Mini-rol Emily in Wonderland [???]

Me arrepentí prácticamente al instante de haber mirado a Anna como lo hice, pues en ese momento la muchacha se interpuso entre el mono gigante y nosotros, consiguiendo atraer la atención del mismo hasta el punto de que su ataque acabó dirigido hacia ella. Me llevé las manos a la boca, preocupada ante los posibles efectos de aquel golpe, y me acerqué a ella para comprobar su estado, depositando una mano sobre su hombro.

—¿Estás bien? Quizás pueda ayudar, dame un segundo...

Formaciones:
—INS/OBS/CAS
—FUL/OBS/FUL
—SAN/PRO/CAS

Emily: Cambio (FUL/OBS/FUL) + Sacro x3
Anna: Antifocus + Mutis
Ian: Piro x4

Contenido oculto

EMILY: Luz [VEN 3/3]
Salud: 436/625
Resistencia: 20
Entereza: 70/70

FULMINADOR:
-Sacro: 20 Potencia, Luz, -5 Entereza (1)
-Flora: 20 Potencia, Hierba, -5 Entereza (1)
-Electro: 20 Potencia, Rayo, -5 Entereza (1)
-Sacro+: 20 Potencia, Luz, -5 Entereza, golpea a todos (2)
-Flora+: 20 Potencia, Hierba, -5 Entereza, golpea a todos (2)
-Electro+: 20 Potencia, Luz, -5 Entereza, golpea a todos (2)


ANNA: Fuego [PRO 2/3]
Salud: 533/700
Resistencia: 40
Entereza: 30/30

OBSTRUCTOR:
-Mutis (Causa mudez por 3 turnos) (2) [Algunos enemigos son inmunes]
-Antife (causa antife por 3 turnos) (1)
-Antibravura+ (causa Antibravura a todos los enemigos por 3 turnos) (2)
-Antife+ (causa Antife a todos los enemigos por 3 turnos) (2)
-Antifocus: los ataques del objetivo no bajarán entereza por 3 turnos. (2)


IAN: Oscuridad [VEN 3/3]
Salud: 455/650
Resistencia: 30
Entereza: 45/45

FULMINADOR:
-Piro: 20 Potencia, -5 Entereza, Fuego (1)
-Piro +: 20 Potencia, -5 Entereza, Fuego, afecta a todos (2)
-Sombra: 20 Potencia, -5 Entereza, Oscuridad (1)
-Sombra+: 20 Potencia, -5 Entereza, Oscuridad, afecta a todos (2)
-Cometa (25 Potencia, -3 Entereza, golpea 3 veces, no elemental) (3)

 

La voz de Ian hizo que mi atención virara rápidamente hacia él, sus palabras logrando que intercalara un par de miradas entre él y la chica con todavía un atisbo de preocupación en los ojos. Era cierto que se veía bastante entera, pero aun así...

—Está bien —murmuré, pues al fin y al cabo él debía conocerla mucho mejor que yo—. Aguanta un poco más, entonces... —le dije, junto a una pequeña sonrisa, antes de dirigirme hacia Ian—. Aunque sea bastante resistente, en algún momento deberá caer también... ¿no?

Formaciones:
—INS/OBS/CAS
—FUL/OBS/FUL
—SAN/PRO/CAS

Emily: Sacro x3 + Cambio (INS/OBS/CAS)
Anna: Antife + Antibravura+
Ian: Atacar + Golpe rápido x3

Contenido oculto

EMILY: Luz
Salud: 436/625
Resistencia: 20
Entereza: 70/70

INSPIRADOR:
-Bravura (Otorga Bravura por 3 turnos: el afectado golpeará con 1,5 más de fuerza en sus ataques físicos) (1)
-Fe (Otorga Fe por 3 turnos: el afectado golpeará con 1,5 más de fuerza en sus ataques físicos) (1)
-Coraza (el objetivo recibe la mitad de daño físico; dura 4 turnos) (2)
-Escudo (el objetivo recibe la mitad de daño especial; dura 4 turnos) (2)
-Antioscuridad (Otorga Antioscuridad por 3 turnos) (1)
-Prisa (Otorga prisa por 3 turnos: la capacidad del afectado sube en 1) (2)
-Focus: Otorga focus por 3 turnos (1)
-Don de la luz (Otorga don de la luz por 4 turnos a un aliado) (3)


ANNA: Fuego [PRO 3/3]
Salud: 473/700
Resistencia: 40
Entereza: 30/30

OBSTRUCTOR:
-Mutis (Causa mudez por 3 turnos) (2) [Algunos enemigos son inmunes]
-Antife (causa antife por 3 turnos) (1)
-Antibravura+ (causa Antibravura a todos los enemigos por 3 turnos) (2)
-Antife+ (causa Antife a todos los enemigos por 3 turnos) (2)
-Antifocus: los ataques del objetivo no bajarán entereza por 3 turnos. (2)


IAN: Oscuridad
Salud: 455/650
Resistencia: 30
Entereza: 45/45

CASTIGADOR:
-Atacar: 35 Potencia, -1 Entereza (1)
-Golpe Rápido: 25 Potencia, sin bajada de entereza, golpea dos veces (1)
-Lance Horizontal (30 Potencia, -1 entereza, usado mientras el rival está aturdido, prolonga en 1 el número de turnos que pasa así) (1)
-Bomba Oscura: 35 Potencia, -1 Entereza, Oscuridad, ataque físico, golpea a todos (2)

 

Asentí con la cabeza ante la confirmación de Ian, contenta y aliviada a partes iguales de saber que estábamos cerca de acabar con aquel peligro que se había interpuesto en nuestro camino. Volví a concentrar todas mis energías en el chico, pues, esperando que aquel esfuerzo fuera suficiente para dar por finalizado el problema.

Formaciones:
—INS/OBS/CAS
—FUL/OBS/FUL
—SAN/PRO/CAS

Emily: Prisa + Bravura + Fe (Ian)
Anna: ---
Ian: Golpe rápido x5

Contenido oculto

EMILY: Luz
Salud: 436/625
Resistencia: 20
Entereza: 70/70

INSPIRADOR:
-Bravura (Otorga Bravura por 3 turnos: el afectado golpeará con 1,5 más de fuerza en sus ataques físicos) (1)
-Fe (Otorga Fe por 3 turnos: el afectado golpeará con 1,5 más de fuerza en sus ataques especiales) (1)
-Coraza (el objetivo recibe la mitad de daño físico; dura 4 turnos) (2)
-Escudo (el objetivo recibe la mitad de daño especial; dura 4 turnos) (2)
-Antioscuridad (Otorga Antioscuridad por 3 turnos) (1)
-Prisa (Otorga prisa por 3 turnos: la capacidad del afectado sube en 1) (2)
-Focus: Otorga focus por 3 turnos (1)
-Don de la luz (Otorga don de la luz por 4 turnos a un aliado) (3)


ANNA: Fuego
Salud: 443/700
Resistencia: 40
Entereza: 30/30

OBSTRUCTOR:
-Mutis (Causa mudez por 3 turnos) (2) [Algunos enemigos son inmunes]
-Antife (causa antife por 3 turnos) (1)
-Antibravura+ (causa Antibravura a todos los enemigos por 3 turnos) (2)
-Antife+ (causa Antife a todos los enemigos por 3 turnos) (2)
-Antifocus: los ataques del objetivo no bajarán entereza por 3 turnos. (2)


IAN: Oscuridad [PRI 1/3] [BRA 1/3] [FE 1/3]
Salud: 455/650
Resistencia: 30
Entereza: 45/45

CASTIGADOR:
-Atacar: 35 Potencia, -1 Entereza (1)
-Golpe Rápido: 25 Potencia, sin bajada de entereza, golpea dos veces (1)
-Lance Horizontal (30 Potencia, -1 entereza, usado mientras el rival está aturdido, prolonga en 1 el número de turnos que pasa así) (1)
-Bomba Oscura: 35 Potencia, -1 Entereza, Oscuridad, ataque físico, golpea a todos (2)

 

Luego de su primer acto ¿mágico? ¿Eso que estaban haciendo era magia? En fin, que Ian se refirió a las mariposas que Emily claramente había visto como moscas y Anna se limitó a soltar una risa floja, bastante irónica. Siquiera miró al muchacho y cruzó los brazos sobre su pecho, despreocupada. Aguardó a que efectuara su ataque con la baraja y deslizó la vista a él.

—Normal que la Roja siga sin querer pillarte, debes tener la cabecita bastante podrida, cielo~

Esos dos... ¿se llevaban bien? ¿Mal? Era difícil definirlo. El combate, entre tanto, prosiguió su curso. El monstruo más parecido a un hongo le devolvió la jugada a Anna, rodeándola con un polvo de esporas que pareció ralentizar sus movimientos. Otro de ellos aprovechó su estado y le asestó un ataque oscuro, mágico, que la desestabilizó por un momento. La voz de Emily sonó preocupada a su lado, pero Anna se había llevado una mano a la frente y seguía bastante enfocada en recuperarse de aquella sensación tan molesta.

No le estaba pasando desapercibida, sin embargo, la... aptitud que Emily demostraba para dominar el poder elemental. Aún si ambos habían percibido en la chica aquel aroma tan particular, al menos de su parte no había esperado que fuera útil en la batalla. Ella misma había tenido que estudiar muchos años para sacarle el mayor provecho a su naturaleza y recién de adolescente le permitieron enfrentarse a contrincantes reales. La había encontrado aparentemente sola y confundida en la playa. ¿Debía confiar en su palabra? O quizá...

¿Estaba ocurriendo de nuevo?

A duras penas estaba curándose del aturdimiento inicial cuando el del mazo volvió a joderla. Chasqueó la lengua, algo molesta, y dejó que Ian le respondiera a Emily. La mención de la Reina Roja le arrancó una risa nasal y su ligereza se congeló un instante cuando fue la chica quien recibió un ataque mágico. Anna ya estaba habituada y de por sí una de las tres ramas para las que había demostrado aptitud era la de protección, pero la primera vez nunca era bonita. La miró, Emily buscó sus ojos y comprendió lo que debía hacer. ¿Le gustaba comerse golpes por amor a la caridad? Pues no, no precisamente, y menos si era por personas que ni siquiera conocía, pero... era su responsabilidad. Como súbdita legítima y como habitante de Wonderland.

Soltó el aire por la nariz, despacio, y chasqueó los dedos. El sonido hizo un eco anormal, se replicó en todas direcciones y el monstruo, tras un instante de confusión, la miró fijamente. Sus ojos de repente emanaban una ira casi artificial y Anna se sonrió. Sacó el reloj plateado de su bolsillo, la tapa se abrió y le dio cuerda un par de veces. Los engranajes se oyeron en su interior y clavó la vista en el Grimmsnarl. No utilizó su voz para provocarlo, no dijo nada, y aún así, la ira contenida del monstruo pareció estallar de un momento al otro. Las palabras habían resonado directamente en su mente.

¿Siempre golpeaste tan suavecito o nos tienes miedo, pequeñín?

El monstruo acabó usando bastante fuerza en su ataque, la suficiente para que Ian pudiera acabarlo rápidamente. Emily se había acercado a ella cuando se estaba irguiendo con la carita llena de preocupación y Anna esbozó una sonrisa algo ambigua tras repasar su gesto.

—Hazle caso, muñeca, y no te preocupes por mí. Él tendrá la pinta de mago, pero yo también me guardo un par de trucos bajo la manga.

Finalmente el ogro cayó al suelo, agotado y aturdido. Anna soltó el aire en un suspiro pesado, le echó un vistazo al reloj que había conservado en su mano y lo cerró de un movimiento de muñeca, sonriendo satisfecha. En ese momento Emily notó que, de repente, el correr sutil y constante de unas manecillas dejaba de oírse en el ambiente, sonido que le había pasado desapercibido a todo momento. Anna regresó el aparato a su bolsillo y se acercó al grupo de... bueno, parecían monstruos, sí, pero ¿lo eran realmente?

—Pobres criaturas, ¿cuántos vamos ya de estos? —se lamentó, en voz baja.

—¿Hmm? ¿Y esas caras largas~?

Ah, esa voz. Los tres la conocían. Kenneth surgió de entre los hongos gigantes, manos en los bolsillos, y recorrió el reciente campo de batalla con una sonrisita plantada en los labios y un andar liviano. Husmeó aquí y allá, finalmente se detuvo frente a los enemigos debilitados y su gesto se ensanchó.

—Te comiste el espectáculo en primera fila, imagino —recriminó Anna, y el muchacho murmuró un sonido afirmativo, casi un ronroneo—. ¿Lo disfrutaste?

—Bastante~ Siempre es un placer verlos esforzarse por hacer de Wonderland un lugar mejor. —Había girado el cuerpo para alternar la mirada entre ella e Ian, y acabó desviándose a Emily; sus ojos se afilaron—. No me equivoqué contigo, al parecer~

¿Que no se había equivocado? ¿A qué se refería? Anna frunció el ceño, se giró hacia Emily y luego regresó a los monstruos, pensativa. Ciertas ideas resonaron en su mente y decidió... bueno, no se perdía nada, ¿verdad?

—Oye —llamó a la chica—. Esto te sonará raro, pero ¿podrías intentar venir aquí y... concentrar tu energía como hiciste sobre Ian, pero sobre ellos?

>>Aceptar.
>>Negarse y pedir respuestas.

 

Había hecho lo posible por no demostrarlo demasiado, pero la realidad es que acabé bastante cansada después de todo aquel ajetreo. No creía tener mucho derecho a quejarme, porque Anna se había comido casi todos los golpes feos e Ian era el que había usado sus fuerzas para atacar a los enemigos, pero... dejé escapar un suspiro pesado, echándome hacia atrás para poder apoyar la espalda en un... ¿tronco? ¿tallo de hongo? prefería ni pensarlo, solo quería descansar un poco.

La chica me había dicho que no me preocupara por ella durante el combate, pero ahora que habíamos acabado, no pude evitar repasarlos concienzudamente a ambos con la mirada, queriendo asegurarme de que no hubieran sufrido más daño del que pudieran soportar. No los conocía demasiado bien, claro, así que no sabía si iba a poder darme cuenta de mucho... aunque se veían bastante bien en general; ellos parecían tener mucha más experiencia con todo aquello, también, así que tenía sentido.

Habiendo visto que se acercaban a lo que quedaba de los monstruos, quise hacer alguna pregunta al respecto de todo lo que había pasado, pero justo en ese instante una cuarta voz se materializó a nuestras espaldas, provocando que toda mi atención se centrara en aquella dirección. Reconocí la voz del muchacho de la playa, fue prácticamente imposible no hacerlo, y mi vista se quedó fijada en él a medida que se paseaba por el sitio como si nada, hasta que finalmente se puso a hablar con Anna.

No iba a negar que me sentí un poco intimidada después, cuando tanto aquel chico como la morena se centraron en mí; el primero diciendo que no se había equivocado conmigo y la segunda pidiéndome que concentrara mis energías en los cuerpos enemigos.

—¿E-estás segura? —murmuré, llevándome una mano al pecho mientras me acercaba para mirarlos con una expresión compungida—. ¿No es demasiado peligroso...?

Dije todo aquello, pero lo cierto fue que no esperé recibir una respuesta alguna antes de seguir las instrucciones de Anna, concentrando lo máximo posible mis energías en los cuerpos que teníamos delante. Todos ellos eran habitantes de la zona, ¿cierto? Así que debía haber un motivo para que me pidiera algo como eso, además de que debía saber bastante mejor que yo lo que estaba haciendo.

>>Aceptar.

Contenido oculto

imagina emi diciendo que no a algo y sobre todo de su novia (?)

 

La reacción inicial de Emily le arrancó una risa floja y, sin un gramo de fuerza, estiró el pie para tocar la espalda del Scolipede un par de veces. La criatura no reaccionó de ninguna forma.

—No pasa nada, no te preocupes —afirmó con ligereza.

Eventualmente la chica obedeció y se acercó a los monstruos. Aún sin estar muy segura de lo que hacía, intentó imitar aquello que había logrado en Ian y una especie de energía brillante, como muy pequeñas chispitas de luz, brotó suavemente de sus manos. Avanzó y avanzó, incluso se expandió, hasta cubrir a las criaturas con un manto translúcido que resplandeció en medio de aquel bosque tan oscuro. Tanto Anna como Kenneth permanecieron quietos, a la expectativa.

Transcurridos algunos segundos, las criaturas comenzaron a removerse con pereza y Anna posó su mano sobre la muñeca de Emily, indicándole que se detuviera. El primero en reaccionar plenamente fue Amoonguss, abrió los ojos y parpadeó, dando un brinco repentino que lo regresó a sus pies; o a su tallo. Le siguió Scolipede, quien observó alrededor, aparentemente confundido, y al final... Grimmsnarl. Se irguió en toda su estatura, pero siquiera reparó en su mazo y se rascó la cabeza. El comportamiento de aquellas criaturas había cambiado radicalmente y Anna le lanzó un vistazo fugaz a Ian, uno que Emily no notó.

—Bienvenidos de regreso, pequeñines —murmuró, en un tono cálido que no había empleado hasta ahora.

Los monstruos (¿estaba bien llamarles así, para empezar?) lentamente se retiraron en direcciones diferentes, tranquilos, y la risilla que vibró en el pecho de Kenneth rasgó el silencio.

—Interesante —ronroneó, empezando a caminar—. Muy, muy interesante...

Seguirlo habría sido en vano, ya que desapareció detrás del primer hongo. Anna alternó su mirada entre Ian y Emily y cruzó los brazos bajo el pecho.

—Bueno, ¿seguimos camino? Aún queda un tramo hasta Ciudad Tetera.

Contenido oculto

le dejo espacio a Ian pa que responda uwu7 Emi puede hacer preguntas si así lo desea, que debe tener varias (??

 

Anna me aseguró que no pasaría nada malo si usaba mi... ¿magia? sobre los cuerpos que teníamos delante, y aunque seguía sin estar muy convencida de que aquello fuera buena idea, la realidad era que no tenía muchas más opciones que confiar la palabra de la única persona que se había ofrecido a ayudarme de alguna manera en aquel lugar. Me acerqué a los que habían sido nuestros enemigos minutos atrás y concentré mis energías en su dirección, tal y como me había pedido que hiciera.

Poco a poco, aquellas partículas de luz que fui creando se convirtieron en un manto que cubrió a los objetivos por completo, momento en el que Anna me indicó que podía parar al colocar su mano sobre mi muñeca. Así lo hice, pues, y no pude evitar colocarme detrás de la muchacha en cuanto vi que los bichos se recuperaban y, uno a uno, se iban poniendo en pie (o lo correspondiente a eso para sus especies). No atacaron; de hecho, los pobres se veían bastante confundidos y, al final, se fueron como si nada hubiera pasado.

El comentario de Kenneth no me pasó del todo desapercibido, pero ya estaba empezando a entender que no tenía mucho caso intentar hablar con él... de todos modos, para cuando me quise dar cuenta, el muchacho ya se había ido. Así, solo conmigo solo quedaron Anna e Ian, entre quienes intercalé un par de miradas antes de fruncir ligeramente el ceño, no enfadada, si no más bien confundida por... todo.

—Espera un segundo... —pedí, aunque no me atreví a alzar la voz en ningún momento a pesar de mis sentimientos en aquel los momentos—. ¿Qué se supone que ha sido eso? ¿Estaban... enfermos o algo así? ¿Y por qué lo que he hecho ha parecido servir de algo? No estoy entendiendo nada...

 

Fue el chico quien tomó la iniciativa de contestarme, aunque para ser completamente honesta, sentí que me dejó más dudas que respuestas. Al parecer, aquellos monstruos eran fuertes y débiles al mismo tiempo, sanos y enfermos también, pero el verdadero problema que tenían era... ¿una reina que estaba loca? ¡Eso parecía peligroso! Antes de poder seguir con mi interrogatorio, sin embargo, el muchacho se desentendió por completo del tema y me redirigió hacia Anna, a quién volví a mirar junto a un mohín de labios.

—Sigo sin entender nada... —murmuré, más para mí misma que ellos dos, y me llevé las manos a las mejillas con claro aire de preocupación—. Tampoco sé muy bien de dónde ha venido... todo eso que he hecho. ¿Antes habéis mencionado algo de una fragancia mágica? —añadí, alzando apenas la voz para que la chica me escuchara, y deslicé la mano hasta rozar la zona del cuello donde ella se había colado, notando cómo un leve rubor volvía a alcanzarme las mejillas ante el recuerdo—. ¿Qué sentido tiene eso...?

 

La realidad era que le había tenido algo más de esperanzas a la chica, pero al final resultó que ella tampoco tenía interés en darme mucha más información al respecto de nada. Intentó tranquilizarme mientras retomábamos el camino, y aunque una parte de mí quiso quejarse de que me mantuvieran en la ignorancia de aquella manera, otra más grande no encontró el valor de hacerlo; Anna parecía bastante angustiada tras la mención de la tal reina, así que pensé que lo mejor era no meter el dedo en la llaga más de lo necesario.

Después de estar un rato caminando, finalmente llegamos a nuestro destino, y mentiría si no admitiese que mi atención se quedó prendada de cada pequeño detalle de aquella ciudad tan... peculiar; el sitio le hacía honor a su nombre, eso desde luego. Parecía un parque temático más que una ciudad, con la única excepción de las personas que había paseando por el lugar y que claramente eran sus habitantes. Estaba tan distraída con cada pequeño detalle que llamaba mi atención que me costó un poco darme cuenta de las dos nuevas presencias que se nos acercaron.

—Me llamo Emily... —atiné a responder, antes de que la atención de ambas volviera a virar en dirección a mis acompañantes.

Aproveché la distracción para fijarme mejor en las chicas, que se habían presentado como Riamu y Abby; ambas tenían el cabello rosado y sus vestidos parecían estar conjuntados. ¿Serían hermanas? No tuve tiempo de pensar demasiado al respecto, pues de repente noté cómo una de ellas me llevaba hacia un banco mientras la otra me preparaba una taza de té. Bueno... ¿me servía té de la fuente? Cada vez me extrañaba menos con las cosa de aquella isla.

>>N-no, así está bien, gracias... —murmuré, sin poder esconder del todo la confusión que me permeó el rostro al escuchar aquellas opciones tan extrañas—. Uhm... ¿sois amigas de Anna e Ian, entonces? ¿Vivís todos en esta ciudad? Ah, ¿y qué es eso de una fiesta...?

Claramente, seguía demasiado confundida por todo lo que me rodeaba, poco importaba que intentara hacerme creer lo contrario.

Contenido oculto

abby diciéndole a ian que no se escape porque luego vuelve todo sucio y mugriento como si fuera un gato no estaba en mi 2024 bingo card but i'm so here for it

 

Anna hizo caso omiso de la sonrisa y el comentario inicial de Ian. No lo había planeado tan al detalle ni con las intenciones que el chico dejaba caer, sólo había apostado a que las Anfitrionas serían una buena distracción mientras ellos hablaban... bueno, las cosas importantes. Puede que Emily hubiese comenzado siendo una niña indefensa y confundida perdida en la playa, pero ahora la situación había cambiado. Y mucho.

Escuchó a Ian con atención, aún si su mirada permanecía en el trío de chicas. Le lanzó un vistazo de reojo al oírlo decir que ahora contaban con una carta valiosa y se mantuvo en su rostro un par de segundos. El silencio de la frase inconclusa pesó y a Anna no pareció afectarle. Puede que vivieran discutiendo y agarrándose de las greñas, pero en última instancia compartían un objetivo y un ideal. Una lealtad, también. Asintió, compartiendo la idea de llevarla con su señora, y su apreciación de la profecía le arrancó una risa nasal.

—El que bebe demasiado té eres tú. ¿Qué harás cuando podamos irnos de aquí? ¿Te echarás todo el viaje con abstinencia? —Ladeó la cabeza, impostando un puchero—. Pobrecillo.

Claro que le parecía bien poner a prueba la profecía. Mientras muchos la consideraban ya un cuento para asustar a los niños, Anna no había dejado de creer en ella. Creía y, con cada luna que pasaba, la veía más y más real. "Tiempos inesperados rasgarán el espacio y el horizonte", había proclamado el supuesto Rey Loco.

Tiempos de malicia y de locura,

de desidia y amargura.​

Se cargó el pecho de aire y lo soltó lentamente, relajando los músculos a consciencia. Ian bostezó a su lado y repasó su expresión adormilada, esbozando una sonrisa apenas torcida.

—No lo sé. Ya que tantos trucos te enseñó el gato, ¿qué tal si los pones a prueba? —Su semblante se iluminó con una chispa de malicia, chispa que desapareció al voltear hacia las chicas—. ¡Abby! ¿Cómo viene todo hoy?

Había captado la atención de las Anfitrionas por completo. A ver cómo se escabullía ahora.

. . .​

Las Anfitrionas habían seguido los movimientos de Ian con curiosidad y una pizca de ilusión al verlo hundir la mano en su sombrero. ¡Siempre sacaba las cosas más extrañas de ahí! Las cartas no fueron una gran revelación, pero al oírlo creer que las había leído del revés se rieron al unísono, formando un sonido dulce y armónico. Eran... extrañas. Casi como si fueran la misma persona partida en dos, o algo así. ¿Tenía sentido, siquiera?

Luego, arrastraron a Emily a la banca y le ofrecieron té y... otras cosas extrañas. Abby frunció el ceño, entre confundida y decepcionada, al recibir la negativa de la chica, pero lo dejó correr.

—Sip, ¡somos muy buenos amigos! —respondió Riamu a su primera pregunta.

—¡Los mejores! —concordó Abby, sentándose al otro lado de Emily.

—Y vivimos todos aquí.

—Al menos por ahora.

—Por ahora, sí... —Riamu suspiró, apesadumbrada—. Ellos vienen del Norte.

—¡Muy, muy del Norte!

—Tan al Norte que, dicen, desde la punta más alta del castillo puedes ver el final del océano.

—Ya te dije que eso es imposible —se quejó Abby, inclinándose hacia adelante para mirar a la otra Anfitriona—. ¡Como si el océano tuviera fin!

—No puede ser agua todo lo que haya ahí fuera, ¿verdad?

—¡Sí puede! ¿No has leído las últimas investigaciones de la Torre Tulipán?

Vaya, qué enfrascadas estaban. Tanto, que habían dejado de lado la tercera pregunta de Emily. Siguieron rebotando en una discusión sin sentido sobre lo que hubiera o no más allá de la isla cuando Riamu, de repente, se calló y miró a la morena. Pestañeó, sin perder la sonrisa, y su cabeza se ladeó.

—Espera, ¿cómo que "qué es eso de una fiesta"?

—¿No sabes qué es una fiesta? —le preguntó Abby, al otro lado.

—¿Nunca fuiste a una fiesta? —asumió Riamu, llevándose una mano al pecho—. Pobrecilla...

—¿No ir nunca a una fiesta? ¡¿Nunca?! ¿Eso es siquiera posible?

En ese momento, Anna llamó a Abby y ambas giraron la cabeza en automático.

—¡De maravilla, como siempre! —respondió, entusiasmada—. ¡La milésima cuadringentésima septuagésima sexta fiesta de té será todo un éxito!

—No tanto como la milésima cuadringentésima septuagésima quinta, igual... —comentó Riamu al aire.

—¿Te quedarás? —le preguntó Abby a Emily, ilusionada—. ¿Te quedarás para la fiesta de té?

>>Aceptar.
>>Preferir ir a descansar.
>>Insistir con Anna e Ian sobre las preguntas que no le respondieron.

Contenido oculto

pongo las opciones un poco como guía, pero honestamente Emi puede hacer lo que le salga del ojote

 

Las supuestas Anfitrionas, Abby y Riamu, eran bastante adorables y simpáticas, aunque debía admitir que me estaba costando un poco seguirle el ritmo a su constante vaivén de oraciones; era como hablar con una única persona que, de alguna manera, estaba dividida a ambos lados de mi cuerpo. Hice mi mejor esfuerzo a la hora de intentarlo, eso sí, y al menos fui capaz de enterarme de que todos sí eran amigos y vivían ahí, aunque parecía que Anna e Ian no eran originarios de esa ciudad.

Aproveché el momento en el que las dos chicas empezaron a debatir sobre la extensión del océano para volver a fijar mi vista en los otros dos, que se habían quedado algo alejados para hablar entre ellos. Los conocía desde hacía muy poco, en realidad, pero podía ver que tenían una relación cercana, y ahora entendía un poco mejor el motivo: ambos habían venido aquí desde lejos, fuese por las razones que fueran.

A medio camino de su debate, sin embargo, mis acompañantes terminaron de procesar la última pregunta que les había hecho y volví a centrar mi atención en ellas. Sonreí algo avergonzada cuando me preguntaron si no había ido nunca a una fiesta, porque mi pregunta no había tenido esa intención, pero ahora que lo habían mencionado... bueno, no lo recordaba en absoluto. Para mi fortuna, Anna las llamó en ese momento y ambas viraron la atención en su dirección al momento. La realidad era que me encontraba bastante cansada después de todo lo que había pasado, y todavía tenía muchas preguntas que quería hacerle a los otros dos, pero... qué remedio, Abby me miró con tanta ilusión que no pude más que ensanchar la sonrisa mientras asentía con la cabeza.

—Claro. Parece que le ponéis mucho cariño a la organización, no quiero perderme el resultado. ¿Va a empezar pronto?

>>Aceptar.

Contenido oculto

me gusta que haya opciones en estas cosas porque siempre voy a escoger una, sometimes i'm not very good thinking (????

 

Contenido oculto

Ambas Anfitrionas se iluminaron con gran alegría al instante en que Emily aceptó la invitación. Cuando la chica preguntó si la dichosa fiesta comenzaría pronto, Abby alzó la vista al cielo y Riamu se giró, pero fue Anna quien habló.

—Lo hará —afirmó, con el reloj abierto en su mano—. Concretamente en tres, dos, uno...

Una guitarra empezó a sonar de... los Querubines sabrían de dónde. El sonido era extrañamente envolvente, como si proviniera de todas partes y de ninguna. Por algún motivo Emily pensó en nubes y lluvia, aunque no tuvo tiempo de indagar en sus propias divagaciones. Desde su lugar, sentada en una de las bancas rodeando la plaza principal, vio cómo el lugar comenzaba a llenarse con los habitantes de la ciudad, todos cargando una taza de té vacía. Se los notaba muy contentos y entusiasmados, muchos acercándose en grupos grandes, madres llevando a sus pequeños de la mano, incluso ancianos con sus delgados bastones. ¿Por qué se le asemejaban a dulces de caramelo? Como esos de Navidad que...

Espera, ¿qué era "Navidad"?

Abby había desaparecido de su lado sin darse cuenta y fue Riamu quien, otra vez, la distrajo de sus propios pensamientos. Había alcanzado su mano y le estaba sonriendo con extrema dulzura y una clara chispa de emoción.

—¿Vamos? —la invitó—. Eres la primera nueva invitada que recibimos en mucho tiempo, ¡todos estarán muy contentos de conocerte!

—¡Gracias por venir! —La voz de Abby se propagó a lo largo y ancho de la plaza, con la misma y misteriosa fuerza que reproducía la música—. Nuestra querida ciudad ha conocido mejores épocas, eso lo sabemos todos, ¡pero lo importante es no rendirse y seguir celebrando! ¡Comamos, bebamos y bailemos hasta que se ponga el sol!

La gente aplaudió y Riamu arrastró a Emily sin dejarle espacio a réplica. Sortearon la muchedumbre hasta alcanzar la fuente de té, donde vieron a Abby parada sobre el bordecillo de piedra. Apenas la Anfitriona advirtió a la morena, su sonrisa se amplió y volvió a dirigirse al público.

—¡Y recuerden no excederse, que hoy tenemos una invitada muy especial y no podemos quedar mal! —Risas y murmullos de desconcierto se entremezclaron bajo su voz—. ¡Eso es todo, vecinos de Ciudad Tetera! ¡Hora de iniciar la fiesta de té!

Las personas inmediatas a Emily rápidamente la identificaron como la invitada muy especial, pero apenas Abby finalizó su discurso, como si una carrera hubiera dado inicio, todos se apresuraron hacia la fuente central. Comenzaron a rellenar sus tazas y pasárselas entre sí, muy animados y riendo, para retirarse hacia diferentes lugares. La muchedumbre, así, se fue esparciendo.

—Tranquila, no serás el centro de atención ni nada —dijo Abby a Emily, una vez regresó a su lado.

—Sólo te está usando para sumar puntos con el Alcalde —agregó Riamu, señalando a la otra Anfitriona.

—Sólo estoy haciendo mi trabajo —corrigió ella, tranquila.

Anna e Ian también se acercaron. Entre tanto, Emily observó a los vecinos de la ciudad. Abby ya le había ofrecido cosas... extrañas para comer, pero verlos comiéndolas era una historia totalmente diferente. Había grupitos arrancando flores de entre el césped, de los arbustos, otros descolgando frutos extraños de los árboles y hojas también. Se los llevaban a la boca, saboreaban, debatían y reían. Alrededor de la plaza principal había dispuesta una serie de tiendas con productos de todo tipo en exposición. Platos, cristalería, velas, muñecos de tela, accesorios, decoraciones... o al menos eso parecían, pues también se las estaban comiendo.

Era entre perturbador y curioso, pero lo hacían con tanta naturalidad que ayudaba un poco. O algo así.

—No te preocupes, todo es comestible —aclaró Anna, de brazos cruzados; Abby y Riamu se habían retirado a rellenar sus tazas—. Es la... tradición de esta ciudad. Originalmente inició con fiestas de té normales, ya sabes, horneaban pastelillos y se sentaban alrededor de una mesa, pero conforme el tiempo pasó y el pueblo creció, digamos que sintieron la necesidad de superarse a sí mismos. Cuando repites algo demasiadas veces, si no cambias la fórmula se torna aburrido, ¿verdad? Al menos aprendieron de sus errores...

Soltó una risa en voz baja y le dejó ir una palmada a Ian en la espalda, bastante fuerte.

—Pero tampoco te preocupes si te incomoda, esta pobre criatura de aquí aún no se acostumbra a verlos masticar tenedores. Si sirve de algo, el té es delicioso y la comida también. Ya que estamos aquí, con la invitada muy especial, mejor aprovechar, ¿no? ¿Hay algo que quieras hacer primero, Emily?

>>Probar el té.
>>Probar la comida.

 

La emoción que las chicas mostraron ante mi afirmativa fue motivo más que suficiente para sentir que había tomado la decisión correcta, incluso a pesar de mi posible cansancio por todo lo sucedido. Me distraje brevemente por la voz de Anna, pues fue ella quien terminó contestando a mi pregunta, y poco después el sonido de un guitarra empezó a rodearnos desde algún punto de la ciudad. Poco a poco, la plaza se fue llenando con los habitantes de la ciudad, todos apareciendo con sus tazas de té en la mano, y una vez más tuve que ser sacada de mis propios pensamientos por una persona ajena; en aquella ocasión fue Riamu, quién se hizo con mi mano antes de invitarme a ir con ella junto al resto.

Asentí con la cabeza ante las palabras de la chica, aunque no podía negar que me daba un poco de vergüenza todo aquel asunto de ser la invitada especial. Vergüenza que se duplicó cuando Abby mencionó aquel mismo detalle delante de todos los presentes, haciendo que unos cuantos me miraran con evidente curiosidad; había sido una fortuna que prácticamente al segundo se disiparan para ir a tomar el té, porque no creía haber sido capaz de aguantar tanta atención puesta sobre mí sin morirme por la timidez.

Anna e Ian se acercaron mientras las otras dos chicas se alejaban a rellenar sus tazas, pero mi atención siguió puesta en los habitantes de la ciudad durante un buen rato. ¿Y cómo no iba a hacerlo? ¡Si se estaban comiendo literalmente todo! Por un segundo había sopesado la posibilidad de que los ofrecimientos de Abby de antes hubieran sido una broma, pero qué va, de verdad de la buena que se comían esas... cosas. La voz de Anna me hizo dar un pequeño respingo, concentraba como había acabado en la macabra escena, y aunque le dediqué una sonrisa que pretendió ser comprensiva... bueno, no dejaba de parecerme raro, la verdad.

—Es... curioso. No recuerdo nada de antes de aparecer en la playa, pero desde luego siento que ver esto es bastante extraño. ¡No lo juzgo, claro! —expliqué, sonriendo con suavidad antes de mirar el intercambio entre Ian y Anna con una ligera chispa de diversión—. ¿Significa eso que tú sí te has acostumbrado a verlo, Anna? —añadí, por simple curiosidad.

Decidí ignorar el comentario que hizo sobre lo de ser la invitada especial y, en su lugar, me dediqué a pasear la vista por los presentes disfrutando de aquella fiesta del té. ...no, definitivamente era incapaz de acostumbrarme a aquella imagen.

>>Creo que me quedaré con el té. Parece que es el gran favorito de todos, además...

>>Probar el té.