Ciencia ficción Esbozando lo prohibido [Libro #1]

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Sonia de Arnau, 28 Septiembre 2013.

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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

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    Oh, vaya, así que ese nombre de An es de descendencia filandesa, por cierto que el diminutivo de Antti me recuerda a una chica, jajaja. En cuanto a ese "sentimiento", pues tengo una idea, pero mejor me espero a que nos lo muestres xD

    Y pasando a la historia, por un momento pensé que An no iba a creerles ni jota, sin embargo estuvo en él esa minúscula parte que sí les creyó y optó por dejarse guiar por ella, y wow, me ha encantado esa parte donde dice que tiene el don del convencimiento, porque así pudo convencer a los otros oficiales de que Ruber es el chico bueno y que deben hacerlo de su lado.

    Por otro lado, cuando Ruber recordó el pasado, también me hizo recordar a mí los inicios de esta fastástica historia, o cuando tuvo el enfrentamiento con ese RV, de veras, recuerdo que en eso quedó el capítulo y todos temimos por Ruber, ¿ves cómo es que ahora me queda más claro todo? Mira que como estoy leyendo allá de nuevo la primera parte y ahora aquí la segunda, me está quedando todavía mejor comprendida la historia.

    Bien, espero que el plan que han formado An y los otros, tenga éxito, porque Andro no puede salirse con la suya. Si Isaac Ferrie es muy importante para la nación, deben protegerlo a como de lugar.

    Como siempre, este ha sido otro capítulo muy interesante y entretenido, espero el que sigue para ver qué más pasa.

    Saludos. TKM
     
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    Borealis Spiral

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    Yo tampoco sabía que era de descendencia finés o.o Esa no me la esperaba, es increíble :3 Es chico encontrar variedad de nombres en las historias, jejeje. Oh, y creo que tampoco me había quedado claro que Ferrie en realidad amaba a los robots autómatas; eso sí me tomó por mucha sorpresa. Pero bueno, paso al capi.

    ¿En serio, Eva? Tienes idea de lo ridículo que sonó eso; ¡hasta para mí que yo sé que es verdad! No, no, es que fue demasiado... ¿directo? No sé, en serio no me habría extrañado nada que Antti decidiera llamar en ese mismo momento a un centro psiquiátrico xD Afortunadamente, él les dio la oportunidad de explicarse y aunque lo de venir al futuro no lo convence, eso de la posibilidad de los robots inteligentes que atacan sí lo creyó, pero claro, ¿cómo no hacerlo si las mismas evidencias están en una pantalla? Ya vio con sus propios ojos lo que Ruber es capaz de hacer siendo el bueno. Debe imaginar que Andro, siendo el malo, puede provocar mayor daño.

    A lo Terminator xD Lo siento, sé que nada que ver, pero la idea me la tengo muy en la mente, no sé por qué, jajaja. La subconsciencia es increíble, ¿eh? Pero bueno, menos mal que Antti ha decido ayudar a los chicos y convenció a sus compañeros, sí que debe tener buena labia. En cuanto a Ruber, a mí también me ha quedado claro lo que pasó aquel día con el RV de Norez, pues claro, no fue rival para él y lo sabe, que si se lo propone puede ser un peligro. No quiere usarse, pero sabe que necesario para proteger al mundo de su semejante; wow, esos personajes que tienen que tomar decisiones tan complicadas son los grandes, Ruber es grande. Y nada más, me despido por ahora, espero el siguiente con ansia, te cuidas.

    Hasta otra.
     
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  3. Threadmarks: Capítulo 30.- Segundo Plan en Marcha
     
    Sonia de Arnau

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    Título:
    Esbozando lo prohibido [Libro #1]
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
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    Eh aquí el nuevo capítulo, disfrútenlo. Antes, agradezco nuevamente sus hermosos comentarios y a las personas que estas leyendo esta historia. A todos les mando un abrazo. No se porque pero, hoy estoy muy feliz :)


    Capítulo 30
    Segundo Plan en Marcha

    A pesar de que las calles debían estar vacías, porque los civiles que se encontraran en el radio de lo que muy pronto se convertiría en un campo de batalla, fueron evacuados, la calle aun así se veía llena. Había muchos carros y tanques de guerra y al parecer, estos seguían llegando sin detenerse. La mirada azul grisáceo de Eva no dejaba de mirar los vehículos que seguían acercándose y estacionándose estratégicamente por las vías públicas, pero lo que más le sorprendió, fue que muchos soldados bajaron de estos y se formaban haciendo una barrera. Mohs levantó su vista un poco para ver al teniente An, que estaba a su lado, notando que contrajo una mueca de disgusto.

    —¿Por qué hay tantos soldados? —preguntó Neón, quien estaba del otro lado de An, inquieto.

    Antes de contestar, el teniente inhaló aire.

    —Iré a ver.

    El hombre caminó dando zancadas enormes, malhumorado; que el supiera, lo que se mencionó ayer en la junta no incluía nada de mandar a casi todo el ejército allí. ¿En qué pensaba Fumero? Se detuvo cuando observó una enorme máquina que se acercaba haciendo un estruendoso ruido. Se quedó asombrado por el maravilloso mecanismo que sus ojos siguieron hasta que este se detuvo. Nunca había visto esa arma en persona, pero había escuchado que era tremendamente peligrosa, ya que lanzaba terribles ataques de proyectiles muy fuertes; la estaban preparando. De una camioneta, observó salir al capitán Appin, el hombre encargado de esa misión y compañero y amigo de Fabián. An se detuvo al estar a una distancia prudente, el semblante serio de An llamó la atención del capitán y tan solo sonrió.

    —¿Qué significa todo esto? —preguntó el teniente—. Acordamos que no habría muchos cerca; no queremos llamar la atención. ¿Cree que el otro no se dé cuenta que lo estamos esperando?

    —Ah, sobre eso. El comandante dijo que era mejor estar preparados por si acaso se necesitaba atacar.

    —Yo no estoy en contra de eso —mencionó An tratando de que su voz no se escuchara tan irritada—. A lo que me refiero es que parece que ustedes serán las primeros que abrirán fuego. ¿Lo van a hacer? —Se sorprendió al ver el rostro del mayor.

    —Es tan solo precaución.

    —No, no, no —se escuchó ahora Neón cortando distancia entre ambos militares—, esto está mal. No pueden atacarlo, eso sería peligroso —Al verlo, el capitán arqueó la ceja, nada contento tras escuchar al joven ¿Qué demonios hacía un niño cuestionando a los mayores?—. Cuando él observe todos los soldados y lo ataquen, lo único que harán es hacerlo enfadar.

    El joven se iba a acercar más al del mayor rango, pero fue detenido por An, quien comprendía lo que trataba de decir, Neón dirigió su vista a al hombre y él negó con la cabeza.

    —Necesito hablar con el comandante.

    —Imposible —dijo con voz ronca el capitán, dándole la espalda y redirigirse a uno de sus hombres para darle la orden de cargar la máquina de misiles.

    —Appin, déjame una vez más hablar con el comandante —repitió el teniente, pero fue en vano pues el hombre se negó, es más, ordenó que sus camaradas que no lo dejaran tomar algún radio para comunicarse con Fabián, quien permanecía en las instalaciones militares.

    An apretó su mandíbula, sintiendo como su estómago se prendía de fuego por la estupidez que podrían hacer sus compañeros. Lo que más le irritaba, era que en la junta de ayer se le había aclarado que solo estarían pendiente un par de grupos mientras se encontraba al joven caucásico, ya que no estaban seguros si Andro iría ese día o al siguiente o al siguiente. Además, siendo evidente que el ejército estaba allí esperándolo, cabría la posibilidad de que pensara que Isaac no estaba en ese hospital y ni siquiera se asomaría allí y ¿entonces? La única oportunidad que tendrían de detenerlo se quebraría por la negligencia del comandante y capitán.

    —An, siento ser insistente —La voz de Neón lo volvió a la realidad—, pero pienso que Andro no vendrá.

    Sonrió, y por un momento deseó que uno de sus hijos fuera como él, se notaba a leguas que era un joven inteligente y muy sagaz. Aun así, no era momento de estar pensando en esas cosas; él lo único que deseaba era que sus hijos, sus nietos vivieran en un tiempo de paz.

    —Eso mismo estaba pensando —mencionó con abatimiento —Neón, dime, ¿cómo es el futuro?

    —Tranquilo. Esta ciudad se convertirá en el soporte de toda cosa tecnológica y aunque luchará con pandilla y esas cosas, se vive con plenitud.

    Se alegró por eso, por esa misma razón, si era verdad que Isaac Ferrie llegaba a ser un individuo importante en la nación, en esa ciudad, lo protegería; pues significaba que sus hijos vivirían pacíficamente, por esa misma razón había decidido entrar a la armada, pues pensaba que de esa manera contribuiría a que su prole pudiera vivir en un lugar más sosegado. Eso pensaba. Sus pensamientos fueron dispersados al volver a escuchar a Neón, se giró un poco para ver como el joven se alejaba de él, para cortar distancia entre él y un grupo de militares, frunció el ceño al reconocer a Appin. Sin más, se apresuró a ellos.

    —Oigan, ¿qué es lo que van a hacer con ella? —cuestionó Neón apresurado a los militares que estaban metiendo a Eva en una camioneta.

    —Responda capitán, si es que se puede saber lo que planean hacer con ella —secundó An.

    —No le vamos a hacer nada —Fue lo primero que mencionó al dirigir su vista al menor, quien se veía con la intención de subir a la furgoneta en donde Eva ya había desaparecido—. Al contrario, la necesitamos; es para poder reconocer al chico caucásico “bueno” y no confundirlo con el “malo”. ¿Comprende, capitán Virta?

    —No me mencionaron nada de esto —cuestionó el hombre confundido.

    —Algunas cosas no se le mencionaron —respondió Appin ingresando al vehículo del lado del copiloto, apoyando su brazo en la puerta—. Pero no se preocupe, todo está bajo control.

    —¿Puedo acompañarlos? —preguntó Neón.

    —Lo siento —contestó el de mayor rango—, debes quedarte aquí por si viene al que ustedes llaman Ruber o a Andro.

    La camioneta dio reversa y al acomodarse, se dirigió a su destino, desapareciendo de la vista de An y Neón. Mas el mal presentimiento incrementó dentro de ambos, no estaban seguro de lo que realmente planeaban. Neón iba a preguntárselo al militar de su lado, pero al ver el rostro desorientado de An, supo que a él tampoco le informaron de nada. Algunos trabajadores de la base militar se encontraban en el techo del edificio del hospital, observando a su alrededor por medio de binoculares para dar la señal de si se observaba acercarse alguno de los jóvenes caucásicos. Desafortunadamente, habían pasado dos horas y todavía no había resultados productivos, por lo menos en ese lado de la ciudad, pues del otro lado, en la furgoneta en donde Eva estaba siendo transportada, ella se dirigió a los mayores al notar a Ruber.

    —¿Estás segura que es él? —interrogó el capitán mirando a la joven desde su lugar por el espejo retrovisor. No deseaba arriesgarse si no lo era.

    —Definitivamente es él —Asintió ella bajando el vidrio de la ventana de la puerta.

    El capitán se dirigió al conductor y le hizo una señal asintiendo lentamente, lo que el conductor comprendió y girándose, condujo para acercarse al joven. Ruber distinguió la furgoneta militar y por ende, al pensar que venía a arrestarlo se disponía a huir de nuevo, pero se detuvo al escuchar la voz de Mohs, quien lo llamó asomando la mitad de su cuerpo de la ventana. El vehículo se paró y bajaron los militares a bordo, obviamente con armas en mano, todas siendo apuntadas hacía Ruber.

    —Bajen las armas —ordenó el de mayor rango levantando su mano para que le hicieran caso.

    De cualquier manera era absurdo amenazarlo con ellas si era verdad que era indestructible tal y como lo vio en la cinta de la grabación. Por esa misma razón decidió traerse consigo a la joven, pues si era verdad lo que decía, el joven ya la conocía y sería una buena manera de convencerlo de que los acompañara. Appin observó de pies a cabeza al joven, quien los mirada con seriedad. ¿Ese era el joven, peligroso? Bueno, no lo era, era el supuesto otro. Aun así, a simple vista más que dar miedo u otra cosa, despertaba dentro de él otro sentimiento, pero dejando de lado eso, habló:

    —Me han dicho que te llamas Ruber —tuvo la atención del nombrado—. Tenemos un pequeño trabajo para ti, ¿lo aceptarías? —Levantó la ceja, esperando respuesta, pero no la obtuvo, simplemente un silencio los envolvió.

    —Lo único que quieren es que detengas a Andro —habló Eva a los segundos.

    —Eso es lo que voy a hacer, ¿pero es necesario ir con ellos? —Ruber miró con desconfianza al capitán, quien con su serenidad se mantenía en posición recta, como todo un militar.

    —Han pasado casi dos horas, pero no sabemos nada del llamado Andro.

    —¿Y desconfían de mí?

    —Por supuesto que no. ¿Tú sabes dónde está?

    —Sí —La corta respuesta sorprendió a los presentes, hasta a Appin, quien tras parpadear un par de veces, preguntó:

    —¿Dónde?

    —Andro los está observando ahora.

    —¿A qué te refieres con eso? —preguntó atónito el de mayor rango.

    Ruber, ¿tú sabes donde esta Ferrie?” podía escuchar la voz de Andro desde su cabeza y había estado llamándolo, tal y como lo había estado haciendo cuando todavía estaba en ciudad Del Comienzo. Precisamente iba a ir donde se encontraba para darle fin a eso.

    Dime donde está. No está en el hospital, ¿verdad? Pregúntaselos y házmelo saber.” Seguía diciéndole una y otra vez.

    —Andro sabe que Isaac Ferrie no está en ese hospital. Él sabe que se trata de una emboscada.

    De acuerdo” el tono de Andro se volvió totalmente serio, “¿no te da vergüenza aparentar algo que no eres? ¿No te humilla el que hayas abandonado tu misión y ahora estés con estos tipos? Aconséjame, compañero, ¿qué debo hacer para saber la ubicación de Ferrie? ¿Debo matar a todos los que están aquí o meterme a la red de sus computadoras?”

    ¡No te atrevas!”

    Ruber no podía ver el rostro de su semejante, pero definitivamente pudo imaginárselo dibujando una descarada sonrisa.

    Los aniquilaría a todos solo por ti, amigo mío” Ruber abrió los ojos llenos de sorpresa, que no se le ocurriera hacer eso, “lo haría por el simple hecho de agobiarte, Ruber. Sí, porque tú llegas a aborrecerme más que los mismos insignificantes seres humanos.”

    —Entonces, lo sabe —Appin meditó en el asunto.

    Sin darle importancia a que Ruber salió corriendo para detener a Andro de crear una masacre con los militares que estaban frente al hospital. Por otro lado, Appin dio media vuelta y mientras se subía a la furgoneta, por medio de su radio, se comunicó con el comandante Fumero, quien mirando desde las cámaras en unas pantallas desde una habitación de la seguridad de la base militar, contestó al llamado de Appin.

    —Señor —no se hizo esperar el capitán—, acabo de informarme de que Andro está cerca del hospital. Me parece que debemos acudir al plan B.

    El comandante, mirando la pantalla principal y ver a todos sus soldados por medio de ellas, contestó:

    —Por supuesto. Tiene mi consentimiento —Al ordenar, colgó el teléfono.

    Del otro lado, en la calle cerca del hospital, el que Appin dejó encargado mientras iba en busca de Ruber, recibió la llamada del capitán. Así que Appin no se hizo esperar y ordenó:

    —Escúchenme, nos movemos a las instalaciones médicas militares.

    Al escuchar eso, los que alcanzaron a escuchar la orden se sorprendieron, uno de ellos era Virta y Neón, quienes se miraron confundidos, ¿por qué cambiaron el plan? La respuesta no se hizo esperar.

    —Andro ha estado observándonos. Él sabe que Isaac Ferrie no está en el hospital, así que nos movemos a las instalaciones médicas de la milicia para proteger al señor Ferrie a como dé lugar. Puede que vaya a ese lugar.

    Desde las alturas de donde se encontraba Andro, se dijo:

    —Oh, ¿está en las instalaciones de la milicia?

    Fue más fácil de lo que imagine” pensó al haber ingresado al sistema de cómputo de la base militar. Al principio, al verse fácil ingresar a la red, dudó, así que se dispuso simplemente a observarlos. Al momento, notó que los tanques y soldados se retiraban dispuestos a ir a las instalaciones. Aun serio, torció su boca con un mal sabor de boca. Se habían movido más rápido de lo que le hubiera gustado, pero bueno, llegaría más rápido al hospital militar antes de que pudieran llevarse a Ferrie de nuevo a otro lugar. Calculó el tiempo y hasta se tomó la molestia de medir la manera en que los militares se moverían y darían la orden de mover a un indispuesto a otras instalaciones.



    Por otro lado, desde la habitación de la base militar, Fumero miraba con detenimiento desde las cámaras cómo su equipo se movía lo más rápido posible.

    —Estamos muy agradecidos de que se haya dado un tiempo de crear este segundo plan —Fabián se giró para ver a una mujer madura recargada en la pared del fondo de la habitación—. Es tal y como usted mencionó que podría pasar.

    La mujer, quien fumaba, sacó el cigarro de su boca y al expulsar el humo de sus fauces, sonrió al decir:

    —Si ese es un androide tal y como lo mencionó Ferrie, entonces no cabía duda que se iba a dar cuenta que le tenían una emboscada. Y obviamente, pudiera ser que ingresara a las redes de la base militar para saber dónde es que habían metido a Ferrie.

    La mirada oscura de la mujer se dirigió al joven hacker que habían contratado y que se encargaba de las cámaras de vigilancia, por un momento se sintió tenso ante la penetrante mirada de la mujer. Pero sabía lo que ella quería saber, así que mencionó al momento que desviaba su vista al ordenador que tenía a su frente.

    —No detecté anomalía de un intruso dentro de la red del ejército.

    La mujer volvió a absorber el humo del cigarro y al terminar, se acercó a la mesa que estaba a mitad de la sala, y sin importarle, apagó el cigarro sobre ésta; se acercó a Fumero, quien no despegó su vista de ella. Y que por cierto, la miraba con un poco de recelo, pues había llenado la habitación de humo de cigarro aun cuando al ingresar al cuarto, en la pared de enfrente, había un enorme letrero en que se podía leer: “Prohibido Fumar” con grandes letras rojas, además de la ilustración de un cigarro encendido dentro de un circulo y siendo atravesado por una línea roja el dibujo.

    —Es muy sutil —informó ella—, o simplemente es mejor que lo que tenemos ahora. Por cierto, ¿dónde es que escondieron a Isaac Ferrie? —se dirigió al de mayor rango.

    —¿No está en el centro médico de la base? —preguntó sorprendido el joven que maniobraba las redes de las cámaras.

    —Así es como marcha el segundo plan —informó con seriedad el comandante—. Prácticamente encierra el primer plan. Podríamos decir que el plan B se proyectó del plan A. En pocas palabras el primero solo fue una carnada —Dibujó una sonrisa—. Y no lo hubiéramos logrado sin su ayuda, Irina. Y sobre su pregunta, es un secreto —Fumero miró a la mujer, quien sin importarle, no despegó su vista a las pantallas que ahora mostraban precisamente las instalaciones médicas de la milicia.

    En realidad, el plan B era que Andro desde un principio sospechara que Isaac no estaba en el hospital principal de la ciudad Cuarzo y que se infiltraría en la información “secreta” de la base militar y así darse cuenta que Ferrie se encontraba resguardado en el CMM (Centro Médico Militar) y así fuera a ese lugar, en donde estaría siendo esperado por otros soldados y con armas mucho más potentes que podrían utilizar sin miedo, ya que el CMM está ubicado en las afueras de la ciudad y en donde no había ciudadanos que corrieran peligro alguno.

    Cuando hablaron con Antti Virta, el plan original era el esperar al androide en una emboscada mientras encontraban a Ruber y todo eso, pero esa misma noche, Appin y Fumero no estaban tan conformes de ese boceto; ambos temían que fallara. Los civiles, que aunque en la radio se evacuaron, Andro sospecharía y ¿qué pasaría si las armas que llevaban no funcionaban con él? A pesar de las horas que pasaron planeando el plan, no estaban satisfechos, así que fueron a pedir ayuda a Irina, una mujer, que a pesar de las dotes estratégicas que tenía, se rehusaba a trabajar para la base militar. Cuando ella escuchó toda la historia, le pareció interesante, aceptando el trabajo, rehízo el plan que habían trazado, para de esa manera “perfeccionarlo”, convirtiéndose en el Plan B. En ese plan que solo lo sabían ella, Appin y Fumero. Pero el lugar exacto en donde se refugiaba Isaac Fierre, solo lo sabían el capitán y el comandante.

    Este segundo plan se estaba llevando a pie de la letra.
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Oooh, vaya plan tan inteligentemente ideado. En fin que Isaac ni está allá pero ni acá, ambos puntos de ataque son solo emboscadas para derrocar a Andro, pero no sé por qué presiento que no les saldrá el plan, sin embargo, esto es solo especulación mía. Por otro lado, esa mujer me ha parecido muy, pero muy inteligente, así que supongo que es parte vital de lo que suceda a partir de aquí.

    Ruber y Andro siguen comunicándose telepáticamente y por lo que he leído aquí, Andro quiere convertirlo al lado negativo, ese lado donde él está. De alguna manera siento que Andro quiere a Ruber de su parte, pero de nuevo, solo especulaciones mías y no es por nada, pero felicito a Ruber por ser precavido, el hecho de que Eva esté con los militares no significa que no puedan traicionarla y ataquen de nuevo a Ruber, pues este también es un autómata. Si quieren matar a Andro, ¿qué les impide matar a Ruber también? Al final así es como los seres humanos que tienen poder actúan ante una potencial amenaza o sospecha de una y Ruber puede ser una sospecha.

    Pero soy yo divagando. La historia da para que lo haga y me gusta mucho. Me hace pensar, imaginar y sacar conclusiones... equivocadas, supongo, pero me gusta eso de todos modos.

    Pues nah, que esto cada vez se pone más emocionante, así que espero el siguiente capítulo, pues ya ansío saber qué sucederá. ¿Cómo va a terminar todo esto? ¿Podrá An conocer la verdadera ubicación de Fierre? Y Neón, ¿volverá a enfrentarse a Andro? ¿Te dije alguna vez que me gusta mucho el nombre de Andro porque me recuerda el nombre de alguien muy querido para mí?

    En fin, hasta el que sigue: TAM
     
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    Borealis Spiral

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    Nop, no me canso de repetírtelo, ¡qué historia! Es que es en serio, me sorprende, me impacta, me inquieta, me intriga y demás. Oh, también me hace pensar mucho conforme leo y al final nunca resultan como pensé xD Primero me frustré porque no le dijeron a Antti que habían cambiado el plan y por lo mismo imaginé que iban a echar todo a perder, así que cuando Ruber les dijo que Andro sabía que Isaac no estaba en el hospital, y el capitán Appin dijo dónde estaba en realidad y Andro estaba escuchando, lo pensé, en serio que lo pensé: "pero qué estúpida es esta gente" xD Claro que ahora me arrepiento un poco de mis palabras al ver que en realidad se la trabajaron con el plan, pues lo idearon excepcionalmente bien, y la carnada inicial, solo fue carnada para realmente pasar a la carnada verdadera o.o Aplausos para el comandante y su precaución.

    Oh, sí, esa forma que tienen Ruber y Andro de comunicarse telepáticamente es genial, me gusta... Aunque de pronto también me hace imaginar que el que Ruber esté escuchando a menudo todo ese discurso de su semejante, que si no se avergüenza de ayudar a débiles y tal, pues, ha de ser muy fastidioso, como la mala conciencia. Uff, me compadezco de Ruber en esos momentos. Menos mal que tiene bien claros sus propósitos e ideales, así como Andro las tiene bien claras.
    Y nada, tú lo sabes, un gran capítulo; espero el siguiente, ansiosa. Por el momento me despido y te cuidas.

    Hasta otra.
     
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  6. Threadmarks: Capítulo 31.- Causa del Combate
     
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Hola, hola. ¿Cómo están? Deseo que muy bien. Bueno, dejando el capítulo siguiente y por cierto, deseo agregar algo, ustedes saben que cualquier historia llega a su fin y por sí, esta historia se esta arrimando poco a poco a su final. Esta, mis queridos lectores, es la última batalla. Por supuesto, faltas algunos capítulos más, pero quería que supieran que se mentalicen que el final se acerca (ok, eso último sonó espantoso, obviamente hablo de la historia :D) Espero disfruten el capítulo tanto como yo al escribirlo. Y pos nada, el título habla por sí mismo.

    Ah, por supuesto, muchas gracias a Marina y Borealis por sus comentarios y a los demás que leen.

    Capítulo 31
    Causa del Combate


    —Vamos a ver qué tal sale nuestro plan —comentó Irina sin dejar de prestar atención a la pantalla que mostraban la zona donde estaban los hombres de su viejo amigo Fumero.

    Los soldados comenzaron a tomar sus posposiciones, en ese lugar había por lo menos, el doble de militares que había cerca del hospital. Algunos defensores se mantenían en hilera con sus armas de fuego, mientras que otros permanecían escondidos en una trinchera como mera protección, ya que cuando atacaran al enemigo con su mejor armamento, se disponían a atacarlo con lo mejor que tuvieran para arrasarlo; esos eran su planes, aunque contaban con que les iba a ser muy difícil, pero tenían la esperanza de que lo derrotarían, por lo que solo necesitaban que llegara.

    Desde la habitación de la base, Irina, quien sacó de sus prendas una cajetilla de cigarros y golpeadora levemente de la parte de abajo, retiró uno de ellos y al mostrarse fuera, lo sacó completamente y metiéndoselo a la boca, lo encendió con su mechero. Por el rabillo del ojo, observo como Fumero la miraba con desapruebo. Al absorber el humo y en ningún momento miró al rostro al comandante, movió su cabeza haciendo un movimiento indicándose que prestara atención a su frente y al exhalar el humo, dijo:

    —Nuestro invitado ya se presentó.

    Inmediatamente y con asombro, el comandante dirigió su vista a las pantallas, y moviendo sus ojos, buscó donde estaba; detuvo su vista de escaneo al verlo. Allí estaba Andro, caminando para acercarse a la base militar, con una calma asombrosa. Mientras tanto en esa zona, uno de sus hombres al verlo por medio de unos binoculares, se lo hizo saber al capitán encargado y él, sin titubear, miró a un hombre que estaba arriba de una de las máquinas y levantando su brazo le hizo la señal que le indicó que debía preparar el arma, que era un misil pequeño, pero muy potente. Antti se apresuró a Appin.

    —Estás cometiendo un error. Debes dejar que el otro se haga cargo de detenerlo, solo lo hará enojar —Lo miró con seriedad, pero el capitán aunque lo escuchó, se limitó a permanecer su vista al frente, dispuesto a dar la última señal.

    —Señor Antti —Neón preocupado al imaginar cómo terminara todo, mencionó: —No podemos dejar que ellos se hagan cargo. No saben lo que están por hacer.

    An con paso veloz y comprendiendo la veracidad de las palabras del menor, se subió a un vehículo para ir directo con el comandante para detener esa absurdez. No le importó sacar a la fuerza a uno de sus compañeros para subir a la camioneta y arrancarla para llegar más rápido a donde se mantenía el comandante. No podía creer que un joven de la edad de Neón razonara mejor que sus compañeros de alto mando. Aunque debía de admitir que si no fuera porque él sabía que el jovencito y la joven venían del futuro, imaginando que allá las cosas son superiores, él también hubiera estado al lado de sus colegas de oficio, creyendo que con su actual armamento podían acabarlo. Y en cierta manera, muy dentro de él nacía la esperanza de que eso fuera a suceder, que ellos lo tenían todo bajo control. Desafortunadamente, al escuchar a Neón y a Eva, se dio cuenta de una cosa, no sabían con qué demonios se estaban metiendo, porque ni siquiera los viajeros estaban conscientes de su capacidad, tan solo que era realmente peligroso.

    Mientras aceleraba, pensaba que debió haberles mencionado que el androide no solo era una máquina pensante, sino que debió comentarles también que era del futuro. Sonrió riéndose del mismo, tal vez ni siquiera lo tomarían en cuenta. De cualquier manera, ya estaban en ese punto y debía de por lo menos avisar que detuvieran el ataque.

    Por otro lado, del otro extremo, Andro sonrió nada contento o divertido al distinguir la bola de militares que lo esperaban. Acarició la parte de atrás de su cabeza.

    —Sabía que había sido fácil entrar a sus dominios —Se dijo aun caminando con la intención de acercarse y obligarlos a que le contaran la ubicación de Isaac Ferrie.

    En su hogar no estaba, ya se había percatado de eso, así que supuso que lo tenían muy bien resguardado.

    —Son una molestia —mencionó en lo que pareció un susurro que se desvaneció en el aire.

    Su mirada ya no solo observaba a aquella gente con irritación, era una mirada de hastío. ¿Debía llegar a tanto para poder matar a Ferrie? ¿Era tan importante como para arriesgarse al protegerlo? ¿O simplemente ignorantes y deseosos de comenzar algo que se arrepentirán?

    Te sorprenderás al saber hasta dónde puede llegar la estupidez humana” ese pensamiento se le vino a la mente, sin razón alguna y no era precisamente suyo, pero sí, ya podía verlo. Es más, conforme mayormente iba conviviendo y observando a los humanos, un sentimiento nada bueno crecía hacía ellos; aversión, comprendiendo que poco a poco se iba formando su carácter, su forma de verlo todo.

    Mientras tanto, An al llegar a su destino, se bajó de la camioneta e ingresó a las instalaciones como alma que se lleva el diablo y es que era lo más rápido posible que deseaba hablar con Fumero. Se extrañó de ver el lugar desolado, pero claro, a todos había enviado al campo de batalla, así que no era para extrañarse, ingresó a la sala de control, en donde supuso estaba el comandante, y sin tocar, ingresó con diligencia. Los tres pares de miradas se posaron en él, quien adentrándose a la habitación y quedando frente a frente con su comandante, apaciguó su respirar entrecortada y dijo:

    —¡Señor, detenga el ataque ahora!

    —¿Qué es lo que está haciendo aquí? Debería estar en su posición, teniente.

    —Fumero —Se interpuso la mujer interesada por la inesperada visita del soldado—, deja que hable el muchacho.

    —¿No ha pensado en qué sucedería si el mayor ataque no funciona? —El hombre izó la voz.

    —Tenemos todo calculado....

    —No es verdad —Lo interrumpió el teniente— ¿Por qué no esperan a que llegue Ruber? Sabe lo que me dijeron, que él es indestructible y que ninguna de nuestras armas puede vencerlo; nuestras armas son basura en comparación de él. No solo se trata de una máquina caminante; es pensante, fuerte e irrompible —No se lo dijeron así, pero él se imaginó que podía ser radical, aunque a pesar de eso, sus palabras eran verdaderas —Ningún arma que tengamos le afectara. Ruber es el único que puede detenerlo.

    Un penetrante silenció invadió toda la sala, la mirada del de mayor rango viró a las pantallas y observó a Andro ya más cerca de la milicia, debía tomar una decisión y rápido. Anteriormente ya se había planteado esas preguntas, pero siempre ante toda la respuesta estaba la más deseosa, la que podrían derrotarlo, pero ahora lo dudaba; tragó saliva y volvió a mirar el serio rostro de su teniente y como si hubiera sido el impulso que necesitaba, Fabián tomó la radio y se comunicó inmediatamente con Appin, quien al percibir con su propia vista al joven caucásico, levantó su brazo para indicar el ataque, pero a medio camino, escuchó que Fabián lo llamó, así que respondió:

    —Detenga el ataque, Appin —se escuchó la seca voz del comandante, y lo primero que hizo el capitán fue buscar con la mirada a Virta y dibujó una mueca de disgusto al no verlo, imaginándose lo que había ocurrido.

    Sin contestar o decir algo, notó como Andro estaba más cerca, si intentaban detener el ataque, tal vez no obtendrían otra oportunidad de tenerlo tan de cerca.

    —Señor, sus órdenes —se escuchó uno de sus hombres, impaciente por el decreto. El militar sintió el peso de las miradas inquisitivas combinadas con pánico al ver acercarse el androide —¿Capitán?

    Apretó ligeramente el receptor y pensando muy bien en lo que iba a decir a continuación, contestó con firmeza.

    —Lo siento mucho comandante, pero no pienso desistir —Levantó el brazo—. Hemos llegado muy lejos para rendirnos y no intentarlo —bajó el brazo dando la señal.

    Tal acto hizo que la persona que iba a dispar el misil, asintiera y todos se colocaron en sus respectivos lugares. Y el arma fue disparada.

    —¡No!

    Fue demasiado tarde, ya habían lanzado el proyectil. El grito del comandante fue opacado por un estruendoso ruido que invadió cada uno de los tímpanos de los presentes, haciendo que algunos se taparan los oídos, pero a pesar de ello, el fuerte ruido penetro sus tímpanos. Comenzando de esa manera una aniquilación de proporciones abundantes que nunca se pudieron imaginar. La batalla ya había dado comienzo.



    Próximo capítulo: Campo de Batalla
     
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    Marina

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    Oooh, pero ¿por qué en estos casos se niegan a escuchar la voz de la razón? Aunque es comprensible siendo que realmente no conocen para nada al enemigo. No hay cabida en sus cabezas de que pueden dar inicio a una aniquilación como la que al último se menciona y ya quiero seguir leyendo sobre esto, porque has dejado el capítulo muy interesante y emocionante.

    ¿Dónde está Ruber? Por favor, que no tarde en llegar, pues también creo que es el único que puede vencerlo, a menos que Neón vuelva a intentarlo, pero ¿qué puede hacer? Ya se vio que su probabilidad es de las mínimas. Si Andro cumple su objetivo, el futuro del mundo cambiará de manera radical... aunque me gustaría ver también de qué manera cambiaría xD

    Así que esta historia se acerca a su final, pues déjame felicitarte porque esta es una de tus obras que me han gustado mucho. Me parece original a pesar del tema, y he disfrutado mucho de leer.

    Estaré pendiente del que sigue, así que ya sabes, ansío continuar con la lectura.

    TAM
     
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    ¿Recuerdas que en el capítulo anterior dije que ya no pensaba que esta gente era estúpida por hacer otro plan sin consultar a Antti? Bueno, retiro lo dicho, sí que es estúpida... De hecho, al final, quien terminó por ser verdaderamente tonto fue el capitán Appin. Al menos Fumero le dio una oportunidad a Antti y decidió escucharlo, pues vaya que tenía razón de pensar que si lo provocaban, Andro ocasionaría una masacre en términos de genocidio implacable o.o ¡Pero no! Appin no obedeció las órdenes de su comandante e hizo le que le dio la gana ¬¬

    Owww, y el proyectil ha dado de lleno en el objetivo, y la batalla ha comenzado. ¡Ruber! Te necesitamos, date prisa o todo el ejército de esa época desaparecerá a causa de Andro. Y sí, yo sé que Ruber es el único que puede detenerlo y debe hacerlo, por el bien de toda la humanidad. Eah, que estuvo recortito el capítulo y nos vienes con la noticia de que ya se termina esto. Bueno, espero la continuación impaciente para ver cómo se acerca al desenlace todo esto. Por el momento me despido. Te cuidas.

    Hasta otra.
     
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  9. Threadmarks: Capítulo 32.- Campo de Batalla
     
    Sonia de Arnau

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    Yo también me pregunto donde estará Ruber. Oh, ¿y ahora quien podrá ayudarlos? Tachan...

    Bien, bien, vámonos con el próximo capítulo. Muchas gracias a Marina y Borealis por sus comentarios y también a las personas que leen esto, se agradece por ello.


    Capítulo 32
    Campo de Batalla


    Él no conocía la mayoría de las cosas que observaba a su alrededor. Él tenía la capacidad básica de saber algunas cosas, mas el entendimiento de otras no. Por eso observaba con detenimiento y con algo de interés lo que acontecía a su contorno. Un excelente ejemplo era cuando miró desde lo lejos a los soldados que estaban reunidos y, que al usar protección y armas en su poder, supo enseguida de lo que se trataba; una emboscada. Olfateó el peligro, suponiendo qué es lo que sucedía y sucedería, mas lo que ignoraba era lo que estos hombres utilizarían para atacarlo. Por eso, cuando observó aquella máquina, no estaba consciente de lo que lo atacaría y cuando fue activada e iba llegando el proyectil, él como mera reacción, quiso detenerlo y este lo golpeo con mucha fuerza, tanto así que lo alejó por varios metros, explotándole en toda su persona. El impacto fue tan grande y fuerte que hasta la misma tierra del suelo se expandió por todos lados, soltando una minúscula lluvia de tierra, polvo y creando una cortina de humo. Fue una pequeña, pero potente explosión que provocó aturdiendo a los presentes y provocarles una sordera pasajera como una molesta luz para sus ojos. Los soldados se taparon los oídos mientras volteaban ligeramente su cabeza hacia un lado y cerrando los ojos para evadir un poco ese fulgor.

    Cuando hubo terminado eso, a pocos minutos del impacto, los presentes miraron con atención el punto de la colisión, esperanzados de que cuando se esfumara totalmente la cortina de humo, lo que se presentara frente a sus ojos fuera dichoso para hacerlos sonreír y aplaudir al presenciar con esmero que el esfuerzo había dado resultado. Pero para su sorpresa, nada de aquello fue lo que contemplaron. Sus ojos esperanzados se desfiguraron por algo lleno de incredulidad como de asombro y, hasta el miedo en ellos se reflejó. Sí, ante el humo que iba desapareciendo por el leve viento que soplaba, se alcanzó a ver una silueta completamente en pie.


    Una irritación que nunca había sentido y que nunca se imaginaría sentir, se formó en su estómago y como venas de agua subterránea, fluyó por todo su interior. Más que enojado por lo que le hicieron, estaba realmente molesto por lo que le hicieron sentir y no precisamente “ira”, era algo más, una experiencia desagradable; el dolor. Y aunque Andro no poseía lo que se nombraría un sistema nervioso central, sí poseía una ligera incitación de terminaciones sensitivas que reaccionaban cuando algo tan potente como semejante a una bomba, le podía provocar un dolor intenso. Así fue como lo deseó Klaus Val, precisamente para que se sobresaltara cuando sintiera dolor. El androide exaltado por ese nuevo sentimiento, miró con irritación a los militares, quienes permanecían inmóviles al presenciar al androide en pie y aparentemente sin daño alguno.

    —No funcionó. El plan fracasó —repitió Fumero con voz queda e incrédulo aun de ver intacto a Andro.

    —No —Se escuchó la señora Irina sin poder expresar con palabras su sentir y admiración y quien impresionada soltó su cigarro—. El plan era infalible. Lo que fracaso fue no ver o calcular la potencia de él. Nuestro error fue no presenciar la fuerza sobre-humana que podía llegar a poseer esa endemoniada máquina.

    Se los dije” deseó decir Antti, pero no lo dijo y no solo porque no valdría la pena; a decir verdad, quería recalcárselos; fue porque un nudo en su garganta se lo impidió hacerlo. Se limitó a mirar con ojos desorbitados la pantalla. Y estaba de acuerdo con Irina, su error fue no prevenir o pensar detenidamente los posibles sucesos de sus acciones. Simple pregunta debieron haberse cuestionado mientras trazaban ese plan ¿y sí? Ellos no sabían que Andro estaba fabricado con el hierro, acero, volframio más resistente que podía existir en el planeta, además de estar bañado con una ligera capa de cuarzo y diamante.

    En el campo, Andro por demás rabioso, sus ojos de diferente color miraron de aquí allá a la multitud que permanecía de pie, hasta los que se habían escondido detrás de las trincheras improvisadas se habían unido con los demás porque pensaron que iban a festejar. En esa multitud, toda expresión negativa se dibujaba en sus rostros. Sin despegar fijamente su mirada, Andro comenzó a caminar lentamente mientras disfrutaba ver como algunos soldados tragaban saliva y unos dando un paso hacia atrás con la intención de huir de allí, pero eran opacados por sus compañeros que estaban a sus espaldas, quienes permanecían inmovilizados como sí se trataran de estatuas de piedra.

    —Los voy a aniquilar a todos —Se escuchó por demás enfadado Andro, por esos hombres carrasqueño las palabras y ya no exactamente por el dolor, ese se había ido, fue porque ahora los vio como a una plaga.

    Una plaga que impedía que realizara su cometido y que debía exterminar.

    Tomando velocidad, corrió hacía ellos abriéndose paso entre los pasmados hombres, empujándolos. Una sonata se escuchó a los cuatro vientos de una pelea entre mortales y un androide. Los militares tomando sus armas y otros hasta con puño se fueron contra el robot, siendo las armas nulas porque las balas no hacían daño alguno y tan solo revotaban al tocar la piel metálica de Andro. Sorprendidos en proporciones mayores y sin desfallecer teniendo como prioridad el detenerlo, intentaban hacerlo. Más Andro con fluidez innata los empujaba de aquí allá tan solo tocándolos, pero no bastaba con eso. El joven robot luchaba como todo un experto en artes marciales, proporcionándoles patadas maestras a sus enemigos y a quién se pusiera a su frente. Gritos agudos se escuchaban cuando recibían un golpe o patada de él, también saltando para pisar los rostro mientras se impulsaba en estos para hacer una maniobra en el aire, y al caer al suelo o arriba de un desafortunado soldado, se movía para seguir golpeando a los que se atrevían a enfrentársele; por otro lado, se enfocaba para tomar a los que se disponían huir, no los iba a dejar escapar como simples ratas tras oler un mortífero veneno.

    Tomaba a un hombre de las piernas y girándolo para marearlo y usar su cuerpo como arma para apartar a los militares que están a un radio de dos metros, lo soltaba sin importarle donde cayera; en el suelo o arriba de otros compañeros. Y aunque eran muchos los militares, ninguno de ellos pudo siquiera acercársele, ya que miraba cada uno de los movimientos de sus enemigos. Movía sus ojos tan rápido que parecía que estuviera en fase del sueño REM. Esquivaba los movimientos agachándose mientras seguía golpeando. Entre el revuelto, Andro tomaba las armas que tiraban y las descargaba contra la multitud. El campo de batalla de golpes y fracturas, había pasado a convertirse en un lago de sangre. Cuando le arrojaban granadas y el montón de escombros y polvo se levantaba elevándose hacía el cielo y convertirse en un cortinaje de humo, no impedía al androide saber dónde se encontraban ellos.

    Gritos, suplicar, llantos llenos de terror era lo que el aire soplaba en ese terreno.


    —Por Dios, detenlos —Irina miró a Fabián, el hombre estaba tan solo inmovilizando mirando la masacre sin saber cómo responder —¡Ordena que se detengan! ¡Ordena algo!

    Al despertar de su estupefacción cuando algunas cámaras dejaron de funcionar, Fumero se apresuró a tomar su radio y comunicarse con Appin, pero el capitán no contestaba, no reaccionaba ante lo que sus ojos presenciaban, pero también porque había perdido total señal de los comunicadores. Así que Fumero, sin perder más tiempo, salió de la habitación e ir directamente allí, An lo acompañó.

    Mientras tanto, Appin observaba todo y en primera fila, estaba consciente que debía dar la orden de retirada, pero sus extremidades no hacían caso, estaban petrificadas, sin contar que un nudo se apoderó de su garganta que no lo podía dejar siquiera pasar saliva, y si lo hacía, sus oídos eran afectados con un pulsante dolor. Había cometido un error, por ese pequeño desliz un poco más de la mitad de su gente había padecido en batalla en escasos minutos. No pensó detenidamente en las consecuencias y se arrepintió de ese orgullo.

    Andro, quien seguía con la labor de su aniquilación, se disponía a detenerse cuando ninguno de esos hombres estuviera en pie, pero algo improvisto lo golpeó. El golpe fue tan fuerte que lo obligó a alejarlo, pero a diferencia de la bomba, ese golpe que fue en pleno rostro lo hizo alejarse rodando a varios metros de distancia, arrasando con la tierra, deteniéndose completamente al perder vuelo, se levantó con rostro lleno de sorpresa, no identificó aquel golpe o aquella fuerza que fue diferente al misil que le lanzaron al principio. Se incorporó y miró lo que lo golpeo. Abrió los ojos en par y no solo él, todos los presentes que quedaron vivos dirigieron sus vistas a Ruber.

    —¡Qué están haciendo aquí! ¡Largo! ¡Refúgiense! —gritó Ruber mirando a su alrededor; soldados cansados, asombrados y de todo.

    Y como si esas palabras, como la persona que las dijo, fueran lo que necesitaba para reaccionar, Appin se apresuró y tomó un megáfono para gritar.

    —¡Retirada! ¡Abandonen el campo de batalla!

    Obedeciendo las palabras del mayor rápidamente, se apartaron de allí, algunos ayudando a los soldados heridos o que solo estaban fracturados, para apartarse de ese lugar. Las miradas de Andro y Ruber se dirigieron con ira a cada uno. Ruber se arrepintió de haber llegado tan tarde, por su culpa mucha gente había padecido. Pero ahora sí, ya no dejaría que Andro se saliera con la suya y ahora lo detendría a como diera lugar.


    Son capítulos cortitos, ¿no les parecen?
     
    Última edición: 29 Diciembre 2015
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    Marina

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    A mí me parecen bien los capítulos xD Sabes que me da mucha pereza cuando están muy largos, porque tengo que leerlos en dos partes o hasta en tres porque ya sabes quien no deja leer mucho xD

    Aww, sí que estuvo fatal esta batalla, supongo que muchos no solo padecieron, sino que perecieron en este campo de batalla. Andró tenía toda la intención de aniquilarlos a todos y me sorprendió de veras que no lo hiciera, pues con su velocidad pudo haberlo hecho, pero supongo también que eran muchisísimos soldados xD

    Pero, ¿sabes? Debo confesar que sentí una especie de ternura por Andro cuando al principio narras que él conocía muchas cosas, pero otras no, así que ese misil que lo golpeó lo lastimó de tal manera que le produjo una especie de dolor y sentí ira contra Val... digo, ¿por qué programarlo así para que sufra también si podía optar por no? Pero tuvo qué hacerlo para que Andro reaccionara de esa manera, para que sintiera el deseo de aniquilar.

    Qué bien, finalmente llegó Ruber, cuando golpeó a Andro, por un momento pensé que era Neón, pero el hecho de que el golpe fuera tan potente, me hizo rectificar mi pensamiento y pensé en Ruber, por lo que al final resultó ser él. Ahora se viene una muy buena batalla entre los dos.

    ¿Qué sucederá? ¿Quién ganará? ¿Se matarán ambos? Ay, ya quiero saber.

    Siguela, por fis xD

    Nos vemos y TAM
     
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  11. Threadmarks: Capítulo 33.- Ruber vs Andro
     
    Sonia de Arnau

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    Les dejo el penultimo capítulo de la historia.
    Muchas gracias @Marina por tu comentario. Definitivamente te dedico a ti, este capítulo, espero te guste :)


    Capítulo 33
    Ruber vs Andro


    Los soldados poco a poco dejaron el campo de batalla, sin embargo la mayoría decidió apartarse, no irse de ese lugar resueltos de ver con sus propios ojos la gran lucha venidera, pero eso sí, no dejaron de auxiliar a los heridos gravemente y fracturados; y por irónico que pareciera, no los llevaron al CMM a pesar de que estaban a tan solo metros de ellos porque el lugar lo habían clausurado. Así que a los lesionados los llevaron a una pequeña base que habían levantado para atenderlos allí.
    Por otro lado, mientras aquel ajetreo se daba, los dos androides permanecieron con toda seriedad parados, mirándose fijamente, como esperando a que uno comenzara para el otro seguir. Cualquiera pensaría que solo estaban allí, sin más, pero gran equivocados estaban, ya que Andro y Ruber estaban teniendo una conversación.

    “¿Ahora estás del lado de ellos?” preguntó Andro, pero no obtuvo respuesta alguna de Ruber porque tan solo lo miraba con resentimiento. “Ellos fueron los que me lanzaron algo primero” el androide dibujo un gesto de disgusto.

    Y entonces el primero en empezar su movida fue Ruber, quien se movió con rapidez acercándose a Andro, quien desde su posición y predecir su ataque, no hizo nada a excepción de ponerse en posición de defensa para recibir su ataque, el que era una patada y tal y como ocurrió, la detuvo. Ruber sin querer entrar en pánico, su intención era dar un impulso hacia atrás apoyándose en el antebrazo de su enemigo y así permanecer lo más retirado de él, pero no pudo porque al intento, Andro lo tomó de la pierna y agarrándolo con fuerza lo giró hacia atrás para arrojarlo al suelo con tal fuerza digna de un robot y Ruber impactó en el suelo y sin darle tiempo de nada, Andro iba a darle una patada pero Ruber reaccionó al movimiento y giró en el suelo apartándose de esa forma, así que la patada se encontró con el suelo, así que el atacante dirigió su vista a Ruber, quien en un ágil movimiento se levantó y tomó posición de ataque.

    “Esto será entretenido” dijo Andro a Ruber.

    Ambos trotaron hacía cada uno y con puño cerrado querían llenarse de puñetazos y cada puño chocó con el puño de cada uno, haciendo fuerza como para logar que retrocedieran, mientras una extraña energía salió de la expansión de ambas fuerzas colisionar. Y ante eso, en aquella fracción de segundos, se miraron directamente a los ojos al momento que preparaban el puño izquierdo para rematarlo en pleno rostro del otro. Ambos iban a hacer eso, cada uno leyendo el movimiento del otro. Por ello, Andro decidió hacer otra cosa y, eso fue que la muñeca del puño ocupado ligeramente la bajo y dando presión hizo que su contrincante perdiera equilibrio y con fuerza lo empujó hacia abajo, y logrando su objetivo, Ruber cayó al suelo. Corindo, con rapidez desde el suelo, con un impulso se levantó para lanzarle un izquierdazo a Andro en la barbilla, pero para su desgracia, el último sutilmente hizo hacía atrás su cabeza y esquivó el golpe, por lo que aprovechando que Corindo estaba ocupado con el brazo hacía el cielo, lo golpeó en el estómago, lanzándolo para que impactara contra un tanque militar, doblándolo mientras un chirrido de metal parecido al de un metal chocar contra otro metal, se levantaba sobre la brisa. Eso aceleró los corazones de los que estaba cerca, haciéndolos correr a otro lado, afortunadamente nadie estaba dentro del tanque y por ello nadie sufrió daños graves.

    Fabián y Antti llegaron a la escena, y al bajar del vehículo se apresuraron a donde el capitán, pero nadie produjo palabra alguna y dirigiendo su vista a los androides, observaron en silencio la confrontación. Un maravilloso enfrentamiento. Un sudor frío escurría con nerviosismo y excitación por los rostros de los presentes.

    Ruber pudo mirar el despejado cielo azul desde su posición pues había caído de espaldas. Se maravilló de tal belleza, era un agradable día soleado para que cada persona allí estuviera afuera disfrutando alrededor de sus familiares o colegas. Y también se le vino a la mente que Iba a ser difícil seguir con el ritmo de Andro, ya lo notaba. Y tal pensamiento lo frustró, porque prácticamente él era mayor y le estaban dando una buena riña. Tal vez eso se debía al matar a Klaus, su mecanismo de pelea, de defensa, se debía activar. Mientras meditaba en eso, Andro, quien no perdió nada de tiempo, lo tomó de los pies y lo arrastró unos centímetros para sacarlo del destrozado tanque militar y después arrojarlo contra otro tanque de guerra. Ruber debía permanecer en calma y dar una solución de como detenerlo sin entrar en pánico. Movió sus ojos de un lado a otro y decidió ponerse de pie, pero Andro ya había llegado a su lado y colocando su pie sobre su pecho lo empujó para que no se levantara. Ruber trató de apartarlo tomando su pie, con la presión podía sentir poco a poco como su tacto iba incrementando poco a poco.

    —Ruber, vamos —Andro se agachó un poco para quedar más cerca de él, pero sin quitar su pie y apachurrar con más fuerza, deseoso de que sintiera lo que él había sentido—. ¿Por qué no te unes conmigo? Ambos podemos hacer grandes cosas. Sabes que nunca serás igual a ellos.

    Mientras lo escuchaba, Ruber apaciguó su rostro. Era verdad, tenían la fuerza y el poder de atormentar a los simples mortales. Desde que supo su verdadera naturaleza, había cruzado por su mente el que era mucho más poderoso que cualquiera; pero siempre algo dentro de él se lo impedía, así que rápidamente sacaba tales pensamientos de su cabeza. Y eso era en algo que Andro definitivamente carecía.

    —No. Nunca lo haré —“Protegeré el lugar donde vive Eva, el de Efrin, es lo menos que puedo hacer por ellos”

    Estaba decidido a hacerlo, sintiéndose agradecido de su amabilidad hacía él. Ella la había tratado bien, muy diferente a sus compañeros. Siempre los escuchaba cuchichear sobre que era extraño y hasta algunos desconfiaban porque pensaban que era algún miembro de una de las disueltas e inexistentes bandas que alarmaban la buena sociedad de ciudad Del Comienzo. Y como si ese pensamiento lo llenara de fuerza, pudo apartar poco a poco el pie de Andro de su pecho, haciendo que retrocediera, saltando poquito para atrás y cuando por fin tenía el pie completamente alejado de su pecho, lo impulsó con fuerza y Andro no cayó por que logró recuperar el equilibrio. Mientras Andro hacia eso, Ruber se levantó y notó algo que no había notado, los cientos de miradas que estaban observándolo. ¿Pero qué demonios pensaba esa gente siendo de espectadores? Corrió dentro de la instalación médica militar ya que fue lo primero en que se le vino a la mente.

    Mientras corría por los solitarios pasillos, trataría de pensar en cómo detener a su semejante, ya que mientras estaba siendo pisoteado por Andro y haber escuchado lo que le dijo, se dio cuenta que no sabían cómo derrotarse entre ambos y se dieron cuenta cuando se golpeaban, al parecer cada golpe no hacía nada al otro, más que un leve sentir molesto. Quería darse un tiempo para meditar en ese tema, por ello ingresó al extenso centro médico, pero no contaba en que Andro sabía dónde estaba, así que cuando Ruber se giró para cruzar una puerta que creyó lo llevaría a otro pasillo, se sorprendió al ingresar a un cuarto lleno de camas, se giró para ir a otro lugar, pero en ese momento esquivo con desconcierto un ataque de Andro. Él ya había llegado allí.

    —No corras —Lo escuchó decir mientras daba pasos cortos hacía atrás casi perdiendo el equilibrio—. No puedes huir de mí, yo sé dónde estás.

    Ruber recuperando el equilibrio miró a Andro, quien se le fue encima derrumbándolo al suelo, y cuando el último se levantó, Ruber también lo hizo, vio la oportunidad de proporcionarle un derechazo al ver que Andro se volteó dándole la espalda, pero no contó con la destreza de Andro que, como viendo el golpe, ladeó su cabeza a su derecha sorprendiendo a Ruber de tal jugarreta y Andro, mirándolo por el rabillo de su ojo vio pasar el brazo de su némesis, se giró a su izquierda quedando frente a frente de Corindo y allí, Ruber intentó golpearlo con el otro brazo, pero recibió un golpe con las palmas de su mano por todo el tórax, obligándolo a retroceder ensimismado, y detenerse al llegar al lado de una cama y sentarse en ella. Se levantó y se fue contra su atacante, lanzándosele, y al ver que Andro le iba a suministrarle otro golpe, leyó su movimiento y lo esquivó agachándose. Esa fue una oportunidad que vio el androide e iba a darle un rodillazo, pero irguiéndose se obligó a impulsarse hacia atrás y así apartarse del impacto de Andro.

    Pudo leer esos ataques con claridad, los observaba como si estuvieran en cámara lenta. Volvió a esquivar moviéndose a un lado. La hazaña sorprendió a Andro. Cuando intentaba golpearlo, Ruber fácilmente lo esquivaba y era ahora Andro era el que recibía los golpes, presionándolo a que el fuera el que chocara contra las camas o instrumentos de la habitación. Estaba teniendo ventaja sobre la pelea. Poniéndosele al tú por tú, la confianza de Corindo había aumentado. Ruber tumbó a Andro al suelo y mientras se puso arriba de él comenzó a lanzarle olas de puñetazos. Algunos Andro podía esquivarlos, mientras que otros no y eso llegó al punto en que lo fastidio y más al ver la felicidad de su semejante, así que en una oportunidad, tomó el brazo de su enemigo y al detenerlo se impulsó con su lado izquierdo como queriendo dar una media vuelta, alzó su pierna izquierda hasta que su rodilla estuvo a la altura de la espalda baja de Ruber, exigiendo que con ese movimiento Ruber se ladeara hacía la izquierda casi apartándose de él. Al descifrar lo que intentaba hacer, Ruber deprisa deslizó su brazo desocupado detrás del cuello de Andro con la intención de apretar su cuello con su pliegue interior del codo. Pero había sido demasiado tarde, con un liguero endeblez, Andro levantó sus piernas, las descansó en el tórax de Ruber y lo empujó con fuerza.

    Ruber fue a parar contra una cama que se movió junto con él, deteniéndose completamente al chocar contra una pared. Andro se levantó y dándole la espalda lo miró con frialdad. Ruber abrió los ojos tan grandes como un plato asombrados y sin levantarse, siguió con su mirada a Andro desde la altura acercándose, al estar a su frente, se acuclilló, lo tomó del cuello de la camisa y lo obligó a ponerse de pie y al tenerlo a su altura le regaló un rodillazo en el abdomen y después una patada en el rostro. Ruber intentó esquivar sus golpes, pero no pudo, se movía mucho más rápido que antes y cuando podía esquivar uno, el que seguía no y así lo forzó a caer al suelo, sorprendido porque notó que sus movimientos eran ligeramente más veloces. Aun así, se mantuvo firme y se fue contra él, lanzándole un izquierdazo que Andro eludió y quien recibió uno fue él. Ruber observó el piso blanco con rostro lleno de admiración, había perdido el control de la pelea.

    Andro le regaló una sonrisa burlesca, casi leyendo lo que trataba de decir: “¿Creíste que me ibas a derrotar?” Y le dio otro golpe. Al ver que su situación no era favorable y ya no poder tocarlo, Ruber decidió apartarse de allí y salir de la habitación.

    —¿Y vuelves a correr? —Se escuchó la áspera voz del androide en el eco del solitario centro.

    Ruber miraba a su alrededor, sintiendo pánico de la situación. ¿Qué podía hacer? ¿Cómo lo detendría? Estaba perdido, no tenía ni idea de cómo terminar con él. Más nervioso se ponía al escuchar con claridad el eco de las pisadas de Andro acercándosele y la voz de él en su cabeza retumbar una y otra vez “Se dónde te encuentras. Sé dónde te encuentras. Sé dónde te encuentras”.

    Y entre esa situación, tuvo un recuerdo. Un recuerdo que no le pertenecía.
     
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    ¡Oh, oh! Ruber va perdiendo la pelea y es que Andro parece llevarle la ventaja porque sabe qué movimientos hará Corindo. Esta sin duda es una genial pelea y noto que a Ruber le falta concentración y es por eso que no logra ponerse al nivel de Andro. ¿Qué puede ayudarle? Es lindo que pensara en Eva y Efrin y que por ellos no se haga al lado oscuro, no acepte apoyar a su némesis en sus fechorías. Lo que sí es seguro es que Andro prefiere tenerlo de su lado, porque por eso lo invita a unirse a él, no obstante, el razonamiento de Ruber es superior al de Andro, porque aunque Ruber sea también un androide, parece desplegar sentimientos humanos y eso quizás sea por todo el tiempo que vivió en medio de ellos, aprendiendo incluso del sentir de Eva, ese aprendizaje que le deja la actitud de ella para con él, el trato tan digno que ella le da.

    Ahora, ¿qué recuerdo se le ha venido a Ruber? ¿Y de quién ese ese recuerdo? Es triste que esta historia esté en vísperas de terminar, pero de nuevo te lo digo, es grandiosa y ya quiero leer el último capítulo, pues necesito saber quién será el que saldrá vencedor. ¿Andro? ¿Ruber? ¿Se fusionarán en uno? Después de todo, son iguales xD

    No te digo pues adiós, sino hasta luego.
    TAM
     
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    Borealis Spiral

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    Lo siento por no comentarte antes, Sati, de verdad, pero dah, ya sabes, entre tareas, paleadas, escuela y vicios xD, ni cómo. pero ya estoy aquí.

    El capítulo anterior estuvo muy bueno. Mira que admiré mucho más a Klaus por crear a Andro con la sensibilidad de dolor o irritación ante un impacto muy grande; un mecanismo de defensa, para que se molestara y su lado mayormente fúrico y asesino se hiciera presente y poder destruir aquello que amenazara su vida. En serio, es que Klaus, wow, Klaus; aun muerto es todo un personaje *u* No me cansaré de decirlo, me encanta.

    Eso sí, el resultado no fue para nada favorable para los pobres soldados pues, la lucha y una despiadada carnicería se desató. Uff, conforme leía el desastre que Andro ocasionaba entre los pobres mortales, también me preguntaba por Ruber y cuándo es que aparecería para detener al otro androide. ¡Y apareció! Dejando el capítulo en un punto muy interesante; a punto de los dos combatir.

    Ahora paso a este capítulo:

    xDDD Amé esto, lo amé, lo amé. Agh, es que Andro tiene razón; en teoría, él simplemente se defendió porque el ejército fue el primero en atacarlo xDD

    Pero bueno, dejemos de lado mis locuras. Esa pelea entre Andro y Ruber estuvo genial, épica, súper wow. Eso sí, soy malita, pero no tanto; yo quiero que Ruber gane y nada que Andro lo está sometiendo de una manera bastante de cuidado, eh. También es interesante ese hecho de que ni Andro ni Ruber sepan cómo destruirse entre ellos, razón por la que Andro prefiere que el otro esté con él. Así, si no saben cómo acabarse mutuamente, ¿qué hará Ruber para exterminar a Andro? Porque eso sí, tiene que acabar con él en definitiva; es un peligro.

    Excelente capítulo, gran historia y me gusta mucho, mucho. Y nada más, es asunto se ha quedado interesante con eso del recuerdo, ¿de quién y qué recordó? Hm, intrigante. Espero ansiosa el próximo capítulo y espero que ahora sí no me tarde tanto... pero de pronto no sé ._. Me da miedo la escuela. Te cuidas

    Hasta otra.
     
    Última edición: 12 Marzo 2015
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  14. Threadmarks: Capítulo 34.- Fin de la Guerra
     
    Sonia de Arnau

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    Esbozando lo prohibido [Libro #1]
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    Ciencia Ficción
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    Por aquí, por fin dejando el último capítulo de esta historia y realmente agradezco mucho a las personas que terminaron esta historia, pero mucho más a aquellas que se me tomaron la molestia de dejarme un comentario y también a los que me dieron una oportunidad.
    @Marina Es que Ruber no está acostumbrado a esas cosas de pelear y también uno de sus problemas es que divaga mucho, ya que piensa en muchas cosas, cosa que a Andro no le afecta, pues él va directo a su cometido. Que no punga las ansias que ahora se va a ver qué es lo que Ruber “recordó”. ¿Fusión? Jajaja, que loco sería eso, ¿no? Pero tiene razón Bore, uno de ellos tiene que ganar y aquí se sabe el desenlace de la pelea la que espero disfrutes.

    @Borealis Spiral Mi querida hermana, Klaus era un genio sin duda alguna y malvado, porque sí, precisamente por eso hizo que su Androide pudiera sentir dolor, para así hacerlo enojar, más que la reacción de “llorar” “quejarse” usa la del sobre salto (o algo así). (“A lo que citaste”) Eso fue una “acción-reacción”.


    Capítulo 34
    Fin de la Guerra


    Había un adolescente que trazaba un diseño. A simple vista el diseño parecía un cualquier diseño de la anatomía humana y aunque era diferente, era totalmente distinto. Y solo estaba dibujado el cuello, torso, brazos, piernas, y en su rostro estaban el par de orejas, la nariz, la boca, la forma de la barbilla, pero para que estuviera completo solo faltaba lo más importante; terminar la cabeza con los ojos, la frente y el cerebro. Lo más importante era el cerebro, la parte robótica que superaría las inteligencia de la máquinas, computadoras y que aprendiera a ver, observar, a apreciar, a razonar. Un robot que pareciera completamente humano y que tuviera un mecanismo parecido o lo más similar al cerebro humano. La anatomía humana era fácil de crear e igualar, pero, el verdadero reto de aquella creación en realidad consistía en diseñar un procesador que llegue a lo más parecido al enigmático cerebro humano.

    La determinación de ese adolescente era crear ese ser. Y por ello, existía una única debilidad en ellos y era su cerebro. Había descubierto el misterio, pero a pesar de ello, lo que sería su cráneo, era duro y fuerte, se habían estado golpeándose por horas y aun así no parecía dañarlos en nada. Lo más dañino que podía hacerse era un simple rasguño, por lo mucho. Ruber se obligó a despertar de los más profundos recuerdos robados, al sentir que Andro se disponía a atacarlo al verlo desconcentrado. Aunque el joven estaba de espaldas, pudo sentir su presencia, así que esquivó el puño que iba directo a su cabeza, y entonces agarró el brazo de su semejante y fue allí que vio algo inusual. Algo que le hizo ver que todavía existía una pequeña esperanza. Así que con todas las ganas, mientras aún tenía agarrado a Andro del brazo, ligeramente movió su pie izquierdo hacía atrás, quedando debajo entre las piernas del androide y empujándolo con la ayuda de la misma fuerza en que se acercaba a él, lo cargó sobre su hombro y dándole una vuelta lo tiró al suelo a espaldas. Ruber vio eso como una oportunidad y dando una vuelta se dirigió a la salida del centro médico.



    Por otro lado, afuera, los militares que despertaron de su perplejidad, comenzaron los murmullos entre ellos, elevándose hasta los oídos del comandante, quien prestó atención a An, quien dijo:

    —Debemos de hacer algo. Ayudarlo de alguna manera. No podemos quedarnos sin hacer nada.

    Fabián desvió su vista para ver al capitán, quien se limitó a negar con la cabeza dándole a entender que no sabía cómo ayudar. Es más, se sentía como alguien ya no digno de estar en las bases militares.

    —¿Alguna sugerencia? —preguntó el comandante volviendo a poner su atención al teniente.

    An enmudeció ante la cuestión y se limitó a mirar a sus lados, desconcertado, buscando a alguien; a Neón, quien permanecía en las filas de enfrente, mirando detenidamente el edificio, como si de este esperara salir algún monstruo o algo parecido. Aunque no estaban del todo equivocado. Y en eso, Ruber salió a toda prisa y en su rostro se pudo reflejar urgencia y sabiendo donde estaba la persona, gritó su nombre:

    —¡Neón!

    El menor abriendo sus ojos de par en par, miró a Ruber, quien le dijo algo, y aunque no pronunció palabra alguna, pudo leer sus labios a la perfección y entonces, como lo vio salir de la instalación, lo vio desaparecer del radio de su vista, ya que Andro a toda prisa salió del CMM y se fue contra Ruber haciéndolo rodar por el suelo junto con él. Neón, recapacitó en las palabras que le mencionó el joven.

    —Pero por supuesto —se dijo dibujando una sonrisa e inmediatamente se fue a buscar al teniente Virta, quien lo estaba buscando y cuando se encontraron, el menor se apresuró a decirle: —Podemos hacer algo —Tales palabras alegraron el corazón de An, así que se dispuso a escuchar atentamente al joven.

    —Claro —se dijo al comprender el plan, y sin perder tiempo, se dirigió al mayor—. Comandante, hay una manera de hacer algo. Hay que atacar a Andro.

    —¿Atacarlo? —se preguntó extrañado, ya lo habían atacado con una de sus armas más poderosas y no le hicieron nada, ¿cómo atacarlo? Pero casi en seguida se dio cuenta a lo que se refería.

    Y era precisamente lo que vio Ruber cuando tuvo la oportunidad de mirar bien una de las manos de Andro. Esta de la palma estaba dañadas como si la capa de lo que funcionaba como piel se levantara, en algunas partes se habían levantado de la piel y muy poquito se alcanzaba a ver un color plateado. Indicándole que Andro recibió la colisión en sus manos al tratar de detener el misil que le lanzaron, así que supuso que el impacto le afectó dejándolo de esa manera. Por ello, si lo atacaban con armas potentes podrían debilitarlo y con sus golpes podía terminar con él. Y de esa manera podían ayudarlo los militares, aprovechando su armamento.

    —¿Cuantos misiles tenemos? —preguntó Fumero al que manejaba el arma de misiles.

    —Dos, señor —Se apresuró a decir.

    —Bien, carguen el arma —El hombre se dirigió al capitán —Que los hombres se preparen a atacar al androide con bombas y con los tanques de guerra que disponemos y apúntenlos en una sola dirección.

    Así hicieron, estaban preparando todo; la máquina de misiles estuvo lista. Mientras que con los dos androides, cuando Andro se echó encima a Ruber, llegaron hasta donde estaba la escena de la masacre, donde cuerpos ensangrentados por las balas y los cadáveres en las posiciones más incomodas posibles. Ruber se paró, pero resbaló ante un charco de sangre y colocó sus palmas en el suelo, observó detenidamente la escena que se fue haciendo más vivida en la mente del joven, miró sus manos llenas de aquel liquido escarlata y volvió a mirar a su alrededor sintiendo e imaginándose el terror de aquellas personas en el último minuto de sus vidas. Escuchándolas gritar por piedad. No se había dado el tiempo de ver tal grotesco escenario tan detalladamente. Más razón tenía para detenerlo, vengaría esas almas inocentes.

    —¡Está lista el arma, comandante! —gritó el que manejaba tal armamento.

    Andro, alcanzando a escuchar lo que gritaron, miró con ira a su semejante, que simplemente observaba sus manos, pero sin que eso lo afectara, rápidamente se fue contra Andro para así retenerlo y que no se escapara del ataque, confrontarse ambos uno para detener al otro y el otro para salir del parámetro de la máquina. Ruber le aplicó una llave, llevando sus manos debajo de las axilas de su contrincante y descansando sus manos sobre la cabeza de él.

    —¡Fuego!

    Y la máquina por segunda vez se activó.

    —Si así son las cosas —mencionó Andro al momento preciso que dio un giro de noventa grados a la situación y con su agilidad, se liberó de Ruber y tomándolo del brazo hizo un ligero movimiento y giró sobre su eje colocándose a espaldas de Ruber utilizándolo como escudo—, tú vendrás conmigo.

    —Maldita sea —carraspeó el comandante al alcanzar a ver con unos binoculares la posición de Ruber —¡Desvíen el misil! —ordenó rápidamente.

    Y el mismo encargado de lanzarlo, con un control que el misil tenía a escasos centímetros de golpear al joven, el misil se elevó hacía arriba y a tres metros exploto solo. Ese mecanismo era para poder desviarlo si el enemigo estaba dispuesto a desviar el ataque para dañar al enemigo que había lanzado el misil. Tal proeza que nunca vio venir, asombro en gran manera a Andro que hasta dibujo una mueca de disgustó al observar pasar muy cerca el misil y elevarse hacia arriba para explotar. El estallido fue fuerte y como fue muy cerca de ellos, los obligó a separarse y caer en diferente dirección. Fue la oportunidad perfecta que vio el comandante, y sin esperar a que el otro misil estuviera listo, ordenó que los tanques abrieran fuego. Andro se estaba poniendo de pie cuando sintió una enorme bala tocándolo a la altura de su hombro empujándolo con fuerza y después de eso, una ola de proyectiles de cañón se impactó por todo su cuerpo, haciéndolo retroceder sin poder hacer nada para mantenerse firme. Ni siquiera terminaba de ponerse de pie cuando otros proyectiles lo volvían a tumbar al suelo.

    —¿Está listo? —preguntó Fumero desde su posición mirando al soldado del misil, quien estaba por terminar.

    Intentarían de nuevo y esta vez aprovechar del aturdimiento de Andro y antes de que las balas de los tanques se terminaras. Así era. Estaban descargando todo lo que tenían contra él.

    —Eso debimos de a ver hecho desde un principio —dijo Antti a Neón con un brillo de alegría que reflejaban sus ojos.

    —Aun así, no hubiera sido suficiente —opinó el menor y obtuvo la atención del mayor—. El remete debe dárselo Ruber.

    —Sí, creo que tienes razón —Desvió su mirada del campo de batalla para dirigirla al comandante que se había acercado al capitán y comenzaban a entablar una conversación, provocándole un dolor en su estómago e indicándole que nada bueno saldrá de ese platica.

    Por el contrario, como no eran muchos tanques, pues nunca se les cruzó por la mente en necesitarlos, estos poco a poco iban agotándose las balas, el ataque estaba disminuyendo, por lo que ahora Andro tuvo la oportunidad de tener control sobre su estabilización, que con ojos llenos de irritabilidad, miró a los militares que quedaron con vida. Si tan solo Ruber lo hubiera dejado terminar con su aniquilación, esto no le estuviera sucediendo. Comenzó a caminar para dirigirse a donde ellos.

    —¡Comandante, está listo!

    —¡Fuego! —dio la señal.

    Y por tercera vez, esa arma fue activada, lanzando directo a donde Andro. Este sería el último golpe, y apenas, porque el armamento de los tanques se había agotado en el preciso momento en que lanzaron el misil. La vista de todos se dirigieron al androide, quien alcanzó a ver el misil y sin detener su camino y aumentar más su velocidad a cada segundo, cuando el misil se hubo encontrado a pocos centímetros de Andro, impulsó su lado derecho hacía atrás y en ese momento el tiempo se detuvo para los militares, quienes con la boca abierta miraban como Andro llegó a esquivar el misil y quien lo miró tan de cerca que pudo apreciarlo con detalle. El misil siguió su rumbo hasta colisionar y explotar a lo lejos. Miró al grupo sin intención de bajar su ritmo y atacar para matar a los que pudiera, pero a unos metros antes de llegar adonde los soldados, Ruber había corrido a su encuentro y se arrojó a él cayendo encima y así detenerlo.

    —Ya no te permitiré que dañes a más gente.

    Como lo tomó de la cintura, lo levantó y frente a frente, le dio un puñetazo en el estómago y un sonido se hizo escuchar, parecido a cuando se golpea un espejo de vidrio y minúsculos fragmentos de una capa se desprendió del estómago de Andro, lo habían dañado. El golpe lo arrojó hasta el lado contrario de donde los espectadores. Mientras Andro se ponía de pie, Ruber se acercaba a él y lo examinó con claridad. La capa que trabajaba como la piel ahora se parecida al de un desierto seco, completamente agrietado, dejando en exposición su parte metálica. Y no ayudaba mucho en su apariencia las manchas de sangre que había cogido de los grupos de soldados asesinados. Ruber se alegró de que hubiera funcionado de maravilla los múltiples ataques que le dieron, debilitándolo un poco para que pudiera con facilidad concluir.

    —No voy a dejar que sigas perjudicando a estas personas —gritó lleno de rencor hacía su semejante mientras lo zarandeaba con fuerza—. Mientras yo viva voy a... estar de su parte. ¡Observa! Observa lo que has hecho —lo soltó para mostrarle las palmas llenas de sangre seca—. ¡Has derramado mucha sangre!

    —Ódiate a ti mismo —fueron las palabras de Andro.

    Eso molestó enormemente a Ruber, porque no era igual a él. ¡No lo era! Ruber lo golpeó, sin sentir compasión alguna de él, en plena barbilla con gran fuerza que provocó que la misma se hundiera un poco y también hizo que Andro se inclinara hacía atrás por el impacto, pero aun así, mirando parte del cielo, Andro no iba a dejarse terminar con facilidad, así que movió ligeramente su pie derecho unos centímetros detrás para apoyarse en este y así no perder el equilibrio y con un gran esfuerzo intentó levantar su destrozado cuerpo y con seriedad, con ojos llenas de lo que parecía venas de sangre, miró detenidamente a Ruber desde su posición, mientras le dirigía la sonrisa más lunática que nunca había dibujado, se dispuso a golpearlo. Aun con sus intenciones y levantar su brazo derecho para golpear a Ruber, éste último, con su brazo izquierdo lo desvió el ataque hacía un lado y en ese momento preparó su mano derecha en un puño.

    Todo eso sucedió en escasos segundos que ambos presenciaron en cámara lenta. La sonrisa de Andro desapareció al verse desviado su ataque y al percibir en los ojos de Ruber su reflejo, notó una tremenda ira hacía él; un enojo tan o más parecido a lo que él sintió contra los humanos al frustrar sus planes. Pudo ver con claridad que el puño de Ruber iba a golpearlo, pero a pesar de ese hecho, no pudo hacer nada para evitarlo o esquivarlo. Y así, con una fuerza que nunca había sentido en su corta vida, aquel golpe lo recibió en pleno rostro, escuchando con claridad el crujir y estrepitoso sonido de la nariz siendo destrozada y su cabeza impactar contra el suelo creando un hondo agujero. Parpadeó una vez con lentitud y con la boca semi-abierta miró desde toda la altura a Ruber dibujando una mirada triunfante. Andro pudo sentir ese inimaginable dolor, mucho peor que cuando le lanzaron el misil. Aunque se terminó en escasos segundos. También pudo sentir con claridad un líquido muy espeso salir de su occipital y comprendió que había llegado su final. Hasta ahí había llegado todo para él.

    Y como si Ruber estuviera cansado, se dejó caer en el estómago de su enemigo y lo miró a los ojos. Los ojos de Andro reflejaban una tranquilidad envidiable como una serenidad absoluta. Se mantenían lo más pacíficamente posible a pesar de que era su fin. Ese sentimiento provocó que Ruber sintiera repulsión, ¿cómo era posible? Cuando alguien sabe que su vida está en peligro, los ojos deben demostrar miedo, misericordia, arrepentimiento, algo. Recordó la mirada de pavor del verdadero Ruber cuando se vio en peligro. Tenía presente con claridad la mirada sin vida de Efrin y ahora, comparándolos con Andro, le hicieron comprender que no llegaban a sentir tal cosa porque en realidad nunca llegaron a vivir. Tan solo eran vida artificial. Volvió a zarandear con fuerza a Andro sin dejar de mirarlo a los ojos y el último le mencionó en el tono más bajo posible.

    —Ruber, ¿de verdad piensas que ellos te querrán? ¿Qué los humanos te aceptaran solo porque te deshiciste de mí? —Dibujo una media sonrisa—. Siento lástima de ti, Ruber. Ellos te creen un monstruo, te tienen miedo. Solo te utilizaran.

    Sin desear escucharlo más, Ruber levantó su brazo y con la punta de los dedos atravesó por una fisura del cráneo de Andro, pero no quedo satisfecho por eso, lo volvió a hacer una y otra vez, destrozando cada una de esas partes que conformaban su cerebro, arrancando la parte importante que mantenía. Escurriendo el líquido que los mantenía a temperatura normal. Destruyendo todo lo que podía. Haciendo eso mientras decía una y otra vez que dejara de hablar, cuando Andro ya no lo hacía. Por fin viviría en paz; por fin se libraría de su voz, de sus pensamientos. ¡Se había liberado de él!

    Cuando hubo terminado, se levantó, giró dirección donde estaba la CMM, consigo en la mano parte principal del funcionamiento del cerebro de Andro. Caminó poco a poco para acercarse a la multitud.

    “He terminado” deseó decir casi llegando al grupo de militares más cerca, quienes con rostro distorsionado de miedo, deseaban alejarse de aquella máquina de matar, pero no lo hicieron solo por el entrenamiento que tuvieron y su propio orgullo.

    Descifrando aquellos rostros, a Ruber no le importaban, dirigió sus ojos a una persona en especial; a Eva, quien compartiendo el mismo asombro que sus compañeros, se limitó a mirarlo. Él sin tomar en cuenta eso, le regaló una sonrisa con la que le indicó: “Mira, todo ha terminado al fin, Eva”. Su sonrisa no duró mucho, pues en eso el comandante le indicó por medio de un ademán al capitán Appin, quien asintiendo miró a su espalda y algunos soldados comenzaron a rodear al joven, deteniéndose metros de él y con armas que fueron apuntadas hacia él.

    —¿Ahora qué? —susurró desganado.

    Y a la velocidad de un rayo, la extraña arma de un soldado disparó y una cuerda delgada pero resistente se aferró al brazo de Ruber, quien al sentir eso, extrañado levantó este y miró enrollada la cuerda que seguía saliendo del arma. Lo estiró y sintió un flujo de electricidad, e incrédulo, levantó su vista al militar y enseguida los demás hicieron lo mismo y ahora esos cables se ataron por todo el cuerpo de Ruber; piernas, brazos, torso, todo lo que estuviera a la vista. El joven rápidamente intentó estirarlos para romperlos y si lo lograba, pero seguían lanzándole junto con aquellas ondas de energía.

    “Te tienen miedo. Solo te utilizaran.”

    —Ruber —murmuró Eva sorprendida queriendo dar un paso con toda la intención de hacer algo por él, pero fue detenida por el comandante, quien se había acercado a ella.

    —No se preocupe, señorita —Le comunicó—, tan solo queremos que venga con nosotros. Por favor, dígale que se tranquilice y que nos acompañe a nuestra base.

    No pudo creer lo que escuchaba, abrió los ojos con gran incredulidad mientras volvía a mirar a Ruber, que aun trataba de soltarse de esas sogas y que ya eran muchas, cubriendo casi todo su cuerpo y contando el malestar que sentía por los choques eléctricos. Él miró los ojos cristalinos de Eva y estiró su brazo deseoso de estar a su lado para tranquilizarla. Eva cerró sus ojos con fuerza y negó con la cabeza y le dijo a Fumero, aunque con voz quebrada, firme.

    —No lo voy a hacer.

    —Ya veo.

    Ya lo sabía, por eso decidió intentarlo de esa manera, quería poder examinar con detalle su increíble estructura. Descifrar lo que en verdad era ese joven. Quedó maravillado por la escena de la lucha que tuvo con el otro; aquellas escenas perdurarían por toda su vida. Y por ello, sabiendo eso, Ruber sin dejar de mirar a Eva, supo lo que debía hacer. El ser humano debía ser incapaz de poseer la tecnología que había dentro de él. ¡Ninguno debía tenerla! Sería peligroso para ellos mismos descifrar o copiar cómo estaba fabricado. Hizo un leve esfuerzo y sin importarle lastimar a algunos militares, los estiró junto con la cuerda. Algunos llegaban a ser arrastrados antes de soltar el arma mientras que otros al ver la fuerza, soltaban el instrumento. Y de nuevo, ellos se dieron cuenta que no podían con él. De esa manera, cuando estuvo totalmente liberado se fue de allí. Se alejó todo lo más apresuradamente que pudo, sin mirar atrás ni un solo instante, desapareciendo de ellos y de cualquiera.

    Estando más que consciente que él era lo prohibido.


    T-T Y así termina la historia, no obstante… chan-chan-chan, todavía hay un epilogo. Por lo que nos estamos viendo para la próxima semana.
     
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    Marina

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    Nooooo, ¿por qué? *Llora por Andro*

    Porque tenía razón, Andro tenía razón y aunque era muy malo, me causó pena su muerte. Los de más poder entre la humanidad quieren a Ruber para estudiarlo, como si fuera un conejillo de indias, quizás torturarlo, herirlo esos sentimientos que parecen humanos, porque sentir algo por la humanidad, querer defenderlos, a eso llamo yo sentimientos. Quizás no fue programado para sentirlos, pero los aprendió al convivir con los humanos, pero quizás sus mayores maestros sobre los sentimientos, fueron el verdadero Ruber y Efrin, y Eva vino a afianzarlos en su persona.

    Sí, Ruber es lo prihibido. Nadie jamás debe poseerlo, así que hizo bien en irse, pero... ¿a dónde fue? ¿Qué hará? ¿Perderá su naturaleza "humana"? ¿Se hará como Andro, pues ha comprendido que él tenía razón sobre lo que le harían los seres humanos? La decepción de no ser aceptado por ellos, ¿lo amargará?

    Todavía tengo muchas preguntas sobre Ruber que espero se me contesten en ese epílogo, así que lo espero ansiosa, mientras tanto:

    Nos vemos. TAM
     
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  16.  
    Borealis Spiral

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    ¡Qué final! Y sí, una parte de mí también sintió tristeza que Andro muriera porque, bueno... era un buen personaje, aunque pensándolo bien, era mejor que muriera porque si no, los humanos se habrían apoderado de él tal como intentaron apoderarse de Ruber. Ah, ¿por qué son tan ambiciosos los seres humanos, eh? A veces no los comprendo para nada a pesar de formar parte de sus filas. Eso sí, menos mal que Ruber le sacó el sistema principal a Andro y se lo quedó, para que ellos no lo tomaran, pero te confieso que leer esa parte en la que Ruber perdía momentáneamente el control sobre sí mismo cuando el otro le preguntó si en verdad creía que lo aceptarían, terminando por destrozar de esa brutal manera el cerebro de Andro, fue escalofriante. No imaginé ver a Ruber así de frenético. Pero en general, me encantó el final; otra parte que me gustó mucho fue imaginarme cómo Andor fue embestido con todos esos proyectiles y balas fue genial.

    En serio, Sati, muchas felicidades por terminar otra de tus historias, una que sin duda ha sido un placer leer. Entre tus creaciones, una obra maestra, desde mi perspectiva. Y no había más que hacer, podría decirse que quedó en un final "abierto" por la ida de Ruber, pero no me lo parece tanto; después de todo, él no debió existir nunca, por lo que no debe mantenerse visible a los humanos, debe esconderse, tal como lo hizo casi todo el tiempo después de asesinar al Ruber real. Y nada más, gran final y muero por leer ese epílogo tuyo para ver cómo concluyes esto. Sin más, me despido y te cuidas.

    Hasta otra.
     
    Última edición: 12 Marzo 2015
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  17. Threadmarks: Epílogo
     
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Bueno, he aquí el epílogo. Ultimo capítulo de esta historia y a la quededico especialmente a; @Marina @Borealis Spiral Y @Nianimetal. También agradesco a Silent Love y a Bruno EVF quienes dejaron un camentario y dieron una oportunidad a este historia. Y por supuesto agradesco a todos los lectores que han llegado hasta aquí :)


    Epílogo

    Transcurría el años 2160, donde la ciudad Cuarzo ya era nombrada la ciudad Del Comienzo. El transcurso de la historia después del incidente de hace cuarenta y cuatro años fue prácticamente normal. A diferencia de que la tecnología se atrasó dos años debido a que los militares por órdenes del gobierno, detuvieron a Innovaciones Inc. de toda fabricación para investigarla si había sido la creadora de un robot asesino; era una empresa importante para la evolución de la tecnología, y posteriormente de allí nació el magnate corporación Fucus. La descartaron dos años después y así volvió con sus investigaciones.

    El incidente del androide asesino al transcurso de los años, su historia fue cambiando. Algunos decían que el vídeo en donde se observa a un joven caucásico recibir balas de la policía y ser inmunes a ellas, había sido creado por un experto en montaje; eso era lo que afirmaban los hombres de alto mando. Otros más extremosos declaraban que esa máquina había sido enviada por los extraterrestres para exterminar a la raza humana. Mientras que otros dudaban completamente de tales sucesos y que fue mera exageración de las autoridades milicias de algo que se les escapó de sus propias bases. Por otro lado, Isaac Ferrie, tras recuperarse llegó a ser presidente del país, manifestando nuevamente la ley de la prohibición de autómatas y nunca dijo o ratificó que él se topó o habló con uno, ya que no deseaba que su figura y reputación fueran dañadas para poder llegar a ser presidente, manteniéndose todo lo sucedido como un secreto.

    De esa manera, lo que sucedió aquella semana, poco a poco en el lapso de los años se fue transformando en una leyenda urbana. Ruber, el verdadero, siguió con su vida al lado de su hermano menor y el Ruber que se conoció, nunca más se supo de él. Había desaparecido completamente de sobre la faz de la tierra, sin dejar rastro alguno, llevándose con él parte importante de Andro, pues los militares se dispusieron a recoger las partes de Andro para poder examinarlas y tomar ventaja de esa tecnología, aprendieron mucho, pero nunca el funcionamiento exacto de qué o cómo se movía libremente.

    Evarista Mosh había vivido toda esa vida creciendo en un lugar que no era suyo. A ella junto con Neón se les obligó a trabajar en las bases militares, y nuevamente se pusieron a contar con algunos detalles pero lo que siempre quedó en secreto fue que era del futuro y qué compañía lo creo y donde fue su creación. De esa manera fueron sus años, desafortunadamente cuatro años después, Neón enfermo gravemente debido a su organismo y su parte robótica que dejó de entrar en corrección, pues según los expertos que lo examinaron, cuando se le implantó esas partes robóticas era un niño de catorce años y aunque esas partes ya no podía crecer, su organismo sí lo hizo ya que su hipófisis seguía en funcionamiento, así que murió.

    Eva quien vivió esa etapa, contaba ya con 63 años, siendo jubilada, se encontraba en el centro de Del Comienzo, estaba dando, como había sido su rutina, un paseo por las calles, entonces su vista gris no evitó observar a una pequeña niña de tan solo siete años quien tomada de la mano de su madre, la miró con sus peculiares ojos color azul gris, antes de volver su vista al frente. Eva sonrió a la pequeña ella. No sabía si era una bendición de poder ver su juventud de nuevo o era producto de envidia, lo que fuera, recordaba muy bien aquel tiempo. Pero le agradaba saber que las cosas importantes estaban llevándose según como debía suceder.

    —¿Evel? —escuchó una voz peculiar, así que ella se viró para ver a Riz Calomela de 18 años.

    Así era, ahora ella se hacía llamar Evelina Knoop aprovechando de innovación de la IV se cambió su nombre real a ese, así, llegando a ser completamente una nueva persona.

    —¿Se dirige a la exposición de la Tecnología? —preguntó el joven, después sonrió—. Claro que irá, quiere ver como su ahijado gana, ¿verdad? Bueno, Klaus es bastante inteligente.

    Eva decidió ser parte importante en la vida de ellos. Por ejemplo, ella por fin hizo algo por Riz, hizo que su sueño se hiciera realidad, influyó en que Riz disfrutara completamente el trabajo de reparar robots y siguiera los pasos de su padre y así que él no llegara a tener remordimiento. No se diga del joven Val, había estado con él desde su nacimiento y ella se convirtió en una persona importante para Klaus. La convención termino con un discurso de que quedó en primer lugar, todos los presentes aplaudieron y el joven de 23 años bajó de la plataforma y se disponía a acercarse a Evel y a Riz, cuando un hombre haciéndose paso entre la multitud, lo detuvo y lo saludó con un gran apretón de manos. Y Klaus miró las adultas facciones del empresario señor Fucus, quien con una sonrisa le dijo:

    —Excelente trabajo has hecho, muchacho. Esa araña robótica es un modelo interesante —el joven se sintió alagado por escuchar esa palabras de tal hombre—. Puedo ver que llagarás a ser una persona muy importante y llegar a más lejos y triunfar, no cabe duda. Por eso, ¿te gustaría trabajar en las fábricas Fucus?

    —Muchas gracias por su ofrecimiento, señor. Me siento elogiado por sus palabras, pero me temo que rechazaré su oferta —Fucus arqueó su ceja muy intrigado, por lo que lo dejo continuar: —Por ahora, lo que me gustaría hacer es mi propia empresa.

    —Oh, ya veo —el hombre sonrió —Algo así como una competencia para las empresa Fucus, ¿o me equivoco?

    —Algo así, aunque yo me enfocaría en el entretenimiento.

    Al comprender sus palabras, Fucus volvió a apretar su mano y realmente feliz, se despidió de él.

    —Me parece bien. Te deseo lo mejor. De cualquier manera, si cambias de parecer, podemos hablar nuevamente. Aunque me gustaría poder ver crecer ese negocio.

    De esa manera, el señor Fucus se encamino a buscar al joven que quedó en segundo lugar, pues había ido a ese sitio para poder contratar a alguien.

    —Anda, ¿y qué te dijo, Fucus? —preguntó animado Riz acercándose a Klaus —Que te haya abordado ese hombre es genial. Qué envidia. Por cierto, buen discurso, ¿y si vamos a festejar a la Casa de Antaño?

    —Tú siempre pensando en comer —Klaus lo miró.

    —Es que me encantan esos pasteles, son los mejores de la ciudad.

    —Mientras se alimente bien antes de que se embobe y pierda el son del tiempo, al reparar algo que le llame la atención, no hay problema —comentó divertida Eva.

    “Si Neón estuviera aquí”, pensó la mayor mirando a su alrededor.

    Desde su pérdida, lo que había deseado era poder encontrárselo por las calles. Poder dar con él, haber estado también en su nacimiento y educación. No obstante, nunca supo cuál era su nombre real, o su apellido, o dónde vivía, ya que él no recordaba nada antes de los pequeños fragmentos de cuando era operado para ponerle sus partes robóticas y si es que eran recuerdos reales.



    En la localidad de Lago Azul, específicamente en la morada de la señora Fucus, alguien llamó a su hogar y ella se dispuso a contestar la llamada. La señora salió a la puerta de la casa y dirigió la vista a su hijo, quien llevaba dos cajas llenas de material y que se dirigía a guardarlos en el almacén que estaba detrás de la casa.

    —¡Bel! —gritó la señora para llamar la atención de su hijo, y al hacerlo, continuó al momento que enseñaba su Pantalla—. Es tu padre, quiere hablar contigo.

    Belirio dibujó una mueca de disgusto.

    —¿Ahora? —preguntó sintiendo sus manos cansadas por estar cargando las cajas— ¡Dile que estoy ocupado!

    —Pero va a volver a llamar, ya lo conoces. No dejará de marcar hasta que le contestes.

    —Lo sé —meditó un poco, por ahora lo único que quería era dejar esas cajas en el almacén —Está bien, dile que yo le marco cuando deje esto, mamá.

    La mujer se volvió la Pantalla a su oído mientras Bel se dirigía al depósito. No era que no le gustara hablar con él, pero cada vez que lo hacía, siempre su padre no le preguntaba cosas como: cómo estaba, cómo le iba con el trabajo o esas cosas, más bien él le contaba cosas sobre su negocio, sobre si deseaba ir a verlo e insistía en que regresara a vivir con él; que debía aprender a manejar el negocio que en un futuro se convertiría en el suyo. Él no deseaba presidir la empresa, sabía que existía mucha más gente capacitada para eso, a él no le gustaba nada relacionado con la tecnológica. No le gustaba ese negocio.

    Belirio dejó las cajas en el piso mientras suspiraba al recordar que todavía esa mañana, muy de madrugada, cuando todavía estaba en la cama, le marcó e insistió en que lo acompañara a la convención de tecnología. Y tuvo que reusarse varias veces. Muchas veces le decía como se sentía y él siempre le contestaba que dejara de bromear. ¡Demonios! No bromeaba, ¿no podía entenderlo? Quería mucho a su padre, pero a veces era un pesado al extremo que lo llamaba hasta tres veces al día y si no contestaba. Con un poco de frustración al recordar eso, comenzó a sacar algunas piezas de las cajas para acomodarlas en el estante de maquinaria. Entonces, escuchó un ruido y se volteó rápidamente. Se sorprendió al ver a una persona que nunca había visto.

    —¿Quién eres tú? ¿Y qué haces aquí? —Fue lo primero que atinó a preguntar, extrañado de ver que alguien entró a propiedad ajena.

    Arqueó las cejas esperando respuesta, para su sorpresa, esa persona alzó las manos y lo apuntó con un arma. Asustado, sus ojos azules miraron las facciones de aquella persona y descubrió en sus ojos las ganas de matarlo.


    Las sirenas de la ambulancia se hicieron escuchar por toda la pequeña localidad de Lago Azul, provocando que los residentes extrañados y preocupados se preguntaran: ¿Qué es lo que había sucedido?


    ...
    ¿Se han quedado con ganas de saber que ocurrió? Pues ya no tienen que esperar, la segunda entrega ya está disponible aquí, por si desean continuar con nuestros queridos amigos.

     
    Última edición: 22 Marzo 2017
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Ah, que lindo volver a ver a Riz. Me gustó como desarrollaste toda la trama y de nuevo te digo, esta historia está genial, para mi gusto, es de mis favoritas que has escrito... bueno, en realidad, siempre me sorprendes con tus historias, pues son contadas de una manera diferente a lo que he leído y las ideas, además de ese toque intrigante que les pones, son muy buenas. Acepto que en ocasiones me cuesta entender una idea, pero como tú manejas la narrativa, sé que esa idea que en su momento no comprendí, la comprenderé después, porque jamás dejas sin dar respuesta a las preguntas.

    Y en este epílogo me he quedado al final con un ¿qué? Algo así como que la historia continuará. ¿Continuará, acaso? Y eso es lo que me gusta de ti, jamás lleno de leerte, porque siempre me dejas con un ¿qué sigue?

    Eva envejeció en ese tiempo al que viajó, es lógico que su vida se desarrollara así, sin poder volver a su época, pero tuvo la oportunidad de reencontrarse con el joven Riz e incluso conocer más de cerca a Val e influir en su vida de una manera positiva. Me encantó eso y lo único que me puso un poco triste, fue que no encontrara a Neón. Y eso es algo de lo que también me pregunto. ¿Quién realmente era ese joven? No se dan muchos detalles de su identidad y ahora me pregunto también que si Val no lo convirtió en mitad robot, ¿qué es de él como humano? Entiendo que con sus partes robóticas tuviera que morir al ser conectado a éstas tan joven, pero... ¿sin esas partes de robot? ¿Dónde está ahora que Eva ha llegado en edad a la era de la que partió?

    No, si no me cabe duda que esto continuará, así que por el momento me despido. Gracias, princesa por darle a mis ojos una excelente historia que leer y pues nos estaremos viendo en alguna otra, seguro.

    Hasta la vista, pues. TAM
     
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    Waaah, cuantos anios han pasado? Nah, no tantos, verdad. Bueno, por fin hago algo por mi vida y aprovecho el tiempo entre clase y clase para venir a dejar mi huella en las historias de por aca. Sati, lamento mucho la tardanza, pero... nieee, la pereza, la tarea y el hecho de que me envicie a FMP (de nuevo), pues como que no va bien. En fin.

    Concuerdo completamente con Master, este epilogo me ha encantado porque todos los muestos revivieron y sin necesidad de usar las esferas del dragon, jijiji xD Pero claro, supongo que fuera de aquellos que se vieron super involucrados con los viajeros del tiempo, todos tuvieron que vivir su vida perfectamente normal como en el primer universo, eh, de alli que Riz, Klaus y Bel nacieran. Oh, la pequenia Eva tambien xD Si yo me viera de ninia otra vez... a lo bien que me perturbaria mucho, jejeje. Me gusto mucho que Eva (la original) hiciera algo por Riz y Klaus para mantenerlos en un buen camino y para ayudarlos a hacer lo que les gusta sin arrepentimientos de nada. Oh, tambien me hiciste extraniar mucho a Neon :( La verdad es que ese chico me gustaba, mas como bien has expuesto, nada sabiamos de el como para buscarlo o algo. Capaz y ni siquiera era de Del Cominezo.

    Y nada, estoy segura de que Ruber anda por alli, escondido nuevamente, tal como vino haciendolo desde que cometio aquel error que le dio mas conciencia humana. Pobre de el, me compadezco. Ah, pero eso si, ese final como que me huele a que algo mas viene, eh xD Una segunda parte para todos ellos? Quien quiere matar a Bel y ahora por que? Por lo que se ve, el hombre se la vive super en paz en Lago Azul, sin querer hacerse cargo de la empreza, hm. Ahg, ni modo, ya tengo que decir adios a esta historia y personajes, pero no espero que se para siempre (? Seh, soy algo exigente. Y nada mas, Sati, me despido.

    Hasta otra.
     
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  20.  
    Nianimetal

    Nianimetal Una ermitaña en su cueva

    Virgo
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    Sonia de Arnau . te lo diré ahora, sin temor a equivocarme. Esbozando lo Prohibido ha sido la mejor historia que he leído aquí en FFL.

    ¿Me creerás si te digo que me tocó leerla en Wattpad para poderla terminar? Me la devoré en un día y medio, fue sumamente emocionante hacerlo, no sólo el repasar los primeros capítulos, si no también al leer los últimos, llenos de supenso, intriga, acción a más no poder y el final... mis respetos, es una historia fabulosa.

    La segunda parte de ELOP fue corta (pocos capítulos, cortos y de un estilo genial), pero supremamente emocionante. Podría hacer alegorías a muchas películas y tramas, pero no lo haré, no es necesario, ya te lo comentaron C':. El foco central de ésta era el viaje en el tiempo, el hecho de que Andro pudiera lograr el asesinar a Ferrie, y si Ruber, Eva y Neón consiguieran detener a ése robot, lo cual, después de muchos afanes, sí se pudo, aunque fue complicado.

    Que Ruber huyera del ejército, llevándose las partes de la cabeza de su sosías de otra dimensión, era lo más adecuado. Los seres humanos siempre van a querer usar todo lo que llegue a sus manos, todo con ansias de poder... me da pena por él, parece que -hasta éste punto- no podrá cumplir su sueño de tener una familia, escondido de todo el mundo, en una enorme soledad.

    Con respecto al epílogo, Eva/Evel sí pudo hacer algo para evitar que el futuro llegara a repetirse, siendo mentora de Klaus y madrina de Riz, fue bueno saber que son mejores personas ahora. Lo que me dejó fría fue el asesinato del joven
    Belirio Fucus. ¿Qué nuevo villano anda por ahí, haciendo de las suyas? Tendré que leer las continuaciones para saberlo.

    ¡Ah, ya se me olvidaba mi querido Neón! Fue una noticia amarga para mí el saber que murió, pero ya veré cómo reaparece -si lo hace- y contribuye a la trama.

    Cuando pueda, leeré las otras dos partes, ya sabes que soy fiel con ésta saga. Creo que fue una gran casualidad el que Esbozando lo Prohibido comenzara a subirse aquí casi al tiempo que La Verdad Sobre IEPCOM, de verdad.

    Nos leemos luego.
     
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