Es como con los Lobos Magnus ingresa en el cuarto que comparte con su esposa, Alice. Trae a su pequeño bebé en brazos. Ella se encuentra acostada en la cama, reposando. —Hola, amorcito —le susurra él a su amada —. Traje al bebé para que pase tiempo con su mami. —No me lo acerques, él me odia —susurra ella, haciendo puchero. —No digas eso. El bebé te quiere mucho —se lo acerca, pero el pequeño comienza a llorar a todo pulmón de un momento a otro, cuando lo aleja de ella, se calma nuevamente —. No estás ayudando en esto, enanito —le reclama muy bajo al bebé —. Fue coincidencia, creo que lo moví muy rápido. —No, él me odia —se cubre la cara con una almohada. —Claro que no. Los bebés siempre quieren a sus mamis. —No, él quiere más a su papi. Y te odio por eso. —Vamos, mi dulce chica —se sienta a su lado —, no es que me quiera más. Solo que lo estoy estudiando mucho y creo entenderlo. Es como con los lobos, ¿recuerdas? Que con el tiempo aprendiste lo que significaban los ladridos, los aullidos, las expresiones corporales. Es lo mismo, pero con un bebé humano en lugar de un cachorro. —¿Comparas al pequeño Angus con animales? —cuestiona ella, quitándose la almohada de la cara, mostrando una expresión fúrica. —No… Bueno, sí… Pero entiendes la idea. Solo es cuestión de acostumbrarse. —No molestes. Los dos están en mi contra. Son unos confubalidadores o como sea que se diga. —Sabes bien que no es eso. El bebé sabe cuando estamos estresados o enojados. Intenta tranquilizarte, respira profundo. —Está bien, me estoy calmando… —respira profundo y exhala. —Bien, inténtalo de nuevo. Magnus le pasa el bebé con cuidado, ella lo abraza nerviosa. El pequeño saca la lengua y comienza a hacer burbujas con saliva, lo que la hace a ella reírse. —Es tan lindo, ¿cierto? —cuestiona ella, besando al pequeño en la frente. —Lo sacó de su preciosa mami —la besa a ella. —Tal vez si se pueda aplicar lo de los lobos. Tengo que aprender a averiguar lo que quiere mientras aprende a hablar. —Exacto. Hay pequeñas cosas que se aprenden al ponerle atención. Como que le gusta dormirse con esta canción —saca su celular, busca entre la música y comienza a reproducir una ligera canción infantil en japones. —¿Ya les estás poniendo música de anime? —reclama ella. —Le encanta, solo míralo. — El bebé produce una amplia sonrisa. —Creo que tienes razón —le besa las mejillas —. A mi pequeñito le gustan mucho los dangos, sí que le gustan. —Otro ejemplo, ¿ves esa cara que pone ahora? — el bebé frunce un poco el ceño, y luego se ríe un poco — Eso quiere decir que está ensuciando los pañales con el número dos. —Ya puedo olerlo —dice ella, riendo un poco —. ¿Lo cambias? —Sí, yo lo cambio. — Se guarda el teléfono de vuelta en el bolsillo. Toma al pequeño niño con cuidado. El bebé le toma la camiseta de su padre con su pequeñísima mano derecha y se la trata de llevar a la boca —. Descansa por hoy, esta noche me toca cuidarlo. —Gracias. Igual despiértame si ocurre algo. —No ocurrirá nada, así que descansa. Ahora, pequeño cochinillo, es hora de cambiarte ese pañal sucio y luego tienes que tomar un siesta. Contenido oculto: Nota del Autor Escrito para la actividad "Soundtrack". La canción que le gusta al bebé es "Dango Daikazoku".
Diooooooos, la ternura XD Yo feliz de poder ver la continuación de la anterior historia. La narración está bien, cuenta lo justo y necesario, bastante explicita y casi sin adornos, lo que creo que pega bastante bien con lo que se cuenta en la historia. Algo sencillo, y no por eso pierde valor. Como se dice, a veces es más complicado de lo que se cree explayar cosas con sencillez, que sean fáciles de digerir. Y con una escena pequeña cuentas a la vez bastante, pasas por varias emociones también: alegría, ternura, algo de celos y temor, enojo, todo de manera muy llevadera, así que punto positivo. Me causo gracia lo de la canción XD " Esta parte en especial, fue muy "Lol" Y hablando de ese dialogo, me es raro que diga "¿Ye les estás..." Cuando más correctamente debería ser: "¿Ya le estás..." Pero como es un diálogo y las personas pueden pronunciar mal algunas palabras, no se si lo hiciste a propósito o fue un error. Ahí lo dejo por si acaso. Otra cosa que resaltar: Magnus, al parecer si sobrevivió XD En el otro escrito se le veía bastante irritado, por lo que uno podría pensar que es un malas pulgas ¡Pero no! Aquí nos confirma que si es un amor, tan entusiasmado cuidando al niño mientras Alice seguramente descansa por todo el tema del parto y demás. Otra cosa que cabe resaltar es que todas las interacciones tienen peso, por lo menos a mi; todas me transmiten algo de los personajes, no hay ninguna que se sienta como de "relleno" o algo así. Cada una las siento primordial y sin ellas el relato no sería el mismo, eso creo que también era un punto bueno que resaltar. Eso sería todo, me a echo sonreír y enternecerme a la vez, lo he disfrutado.
¡¡¡Segunda parte!!! No me puedo creer que haya llegado tan pronto, tenía muchas ganas de una continuación. Magnus es un amor, tiene una paciencia infinita y sabe decir justo lo correcto en cada momento. Toda la escena me ha parecido super tierna. Cómo al principio Alice piensa que el bebé no la quiere, después el pequeñín llorando y cómo el padre con suma paciencia consigue que ambos pasen un buen rato y la tensión se relaje transformándose en un gran momento. No sabía a cuenta de qué venía el título, la comparativa con los lobos ha sido de lo más curiosa. Me estoy imaginando al bebé haciendo burbujas y no puedo evitar sonreír. ¡Qué grandes que ya desde pequeño le estén inculcando el gusto por el anime! El final, absolutamente genial. Toca cambiar al pequeñajo, es gracioso que ella se lo deje al marido con una sonrisa y éste esté dispuesto a todo. Magnus lo hace sonar tan adorable diciéndole cochinillo. Me ha parecido una historia fabulosa, muy divertida y cercana. Los personajes me encantan, les coges cariño enseguida y son muy reales. La narración, toda la interacción entre los personajes, excelente. ¿Para cuando la tercera parte?
Vaya, se me hizo super tierno este relato. Creo que mi parte favorita es cuando compara el comportamiento del niño con el de los lobos y que ya le irá pillando el truco con pasar tiempo con él. Me reí mucho con esa parte. Sobretodo por la reacción de la madre, que no parece muy conforme con la comparativa. Y es que al final, parece que lo único que necesitaba el niño para no alterarse, es que su madre estuviese tranquila, pero supongo que los nervios al ser mamá son incontrolables, sobretodo si es la primera vez. Magnus se me hace un padrazo, ayudando a Alice y dejándola descansar ahora que tanta falta le hace. La expresión "del número 2" para referirse a que se hizo caca encima, solamente se la había escuchado decir a mi pareja alguna vez y es que no sabía que era una expresión que se usase de forma coloquial, flipé. Lo dejo así como apunte. En fin, no tengo mucho más que añadir, yo también solicito una tercera parte, porque realmente son muy tiernos estos relatos y te sacan más de una sonrisa. Además con el aliciente de la preciosa canción de Clannad, que es una de mis series favoritas. Aunque bajo mi humilde punto de vista, hubiese quedado mejor añadir de alguna forma la canción entre el texto cuando se supone que empezó a sonar, de alguna forma hubiese ambientado más, en vez de ponerla al final. Aunque esto es solamente un pequeño consejo, bajo mi punto de vista. Sigue escribiendo y mejorando. ¡Un saludo!
