de Inuyasha - Enamorado.

Enamorado.

Fandom: Inuyasha.
Personaje: ¿?.
Género: Romance.
Escrito: One-shot.
Palabras: 2,113. Con titulo.
Sumary: Sonrió en un gesto imperceptible de impotencia. Muy bien sabía que las tristezas o alegrías de esa hermosa joven no eran causadas por él.
Advertencia: Los personajes no me pertenecen, son de la grandiosa Rumiko Takahashi.
N/A: Agradecimientos y/o explicaciones al final del escrito.

Enamorado.​

Sus sentidos se alertaron al verla cruzar por el lumbral de de la puerta corrediza. Una sonrisa tímida le otorgó como saludo a la joven azabache; tez clara y cabello negro como el divino manto nocturno “Como el ying y el yang” pensó de manera agraciada. Su cara fina y con gestos aniñados tal y como son los de un ángel, su ángel.

— Buenos días chicos. Guarden todo que da el inicio al examen—Ordenó el profesor de aritmética. Hombre alto un poco rellenito como dice él, ojos claros entre verde y amarillo, con algo de falta capilar.

La tensión y susurros lastimeros similares a un “no estudie”, “esto no se vale, no entendí” y cosas por el estilo reinaban en el aula. Fue el primero en terminar y se quedó en su pupitre por órdenes del docente. Un murmullo algo molesto lo sacó de sus analogías, viró con pesadez el rostro al origen del sonido antes mencionado; al final del aula el profesor retiró un examen de uno de sus compañeros.

—Lo atraparon in fragantti—Susurró de manera obvia mientras negaba levemente con la cabeza.

Durante el alboroto y bullicio en el aula, viajo con la mirada hasta el encuentro con la azabache. Un poco de lastima surcó a través de él, a lo lejos se apreciaba la confusión en la joven, apretaba con fuerza el lápiz amenazando con romperlo a causa de la frustración. Por un momento se sintió feliz cuando la chica empezó a realizar trazos en su hoja pero nuevamente la pena le invadió al ver como soltaba el objeto con el que escribía de súbito y se desplomaba en la tabla de su asiento rendida.

— No estudió—Masculló con pésame un poco dolido. Arrugó en entrecejo en señal de frustración esa chica era lista pero a causa de todas sus enfermedades no tenía tiempo de estudiar. ¿Cómo una chica tan enérgica, podría enfermarse tanto?.

—Entreguen las hojas, se acabó el tiempo—Anunció el señor rellenito trascurrido más de cuarenta y cinco minutos de haber capturado a un sospechoso de utilizar material de apoyo durante la hora evaluativa.

Los menos afortunados mejor conocidos como los futuros aplazados entregaron su hoja, unas vacías y otras con algunos garabatos sobre ellas. Rendidos y sin esperanzas abandonaban el aula, con pasos perezosos y lanzando maldiciones, más de uno odiaba la aritmética y sabía que a ella esa materia se le daba fatal.

— ¿Cómo te fue? —Indagó una vez que le pasó por un lado. Como respuesta obtuvo una leve negación de cabeza acompañado de una gota de tristeza dibujándose en esos ojos achocolatados.

— Si lo logró será un milagro—Respondió a broma antes de desaparecer de su vista gracias a sus bulliciosas amigas¾Nos vemos¾Susurró apresurada mientras él correspondía con una leve y tímida sonrisa.

&.

Era un día pesado y no podía negarlo, tener en todas las materias de ese día una evaluación no era algo muy atractivo y menos para los estudiantes, muchos se limitaban a simplemente no presentar y salir aplazados además más de uno tenía resaca no era bueno tentar con la poca lucidez que le quedaban a esos pocos.

Ya había pasado la peor parte, el examen la exposición teórica de la historias del Japón en conjunto de un ensayo, solo faltaba la explicación de una de las leyendas del Japón antiguo solo dos fueron seleccionados: él con la leyenda china de los pozos magicos, y ella le tocó hablar sobre la leyenda del perro sagrado.

— Y así cada persona que caiga a uno de esos pozos al tener contacto con el agua se trasformara en lo que el pozo diga dependiendo lo que allí pereció, así dice la leyenda—Concluyó el joven recibiendo aplausos y halagos de la parte femenina y uno que otro aplauso de los masculinos. La azabache le felicitó por su relato y se encaminó al frente del aula empezando así con lo que sabía de la leyenda.

—Bueno la leyenda del perro sagrado dice algo así: En el Sengoku-jidai existían los demonios los cuales se cansaron de estar escondidos ante nosotros los humanos, al aparecer tomaron por la fuerza las tierras originado así una de las mayores guerras conocidas, entre humanos y demonios—Relataba con elocuencia y sencillez la joven siguiendo con su historia—No todos los demonios estaban de acuerdo con ello y los cuatro más fuertes decidieron parar con tal absurda idea, sabiendo que no podía haber paz se convirtieron en los guardianes de las tierras del Japón protectores de los humanos, el del norte, del sur , del este y el del oeste. Los tres primeros fallecieron en la batalla y el señor de las tierras del oeste quiso mantener de manera perpetua su descendencia a parte claro de hacer constar que la paz entre ambas razas puede ser posible—Explicaba la joven con tal fluidez y gestos únicos, como si fuera de ella que estuviese hablando. Una mirada melancólica y nostálgica la invadió durante el resto de su relato, como si fuese vivencias cercanas a ella de las tenía experiencia propia o de alguien muy cercano.

— La joven princesa accedió a su pedido gustosa, teniendo como fruto un hijo denominado por muchos hibrido o hanyou—Dijo con los ojos cristalizados al recordar a cierta persona proveniente de su historia—De él es de donde proviene la historia del árbol sagrado o Goshimboku que se encuentra en mi templo, pero esa es otra historia—Comentó risueña al ver majestuoso árbol dibujado a fuego en su mente—El señor de las tierras del oeste era un demonio tipo perro y al querer la paz para todos, se dice que era sagrado de allí su nombre El perro sagrado, gracias—Reverenció ante el aula que le aplaudía con aplomo, era la primera vez que escuchaban que alguien hablara sobre esa leyenda con tanta convicción y entusiasmo, un poco de eso se les contagió.

— Estuviste excelente—Halagó el chico cuando está le pasó por un lado.
— Gracias, digamos que me siento a gusto con esta historia pero me identifico más con la del árbol sagrado—Explicó con una sonrisa sincera en el rostro antes de tomar asiento y seguir con la clase.


Salió momentáneamente del salón, por ser el nuevo delegado de curso le mandaron a buscar el equipo de audiovisual pero se vio obligado a esperar por el mismo.

— Hace un buen día—Dijo en un suspiro inhalando el puro aire del ambiente.

Decidió esperar en el patio del instituto para retirar el equipo, de todas formas había entregado el ensayo y no tenía problemas por ello. Su caminar era lento y pausado, ganaba tiempo del cuál parecía no disponer; dudó por unos instantes el sentarse o no pero su cuerpo en especial sus pies se lo pedían y así lo hizo. Se alejó del patio delantero y fue tras los edificios a buscar un poco de paz para pensar a gusto, se ubico recostado en una pared y lentamente cerró sus marrones ojos para así realizar la acción deseada.

Sin darse cuenta ella apareció nuevamente en sus pensamientos le era inevitable, su encantadora sonrisa y melodiosa voz estaba grabada a fuego en su memoria, sonrió en un gesto imperceptible de impotencia. Muy bien sabía que las tristezas o alegrías de esa hermosa joven no eran causadas por él.

Su memoria se remontaba a ocasiones que eran contadas con los dedos en donde una sonrisa radiante e inocente se posaba en sus delicados y lindos labios femeninos, una sonrisa llena de amor; en otras ocasiones mucho más numerosas le veía decaída y por más que lo ocultara con los extraños obsequios que le daba sabía que no era por alguna enfermedad viral, estaba consciente de que era causa de una del corazón.

El timbre sonó anunciando el fin de la jornada educativa, sin nada de prisa fue al aula en busca de su morral, entreteniéndose con el fresco clima y la cómicas figuras formadas por las nubes. Entró en el aula y la vio vacía, sin nada ni siquiera su morral, fue en busca del profesor de la última hora para interrogarle sobre el asunto, en el camino se encontró con el director y no perdió la oportunidad de agradecerle nuevamente por lo sucedido.

— Director, muchas gracias por el cambio—Retribuyó el joven alumno extasiado por ese dichoso cambio realizado.

— No hay de qué. Eres uno de mis mejores estudiantes, y u excelente ejemplo para esa aula, han mejorado bastante. Yo te lo agradezco. —Corroboró el hombre palmeando su hombro y retirándose.

— Sino fuera por usted no pasaría tiempo con ella—Musitó le joven recobrando la marcha.

Obtenida la información deseada fue rápidamente a buscar sus pertenencias; en el camino muchas chicas irrumpían en su travesía pero les apartaba gentilmente, muchas le pedían una cita o su número celular pero ¿por qué ella no lo hacía?.

La respuesta le llegó como un rayo y un balde de agua fría le cayó de golpe. Se encontraba detrás de los edificios nuevamente y allí la divisó.

Cariñosamente la azabache abrazaba a un chico por el cuello, sabía que era ella por el simple hecho de que la conocía de pies a cabeza al menos físicamente intentaba hacerlo para reconocerlo como era debido; del chico no veía mucho solo que tenía el cabello largo y plateado mal amarrado en una coleta, unos ropajes extraños parecidos a un haori y una hakama de color rojo que le quedaba holgado pero aun así se sabía que era un hombre.

Miró con tristeza como la chica se abrazaba más fuertemente a ese en busca de consuelo, estaba llorando; observó como el peli-plata hacía lo pedido de una manera delicada estrechándola contra él y susurrándole cosas al oído. Vio la escena entre furioso y enternecido, cuando las figuras se separaron vio como el hombre le daba un tierno y protector beso en la frente a ella, y luego cruzaba los brazos volteando el rostro y no entendió en por qué lo hacía; en cambio la chica se secó los rastros de agua del rostro mientras negaba con la cabeza, soltando luego una sonrisa leve acompañada de una inocente y tranquilizadora risa provocando que el corazón le latiera desbocado, y que ese sonriera tiernamente volteando a verla e inmediatamente pasó a verlo a él, cruzando la mirada dorada con la almendra, tragó duro.

Hasta ese instante se percató de que dos morrales descansaban en el verde pasto de la zona cerca de los individuos, uno era de ella y el otro le pertenecía a él. Vio como ese tomaba los dos morrales del suelo y le extendía el extraviado a la femenina mientras que el propio de ella se lo guindaba en la espalda. Pudo observar con mayor detenimiento a ese extraño chico y al caer en cuanta de algo se sorprendió.

— Pero si es el mismo chico que hizo de Panaberto Pecopom en la obra escolar de hace algunos meses—Afirmó en un susurro.

— Si es él. Su nombre es Inuyasha, no pensé que recordaras la obra. Toma—Corroboró la chica tendiéndole lo que el pertenecía.

— Me escuchaste, lo siento...no quise…bueno yo ehh—Intentó excusarse inútilmente sin obtener muy buenos resultados.

—No te preocupes, no es nada—Respondió agitando la mano restándole importancia al asunto.

— ¡Si la tiene!, intervine cuando bueno… tú sabes y estabas llorando—Se calló de golpe en sus atropelladas palabras al verse descubierto por su gran boca.

—Bueno sí, pero es algo más personal. Cuando tenga tiempo te digo ¿vale? —Contestó presurosa evitando un tema de locos y escépticos en ese instante.

— No tienes por qué preocuparte por ella para eso me tiene a mí. Vámonos Kagome—Ordenó entre enojado y altivo, algo desesperado por la demora de la peli-negra.

— ¡Inuyasha! Deja de ser tan grosero. Contigo es imposible tratar—Reprendió la joven arrebatándole la mochila de las manos y dándole un empujón con las caderas para apartarlo del medio—Estorbas—Musitó dándole la espalda.

—Deja de ser amargada. Yo solo digo la verdad—Se defendió el joven a sus espaldas ante la reprimenda, que la chica no usara el conjuro en lugares públicos lo agradecía sino ya estaría besando el suelo.

— Nos vemos Hoyo-kun—Dijo la peli-negra ignorando completamente al hanyou detrás de ella, caminado en dirección a la salida—¿Vienes o no?, Sr apresúrate—Gritó sarcástica la joven sacerdotisa del presenta captando la atención de chico del pasado.

—¡Oye! Espérame Kagome—Pidió el ambarino. Trotó hasta donde estaba la chica y le quitó la mochila caminando a la par de ella exigiendo una disculpa sin obtener resultados.

— Adiós Kagome—Susurró melancólico el castaño cuando los perdió de vista.

Pensaba en lo bien que sonaba su nombre pronunciado por esos lindos y carnosos, aparte de provocativos labios, no perdería la oportunidad de estar con ella lo que quedara de año, después de todo, le era inevitable, estaba enamorado.


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(N/A.I) Hola lindas…y chicos si es que los hay jeje (Loca, solo di hola y no corriges) deja de ser tan dramática, siendo tú la que no saluda (feh) no copies eso es de Inu-bello.
Le agradezco al aburrimiento y a todos los exámenes para los cuales tenía que estudiar (y no ha hecho) que me inspiraron para escribir este one-shot. A parte le agradezco a mi Mamá por soportar que se lo leyera a las 10 de la noche para correcciones (no entiendo como no le lanzaron una almohada)…ah si ella es Shiu mi inners.
Dedicado a: Iza-linda, Yuuko(lindas sempais e increíblemente la soportan); Miko Kagome (primera lectora de escritos hechos por Kag love Inu, muy apreciada)…y a todas las chicas(os) que me admiren de verdad (odiamos a las personas hipócritas XD) Cierto.
Bueno hablando del escrito se me ocurrió la idea de hacer un escrito con este olvidado personaje, Hoyo-kun me cae muy bien, es decir es amable y es algo inevitable no verle como el chico tímido y enamorado (si Inu no me quiere me voy con él) ¿Y donde queda Kouga? (uff buen punto, él esta mas bueno que Hoyo y también es amable, buena opción) Que bueno que se entretuvo “pensando” –nunca lo hace, dice puros disparates- pues si se me ocurrió escribir sobre él, me dio como cosita y se me da fácil escribir algo así, No iba a poner a Inu-bello haciendo eso, por Dios seria un Ooc extremo en él, por eso salió Hoyo del closet (ni que fuera gay) tu no estabas pensando (me dio migraña y por eso vine) Da igual…
Está historia se ubica en el Kanketsu-hen…en uno de los típicos días X en donde Kagome le pide a Inuyasha ir a su época por los exámenes (si tú te vuelves loca por ellos y no tienes que ir al Sengoku, imagina a Kagome) pero si yo tuviera un Inu-lindo esperándome allá al diablo las notas (buen punto). Bueno Kagome se pone triste por la leyenda del perro sagrado al ser el papi (que papi *¬*) de Inu y bueno pensó en lo que sería al terminar todo tendría que irse y bueno al ver a Inu allí exploto el mar de emociones (estemos claros Inu es incapaz de dejarla llorando, es Inu). Hice un cambio, que fue el cambio se sección de Hoyo al de la de Kagome y amarré el cabello de Inu digamos que tenia calor jeje (Se lo amarró supuestamente él, por eso quedo así de mal, al amarrárselo se escondió allí las orejitas) sus tan monas y lindas orejitas. (Viva Hoyo...digo Kouga…No, no Viva Inuyasha, pero para mí, no para Kag *¬*) Desquiciada ¬¬.
Una pregunta (se quiere cambiar el Nick y quiere saber ¿Cómo?) Bueno aparte de eso ¿Saben como se dice luna llena en japonés? Es que eso significa mi nombre y que mejor seudónimo que ese (si ven que Kag love Inu no sale, no se asusten se cambio el Nick a como se escriba luna llena) Asi es sino será Nekko-nee san, si preguntan el por qué es que lo quise poner al inscribirme pero no pude y me quede asi jeje.
Creo que me extendí mucho y lo siento es que quiero que estén al tanto de mi (tiene el autoestima media) al menos no es baja ;). Gracias por leerme y tenerme paciencia.