Romántico Enamorandose del Demonio [Terminado]

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Milmel, 17 Mayo 2011.

  1.  
    Kohome

    Kohome Fanático Comentarista destacado

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    Oh Dios, esto se pone mejor de lo que pensé, en verdad.

    Gracias por avisarme, me encantó.
    Me preocupa el estado de salud que tiene Melina, pobre. Además, que tortuoso debe ser no saber a qué se quienes fueron los responsables de ello; peor aún ver como se fueron sin dejar rastro.
    Admirable.

    Bueno, esperaré la conti.

    Sayito!
     
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  2.  
    Syel

    Syel Extraña

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    ola!!!
    no puedo creer que tu hayas inventado todo esto, esta super interesante!!!
    no puedo creer que Kay este involucrado en esos negocios aunque casi no importa porque mel no lo sabe.
    Se nota desde leguas que el más de quererla la ama de verdad y pues creo que ella minimo deberia darle una oportunidad.
    Claro los medicos (torpes por no decir otra cosa) tenían que huir, sabian a lo que se enfrentaba pero espero de todo corazon que Kay los pueda encontrar.
    Fue lindo leer la perspectiva de Kay porque así ya sabemos lo que el puede llegar a sentir. me siento extraña ¿como que le volvio a subir la fiebre? oajla que no este enferma (mas de lo que ya esta)
    avisame pronto!!
    me despido
     
  3.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

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    hola querida lamento no haber posteado en cap 10 estoy en examenes
    y lunes me toco mates XD eso no se hace

    continuando....................
    jo hasta que al fin mel le dijo que estaba pasando a kay pero esos negocios en uqe se anda kay estan raritos pero no importa

    creo que si mel sigue tomando sus energisantes pronto se recuperara me pregunto que les pasara a los doctorcillos esos cuando kay se entere la verdad no tengo ni la mas minima idea

    espero con ansias la conti, nos vemos pronto

    att: lady-chan
     
  4.  
    Abyss

    Abyss Usuario común

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    Entiendo el cambio de perspectiva, ya que la historia en sí estaba narrada por Mel y es difícil si ella está enferma y en cama :O

    Kay es todo un bombom, pero se me hace tan imposible imaginarme a un demonio actuando de esa forma. Incluso aunque la amara, es demasiado amable D: tengo en la cabeza otro tipo de actitud para ellos :P

    Pero en fin... La historia se está tornando demasiado interesante. Cabos sueltos que se van uniendo, lista de enemigos que van apareciendo, o sea que lo cursi pronto se irá a la china y empezará la acción xD

    Noté también que tu narrativa evolucionó muchísimo a lo largo de la historia, hay unos pocos detalles que pulir pero eso sólo se aprende leyendo y escribiendo mucho, cosa que te sale de maravilla ;)

    Nos leeremos en tu próximo ataque de inspiración :)
     
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  5.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
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    Enamorandose del Demonio [Terminado]
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    Capítulo 13: La espía perfecta
    Hacía mucho tiempo ya que no volvía a sentir esta misma clase de miedo, una inseguridad que lo calaba desde las plantas de los pies hasta la punta de los cabellos.
    Parecía como si le hubieran puesto un resorte en los pies, se dirigió a toda carrera hasta la habitación de Mel, ella yacía allí respirando agitadamente, con una compresa fría en la cabeza y dos personas pasando paños húmedos por todo su cuerpo en un intento por bajar la temperatura.
    ― ¿Como esta? — pregunto evidentemente preocupado.
    ― Empeora a cada instante, y la fiebre no quiere ceder. ― respondió una de las mucamas.
    ― ¿Cuánto lleva?
    ― Cuarenta y dos grados y subiendo señor.
    ― ¡¿Qué?! — pregunto alarmado.
    ― ¡¿ESTA LISTA LA TINA?! — grito una de las mujeres, al cual el miro interrogante sin obtener respuesta.
    ― Si, ya pueden traerla — sonó desde el fondo la voz de una anciana.
    El observo con furia como uno de los sirvientes la tomaba casi con brusquedad y corría hacia el baño, quiso detenerlo, pero Sebastián lo retuvo tomándolo del brazo.
    ― Deben bajarle la temperatura a toda costa señor — le explico mientras se dirigían ambos al cuarto de baño y observaba como la introducían en una tina llena de agua con cubos de hielo.
    El dolor de su corazón fue expuesto, le dolía verla en ese estado, sintió como memorias del pasado regresaban a su vida, vagos y horribles recuerdos inundaban su mente… una mujer, un lago, sangre, lágrimas y dolor….
    ― ¡¿Dónde está Sora?! — pregunto Sebastián a uno de los sirvientes, sacándolo de sus pensamientos.
    ― Aquí estoy maestro — respondió la allegada.
    ― ¿Lo encontraste?
    ― Negativo, pero halle algo que quizá pueda serle de ayuda — respondió mientras sacaba del bolsillo de maletín un frasco de cristal cuidadosamente protegido.
    ― ¡¿Como que no la encontraste?! — rugí furioso, ante la negativa.
    ― Lo siento mucho Señor — respondió temerosa — pero el veneno que le inyectaron es uno sumamente raro, especial para una muerte lenta, su antídoto, es aún más difícil de encontrar, tomando en cuenta el corto tiempo del cual hemos dispuesto — decía mientras introducía el medicamento en una jeringa — pero halle algo que quizá pueda sernos de alguna ayuda hasta encontrar la indicada.
    ― ¿Hasta encontrarla? — Pregunto — es decir que…
    ― Aun la siguen buscando señor — completo Sebastián.
    ― Sí señor, este suero — dijo inyectándole la jeringa con liquido rojo — deberá frenar todos los efectos del veneno, pero esto solo lo congelará, no lo eliminara, solamente lo detendrá por un corto tiempo.
    ― ¿Qué quieres decir?, ¿Que ella seguirá muriendo? — pregunto atónito.
    ― Lamentablemente así es… señor.
    ― La encontraremos — dijo Sebastián tras suyo, dándole esperanzas — encontraremos la cura, no pararemos hasta encontrarla.
    ― Pero no sabemos la dosis exacta que le inyectaron — contestó Sora, mientras miraba como Mel seguía inconsciente en la tina de hielo — además…
    ― Encontraremos a los que sí lo saben — respondió Kay con fiereza con un brillo atemorizante en los ojos cortando de raíz los comentarios lógicos de Sora.
    ― ¿Señor que piensa hacer? — pregunto Sebastián intrigado, Kay siempre había sido una persona muy perspicaz.
    ― Lo que debí haber hecho desde un principio respondió, y mirando al vacío llamo a uno de los hermanos — Zafrán — pronuncio su nombre con total normalidad, como si estuviera al lado suyo, éste se presentó apareciendo de la nada detrás suyo con una rodilla hincada en el suelo en señal de respeto — ve con Áscar, encárguense de traerme a ese par de imbéciles con vida hoy mismo, no me importa los métodos que usen, solo los quiero aquí, a ambos.
    ― ¿Señor? — pregunto temeroso Sebastián, porque conocía el grado de letalidad de ambos hermanos. — ¿Está usted…?
    ― Como ordene… — respondió ignorando cualquier otro comentario desapareciendo casi al instante.
    ― Señor, ¿Está seguro de eso?, ellos pueden matarlos.
    ― Lo harán, tenlo por seguro, pero no sin antes obtener las respuestas que ansío.
    Kay sentía que su cabeza le iba a explotar, se sentía furioso por haber confiado en esos medicuchos, que solo vinieron a matarla.
    “Pero hay algo que no encaja” — pensó para sí — “No creo que eso haya sido todo, no creo que se hayan ido de una manera tan simple, ellos debieron venir aquí con un propósito”— pensó — “¿Pero cuál?”
    ― La temperatura va cediendo — hablo la anciana verificando el termómetro, lanzando un suspiro de alivio — parece que la señorita va respondiendo — lo miro con aire cansino — se recuperara mi niño, ella estará bien.
    Kay miro a la anciana, y con un leve movimiento de la cabeza asintió. Esas palabras aliviaron la opresión que sentía en el pecho, se acercó hacia la tina, acaricio su rostro y deposito un tierno beso en sus labios, los cuales a pesar de estar en una tina llena de agua helada se sentían tibios a causa de la fiebre.
    Sonrió levemente al percatarse que ya no jadeaba, y su respiración poco a poco se iba normalizando.
    ― Señor… — hablo Sebastián acercándose — ¿No le parece algo extraño lo que está pasando? Me refiero a que es algo sumamente extraño que hayan venido hasta aquí solo por la señorita Melina.
    ― Es cierto, a mí también me parece fuera de lo normal — dijo Sora — ¿Que planeaban hacer con la señorita?, ¿Porque ella?, ella no está envuelta con nadie, no tiene vínculos con ninguna organización, yo misma la investigue a fondo.
    El solo miraba hacia el vacío con furia contenida, no sabía la respuesta, ¿Porque? Era también la palabra que rondaba su mente.
    ― Es inocente en todos los aspectos, no tiene ni idea de las cosas que suceden a su alrededor. — Analizo Sebastián — ella solo es…
    ― La espía perfecta — respondió Kay casi en un susurro, sorprendido por su propia respuesta, ante los ojos atónitos de sus seguidores salió de la habitación en dirección a su despacho, siendo seguido de cerca por ellos.
    ― ¡¿Señor?! — preguntaron los dos al unísono sorprendidos.
    ― ¿Por qué sugiere semejante respuesta? — pregunto Sora un poco indignada por eso.
    ― ¡Claro! — siguió hablando Kay, ignorando los comentarios de Sora analizando su descubrimiento — ella es demasiado inocente, ella era libre de ir a donde quisiera, hablar con quien quisiera, y además de eso, era demasiado confiada, podía contar lo que veía a todos sin darse cuenta del peligro que ello significaba.
    ― ¿Que está queriendo insinuar con eso señor? — Pregunto Sora — ¿Que la señorita es una espía enviada por alguien? ¡Pero si fue usted quien la trajo a la mansión!
    ― No es eso, es solo que alguien de la organización pudo haber visto el peligro que ella significaba, así que busco deshacerse de ella a toda costa — dijo acomodándose en el sillón de su escritorio.
    Sora y Sebastián se miraron sorprendidos, la analogía de Kay era bastante lógica, eso explicaría la razón de acabar con la vida de Mel, pero quien podría ser tan demente como para hacer semejante cosa? Sabiendo que ella era la luz de los ojos de Kay.
    ― Alguien que no quiere distracciones en el proyecto — dijo Kay respondiendo a la pregunta silenciosa de ambos.
    ― Tenemos a muchas organizaciones pendientes de nuestros pasos y de nuestros tropiezos, y supongo que la existencia de Mel ya sobrepaso el ancho y grosor de estos muros. — los miro fijamente — averigüen quien es.
    ― Sí señor.
    ― No quiero traidores entre mis filas, y si tenemos a alguien lo dejaremos de ejemplo para todos aquellos quienes osen siquiera pensar en hacerlo. Y le haremos pagar sumamente caro por atreverse a tocar algo que nunca debieron.
    Continuará…
     
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  6.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
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    Enamorandose del Demonio [Terminado]
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    bueno, me perderé completamente estos días, quizá hasta la siguiente semana, pero para dejarles algo de consuelo, aquí les dejo, dos capítulos
    para que no me odien tanto
    XD
    Capítulo 14: Mío (Kay)
    La cabeza le dolía de solo pensar que podía perderla, no quería revivir momentos del pasado, tenía miedo, miedo de volver a sufrir. ¿Pero en qué demonios estaba pensando en traerla a la mansión?, ¿Porque no podía pensar con la lógica de la cabeza fría estando al lado de esa mujer?.
    Esa chica lo trastornaba demasiado, significaba un peligro para todos sus propósitos, pero aun así, no podía separarse de ella. En tan corto tiempo había logrado acaparar toda su atención con cosas tan simples que ni siquiera ella noto.
    El simple hecho de acosarla por diversión fue convirtiéndose en algo más serio.
    A un principio solo pensaba divertirse con ella, asustarla por atreverse a tratarlo de esa manera, desde un principio ella le pareció una mujer interesante.
    ― “Un juguete nuevo” ― pensó para sí, pero nunca imagino siquiera encontrarse luego en esta situación.
    A medida que fue pasando los días, comenzó a parecerle algo más que una chica interesante, comenzó a sentirse atraído hacia ella, hacia ese diamante en bruto como el la llamo en algún momento.
    Esa joya, comenzó a tomar forma y brillo frente a sus ojos. La generosidad de sus actos, el brillo de su mirada o simplemente su deslumbrante sonrisa fueron convirtiéndose poco a poco en un mal necesario para él. No podía pasar un día, ni siquiera una sola tarde sin saber que había hecho, con quienes se había visto, y de que cosas había hablado.
    Había comenzado a sentir celos de las personas que tenía alrededor, celos de su sonrisa, de su alegría contagiosa, celos de su compañía, él quería ser el motivo de sus sonrisas, él quería ser el dueño de esos ojos, de esa mirada, de esos labios rojos… de ese cuerpo.
    La deseaba, la quería para él, solo para el… pero ¿Cómo acercarse a ella? El análisis le tomo un tiempo demasiado corto, fue la cosa más simple, tanto, que hasta él se sorprendió por la simplicidad del asunto.
    Un baile.
    Sebastián le había informado que se llevaría a cabo en los salones del señor Hadadrimon, un cliente suyo muy frecuente, al cual conocía desde hacía ya un tiempo. No se podría decir que son amigos, pero si cercanos conocidos en lo referente al bajo mundo, un cliente muy apetecible para muchos, así que solo le pediría el favor de hacerse presente a ese baile, y así casi de incógnito conquistarla como debió haberlo hecho a un principio.
    Kay sabía que el poseía unos dotes increíblemente buenos, había sido favorecido con un físico envidiable, un rostro hermoso, un porte y una presencia de la cual era conocedor, y al cual en muchas ocasiones había dado uso, para conseguir sus propósitos. Ya sea en el campo laboral o en el campo sexual, que era el que más le divertía.
    Pero esa ocasión, se sentía inseguro, esa mujer lo volvía loco, se sentía como un chiquillo enamorando saliendo a pedir una cita a la chica de sus sueños.
    Esa alusión le pareció simplemente ridícula, pero no por menos real. Se sentía asi, como si de fuera un chiquillo de 16 años, inseguro de sus actos, la pregunta que le rondaba era. ¿Y si…?
    ¿Y si lo reconocía? ¿Y si le rechazaba? ¿Y si de plano lo ignoraba?.
    En esos cortos días siguiéndola, se había convertido en su obsesión, su plan de juego cambio drásticamente y el no supo en que momento el cazador se convirtió en presa.
    No es cierto… si lo sabía, sabia en que momento comenzó su mayor obsesión, y terminó cayendo en las redes de su propia trampa.
    Convenció a Hadadrimon para que les permitiera escoger trajes “alquilados” para la gala en una de sus tiendas exclusivas, cosa que no significo gran esfuerzo, solo una llamada y listo. Una mentira piadosa a su parecer, pero resulto de por más exquisita.
    Verla de cerca, tan cerca que ella ni lo notaba fue un placer, no por nada era el mejor en espionaje que nadie. Si estuviera a favor de la ley, de seguro llegaría a ser uno de los mejores. Pero seguir las reglas nunca fue lo suyo. A él le gustaba mucho más infringirlas que seguirlas.
    El momento en el cual ella se fue probando los vestidos fue tortuoso, el mozo que vino con ellos por encargo de Hadadrimon, se portaba demasiado atento con ella, eso lo ponía furioso, casi sale de un brinco de su escondite para moler a golpes a ese sujeto cuando se dispuso a ayudarla con los tiros del vestido, ¿Cómo se atrevía a tocarla?, ¡Ella era suya!, ¡Y de nadie más!, pero su amiga, la escandalosa, hizo acto en escena cuando ya los nervios estaban por traicionarlo.
    La escandalosa tenía un cuerpo mucho más voluptuoso que Mel, un cuerpo para muchos hombres más deseables que el de ella, y un tiempo atrás para él también, pero Melina poseía un algo, que lo estaba enloqueciendo. Cuando el sirviente ese desapareció de escena, ninguna de las dos muchachas se dio cuenta, y fue la gloria para el cuándo la escandalosa se retiró furiosa hacia los vestidores. Dejándola allí, sola.
    Ella parecía tener problemas para desvestirse sola, un problema que el con gusto se moría por hacer, así que sin que ella lo notara, se ubicó tras suyo y le ofreció su ayuda, ayuda que ella acepto gustosa sin saber de quien se trataba.
    El tenerla tan cerca, el sentir el suave perfume que desprendía, y el delicioso contacto de su piel con sus dedos era realmente excitante, tuvo que hacerse de mucho auto control para no desvestirla a lo bruto y tomarla en ese mismo instante.
    ― “Aun no” ― se dijo a sí mismo.
    Ella seria suya, pero ahora no era el momento, el gozaba de esa deliciosa tortura, ella pareció notar que el demoraba a propósito con lo tiros, algo que solo tomaba menos de un segundo.
    ― ¿Están muy sujetos? ― preguntó.
    ― No mucho ― fue mi respuesta, pero aun así me demore, saboreando el momento ― solo un poco más y listo ― le dije para tranquilizar su evidente incomodidad.
    Cuando afloje el último tiro, lo hice con saña, a fin de que todo el vestido rodara por el suelo, había aflojado los tirones con ese propósito, pero lastimosamente ella lo sujeto al tiempo justo para quitarme la dicha de un bello espectáculo.
    Sin darse vuelta me agradeció y desapareció en los vestidores, claramente avergonzada. Yo aún podía sentir la suavidad de su piel entre mis dedos. Definitivamente ella seria mía. Sabía que no podría contenerme más tiempo si la veía con otro sugerente traje, así que opte por la retirada, ya tendría tiempo para degustar del paisaje en otra ocasión, pero aún no era el momento.
    Un presente para ella por darme la dicha de tenerla unos instantes cerca, fue lo que mande encargar, con una nota dirigida para ella en anonimato.
    Para la más hermosa, solo lo mejor
    Un admirador
    Y el regalo valió la pena, se veía hermosa, posterior a eso, los acontecimientos llegaron como rayos, uno tras otro, no tenía pensado perder el control de esa manera con ella. Pero aun así, lo hice. Perdí completamente el control de mi raciocinio y por eso casi la pierdo. Un agobiante dolor me embargo desde ese momento, no quiero hacer nada mal, no esta vez.
    Fue un alivio enorme descubrir que había perdido la memoria, así que me ocupe de llenarle la cabeza de recuerdos, nuevos, propios y manipulados a mi conveniencia.
    No me había dado cuenta de cuán importante se había vuelto para mí el hecho de tener compañía femenina cerca, ella alegraba mis tardes, con sus ocurrencias y demás, aunque también me desquiciaba, me sentía demasiado inseguro a su lado. Y eso no era muy conveniente para ella.
    Soy posesivo, lo que es mío, solo puedo tocarlo yo, romperlo o disponerlo como me plazca, nadie puede atreverse a tocar lo que es mío. Y es allí donde radica mi furia. Alguien se atrevió a tocar lo que es mío, alguien se atrevió a posar sus ojos donde nunca jamás debió haberlo siquiera intentado.
    Y por ese simple detalle lo pagaría, y muy caro. Su vida no significara nada para cuando haya terminado con aquellos que tuvieron semejante osadía, y no solamente ellos, acabare con todos, con los causantes del suceso y con absolutamente toda su descendencia y ascendencia, de modo que no quede rastro siquiera de lo que alguna vez pudo haber sido su existencia.
    ― Señor, los encontramos. ― era la voz de Zafrán que lo sacaba de sus pensamientos ― ¿Que quiere que hagamos con ellos?
    Una sonrisa de macabro placer surco mis labios, sabía que quería hacer con ellos, y estaba seguro que disfrutaría al máximo haciéndolo…
    Continuara…
     
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  7.  
    Kohome

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    Omg, omg, omg.

    Dios mío, esto va de bueno, a excelente.
    No puedo esperar a ver como los tortura... Ya, no me tomes por loca, me gusta leer... cosas así, no sé explicarme.

    En fin, en verdad me llama mucho la atención, y es que ¡Mel no puede morir! Simplemente no puede, creo que sentiría la misma pesadez que podría tener Kay, Dios, que buen fic, que buen fic. Es muy prometedor.

    Avísame cuando esté la conti.
     
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  8.  
    Syel

    Syel Extraña

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    ola!!!
    gracias por invitarme
    ¿que puedo decir? simplemente sorprendente...kay paso de u simple juego a un enamoramiento masivo, como me encanta
    que los hombres hagan eso y mas sus celos, amo cuando se ponen celosos
    y lo de que le gustan romper las reglas, que hombre tan sexy!!! ojala existiera
    ya quiero que llegue la continuacion...para ver como los tortura!!! espero que sea de la
    peor forma para que sufran lo que le hicieron a mel, malditos doctores.
    gracias por los capitulos y hasta la proxima
     
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  9.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

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    hola querida
    aqui ya termine de leer los dos cap mas que emosionantes no pueden estar ahora si kay se puso serio pobrecitos aquellos que intentaron de matar a mel uyyy ya encontraron a los medicuchos que es lo que planea hacerles ya ni me lo puedo esperar gracias por los dos caps
    kiss
     
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  10.  
    Abyss

    Abyss Usuario común

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    Bah, que cursi se nos volvió el Kay jaja

    Pero fue realmente placentero meterse dentro de su cabeza ;) sólo que yo tengo otro concepto de hombres como él, se salió de su perfil de repente jeje

    Por cierto, tu manera de narrar está realmente buena ! Es una evolución tremenda desde el primer capítulo.

    Lo único que noté aquí es que estabas narrando en tercera persona, y después pasaste a primera de repente.

    No sé si es al propósito o un descuido, pero después en general el capítulo estuvo muy bueno (:

    Ya quiero conocer a su enemigo !
     
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  11.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

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    Abyss, se que el estereotipo de hombre para Kay esta fuera del contexto usual
    pero si lo analizas desde el punto de un hombre enamorado... tienes que admitir que cuando estamos en ese estado... la mayoría se convierte en unos completos babosos jajajaja

    en cuanto a lo que se viene... XD
    espero sea de su agrado
    lo subiré en cuanto termine de pulir ciertos detalles
     
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  12.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
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    Capítulo 14: Tortura
    Grande fue su sorpresa al descubrir quiénes fueron los enviados a eliminar a Mel, frente suyo y de rodillas se hallaba Jack, el sobrino de Esteban, un negociante de armas de muy bajo rango, una persona a la cual podría considerar de confianza, ¡Al que había considerado de confianza!
    Gran estupidez de su parte, lo miró con clara repugnancia. A su lado, y con un rostro que mostraba terror, su antigua amante, nunca le puso demasiada importancia, pero imaginó que por estar tan estúpidamente enamorada de él, nunca se atrevería a darle la puñalada por la espalda. Otro gran error.
    Separó a ambos traidores en habitaciones colindantes, si quería respuestas las hallaría, pero por separado.
    ― Te hiciste pasar por otro nombre Jack ― lo miró detenidamente ― nunca antes hubiera imaginado que tus dotes para el camuflaje habían adquirido tan descomunales proporciones, lograste infiltrarte entre mis filas sin que lo notara siquiera, haciéndote pasar por el médico de gran confianza que mandaba para mí un viejo colega, me dejas impresionado.
    Lo miro con furia contenida.
    ― Dime, ¿Qué hiciste con el verdadero André? ― caminaba alrededor suyo mientras inspeccionaba unos documentos que llevaba con el ― oh ya veo… lo mataste, déjame informarte que lastimosamente te deshiciste de la persona equivocada, ― se acercó hasta estar muy cerca de su rostro ― al menos dime… ¿Sabías a quien eliminaste con semejante facilidad?
    Al ver la cara de desconcierto de su ahora prisionero, sonrió divertido.
    ― André era el ahijado consentido de Dimitri, uno de sus más queridos protegidos, ― los ojos del prisionero estaban que se salían de sus orbitas ― no te preocupes, ya se lo informamos, así que el tomará cartas en el asunto en lo referente a Esteban y su prole, ― un pánico evidente se hizo presentes en sus ojos marrones ― pero debo admitir, que lograste engañarme, aunque a un principio dude de ti, pero como llevaba tiempo sin ver a ese jovenzuelo, no dude en aceptarte, pensando erróneamente que eras él.
    ― No te saldrás con la tuya Kay, lo sabrán… pronto, y vendrán a por ti… pero antes ¡Pagaras por todo lo que hiciste!.
    Zafrán que se hallaba detrás suyo le dio una patada en el rostro rompiéndole la nariz y arrojándolo al piso. Sora lo incorporo de manera brusca, le sangraba el rostro por el daño recibido, Kay lo miro con furia.
    ― Solo hablaras cuando se te sea permitido prisionero ― indico Áscar tras suyo.
    ― ¡Eres un maldito desgraciado! ― rugía furioso mientras escupía sangre en dirección de Kay.
    ― Creo que no llegas a comprender tu situación ― dijo Sora colocando una pistola en su nuca ― ahora nos dirás quién está detrás de todo esto.
    ― No diré nada, ¡Tendrías que matarme primero! ― hablo decidido.
    Áscar le asesto una patada en el pecho que lo dejo tendido en el suelo y sin aire.
    ― Eso es justamente lo que tengo planeado hacer, ¿Sabes? suenas demasiado valeroso para ser alguien quien está a punto de morir ― Kay sonrió.
    ― No diré… nada ― dijo incorporándose respirando con lentitud.
    ― Tengo mucho tiempo para torturarte, pero puedo ponerme compasivo por solo una vez, dime lo que quiero saber ― Kay lo miro con odio ― ¿Qué fue lo que le inyectaste en ese suero y en que dosis?
    ― No… diré… nada… ― respondió con un hilo de voz.
    ― Esta será tu última oportunidad ― se acercó a él amenazante ― ¿Dime que fue lo que le inyectaste?.
    La sonrisa burlona que Jack le dio a Kay lo sacó de quicio, logrando que perdiera la paciencia y los estribos, se abalanzo hacia el propinándole fuertes golpes en el rostro, quería matarlo, tenía ganas de destrozarlo, de borrarle esa estúpida sonrisa que le mostro. Lo odiaba, lo quería muerto, no merecía vivir. Sebastián tuvo que separarlo antes de que lo matara.
    ― ¡Señor! ― lo retuvo.
    ― ¡Suéltame!, ¡Voy a matar a ese maldito bastardo! ― rugió furioso.
    ― ¡Señor!, ¡Lo entiendo! ― dijo haciendo esfuerzo sobrehumano para detenerlo ― ¡Pero si lo matamos ahora, no sabremos que le inyectaron a la señorita!
    Esa frase logro detenerlo, logrando que Sebastián lo liberara, pero no sin antes hincarle una poderosa patada entre las costillas que lo desmayo.
    ― ¡Despiértenlo! ― ordeno a Zafrán ― ¡Obtengan la respuesta que quiero y déjenlo medio muerto para que yo lo termine de matar!. ― les ordeno a los hermanos.
    ― ¡Si! ― respondieron al unísono.
    Sebastián los miro de reojo mientras seguía a Kay hacia la otra habitación donde estaba la mujer, se pudo imaginar la sonrisa macabra de ambos hermanos debajo de esas máscaras, y el placer innato que les provocaba cumplir la orden de su señor.
    Los gemelos, eran increíblemente letales, y disfrutaban hacerlo, estaban bajo las ordenes de Kay desde mucho antes que el entrara a formar parte de las filas de la organización, y desde el primer momento que los vio, le causaron una terrible impresión, así que prefirió mantener siempre distancia.
    Eran callados en exceso, silenciosos como gatos y letales como una cobra, aparecían de la nada y desaparecían de la misma manera. En resumen, eran gente de cuidado.
    En la otra habitación se hallaba una mujer, atada a una silla, inconsciente y con claros indicios de haber sido golpeada, eso era algo que a Kay lo traía sin importancia, había visto cosas peores, y el mismo había hecho cosas peores, de las cuales no se arrepentiría jamás. “El fin justifica los medios” era su frase favorita.
    ― ¿Algún avance? ― pregunto Sebastián a Dania, una de las mujeres que se encontraba allí.
    ― No mucho ― respondió la mujer.
    Kay miro a la mujer con evidente desprecio, estaba de muy mal talante, pero sabía que si quería cooperación, y más de una mujer, debería ser… paciente y sociable. Miro a Dania, la cual tenía un látigo en la mano izquierda, comprobando con evidente placer el daño que le había infringido a la mujer.
    ― ¿Alguna noticia de interés?
    ― Casi nada señor, tal parece que vino siguiendo al tipo de la otra habitación.
    ― ¿Algo más?
    ― Negativo, se desmayó en pleno interrogatorio.
    ― Ya veo… Pues que comience la diversión ― sonrió Kay.
    Dania asintió, miro a su costado y con la mirada ordeno a uno de los guardias que le arrojara agua a la cara para despertar a la prisionera, mientras otro de los muchachos traía una mesa parecida a la que usan los médicos en las cirugías llenas de herramientas especiales para tortura.
    ― Nos dirás lo que sabes, ― dijo Kay al ver que la mujer recuperaba la conciencia ― por las buenas o por las malas ― sentencio mientras tomaba posición en una silla ubicada frente a ella.
    ― ¡No sé nada! ― grito la mujer asustada.
    ― Eso lo comprobaremos enseguida ― sonrió nuevamente.
    Y mirando a Dania, con un gesto de cabeza le ordeno que comenzara.
    ― ¿Qué es lo que sabes? ― preguntó Dania.
    ― Nada, se los juro, no sé nada! ― gritaba asustada mientras veía como la mujer tomaba uno de los juguetes que había sobre la mesa y lo paseaba delante de su rostro con muestras de clara diversión.
    ― ¿Quién te envió? ― volvió a preguntar.
    ― ¡No sé nada!, ¡Por favor!, ¡Déjenme ir! ― rogaba la mujer con lágrimas en los ojos.
    ― ¿Para quién trabajas? ― volvió a insistir.
    ― Por favor, déjenme ir ― rogó.
    Ante la poca cooperación, Kay decidió suavizar un poco las cosas, intento ser… un poco más razonable comenzando por lo elemental.
    ― ¿Cuál es tu nombre? ― pregunto Kay.
    ― Cassandra… ― respondió la mujer entre lágrimas al oír la voz de Kay― Cassandra Belikov, ¿No me recuerdas? ― pregunto esperanzada ― nos conocimos en un bar hace tiempo, y fuimos amantes por un largo periodo, ¿Que acaso no lo recuerdas? ― hablaba la mujer, esperando en vano que el moviera un dedo en su defensa.
    ― Oh, ya veo, la mujerzuela de Paris, ¿Verdad?
    ― Sí, soy yo ― respondió con un brillo de esperanza en su mirada.
    ― Estas muy cambiada, no te reconocí.
    ― Soy yo, viene buscándote a ti ― dijo ― vine por ti, porque te extrañaba.
    ― Pues elegiste muy mal la manera de acercarte a mi Belikov ― respondió con odio en la mirada.
    ― Kay, ayúdame, si te quedas a mi lado, reviviremos todo lo que hicimos juntos, los buenos momentos que compartimos juntos, las noches de pasión que compartimos. ― hablaba con ensoñación ― si me liberas ― añadió ― te seré fiel, leal, hare todo lo que me pidas, seré lo que quieras y te obedeceré solo a ti…. ― hablaba sin control.
    ― ¿Cómo lo hiciste estos días? ― sonrió con malicia.
    ― Kay… por favor mi amor, ¡Mírame!, mírame solo a mí, si lo haces, tu serás mi todo…
    Dania, la mujer que estaba funciones de verdugo miro a Kay de reojo esperando alguna orden de continuar, pero el no mostro señales de nada, así que siguió con su interrogatorio.
    ― ¿Quién te envió aquí?
    ― Nadie ― respondió molesta por la interrupción ― vine por mi propia cuenta, ― y mirando a Kay con ensoñación ― solo quería estar más cerca de ti mi amor ― dijo la mujer ― solo quería tenerte lo más cerca posible, no me importaba nada más. ― concluyó.
    ― Si no quieres que acabe con tu miserable vida, sea mejor que hables ahora mismo ― Kay la amenazó.
    ― Hare lo que me pidas, pero por favor, libérame ― rogó ― seré tuya una vez más y podrás hacer conmigo lo que sea si así lo deseas, pero por favor… ― rogaba.
    ― Mujerzuela de vida ligera ― le respondió con frialdad. ― no pondría un dedo en ti, así seas la última mujer sobre este planeta. ― y se dispuso a retirarse a la silla que estaba ocupando al momento de su llegada.
    Esas palabras acabaron enfureciendo a Cassandra.
    ― ¡Pues tampoco la tendrás a ella!, ¡Esa mujer no merece estar al lado tuyo!, ¡Esa zorra no ocupara el lugar que por derecho es mio! ― Grito en un arranque de celos ― ¡El veneno que le inyectamos la matara!, ― estaba furiosa ― ¡No durara mucho tiempo con vida!, ¡El veneno de las hojas de shonbyu, es letal!, ¡¡Y no existe cura contra ella!!
    Nadie dijo nada, Cassandra estaba dándoles sin darse cuenta las respuestas que ellos ansiaban, Kay estaba inmóvil en su lugar mirando hacia la nada con furia contenida.
    ― ¡Morirá! ― grito ― ¡Y todo por tu culpa!
    Kay se giró sobre sus talones con un aire de soberbia.
    ― Si, así es, ― continuo Cassandra, feliz de haber obtenido la atención de Kay ― esa mujerzuela morirá, ¡¡Porque tú te atreviste a posar tus ojos en ella!! ― miro hacia la pared con odio ― ¿Que le viste a esa zorra?, ¡¿Que tiene ella que yo no tenga?!
    ― Dignidad ― respondió con su típica sonrisa de medio lado.
    ― ¿Dignidad? ― preguntó burlona ― ¡¿La misma dignidad que tú me arrebataste el día que me violaste?! ― volvió a gritar.
    ― No abuse de ti ― respondió Kay tranquilamente ― tu viniste y te ofreciste en bandeja de plata. Prácticamente te me arrojaste encima. No es culpa mía que fuera el primer hombre en tu vida Belikov.
    ― ¡Mientes! ― grito nuevamente, gruesas lagrimas surcaron su rostro ― tú me seguiste, me acosaste, me sedujiste, y estúpidamente caí en tus redes.
    ― Exacto, fuiste tú, la que se ofreció, así que no me vengas con el cuento que te violé mujerzuela, que sabes por demás que eso no es cierto.
    Al verse derrotada, se sintió hundida en un mar de celos y dolor.
    ― Morirá… ― rugió furiosa con la voz contenida por la rabia ― y tú solo podrás mirar, no habrá nada que puedas hacer, porque ese veneno no tiene cura, la semilla de Amiou está perdida desde hace siglos, ¡¡Y no hay forma de que la encuentres!! Así que tampoco podrás tenerla a ella, la perderás, ¡Tal como perdiste a Rosaly!
    Una furia asesina se apoderó de él, la simple mención de ese nombre lo trastornaba, se giró sobre su talones y le lanzo un puñetazo que le rompió la nariz y la abrió una brecha en el ojo izquierdo dejándola inconsciente. Nadie movió un dedo, ni siquiera la mosca se atrevió a volar, se sentía la tensión en el ambiente.
    ― ¡¡Estúpida mujerzuela!! ― rugió, y mirando a Sora ordenó ― ¡Despiértenla!
    Sora acerco un cubo de agua helada y se la arrojo a la cara sin ninguna consideración. Despertándola en el acto.
    ― Creo que no sabes en qué posición te encuentras mujerzuela ― advirtió tomándola del cuello y apretándolo con furia, impidiendo que pudiera respirar ― puedo disponer de tu vida como me plazca, puedo hacer contigo lo que quiera, y en estos momentos, matarte sería una generosidad que no pienso otorgarte.
    Sus intimidantes ojos hicieron que la mujer guardara silencio y sintiera terror ante esas amenazas.
    ― Me dirás lo que quiero saber, por las buenas o por las malas. ― Tomo un bisturí de la mesa y se lo acerco al rostro ― osaste tocar y hablar de lo jamás debiste, ahora pagaras sumamente caro por tu insolencia, cuando haya terminado contigo, no habrá forma que pueda reconocerte ¡Ni siquiera un médico forense! ― Kay estaba completamente fuera de si.
    ― Yo… no…
    ― Por tu propio bien te conviene que dejes de mentir ― hablo con furia contenida.
    ― Yo no…
    ― ¡¡Que me digas lo que quiero saber!! ― grito y le clavo el bisturí en la muñeca rompiendo huesos en el proceso. Arrancándolo con furia hacia adelante destrozando piel, nervios, músculos y todo lo que había a su paso, dejando una notoria abertura entre los dedos que formaban la unión del dedo medio con el anular.
    Los alaridos de dolor de la mujer se oyeron por toda la habitación, la sangre corría a borbotones por la herida, su mano había quedado como la de un alien, daba la impresión que su mano se partía en dos, que en lugar de una muñeca ahora tenía dos.
    ― ¡Dime lo que quiero saber! ― volvió a gritar furioso.
    ― Piedad… piedad… ― rogaba a gritos la mujer, pero nadie le tomaba importancia.
    ― Piedad es algo que no practicare en ti, hasta que sepa lo que quiero saber. ¿Qué fue lo que le inyectaron y en que dosis?
    ― ¡No lo sé!, ¡No lo sé!. ― gritaba la mujer.
    Un nuevo golpe fue asestado pero esta vez en su otra muñeca, con el mismo impacto que la anterior. Nuevos alaridos de dolor se escucharon por la habitación.
    ― ¡Jack fue quien lo preparo!, ¡Solo él sabe que dosis emplearon!, ¡Yo solamente lo inyectaba!, ¡No lo preparé! ― grito la mujer. ― por favor… detente… ― rogaba a todo pulmón.
    ― Cuanto tiempo estuvieron inyectándole ese suero.
    ― Solo desde que enfermo. ― respondió atorándose con sus propias lágrimas. ― Antes solo le dimos pastillas para debilitarla ― explico.
    ― ¿Antes? ― Pregunto aterrado ― ¿A qué te refieres con… antes?
    ― Cuando la trajiste, cuando perdió la memoria, los primeros medicamentos, eran tabletas para reducir sus defensas ― explico ― por favor… no me mates, hare lo que quieras ― volvía a rogar. ― Piedad…
    ― ¿Desde que la traje? ― los ojos de Kay demostraban miedo y odio ― “Tanto tiempo… estuvieron matándola lentamente” ― no lo podía creer, había traído a Mel sin saberlo, a su propia perdición. ― ¿Quién… quien les aviso de ella?
    ― Yo no…
    Kay tomo nuevamente el bisturí, y lo acerco a su mano destrozada y volvió a clavarlo en el mismo lugar, pero esta vez ascendiendo con lentitud. Los gritos de dolor eran espeluznantes, pero parecían ser inexistentes a los oídos de Kay, que la miraba con ojos desorbitados llenos de furia y dolor.
    ― ¿Quién les dijo de su existencia?
    ― ¡Tus guardias! ― soltó entre alaridos.
    ― ¿Qué?
    ― ¡Pedro y Carlisse! ― soltó ― ellos eran nuestros soplones.
    Kay miro en dirección a Sebastián, el cual con una venia salió de la habitación.
    ― Traidores…
    ― Piedad… ― volvió a rogar.
    ― Eso es algo que tú no tuviste para con ella ― la miro molesto ― ¿Porque habría de tenerla yo contigo?
    Se levantó de su lado y se arregló el saco que se había desarreglado al momento de torturarla.
    ― ¡Mátenla! ― ordeno.
    ― ¡Piedad! ― volvió a gritar la mujer.
    ― Si señor ― respondió Sora, sin una pisca de lastima en ella.
    ― Pero antes… hagan que sufra un poco más ― le lanzo a Cassandra una sonrisa malévola ― Rómpele todos los huesos uno a uno, en por lo menos tres pedazos por pieza. ― y se dispuso a salir de la habitación. ― Pero antes de eso… que tal si le amplias un poco más esa sonrisa estúpida, para que al menos parezca que murió feliz ― sonrió de una manera sombría y salió de esa habitación.
    Se sentía furioso, y completamente fuera de si, estaba eufórico, lleno de furia, frustración, pena y dolor. Necesitaba liberar toda esa tensión que sentía que lo volvería loco.
    A medida que se dirigía al otro ambiente, se pudo escuchar claramente los alaridos de dolor y las suplicas de la mujer que no duraría mucho tiempo más…
    ― “Nadie toca lo que es mío, y sale vivo después de eso…” ― dijo para sí mismo mientras entraba a la otra habitación, donde pudo constatar con gracia elevada como los hermanos habían cumplido al pie de la letra sus instrucciones.
    En el suelo se encontraba un hombre casi irreconocible, aun respirando, pero con lentitud, tenía cortadas por todas partes y notoriamente menos cantidad de miembros de la última vez que lo vio, unos dedos reducidos de tamaño y una muñeca menos era lo más notorio de ese esperpento humano.
    ― ¿Alguna novedad? ― pregunto Kay como si nada.
    ― Si señor ― respondió Zafrán ― tenemos la dosis aplicada, pero aun no nos entrega el nombre de la cura.
    ― Yo ya la tengo ― sonrió victorioso.
    ― Vean si consiguen averiguar alguna otra cosa interesante, pero si ya no es de mucha ayuda desháganse de él.
    Y cuando se disponía a salir de la habitación, una macabra idea le paso por la cabeza.
    ― No quiero cadáveres arrojados por allí, así que creo que sería mejor si quemas los cuerpos y te deshaces de cualquier evidencia de su existencia.
    ― Como guste señor. ― respondió Áscar.
    ― Pero… ― dijo mientras lo pensaba mejor ― mejor no lo mates aun, creo que ya conseguimos al conejillo perfecto. ― Una sonrisa de macabro placer se formó en su rostro ― Sebastián, has lo preparativos. ― ordenó.
    ― ¿Señor? ― pregunto intrigado.
    ― Activa la celda H, coloca el suero de prueba mil setecientos veinte ― y mirando a ese resto humano tirado cerca suyo indico con notoria alegría ― quiero ver que tan eficiente es nuestro nuevo producto.
    Continuara…..
     
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  13.  
    Syel

    Syel Extraña

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    me ha encantado!!!
    esta super genial, tal como a mi me gusta., Supongo que a ti tambien te gusta todo lo que tenga que ver con sangre y tortura. Jamás me imagine que Kay se volviera de esa forma tan sádica y violentas pero esos tontos se lo merecían por meterse donde no debían. Cuando dijo que hiciera sufrir a la mujer destrozandole cada miembro en tres me dio un escalofrio...pero es lo menos que se merece. ¿Como podía creer que Kay estaba enamorada de ella, si solo fue una de sus diversiones?
    Aparte de que Kay fuera tan violento sentí tristeza de que las personas en las que más confoiaba por así decirlo lo traiconaran, él no se merecía eso.
    Ahora ruego porque encuentren la cura para Mel ya que si ella se muere se acaba la historia y sería muy triste, de verdad espero con todas mis ganas que sean capaces de econtrar la cura aunque vayan hasta el fin del mundo, pero se que Kay lo va alogar o al menos esa es mi unica esperanza.
    Esperaré ansiosa la continuacón:D
     
  14.  
    Ana inukk

    Ana inukk Gurú

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    mente maquiavelica... espero que expliques pronto quien es rosalyn, hasta haora el mas enfermito en este amor es Kay pero me gustaria que ella participara mas en esa sensacion enfermiza que lo necesite, yo diria que rugue estar a su lado... (mi mente y yo :confused: ) me gusto como describiste los cuerpos poco humanos y la tortura de cara de guason fue ingeniosa...

    Un Beso...
     
  15.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

    Capricornio
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    Enamorandose del Demonio [Terminado]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    68
     
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    Capítulo 15: Suero
    El resto del día había sido en demasía agotador, dejo a los gemelos y a Dania hacerse cargo de esos estropajos humanos hasta obtener alguna que otra información necesaria e interesante antes de introducirlos en la celda H, que demostró para su satisfacción que era un arma perfecta.
    No solo acababa con el enemigo de forma tortuosa deformándolos sino que también, les creaba un tipo de salpullidos en el cuerpo que terminaban explotando al cabo de unos minutos. El tipo de castigo perfecto para ese par de ineptos que osaron traicionarlo.
    El rumor del castigo voló inmediatamente alrededor de sus filas, donde encontraron a otro par de ineptos que fueron los que les permitieron el ingreso, y que fueron también los causantes de la muerte de André, pero él se sentía cansado, no tenía ni tiempo ni ganas para perderlo con ese par.
    Así que simplemente los empaqueto y se los mando a Dimitri, como un regalo, para que él se encargue de su suerte, con un pequeño video de muestra en el que se observaba su nueva arma y el final de los otros traidores.
    Mando en busca de ambas plantas por todos los rincones, ordenado que no escatimen esfuerzos, pero que encuentren las curas lo más pronto posible.
    Las hojas de shonbyu fueron relativamente fáciles de encontrar, al menos una pequeña cantidad que se hallaba en el maletín de Jack, pero la cura, las semillas de Amiou era lo que no podía hallar.
    Esa tarde Sora le había traído un informe en el que se hablaba de las increíbles cualidades curativas del árbol de Amiou, como también hablaban de su extinción, desde hacía dos siglos que nadie sabía nada de ese árbol, nadie había vuelto a ver algo referente a esa extraña planta.
    Esa noticia provoco que los ánimos de Kay se fueran por el drenaje, estaba furioso, frustrado… temeroso.
    ― ¿Señor?
    Sebastián que llevaba tiempo tocando la puerta, al no recibir respuesta alguna, ingresó al despacho de Kay, donde lo vio de pie apoyado sobre el marco de la ventana perdido en sus pensamientos mientras miraba por la ventana desaparecer los últimos rayos del sol.
    ― Señor, ― volvió a insistir ― hemos logrado obtener un par de datos interesantes. Es sobre la señorita.
    ― ¿Que averiguaste? ― pregunto curioso, despertando de su ensoñación con la sola mención de la joven.
    ― Anticuerpos.
    ― ¿Qué? ― pregunto desubicado.
    ― ¿Recuerda que Sora le inyecto a la señorita un medicamento para detener el avance del suero?
    ― Si
    ― Pues gracias a ellos, la señorita comenzó a generar anticuerpos por ella misma.
    ― ¿Cómo?
    ― Si, así como lo escucha, a mí también me pareció algo sumamente extraño Señor, pero mire ― dijo ofreciéndole un manojo de documentos, que Kay casi se los arranca de las manos.
    Allí pudo constatar que las palabras de Sebastián eran ciertas, Mel había comenzado a generar unos anticuerpos en base al medicamento que le había inyectado Sora.
    ― Llama a Sora inmediatamente.
    ― ¿Señor? ― pregunto dubitativo.
    ― ¡Que la llames! ― ordeno.
    Sin replicar más, Sebastián salió de la habitación en busca de Sora.
    “¿Que es lo que pensara hacer ahora?” ― se preguntaba Sebastián mientras la buscaba. ― ¿Donde esta Sora? ― pregunto a uno de las mucamas.
    ― En el laboratorio señor, respondió la sirvienta desapareciendo enseguida.
    “Ella fue quien le salvo la vida, no creo que piense en matarla... ¿O sí? ― se preguntaba temeroso.
    En todo el tiempo que se habían conocido, Sebastián se había encariñado demasiado con ella, era su protegida, la mujer que había logrado conquistarlo, aunque bien estaba claro que eso significaba un problema, ya que él no tenía derecho a albergar ningún tipo de esperanza ni nada para con nadie, esa era la norma de esa organización.
    Su prioridad debería ser su señor, siempre él y solo él. Y él sabía muy bien que si algo de eso era conocido por alguien, mucho más por Kay, ambos se convertirían en comida para peces.
    Sin querer pensar en nada mas, Sebastián entro en el laboratorio sin tocar la puerta, y la encontró allí, tan concentrada en las mezclas y demás que no se percató de su presencia, él se quedó menos de un segundo maravillado contemplándola. Sus cortos cabellos negros, ese perfil tan refinado, propio de una señorita aristócrata, ese color de piel níveo, y esos ojos negros profundos como un abismo.
    ― Maestro, ¿Que hace aquí? ― pregunto Sora curiosa sacándolo de su ensoñación.
    ― Kay te busca ― respondió fríamente.
    ― Entiendo, voy para allá, ahora mismo. ― dijo y se quitó la bata blanca, los guantes, la barbilla y los lentes blancos de protección que llevaba en el rostro. Y lo siguió por el pasillo. ― ¿Para qué me busca el Señor Kay? ― pregunto intrigada.
    ― No lo sé. ― fue su única respuesta.
    No se dirigieron una sola palabra más hasta llegar al despacho de Kay, que estaba sentado en su escritorio analizando los documentos que le había entregado Sebastián.
    ― Señor ― saludo Sora al hacerse presente con una inclinación de cabeza y un puño en el pecho en señal de respeto. ― ¿Me necesitaba?
    ― ¿Qué fue lo que le inyectaste en esa jeringa Sora? ― pregunto curioso. Pregunta ante la cual Sora se puso nerviosa al responder.
    ― Un nuevo suero señor.
    ― ¿Y de dónde lo sacaste?
    ― Yo lo fabrique Señor.
    ― ¿Tú lo fabricaste? ― pregunto nuevamente con voz neutral, cosa que hizo que Sora se pusiera un poco más nerviosa.
    ― Si, espero perdone mi osadía señor, pero la señorita se hallaba demasiado enferma, y solo se me ocurrió administrarle ese suero, ― levanto la mirada para encontrarse con los ojos de Kay ― es uno que estoy mejorando.
    ― ¡¿Quieres decir que le colocaste un suero que aún no sabías que consecuencias tendría en ella?! ― pregunto furioso. ― ¡¿Un suero que podría haberla matado?! ― dio un golpe seco en la mesa.
    ― Perdone señor, pero no tenía otra alternativa, ― se defendió ― las cosas iban empeorando, y los síntomas eran tan parecidos a los de mi madre, que no se me ocurrió otra salida.
    La respuesta lo dejo un tanto sorprendido, pues hasta donde el sabia, ella era huérfana, la protegida de Sebastián.
    ― ¿Y tu madre? ― pregunto al fin.
    Se hizo un silencio corto en el ambiente, y una mueca de dolor surco el rostro de Sora.
    ― Falleció… señor… ― respondió con una nota de dolor en la voz. ― El suero… solo congela el proceso de deterioro señor… ― respondió con tristeza, ― no… lo elimina. ― Bajo la mirada. ― Lastimosamente para mi madre, descubrí demasiado tarde las propiedades curativas de esa planta, y cuando se lo inyecté… solo sirvió para que resistiera un par de semanas más, la enfermedad había avanzado demasiado, y ya había hecho mella en ella.
    ― Lo siento por tu madre. ― Kay se mostró realmente comprensivo con ella. ― Supongo que si hubieras tenido un poco más de tiempo hubieras descubierto la cura para ella.
    ― ¿Señor? ― pregunto confundida.
    ― El suero que le inyectaste a Mel… está funcionando, estos son los resultados ― le ofreció los documentos que Sebastián le había entregado minutos antes.
    Ella tomo los documentos y los analizo rápidamente, una sonrisa de felicidad sincera surco su rostro, y una lágrima rebelde intento traicionarla, pero se compuso de inmediato, pero sin poder borrar la sonrisa de su rostro.
    ― Seguirás analizando esa mezcla que preparaste, para ver si de alguna manera puede curarla definitivamente, si la semilla del árbol que buscamos esta extinta, al menos tengo la esperanza que esta haya evolucionado y mutado como muchas de las plantas en la actualidad y podamos encontrarla. Mientras, Melina estará a tu cargo, no me falles, te estoy confiando algo que es muy valioso e importante para mí.
    ― Si señor, ― respondió, ya sin poder contener las lágrimas ― gracias, no lo defraudare.
    ― Bien, ahora pueden retirarse. ― les ordeno a ambos.
    ― Si ― dijeron al unísono y desaparecieron por la puerta que momentos antes habían cruzado.
    Voy a curarte Mel, hare todo lo que esté a mi alcance para poder devolverte la salud, no morirás, esta vez… nadie te apartara de mi lado”.
    Continuara...
     
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  16.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

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    lo siento mucho al respecto, pero deberan pasar unos caps mas para que te enteres algo mas de ella,
    y que rol juega en esta historia
    xD
     
  17.  
    Akane Akaze

    Akane Akaze Poeta-Psicópata

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    te voy a decir dos palabras "me encanta" esta genial, eres buenisima escribiendo y por una parte tienen que encontrar esa cura sea como sea si no la historia sera muy triste;)
     
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  18.  
    Ana inukk

    Ana inukk Gurú

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    me tentantes con un capitulo tan corto, malvada, espero almenos ya que no me vas a hablar sobre R me gustaria que me complascas con un poco de retribucion por parte de Mel en ese enermizo amor (puede puedes puedessssss...??)

    Un Beso...
     
  19.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

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    hola que impactante el cap 14 vaya nunca pense que el fuera sediento de sangre y taaannn sádicoa lo aparentaba pero a ese extremo WAOO

    vaya un az bajo la manga esa sora se las trae eh quien iba a decir eso. Rueo que encuentren el antidoto para mel y ese famoso arból te quedo Bárbaro

    espero conti pronto kiss:)
     
  20.  
    Milmel

    Milmel Con un sueño en el pecho que pronto florecerá

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    Bueno mi queridisima gente, con este cap me despido hasta el año, cuidense mucho, portense bien, y diviertanse a mares!!​
    nos estaremos leyendo el año entrante, gracias por todos sus comentarios, son mi inspiracion... FELIZ AÑO NUEVO!!​
    Capítulo 16: Despertar
    Los avances en cuanto al nuevo suero eran lentos, pero la recuperación de Mel iba en aumento, aun no despertaba, pero su cuerpo ya se mostraba en mejor estado de salud.
    ― Hola bonita, ¿Cómo estás? ― sonrió dándole un beso en la frente.
    Esa se había convertido en su rutina durante la última semana, cada que salía o llegaba, antes de acostarse y al despertar, pasaba a verla, ella solo dormía, cerrando los ojos como si solamente durmiera.
    Y en efecto así era, el veneno la había dejado en un estado de coma, pese a que su cuerpo parecía reaccionar a todo, su mente se negaba a despertar.
    ― ¿Señor?, ― llamo Sebastián a la puerta.
    ― Que novedades me traes ― respondió Kay sin apartar la vista de Mel, a quien acariciaba el rostro con suavidad y adoración.
    ― La cura Señor, ― sonó emocionado ― la encontramos.
    Kay volteo la mirada rápidamente hacia él, quien se mostraba claramente feliz, y luchaba por no mostrar una sonrisa de oreja a oreja. Sebastián se hizo a un lado, y tras suyo paso Sora, con una bandeja con algunos instrumentos quirúrgicos.
    ― Por fin la encontré señor, ― sonrió, complacida con ella misma.
    Kay no respondió con palabra alguna, simplemente se apartó, y dejo que Sora le inyectara el antídoto, que devolvió casi de inmediato el color faltante a sus mejillas, y la vitalidad que parecía irse extinguiendo de a poco.
    La reacción inmediata fue una tos seca que provoco espanto en todos y alegría a la vez, ya que hizo que todos los sentidos de Mel despertaran inmediatamente, debido a la intensidad de la tos, ella misma, por su propia fuerza se incorporó y siguió tosiendo buscando con la vaga mirada un vaso con agua o algo que aliviara esa molestia.
    Inmediatamente entre sus dedos fue depositado un vaso con agua tibia que bebiéndola de un trago alivio sus pesares.
    ― Gracias ― fue la respuesta de Mel con una voz sumamente rasposa.
    Los ojos de todos estaban sorprendidos, pero la mirada de Kay y la de Sora mostraban una alegría única, Sora estaba al borde de las lágrimas, y Kay no se quedaba atrás, el solamente pudo abrazarla, y sostenerla allí hasta que ella le pidió que la soltara un poco que se sentía mareada.
    ― Recuéstate ― era la voz de Kay que sonaba como la de un anciano agotado.
    Mel lo miro de reojo, se veía cansado, con un aspecto que lo hacía lucir mayor, en un acto reflejo estiró su mano hasta tocar las líneas de estrés que se habían formado debajo de los ojos, que presentaba visibles muestras de cansancio.
    ― Estas cansado ― fueron sus palabras mientras le acariciaba el rostro.
    Kay tomo su mano entre las suyas, se las llevó a la boca y le dio un beso.
    ― Pensé que te iba a perder… ― abrió los ojos y le sonrió ― gracias por volver.
    Ella no sabía porque, pero se sentía acongojada al verlo así, ¿Porque le importaba tanto? No lo conocía mucho tiempo, pero aun así, este muchacho estaba dejando huella en su muy arisco corazón.
    ― Estoy bien ― respondió Mel con una voz apenas audible.
    ― Señor, perdone pero debo revisarla ― dijo Sora acercándose a la pareja, con un estetoscopio en el cuello, ― necesito verificar sus signos vitales.
    Kay no respondió, solo asintió con la cabeza y le dio un poco de espacio, pero sin quitar la vista de ella, y sin soltarle la mano, Mel por su parte no podía quitar los ojos de él, el verlo cansado, agotado, la ponía extrañamente ansiosa, quería aliviarlo, relajarlo, sin quererlo, estaba realmente preocupada por el, nunca antes lo había visto así.
    “¿Por qué me siento tan preocupada por el?”
    Se preguntaba una y otra vez, mirándolo fijamente, paseando su mirada por cada uno de sus cansados rasgos, las líneas de estrés en su rostro eran más notorias, y las bolsas debajo sus ojos también lo eran.
    “¿Cuánto tiempo habría dormido este muchacho?” ― se preguntó ― “Pareciera que no fue más de un par de horas”
    Mientras todo eso pasaba por la cabeza de Melina, Sora, como toda una doctora experimentada, le tomo los signos vitales, el pulso, la respiración, y una muestra de sangre.
    ― Aun debe estar a base de sueros por un par de días más, pero ya puede ir bebiendo líquidos, aun nada de comidas, ― decía mientras ponía en su lugar todas sus herramientas ― estuvo inconsciente un largo tiempo, así que es necesario ser precavidos.
    ― ¿Inconsciente un largo tiempo? ― pregunto dudosa, mirando a Kay de inmediato.
    ― Si, estuviste durmiendo un tiempo muy largo Bella durmiente ― le respondió Kay con dulzura.
    ― ¿Porque? ― pregunto.
    Ante el silencio de Kay, Sebastián dio una rápida y convincente respuesta.
    ― Su fiebre se complicó señorita, y debido a la elevada temperatura, hizo que su cerebro casi colapsara y entrara en un estado de coma, ― respondió Sebastián hábilmente, comprendiendo la mirada de su señor de no querer revelar aun algunos aspectos de la situación ― pero gracias al cielo logro sobrevivir, usted es una persona valiente.
    ― Nos dio un gran susto señorita ― le dijo Sora, con una aire maternal ― me alegra verla despierta.
    ― Gracias ― respondió con sinceridad. ― creo que les cause muchos problemas, me disculpo por ello.
    ― No hay nada que no hubiéramos hecho por recuperarla señorita. ― fue la tajante respuesta de Sebastián, obteniendo un asentimiento agradecido de Kay.
    ― Ahora es mejor que descanse ― Sora la volvió a recostar.
    ― Pero creo que ya dormí lo suficiente, ¿No les parece?
    El comentario causo una risa agradable y relajante en el pequeño grupo.
    ― Es cierto, pero aun tu cuerpo se halla débil bonita ― le sonrió Kay, logrando un leve rubor en ella ― déjalo recuperar un poco las fuerzas, ya luego podrás hacer lo que quieras nuevamente. ― y mirando hacia su costado añadió ― Sebastián se quedara a velar tu sueño, yo debo irme, tengo una reunión pero…
    ― ¿Te vas? ― pregunto un tanto alarmada ― ¿Tan pronto?
    Ni ella misma entendía bien el porqué, pero desde que abrió los ojos, lo primero que se le vino a la mente fue Kay, y lo primero que vio al despertar fueron sus verdes ojos. Sentía una extraña necesidad de saberlo cerca, de tenerlo cerca, y el hecho de saber que la dejaba así sea por un momento, extrañamente angustio su corazón y la lleno de miedo.
    ― Volveré al atardecer, ― dijo respondiendo a su pregunta. Verla ansiosa por su partida hizo que el corazón de Kay diera un brinco de alegría, se sentía necesitado, pero a la vez lo lleno de angustia, no quería apartarse de su lado.
    “Debe ser por la fiebre” ― se dijo a si misma ― “No hay razón para paranoiar, solo saldrá por unas horas… un poco de reposo de seguro que lo calma, o de lo contrario realmente llegare a pensar que estoy loca”.
    ― En mi ausencia por favor…. no hagas locuras, ¿Quieres? ― le sonrió.
    Melina estaba a punto de protestar, pero recordó que su estado actual no era nada más que culpa de su propia imprudencia, así que asintió la cabeza en señal de aceptación y resignación.
    ― De acuerdo… ― respondió no muy convencida, miro a Sebastián de reojo y le pregunto ― ¿No es aburrido andar de niñero? No necesito que me canten una nana para dormir ― argumentó haciendo un puchero.
    La fuerte y clara risa de Sora, rompió el silencio, logrando que Kay y Sebastián la miraran con cara de pocos amigos.
    ― Perdón ― se excusó, completamente roja de la vergüenza.
    ― Bueno, ya que no quieres que te canten una nana, te dejaremos descansar tranquila, Sebastián estará en la puerta para lo que necesites.
    ― Pero él es tu mano derecha, si es una reunión importante, él debe estar allí para ayudarte, es mejor que vaya contigo.
    En el corto tiempo que había pasado allí, Melina se había percatado que Kay y Sebastián eran como un solo ser, donde Kay era la persona y Sebastián su sombra.
    ― Estaré bien, ya me siento mejor, ve tranquilo, estaré bien, Sora se quedara a cuidarme.
    Kay no pudo presentar argumento, porque el mismo bien sabia la importancia que tenía Sebastián para con el como su muy leal asistente.
    ― Esta bien, tú ganas ― suspiró derrotado, ― pero antes ― dijo y saco de su bolsillo un angelito, en forma de pulsera, se lo coloco en la mano, ― esta es una alarma, si presionas aquí ― dijo haciendo que ella presionara un botoncito escondido entre las alas del ángel con suavidad, logrando que la alarma fuera activada ― tendrás aquí a todo el personal en un santiamén.
    ― No necesito un ejército ― sonrió divertida.
    ― Lo sé, pero quiero darte uno aunque no lo necesites. ― y con estas palabras le dio un beso en los labios dejándola completamente sorprendida y sin palabras ― no vuelvas a asustarme de esa manera ¿Quieres? No se por cuánto tiempo más mi corazón podrá soportar este tipo de situaciones.
    Con una caricia en su mejilla y otro cálido beso en la frente salió de la habitación llevándose consigo a Sebastián y Sora, dejándola completamente anonadada, sola y perdida en sus propios pensamientos.
    Una vez fuera, y habiendo cerrado la puerta, el rostro amable y cálido que Kay le mostro a Mel cambio drásticamente. En su rostro se podía observar una clara muestra de furia contenida, como si un tigre salvaje estuviera a punto de atacar en cualquier momento.
    ― Sebastián, ve por los gemelos, ponlos en vigilancia continua, ella no quiere niñeras, pero ese es un capricho que no pienso cumplirle.
    ― Sí.
    ― Sora, continua con las investigaciones, quizá podamos sacar un lustroso provecho de tu nuevo descubrimiento.
    ― Si ― respondió la aludida, tomando un tono serio al igual que su jefe.
    ― No descuides a Mel, sigue haciendo los controles necesarios, no quiero que decaiga, está en tus manos.
    ― Si señor, no se preocupe, cuidare de ella con mi vida.
    ― Este viaje no podría caerme en peor momento, ― mascullo furioso ― pero los clanes se están reuniendo, y si no me presento tendrán ideas muy equivocadas, además el consejo necesita estar al tanto de los nuevos descubrimientos. Y de saber qué tipo de gentes resultaron ser sus nuevos aliados.
    ― Señor, ¿Dará informe en la junta sobre el veneno aplicado a la señorita?, no creo que eso sea algo muy conveniente en estos momentos. ― le advirtió.
    ― Tienes razón Sebastián, ponerlos al tanto de eso, será una desventaja para nosotros, será mejor cuidar nuestros pasos en lo referente a ese tema.
    ― Sí señor.
    ― Sora, necesitare que hagas algo más.
    ― ¿Señor?
    ― Sabemos que Mel es una persona en exceso curiosa, así que necesitare que dobles la seguridad en las celdas inferiores, y guardes muy bien la información, no queremos que nuestro pequeño ángel termine espantado al saber algunos pequeños e insignificantes detalles de nuestras investigaciones privadas.
    ― Si señor, entiendo. Pondré a Dania ahora mismo a trabajar en eso.
    ― Sebastián, llama a Zafrán dile que lo espero en mi despacho.
    ― Sí señor.
    Kay se dirigió a paso decidido a su despacho, abrió su maleta y comenzó a colocar en ella algunos documentos necesarios para su próxima reunión, sin olvidar obviamente lo más importante, su arma muy bien cargada con municiones de repuesto, y su daga favorita, hecha de un material especial que resultaba indetectable ante los sensores de metal. Colocada hábilmente en su pierna, de modo que sea invisible y practico.
    Cuando sintió una brisa tras suyo, supo que a quien quería ver ya había llegado.
    Continuara….
     
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