Historia larga Encuentro casual y predestinado

Capítulo 1: Encuentro
​

Después de haber descubierto la traición de, mi ahora ex novio. Empecé a llorar y corrí hacia el parque, mi lugar favorito. Me senté en una de las bancas y, trate de calmarme. Pero no podía, mis ojos estaban llenos de lágrimas, y mi pecho dolía, dolía mucho, tanto que hubiera deseado que alguien me matara, solo para poder calmarlo.


— ¡¡¡Es un maldito idiota!!! — grité —. ¿Cómo pudo hacerme algo así? — dije entre lágrimas —. Y sobre todo con… con Marina.


Recordar lo que vi no me ayudaría en nada, así que decidí pensar en otra cosa. Cuando logré calmarme, noté que alguien me observaba. Era un chico, estaba sentado en una banca, al frente de la mía. Al principio no le di importancia, pensé que dejaría de hacerlo, pero luego empezó incomodarme. ¿Es que acaso no tiene otra cosa que hacer?, pensé.


—Mejor busco otra banca — me dije, y empecé a buscar con la vista y, para mi mala suerte, no encontré ninguna —. ¡¡Demonios!! — maldije—. Es que este día puede ser peor.

— ¡¡Al diablo!! — escuché como decía el chico mientras se acercaba a mí —. ¿Quieres salir conmigo? — dijo cuando estaba delante de mí.

— ¿Eh? — dije, sorprendida y confundida

— ¿Qué si quieres salir conmigo? — volvió a decir el chico.

—¿Esta es una broma? —dije, aún confundida.

— No, no es broma — dijo —. Lo digo en serio ¿quieres salir conmigo?

— ¿Cómo puede ser en serio? Ni siquiera me conoces— dije.

— ¿Eso es un no? — dijo.

—Claro, que es un no. Es que estás loco. ¿Quién en su sano juicio aceptaría salir con un desconocido? — dije un tanto molesta.

— Yo lo haría — dijo, mientras se sentaba a un lado de mí —. Sobre todo si ese desconocido, fuera una bella chica como tú.

— ¿En serio? —dije — No estoy para bromas. He tenido un mal día — dije y, entonces recordé lo de la traición, y volvieron a brotar unas cuantas lágrimas de mis ojos —. Me tengo que ir — dije al tiempo que me paraba y empecé a caminar.

— ¡Espera! — dijo mientras empezaba a seguirme.

— ¡¡ ¿Qué es lo que quieres?!! — grite mientras me volteaba hacia él —. ¡¡Dejame en paz!!

— Lo siento, no quería molestarte — dijo un tanto apenado.

— ¡Pues lo estás haciendo! — grité.

— Yo… en verdad lo siento… Solo quería alegrarte — dijo.

— ¡¿Alegrarme?! ¡Ni si quiera me conoces! ¡¿Por qué querías alegrarme?! — volví a gritar, y me empezaron a salir más lágrimas.

— Justamente, por lo que estás haciendo ahora. Por qué estabas llorando —dijo mientras me ofrecía un pañuelo.

— ¡¿Y qué más da si lloro o no?! ¡No te conozco, no tenemos ningún vínculo! — Volví a gritar, mientras aparte su pañuelo.

— Es verdad que no te conozco, ni tú a mí. Pero, creo que una chica tan bonita como tú, se vería mejor con una sonrisa y no entre lágrimas — dijo.


Después de lo que dijo, por alguna razón dejé de llorar. Sus palabras me sonaron sinceras, él volvió a ofrecerme su pañuelo y, esta vez lo acepte. Volví a sentarme en el banco y él también lo hizo. Me sequé las lágrimas y le devolví el pañuelo. Ya más calmada le pregunte.


— ¿Quién eres? — dije. Él parecía confundido a mi pregunta, pero aún así respondió.

— Soy Estefan, un chico al que no le gusta ver a las chicas llorar — dijo en un tono burlón. Sonreí —. ¿Y tú? ¿Quién eres?

—Soy Rosalía, una chica estúpida, que hace unos momentos estaba llorando —dije.

—Mmm. ¿Y por qué estabas llorando, si se puede saber? — dijo. No quería responder a su pregunta pero, por alguna razón, me dio confianza.

—Porque mi novio me engaño… con… con mi mejor amiga — dije, mientras mis ojos volvían a llenarse de lágrimas. —Corrijo, una chica estúpida que sigue llorando.

— Pero que imbécil fue tu novio — dijo mientras me volvia a ofrecer su pañuelo —. Si yo hubiera estado en su lugar, jamás te habría hecho algo así.


Empecé a reír. Como es posible que diga eso, habla como si fuéramos amigos de toda la vida. Sin duda este chico es un poco loco.



— Ves, eres aún más linda cuando sonríes — dijo, con una sonrisa en el rostro.

 

Capítulo 2: ¿Amigos?

Su último comentario hizo que me sonrojara un poco, como es posible que un desconocido diga eso. Actúa como un buen amigo, tratando de sacarme una sonrisa y... hacerme sentir mejor.

— Solo lo dices para consolarme.
— No, lo digo en serio. Eres muy bonita. No puedo creer que alguien te engañara.
— En serio, no tienes que hacerlo.
— Pero es la verdad, si no me crees pregúntale a alguien — dijo muy convencido.
— Si pregunto a alguien, pensarán que estoy loca.
— Pues, si no lo haces tu lo hare yo.
— ¡¿Qué?! — dije un tanto sorprendida — No estaras hablando en serio.
— Pues, claro que lo hago ¿No me crees? — pregunto.
— Mmm... viendo lo que hiciste hace unos mintos, creo que sí serias capaz de hacerlo.
— Exacto, seria capaz de eso y mucho más con tal de que te sientas mejor — lo ultimo lo dijo guiñandome un ojo, sin duda este chico es capaz de hacerlo. Ni yo aun me puedo creer lo que hizo hace unos cuantos minutos atras. Creo que acabo de conocer a la persona mas atrevida y valiente que conosco, ademas de decir, de la mas confiada. Yo jamas haria algo así, menos aún, con un desconocido. Pero por alguna extraña razón, me alegro que lo hiciera.

— Entonces hazlo — dije aun sin creer lo que habia dicho — Pregúntale a alguien.
— Ok, lo haré. — dijo de lo mas relajado y empezó a buscar con la mirada hacia su alrededor —. Genial, justo lo que buscaba — dijo entusiasmado y con una sonrisa —. Esperame un toque, ahora vuelvo — y se dirigio hacia una banca, no muy lejos de la nustra, en ella se encontraba un grupo de tres chicos. Estefan les dijo algo y, luego señalo hacia el lugar en el que me encontraba. Y como si no me sorprendiera que lo hiciera, volvío. Pero era obvio que no solo, los chicos, lo acompañaban.

— Bueno chicos, ella es la amiga de la que les hable — dijo — ¿No creen que es muy linda?
— Sin duda lo es — dijo un chico rubio, con una sonrisa y guiñándome un ojo. Me sonrojé.
— Cuando dijiste que era linda, no pensé que lo seria tanto. Si no fuera por que tengo novia, ya estaría coqueteandole— dijo un chico un tanto alto, más que Estefan. Y volví a ponerme un poco colorada.

— Tranquilo amigo, o le cuento a tu novia lo que dijiste — dijo un chico de ojos azules, bromeando —. Aunque yo tambien lo haria. Seguro que todos los chicos que conoces quieren salir contigo — aseguró.

Estos chicos me divertian, aunque sus comentarios ponian de un tono rojo mi rostro

— Aqui uno de ellos — dijo Estefan, alzando la mano—. Aunque, por el momento, sea un amigo desconocido — dijo un tanto seductor, eso ultimo hizo que sonriera y, volviera a sonrojarme.

— Veo que ya tengo un contrincante — dijo el rubio con tono divertido.

— De hecho, tienes dos — dijo el de mirada azul, tambien en modo de broma.

— Calma chicos, yo la ví primero. No me la arrebaten — siguio el juego Estefan.

— Oigan, no se peleen por mi. Ya lo capte, soy bonita, pero no es para tanto — dije mientras reia, sin duda estos chicos me estaban alegrando el día.
— Bueno, viendo que la bella chica reconocío lo hermosa que es, nos retiramos — dijo el de cabellos claros, se despidió y se marchó con sus amigos.

— ¡¡Gracias!! — les grite mientras se alejaban—. Y por supuesto, gracias a ti Estefan. Me alegráste el día, que yo, creía perdido— dije con una amplia sonrisa.
— No fue nada, para eso estan los amigos ¿no? — dijo mientras me sonreia tiernamente.
— ¿Amigos? — pregunté
— Si, ¿o quieres ser algo más? — dijo de forma seductora, que hizo que me sonrojara
— Con lo de amigos esta bien — dije un tanto nerviosa
— Ok, entonces... ¿amigos?
— Amigos.

¿Por qué no? Todos saben que una buena historia empieza por la amistad. Y termina con el ¿amor? Tal vez ocurra o no, algo, quien sabe. Esta historia iba ser la mejor de todas, iba a hacer una historia que nunca olvidare, yo deseo que eso pase, porque encuentros como este solo le ocurren en las peliculas y, yo siempre quize.... ser una actriz.

 

Capítulo 3: Chico ideal​

‒ Bueno, ahora que somos oficialmente amigos. ‒ dijo ‒ ¿Puedo hacerte una pregunta?
‒ Ya la estás haciendo ‒ bromee.
‒ Tienes razón ‒ dijo mientras sonreía ‒.Aun así, ¿Puedo?
‒ Claro, adelante ‒ dije.
‒ ¿Cuál es tu sueño?
‒ Ser actriz
‒ ¿Desde cuándo?
‒ Desde pequeña. Siempre participaba en las obras teatrales del jardín de niños, y de la escuela. Me gustaba mucho. Me agradaba actuar de forma diferente a mí misma, probar ser otra persona, interpretar lo que sentían y expresarlo ante todos.
‒ Se ve que te gusta mucho, tu sueño.
‒ Por supuesto, sino, no sería un sueño. Y hablando de sueños, ¿Cuál es el tuyo?
‒ Bueno, el mío es ser cantante ‒ dijo. ‒ Lo he querido ser desde que vi el gran poder que tiene la música.
‒ ¿Poder? ‒ pregunte confundida.
‒ Si, el poder de entrar en los corazones. Recuerdo que, cuando era un niño, mi hermana llorando. Al parecer encontró a su novio engañándola. Yo trataba de que parara de llorar, pero no lograba nada, fue entonces que escuche una canción, era una bella, hermosa y alegre canción. Si mal recuerdo, mi hermana al escuchar la canción poco a poco se fue calmando. No recuerdo muy bien de que trataba la canción, pero de que si estoy seguro es que, aquella canción, fue capaz de llegar al corazón de mi hermana y tranquilizarlo. Eso me asombró. Y desde entonces, siempre he tenido ese sueño.
‒ Que historia tan increíble ‒ dije impresionada, nunca pensé que su sueño fuera ser un cantante y mucho menos que lo descubriera de una forma tan hermosa, este chico es muy interesante ‒. ¿Y qué tipo de música te gustaría cantar? ‒ pregunté
‒ Mmm… Baladas. ‒ dijo ‒ ¿Sabes? Toco la guitarra y el piano. Después de unos meses, de lo que te conté, les pedí a mis padres que quería aprender a tocarlos.

Increíble, me mucha envidia. Yo siempre quise tocar esos instrumentos, pero por falta de dinero no pude hacerlo. Tal vez algún día, cuando me compre al menos una guitarra, le pediré que me enseñe.

‒ ¿Has compuesto alguna canción?
‒ No, aún no. Por ahora solo practico canciones conocidas ‒ dijo ‒. ¿Sabes? Yo soy quien debería estar preguntándote a ti ‒ dijo divertido ‒. Mmm… ¿Chico ideal?
‒ Una pregunta difícil ‒ Muy difícil, si hace poco mi chico, que creía ideal, me estaba engañando. Cómo será ahora mi nuevo chico ideal. Creo que lo primero sería que fuera… ‒ fiel.
‒ ¿Fiel? ‒ pregunto confundido.
‒ Si, fiel. Un chico fiel. Que no me engañe, o en mi caso, que no me vuelva a engañar.
‒ Ya entiendo… ¿Qué más?
‒ Divertido y romántico. Que no sea muy celoso. Comprensivo. Y Cariñoso.
‒ Creo que me estas describiendo ‒ dijo de una forma ¿seductora?

Si antes creía que era atrevido, ahora estoy segura que lo es. Pero, ¿y si en verdad lo hago? ¿Si en verdad lo estoy describiendo? No, no lo creo. Seguro está bromeando. Sí, eso deber ser. ¿O no?

‒ No lo ha…hago ‒ dije nerviosa, y al parecer ruborizada. Aunque, no me importaría que fuera cierto.
‒ Pues por lo que escucho, sí. ‒ me sonrió, se acercó un poco y dijo ‒ Tal vez, yo soy tu chico ideal.

 

Capítulo 4: Único​

Sonrojo total. No puedo ni creer lo que ha dicho. ¿Cómo lo hace? Como puede hacerme enrojecer tan fácilmente. Esto no me pasaba con ningún chico con el que salía, él es… ¿diferente? Si, lo es. Él es diferente. Él logra lo que muchos no pudieron: hacerme sonrojar con solo algunas palabras. Pero la cuestión es porqué lo hace. Sera divertido hacer sonrojar a alguien. Mmm… tal vez. Aunque no creo que lo haga por eso, debe haber otra razón, pero… ¡¿Cuál es?!

No puedo pensar en alguna otra razón, y menos con él tan cerca. Casi puedo oler su perfume, un muy delicioso perfume. Y como no pude notar aquellos ojos azules, creo que si los mirara por mucho tiempo me hundiría en ellos. Pero que estoy diciendo, yo jamás pienso así. ¡¿Que me está pasando?!

‒ Mmm… tal vez lo haga, pero como no te conozco bien, no sabría decir con certeza que así sea. – respondí tratando de no parecer nerviosa, creo que funcionó.

‒ Bueno, pues puedo garantizarte que es así. Yo jamás miento ‒ dijo con una sonrisa. Esa que me por alguna razón me encanta, como quisiera que fuera solo para mí. Fuck. ¿Eso lo he pensado yo?

‒ ¿En serio? ‒ dije con un tono burlón. Eso definitivamente, no es verdad. Todos mentimos de alguna forma, a veces sin darnos cuenta, pero lo hacemos. Nadie es perfecto. Eso lo sé muy bien.

‒ Bueno, tal vez lo haya hecho, pero solo eran mentiritas piadosas. ‒ dijo ‒ Además, las decía cuando era niño, ahora ya no lo hago.

‒ Tienes razón, al menos una vez, hemos mentido, nadie… es perfecto – dije en tono bajo.

‒ Creo que alguien te ha mentido de una forma horrible. ¿No es verdad? – dijo un tanto serio, como si hubiera visto dentro de mí… lo que oculto. ¿Lo hizo? ¿Es que acaso ve a través de mí? No. Creo que solo le dí las pistas necesarias sin darme cuenta.

‒ Diste en el clavo. ‒ dije tratando de sonar divertida pero, no pude. Mis lágrimas brotaron. No pude contenerme, así que, me abracé a él y, lloré. Lloré y lloré y lloré. No sabía el porqué pero, sentía que solo con él, con Estefan, podía hacerlo. Jamás había llorado frente a un chico, jamás. Pero esa tarde, después de conocerlo, lo hice. Lloré frente a uno. Uno muy especial, uno que era único. Único en hacer sonrojar, único en hacer sonreír, único en darte confianza y… único en enamorar. Porque… sí, me he enamorado de Estefan. Parecerá loco, pero me enamoró en solo una tarde. Él no se apartó, por el contrario, también me abrazó. Empezó a acariciar mi cabeza, como si yo fuera una niña a quien se tenía que consolar. No me incomodo que lo hiciera, es más, me gusto. Me gusto que lo hiciera, me gusto sentir su mano sobre mi cabeza, me gustó estar cerca de él, me gustó abrazarlo y me gusto él.

Durante todo el tiempo que estuve llorando, él no se apartó, él no hablo, solo permaneció junto a mí. Respeto aquel momento de desahogo que tuve. Respeto mi tristeza.

Cuando estuve más calmada y dejé de llorar me separe de él, y sin decir nada me ofreció su pañuelo, yo acepte y me limpie el rostro. Lo mire a la cara y él sonrió, y como un acto reflejo, yo también lo hice. Le devolví el pañuelo. Y él me besó.

 

Capítulo 5: Un explicación ¿única o graciosa?​

Creo que estoy soñando, porque al parecer pienso que Estefan me está besando. Esperen… no estoy soñando, en verdad, me está besando, y sus labios son de los más suaves. ¡Pero qué demonios estoy pensando! está bien que me haya enamorado pero creo que es precipitado, ni siquiera hemos tenido una cita, ¡Pero que digo! Se supone que somos amigos. “¡Reacciona!” grito mi conciencia. Pero no podía, sus labios en verdad que eran suaves y hasta creo que adictivos porque empecé a corresponder al beso. Pero por alguna razón decidí parar, me alejé de Estefan y puede sentir un muy notorio sonrojo en su rostro, se veía tan tierno.

‒ Lo… Lo…siento, Lo siento, Lo siento, Lo siento ‒ empezó a disculparse aún todo sonrojado ‒. Yo solo…

‒ ¿Por…por qué me besaste? ‒ pregunté antes de que terminara.

‒ Bueno… yo… solo… ‒ empezó hablar de forma nerviosa, mientras jugaba con sus dedos y evitando mirarme. Veo que también tiene su parte de chico tímido, se ve tan adorable ‒. Solo quería molestar a tu ex, por haberte engañado.

‒ ¿Qué tu qué? ‒ pregunté aún sin entender.

‒ Te besé, porque vi que a tu novio, digo, ex novio que venía hacia acá y yo no quería que vuelvas a llorar por solo verlo ‒ dijo mientras me devolvía la mirada, el sonrojo se le había ido y ahora volvía la parte atrevida y decidida.

‒ ¿Pero cómo sabias que era mi ex novio, yo no te he contado cómo es? ‒ Eso era cierto, le había contado que me había engañado pero no sobre cómo era y quien era.

‒ Veras… cuando estabas llorando, me percaté que un chico estaba buscando a alguien y cuando te vio, se sorprendió mucho y más aún de que estabas abrazada hacia mí. Así que supuse que era a ti a quien buscaba, llámalo locura, pero algo me decía que era tu ex y quería hablar contigo… ‒ hizo una pausa, me miro de forma tierna y continuo ‒ yo no quería que volvieras a llorar. Por eso te be… besé, para que él no se acercara, y funcionó, ya que se alejó cuando lo hice. Por favor, perdóname. Creo que saqué conclusiones muy rápido.

Me reí. Estefan me miro con cara de confundido y yo me reí aún más. No me esperaba una respuesta como esa, sin duda este chico es único. Solo espero que en verdad haya sido Nick y no mi hermano. Ojala Estefan me hubiera comentado algo, porque si en verdad ‒y espero que así sea‒ hubiera sido mi ex. Habría cooperado más y así poder ver su cara. “Aun así le respondiste el beso, sin saber que solo actuaba” Gracias conciencia, pensé con sarcasmo.

‒ Perdón por reírme así, es solo que tu explicación me sorprendió ‒ dije mientras me calmaba ‒. Pero aún no me puedo creer como llegaste a esa concusión.

‒ Si, tal vez que pienses que soy muy tonto. ‒ dijo con su hermosa sonrisa. ‒ ¿Me perdonas?

‒ ¿Por qué habría que hacerlo? Tu intentaste ayudarme ‒ contesté mientras sonreía, aun me quedaba un poco del humor que me dio su explicación.

‒ Aun así, creo que fue muy atrevido de mi parte hacerlo, ¿me perdonas? ‒ volvió a preguntar. No me digan que aún se da cuenta de lo atrevido que es, este chico es increíble.

‒ Ok, Ok, te perdono. Aunque no hace falta, pero si tú quieres que lo haga, lo haré ‒ dije mientras me rendía a su petición de que lo perdonara ‒. Pero aún no estoy segura si era o no, mi ex novio.

‒ Oh, claro que era yo.

No puede ser, reconocería esa voz donde fuera que la escuche. Me voltee y, efectivamente, era él… era Nick.



NT: Hola!! Aquí esta el capitulo 5 de esta historia, se que en los primeros capitulo apresuré un poco las cosas, trataré de ir mas lento y también mejoraré mas la narración.
Agradezco de todo corazón a Borealis Spiral, por su comentario y por que me dio las fuerzas para continuar esta historia. Ya que tenia un bloqueo de ideas en el que yo misma me metí por ir muy rápido con los hechos. Gracias.
También agradezco a Durazno por su comentario y le pido disculpas por no haberle respondido a tiempo. Solo espero que sigas leyendo mi historia.
Sin más espero, los comentarios y/o consejos de las personas que hayan leído mi historia o la estén empezando a leer. Eso me ayudaría mucho.

Hasta el próximo capitulo. =)

 

Capítulo 6: Maldito e idiota ex novio​

Imposible. No puedo creer que este aquí. Pero así era, era él. Era Nick. La persona a quien amé y me hizo mucho daño. La persona que me engaño con mi mejor amiga. La persona a quien odiaba. No podía hablar, su sola presencia me había sorprendido. ¿Qué quería? ¿Por qué estaba aquí? ¿Estaría molesto por ver el beso, o dolido? ¿Arrepentido por lo que me hizo? ¿Quería que lo perdone? ¿Me daría una explicación? ¿Por qué no está con Marina? Esas preguntas empezaron a rondar mi mente. Intentaba con todas mis fuerzas saber las respuestas, pero jamás lograría saberlas por mí misma. Lo único que podía hacer para saberlas era preguntándole. Pero la sorpresa no me ayudaba y el miedo de que aquellas respuestas, tal vez, me causaran más daño, no ayudaba mucho. Aún con un caos dentro de mi cabeza, por las preguntas que intentaba responder, escuché… “Tú puedes, eres fuerte, adelante”. Mi conciencia, como siempre, me dio ánimos.

‒ Nick…‒ logré decir, saliendo de mi asombro, ya estaba reaccionando ‒ ¿qu… qué haces aquí? – Dije nerviosa ‒- ¿qué quieres? ‒ Esta vez lo dije un poco más seria.

‒ Eso debería decirlo yo, Rosalía ‒ dijo molesto. ¿Es en serio? La molesta aquí debería ser yo, no él. Yo soy la que sufría mientras él se besuqueaba con Marina. Lo odio. ‒ ¿No me vas a dar una explicación de porqué te estabas besando ‒ miro a Estefan ‒ con este idiota? ‒ Más hipócrita no podía ser. No sé cómo me enamoré de él.

‒ ¿A quién llamas idiota? ‒ dijo Estefan molesto y con ceño fruncido ‒ Aquí el único idiota eres tú.

‒ ¿Qué dijiste? ‒ pregunto Nick, molesto, mientras se acercaba a Estefan y lo tomaba del cuello de su camiseta.

‒ Lo que escuchaste, eres un idiota ‒ esta vez la que hablo fui yo. Lo dije de forma seria mientras me paraba y me ponía frente a él. Ya había soltado a Estefan, así que cuando miré su rostro vi que como me fulminaba con la mirada. ‒ Así es, aquí el único idiota eres tú, Nick ‒ dije resaltando su nombre con odio. Ahora, que veía su verdadera personalidad, me armé de valor para decirle todo lo que pensaba de él.

‒ ¿Qué te pasa Rosalía? ¿Por qué me llamas así?¿Que te hice? ‒ preguntó aún más enojado. Demonios, acaso se estaba burlando de mí. Quería que me hiciera la tonta a lo que vi. Acaso pensaba que no pasó nada.

‒ ¿Cómo puedes ser tan hipócrita? No me digas que ya olvidaste como me engañaste con Marina. ¡Marina, mi mejor amiga! ¡Demonios! En serio no tienes vergüenza por lo que me hiciste ‒ hice una pausa ‒ En serio crees que puedes venir como si nada hubiera pasado.

‒ Si te refieres al beso, fue pura actuación…‒ hizo una pausa para pensar ‒ para el Club de Teatro ‒ dijo mientras intentaba parecer calmado, quería engañarme el muy maldito.

‒ Como si me fuera a creer semejante explicación ‒ dije indignada‒.Tu y yo sabemos que eres muy malo en la actuación, y Marina también. Además, ni tú ni ella están en el Club de Teatro que, hace como un año que no ha sido abierto. En serio eres un idiota, no puedes ni mentir.

‒ Deja de llamarme así, ¿quién te crees que eres? ‒ dijo enojado. Ahora quería hacerse el ofendido. Es de lo peor.

‒ Yo te llamo como me da la gana, acaso crees que soy una tonta. ¿Qué pretendías? Que con esa ridícula explicación ibas a engañarme. ‒ estaba enojada a más no poder, pero sabía que mi ira solo ocultaba mi tristeza, mis ganas de llorar. El dolor que me causaba al haber sido engañada por semejante tipo. Un tipo que no tenía ni la más mínima decencia como para aceptar que me había engañado y que intentaba ocultar su engaño con mentiras ridículas.

‒ No es ninguna mentira, es la verdad. Entre Marina y yo no hay nada ‒ dijo aún enojado, intentando convencerme.

‒ Deja de mentir, te ves ridículo. ‒ dije.

‒ Aquí la única ridícula eres tú ‒ grito ‒ Fue actuación, entiendes, actuación. ‒ dijo resaltando la última palabra.

‒ Entonces lo que hablaban tú y ella sobre mí también fue actuación. Cuando le decías “No te preocupes, mañana termino con ella” también era actuación o cuando decías “En serio, es una tonta, por creer que me gustaba” o cuando… ‒ no pude continuar, tenía un nudo en la garganta quería llorar ‒. Vete, aléjate de mí, no vuelvas a hablarme en tu miserable vida. Anda, vete. Vete con la estúpida de Marina. ‒ dije mientras lo fulminaba con la mirada.

‒ Tú a mí no me‒ no pudo continuar, de alguna forma, Estefan le dio un golpe con su puño en la cara. Fue tan fuerte que Nick cayó al suelo.

‒ Ya oíste a la señorita, aléjate de ella ‒ dijo Estefan con el ceño fruncido y con un tono enojado. ‒ No oíste ¡¡que te vayas!! ‒ gritó.

Nick se levantó como pudo y se fue corriendo mientras gritaba “Me las pagaras, idiota” Cuando se hubo alejado lo suficiente, Estefan me ayudo a sentarme en la banca, estaba con la cabeza gacha, tenía unas inmensas ganas de llorar.

‒ Adelante, sé que lo necesitas, desahógate ‒ dijo con ternura, como si hubiera leído mi mente. Me abrazo hacia él con mucha delicadeza y, antes de que me diera cuenta, empecé a llorar con todas mis fuerzas. Lo peor había pasado, ya no volvería a ver a Nick. Todo había terminado, o eso creía, por que aún me faltaba hablar con Marina. Tenía que dejar las cosas claras con ella, jamás la perdonaría. Ella fingió su amistad, solo para estar con Nick. ¿Intentaría engañarme como lo hizo Nick? ¿O seria honesta? “En serio crees que será honesta, fingió ser tu amiga y se metió con tu novio” Ex novio, corregí a mi conciencia, que me estaba regañando.

‒ Todo va estar bien, Rosalía ‒ dijo Estefan, yo aún seguía llorando. Si no fuera por él, no sé cómo estaría yo en estos momentos. “Tal vez llorando frente a ese idiota”. Mi conciencia tenía razón, tal vez así hubiera sido… pero, no lo fue. Estefan estaba ahí, dándome consuelo, además de que golpeo a ese idiota para que se fuera y no me viera llorar.

‒ Gracias, Estefan. No sé cómo agradecer lo que hiciste por mí ‒ dije mientras me calmaba. Levante mi rostro para verlo. Él se alejó un poco de mí y me dio una cálida sonrisa.

‒ No fue nada Rosalía, para eso están los amigos.



NT: Hola, aquí esta el capitulo 6 de esta historia. Lo iba a subir el fin de semana, pero me di con la sorpresa de que estaría muy ocupada. Por lo que decidí publicarlo hoy.
Nick es de lo peor, pobre de Rosalía, sufrió mucho. Afortunadamente Estefan estaba ahí.
Quiero dar las gracias a @Borealis Spiral y a @Durazno por seguir mi historia. Se los agradezco de todo corazón.
PD: Durazno, juro que hoy cumplo lo que prometí.
Hasta el próximo capítulo. =)

 

Después de mucho tiempo, regreso para continuar esta historia que había dejado olvidada. Solo espero que las personas que hayan seguido la historia, me disculpen por haberla abandonado, solo espero la que siga siendo de su interés y la sigan leyendo.

Capítulo 7: Ya lo verás​

—No fue nada Rosalía, para eso están los amigos— dijo mientras —me daba una cálida sonrisa, como las que te dan las personas que en verdad te valoran.


— ¿Cómo que nada? Golpeaste al idiota de Nick y me consolaste cuando más lo necesitaba, eso sí que es algo—Y claro que era algo, no todos los días ves a una persona que te ayude de esa manera y sobre todo si la acabas de conocer. Respiré hondo—. Sabes, pienso que soy muy afortunada por haberte conocido, sobre todo por todo lo ha pasado hace unos minutos.


— Aún si yo no hubiera estado aquí, tal vez tenías algunos otros amigos a los cuales hubieras podido acudir. — decía mientras me miraba y yo negaba con la cabeza, pude ver como su cara cambio un poco entendiendo lo que ello significaba.


Marina era la única persona a quien yo consideraba mi verdadera amiga, a las demás personas del instituto solo las veía como compañeros o amigos simples, pues aunque pasábamos de vez en cuando buenos momentos, no había sentido esa conexión como la tuve con Marina. Yo la consideraba especial, casi como una hermana, la hermana que nunca pude tener.


—Lo siento, no quería hacerte sentir mal. — dijo, y creo que escuché decirse “eres un tonto, Estefan”. Bueno, supongo que no consideró, que mi círculo de mejores amigos se concentraba en una sola persona, cuando al menos la mayoría tiene dos. Mejor lo tranquilizo, no quiero que la persona que me ayudo se sienta mal.


—Tranquilo, no te sientas mal. Tú no lo sabías— dije mientras sonreía. —Además, no es que no tenga amigos, es solo que la única persona a quien le hubiera contado sobre esto es a Marina, ya que no hace mucho era mi mejor amiga.


—No sé si sentirme mejor, al escuchar que si tenías amigos, o peor, porque la única persona en quien confiabas te traicionó—. Lo dijo de una manera tan preocupaba que me dio risa, él me miro un poco confundido y eso no hizo más que aumentar mi risa, porque las caras, de preocupación y confusión, eran un poco graciosas, al menos para mí.


— Oye, eso no es nada gracioso, en verdad estoy en un dilema sobre cómo sentirme por lo que me dijiste, Rosalía—. Traté de calmarme, respiré hondo y lo miré directamente a los ojos. Lo hice por un largo rato, como si estuviéramos jugando a una “Guerra de miradas”, quería que el viera en mis ojos que yo estaba bien y que ya no me afectaba lo de Marina, pues al menos ahora sabía la clase de persona que era. Y que por lo tanto debería de preocuparse por como sentirse sobre ello o sobre mí. Y al parecer lo notó.


— Muy bien, ya lo entendí. Veo que ya lo superaste —. Dijo mientras empezaba a pestañar, yo también lo hice, al parecer a ambos ya nos había empezado a escocer los ojos de tantos mirarnos. — Al menos, la próxima vez, dímelo directamente, y no entro en un dilema de si besarte o seguir mirando tus hermosos ojos— dijo mientras dejaba de pestañear y mirarme con una sonrisa de modelo de revista.


— Aprovechado, una queriendo mostrarte cómo se siente y pensando otras cosas — dije con un exagerado tono de ofensa, como si parodiara a una de esas actrices de telenovela. — Malo, Estefan malo.


Estefan no hizo mas que reírse a carcajadas por mi exagerada actuación, y yo pude ver en él unos hoyuelos que no había notado antes. Se veía bien, sin duda. Estefan era un chico guapo, no había duda de eso pero, porque esos hoyuelos lo hacían ver aún más guapo de lo que era. Había escuchado a muchas de mis compañeras del instituto, que hay mujeres que se sienten atraídas por un hombre por alguna característica en especial, como que tengan barba, usen lentes, tengan tatuajes, sean bajitos o altos, sean rapados o calvos, entre otras cosas. Tal vez yo me sienta más atraída por los hombre con hoyuelos, eso explicaría por qué me siento un poco extraña al ver Estefan con ellos.


Por Dios, Estefan. ¿Qué estás haciendo conmigo? Haces que experimente sensaciones que no había sentido nunca.



— Un momento, ¿me parece o me hablaste como un perro? — me miro otra vez con su cara de confundido y torciendo su cabeza hacia un lado. Evité reírme.


—No puedo creer que recién te hayas dado cuenta— ahora sí que no pude evitar reírme. —A veces eres lento, Estefan— dije entre carcajadas. El me miro mal, pero al poco rato sonrío, como sí solo lo hubiera hecho por compromiso.


—Ja, ja, ja. Muy graciosa, así tratas a tu salvador, quien a capa y espada, te protegió del monstruo de Nick, pues muy mal, señorita, muy mal. — Dijo con un exagerado falso tono de ofensa, tratando de imitar lo que yo hice hace un momento. Y haciéndolo aún más gracioso, pues se había llevado la mano a la boca y luego al pecho para luego negar con la cabeza. Yo estaba muriéndome de risa.


—Basta, Estefan. Ya no sigas— Dije tratando de calmar mis carcajadas, pero creo que le parecía divertido, por lo que continuo.


— No, señorita. Usted me ha dado justo en la honra. Ahora solo me queda morir, nos vemos, my lady. — dijo mientras, hacía como si tuviera un puñal y se la atravesara en el estómago con sus dos manos, diciendo “Adiós, mundo cruel”. Luego, se levantó.


—Buuuh, buuuh. Soy el fantasma de Estefan y te castigaré — decía mientras daba vueltas a mi alrededor, yo no podía parar de reír, tanto así que ya me empezaba a doler el estómago.


—Pues ya me estas castigando. —dije mientras me calmaba. —Mi estómago ya me empezó a doler.


—Entonces mi trabajo está hecho— dijo de forma normal, esta vez— mientras me sonreía de forma burlona.


— Qué malo— dije imitando a una niña pero luego sonreí. —Bueno, supongo que me lo merecía. — el también sonrió. Miré al cielo, y observe que algunas estrellas empezaban a hacerse presente, pues estaba anocheciendo.


— ¡Diablos! —Dijo un tanto asustado Estefan, estaba mirando su celular que al parecer vibraba—¡Ella me va a matar! Lo siento Rosalía, pero me tengo que ir.


— ¿Eh? — No pude decir nada más. Pues él ya se estaba yendo.


—No te preocupes, no volveremos a ver, ya lo veras — dijo de forma muy segura mientras de alejaba corriendo y agitaba su mano. Yo estaba tan confundida que solo lo veía alejarse mientras yo también alejaba mi mano. Y entonces me di cuenta.


— Espera, ¿qué? — ¿Cómo nos volveríamos a ver si ni siquiera sé su número o forma de contactarlo? Creo que yo en algunas ocasiones también soy lenta. Además él dijo ella, ¿será su hermana? ¿O su novia? Pero él me dijo que no tenía novia. Por el amor de Dios, ¿por qué me siento tan extraña?


Bueno, bueno, parece que Estefan dejó a nuestra pobre protagonista más confundida de lo normal. ¿Y cómo es que Estefan esta tan seguro de reencontrarse con Rosalía? ¿Quién será "ella"? ¿Volveremos a ver al fantasma de Estefan? Todo eso y mucho más en el próximo capítulo. Espero no se lo pierdan.


PD: Creo se me pegó el tono de presentador de TV. XD

 

Capítulo 8: Hermanos​

Eestfan POV

− ¿A… aló? – contestó Estefan nervioso, pues sabía muy bien quien estaba al otro lado de la línea. Durante lo acontecido con Rosalía no se había percatado del vibrar de su teléfono móvil y horrible fue su sorpresa al ver la cantidad de llamadas perdidas, todas de la misma persona−. ¿Cárol? ¿Hermanita estas molesta?

− No, que va. Estoy feliz de que hayas ignorado mis llamadas – contestó su hermana con notorio sarcasmo. Al menos eso era buena señal, ya que cuando en verdad estaba molesta, me hubiera gritado a la primera.

− Cárol, en verdad lo siento, te juro que no me di cuenta que me estabas llaman−

− ¡¿Que no te diste cuenta?! ¡Te llamé 25 veces, Estefan! ¡25 malditas veces! – gritó mi hermana, creo que no me salvé esta vez−. ¿Sabes la hora que es? Son casi las 7 y tú no te apareces por el instituto, donde se suponía debías estar hace una hora.

Maldición. Había olvidado por completo que tenía que ir ahí. Con todo lo que había pasado con Rosalía, olvidé que estaba en ese parque para hacer un poco de tiempo antes de ir al instituto. Rosalía eres increíble, haces que olvide todo cuando se trata de ti. Volverte a ver fue algo inesperado, jamás pensé tener tanta suerte y menos por segunda vez. Es una lástima que ella no me reconociera. Pero no la culparía ella estaba pasando por un mal momento gracias a un idiota que no supo apreciarla.

− En verdad lo lamento, Cárol – me disculpé −. Pero te aseguro que tengo una buena razón, que te explicaré luego.

Cárol, además de ser mi hermana, es como mi mejor amiga. Le cuento casi todo y ella hace lo mismo, incluso si se trata sobre cosas muy íntimas como los sentimientos. Esto es a causa de la muerte de mis padres hace 7 años, lo cual nos afectó bastante. Al principio nos resultó difícil sobrellevar la muerte de ambos pues parecía que cualquier cosa o lugar que viéramos nos los recordaban, generándonos la tristeza que queríamos evitar, pero poco a poco y gracias al apoyo de la tía Lucía, hermana de mi madre, pudimos sobrellevarlo. Con el tiempo nos volvimos la columna de apoyo del otro, e hizo que aumentara la confianza entre ambos. Hasta el punto en el que ambos habláramos sobre quien nos interesaba. Fue así que le hablé de Rosalía, claro que en ese entonces no sabía su nombre, por lo que mi hermana la apodó “La chica sonrisa”.

− Eso espero, Estefan− dijo ya más calmada−. ¿Por dónde estás?

− Ya estoy a una cuadra del instituto, no tardaré mucho.

− Al menos estas cerca. Te esperamos entonces− dicho esto, colgó. Yo apresuré el paso, pues mientras más llegara, más rápido terminaría el sermón que estoy seguro recibiría y que no sería de parte de mi hermana, pues eso sería mejor a que lo haga la directora.

Rosalía POV

Después de ver como Estefan desaparecía rumbo a quien sabe dónde, y sin que yo pudiera hacer nada para detenerlo, pues estaba más confundida que nunca. Decidí regresar a mi casa, saqué el móvil de mi bolsillo para ver la hora, dándome cuenta de que el tiempo se había pasado volando, pues no faltaba mucho para que fueran las 7 de la noche. Como precaución llamé a mi madre, para avisar que llegaría un poco tarde a casa. Busqué entre mis contactos a mi madre y cuando estaba por llamarla, sentí como alguien tapó mis ojos.

− ¿Quién soy? – me preguntó una voz que reconocería de inmediato y en cualquier.

− ¿Un travesti de turno? − respondí, sabiendo la respuesta que iba a recibir.

− Ja Ja Ja. Muy graciosa Rosalía. Soy yo, Jason, tu apuesto y sexy hermano – dijo mientras retiraba sus manos de mis ojos y se colocaba frente a mí. Yo solo me reí.

− Estas seguro que eres mi hermano, porque yo no recordara que el fuera apuesto y menos sexy – respondí, el me miro mal pero luego sonrió con malicia. Y eso no me dio buena espina, por lo que di un paso hacia atrás−. No te atreverías – le dije.

− Obsérvame – dijo, mientras se dirigía hacia mí, intenté huir, pero él fue más rápido y me atrapó. Empezó a hacerme cosquillas, y yo no pude hacer nada más que reír como loca.

− Ya.. jajajaja.. bas… jajaja…ta – dije tratando de hacerme entender, pero las carcajadas no me ayudaban en nada.

− ¿Decías algo hermanita? – dijo mi hermano como si no supiera lo que tratara de decir. Maldito, se aprovecha de mi porque tiene más fuerza y porque soy muy sensible a las cosquillas.

− Basta, Jason, me rindo – logré decir al fin −.Tu… jajaja… eres… apuesto… y sexy... jajaja.

− Hasta que al fin te das cuenta, hermanita – dijo mientras me dejaba ir y detenía su ataque de cosquillas.

− Algún día me las pagarás, señor travesti de turno− dije mientras le sacaba la lengua.

− Yo también te quiero, hermanita – me respondió ignorando lo que dije−. Por cierto, ¿Qué haces todavía por aquí? Pensé que irías con ese tipo al que llamas novio y tu amiga a comprar libros consulta – comentó mi hermano, quien no sabía nada de lo sucedido hace unos minutos.

− Ya no es mi novio− contesté−. Y ella tampoco es mi amiga.

− ¿Eh? ¿Y eso porque? – preguntó un poco confundido−. Me alegro que hayas terminado con él, nunca me cayó bien, pero porque tan de repente, ¿te hizo algo?¿Y porque Marina ya no es tu amiga?

− No quiero hablar de eso ahora Jason, por el momento vayamos a casa, estoy cansada− respondí mientras tomaba mi mochila de la banca y me dirigía hacia la salida del parque. Jason me siguió y no preguntó más sobre el tema. Por eso amaba a mi hermano sabía cuándo necesitaba mi espacio y lo respetaba. Nuestra relación está por demás decir que es muy buena, tanto así que a pesar que le digo travesti de turno él no se enoja conmigo y yo no me enojo con él por su ataque de cosquillas. Para evitar un silencio incomodo, decidí hablar sobre otra cosa.

−Oye, ¿y tú que haces por aquí? – pregunté−. Pensé que hoy irías a un reencuentro de tu gradación universitaria o algo por el estilo.

− La que pasa es que le hice un favor a Javier y acompañé a su prometida a tu instituto− respondió.

− ¡¿Prometida?!– pregunté sorprendida.

− Si, yo tampoco lo creí. Al menos no, hasta que nos presentó a su prometida y nos mostrará su anillo de compromiso durante el reencuentro.

− Se ve que ya te ganó, hermanito− le dije en tono burlón−. Ah, sí, ¿Y por qué la llevaste a mi instituto? – pregunté.

− Pues porque su prometida es sobrina de la directora y al parecer iba a hablar con ella sobre la matrícula de su hermano… mmm… como me dijo que se llamaba…

− ¿Hermano? – pregunté.

− Si, es un año mayor que tu… pero no me acuerdo como me dijo que se llamaba… lo que puedo saber es que le caerá en sermón tremendo, porque escuché lo enojada que estaba ella cuando lo llamaba y no respondía.

− Pobre chico− dije pensando en cómo la estaría pasando −. Jason, sabes si ma−

− Ah, si ya me acordé. Su nombre era Estefan− soltó mi hermano como si hubiera resuelto un problema de matemáticas muy difícil.

− ¡¿Estefan?! – pregunté sorprendida. No creo que sea el Estefan que conozco ¿verdad? Eso sería demasiada coincidencia, aunque ahora que lo pienso su celular estaba vibrando mucho y cuando lo vio se asustó, ¿será porque la persona que le llamaba era su hermana? No, no, no. Eso es imposible, seguro que es otra persona que casualmente tiene el mismo nombre. ¿Pero y si no es así? Él dijo que nos volveríamos a ver, ¿Acaso él ya sabía que iba a matricularse en el instituto donde estudio? Pero yo no le dije nada. ¿Y si es un acosador? Uno muy guapo, mencionó mi conciencia. Vamos, no es tiempo de bromas, le regañé. No, Rosalía. Cálmate. Talvez el me vio cuando salía del instituto o algo por el estilo. No hay nada de qué preocuparse… ¿o sí?

Notas del autor:

Hey, hey, hey. Hace tiempo que no actualizo y es que los estudios me arrastraron por completo, pero he aquí el capítulo 8 de esta historia. ¿Qué les pareció la narración de Estefan? ¿Qué opinan de Jason y Cárol? ¿Creen que algún día, publicaré seguido? Las respuestas a ests preguntas las pueden dejar en los comentarios si desean. Y esperemos que para el próximo capítulo Rosalía, logré por fin resolver sus dudas.

PD: @Durazno y @Borealis Spiral , espero puedan seguir leyendo esta historia.