eh, sí, creo que tenemos algo de eso. Pero, ¿cómo entraste? ¿Y… tu uniforme…?

    Oye, oye, son muchas preguntas. Dame algo de tiempo de inventar mis respuestas. Yo tampoco lo tengo fácil.

    ― Represento a una pequeña brigada… eh, y básicamente la idea es ir por la prefectura recolectando la historia de la evolución de las escuelas… Sí, nos asignan a escuelas de diferentes pueblos. Seguro hay un representante de esta escuela en la brigada también, porque solo participan las miembros.

    ― ¡Pero la puerta estaba cerrada con llave!

    Dame un respiro…

    ― En todo caso, ¿puedes ayudarme con eso? No será mucho tiempo. ― Y eso espero. Asahina-san, Nagato, sáquenme por favor.

    ― Ah… Yo no puedo ayudarte ahora mismo, tengo otro compromiso. Solo necesito dejar algo. Puedo llevarte a la biblioteca. Hay un libro en particular que te será de ayuda.

    Me sabía un poco mal la naturalidad con la que había mentido. También tenía la pequeña idea de que ya había dicho algo así antes. En todo caso, un “Gracias” después me pidió que la esperara afuera un momento. Juzgando por el movimiento que veía por la otra ventana, fuera del salón, creía que recién estaban saliendo de clases. Eso, y nevaba. No, era más bien aguanieve.

    Escuché la puerta detrás de mí y el seguro girar. La chica se quedó frente a la puerta un momento y suspiró. Era extraña, al menos su actitud. ¿Qué debía dejar? ¿O solo estaba así por otro asunto?

    Pensar en eso me hizo recordar que no estaba en mi mundo, o realidad. Como sea, por naturalidad vi mi reloj y la hora estaba obviamente fuera de lugar. Sostuve la pequeña esperanza de que mi teléfono se adaptaría al cambio, pero la pantalla del aparato me dio una bofetada de realidad. No, no era mayo y no, no pasaba de las 5.

    ― Disculpa, ¿podrías darme la hora? Mi teléfono últimamente se está desprogramando y tengo que acomodarlo… ― Le dije a la chica. Con un saltito me regresó a ver con sorpresa. Oye, no te olvides que sigo aquí, aunque no quiera.

    ― Perdón, no quería… ― Suspiró. No la conocía, pero era bastante claro que estaba preocupada o ansiosa por algo. ― Son las 3:42, exactamente.

    ― “3:42”… ― Murmuré fingiendo teclear algo en mi teléfono. Ella no tuvo ninguna reacción al verlo, así que supondré que estoy en el mismo año o en uno muy similar y este modelo no es raro entonces. ―… ¿qué día era hoy…? ― Dije “para mí mismo”, sutilmente mandándole las señales mientras veía el techo.

    ― 14.

    Gracias por el dato, pero el mes me sería más útil. Ya que estamos, veo que el día también es diferente. El día en mi teléfono es 17 de mayo. Ahora, solo tengo que hacer la plática para que me diga el mes, o al menos me dé una buena pista.

    ― Desearía que las vacaciones de invierno fueran más largas. ― Intenté poner un gesto amargo en mi cara. Ella sonrío un poco, supongo que entendiendo mi punto.

    ― Sí, enero pasó muy rápido.

    Oh… ¿así que caí en San Valentín? ¿No estaba quejándome sobre algo así antes de dormir? Entonces quizá esto tiene que ver más con Nagato que con Asahina-san. Bueno, Nagato era más competente, así que solo necesito esperar sin hacer problemas.

    Con eso dicho, la chica comenzó a caminar y la seguí. Varios escalones abajo y algunos giros al azar me pidió seguir un corredor en un edificio más nuevo. “Por allí está la biblioteca. La profesora a cargo sabrá de qué libro hablas”. Luego se despidió con un pequeño gesto y salió hacia arriba de nuevo.

    Gracias por tu apoyo, y lo que sea que te tenga ansiosa, espero se arregle pronto.

    Ahora tenía la opción de ir hacia allá y ver qué tan diferente era la literatura en este mundo o podía darme la vuelta por allí. El edificio no tenía calefacción en los pasillos y la mayoría de los estudiantes usaban abrigos de buen tamaño. Seguramente destacaba con mi camisa de otra escuela y manga corta, y si me topaba a un profesor seguramente también podría meterme en problemas. Era mejor idea buscar algo qué ver mientras tanto, en un lugar con poca gente o donde a la gente le diera igual dónde estaba.

    Así que caminé sin rumbo evitando a los adultos en la medida de lo posible hasta que regresara a mi propia realidad. En uno de los pasillos, en lo que según un letrero era el salón de música, alcanzaba a ver a un grupo de estudiantes acomodándose. Supuse que irían a practicar o algo, así que me quedé allí, cerca de las escaleras por si tenía que hacer una huida rápida.

    Resultó ser el club de A Capela o algo así. Practicaban algo en un lenguaje que no reconocí (¿Alemán? ¿Belga? Siendo sincero tampoco me importaba). Dando un vistazo al resto del pasillo, encontré familiar la imagen.

    Ah, así que el salón donde aparecí también está en el cuarto piso. No le puse atención al principio por dónde bajamos, pero resulta que la escalera más cercana a ese salón estaba recién lustrada. Si desaparecería de este mundo, prefería no dejar huellas. Aunque dejarlas, literalmente, podría hacer una interesante historia de fantasmas, supongo.

    Por la ventana entonces vi a la chica de hacía un rato. No habían pasado más de 30 minutos. Pensando en eso, vi que ella también me reconocía ―como si mi uniforme no fuera de por sí notorio―. Igual, levanté la mano y la saludé levemente. Ella regresó el gesto, insegura. Vi que dio un suspiro y siguió su camino, que parecía estar en este edificio. Quizá regresaría al salón de hace rato.

    Seguí escuchando al club practicar la misma canción varias veces cuando sentí que alguien me miraba. No me sorprendió encontrar a la chica de hace rato. En lugar de seguir su camino, vi que se quedó viendo por la ventana a un par de metros de mí.

    ― ¿No tienes frío? ― Me preguntó.

    Sí. Aunque, a pesar del clima, no tengo tanto como esperaba.

    ― Ya veo… ¿Y el libro que buscabas?

    Me ayudó mucho. Obtuve muy rápido la información que necesitaba.

    Con un “Me alegro”, volvió a quedarse callada. Miré mi teléfono al no tener nada de qué hablar y recordé la fecha. ¿Y si ese algo que debía dejar estaba relacionado a la fecha? Si fuera eso, sería muy normal que estuviera ansiosa, aunque seguía pensando que se veía preocupada de otra manera. Incluso triste. Si ya hubiera obtenido una respuesta, probablemente no estaría así.

    Me dio un poco de rabia, pensar que había quienes podían tener las agallas para no dar una respuesta en casos así. No soy quien para hablar por básicamente no tener experiencia más allá de los chocolates por obligación que mi hermana me daba, pero algo podía decir. Tampoco estaba molesto por solo recibir chocolate de Koizumi mientras alguien podía tener unos sinceros y los rechazaba así.

    Quería decir, ya no era solo el tema de estar celoso o no. En un día así, que puede ilusionar a muchos, algo como evitar dar la cara puede ser muy ofensivo. La cantidad de razones que una persona dolida puede buscar es peligrosamente alta. En todo caso, y aunque internamente quisiera no verlo, alguna razón real podía tener la otra persona. Sí, quizá algo había, pero el momento tendría que llegar.

    ―… aún es temprano. ― Dije. Ella me miró de reojo. ― Deberías obligarlo a responder si te tiene así. ― Me atreví a decir. Cosas así podían tocarme un nervio sensible.

    Ella apretó los labios en una línea. Quizá la osadía no estaba tan fuera de lugar. Ahora, ambos suspiramos.

    De fondo, el club que se había mantenido a volumen bajo, comenzó un ensayo de recital con fuerza, cantando cosas que no conozco, y entonces ella comenzó a platicar. Juzgando por su elección de palabras, estaba estresada y tan solo quería decir lo que se le pasaba en la cabeza.

    Me habló de los intentos que había hecho, de cómo su Valentín ya sabía de todo desde hacía años, de cómo el año pasado algo similar había pasado y de cómo había hecho una promesa que comenzaba a dudar que fuera la adecuada.

    Luego, me habló de él. De los puntos buenos y los malos. De lo que le gustaba y de lo que siempre la sacaban de sus casillas, pero que no podía llegar a odiar. No podía decir siquiera que le disgustaban, lo que también la frustraba.

    Quizá la idea de hablar con alguien que quizá solo vería una vez en su vida le ayudó a abrirse. O eso quiero pensar, porque terminó con un pequeño quejido, el rostro rojo y un par de lágrimas en los bordes de sus ojos.

    Oye, Valentín, no hagas llorar a las chicas. Ella es una buena chica. La conoces, así que deberías saberlo bien, ¿no?

    Ese sujeto, en lo que me explicó ella, me recordaba mucho a Koizumi. A una versión mucho más visceral de Koizumi. Incluso podía decir que tenía algunas tendencias obsesivas, a pesar de que ella me había dicho que era algo que él estaba cambiándolas poco a poco conforme pasaban los meses. Antes que ser el tipo que le gustaba, ella encontraba en él a un amigo. Podía decirle las cosas a la cara y lo hacía. Aunque ello conmigo se mostró más bien tímida, e incluso asustadiza, tenía bastante carácter y lo sacó a relucir en la charla varias pequeñas ocasiones mientras empuñaba las manos.

    … no había conocido a alguien como ella antes. Era muy refrescante, a su manera.

    ― ¿Qué es lo que más te preocupa?

    ―… Que encuentre algo para no darme una respuesta de nuevo. Eso querrá decir que todos mis esfuerzos han sido en vano, y no sé en qué momento se volverá más doloroso estar junto a él.

    ¿Le creerías si te dice que el problema es con él?

    ― ¿Qué clase de mal cliché es ese? ― Suspiró de regreso.

    No intento defenderlo, más bien estoy de tu lado, pero si él tiene algo que le impida darte una respuesta, jamás te la dará, incluso si quiere estar contigo también. Tampoco has dicho que te de miedo su rechazo. Te preocupa más el tiempo que lo que sea que te dirá. No te enojarás con él porque creerás que el problema eres tú, y él no sabrá qué hacer a tu alrededor porque el problema está en él… Aunque, a como lo describes, no creo que te evite ni que deje que las cosas se pongan incómodas.

    ― No, Fuku-chan no dejaría que algo así afectara su vida diaria.

    “Vida diaria”, ¿eh?... Si no te da respuesta, pero no dejará que algo así se interponga, ¿qué es lo que él podría hacer? ¿Se atrevería a encontrar una situación que los deja a ambos como víctimas?

    ― ¿Víctimas?

    Sí… ¿qué puede pasar para que el que no te dé respuesta esté justificado?

    ― Uhm… ― Ella pensó un largo momento, dejando las canciones de fondo tomar papel más importante. Oh, esa la conocía. ¿Bach? Normalmente la escuchaba con violines. ¿O eran violas? ― Solo… solo si no recibiera mi chocolate. Solo así podría verme a la cara, porque no sería su culpa el no responder a mi regalo, como le prometí. No tendría el chocolate que le prometí que comería.

    Pero supongo que lo hará. Fue lo que dejaste en el salón hace rato y supongo que estás dando vueltas esperando a verlo.

    ― Bueno… tenía compromiso con el Club de Manga… pero me dejaron ir antes… ― Dijo con obvia amargura. Tal parece que definitivamente no estaba siendo su mejor día. Oye, Valentín, cumple tu papel.

    En todo caso, dudo que él realmente haga algo tan elaborado como para no recibir el chocolate. O al menos quiero darle el beneficio de la duda. Tampoco es que haya muchas cosas que pueda hacer. ¿Esconderlo? Seguro aparecerá en un rato si lo buscan bien, y será demasiado sospechoso como para tomar el riesgo.

    Ella, esta vez, no respondió. Nuevamente el sonido de la gente cantando tomó papel principal. ¿Cuánto tiempo ensayarían? O, ¿cuánto dura un recital, para empezar? La palabra se refiere tanto a poesía como a música, así que probablemente no había una duración fija.

    Miré el reloj de mi celular de nuevo. La fecha fue lo que me llamó más la atención, de cualquier modo.

    Normalmente piensas que es un día donde lo ideal es ser feliz, pero siempre existe más de una cara. Por ejemplo, estaba el caso de que no tuvieras a alguien especial o que no tuvieras interés en alguien y sería un día normal. O podías pasarlo también con tus amigos (También es el día de la amistad, ¿no?). También, podías ser rechazado, o tener un día como ella. Y estoy seguro que esta amiga suya que le ayudó con el chocolate seguramente inició el día con la idea de que sería un día bonito para esta chica.

    En cambio, yo lo que veía era a una niña cuyas preocupaciones estaban siendo más pesadas de lo que ella misma esperaba. Me sabía mal por ella. Quizá por ser más o menos de la estatura de Nagato (Quizá Nagato era más alta), llegué a pensar en un momento que podía tan solo afrontar las cosas, pero cada persona es diferente, y ella definitivamente era una chica normal, no una interfaz del no-se-qué de la información. Una buena chica viviendo su días de la escuela, nada más.

    Escuché que la gente del club de A capela terminó y muy rápidamente comenzaron a salir escaleras abajo. Probablemente también era una buena hora para que yo desapareciera.

    Lo siento, pero no puedo ayudarte. No pertenezco aquí, y siento que ya me involucré demasiado.

    Mataría tiempo en el baño o algo hasta que Nagato pudiera resolver el asunto.

    Me despegué finalmente de la ventana y comencé a caminar hacia las escaleras.

    ― Oye, ― La llamé. Ella me volteó a ver, su cara echa un perfecto remolino de pensamientos. ― suerte.

    Con eso comencé a caminar escaleras abajo. Ya me toparía tarde o temprano con un baño. Fue en el cubo de las escaleras cuando la volví a escuchar.

    ― Disculpa, ¿cuál es tu nombre?

    … John Smith.

    ― … ¿Eres tonto? ― Su cara entonces mostró algo como enojo y decepción. Tú hiciste la pregunta que me hace quedar mal. ¿Qué pasa si luego le preguntas a un profesor si sabe de mí y resulta que pasaste una hora hablando con un perfecto extraño? Aunque probablemente Nagato se haría cargo de reemplazar los recuerdos o algo así por seguridad.

    En todo caso, verla mostrar algo de chispa me alegró. Sin intentar ocultar mi satisfacción, le di un “Nos vemos” y seguí caminando. La escuché suspirar.

    Afortunadamente para mí, un baño estaba justo al bajar las escaleras. Entré y abrí la llave del lavabo para lavarme la cara. Sentía algo de calor, quizá obra de Nagato, pero el agua pertenecía a esta escuela, así decir que “estaba helada” era quedarse un poco cortos. Mejor me dirigí a uno de los cubículos del baño, y al abrir la puerta, pude ver los cuarteles de la mal-afamada Brigada SOS. Dentro, Asahina-san y Koizumi me miraban con algo de sorpresa por alguna razón, y Nagato… bueno, al menos me miraba. Yo voltee a los lados para asegurar que nadie me viera viajar entre dimensiones. Ahora que lo noto, la luz en este lado de la puerta era diferente. Incluso sentía que todo estaba mejor definido, como si fuera… de calidad superior. Casi como si mi mundo fuera un VHS y este fuera un DVD. Ignorando detalles innecesarios, regresé a mi mundo y cerré la puerta al mismo tiempo.

    Me arrepentí en cuanto sentí la ola de calor.

    ― Ya llegué. ― Canté como buen japonés. Me dirigí a mi asiento y lo primero que noté allí es la mirada estática de Haruhi.

    … Mejor dicho, nada alrededor de Haruhi se movía. Vi mi reloj por instinto, y tampoco se movía.

    ― Oye, Nagato, ¿esto es un efecto secundario de lo que pasó?

    ― Dicho adecuadamente, tu cuerpo moviéndose entre dimensiones fue el detonante.

    Huh… Entonces, ¿qué pasó? ¿Otra entidad de la información me mandó lejos para ver la cara que pondría Haruhi?

    Nagato asintió.

    ― En respuesta, la Entidad Responsable de la Integración de Datos aisló las coordenadas significativas de-

    Perdón, ¿puedes hacerlo más digerible?

    ―… detuvo el tiempo en la tierra.

    Impresionante, como siempre. ¿Y por qué Asahina-san y Koizumi aún se mueven?

    ― El método usado por la Entidad Responsable de la Integración de Datos es similar a los Espacios Cerrados en los que Itsuki Koizumi puede moverse. La tecnología que mantiene a Asahina Mikuru en esta época es una versión acelerada del método también.

    ― Ya veo… ― Escuché decir a Koizumi. Era raro que estuviera sorprendido. ¿Quizá todo fue mucho más rápido para ellos? Asahina-san también miraba algo dándonos la espalda, repitiendo “Es cierto, está activo…” en voz baja.

    ¿Y, puedo saber a dónde fui?

    ―… No lo entenderías si lo explico. Pero puedes suponer que fuiste movido de un universo a otro igual, a grandes rasgos.

    Dijo luego de un rato. Supongo que fue como si hubiera ido a dos sucursales diferentes de la misma tienda o algo así. Digo, después de todo, había algo visualmente diferente en ese mundo, pero a grandes rasgos éramos iguales. Incluso la tecnología, y las personas, para ese punto.

    … Bueno, da igual. Ahora dormiré mientras el tiempo está congelado. Así también evito las preguntas que Koizumi seguro hará en cuanto se le pase la sorpresa.





    Uh... hola.

    Es la primera vez que entro a la zona y también es la primera vez que de hecho escribo (O intento) un Crossover. Muchas veces había pensado en hacer algo así, aunque a mayor escala, pero nunca realmente había puesto manos a la obra.

    En fin.

    Los personajes de esta historia, para quien no los conozcan, pertenecen a la saga de novelas "Suzumiya Haruhi no Yuutsu" de Nagaru Tanigawa y a las novelas "Hyouka" de Honobu Yonezawa. El personaje principal, del universo de Haruhi es Kyon, mientras que la "buena chica" es Ibara Mayaka de Hoyuka.

    A partir de aquí, pueden considerarse comentarios con spoiler, así que si no has leído las novelas (O visto los anime, ahora que lo pienso, porque solo abarco esas escenas), te pido que leas bajo tu riesgo.

    El setting temporal está roto, en sentido que es Verano en un lado e Invierno en el otro. Específicamente, hablo del verano antes de las vacaciones de segundo año en el caso de Kyon y San Valentín con Mayaka. Por eso el comentario de Kyon con la idea constante de que algo así podría pasar.

    Sobre el estilo, dado que Kyon es el protgagonista, intenté lo mejor que pude en imitar el estilo de las novelas del maestro Tanigawa, con comentarios de primera persona narrativa siendo contestados por los personajes en escena (Como se puede apreciar muy bien el primer capítulo del anime de Haruhi). Intenté, dado a que puede ser confuso sin la gramática japonesa, obviar cuando Kyon deja de pensar y de hecho habla usando el guión largo como en una historia normal, y regresando al estilo del autor original en el resto de las conversaciones. Debo decir, escribir así es curiosamente entretenido.

    Ahora, siempre noté que Mayaka en el capítulo de San Valentín regresaba al salón durante el problema muy ida. Se me hacía raro, pero ya sabía que el ambiente en el club de Manga era algo hostil para ella. Dude mucho que ese fuera el único motivo y también sentía que era muy conveniente (De acuerdo al anime) que ella reaccionara tan tranquilamente ante la noticia del chocolate robado. Allí es donde metí a Kyon, dándole exactamente una hora para revolverle la cabeza a mi personaje favorito de Hyouka.

    Este fic fue escrito con la intención de participar en la actividad 'Cruce" de San Valentín, pero soy un ávido defensor de la mitad de "Amistad" del día de San Valentín. Prueba de eso es este fic y 'Shipping', que pueden encontrar en la sección de fanfics terminados de Pokémon. En respecto a la actividad, retomando, las palabras que me tocaron para escribir el fic fueron "Recital", en situación, y "Chocolate". Dada la gran insatisfacción que tenía con la escena antes descrita en Hyouka, me sentí obligado a usar algo para explicar esa sensación en la cara de Mayaka, y fue aquí donde se abrió la ventana.

    Resulta que el aula de Música en Hyouka está en el último salón del cuarto piso del edificio antiguo. En el otro final del pasillo del cuarto piso, está el salón del club de Literatura Clásica, y durante el capítulo de Kyouka de San Valentín, las escaleras más cercanas a ese salón están cerradas por limpieza. Con esas coincidencias, fue demasiado bueno para ser cierto y no usarlo. Además de que durante el capítulo en Hoyuka, las escaleras fueron un factor importante en el misterio (De allí el título también). Finalmente, la charla con Kyon, según esta historia, fue lo que hicieron que Mayaka estuviera tan tranquila, porque ya tenía la idea de que algo así era, cuando menos, posible. También por eso, y con el pastel con Eru, accedió a platicar con Satoshi al final del capítulo.

    Así, siento que complí mi papel con el fandom.

    La explicación de Nagato y de Kyon respecto a los universos es muy simple: Fue movido de un universo de KyoAni a otro más reciente de KyoAni.

    Un último detalle que sinceramente no sé si llegó a notarse en el capítulo: Solo Mayaka podia ver a Kyon.

    Dicho eso... espero que haya sido de su agrado. Creo. No sé, siento que para ser un fanfic de San Valentín, no tiene tanta pinta.

    Finalmente, les recomiendo muy firmemente leer las novelas de las piezas del crossover. Son hermosas.

    KYON VA A SER EL QUE TIENE LOS PODERES, LO PUEDO SENTIR"!!!!!11!!!1

    Gracias por leer!

    Later. ~
     

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