ENAMORAMIENTO Y ATRACCIÓN ¿QUE NOS SUCEDE? (naruhina; sasusaku)

Re: ENAMORAMIENTO Y ATRACCIÓN ¿QUE NOS SUCEDE? (naruhina; sasusaku)

Ohayo!!

perdon por la tardanza (aunque no tarde tanto como en otras ocaciones) pero aqui les dejo la continuacion del fic xD les va a encantar; aunque no crean que esta "situacion" es del todo buena para lo que viene despues... como ya saben, en mi fic todo tiene un proposito jajaja

Ahora propaganda xD los invito a leer mi nuevo fic Inocencia (SasuSaku) solo trata una pareja; pero quizas no resista la tentacion xD Les invito y espero sus comentarios, hasta ahora esta comenzando ^^ ahora si, disfruten!!!

Capitulo XXIX​

¡Deseo abrasador!​

P.O.V. Sakura


Estaba entusiasmada con el simple pensamiento de que Sasuke estaría en pocos minutos tocando mi puerta dispuesto a llevarme hasta el restaurante para almorzar.

¡Que llegue diciendo, acorrálame!


¡Pervertida mente! Pensé ruborizándome como una estúpida. Me mire al espejo de la habitación. Nuevamente estaba haciendo un frio terrible; tenía puesto un pantalón en una tela abrigadora ajustado al cuerpo color negro, combinado con una camisa de lana color blanco y que cubría mi cuello; en ese momento traía puestas unas medias de lana color negro, pero luego me pondré las botas blancas que son especialmente abrigadoras.


Me mire el cabello que traía en esta ocasión suelto. No lo sé muy bien, pero creo que me veo hermosa.

¡Somos hermosas, kya!


Rodé los ojos y sonreí. Es bueno tener un alto concepto de sí mismo; porque si yo misma no me quiero, no creo que alguien lo haga.


Toc-Toc

¡Ven a mí, cariño!


—¿Quién?— pregunte tranquilamente; ya sabía quién era el que tocaba la puerta, el caso es que quería hacerme la difícil. Sonreí y mire la puerta; en ese momento por mi mente paso la pregunta más estúpida del mundo.


¿Qué diría Sasuke si sabe que fui con Kouta a esquiar?


El caso es que no es una cita ni nada por el estilo; lo único que pasa es que tengo un deseo por ir a esquiar en la nieve. No quiero que cuando Sasuke-kun me invite, vaya y me caiga en mi retaguardia con torpeza y haga el ridículo frente a él; en cambio si me caigo frente a Kouta-san no me daría vergüenza ni nada por el estilo.


—Sasuke.


Breve y conciso. Desde mi broma de “¿Quién es yo?” dejo de decir: “Soy yo, Sakura”. Reí tenuemente al recordar eso y más aun nuestros repentinos encuentros amorosos en la puerta de mi habitación.


Fui rápidamente a abrir la puerta y me encontré con su figura recargada en la pared cerca de mi puerta. Oí a mi yo interno dar un silbido y me ruborice inmediatamente.

¡Mi amor, hoy estas mas apuesto que ayer!


Sacudí la cabeza y me concentre; no puedo dejarme turbar por una voz morbosa que habla en mi cabeza cada que ve a Sasuke. Pero antes de concentrarme lo suficiente, Sasuke se había acercado a mí y me había dado un casto beso en los labios.

¿Eso es todo hoy?


Cerré los ojos mientras sentía sus labios sobre los míos; dos segundos que para mi fueron eternos. Aun no me acostumbro a besarlo; es como si cada vez que lo besara, fuera como la primera vez. Abrí mis ojos y me encontré con los de él; no sé exactamente cuánto tiempo duramos mirándonos, el caso es que no nos cansábamos de hacerlo.


Sin darme cuenta Sasuke estaba dentro de mi habitación, y sin saber que hacia cerré la puerta de mi habitación tras él. Todo sin dejar de mirarlo.

¡Bésalo inepta!


Sin chistar obedecí la voz en mi cabeza. Con mi mano derecha atraje la cabeza de Sasuke hasta mi rostro y lo bese decididamente; mientras la mano sobrante se deslizo de su pecho hasta su espalda atrayéndolo. Sasuke por su parte tenía una de sus manos soportando su peso en la pared y la otra acariciando mi cabello delicadamente.


Mi mente no pensaba coherentemente en ese momento. Todo me daba vueltas y lo único que sabía hacer era acariciar su espalda y sus cabellos; mientras él se removía de su posición y llevaba sus dos manos a mi cintura, para luego deslizarlas de allí a mis piernas y levantarme en el aire.


Me sentía volar en sus brazos; todo era sumamente irreal para mí, lo único que sabía con seguridad era que estaba en sus brazos y que él no me dejaría caer. Me equivoque al pensar eso, ya que sentí el vértigo cuando me fui repentinamente de espaldas; estaba esperando el impacto con el piso, pero lo único que sentí fueron las cobijas y el colchón suave de mi cama recibiéndome amablemente.


Estaba en mi cama. Y él estaba mirándome con algo en sus ojos que no pude descifrar en ese momento; pero sabía que lo que fuera que hubiera en su mirada, había sido provocado por mí.


Mi cuerpo actuó por sí solo y lo atraje nuevamente a mí; volviendo a llevar su boca a la mía y su cuerpo al mío. Todo mi mundo se volvió confuso en ese momento; lo único que sabía con plenitud era que sus manos estaban acariciándome, que me encontraba con el hombre que amo y que él es incapaz de hacerme daño. Sentía como sensaciones extraordinarias se arremolinaban en mi estomago y llevaban chispas de adrenalina a todos los circuitos nerviosos de mi cuerpo.


Lo único que mi cuerpo hacia era dejarse acariciar y amar por él, besar sus labios y acariciarlo torpemente.


—Te amo, Sasuke— susurre en medio del caos de mis emociones. Tenía que decírselo; declararme a él de nuevo, hacerle saber que el sentimiento aun sigue ferviente y vivo en mí, que aun mis ojos lo ven con amor e ilusión.


Sasuke freno la oleada de caricias y me miro con sus ojos negros transmitiendo miles de sentimientos que pude interpretar claramente; él no tenía que hablar, con solo una mirada yo entendía que sentía. Sé que a Sasuke le cuesta hablar, así que conmigo se ahorraría el sacrificio de hacerlo.


Lo mire y él parecía querer decirme algo y pude ver la frustración en sus ojos al no poder decírmelo; sonreí tenuemente, mientras llevaba mi mano derecha a su rostro y puse mi dedo índice sobre sus labios verticalmente.


—Te conozco. No tienes que decirme nada, lo leo en tus ojos— susurre. Y por primera vez en mi vida, vi alegría pura en los ojos de Sasuke. Me sonrió sinceramente; no una de sus sonrisas arrogantes, una sonrisa verdadera.


—Gracias— dijo, para luego besarme lenta y suavemente; como si tuviera la vida entera para hacerlo. Sonreí sobre sus labios y él hizo lo mismo; minutos después estábamos sumergidos nuevamente en el juego de acariciarnos mientras nos besábamos apasionadamente.


—¡No tengo todo el día para esperarlos!— gritó Naruto mientras abría la puerta de MI habitación de golpe e ingresaba como perro por su casa; mientras Sasuke y yo parecíamos perder la pasión de forma repentina y quedarnos como estatuas en nuestra posición; mirando a un Naruto con los ojos abiertos como platos y la mandíbula desencajada.


—Naruto…—susurre; mientras me percataba y era consciente del lugar que ocupaban mis manos en el cuerpo de Sasuke. Tenía mi mano derecha debajo del saco de Sasuke y acariciando su pecho, mientras mi otra mano se encontraba en sus piernas; la posición de él, por lo menos, no era mejor que la mía. Su mano izquierda se encontraba en mis muslos, mientras la derecha se encontraba en mi cintura descubierta. Por lo visto tuvo la agilidad suficiente para levantar un poco mi saco.


—¡Vaya, se estaban dando un buen almuerzo!— bromeó Naruto. Su sonrisa depravada me hizo sentir mal; como si hubiera estado a punto de hacer algo ilícito. Mire a Sasuke y este se encontraba ruborizado y cabizbajo; me miro dudoso y suspiro pesadamente.


—¡Vamos, Sakura!— dijo Sasuke levantándose rápidamente y acomodándose disimuladamente su ropa; bajo la mirada atenta y burlona de Naruto. Me ruborice al instante y asentí levemente; para luego comenzar a levantarme torpemente de la cama y ponerme mis botas.


—Dicen que de noche es mejor, así que no lo arruine del todo— dijo Naruto como comentario lascivo; mientras yo me ponía más roja que antes y optaba por ignorarlo.

¡Ya verá cuando se me pase la vergüenza!


Asentí ante la amenaza de la voz que oía fuerte y decidida en mi cabeza. Cuando estuviera emocionalmente estable le haría ver el infierno. Trague grueso y trate de calmarme antes de girar a ver a Naruto; no sería muy valeroso de mi parte mostrar mi debilidad de forma tan concreta.


—Lárgate, dobe— ordenó Sasuke; no pude estar más agradecida con él por eso. La verdad es que estar a solas con Sasuke es cómodo; tener a Naruto de violinista no lo es.


—¿Van a continuar? Les informare entonces a los demás, que están almorzándose el uno al otro en la habitación de Sakura-chan— comentó Naruto grotescamente ¿Tiene que ser tan perversamente imprudente? Si tuviese la fuerza suficiente, ya hubiera salido volando de mi habitación hace mucho. Me senté en mi cama con los ojos cerrados y el rostro ardiendo; lo único que sentí fue un golpe, un fuerte golpe. Seguidamente un quejido y una puerta cerrándose.


—¡Teme pervertido! ¡No le hagas cochinadas a Sakura-chan!— gritó Naruto desde el otro lado de la puerta; suspire, no estaba dentro de la habitación.


—¡Cállate, estúpido!— gritó Sasuke desde adentro con voz cargada de rabia; estaba realmente furioso con Naruto. — ¿Quieres que todo el mundo se entere?— preguntó en voz baja y irritada.

¡Nos dañaron el momento!


Sí, todo arruinado por culpa de Naruto que esta gritando en la puerta de mi habitación que Sasuke me quiere hacer cochinadas… ¡un momento!


¡Como se atreve a gritar eso en el pasillo del hotel!


Me gire con una fuerza que desconocía poseía en ese momento y camine decididamente hasta la puerta donde Sasuke se retiro casi por inercia al ver mi rostro; seguro mi apariencia era intimidante, pero no se comparaba con lo que le haría a Naruto si no corría y se escondía rápido.


—¡Llamare a Kakashi-sensei y se lo diré Sasuke-hentai! ¡Sensei se enfadara contigo por perver…!— frenó en seco al verme aparecer por el marco de la puerta y justo cuando tenía intenciones de atraparlo entre mis manos y hacerlo pedazos, se desvaneció.


—¡No huiras para siempre! ¡En combate largo hay desquite, idiota!— grite a todo lo que mis pulmones daban; tenía que desahogar mi frustración por no haber podido descargar mi ira en el cuerpo de Naruto. Siempre estaba el cuerpo de Naruto para descargar mi ira, porque diablos no lo atrape ahora.


Quede parada en la puerta mirando hacia el lugar por donde Naruto había salido corriendo para huir de mí; una mirada demente se situó en este sitio en específico. Quería correr tras él y atraparlo para darle la más grande paliza; pero los pasos tras de mi me hicieron detenerme en el acto, aunque mi semblante iracundo seguía ahí.


—Esta vez déjame que sea yo quien lo mate.


La voz de Sasuke era más siniestra, si se puede, que la mía. Gire lentamente mi cabeza hacia atrás y encontré su rostro serio; pero que con solo mirarlo, se sabía con plenitud que él era peligroso.



La verdad no quiero narrar el maltrato fisico que recibira Naruto xD pobre; pero se lo merece por imprudente. Espero que os haya gustado, narre muchos sentimientos eso es lo que me gusta xD espero sus post...

sayonara!!

 

Re: ENAMORAMIENTO Y ATRACCIÓN ¿QUE NOS SUCEDE? (naruhina; sasusaku)

Ohayo!!


jejeje me tarde pero esta conti esta larga, asi que valio la pena xD este capi me gusta mucho, se van a reir de lo lindo jajaja hasta yo me rei escribiendolo, solo quiero decir que el proximo capi querran castrar a un Uchiha... mierda, el unico Uchiha es Sasuke asi que no hay otra opcion jajajaja ¡Aqui viene!


Capitulo XXX​

¡Ten misericordia!​

Corría como nunca lo había hecho en su vida. El chacra de la joven de ojos jades se redujo considerablemente segundos después de que el rubio huyera de su presencia; pero en su lugar, apareció uno más siniestro y que reconocería a kilómetros de distancia, y más si se eleva de forma tan drástica; como queriendo decirle:

Estoy enfadado y pagaras por ello.


El chacra endemoniado definitivamente pertenecía a su querido y cariñosamente expresivo amigo. Suspiró sin dejar de correr. Si se detenía, seguramente se desmayaría con un grito patético al ver un sharingan frente a él de improviso. Además, sabía mejor que nadie lo cruel y desquiciado que era Sasuke a la hora de la venganza; no quería ser la segunda víctima de su ira, eso es lógico.

Y más cuando la primera víctima le había hecho llorar lagrimas de sangre.


Se detuvo en seco. Recordó el día en que Sasuke había vuelto a Konoha y el secreto que solo le había confiado a su mejor amigo; una declaración que lo hizo empeñarse más en su sueño de ser Hokage. Cerró sus ojos tratando de trasladarse al lugar de los hechos, nunca había visto una mirada tan decaída en los ojos de Sasuke; él habría jurado que en cualquier momento lloraría.


Pero Sasuke le recordó una vez más, que por mas amigo suyo que fuese, no lloraría en su presencia.


—¡Sorpresa, torpe!


Y justo como lo había pensado, pego el grito más patético de su vida al ver los ojos carmesís de su amigo, para luego desmayarse.

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La joven de cabellos rosas esperaba pacientemente a que su “amigo con derechos”, llegase con el cadáver que le prometió vería en menos de cinco minutos. Su pie derecho golpeaba con frenesí el piso, mientras sus brazos se cruzaban sobre su pecho; llevaba esperando de pie más de cinco minutos y su querido Uchiha no hacia acto de presencia.


—Lo habrá lastimado más de la cuenta— susurró tratando de alentarse. Porque para ella en ese momento lo que más alegría le causaba era saber que Naruto pagaría por su intromisión indecente. Suspiro pesadamente mientras caminaba en dirección a la cama; cuando llego allí se sentó en ella y sus ojos verdes se clavaron en la puerta abierta de su habitación.


Lo que esperaba ver se hizo realidad ante sus ojos. Sasuke cargaba sobre sus hombros el cuerpo inerte de Naruto, mientras ingresaba a la habitación y lo recostaba sobre la cama. La joven sonrió ampliamente y se acerco con alegría a ver el cuerpo tendido sobre la cama. Frunció el entrecejo al mirarlo y luego dirigió sus ojos al peli azabache.


—No tiene una solo herida— acusó con ira contenida ¿Acaso no había prometido con seriedad que lo traería hecho polvo? Lo único que sus ojos veían era a un idiota plácidamente dormido y sin una sola señal de dolor físico.


—Se desmayo antes de que pudiera actuar— dijo con tranquilidad. La joven se quedo mirándolo con sorpresa ¿Qué Naruto Uzumaki se había desmayado? Jamás pensó oír aquello y mucho menos si venía de Sasuke.


De todas formas, no valía la pena herirlo si este estaba dormido. La gracia era ver su mueca de dolor ante cada golpe y ver surgir la sangre en medio de un grito de dolor profundo. Sí, eso era lo mejor.


La sonrisa sádica de la Haruno hizo que el Uchiha tragara grueso. Por más tierna e inofensiva que se veía la kunoichi a simple vista, el equipo siete sabía perfectamente que ella era la niña más traviesamente cruel que hayan conocido en su vida.


—Sasuke, siéntalo en esa silla de allá— dijo la joven señalando una silla de madera que se encontraba en una esquina de su habitación; el joven la miro brevemente y luego de leer en sus ojos el plan, sonrió levemente mientras cargaba al kitsune hasta la silla y lo dejaba sentado en ella.


—Bien— anunció cuando hubo terminado su labor; dejando al rubio sentado sobre la silla en medio de la habitación de la Haruno.


—Ahora, Sasuke-kun— dijo la de ojos verdes acercándose al chico y abrazándolo por la espalda mientras ponía su barbilla sobre su hombro izquierdo. —Quiero la ilusión más despiadada que te sea posible crear para el idiota de la silla.


El de orbes negros solo sonrió con arrogancia mientras giraba su rostro y dejaba un casto beso en los labios de su “compañera”.

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—Oh, no— susurró el de cabellos platas al ver el rostro de su querido rival. Todos en la mesa giraron sus rostros para encontrarse con la escena más deprimente que habían visto del kitsune. El chico traía tan solo un fino pantalón color negro con una camisa blanca. ¿Qué paso con su ropa? No podían explicarse como con el frio que hacía podía estar vestido así; estaba buscando deliberadamente un resfriado.


—¡Na… Naruto-kun!— gritó la de cabellos azules para luego levantarse abruptamente de la mesa y dirigirse con apuro al auxilio del joven mentalmente malherido. El rubio por mas desorientado que se encontrara, reconocería esa voz donde sea. Así que no dudo un segundo en abrir sus brazos y dejarse caer deliberadamente en los brazos cálidos que se extendían para recibirlo.

Hinata-chan.


Se sentía en el cielo; nunca una golpiza había sido tan bien recibida por él. Es decir, tener la satisfacción de que por fin Hinata le pondría atención a él y no al idiota que llamaba novio le era verdaderamente agradable. Sonrió, haciendo su perfecta actuación de moribundo y recostando su peso con más fuerza sobre la figura de la Hyuga.


—¡Mira esto, Kouta-baka!— pensó, mientras la abrazaba y trataba de enfocar sus orbes en el rostro del joven concejero. Lo que vio no le gusto nada; se veía enfadado al principio cuando él la abrazó; pero algo tras su cuerpo había llamado más la atención del concejero, que sonrió con coquetería y desviaba la vista hacia la princesa.


—Vamos a la enfermería, Naruto-kun— dijo la de ojos perlas mientras se levantaba junto con el kitsune y pasaba uno de los brazos del rubio sobre sus hombros.


—No pierdas tu tiempo Hinata, ese idiota se pondrá bien naturalmente— dijo la voz del tan apreciado amigo del rubio; quien solo frunció el ceño y clamo mentalmente blasfemias en contra del Uchiha.


—Es… es mejor… que vea a un… medico— respondió la Hyuga mientras caminaba en dirección a la enfermería; en tanto el Uchiha se quedaba atrás mientras ponía en blanco sus ojos.


—Sakura— llamó, captando la atención de la señorita que se encontraba a su lado. —Voy ayudar a Hinata con el idiota— dijo en medio de un suspiro para luego ir y levantar en sus brazos al cuerpo deshecho de Naruto. Hinata solo hizo una reverencia en señal de agradecimiento; aunque suponía que el culpable del deprimente estado físico de su rubio era el Uchiha.

—¡Estúpido, deja que Hinata-chan me lleve! — pensaba deprimido el rubio, al sentir como otros brazos lo alzaban y oír a Hinata-chan decir: “Gracias, Uchiha-san”. ¿Cómo podía agradecerle si fue él quien lo dejo en ese estado? Vaya injusticia. Ahora solo falta que también el idiota de su amigo arruine su encuentro con su hermosa Hyuga.


En tanto, la joven de cabellos rosas solo sonrió; es raro ver lo misericordioso que puede llegar a ser Sasuke. Con solo ver el esfuerzo que hacia Hinata para cargar a Naruto, se obligo a ir ayudarla. Sonriendo con alegría camino hasta la mesa, donde se encontraba solo el concejero.


—Preciosa, aquí está tu almuerzo— anunció el joven con coquetería; la chica solo sonrió y se sentó a su lado, mientras hacia una reverencia para luego tomar los palillos y comenzar a comer elegantemente.


—Nos vemos aquí a las dos de la tarde ¿Te parece?— propuso la de cabellos rosas mientras lo miraba de reojo. El chico sonrió con más entusiasmo y asintió con la cabeza; eso era justo lo que le convenía. La chica devolvió el gesto y continúo con su almuerzo.

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—¡No, aléjalo de mi!— gritaba con frenesí una voz dentro de la enfermería del hotel. Era tal el bullicio que llegaba a escucharse hasta fuera del recinto y con fuerza. Dentro del lugar, se encontraba un rubio con expresión retorcida por el miedo; mientras era fuertemente sujetado por un joven de cabellos oscuros, que maldecía consecutivamente. Frente al rubio, se encontraba una enfermera que sostenía en una de sus manos una jeringa; que a los ojos del rubio, era gigante.


La Hyuga que se encontraba alejada del ajetreo, solo parpadeaba consecutivamente mientras un sonrojo se asomaba por sus mejillas.


¿Cómo podía Naruto tenerle miedo a las inyecciones? Si ella estaba segura que había soportado dolores más fuertes que el que pudiese causar una aguja como la que estaba frente a él. Vio con algo de humor como Sasuke sujetaba a su rubio de los brazos por la espalda, mientras este solo pateaba a la enfermera evitando que esta se acercara a inyectarlo.


—¡Naruto, deja de mover el culo o juro que yo mismo te clavo esa aguja!— gritó con fuerza el Uchiha que se encontraba hastiado de la situación. Su paciencia estaba llegando a su límite; y estaba seguro que si las cosas continuaban así, iba a cumplir con su amenaza.


—¡Papi, no dejes que me inyecten!— gritó el rubio aferrado como nunca a los brazos de Sasuke que lo sujetaban. No pensó jamás decir algo tan patético, pero la situación lo ameritaba; estaba seguro que si movía ese frio corazón, se libraría de la aguja horriblemente gigante que planeaban clavar en su trasero.


—¿Es usted su padre, Uchiha-san?— preguntó la enfermera con una mueca que dictaba claramente sorpresa. Cuando los vio entrar no era que pensase que fuesen padre e hijo; ya que el parecido es nulo, además se veían de la misma edad aunque el Uchiha se veía más maduro; y qué decir del trato agresivo del moreno que no daba lugar a pensar que siquiera tenían algún vinculo familiar. El Uchiha la miro claramente horrorizado.


¡Por Kami, si él nunca traería al mundo semejante adefesio de individuo!


—¡Claro que no!


—¡No me niegues, papi!


Una de sus cejas negras comenzó a palpitar consecutivamente. Esta situación definitivamente había desembocado en algo estúpido; ni siquiera sabía el porqué esa estúpida enfermera planeaba inyectar a Naruto; pero estaba seguro que la situación acabaría ahora.


—¡Papito, por favor! ¡Juro que no volveré a interrumpir uno de tus momentos eróticos y pervertidos, pero por favor…!


Un grito desgarro de la garganta de Naruto antes que terminara de hablar. La enfermera claramente en shock junto con la de ojos perlas; primero por la confesión un “hijo” había vista a su padre cuando este se disponía a tener relaciones intimas de lo cual obviamente no tenían porque enterarse y segundo, porque Sasuke había clavado, literalmente, la jeringa en el trasero de Naruto.


La enfermera ni siquiera fue consciente de en qué momento le había sido arrebatada la inyección de sus manos; de lo que si se entero, fue que su paciente ya había sido inyectado por una mano inexperta y claramente brusca que había metido la aguja a fuerza por encima de su pantalón. Un tic nervioso apareció en su ojo izquierdo.


—¡Cabrón desgraciado! ¡Mal padre, mal hermano, mal amigo!— gritó el rubio después de haber soportado el ardor del liquido introduciéndose en su interior. Cuando la jeringa salió de su colita y después de respirar agitadamente, grito a los cuatro vientos tratando de apaciguar el dolor y el terrible síntoma de tranquilidad que lo aquejaba.


—Cállate— dijo serenamente el Uchiha, mientras le entregaba la jeringa a la enfermera y salía a paso tranquilo del consultorio; bajo la mirada de terror de las dos jóvenes que se encontraban presentes.


—¡Uchiha-san!— gritó la enfermera, deteniendo en seco el caminar del joven que solo se detuvo y la miro de reojo. —Ya que usted es el padre del joven, necesito que…


—¡Mierda!— dijo con frustración el peli azabache; quien dio media vuelta y se dirigió a la chica; para luego acercarse más de la cuenta poniéndola nerviosa. —Este idiota no es mi hijo, y si vuelves a mencionarlo juro que te…


—Dígame… que debo firmar, señorita— interrumpió la Hyuga la clara amenaza del joven de ojos negros; quien solo la miro retadoramente. De todas formas, la chica no podía seguir ahí mirando como la enfermera estaba a punto de desmayarse ante las palabras cargadas de furia de Sasuke. Si solo mirarlo hacia que cualquiera temblara.


—A… Aquí… por fa… favor— dijo la enfermara dando un claro salto hacia atrás mientras caminaba con miedo hasta la figura de la Hyuga y le entregaba una planilla.


El Uchiha suspiro y dirigió sus orbes a la figura de Naruto; que solo miraba al techo de la habitación mientras tenia una de sus manos en el lugar donde había inyectado la aguja. Aceptaba que se había pasado con él, pero tampoco iba a decir que se sentía arrepentido. Cerró los ojos y camino hasta una de las sillas que se encontraban en el consultorio, sentándose con los ojos entrecerrados y los brazos cruzados sobre su pecho.


Lo mínimo que puede hacer, es quedarse a ver como sigue.


La Hyuga y la enfermera se quedaron mirándolo. No era que para ellas fuera cómoda una presencia tan intimidante; pero tampoco eran capaces de atreverse a echarlo del lugar. La Hyuga junto con la enfermera, llevó a Naruto hasta una camilla de las muchas que había y que solo eran separadas por un velo de un delicado color banco; donde lo recostaron con suavidad, ya que le dolía el trasero debido a la fuerza con la que el de ojos azabaches había inyectado la jeringa. Al final, dejaron al kitsune acostado de lado.



La joven enfermera explico a la Hyuga que solo le había dado un calmante; ya que el rubio parecía alterado y no había señas de maltrato físico en su cuerpo, por lo que ella había supuesto que se trata de estrés o malos sueños. La Hyuga se preocupó en cubrir el cuerpo del rubio con una frazada mientras escuchaba las explicaciones de la enfermera.


La chica se retiro con una reverencia; mientras miraba al lugar donde atendían a los pacientes en el cual se encontraba aun sentado el Uchiha. La chica suspiro y salió de la enfermería, dejando solos en el lugar a los tres jóvenes.


De todas formas, las camillas de ese hotel no eran muy ocupadas; ya que rara vez ocurría algún incidente.


Y por lo visto, hoy solo había llegado un joven demente que necesitaba un calmante, junto con un chico con alto comportamiento agresivo y una chica claramente amable.




¿Qué tal? revele algo de lo que tiene que ver con Itachi tendra influencia en capis posteriores asi que no desesperen xD y si, Sasuke tiene algo planeado y no es bueno muajaja no les adelanto mas...


[FONT=&quot]sayonara!!
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