Título: Engañados. Tipo: One-shot. Cantidad de palabras: 756. Series: Bllack Cat & Vampire Knight. Engañados —¿Dónde está? —inquirió Zero con irritación. El director de la academia Cross, Kaien Cross, sonrió bajo sus lentes, tratando de calmar al albino que comenzaba a impacientarse. —Calma, Zero. Debería estar por llegar. Justo en ese instante, tocaron la puerta. Adelante, dijo lo suficientemente alto el director, para que el visitante oyera. La puerta de caoba se abrió, dejando pasar a un adolescente, de no más de 17 años, delgado, de hermosos y brillantes ojos dorados, y con felinos pasos. Lo más característico, era la cinta roja, con un pequeño cascabel que llevaba atada en el cuello. El de ojos violeta lo observó de arriba abajo, evaluándolo, sin pasar por alto el arma de un material extraño que colgaba de su pierna con despreocupación. —¿Eres tú el de la organización de cazadores? —Soy el número XIII, de Chronos. Conocido con Black Cat. Mi única misión aquí, es capturar a Eve, la máquina nanotecnológica que encontró refugio en sus “purasangres”. —Explicó con completa seriedad. Sin apartar su mirada seria del director, ignorando por completo al otro presente. —Entiendo, los purasangre, al menos los dos principales están aquí en la Academia, pero, si Eve está bajo su custodia, dudo que se la entreguen por las buenas. Aunque, también dudo que Kaname la use para fines oscuros. —Se apresuró a aclarar. —No me importa, la recuperaré y ya —dijo intransigente. Después de unas pequeñas indicaciones, y las respectivas presentaciones, una que otra mirada de rivalidad entre los cazadores. Train, en lugar de irse a la habitación que le designaban, prefirió dar una vuelta por el bosque y sus alrededores. Elevó su mirada al cielo, comenzaba a oscurecer, según la información que le habían proporcionado, los vampiros de la academia Cross debían estar a punto de salir hacia sus clases nocturnas. Se sentó en lo alto de un árbol, que daba justo a la entrada de roble espeso. Limpió a Hades con tranquilidad con la manga de su chaqueta, mientras jugaba con ella distraído. La montaña de fans locas comenzó los gritos, siendo apartadas por una pequeña prefecta de cabello rubio y corto, junto al cazador de hace unos minutos, Zero Kiryuu. Localizó pronto a su objetivo, Eve, caminaba de la mano de una castaña de cabello largo, que llevaba una sonrisa en su rostro, y al lado de ella, el conocido Lider Kuran. Se bajó con elegancia del árbol, caminando en dirección a ellos. Todos le miraron con creciente interés a medida que avanzaba. —Chronos reclama la posesión de Eve, la arma biológica de nanotecnología, así que, entréguenla. —Sus helados ojos dorados, estaban fijos sin titubear en los ojos del Kuran. —¡No! —Intervino la castaña, refugiándose tras la espalda del mayor, llevándose a Eve consigo—. Eve no es un objeto, ni un arma, ¡es una niña! —Segunda advertencia, no habrá una tercera. Entreguen a Eve… —Advirtió apuntándola con Hades. La comunidad de nobles alrededor comenzaron a protestar furiosos al hecho de que alguien estaba apuntando con un arma a sus preciados reyes. Pero un gesto de Kaname los calmó. —Baja el arma, no tenemos intención de entregarla. Pero tampoco de luchar… Un estruendo del bosque alertó los sentidos del number XII, que con una graciosa maniobra giró y disparó, dando justo en el corazón del nivel C atraído por el olor de los sangrepura. Tres disparos más, que dieron a la perfección en el blanco, como se esperaba del famoso Black Cat, el que nunca falla. Y sólo el sonido del cascabel en el cuello lo delató. —Train, gato malo… —murmuró Eve, reaccionando ante el sonido de cascabeles que ella misma le había dado. Su memoria volvió poco a poco, aflojando la mano de una extrañada y preocupada Yuuki—. ¿Qué haces aquí?, ¿dónde está Sven? —Está comprando leche. —El semblante de Train cambió por completo, y sus ojos dorados brillaron con emoción propia de un infante—. Vámonos, está preocupado por ti. Eve dio un paso hacia él, pero fue detenida por Yuuki. —¡No vayas! Él quiere matarte. —No…—explicó con tranquilidad mientras se soltaba y caminaba hacia él—, el gato lleva puesto el cascabel, es un gato bueno. Los ojos de Yuuki se anegaron en lágrimas, y fue abrazada por su hermano, que ordenó reanudaran la marcha a sus respectivas clases mientras los dos sujetos desaparecían de su vista. —¡Zero! —gritó el director agitado, corriendo hasta donde estaban ellos, con una mujer de largo cabello rubio a su lado—. El hombre que recibimos… nos engañó, ella es a enviada de Chronos. Habían sido engañados…
