Esa pelirosa

Capítulo 22:

Itachi ya estaba yendo a través del desierto, tres días había pasado viajando y al fin llegó a Sunagakure, decidió detenerse allí y presentarse ante el Kasekage, unos shinobis lo divisaron y lo pararon para preguntar quién era y qué asuntos se traía en la aldea; una vez explicado todo, lo llevaron ante Gaara, y aquel pelirojo al verlo, recién pudo creer lo que sus guardias le habían informado.

—Toma asiento por favor —dijo Gaara amablemente y el pelinegro se sentó—. Creí haber escuchado de la Hokage que habías muerto, eso fué hace dos años y medio —dijo aún examinándolo.

—Kasekage-sama, con sus palabras puedo comprobar lo que me dijo la mujer que cuidó de mí, al parecer estuve a punto de morir, pero cuando me hallaron y me llevaron al hospital, curaron mis heridas, aunque quedé en coma; hace tres días acabo de despertar y sólo quiero llegar a Konoha para ver a mi esposa —le contó al pelirojo.

—Ya veo, entonces creo que el destino hizo que pasaras por aquí antes —dijo algo pensativo—, en unos momentos llegará alguien, él te explicará mejor la situación.

—¿Situación? ¿sucede algo malo? —interrogó preocupado, esperando que nada malo le haya sucedido a Sakura o a la aldea.

Llamaron a la puerta y Gaara dijo un adelante con aquella pasiva voz, luego entró un castaño de coleta alta en forma de piña; era la primera vez que Itachi veía Shikamaru con cara de curiosidad y a la vez incredulidad.

—No lo he podido creer hasta que he entrado —tenía los ojos casi salidos de la impresión—, ¿Cómo es que...? —Gaara lo interrumpió.

—Deja esas preguntas para después Shikamaru —ordenó el kazekage—, ahora lo mejor será que le cuentes lo que está sucediendo.

—Itachi-san —dijo el Nara tomando asiento casi frente a él y tragando saliva—, lo que estoy a punto de contarte es la pura verdad, así que necesito saber que estás listo para oírla.

—Sea lo que sea, me enteraré cuando llegue a Konoha ¿No es así?... Dímelo ahora —ordenó con un poco de temor en su voz.

—Está bien, lo que sucede es lo siguiente: Desde que te fuíste a esa última misión, habrían pasado unas semanas, cuando una anbu se encargó de avisar sobre tu muerte a Sakura y Sasuke, la Hokage se los confirmó minutos después ya que ellos no podían creerlo; al día siguiente, fué tu funeral, sin cuerpo ya que debías haberlo destruído por ser anbu, y luego, ese día Sasuke se enteró de que Sakura era tu esposa, como consecuencia, se apartó de ella alrededor de un mes; algo que olvidé decirte es que Sakura estaba embarazada y mientras pasaban los días, ella se ponía más enferma, parecía que estuviese a punto de morir, pero gracias a las palabras de Naruto, Sasuke fué a visitarla y de ello, salvó su vida con un consejo que tu madre les había dicho una vez —el pelinegro estaba impactado por todo lo que oía.

—Nuestro chakra, eso nos dijo ella —dijo cabisbajo y apretando los puños con mucha fuerza; Gaara observaba atento.

—Exacto —contestó Shikamaru—, aunque la Hokage al enterarse, modificó el procedimiento, ya que Sasuke había quedado inconsciente por dos días; así iban pasando los meses y Sakura se enteró que no era uno sino dos bebés, la ración de chakra que Sasuke daba, aumentó al doble, y entonces llegó el tiempo y ella tuvo a tus hijos Shisui y Mikoto —a Itachi se le resbalaban las lágrimas por el rostro de tanto coraje que sentía por haberse perdido todo aquello.

—¿Ellos están bien? —preguntó sin mirarlo.

—Bueno, claro que sí —continuaba el Nara—, lo que viene ahora será muy problemático para ti —dijo mirando al pelinegro que asintió para que éste prosiguiera—. A Sakura le habían dado la casa que le hiciste y ahí se fueron a vivir, Sasuke había pasado tanto tiempo con ella desde su embarazo que empezaron una extraña relación de la cual ninguno se daba cuenta; Sasuke se le confesó una vez, pero ella lo rechazó por ti, y se alejó de él por un tiempo, pero hace seis meses, los encerraron a ambos en una habitación para que se amistaran y se confesaran, así que cuando salieron nos hicieron creer que se odiaban, aunque no pudieron fingir más, se hicieron novios y ahora están a punto de casarse, lo harán en cuatro días exactamente.

—¿Se van a casar? —al azabache parecía que le estaban quitando la vida—. Debo ir pronto y detenerlos.

—Sé que no es de mi incumbencia, pero ellos se ven sinceramente felices y si tratas de detenerlos sólo lograrás que la infelicidad llegue una vez más a sus vidas —dijo Shikamaru ya más tranquilo y soltando tremendo suspiro.

Itachi estaba en silencio, se agarraba la cabeza y seguía llorando, siempre quizo que Sasuke fuera feliz, pero no con su esposa; era cierto que en una carta de su testamento le había pedido que cuidara de ella y que no dudara en amarla, igual a Sakura, a quien le había dicho que sea feliz y que se diera la oportunidad de amar y dejarse amar otra vez... todo era tan confuso, él quería regresar y estar con ella, pero ya todo había cambiado, ella ya no lo tenía en su corazón.

—¿Puedo entrenar aquí hoy? —solicitó el pelinegro.

—Quédate lo que quieras, mandaré preparar una habitación para ti —contestó sereno.

—Arigato Kazekage-sama —agradecía el infeliz Uchiha desconsolado.

Los tres se levantaron de sus lugares, y salieron de allí; Shikamaru se fué a seguir con lo suyo, ya que al amanecer saldría para Konoha; el azabache había ido a entrenar como había solicitado, quería revisar sus reflejos con lanzamientos de Kunais y shurinkens, además ver si sus jutsus aún estaban bien.

********** En Konoha

Todos en la aldea estaban pendientes de los preparativos para la gran boda, Sakura corría de un lado para otro comprobando que todo estuviera yendo bien, o haciendo cambios de última hora, sólo quedaban tres días para acabar toda esa corredera, y su Sasuke de misión, aunque había prometido volver esa noche y ya no volver a irse hasta después de la ansiada luna de miel.

—¿Ne Saku? —decía una peliroja que acababa de aparecer a su lado, y que realmente le había sido de mucha ayuda en esos días—, programé una cita con el modista para mañana en la mañana.

—Arigato Karín, eres increíble, no sé si hubiese podido sin ti —dijo exhausta.

—Sé que dije que te ayudaría sólo porque Sasuke me lo pidió, pero la verdad es que te debo una desde que salvaste mi vida, aunque esto no es lo mismo —reconocía avergonzada la muchacha de anteojos.

Sakura la miró con una gentil sonrisa e hizo que Karín también mostrara una muy linda. Así pasaron todo el resto del día, ya habían enviado invitaciones a la Nube y a la Arena; en la noche fueron a Ichiraku a comer ramen, mientras comían apareció Sasuke justo a su lado y le saludó dándole un beso en la mejilla.

—¿Todo bien? Luces terrible —lo que dijo la ofendió, pero sonó tan sexy que lo perdonó.

—Dijiste que sería fácil, pero Hinata apenas puede caminar con su gran panza, Ten Ten ha estado de misión, y sólo Yuriko ha estado cuidando de los niños, Karín e Ino me han ayudado mucho con los preparativos y aún faltan muchas cosas; estás prohibido de irte —ordenó la pelirosa mirándolo y entrecerrando los ojos.

—Ya te dije que me quedaría hasta que... —la abrazó y el resto se lo susurró al oído haciendo que la ojijade se sonroje por completo.

—Creo que yo sobro aquí, nos vemos mañana Saku, no lo olvides —dijo intentando alejarse de aquella escena.

—Arigato Karín —dijo el pelinegro, ella asintió y se fué—. ¿Saku? ¿ahora te llama así? —interrogó divertido el azabache.

—Supongo que nos hemos acercado estos últimos días y pues... nos caemos bien después de todo —la pelirosa contestó sonriente.

—Me parece bien —dijo mientras pedía un ramen con la mano para acompañar a su prometida.

Ambos terminaron y el pelinegro acompañó a su amada hasta su casa, despidiéndose con un dulce beso.

********** En Suna

Al día siguiente, Shikamaru, Temari, Gaara y Matsuri quien ya era esposa del pelirojo, se disponían a salir hacia Konoha, quedando Kankuro como reemplazo del Kazekage, cuando fueron detenidos por la presencia de alguien que hasta hace una hora no se había decidido aún.

—Iré —dijo el pelinegro—, ya sé lo que tengo que hacer, y cuando estemos cerca se los diré y ustedes decidirán si me detienen o me dejan ir.

—Me parece bien —dijo el pelirojo—, te tomaremos la palabra y creeremos en ti, de todas formas tienes derecho a verlos.

Itachi asintió y el resto también, luego empezaron su viaje sin mucho más de que hablar, ya que de por sí, toda aquella escena era incómoda y preocupante. Shikamaru observaba de reojo a Itachi, él iba de último intentando ver todas las situaciones que se podrían presentar durante aquel viaje; era muy posible que Itachi intentara engañarlos luchando contra ellos y luego detuviera la boda causando un desastre, pero por ahora sólo debía observar y esperar.

Itachi por otro lado, quería llegar pronto, quería verlos a todos, a ella y conocer a sus pequeños hijos, pero no quería hacerles sufrir, todo eso era contradictorio, y muy problemático como diría el Nara.

********** En Konoha, dos días después...

Sasuke había encerrado a la pelirosa en su casa, y le había pedido a Yuriko que no la dejara salir, quería que ella descansara y pasara el día jugando con sus hijos; él estaba viendo que no faltara nada más, era su último día como soltero, y había recibido muchas cartas de pésame de sus muchas admiradoras que no querían que se casara con la: pelo de chicle, frentezota, frente de marquesina, y cosas parecidas, todo eso le había causado gracia y le había hecho recordar que él no se quedaba atrás en la academia y aún después, él la llamaba 'molestia', y ahora era su molestia personal. Todos los recuerdos que tuvo junto a ella, todo se le vino a la mente, y nunca creyó que al final terminara de esa forma; y pensaba nuevamente, ese no era un final, sino un nuevo comienzo.

Pasaron las horas y todo ya estaba casi listo, el pelinegro se fué a descansar, dejando las siguientes horas, días, meses y años al destino; la pelirosa descansaba junto a sus hijos en su cama, quería pasar esa última noche al lado de ellos.

********** Frontera con Konoha

—Eso es lo que pienso hacer —decía el pelinegro mayor después de terminar de dar los detalles a sus acompañantes—, ahora decidan onegai.

—No interferiremos —habló el pelirojo por los demás, y el resto asintió.

—Entonces continuemos, aún faltan unas horas para llegar —decía Shikamaru mientras saltaba hacia una rama.

Los demás lo siguieron, habían descansado antes por lo que viajaron toda la noche; llegaron de madrugada, y a Itachi lo habían hecho ponerse una máscara de anbu para que no lo reconocieran. El Uchiha mayor se fué a refugiarse a su antiguo departamento mientras esperaba, descansando un momento en su cama y escondiendo su chakra todo lo que podía, y al parecer, alguien había estado yendo a limpiarlo. El resto se fué cada pareja por su lado.

********** Hora de la boda...

Kaori había ayudado a que la pelirosa se arreglara, Sakura ya estaba lista y lucía muy hermosa y radiante, su padre la esperaba para acompañarla al altar, salió de la habitación donde se encontraba y se cogió de su brazo, andaron juntos por aquel camino de pétalos de cerezos hacia su amado Uchiha; el Raikage y el Kazekage estaban en primera fila, Shii y Darui vinieron con el Raikage.

Para Sasuke, Sakura era la mujer más hermosa, era la única mujer presente, ¿Nervios? No los tenía para nada, la amaba y nadie cambiaría eso, era hora de tener una familia, de formar el lazo más fuerte para él. Sakura quería que ese día acabara pronto y pudiera estar ya en sus brazos.

Yuriko, Karín y Shii, estaban serios y alertas, algo les había puesto los pelos de punta, pero sorpresivamente los tres decidieron no tomarle mayor importancia hasta que acabara la ceremonia, luego podrían ir a ver. Un pelinegro observaba atentamente todo lo que acontecía desde la rama de un árbol un poco lejano, estaba serio e inmutable.

Tsunade los casó muy contenta, ellos se besaron tiernamente y luego recibieron los aplausos de todos los presentes; minutos después estaban en el lugar de recepción, todos en sus respectivas mesas, hicieron el brindis por los nuevos esposos Uchiha, iniciaron la parte del baile y el resto les siguió; los niños corrían por todas partes jugando a las escondidas.

Los tres ninjas sensores aprovecharon ese momento, como si estuviesen sincronizados, acorralaron a su presa; Shii, Yuriko y Karín, rodeaban a Itachi obligándolo a bajar y mirándolo incrédulos.

—¿Qué les pasa? Parece que han visto un fantasma —dijo sarcástico el azabache.

—I-Itachi nii-san ¿Eres realmente tú? —preguntó la castaña con lágrimas en los ojos y acercándose poco a poco a él. Los otros dos esperaban una respuesta.

—Yuriko-chan —dijo poniéndo su mano sobre la cabeza de la chica y despeinándola un poco—, te ves muy linda.

La castaña lloraba a mares, y el resto veía la escena con tristeza, ninguna de las dos había conocido a Shii antes, pero los unía haber conocido a Sakura e Itachi. Algo se acercó al azabache y lo pateó lo más fuerte que pudo, aunque Itachi no se movió ni un milímetro, sólo desvió la mirada para ver de qué se trataba.

—¡Deja a mi tía! —había gritado un pequeñajo muy parecido a él, tenía una pequeña coleta baja, aunque sin esas rayas debajo de los ojos.

—¿Quién eres tú? —preguntó serio agachándose a la altura del niño, por supuesto que conocía la respuesta, pero quería escucharla de él para creerla.

—Yo soy Shisui Uchiha —contestó por temor de que aquel hombre le hiciera algo, ya que su patada no lo había afectado nada.

Itachi lo quedó observando un buen rato, que para el niño fué eterno; luego lo abrazó, se parecía a él sin duda alguna; los ninjas presentes miraban atónitos lo que sucedía, una vocecita interrumpió aquel más que agradable momento.

—¡Te enconté Shi-kun! —gritaba una niña pelinegra con mechones rosas en una cola alta y una pequeña tiara en la cabeza, parecía toda una princesita con aquel vestido jade como sus ojos—, ¿Quién es él tía Uiko?

Nadie decía nada, Itachi soltó al niño, y al acercarse a la niña, también la abrazó con mucho cariño, unas lágrimas caían en silencio.

—Ella es Mikoto Uchiha, mi hermana pequeña —dijo el pequeño Uchiha al sentir que era necesario informarle, además se parecía a Sasuke, su papá.

—Shisui-kun, Mikoto-chan, es hora de que sigan jugando, sólo es un amigo de la tía Yuriko y de ellos también —ordenó con gentileza señalando a Shii y Karín; los niños se fueron e Itachi se quedó viendo el lugar por donde desaparecieron.

—Dime una cosa ¿A qué has venido? —cuestionó la peliroja con un poco de resentimiento—. Sasuke sufrió mucho con tu pérdida, no quiero que ahora lo hagas sufrir de nuevo.

—En serio Uchiha, suéltalo ya, se supone que estabas muerto y ahora te apareces como si nada —decía el rubio, mientras que el pelinegro pensaba que estaba tentando a su suerte.

—Itachi nii-san, no arruines la felicidad que a Sakura nee-san le ha costado hallar —suplicaba Yuriko entristecida—, me alegra mucho que sigas vivo, demo... vete onegai.

—Ustedes están muy equivocados, yo estuve en coma hasta hace casi una semana, y recién desperté, desde entonces sólo quería verla y a mis hijos también; ahora que sé que está en buenas manos, la dejaré tranquila, así que no le digan nada de mí y tampoco a Sasuke —dijo con el corazón en la mano y una falsa sonrisa.

—Perdona que me contradiga, pero si yo fuera tú no estaría satisfecho con tan sólo eso, ¿Estás seguro que no quieres que sepan que estás vivo? —preguntó Shii.

—Ellos ya han sufrido bastante por mi causa, pero quisiera aprovecharme de una cosa ¿Ellos se irán de viaje a algún lugar? —cuestionó con curiosidad.

—Ellos se irán por una semana hasta la aldea de la Cascada —contestó Karín enarcando una ceja.

—Y yo cuidaré de los ni... —no terminó de hablar ya que Itachi sonreía feliz—, ¡Estás loco, no dejaré que los vuelvas a ver! —gritaba alterada la castaña.

—Son mis hijos, quiero verlos un poco más, y me iré antes de que vuelvan de su luna de miel, lo prometo —suplicó tranquilo mirando a Yuriko—. Me quedaré en mi propio departamento, procuraré limitar mi chakra al de una persona normal, nos vemos —y así se esfumó.

La Castañita seguía sollozando, Karín la abrazó, y Shii les aconsejó que volvieran pronto a la fiesta ya que si notaban la ausencia de los tres, podrían sospechar; unos minutos después, volvieron a sus respectivos lugares.

Todo había transcurrido con normalidad, Yuriko le había pedido a los niños que no hablaran sobre el hombre que vieron en el bosque a nadie, ellos parecieron entender y lo prometieron con sus pequeños dedos meñiques.

 

Capítulo 23:

Los nuevos esposos se estaban despidiendo de Shisui y Mikoto, les pedían que se comportaran con la tía Yuriko; a Sakura le preocupaba la actitud de su prima esas últimas horas, se la veía distraída y un poco triste, pero pensó que quizás sea porque ya no viviría con ellos.

—Bien Yuriko-chan, ya nos vamos, y si sucede algo solamente nos avisas con un pergamino y llegaremos pronto —decía la pelirosa mientras era jalada por su esposito hacia la puerta.

—Ya vámonos Sakura, mientras más tarde se haga, menos ganas tendrás de dejarlos —afirmó el azabache—; nos vemos niños, y eso va para los tres —dijo serio.

—¡Matte, yo no soy una niña Sasuke! —la castaña alzó la voz un tanto enojada y yendo hacia él intentando golpearlo, pero el pelinegro detuvo su puño.

—¿No me digas que estás entrenando con la vieja? —preguntó curioso—, sinceramente creo que ya tenemos suficiente con el genio de Sakura.

—Sa-su-ke —decía la pelirosa preparándose para golpearlo y haciendo sonreír a la castaña por el lío en que se había metido el Uchiha, esto hizo que Sakura perdiera su objetivo y suspirara de alivio al verla así.

—Es agradable verte sonreír —dijo Sasuke con su sonrisa de lado.

—Ne Yuri-chan, gracias por venir a Konoha y por todo lo demás... eres genial —dijo la pelirosa, y con estas palabras y unas cuantas sonrisas más, se marcharon hacia la aldea de la Cascada con la ayuda de del jutsu de teletransportación de Naruto, el cual días antes ya había dejado uno de sus kunais especiales allá.

**********

Al día siguiente, Yuriko se levantó temprano para preparar el desayuno para ella y los niños, y se preguntaba si sería buena idea hacer lo que sugirió Itachi; por lo pronto decidió que terminando de desayunar los llevaría al parque a jugar.

**********

—Entonces era cierto —decía una rubia un tanto agobiada.

—Hai, Hokage-sama, yo lo ví con mis propios ojos, y dijo que se quedaría en su antiguo departamento hasta antes que vuelvan Sasuke y Sakura, sólo quiere pasar tiempo con sus hijos —decía una peliroja de anteojos.

—Arigato Karín, y dime ¿Qué piensa Yuriko sobre esto? —interrogó preocupada.

—Ella al parecer no está de acuerdo, y para serle sincera, yo tampoco, demo Itachi tiene derecho por ser su padre, pero esto es algo que sólo confundirá a los niños —contestó mientras se acomodaba los anteojos.

—¿Por qué tenía que suceder algo como esto? —se preguntaba la ojimiel agarrándose la cabeza—, puedes retirarte Karin.

La peliroja se marchó y la Hokage se quedó al parecer sola.

—¿Oíste todo? —preguntó la rubia, por lo que Kakashi apareció por la ventana.

—Hai, desde que el Kazekage habló contigo, gomen —se disculpó el peligris.

—No me vengas con eso que desde siempre escuchas conversaciones ajenas —dijo mirándolo con una ceja enarcada y haciendo que él sonría tontamente.

—Tienes razón, demo ibas a contármelo de todas formas, iré a hablar con él, y luego con Yuriko-chan —dijo ya serio, Tsunade asintió y él se esfumó.

**********

Un pelinegro de coleta baja estaba sirviéndose un café, y a la vez pensaba en cómo acercarse a sus hijos, pero lo más difícil sería separarse de ellos, ya de por sí se sentía morir, se veía como un hombre patético que dejó que le quitaran a su mujer e hijos y no tuvo oportunidad de luchar por ellos.

—Kakashi-sempai —dijo sorprendido al verlo aparecer frente a él—, ¿Qué haces aquí?.

—Veo que sigues igual de alegre —dijo sarcástico—. Me alegra mucho que sigas con vida —Kakashi sonreía intentando animarlo ya que sabía lo que debía estar sufriendo.

—Creo que hubiera sido mejor no haber sobrevivido, así no dolería aquí —decía mientras se agarraba donde se encontraba su corazón.

—Itachi, las cosas pasan por una razón... en realidad no sé que decirte... toda esta situación es demasiado complicada, y no tengo la menor idea de cómo lo soportas —comentó Kakashi tomando asiento cerca de donde se encontraba el Uchiha.

—Si viniste a recordarme cuán miserable me siento, puedes irte —habló el pelinegro intentando alejarlo.

—Tsunade sabe que estás aquí, Gaara y Karín le informaron lo que sabían, pero quisiera saber si has cambiado de opinión ó vas a cumplir con lo que les has dicho a ellos; si deseas ver a tus hijos, debes crear una nueva identidad y que no se te ocurra decir que eres de Konoha, ellos recordarán, esos mellizos son muy inteligentes, quizás podrías decir que eres un amigo o novio de Yuriko y que vives en alguna aldea lejana a la que ella llegó en uno de sus viajes, puedo convencerla si quieres —sugirió el peligris.

—Yo quiero verlos tanto como deseo a Sakura de vuelta... Por ahora decidiré sólo ver a mis hijos, habla con Yuriko-chan onegai —suplicó el pelinegro.

Itachi no dejaba de sentirse fatal, pero al menos podría ser un poco feliz; Kakashi miraba con tristeza a su amigo, quería ayudarlo sin hacer daño a otros, por ello se acercó a éste y tocó su hombro en señal de apoyo.

—Aún tenemos varios días para idear cómo podrás ver a tus hijos más adelante, por ahora te llamarás Suishi Hatori, se lo diré a Yuriko, nos vemos luego, ella te buscará —y así se esfumó tal cual llegó el jefe anbu.

**********

Yuriko ya había salido de la casa con los mellizos hacia el parque, mientras ellos jugaban, Ino la vió y se le acercó por detrás intentando asustarla.

—Yu-ri-chan —le dijo al oído viendo que ella lucía distraía, por lo que la hizo saltar del susto.

—¡Kyaaaaa! —gritó levantándose de la banca donde se encontraba sentada y volteando a ver de quién se trataba ya que ni para sentir chakras tenía ganas— Ino-sempai...

—Calma, calma, sólo quería animarte un poquito —dijo divertida la rubia.

—¿Y de qué forma un susto puede animar a alguien? —preguntaba con aura asesina.

—Es que quería contarte algo... me hice unos exámenes porque me sentía mal y resultó que estoy embarazada —decía la ojiazul desbordando felicidad.

—¡¿Eh?! —gritó de emoción la castaña—, ¡Eso es grandioso Ino-sempai! —dijo abrazándola.

Ambas muchachas estaban contentas, Ino le había comentado a Yuriko que aún no se lo había contado a Sai, pero que sin duda se lo diría aquel día; de pronto fueron interrumpidas por el copy-ninja.

—Siento interrumpir este agradable momento entre chicas, demo ¿Podría conversar un momento con Yuriko-chan? —solicitó el peligris con su gentil sonrisa, las chicas pensaron que sería algo muy importante, ya que no lo vieron con su librito Icha icha paradise.

—Claro Kakashi-sensei, ya me iba; nos vemos Yuri-chan —y la rubia se marchó dejándolos solos. Los dos se sentaron en la misma banca.

—Yuriko-chan, debes dejar que los vea —dijo sin rodeos—, al fin y al cabo son sus hijos.

—Me está pidiendo que tome una difícil decisión —decía cabisbaja—, Sakura nee-san me los ha confiado, ¿Qué pasaría si él no se quiere alejar de ellos? ó peor aún ¿si se los quiere llevar?

—Sé que no es fácil para ti, pero yo confío en él, y si de verdad ama a Sakura, no le hará daño; de todas formas tú y yo lo vigilaremos —decía muy confiado—. Para los niños él se llamará Suishi Hatori, de la aldea de la Estrella, y será tu novio, Itachi ya sabe de esto, así que hoy almorzaremos en su departamento.

—¿No-novio? —preguntó consternada.

—¿Es lo único que se te grabó? —cuestionó el peligris—, sólo es información por si los niños llegan a contar algo a Sakura o a Sasuke.

—Está bien Kakashi-sensei, demo si algo sucede, será su culpa y diré que usted me obligó —dijo llamando a los niños para llevarlos donde Itachi.

**********

—Yuriko-chan —decía sorprendido un pelinegro al abrir la puerta y encontrarse con ella quien sostenía a sus hijos uno en cada mano y a Kakashi quien traía unas bolsas con alimentos para el almuerzo quizás.

—Itachi nii-san, prepararé el almuerzo, tú puedes estar con ellos, pero de aquí no saldrán —dijo un poco seria y entrando con los niños seguida de Kakashi.

—¿Itachi? ¿así se llama tía? —interrogó el pequeño Shisui, Yuriko se dió cuenta de su error y sintió la mirada asesina de los dos hombres, así que decidió empezar a actuar.

—Gomen... me equivoqué, estaba pensando en otra cosa. El es Suishi Hatori, mi novio, lo conocí en la aldea de la Estrella —contestó la castaña intentando ocultar los nervios.

—¿Novio? ¿te dará besos como papá a mamá? —seguía interrogando el niño, y es que él ya hablaba y entendía perfectamente, era muy inteligente y maduro para su edad; la pequeña Mikoto sin embargo, era igual de inteligente, pero prefería ser la niña engreída de la casa.

—¿Be-besar? —y miró con furia a Kakashi quien era el culpable de todo ese lío.

—Sí que la besaré, pero no frente a ustedes —decía Itachi agachándose para revolverle el cabello a ambos niños; estas palabras hicieron sonrojar a la castaña, quien se volteó para que no la vieran.

—Hmp... no me importa —dijo Shisui cerando los ojos.

—Shi-kun, juguemos a las escondidas con tío Kakashi y Sui-Suichi-san —pidió alegre.

—Eres tan hermosa como tu madre —pensó Itachi en voz alta mirando a la pequeña, todos lo quedaron viendo, pero no dijeron nada.

—Juguemos —dijo Shisui, y los adultos tuvieron que aceptar uniéndose al juego; Yamato estaba nuevamente como reemplazo de Kakashi.

**********

Sasuke y Sakura no habían querido salir de la cama en todo el día, él la abrazaba por detrás y aún dormía, pero ella ya había despertado, desde hace unos días había tenido un mal presentimiento, y cada día la angustia aumentaba, aunque por momentos pensaba que sólo habrían sido los nervios por la boda, pero ahora que ya estaba con su Sasuke y que habían pasado una noche inolvidable y grandiosa, quería no hacerle caso.

**********Varias horas más tarde...

—¿Podemos venir a jugar mañana? —preguntaba ansioso el pequeño Shisui.

Los tres adultos lucían agotados, ya no daban más, a escepción de los niños quienes estaban recargados de energía; habían pasado un agradable rato jugando, almorzando y jugando otra vez, les gustó mucho a los niños la compañía del 'tío Suishi'.

—Claro, por mí no hay problema, a quien debes convencer es a Yuriko-chan —contestó el Uchiha mayor.

—Tía ¿Podemos? —volvió a preguntar el pequeño abrazándose de su tía.

—Está bien, pero mañana cocina Kakashi-sensei —decía mientras miraba al peligris de reojo—. Ya es hora de irnos, despídanse niños.

—Hasta mañana tío Kakashi, tío Suishi —dijeron al unísono los mellizos, y los tíos aludidos levantaron la mano sonrientes en señal de despedida.

—Nos vemos mañana —dijo secamente la castaña.

—¿Esta vez no la besarás? Papá siempre besaba a mamá cuando se iba —decía inocentemente.

Itachi había aguantado la primera vez, pero esta vez quería gritarle a su hijo que su papá era él, y que su mamá la besó primero él; una mirada de Kakashi quien se dió cuenta de su lucha interna, fué suficiente para calmarlo por el momento, se acercó a Yuriko, y le dió un beso en los labios, sólo para que sus hijos se lo creyeran. El peligris y la castaña se quedaron en shock, no podían creer lo que había hecho, al menos Yuriko quien se enojó por quitarle su primer beso.

—Itachi no baka —susurró dándole un golpe en el estómago sin que los niños lo vieran—. Vámonos niños.

Los tres se marcharon dejando al adolorido pelinegro en compañía de su amigo peligris, el cual, le daba palmaditas en el hombro consolándolo de aquel golpe.

—Creo que no fué buena idea lo del beso —hablaba serio el peligris.

—Dímelo a mí —decía el pelinegro mientras se sobaba el estómago—, a ti no te dolió.

—Debo ir a la división, si necesitas algo, mándame uno de tus cuervos, y si quieres salir, por lo menos cambia de forma, nos vemos —y el peligris se esfumó.

Itachi no quería seguir ahí metido, por lo que como le sugirió su amigo, cambió se apariencia y se dirigió hacia la ventana de la Hokage.

—¿Qué quieres Uchiha? —ciertamente era difícil engañar a la Hokage.

—Necesito trabajar, al menos uno o dos días, debo suponer que en mi cuenta ya no habrá nada —dijo cansado.

—Eso no será necesario, tu dinero aún está en tu cuenta, ellos decidieron dejarlo para cuando alguien realmente lo necesitara, así que no veo por qué no regresárselo a su dueño estando en la situación en la que se encuentra —explicó la rubia.

—Pensé que habrían pagado su boda con ese dinero —estaba confundido.

—Al parecer tu hermanito también tenía sus ahorros de muchos años, como sea, puedes usar lo que te pertenece, mandaré un escrito al banco explicando la situación, en una hora todo estará resuelto —volvió a explicar.

—Arigato Tsunade-sama —y dicho esto se marchó hacia la casa que había mandado a contruir para su familia.

La miró largo rato por fuera, se imaginó en ella con su esposa e hijos, pero ya no sería posible, entró y buscó a la castaña hasta que ella lo halló a él.

—¿Qué deseas Uchiha? —preguntó en voz baja pero a la vez sonaba molesta.

—¿Sabes? Antes eras más alegre —dijo deshaciendo el jutsu de transformación.

—Qué gracioso —dijo cruzando los brazos—. ¿Por qué dem...? —él la interrumpió dándole un tierno beso en la mejilla.

—Gomen Yuriko-chan, no debí hacerlo, no quiero arruinar nuestra amistad —decía mientras la abrazaba intentando que se ablandara un poquito.

—Itachi... siento mucho por lo que estás pasando, me siento en el medio y no sé a quién apoyar —la castaña empezó a llorar de frustración e incapacidad por hacer algo.

El pelinegro observaba a su amiga con tristeza, realmente hubiese sido mejor que nunca despertara, ó que verdaderamente hubiera muerto; allí mismo se daba cuenta de que esta historia no tendría un final feliz para muchos, unos quisieran que la pelirosa siga feliz junto a Sasuke, y otros desean que él sea feliz, ambas ideas contradicen a la otra.

**********

Yuriko estaba saliendo de casa muy temprano en la mañana con los mellizos, caminaban cerca de la academia en dirección al departamento de Itachi, iban tranquilos y los niños sonrientes, pero algo los distrajo, un ruido que venía del bosque, este hizo que Mikoto se soltara y corriera curiosa a ver de qué se trataba, y luego escucharon su pequeño grito; cuando fueron a ver, unos hombres obviamente de Miwa, tenían agarrada a la pequeña, la castaña y Shisui se pusieron en posición de ataque.

—¡Dejen a Miko-chan! —gritaba el pequeño mientras veía cómo su hermanita intentaba zafarse.

—¡Quédate detrás de mí Shisui-kun! —ordenó la castaña y luego miró a los hombres—. ¿Qué necesitan de ella? —preguntó alterada.

—Sharingan —respondieron ambos hombres con una macabra sonrisa.

Aquellos hombres lograron vencer a Yuriko, le había sido difícil luchar contra dos y a la vez proteger a ambos niños, pero finalmente cayó y se llevaron también a Shisui, dejándola malherida; Karín se había dado cuenta que el chakra de Yuriko iba debilitándose, por lo que fué a verificar y la halló.

—Itachi nii-san —fué lo único que pudo decir cuando sintió que alguien la alzaba en brazos.

Karín entendió y la llevó hasta donde sentía el chakra que Itachi trataba de ocultar, pero ella era tan buena que lograba sentirlo aún, tocó a su puerta y Kakashi abrió, su rostro alegre cambió a uno de furia.

 

Capítulo 24:

—¡Itachi! —gritaba el copy ninja muy enojado y el aludido apareció a su lado en medio segundo.

—¿Qué sucede sempai? Recuerda que no debes llamarme así —preguntaba tranquilo, pero al ver a Yuriko tan herida, su expresión cambió enseguida—. ¡Yuriko! ¡¿Qué sucedió con Yuriko?! —preguntaba muy exaltado.

—Primero déjenme pasar, intentaré sanar sus heridas para que recupere la conciencia, por ahora debemos esperar —Karín los miró a ambos esperando que le cedan el paso, pero antes de que eso sucediera, Itachi se la arrebató de los brazos cuidadosamente.

—Yo la llevaré —dijo ya entrando. Kakashi esperó a que la peliroja entrara y luego la siguió cerrando la puerta tras de sí.

Karín hizo lo que pudo con sus jutsus médicos, los dos shinobis se veían muy preocupados y a la vez con ganas de venganza; una vez que la peliroja terminó, se sentó en un sillón y empezó a hablar.

—Iba de salida, cuando sentí el chakra de Yuriko que iba debilitándose, así que me preocupé y fuí a ver; además sentí que los chakras de los pequeños Uchihas se estaban alejando de Konoha, pero cuando llegué donde ella, sólo mencionó tu nombre: 'Itachi nii-san' —narró la peliroja.

—Los secuestraron... se llevaron a mis hijos —decía el Uchiha mientras golpeaba una pared de la rabia, Kakashi lo observaba con una mirada de: 'cuenta conmigo para lo que sea'; algo los distrajo, Yuriko daba señas de querer despertar.

Itachi se apresuró a ponerse a su lado y a su altura, esperaba que abriera los ojos y les contara lo que había sucedido, estaba muy cerca de su rostro, se le notaba ansioso, Yuriko fué abriendo los ojos poco a poco, y al verlo a él tan cerca, se sonrojó e inmediatamente quiso levantarse, pero un fuerte dolor se lo impidió.

—No te esfuerces, tienes unas costillas rotas, luego llamaremos a Tsunade-sama para que te revise —le recomendó Karín y ella obedeció, pero al momento su rostro cambió por uno angustiado.

—¡Los niños! —gritó, pero el esfuerzo la hizo quejarse nuevamente por el dolor.

—Cuéntanos lo que sucedió —ordenó tranquilo el peligris.

Ella les contó detalle a detalle lo que pasó, les dijo que aquellos ninjas eran sin duda alguna de Iwa, y que querían los secretos del sharingan, ella quiso detenerlos pero le fué difícil por temor de que los niños fueran lastimados.

—Kakashi-sempai, vámonos —ahora el que ordenaba era el pelinegro—, tú también Karín, nos guiarás hasta ellos.

—Espera, Itachi tranforma tu apariencia, y ahora tenemos que avisar a la Hokage, ¡Kaori! —llamó Kakashi y ella apareció en una nube de humo—. Ya has escuchado, infórmale a la Hokage y luego regresa con ella para que termine de curar a Yuriko.

—Hai —contestó, pero al mismo tiempo no le quitaba la vista al azabache, por debajo de su máscara corrían un par de lágrimas—. I-Itachi-san creo que no es buen momento para decir que me alegro de que estés vivo.

—Es bueno verte Kaori —intentó sonreir y luego usó su jutsu de transformación, ahora era un pelinegro de cabello corto y ojos verdes—. Es hora de irnos sempai, Karín.

Los aludidos asintieron y se marcharon, igualmente Kaori le dijo a Yuriko que la esperara y se fué. Pasaban los minutos, Yuriko había puesto todo su esfuerzo en sentarse, luego aparecieron frente a ella Tsunade y Kaori.

—Yuriko, ya quita esa cara que no te pega —le ordenaba la Hokage con los brazos cruzados y fingiendo enojo.

—Tsunade-sama... yo... —pero no logró terminar.

—Déjame revisarte —la castaña solo asintió, sabía que no debía contradecir a la rubia.

—Yuriko-chan, ¿Cómo pudiste dejar que te besara? —preguntaba la peliverde airada, y haciendo que la castaña se sonrojara y se pusiera nerviosa.

—¿Te besó? Ese Itachi, cree que por ser un Uchiha puede actuar como quiera —la rubia iba a explotar de ira mientras curaba las heridas internas y fracturas de Yuriko.

—Todo es culpa de Kakashi-sensei, no debió decir que Itachi sería mi novio, Shisui lo presionó para que lo hiciera —lo excusaba la castaña muy avergonzada—. Por otro lado, espero que como mujer no estés celosa por ello.

—Por supuesto que no, yo estoy muy bien con Ten... digo con Yamato —contestó sonrojada la peliverde.

Yuriko le sonrió cálidamente, mientras que la Hokage empezó con sus frases de doble sentido, haciendo avergonzar más a Kaori.

**********

Ya en las afueras de Konoha, los tres shinobis iban corriendo a toda velocidad para alcanzar a los cobardes de Iwa, pero un estornudo sacó de sus pensamientos al Uchiha.

—¿Estás resfriado? —preguntaba el peligris y la peliroja prestaba atención.

—No lo creo, deben estar hablando mal de mí, y podrían ser esas tres mujeres —decía deprimido.

—Bueno, cambiando un poco el tema, ¿De verdad te irás antes de que esos dos regresen? ¿no piensas decirles la verdad? —le interrogaba el copy ninja.

—¿Quieres oír la verdad o lo que te respondo con frecuencia? —preguntaba serio, y es que en verdad no le hacía gracia hablar sobre ello.

—La verdad para variar no caería nada mal —contestó Kakashi y el pelinegro dió un largo suspiro.

—Cómo decirlo... no tengo por qué hablar con ellos, sólo ocasionaría problemas; de todas maneras pienso vivir cerca y al menos ver a mis hijos, le pediré a Yuriko que me ayude y los lleve cuando "ellos" estén de misión, por lo pronto, con respecto a Sakura, aún la amo con locura, pero no puedo hacer nada más, ahora es la mujer de mi hermano —decía ya más resignado.

—Ya veo —interrumpió la peliroja—, yo también te ayudaré cuando quieras... tu chakra es muy relajante.

Los dos se miraron confusos, pero a la vez sonrieron, ya que cualquier tipo de ayuda era bienvenida; le devolvieron la sonrisa a la peliroja y continuaron su viaje.

**********

—Ya terminé, ¿Te sientes mejor? —preguntaba la rubia amablemente.

—Sí, gracias Tsunade-sama —respondió la castaña.

—Yuriko-chan, no debes salir de acá, si otros te ven sin los niños, empezarán a hacer preguntas —sugirió la anbu.

—Además no eres buena mintiendo —afirmó la ojimiel.

—Sí pero... pero debo avisarles a Sakura y a Sasuke, ellos deben saber lo que está sucediendo —decía Yuriko.

—¡Yuriko! —gritó la Hokage—, deja a Itachi ocuparse de sus hijos, confía en que los traerá de vuelta, y olvídate de arruinarles los buenos momentos a esos dos.

—E-está bien Tsunade-sama —habló nerviosa pero ya sin poder decir nada más.

Ellas se marcharon dejando sola a Yuriko, quien no dejaba de recriminarse por el secuestro de los pequeños Uchihas, solo le quedaba esperar.

**********

Sasuke había salido un momento del lugar donde se hospedaban, había dejado a Sakura dormida y una nota diciéndole que regresaría en una hora; él fué directo a una de las tantas cascadas que había fuera de la aldea, y se puso a entrenar, esa era su forma de olvidar sus preocupaciones, y es que desde hace unos días algo lo tenía intranquilo, tenía ganas de regresar a Konoha y asegurarse de que todo estaba bien.

Esa pelirosa había abierto los ojos luego de que su amado se marchara, leyó la nota del pelinegro y suspiró, se había dado cuenta que no era la única con un mal presentimiento; se duchó y se vistió, esperaba que su esposo llegara para desayunar.

—Itachi —dijo como en un susurro.

—¿Qué sucede con él? —preguntaba confuso el pelinegro.

Sakura lo quedó viendo sonrojada de la vergüenza, no tenía idea de qué le contestaría a su esposo, suplicaba con la mirada para que se olvidara de aquello, pero sería imposible, ella no debió mencionarlo en su luna de miel.

—Hay cosas de las que aún no hemos hablado Sasuke-kun —fué lo primero que se le vino en mente.

—¿Cómo cuáles? —preguntó de brazos cruzados y enarcando una ceja en señal de molestia, poniéndola más nerviosa de lo que ya se encontraba.

—Bu-bueno... ¿Les diremos a los niños que Itachi es su padre? —se veía aliviada después de haber hecho aquella pregunta, en verdad era una de las cosas que la inquietaban, ya que por lo rápido que se casaron, no llegaron a discutirlo.

—En eso tienes razón, y sí tienen derecho a saberlo, recuerdo que me llamaban papá porque habían visto una foto de Itachi y creyeron que era yo... aunque no te creo que ese sea tu dilema ahora —dijo acercándose hacia ella, sentándose a su lado y tomando sus manos sin dejar de mirarla.

—Es complicado —dijo la ojijade.

—Haré lo posible por entender —comentó el Uchiha, y ella volvió a suspirar.

—¿Qué harías si tu hermano estuviera vivo? Esa idea ha rondado mi cabeza desde la boda, pero no quise decirte nada porque no quiero que lo malinterpretes —aseguró la pelirosa.

—Tsk... por alguna razón... yo también siento lo mismo, al fin y al cabo nunca vimos su cuerpo, por lo que no es imposible —estas palabras impactaron a Sakura—, no te sientas mal por ello... si él estuviera vivo, podrás decidir lo que mejor te parezca.

—Sasuke-kun —dijo para luego abrazarlo y darle un tierno beso, esperando que ese mal presentimiento no se convirtiera en algo real.

**********

—Puedo sentirlos, están a dos kilómetros a las nueve en punto —decía la peliroja mirando hacia los dos shinobis, y haciendo que cambien un poco la dirección.

—Bien Itachi, no uses el sharingan, se supone que estás muerto, recuérdalo —ordenaba el peligris.

—Hmp, no lo haré —contestó el pelinegro—, y deja de llamarme Itachi.

—Claro, lo olvidé, Suishi —dijo sarcástico.

—¿No pudiste pensar en un nombre mejor? Suena como sushi o algo así —se quejaba el azabache.

—La comadreja se molestó... te puse ese porque intercambiando las sílabas sale Shisui —Itachi sonrió y ya no dijo nada más.

Los tres se apresuraron a llegar al lugar donde se encontraban los enemigos de Iwa, al parecer se habían detenido al pensar que nadie los seguía. Después de unos minutos, se detuvieron, habían llegado, Karín se encargó de coger a los niños aprovechando que estaban distraídos, y los otros se pusieron frente a frente a sus contrincantes.

—¡No les perdonaré! —gritaba Itachi lanzándose hacia uno de ellos.

Así ambos empezaron a luchar, el copy ninja con su sharingan expuesto, y el Uchiha con un impecable taijutsu; al final, aunque un poco heridos, salieron vencedores y se llevaron a aquellos ninjas para interrogarlos. A las horas volvieron a Konoha con los niños a salvo y contentos.

**********

Los guardias de Konoha veían llegar a dos shinobis llevando un prisionero cada uno, al ver que uno era Kakashi, los dejaron pasar, y después vieron a Karín entrando con los dos pequeños, quienes pasaron de largo ya que la Hokage les había dicho que los dejaran. y no hicieran ningún tipo de informe al respecto.

—Suishi, Karín, llévense a los niños al departamento, yo me llevo a estos dos, los dejaré donde Hibiki —ordenaba el peligris, y así lo hicieron.

Los pequeños se habían ido uno en los brazos de Itachi y la otra en brazos de Karín, ni bien entraron a Konoha se habían quedado dormidos; entraron al departamento sorprendiendo a la castaña, a la cual encontraron preparando la cena, ella los miró con una gran sonrisa y les dió la bienvenida, por otro lado Itachi se quitó el jutsu de transformación y dejó a los niños sobre su cama.

—¿Todos están bien? —preguntó Yuriko quien no dejaba de sonreír.

—Sí, todos estamos bien —contestó el pelinegro.

—Ya me voy, Suiget... Juugo debe estar preocupado —se corrigió Karín.

—Entonces muchas gracias por toda tu ayuda, y mándale mis saludos a Suigetsu... y también a Juugo —dijo la castaña provocando que Karín se vea más roja de lo que de por sí ya era.

—Adiós —dijo y se esfumó.

—Ahora tú —dijo acercándose a él—, ya recuperé mi chakra, así que muestrame tu brazo —él obedeció muy tranquilo.

—Gracias —decía mientras ella se ocupaba de sanar sus pequeñas heridas—. ¿Eras tú la que venía a limpiar mi departamento?

—Sí, lo hacía cada mes después de tu supuesta muerte, y me acostumbré, por lo que intentaba venir todas las semanas —contestó sin vergüenza alguna la castaña.

Él la observaba, en verdad Yuriko era alguien en quien se podía confiar, y le estaba muy agradecido. Minutos más tarde, después de haber llenado su estómago, se quedó dormido en el sillón, estaba muy cansado; ella lo observaba y pensaba en Sakura, se preguntaba cómo reaccionaría si lo viera... y Sasuke, qué haría ahora que esa pelirosa por fin le pertenecía.

**********

—Mandaré una carta al Kage de Iwa, es mi deber informarle que tenemos a dos de sus hombres... espero que no sea motivo de guerra —decía suspirando la ojimiel.

—Está bien —decía el peligris—. De todas formas no está de más que Hibiki y el clan Yamanaka les saquen información.

**********

Naruto había salido junto a Hinata, la estaba haciendo caminar ya que Tsunade se lo había recomendado; la ojiperla parecía ya no dar más, estaba realmente agotada, y ya iba anocheciendo. El rubio observaba las casas y a los habitantes, y por lo que ya sabía, muy pronto sería nombrado Hokage; hubo un lugar en especial en el que detuvo su vista, era donde antes vivía Itachi, podía ver sombras a través de las cortinas de la ventana, y también sin temor a equivocarse, estaba seguro de que no sólo había una persona, sino varias.

—Hinata —dijo para llamar la atención de su esposa—, hay alguien allá.

La ojiperla siguió la mirada de su esposo hacia donde apuntaba, sí se percató de lo mismo, por lo que uso el byakugan para observar mejor; pudo ver a dos personas sentadas en los sillones y buscando en todos los lugares, vió a dos pequeños sobre una cama.

—Na-Naruto —decía con temor y él la miró preocupado.

—Espérame aquí, ya vuelvo —le dijo a su esposa, pero ella lo miró de tal forma que él resignado la tomó en brazos y la llevó con él.

Los dos llegaron hasta la puerta y prefirieron ser amables tocando el timbre, lo cual despertó a Itachi y a Yuriko; ella se sobresaltó, se dió cuenta que eran Naruto y Hinata.

—Transfórmate así como antes, es Naruto —le susurró al pelinegro, y él lo hizo. Ella abrió la puerta para que no sospecharan—. ¡Naruto, Hinata! —dijo haciéndose la sorprendida.

—¿Yuriko? ¿qué haces aquí? —interrogaba el rubio mientras se invitaba solo a pasar seguido de la ojiperla.

—Bueno... es que me estaba mudando... y pues... —el rubio la interrumpió, observaba atentamente a un pelinegro que estaba apoyado en una pared.

—Ya te mudaste al antiguo departamento de Sakura, no eres buena mintiendo ¿Quién es él? —el ojiazul parecía enojado.

—Pues soy el novio de Yuriko ¿Algún problema con eso? —decía el pelinegro de ojos verdes, abrazando por la cintura a la castaña y tratando de intimidar a Naruto.

Se miraron un largo rato como desafiándose con las miradas, pero no aguantaron más y se echaron a reír, al menos Naruto, e Itachi sonreía y soltó a la castaña para deshacer el jutsu de transformación lo cual fué una enorme sorpresa para las mujeres, aunque ambas sorprendidas por diferentes razones.

—Es imposible estar serio contigo Naruto —comentó el Uchiha, y el rubio paró de reír y se puso un poco nostálgico.

—Itachi... supongo que ya te enteraste de todo, estás aquí con tus hijos... pero cómo fué que... no sé qué dirá el teme cuando te vea —esta vez Itachi lo interrumpió.

—Eso no será posible, ellos no deben saber de mí, me iré antes de que regresen —hablaba serio.

Las dos mujeres estaban en la cocina haciendo un poco de té y hablando de Itachi, la castaña le contaba a la ojiperla todo lo que había sucedido hasta ahora. Por otro lado, Itachi le contaba al rubio todo lo que le había acontecido desde aquella misión, cuando oyeron una taza caer y romperse, así que corrieron hacia allá.

—¡La fuente! —gritaba Yuriko mientras Hinata se agarraba su prominente barriga.

 

Capítulo 25:

—¡Hinataaa! —gritaba Naruto muy preocupado y desesperado.

Itachi detuvo al rubio cogiéndolo de sus ropas por detrás, le pareció que estaba descontrolado y de esa forma no sería más que un estorbo.

—¡Suéltame Itachiii! —volvía a gritar escandalosamente el ojiazul.

—Tranquilízate Naruto, se supone que debes tener algún plan para este tipo de situación —hablaba muy tranquilamente el mayor de los Uchihas.

—¿Eh... plan? Claro, tengo un kunai especial para teletransportarnos al hospital —contestó sacándalo para mostrarlo.

—Entonces úsalo ahora —ordenó el pelinegro—, ve con Yuriko, yo cuidaré de los niños.

Naruto asintió, puso una mano sobre el hombro de su mujer y la castaña también tuvo que tocarlo para que los tres fueran teletransportados; al completar su jutsu aparecieron frente a la puerta de una habitación, pero no era de hospital.

—Creo que este no es el lugar Naruto —decía Yuriko un poco nerviosa.

—¡Aaaaahhhhh! —gritaba Hinata del dolor sacando de sus pensamientos a ambos, en eso abrieron la puerta de aquella habitación, y un par de rostros conocidos los miraban confusos y sorprendidos.

—Hinata ¿Llevas mucho así? ¿qué hacen aquí? —interrogaba la pelirosa mientras se acercaba a Hinata para examinarla.

—Sa-sakura nee-san —decía incrédula Yuriko—. Naruto, te equivocaste de kunai.

—Lo siento Sakura-chan, no tengo suficiente tiempo, nos vemos en cinco días teme —sacó el otro kunai y se volvieron a teletransportar, esta vez llegando directo a la habitación de partos.

Tsunade junto a Shizune la atendían, mientras que Naruto esperaba junto a Yuriko afuera.

**********

—Eso fué sumamente extraño —dijo la ojijade sentándose en la cama.

—Es Naruto, lo extraño sería que todo marchara con normalidad ¿No lo crees así? —preguntaba el azabache acercándose a su esposa.

—Tienes razón, pero hay algo extraño, Yuriko estaba con ellos y se supone que debía estar cuidando a los niños —dijo pensativa.

—Debe haberlos dejado al cuidado de alguien más, como puedes ver ha estado con Hinata cuando le vino los dolores —Sasuke no le hallaba problema a nada—. Más importante que eso... ¿En qué estábamos?

—Eres un pervertido Sasuke-kun —decía ya más calmada, sonrojada, y dejando que el pelinegro la acorralara.

**********

—Naruto, ya deja de dar tantas vueltas, todo saldrá bien —lo trataba de calmar la castañita.

—Es que Hinata es tan... —pero fué interrumpido.

—Ella es muy fuerte, las mujeres fuímos hechas para soportar este tipo de dolor —contestó seria—. Ya me voy, los niños deben estar por despertar... perdona que no me quede, pero estoy segura que todo saldrá más que bien. ¡Ah! No olvides no mencionar nada acerca de tú ya sabes quien... suerte.

Y con una cálida sonrisa dedicada al rubio, se marchó del hospital hacia el departamento de Itachi; al llegar, vió las luces apagadas y se preocupó entrando rápidamente, y en la mesa de la cocina observó un papel el cual decía lo siguiente: 'Yuriko-chan, perdóname, pero no tuve más opción que llevármelos, dile a Sakura que aún la amo. Itachi.'

—¡¿Qué?! —gritaba desesperada.

—Cálmate, era una broma ¿Acaso no sientes sus chakras aquí? —preguntó el Uchiha quien salía de su habitación y al parecer había estado durmiendo.

—Eres un completo idiota —a Yuriko, los ojos se le hicieron agüita de tanta angustia que sentía en ese momento, se había preocupado tanto por todo que había olvidado buscar sus chakras, y aunque lo dijo con un tono suave, se notaba el dolor en sus palabras—; me llevaré a los niños ahora.

—Espera... ¿Aún te duele verdad? —preguntó hincándole las costillas con uno de sus dedos haciendo que ella hiciera un gesto de dolor—, quédate hasta que despierten, yo te acompañaré.

La castaña arrugó el papel que aún sostenía y se lo aventó en la cara, estaba muy enojada y no entendía del todo el por qué.

—Eso dolió y esto también —y de brazos cruzados se sentó en el sillón intentando no mirarlo.

—¿Eso y esto? No entiendo —dijo confuso.

—Por eso digo que eres un idiota, ni siquiera piensas en mis sentimientos como mujer, primero me despeinas el cabello como si aún fuera una niña, segundo me besas como si no fuese algo importante, al menos para mí, y tercero te divierte burlarte de mí... ¡Ya no soy una niña, soy una mujer! Para ti ha sido fácil, has estado dormido todo este tiempo, pero todos nosotros nos la hemos pasado sufriendo por ti —las lágrimas caían a su antojo, todas hacia su regazo.

—¿Eso piensas? ¿piensas que es más fácil aceptar las malas noticias todas al mismo tiempo? Lo único que no me ha dejado cometer alguna locura, ha sido saber que soy padre, y poder pasar estos momentos con mis hijos —decía cabisbajo—, no era mi intención ser cruel, y menos contigo.

El silencio inundó la pequeña sala, no había más que decirse, Yuriko estaba aún resentida e Itachi ansiaba una vez más que todo ello fuera solamente una pesadilla.

**********

Un llanto llenó la habitación, Hiashi Hyuuga había llegado en aquel momento junto a Hanabi, Neji y Ten Ten, los cinco ingresaron a la habitación de Hinata cuando Tsunade salió y les dijo que era una sana y hermosa niña peliroja con ojos perlados.

—¡Felicidades Hinata! —decía Ten Ten muy emocionada, a la vez que Naruto se ponía al costado de su esposa y la besaba.

—No se parece a ti Naruto, es muy bonita para ser tu hija —dijo Neji con una voz lúgrubre, y sorpresivamente Hiashi empezó a reír tomando la atención de todos, hasta de la recién nacida que lo miraba en silencio y con curiosidad.

—En realidad tiene el cabello de Kushina —dijo tomando la manito de la bebé y Naruto sonrió orgulloso de su pequeña, al igual que Hinata.

—¿Kushina? ¿quién es ella? —interrogó Ten Ten con mucha curiosidad.

—Ella fué mi mamá —respondió el rubio un tanto nostálgico—. Ese es el nombre que llevará, haciendo honor a su hermoso cabello.

De pronto la puerta se abrió y entraron Ino con flores junto a Sai, Kiba sin Akamaru, Shino, Shikamaru y Temari, Kurenai con su hijo, y por último Tsunade quien llamó a Naruto un momento y se lo llevó a su oficina en el hospital.

—¿Qué sucede vieja? —preguntaba el ojiazul.

—Naruto —decía alzando un puño—, respétame aunque ya no siga siendo la Hokage.

—¡¿Qué?! —gritaba exaltado y sorprendido a la vez— ¿Ya no eres la Hokage?

—Bueno, no grites que aún no es oficial, pero de eso te quería hablar, es hora de que me encargue enteramente del hospital y del entrenamiento de nuevos ninjas médicos, así que quien mejor para que sea mi sucesor que el héroe de la aldea ¿No lo crees? Yo te recomendé y nadie se opuso —ese sí que era un día lleno de emociones para el rubio.

Primero, Itachi estaba vivo, segundo, nació su hermosa bebé, y tercero, pronto sería nombrado sexto Hokage; por un momento creyó que era un sueño, hasta que salió volando de la oficina atravezando la puerta a causa de uno de los puños de Tsunade, quien al ver que este no le hacía caso por andar perdido en su mundo, lo golpeó. A los minutos regresó con los demás.

—¿Estás bien Naruto? —preguntaba Hinata al ver su rostro maltratado y algo hinchado.

—Ah, sí, no te preocupes —contestó tranquilo y con una enorme sonrisa en el rostro.

—Pero ¿Qué te sucedió? —preguntaba ahora Kiba.

—Se-cre-to —dijo el rubio de forma divertida, y el resto ya no preguntó nada más.

**********

—Me hubiese gustado estar en el nacimiento, se suponía que era en dos semanas pero la bebé se adelantó —decía la pelirosa ya resignada y lanzando un largo suspiro.

—A mí me gustó que te quedaras conmigo, por un momento, pude ver en tu rostro que querías regresar, pero me preferiste —decía mientras apoyaba su cabeza sobre los senos de la ojijade.

—Pareces un niño mimado —comentaba Sakura de manera juguetona.

—Mi mamá me quería mucho por ser el menor, ella era la encargada de las palabras suaves, los abrazos y la que curaba mis heridas... en verdad la extraño mucho, y estoy seguro que si te hubiera conocido, le hubieras agradado mucho —el pelinegro hablaba serio, era la primera vez que hablaba de sus sentimientos hacia su fallecida madre.

—Me hubiese encantado conocerla, quizás así entre ambas te hubiéramos obligado a comprometerte conmigo y así me hubieses llevado o te hubieses quedado, pero todo conmigo —ella hablaba tan animadamente que él no pudo resistir a reír.

—¿Desde tan pequeño te gustaba? —preguntó examinándola sin quitarle la mirada haciéndola sonrojar.

—Bueno es que... siempre fuíste tan lindo... además de fuerte e inteligente, aunque en realidad me gustabas porque eras el más guapo y popular, pero a ti no te gustaba nadie —recordaba Sakura.

—En lo único que podía pensar de niño era en sobrepasar a Itachi para que mi padre también estuviera orgulloso de mí, así que las niñas no eran mi prioridad, pero recuerdo a las más insistentes y pegajosas, una rubia y una pelirosa —explicó el Uchiha con una sonrisa en los labios, y Sakura sonrió igualmente.

—¿Y alguna llegó a agradarte al menos? —preguntó, y en serio quería saber.

—Las dos eran bonitas, pero una resaltaba más por su enorme frente —Sakura lo miró feo—. Solo bromeaba... lo que más resaltaba de ti era de lejos tu cabello y de cerca tus hermosos ojos; tú eras una molestia, no dejabas que me concentrara, y por poco y te llevo conmigo, pero preferí que te quedaras con el dobe, estaba seguro de que él nunca te haría sufrir como yo lo he hecho todo este tiempo, y también quería que él fuera feliz contigo —contestó sincero.

—Sabes Sasuke-kun, una vez le dije a Naruto que lo amaba —esta vez Sasuke se quedó en shock—, y fué porque quería que abandonara aquella promesa de traerte de vuelta.

—¿Ya no me querías? —cuestionó con ojos penetrantes.

—No era eso, simplemente te estabas convirtiendo en alguien despreciable, que se negaba a recibir ayuda, y solo ocasionaba sufrimiento a sus amigos —contestó—. Ese mismo día intentaste asesinarme dos veces.

—Ya veo, perdóname Sakura, compensaré todo lo que te hice pasar, mi vida es tuya y lo digo en serio —la pelirosa le sonrió y lo besó tiernamente.

**********

El silencio fué interrumpido por unos pasitos que venían apresurados hacia ellos, era Mikoto quien corría y al ver a los adultos, se paró en frente de Yuriko.

—¡Pipí, pipí! —pedía a saltitos desesperada.

—Vamos, aguanta —la castaña se la llevó al baño.

Luego de unos minutos regresaron ambas, Mikoto se paró delante de Itachi y alzó sus bracitos para que él la cargara, cosa que hizo sin dudar. Un momento después salió el pequeño Shisui sobándose los ojitos y yendo hacia Yuriko para agarrarse de su mano sin que ella se lo haya dicho.

—Ya es hora de volver a casa —dijo muy seria la castaña.

—Bien, me transformaré —y así lo hizo para salir con ellos por la aldea.

Los dejó en su casa, y después de haber inspeccionado que no hubiera peligro cerca, se marchó a su departamento a descansar.

**********

—¿Te encuentras bien? Pareces preocupado —decía un anbu a un peligris.

—Sí, yo estoy bien, pero él no —contestó Kakashi inconscientemente.

—¿Él? ¿a quién te refieres? —interrogó Yamato ya quitándose aquella máscara.

—No te preocupes Tenzou, todo está bien —contestó con su sonrisa tranquilizadora de siempre.

—A mí no logras engañarme sempai, pero si no quieres contarme, no insistiré —terminó diciendo para luego salir de la oficina dejando solo al peligris.

Kakashi suspiró, y Kaori apareció sin que la llamaran, se quitó la máscara, miró detenidamente a su jefe y se sentó frente a él apoyando su brazo en el escritorio y su cabeza en este.

—Siento mucho que se enfadara —dijo directa la peliverde.

—No es problema, mi preocupación es Itachi, en serio que la pasa muy mal, y si el caso hubiera sido al revés, Sasuke se hubiera vengado, pero con Itachi es difícil saber lo que piensa o lo que siente, ya que no siempre es honesto al decirlo, por lo que espero hallarle una solución —decía cerrando los ojos.

—Sí que la está pasando mal, todo ha sido tan rápido y complicado para él; si me necesitas para algo, avísame por favor —se ofreció levantándose y colocándose la máscara nuevamente, luego desapareció.

**********

'Ese Itachi es un idiota', seguía pensando Yuriko ya en la cama y sin ninguna luz en la habitación, ni siquiera la luna estaba presente para aclarar sus pensamientos.

—Justo cuando empezaba a gustarme alguien aparece él —se decía así misma—. Quizás pueda tomarme unos días e ir a la Nube a despejarme un poco y de pasada verlo —se había sonrojado al decir aquello, pero nadie lo notaría.

'Hubiera querido que mi primer beso fuera con Darui, pero ese Itachi...' seguía pensando, y entre sonrojo y enojo se quedó profundamente dormida.

 

Capítulo 26:

Yuriko dormía plácidamente, la Hokage le había mandado a descansar ese día, los niños estarían con Itachi ya que Kaori los estaría vigilando y lo ayudaría en las cosas que sólo saben hacer las chicas.

En el departamento de Itachi un silencio sepulcral, un enano pelinegro se escondía en el armario muy cuidadosamente, Kaori se camufló de una forma perfecta transformándose en una lámpara, e Itachi había caminado por el lado de una pared de la habitación y se quedó pegado al techo mirando hacia abajo de brazos cruzados; Mikoto terminó de contar, y caminaba de puntitas pasando primero por la sala, en la cual vió una extraña lámpara y sonrió de lado.

—Te enconté —decía la pequeña tiernamente al abrazar aquella lámpara quien al momento se tranformó en Kaori de nuevo.

—Eres buena —dijo despeinándole con cariño las colitas que llevaba.

Mikoto continuó con su búsqueda, se metió a la habitación porque sabía que allí estaban esos dos, miró al techo y vió a Suishi 'Itachi' mirándola, ella al instante alzó sus bracitos, quería llegar hasta él, pero no podía, le había parecido divertido estar así pegado al techo; Itachi saltó al frente de ella y la pequeña tenía una carita media enojada porque quería que él la subiera.

—Te enconté hmp —decía la niña.

—No puedes decir bien 'encontré' pero el 'hmp' te sale perfecto —hablaba divertido—. Si creces un poco más te enseñaré a llegar muy alto, aún eres muy pequeña.

—Shi-kun ahí —dijo señalando al armario sin siquiera mirarlo.

El pequeño azabache salió con un pequeño suspiro de resignación por haber perdido, su hermanita cada vez mejoraba su habilidad de encontrar a todos ya que era tipo sensorial; Kaori se dispuso a bañar a los niños mientras Itachi preparaba el almuerzo, cosa que ambos hicieron sin problemas, y luego de almorzar, los mellizos se quedaron dormidos.

**********

La castaña había almorzado con las chicas, comieron ramen y le llevaron a Naruto quien estaba en el hospital cuidando de Hinata y la bebé hasta que salieran al día siguiente; a la ojiperla le llevaron frutas, y a la pequeña Kushina algunos presentes. Luego de eso, se dedicó a limpiar la casa y lavar la ropa de los pequeños, eso era más relajante que estar cerca de Itachi.

**********

Itachi y Kaori terminaban de limpiar y acomodar el departamento, aunque sabían que minutos más tarde volverían a desordenar todo, después con un té en mano, se sentaron en los sillones a conversar.

—Aún no puedo creer que estés aquí —dijo seria la peliverde.

—Hubiera sido mejor que hubiera muerto, así no hubiese ocasionado tantos problemas —contestaba agobiado.

—No digas esas cosas, es triste —Kaori estaba media triste y a la vez media enojada por el comentario de su ex.

—Lo siento... es que todo esto aún es difícil de asimilar —había dejado su taza de té en la mesita—. Fué muy raro cuando desperté, esa mujer, la que cuidó de mí, tenía el mismo color de ojos de Sakura, y también era médico, pero no era una kunoichi.

—¿Te gustó aquella mujer? —preguntó ella muy curiosa, ya que así nada más Itachi no contaba sus cosas, y quería aprovechar el momento.

—¿Cómo podría? Cuando la ví sólo pensé en Sakura, en que quería verla pronto, y lo hice, pero el día de su boda con mi hermano —sus puños se cerraron.

—Estoy segura que aún te tiene en su corazón, aunque el amor que tuvo hacia ti cambió de forma, pero no dejó de hacerlo; ahora ella ama a Sasuke, y si no hubiese sido Sasuke, hubiera sido otro el que la conquiste —afirmó la chica.

Él la observó queriendo hallar palabras de consuelo y esperanza, cosas como que Sakura volvería a él si se enteraba, o que algún día podría vivir con su familia, pero esas frases nunca llegaron.

**********

Habían transcurrido varios días, Itachi se había divertido mucho junto a sus pequeños, pero ya era hora de marcharse, Naruto iba a ir en busca de sus amigos a la aldea de la Cascada, así que tuvo que despedirse de todos aquellos que lo habían visto. Ya estaba decidido que se iba a quedar en la Nube bajo la supervisión del Raikage; un día antes habían llegado Darui y Shii para escoltar al Uchiha hasta su aldea, pero el día que llegaron, Darui se pasó todo el tiempo junto a Yuriko, tuvieron su primera cita oficial, el Uchiha había pedido que él fuera uno de los que viniera, para así dar un respiro a la castañita, y así le perdonara por cómo la había o no tratado esos últimos días.

En la entrada principal de Konoha, Itachi 'Suishi' estaba con Shii esperando a Darui, a quien le era difícil mostrar sus sentimientos frente a otros, por lo que al despedirse de Yuriko, solamente logró darle un beso en la mejilla; así partieron cuidadosamente a través del bosque, Kakashi y Kaori los acompañaron hasta la frontera como anbus escolta, pero ya ahí, se quitaron las máscaras para despedirse de su amigo.

—Espero que nos volvamos a ver —decía el peligris con una gentil sonrisa aunque algo triste—, y lamento que haya tenido que ser así.

—No te preocupes sempai, te agradezco por todo, y manténlos a salvo —así se despidió, con estas palabras y una reverencia en gratitud—. Adiós Kaori.

Kaori lloraba mientras veía alejarse a su primer amor, le había dolido todo lo que le había pasado, y ahora le dolía verlo partir, ni siquiera pudo articular palabra alguna.

**********

Naruto ya se había teletransportado hasta donde se suponía estaban Sasuke y Sakura, ellos deberían estar esperándolo, pero solamente se encontró con uno.

—Teme ¿Y Sakura-chan? —preguntaba el rubio buscándola con la mirada.

—Ella se marchó ayer, tuvo que llevar a un aldeano de la Hierba que estaba herido, curó algunas de sus heridas y se ofreció a acompañarlo; me convenció de que me quedara para esperarte y no te preocuparas —eso dijo, pero vió al rubio palidecer—. Sakura estará bien, es muy fuerte, y si la conocen, no creo que se quieran meter con ella ¿No lo crees dobe?

—Será mejor que nos vayamos —Naruto estaba serio, pero no podía hablar con Sasuke sobre la posibilidad de que Sakura se cruzara con Itachi por el camino.

Ambos regresaron a Konoha al instante, Sasuke se marchó a su nueva casa donde se encontró con Yuriko y los pequeños, quienes se avalanzaron a él, aunque a la vez, buscaban a su mami, pero no la encontraban, por lo que insistentemente preguntaban por ella, y el Uchiha sólo pedía que Sakura no demorara demasiado en volver. Naruto por otra parte, no había comentado sobre esto a nadie, y se lo encomendaba al destino.

**********

—Bueno, será mejor que descanse y luego tome esta medicina, le aseguro que para mañana estará mejor —decía la pelirosa despidiéndose de aquel hombre al cual dejó en su casa en la Hierba.

—Muchas gracias, déjenos pagarle —insistían los padres del hombre, pero ella se negaba a recibir alguna cosa.

—Ya me tengo que ir, mis hijos deben estar esperándome —la ojijade quería irse pronto, pero no quería ser maleducada.

—Entonces llévese estas bolas de arroz para el camino, supongo que debe tener hambre —ella aceptó, no le quedó de otra, y con una sonrisa emprendió su viaje a Konoha.

La kunoichi saltaba de rama en rama, hasta que su estómago empezó a crugir, se comió las bolas de arroz pero aún sentía hambre, tenía que alimentarse, por lo que se detuvo cuando encontró una tienda de té por el camino, así que entró y ordenó té y dangos; segundos de haber entrado y tomado asiento, se percató de un trío de shinobis, de los cuales logró reconocer a dos, por lo que se acercó a saludar.

—Shii-san, Darui-san, es agradable verlos por aquí, ¿Puedo sentarme con ustedes? —preguntaba con tal sonrisa que no se lo pudieron negar; Itachi se sentía morir por dentro.

—Sakura-san —saludaron los aludidos.

—Cla-claro, toma asiento Sakura-san —contestó Shii un tanto nervioso, fué su culpa no haber prestado atención al chakra de la pelirosa, la conversación entre ellos había estado interesante, y además no estaba en sus planes cruzársela, por lo que no estuvo alerta.

—Gracias —dijo sentándose a su lado—. Y dime ¿Quién es él?

—¡Ah! Él es alguien a quien tenemos que escoltar, es una misión, no podemos dar detalles —Shii esperaba que se la creyera, y Darui observaba sin mucho ánimo la situación.

—Soy Suishi, un placer conocer a tan hermosa mujer —había cogido la mano de ella y la había besado en forma de saludo, lo cual sonrojó a Sakura.

—Sakura Haruno, un placer igualmente —la pelirosa sintió algo extraño al sentir la mano de aquel hombre sosteniendo la de ella, y esa voz tenía un tono familiar; de pronto palideció al darse cuenta de la cruel verdad—. Paga mi cuenta Uchiha, yo me largo.

Se levantó de su lugar sorprendiendo a los tres con aquellas últimas palabras, y más a Itachi quien no entendió cómo ella se pudo dar cuenta; ella salió fuera y él la siguió.

—Espera Sakura —ella no se detenía—, ¡Te dije que esperes! —ellla se detuvo dándole la espalda.

—¿Qué quieres? ¿crees que puedes aparecer así como así? ¿hacernos creer que estabas muerto cuando en realidad tú...? —interrogaba ella, pero ya no podía seguir hablando, la voz ya no salía, y las lágrimas no se contenían.

—Yo... —él quería darle todas las excusas posibles, pero se dió cuenta que para aquella mujer, ninguna la haría sentir mejor—... lo siento, es todo lo que puedo decir.

Itachi ya se había quitado la transformación ante ella, y así se dió media vuelta para retirarse junto a sus compañeros quienes observaban la discusión en silencio, cuando un poderoso golpe casi lo agarra de lleno, pudo esquivarlo a tiempo y sólo el suelo sufrió las aterradoras consecuencias de la ira de Sakura.

—¡Eres un completo imbécil! ¡¿Por qué no puedes decirme la verdad?! ¡Sólo dime la maldita verdad y no huyas como un cobarde! —ordenaba muy exaltada y frustrada sin dejar de llorar e intando darle otro de sus poderosos golpes.

—Sería mejor para ti que dejes todo como está, no necesitas saber más —le respondía él calmadamente aunque seguía esquivándola con dificultad.

—¡Tú no entiendes... tú no entiendes por todo lo que pasamos! Eres un idiota, pero yo no te odio, no podría —Sakura ya se había detenido, y se había dejado caer al suelo, se encontraba de rodillas cansada y todavía llorando cabisbaja, él vió que se podía acercar, y así lo hizo agachándose hasta quedar de su altura.

—Es cierto que no entiendo, estuve en coma todo este tiempo, y cuando desperté, sólo quería verte —explicaba el Uchiha intentando secar las lágrimas de la mujer que aún amaba con locura—. Verte con Sasuke ha sido como morir.

—Itachi, yo lo amo, él es mi esposo ahora y lo amo —sonaron duras, pero era la más pura verdad.

—Lo sé, es por eso que ya no me tengo que preocupar por ustedes, sé que se cuidarán mútuamente —un par de lágrimas cayeron de los ojos del azabache, y ella las vió—. Tenemos unos hermosos hijos, cuida bien de ellos. Adiós Rosadita.

Los tres se marcharon dejando a la ojijade sola, ella aún no podía creer del todo lo que había sucedido momentos atrás; se dirigió hacia la parte más cercana al río, y se lavó el rostro muchas veces, no podía dejar que su esposo, hijos y amigos la vieran de esa forma tan horrible. Ya más tranquila y con el solo pensamiento de ver a su querida familia, prosiguió su camino hacia su amada aldea, quedaban algunas horas de viaje aún.

**********

—Siento mucho no haberla notado —se disculpaba el rubio guardaespaldas del Raikage.

—No te preocupes, al menos ella ya lo sabe —contestó el azabache con seriedad.

—¿Y tú estás bien con eso? Dejarla así como si nada... —Darui realmente lo sentía por la ex pareja que él había visto unirse en su aldea.

—Ella ya tiene a Sasuke, es suficiente así —y con estas palabras se adelantó al grupo, haciéndoles ver que ya no quería seguir hablando de aquel doloroso tema.

**********

Naruto rondaba la entrada por la cual debería estar llegando la pelirosa, él tenía que comprobarlo antes que nadie, quería saber cómo se encontraba su querida amiga.

—Oye dobe ¿Qué haces aquí? —era Sasuke quien llegaba con Yuriko y los mellizos.

—Es-es que Hinata quería que le preguntara algo a Sakura —se excusaba el ojiazul.

—¿Y cuál es esa pregunta? —cuestionaba la pelirosa curiosa mientras caminaba hacia ellos, Naruto no dejaba de examinarla.

—¡Mami, mami! —gritaban ambos niños entusiasmados, corriendo hacia los brazos de la ojijade.

—Puede esperar —respondió perturbado, la mirada de la pelirosa mostraba un aire de tristeza y dolor, a él que la había visto llorar tanto tiempo, no lo podía engañar—. Te veo después Sakura-chan, me alegra que llegaras con bien.

El rubio se marchó dejando desconcertados a Sasuke y a Yuriko, esta última había notado un desequilibrio en el chakra de Sakura, lo cual la asustó un poco, ya que también pensó en la misma posibilidad de Naruto cuando Sasuke le contó por qué no había llegado con él.

—¿Todo fué bien con los niños Yu-ri-ko? —la castaña se sintió que estaba en problemas, y de los graves.

—Mami, jugamos escondidas con tío Suishi —era la inocente voz del pequeño Shisui, quien muy alegre le contaba a su mamá sus momentos de diversión con su nuevo tío.

Sasuke no sabía de quién hablaban, Yuriko estaba en shock, y Sakura ya conocía al tal Suishi, pero se hizo la desentendida por el momento.

—Vamos a casa, quisiera descansar antes de asesinar gente —el pelinegro creyó que Sakura solo estaba de mal humor, y la castaña tragó grueso al saber de qué se trataba su declaración.

 

*Hola a todos XD... Sé que muchos pensaron que el encuentro ItaSaku del capi anterior fué muy "pobre", y los entiendo, pero realmente tenía que hacerlo así, ya que en los siguientes capis vendrá lo mejor... no lo comenté antes porque no soy de las que deja comentarios entre capítulos en sus propios fics, por eso lo hago ahora. Sin más boberías, aquí el capi...*


Capítulo 27:

Sakura llegó a su casa con su familia, intentó verse de lo más normal por sus hijos quienes no se despegaban de ella; la pelirosa le pidió a Yuriko que se quedara un par de días más, y la castañita no pudo negarse. Sasuke ya conocía muy bien a su esposa, estaba seguro de que algo le sucedía, pero no quiso preguntar aún, no quería ganarse una bronca por algo que quizás él no había hecho.

Al día siguiente, Sakura se dirigió hacia la oficina de la Hokage, al menos eso le dijo a Sasuke, y él había ido a la división anbu, tenía que empezar a trabajar; al llegar, la pelirosa se detuvo frente a la puerta por varios segundos, quizás un minuto, dudando si entrar o no, pero se armó de valor, respiró profundo soltando una gran exhalación, sacó una llave y abrió la puerta.

—La última vez que vine fué hace un par de semanas —decía nostálgica y al parecer tranquila.

Ingresó, cerró la puerta tras sí, quería ver hasta el más mínimo detalle, quería recordar todo tal cual era, porque ya se había decidido, no iba a quedar nada allí; avanzó cuidadosamente, primero tenía que encargarse de algo.

—Kaori, necesito un favor —llamaba a la peliverde mientras pasaba sus manos por encima de una extraña lámpara, la cual se convirtió en la anbu mencionada.

—Ya veo, tú y Mikoto pueden hallarme fácilmente —sonaba decepcionada.

—Creo que es porque llevas un absurdo disfráz... Como sea, quiero que le digas a Kakashi de mi parte, que si no quiere que vaya y lo enfrente, mande a Sasuke de misión por al menos una semana —Sakura se veía y sonaba molesta, Kaori no se negó a tal pedido, asintió y ya estaba por retirarse...—. Espera, ¿Qué demonios hacías aquí?

—Bueno, es que Kakashi me ordenó vigilarte por si hacías algo extraño, Naruto le informó que no regresaste con él, y sobre sus sospechas de que te encontraras con... él estaba preocupado —la peliverde también parecía preocupada, por lo que la dejó ir sin más interrogación.

Ahora que estaba sola, era su oportunidad, así que empezó por el dormitorio, lo destruyó todo con aquellos puños mortales, no quiso nada para el recuerdo, estaba tan llena de sentimientos, pero eran ira, frustración, angustia, tristeza, molestia, molestia, y más molestia; hizo lo posible por no llamar mucho la atención, y dejar el departamento igual por fuera, así nadie se enteraría por ahora, y ya cuando estuviera más calmada después de varios días, le diría la verdad a Sasuke. Ya terminado el asunto aunque sin estar completamente satisfecha, salió de aquel lugar y cerró la puerta con llave, ya hecho esto, volteó para retirarse, encontrándose con la mirada de su rubio amigo.

—Sakura-chan... ¿Qué haces aquí? —preguntaba entre confuso y triste, y para la pelirosa ver a Naruto sin una sonrisa era extraño y de alguna manera doloroso, significaba que sufría, y en este caso se notaba que era por ella, lo cual la hizo sentir mal, se suponía que debería estar contento por el nacimiento de su bebé.

—Lo siento Naruto, pero será mejor que no te metas —le contestó seria pasando de él para irse; el rubio la detuvo cogiéndola del brazo.

—¿Cómo podría aceptar el ser Hokage ahora, si tú no me dejas ayudarte? —estas palabras resonaron varias veces en su cabeza.

Era cierto, ella siempre había dependido de Naruto, ella le animó cuando supo que se casaría con Hinata, le dijo que sería un buen Hokage, pero ahora lo menospreciaba.

—Naruto, quiero ver nuevamente a Itachi —decía cabisbaja y derramando algunas lágrimas, no de tristeza, eran de rabia.

—¿Pero qué hay del teme Sakura-chan? —volvía a preguntar aún sin soltarla—, ¿piensas dejarlo?

—¡¿Quién te piensas que soy? Naruto no baka! Yo... yo no haría algo como eso, yo amo a Sasuke-kun —al principio gritaba, pero luego se dejó caer al suelo, el rubio la soltó, y observaba cómo no dejaba de llorar.

—Perdóname Sakura-chan, si el teme supiera que te estoy haciendo llorar a mares, nunca llegaría a ser Hokage, Hinata quedaría viuda, y mi hija sin padre —decía entre serio, pero a la vez intentando animarla—. Sakura, tú y Sasuke son mis mejores amigos, y no quiero que sufran, si sabes cómo solucionar esto, te ayudaré en lo que pueda.

—Gracias Naruto —fué todo lo que logró articular, el rubio la abrazó para consolarla.

—Puedes ser muy fuerte por fuera Sakura-chan, pero por dentro, sigues siendo una llorona —decía sonriente el ojiazul.

**********

Kaori se presentó ante Kakashi sin previo aviso, él la observó impaciente por unos segundos, hasta que ella empezó a hablar, y le terminó de contar acerca de su encuentro con la pelirosa.

—Así que eso te pidió —decía el peligris pensando en que lo mejor sería acceder, sino Sakura lo asesinaría—. Está bien, buscaré algo así para Sasuke, le avisaré luego de que regrese a su casa, así haremos que se vaya hoy, Sakura debe traerse algo entre manos.

—Sí, Kakashi-san —y Kaori desapareció tan rápido como llegó.

—Neji —llamó el peligris con autoridad.

—Aquí estoy —contestó apareciendo frente a su jefe.

—¿Escuchaste algo de nuestra conversación? —cuestionó al Hyuuga.

—No si así me lo pides —dijo con su característico tono de voz.

—Bien, sólo quiero que acompañes en la misión que asigne a Sasuke, y de todo lo que oíste no le digas nada, él aún no debe saber nada —la expresión de Kakashi se endureció un poco.

—¿Entonces es cierto que Itachi-san está vivo? —el ojiperla de verdad estaba curioso al respecto; el copy ninja lo miró como quien no quiere contestar.

—Es cierto, pero es un secreto para muchos, y vivirá en la Nube —dicho esto, no había nada más que decir.

**********

Sakura llegó a las afueras de la oficina de la Hokage, iba a tocar, pero se detuvo, y en vez de eso derribó la puerta con un golpe; así entró bajo la mirada un tanto asustada de Tsunade, quien sabía perfectamente por experiencia propia, la reacción de ambas mujeres cuando estaban enojadas.

—Sakura, demoraste mucho en pasarte por aquí, supongo que te habrás quedado dormida por la buena noche que tuviste —eso sonó pervertido para la pelirosa, se sonrojó y por un momento se olvidó del por qué fué a verla, además de que la noche anterior, inventó una tonta excusa para que Sasuke no la tocara.

—Eso... ¡Yo no vine para eso! —gritó enojada, pero luego lo pensó un instante, respiró profundo, y se calmó—. Tsunade-sama, necesito que me permita ir a la Nube, Naruto y Yuriko irán conmigo, y por supuesto que mis hijos también; déjenos ir mañana.

—¡Shizune! —llamó la Hokage sin dejar de mirar a la ojijade; la pelinegra entró rápidamente, percatándose de la falta de puerta—. Llama a Kakashi, y, manda colocar una nueva puerta a cuenta de los Uchiha.

—Sí Tsunade-sama —contestó Shizune mirando de reojo a Sakura, y saliendo a toda prisa de allí.

—¿Creíste que no te cobraría esta? —preguntó divertida la ojimiel.

—Hmp, como si usted pagara por todo lo que destruye —respondió la pelirosa, poniendo el dedo en la llaga.

—Sakura, no me provoques —fué una orden, por lo que la ojijade se quedó callada y de brazos cruzados esperando lo que sea que estaba esperando.

A los pocos minutos, llegó el peligris, con una mirada ni seria, ni alegre; detrás llegó un carpintero que ya parecía experto en colocar puertas en la oficina de la Hokage, lo cual lo terminó en menos de cinco minutos, por lo que esperaron ese tiempo para luego de ello y los tres a solas empezar su plática.

—Kakashi, aunque tu anterior equipo trabaja cada uno por su lado, te llamé porque este asunto tiene que ver con ellos; Sakura quiere ir a la aldea de la Nube, se llevará a Naruto y a Yuriko, ¡Ah! y también a los pequeños, ¿Tienes algo que decir al respecto? —cuestionó la rubia con interés al peligris.

—Ciertamente no tengo idea de a qué irá para allá, lo que sí puedo decir es que enviaré a Sasuke a una misión en la aldea de la arena, y durará dos semanas... —decía el copy ninja y aún parecía querer hablar, pero Sakura se lanzó a abrazarlo.

—Gracias Kakashi-sensei —le sonrió de tal forma, que le recordó a su pequeña e inofensiva alumna de años atrás.

—Entonces creo que no tendremos problemas en cuanto a Sasuke, pero ¿A qué irás? ¿piensas matarlo o algo así? —la interrogaba la ojimiel haciendo que se separara del peligris y la volviera a mirar.

—Puedo asegurarle que no lo mataré, aunque si lo hago, no creo que pueda sufrir más —Tsunade suspiró entre aliviada y temerosa, a veces Sakura daba más miedo que ella.

—Pueden ir, sé fuerte y actúa con prudencia por tus hijos —le insistió y aconsejó la Hokage.

—Gracias Tsunade-sama, iré a informar a mis compañeros de viaje —y dicho esto, se marchó.

La ojijade salió de la oficina, y al llegar afuera de la torre, se encontró con el rubio nuevamente, quien la esperaba para acompañarla a casa, y a la vez porque quería enterarse de la respuesta de la Hokage.

—¿Y bien Sakura-chan, cómo te fué? —preguntó curioso el ojiazul, mientras metía sus manos en los bolsillos y caminaba a su lado.

—Saldremos mañana temprano, ella no se opuso —fué lo único que respondió.

Naruto la acompañó hasta su casa, a primera hora iría a buscarlos, ya habían coordinado los detalles del viaje y la pelirosa se había disculpado por hacer que se separe de Hinata y la pequeña Kushina.

**********

Kakashi ya se había marchado a la división anbu dejando sola a la Hokage, minutos después, entró Shizune quien interrumpió los pensamientos de la ojimiel.

—Tsunade-sama, disculpe que la moleste, pero hay algo que tiene que ver —le insistió la pelinegra un poco asustada.

—Si es fuera de acá está bien, quisiera respirar un poco de aire puro —decía la rubia levantándose de su lugar.

Siguió a Shizune, quien la llevó hasta la puerta de un lugar ya conocido, el aire fresco no le haría ningún efecto, si estaba allí, era por una buena razón; la pelinegra abrió y se hizo a un lado para dejarla pasar.

—¿Fué Sakura? —cuestionó esperando una respuesta, y suspirando de cansancio; para qué la pregunta si ya conocía la respuesta.

**********

Yuriko estaba dando de comer a los niños, cuando sintió a Sakura ingresando a la casa, un extraño escalofrío pasó por su espalda, para luego ver frente a ella a una pelirosa seria, enarcando una ceja, y mirándola fíjamente.

—Mami, upa —pedía la pequeña Mikoto alzado sus bracitos; la ojijade cerró los ojos, suspiró, y con una acogedora sonrisa alzó a su hija y al mismo tiempo, despeinaba cariñosamente a Shisui, quien al sentir el gesto, le sonreía.

—Sabes Yuriko, por más que mi cabeza me dijera que merecías ser castigada —le hablaba como susurrando sólo para que la castaña escuche—, siempre llego a la conclusión de que incondicionalmente me has sido de gran ayuda, mis hijos están más que bien, así que no hagas caso de mi enojo, tú no eres culpable de este problema —le sonrió en agradecimiento.

—Sakura nee-san, gracias —dijo cabisbaja y dejando caer esas lágrimas que había estado aguantando desde que la vió llegar—. Yo no sabía qué hacer, todos ustedes son importantes para mí, y no quería que nadie saliera lastimado.

—No te preocupes, te entiendo, por eso mañana iremos a verlo, Naruto nos llevará, él y yo tendremos una larga conversación; ¡Ah! y ya no tendrás que ir a limpiar ese departamento otra vez —le contestó intentando animarla—. ¡Kaori!

La peliverde se sobresaltó en su escondite, se quitó la máscara, y se preguntaba ¿Cómo Sakura podía saber de su presencia?, había desaparecido su chakra para que Yuriko o Mikoto no la detectaran, de todos modos, decidió que darle la cara sería lo mejor, todavía recordaba la lucha que tuvieron en la división anbu unos años atrás.

—Sakura, siento mucho estar en tu casa, yo... —pero la pelirosa la interrumpió.

—Como sea, necesito otro favor —dijo bajando a su pequeña y acercándose para hablarle al oído—; dile a Kakashi que espere al menos dos horas después de que Sasuke-kun llegue, para informarle de su misión, quiero despedirme bien de él.

Estas últimas hicieron sonrojar a la anbu, que bueno que estaba entre amigas, Shisui no contaba como 'hombre' aún, Sakura también se había avergonzado un poco al haber dicho aquello, ¿Por qué hablar de sexo tenía que ser tan difícil?

—E-está bien —contestaba la peliverde a la petición—, ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Dime —le dijo encongiéndose de hombros y tomando asiento en la silla más cercana.

—¿Cómo es que sabes cuando estoy cerca? ¿tan mal me escondo? —interrogaba Kaori con un tono de preocupación.

—¡Ah, eso! Realmente fué una suposición, estoy casi segura muy aparte de que tienes que vigilarme, estás preocupada por este asunto, pero ya no te preocupes más, eres una buena amiga, lo haces bien —esto hizo sentir mejor a la anbu, quien con una leve reverencia y una imperceptible sonrisa, desapareció.

**********

Sasuke llegó a casa, no estaba tan cansado para ser su primer día después de una semana de descanso, sólo quería ver a su esposa y a sus hijos, los niños estaban jugando con Yuriko y el perro en el jardín, él entró ya que la castaña le había hecho una seña de que eso debía hacer, por lo que subió a su habitación, entró y se encontró con nadie, pero la puerta del baño estaba abierta, por lo cual ingresó, y esta vez vió a su mujer en la tina, esperándolo con una sonrisa, e invitándolo a unírsele. Media hora después de aquel relajante baño de masajes, besos y caricias, culminaron en la cama haciéndolo un par de veces.

—¿Te sientes mejor? —preguntaba el pelinegro mientras la abrazaba por detrás.

—Claro, porque tú estás conmigo —respondía con total sinceridad, aunque el azabache no estaba del todo convencido.

—Te extrañé —dos palabras que hicieron feliz a la pelirosa.

—Yo también. Te amo Sasuke-kun —declaró la ojijade, para luego besarlo apasionadamente.

Minutos después, luego que bajaron y cenaron, llegó Neji, le informó a Sasuke acerca de la misión en la Arena, y que debían salir enseguida, por lo que se despidieron y se fué con Neji de mala gana, no le parecía bien dejar a su familia a una semana desde que se casaron.

**********

Al día siguiente, los cinco viajeros estaban listos para marcharse, bueno, sólo cuatro, Mikoto estaba en el baño haciendo pipí, luego lavándose las manitos, y luego, cepillándose los dientecitos.

Itachi viajaba muy callado para el gusto de Shii, y aún para Darui quien se aburría de sólo verlo así; ambos ninjas se detuvieron, haciendo que el Uchiha los imitara, había un lago cerca, por lo que dejaron sus cosas y los ninjas de la nube se metieron para asearse.

—¿No entrarás? —le preguntaba Shii al pelinegro.

—Supongo que luego —y así se deslizó por el tronco de un árbol hasta quedar sentado; él estaba al lado de las cosas.

Darui y Shii salieron rápido, se pusieron otras ropas y fueron por leña y comida.

**********

Ahora sí estaban muy listos, Naruto cogió su kunai especial para teletransportarse, lo usó y llegó al siguiente Kunai que Shii había llevado, un Uchiha miró sorprendido cómo aparecían aquellas personas a su lado. Sakura bajó a Shisui, dándose media vuelta para buscar a alguno de los tres ninjas, pero tropezó con una de las mochilas, cayendo sobre Itachi, y casualmente besándolo; todos voltearon a mirar, Yuriko al darse cuenta, tapó los ojitos de ambos niños, sintiendo vergüenza ajena, y Naruto no sabía cómo sentirse.