Me encontraba en un Hospital. Varias Enfermeras y Doctores iban y venían por un pasillo lleno de puertas donde adentro estaban muchos pacientes que necesitaban ayuda. Mientras caminaba por el pasillo, oía sollozos y gritos debido al dolor que los pacientes tenían. Pero mi atención se detuvo en una habitación donde un llanto se me hacía conocido. Era mi madre, y al lado, yacía mi padre también con un semblante depresivo. Ambos veían a un chico acostado en una camilla, y mi madre sujetaba la mano del chico inerte. La maquina que indicaba los latidos de su corazón, pronto dejo de hacerlo, y supieron que su hijo había muerto en el acto. Los llantos de la madre como del padre comenzaron a destrozarme, ya que supe que yo era el chico que estaba sobre la camilla.
Este está menos logrado por dos cosas bien específicas. La más grave es lo explícito del final al decir "yo era el chico", fácilmente reemplazable con "reconocí mi propio rostro en aquel chico" o algo por el estilo, quizás igual de obvio, pero más poético al usar un lenguaje en tercera persona hasta el final. Ahora bien, el título es el más grande fallo, porque nos cuenta el final, el título ya te acusa y te roba la sorpresa. En un microcuento el título es tu gloria o tu cruz, así que debes tener más cuidado ahí. Me gusta lo que haces, las ideas están buenas, pero debes cuidar más el lenguaje.
Me mataste. Definitivamente suelo ser realmente mala titulando mis escritos, pero me has ganado en esta. Leí el título y la primera línea, y cualquier rastro de curiosidad que pudiera haber existido en esos dos segundos, se perdió con una bofetada limpia. Una vez más vuelvo a estar de acuerdo con Lionflute, me gustaría poder agregar algo más que mi indignación, pero de los errores se aprende, dicen. En fin.