Enfermería Además del estado de cansancio se debe ser racional en cuanto a que los prisioneros pelean con su sangre, y necesitarán constante ayuda médica para no caer en un déficit de hierro, sucumbiendo a desmayos repentinos. ¿Para qué se utilizará este lugar? Este lugar se utilizará para tomas pastillas de hierro, o suministrar hierro intravenoso y suero, casi todo con el hierro (?) Además si se sienten desestabilizados emocionalmente también pueden venir aquí. Ganas de vomitar luego de ver a alguien perder algo de su cuerpo, su corazón roto por un rechazo sentimental, ganas de morir por saber que no saldrán nunca de aquí… y mucho más. Por si hay dudas sobre quién los atenderá. Su querida Agnes con todo el amor del mundo. Estará disponible en esta zona en cuanto no esté en su oficina. Pueden acostarse en la camilla y esperar un rato luego de que les inyecten las venas, para regresar a sus otras áreas. La GM dará aviso de cuando se hayan suministrado las vitaminas, minerales, sales y demás en su cuerpo. Contenido oculto Yáahl Yáahll The Pacman Gigavehl GigiBlanche Tarsis satellite Nekita SweetSorrow rhapsodic
Connie Dubois Ingresó a la enfermería, aburrida y ligeramente impaciente, al ver que allí no había nadie para charlar o matar el tiempo. El guardia había desaparecido por donde vino, dejándola sola. Bufó, recorriendo un poco el lugar, hasta que se topó con un pequeño espejo. Era la primera vez que se veía a sí misma luego de lo ocurrido. Tragó saliva, y relajó los puños un momento antes de enterrarse las uñas en las palmas. Se observó las manos, las marcas que permanecían en su piel, y le echó también un vistazo a todas las heridas limpias a lo largo de sus extremidades. Su cuerpo, siempre tan esbelto y níveo, lleno de cicatrices. Su rostro, siempre tan femenino y delicado, con un asqueroso parche encima. Intentó vomitar, pero no tenía nada en el estómago. Se echó sobre una cama luego, y clavó la mirada en el techo blanco. Su ropa llena de sangre seca daba asco, su ojo vacío daba asco, su cabello sucio y enmarañado daba asco. Ella daba asco. Permaneció allí, en silencio, oyendo su respiración, hasta que alguien entrara a asistirla.
Muñecos de felpa Dos enfermeras disfrazadas de pajaros de felpa ingresaron en la enfermería, sujetando las intravenosas con suero, hierro y la aguja esterilizada. Aprovechando que Connie estaba sobre la camilla le hicieron con facilidad el tratamiento médico, además de aplicarle cremas cicatrizantes de las heridas para evitar que las marcas fuesen permanentes. Le dieron otro desinflamante en pastilla y se retiraron casi inmediatamente, sin cruzar palabra con ella bajo aquellas cabezas de aves. Al momento volvieron los guardias, mencionando que Agnes dio la orden de ir a su habitación ya designada.
Laila Meyer. Negrura. Vacío. Sangre empapándolo todo. Los gritos de Shawn, llegando desde otro mundo, fragmentándole el corazón ya de por sí destrozado. Cuando logró empezar a reaccionar, drogada aún por efecto de la potente anestesia y la pérdida de sangre, sintió todo su cuerpo enviarle relámpagos de dolor hasta el cerebro. Las luces del lugar la cegaron, añadiéndole una migraña a la lista de alarmas que llegaban a su cabeza. Y aún tenía muchísimo frío. Incapaz de enfocar el mundo, se llevó la mano al costado y dio un respingo que avivó el dolor de todo su cuerpo, pero sobre todo el de aquella herida recién suturada. Estaba viva, o eso suponía, pero deseaba que no fuese así. Prefería la negrura y el vacío que el terrible dolor que le martillaba el cuerpo y el corazón. Las lágrimas volvieron a correrle por el rostro e intentó levantarse de la camilla, sin éxito alguno. —Shawn —murmuró para sí misma, dejando salir su nombre como un quejido—. ¿Dónde se llevaron a Shawn?
Colegialas Las enfermeras disfrazadas de colegialas cambiaron el pañuelo de agua tibia que le habían puesto en la frente, arropando el cuerpo de Laila con varias sábanas afelpadas mientras le hacían beber pastillas para el dolor y acelerar la desinflamación de la reciente operación. Una de ellas miró a la otra y ambas asintieron, respondiendo al unísono a sus preguntas mientras terminaban de acomodar el suero que le suministraban por vía intravenosa. —Shawn está con la señorita Agnes en la oficina, le rogamos no se preocupe por su salud —ambas extendieron una moda de ropa limpia, del estilo del cual Laila solía vestir fuera de aquel lugar—. Puedes cambiarte dentro de un rato para dirigirte al nuevo espacio, en el podrás ver a Shawn dentro de un rato. La señorita Agnes se asegurará de que él se sienta mejor, por ahora preocúpese por usted. Una de ellas con un pañuelo húmedo comenzó a limpiar la sangre que tenía Laila en su rostro con suma delicadeza, mientras la otra le miraba a los ojos y hablaba por primera vez, de manera individual. —¿Tiene alguna otra pregunta, Señorita perdedora?
Laila Meyer. Los cuidados de aquellas chicas contrastaron violentamente con lo que había pasado en la jaula y le resultaron tan cálidos, que las lágrimas aumentaron su grosor. Relajó el cuerpo por fin y se dejó hacer, en silencio, guardando sus lágrimas tras sus ojos cerrados. Shawn está con la señorita Agnes en la oficina, le rogamos no se preocupe por su salud. Frunció el ceño, aún con los ojos cerrados, porque lo que menos deseaba era escuchar el nombre de esa bruja en aquel momento, pero quería confiar en lo que decían aquellas chicas... Cathy, la ganadora anterior, estaba sana y salva, ¿no? Shawn tendría que estarlo también. Puedes cambiarte dentro de un rato para dirigirte al nuevo espacio, en el podrás ver a Shawn dentro de un rato. La señorita Agnes se asegurará de que él se sienta mejor, por ahora preocúpese por usted. Asintió débilmente con la cabeza. Si podría verlo después de salir de allí, sin importar lo agotada que se sintiera después y aunque le faltara un maldito órgano, estaría bien. Era todo lo que necesitaba saber. Abrió los ojos por fin, justo cuando una de ellas empezaba a limpiarle la sangre del rostro y la otra hablaba. Señorita perdedora. Era bastante apropiado, a decir verdad. Se le escapó una risa apagada, que hizo que sus músculos replicaran, resentidos. —No, esas eran todas mis preguntas, señoritas cuidadoras de perdedores —murmuró, regresando su vista al techo—. Gracias.
Colegialas Las mujeres que la mantenían con sumo cuidado se alejaron al mirar el reloj. Ya habían pasados dos horas aproximadamente. —Es tiempo de que se marche —comentaron ambas sin apartar la mirada de las manecillas mientras escuchaban la voz de alguien através de los audifonos que tenían puestos en sus oídos—. El principito, como lo ha denominado la señorita Agnes ya ha tenido el permiso de retirarse, podrá verlo en la nueva zona —ambas señalaron su abdomen al apartar las sábanas afelpadas—. No debe meterse en el agua salada, y procure que el sol no le de directamente. Puede comer con normalidad, exceptuando el exceso de carne, aumente la alimentación en frutas y tome —ambas estiraron entre sus dedos una pequeña crema—, aplíquela en el área afectada, de esta forma procuramos que tenga la menor marca posible, perdedora. Ambas ladearon la cabeza, primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda para después retirarse del espacio. Aclaraciones Laila ya puede postear en el nuevo tema "Fantasías" y reencontrarse con Shawn. En aquel lugar es a decisión libre si permaneces con la ropa puesta o te pones el bañador, por recomendación médica se advierte que si se lo colaca tendrá complicaciones y pasará tiempo en la enfermería nuevamente, con Agnes como su cuidadora.
