Drabble de Naruto - Es una fiera... ya sabes donde

Personajes: Ibiki; Hinata
Palabra: sádico
Actividad: palabra por palabra

Es una fiera… ya sabes donde​

—No sé por qué te has fijado en él. Con lo linda que eres, podrías tener a cualquiera a tus pies —dijo Ino mirando con expresión cansada a Hinata. Hacia apenas unos días habían conocido a su novio, aquel que había mantenido en secreto tanto tiempo ¡y ahora sabían por qué!

—Es un sádico —dijo Sakura mientras la mujer jugaba con sus dedos bajo la mesa, apenada, intentando encontrar las palabras para definirlo, algo que no era sencillo.

Definir a alguien como él era… complejo. De hecho, si había una palabra que podría adaptarse a Morino era esa. Era un hombre imponente, severo, especialista en comprender la mente humana y usarlo a su favor para torturarla. Pero tenía un lado que ella había conocido en la intimidad. Era tosco, bruto, pero había mucho cariño en él. Era detallista y muy atento con ella, lejos de su apariencia ruda, jamás la había tratado mal, sino como una joya que pudiera partirse en cualquier momento, la cuidaba mucho y la hacía sentir muy querida. Pero eso era algo que él no mostraría a simple vista.

Hinata se removió inquieta en la silla y dio un sorbo al café.

—Al menos ¿es bueno en la cama? —preguntó Ino totalmente indiscreta.

Hinata se sonrojó a más no poder, irgiuendose en la silla negando rápidamente por lo inapropiado de la pregunta, se cubrió el rostro.

—No puedo responder eso.

—Vamos, vamos, sólo dinos si es una fiera en la cama o la edad lo está afectando —la picó un poco más Ino más que curiosa por la reacción que tuvo la mujer. Eso le daba a pensar que ya habían pasado esa instancia.

Hinata tragó saliva y tomó el resto del café de un solo golpe, como si eso fuera a darle el valor para hablar.

—Sa-b-be —se detuvo haciendo una pausa— lo que me gusta —dijo por lo bajo y sus amigas intercambiaron miradas pícaras. El papel de chica atrevida nunca le había salido y no era diferente ahora.

La charla podría haber seguido cuando llegó Morino a interrumpirlas.

—Ahí estás, te he estado buscando, llegaremos tarde —dijo acercándose a la mesa donde estaban ellas.

Hinata asintió y dejó el dinero sobre la mesa poniéndose de pie mientras sus compañeras hacían un barrido con la mirada a Ibiki.

—¿Qué me ven? —dijo él sin saber por qué tenían esas expresiones pícaras en el rostro.

—N-no es nada. V-vámonos, es tarde —lo apuró Hinata tomándolo del brazo. Había temas que era mejor no hablar con ellas y Hinata estaba segura de que tardaría en tener otra reunión con sus amigas después de esa, con lo incómoda que la habían dejado, iba a esperar un tiempo antes de volver a verlas.