Enmascarados

Re: Enmascarados

hola a tds se va a poner mi procreadora( osea mi madre) en el orde cuando salga pongo conti

 

Re: Enmascarados

CAPITULO 2


Kagome volvió a la fiesta una vez se hubo cubierto de nuevo con el vestido que dejaran tirado en la orilla de aquel lago artificial. Apenada por haber perdido la oportunidad de conocer a aquel hombre que la había hecho vibrar de aquella forma. Paseó la mirada por el salón con la esperanza de encontrarle pero no fue así. Mucha gente se encontraba ausente en aquel momento, sin duda gozando de placeres muchos más mundanos y satisfactorios que el baile y la charla, pensó.

Algo entristecida por la repentina marcha de su amante decidió que ya no había excusa alguna para demorar más su marcha. Localizó a su anfitrión, recostado en uno de los grandes sofas, manoseando a una rubia despampanante con unos voluptuosos pechos descubiertos. El Conde de Montebel.lo siempre se había decantado por las mujeres dotadas de grandes senos. Consideró que no era el mejor momento para interrumpirle y decidió marcharse, ya se verían en más ocasiones. Cuando se acercaba a la puerta de salida y uno de los lacayos ya le colocaba su abrigo, su amigo y socio se le acercó.

- ¿Te marchas sin ni siquiera despedirte? Te estás volviendo una maleducada –dijo sonriendole.
- Querido Bankotsu no quería molestarte ya que te he visto muy entusiasmado con tu nuevo... juguete –dijo ella refiriendose a la rubia.
- Oh, no te preocupes por ella, no es la primera vez que se me ofrece –dijo con una sonrisa pícara- y desde luego habrá más oportunidades –y era cierto, el conde era famoso por su porte e imaginación en cuanto a los encuentros amorosos- Quería comentar algo contigo antes de que te marcharas.
- De acuerdo, ¿algo privado? –preguntó sabiéndo a qué se refería él.
- Por supuesto querida.

Se encaminaron hacia el despacho privado del conde. Así es como a él le gustaba hacer referencia a una sala muy amplia, como casi todas las habitaciones de aquella mansión, que la reservaba únicamente para sus „negocios privados“ como él los llamaba. Sacó una pequeña llave dorada que introdujo en la cerradura e introdujo un código en un pequeño aparato adherido al marco de la puerta, después abrió.

- Veo que has añadido mobiliario –dijo Kagome riendo, unas estátuas de bronce indudablemente griegas en posturas no muy decorosas se hayaban a ambos lados de la puerta de entrada.
- No son para mí, ya sabes, es el tesoro de mi último golpe. Ya las tengo vendidas.
- Son una verdadera maravilla –dijo Kagome apreciando las esculturas.
- Tienes que ver las que me propongo robar en el próximo golpe, son fantásticas.
- Te creo –Bankotsu tenía mucho gusto eligiendo sus objetivos.
- De eso quería hablar contigo, ¿podrías hacerme un trabajito? Te prometo que será sencillo esta vez.
- Por supuesto, pero antes he de llevar a cabo otro „negocio“ que tengo en mente, si no te importa. –dijo Kagome diligente.
- Sin problemas querida, no me corre prisa alguna. ¿De qué se trata? Si puedo preguntarte.
- Un casino.
- Divertido –dijo Bankotsu sonriendo- muy divertido. Bien pues no te robo más tiempo, supongo que tendrás mucho trabajo por delante.
- La verdad es que sí.
- Espero que lo hayas pasado bien en la fiesta y como siempre sabes que estás invitada el próximo año –dijo mientras le acompañaba a la salida.
- Sin duda he disfrutado –dijo con picardía recordando lo vivido pocos minutos antes- he conocido a alguien a quién me gustaría encontrar la próxima vez.
- Sabes que siempre es un placer recibirte.
- Y para mí un placer visitarte querido.

De vuelta a casa, volvió la vista desde su coche mirando la fachada de la gran mansión de su colega. La fiesta todavía duraría unas horas, hasta la salida del sol, sin duda. Si se hubiera quedado quizá alguien más se le hubiera acercado demandando atenciones pero ella no se encontraba con ánimos de un nuevo encuentro amoroso, el que había disfrutado le pareció suficiente. El hombre había colmado todos sus deseos sexuales. La había poseido de una forma salvaje y apasionada, como a ella le gustaba, demandando complicidad en cada movimiento, en cada gesto y en cada caricia. Sin duda volvería a pensar en él en más ocasiones, y se dió cuenta de que no sólo le había poseído el cuerpo sino también sus pensamientos.

Cuando llegó a su apartamento hizo un gran esfuerzo para apartar de su mente la experiencia vivida e intentar concentrarse en su próximo golpe. Tenía que saber todos los puntos a tener en cuenta para no cometer errores. No le gustaba dejar nada al azar. En su trabajo era peligroso dejar cabos sueltos que luego pudieran volverse contra una. Debía por todos los medios saber a que nivel de seguridad se enfrentaba y localizar la sala de las cajas de seguridad. Ya había pasado por el lugar en una ocasión para evaluar si merecía la pena el trabajo. Sin duda alguna sería muy lucrativo, recordó que allí se reunian muchos grandes hombres de negocios con sus mujeres o amantes las cuales lucían sin ningún tipo de miramientos hermosas joyas en sus cuellos, muñetas y orejas.

Necesitaría al menos un plano del edificio. Cojió su agenda telefónica y buscó a la persona indicada para aquello.

- Hoyo –dijo cuando una voz soñolienta le contestó- necesito los planos del Casino Fire para mañana por la mañana.
- ¿Sabes que hora es? ¿Es que tú nunca duermes?
- Dejate de tonterías Hoyo, ¿me lo harás llegar o no?
- ¿Te he fallado alguna vez? Los tendrás a primera hora.
- Estupendo gracias ya sabes que te haré llegar tus honorarios de la forma acostumbrada.
- No esperaba menos, adios querida.
- Ciao bel.lo.

Según lo prometido a primera hora de la mañana tenía los planos al pie de su puerta. El repartidor sabía perfectamente que no debía dejarlos en el buzón sino que debía pasarlos por debajo de la puerta e introducirlos directamente en su apartamento. Era un sobre voluminoso y notó que el muchacho tuvo que hacer verdaderos esfuerzo para meterlo, el papel arañado daba cuenta de ello.

Desplegó los planos encima de la mesa y los examinó. Bien ahora sólo quedaba organizar el viaje. Llamó a una Agencia para contratarlo, si tenía que pasar como una turista aquello evitaría problemas. La organización y el estudio era la parte aburrida del trabajo pero ya vendría la acción. Todo a su tiempo, pensó, lo bueno siempre se hace esperar. Sonrió para sí imaginando las grandes ganancias que obtenía de aquello.

 

Re: Enmascarados

perdon por la ekivocacion ya lo he rectificado
ah tbn perdon por el tamaño d la letra

 

Re: Enmascarados

CAPITULO 3


Allí estaba de nuevo, visitaba su local por segunda vez. Ella. Llenando todo el espacio con su presencia. Contajiando de belleza cuanto tocaba con sus delicados dedos. Tomó la copa de cava con su mano. Todos sus gestos rezumaban elegancia. Examinó sus movimientos, ligeros, tranquilos, como si no hubiera hecho absolutamente nada, como si tan sólo el objeto hubiera sido rozado levemente por el aire. Poseedora del don de la rapidez y exactitud en los movimientos, como los animales cazadores, como las fieras. Sorbió un poco del brillante y burbujeante líquido y volvió a dejarla sobre la barra despacio, acariciando el cristal hasta la base.

Él la conocía. La primera vez que la vió había quedado prendado de su hermosura, de su misterio. Había reconocído en ella la forma de actuar disimulando, eliminando cualquier error de cálculo en los gestos que pudieran delatarla. Pero a él no pudo engañarle, no después de tantos años ejerciendo de lo mismo. Había oído hablar de ella y al verla no pudo contener su curiosidad y mandó que la investigaran. A todas horas se descubría pensando en ella, se había colado de tal forma en su mente que no podía pensar en otra cosa. Por eso hizo aquel viaje. Se puso en peligro acudiendo a aquella ciudad. La ciudad del hombre al que en el pasado había mandado a la cárcel por negarse a terminar un trabajo que ponía en peligro a gente inocente, pero mereció la pena correr el riesgo. Ahora la conocía totalmente. Cuando la vió en aquella fiesta no pudo reprimir su deseo de ella con tan sólo comtemplarla. Y cuando la saboreó, ¡oh! Fue como robar un trozo de ambrosía a los dioses. Sí, la conocía y por eso sabía perfectamente lo que se proponía. La había estado esperando, sabía que volvería y allí estaba ella, dispuesta ha hacer el trabajo que tenía en mente.

Observó la figura en los monitores. Amplió la imagen, sí estaba bellísima, más hermosa incluso que la última vez. Volvió a recordarla gimiendo de placer en aquella pequeña laguna y la deseó dolorosamente. Ansiaba su cuerpo, ese cuerpo que tan bien se amoldaba al suyo, que tan bien respondía a sus caricias. Pero también ansiaba su... mente.

Ataviado con esmoquin, el pelo recojido en una coleta y desprovisto del pendiente que solía lucir, nadie lo relacionaba con su antiguo yo. Ya no se dedicaba al negocio. No le hacía falta, el casino le proporcionaba sendos beneficios que le permitian el nivel de vida al que estaba acostumbrado.

- No la perdais de vista ni por un sólo segundo, quiero estar informado de todo lo que hace en cada momento. –le dijo a uno de los vigilantes de los monitores.
- Será un placer –dijo el vigilante en un todo que dejaba claro que el trabajo no iba a ser desagradable en absoluto.

Inuyasha sonrió a su empleado y salió de la sala de vigilancia con paso decidido. Estaba seguro que ella tenía que haberse registrado en el hotel del casino. Así lo hubiera hecho él. Era más seguro, debido a que no levantaba sospechas y más rápido a la hora de ocultar el material sustraído. Se dirigió rápidamente a la recepción para verificar su suposición. Sin decirle nada a nadie cojió el mismo el libro de registro y buscó en las últimas entradas. Pasó su dedo por la hoja despacio. Allí estaba. Por supuesto no había utilizado su verdadero nombre, pero sabía que era ella, debía ser ella.
Después de realizar los trámites necesarios en la recepción del hotel, había subido a su habitación. Disfrutó de una relajande ducha y buscó en su maleta algo cómodo pero no demasiado escandaloso. Su deseo no era llamar la atención sino pasar lo más inadvertida posible. Tenía que echar un vistazo y localizar todas las cámaras de vigilancia. Ese era el primer paso en todos sus trabajos, antes de trazar el plan debía tener un conocimiento efectivo del terreno.

Sus ojos se dirigieron directamente hacia el panel que sabía que ocultaba la entrada al pasillo de acceso a las salas de seguridad. El plano que le habían proporcionado era totalmente correcto. Más de una vez se había preguntado como haría su colega para conseguir dichos ejemplares, era un misterio que alguna vez tendría que averiguar. Dicho panel representaba una pintura del Nacimiento de la Venus, muy bonito, pensó, recordó que alguien le había explicado en alguna ocasión que la diosa había nacido de los testiculos cortados de su padre. Ese pensamiento le hizo reír interiormente, sobre todo porque el panel se hallaba justo a la entrada del labavo de señoras. Volvió a mirar el panel, „unos testiculos florecidos en la entrada del servicio de señoras, sin duda debe ser un chiste personal del decorador“ se dijo para sí.

Por el rabillo del ojo vió que un vigilante se acercaba al panel. Ese era el momento que había estado esperando. El momento de hacerse con la convinación que habría el panel. Del bolso que llevaba siempre consigo extrajo unas gafas que a simple vista parecían normales pero no lo eran, habían sido diseñadas especialmente para ella y le daban la ventaja de poder ver un objeto a una gran distancia como si lo tuviera a dos palmos. Haciendo como que leía atentamente una nota que tenía en la mano, obsevó como el empleado accionaba con el pie algo, una palanca supuso, escondida detrás de una enorme planta decorativa puesta, sin duda extratégicamente, al lado del panel. Éste se abrió lo suficiente para dejar pasar una persona dejando ver una puerta metálica y brindada. El vigilante introdujo un código, 2430, en el receptor dispuesto para ello. Rápidamente lo memorizó. La puerta se abrió y el hombre desapareció tras ella. Todo se cerró y volvió a la normalidad.

Perfecto, ya tenía lo que quería. Aquello sería mas sencillo de lo que imaginaba.

- ¿Puedo invitarle a otra copa? –una voz masculina la sacó de sus cabilaciones. Se giró lentamente mientras se quitaba las gafas y observó al alto y robusto hombre que la miraba con ojos interrogantes.

 

Re: Enmascarados

como algo mas??? mas d lo q ya ha ocurrido???

 

Re: Enmascarados

si pero eso fue mucho antes d q dijera q la fecha en la q pondria las contis asi q:
agua ajo y resigna