Epic [Epic: El Reino Secreto] Epic: Un amor que florece.

Bueno, hola a todos, este es un escrito que ayer salio, pues me encanto la película de Epic: El Reino Secreto.
Espero que los que hayan visto la película les guste este fic, y los que no la han visto, que esperan vayan a verla.

Agradezco a @Mayushii por corregir me mis errores.

Sin más que decir, los dejo con el fic.


Después de algún tiempo, Mary Katherine se fue de su casa. No porque no se encontrara a gusto sino porque tenía que hacer un curso para ayudar a cuidar al bosque y a sus queridos hombres hoja. Y no sólo era ayudar a sus amigos, sino también a ese chico que le robó el corazón.


—Nod, regresaré en un tiempo, lo prometo. —Cada noche desde su partida nuestro querido hombre hoja recordaba las palabras de aquella chica.

—¿Y si encuentra un pisatonto?, ¿y si se enamora de alguien como ella? Qué tonto eres Nod. —Aventó una bellota con molestia al aire pero ésta cayó en su cabeza. Él hizo una pequeña rabieta.

—Auch, ¿te encuentras bien? —De entre las hojas, Ronin salía con una sonrisa singular.

—Claro que lo estoy, eso no es nada —dijo molesto Nod mientras le daba la espalda a Ronin.

—No te preguntaba a ti, le preguntaba a la pobre bellota, pues cayó en algo duro —se agachó y tomó entre sus manos a la bellota, mientras sonreía al ver la cara de molestia de Nod.

—No estoy para tus bromas, Ronin… Quiero estar solo…
—Ella siente algo por ti y nada lo cambiará. Ni siquiera un pisatonto —le dijo Ronin mientras regresaba al cuartel de los hombres hoja.

—Eso espero… Eso espero —su voz sonó con melancolía mientras se sentaba en la rama del árbol y miraba la luna—. M.K., yo te…. —suspiró con temor a la locura que haría en ese momento, y con un suave silbido llamó a su ave y partió del árbol. Entre las hojas se encontraba Ronin, mirando cómo el chico se perdía en la oscuridad de la noche.

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—¡Pero es que, papá!, ¡¿cómo es posible que no sepas nada de Nod?! ¡Ya van tres días!.... No, ya regreso… ¡Pero papá! … Está bien… Si papá… No papá… Adiós papá… —M.K. colgó su teléfono celular y caminó con preocupación cerca del campamento donde estaba. Ya faltaban unos días, para ser exactos tres días, para que regresara a casa. Pero ahora al saber que Nod no se había comunicado estaba más que preocupada.

—M.K., es hora de que entremos, la noche cae y te puedes resfriar —uno de sus compañeros del campamento le llamo desde la entrada de la cabaña.

—¡Voy! —Gritó la joven mientras caminaba lentamente mirando la luna. Su distracción la hizo tropezar y caer, pero no tocó el piso, sino que terminó en los brazos de su compañero —. Oh como lo siento, soy una torpe —dijo algo sonrojada mientras se separaba de los brazos del chico. Y algo raro pasó, un ave de la nada salió y empezó a atacar al chico, jalándole el cabello y picándole la cara.

—¡¿Pero qué pasa con esta ave?! —Gritaba el chico mientras se cubría un poco el rostro con una mano y con la otra trataba de quitarse al feroz animal.


M.K. sonreía un poco, ella sabía quién montaba esa ave. Al momento que todo se detuvo, miró al pajarito que se ponía frente a ella y cruzó los brazos.

—Nod, ¿qué haces aquí?, ¿no deberías de estar en el claro de luna? ¿Por qué lo atacaste? Él no me hizo nada malo —pero al parecer a Nod no le gustó lo que ella le dijo y emprendió su vuelo internándose en el bosque—. ¡Nod!, ¡espera!

Entre las ramas y denso pastizal vio no muy lejos el ave que Nod traía consigo parada en un tronco que había sido cortado. Se acercó un poco y lo vio a él sentado en la orilla, ella sólo se sentó en el suelo y empezó a hablar.

—¿Sabes algo?, me preocupé mucho cuando mi papá me dijo que no sabía nada de ti —sus ojos se fijaron en la luna que los iluminaba—. Nod… Yo… Yo…

Pero el dio un ágil brinco y llegó hasta su oído.

—¡M.K., yo te necesito! —Gritó a los cuatro vientos, pero por ser tan pequeño ella sólo escucho un silbido.

—Lo siento Nod, no traigo mi casco y no te escucho… Apenas si puedo verte —los dos entristecieron pues era complicado; una era humana, y el otro un ser pequeño, un hombre hoja. Pero volvió a insistir.

—¡M.K., yo te necesito a mi lado! —volvió a gritar, pero ella sólo negó con la cabeza.

—Esto no resultará Nod, yo quiero estar a tú lado, yo…

—¡Mary Katherine! ¡Te amo! —Entonces algo pasó en ese momento, ella pudo escuchar con claridad lo que Nod le dijo. La luz de la luna se intensifico posándose sobre ella. Sus ojos brillaron al poder escuchar esas palabras. Un nuevo amor empezó a surgir, el bosque sabía qué tenía que hacer y la luna sería su cómplice.



Algo en ella empezó a cambiar, sentía cómo la luz le brindaba un calor abrigador, sus pies del suelo se separaron y empezó a flotar. En el bosque un fuerte viento surgió, Nod apenas pudo mantenerse de pie. M.K. cerró sus ojos, eso era lo que más quería, quería estar con Nod, el chico que amaba tanto.

Una fuerte luz salió de M.K. deslumbrando a todo ser que miraba la transformación. Poco a poco su diminuto cuerpo fue cayendo, ella ya no era la misma, traía consigo un vestido rojo hecho con pétalos de rosa, un corset blanco de la flor más bella y su cabello estaba suelto. La luz de la luna desapareció y ella empezó a caer más rápido, Nod la atrapó antes de que se lastimara. No podía dejar de admirar su belleza, sonrió al verla en sus brazos, tan pequeña y delicada.

M.K. empezó a abrir sus ojos, y se encontró con los bellos orbes chocolatosos de Nod, sonrió y poso una de sus manos en la mejilla del chico.

—Yo también te amo Nod, y quiero estar contigo siempre…

Él sonrío al escuchar esas palabras y un dulce y tierno beso le depositó en sus labios. Esta es la nueva historia, esto es un amor que florece.