Entre sombras y luces

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Cornamenta, 4 Agosto 2014.

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    Cornamenta

    Cornamenta Yo soy Literatura...y tu que eres?

    Virgo
    Miembro desde:
    26 Abril 2011
    Mensajes:
    21
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Entre sombras y luces
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3123
    El ruido ensordecedor de la música (Si mal no recordaba era American Psyco de Misfits) resonaba por toda la calle y las luces multicolor parecían mover todo en cámara lenta; la gente gritaba mientras movían sus cuerpos al ritmo de la estridente música; el aire olía a sudor y a cigarro; los cuerpos que se restregaban unos a otros a su alrededor estaban sudorosos y los muy elaborados peinados de las chicas estaban arruinados, ¿A cuantos había invitado esta vez? ¿Cincuenta o cien personas? bueno, ya estaba lo suficiente mente ebrio como para preocuparse en eso ó en como quitaría las manchas de vomito de su alfombra peruana. Sujeto a la mujer que se había sentado sobre sus piernas hace una hora ¿O fueron dos? Da igual, ahora lo importante era seguir recorriendo con sus manos la de la espalda de la chica por debajo de la blusa negra.

    La mujer se había separado de él para ir a buscar un trago. Sin nada mejor que hacer miro a su alrededor, los rostros de las personas estaban distorsionados formando imagenes grotescas en su mente y sus risas, que para él eran como el sonido de un cuervo, resonaban en sus oídos mucho mas fuerte que la música, sintió ganas de vomitar y tuvo miedo de caer inconsciente sobre el sillón ¿Cuántas veces había pasado lo mismo? ¿Durante cuanto tiempo se había dado asco a sí mismo? ¿Hace cuanto que tenía que embriagarse para poder dormir?

    . La mujer con la que creía haber estado besándose regreso y le tendió una cerveza; sintió el liquido quemando su garganta. Su mente empezaba a nublarse, casi podía sentir como llegaba a su ansiado estado de inconciencia. Cada vez menos consiente sobre los movimientos de su cuerpo. Hasta que, por fin perdió el control total de su mente y cuerpo.

    ***
    Oscuridad. No había nada mas que eso. Podía escuchar algo lejano, como un susurro que se distorsionaba a la distancia, cada vez mas cerca de él. ¿Qué decía? no podía entender que significaba ese susurro y tampoco sabía a quien ó que lo estaba produciendo; lo podía sentir acercándose. Cada vez mas cerca y el sonido empezaba a tener sentido. Un escalofrió paso por su espalda y lo dejo inmóvil, había algo mal en todo esto.

    El susurro estaba cada vez mas cerca de él y la oscuridad parecía querer tragarlo; empezó a respirar de forma descontrolada e intentaba guardar la calma. El sonido de una risa macabra y aguda lo congelo hasta los huesos.

    Y luego el susurro tomo forma cerca de su oreja "James".

    ¿James? Ese era su nombre. El nombre que le había dado su padre.

    "James Sorenson"

    No puede ser, pensó. Hace mucho que nadie lo llamaba por su nombre completo, es mas, ni
    siquiera el mismo usaba ese nombre.

    -¿Que quieres?-le preguntó a quien fuera que lo estuviera llamando.

    Y de nuevo rió.

    Busco a lo que sea que estaba escondiéndose en la oscuridad, pero no había nada. "James Sorenson", el sonido venía por su espalda. Así que respirando con fuerza se dijo que todo estaría bien. "James Sorenson" ahí estaba de nuevo, llamándolo.

    Tenía los ojos cerrados con fuerza y apenas sentía el aire bajando hasta sus pulmones. Volteo. Lenta y rígidamente se giro para encarar a los que sea que estuviera detrás de él. Esperaba cualquier cosa, más no esto.

    Un enorme y oscuro castillo gótico (Del tamaño de una ciudad pequeña) se erguía amenazante a unos pasos de él, lo único que relucía en él eran los enormes y elegantes ventanales que destilaban una luz blanquecina, podía ver sombras de gente bailando dentro de él castillo y la música clásica llegaba hasta sus oídos como el encanto de una sirena. En la parte superior de la entrada, hecha con plata reluciente, estaba un escudo con una Luna menguante hecha de ónix en el medio y en la parte de abajo tenía escrito "En las sombras nacimos y en las sombras morimos"

    "James Sorenson"

    -¿Que quieres de mí?-preguntó asustado.

    "James Sorenson...Regresa a Casa"
    -¿Casa?

    "Regresa a casa...Vuelve"

    -No, no puedo regresar.

    "Vuelve"

    -No.

    "VUELVE"

    -NO.

    La oscuridad fue remplazada por una luz cegadora y la suave melodía por un dolor de cabeza que le llegó tan repentino que tuvo que acostarse de nuevo ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? Tardo un rato en recordar que estaba en su habitación y no frente a un oscuro castillo. Ahora la pregunta era ¿Cómo rayos había llegado a su habitación? No podía recordar nada después de la ultima cerveza y obviamente su extraño sueño no contaba y mas cuando lo había tenido desde hace cuatro años. Aunque esta era la primera vez que lo llamaba por su nombre.

    Se miro para ver en que condiciones estaba y se dio cuenta que lo único que cubría su cuerpo era una sabana blanca que tapada de su cadera hasta las rodillas, a su lado estaba la chica con la que creía haber estado en la noche, dormida y con su maquillaje corrido, giro su rostro encontrándose con otra chica en las mismas condiciones que la otra. ¿Un trío?

    -Genial, tuve un trío y no lo recuerdo-se dijo. La brillante luz le calo de nuevo en los ojos y el dolor de cabeza se hiso mas fuerte lo que le hizo arrugar el seño ¿Cuántas veces había despertado de esta manera? Apoyo su mano izquierda en su frente y trato de ignorar el tatuaje de Luna menguante en su muñeca y sobre todo evitar leer el himno que tenía debajo, aún así (Y como todas las mañanas) no pudo evitar recordarlo "En las sombras nacimos y en las sombras morimos" casi podía jurar haber tenido ganas de vomitar después de repetirlo en su mente.

    Sintió a alguien moviéndose a sus pies y cuando vio que era lo que lo causaba se dio cuenta de que era otra chica en las mimas condiciones que las otras dos.

    - ¿En serió?-dijo molesto - Una orgía y no puedo recordarlo-se quejo. Se puso a maldecir sobre las desventajas de la bebida en la mañana mientras buscaba sus pantalones en algún lado de la muy desordenada habitación; la luz del Sol brillaba con fuerza y el sonido de los carros al pasar le taladraban la cabeza. Dentro de una de sus botas encontró el despertador que marcaba las tres de la tarde- ¿Las tres? ya es tarde...¡Ahí están!-grito cuando vio sus pantalones sobre la lámpara que estaba en el techo-¿Como habrán llegado ahí?.

    Su casa era de dos pisos, de color blanco y con un balcón en la parte de enfrente, se parecía a las pequeñas casas que salen en las películas para niños, el patio era grande y bonito...o lo había sido hasta que él llegó, después de la primera fiesta el jardín quedo irreconocible y ya que él no tenía la paciencia para limpiarlo el pobre patio termino hecho un asco igual que la cocina y la sala de estar, lo único que mediamente tenia arreglado era el baño (Aunque después de anoche no estaría seguro de si se atrevería a limpiarlo), las escaleras era bonitas y de madera, las ventanas amplias y con una gran vista a la acera.

    Pero si había algo que amaba de esa casa era la vista desde el balcón. Ver a la gente pasar cada día e imaginarse su vida, una vida tranquila y sin tener que huir, le gustaban en especial los días entre semana cuando los niños pasaban para ir a la primaria que estaba cerca de su casa y no podía evitar pensar en la suerte que tenían.

    Bajó las escaleras de madera sujetando su cabeza e intentando por todos los medios no ponerse a vomitar, en especial porque el lugar estaba hecho una porquería y no necesitaba empeorarlo. Los muebles estaban volteados y llenos de algo pegajoso que prefería no saber que era, la televisión estaba rota y dentro de ella había latas vacías de cerveza; las paredes estaban sucias y los vidrios de las ventana destrozados; todo el suelo de madera estaba lleno de sustancias de origen sospechoso.

    -Ya era hora Darren-lo "saludo" uno de los chicos con los que solía pasar el rato. Tenía el cabello castaño ondulado y ojos de color café - Amigo luces asqueroso, deberías verte en un espejo-el chico que ahora recordaba se llamaba Cris tomo un sorbo del café que de seguro compró en Starbucks (Lo sabía porque en su cocina no había ni para hacer café).

    James, aunque ahora se hacía llamar Darren, se miro en uno de los espejos que había quedado intacto después de la fiesta de anoche; Su cabello, normalmente lacio y de un negro perfecto, estaba pegajoso y lleno de polvo de colores, su pálida piel tenía un aspecto casi enfermizo y sus ojos ,de un color azul tan claro que parecían brillar en la noche , se veían cansados y enfermos y bajo ellos estaban unas muy marcadas ojeras que no sabía porque tenía si dormía todo el día. ¿Dónde había quedado su orgullo?.

    -Me veo del asco-su voz sonaba ronca y enferma; Cris le dio un vaso de unicel con café dentro- Gracias- el café se sentía como un chorro de energía bajando por su garganta y despejando sus sentidos; se sentía cansado y con una terribles ganas de vomitar y la simple idea de tener que limpiar la casa se le hacía una tarea terriblemente agotadora en ese momento lo único que quería era terminar ese deliciosos café y echarse a dormir en cualquier lugar -¿Que día es hoy?-le preguntó, y noto como su voz sonaba mejor.

    -Lunes-contesto mientras abría el periódico; la primera plana tenía la fotografía de dos adolescentes.

    "Siguen los Asesinatos de Jóvenes..
    Se encontraron los cuerpo de dos jóvenes de entre 15 y 19 años, todavía no se sabe la identidad de ninguno de los dos. Con este son ya 20 casos de homicidio, estos empezaron hace 2 años en Alaska, hasta la fecha se desconoce el motivo de porque él asesino ataca solo a jóvenes de cabello negro y ojos claros, la única pista que se a logrado encontrar es que siempre deja la marca de una luna menguante en la muñeca izquierda...""

    ..."- ¿Quieres leerlo?- James levantó la vista para ver a Cris señalando la parte que el había estado leyendo.

    -No- su voz sonó desinteresada. Las desapariciones de personas eran cada vez más frecuentes y se estaban acercando a la cuidad donde actualmente se estaba quedando, tenía que moverse antes de que lo encontraran y lo obligaran a regresar. Y eso era algo que no quería.

    James había nacido como un Elegido de la Luna, mejor conocidos como Caballeros Oscuros. La leyenda decía que cuando Dios separo la luz de las tinieblas y creo el día y noche también los creó a ellos. Los Caballeros nacieron en la oscuridad, mientras su contraparte los Protegidos del Sol nacieron de la luz. Su trabajo era mantener a los demonios a raya y evitar que los mestizos (Hijos de demonios y humanos) se metieran en problemas. James nunca había entendido porque había tanto odio entre los hijos del Sol y la Luna.

    Durante su infancia James había demostrado un talento superior al resto de sus compañeros. Era mas rápido y mas fuerte. Sus padres habían estado muy orgullosos de él. James se había convertido en el chico mas talentoso de la academia. Cuando James llego a los quince años fue marcado con el selló de los Caballeros, una Luna menguante negra en su muñeca izquierda que tenía escrito abajo "En las Sombras Nacimos y en las Sombras Morimos". Ese era el lema de ellos, significaba que nacían y morían para servir como Caballeros. Pero después de "ese" día las cosas empezaron a salir mal, y James, con solo dieciséis años, tuvo que escapar. De eso ya tres años.

    -Deberías tener cuidado-le dijo Cris sacándolo de sus pensamientos- Los asesinatos están muy cerca de aquí y ven tras la gente como tú-

    -¿Como yo?-dijo irónico- y dime mi buen Cris ¿Cómo soy yo?-

    -Ya sabes, cabello y ojos como los tu...

    -Da igual, ya me aburrí de este lugar-lo cortó James- creo que ya es hora de irme...por cierto ¿No has visto mi muñequera?-preguntó mientras se ponía de pies y revisaba el suelo en busca de muñequera negra con el logo de Nirvana que usaba para cubrir su marca de Luna.

    -¿En serio te vas? No llevas aquí ni un mes Darren- James se giro para verlo, a veces olvidaba los sentimentales que eran los humanos- No sabía que tenias un tatuaje.

    -¿Que?- fue entonces que noto que había dejado totalmente visible la Luna menguante que lo marcaba como Hijo de las Sombras- Si bueno no es para tan...

    -¿Que significa?-preguntó; James sabía que se estaba refiriendo al himno de los caballeros- ¿En las sombras nacimos y en las sombras morimos? ¿No se te ocurrió algo menos deprimente?- se burló, y James sonrió sin darle importancia, siempre había admirado como los humanos cubrían con bromas las cosas que no entendían.- Y bien, ¿Por qué no te bañas primero?.

    -Esa, mi amigo, es una gran sugerencia-

    ***
    La verdad el baño si le había servido de mucho; su cabello, que había vuelto a ser de un negro perfecto y brillante como la tinta, caía húmedo hasta casi rozar los hombros y su blanca piel tenía mejor aspecto, se sentía mas relajado y las nauseas estaban desapareciendo dejando solo la sensación de vacío en su estomago, lo único que no podía cambiar eran lo enfermos que se veían sus ojos y las marcadas ojeras, algún día probaría con eso de ponerse rodajas de pepino haber si con eso se quitaban.

    Se volvió a mirar en el amplio espejo que tenía en el baño. Se veía mejor que en la mañana pero aún así y por mas que se veía no podía ver ni la sombra de lo que alguna vez había sido. Todavía se preguntaba ¿Cómo había llegado a caer tan bajo?. Cerro sus ojos intentando apartar los recuerdos de lo que alguna vez había sido su vida, aún así aquellas imagenes que pasaron tan rápido pero a la vez tan claras en su mente lo hicieron estremecer y el susurro de voces lejanas que alguna vez habían sido la causa de su alegría le provocaron un mareo que casi lo dejo tirado en el suelo, el poco alimentó que había encontrado en su cocina después de acabar el café empezaba a subir por su garganta.

    "Regresa"

    Abrió los ojos asustado, aquella voz era la misma que lo había estado atormentando pero por primera vez lo hacía mientras el estaba consiente.

    "Regresa"

    -¿Quien eres? ¿Qué quieres de mí?

    "Regresa"

    -Déjame tranquilo.

    "Regresa"

    -VETE-grito fuera de sí; estaba asustado. James intento abrir la puerta pero esta se había convertido en una reja de color negro. El conocía esa reja, era la entrada de Niriah, la ciudad oscura.

    "No puedes negar quien eres"

    -Cállate-contestó con un hilo de voz. Había caído de rodillas y tenía los ojos muy abiertos como si estuviera asustado. No, no podía tener miedo; James sabía que solo era una ilusión, que no podía estar en la entrada de la ciudad. La marca en su muñeca empezó a quemar , James la apretó con fuerza como si con eso el dolor fuera a desaparecer.

    Alguien río a su lado, podía ver una sombra de algo que parecía humano.
    "En las sombras nacimos y en las sombras morimos"

    -NO- estaba fuera de sí. Tenía los ojos cerrados pero aún así le dio un golpe a lo que fuera esa cosa pero cuando abrió los ojos se encontraba de pie frente al espejo, este estaba roto y con su puño incrustado de varios pedazos la sangre se abría paso por lo cortes en sus nudillos. Fue consiente de lo que había hecho, y de que quizás se estaba volviendo loco.

    -Darren ¿Estas bien?-le pregunto Cris desde afuera.

    -Si, yo...eh no es nada-le contesto nervioso. James rogo para que se fuera sin hacer mas preguntas.

    Se miro una vez mas al espejo. James Sorenson nunca se habría asustado por una alucinación, pero él ya no era James Sorenson.
    ***
    James empaco todas sus cosas con rapidez. No quería estar mas tiempo en esa ciudad.

    -Y ¿A dónde iras?-le pregunto Cris.

    -No se, a dónde sea esta bien-le contesto. Realmente nunca sabía a donde se dirigía solo caminaba hasta encontrar una casa nueva que le gustara y la compraba. James no había sabido lo mucho que valía el dinero que ellos usaban en el mundo Gris (Así es como llamaban al mundo humano). Así que prácticamente James sería rico por mucho tiempo. Aunque normalmente no usaba su dinero para comprar casas, lo que él hacía era, por decirlo de una manera, controlar a los vendedores para que se la dieran. Esa era una las habilidades con las que James había nacido y una de las razones por las que había tenido que huir.

    -Estas seguro que no te quieres quedar otro rato-

    -No. Ya me tengo que ir-le contesto. De nuevo la Luna sobre su muñeca ardió, esta vez mas fuerte y James sabía que él o los que lo estuvieran buscando se estaban acercando. Ese lugar ya no era seguro. Metió su bolsa negra dentro de su maleta- "Do vstrechi" (se pronuncia du stri-etchy)-dijo mientras salía rumbo a la puerta principal.

    -¿Eso que significa?-le preguntó Cris.

    -No se, lo leí por ahí-le contestó- "Significa Hasta que nos Encontremos"- pensó. James había leído esa palabra en algún lugar, era Rusa y le había gustado el significado. Así que ahora la había adoptado como suya.

    James camino mientras decía a donde podía ir ahora, pero termino perdido en sus recuerdos. Su familia, sus amigos. ¿Estaba haciendo lo correcto escapando de todo? ó ¿Debería regresar? James solía preguntarse que estarían haciendo ahora todos ¿Qué cenarían? ¿De que hablaban? ¿Se acordaban de él?. Podía recordar las calles como laberintos de Niriah, podía recordar el olor a comida recién hecha y la maravillosa sensación de estar acompañado. De verdad ¿Estaba haciendo lo correcto?.

    Cuando James se recordó que estaba caminando se dio cuanta de que ya estaba anocheciendo y él no había comido nada. Puso mas atención en él lugar donde estaba y noto que no reconocía nada.

    -Y ahora ¿Dónde estoy?-

    ***
    Esto es solo una introducción o algo así.
    Si tienen alguna pregunta no duden el decirme para que así yo pueda responderles.
    PD: esto esta ambientado en el años de 1997
     
    Última edición: 4 Agosto 2014

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