Microrrelato Era la misma canción

Era la misma canción Alt Ocelot​

Estaba vestido de negro como si fuera a un funeral. Su piel estaba mojada. Faltaban tres horas para su boda, estaba cansado, no durmio. No estaba nervioso, sus manos no estaban frías, sudaban, le dolían. No pensaba en la cara de su novia, no pensaba en su cuerpo, pero pensaba en curvas, en las hermosas y perfectas curvas de su guitarra, esa que robó cuando era adolescente. Pasó sus manos por las cuerdas, las sentía vibrar. Estaba desafinada como el día que la encontró. Empezó a tocarla apenas el sonido se formaba, las notas apenas las recordaba, se oía mal. Siguio tocando. Su alarma sonó las dos en punto marcaba, faltaba una hora, estaba listo. Cambio la canción que tocaba, se hacía mas rápido el movimiento de sus manos, se empezaba a oir mejor, como si con cada pieza recuperara la habilidad que había perdido. Tocó las cuerdas una por una inhalando su sonido. Estaba afinada. Las manos le sudaban, tocó la primera canción que aprendió, sonaba mejor que la original. La alarma volvió a sonar, faltaban diez minutos. Cambio el ritmo, tocaba más rápido. Era la misma canción. Cerro los ojos, sus manos se seguían moviendo, su pie las imitaba. No pensaba en tocar, quería escuchar la canción. La alarma seguía sonando su música la acompañaba, reconstruían recuerdos en su cabeza, vio el rostro de su novia a la que amaba, con la que se iba a casar. La alarma callaba. Seguía tocando. Vio su cuerpo, el que le iba entregar esa noche. Cambió la música. Sus manos se hacían lentas acariciando la imagen. Su teléfono sonaba. Veía a su futura esposa bailar cuando tocaba, cada ritmo lo bailaba igual. La música paró. Sus manos se movían. Su puerta se abrió.