Ella despertó desorientada. Parpadeó varias veces en un intento de despejarse y encontrar esa familiar luz matinal que cada mañana se colaba por su ventana. Pero no la halló, en lugar de eso, poco a poco tomó consciencia de lo sucedido. Giró la cabeza hacia la derecha y se dio cuenta de que no estaba sobre su cama, sino sobre el duro y frío suelo. Trató de incorporarse pero su mano resbaló al tocar un líquido viscoso. Levantó los dedos y los puso frente a sus ojos. El corazón aceleró su ritmo al ver que era rojo. Asustada se arrodilló y al mirar a su alrededor se dio cuenta de que a metro y medio de donde se encontraba había alguien más. La presencia de aquel cuerpo inerte hizo que las últimas piezas del rompecabezas cayeran en su lugar. Hasta ella llegaron los recuerdos de la persecución y el miedo. Dio un pequeño saltó cuando el sonido de los disparos hicieron eco nuevamente en sus oídos. Cuando su mirada se encontró con unos verdes ojos ahora carentes de vida, la dolorosa y cruda verdad cayó sobre ella. Había fallado. Los ojos se le inundaron de lágrimas y de sus labios brotó un grito agudo de agonía y de negación. Después de una larga ausencia, regreso con este pequeño relato. Espero que sea de su agrado :D