Otto "Otto, de un pequeño hogar sin nombre, Su Majestad". Arrodillado e inclinando la cabeza me dirijo al Rey, al pesar del problema final con la misión, nos concederá el deseo. La recompensa. Y el fin de todo. Después de esto, la posible última vez que se estará junto, será el adiós. "Mí deseo... Deseo un mapa, uno mágico atado a mi, dibujado con todo el continente o de la ubicación en la cual me llegue a encontrar, y que trace el camino hacia todo aquello que desee encontrar". Una misión tras otra termina, saludos y despedidas. Pero la aventura, la de mí vida, recién está empezando.
Palacio Real [Otto, Vite, Zer, Rash, Lanre, Jasper, Jou, Taqui, Solerade, Avocato] -Obtendrás lo que deseas, buscador de tesoros...- mencionó Chester y levantando una de sus patas delanteras, realizó un movimiento con el dedo índice y el mapa del reino que Otto cargaba en su inventario, salió flotando y se posó encima de la cabeza del rey. El perro levantó ahora ambas patas y el objeto se vio iluminado con una luz dorada unos instantes. Luego se lo devolvió con otra señal de su índice y el papel flotó hacia las patas del ratón para que lo agarre. -Este mapa no se puede destruir con métodos convencionales y sólo tú podrás leerlo, para el resto, no será más que un papel en blanco. Además, podrás ordenarle un objeto o criatura que busques y éste te marcara el camino hacia ello, señalando su ubicación exacta con una equis. Verás qué intuitivo de utilizar que resulta- Al mirarlo, podía notar que graficaba el mapa completo del reino, pero éste podía cambiar hacia escalas más pequeñas, reflejando también mapas de ciudades, edificios, habitaciones, etc. en donde el ratón se encontrara. Por último, el rey pasó la espada por los hombros del roedor -Ahora, por el poder que los dioses me han conferido, te nombro Sir Otto de algún lugar de La Huella, cuyo nombre no quiere acordarse- lo mismo haría con los demás, nombrándoles sires y ladies -No os preocupéis, el título es honorífico y no tenéis que hacer nada especial por llevarlo- se dirigió a todos, cuando hubo terminado de nombrar al roedor. Ahora llegaba el turno de quien estaba a su derecha, el conejo Vite -Joven conejo, si aceptas este nombramiento, he de saber tu nombre, lugar de origen y por supuesto, el deseo anhelado- Contenido oculto: ETIQUETAS Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie Alisse Madness Ayeah Sensy ¡Turno de Vite para pedir su deseo!
Vite Horiazana Despertamos en el valle, sin dragón ni amenaza alguna por los alrededores. Me tocaría luego enterarme de las cosas que habían ocurrido y, como se pudo sospechar con ligereza en algún momento, el dragón no fue el real causante de todas las desapariciones que habían atormentado Humbletown. Agradecía el esmero de mis compañeros, que aunque se hubieran rendido, nos aseguraron la vida, lo cual era cuanto menos mucho más valioso que una victoria contra alguien que no era un real problema. Ante el rey, al menos para mí, las cosas no hicieron más que mejorar el saber que tomarían cartas en el asunto de Las capas rojas, si en verdad algo deseaba era el bienestar de mi pueblo, por lo que también quería un deseo vinculado a él. ¿Qué podría beneficiarnos a todos?... —Honorable rey, mi nombre es Vite Horiazana y provengo de Humbletown, por lo que agradezco de corazón que el tema de las capas rojas no sea ignorado por el reino —hablé con firmeza y gratitud genuinas— Y en cuanto mi deseo... ¿Sería posible conseguir semillas de un fruto fuerte contra las plagas, firme contra mal clima y nutritivo para cualquier especie?— Mis ojos casi brillaron ante la idea de tal deleite—. Si es eso posible, ¡Mi deseo sería conseguir esas semillas! Tras decir eso me arrodillé de la manera más solemne que logré, a la espera de más palabras del rey.
Palacio Real [Otto, Vite, Zer, Rash, Lanre, Jasper, Jou, Taqui, Solerade, Avocato] -Hmm- reflexionaba el rey, escuchando el deseo de Vite y cuando éste hubo acabado de hablar, el perro metió su pata delantera derecha en un bolsillo que se iluminó brevemente. Del interior, sacó tres semillas de habichuelas que le entregó al conejo. -Estas semillas son mágicas, quien las posea, no volverá a pasar hambre ni pobreza. Siémbralas en tu jardín y nacerán tres plantas gigantes que crecen hasta las nubes y jamás se extinguen por inclemencias o causas naturales, por lo que cada temporada te darán habichuelas suficientes para alimentar a todo Humbletown, siempre que no la tales- le explicó y luego procedió a nombrarlo Sir Vite de Humbletown, el primer noble de dicho pueblo. Una vez nombrado Vite, el siguiente a su derecha era Zer... -Hábil felino, ha llegado el momento de que reclames la recompensa por la que os habéis aventurado- le dijo el rey, solicitándole también el nombre y lugar de origen con el que sería nombrado. Contenido oculto: ETIQUETAS Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie Alisse Madness Ayeah Sensy ¡Turno de Zer para pedir su deseo!
Zer Después de la disculpa de Chester con respecto a haber llegado hasta el punto de haber escupido el insumo, alcé la mirada, así como me erguía para escuchar el relato sobre Victoria y todo el asunto hasta su fallecimiento. Cierto es que jamás había dejado de tener en cuenta que el Dragón pudiese mentirnos y engañarnos... Pero la duda más importante era... ¿Porqué perdonarnos la vida y hasta comprendernos? Si todo fuese una treta, no estaríamos aquí... Ya había visto su furia contra Zurx, y la manera en como me hizo hablar a través de mí, calaba a su modo. Me intrigaba saber porqué Victoria conoció al Dragón y se desarrolló un amor... Y la parte sobre su muerte... Admitamoslo, era bastante cruda. Al menos parecía que Chester lo reflexionaria, cosa que consentía bastante, o al menos eso esperaba para él, honestamente no era algo que me importase ya... Poco después llegó el momento del deseo, a lo que primero fue Otto, pidiendo un deseo bastante curioso del cual ni sospeché, y siendo honestos, jamás me había parado a preguntar y tampoco sentía que valiese la pena, pero en cierto modo me preocupaba su versatilidad. Luego vino Vite, pidiendo algo bastante humilde a mi parecer, cuando tal vez pudo darle algún añadido que le ayudase más personalmente a él, pero parecía ilusionado, así que me parecía que estaría satisfecho. Poco después... Llegó mi turno, a lo que me hizo la misma pregunta y eso me dejó reflexivo unos instantes... No solo por no saber si pedir lo que tanto había anhelado... Tener la habilidad de transformarme en todo lo que quisiera y conociera, similar al brazalete de Vite, pero aún mejor y sin depender de nadie más que yo mismo. Ese era mi deseo... Al menos... Originalmente. Las punzadas en mi pecho dolían y no me dejaban en paz, sentía que, aunque tal vez de cierto modo lo aliviaría, no sería suficiente pero... ¿Qué deseo era exactamente? ¿Quitarme el dolor? ¿Romper algo espiritualmente? ¿Purificarme? Realmente no tenía nada... Más que desde que Víctor indagó en mis memorias, que ese dolor comenzó, pronto me dí cuenta que lo que dolía, era el garrazo, pese que iba más allá, era el mismo dolor que había experimentado cuando había asesinado a Hunz... Pero ahora por alguna razón no paraba, como si estuviese envarado de algún modo... Perfecto... ¿Y entonces? Seguía sin responderme lo que buscaba específicamente, por lo que eso por supuesto me frustró, no se me ocurría nada... Más que... Recurrir a la vieja confiable... Improvisar. —Mi nombre es Zer, vengo de Silvercity, y mi deseo... Ah, sonará irónico pero no lo tengo muy claro Su Majestad, es algo del que ni yo sé lo que quiero específicamente. —reverencié en señal de disculpa para mirar al Rey. >>Es extraño y desde hace días que no doy con la clave, pero trataré de ser lo más específico posible. Verá... Desde aquél día que fuimos a aquellas mazmorras que conectaban el camino de Everfall a Shallowaters, una sensación muy extraña me comenzó a invadir desde entonces, algo referente de hecho a un objeto que portaba un no-muerto. No es nada preocupante, pero es algo que me ha estado manteniendo inquieto desde entonces, siento... Cómo un especie de dolor punzante en mi pecho que inició desde aquél día y jamás en toda mi vida había experimentado. El haber llegado hasta la torre donde se hallaba el Dragón, solo hizo que la sensación se masificase, al punto que en cierto modo sentía que me adormecia aún estando despierto y consciente... Cómo si fuese algún especie de sexto sentido o sensación extrasensorial. Como dije, me disculpo si no soy muy claro... Odio decir que ni yo lo puedo entender—. Revelé, cerrando los ojos y bajando un poco la mirada al final en señal de pena, pero pronto volví la vista. —Sin embargo, desde el último combate, ayudó de algún modo a mantener en mí esa extraña sensación, uno que se halla en mi interior, y ahora mismo lo siento, es un dolor, no uno preocupante, pero si uno un tanto molesto. Estoy seguro que es la clave para, al menos, hacer el intento de entender lo que es... Y... Ese es mi deseo, Su Majestad. Le pido que, por favor, libere lo que sea que se halle en mi interior, o sea lo que sea que haga falta para que este "algo" deje de estarme enviando punzadas de dolor. Estoy seguro que usted mismo podrá comprender lo que me sucede si... No sé, hace lo que haga falta para que esto se alivie, admito que me está desquiciando—. Dije riendo en pena en eso último, mientras en cierto modo mi corazón saltaba, lo hacía porque estaba nervioso, no sabía lo que estaba pidiendo pero tampoco podría estar en paz si lo dejaba pasar... Era lo más explícito que podía ser porque en primer lugar ni yo mismo sabía de forma genuina lo que me pasaba.. >>Muchas gracias de antemano, Su Majestad...
Palacio Real [Otto, Vite, Zer, Rash, Lanre, Jasper, Jou, Taqui, Solerade, Avocato] -Un deseo de difícil interpretación...- exclamó Chester III, estos eran los más complicados para él, pues era difícil complacer a alguien que no podía expresar con precisión su deseo, pero lo intentaría. -Veamos si esto funciona...- mencionó y se acercó al gato, tocándole el pecho con el índice de su pata delantera derecha, a la altura del corazón. En ese momento, un leve reflejo blanco recorrió el cuerpo del mago por un instante, pero la reacción de Zer podría durar más. De seguro experimentaría algo inconmensurable. -¿Te sientes mejor?- preguntó el rey, luego de darle su tiempo -He liberado tu verdadera esencia, tu alma se ha reconectado con sus vidas pasadas, pero aún hay memorias que permanecen bloqueadas. Has de emprender un pequeño viaje para obtener esa reminiscencia faltante, pues en Colorpalette encontrarás los oráculos idóneos, búscalos en los festivales de feria que se realizan cada semana en ese pueblo. Te aseguro que te darán la respuesta que buscas...- Tras esto, el mago fue nombrado Sir Zer de Silvercity y pronto llegó el turno de Rash. -Benevolente rano, que has elegido la austera senda del monje, ¿qué podría desear alguien que se ha despojado de prácticamente todo deseo personal?- preguntó de esta manera cual sería el deseo del aventurero y también le solicitó su identidad para el nombramiento. A diferencia de los demás, además de su nombre y lugar de origen, debía decir la deidad a la que servía para que forme parte del título. Contenido oculto: ETIQUETAS Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie Alisse Madness Ayeah Sensy ¡Turno de Rash para pedir su deseo!
Zer Afirmé con pena cuando el Rey mencionó la parte de la interpretación, me era profundamente frustrante, no saber con certeza lo que buscaba... Y si se desperdiciaba... Sería horriblemente deprimente. Aún así hizo el intento, miré cómo el Rey decidía acercarme un dedo de su pata hacia mí, el índice, con su pata derecha justo en mi corazón, lo que hizo que, para todos, viesen un breve reflejo blanquecino, pero para mí... Fue un especie de crujido a algo del que nunca me había podido dar cuenta en toda mi vida, y ese, era un especie de barrera que todo el tiempo estaba sobre mí, una que no era para protegerme de nada... Si no para contener algo... El dolor se fragmentó de forma extraña junto con la sensación, y cuando menos me dí cuenta, el dolor se había ido... Sin embargo, una energía... No, un poder... No, tampoco, esto era algo mucho mayor, algo mucho más grande de lo que inclusive temía, aún así, no era capaz de discernir lo que era con exactitud pero... ¿Hacía falta? Gemí inconsciente aunque algo ligero al sentir el tremendo subidón de... Algo, hasta el punto que en cierto modo sentía que algo en mí acababa de cambiar permanentemente... Algo en todo sentido. Simplemente no tenía palabras para describirlo, era entre una sensación de éxtasis, de alivio y alegría, como si recuperara algo que me había mantenido seco, tanto, que incluso los ojos recuperaron buena parte de la vitalidad que tenía de antaño... Aún así, algo permanecía... Y eso era la Nostalgia. La sensación definitivamente era inconmensurable, tanto, que simplemente era completamente absurdo intentar comprenderlo y asimilarlo de inmediato... Solo... Me quedaba dejarme llevar y poco a poco podría dejar de estar shockeado, pero definitivamente, la sensación era única y sería algo que me tomaría bastante rato poder calmarlo... El dolor se había ido, y ahora más que nunca podía sentir que fluía con naturalidad con los objetos que tanto buscaba... No solo eso, sentía que era capaz de algo más, algo que por mera extraña intuición sabía perfectamente lo que era, tanto, que si lo liberaba ahora... Iba a tirarme absolutamente todo abajo, de hecho, era algo mucho peor que revelar a viva voz que un Demonio me había ayudado... Aún así, pasaba lo que más temía, y es que esto lejos de aclararme dudas, solo las incrementaba, pero definitivamente la pregunta de quién fuí en el pasado era lo que más pesaba... Ya que, de verdad, ¿De dónde había sacado esto? Me aterraba yo mismo... Reaccioné algo tarde al Rey cuando me preguntó si estaba mejor, luego conseguí captar por fortuna la parte de Colorpalette, a lo que pestañeé y sacudí un poco la cabeza, afirmando. —Si, si... Estoy bien, de cierto modo... Estoy mejor que nunca—. Comenté, incapaz de contener una breve risa en la última frase. —Asi que un Oráculo... En Colorpalette, lo tendré muy en cuenta Su Majestad, pero sé a lo que se refiere—. Añadí referente al otro dato... Así que mi verdadera esencia... Mis vidas pasadas reconectadas... Y unas memorias extrañamente bloqueadas... Tenía que admitirlo, eran las mismas que de algún modo, Victor había conseguido explorar, lo podía presentir ahora que el panorama estaba tan claro como el cristal... >>Muchas gracias, de verdad—. Finalicé, mientras recibía el título, uno que honestamente no es que me interesase... Pero hasta en mi forma de hablar se notaba uno más vivo y colorido, si se le podía llamar de algún modo. Luego mantuve la mirada algo gacha, volviendo a mi seriedad... Pero una menos apagada y severa como la de siempre, era uno que de hecho, hasta yo mismo me sentía como el "Zer" que llegué a ser en Silvercity, de algún modo el desbloqueo me había liberado en más de un sentido de lo que se pudiese intuir... Aún así, no dije ni hice nadamas, tampoco miré a Vite o a Rash, solo pestañeaba cada tanto hasta que finalicé cerrando los ojos, respiraba profundo y amplio, algo agitado, la sensación aún persistía... Era colosal, el corazón aún me saltaba y luego solté un presionado suspiro, debía calmarme e intentar asimilarlo, pero no era fácil... Estaba hecho una amalgama de emociones y... Esperaba que pasado los deseos de todos, fuese suficiente para, como mínimo, estar más calmado... En ese momento me dí cuenta que simplemente era inútil intentar entenderme, solo tenía que dejarme llevar... Ya desataría lo que sentía más en privado...
Rash Colds Se mantuvo en silencio, con la frente levantada y el pecho erguido; orgulloso de ver los títulos honoríficos que los aventureros recibían: primero Otto, el ratón explorador; aquél animal que supo llevarlos por caminos seguros; luego Vite, el conejo el cual deseaba entorno a su familia y sus vecinos, alimentado el pueblo entero, demostrando de esa forma la clase de animal que era. Zer, el gato mágico, que pudo hallar una respuesta gracias al poder de Chester, algo que despertó en su interior y que le daría las pistas para seguir un viaje personal. Rash observó curioso aquél momento antes de acercarse al rey al cual reverenció. —Majestad, mi nombre es Rash Colds, antiguo clérigo y hoy monje devoto de la Rana Tuerta. El único deseo que puede importarle a un animal que haya abandonado los lujos y la comodidad solamente será uno que valga la pena: traer a alguien de la muerte. —arrodilló un anca y bajó la vista al suelo mientras hablaba. —No soy nadie para intervenir en los designios de la muerte, aquél amo que marca nuestras huellas en nuestra propia piel, pero aún así intervendré en una injusticia. El hechicero Dellen cayó en combate para darnos una chance más en el combate, para asegurarse de nuestra seguridad. —dijo la voz emocionada del rano. —Sólo los más valientes son capaces de algo así. Mi deseo es que Dellen regrese a nosotros, su majestad. Eso es todo. Se quedó en silencio, recordando entonces al demonio que también había desaparecido, lejos de del plano terrenal dónde no podría hacer daño. Rash arrugó el entrecejo al recordarle; no es que fuera repulsivo o sucio. Era simple y llanamente que aquél ser olía a muerte. El olor de los cadáveres que dejaba vacíos a su paso parecía acompañarlo a todas partes como un tenebroso manto de terror. Alzó la vista y cruzó miradas con Taqui, haciendo huir esos pensamientos oscuros de su mente, limpiando y volviendo sus ojos buenos. Taqui, ella era su verdadero deseo terrenal. El único.
Palacio Real [Otto, Vite, Zer, Rash, Lanre, Jasper, Jou, Taqui, Solerade, Avocato, Dellen] El rey comprendió las palabras del monje a la perfección, conocía de primera pata el deseo de traer a alguien de vuelta. Por suerte para los aventureros, podía hacerlo con Dellen. -Vuestro amigo regresará, aventureros, no os preocupéis...- se dirigió a todo el grupo y retrocedió unos pasos para estirar los brazos hacia arriba. -Su majestad, le ruego que disculpe mi intromisión, pero aquí conmigo tengo al aventurero Dellen Norsa con el Distintivo Real que lo identifica como parte de la misión- interrumpió Orison en la puerta del salón del trono. Junto a él estaba Dellen efectivamente, quien ingresó a reencontrarse con los demás. -Ahh... ¿deseo concebido?- exclamó confundido el rey, que seguía con los brazos levantados. No había sentido la fuerza de los dioses actuando al cumplir este deseo en particular, pero vaya uno a saber, los dioses obraban de formas inescrutables y misteriosas a veces. -Bienvenido de regreso, aventurero. De vuestro lado está la suerte de contar con la virtud de la camaradería, todos vosotros tenéis mis felicitaciones por ese espíritu- Lo recibió también el rey, quien luego se dispuso a nombrar al rano como Sir Rash de La Rana Tuerta. Así a secas, pues entendía que su hogar era en todas partes, bajo el amparo de su deidad omnipresente. Ahora había llegado el turno de Lanre para pedir un deseo, el rey se acercó a él y le habló. -Noble pato de celestial linaje, ¿cuál es tu nombre y lugar de origen al que lograste bendecir con tu nacimiento? Sería un honor que ahora aceptaras mi nombramiento, junto con esta merecida recompensa; puedes pedir tu deseo...- Contenido oculto: ETIQUETAS Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie Alisse Madness Ayeah Sensy madarauchiha ¡Dellen ha vuelto! ¡Turno de Lanre para pedir su deseo!
Lanre Caminó hacia el castillo en silencio; sintiendo la ausencia de su espectral amigo. No le gustaba esa sensación de vacío; pero sabía que debía acostumbrarse, era el flujo natural de la vida; por lo que trató de no enfrascar sus pensamientos en el pasado. Conoció a Orison y al instante le agradó, el guerrero de la corte había escuchado canciones de ellos, eso significaba que apreciaba a los bardos y su importante desempeño en todo el mundo, algo que compartía con el pato. Tras la explicación de Zer, su majestad comenzó a repartir deseos. Escuchó los deseos de sus compañeros bastante interesado; era allí dónde podía entender el interior de cada uno. Otto era práctico, buscaba mayor conocimiento en su área. Vite era benévolo, intentado ayudar a todos los que le fueran posible. Al escuchar a Zer pensaba que tal vez en su interior había... gases...si, seguro. Pero el rey le otorgó su deseo y no fue el clásico líquido rosa; el rey dijo cosas que él no entendía, así que asumió que no eran gases a final de cuentas; menos mal, traer gases desde las catacumbas seguramente hubiera sido muy incómodo. Fue el turno de Rash; y el mencionó que ya tenía lo que quería, el amor que se profesaban él y Taqui era enternecedor, aunque él no lo entendía a carne propia, jamás había amado a alguien de esa manera, siempre ha estado muy absorto en la aventura; pero tal vez podría abrirse a esa nueva faceta en un futuro. Pero al final, Rash si deseó algo, el regreso de su compañero Dellen. Un deseo por demás noble y desinteresado. Y así sucedió. Dellen había regresado. Después fue su turno... —¡Lanre! ¡Hijo de Eanraig!—gritó sin darse cuenta; buscó a su costado su espada pues iba a presentarlo también; pero ya no estaba allí. Lanre sonrió pensando que estaría paseando con Thia — Soy de la hermosa Powderose —sonrió ante el rey —Quiero la piedra —empezó a decir sin pensarlo demasiado —Esa que tenía Aubrey cuando nos enfrentamos a ella; era azul y brillaba muy bonito — dijo mientras la dibujaba con sus alas al aire— Con eso puedo ser un bardo y regresar a ser guerrero a voluntad. Además de que se la quitaría de las patas a esos desgraciados... Ya había hablado, había pronunciado su deseo... "Tal vez hubiera deseado que mi sangre jamás se me acabara..." Lanre se rio por lo que estaba pensando, no por su deseo "Bueno... me reuniré con Roronoa muy pronto" siguió riendo; no estaba preocupado, le caía bien Epifanía, los había salvado y no faltaría a su palabra con ella comprando otra vez ese ungüento. Era un pato de palabra. —¡MALDITA SEA! — gritó llevándose las alas a la cara —¡Hubiera preguntado quién es mi madre biológica! Resolviendo con eso el misterio de los huevos de pato...— dijo negando ante su estupidez. Con esa respuesta pudo haber escrito un libro que fácilmente se volvería "Best seller" y obtendría regalías para el resto de su vida. "Pude haber pedido algo más estúpido... si... seguro. Si... pudo ser peor...no pedí un peine para mi peluca..." pensaba intentando aliviar su mente que ahora sólo pensaba en lo que hubiera sido; pero sobre todo... si quería comprar un peine para su peluca, se estaba llenando de nudos y aquello era impensable.
Palacio Real [Otto, Vite, Zer, Rash, Lanre, Jasper, Jou, Taqui, Solerade, Avocato, Dellen] -Justo lo que deseas beneficiará la causa de La Corona, siendo que los dioses me impiden solicitarles deseos personales que faciliten directamente mi labor, pero de este modo estarás ayudando al reino con tu generosidad innata. Incluso pensando en sí mismo, un pato piensa en el reino, sus intereses están místicamente ligados- Luego de nombrarlo Sir Lanre de Powderose, hijo de Eanraig, el rey alzó los brazos y la roca apareció flotando y brillando sobre la cabeza del pato. -Un raro Diamante Camaleónico- explicó el rey, mientras el objeto caía lentamente hacia las alas de Lanre -A medida que pases tiempo con este objeto, te permitirá ir cambiando entre distintas clases, pudiendo comenzar con una a tu elección desde... ¡Ahora mismo! Ya podrás ser un bardo principiante cuando quieras y toda la experiencia que ganes como tal hará que aumente tu nivel en dicha clase- Luego Lanre pareció arrepentirse de su deseo, pero ya estaba hecho. A lo sumo podría volver a aventurarse y como segundo deseo pedir nunca haber deseado el primero, pero eso era muchísimo trabajo y seguro que un dolor de cabeza las paradojas temporales... más para alguien como Lanre. -¡Afortunado felino!- prosiguió entonces el rey, dirigiéndose al recién llegado Dellen -A ti que la suerte te sonríe porque tus amigos te han traído de vuelta, doblemente afortunado ahora eres, que también tienes derecho a pedir un deseo. Como el vehículo más directo e inmediato a los dioses que soy, yo te lo concederé- Dicho esto, también le preguntó su nombre y lugar de origen para culminar con el nombramiento... Contenido oculto: ETIQUETAS Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie Alisse Madness Ayeah Sensy madarauchiha ¡Turno de Dellen para pedir su deseo!
Dellen Como de la nada, aparecí en el palacio con mis compañeros delante de mi, me quedé en silencio escuchando al rey quien con algarabía me había dicho no solo que era afortunado porque mis amigos me habían pedido que regresara y la posibilidad de pedir un deseo, no sé si decir que fuera suerte pero de acuerdo, estaba feliz de volver. — Si, estoy contento de volver boludo más siento que algo fashó en mi accento, el que realizó el deseo lo hizo para el orto ¿quien fue sendo pelotudo?—. Comenté en un más que evidente enfado de broma, luego me reí para mi mismo— Calma, estoy bien, era una chanza. Es un honor poder contar al fin con el deseo tras la caída del dragón, deseo incrementar al máximo mi inteligencia, puede que suene un tanto egoísta más sé que hay muchos secretos en el mundo aguardando pacientemente que alguien los descubra. Adoro el conocimiento majestad y me placería muchísimo descubrirlos y que no haya nada que me lo impida si con ello consigo también que algunos de ellos se empleen para el bien del mundo y los prohibidos mejor queden en el olvido. Respondiendo a su última pregunta, mi nombre es Dellen Norsa, majestad. Tras esas palabras, reverecié y, una vez reincorporado me mantuve quieto a la espera de la resolución del rey, no podía negarse ¿no era así? era un derecho propio y lo que dije, lo dije con las mejores intenciones, podía resultar una ventaja para el grupo y no solo para mí mismo y, en el caso de averigüar algo negativo, era mejor simplemente evitar que otros, con aviesas intenciones pusieran sus patas sobre ello.
Palacio Real [Otto, Vite, Zer, Rash, Lanre, Jasper, Jou, Taqui, Solerade, Avocato, Dellen] Chester escuchó la petición del gato y se acercó hasta él para tocar su frente, de modo similar a como lo había hecho con el corazón de Zer, generando un leve reflejo blanco. En ese solo instante, el gato había adquirido un aumento de sus capacidades cognitivas tal que casi se le sobrecalienta el cerebro, pero estaba bien... de hecho, pronto estaría mejor que nunca. -Tu intelecto ahora no tendrá límites, he expandido tu mente más allá de sus capacidades sin necesidad de dañar tus órganos mortales, tal vez necesites un momento para asimilarlo...- Ahora era capaz de resolver cualquier acertijo, puzle o mensaje encriptado sin ninguna clase de dificultad y era capaz de entender y hablar cualquier idioma. También se había vuelto muy astuto y empático para entender a los demás, lo que lo dotaba de cierta habilidad social extra. Luego de esto, el gato fue nombrado Sir Dellen de Silvercity y el rey centró su atención entonces, en la elfa que estaba a la derecha. -Pequeña elfa que a pesar de tu corta edad estuviste a la altura de los desafíos que os presentó esta aventura, he de saber ahora tu nombre y lugar de origen, además del nombre de lo que deseas...- habló el rey, dirigiéndose a Jou. Contenido oculto: ETIQUETAS Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie Alisse Madness Ayeah Sensy madarauchiha Bruno TDF ¡Turno de Jou para pedir su deseo! Por si te queda alguna duda, madarauchiha lo que Dellen obtuvo es esto: Capacidad de resolver acertijos, puzles o mensajes encriptado y hablar/entender cualquier idioma sin necesidad de realizar tiradas. Ventaja en todas las tiradas que impliquen inteligencia como persuadir o engañar y también ventaja al resistir hechizos o realizar tiradas de salvación de Fuerza de Voluntad.
Solerade :Punto de vista de Solerade: No me dio tiempo para esquivar un rayo feroz y fulminante, por lo que cerré los ojos y me quedé tendida en el suelo y fuera de combate. "¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? Estoy envuelta en oscuridad. No siento mi cuerpo, ni nada... Todo parece estar en calma y, percibo un intenso silencio a mi alrededor... Ni siquiera siento las heridas en batalla contra ese dragón. Me preocupan los demás. ¿Cómo se encontrarán? Sólo espero de que la situación haya cambiado a mejor... Deseo que sea así. "Mí pequeña Solecito..." Ahora, recuerdo a mi querido abuelo de cuándo yo era más pequeña, pues cuándo mis padres no podían estar conmigo, él siempre me cuidaba y, se hacía cargo de mí: me ayudaba a entender lo que ponían en los libros, me hacía pensar y reflexionar acerca de temas de los cuáles ponía atención, me consolaba cuándo otros elfos se metían conmigo por creer saberlo todo... Lo último que sé de él es que estaba con un resfriado y me pidió de que me despejara y de que no me preocupara por él. Abuelo... Te echo de menos..." Abro los ojos lentamente: parece que tuve un sueño bastante agradable con mi abuelo y ha sido breve. ¿Hum? Los abro por completo y lo primero que noto es que estaba al suelo pero sin heridas. Me incorporo confusa viendo, que el dragón no estaba. Los demás también se despertaban a su ritmo viendo como no tenían ni una sola herida. Menos mal, eso me alivia... Pronto, me entero de todo lo sucedido con el dragón y, por lo visto, el dragón nos ha perdonado pero, estando yo inconsciente, no sabía el motivo así que, Avocato me ha contado todo lo que había pasado. Shadow nos abre un portal para ir a Everfall y ver al Rey para contar lo que ha sucedido con el dragón. Acepto para atravesar el portal, siguiendo a los demás. A continuación y, luego de una larga caminata, observo a su majestad el Rey, dándonos la bienvenida. Después de que Zer diera toda la explicación, observo como el Rey nos cuenta una historia acerca del dragón. Acto seguido, el Rey nos concede un deseo. No sé qué pedir mientras estoy pensativa. Lo primero que se me ha pasado por mi mente, era mi abuelo y tenía pendiente dar una cura para su resfriado, aunque él no me lo pidiera. Además, quiero volver a verle: necesito contar todas las batallitas que he hecho con mis amigos que he conocido en una taberna. Escucho las peticiones de casa turno de mis amigos. De todas las que he escuchado, la petición de Dellen al principio, ha sido muy divertida pues, no pude evitar reír. El deseo de Rash cuando era su turno, me ha parecido realmente enternecedor: cuándo vi que Rash ponía atención mientras miraba a su compañera aventurera: no pude evitar sonreír con ternura.
Dellen Chester no pareció reirse de mi broma, a diferencia de Solerade quien si que se rió por mi comentario también permitiéndome esbozar una sonrisa que empezaba a contrastar un momento con la preocupación que empezó a generárseme, quizás basándome en la lógica o el especticismo sobre la imposibilidad de esos deseos pues al final ¿no era ir contranatura? si... por supuesto que lo era pero con tantas cosas que había visto y las ilusiones que ya me había generado me aferré a la posibilidad de que, efectivamente esos deseos fueran reales y si lo eran y realmente se concedían, seguramente nadie se podría equiparar a mi intelecto. Chester se levantó de su asiento para empezar a caminar hacia mí con su calma habitual solo para colocar su mano sobre mi frente generando un destello de luz provocándome, al menos por un instante una mezcla de sensaciones, entre nervios, tensión y nevios contrastada por un alivio momentáneo, cerrando los ojos. Contenido oculto Apenas unos instantes después del destello acabe por notar si algo en mi interior cambiara, como si cientos de voces e imágenes aparecieran en mi interior, especialmente como si de repente los recuerdos de la aventura que habíamos tenido, de estrategias, conversaciones entre nosotros ahora se mostraran más claras que nunca, imágenes del reino, de Shallowaters, de la cantina, de lo que fuimos y ahora éramos, todo a la vez con una claridad tal que me resultaba hasta abrumador se mirara como se mirara llegando al punto en que empecé a notar como gotas de sudor descendían por mi cuerpo sin que las pudiera controlar en lo que mi cabeza se iba calentando y las imágenes y las voces seguían hablando y mezclándose entre ellas de forma ininteligible, o al menos en un inicio hasta que en mi cabeza todo iba poniéndose en orden, colocándose en una parte de mi psique mientras mi cabeza se calentaba más y más provocándome en consecuencia un dolor que vino de la nada y el cuál se iba incrementando con rapidez llegando a un punto casi inaguantable, el cual, en determinado punto, el dolor acabó por unirse a un grito extremadamente fuerte y desgarrador que acabó por hacerme abrir los ojos y el calor y el dolor se calmaron con la misma rapidez con la que vinieron. Temía que, durante el trance hubiera gritado o, por lo menos haber realizado algún movimiento que hubiera acabado por preocupar a alguno de mis complañeros, no obstante sus reacciones y sus miradas poco interesadas en mi ser, descarto de manera casi automática esa insulsa idea... más cierto era que me notaba distinto, era de difícil expliación mas tal como el rey anunció, era como una esponja, como si cada estímulo, cada sonido, cada color y forma entrara en mi y se guardara en mi memoria, era una sensación indescriptible que acababa evocando en mi esa sensación de placer que solo podía ser explicada estando en mi interior.... Acabé por reverenciar y alejarme unos pasos a la espera paciente de que los otros acabaran por meramente pedir sus deseos con cierto interés en conocer que era lo que más anhelaban sus conrazones, aunque, a que negarlo, en la mayoría acababa resultando devidente....
Jou --mi nombre es agness Silvercity-- dije inventandome el lugar pues nunca supe de dónde venía, así que se lo copié a Zer. Realmente no sabía que pedir, al fin estaba ante el rey , cuando solo había seguido a Zer, tantas cosas habían pasado que nunca me había detenido a desear algo, por un momento mire a zer y sentí en mi bolsa el corazón del dragón, lo que deseaba ya lo tenía , así que me acerque tímida ante el rey e hice una reverencia y descaradamente subí a su lado susurrando mi deseo esperando que pudiera cumplirlo .
Palacio Real [Otto, Vite, Zer, Rash, Lanre, Jasper, Jou, Taqui, Solerade, Avocato, Dellen] El rey escuchó con su poderoso oído lo que la pequeña tenía para decirle en secreto, lo cual se trataba de una petición muy simple para él y desde luego, estaba a su alcance. -¡Deseo concedido!- exclamó alzando los brazos un breve momento en el que aparentemente no sucedió nada, pero el deseo estaba cumplido. -Ahora, por el poder que los dioses me confieren, te nombro Lady Agness de Silvercity. Tres nuevos aventureros valientes y funcionales al reino acaba de brindar esta ciudad, lo cual hace que reafirme la decisión de haberle otorgado la relativa autonomía que desde hace poco ostenta- Luego de la pequeña elfa, el rey pasó a alguien de todavía menor tamaño; Taqui. -He notado que te tratas de una rara rana fantasma, especie que sólo existe dentro de una pequeña tribu recientemente descubierta por los domésticos, tu pueblo sigue siendo un enigma para el reino... pero ahora podremos aprovechar esta oportunidad para estrechar alianzas y conocernos más ¿Cuáles son tu nombre y tu deseo, aventurera del clan de las Ranas Fantasma?- Contenido oculto: ETIQUETAS Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie Alisse Madness Ayeah Sensy madarauchiha Bruno TDF ¡Turno de Taqui para pedir su deseo!
Taqui Aguardó de forma impaciente a que todos y cada uno de sus compañeros pidieran su deseo mientras meditaba a cerca del suyo. O al menos fingía hacerlo pues su cabecita no hacía más que interrumpirse a si misma muda de asombro ante cada demostración del poder del rey. Aplaudió con efusividad cada nombramiento y sonrió ampliamente cuando llegó su turno, adelantándose y realizando la más exagerada reverencia que su pequeño cuerpo le permitió realizar hasta casi acariciar el suelo con su naricilla el que, por cierto, no olía precisamente a flores. — Mi nombre es Eustaquia.— Dijo atropelladamente, para luego corregirse a sí misma— Taqui, señor. Jugueteó con una de sus ancas trazando nerviosos círculos en el suelo mientras se volteaba a mirar a Rash furtivamente y, finalmente, formuló su deseo de forma tan veloz que casi resultó ininteligible. — Quierolabodamasgrandedelmundo.— Exclamó, enrojecimiento hasta casi perder sus rayas mientras abarcaba con sus brazos todo el espacio que podía, para subrayar sus palabras. Incluso se puso de puntillas. —Con muuuucha comida y muuucha bebida y muuuuucho de todo lo que haya en las bodas.... Y... Y... ¡¡Y regalos también!! Sonrió sintiendo su deseo algo infantil. — Y un vestido bonito.— añadió en voz muy baja, volviendo a inclinarse.
Palacio Real [Otto, Vite, Zer, Rash, Lanre, Jasper, Jou, Taqui, Solerade, Avocato, Dellen] El rey escuchó muy complacido el deseo de la ranita, no había nada más lindo que los finales felices -Ahh pues no se hable más, si también es el deseo del monje, os aseguro que vuestro compromiso se celebrará con la boda más grande y concurrida que este reino haya visto- respondió finalmente. En esta clase de deseos que involucraban uniones afectivas, se requería consentimiento de la otra parte, pero obviamente no tendrían problemas con eso. -La celebración comenzará dentro de unas horas en "El mago en llamas" y sus inmediaciones, será como un carnaval dentro de ese barrio- procedió a explicarles algunos detalles por si querían cambiar algo. El rey era experto planeando ceremonias y eventos sociales, hasta había organizado su propia boda real -No sólo habrá comida y bebida, mandaré a mi repostero real a preparar un pastel tan grande que ni cinco ranos podrían cargarlo y en cada grifo de la taberna correrá la bebida preferida de los conyugues. Enviaré invitaciones a todas las criaturas que conozcáis y que quisierais ver en vuestra boda- chasqueó los dedos y al resto de los aventureros les cayó flotando un sobrecito con la invitación, esto también había pasado con los demás seres queridos de Rash y Taqui -Tienen inscriptas las runas con un portal de teletransportación hacia Everfall- así sería más cómodo para los invitados. -Ahora sí, pasemos al vestido...- mencionó apuntando brevemente con un índice hacia Taqui, a lo que sus ropas cambiaron y de pronto se vio con un hermoso vestido blanco, mientras sobre su cabeza terminaba de caer lentamente una tiara natural muy refinada, confeccionada con las flores más raras del reino -También debería hacer algo contigo- se dirigió a Rash y cambió sus ropas de la misma forma. En este caso, había respetado el estilo simple y austero del monje, que reflejaba la senda del desapego elegido. Por ende, optó por los hábitos formales de monje, que eran iguales a los de siempre, pero completamente blancos y nuevos. -Y si vais a ser invitados, no podéis ir así, qué horror...- se dirigió a los demás y también los vistió de gala con ropas nuevas iguales a las que traían y capas de noble con los colores del reino amarillo y marrón en cada mitad, divididas verticalmente. Además, las sostenía de sus cuellos un broche muy bello y fino con la forma de una hoja de maple otoñal, distintivo característico de la capital. Finalmente, nombró a la pícara como Lady Taqui de Las Ranas Fantasmas, la primera de su clan en obtener un título de nobleza. Ahora había llegado el momento de que Solerade pidiera su deseo -Joven elfa que has estado pensativa durante este tiempo, seguramente considerando tu deseo. Ha llegado el momento de que ordenes aquello que anhelas, junto con tu nombre y lugar de origen- le encomendó el rey. Contenido oculto: ETIQUETAS Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie Alisse Madness Ayeah Sensy madarauchiha Bruno TDF ¡Turno de Solerade para pedir su deseo!
Rash Colds Como si fuese un milagro divino de la mismísima Rana Tuerta, el hechicero Dellen regresó hacia ellos por cuenta propia. Rash se persignó y realizó una oración silenciosa a su diosa, dándole las gracias por toda la ayuda divina que recibió en las cruzadas que participó las últimas lunas. Con respeto y silencio esperó los deseos de sus compañeros hasta que el turno fue de Taqui. La siguió con la mirada cuando avanzó hasta realizar una reverencia excepcionalmente respetuosa para luego quedar congelado en su sitio tras la petición de su deseo. ¿Una boda? ¿Quién se casaría? El monje oía perplejo cómo el rey también necesitaba su aprobación, pero Rash no entendió bien de qué se trataba... hasta quelo comprendió. Miró con dulzura a la rana fantasma. En Taqui cada gesto era una metáfora. Cada acción era simbólica y escapaba al entendimiento de la mayoría de los animales. ¿Y qué si había otros animales que no la entendían? No podían hacer nada por ellos; en el seno de una relación, únicamente importa lo que sucede entre un cuerpo y otro, entre un alma y la otra. En el seno de esa relación, en ese espacio entre un cuerpo y otro, es donde se encierra la verdad absoluta, esa que nadie más aparte de los dos animales que se miran a los ojos tienen la posibilidad de comprender o entender. Rash caminó hacia Taqui, poniéndose a su lado. Le tomó de ambas ancas y se arrodilló frente a ella. —¿Te casas conmigo, Taqui? Colgaría su hábito por ella. El monje nunca olvidaría que fue junto a la Rana Tuerta que había conocido el amor y las estrellas.
