Escuchó las palabras de su profesor y se sintió insegura de nuevo, especialmente cuando una mano pequeña pero conocida le decía que se detuviera, que no podía estar con ellos por que ya estaban completos. No tenía muchos amigos y sus compañeros de clase la ignoraban, algunos más la molestaban por tener la frente algo… grande, haciéndola sentir insegura y aislarse de todos sus compañeritos. Sin embargo, aquella niña rubia que le había sacado de su soledad era tan popular que no le sería difícil encontrar un equipo encantado por tenerla con ellos, era justo ese equipo el que la rechazaba, después de todos ya estaban completos. El tiempo se terminaba. ¿Qué pasaría? ¿Terminaría en la banca por ser la única que no encontró un equipo? Inhaló aire para llenarse de valor, tenía el impulso de dar media vuelta y alejarse de todos por voluntad propia, sentarse en la banca y ver como ellos se la pasaban bien con sus amigos. Antes de hacerlo su mirada esmeralda se cruzó fugazmente con la azulada de Ino, quien la había estado buscando para asegurarse de que estuviera en un equipo pero al verla ahí sola y rechazada, dispuesta a irse, Ino decidió que no quería estar en ese equipo. Sakura escuchó los reproches de sus demás compañeritas cuando la rubia decidió quitárselas de encima, soltarse de aquel agarre que tenían para confirmarse un equipo, alejándose de ellas con una expresión decidida y segura, era una parte de Ino que siempre había envidiado, la manera que tenía para llevar a cabo las cosas, siempre tan confiada. – Pero… vas a perder – susurró cuando notó que la tomaba del brazo. Eran sólo dos niñas y aunque no quería que odiaran a su amiga por su culpa, tampoco podía evitar sentirse tan feliz por saber que contaba con ella, no importaba qué. – No importa – le respondió, tirando de su brazo para ir a otro lado a buscar los miembros faltantes – Ya encontraremos a dos más. Asintió, bajando la mirada para observar como su mano infantil se aferraba a la de Ino, quería llorar en esos momentos pero no lo hizo, confiando en que su amiga tenía razón y todo eso estaría bien. A la distancia una pareja de amigos que caminaba tranquilamente entre los grupos, sin preocuparse demasiado por si perdían o ganaban, sólo platicando entre ellos algunos chistes mientras buscaban con la mirada de vez en cuando algún otro equipo con el cual juntarse. – Vamos a juntarnos – escuchó decir a uno de ellos. A cinco segundos de que terminara el tiempo, Ino y Sakura habían encontrado un lugar al cuál pertenecer sin tener que separarse. Hundió su rostro en sus brazos, quedando recostada sobre su escritorio. Había pasado la última media hora mirando a Ino al otro lado del salón, con sus amigos, hablando y riendo mientras el profesor tardaba en llegar. De alguna manera le molestaba, verla tan contenta cuando después de siete años ya no habían vuelto a tratarse como amigas más que como rivales. Se sentía estúpida, con ese recuerdo en la memoria que la atormentaba. Se miró la punta de sus cabellos, rosado y largo, al menos lo suficiente para considerarse una chica femenina y atractiva. Soltó un suspiro, seguía pensando que Ino tenía mucho más atractivo, especialmente cuando tenía el cuerpo mucho más desarrollado que ella, llamaba más la atención, pero eso no importaba. Lo que importaba es que gracias a su pre-adolescencia hormonal, había roto con algo que era suyo, de ellas dos y ahora no había manera de recuperarlo, por que había sido tan inmadura e injusta. Volvió a hundir su rostro en sus brazos, ignorando la mirada que de reojo le enviaba de vez en cuando la rubia, con sus ojos azules destellando curiosidad y algo de preocupación. Últimamente Sakura actuaba extraña, no dejaba de parecer demasiado pensativa y creía que ya comenzaba a tener pareja o algo así, tal vez problemas en su casa, una riña con los amigos, pero no creía que fuera así, después de todo Sakura a pesar de su pasado frágil era una chica fuerte ya. Se estiró en su mesa-banco cuando sus “amigos” se alejaron de ella, dejándola con uno de sus inseparables, durmiendo sobre su escritorio, Choji no había asistido, al parecer había despertado enfermo por comer algo en mal estado. – Despierta – golpeó la nuca de su compañero cuando el profesor entró y lanzó la mirada fruncida a Shikamaru a su lado, quien sólo se quejó antes de recargarse en su mano y mirar al frente, Ino sabía que sería capaz de dormir con los ojos abiertos si era necesario para poder siguiendo echando la flojera tanto como le gustaba. – En equipos de cuatro, ahora – tan autoritario como siempre, aunque la orden había sorprendido a todos, normalmente todos tenían ya sus grupos de tres. Nunca habían hecho un equipo de cuatro desde hace años. Algunos no tardaron en juntarse, miró como su amigo a su lado negaban con la cabeza a un trio al otro lado del aula. Soltó un suspiro, aquello era tan molesto, pero no importaba. – Ya encontraré a alguien más con quien juntarme – comentó, dándole palmadas en la espalda para que se levantara, claramente Shikamaru no le creyó, sabía que la rubia era demasiado habladora en ocasiones. A punto el moreno estuvo de abrir la boca cuando la chica de ojos verdes que había estado con la mirada encima de ellos desde hacía un año más o menos se acercó con una mano en la cadera. – Ino y yo estaremos bien – ambos enarcaron la ceja casi al mismo tiempo, mirar a Sakura dejando a sus extrañas amigas para ir con ella. Ino miró detrás de la pelirrosa, tenía tres amigas. ¿Por qué dejarlas cuando ya estaban completas? – De acuerdo – soltó un suspiro antes de dejarlas, no era idiota, sabía que esas dos tenían problemas que arreglar. Ino se cruzó de brazos mientras la miraba, como si estuviera esperando algunas palabras que nunca encontraría por que Sakura era demasiado terca como para eso. Bufó, a veces realmente la odiaba. Sakura por su lado miraba a su alrededor, encontrándose con la mirada a otro par que parecía divertirse entre ellos, sin preocuparse por si tenían otros más o no. Sabía lo que sucedía, el pelinegro era casi odiado por todos, por lo que nadie lo quería en su equipo, a diferencia del rubio que negaba y negaba con la cabeza por que no quería dejarlo solo, aunque el chico directamente le decía en la cara que sólo lo molestaría a la hora de hacer el trabajo, que mejor se largara. Sólo reía divertido por el comentario. – ¡Hey, Naruto! – los dos voltearon a verla, mirando como había otro par solos – ¡Vamos a juntarnos! – cuando el chico sol asintió contento, Sakura miró a la rubia a su lado, que no se había movido de su lugar – Hey, vamos, ya estamos completos. – ¿Por qué dejaste a tus amigas? Parecen molestas contigo – se giró para comprobar lo que decía Ino, era verdad, parecían molestas, pero no importaba, al menos Hinata tendría alguien con quien estar esa vez, tal vez podrían quitarlo lo tímida de alguna manera. – ¿Por qué no? Tú hiciste lo mismo – la expresión confundida de la rubia le hicieron ver que no lo recordaba. Sintió una punzada en el pecho, para cuando ella había significado el mayor de los regalos. Sonrió y asintió, tomándola del brazo para jalarla donde parecían discutir aquel par. Ahora que lo recordaba, se parecían mucho a aquellos dos niños con los que se juntaron aquella vez. Cuando pensaba que ese sin duda alguna sería el lugar donde quería estar, especialmente si se trataba de ella. ~PR~
