En el País de Alicia

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Pami, 1 Julio 2009.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Pami

    Pami Guest

    Acuario
    Miembro desde:
    Mensajes:
    0
    Pluma de
    En el País de Alicia

    Hola (:!

    Este escrito fue realizado para el concurso Corazón roto, fui obligada por Saya a participar por lo tanto: dedicado a ella.
    Advertencia: Palabras y frases enteras bizarras y con toque sexual.

    En el País de Alicia

    Un abismo más grande que un agujero negro a la mitad del universo, ahí es donde me encontraba en esos momentos. Un lugar que me rodeaba de una tremenda oscuridad y me incitaba a hacer cosas que nunca se me hubieran ocurrido antes de ese día. Antes de conocerle. Antes de amarle.
    Sentía cómo mis piernas dejaban de sostener mi peso y me hacían caer en el suelo de aquella sucia habitación, la que habíamos compartido durante unos cuantos meses y, definitivamente, me marcaron para siempre. Sabía que durante ese tiempo, también, tuve algunos momentos felices, demasiado para que pudiera ser eterno.

    Intento recordarme que no es el fin del mundo pero luego, con la mano en donde se supone que sigue vivo mi corazón, reflexiono y susurro, aun cuando mi cabeza me grita que eso no es una mentira, que sí lo era, mínimo sería el punto final de aquel cuento de fantasías e irrealidades que empecé a construir al lado de esa chica… de Alicia.Río como un loco al pensar en aquella novela: ‘el país de las maravillas’ suena bastante a lo que recuerdo haber pasado los últimos meses.
    Me levanto y siento las piernas pesadas, inmóviles, o tal vez es lo contrario; tengo que detener mi carrera inevitable hacia la puerta e ir a buscarla: pedirle una explicación más convincente que la que me ha dado ya, porque yo sigo sin creerla. ¿Quién podría dejar de amar de un día para otro tan solo porque encontraste a alguien que, crees, es más acorde a ti?
    Acorde a ti
    mis huevos; no creo que jamás encuentre a nadie más que como yo pueda amarla y desearla. Tampoco que pueda conocerla tanto como yo.
    Y ahora aquellas canciones de Arjona que tanto me provocaban risas me quedan como anillo al dedo.

    Recuesto mi peso muerto en la cama, aquella que habíamos compartido tanto con sueños entrelazados en un mismo futuro, como con perversiones acompañadas a nuestros cuerpos desnudos y juguetes sexuales. Tal y como a ella le gustaba.
    Como ella me lo gritaba aún hace menos de un mes.

    Al contrario de lo primero que pensé cuando la vi salir de mi, nuestro, departamento, no salí corriendo angustiado sobre algo que tuviera una cantidad bastante poco digerible de alcohol para olvidar. Sobre todo, porque sabía que en lugar de causarme esa sensación, lo que haría sería acrecentar con sus efectos esa sensación de pérdida y soledad que se había depositado en mi estómago cuando la escuché, unos días antes, decir tranquilamente ‘necesitamos hablar’.Debo decir que esas dos palabras junto con la ‘no eres tú, soy yo’, no tienen más significado o un camino diferente a eso que todos sabemos: una ruptura completa e irreconocible de un corazón vivo y enamorado por alguien. Porque no existe nada que te pueda hacer cambiar el rumbo de eso… ni siquiera un montón de dinero o diamantes en el bolsillo del pantalón listos para entregárselos a la dama en cuestión.
    No… ellas son tan miserablemente putas que usualmente cuando dicen ‘hasta aquí’ es hasta aquí y ya más nunca nada contigo.

    Algo comenzó a cosquillear por mi estómago y subir rápidamente por mi cuerpo, llegando e instalándose en mis ojos. Llenándolos de un líquido que creía no tener desde hace años (cuando era niño, para ser exacto). Instintivamente aspiré aire con fuerza, tanta que me dolieron los pulmones del esfuerzo por contenerlo, intentando pobremente de alejar las lágrimas de mi cuerpo, las muy zorras no se iban; se quedaron ahí esperando el mejor momento para salir a mi encuentro y enredarme en su suave calor y su triste canción de amor.
    Me pregunté inconscientemente si esa cuestión de supervivencia venía con todo aquello que tuviera el artículo ‘la’ detrás de su nombre. Tendría que tener cuidado con muchas cosas: la lavadora, la plancha, la comida, la cama… la manera en como mis ojos se posaban sin querer y con toda razón en aquella fotografía que Alicia había dejado encima de la almohada en la cama, una donde salíamos abrazados y con una sonrisa que se podía notar hasta en la mirada; cuando aún éramos amigos.
    ¿Sería acaso una indirecta a volver a lo de antes?, ¿realmente ella sería capaz de olvidar todo rastro de besos, caricias, palabras y amaneceres juntos? Yo no, ¡diablos!, ¡yo jamás podría hacerlo!

    Me volteé boca abajo, hundiendo mi rostro en su almohada y aspirando su aroma aún fresco. Pretendía grabarlo con tal fuerza en mi mente que nunca podría olvidar. Una parte de mi cerebro me pedía a gritos odiarla y decirle con las palabras más soeces que conociera lo dañado que me había dejado; lo mucho que me dolía su ausencia aunque no hubiera pasado ni una semana entera.
    Otra parte, sin embargo, aquella que se mantiene un poco más separada del corazón y apegada a la razón, que se preocupaba por mí y sólo por mí, me incitaba a guardar todos aquellos momentos felices a su lado (“como el sonido de su voz al llamarme, ‘Miguel’”) y desechar todos los malos (“el verla llorar al verme destruido y desconsolado frente a ella la última noche”), para después, cuando mi corazón hubiera sanado un poco, revivirlos y disfrutarlos como un buen amante recuerda las noches apasionadas con diferentes mujeres, satisfaciendo su lujuria con besos furtivos y sexo desenfrenado.

    Entre mi estado de inconsciencia logré preguntarme si sería acaso esa otra noche sin dormir. Sí había logrado descansar en ratos los últimos días, pero en lugares tan poco ortodoxos como la mesa, donde ella había gritado el mismo día que se había mudado por más y más; el pasillo de la entrada, con el recuerdo de nosotros entrando mientras nos comíamos a besos apasionados rumbo a la habitación o el baño, seguramente el mejor lugar donde podría recordarla completamente desnuda, no había sido de lo más confortable. Mínimo hoy dormitaría en mi cama.
    Sonreí tontamente cuando noté como mi mente me había traicionado y reduje a uno lo que era de dos. Fue entonces cuando las traicioneras lágrimas comenzaron a caer, provocando que el corazón supurara de tanto dolor.
     
  2.  
    Saya Tyrs

    Saya Tyrs Usuario común

    Tauro
    Miembro desde:
    20 Febrero 2008
    Mensajes:
    243
    Pluma de
    Escritora
    Re: En el País de Alicia

    Gracias por la dedicatoria :3 Como tu obligadorA personal vengo a spamear... Ok, no xD Sabes que lo adoré; pero era difícil decidirse por alguno en especial:

    El toque erótico y bizarro fue de mis favoritos. No lo sé, siento que el despecho del hombre fue genialoso. Impotencia, desesperación, odio y deseo desenfrenado: Todo eso en una historia. Es bastante extraño ver tal cúmulo de sentimientos en una sola historia, creo que eso fue lo que más me gustó. ¡Hey, que ver a un hombre sufrir tanto en una historia así no es muy común!, y menos del modo en el cual lo pintaste.

    Muy buen relato (Lo he dicho miles de veces xD)
     
  3.  
    Quelconque

    Quelconque Usuario popular

    Virgo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2004
    Mensajes:
    790
    Pluma de
    Escritor
    Re: En el País de Alicia

    Hace tiempo un chico me contó cómo le ha ido después de una ruptura: sus sentimientos, desvelos y desvaríos por su ex. Siento que has dado al clavo con la historia y, así como dice Saya, no es común ver cómo un hombre dice devanarse los sesos y las entrañas por alguien que lo ha dejado porque, generalmente, no lo dicen tan directo, se lo guardan. 'Cause boys don't cry.

    Hubo algunas frases que tuve que releer porque a primera leída son un poco rebuscadas y, como esta, tienen dobles negaciones:
    Pero están bien a final de cuentas :)

    Felicidades Pami: es emocionante saber que una mujer pueda captar, palabras más, palabras menos, lo que un hombre puede sentir cuando se ve abandonado. También lo rápido que dicen que se recuperarán (más mujeres, más aventuras, más sexo) y terminan llorándole siempre a la misma mujer que "nunca debieron dejar ir" xD

    Saludos.
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso