Encuentro con el Destino [InuxKag]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Cami Chan, 12 Mayo 2011.

  1.  
    yanin

    yanin Usuario común

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    Gracias por avisarme que pusiste continuacion estuvo muy bueno e interesantante me gusto mucho, ademas esto se va poner muy interesante quien se iba imaginar que Kikyo y Naraku son famuiliares de Kagome.
    la parte que me gusto mucho fue cuando recordo Kagome cuando conocio a su gran amiga Sango, pues esperare el siguiente capitulo como siempr.

    saludos.
     
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  2.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

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    Encuentro con el Destino [InuxKag]
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    Género:
    Romance/Amor
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    Hola chicas! Aquí denuevo con conti! Gracias por sus comentarios. Lamentablemente varios han sido borrados por spam, pero sepan que aún así los tengo en cuenta y los agradezco de igual manera. Bueno, sin más preámbulos, el siguiente capítulo:

    -o-o-o-

    Capítulo 4: Encuentro inesperado.

    Un extraño silencio se había apoderado de la sala. Ambos nos mirábamos desafiantes, esperando a que alguno de atreviera a decir algo para iniciar una discusión. ¿Por qué tenía que encontrarme a una persona tan desagradable? Era verdad eso que dicen… "El mundo es pequeño". Bueno, al menos prefiero pensar que el mundo es pequeño a pensar que me pasa todo esto porque tengo una terrible mala suerte. Lamentablemente, cada día se me hacía más verisímil la segunda opción.

    —¿Qué haces tú aquí? —le espeté de mala manera, dándole a entender que me acordaba de él y que no eran exactamente buenos recuerdos. Recordé la tarjeta que me había dado, rememorando así su nombre. Se llama Inuyasha Taisho, pero no recuerdo más de lo que decía la pequeña tarjeta.

    Inuyasha no despegó su vista de la mía ni por un sólo segundo. Me pareció que me desafiaba con la mirada, pues bien, yo tampoco agacharía mi cabeza.

    —Eso debería preguntarte yo a ti. ¿Qué hace una chiquilla como tú en un lugar serio cómo éste? —me preguntó de vuelta. Se veía que estaba a la defensiva y al mismo tiempo listo para atacar. Qué carácter tenía ese hombre.

    —No creo que eso sea de tu incumbencia —mascullé, casi escupiendo las palabras con odio. Cada vez que ese hombre hablaba, me recordaba la imagen de mi bebé destruido, lo que me hacía enfadar más. Mejor que se quede callado o no responderé de mis actos.

    Miré de reojo a Sango y vi que se encontraba estupefacta ante la situación. Seguramente me preguntaría muchas cosas luego, pero para mí lo primero en aquel momento era salir de allí lo antes posible, por lo que me volví hacia la secretaria para firmar los dichosos papeles e irme a hacer lo que quisiera en casa o donde sea.

    —Di-disculpe, señorita —susurró tímidamente la chica allí presente, llamando mi atención— ¿Q-qué desea?

    —Soy Kagome Higurashi, la hija de Sasuke Higurashi. Mi abogado me envió a firmar unos papeles que, según me dijo, usted me los entregaría, ¿no es así? —le expliqué.

    No pude evitar notar la cara de sorpresa que puso el idiota al escuchar lo que yo acababa de decir. Poco a poco, esa cara se fue tornando algo molesta. ¿Por qué se enfadaba? ¿Acaso tenía algún problema con que yo fuera parte de esta empresa? Sin duda, algo explotó dentro de él cuando dije que era la hija del dueño de Higurashi & Co., pero no supe porqué. Sin embargo, me dispuse a no prestarle ninguna atención, mirando únicamente a Rin, la secretaria, mientras esperaba a que me diera los papeles.

    —¡¿Tú eres la hija de Higurashi?! —explotó Inuyasha, llamando la atención de todos. Parecía bastante indignado por alguna razón y pude ver cómo, inconscientemente Rin se encogía en su asiento. Aún así, él siguió hablando— ¿Cómo puede ser que su hija venga y él no se presente? ¡¿No te dijo tu padre que teníamos una reunión muy importante planeada para hoy?! Esto es una falta de respeto y una irresponsabilidad por su parte… —fue callando paulatinamente al ver mi expresión sombría.

    Se hizo silencio. Rin y Sango miraban temerosas mi reacción, ya que ambas sabían lo ocurrido. El idiota, en cambio, me miraba fijamente con una expresión que claramente decía "¿qué le pasa a esta tonta?", pero decidí no alterarme. Tenía un nudo muy fuerte en la garganta, por lo que esperé unos segundos para hablar, para decirle con voz calmada y la mirada gacha:

    —No importa lo que digas, mi padre no va a presentarse a tu tan importante reunión —le informé. Al ver que estaba a punto de volver a soltar una sarta de idioteces, seguí hablando— Te informo que él está muerto, así que será mejor que te olvides de eso.

    Prácticamente le escupí las palabras a la cara, pero algo me sorprendió. Pude ver de inmediato un destello de culpa y arrepentimiento en sus ojos. Pero esa lástima que reflejada en sus casi doradas orbes sólo me hacía sentir peor, por lo que desvié la mirada y volví a enfocar mi atención en Rin, dejando a Inuyasha completamente petrificado.

    —Amiga… —me susurró Sango preocupada poniendo su mano sobre mi hombro.

    —No te preocupes, Sango —le sonreí volteando a verla por un segundo— Firmaré y nos vamos.

    Rin rebuscaba entre los cajones los documentos, cosa que era el único ruido que se escuchaba. Era tanto el silencio que juraba que podía oír la respiración de Sango a mi espalda. Ese silencio se me hizo una eternidad, en especial porque sólo quería irme de una vez. Esto ya se estaba tardando demasiado. Cuando al fin los encontró, fue cuando me di cuenta de que había estado conteniendo el aire, porque lo solté todo de una.

    —Aquí está —dijo Rin extendiéndomelos— Este es el documento que te cederá completamente el poder de la empresa. Debes firmar abajo y listo —me explicó.

    Leí el contrato para asegurarme de que todo estaba en orden y al verificar que era así, puse mi firma en la última línea punteada de la semana. Guardé el papel en mi bolso porque tenía que llevárselo a Myoga. Ya me disponía a salir, cuando Rin me habló.

    —Señorita Kagome, como seré su secretaria debo tener listo todo para que usted esté en condiciones de trabajar cuando se incorpore a la empresa. ¿Podría decirme cuando comenzará a ejercer su jefatura? —preguntó, prestándome su completa atención.

    No lo tuve que pensar mucho. Ya había pensado en eso antes. Sería justo al terminar con mi carrera, por lo tanto en más o menos tres semanas más. Cosa que le respondí automáticamente a la tierna chica.

    —Muy bien —dijo al escuchar mi respuesta— No se preocupe, encontrará todo en óptimas condiciones para cuando se integre.

    —Muchas gracias —le agradecí, sonriéndole. Ya me había agradado la chica, lo que era realmente un alivio, ya que ella sería mi secretaria.

    Ahora sí, caminé hacia el ascensor denuevo junto con Sango, pero al pasar junto a Inuyasha, susurró:

    —¿Tú eres la nueva dueña de la empresa? —no lo había dicho groseramente, pero se notó la molestia en su voz.

    —No creo que eso te incumba —le respondí simplemente antes de ingresar en el ascensor, para poder al fin respirar tranquila.

    -.-.-.-.-.-.-.-

    Al día siguiente, Sango y yo nos encontrábamos en la universidad denuevo. Estábamos en el horario de almuerzo, por lo que conversábamos amenamente en la gran cafetería, compuesta por varias mesas largas donde universitarios de distintos niveles conversaban tranquilos. Sentadas en una larga mesa junto con otros compañeros universitarios, la conversación pasaba por temas triviales como las clases, la graduación, qué haríamos después de graduarnos, etc. Claro que al ser una mesa tan larga no podíamos hablar entre todos, por lo que las conversaciones estaban divididas. Yo estaba en una punta hablando con Sango y otros tres compañeros: Hojo, Bankotsu y Ayame.

    Hojo era un chico bien parecido, con su cabello castaño y ojos azules, y, además, muy caballeroso. Su nobleza siempre lo llevaba a preocuparse por los demás, en especial por mi. A veces me sentía culpable cuando hablaba con él. Sucedía que asistí con él a la secundaria y, en aquel entonces, me pidió en más de una ocasión salir en una cita, pero siempre me negué educadamente. No era que no me agradara, claro que me agradaba, pero únicamente como amigo. Según Sango, le sigo gustando, pero ya no insiste tanto como antes.

    Luego estaba Bankotsu. Él era un perfecto ejemplo de esos niños molestosos y que terminan siendo populares. Siempre andaba haciendo bromas, pero tenía a gran parte de la escuela suspirando por él. Bueno, en cierta forma podía considerarse atractivo, con su cabello negro y rebelde, tez morena y ojos azules, además de que estaba en buena forma física, mas nunca me había llamado la atención. Era simpático conmigo y nos llevábamos bien casi todo el tiempo, pero en ocasiones podía ser muy distinto. Era bastante duro con las chicas que se le declaraban y que no eran de su gusto, además de tomar actitudes inmaduras de vez en cuando.

    Ayame, en cambio, era una chica muy agradable. Al principio, cuando la conocimos, se mostraba muy orgullosa y engreída, pero al conocernos mejor descubrimos que en realidad era una mujer sumamente dulce y de buenos sentimientos. Éramos buenas amigas y era muy agradable estar con ella. En mi opinión, era bonita. Con su cabello inusualmente pelirrojo y sus ojos de un hermoso verde jade. Al igual que Sango, tenía unas curvas envidiables y era sumamente deportista.

    —Oye, Higurashi —me llamó la atención Bankotsu, haciéndome salir derrepente de mis pensamientos— ¿En qué pensabas? Llevo rato llamándote —me informó con el ceño fruncido.

    —Lo lamento. ¿Qué decías? —le pregunté, apenada por mi falta de atención en la conversación.

    —Te decía que se están corriendo rumores sobre ti en la universidad —me explicó, casi exasperado por tener que repetirlo— Todos saben lo que te pasó, pero además dicen por ahí que en cuanto salgas de aquí te vas a encargar te la empresa de tu padre…

    —Ah, eso. Sí, es cierto —lo interrumpí, comprendiendo a donde quería llegar. Revolví con el tenedor el plato de espaguetis en mi bandeja, como si fuera lo más interesante del mundo, mientras hablaba— Soy la principal heredera de la empresa, no la puedo dejar en otras manos, ¿comprendes? Lamento no habérselos dicho, es sólo que tengo tan presente el tema en mi cabeza que ya asumo que todos lo saben.

    Ayame puso una mano sobre la mía.

    —No te preocupes, Kagome. Sólo estábamos preocupados por ti.

    —Así es, Higurashi —intervino Hojo— Sólo queremos que sepas que nos tienes a tu lado para lo que necesites y que no dudes en pedirnos ayuda con lo que sea. Incluyendo a este tonto, que sé que también te quiere —rió dándole un coscorrón en la cabeza a Bankotsu, quien refunfuñó en respuesta tratando de zafarse.

    En ese momento me sentí más acompañada de nunca. Mis amigos me estaban apoyando de una manera que jamás esperé. Creo que todos debieron haberse quedado ciegos por la deslumbrante sonrisa que adornó mi casa al escuchar sus palabras. No pude más que agradecerles desde el fondo de mi corazón. En aquel momento el timbre sonó. Hora de volver a clases.

    -.-.-.-.-.-.-.-.-

    Las clases pasaron rápido. Como eran nuestras últimas semanas, prácticamente estábamos repasando todos los conceptos importantes y preparándonos para ejercer nuestra profesión, por lo que las clases se pasaban rápidamente por ser más dinámicas. Una vez que tocó el timbre de salida, tomé mi mochila y salí disparada por la puerta. Hoy sí me tocaba trabajar en la cafetería Shikon, por lo que tenía que apresurarme a llegar para mi turno. Por suerte, mi trabajo se encontraba justo a una cuadra de la universidad, por lo que no tenía que tomar ningún tipo de transporte y llegaría rápidamente.

    Caminaba apresuradamente hacia el gran umbral de la entrada de la universidad cuando vi un auto que me llamó la atención estacionado justo enfrente de este, rodeado por un montón de chicas y hasta algunos chicos. Ya había visto otro como ese, ¿pero dónde? Era muy lindo, de un color negro muy intenso y tan limpio que su pintura reflejaba todo como un espejo. Al acercarme más, pude ver que era un Audi, pero no un Audi cualquiera, sino que un precioso Audi TT. A pesar de lo maravillada que estaba con el auto, cuando recordé dónde había visto uno exactamente igual a ese, un escalofrío recorrió mi espina dorsal. Pero lo peor fue lo que vi a continuación.

    Ahí, apoyado de brazos cruzados contra uno de los costados del auto, estaba nada más ni nada menos que Inuyasha Taisho. Vestido con una camisa de oficina con los primeros botones abiertos y con un pantalón negro que le quedaban de fábula. ¿Es que ese hombre podía ponerse más guapo? Lamentablemente, su personalidad no igualaba su atractivo físico. Pero, ¿qué hacía aquí? ¿Acaso me estaba siguiendo? Comencé a pasar entre la gente, teniendo cuidado con que no me viera. Quería pasar completamente desapercibida para él.

    —Oye —escuché que me llamaba una voz.

    Trágame tierra. Trágame, trágame, trágame. Me quedé estática en mi lugar, viéndome obligada a voltear a verlo. No sólo él me miraba, vi que todos aquellos que se habían amontonado en el lugar me miraban confundidos. Las chicas incluso con celos. Al parecer creían que yo tenía algo que ver con ese idiota pretencioso. Já, si supieran…

    —¿Me hablas a mí? —le pregunté acercándome a él, fingiendo indiferencia, cuando en realidad sentía una enorme curiosidad por saber porqué había venido.

    Él frunció el ceño como controlándose. Al parecer, estaba usando todo el autocontrol que tenía para no responderme groseramente. Se alejó un poco del auto acercándose a mí. Ahora estábamos frente a frente.

    —No te hagas, sabes bien que te hablo a ti, Kagome —me dijo, escrutándome con la mirada. ¿De dónde sabía mi nombre? Ah, claro, seguro lo escuchó cuando me presenté con Rin, ya que él estuvo ahí todo el tiempo.

    Para entonces, una mayor cantidad de gente se había amontonado en el lugar, todos atentos a la escena. ¿Es que toda esta gente carecía de vida propia? Me estaba poniendo nerviosa estar en medio de ese gentío de chismosos.

    —De acuerdo, ¿qué haces aquí? ¿Qué quieres? —le espeté cautelosamente.

    —La verdad, he venido aquí para disculparme por lo de ayer —se disculpó. Se veía realmente arrepentido, pero parecía que le costaba admitirlo. ¿Tan orgulloso era?— Yo no sabía lo de… bueno, tú sabes.

    En el fondo, me parecía de lo más tierno que se hubiese tomado el tiempo de venir sólo para decir eso, pero también me extrañaba. Éramos prácticamente unos totales desconocidos. ¿Por qué se tomaba tantas molestias? Bueno, al menos había mostrado su lado amable aunque sea por un momento. Ahora había conseguido cambiar un poco mi opinión sobre él. El problema era el lugar. No me sentía para nada cómoda con tanta gente atenta a nuestra charla.

    —Acepto tus disculpas —le dije rápida pero sinceramente— Ya debo irme, hasta luego.

    Me dispuse a dar media vuelta e irme. Tenía que llegar rápido al trabajo.

    —¡Espera! —exclamó. Me sorprendí al ver cómo automáticamente me detuve ante el sonido de su profunda voz. Lo miré denuevo— ¿Quieres que te lleve? —ofreció amablemente.

    —No, gracias. Tengo que trabajar y la cafetería donde trabajo está muy cerca de aquí —le expliqué.

    Él pareció sorprendido de saber que trabajaba en una cafetería, pero su semblante pronto se tornó tranquilo.

    —Bien —dijo despreocupadamente—. No me vendría mal un café —anunció abriéndome la puerta de copiloto de su auto— Sube, supongo que vamos por el mismo camino.

    Bueno, al parecer, no me sería fácil evitar hablar con él. Pero en parte, la curiosidad de saber sobre él fue lo que me llevó a sentarme en aquel asiento de cuero blanco, mientras acelerábamos por la calle.

    -o-o-o-

    Bien chicas, espero que les haya gustado. Ahora sí hemos introducido a Inuyasha completamente a la historia. Pronto la conti, ¿qué pasará entre ellos? Sólo leyendo los próximos capítulos lo sabrán.
     
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  3.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Lamento la demora, acosaron mi perfil creo que comprenderas los motivos de que no comentará rápido xD

    Me gustó la continuación y la forma en la que introdujiste al hanyou en la misma.

    Ahora, sólo te marcaré un error.


    Si la siguiente palabra después del guión largo la escribes con mayúscula, debería ir también un signo de puntuación, en todo caso, si la mayúscula se escribió por pura costumbre (?) xD te recomiendo corregirlas.

    ¿Qué pasará entre ellos? Nada malo ni bueno supongo yo xD (?) Que respuesta LOL


    Esperaré el siguiente capítulo.
    Adiós.
    At: Fer-chan.
     
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  4.  
    Blood Dupre

    Blood Dupre Usuario VIP

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    Me gusto la continuación, pobre Kagome verdaderamente Inuyasha no tiene mucho tacto para hablar con las personas, ahora Kagome ya es dueña de una empresa por lo tanto tendrá más responsabilidades, note un pequeño error, te lo remarco:
    • a que alguno de atreviera (a que alguno se atreviera)
    Espero el próximo. Adiós.
     
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  5.  
    liisseth

    liisseth Entusiasta

    Capricornio
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    Hoolaa! perdón por no postear antes.... Ahh....:suspiro de inteligencia: xD que interesante esta la continuación. No me esperaba que Inuyasha no supiera que el padre de Kagome estuviera muerto. Pobre realmente se debió de haber sentido culpable u.u pero que le haremos él siempre tan distraído como siempre. Waaa que detalle el de ir por ella solo para pedirle disculpas y ademas de que se vistió uff... (¿todo eso? *¬*) muy sexy ahh...:suspiro: que suertuda es Kagome que envidia ¬¬' ahh... (¿cambiaste los gritos por suspiros?) No, solo que hoy parece que ando enamorada xD es que el no me es indiferente (: Espero la conti con ansias. Esta chica dice

    -Cambio y Fuera
     
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    Freya Scarlet

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    Escorpión
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    Hola linda gracias por el aviso de tu conti, me pareció no buena....!!BUENISIMA¡¡ Guau se esta poniendo mucho mejor mientras más avanzas
    la trama, ahora con eso de que Inuy kagome vallan al café y "juntos" uhhh, (Pasión, besos, abrazos...Ok creo que exageré, lo siento jeje niña
    de mente pervertida tú sabes la más perver del club jeje) amiga fue estupenda y me quedé así :eek: en la parte donde kagome
    le dice a Inuyasha lo de su papa todo el ambiente se puso tenso hasta yo jeje.
    Amiga conti pronto y no olvides avisarme porfa.

    ¡¡Saludos y sayonara!!;)
    155518_176443055713388_156389264385434_484793_7629037_n.jpg ¡SALUD AMIGA!
     
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  7.  
    yanin

    yanin Usuario común

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    Pues aqui estoy nuevamente leyendo tu ff cada ves estos se pone interesante, que tierno Inuyasha al ir a buscar a Kagome y pedirle disculpas por su comportamiento.
    me gusto mucho, amiga esperare el siguiente capitulo.

    salu2
     
  8.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

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    Hola chicas! Lamento mucho la tardanza en esta conti, he estado bastante ocupada, pero ya estoy aquí para dejarles la conti. Espero que les guste y muchas gracias por sus comentarios!

    -o-o-o-

    Capítulo 5: Dudas acerca te ti.

    ¿Desesperación? Eso era poco para describir mi estado en aquel momento. Si por mí fuera, lo habría echado a patadas hace horas, pero claro, eso me costaría mi trabajo. Él muy despreciable llevaba por lo menos tres horas sentado en una mesa junto a la ventana con tan sólo un café. Miré alrededor, tratando de no parecer muy interesada en lo que él hiciera. La cafetería estaba como siempre. Con sus grandes ventanales que cubrían toda la pared donde estaba la puerta de entrada y sus lustrosos pisos de madera. Todas las pequeñas mesas redondas se encontraban repletas de parejas que pasaban a tomar una merienda o de escolares que salían de clases y venían hasta aquí.

    Yo me encontraba del otro lado del mostrador, prácticamente rechinando los dientes de la frustración. Mientras tanto, mis compañeras de trabajo, Yuca (que era nuestra supervisora), Eri y Ayumi, atendían las mesas. En un momento, Eri tropezó, dejando caer toda su bandeja llena de tazas vacías y vasos, que terminaron rotos. La treintena de cabezas que había en el local volteó a ver lo que había sucedido. Mi amiga estaba roja como un tomate, por lo que me apresuré a ayudarla.

    —¡Ay, Kagome! Soy una torpe, mira el desastre que hice —se lamentó la chica, mientras la ayudaba a levantar los pedazos de vidrio roto.

    —Tranquila, Eri. ¿Por qué no atiendes el mostrador? Yo cubriré tus mesas, no te preocupes —le propuse, a sabiendas de que ella odiaba atender las mesas justamente por lo torpe que era en el trabajo.

    —¡Oh, muchas gracias! —exclamó con una enorme sonrisa— Te debo una, amiga —y se marchó a atender el mostrador.

    Me dediqué un momento a poner todos los vidrios rotos en la bandeja que Eri llevaba y me dirigí a botarlos en la cocina. Más me valía ser eficiente en mis últimos días de trabajo, ya que necesitaría luego este dinero. En la cocina me encontré con Yuca, que hablaba con Akitoki, el cocinero. Al entrar, Yuca me vio y se apresuró a ayudarme con la bandeja de vidrios.

    —Dios, ¿qué pasó, Kagome? —me preguntó mientras tiraba el cristal inservible al basurero.

    —Tropecé —mentí, cubriendo a Eri. Yo ya no trabajaría por mucho más aquí, en cambio Eri sí necesitaba este trabajo por largo tiempo, por lo que si yo podía ahorrarle problemas, lo haría con gusto.

    —Ten más cuidado, Kagome. Algún cliente o tú misma pudieron salir lastimados —me reprendió con cariño. Éramos amigas, por lo que nunca me trataría mal, pero aún así era su deber reprenderme.

    —Lo lamento, no volverá a ocurrir.

    Ella me sonrió en respuesta y se dirigió hacia la pequeña ventana donde se retiraban los pedidos, que daba a ver hacia el salón principal.

    —Oye, Kagome. ¿Conoces a aquel hombre? —me preguntó Yuca. Imaginé a quién se refería pero decidí hacerme la indiferente y acercarme a la ventanilla con ella. Allí, justo a donde se dirigía su mirada, se encontraba Inuyasha, dando pequeños sorbos a su taza de café.

    —Claro que no. Bueno, hemos hablado un par de veces, pero no ha sido de la mejor manera que digamos… —mascullé algo nerviosa. Aún no sabía por qué, pero aquel apuesto hombre me ponía los pelos de punta.

    Sí, era un grosero, para nada delicado y engreído hombre que no mostraba una agradable actitud ante nadie, pero también era ese mismo hombre el que se había tomado el trabajo de pasar hasta mi universidad tan sólo para decir "lo siento". ¿O es que guardaba otras intenciones? Bueno, si así era, aún no las había dado a conocer… y al paso que iba con ese café tardaría bastante.

    En ese momento, Ayumi entró también en la cocina con expresión agitada. Yuca se acercó a ella rápidamente para averiguar qué sucedía.

    —Yuca, porfavor, necesito irme ahora mismo. Mi mamá tendrá que trabajar hasta tarde y no hay nadie que vaya a buscar a mi hermanito a su entrenamiento de fútbol —explicó atropelladamente Ayumi, poniendo su mejor cara de perrito degollado para conseguir el permiso.

    —Claro, Ayumi, es una emergencia. Además, no falta mucho para cerrar —aprobó Yuca suspirando. Supongo que debió pensar que era algo mucho más grave en cuanto la vio entrar así. Ayumi era toda una artista.

    —¡Gracias, gracias, gracias! —exclamó la aludida abrazándola rápidamente y corriendo a dejar su delantal de mesera en un colgador junto a la puerta de la cocina— Nos vemos mañana, adiós chicas —se despidió antes de salir como una bala por la puerta.

    —Bueno, ahora sólo quedamos tres —suspiré, pensando en el trabajo extra que me tocaría.

    —Te equivocas. Somos dos. Eri se va en cinco minutos —rió nerviosamente Yuca, adivinando por mi cara que estaba a punto de suicidarme (en sentido figurado, claro).

    Así cómo Yuca dijo, unos minutos después Eri ya se había ido y sólo quedábamos nosotras dos. De un momento a otro, Inuyasha se había ido. Cuando le pregunté a Yuca al respecto, sólo me dijo que pagó la cuenta sin decir nada y se marchó. Claro que su cara pícara ante mi interés no se hizo esperar, pero no me importaba. Los clientes disminuían poco a poco a medida que se hacía más de noche. Me dediqué a limpiar la superficie de las mesas desocupadas y a barrer para no aburrirme. Más tarde, a eso de las siete, Yuca se acercó a mí mientras barría. Ya no quedaba ningún cliente.

    —Kagome, ¿te molesta si me voy? Me llamó mi hermana mayor para decirme que no podría llegar temprano hoy, así que no hay nadie que le haga la cena a mi abuela —me preguntó un poco apenada Yuca, pero yo sabía que su abuela estaba enferma y que su madre era prácticamente ausente, por lo que no me iba a negar a su petición. Después de todo, ¿qué faltaba? Tan sólo guardar todo e irme a casa. Además, Akitoki ya se había ido, por lo que la cocina ya estaba ordenada.

    —No hay problema, Yuca. Nos vemos mañana.

    —¡Gracias, Kagome! Cuídate de vuelta a casa, ¿sí? —me agradeció ya en la puerta.

    —Lo haré —le prometí, continuando con mi labor al ver que se iba.

    El silencio se apoderó del lugar. Era tan relajante un poco de silencio al menos una vez al día. Ultimamente había estado tan agitada que ni siquiera había podido tener unos minutos de paz en silencio. Continué barriendo lo que faltaba. Siempre había gente que sin querer botaba los saleros o que desconsideradamente dejaba caer sus servilletas y no se molestaba en levantarlas. Y ahí estaba yo: barriendo toda esa basura.

    Sin querer, al pasar por donde Eri se había tropezado antes, me resbalé. Automáticamente me dispuse a caer sobre las palmas de mis manos, pero al hacerlo sentí un fuerte dolor punzante en mi mano derecha. No fue hasta que vi el piso ligeramente manchado de sangre que caí en la cuenta de que realmente me había lastimado. Miré la palma de mi mano y descubrí que lo que me había clavado era un trozo del cristal de uno de los vasos que se cayeron por la tarde. Por torpe no revisé bien que no quedara nada y ahora asumía las tontas consecuencias.

    Casi de inmediato, corrí al fregadero de la cocina para poner mi mano bajo la llave de agua fría, así la sangre dejaría de salir. A falta de un pañuelo o algo parecido, cubrí mi mano con una servilleta. Me ardía muchísimo la palma y quería irme a casa, pero no podía dejar aquel piso lleno de sangre. Por esto, corrí hacia donde había dejado el trozo de cristal con la escoba y levanté todo. Luego, con el dolor que me causaba, fregué el piso para no dejarle mancha alguna.

    Al fin, ya estaba lista para irme. Tomé mi bolso de la universidad, con el que llegué, y salí al exterior, cerrando todo con llave. Ya se había hecho completamente de noche y aún tenía que caminar unas dos cuadras para tomar el autobús en el paradero más próximo. Estúpido Inuyasha con su estúpido Audi. Y… hablando del Audi de Inuyasha… se parecía mucho a un auto que estaba enfrente mío en aquel mismo momento. De hecho… era idéntico.

    —¿Te llevo? —escuché una voz ronca a mis espaldas.

    Espantada por la inesperada presencia de otra persona, grité a todo lo que daban mis pulmones, cuando sentí que una fuerte mano me tapaba la boca. Al reconocer bien el auto y la voz, me tranquilicé inmediatamente. La mano, al notar que ya no iba a gritar, me soltó.

    —Vaya, tienes pulmones fuertes, ¿eh? —se burló Inuyasha mientras yo me volteaba a mirarlo enfurecida. Estaba exactamente igual que aquella tarde, como si nunca se hubiera ido. Su encantadora sonrisa refulgía en la oscuridad de la noche y se veía demasiado apuesto para ser legal.

    —¡¿Tenías que asustarme así?! —susurré enfurecida. Sin embargo, aunque gritara la calle estaba casi desierta, por lo que nadie habría escuchado lo que dijera.

    —Pues perdóname por ser amable y salvarte de tomar el autobús —indicó que manera engreída.

    —¿Cómo sabes que iba a tomar el autobús? —pregunté, aunque apenas la pregunta salió de mi boca, ya sabía la respuesta. Era algo obvio.

    —Creo que es lo más lógico, ya que fui yo el que chocó tu auto hace unos pocos días. Y no creo que te vayas caminando a esta hora —dijo sacando una perfecta y lógica deducción de lo que haría.

    Lo miré por un minuto, preguntándome mil cosas acerca de él, pero sin el valor de decirlas en voz alta. ¿Por qué tenía una reunión con mi papá el otro día? ¿Por qué se tomó el trabajo de venir a disculparse conmigo? ¿A dónde se había ido esta tarde? ¿Volvió tan sólo para dejarme en casa? ¿Quién era ese hombre? Sí, nunca tendría el valor para formularlas en voz alta.

    —Y, ¿quieres que te lleve o no? —repitió al ver que yo no diría nada, sacándome así de mis pensamientos.

    Me limité a asentir con la cabeza automáticamente. Mientras caminaba hacia su auto, comencé a preguntarme si estaba bien esto. Es decir, apenas lo conocía, no sabía nada de él, ¿y me iría de noche en su auto sin saber sus verdaderas intenciones? Tal vez sólo intentaba ser amable, pero en estos tiempos ya nunca se sabe. Sin embargo, nada podía detenerme en aquel momento.

    Al tirar de la puerta para abrirla, olvidé que mi mano estaba lastimada y la herida se abrió denuevo. Con una mueca de dolor, me subí en el asiendo del copiloto, apretando fuertemente las servilletas contra la herida, que se manchaban de un intenso color rojo. Un segundo después, Inuyasha se sentó en el asiento del piloto y puso el motor en marcha. Andábamos sin prisa por las poco concurridas calles, mientras que cada tanto lo le iba indicando por dónde ir.

    —¿Hace mucho que trabajas allí? —me preguntó derrepente. Evidentemente quería iniciar una conversación, por lo que no me importó seguirle el juego.

    —Bastante, sí. Unos dos años, más o menos —indiqué. Él asintió con la cabeza como si esa información fuera de lo más interesante.

    Nos tocó una luz roja y detuvo el auto lentamente. Miré mi herida, que aún me ardía, pero había dejado de sangrar. Él pareció notar mi acción, porque dirigió su mirada exactamente hacia mis manos, apoyadas sobre mi regazo.

    —¿Qué te pasó? —preguntó, un poco sorprendido.

    —Me caí —dije simplemente, pero ante su mirada escéptica me expliqué mejor—. Bien, me caí y me clavé un vidrio roto que había en el piso, ¿de acuerdo? No es la gran cosa.

    Inuyasha pareció querer reírse por unos momentos, pero suerte para él que se aguantó. Simplemente alargó su mano hacia el compartimento que había enfrente mío y sacó de allí una pequeña maleta, poniéndola en mis piernas.

    —Saca algún vendaje de ahí y desinféctate esa herida si no quieres que se complique —apuntó, mientras que yo habría la maleta, encontrándome con todo un set de primeros auxilios dentro. ¿Ahora este tipo era médico o qué?

    —¿Por qué llevas esto contigo? —le pregunté mientras sacaba el yodo y un algodón para desinfectarme— ¿Sueles pasártela herido?

    El rió un poco en respuesta para luego contestar:

    —No, pero nunca se sabe.

    Su tono fue algo extraño, pero lo dejé pasar. Después de desinfectarme bien la herida, busqué un vendaje, el cual enrollé en mi mano fuertemente. Ardía un poco por el yodo, pero ya se me pasaría. Seguimos andando por las luminosas calles de Tokio. Unas pocas personas caminaban por la acera, pero no eran más que un borrón mientras acelerábamos.

    Al cabo de unos minutos, llegamos a la entrada de mi casa. Bajé del auto y sin cerrar la puerta me volteé hacia él.

    —Muchas gracias por traerme —le agradecí, pero cuando estaba a punto de cerrar la puerta, él me detuvo.

    —Oye, ¿qué dices si cenamos este sábado? —me preguntó repentinamente. La pregunta me descolocó un poco, pero me pareció una oportunidad perfecta de averiguar muchas cosas acerca de él.

    —Ehh… Claro —accedí.

    —Bien, pasaré por ti aquí mismo a las ocho —dijo. Intercambiamos números de celular y luego él se marchó.

    Excelente, al parecer, éste sábado muchas de mis dudad de aclararían.

    -o-o-o-

    Bueno, espero que les haya gustado. ¿Creen que Inuyasha tiene razones ocultas para acercarse a Kagome o es interés genuino? Bueno, supongo que lo descubrirán tarde o temprano. Gracias por leer. Saludos!
     
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  9.  
    Blood Dupre

    Blood Dupre Usuario VIP

    Tauro
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    Gracias por avisarme, me gusto mucho la continuación, pobre Kagome ahora tiene una mano lastimada, bueno tan siquiera Inuyasha se ofreció a llevarla a su casa, en cuanto a tú pregunta no podría segurar nada pero tal vez pudo interesarse un poco en ella o simplemente se impactó con el hecho de que ella ya posee una compañía, en fin espero el próximo. Adiós.
     
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  10.  
    Naru-Chan

    Naru-Chan Usuario popular

    Aries
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    holis..eh omo empieso jeje,bueno primero que nada soy nueva aca y estube leyendo algunos fic y al igual que el tuyo estan super interesantes...
    y que onda con inu??sera la empresa o es interes por ella....
    y kikyo y naraku hermanos??esos dos son una pareja bastante rara jeje...
    bueno espero ver pronto el otro cap,no estoy presinando no lo tomes a mal....
    bueno si podes avisame cuando subas un cap nuevo...
     
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  11.  
    Freya Scarlet

    Freya Scarlet Usuario popular

    Escorpión
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    Hola amiga gracias por el aviso de esta conti, fue estupenda, me gusto mucho, al parecer Kagome se
    esta dando cuenta de que siente algo por Inuyasha pero como siempre no lo quiere aceptar de
    verdad que todas la mujeres somos tan predecibles al igual que los hombres, espero que en la cena
    que tengan haya romance jeje yo y mi romance, en fin amiga mia fue muy padre tu conti, espero
    pronto la siguiente.

    ¡¡Saludos y sayonara!!
    156706_173954095962284_156389264385434_470162_7513064_n.jpg TE AMO
     
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  12.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Gracias por avisar.

    Algunos errores, nada grave.
    Mucho gusto, me alegró saber que lo continuarías, ¡pensé que tardarías mucho! ;____;
    ¿Creen que Inuyasha tiene razones ocultas para acercarse a Kagome o es interés genuino? ¡Razones ocultas! *e* / genuino o no, quiero la primera opción (?) LOL xD
    Me gustó el capítulo, ¡excelente continuación!
    Mano lastimada.
    Hanyou ¿tierno?
    Noticias esplendidas (para quien sepa manejarlas) *e*

    ¡Increíble! Esperaré la continuación C:
    Adiós y buen día.
    At: Fer-chan.
     
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  13.  
    liisseth

    liisseth Entusiasta

    Capricornio
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    Ah.... :suspiro: nunca me cansare de decir lo afortunada que es Kagome. Que un chico guapo te vigile mientras trabajas, luego que te lleve a tu casa y te pida una cita el sábado por la noche. Si yo fuera Kagome después de que se fuera me pondría a gritar de euforia. Ya me imagino: a la luz de la luna, con velas aromáticas, a la orilla de la playa... después que le pida matrimonio (Creo que vas muy adelantada) :D Bueno si me pase un poquito pero... Ah :suspiro: Que lindo seria aunque conociendo a Kagome lo rechazaría o le diría que lo pensaría xD Espero la conti con ansias. Esta chica dice:

    -Cambio y Fuera
    ¬ |•‡•_|[°o.Liizeeth--Annahhi.o°]|_•‡•|¬?

    si una espada que no corta pero cura y da vida a las personas que amas y una espada con un sentimiento puro de proteger, si al escoger te equivocas de espada, dile adiós a tu deseo de vida
     
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  14.  
    Lady Minisa

    Lady Minisa Iniciado

    Acuario
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    Vale, y yo leyendo toda emocionada porque pensé que ya había hartos capítulos adelantados... Como apesta ser un lector más a la expectativa de la siguiente 'conti'.

    Ahora, naturalmente tú no tienes culpa porque yo me haya quedado picada y por ello me sienta así, en lo absoluto. Estás haciendo un buen trabajo :), tal vez se necesite algo más de atención para evitar todos esos errorcillos por omisión o adición de letras, pero no es nada grave en realidad.

    No me gustan mucho los fics narrados en primera persona pero en este caso tú lo has sabido manejar muy bien, tengo mucha curiosidad por saber cómo termina de ir la cita y, a decir verdad, ya tengo hasta mis propias teorías sobre lo que se cuece tras el repentino interés de Inuyasha ¬u¬.

    Estaré atenta a la siguiente actualización. Tienes una lectora más para tu linda historia.
     
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  15.  
    Alexa Hime

    Alexa Hime Usuario popular

    Escorpión
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    Hola amiga perdon mil veces por no pasar hace mucho amiga enserio lo siento
    toda la historia es muy interesante, todo lo que ha ocurrido entre Kagome e Inuyasha
    pero hablando del ultimo cap bueno debo decir que Kagome fue muy generosa al cubrir a
    esa torpe de Eri pero es demasiado que la dejaran sola mas que la pobre se lastimo
    pero que lindo Inu llevandola a su casa bueno al fin podran resolver un poco de tanto misterio pero
    bueno aun falta supongo amiga espero pronto ver el nuevo cap cuidate y nos seguimo posteando bye.
     
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  16.  
    Pan-chan

    Pan-chan Fanático

    Libra
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    Y aparezco yo de nuevo xD me gusta el giro que esta tomando el fic pero no dejo de pensar que ese extraño interés de Inuyasha no es simple atracción con Kagome : / tal vez haya un secreto oculto que nos revelaras mas adelante. Por otra parte ¿Cómo es que Kagome trabaja en una cafeteria si es heredera de una gran compañía? me perdí un poco en esa parte, además de eso la trama me gusta, noté algunos errores de dedo, cuidado con eso.

    La actitud de Inuyasha es un poco diferente, rudo pero amable e incluso atento con Kagome, es un ligero cambio en su personalidad que me resulta muy interesante porque en ocasiones deseo ahorcarlo pero es tan caballeroso que al final termina agradandome. Ya veremos que sucede en esa cita de Inuyasha y Kagome, solo espero que no se vuelvan a pelear porque por lo que veo Kagome tiene un fuerte caracter en este fic ^^U
     
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  17.  
    yanin

    yanin Usuario común

    Escorpión
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    No, puede de ser ya habia dejado cometario pero ahi va de nuevo, pues estuvo muy interesante y me gusto mucho como siempre anque inu sea un chico muy insensible pero con Kagome se porta como todo un caballero ademas el se
    ofrecio a llevarla a su casa.

    esperare la continuacion como siempre;)
     
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  18.  
    AlexMarie Kagamine

    AlexMarie Kagamine Usuario popular

    Piscis
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    Bueno a comentar antes que me de la G.A y no es buena si no preguntenle a Alexita pero bueno como decia hay por dios Cami que lindo fic de verdad que me perdi un buen pero ya lei todo y me parecio de lo mas lindo, romantico, divertido y comico el bebe de Kag-chan esta con problemas tecnicos y despues como es que Inu-sama se disculpa? oh por dios ya veo porque llueve a diluvio en mi casa ¡el tiene la culpa por el milagro del orgullo InuYashesco! jajajaja eso que! pero me encanto Kag-chan e Inu-sama se gustan, se quieren, se aman se de...ok eso olvidenlo estoy loca respecto a tu pregunta yo la verdad creo que Inu-sama tiene un interes profundo por Kag-chan si no porque los celotes no tienen maiz? jajajaja xD pero bueno hay que ver que pasa despues de ese supuesto arranque de interes esta parte me encanto fue cool
    esa es su forma de decir te amo asi que no me preocupa verdad? (ella no puede vivir sin mi) claro que no para nada creo que hasta tu espada podria jajajaja bueno amiga como siempre me encanta tu narracion, lo dejas muy bueno condenada y de nuevo te pido perdon por tardar soy una cabeza hueca! todo se me olvida! pero eso ya se donde lo saque (no me eches la culpa!) cuando mencione a InuYasha bueno si te queda el saco esta bien jajaja xD me despido hermanita y muchas gracias por seguir tus hermosas historias espero conti pronto y nos posteamos bye bye
    Atte: Alex para siempre
    Pd: el que se adorna con cualquier cosa es que realmente es el culpable (jajaja ¬¬)
     
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  19.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

    Acuario
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    Título:
    Encuentro con el Destino [InuxKag]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    9
     
    Palabras:
    2471
    ¡Hola a todos! Lamento muchísimo la tardanza. He estado con falta de inspiración. Aún así, he hecho un esfuerzo por traer la conti. Espero de corazón que les guste!

    -o-o-o-

    Capítulo 6: Obsesión.

    —¿Van a cenar el sábado? —me preguntó Sango esa tarde en la universidad.

    Nos encontrábamos bajo la sombra de uno de los árboles del jardín. Otros universitarios retozaban a nuestro alrededor, cada uno buscando la sombra de un árbol en aquel día tan caluroso. Me había vestido con una ligera blusa blanca larga y unos shorts de mezclilla claros. Era imposible en aquel día estar con pantalones o cosas más recatadas. Se podía ver por todo el campus a las chicas luciendo sus piernas en cortas faldas, vestidos o shorts, y los chicos estaban visiblemente emocionados por el tema.

    —Sí —afirmé acostada sobre el fresco pasto—. No sé qué pretenda él, pero cenando juntos creo que podré averiguar un par de cosas respecto a su extraña conducta.

    —Mmm… No lo sé, Kagome. Tal vez sólo deberías dejar las cosas hasta ahí y no involucrarte tanto en el tema —murmuró Sango con el ceño fruncido—. Realmente no creo que las razones de sus acciones sean cosa por la que debas obsesionarte.

    ¿Obsesión? ¿Estaba obsesionada? No. Claro que no. Tan sólo quería saber qué impulsaba a Inuyasha a querer tan de repente acercarse a mí. Quería sabe qué lo llevaba a ser tan grosero y al mismo tiempo a ayudarme tanto. En cuanto supiera eso, entonces me alejaría, pero no ahora. Inuyasha tenía un increíble aire misterioso y a mí no me iban los misterios para nada, por lo que lucharé por descifrar su extraña mente. Sólo entonces estaría tranquila.

    —Mira, Sango, realmente no creo que me esté involucrando demasiado —le contesté despreocupadamente—. Él es para mí como un acertijo. Ya sabes, una vez que lo resuelves, te olvidas de él. Es tan sólo eso lo que quiero: resolverlo.

    En aquel momento sonó el timbre. Todos comenzaron a encaminarse hacia el gran edificio para continuar con sus clases, incluyéndonos.

    —Bien, no digas que no te lo advertí —fue lo que me dijo Sango antes de que entráramos por las grandes puertas de entrada.

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-

    El sábado llegó pronto. Aquella mañana desperté inquieta. No sabía que hacer y por más que tratara de mantenerme ocupada limpiando la casa o cocinando algo, rápidamente terminaba y debía pensar en algo más. Los minutos pasaban lentamente y comenzaba a desesperarme, por lo que subí al segundo piso, hacia mi habitación y me derrumbé en mi cama, con la intención de tomar una tranquila y silenciosa siesta que acortara mi día. Una suave brisa se colaba por el ventanal junto con el leve sonido de las aves cantando. Así, no tardaría mucho en quedarme dormida.

    Debían de haber pasado unos cinco minutos, quizás más, no lo sé, cuando un ensordecedor ruido llegó a mis oídos. Molesta, traté de identificar aquel sonido. Al asomarme por la ventada identifiqué una leve nube de polvo a un par de cuadras, debían de estar arreglando alguna calle porque el sonido tan molesto parecía ser un taladro. Bien, adiós a la oportunidad de dormir.

    Un momento, ¿y si me daba una vuelta por la empresa? Quizás encontrara algo que hacer o simplemente podría observar el funcionamiento de cada área. Sin duda sería algo productivo y se me pasaría el tiempo bastante rápido. Hablar un poco con Rin, conocer algunos empleados, con suerte encontrarme con alguno que otro socio… Excelente.

    Corrí a cambiarme de ropa y ponerme algo apropiado para salir a mi empresa. No iba a complicarme tanto la vida sólo para una corta visita, por lo que me puse unos vaqueros oscuros ajustados con unos tacones negros semicerrados y una blusa roja con vuelos alrededor de su escote en «V». Se veía moderno y era perfectamente semi-formal. Perfecto para mi objetivo.

    Esta vez decidí llamar un taxi. No pensaba ir en un autobús vestida así, seguramente sería demasiado llamativo para los delincuentes que rondaban los paraderos. No tardé mucho en llegar, al ser sábado en la mañana muy poca gente era la que trabajaba, como en mi empresa, por lo que no había mucho tráfico. Me bajé frente al gran edificio de vidrio y entré a su bien decorado lobby. Pasé rápido antes de que Koharu, la parlanchina recepcionista, me viera.

    —¡Señorita Kagome! —me saludó Rin desde su escritorio en cuanto llegué al piso de mi oficina.

    —Buenos días, Rin —le sonreí.

    Se paró de su silla para, supongo yo, hablar a mi altura. Vestía una blusa blanca con un chaleco sin mangas gris formal y una falda del mismo color. Vestida como toda una eficiente secretaria. Increíblemente, Rin me recordaba a mí físicamente. Quizás por eso me simpatizaba tanto.

    —¿Qué la trae por aquí, señorita? No sabía que ya iba a comenzar con su puesto —apuntó Rin.

    —No, aún no comenzaré, Rin. Tan sólo quería hacer una visita, aunque si estás trabajando… No quisiera molestar —le respondí.

    Ella sacudió las manos de un lado a otro mientras negaba con la cabeza desenfrenadamente.

    —No, no, no es ninguna molestia —se apresuró a decir.

    Sonreí abiertamente ante su nerviosismo. Proseguí a sentarme en el sofá que había en el salón. Al verme ya sentada, Rin volvió a tomar su puesto en el escritorio y me sonrió.

    —¿Te importa que te acompañe, Rin? Sería bueno conocerte mejor —le pregunté cruzándome de piernas. Claramente no iba a moverme, pero aún así quería preguntarle para no parecer grosera.

    —N-no —contestó Rin tímidamente.

    Miré un poco alrededor. Las paredes… El gigantesco ventanal que ocupaba toda la pared frente a mí. Cada repisa, cada cuadro… y el silencio se hacía largo. Ya me lo esperaba, ya que Rin era una chica muy tímida. Decidí intentar romper el hielo entre nosotras, sino mi tarde se me haría tan larga como en casa.

    —Y dime, Rin… ¿hace cuándo trabajas aquí? —empecé.

    Ella levantó la vista al escuchar el sonido de mi voz.

    —Hace dos años —contestó.

    —Rin, no me contestes si te parece una grosería, pero ¿cuántos años tienes? —por más que hacía cuentas no me parecía que Rin tuviese la edad suficiente para siquiera haber terminado una carrera universitaria. ¿Cómo podía ser que trabajase aquí?

    —Tengo diecinueve —contestó. Me lo imaginé, no era posible que tuviese más se veinte años. ¿Pero entonces cómo…?

    Al ver la evidente duda en mi cara, debió de deducir lo que pensaba, porque me contestó exactamente la duda que rondaba mi cabeza.

    —Sí, lo sé. No tengo edad siquiera para tener dos años de universidad —me sonrió. Aunque fue una sonrisa triste—. Entré a estudiar ingeniería apenas salí de la preparatoria, pero al año no pude seguir pagando mi carrera por problemas familiares. Al final, busqué trabajo en cafetería y en algunos casos de niñera, pero no era suficiente. Ahí fue cuando me encontré con tu papá, él me dio trabajo como su secretaria a pesar de mi falta de estudios universitarios… Era un hombre tan bueno…

    Calló derrepente al ver mi cara. Sin duda, estaba dando más lástima en esa semana que en toda mi vida. Como su cara me ponía nerviosa y no quería comenzar a ponerme sentimental, cambié de tema.

    —¿Qué haces? —le pregunté. Pareció desorientada por unos segundos por el repentino cambio de tema, pero rápidamente comprendió mi intención.

    —Bueno, reviso las cuentas a pagar por los servicios que utilizamos. Debo ver que todo se encuentre en orden mientras usted no esté aquí, luego ésta será su labor —me explicó calmadamente, mientras revolvía algunos papeles y escribía una que otra cosa en su ordenador.

    —Y… ¿todo en orden? —fue lo único que se me ocurrió preguntarle.

    —Bueno, hasta ahora sí —respondió sin levantar la vista de los papeles que leía, pero entonces su expresión cambió a una confundida—. Un momento… —masculló al momento en que fruncía el ceño.

    Al ver la cara que puso me acerqué a ella, parándome frente a su escritorio mientras me inclinaba levemente hacia lo que estaba leyendo.

    —¿Qué? ¿Qué sucede? —le pregunté.

    En ese momento en ascensor se abrió a mis espaldas, dando paso al profundo ruido de unos pasos en la sala. Rin levantó la vista para ver quién era el recién llegado, y yo la imité.

    El sujeto era un hombre alto, con su largo pelo negro ondulado atado en una coleta alta. Su tez pálida resaltaba el extraño tono rojizo de sus ojos, mientras que el traje color vino que llevaba puesto le daba una extraña elegancia. Tardé un poco en asimilar el por qué ese hombre me parecía tan familiar, por qué estaba segura de que lo había visto en aquel lado. De hecho, no fue hasta que me miró sorprendido y me habló que lo reconocí.

    —¿Kagome? —me reconoció aquel huraño hombre.

    Sí, mi boca debía de estar a centímetros del piso. ¿Era posible…?

    —¿Naraku?

    —¡Sí, eres la pequeña Kagome! —exclamó. Por alguna razón, el sobrenombre me molestó— Ha pasado mucho tiempo, primita.

    En aquel momento noté que Rin miraba confundida la escena. No parecía que le agradara mucho Naraku y la verdad es que a mí tampoco. Es decir, nunca me había agradado mi primo. Siempre se empeñaba en molestarme cuando era pequeña. Se robaba mi comida, me tiraba arena, me empujaba… Marcas de la niñez que nunca se irían. Aunque, bueno, ahora éramos los dos adultos. Debía de haber cambiado, madurado, lo que sea.

    —Sí, mucho —contesté algo cohibida— ¿Cómo está Kikyo? —le pregunté. De mi prima sí tenía buenos recuerdos, éramos como hermanas en nuestra niñez.

    —Ha estado bastante bien —respondió con voz profunda— ¿Y tú cómo has estado? Oh, y mi más sentido pésame… Lamento no haber estado en el funeral de mi tío.

    Al oírlo hablar de mi padre, un escalofrío me recorrió de la cabeza a los pies, pero decidí ignorarlo.

    —Oh, eh, sí, gracias —agradecí. Hasta yo me sentí falsa con la sonrisa que puse, pero, no sé porqué, pero mi propio primo no me inspiraba confianza. Tal vez era por el hecho de los recuerdos de la niñez, o por la sonrisa, mi parecer, siniestra que tenía, pero algo lo hacía desagradable. Sin embargo, no quería volverme superficial con mi propia familia.

    En ese momento recordé la expresión que había puesto Rin al ver los papeles y me volteé a verla.

    —Rin, ¿qué viste en esos papeles? —le pregunté, con lo que de inmediato Rin se puso a buscar entre los documentos aquello que estaba fuera de lugar.

    —Disculpen, ¿hay algún problema? —sentí el aliento de Naraku repentinamente en mi nuca, haciendo que me sobresaltara y me hiciera a un lado.

    —Pasa que creí ver por aquí unos números que no encajaban… A ver, a ver… —comentó Rin mientras rebuscaba entre los papeles.

    Naraku rapidamente tomo la carpeta que ojeaba Rin y la cerró, colocándosela bajo el brazo.

    —No se preocupe, si hay algún problema, me encargaré personalmente de arreglarlo —anunció—. Bien, me retiro a mi oficina, señoritas —dijo mientras caminaba a la puerta junto a mi oficina, que debía ser la suya—. Espero verte pronto por aquí, primita —confesó antes de cerrar la puerta.

    De acuerdo… eso fue raro. Miré la hora, ¡Kami, se me hacía tarde para la cena con Inuyasha!

    —Rin, lo lamento, pero debo irme —exclamé mientras me encaminada hacia el ascensor— ¡Nos veremos!

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-

    Tomé una ducha rápida. Debía estar lista para cuando pasara a recogerme. Tenía estirado sobre mi cama el vestido que me pondría. Era un vestido de seda negro corto y sin tirantes. Con los zapatos adecuados y un leve maquillaje quedaría perfecta para la cena.

    Me preparé, me vestí, maquillé y todo lo que hiciera falta. Ahora sólo debía esperar. Eran un cuarto para las ocho; habíamos quedado en que me recogería a las ocho, por lo que bajé y me senté en el sofá de la sala. No tardaría en llegar.

    Pasaron unos minutos y ya eran las ocho. No creo que él sea tan puntual, por lo que, aburrida de estar sentada en el sofá de la sala, me di una vuelta por la cocina. Me serví un vaso de agua, el cual me tomé rápidamente y miré denuevo el reloj. Eran las ocho y cuarto. Bien, un atraso de quince minutos no era nada.

    Decidí volver al sofá de la sala y recostarme allí hasta que llegara. Había un gran silencio en casa. Eso, más el cansancio de la espera, terminaron por vencerme y me quedé dormida.

    -.-.-.-.-.-.-.-.-.-

    Desperté sobresaltada. ¿Cuánto tiempo llevaba durmiendo? Oh, no. ¿Y si Inuyasha había venido y yo no había escuchado la puerta? Me apresuré a ver mi celular, en caso de que me hubiese llamado, pero no tenía ninguna llamada perdida. Entonces volví a ver la hora… Ahora eran las diez de la noche.

    Me había dejado plantada.

    La conversación con Sango volvió a mis oídos en aquel momento. Ahora más que nunca estaba segura, ¿obsesión, por ese hombre? Nunca.

    -o-o-o-

    Espero que les haya gustado. Mi idea era introducir a Naraku esta vez y saber un poco de Rin. Ya verán más de Inuyasha, no se preocupen y, además, faltan varios personajes muy especiales que todos queremos. ¡Ya vendrán todos! Me despido hasta la próxima conti, ojalá la inspiración me visite denuevo. ¡Saludos!
     
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  20.  
    yanin

    yanin Usuario común

    Escorpión
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    Pluma de
    Escritora
    Hola Cami gracias por avisarme que actu,lizaste tu ff te quedo muy bien el capitulo me gusto mucho estuvo muy interesante.
    ademas ese Naraku se ve muy sospechoso, pobre de Kagome que la dejo plantada inuyasha,
    pues esperare el siguiente capitulo.

    salu2
     
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