Enfrentado al pasado [Skip Beat! KyoukoxRen]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Kourei, 11 Octubre 2010.

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    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

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    Enfrentado al pasado [Skip Beat! KyoukoxRen]
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    Enfrentado al pasado [Skip Beat! KyoukoxRen]

    Capitulo 1: "Regreso a Japón"

    Las palabras resonaron por todo el estrecho sitio, completamente repleto de gente. Anunciando la partida del vuelo con destino a Japón sin escalas. El movimiento de las personas comenzó a fluir aún más y el nerviosismo de ella aumentó. Por fortuna estaba cerca de la terminal, a pesar de que el tiempo de partida era el justo. En ojos se reflejaba la emoción por llegar finalmente, tenía varios días esperando ese momento desde que su manager se lo comunicara.

    Ataviada en un elegante saco de color negro, ajustado con firmeza en la estrecha cintura, la blusa color lila que se asomaba por el corte del mismo, a juego con los pendientes y el collar de piedras lilas, que daban forma a una estrella, su vestimenta para la ocasión tan especial que estaba por suceder. Sus zapatos de tacón y el vaivén tan elegante de su cuerpo llamaron la atención de los presentes, admirando a tan distinguida mujer de hermosura infinita.

    Su cabello sedoso le llegaba hasta la mitad de la espalda, en un corte hecho a capas, dejando una un poco más debajo de su oreja, lo demás rebajado por tijeras específicamente creadas para eso, el corte a la moda. Las caderas estrechas, pero bien formadas, sus piernas expuestas debido al corte a los lados de la gabardina que llegaba sólo un poco más debajo de su muslo, bien torneadas y levemente bronceadas. Una mujer extremadamente hermosa, o eso escuchaba de los murmullos a su alrededor. El maquillaje levemente realizado, resaltando más sus ojos naturalmente dorados. Una sonrisa se escapó de sus labios sonrosados al pensar en todo eso, de la adolescente que alguna vez llamaron plana y sin chiste ya quedaba muy poco. Se había convertido en una verdadera mujer.

    Mientras iba sumergida en sus recuerdos extrañamente el flujo de gente se paralizó, lo que le resultó raro a lo joven de mirada ámbar. Elevó un poco su rostro para observar la razón pero la multitud que se posicionaba frente a ella le sorprendió. — ¡Miren todos! —Escuchó gritar, poniéndose más alterada ante la posibilidad de que su temor se hiciera real. — ¡Es ella!

    — ¡Si, es ella! —Gritó una voz en extremo aguda, de un hombre. Provocando la alerta en todo su ser. La gente se comenzó a juntar a su alrededor, especialmente los hombres, creando un círculo perfecto del que no podría salir. Cuanto le disgustaba la situación, tenía tanto tiempo de que no pasaba por algo similar. Un hombre joven, de ojos color verde y muy apuesto se acercó a ella, con una pequeña libreta y un bolígrafo en mano. —Señorita…—Decía mientras empujaba a la demás multitud. — ¿Podría regalarme un autógrafo, por favor?

    — ¡No! ¡Por favor, a mi primero! —Protestó otro de los hombres, esta vez uno de mayor edad. —Mi hija es su admiradora, por favor señorita.

    —Disculpen, me encantaría pero…—Alzó las manos, realizando movimientos de negación con ellas en el aire, se sentía increíblemente nerviosa cada vez que esto sucedía, aún no lograba acostumbrarse por completo a la fama que había obtenido en estos cincos largos años de ausencia. —De verdad lo lamento, pero perderé el avión…

    —No se preocupen señores…—Explicó una voz femenina que se abría paso entre todos, con una falda demasiado corta y balanceando sus caderas, dejando impresionados y calmados a los fans tan fervientes de la joven. Un suspiro escapó de sus labios carmines, era una situación fácil de lidiar para alguien de su categoría, de no ser así no sería la representante más eficaz del medio del espectáculo. —Todos por favor formen una fila, que la gran actriz que ustedes adoran les regalará una autógrafo y una foto. Pero debo advertirles algo primero…—La gente puso gran atención a la refinad mujer que ya todos reconocían. La representante más solicitada del medio artístico en Estados Unidos. —No creo que ustedes quieran que ella retrase su trabajo…

    — ¡No! ¡Por supuesto que no! —Gritó uno de los hombres amontonados.

    — ¡Jamás le haríamos eso a nuestra ídolo! —Exclamó eufórica una fan, su voz dulce e infantil. La mujer de cabello anaranjado alzó un poco más su mirada para enfocar a la dueña de la voz. Con un gesto de su mano le ordenó a su manager que acercara a la pequeña niña de cabello negro. Por alguna razón le recordaba tanto a alguien, sus ojos verdes y el cabello negro, pero un toque de arrogancia en su mirada. Al parecer iba acompañada de un hombre, tal vez su mayodormo por el traje que vestía.

    —Acércate pequeña…—Le dijo con una sonrisa gentil lo que provocó una reacción similar en ella, se lanzó a los brazos de la mujer y la abrazó con efusividad. La ambarina le correspondió al abrazo, mientras todos sus fans miraban enternecidos la escena, no era para menos el gran cariño que le tenían a su actriz favorita. En verdad se le hacía bastante familiar, aunque era muy alegre y comprendía bien a pesar de la poca edad que tenía, le calculaba unos tres o cuatro años a o mucho.

    —Muy bien, tal como se espera de la gran actriz Mogami Kyouko…—La pelirroja de labios carmines se apoyo con la mano derecha sobre su cadera, adoraba esas expresiones de su representada, incrementaban tanto la popularidad… —Todos por favor abran paso que ella es muy responsable y no quiere perder el avión, pero como siempre considera a sus admiradores… formen una fila y recojan el número de papel que les será otorgado, cuando ella regrese…

    — ¿Yo también, Kyouko-sama? —Preguntó inocentemente la niña, a la vez que formaba un puchero en sus labios. Esa expresión, se parecía tanto a él… ¿sería posible que ella fuera…? —Pero yo quería platicar con Kyouko-sama en este momento…

    — ¿Cómo te llamas? —Preguntó cordialmente con una sonrisa delineada de sus labios, era tanta ternura hacia esa niña que olvidaba por momentos su deber de alcanzar ese avión a toda costa. —Eres muy linda, me recuerdas a alguien…

    —Mi nombre es Enju, me encanta como actúa usted, Kyouko-sama. —Sus ojos verdes destellaron y eso le provocó una gran nostalgia por el pasado, le recordaba tanto a esa persona y ala vez, la infancia tan cruda que vivió en Kyoto. —Yo voy a viajar con usted…

    —Es hora de abordar, Kyoko. No te preocupes, el problema está resuelto —La pelirroja regresó después de haber arreglado el problema con las personas. —Despídete de tu amiga tan linda y vamos. —Con una mano le acarició la coronilla, provocando un poco de molestia en la jovencita de corta edad. Ella la miró desafiante, lo que impactó a amabas, esa gentileza y ternura se esfumó en cuestión de segundos. Pero cuando se dio cuenta de que su adorada actriz se abrumó, volvió a sonreír. —Tu nueva amiguita es muy… diferente.

    —Gracias Ningyo. —Le agradeció a su representante, para después dirigirse a la nena que tenía entre brazos. —Tengo que irme Enju, fue un gusto conocerte…—Kyouko se levantó de su sitio para avanzar, pero la pequeña mano que la tomaba del borde de su falda intentó detenerla, temblaba. —Pero… ¿Qué sucede? —Se colocó en cuclillas, acercándose a la meno para detallar mejor sus ojos color verde almendra que lucían brillosos, su carita angelical con un leve tono de carmín en sus mejillas. Estaba completamente avergonzada.

    —Podrías… ¿llevarme de la mano? —Sus dedos buscaron con fervor aferrarse a los de ella, con sus manos arregladas y las uñas pintadas de un lila suave. Los entrecerró para después mirarla fijamente. —Yo también viajaré en ese vuelo…

    —Ojou-sama—Un hombre de tez morena se acercó a las mujeres. La complexión de él era musculosa, sus facciones maduras, seguramente el encargado de la jovencita, suposición debido a la forma tan respetuosa en que le hablaba. —Su vuelo ya está por salir.

    —Pero Kei, yo quiero ir con Kyouko-sama. —La pequeña realizó otro berrinche más, mientras sus ojos se cristalizaban por algunas lágrimas, de cocodrilo claro estaba. Pero el único que no podía notar esa diferencia era él, quien estaba desesperado por la reacción de la pequeña señorita que debía cuidar. — ¿Verdad que podemos ir juntas, Kyouko-sama?

    —Claro que sí, Enju…

    —Esta niña es de cuidado. —Volteó a ver al joven que seguía preocupado por su trabajo, riéndose de su total ingenuidad ante el chantaje de la mocosa. Claro que era más divertido verlo sufriendo de ese modo, además de que si materializaba sus palabras la mocosa saldría ofendida y a juzgar por el fuerte carácter que demostró con ella, eso no sería muy conveniente. —Ya tranquilízate… Kei, Kyouko-chan se encargará de su nueva amiga por tu bien.

    —Pero es que su padre me asesinará si dejo sola a la señorita. —Expresó preocupado el moreno.

    —Kei, por si no lo sabías… papá me compró un boleto de avión junto a Kyouko-sama, o de lo contrario no aceptaría ir a verlo…—Su mirada de niña se tornó algo oscura y siniestra, causando escalofríos en los presentes. Era obvio que Enju estaba acostumbrada a obtener lo que quería siempre, pobre del padre de ella, pensaban mentalmente los tres. Pero saliendo del impacto Kyoko sonrió, le recordaba tanto a María-chan cuando estaba a su lado. —Entonces, ¿vamos Kyouko-sama? El avión nos va a dejar…

    —Esta bien…—Pronunció apenas Kyoko, saliendo de su impresión. Una sensación de fuerza al apretar más la pequeña mano le recorrió el cuerpo entero y la confianza que siempre la caracterizó se hizo presente en sus rasgos femeninos. Se alegraba de nunca haber perdido esa actitud llena de vida, que varias veces le ayudaba a salir de los problemas. — ¡Adelante, Enju!

    — ¡El último que llegue es una tortuga punto de ser sopa! —Y ambas arrancaron en una carrera de gran velocidad, perdiendo fácilmente a los demás, quienes gritaban desesperados por su loca actitud. Si manager diciendo algo sobre la imagen y reclamando que la olvidara y el niñero de Enju, que corría detrás, tratando desesperadamente de alcanzarlas. La ambarina sonrió al ver la escena y por las palabras de la pelinegra. De verdad era una niña muy inteligente, pero algo ingenua. —K-kyouko… s-sama—Decía entrecortadamente, por culpa de la carrera y el cansancio.

    —S-sí…—Contestó igual de cansada la actriz.

    — ¡Vamos a Japón! —Exclamó con toda la energía del mundo, animando a su adorada chica de cabello naranja. Aunque ella bien ignorara las cusas de tal adoración.

    —Claro… por fin volveré después de tantos años…—La niña la observó alegre, el brillo de sus ojos dorados se había intensificado, como si en verdad estuviera feliz de volver. —Te volveré a ver… Tsuruga Ren…—La jovencita volteó a verla, intentado preguntarle lo que había murmurado, pero al ver cerca la entrada del vuelo y a los que dejaron atrás a punto de darles alcance, desistió. Ya tendría oportunidad en el vuelo. Por lo pronto, estarían de vuelta en Japón.

    *º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*

    N/dp: ¡kya! no puedo creer que por fin me animé a crear un long-fic de Skip Beat!, aunque como leerán es un tiempo más adelante. Es que la verdad no quiero escribir nada porque espero que la historia avance más, pero las ganas me carcomían. Espero que no les moleste que lo haya hecho de este modo y que les agrade. La actitud de Kyoko se conserva igual, pero un poco más discreta, ya que han pasado cinco años desde que se fue de Japón. Un detalle más, Si a veces escribo "Kyouko" y después "Kyoko" no es error de dedo. El primero es su nombre artístico, escrito en kanji y el segundo es su nombre común, en katana.

    Pronto sabrán quien es la pequeña que tanto quiere a Kyoko, y el por qué de su partida de su país de origen, lo que sucedió a MI Ren (¡te amo, adoro e idolatro Ren! Te quiero por tu forma de ser, te pareces tanto a mi, pero a la vez eres ¡tan inteligente para esconder tus verdaderos propósitos!) Ejem… gomen, un momento de amor por Ren *babea* ¡kya!, es que es tan guapo. Les mando un beso y un saludo a todos
     
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    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

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    Enfrentado al pasado [Skip Beat! KyoukoxRen]
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    Re: Enfrentado al pasado [Skip Beat! KyoukoxRen]

    Autora: Kourei no Tsuki, Izayoi y Yuuko… tres personalidades en una.

    Titulo del fic: Enfrentando al pasado

    Sumary: Kyoko se fue hace cinco años del Japón, pero ha llegado la hora de su regreso. ¿Qué fue lo que la llevó a esa decisión? ¿Qué ha pasado en su ausencia? Todo ha cambiado y ella también, es momento de enfrentarse al pasado…

    Momento de inspiración del fic: Un día de Lluvia, en la comodidad de mi almohada, comiendo de contrabando unas papitas, un refresco y unas dulces galletas de caramelo… hasta que llega mi hermanita y me quita todo para darme una escoba y un trapeador… descubrió que en realidad no recogí nada del cuarto, simplemente me hice pato y me escondí xD…
    Gracias especiales a la lectoras que disfrutan del magnifico manga de Yoshiki Nakamura, y que disfrutan visualmente de mi novio Ren, mi suegro Kuu y mi amor-odio Shou ¡kya, los amo! Muy pronto, el próximo domingo, vena mi página de perfil, encontrarán un link a un álbum con mi amado Ren-Koun, mi suegro y Fuwa Shou. Edité algunas imágenes especialmente para ello, no soy muy buena pero no me quedó tan mal…

    Gracias por su review (y por soportar a la cotorra de Izayoi) a: brisalunar, ALE10177, kariramos y mari3304

    "Una historia que viene desde atrás,
    Creo que seguiré mi camino…
    A través del horizonte,
    más allá de un futuro aún no visto…
    Yace mi verdadera felicidad y confianza"

    "Capítulo 2: Reencuentro problemático"

    Por suerte el avión llevaba un retraso de varios minutos debido al clima, el calor había provocado fallas en los motores y todos los pasajeros fueron llevados a otra sala para abordar, no querían exponerlos en un avión peligroso y más aún, no les convenía hacer enojar a la famosa Ningyo, quien siempre velaba por los intereses de su representada, la famosa actriz de películas estadounidenses Mogami Kyouko.

    Cuando la pelirroja por fin las alcanzó se encargó de darles un buen regaño a ambas niñas que huyeron como prófugas, hablando de cosas como cuidar la imagen, buen comportamiento de una niña, respeto para las demás personas que viajaban, la imposibilidad de actuar así en una terminal. Pero fue callada con una sonrisa inocente de ambas, la felicidad que desprendía cada rasgo de su rostro, la emoción en los ojos ámbares fue suficiente para emblandecer la dura actitud de la mujer, quien apenas lo dejó notar. Su típica imagen de mujer de negocios no debía quedar arruinada con dos jovencitas inmaduras.

    La pequeña pelinegra no decía mentiras, su asiento estaba justamente al lado de Kyoko, en primera clase, la primera fila. Y por suerte el otro pasajero no se presentó al vuelo, lo que les dejó más espacio para acomodarse. Enju platicaba con ella como si se tratase de una adulta, aunque aún conservaba los comportamientos típicos de su edad. Los leves berrinches, cuando inflaba sus cachetes, pero siempre provocaba una enorme y sincera sonrisa en Kyoko.

    Aún no entendía porque le parecía tan familiar esa niña…—Kyouko-sama, me encanta platicar con usted…—Expresó con un leve sonrojo en sus mejillas. —…Mis padres se pasan la mayoría del tiempo viajando, no están conmigo… pero él siempre me habla de usted, Kyouko-sama…—Se sentó en su cómodo asiento de primera clase, mirando con firmeza cada movimientos de la joven, cada palabra de su padre era verdadera, ella le producía tal fascinación que no entendía el motivo.

    — ¿Te habla de mí? —Cuestionó realmente sorprendida la oji-dorada. —Me sorprende eso siendo yo tan joven… ni siquiera sé si soy realmente una actriz. —Alzó los brazos, acomodando la pesada maleta en el portaequipaje, preparando todo ágilmente para sentarse en su sitio, al lado de la pelinegra.

    —Para mi padre eres mucho más que eso…—Susurró por lo bajo, siendo completamente ignorado su comentario. La aludida le regresó una sonrisa y por fin estuvo en su sitio, en el preciso instante salió la azafata con las ordenes comunes para los vuelos.

    Indicaciones sobre las mascarillas de presión, en caso de turbulencia, la manera de acomodarse el cinturón terminaron de aburrir a la infante que quedó dormida, ante la molestia de la mujer madura. Kyoko realizó una reverencia pidiendo disculpas y la mujer sólo la ignoró, seguramente era de las mujeres que detestaban a los niños. O al menos eso pensó ella, antes de verla volver con una manta, aunque su expresión aún era de fastidio. Volvió a agradecer y la cubrió, sin dejar de mirarla, tenía tan extraña sensación cuando estaba con ella…

    Rememoró una vez más en su mente los rasgos de la niña, sus ojos de color verde esmeralda, sus rasgos tan adorables, el cabello negro tan lacio, cayendo delicadamente sobre sus hombros… Por el momento, tenía la sensación de conocerla, pero ya no se preocuparía más por eso, las horas se le harían eternas y no conseguiría saber que la pequeña tenía tanto parecido con él…—Un momento…—Se dijo impactada, ahora recordaba a quien se le hacía tan familiar. — ¿Sería posible que ella sea…? —Repasó por enésima vez la figura de la niña, pensado en las posibilidades que ella fuera aquella dulce niña que conoció el mismo día en que nació. —Le preguntaré en cuanto despierte, después de todo…

    —Es menos peligrosa de ese modo, aunque yo no me fiaría tanto de su carita dulce…—La suave voz la reconoció al instante. — ¿Te has dado cuenta de quien es?

    —Sí, es ella… aunque cuando la conocí, cuatro años atrás, no me imaginé que él le pondría este nombre…

    —Lo mismo digo, no te imaginas el trabajo que nos costó a ella y a mí misma convencerlo de lo contrario… que esta pequeña llevara tu nombre…

    —La verdad nunca me imaginé tal actitud en él, como si con ello fuera a remitirse de algo que no existía, traición…

    — ¿Sabes? —Endulzó su voz, llamando la atención de la ambarina. —Sé que has madurado, pero no eres la misma niña que conocí, tan enérgica y amable que daba terror…—Hizo una pausa para ver el rostro de la aludida, sin evitar soltar una pequeña risa.

    —Es que cuando te conocí, gracias a mi sensei Kuu Hizuri, apenas tenía los dieciocho años cumplidos…—Un poco del aura maligna que creó desde aquella vez, por culpa de Shoutaro, se liberó. Pero la pelirroja no se inmutó, fueron varios años para acostumbrarse a esa manera tan especial de verla molesta. —Y cuando me propusiste viajar con él, a Hollywood, un año después como una actriz de segunda en una de sus películas, no me imaginé que tendría que quedarme allá…

    —Fue más por motivos personales que trabajo… lo sabía, nunca te creí eso de independizarte tan rápido…—Un poco más de la esencia maligna brotó de su ser, dejando el ambiente tan tenso, Ningyo juraba ver las chispas de fricción en el aire. Ladeó su vista para enfocarla, pero lo calmo de su expresión, eso si era de terror. ¿Cómo podía hacer esa atmósfera tan pesada y a la vez mantener esa imagen tan frívola? —Tengo entendido que cargas con un problema emocional relacionado a dos hombres…—Entrecerró los ojos, negándose a verla esta vez, los demonios de ella ya comenzaban a rodearla sin piedad, encargándose de contaminar su aire… era más prudente y divertido dejarla con esas últimas palabras.

    —Oye, ¿y a donde fue el encargado de Enju? —Cuestionó, cambiando el tema. La mujer sintió a los demonios alejarse poco a poco, volviendo a conformar el aura oscura que desprendía su ama. —No debería dejar sola a su protegida, si es hija de él… pobre hombre…

    —Ese hombre dijo que las órdenes de su ama eran que se perdiera…—Siguió sin abrir sus ojos. —Intenté convencerlo de que se quedara junto a nosotras, pero estaba tan deprimido que se encerró en el baño, diciendo algo sobre su cabeza degollada por su jefe…

    —En verdad lo lamento por él…

    —Aunque parecía feliz de algo…—Interrumpió la pelirroja. —Cuando ustedes dos huyeron me comentó algo que me dejó intrigada…

    — ¿Qué cosa es? —Reclinó más su cabeza en el asiento, acomodando su cuerpo y a la niña que recaía sobre sus piernas, profundamente dormida y ajena a la situación. La mujer realizó una pausa que le puso algo nerviosa. Los demonios pequeños pusieron su oído más afinado, interesados en la plática. —No me dejes en suspenso, por favor.

    —Él dice que le alegra haber traído a su joven señorita a conocerte. Ya que no es común que esa mocosa sonría, ni se divierta…—Los ojos de Kyoko se agrandaron con la compasión, Enju tenía una situación muy difícil, como la que ella sufrió alguna vez. En su dolorosa infancia. —…Como tú lo sabes, su madre viaja mucho y no le pone la debida atención, aunque más que nada, es muy joven como para hacerse cargo de ella.

    —Me alegra que pueda ayudarla en algo, se parece tanto a su padre… sin embargo es caprichosa por parte de ambos. —Acarició la coronilla azabache. Pero un movimiento inesperado la sorprendió, la manita se coló por la manta que la apresaba de manera suave y se unió a los dedos de la joven. Sintió tanta ternura por ella que inmediatamente correspondió al noble e inconsciente gesto.

    —Te diré que yo pensé lo mismo que él. —La mirada dorada fue desconcertante, por lo que se apresuro a aclarar. —Me refiero a ti, cuando te vi huir de esa manera supe que Kyoko había regresado, hace tanto tiempo que no te veía de esa manera tan jovial y alegre…

    —Supongo que…—Un bostezó escapó de sus labios, sintiendo el cansancio de las largas horas de vuelo. Entrecerró sus ojos, llevando su mano a la boca color carmín para acallarse. —…Le debo las gracias a ese idiota…—Finalizó con una sonrisa, antes de cerrar sus ojos completamente, perdiéndose en un mundo de sueños.

    Fueron horas, pero el horario no lo hizo notar. Habían partido cerca de la noche, temprano en aquel país, pero llegaron allá en la noche, casi un día entero les había tomado el viaje. Todos los pasajeros habían quedado dormidos en el avión, hasta la mujer de ojos carmines quedó en estado de shock. Eso fue lo que más le divirtió a la recién despierta Enju, que se mostraba bastante maliciosa con la travesura que había planeado.

    Kyoko se acercó con cautela a ella, sin hacer ruido, la tomó del antebrazo y la arrastró de nuevo a su asiento, con todo y los esfuerzos que hacía la pequeña por liberarse. Pero el vuelo estaba por aterrizar y no quería que hubiera problemas con ella, además, si su representante se enteraba de lo que planeaba… mejor no pensarlo, la niña hubiera aprendido a tener miedo de sus actos, y ella a cuidar más sus palabras.

    Las instrucciones se dieron por el altavoz, todo mundo se abrochó sus cinturones, quedando en completa calma. A pesar de verse como una fiera, Enju le temía a las turbulencias, por lo que se abrazó fuertemente a Kyoko, cerrando sus ojos fuertemente.

    Todo pasó en unos instantes, para cuando los volvió a abrir, la ambarina le sonreía, extendiendo su mano para ser tomada. Asintió con su cabecita y la tomó, dejándose guiar en el descenso por las escaleras. Inmediatamente los flashes de las cámaras la cegaron por momentos, frente a ella un ejército de reporteros y prensa que buscaban la exclusiva de su llegada.

    Se sintió algo avergonzada, no es que ya hubiera hecho demasiadas películas o tuviera grandes estelares, pero la excelente promoción que le daba la pelirroja, aunado a lo mucho que la querían sus fans por sus papeles en Japón a lo largo de tres años de carrera, impresionando por sobre todo, a la critica por la variedad de papeles que era capaz de desarrollar. Y el rumor de ser la koohai de Tsuruga Ren, el mejor actor del país.

    Algunos de los reporteros desviaron su vista a la jovencita que tomaba de la mano tan fervientemente a la actriz. La habían reconocido como lo que era la hija de un famoso cantante proveniente el Japón, ahora ya internacionalizado. —Miren quien va con ella…—Susurró uno de los reporteros.

    —Esa niña es la hija del cantante…

    — ¡Papá! —Gritó la niña, llevando a la actriz por el lado derecho de las escaleras. Los reporteros les abrieron pasó al ver la feroz mirada del hombre que esperaba al otro extremo. Una extraña emoción se desarrolló en Kyoko, como si la calidez de un antiguo sentimiento y su aura maligna se mezclaran con cada paso que daban. — ¡Papá, es Kyouko-sama! —Volvió a gritar inundad por la alegría. Al final del camino se erguía un hombre que pareció reconocer.

    —Es él… él…—Repitió frenéticamente, asustándose por la verdad de sus palabras. El hombre de cabello rubio sonrió arrogantemente al verla tan confusa. Finalmente llegaron al frente de ese hombre. Su altura era mayor a como la recordaba, aunque sus facciones hubieran madurado, seguía siendo tan guapo como antes, o quizás más. Enju aligeró el agarre de su mano, y arrebató la mano del oji-verde. Uniéndolas en un agarre que ella le pareció grato.

    —Kyoko…

    —Shoutaro…

    *º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º*º
    N/dp: Lamento mi tardanza, pero es que la ciber de la avenida no abre temprano, debido a las lluvias del huracán "Alex" y también está el hecho de que me ofrecí "voluntariamente a fuerzas" a ayudar al municipio de Santa Catarina. Fui a llevarles agua a mis familiares que están incomunicados, n eso pasaba unos voluntarios, me pidieron ayuda y pues… ¿puedes negarte ante una niña de mirada tan dulce? Sí, tengo corazón de pollo, pero bueno… ¡ayudemos al prójimo! Hoy por ti, mañana por mí El domingo les tengo listo el tercer capítulo ¿nee? (Y si no les parece pueden…) ¡Yuuko! (Dejar de leer, ¿Qué creías que diría?)

    Conociéndote… Lamento no traerlo antes, pero verán, tengo que hacer "El periódico del anime" para un foro, fic de Inu-sexy, el primero que hice en mi vida, el viernes. (Un destino muy complicado entre tú y yo inuxkag) Sabado "InuYasha: the tragic love song of destiny, Domingo este fic, Lunes libre, Martes el fic de "Galletas" Miércoles "Pensé que era amor…" un sesshxkag, además, tengo planeados muchos más… bueno, a ustedes les interesa Skip Beat! así que me callo, ¡que lo disfruten :D!
     
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  3.  
    Mina Guk

    Mina Guk Usuario común

    Piscis
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    Pluma de
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    Re: Enfrentado al pasado [Skip Beat! KyoukoxRen]

    kyyyyyyyyyyyyyyyyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    izayoi me fasinó, haber cuando me doy una vuelta por tu perfil, tengo ganas de ver esas imagenes, jejejeje aunque coniciendote ya me las imagino, [jejeje seee.... eeeeeeeeeee.........¡Hola!...¿Kourei no Tsuki?... no la conosco...¿iza me l@ presentas?] es cierto, no he tenido el gusto de conocerl@, jejeje bueno, un favorsote, me habisas cuando alla conti, jejeje esk ultimamente [mejor dicho, siempre] se me olvidan las cosas.
    y sigue asi que no hay duda de k eres muy buena en esto
     
  4.  
    Lilith Amaya

    Lilith Amaya Entusiasta

    Acuario
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    Pluma de
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    Re: Enfrentado al pasado [Skip Beat! KyoukoxRen]

    genial hacia mucho que tenia ganas de leer uno de skip beat, me sorprendiste pense que decias que la hija era de ren y me quede pero ren no tiene el cabello negro, en fin espero pronto subas la conti. en cuanto a la ortografia en ocaciones te comes algunas letras o palabras de coneccion fuera de eso todo lo veo bien n_n

    pd. me llamo la atencion tu comentario del huracan, realmente si se puso feo por aca y eso que no toco como debia pobres los de santa una amiga se la paso sin agua varios dias.
     
  5.  
    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

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    Enfrentado al pasado [Skip Beat! KyoukoxRen]
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    Ok, vuelvo después de meses xD pero estuve cargada de problemas… Vuelvo con la actualización de semana a semana y les prometo que no dejaré el fic tan abandonado de nuevo… *cruza los dedos* (Pareces político de campaña) En la medida de lo Yo posible… y supongo que nadie entendió así que ahí lo dejamos.

    Gracias a aquellas que me dejaron review hace añales… y les pido perdón, no vuelvo a tardar tanto *pone cara de cachorrita desvalida como Tsuruga-san* ¿Me perdonan?

    Disclaimer: Los personajes de Skip Beat! no me pertenecen (De lo contrario habría más temporadas del anime y saldrían por tv abierta :D) Son de la genio Yoshiki Nakamura, pero Tsuruga Ren es mío y sólo lo comparto con Kyouko ;D

    Capitulo 3: "Vuelve el aura demoniaca"


    Los segundos parecieron eternos cuando observaba esa sonrisa arrogante y desinhibida posarse ante sus ambarinos ojos, nunca creyó volver a ver esa expresión tan singular en el rostro de aquél hombre. Parpadeó confundida, dirigiendo su atención de la niña al padre y así sucesivamente, notando el enorme parecido que tenían, tal como lo había sospechado.

    Los ojos verdes risueños y mostrando una gran serenidad, digna de la madurez que gustaba de ocultar para ser consentido como un niño malcriado, ese era Shoutaro, el joven del que vivió enamorada la mayor parte de su vida y ahora sólo detestaba. La pequeña le sonrió a él, mirándolo cómplice de alguna travesura, pero la joven no se percataba de ello, la sorpresa de volver a verlo después de cinco años de ausencia era abrumadora. — ¿Te comió la lengua el ratón? —Comentó sarcástico. Justo ahora Kyouko daba todo el crédito a la frase "Nada como cinco minutos en el hogar para extrañar el extranjero"

    —Shoutaro, cállate o empezarás a desear valorar más tu vida. —Y una densa aura cargada de energía oscura se apoderó de ella, la niña no hizo más que observar entre divertida y confusa ¿Quién era Shoutaro? Tenía un nombre ridículo, ¿A quien se le ocurría llamarse "taparrabo"? —No sabía que precisamente tú eras el padre de esta niña.

    —Kyouko-sama, creo que debemos marcharnos, estamos en un sitio público. —Jaló del abrigo femenino sintiendo disminuir la tensión en el ambiente, aunque ella fuera una mujer de apariencia más estilizada, en el fondo seguía siendo una niña caprichosa que tenía un carácter demasiado difícil. —Vamos…

    Kyouko asintió, mientras se dejaba conducir por la pequeña que no dejaba de ser captada por las cámaras y lentes de los fotógrafos, al verla descender del avión con semejante personalidad les dio por un morbo malsano de captar todo ángulo posible. Desde literalmente el suelo o por encima de otros reporteros, parecían buitres peleando por el último pedazo de carroña.

    Con el tiempo había aprendido a lidiar con ello, su otou-san, Kuu Hizuri, era un experto evadiéndolos y sacándolos del camino de su preciada hija. Ella agradecía la alta estima que le ofrecía, en verdad se convertía en un padre para ella, la que nunca poseyó el amor de una familia. Sonrió afablemente a todos como le hubiera enseñado él. Siempre intentaba que fuera falsa, ser feliz era cansado, pero aunque esa satisfacción de ser el centro de atención pudiera ser abrumadora, nunca se cansaría de las personas que en verdad valoraban sus esfuerzos por dar lo mejor de sí. Esa sonrisa sincera terminaba dibujándose sin permiso de sus labios.

    Avanzaron el camino al interior del aeropuerto entre murmullos y flashes, escuchando alguna que otra vez sobre una relación ficticia entre el famoso cantante y la aclamada actriz. Pero Kyouko no deseaba escuchar aquello, se sentía mal y herida por la posibilidad de pensar lo que hubiera sido de ella si antes le hubieran dicho lo mismo…

    Una mirada seria fue dirigida al rubio que la entendió de inmediato, tomando su mano y la de su hija, emprendiendo la huída de esa bandada de rapiña que sólo buscaban que vender. Los pasillos fueron más estrechos a cada paso, sentía asfixiarse pero el cálido contacto humano, aunque fuera de él, la mantenía en el hilo de la realidad. Evitaba que su mente se quedara en el pasado donde los recuerdos dolorosos la desarmarían de inmediato. En ese mismo sitio, hace cinco años. —Hemos llegado. —Escuchó las palabras con un suave deje de preocupación.

    —Gracias. —Esas letras que conformaban una palabra antes prohibida para él escaparon sin su consentimiento, no quería que su voz se quebrara y preocuparlo, no anhelaba su lástima y el consuelo por algo que no podría entender. No quería aceptar abiertamente que en cierto punto lo seguía considerando su amigo. —Pero no debiste… —Por suerte su cerebro salió en su defensa, añadiendo lo que necesita para arrepentirse de lo dicho.

    —No lo hice por ti, sino por mi hija…—La pequeña que se mantenía ajena a todo saltó a los brazos de su padre, estudiando con detenimiento la conversación humana más larga que observaba en él desde hacía varios años. —Nunca tienen suficiente con fotos, siempre desean algo más… ¿Verdad Enju?

    —Sí Otou-san —Respondió cortésmente. —Kyouko-sama, perdón por la actitud de mi padre, estaba preocupado cuando vio que sus ojos empezaban a nublarse. —Shou pasó de la vergüenza de ser descubierto al asombro de escuchar a su hija, ¿En qué momento le cambiaron a su pequeña? Ladeó el rostro, buscando una cámara más o alguna doble, pero no halló nada. Se suponía que Enju se parecía a él, ¿Quién se la educó correctamente de un día para otro? —Pero no lo entiendo, ¿Por qué quería llorar?

    —No es nada. —Sonrió sinceramente, viendo el gesto inexpresivo de Fuwa. Ella sabía que jamás se daría cuenta de que eran idénticos. La madurez de él sólo se presentaba cuando realmente lo ameritaba, prueba de ello fue la ocasión del corte con la cachetada. Enju podría ser una caprichosa, pero realmente era madura cuando se le necesitaba. —Aunque Fuwa-san es un idiota, sigue queriendo lo mejor para su niña.

    — ¿A quien llamas idiota, mujer plana? —Contraatacó, sin intenciones de en realidad discutir. Parecía muy divertida con molestarlo y eso la sacaba de la onda depresiva que comenzaba a ahogarla. Sin admitirlo deseaba animarla.

    —Al idiota que lo pregunta, rubio oxigenado. —Enju contuvo la carcajada, en verdad era entretenido ver pelear a ambos como un par de críos. Sacudió la cabeza en forma de negación ¿Cómo era posible que ellos fueran más inmaduros que una pequeña de cuatro años y medio? Pero por Kami-sama… ¡Ella siempre quiso decirle eso!

    —No sabes el gusto que me da que te hayas ido…

    —No sabes el gusto que me daba haberme ido… —Una batalla de intensas miradas se desató entre ambos, dando paso a la línea mortal imaginaria de ambos contendientes, donde el medio era una sorprendida y animada jovencita que echaba porras a ambos "adultos" —Shoutaro, siempre serás alguien de escaso cerebro y eso no puede cambiar aunque seas padre…

    —Pues tú nunca encontrarás a alguien que te mire, mujer plana y sin chiste. —Colocó la mano sobre su mentón, sonriendo de nuevo con arrogancia. —Es obvio que te dan celos de que tuviera una preciosa niña con otra mujer que no fueras tú, además de que estás celosa porque hasta ella con dos años es más linda que tú…

    —Tengo cuatro y medio —Protestó Enju. Pero fue ignorada olímpicamente por los gladiadores a punto de abalanzarse contra el otro. De la nada una descarga eléctrica fue contra ella y apenas logró esquivarla, las chispas alrededor volaban y ya no era seguro permanecer en el frente de batalla… Instintivamente retrocedió unos pasos.

    —Yo no tengo envidia, más bien tengo lástima por la pobre ciega que se fijó en un tipo tan patético como tú. Esa niña es incluso más madura que el idiota descerebrado que tiene, para su desgracia, por padre. —Acotó lo más rápido que pudo para obligarlo a no protestar, aunque se quedó sin aire por todo lo dicho.

    — ¡Kyouko-chan! —Una voz de entre las tinieblas atiesó el cuerpo de la joven, dejándola incapaz de moverse o salir huyendo. Esa aura asesina, la única que conocía mayor a la suya… empezaba a temer por su vida. — ¡¿Podrías explicarme dónde rayos te habías metido! —Una vena saltó en su sien, el rostro desencajado peor no menos perfecto, la representante de la actriz se interponía en la batalla, ganándola sin tener una participación abierta.

    —Ni-Ningyo-sama… —La voz le titubeaba y esa expresión de respeto salió por sí misma. El "sama" sólo era usado cuando su vida dependía de ello.

    El regaño que recibió fue digno de una escena de madre obsesiva con la hija que tenía su primer novio. Su pelea se vio interrumpida y los intentos de huída fueron repelidos y bloqueados por la representante. Intentó huir diciendo que no podía abandonar a Enju, pero ella le dijo que había trabajo, intentó diciendo que había cosas por hablar con Shoutaro, pero ese idiota le dijo que no le era posible.

    Al final no escapó del discurso-sermón de más de cinco horas sobre su reputación, la imagen que debía preservar, y los sustos que le daba al desaparecer, además de chantajearla con lo mucho que se la había encargado su otou-san y lo culpable que debería sentirse.

    Justo ahora se sentía como una malcriada que merecía el peor de los castigos, Ningyo sabía que ese chantaje en especial siempre funcionaba. Kuu Hizuri fue quien la invitó a participar en un pequeño papel, donde sería su hija, Kyouko aceptó más que encantada la posibilidad de probar suerte en América, agregando la dicha de ser reconocida por su sempai como un actriz y una hija.

    Tras esa invitación ocurrieron todos los hechos que la obligaron a alejarse del país natal para ya no pensar, dejar todo atrás y comenzar de nuevo.

    Sus últimos pensamientos durante aquellos años fueron los de arreglar todo antes de su viaje, dejar los viejos deseos enfermizos de venganza sobre Fuwa –Aunque no olvidarlo del todo- y alistar maletas, no era nada más. Y lo de aquél día fue completamente inesperado e inolvidable

    ¿Quién se olvidaría de algo así?

    Ahora recostada sobre el mullido colchón de plumas, por el cuál llorara antes al saber tal crueldad sobre un animal sólo para eso, se preguntaba sobre su pasado y el descubrimiento tan sombrío que realizó antes de partir. Nunca se dio tiempo a pensar sobre eso, evitó el tema durante cinco años porque sintió que no debía importarle, sentía que no debía cuestionarse sobre eso, pero…

    La curiosidad era mayor.

    Y al estar cerca de él, sólo con saber que estaban en el mismo país, en la misma ciudad, aumentaba los ritmos tan pausados que mantuvo su corazón. Pero la sombría sensación y el sabor amargo volvían a hacer agujeros en su razonamiento, encubriendo los pensamientos que solían desatarse para hacer peor el malentendido.

    La puerta se abrió suavemente, los toques que había efectuado la mujer no fueron escuchados y se decidió a entrar, para encontrarse a la actriz tan pensativa como cuando la dejaban sola. Le oprimía algo en el pecho porque estimaba a la joven, siempre era vivaz y alegre, con un carácter diabólico, pero con el tiempo se había visto demasiado madura, ¿O quizás era que se la pasaba suspirando? No lo sabía a ciencia cierta, pero a últimas fechas era difícil sacarle una sonrisa sincera, o una expresión de esas que espantaban hasta Kuu Hizuri. —Kyouko-chan ¿estás lista?

    —Sí. —Sonrió sinceramente. Ningyo suspiró aliviada de verla mejor.

    —De verdad espero que lograras sonreír así más a menudo, no sólo con esas sonrisas que regalas a la lente. —Suspiró, conteniendo la risa por la cara de desconcierto. —O al menos lo intentas, porque eres incapaz de ocultar la verdadera felicidad que te da tu trabajo.

    —A veces es cansado ser feliz. —Recitó con nostalgia. —Pero hacer eso me recuerda a una persona y no puedo evitar sonreír de verdad. —Alzó su cuerpo de la cama, tomando su bolso para llegar al próximo destino. No había tiempo que perder, deseaba retirarse lo más pronto posible de ese país, quería pensar que ahí dejaría todas las dudas que le carcomían el alma. — ¿A dónde iremos?

    —A LME.


    N/dp: Tres personalidades: Izayoi, *Kourei* (Yuuko) ¿entendieron?

    ¡Hai! *resuena un eco que destruye los ventanales, Izayoi mira extrañada* ¿aún se usa la palabra "ventanales"? *Yo, Kourei, asintiendo le hago un gesto para que continué con la nota* Ok, era curiosidad *La autora hace pucheros* Bueno, si alguien no entiende, yop soy Izayoi, Kourei es la narradora entre asteriscos y Yuuko es la otra personalidad. (Para mayor información consultar mi profile) ¬.¬ pareces comercial, en fin… Sin líos, todas soy yo :D
    ¿Qué les pareció? Sé que tengo meses sin subir conti, pero estuve llena de problemas familiares, en todos mis fics estoy quedando mal xD (Sin mencionar el trauma que me causó el manga 160 de Skip Beat! ¡¿Cómo te pones a llorar por no verlo, Kyouko-chan! ¡Hubieras vuelto a entrar y aceptar su invitación!) Ok, me extravié, pero ya tengo más clara la idea de este fic, ya que tenía dos líneas a seguir y por fin me he decidido por una una ;D

    ¿Quién quiere descubrir el secreto? *Las tres alzamos la mano* (Yo lo vendo…) *Le taponean la boca a la soplona* ¡Traidora! Bueno, les revelé unos detallitos leves, además de que dejé en claro la personalidad de Kyouko, que a pesar de ser mayor es casi la misma, pero actúa diferente por el pasado. Pero no podría decirse que es capi de relleno, sino que conectamos a la pareja principal, no se apuren que llega Ren en el siguiente *Ojos soñadores y miles de corazoncitos* Prometo solemnemente que no vuelvo a tardar tanto tiempo y para sellar mi pacto el próximo martes vuelvo a subir capi, así que por favor… ¡Dejen un review! *Dogeza extrema, al estilo de Kyouko enterrando su cara en el concreto*
     
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  6.  
    Kyouko Kiryuu

    Kyouko Kiryuu Adicto

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    ¡Iza-chan!
    Aww... Había esperado con ganas que lo continuaras... =3 Me emocioné con cada línea que iba leyendo.
    Me encanta las pequeñas "peleas" de Sho y Kyouko... Tengo un pregunta, ¿habrán celos? Te exijo celos por parte de Ren (los cuales son adictivos) y Sho (no me importa que tenga mujer (?)).
    OMG! Ya quiero ver el reencuentro de Ren y Kyouko. /Emocionada. :rolleyes:
    Estaré esperando ansiosa el siguiente capítulo. =3

    Adiós.
     
  7.  
    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

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    Enfrentado al pasado [Skip Beat! KyoukoxRen]
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    Yo coloreó ya imágenes en el Saint y me quedan muy bien, pero es bastante cansado porque pintas píxel por píxel (Extiéndase cuadrito por cuadrito) aunque el orgullo por la imagen es mayor :D Bueno, calladita me veo más bonita y las dejo leer…
    NoTa: malvadas suertudas, escribí un lemon de otro fic y se borró por completo xDDD pero nada más escribí este capitulo de skip beat! y la computadora funcionó de nuevo, agradezcan a Kami-sama porque a mi me pasa cada cosa ToT
    Disclaimer: (¿Por qué rayos esto es obligatorio en Fanfiction?) Los derechos de autor de la serie y personaje no me pertenecen (Obviamente, la gente debe saberlo porque si no fuera así no tendríamos porque escribir fanfics) Cállate *La silencia con un calcetín* Pero aclaro que Ren-sama me pertenece y algún día lograré que Nakamura-sensei me lo regalé :D
    Capitulo 4: "Reencuentro"

    No creyó escuchar bien esa última respuesta. Se limpió un poco los oídos para volver a escuchar y esperar esta vez que la respuesta fuera otra. Ella no podía ir a LME así de simple y menos por un trabajo, él estaba
    aún ahí a pesar de que ya aceptara trabajos de otros países, se estaba volviendo internacional.

    Una mezcla confusa nubló su raciocinio, por un lado quería volver a verlo y tener el valor de aclararlo todo, decirle que ella lo apoyaba con ese pasado y que había cambiado. Por otro lado sabía que a veces esa aura oscura que el poseía le hacía temblar, algo siniestro en su ser le obligó a huir de su lado.

    Fueron primeros unos días, luego después de su viaje para el pequeño papel regresó a su natal Japón y aunque Tsuruga Ren la buscaba para seguir llevando su relación como hasta ese entonces, ella siempre corría despavorida en su mente. No podía ser grosera con su senpai por tanto tiempo de convivencia y gratitud, pero el descubrir un secreto de tal magnitud y no poderlo confesar la terminó alterando demasiado. Tanto que huyó con su otou-san a Hollywood. —Kyouko ¿Qué te sucede? Te quedaste muy callada.

    —Me sorprendiste con esa noticia, no esperaba que mi trabajo fuera en ese lugar… otra vez.

    —Lory Takarada me lo pidió personalmente. —Tomó su maletín y la mano de su representada. Perder el tiempo estaba bien, siempre y cuando fuera caminando hacia su destino. —No se conforma con tus llamadas, desea ver a su pequeña no graduada de la sección que el con tanto amor creó.

    —Sabe que me siento mal por eso, pero no podía quedarme. —Abajó su cabeza algo apenada, sentir escocer su garganta pero jamás tenía que salir ese secreto a alguien más que no fuera su senpai. El secreto era suyo y ella no tenía derecho a divulgarlo por el error de estar enterada. —Prácticamente huí por cobarde.

    —Vamos, deja de menospreciarte y andando. —La jalonó un poco de su vestimenta para comenzar a andar.

    Necesitaba darse prisa para cumplir con el horario, no le permitiría llegar tarde. Además si terminaba su trabajo pronto la llevaría aun sitio para distraerse de tantas preocupaciones. — ¿Qué no tienes deseos de ver a nadie de ahí?

    —Tienes razón. —Sonrió. —Es hora de enfrentar el pasado.
    :-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:

    No entendía que tanta fascinación le daba esa ventana desde el comienzo del día, absorto en sus pensamientos ese hombre siempre le ignoraba cada comentario de burla, halago o simple cortesía. Con su perfil acentuando los músculos firmes de su pecho, su camisa entreabierta no dejaba mucho a la imaginación. El negro siempre le había sentado bien, de hecho cualquier color le iba perfecto.

    Las gemas verdes de sus ojos observaban distraídamente el correr de las gotas de lluvia por la ventana, sobre el vidrio. Su cabello peinado de la mejor manera por la reciente sesión de modelaje para ropa de la marca Armando, donde seguía siendo la estrella principal. El tono de su tez perfectamente bronceada enmarcaba más sus ojos y sus labios dejaban escapar periódicamente una serie de suspiros de melancolía. Y desde ayer su estado empeoró con sólo escuchar ese nombre femenino que le hería aunque intentara ocultarlo.

    El pasar de los años era casi imperceptible, aunque si alguien miraba el antes y el después sin duda coincidiría en que era ahora más guapo y elegante, con un perfil de misterio que le otorgaba la sombra oscura de incertidumbre en sus orbes de esmeralda. —Ren, ¿en que tanto piensas? —No hubo respuesta inmediata. Lo zarandeó un poco del hombro para que por fin notara que había alguien más en el cuarto. —Ren…

    —Yashiro-san, deja de molestarme. —Dio resultado, sin embargo no era el esperado. Volteó furioso y con un gesto desagradable en el ceño. —No estoy de humor, por favor déjame solo.

    —Estás así desde ayer, cuando te dije que Kyouko-chan volvería por unos días al país. —Su amigo pareció volver a al realidad, ejecutando una mueca de incredulidad y molestia. Su don natural era saber que le pasaba a ese hombre, y precisamente era lo que más detestaba de su persona. —No las has visto desde aquella vez en el aeropuerto cuando coincidieron por última vez y ella ni se despidió.

    —Ella parecía temerme por algo, pero nunca me aclaró por qué. —Llevó una mano al rostro para suspirar contra la palma de nuevo, como si así le transmitiera todos sus sentimientos al aire y los dejara escapar. —La busqué para preguntarle que le sucedía y sólo logré que me evitara más. —Yashiro bufó exasperado, de nuevo quedaba como sombra sin ser tomada en cuenta. El pelinegro hablaba consigo mismo, ignorando su presencia.

    —Ren, debes buscar la manera de acercarte a ella durante estos días y averiguar que le ocurrió. —El hombre no pareció reaccionar y ello le provocó un escalofrío por toda la espina dorsal. Cuando quedaba sin palabras uno debe estar preparado para las fatales consecuencias de su mirada del emperador de la noche.

    —Yashiro-san, eso ya no me debe importar…—Sus ojos de verde esmeralda se tornaron frívolos y nada compasivos. Era obvio que estaba mintiendo y no quería ser acusado de ello, era una de esas ocasiones en que silenciosamente amenazaba su vida con la sola expresión para que no comentara nada más. —No tiene porque molestarme nada de lo que ella haga o deje de hacer…—Entendido el mensaje y ante el inminente desmayo de su manager sonrió con su habitual falsedad. —Mogami-san nunca fue nada mío…

    No esperó ninguna respuesta, su palidez fue la sencilla prueba de que el mensaje le fue entregado completo y sin interrupciones. Él no deseaba que le volviera a hablar de ella, después de todo no era ninguna mentira, a él no debía interesarle mucho su carrera teniendo al propia, tampoco debería estar ansioso por volver a verla ni mucho menos desmentir que ella no era nada suyo. Así era de cruel la realidad. No debía, pero lo hacía.

    Las heridas de su indiferencia y temor no sanaban ni con el paso de los años. Alguna vez contempló la posibilidad de que ella se enterara de sus sentimientos y huyera, o quizás se enteró que era Corn y que le había mentido todo este tiempo, o que se hartó de sus modos de tratarla y simplemente se alejó por temor… había tantas razones por las que esa pequeña cuatro años menor abandonaría su compañía.

    Los pasillos de la agencia eran silenciosos a esas horas de la noche, la mayoría de los empleados ya se retiraban a sus casas o estaban en intención de hacerlo, sólo permanecían los actores con compromisos nocturnos que eran pocos. Siempre eran ofertas foráneas a shows de variedades, comedia y entrevistas para un horario especial. Pero esa noche estaba citado con el presidente para una pequeña oferta de propaganda.

    Caminó por uno de los desérticos pasillos hasta llegar a un sitio donde a veces descansaba, un pequeño lobby donde al presidente le gustaba ir para planear su próxima travesura. Lo había conocido por María-chan cuando pequeña y aún a veces la encontraba allí con su abuelo planeando una fiesta sorpresa de cumpleaños, los días de San Valentín, año nuevo y demás ocurrencias.

    Una mesa a su costado parecía decorada y aguardando pro alguien, no quiso incomodar ala potra persona con su presencia ni a él mismo con la estadía de alguien más ahí. Tomó asiento en una mesa individual detrás de un biombo que ocultaba perfecto su presencia. —Ningyo-sama, ya le dije que no tengo ganas de comer nada… —Una voz femenina muy graciosa y dulce resonó en sus oídos. Aunque no reconociera el timbre le sonaba familiar y le agradaba escucharlo, lo calmaba.

    —Eso no señorita, saltas olímpicamente tus comidas pero aún así te quejas cuando yo no como, es mi turno de regañarte. —Rió por lo bajo al escuchar su comentario, él también era así en ocasiones, su vida era como
    el refrán "En casa del herrero, cuchillo de palo" Nunca ponía en práctica sus propios consejos de comer adecuadamente. —Te sentarás aquí y no quiero oír nada más.

    —Pero… —Intentó replicar pero fue silenciada con un dedo sobre sus labios. Al hombre que escuchaba curioso le daban ganas de ver que clase de expresión ponía la joven al ser silenciada tan exitosamente. —De acuerdo. —Hizo un mohín de desprecio y asintió. —Algún día me las pagarás Ningyo…

    — ¿Y donde quedó el "sama"? —Bromeó para controlar sus nervios. Pero en verdad le costaba sonreír cuando esa aura oscura emergía de la joven y demonio con su forma la rodeaba peligrosamente cerca del cuello. —Luego me pasas las facturas, ahora te quedas, comes y vamos a donde el presidente que debe estar ansioso por verte.

    — ¿El presidente? —Cuestionó en voz baja desde el otro lado, Tsuruga Ren que estaba al pendiente de los detalles de la conversación. Le parecía muy descortés intervenir en la discusión de alguien más, por eso simplemente escuchaba lo que "de casualidad" llegaba hasta su persona. —Debe ser la otra persona que esperábamos para la nueva idea extrema del presidente…

    — ¡Hamburguesa con un huevo frito encima! —Un pequeño grito le llegó de impacto, obligándole a frotarse un poco las orejas. Un presentimiento le recorrió por completo, la única que recordaba con tal voz era… — ¡Adoro este platillo! —La joven dio una probada y suspiró con felicidad. Le quedaba de espaldas su rostro al desesperado Tsuruga Ren que discretamente buscaba su rostro. —La última vez que comí esto fue hace varios meses con Kuu otou-san.

    —La única que llamaría así a Kuu Hizuri es ella… —Susurró sin poderlo creer. Deseaba verla pero no era lo correcto, incluso se prohibió buscarla para herirla más al gritarle en cara todo lo que vivió por su culpa, maldijo y bendijo al destino que se empeñaba en echarle en cara que todo sucedía como a él se el antojara y no como Tsuruga Ren lo quisiera. —Es Kyouko…

    —De alguna manera… siento como si estuviera junto a alguien especial. —Se abrazó a sí misma sin escuchar el sonido de una silla correrse. Ni los pasos fuertes y decididos que anhelaban romper el suelo que tocaban por la emoción fueron audibles. Sólo fue posible alzar su rostro y contemplar la figura de un hombre muy apuesto que la veía con una ternura y rabia entremezcladas en la mirada. —Tsuruga-san…

    —Tanto tiempo, Mogami Kyouko…—Le dolió la manera en que pronunció su nombre con cierto rencor. Sin embargo no esperaba menos de él, sabiendo lo que conocía. Un secreto estremecedor de su pasado que la alejaba y a la vez lo atraía hacia él. Por eso se fue de su lado. Decidida a enfrentarlo cometió un grave error, para ese hombre significaba un desafío su actitud valerosa. Ahora aparecía esa mirada penetrante del emperador de la noche. —Salúdame como se debe, no seas grosera con tu senpai. —En un arrebato la atrajo a su pecho, el cuerpo menudo de ella chocó con la firmeza de la parte alta de su abdomen, no recordaba sentirse tan pequeña como para alcanzarlo hasta ahí.

    —Tsu-Tsuruga-san, ¿Qué hace? —Tartamudeó un poco mientras los colores se le subían a la cabeza. Estaban demasiado cerca uno del otro, no lo soportaba, su corazón se aceleraba hasta el borde del colapso y su respiración comenzaba a fallar.

    —Ahora vives en el extranjero, ¿no saludas igual que ellos? —La tomó del mentón para verla directo a los ojos. Vio temor y se sintió arrepentido en parte por su arrebato de ira, aunque si eso hacía que tomara algo de valor y la tuviera presa entre sus brazos después de tanto, sinceramente no le importaba molestarse seguido. Le iba a robar un beso en la mejilla, como aquella vez. Estaba cerca, sus labios y el obsesito separados sólo por milímetros cuando…

    — ¡Mogami-kun! —Un estruendo familiar interrumpió su concentración, y maldigo internamente por no poder seguir con su plan. La soltó y el esperado desfile de mujeres y hombres apareció, ataviados en excéntricos trajes sólo superados por el hombre que encabezaba la fiesta.

    —Presidente…

    N/dp: Shimata, hasta yo odié al presidente por interrumpir uno de los pocos lapsus de valentía de Ren xD Parece ser que ambos trabajarán juntos ¿en que será? Kyouko sólo viene unos días, no es un dorama *Se oyen suspiros de decepción en todos lados* Pero es muy interesante y estrafalario para que lo organice su presidente.

    Pues aquí sin ánimos de escribir, me duermo sobre el teclado. Si no vuelvo en una semana significa que lo babeé y ya no sirvió xD Bueno, es broma, jeje. (Aunque si es capaz) Shh, no me delates… Hay un secreto grave que Kyouko descubrió ¿Qué se imaginan que sea? Nadie lo ha escrito hasta ahora, no esperen leer que porque él es Kuon ella se fue (aún no sabe esa información) Es otra cosa, obra y magia de su imaginación hiperactiva ¿lo adivinan?
     
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