Danganronpa Eres mi razón para morir [Kirigiri x Naegi]

Aviso antes de nada que este drabble contiene un fuerte spoiler del anime de Danganronpa en Mirai-hen, así que cuidado xD

Eres mi razón para morir ​

"Por favor, Kirigiri-san, abre los ojos... Despierta"​

Abrió los ojos de súbito al sentir los gritos de Asahina en la habitación. Sintió un gran alivio al ver que habían logrado sobrevivir a aquella noche. Mas cuando su mirada se encontró con la persona a la que intentaban llamar sin éxito, sintió un nudo formarse en su garganta.

Kirigiri no despertaba.

Corrió hacia ella, arrastrándose hasta arrodillarse a su lado. No encontraba su pulso.

Apretó sus labios con tanta fuerza que los sintió sangrar. El cuerpo de la joven entre sus brazos se sentía frío como el hielo, y su mano temblaba con fuerza mientras trataba de sostener su muñeca desesperadamente. Su piel se había oscurecido, y de sus ojos caía una lágrima de sangre, seca en su mejilla. Pero por más que intentaba buscar algún signo de vida, por más que gritaba su nombre hasta desgarrarse la voz por completo, no había respuesta.

Por un momento sintió que se ahogaba, y que la habitación en la que se encontraba se encogía hasta tal punto que sintió claustrofobia. Su cuerpo temblaba violentamente, pero no dejaba de estrechar contra su pecho el cuerpo inerte de la joven. Las lágrimas dificultaban su visión, pero ello no impidió que continuase llamándola, agitando su cuerpo con desesperación. Podía escuchar los sollozos de las demás personas en la habitación, pero todos ellos habían pasado a un segundo plano desde que fue consciente de lo que estaba ocurriendo. Su mundo se estaba derrumbando, desvaneciéndose lentamente entre sus brazos, y él no podía hacer nada por evitarlo.

Su mirada borrosa y cristalina, en medio de su sollozo, se posó en el brazo de Kirigiri, el cual caía sin vida contra el suelo. Una amarga mueca se formó en su rostro al notar la pulsera que brillaba en su muñeca, con aquellas letras rojas parpadeando con intermitencia. Su corazón se detuvo en el instante en el que logró distinguir lo que rezaba.

"Que Naegi siga vivo después de la tercera noche"
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—Kirigiri-san... Así que esta era tu verdadera acción prohibida —susurró, ocultando su rostro anegado de lágrimas en aquel abrazo. Ahora lo comprendía todo. Comprendía por qué había actuado tan extraña la noche anterior. Sabía que iba a morir, pero no le había importado hacerlo... por él. Porque tal y como le había dicho, él era su esperanza, y la de todos. Y si con ello podía permitir que continuase iluminando de esperanza el mundo, daría su vida por ello—. N-no... Kirigiri-san... ¡Kirigiri-san!

Permaneció allí, inmóvil, llorando desconsoladamente sin querer separarse de aquel abrazo. Pero de lo que él no se había percatado, era de la presencia de alguien más en aquella sala. Seiko, la super farmacéutica, aguardaba impaciente mientras observaba la escena. Una sonrisa de alivio se dibujó en su expresión, y pudo volver a respirar al notar que el fármaco que le había administrado a la super detective para erradicar el veneno de la pulsera había hecho efecto. Poco a poco, Naegi sintió cierto movimiento en el cuerpo de Kirigiri. Entre lágrimas la vio abrir débilmente los ojos, y al hacer contacto visual, la joven le sonrió.

—Naegi-kun...

—¡K-Ki... Kirigiri-san! —exclamó, sin creer aún que aquel milagro de verdad estuviese ocurriendo, y la abrazó de nuevo contra su pecho, procurando no moverla demasiado—. E-estas... E-estas viva. ¿C-cómo... cómo pudiste...?

Kirigiri cerró los ojos, reconfortada entre sus brazos. Llevó una de sus manos sin fuerza hasta acariciar un mechón de su cabello, y susurró, sin borrar la expresión de su rostro.

—Por ti moriría mil veces más.