—Oh, pues mira que adorable de tu parte —dijo la enfermera con una sonrisa cómplice—. Pues bien, toma asiento, lindura... Con pasos nerviosos, Yule tomó asiento en una de las camillas de la Enfermería. Ichigo se sentó de regresó en su silla y revisó entre unos papeles en su escritorio. Finalmente, extrajo un archivo que debía ser el suyo; incluso vio su nombre en el dorso. Le echó una mirada rápida y luego volvió a verlo. —¿Así que jaquecas, Yule-san? —repitió Ichigo, en busca de confirmación—. A juzgar por tu expediente, eres un chico bueno y aplicado... así que no parece que seas de los que vienen en busca de drogas para otros fines... pero, ¿sabes? Una nunca puede estar segura... la gente puede sorprenderte a veces. >> En fin, volviendo al punto. Si vienes con dolor de cabeza... ¿hace cuánto sientes estos dolores? >> Desde hoy a la mañana. >> Desde que desperté mi Persona. >> Desde que entré a la Enfermería.